Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
ADOLESCENCIA
1.- Las buenas experiencias permiten asimilar este yo constitutivo e integrar las malas
identificaciones o representaciones de experiencias vividas, de modo tal que la verdadera
identidad se constituye con un nivel de máxima integración
2.- Las malas experiencias, en cambio, son las que fomentan las llamadas identificaciones
enquistadas o no asimiladas al yo. Estas se forman por identificación proyectiva intra-
psíquica, en “objetos” rechazados para negarlos como partes constitutivas del yo. El yo
observa estos aspectos del self como rechazados y necesita compensarlos con
autorrepresentaciones idealizadas, tampoco asimiladas del yo.
Llegada la pubertad se reactivan todos los impulsos y verdaderos deseos, lo cual crea una
situación de mucha ansiedad. Dado que en estos casos la seudoidentidad se creó a través
de una “formación de compromiso”, hay más posibilidad de modificación en estos
adolescentes, dado que existe una nueva interacción con el ambiente (no son esquizoides)
al cual buscarán para apoyarse y someterse. Pero si éste llega a ser adecuado las
posibilidades de elaborar sus identificaciones infantiles negativas aumentan.
Estos son los dinamismos que llamaremos caracteropatías, que serán leves si el núcleo
psicótico de la personalidad no es importante y graves cuando éste nucleo es una amenaza
importante para la integridad del yo, el cual se defenderá con falsas integraciones o
seudointegraciones (seudoidentidad).
El carácter patológico se empieza a esbozar cuando las conductas empiezan a mostrar una
especial fuerza destructiva del “objeto”, lo que es índice de pérdida de límites entre el yo
y sus representaciones que funcionan como “compás de espera”, o equivalente a
gratificaciones, como también desplazamiento hacia objetos que no promuevan conductas
tan peligrosas. Centramos lo patológico de estos caracteres a nivel clínico y dinámico en:
a) el sufrimiento que imponen a sus familiares y ambiente, b) el sufrimiento indirecto
sobre ellos mismos por el momento de frustración al que están sometidos, c) dificultad
para soportar cambios, d) el núcleo psicótico (los graves) o neuróticos (los leves)
subyacente que amenaza con aflorar y e) la integración de los rasgos genitales, fálicos,
anales u orales.
2.- La caracteropatia obsesiva: aparece en la adolescencia al revés que la anterior con más
frecuencia en los varones es una clara formación reactiva anal. Son generalmente faltos
de respuestas emocionales, lo que no quiere decir que no sean afectados, sino que anulan
sus expresiones. Tienen que controlar constantemente sus impulsos anales tanto eróticos
como sádicos. Las conductas son generalmente compulsivas, expresando la doble
tendencia de los conflictos, el deseo y su prohibición.
3.- Las caracteropatías contrafóbicas: típica exageración de los rasgos fálicos en reacción
a los genitales, con el fin de evitar la angustia de castración típica en ellas. Son pacientes,
temerarios, propensos a actuaciones impulsivas, exhibicionistas; necesitan estar siempre
estar acompañados con el fin de desplazar en los otros sus temores. La soledad puede
romper el equilibrio caracteropatológico, pero sobre todo cualquier conflicto en las
relaciones de carácter genital.
6.- Carácter masoquista: surge de una gran frustración oral real o fantaseada, que lleva al
sujeto a exigir un cariño que nadie es capaz de darle. La fuente de placer es el sufrimiento
acompañado de placer por el fracaso del otro que no lo puede calmar. Es una manera de
proyectar la culpa seguramente promovida por la rabia ante la frustración.
7.- Caracteropatía esquizoide: como una forma de reaccionar ante la amenaza de ser
tratados como objetos, el tipo de relación que una vez sufrieron estos pacientes.
Estas crisis fronterizas son estados esquizoides donde la diferencia entre la realidad
interna y externa es lábil, así como la carencia entre los impulsos del ello y el yo.