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Fue el primer presidente de los Estados Unidos Mexicanos, cargo que ocupó del 10 de octubre de
1824 al 31 de marzo de 1829.
Características de su gobierno:
Mexicana. Asimismo, proclamó que el verdadero estadista es aquél que crea riqueza donde
Vicente Guerrero
La presidencia de Guerrero duró ocho meses y medio. Sin embargo, Guerrero, como candidato del
"Partido del Pueblo", gestionó la creación de escuelas públicas y trato de impulsar el plan nacional
de educación gratuita que había ideado anteriormente con Bravo y Negrete, gestionó una reforma
agraria favorable a los campesinos, intentó impulsar el desarrollo de la industria remarcando que
era necesario "poner en movimiento" los recursos naturales del país y generar empleos para que
los brazos mexicanos "no se debiliten en el seno de la ociosidad", creó un centro nacional de
atención para los inválidos producto de las guerras, llamó a impulsar el comercio interno y con
otros países, así como otros programas de naturaleza liberal.
José María Bocanegra
Bocanegra siempre trató de defender al país, mantuvo el equilibrio de los diversos poderes de la
nación, así como de los órganos y puestos que tenía el gobierno. Solucionó diversas situaciones
judiciales, ya que como abogado era uno de los mejores de la época.
ANASTASIO BUSTAMANTE.
Melchor Múzquiz
Durante su gobierno, caracterizado por una escrupulosa honradez y por apoyarse en destacados
“hombres de bien”, se ordenó la acuñación de la moneda de cobre y el cobro de impuestos por
puertas y ventanas. A finales de ese mismo año, Bustamante, Santa Anna y Manuel Gómez
Pedraza pactaron que este último se convirtiera en el nuevo presidente, desplazando a Múzquiz.
Como gobernante, sus mayores prendas fueron la honestidad y la austeridad. Le tocó conducir a la
República del federalismo al centralismo. En febrero de 1836, mientras atendía los asuntos de la
guerra de Texas, contrajo una terrible enfermedad que en pocos días lo llevó a la muerte
Le correspondió poner en vigor la nueva Constitución redactada por los centralistas conservadores
que ponía fin al sistema republicano federal. La nueva ley abrogó el voto universal y lo limitó a las
personas que supieran leer y escribir; además, estableció el Supremo Poder Conservador,
encargado de controlar al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial.
Nicolás Bravo
Ocupó la Presidencia de México en tres ocasiones: del 11 al 17 de julio de 1839, como sustituto;
con la misma designación, del 26 de octubre de 1842 al 14 de mayo del año siguiente; y como
presidente interino, entre el 28 de julio y el 6 de agosto de 1846.
En las tres ocasiones que ocupó la Presidencia fungió como protector de los intereses de Antonio
López de Santa Anna. Como gobernante, fue medroso y tibio. En 1842 disolvió el Congreso, que
pretendía discutir una nueva Constitución contraria al caudillo veracruzano.
Valentín Canalizo
Fue presidente interino de México del 22 de septiembre al 10 de octubre de 1841. Fue presidente
sustituto de México del 7 de septiembre de 1843 al 4 de junio del año siguiente y presidente
interino del 21 de septiembre al 6 de diciembre de 1844.
Paredes pensaba que la mejor forma de salvar a México era convertirlo en una monarquía con un
soberano español: Enrique de Borbón, primo y cuñado de la reina de España lo cual no sucedió
José Mariano Salas
Fue presidente provisional de México del 6 de agosto al 23 de diciembre de 1846 y del 21 de enero
al 2 de febrero de 1859.
Se empeñó, sin éxito, en obtener recursos para la guerra; abrió un concurso para que empresarios
instalaran en la capital un nuevo alumbrado público; intentó establecer academias de idiomas y de
historia y propuso la creación de una biblioteca nacional.
Fue presidente interino de México del 2 de abril al 20 de mayo de 1847 y del 12 de noviembre de
ese mismo año al 8 de enero del siguiente.
Recibió del Congreso facultades extraordinarias para llevar adelante la guerra y dictó algunas
disposiciones para la defensa de la capital. Durante su segundo periodo, que desempeñó en
Querétaro, intentó, infructuosamente, que los gobernadores, los diputados y la clase política
llegaran a un entendimiento encaminado a alcanzar una paz digna.
Con el objetivo primordial de lograr la paz con Estados Unidos. Le correspondió negociar el tratado
de Guadalupe Hidalgo, por el cual México cedió dos millones 400 mil kilómetros cuadrados de su
territorio, si bien consiguió salvar la península de Baja California con su unión por tierra con
Sonora y la soberanía sobre el Istmo de Tehuantepec. El gobierno mexicano recibió una
indemnización de 15 millones de pesos. También fue importante su participación en la celebración
de elecciones que permitieron el traspaso del poder al ciudadano electo por el Congreso para
ocupar la Presidencia.
Empleó la indemnización estipulada en los Tratados de Guadalupe Hidalgo para cubrir la deuda
inglesa, pacificar el país y pagar los sueldos de la burocracia. Impulsó el proyecto de los liberales
moderados, apoyado en dos brillantes ministros: Mariano Riva Palacio y Mariano Otero. Logró
entregar el poder de manera pacífica y constitucional, hecho que no se verificaba desde 1829.
Mariano Arista
Estableció la primera línea telegráfica, que iba de la capital del país al puerto de Veracruz, y otorgó
la concesión para construir un ferrocarril en esa misma ruta; trasladó la estatua ecuestre de Carlos
IV a la entrada del paseo de Bucareli. La terrible situación financiera desencadenó una revuelta
que pretendía elevar nuevamente al poder a Santa Anna. Ante la imposibilidad de hacerle frente
debido a la escasez de recursos, Arista renunció a la Presidencia.
Su primer acto de gobierno fue disolver las dos cámaras del Congreso. Diputados y senadores de
opusieron a la medida e instigaron a la guarnición de la Ciudad de México para que se sublevara
en apoyo del retorno de Santa Anna al poder. La presión fue tan grande que Ceballos se vio
obligado a negociar. Para calmar las pasiones, se organizó una junta de notables que debía
designar un presidente provisional. Sin embargo, ante el incremento de la agitación a favor de
Santa Anna, Ceballos renunció. Formó parte del Congreso Constituyente de 1857, aunque no firmó
la Constitución.
Lombardini aprobó los razonamientos de Alamán y preparó una farsa electoral para legitimar el
retorno del caudillo. Dictó además algunas disposiciones administrativas, una ley para juzgar
sumariamente a los delincuentes y una orden para que en las escuelas de la Ciudad de México se
enseñara la doctrina cristiana. Antes de entregar el poder, Lombardini emitió un decreto mediante
el cual designó a Santa Anna “capitán general de mar y tierra, con facultades omnímodas”.
Su gobierno derivó en una dictadura sin programa político, sometida a las veleidades de Santa
Anna, entre ellas, el establecimiento de un boato imperial. La continua y tenaz oposición de los
liberales desbocó en la Revolución de Ayutla en 1854, que en poco más de un año derrocó al
dictador.
Martín Carrera.
Dedicó los días de su gobierno a tratar de conciliar los intereses de los conservadores —que aún
no se reponían de la súbita huida de Santa Anna— y de los liberales, triunfadores de la revolución,
que tocaban las puertas de la capital. Ni unos ni otros aceptaron entrar en pláticas e incluso
desconocieron a Carrera como presidente, pues su gobierno había emanado de la guarnición
capitalina, que la víspera era todavía santannista. Decepcionado de las ambiciones políticas de
ambas facciones, renunció.
Lo que hizo en su “gobierno” fue dar nuevos puestos a autoridades competentes para el Distrito
Federal.
- Anuló los impuestos que había dado a puestas, ventanas y animales domésticos. El que había
sido presidente, Melchor Múzquiz fue la persona que creó dichos impuestos.
Juan Álvarez
Durante su fugaz gobierno convocó a un Congreso Constituyente y abolió los fueros militar y
eclesiástico.
Ignacio Comonfort
Cuando llegó a la Presidencia formó un gabinete mixto —de liberales y conservadores— difícil de
controlar. Enfrentó diversas rebeliones encabezadas por el clero, que se oponía a la implantación
de leyes reformistas. Inicialmente apoyó la creación de la Constitución liberal de 1857, a la que
terminó por desconocer mediante un autogolpe de Estado que dio origen a la Guerra de Reforma.
Benito Juárez.
Su gobierno tuvo que combatir al de los liberales que encabezaba Benito Juárez. Comenzaba así la
guerra de Reforma. En la presidencia fue casi una figura decorativa, pues el destino del país se
definía en los campos de batalla, donde los militares Luis G. Osollo y Miguel Miramón tenían el
mando. Sus compañeros decidieron removerlo mediante un pronunciamiento en la navidad de
1858; sin embargo, Miramón lo reinstaló en el cargo. En agradecimiento, Zuloaga lo nombró
presidente sustituto.
Intentó convocar a las facciones para nombrar una junta de representantes a fin de elegir a un
nuevo presidente capaz de garantizar la paz y la estabilidad del país. Sin respuesta y sin
alternativas, se impuso cuidar y entregar la presidencia a Miramón.
Asumió provisionalmente la presidencia sólo para transmitir legalmente el poder a favor de Miguel
Miramón.
Maximiliano de Habsburgo
Sus disposiciones de gobierno, más bien liberales, le restaron el apoyo del partido conservador.
Después de tres años de inestabilidad el imperio se vino abajo.
Bajo su gestión se logró derrotar al cacique rebelde de Nayarit, Manuel Lozada; se estableció la
Cámara de Senadores y se inauguró el ferrocarril México-Veracruz. Asimismo fueron elevadas a
rango constitucional las Leyes de Reforma.
MANUEL GONZÁLEZ
logró la división interna del maderismo; asimismo al emprender una feroz campaña contra las
tropas zapatistas consiguió el rompimiento entre éstos y Madero.
FRANCISCO I. MADERO
PEDRO LASCURÁIN
durante los cuales nombró secretario de Gobernación a Victoriano Huerta y presentó su renuncia.
VICTORIANO HUERTA
Removió a los miembros del gabinete maderista por su incondicionalidad al mandatario asesinado.
Enfrentando la oposición de algunos miembros del Congreso disolvió la cámara y encarceló a
varios de sus miembros. Desde el inicio de su gobierno enfrentó un levantamiento generalizado,
acaudillado por Venustiano Carranza.
FRANCISCO S. CARVAJAL
Intentó, como lo hiciera en 1911 en Ciudad Juárez, negociar con los revolucionarios que avanzaban
sobre la capital; sin embargo, el jefe constitucionalista, Venustiano Carranza, exigía la rendición
incondicional. Temeroso por su vida, cedió la responsabilidad de los acuerdos de paz, la rendición
y la seguridad de la Ciudad de México al general Eduardo Iturbide, gobernador del Distrito Federal.
Renunció sin designar a su sucesor. Acto seguido, huyó del país.
EULALIO GUTIÉRREZ
La división entre villistas y zapatistas le impidió echar a andar cualquier iniciativa constructiva.
Paralelamente tenía que hacer frente a los ataques del ejército carrancista, el cual, gracias a la
habilidad militar de uno de sus generales, Álvaro Obregón, obligó a evacuar la capital y trasladar la
Convención a Cuernavaca, donde se redujo aún más la capacidad de acción del presidente
Al igual que su antecesor, quedó rodeado de elementos zapatistas que controlaban sus acciones;
los carrancistas ganaban mayores porciones del territorio mientras Villa era incapaz de contener el
avance de Obregón en el Bajío, lo que llevó a la convención a establecerse en Toluca y finalmente
en Cuernavaca. En septiembre de 1915 aprobó un “Programa de reformas políticas y sociales de la
revolución” que no logró materializarse, pues poco después la asamblea se disolvió.
VENUSTIANO CARRANZA
ADOLFO DE LA HUERTA
ÁLVARO OBREGÓN
Bajo su administración comenzó la reconstrucción del país luego de diez años de violencia.
Atendió la educación pública, la deuda con los acreedores internacionales, la revitalización de la
infraestructura destruida, entre otras urgencias.
Procuró consolidar la vida política del país y de fomentar las actividades económicas. Su plan
reformador provocó la presión del gobierno norteamericano y dio lugar a la rebelión cristera.
Durante su gestión puso fin a la guerra cristera y a la rebelión escobarista; en otro orden, concedió
la autonomía a la Universidad Nacional.
Durante su gobierno, México ingresó a la Sociedad de las Naciones (1931) y los antiguos distritos
Norte y Sur de Baja California se elevaron a la categoría de territorios.
ABELARDO L. RODRÍGUEZ
Durante su mandato se realizó el mayor reparto agrario; abrió las puertas del país a perseguidos
políticos como Trotsky y dio refugio a los expulsados por la guerra civil española; asimismo
concretó la nacionalización de la industria petrolera en 1938.
Su gobierno sentó las bases para el “desarrollo estabilizador”: cautela en el gasto público, mínimo
endeudamiento externo, apertura a la inversión extranjera, bajos salarios y estabilización de
precios. Durante su gobierno se crearon mecanismos de distribución de productos básicos de
consumo popular. También, se otorgó el voto a la mujer.
Su sexenio disfrutó todavía de cierto éxito económico: el país tuvo la menor tasa de inflación
desde 1930, mientras que la tasa de crecimiento llegaba al 3.3% anual. Sin embargo, esta imagen
de prosperidad descansaba sobre un férreo control político basado en ocasiones en la represión
como la del movimiento estudiantil de 1968. Durante su gobierno México organizó los XIX Juegos
Olímpicos (1968) y el campeonato mundial de futbol (1970).
Durante su sexenio se llevaron a cabo las primeras reformas tendientes a favorecer la apertura
económica, la privatización de empresas paraestatales y la reducción del sector público. En 1985
tuvo que hacer frente a la crisis que provocó el terremoto ocurrido el 19 de septiembre en la
Ciudad de México. Así también tuvo que encarar una creciente oposición tanto de los partidos
existentes, como de la sociedad que comenzó a organizarse en estructuras apartidistas.
CARLOS SALINAS DE GORTARI
Durante su estancia en la presidencia del país se profundizaron los cambios económicos iniciados
por su antecesor, entre ellos la privatización de empresas públicas y la apertura comercial; se
firmó y entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio con América del Norte; se restablecieron
relaciones diplomáticas con el Vaticano; estalló el movimiento rebelde del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional
Durante su sexenio se mantuvo vigente la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Por
otra parte, la oposición logró ganar por primera vez las gubernaturas de varios estados y
convertirse en mayoría en el Congreso. Asimismo favoreció unas elecciones competidas en el año
2000, que permitieron por primera vez en 70 años el arribo a la presidencia de un candidato no
emanado del partido oficial.