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Aspectos anatómicos,
fisiopatológicos,
epidemiológicos,
clínicos y terapéuticos.
INTRODUCCIÓN
Una buena cantidad de los pacientes que acuden a los consultorios hospitalarios, como así también gran parte de
los pacientes internados, y de los que acuden a la guardia externa, presentan algún tipo de dolor, manifiesto
claramente u oculto. La mayoría de los pacientes oncológicos presenta dolor en algún momento de su evolución.
Existe también, por determinados motivos que luego serán analizados, un concepto de mal manejo general del
dolor. Hay un gran auge en los últimos años en la creación de grupos de trabajo sobre manejo del dolor, tanto a nivel
hospitalario como en el ámbito privado, y hasta emprendimientos individuales.
La idea de esta monografía sobre todos los aspectos del dolor, es promover en los integrantes del equipo de salud
de nuestra comunidad hospitalaria, la importancia del enfoque multidisciplinario y la valoración multidimensional
del mismo para ayudar a evitar y tratar el dolor en las personas que acuden a la consulta. El poder unir el valor de la
ciencia y la tecnología al mismo tiempo que el arte y la ciencia de las relaciones interhumanas, del cuidado humano y
total del paciente sería el verdadero progreso a obtener.
Ayudar al otro a mantener su dignidad requiere del esfuerzo de un estudio interdisciplinario especialmente en las
medidas para disminuir el sufrimiento físico y psicológico de los enfermos.
En el caso de los pacientes terminales es evitar el dolor físico, en un momento en el que enfrenta una situación
que ya está llena de momentos desesperados, desgraciados con una enorme angustia ya que experimenta uno de los
dolores más intensos y profundos al enfrentarse con su propia muerte y la separación de los afectos de sus seres
queridos. Es una vivencia de tal magnitud que requiere enfrentarla con todas las capacidades sin el martirio del
sufrimiento físico que puede restarle las energías que precisa para también poder vivir su muerte, esto significara
algo distinto y personal en cada caso (ordenar sus cosas, reconciliarse con alguien o con la vida, etc.).
Nuestra idea fundamental no pasa por tener expertos en dolor sino por adiestrar a nuestro personal hospitalario
para que sepa enfrentarse a estas dificultades y buscar soluciones, siempre en el marco del trabajo en equipo, del
enfoque multidisciplinario, de la valoración multidimensional, y en un marco de referencia bioético.
En el trabajo se desarrollará una controversia respecto a quien debe manejar el dolor. Si se deben formar expertos
o si se deben capacitar los clínicos o generalistas. Conocer los diferentes aspectos que componen el dolor, y entender
el concepto de sufrimiento total puede ayudar a clarificar esa controversia.
El dolor es una experiencia sensorial y emocional no placentera relacionada con daño real o potencial del
tejido, o descripta en términos de tal daño. Es siempre subjetivo.
Incluye:
¾ Síntomas físicos.
¾ Trastornos psíquicos.
¾ Problemas sociales.
¾ Factores culturales.
¾ Preocupaciones espirituales.
La conjunción y el feed back positivo de estos factores con el dolor genera el SUFRIMIENTO TOTAL (1,2).
Por ejemplo:
Un paciente con dolor por contractura muscular producido por esclerosis múltiple no solo se enfrenta al síntoma
físico, sino también a la incertidumbre, la incapacidad funcional, cambios en el hábito de vida y pérdidas laborales.
No solo con las drogas se alcanza el alivio: se requiere una comunicación adecuada y honesta, un trato afectuoso y
un trabajo en equipo: terapista ocupacional, asistente social, psicólogo.
¾ Nocicepción.
¾ Percepción.
¾ Sufrimiento.
¾ Conducta.
Entre el sitio del daño tisular y la percepción del mismo se produce una serie de eventos que en conjunto se
denominan NOCICEPCIÓN. La misma comprende 4 fenómenos neurofisiológicos:
Transducción
Transmisión
Modulación
Percepción
La TRANSDUCCIÓN es el proceso por el cual los estímulos se convierten en actividad eléctrica de las
terminaciones sensitivas por medio de receptores específicos.
La TRANSMISIÓN es la propagación de los impulsos a través del sistema sensorial.
La MODULACIÓN es el proceso de modificación de la transmisión el SNC.
La PERCEPCIÓN es el proceso final por el cual los 3 anteriores interactúan con la psiquis del individuo para
crear la experiencia emocional y subjetiva percibida como dolor.
NOCICEPTORES
La información que proviene tanto del mundo externo como del interno, se presenta en diferentes formas de
energía como por ejemplo: la presión, la luz, etc.
Por lo tanto, cualquiera que sea la forma original de energía, la información se debe traducir al lenguaje de los
potenciales de acción. Los dispositivos que realizan esta operación se denominan receptores y actúan como
verdaderos transformadores. No todas las neuronas poseen regiones receptoras especializadas, sólo están presentes
en las neuronas aferentes.
Cada receptor es selectivamente sensible a una forma específica de energía, a partir de la estimulación de los
receptores se produce el proceso de la información aferente que indica la calidad, cantidad o intensidad del estímulo
o la localización.
Han sido identificados varios receptores en relación con el dolor: mecanoreceptores, termoreceptores y
nociceptores. Los mecanoreceptores y los termoreceptores son terminaciones nerviosas libres o receptores
encapsulados (terminaciones de Paccini o Ruffini), que poseen un bajo umbral de estimulación y una rápida
adaptación.
Esta característica los diferencia de los nociceptores que necesitan un estímulo intenso para vencer un alto
umbral, y además presentan campos receptores pequeños. Los nociceptores se activan mediante una estimulación
mecánica fuerte o temperaturas extremas. De esta manera se los conoce como mecanociceptores y
termonociceptores, respectivamente (3).
Los cutáneos son aquellos activados por estímulos que exceden el umbral necesario para activar al máximo a los
mecanoreceptores y termoreceptores.
Se definen morfológicamente por su aspecto en el microscopio óptico y electrónico, y fisiológicamente por sus
modelos de reacción a estímulos mecánicos, térmicos y químicos cutáneos. Una vez activados, los nociceptores
conducen impulsos por fibras aferentes ligeramente mielinizadas (A-δ) o no mielinizadas (C). En los nervios
cutáneos el 10% de todas las fibras mielinizadas lleva información nociceptiva, por otro lado más del 90% de las
fibras no mielinizadas son nociceptivas (4).
Los nociceptores no mielinizados no son morfológicamente bien conocidos, aparentemente son una terminación
nerviosa desnuda, sin embargo los nociceptores mielinizados tienen una morfología que consiste en un axón, con una
delgada capa de mielina envuelta por células de Schwann hasta que penetra en la lámina basal de la epidermis, allí es
donde la cubierta de los axones y las células de Schwann se invaginan entre los queratinocitos.
Los nociceptores mielinizados reaccionan casi exclusivamente a estímulos mecánicos perjudiciales, sus fibras
aferentes conducen impulsos con una velocidad de 5 a 50 m/seg. El umbral para la activación de estos nociceptores
es de 11 a 15 g/mm2.
Los nociceptores no mielinizados son polimodales, reaccionan a estímulos mecánicos, térmicos y químicos; sus
fibras aferentes conducen impulsos con una velocidad de 0,6 a 2 m/seg. El umbral para la activación de estos
nociceptores es de 12 a 44 g/mm2.
Respecto a los somáticos, el dolor que se origina en músculo, hueso o vísceras es mucho más común que el
cutáneo. En pacientes con cáncer una causa común del dolor es la infiltración tumoral de huesos y vísceras. Los
nociceptores somáticos pueden clasificarse en nociceptores viscerales, articulares y musculares; éstos no han sido tan
estudiados como los cutáneos pero al parecer presentan similares propiedades anatómicas y fisiológicas.
Hay mecanoreceptores A-δ y nociceptores C en el tejido conjuntivo entre fibras musculares y las paredes de los
vasos sanguíneos o los tendones.
En las superficies periarticulares hay nociceptores, también se observan en la porción reticulada de los huesos;
por otro lado la corteza y la médula ósea reciben fibras que no son nociceptivas. Así la activación de nociceptores
locales, huesos, articulaciones y tejidos blandos periarticulares resultante de la infiltración por un tumor pueden ser
la causa de dolor somático en pacientes con cáncer.
Los nociceptores viscerales existen en el aparato cardiovascular, respiratorio, digestivo y en vías urinarias.
El dolor visceral es profundo, sordo, mal localizado y con frecuencia se irradia a un punto cutáneo. En
consecuencia la activación de los nociceptores viscerales causaría activación antidrómica de las fibras sensoriales
cutáneas y liberaría sustancias algésicas que excitan nociceptores cutáneos.
La infiltración tumoral con la inflamación y liberación de mediadores algésicos a piel, hueso y vísceras, activa
nociceptores, que originan dolor persistente. Estos nociceptores activados generan impulsos que son conducidos al
sistema nervioso central por fibras aferentes A-δ o fibras aferentes C, éstas penetran en la médula espinal a ambos
lados en la raíz dorsal, hacen sinapsis en el asta dorsal superficial, activan los sistemas nociceptivos ascendentes (vía
espinotalámica y espinorreticular) en donde los estímulos pueden alcanzar la percepción consciente como dolor.
Los tumores, la cirugía y en muchos casos la radioterapia pueden lesionar las fibras nerviosas aferentes o de la
médula espinal, por lo tanto se activa el sistema nociceptivo y al producir dolor sin estimular los nociceptores, este
dolor por desaferentación es cualitativamente diferente del dolor somático o visceral en los cuales se produce dolor
con activación de nociceptores.
FIBRAS NERVIOSAS
Las fibras nerviosas son de 3 tipos: A, B y C.
CIRCUITOS
Las estructuras anatómicas relacionadas al dolor son:
¾ Sistemas aferentes (médula, haces espinotalámico, espinomedular, espinoreticular, espinopontoamigdalar,
pares V- VII- IX- X).
¾ Tálamo.
¾ Hipotálamo.
¾ Sistema límbico.
¾ Corteza cerebral.
Las fibras aferentes de los nociceptores penetran en la médula espinal en forma lateral en la raíz dorsal, ascienden
o descienden uno o dos segmentos en el haz de Lissauer y hacen sinapsis en el asta dorsal. El asta dorsal está
compuesto por seis láminas, la lámina I es la más dorsal, las láminas II y III forman la sustancia gelatinosa, sitio
importante de integración de los impulsos nociceptivos y no nociceptivos. Las fibras nociceptivas mielinizadas (A-
delta) hacen sinapsis en la lámina I y en la porción ventral de las láminas II y III.
Las fibras no mielinizadas (C) terminan en la lámina II. La vía espinotalámica ascendente se divide en: el haz
neoespinotalámico y la vía paleoespinotalámica.
El haz neoespinotalámico asciende hacia el cuadrante ánterolateral de la médula espinal. Este sistema se proyecta
hacia el complejo talámico ventrobasilar y desde allí a la corteza somatosensorial en el lóbulo parietal.
La vía paleoespinotalámica asciende en continuidad con la neoespinotalámica en el cuadrante ánterolateral de la
médula espinal y se proyecta hacia la formación reticular, el núcleo talámico posterior y el núcleo lateral central del
complejo nuclear talámico intralaminar. Desde el complejo nuclear talámico posterior hay proyecciones hacia la
corteza retroinsular y áreas corticales límbicas. El complejo nuclear central lateral se proyecta hacia el cuerpo
estriado y envía proyecciones a la corteza cerebral, incluidos los lóbulos frontales orbitarios.
Aún no hay acuerdo general sobre el papel de la corteza cerebral en la percepción del dolor (6).
MODULACIÓN y PERCEPCIÓN
La estimulación de las fibras Aδ en la misma región del estímulo puede disminuir o abolir la sensación de dolor.
Esto se debe a que en la sustancia de Rolando existe un mecanismo de “compuerta”(Melzack y Wall): la excitación
de las fibras Aδ (mielínicas, gruesas) ejerce una acción estimulante de las células I (neuronas inhibitorias
presinápticas de las células T), en tanto que los estímulos que acceden a través de las fibras C (amielínicas, delgadas)
inhiben a dichas células I; las células T a su vez reciben el estímulo de ambas fibras (mielínicas y amielínicas) e
integran aritméticamente ambos impulsos: excitatorios de las fibras A y C, e inhibitorios de las células I (que a su
vez integra aritméticamente la estimulación de las fibras A y la inhibición de las fibras C); si predominan los
estímulos nociceptivos se produce la transmisión ascendente.
Según esta teoría de la compuerta, el funcionamiento del sistema es permanente, aún en ausencia de estimulación
obvia.
Hay algunas observaciones que no concuerdan con esta hipótesis:
¾ El dolor no es una característica en ciertas neuropatías periféricas que cursan con pérdida selectiva de grandes
fibras mielínicas (predominio C).
¾ Ciertas neuropatías caracterizadas por pérdida predominante de fibras C son muy dolorosas.
La teoría de la compuerta dio origen a nuevas teorías, y surgió luego el concepto de modulación (“integración de
la facilitación y la inhibición”).
Percepción
El resultado final dependerá de la interpretación del paciente, integrando raza, personalidad, experiencia previa
sobre el dolor, nivel socio cultural, circunstancias, etc. El stress puede ser un inhibitorio de la percepción del dolor
(soldados en la batalla, deportes de competición): se la ha llamado “analgesia inducida por el stress”.
El resultado final también dependerá de intensidad y tipo de estímulo, y lugar de producción.
Ejemplo:
Piel Víscera
Corte Dolor No dolor
Estiramiento No dolor Dolor
Existe una sensibilización periférica, interviniendo la lesión tisular, la inflamación y las terminales simpáticas.
Las células endoteliales, los mastocitos, macrófagos, fibroblastos, linfocitos y las propias terminales nerviosas
liberan sustancias que activan o modifican el potencial de acción de la célula nerviosa. Algunas son generadoras de
dolor, otras potencian la respuesta antiinflamatoria local.
Se genera un complejo sensibilizante, con:
¾ Disminución del umbral de activación.
¾ Aumento de respuesta frente a igual estímulo.
¾ Actividad espontánea.
La sustancia P (neuroquinina) actúa sobre el receptor NK1, otras dos neuroquininas (NK-A y NK-B) actúan sobre
los receptores NK2 y NK3. Los tres contribuyen a la transmisión de dolor raquídeo.
Los receptores a glutamato se clasifican en NMDA y no NMDA, que están distribuidos en todo el SNC y SNP.
Los antagonistas de los receptores de sustancia P y glutamato bloquean el dolor. Ambas sustancias se producen
en el mismo cuerpo celular nociceptor en el ganglio de la raíz dorsal.
En estado de reposo, la neurona está bloqueada por el ión magnesio, la sustancia P lo desplaza y libera glutamato
(excitador), que se pega al receptor NMDA (N metil dimetil aspartato). Los opioides endógenos inhiben la
degranulación sináptica de la sustancia P. Se produce una cascada de eventos, ingresando calcio a la célula, y
activando a la óxido nítrico sintetasa, se libera óxido nítrico al espacio sináptico y el mismo estimula a múltiples
neuronas, amplificando las aferencias del dolor en el asta posterior.
Los antagonistas de los receptores NMDA se han propuesta como drogas antihiperalgésicas (más que como
analgésicas); hay clásicos (dextrometorfán), modernos (CPP), y otros clásicos en estudio (ketamina, pentazocín,
memantina).
El aumento de actividad neuronal en el asta posterior con sensibilidad central genera ALODINIA: "dolor causado
por un estímulo no doloroso". No confundir con HIPERALGESIA: "dolor desproporcionado al estímulo". La
HIPERPATÍA es una alteración del proceso central del dolor, donde hay un aumento del umbral del mismo, pero una
vez que éste se excede, se alcanza máxima intensidad con demasiada rapidez, es más intenso de lo que se espera, y
no es unido a estímulo.
La MECANOALODINIA E HIPERALGESIA DINÁMICA se refiere a un estímulo suave en movimiento sobre
la piel que desencadena dolor (fibras Aβ), en tanto que la MECANOALODINIA E HIPERALGESIA ESTÁTICA es
el dolor producido por estímulos de presión estacionarios (fibras C).
El signo de Tinel es la presencia de mecanoalodinia e hiperalgesia por compresión de raíces, nervios y plexos,
que se irritan por estímulos mecánicos, mediadores inflamatorios, citokinas, prostanoides y quininas.
Si bien se han descripto varias sustancias, solo hay 2 grupos de agentes que cumplen con los criterios
experimentales y clínicos de un mediador hiperalgésico: las prostaglandinas y las aminas simpaticomiméticas (7).
La estimulación alfa1 genera sobreregulación; las citokinas favorecen la liberación de prostaglandinas y
catecolaminas. Primero se libera TNF alfa y luego IL 1 y 8. La bradiquinina libera todas las sustancias mencionadas.
Cuando los AINE producen down- regulation una estimulación muy leve puede reinstalar el estado previo de
hiperalgesia intensa (memoria periférica del dolor periférico).
Las sustancias relacionadas con el dolor son:
NEUROPLASTICIDAD
ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS
Son múltiples los cambios referidos al dolor en los últimos tiempos. Ya sea desde los aspectos científicos de
investigación (básica y asistencial) como en la sociedad misma. La sociedad ya no adopta ante el dolor una actitud
pasiva y resignada, y está informada (diarios, revistas, TV) de la existencia de métodos cada vez más efectivos y
menos riesgosos para tratar el dolor.
El dolor es motivo de consulta en casi el 65% de las visitas. Ha contribuido al aumento del mismo la detección
precoz del cáncer, el aumento de la expectativa de vida, el SIDA, etc. El 80-90% de los pacientes oncológicos, aún
terminales pueden controlar su dolor con la escalera de la OMS, solo un 10-20% requiere medidas especiales (8).
Aparece en el 80% de los pacientes terminales de SIDA y cáncer, y en un 30% en etapas tempranas.
En USA, más de 80 millones de empleados se queja de padecimientos relacionados con dolor.
El dolor no maligno crónico afecta a diario a 34 millones de adultos en USA.
El dolor causa 25% de los días de enfermedad cada año (50 millones de días perdidos en USA: más de 3000
millones de U$A de pérdida).
Según el Michigan Pain Study de 1997, uno de cada cinco adultos padece dolor crónico o recurrente.
El 80% de los ancianos en geriátricos padece alguna afección dolorosa.
Desde el aspecto del dolor agudo, un estudio en un Departamento de Urgencias clasificó a los pacientes en 3
grupos: un grupo sin dolor (40%), otro grupo con un dolor más acentuado que lo previsto (40%) y un tercer grupo
con nivel algésico esperado (20%).
Un estudio en 1987 realizado por Donovan reveló que el 58% de los pacientes internados refería dolor.
Económicamente hablando, los AINE representan el 93% del mercado mundial de los analgésicos (gasto anual:
10 mil millones de U$A contra 800 millones en opiáceos).
ASPECTOS CLÍNICOS
¾ Transitorio
¾ Agudo
¾ Crónico
El TRANSITORIO no genera daño estructural. Sirve para prevenir lesión orgánica, por ejemplo ante una noxa
térmica. Viaja por fibras A.
En el AGUDO, el daño inicial está presente todo el tiempo (aspecto no obligatorio en el dolor crónico). Ejemplo:
neuralgia posherpética. El dolor agudo puede durar segundos, minutos o a lo sumo días.
El CRÓNICO es aquel con más de 4-8 semanas (otros autores no ponen el criterio de tiempo).
Otros definen al dolor crónico como aquel que aún después de un período de seis meses el paciente no puede ser
aliviado (9).
Este dolor se clasifica en Oncológico y No oncológico.
La duración de este dolor es ilimitada, pero a veces desaparece con la cirugía oncológica.
Los 3 dolores crónicos más frecuentes no son oncológicos:
¾ Fibromialgia (el TÍPICO dolor crónico).
¾ Cefalea.
¾ Lumbalgia.
Las características diferenciales del dolor son:
Semiología
¾ Localización
¾ A mano llena o punta de dedo
¾ Irradiaciones
¾ Comienzo súbito o progresivo
¾ Timbre (*)
¾ Intensidad
¾ Continuo o discontinuo
¾ Evolución en el transcurso de la enfermedad
¾ Causas que desencadenan y aumentan
¾ Causas que lo alivian o lo hacen desaparecer
¾ Movimientos o posiciones que lo aumentan o disminuyen
¾ Predominio diurno o nocturno
¾ Relación con menstruación, clima, estación del año, síntomas asociados
DOLOR AGUDO
Es el dolor de reciente iniciación y duración relativamente corta, en él existen signos y síntomas evidentes de la
estimulación vegetativa como ser: taquicardia, midriasis, sudoración palmar, hiperventilación y comportamiento de
huida. Así en el dolor agudo la sintomatología agregada descripta responde a un predominio adrenérgico, simpático e
inhibición vagal o parasimpática.
DOLOR CRÓNICO
Los mecanismos fisiopatológicos del dolor crónico son muchos más complejos y muy diferentes al del dolor
agudo. En contraste con el del dolor agudo éste persiste mucho más (semanas, meses y aún años).
La ansiedad del dolor agudo es reemplazada por una depresión reactiva e hipocondría, dos características
importantes del dolor crónico. Además muchos pacientes con dolor crónico experimentan cambios emocionales y
afectivos de la conducta, se tornan deprimidos y pierden gradualmente interés por las actividades socio - laborales. El
dolor crónico se transforma en el elemento central que domina la vida del paciente.
Dolor Somático
También denominado nociceptivo, resulta de la activación de nociceptores en tejidos cutáneos y profundos.
Típicamente está bien localizado con frecuencia se lo describe como dolor mordiente o dolorimiento. Es ejemplo de
dolor somático el causado por metástasis óseas.
El dolor somático superficial incluye piel, córnea, mucosa oral, genital y anal. El estímulo de la piel por un
pinchazo produce un dolor inicial de comienzo brusco, agudo, bien localizado, breve; le continúa otro menos
intenso, mal definido, mal localizado, más difuso, percibido como ardor o quemazón; el primero se debe a las fibras
rápidas y el segundo a las fibras lentas (“doble dolor”).
El dolor somático profundo proviene de lesiones de músculos, tendones, aponeurosis, articulaciones y serosa
parietal. Puede ser localizado o referido. Será más localizado cuando se origine más cerca de la piel. Un estímulo
puede provocar un dolor referido, que se percibe en un lugar alejado de la región. Suele acompañarse de hiperestesia
cutánea y aumento del tono muscular. Un ejemplo es el dolor diafragmático: su irritación puede originar dolor
cervical por el origen frénico.
Dolor irradiado
Es producido por irritación o compresión de raíces nerviosas, plexos o nervios sensitivos. Los dolores siguen el
trayecto de distribución sensitiva de la raíz, plexo o nervio.
Los dolores radiculares suelen aumentar con tos, estornudo y defecación.
Ejemplos: ciatalgias, cólico renal irradiado a genitales.
Dolor central
Es el dolor talámico, contralateral, suele respetar la cara, aparece con contactos mínimos y genera una sensación
desagradable, un dolor de grado variable o sensación de quemazón.
Dolor Visceral
Dolor causado por contracción, distensión, tracción e inflamación. Se transmite por fibras amielínicas
neurovegetativas. Suele deberse a contracción o distensión de vísceras huecas o por isquemia miocárdica. Si es
intenso o se agrega inflamación, será referido.
Es muy común en el paciente con cáncer y es causado por infiltración, compresión y distensión de vísceras
torácicas y abdominales. Este tipo de dolor es más localizado y con frecuencia se describe como profundo y de
presión. El dolor visceral se irradia con frecuencia a sitios cutáneos, a veces lejanos al lugar de la lesión (11). El
dolor referido puede explicarse pues vías aferentes del dolor de pequeño calibre se proyectan desde las estructuras
profundas hacia las neuronas de la lámina V del asta dorsal, como lo hacen las aferentes cutáneas; la convergencia de
aferentes profundas y cutáneas en las mismas células, sumado al hecho que las aferentes cutáneas son mas
numerosas y tienen mayores vinculaciones talámicas que las viscerales explica el hecho que se proyecte un dolor a
cierta distancia de su origen.
Otra peculiaridad de la localización en relación al dolor referido es la “referencia aberrante”: es una alteración del
estado fisiológico de las reservas de neuronas en segmentos adyacentes de la médula espinal. Por ejemplo, artritis
cervical con dolor crónico puede inducir un cambio del dolor cardíaco en sentido cefálico o caudal. Cualquier dolor,
cuando se hace crónico, puede extenderse con bastante amplitud en dirección vertical.
No todas las vísceras son sensibles al dolor. No lo son: pulmón, parénquima hepático, parénquima renal, bazo,
testículo (duele la albugínea), pleura y pericardio visceral.
Resumiendo los aspectos recientes, se puede establecer una clasificación simplista en superficial y profundo:
Superficial Profundo
Discriminativo No discriminativo
Localizado Mal localizado
A punta de dedo A mano llena
Topográficamente corresponde a la metámera Puede no corresponder metaméricamente a la
zona señalada (puede ser referido)
Dolor Psicógeno
No se encontró causa en el interrogatorio ni en el examen físico.
Dolor postoperatorio
Hay distintos desencadenantes, pero el principal es la liberación de sustancias sobre fibras C y Aδ. Es muy
intenso.
La analgesia preventiva implica disminuir la duración e intensidad del mismo con drogas u otros elementos. Hay
zonas con alta densidad de nociceptores, y las mismas se deben infiltrar en el pre, intra y postoperatorio con
anestésicos locales, a fin de reducir el dolor postoperatorio. Por ejemplo, el tórax es más doloroso que los miembros.
Dolor reumático
Puede ser agudo o crónico. se debe a inflamación articular y/o de partes blandas.
El primero y el más importante es el dolor relacionado con la invasión tumoral directa. Los tumores óseos o
metastásicos; la infiltración de nervios y plexos nerviosos o la invasión visceral son los ejemplos más comunes de
este tipo de dolor. Hay también dolor asociado a la enfermedad pero no provocado por esta (mialgia por caquexia).
El segundo tipo comprende a los síndromes dolorosos relacionados con la terapéutica del cáncer, como por
ejemplo el dolor postquirúrgico, las reacciones actínicas y la mucositis en algunos tratamientos quimioterápicos,
plexopatía braquial actínica (o cefalea por AZT en el SIDA).
El tercer tipo de estos síndromes dolorosos consiste en el dolor no relacionado con el cáncer ni su terapéutica
(artrosis en un paciente con cáncer).
En el 75% de los casos el dolor está asociado a la enfermedad, sólo el 20% es atribuible al tratamiento y en el 5%
no hay relación con la enfermedad ni con el tratamiento, este grupo asciende al 10% cuando el paciente es asistido en
su hogar.
Definiciones, alteraciones
HIPERESTESIA: sensibilidad cutánea aumentada.
HIPERALGESIA: aumento de la sensibilidad y disminución del umbral.
HIPOALGESIA: disminución de la sensibilidad y aumento del umbral.
HIPERPATÍA: aumento del umbral con reacción exagerada cuando se percibe el estímulo.
ALODINIA: reacción excesiva a estímulos, incluso al tacto ligero.
HEMIAGNOSIA DOLOROSA: no reconoce el estímulo doloroso pero persisten las reacciones vegetativas y
emocionales, a veces de manera excesiva (lesiones parietooccipitales).
ASIMBOLIA PARA EL DOLOR: el paciente puede discernir el dolor del tacto, e inclusive entre distintos tipos
de dolor, pero no manifiesta reacciones emocionales, verbales o motoras ante el dolor (por lesión de la
circunvolución paramarginal o del lóbulo parietal dominante).
Cáncer SIDA
Dolor somático MTS óseas Sarcoma de Kapossi cutáneo
MTS subcutánea Infección oral
Espasmo muscular Reiter
Dolor visceral Esofágico, mediastinal Gastritis, pancreatitis
Hepatomegalia tumoral Alteraciones biliares
Obstrucción, perforación intestinal
Dolor neuropático Plexopatía braquial (CA mama) Fase de seroconversión o de latencia: Sd de
lumbosacra (recto, cervix), G Barré
polineuropatía paraneoplásica, Fase de transición: herpes zoster
neuralgia actínica o viral, Fase tardía: neuropatía sensorial,
neuropatía intercostal por MTS, autonómica, por CMV, asociada a
radiculopatía (MTS meníngea, herpes) meningitis
¾ Patrón temporal
Momento de inicio, permanente o temporario, agravantes.
¾ Descripción cualitativa
Ver si es nociceptivo (visceral, somático) o neuropático.
¾ Intensidad
Valorar según escalas.
¾ Examen físico
Sitios de dolor (buscar infección, inflamación, visceromegalias) y examen neurológico (dolor en cuello o espalda)
para detectar riesgo de compresión espinal.
¾ Exámenes complementarios necesarios
¾ Estado psicológico
Ver el significado que el paciente le da al dolor, preferencias sobre el tratamiento, mitos sobre el consumo de
morfina, estados de ánimo, efectos sobre la familia, información recibida.
El inicio del tratamiento debe iniciarse con la certeza clínica de la causa, la intensidad,
el mecanismo fisiopatológico y la respuesta predictible a la terapéutica.
La medición del dolor es esencial para el estudio de los mecanismos del mismo y para la evaluación de los
métodos para controlarlo. Esta evaluación puede realizarse en el laboratorio o en la clínica.
Evaluación unidimensional
Son escalas unidimensionales que consideran al dolor como un fenómeno simple; sin poder valorar los aspectos
multidimensionales; sensoriales, afectivos, cognoscitivos y comportamentales.
Son escalas exclusivamente cuantitativas de fácil comprensión:
Escala numérica:
Es similar a la escala visual análoga pero de uso exclusivamente oral. Se solicita al paciente que en una escala de
0 a 10 indique la intensidad de su dolor; en donde 0 es sin dolor y 10 es el dolor severo.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
LEVE: 1-4
MODERADO 5-6
SEVERO 7-10
El dolor de intensidad 5 o más reduce la calidad de vida, produce cambios en el humor y trastornos del sueño,
genera incapacidad para disfrutar, trabajar y relacionarse.
Otros:
Evaluación dinámica (detalle diario del color, oral o escrito)
Figuras del dolor (localización del dolor)
Cuestionario de Mc Gill resumido
Cuestionario de Wiscosin
Cuestionario de Darmouth
Tarjeta de evaluación del dolor
Registro multidimensional de WES HAVEN YALE
Evaluación psicofísica
Perfil de percepción del dolor de Tursky
Se discute si el feto o el recién nacido experimentan dolor. Algunos autores opinan que la percepción del dolor,
tal como la conocen los adultos, no se desarrolla hasta los 12-18 meses de vida. Es más aceptada la teoría que sí
sienten el dolor.
Componente cognitivo
Escala verbal simple
Escala de colores
Dibujos
Test psicológicos (test proyectivos)
Componente fisiológico
Frecuencia cardíaca
Respiración
Oxemia
Sudoración
Componente conductual
Expresiones faciales
Escalas de comportamiento (llanto, vocalización, rigidez)
(escala Oucher, análisis factorial de correspondencia)
Misceláneas
Abu-Saad Pediatric
Pasan Assessment Tool
La evaluación del dolor es una medida preliminar sumamente importante para poder realizar un tratamiento
satisfactorio del dolor en el cáncer. No sólo se debe referir al componente físico sino también a los componentes
sociales, psicológicos y espirituales que integran el dolor total.
La piedra angular de un enfoque de equipo integral del manejo del dolor es la comunicación y la evaluación del
propio paciente.
El dolor se debe evaluar al igual que un signo vital.
En primer lugar se debe obtener una minuciosa historia clínica del dolor en donde se debe consignar las
características del dolor (intensidad, localización, irradiación, cualidad, etc.); la cronología, la respuesta a terapéutica
analgésica, los efectos del dolor en las actividades diarias, el impacto del mismo a nivel familiar y profesional, los
síntomas asociados y los antecedentes de dolor (16).
En segundo lugar se debe efectuar un examen físico detallado que incluya la evaluación neurológica.
En tercer lugar se deben evaluar los estudios de laboratorio, como ser parámetros hematológicos, parámetros
bioquímicos y marcadores tumorales, y los diagnósticos por imágenes que pueden proveer de importante
información acerca de la causa del dolor y de la extensión de la enfermedad.
Finalmente se debe planear una estrategia terapéutica que en el caso del paciente con cáncer debe ser
multidisciplinaria. La terapéutica inicial debe tener objetivos concretos: aliviar el dolor mediante farmacoterapia,
terapéutica física y métodos psicológicos e instituir una terapéutica anticancerosa ya sea radioterapia,
hormonoterapia, inmunoterapia, quimioterapia o cirugía.
En pacientes con enfermedad avanzada, ya progresados a las líneas terapéuticas habituales, se ofrecerá con
criterio paliativo únicamente medidas de sostén clínico (control de síntomas).
El diagnóstico de cáncer causa estrés debido a las percepciones del paciente sobre la enfermedad y sus
manifestaciones y por el estigma que suele ligarse a esta afección. Para la mayoría de los individuos la preocupación
principal es el dolor y la muerte dolorosa.
Cuando a una persona se le diagnostica cáncer, una recurrencia o un fracaso en el tratamiento del mismo, muestra
una reacción emocional característica; un período de choque inicial, seguido de un período de confusión con
ansiedad y síntomas depresivos, inestabilidad, alteración del apetito y del sueño. Se deteriora la capacidad para
concentrarse y llevar a cabo las actividades diarias, se presentan pensamientos sobre la enfermedad y también miedo
en cuanto al futuro.
Bienestar físico Bienestar psicológico Aspectos sociales Bienestar espiritual
Habilidad funcional Ansiedad Aflicción al cuidado Sufrimiento
Fuerza Depresión Entorno y parentescos Significado del dolor
Fatiga Tristeza Afectos Religiosidad
Sueño y descanso Angustia Función sexual
Náuseas Temor Apariencia
Apetito
Constipación
Estos síntomas pueden desaparecer gradualmente con el apoyo de su familia, los amigos, el médico y el
psicólogo que delinearán un plan terapéutico que ofrezca esperanza.
El médico que trata pacientes con cáncer está atendiendo en gran parte individuos psicológicamente sanos, que
tienen reacciones emocionales al estrés que provoca el cáncer y su tratamiento.
En el estudio del Psychosocial Collaborative Oncology Group se graduó la intensidad del dolor en 215 pacientes.
De los enfermos con diagnóstico psiquiátrico, el 39% indicó que la intensidad de su dolor era mayor de 50 mm en
una escala visual análoga de 100 mm. En contraste sólo el 19% de quienes no presentaban un diagnóstico
psiquiátrico, presentó dolor importante. El diagnóstico psiquiátrico de los pacientes fue de manera predominante, un
trastorno de ajuste con ánimo deprimido o combinado (69%), pero cabe señalar que 15% de los enfermos con dolor
importante tenía síntomas de una depresión mayor (17).
Otros autores han señalado que la frecuencia de trastornos psiquiátricos aumenta en pacientes con dolor por
cáncer, encontrándose al comparar pacientes cancerosos con dolor y sin él que los primeros presentaban
puntuaciones más altas en las mediciones de la depresión, ansiedad hostilidad y somatización.
Se ha señalado también que los síntomas de ansiedad acompañan con frecuencia al dolor agudo mientras que los
pacientes con dolor crónico presentan depresión. Estos datos confirman la observación clínica que los síntomas
psiquiátricos de pacientes con dolor deben considerarse al principio como una consecuencia del dolor no controlado.
La ansiedad aguda, la depresión, la agitación, la irritabilidad, el enojo y la dificultad para dormir son síntomas
emocionales y de conductas comunes del dolor.
En un paciente con dolor estos síntomas no deben considerarse como un trastorno psiquiátrico a menos que
persistan una vez que se ha controlado adecuadamente el dolor. Los cancerosos con dolor tienen más riesgo de
desarrollar alteraciones psiquiátricas. Los trastornos psiquiátricos comunes en el cáncer, en términos de frecuencia
son: depresión, ansiedad o los síntomas mixtos.
En muchos pacientes con dolor por cáncer se observan conductas que ya Freud describió como "Beneficio
secundario de la enfermedad". Esto implica una relación directa y un objetivo inconsciente. El enfermo tiende a
tiranizar a todo su entorno ya sea por irritabilidad o por manipulaciones referidas a su papel de inválido y dolorido.
Existen razones para la enfermedad y el dolor y otras por las cuales se usan la enfermedad y el dolor. Daute a
través de 267 entrevistas afirma que el dolor por cáncer provoca mayor interferencia en la actividad y en el vivir que
el dolor de igual intensidad provocado por otras afecciones. El dolor afecta numerosas variables como son: la
actividad, el apetito, el estado de ánimo, el humor, el sueño, la actividad social, etc. (18).
Para comodidad del enfermo y la calidad de su vida es muy importante un equipo médico que pueda valorar y
tratar problemas psicológicos en especial si hay dolor como complicación.
Por lo tanto el tratamiento del dolor por cáncer debe ser multidisciplinario asegurándose poder desterrar la
creencia popular referente al cáncer como "Una larga y dolorosa enfermedad”.
DEPRESIÓN
El diagnóstico de depresión en los pacientes con cáncer depende de síntomas psicológicos no somáticos. Estos
son: ánimo disfórico, sentimientos de desesperanza, pérdida de la autoestima, sentimientos de inutilidad o culpa y
pensamientos de desear la muerte o el suicidio.
Cuando hay depresión intensa en enfermos de cáncer ésta debe tratarse de forma intensiva. La dificultad para
tratarla deriva en parte que los síntomas depresivos representan un espectro de cambios de ánimo que varía desde la
tristeza hasta un trastorno afectivo mayor. Cuando el paciente afronta una amenaza importante para su vida por el
cáncer, es difícil valorar estos síntomas.
ANSIEDAD
Los tipos de ansiedad que se observan en oncología son: episodios de ansiedad aguda relacionados con el estrés
del cáncer y su tratamiento y trastornos crónicos de ansiedad previos al diagnóstico de cáncer que se exacerban con
la enfermedad; procedimientos diagnósticos, tratamientos quimioterápicos o radiantes, cirugía y cuando aguardan los
resultados de estudios de laboratorio o diagnósticos por imágenes.
Los pacientes con dolor agudo suelen presentar ansiedad leve o grave.
¾ El dolor crónico genera desesperanza, depresión, consumo de AINE, intentos suicidas y alcoholismo.
¾ El dolor que no se alivia trae estímulos autonómicos y neuroendócrinos, con nuevas molestias somáticas.
¾ El dolor crónico afecta el sistema inmune.
¾ El dolor persistente y no controlado genera taquicardia, hipertensión, disfunción digestiva.
ASPECTOS TERAPÉUTICOS
DROGAS
1. AINES
2. ADYUVANTES
3. OPIÁCEOS
4. CORTICOIDES
5. TERAPIAS NO FARMACOLÓGICAS POR VÍA SISTÉMICA
AINES
Hay 2 grupos:
¾ Clásicos
¾ Inhibidores de la COX 2
Luego de 5 años de experiencia (2001), las inhibidores de COX2 parecen ser menos tóxicas y con similar
seguridad: a dosis plena, las COX2 y el diclofenac presentan similar eficacia.
La indicación de los AINE es:
¾ Metástasis óseas
¾ Infiltración de tejidos blandos
¾ Artritis
¾ Serositis
¾ Postoperatorios
En los pacientes oncológicos representan el enfoque de primera línea para el tratamiento del dolor.
La utilidad en las MTS óseas se debe a la elevada concentración local de prostaglandinas producidas por las
células tumorales en el hueso afectado.
Incluyen el paracetamol, la aspirina y los antiinflamatorios no esteroides.
Se utilizan comúnmente por vía bucal y no producen tolerancia ni dependencia física por su administración
repetida.
Sin embargo la eficacia analgésica de estos fármacos tiene un efecto límite; es decir que el aumento de las dosis
no produce más analgesia.
Son ejemplos de analgésicos no opiáceos: aspirina, paracetamol, ibuprofeno, naproxeno, ketoprofeno,
indometacina, ketorolac, diclofenac.
Periféricos Centrales
(principales) (secundarios)
Inhibición de la ciclooxigenasa (bloqueo de las Inhibición de la ciclooxigenasa en médula
prostaglandinas). y SGP (dipirona).
Interferencia con la activación de los neutrófilos. Activación de opioides endógenos.
Estimulación de la vía del óxido nítrico – GMPc. Bloqueo de la liberación de serotonina.
Bloqueo de la actividad adrenérgica. Efecto sobre el tálamo ventral
Inhibición de las citokinas. (paracetamol).
Estímulo de la liberación de encefalinas Efecto sobre el hipotálamo.
endógenas.
Inhibición de la activación del receptor.
La hipersensibilización funcional del nociceptor, en presencia de una hiperalgesia sostenida, puede determinar la
ineficacia de los AINE, y como estas drogas previenen el desarrollo de la hiperalgesia, su éxito o fracaso estará en
relación con la precocidad de su uso.
Los efectos pueden diferir según el tejido, por ejemplo el paracetamol y la dipirona inhiben la ciclooxigenasa con
mayor potencia en los tejidos nerviosos que en otros tejidos.
La sensibilidad de los nociceptores puede ser controlada por un balance entre los niveles de AMPc y GMPc, y la
vía de la arginina–óxido nítrico–GMPc probablemente es el mecanismo de acción de fármacos que bloquean la
hiperalgesia, como la dipirona y el diclofenac (19).
Diclofenac
Dosis: 25 – 50 mg cada 8-12 horas.
Límites: 75 - 150 mg.
Ibuprofeno
Dosis: 400- 600 mg cada 4-6 horas.
Límites: 1200 – 3200 mg.
Naproxeno sódico
Dosis: 250- 500 mg cada 12 horas.
Límites: 500- 1250 mg
Ketorolac
Dosis: 7,5 cada 6 a 30 mg cada 8 horas por VO (30-90 mg).
Hasta 90-120 mg en goteo.
Límites: 40 – 150 mg
La equivalencia aproximada es:
Ketorolac 60 = Morfina 15
Las diferencias son:
¾ En crónicos el AINE no es tan útil.
¾ El ketorolac tiene límite de tiempo (más de 5 días se asocia a deterioro renal).
¾ La morfina no tiene límite de tiempo ni de dosis.
Piroxicam
Tiene igual eficacia pero mayores efectos adversos digestivos que otros AINE, por lo cual está cayendo en
desuso.
Paracetamol
Dosis: 500 mg cada 4-6 horas.
Límites: 2-4 g al día.
Inhibidores de la COX 2
Celecoxib
La dosis mínima para dolor es 100 mg.
Hay trabajos con 400-1600 mg que muestran disminución del cáncer de colon y de lesiones polipoideas
preneoplásicas.
Rofecoxib
Los comprimidos son de 12,5 - 25 y 50 mg.
Se inicia con 25 mg y se aumenta hasta 50 mg (algunos trabajos dicen hasta 75 mg).
ADYUVANTES
Antidepresivos
1- Tricíclicos
¾ Amitriptilina
Comp. 25 - 50 - 75 mg
Dosis analgésica: 50-150 mg (dosis antidepresiva: 75 mg).
¾ Nortriptilina
Los principales efectos adversos de los tricíclicos son:
¾ Somnolencia, principalmente con amitriptilina, por lo cual conviene darla de noche.
¾ Constipación.
¾ Hipotensión ortostática (es indicación de suspensión).
¾ Arritmias.
2- IRSS
¾ Fluoxetina, Sertralina, Paroxetina
3-BZD
¾ Alprazolam
Antidepresivo leve por acción talámica.
En reumatología se está dejando de usar la amitriptilina por la fluoxetina en los síndromes fibromiálgicos.
En el dolor neuropático es al revés: no sirve la fluoxetina y sí los tricíclicos.
La dosis analgésica no va paralela a la dosis antidepresiva.
Otros adyuvantes
¾ Carbamacepina
Empieza a actuar a los 7 días.
Dosis analgésica: desde 100 mg cada 24 horas a 400 mg cada 8 horas.
Mala respuesta en las neuritis (para algunos no hay diferencias con placebo). Otros sugieren la utilidad de los
anticonvulsivantes (incluido DFH) en dolor neuropático y mioclonía por opioides.
¾ Difenilhidantoína
Empieza a actuar a los 7-14 días.
Dosis analgésica: 100 mg cada 8 horas.
¾ Clonazepam
Reduce el componente ansiolítico del dolor.
Dosis analgésica: desde 0,5 mg cada 8-12 horas a 4 mg cada 12 horas.
¾ Pamidronato
Es un bifosfonato, su ® es Aminomux.
Se usa en goteo EV para:
Lesiones vertebrales.
Fracturas por osteoporosis.
MTS osteolíticas del cáncer de mama. o próstata.
Mieloma múltiple.
Síndrome de Sudeck (distrofia simpática refleja).
Para osteoporosis: 30 mg a pasar en 2-3 horas cada 90 días.
Para MTS: 90-270 mg por mes (90 mg semanales).
Efecto adverso: hipokalemia.
¾ Mexitilene
Dar por VO cuando hay respuesta del dolor neuropático a la lidocaína.
Puede usarse en neurinoma o en dolor post cirugía torácica.
¾ Calcitonina
Dar nasal o EV. La nasal genera anticuerpos tras 6-8 semanas de uso.
Uso en:
¾ Fracturas osteoporóticas.
¾ MTS óseas.
¾ Estronio 89
Uso en MTS óseas del cáncer de próstata. Al principio genera dolor en la zona del tumor, que es destruído (luego
cede).
Efecto adverso: pancitopenia.
¾ Clonidina
Uso en:
¾ Dolor neuropático.
¾ Abstinencia de morfina.
¾ Propranolol
Uso en migraña (como preventivo). Disminuye la frecuencia de las cefaleas.
80- 160 mg.
¾ Baclofeno
® Lioresal
Útil para el manejo del dolor neurítico, se desconoce porqué. Es bloqueante neuromuscular.
Uso en espasmo muscular (el 50% responde).
Otras indicaciones: tics, mioclonías, hipo, blefaroespasmo.
Se empieza con 10 mg al día, y se aumenta hasta 40-80 mg en 4 tomas.
El costo es 20-50$ al mes.
¾ Verapamilo
Droga de primera elección en la cefalea en racimos de Horton.
Droga de segunda elección en la migraña.
¾ Flunarizina
Uso en migraña, 5-10 mg por la noche.
¾ Gabapentina
Útil para todas las neuralgias (HIV, DBT, etc.).
Es antiepiléptico.
® Neurontín de 100 - 300 - 400 mg
Vale 100-300 $ al mes.
Empezar con 200 mg a la noche e ir aumentando paulatinamente.
Dosis: 1200 - 2400 mg /día en 3 dosis
Respuesta inmediata para dolor por neuritis de todos los tipos.
Excreción renal (disminuir dosis en insuficiencia).
¾ Lamotrigina
Útil para todas las neuralgias.
Es antiepiléptico.
® Lamictac de 5 - 25 - 50 - 100 - 200 mg
Vale 50-100 $ al mes.
Empezar con 25 mg / día y duplicar cada 4 días.
Dosis: 100 - 200 mg /día (en una o dos tomas).
Respuesta inmediata para dolor por neuritis de todos los tipos.
Excreción renal (disminuir dosis en insuficiencia).
¾ Ansiolíticos
¾ Octreótido
¾ Relajantes musculares
Dolor musculoesquelético.
¾ Glicopirrolato
Anticolinérgico para el dolor visceral causado por obstrucción intestinal.
CORTICOIDES
¾ Anestesia tópica
Preparar xilocaína al 5 - 10 - 15% en farmacias (lo prepara la Rex y las cercanas al Hospital Italiano). La jalea
comercial es al 2%, no sirve para dolor importante.
Útil en neuralgias postherpéticas.
La CAPSAICINA provoca ardor y es engorrosa (varias aplicaciones al día durante un mes).
La EMLA (mezcla eutéctica de anestésicos locales) es eficaz pero de uso engorroso.
Se puede moler 750 – 1500 mg de AAS y mezclar en 20 a 30 ml de éter, aplicando sobre la piel.
¾ Bloqueos
Neurolíticos: xilocaína, corticoides.
No neurolíticos: alcohol.
Los bloqueos pueden ser raquídeos (peridurales, perirradiculares, facetarios), de quistes sinoviales, del nervio de
Arnold, sacroilíacos.
Se hacen bajo TAC con lidocaína + metilprednisolona (se importa del Uruguay por 7$).
El 80-90% de los casos de dolor cervical por hernia de disco se solucionan con infiltración bajo TAC. Solo el
10% puede requerir cirugía si todos acceden a este tratamiento, solo hay que esperar 1-3 meses a la desinflamación
de la zona.
¾ Tratamientos neuroquirúrgicos
Sección de haces.
Implantes sobre el nervio (para estimular ME).
¾ TENS
“Electroanalgesia transcutánea nerviosa”. Usa pequeñas intensidades de corriente, menores a 100 mA, con
frecuencias variables, de 1 a 200 cps. Su mecanismo analgésico sería estimulando a la sustancia de Rolando
(inhibitoria del dolor).
Se lo indica en (20):
OPIOIDES Y OPIÁCEOS
Mu 1 y 2
Kappa 1a, 1b, 2a, 2b.
(otros clasifican en 1,2 y 3)
Sigma
Delta
Epsilon
Una droga se considera agonista morfínico cuando tiene alta afinidad por el receptor Mu y actividad intrínseca.
Mu Kappa Sigma
Analgesia supraespinal Analgesia espinal Estimulación cardiovascular y
Depresión respiratoria Sedación respiratoria
Náuseas y vómitos Alucinaciones
Miosis Vértigo
Poiquilotermia Sudoración
Euforia
Tolerancia, dependencia y adicción
a la morfina
Sobre la base a estas acciones, el desarrollo de un agonista mu-1 selectivo podría tener gran relevancia clínica.
Los agonistas kappa serían las drogas ideales para su uso en el paciente crítico en Terapia Intensiva
(sedación sin euforia, baja adicción, sin depresión respiratoria), pero aún no se desarrolló ninguno para su uso
clínico.
Los receptores opioides están localizados en las cercanías del espacio subaracnoideo por lo cual las drogas llegan
fácilmente a zonas con alta densidad de receptores. De allí la importancia de la dosificación de opioides por vías
raquídea, peridural o subaracnoidea. Las láminas I y II del asta dorsal son las más cercanas al borde dorsal de la
médula, y en más estrecha comunicación con el LCR. Lo mismo ocurre con la sustancia gris periacueductal y
periventricular.
La interacción de los agonistas opiáceos con los receptores determina una disminución en la frecuencia de las
descargas o de la excitabilidad.
Los agonistas mu aumentan la salida de los iones potasio, o cual hace menos excitable a la neurona, entrando
menos calcio cuando la misma es estimulada.
Los agonistas kappa inhiben la entrada de calcio a la neurona por disminución del eflujo a través de los canales
de calcio voltaje dependientes. Posiblemente a este hecho se deba que el aumento de la concentración de calcio
atenúe los efectos de la morfina, y viceversa.
Los agonistas de los receptores mu y delta disminuyen la síntesis neuronal de AMPc.
Existe un mecanismo de acción analgésico periférico de la morfina relacionado a la vía arginina – óxido nítrico –
GMPc.
Estos fármacos se han caracterizado por diferencias farmacológicas importantes derivadas de sus interacciones
complejas con múltiples receptores opioides en el sistema nervioso central. Se puede clasificar de acuerdo a esto en
drogas agonistas puras, agonistas - antagonistas y agonistas parciales. Las 2 tablas siguientes clarifican la
clasificación:
EFECTO SOBRE
ACCIÓN EJEMPLO EFECTO SOBRE MU
KAPPA
Agonista Morfina Agonista Agonista
Hidromorfina
Meperidina
Metadona
Fentanilo
Agonista – antagonista Pentazocina Antagonista Agonista
Nalbufina
Butorfanol
Agonista parcial Buprenorfina Agonista parcial Agonista
Fármacos agonistas:
Los de tipo morfina se utilizan ampliamente para tratar el dolor por cáncer. Aunque quizás difieren de la morfina
en sus características cualitativas y cuantitativas, simulan el perfil farmacológico e incluido los efectos deseables e
indeseables. Son ejemplos de fármacos agonistas la morfina, hidromorfona, meperidina, heroína, metadona, codeína,
dextropropoxifeno, tramadol, fentanil, etc.
Si bien se habla clásicamente de fuertes y débiles, no siempre implica que los que se repitan en ambos escalones
(2 y 3) sean débiles, sino que al estar combinados con AINE se limita su dosis.
También está la posibilidad de iniciar el escalón 2 con bajas dosis de un opioide fuerte (por ejemplo morfina).
Opiáceos “atípicos”
El tramadol además de unirse a los receptores mu, debe parte de su acción a que inhibe la captación de
noradrenalina y serotonina en las terminales nerviosas.
Vías de administración
¾ ORAL
Es la vía de elección para el tratamiento del dolor oncológico.
Cuando se administran por vía bucal, los narcóticos difieren de manera importante con respecto a su eliminación
presistémica, es decir, el grado en que son inactivados a medida que se absorben en el aparato digestivo y pasan a
través del hígado hacia la circulación sistémica.
En general, por vía bucal la acción se inicia más lentamente.
La mayoría se puede dar por esta vía. Con la morfina el inicio de acción es en 2-3 horas.
¾ INTRANASAL
La función primordial de la estructura nasal es la humidificación, calentamiento y limpieza del aire inspirado.
Para ello cuenta la mucosa nasal con un epitelio muy vascularizado y un área de 180 cm2.
Por esta vía se evita la degradación de fármacos a nivel gastrointestinal y el primer paso hepático.
El subfentanilo presenta una relación potencia/volumen muy favorable para ser administrado por esta vía.
Causa mínimos cambios en la mucosa por lo que puede suministrarse en forma crónica.
Su disponibilidad plasmática es del 56% de la misma dosis intravenosa a los 10 minutos, y a los 30, 60, y 120
minutos no muestra diferencias con las concentraciones endovenosas.
¾ SUBLINGUAL
Tiene las mismas características que la mucosa oral y por poseer un epitelio más fino es más permeable que otras
zonas de la boca.
La buprenorfina es el único opioide formulado para uso sublingual. Por su alta liposolubilidad atraviesa
fácilmente la mucosa sublingual pero tiene un comienzo de acción de 15 a 30 minutos debido a sus características
cinéticas (alta afinidad con lenta asociación/disociación). El pico plasmático se observa entre una y dos horas con
una disponibilidad plasmática de entre 16 y 96 % y una duración de acción entre 8 y 10 horas.
Ej: Buprenorfina ® Temgesic
¾ SUBCUTÁNEA
Presenta una biodisponibilidad similar a la intravenosa. Pueden ocurrir infección, sangrado e irritación en el lugar
de la inyección.
La mayoría se puede dar por esta vía (morfina, meperidina, nalbufina, buprenorfina).
Da prurito.
¾ ENDOVENOSA
Inicio inmediato.
En el ambulatorio sólo se indica cuando otras vías han fallado. En el agudo es la vía de elección.
La venoclisis continua de opioide ha logrado gran popularidad como método de analgesia en pacientes con
enfermedad terminal.
Ej: morfina.
¾ RECTAL
La mucosa rectal por no presentar vellosidades tiene un área de absorción de 200 a 400 cm2, con un pH de entre 7
y 8. Las drogas se absorben por difusión pasiva hacia los plexos venosos submucosos que drenan en las venas
hemorroidales. Estas desembocan en el sistema porta y las medias e inferiores en el sistema cava; por lo que no es
predecible qué porción de la droga realizará el primer paso hepático.
Los vehículos para la dosificación rectal pueden ser líquidos, semisólidos o sólidos; entre ellos se destacan las
cápsulas de gelatina y los supositorios de hidrogel. Puede darse la misma solución en ampolla por el recto, o bien los
comprimidos de liberación sostenida.
La disponibilidad de las drogas es sumamente variable con rangos de entre 30% y 70% de la relación rectal/
parenteral para la morfina. Estos valores son aún superiores a los obtenidos por vía oral. El pico plasmático se
alcanza a los 30 minutos y las concentraciones plasmáticas comienzan a descender a las 2 horas.
La falta de difusión del procedimiento se debe más a razones culturales y sociales que a objeciones
farmacológicas
Los supositorios de morfina evitan el primer paso hepático (importante con opioides). El efecto adverso es la
mucositis y la proctitis.
¾ INTRAMUSCULAR
Si bien el método es adecuado para tratamientos a corto plazo, en el uso prolongado surgen problemas prácticos
como falta de sitios para la inyección en pacientes caquécticos, dolor por las múltiples inyecciones, posible retraso
para recibir la droga en forma regular, lo que origina aumento del dolor, ansiedad y vigilancia del dolor.
Desaconsejada. Genera gran dolor local, prurito y su absorción es errática.
¾ TRANSDÉRMICA
Esta vía utiliza a la piel como órgano de dispensación y liberación. El estrato córneo es rico en lípidos por lo que
se requieren drogas liposolubles para atravesarlo.
Actúa como barrera al paso de la droga y también como reservorio y depósito de ella.
Los fármacos utilizados por vía transdérmica se absorben y eliminan con tasa constante independientemente de la
droga remanente (cinética de orden 0).
El Fentanil transdérmico se dispensa en parches de citrato en una matriz gelatinosa, que contiene una membrana
porosa permitiendo la liberación controlada de la droga.
La tasa de liberación horaria depende del tamaño del parche pues cada cm2 libera 2,5 ug/h.
Luego de aplicado el fármaco el pico plasmático se alcanza entre 12 y 16 horas. Si se deja colocado 24 horas la
vida media de eliminación dura entre 15 y 21 horas. Tanto la latencia como la prolongación del efecto después de
retirado el parche se explica por la capacidad del estrato córneo para actuar como reservorio.
Los parches de fentanilo ® Durogesic vienen de 25-50-75 y 100 (son los µg liberados por hora). El parche dura
72-96 horas. Es útil recién a las 24 horas, por lo cual debe ser iniciado 24 horas antes de suspender el goteo.
Su costo es muy elevado para el dolor crónico.
¾ RAQUÍDEA e INTRAVENTRICULAR
Por catéter u otro sistema de infusión. Su potencia es 50 veces superior a la subcutánea. Esta vía se introdujo en
la práctica en 1978. Es un abordaje eficaz, seguro y práctico para lograr analgesia. Puede usarse aguja epidural
(inyección única) o catéter epidural (bolo o infusión continua).
También puede llevarse a cabo por la técnica de ACP (se verá más adelante).
Se puede usar morfina, meperidina o fentanilo (y derivados del mismo).
La analgesia de la morfina es más difusa, siendo la del fentanilo más localizada.
La clonidina por esta vía, asociada con opiáceos o anestésicos locales, prolonga la duración de la analgesia
provocada por ambos grupos.
Con respecto a la vía intravenosa, las diferencias a favor de la vía epidural son: mayor analgesia, menos
complicaciones respiratorias, se recupera más rápido la función intestinal, la deambulación es más precoz.
Los opiáceos que ingresan al espacio epidural se distribuyen por tres vías: atravesar duramadre, captación
vascular y depósito en grasa epidural. Cuanto más lipofílico es el opiáceo, más acelerada es su difusión hacia las
áreas medulares ricas en lípidos, induciendo analgesia más inmediata.
Tiene utilidad para post toracotomías, procedimientos abdominales y operaciones genitourinarias o de miembros
inferiores. No produce bloqueo simpático o motor ni hipotensión.
Comparado con la ACP, la morfina epidural proporciona una analgesia más constante con similar incidencia de
efectos adversos.
Los principales efectos adversos por esta vía son: depresión respiratoria, prurito, retención urinaria, náuseas y
vómitos. La depresión respiratoria se informa en el 0,9% de los casos y se asocia a edad avanzada, uso concomitante
de opiáceos por vía sistémica u otros depresores centrales, cirugía extensa y dosificaciones más elevadas de
opiáceos. El prurito puede aliviarse con antihistamínicos o con un parche transdérmico de escopolamina.
Los opiáceos por vía intratecal producen los mismos efectos que por vía epidural, pero se requieren menores
dosis, su indicación principal es el dolor oncológico, durante el trabajo de parto, dolor post esternotomía.
Los inconvenientes de estas técnicas se vinculan a las complicaciones de un catéter permanente (hemorragia,
infección, parestesia, migración de la punta, etc), cefalea, o que el catéter epidural penetre la dura y administre una
dosis mayor de opiáceos por vía intratecal.
Las ventajas de una vía sobre otra no están claras, ni tampoco con respecto a la vía intravenosa, pero algunas
evidencias indican beneficios de la vía epidural respecto de la intravenosa en post toracotomía.
Dosis de opiáceos
La dosis correcta es aquella que alivia el dolor. El rango para el uso de morfina varía entre 5 mg hasta más de
1000 mg cada 4 horas. El uso de un opioide previo es el principal referente para predecir la dosis. La mayoría de los
pacientes con dolor crónico se alivian con morfina oral en una dosis de 10 a 30 mg cada 4 horas, o bien con 30-120
mg cada 12 horas si se usan los comprimidos de acción prolongada.
No hay techo, excepto para la codeína (hasta 240 mg, otros dicen 480 mg).
Cuando se asocian con AINE, el mismo marca el techo.
Ejemplos:
® Klosidol Dextropropoxifeno + Dipirona
® Supragesic Dextropropoxifeno + Ibuprofeno
® Dolofrix Codeína + Paracetamol
® Voltarén Forte Codeína + Diclofenac
Por ejemplo el Voltarén Forte viene con 50 mg de codeína y 50 mg de diclofenac; la dosis tope de este último es
de 150 mg, lo cual condiciona, con un máximo de 3 comprimidos, un tope de codeína (150 mg), que es inferior a la
dosis máxima de la misma (240 mg).
El ® Dolofrix es la combinación más útil.
En USA hay comprimidos de:
Oxicodona + AAS
Oxicodona +Paracetamol
(Oxicodona sola es el tercer nivel de escalera analgésica, en tanto que la oxicodona combinada es el segundo
nivel de la escalera).
En el paciente virgen de opioides, la dosis inicial habitual de morfina es de 5-10 mg. Si ya recibía dosis de
codeína 60-100 mg (o dosis equianalgésicas de otro opioide) la dosis inicial de morfina debe ser de 10-15 mg.
Los coeficientes para calcular dosis equianalgésicas son:
Si un paciente viene medicado con 300 mg de morfina y debe pasar a oxicoodona (relación 1 / 1,5), debe recibir
200 mg de oxicodona en 2 dosis.
Para pasar de morfina oral a parenteral, la relación es 2 / 1; por ejemplo si viene con 30 mg cada 4 horas, el total
es 180 mg; el equivalente parenteral es 90 mg (15 mg cada 4 horas).
Intervalos
Codeína, oxicodona y morfina cada 4 horas.
Metadona cada 8-12 horas.
Morfina y oxicodona de larga duración cada 12 horas.
Interrupción
Cuando es sometido a tratamientos quirúrgicos efectivos o ablaciones neuroquirúrgicas, se debe disminuir la
dosis a un 75%, luego reducir 50% cada 48-72 horas. Cuando la dosis total es equivalente a 15 mg de morfina oral, el
opioide puede ser suspendido definitivamente.
Prescripción de drogas
Codeína
Dosis: 30-120 mg cada 4 horas
(algunos dicen hasta 240 mg al día, otros dicen 480 mg)
Puede ser preparado de farmacia o combinaciones.
® Dolofrix simple Codeína + Paracetamol (30 +300)
® Dolofrix forte Codeína + Paracetamol (60 +300)
El intervalo interdosis es de 6-8 horas (6 para el forte).
Parte de su acción se debe a su metabolito, que es la morfina. Hay pacientes que carecen de la capacidad de
desdoblar la codeína en morfina, y ante la falta de eficacia de la codeína, pensar en esta posibilidad.
Tramadol
® Calmador, Nobligán, Tramal.
amp - gotas - comp
Vías: oral, subcutánea, endovenosa, intramuscular.
No es dolorosa.
Dosis habitual: 50 mg cada 8 horas
Dosis máxima: 100 mg cada 6 horas (48 horas).
Dosis para tratamiento crónico: 200 mg al día.
Los comprimidos retard (® Tramal Long) vienen de 100 y 200 mg; se da 1 cada 12 ó 24 horas.
Es menos constipante. Su potencia respecto de la morfina es 1/5 por VO y 1/10 por vía parenteral.
Genera escasa dependencia, por lo que no es controlado.
Metadona
Comp de 5 – 10 y 40 mg de acción prolongada.
Dextropropoxifeno
El ® Klosidol es el 50% del mercado de los opioides, lo cual implica un mal manejo del dolor por parte de los
profesionales.
El propoxifeno es débil, y asocia una dosis limitante de dipirona (1,5 gr); su intervalo interdosis es de 4-8 horas.
Dosis: 100-200 mg cada 6 horas (hasta 1200 mg al día).
No presenta ninguna ventaja: la dipirona es IGUAL de ANALGÉSICO pero PEOR de ANTIINFLAMATORIO
que el IBUPROFENO; no obstante la relación de venta es 20 a 1:
Klosidol ® vs Supragesic ®.
Morfina
Viene en:
o comprimidos de liberación rápida
o comprimidos de liberación prolongada.
o jarabe
o gotas
o ampollas
o supositorios
Es el opiáceo de elección en el dolor crónico oncológico.
Comp. de 10 mg (AP) y 30 mg (liberación rápida y AP).
Los comprimidos AP de morfina y oxicodona deben ser tragados enteros (no dividir ni triturar).
Algedol ®
Comprimidos de liberación prolongada se da cada 24 horas.
Comprimidos de liberación rápida se da cada 4 horas (pero a la noche a las 00.00 se da doble dosis para
no despertarlo).
Puede mandarse a preparar en gotas de alta concentración (1gr en 50ml= 20 mg por ml) o en jarabe.
Oxicodona
Oxicontín ® (de liberación rápida y prolongada).
Dosis:
Para el de liberación rápida 5-15 mg cada 4-6 horas.
Para el de liberación prolongada: comenzar con 10 mg cada 12 horas y aumentar gradualmente hasta dosis
óptima (no hay techo).
Tiene alta biodisponibilidad por VO (50-70%) y es tan potente como la morfina, con mayor biodisponibilidad y
menor riesgo de confusión o alucinación en gerontes.
El de liberación prolongada viene de 10 - 20 y 40 mg.
Para quienes reciben otros opioides, aplicar la fórmula:
(mg/día opioide previo) * (factor de conversión)= mg/día de oxicodona oral
El factor de conversión es:
Codeína 0,15
Hidrocodona 0,9
Hidromorfona 4
Levorfanol 7,5
Meperidina 0,1
Metadona 1,5
Morfina 0,5
Meperidina
Demerol ®
Tiene utilidad para manejo agudo en el POP. Tiene propiedades anticolinérgicas.
No se usa en el crónico por su vida media corta (2-3 horas) y por acumulación de su metabolito tóxico
(normeperidina) con efectos neurológicos (temblor, agitación, convulsiones).
Fentanilo
Sublimase ® viene asociado con Droperidol. Es para anestesia.
Durogesic ® parches
Vienen de 25-50-75 y 100 (son los µg liberados por hora). El parche dura 72-96 horas. Es útil recién a las 24
horas, por lo cual debe ser iniciado 24 horas antes de suspender el goteo.
La caja viene con 5 parches. Su costo es muy elevado para el dolor crónico. Los de 50 mg valen 250$.
El parche está indicado cuando no se puede usar la vía oral (mucositis, gastroparesia).
Buprenorfina - Nalbufina
No recomendables pues pueden actuar como antagonistas clínicamente.
Expendio de opiáceos
¾ Capital Federal
Receta archivada: buprenorfina - codeína - propoxifeno - tramadol - nalbufina.
Receta del ANMAT: morfina - oxicodona - fentanilo - meperidina.
¾ Cuando el dolor es muy importante y la dosis es importante, la SEDACIÓN es un efecto que desaparece en 2 a 3
días en el 90% de los casos.
¾ Las náuseas y vómitos ocurren en el 60-70% cuando se usan opiáceos fuertes, duran 48-72 horas; usar
antieméticos de inicio (metoclopramida, ondansetrón, prometazina, clorporomazina, haloperidol).
¾ El ONDANSETRON viene en ampollas o comprimidos, de 4 y 8 mg; la dosis preoperatoria es de 8 mg EV (40-
45$ la ampolla). Hay más de 10 formulaciones diferentes, algunas parecen no ser muy buenas, el original es de
Glaxo. La caja con 10 comprimidos de 8 mg vale 180$. La dosis es 2 a 3 comprimidos al día. NO HA
DEMOSTRADO SER MEJOR QUE LA METOCLOPRAMIDA.
¾ La CONSTIPACIÓN es el problema principal. No tiene tolerancia; es prácticamente intratable. Empeora con los
antidepresivos y el reposo que habitualmente acompañan al tratamiento. Aumenta al aumentar la dosis. Usar
cualquier laxante de inicio, se prefiere bisacodilo (® Dulcolax), a dosis mayores a las habituales (normalmente se
usan 2 comprimidos por día, acá se usan 3 ó 4). Se pueden agregar supositorios de glicerina o lactulosa.
¾ El prurito es poco importante, se asocia más a la vía subcutánea.. No es progresivo. se trata con hidroxicina ®
Ataraxone en altas dosis: 25-50 mg, 2 a 4 veces al día.
¾ Disforia y efectos psicominéticos: descartar metástasis y trastornos metabólicos.
¾ Mioclonías: en 5-6%; tratar con clonazepam, carbamacepina o DFH.
¾ Dependencia: su prevalencia en el uso del dolor crónico es menor al 1%. El desarrollo de adicción en quienes
reciben opioides por cáncer es < 1 cada 12000 pacientes.
¾ Tolerancia: en el 20% de dolor crónico por cáncer hay necesidad de aumentar la dosis, debiéndose diferenciar la
tolerancia de la necesidad de mayores dosis por progresión del cáncer.
¾ Delirio: usar oxicodona o agregar halopidol. La rotación de morfina a otro opioide es eficaz en el 60%.
¾ Retención urinaria (usar colinérgicos).
¾ Depresión respiratoria en el tratamiento crónico: es un MITO (excepto en altas dosis por vía EV). EL DOLOR
ES EL ANTAGONISTA FISIOLÓGICO DEL EFECTO DEPRESOR RESPIRATORIO DE LA MORFINA. La
depresión respiratoria se trata con naloxona EV, 0,1-0,4 mg y revaluar en 10-15 minutos. Ver si se repite la dosis
(40 µg cada 5 minutos) o se deja un goteo (5 µg/hora). Cuando termina la depresión respiratoria, debe dejarse 6-8
horas más. La desventaja de la naloxona es el riesgo de revertir por completo la analgesia, produciendo un
paciente despierto, agitado, taquicárdico y con dolor.
¾ Los pacientes con falla renal acumulan opioides. Todos los opiáceos se metabolizan en el hígado a metabolitos
que se excretan por el riñón. La morfina tiene metabolitos activos que pueden acumularse en el paciente con
insuficiencia renal y contribuir a los efectos sedantes y depresores respiratorios.
¾ Cuando un paciente en tratamiento con morfina tiene efectos indeseables inaceptables, se suspende la morfina y
se la reemplaza por oxicodona en una dosis un 30-50% menor a la dosis equianalgésica de morfina que recibía
hasta ese momento.
Algunos autores (7) han propuesto una clasificación de las drogas que pueden controlar periféricamente el dolor
inflamatorio:
- Simpaticolíticos
- Inhibidores de la liberación de
aminas simpaticomiméticas
(guanetidina, beta bloqueantes,
bloqueantes de dopamina)
Indirectos
- Clonidina
TRATAMIENTO DEL DOLOR
Escalera de la OMS
Consta de 3 niveles.
Escalón 3
Escalón 2
Escalón 1
Dolor crónico 1 2 3
Dolor agudo 3 2 1
Hay una visión más amplia de esta escalera:
1.Ejercicios
2.AINE
3.Terapia física y ocupacional
4.Adyuvantes
5.Terapia cognitiva y conductual
6.Opioides débiles
7.Opioides fuertes
8.Estimulación de la médula espinal
9.Analgesia raquídea
10.Neuroablación
Dentro de los adyuvantes, se puede usar antidepresivos con otro segundo adyuvante (por ejemplo mexitilene).
La analgesia balanceada implica el uso de 2 drogas con el objetivo de reducir las dosis de ambas (y minimizar
efectos adversos).
Dentro de cada nivel hay drogas con diferentes efectos adversos. Se pueden hacer cambios de drogas a dosis
equivalentes en cada grupo. La oxicodona tiene menos sedación y menos constipación que la morfina.
Por ejemplo, un paciente que con 60 mg de morfina presenta bolos fecales a repetición, puede ser pasado a dosis
equivalentes de otro opiáceo.
En forma tradicional la mayoría de los médicos aplica su mayor interés en el diagnóstico, con menos
conocimiento e interés en la terapéutica, tal vez por ser menos personal, ya que la mayoría de los médicos receta pero
no ejecuta; no implica menos responsabilidad, solo que se transmite la solución al paciente (cumplimiento de dosis),
al personal auxiliar, y se desliga del problema en forma transitoria pero, en general, más prolongada que lo
aconsejable, lo cual lo conlleva a no individualizar la terapéutica.
Medidas generales
Recomendaciones generales
• Participación del paciente y sus cuidadores.
• Abordaje multidisciplinario.
• Drogas apropiadas, en dosis individualizadas y en forma regular.
• Monitoreo del tratamiento.
• Derivar a expertos en medicina paliativa o del dolor.
Abordaje multidisciplinario
¾ Médico
¾ Enfermera
¾ Área psicosocial
¾ Especialistas
El dolor físico es solo la punta del iceberg (aspectos sociales, espirituales, económicos, psicológicos (2).
Cirugía
• Oncológica
• Reemplazos articulares
En la lumbalgia crónica, la cirugía solo es eficaz para aliviar el dolor en el 1% de los afectados.
Tratamientos específicos
• Oncológicos
• Antiinflamatorios
• Osteoporosis
• Antineuríticos
• Cefaleas
Terapias intervencionistas
• Bloqueos específicos para síndromes dolorosos:
Simpático (ganglio estrellado, torácico, paravertebral, plexo celíaco, hipogástrico, lumbar)
Neurolíticos (fenol, etanol)
• Termocoagulación percutánea
• Inyección ganglionar de glicerol
• Neurotomía
• Analgesia espinal
Epidural o intratecal
• Neurocirugía del SNC
Terapias físicas
• Estimulación cutánea
• Ejercicio
• Inmovilización
• TENS
Terapias de comportamiento
• Técnicas de relajación
• Distracción cognitiva
• Educación
• Psicoterapia
• Soporte estructural
• Grupos de trabajo
OBJETIVO:
Utilizados correctamente los analgésicos resultan eficaces en un gran porcentaje de enfermos oncológicos. Como
parte del Cancer Pain Relief Program a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud declaró que es la clave
del tratamiento de este grupo de pacientes.
En dolor crónico el tratamiento es continuo, NO "según dolor".
Desde el primer día de uso de morfina asociar METOCLOPRAMIDA y BISACODILO.
Ejemplo de manejo con morfina
1. Iniciar con 10 mg de morfina oral cada 4 horas (a las 00.00 hs dar 20 mg y no dar a las 4.00).
2. Si no calma el dolor, aumentar 50-100% a las 24 horas (con efectos adversos, puede disminuirse un 25- 50%
la dosis previa).
3. Ir realizando aumentos hasta nivel de analgesia estable.
4. En ese momento ver si necesita dosis de rescate. Dicha dosis es el 50% de cada toma, y tiene efecto en menos
de 2 horas (por ejemplo si la dosis cada 4 horas es de 10 mg, la de rescate será de 5 mg). Una frecuencia
aceptable de dosis de rescate diario es de 2 a 3 veces por día. Si necesita más administraciones de dosis de
rescate, significa que se debe aumentar la dosis de base.
5. Una vez que se ha estandarizado la dosis de analgesia estable, se suman la dosis óptima y la dosis de rescate.
6. Se pasa a fórmulas de acción prolongada cada 12 horas, y en el medio se debe manejar con dosis de rescate.
Primer escalón:
Medicamento no opiáceo con o sin fármacos coadyuvantes.
Este escalón corresponde al dolor leve y puede ser suficiente con la aspirina, el paracetamol o algún
antiinflamatorio no esteroide para aliviarlo.
Si el dolor persiste o aumenta se pasa al segundo escalón.
Segundo escalón:
Medicamento opiáceo débil con o sin una droga no narcótica y/o fármacos coadyuvantes. Este escalón
corresponde al dolor moderado.
Si el dolor persiste o aumenta se pasa al tercer escalón.
Tercer escalón:
Medicamento opiáceo potente con o sin una droga no narcótica y/o fármacos adyuvantes.
Este escalón corresponde al dolor severo.
La elección de un fármaco específico se inicia con una valoración completa del tipo de dolor y la definición del
síndrome doloroso específico.
Se deben seguir lineamientos para el uso de analgésicos en el tratamiento del dolor por cáncer:
Medidas generales
¾ Organizar el sueño.
¾ Actividad física aeróbica.
¾ Evitar chocolate, alimentos con tiramina, comida china, alcohol, cafeína.
¾ Carbamacepina y DFH no son útiles.
¾ Grupos de apoyo de cefaleas (hay uno que funciona en el Hospital Italiano).
¾ Evitar la ergotamina, con más de 8 mg semanales hay abstinencia a la misma, manifestada por CEFALEA a la
madrugada o a la mañana; presenta además trastornos cognitivos, cefalea de rebote, falta de concentración e
hipertensión arterial. Puede usarse por vía oral o rectal.
Drogas profilácticas
¾ Beta bloqueantes (propranolol, atenolol)
¾ Bloqueantes cálcicos (verapamilo, flunarizina)
¾ Antidepresivos Tricíclicos (amitriptilina, imipramina)
¾ Bloqueantes de la serotonina (Metisergide, pizotifeno)
¾ Divalproato
¾ Naproxeno
Triptanes
Ergotamina
Por VO: iniciar con 1-2 mg y repetir 1 mg cada 30 minutos hasta un máximo de 4 mg al día o 6 mg por semana.
Supositorios: iniciar con 2 mg y repetir 2 mg a los 60 minutos hasta un máximo de 4 mg al día o 6 mg por
semana.
Evitar pasar de 4-6 semanas.
Dosis mayores de 2 mg semanales son consideradas abuso de sustancia, y se asocian a cefalea de rebote.
No usar junto con los triptanes, tratar de evitar en el aura.
Dihidroergotamina (DHE)
Dosis: 0,5-1 mg, repetir a la hora.
Con goteo: el 80% calma la crisis.
Tricíclicos
Usar amitriptilina por la noche.
Usar nortriptilina por la mañana.
Cefalea en racimos
Ataques Profilaxis
Sumatriptán Verapamilo
Oxígeno 100% Ergotamina
Ergotamina Gabapentina
Valproato
Metisergide
Litio
Pizotifeno
Prednisona
Cefalea de tensión
Crisis
¾ AINE
Profilaxis
¾ Antidepresivos tricíclicos
¾ Bloqueantes de la serotonina (Metisergide, pizotifeno)
¾ Naproxeno
¾ Meprobamato, diacepam
Cefalea crónica diaria
¾ Suprimir ergotamina
¾ Naproxeno
¾ Sumatriptán (esperar 24 horas de última dosis de ergotamina)
¾ Antidepresivos tricíclicos (profilaxis)
1. Antidepresivos o anticonvulsivantes
2. Antidepresivos + anticonvulsivantes
3. Anestésicos locales
Dolor agudo
En un estudio con 138 politraumatizados en la guardia, el 37% no tenía dolor (al igual que heridos de guerra);
Beecher describió soldados sin dolor SOLO EN EL ÁREA LESIONADA, pero que sufrían ante una punción venosa.
A mayor tiempo transcurrido hasta la reanimación y el tratamiento, mayor es la posibilidad de desarrollo de dolor
intenso. El 1-2% de los traumatizados desarrolla síndrome de dolor crónico, independiente de la magnitud de las
lesiones y del tipo de tratamiento; sí guarda relación con los factores psicosociales y la conducta operativa no
adaptativa, las influencias que alientan la invalidez, las expectativas cognitivas que promueven la preocupación por
el dolor y las respuestas condicionadas básicas.
En las fracturas costales, el tratamiento del dolor previene las atelectasias.
En las fracturas de huesos largos, la persistencia de dolor sugiere la presencia de complicaciones, como los
síndromes compartimentales, lesiones de la piel, infección o desplazamiento de los fragmentos.
El dolor POP tratado efectivamente disminuye la morbilidad operatoria, permite la deambulación más rápida y la
incidencia de TVP y TEP. Además, los enfermos combativos y desorientados que sienten dolor pueden
autoagredirse.
En la toracotomía los opiáceos epidurales adquieren su principal indicación.
En el IAM el tratamiento analgésico principal es el antiisquémico, pero si el dolor es prolongado pueden usarse
opiáceos, siendo de elección la morfina, sobre todo si hay disfunción ventricular izquierda y edema de pulmón,
causando vasodilatación, la cual no se tolera cuando hay hipotensión. El efecto vagotónico de la morfina puede
predisponer a las arritmias, y más a menudo a náuseas y vómitos. El fentanilo es más útil en hipotensos con falla
izquierda.
Errores frecuentes
¾ Dosis bajas de opioides por miedo a la depresión respiratoria.
Por ejemplo: bajas dosis de meperidina. Debe ser 1 mg/kg; para un adulto de 70 kg es 70 mg, o sea 3/4 de la
ampolla de 100 mg (la muletilla es diluir una ampolla en 10 ml, 1ml = 10 mg, y pasar 2 a 3 ml = 20 a 30 mg).
¾ Intervalo interdosis inadecuado.
Por ejemplo dar morfina cada 6 a 8 horas, cuando el intervalo debe ser 4 horas.
¾ Usar nubaína en los POP.
Drogas usadas
Hay 3 grupos de drogas:
1. Anestésicos locales.
2. AINE.
3. Opiáceos.
Respecto de anestésicos locales, se debe infiltrar en quirófano en la apertura y en el cierre, lo cual disminuye la
inflamación y el dolor POP.
Los AINE de elección en dolor agudo son el ketorolac y el diclofenac. Para uso corto, cualquiera de los dos; para
uso mayor de 5 días, usar diclofenac (daño renal por ketorolac). El ketorolac es mejor analgésico, en tanto que el
diclofenac es mejor antiinflamatorio.
Siempre en POP se debe medicar con AINE + opiáceos.
De los opiáceos, la droga patrón es la morfina.
La morfina se usa en bolo de 0,1 mg/kg (7-8 mg) y goteo (hasta 50 mg al día); o bien 10 mg cada 4 horas. Para
ventilación mecánica debe usarse combinada con benzodiacepinas, de elección midazolam. Sus efectos adversos
pueden ser: retención urinaria, depresión respiratoria y prurito.
Luego de un bolo endovenoso, el efecto pico se alcanza en 20 minutos, y su efecto clínico dura 2-7 horas. Su baja
liposolubilidad retrasa el inicio de la acción en mayor medida que opiáceos más liposolubles como el fentanilo, por
lo cual la duración del efecto clínico está determinada más por el metabolismo hepático que por la distribución en
tejidos. Pero se metaboliza más rápido que el fentanilo, y con su menor volumen de distribución no es probable que
su administración prolongada produzca acumulaciones importantes. La morfina se metaboliza a numerosos
metabolitos, y de ellos la morfina–6-glucurónido (M6G) es 4 veces más potente que su precursor; la vida media de
este metabolito es 3 a 6 horas en pacientes con función renal normal (aproximadamente el doble que la morfina),
pudiendo generar narcosis prolongada.
Otro metabolito (M3G) no posee actividad analgésica, y hasta podría antagonizar los efectos analgésicos de la
morfina. En pacientes con insuficiencia renal la morfina tiene menor volumen de distribución y menor unión a
proteínas debido a hipoalbuminemia y acidosis metabólica. En pacientes con insuficiencia renal se puede observar
sedación persistente y depresión respiratoria hasta 7 días después de recibir morfina.
Considerando un límite terapéutico de 5 – 10 ng/ml para analgesia, las concentraciones se alcanzan rápidamente
tras el bolo y se mantienen durante la infusión. Luego de suspender la infusión, las concentraciones plasmáticas caen
por debajo de los niveles subterapéuticos en 30 a 60 minutos, sin diferencias para tratamientos de 1 ó 7 días.
El fentanilo es la droga de mayor uso en POP, es 50-100 veces más potente que la morfina.
Luego de un bolo endovenoso tiene inicio rápido (efectos en 30 segundos) con pico de acción precoz (5 a 15
minutos) y duración de acción corta (30 a 60 minutos). El inicio rápido de acción se debe a su elevada
liposolubilidad y rápida penetración al SNC. La breve duración de su acción se debe a su redistribución en los tejidos
periféricos más que a depuración metabólica. El fentanilo tiene mayor volumen de distribución y depuración más
lenta que la morfina, por lo cual su vida media es más prolongada que la de la morfina (8 hs vs. 2 hs). En los
ancianos debe reducirse la dosis de fentanilo por su mayor sensibilidad. El fentanilo no posee metabolitos activos,
pero pueden acumularse cantidades importantes en los tejidos periféricos con la administración prolongada, y la vida
media estimada para infusiones prolongadas puede llegar a las 16 horas. Los efectos sedantes y depresores
ventilatorios residuales de las infusiones prolongadas de fentanilo pueden persistir más tiempo que su acción
analgésica.
Requiere infusión continua (o bien bolos frecuentes) en su uso en terapia intensiva. Su VMCS (vida media
contexto sensible, que relaciona tiempo de infusión y velocidad de recuperación) es alta respecto al remifentanilo,
que solo se usa en goteo, y cuyos efectos desaparecen al cerrar el mismo; al cerrar el goteo de fentanilo se deben
esperar 45 minutos para la recuperación si solo se usó para anestesia. Con un bolo inicial de 50 microgramos,
seguido por una infusión continua de 100 microgramos por hora, y considerando un límite terapéutico de 0,5 – 1
ng/ml, las concentraciones plasmáticas de fentanilo se elevan rápidamente y se mantienen por encima del límite
terapéutico durante casi 24 horas de suspendida la infusión (lo mismo si se ha infundido durante 7 días).
El remifentanilo se metaboliza por esterasas plasmáticas inespecíficas, por lo cual puede administrarse en la falla
renal y hepática. La dosis de remifentanilo es 0,02 a 0,2 γ/kg/minuto.
La meperidina debe darse a razón de 1 mg/kg cada 6 horas en los POP. En bajas dosis (10-30 mg) es útil para los
escalofríos (POP). Sus efectos adversos: náuseas e hipotensión. Es liposoluble y sufre metabolismo hepático a
normeperidina, que se acumula en la insuficiencia renal dando toxicidad del SNC: temblor, mioclonía y
convulsiones. Su vida media es 15 a 20 horas, y en la falla renal es de 30 a 40 horas. Las convulsiones por
meperidina no responden a la naloxona y deben tratarse con anticonvulsivantes. En ancianos se debe reducir la dosis
un 20%.
La nalbufina tiene efecto analgésico techo, si se aumenta la dosis es posible la depresión respiratoria. No debe
usarse en el POP, pues generalmente vienen con fentanilo, y al usar nalbufina (agonista antagonista) se les bloquea lo
que les quedaba de fentanilo. Si no hay otra droga disponible, debe esperarse 45 minutos en el POP para
administrarla. En lo posible, es una droga que DEBE DESTERRARSE DE LAS UNIDADES DE TERAPIA
INTENSIVA.
La farmacocinética mencionada no toma en cuenta el desarrollo de tolerancia, los perfiles cinéticos variables
intraindividuales (cambios del volumen de distribución, unión a proteínas, clearence), variabilidad interpacientes en
enfermos graves.
GRADO DE
DOSIS INICIAL INFUSIÓN CONTINUA
AGITACIÓN
Leve 1-2 ml 1-2 ml/ hora
Moderada 3-5 ml 3-5 ml/ hora
Severa 7-10 ml 7-10 ml/ hora
1 ml = 50 µg
Titulación de narcóticos versus exceso
Al indicar un narcótico, la finalidad es proporcionar analgesia, reducir la agitación, lograr sedación y mejorar la
función pulmonar. Es muy difícil establecer estas metas de manera objetiva, pero se debe tratar.
Para apreciar el alivio del dolor, el mejor juez es el paciente. En general las drogas se dosifican en base a
decisiones arbitrarias acerca de la cantidad y la frecuencia. Si la respuesta del individuo se aparta de las normas
previstas, es común preguntarse donde está la falla, en vez de asumir que el enfoque puede ser inadecuado.
La prescripción “10 mg de morfina IM cada 3-4 horas según necesidad” constituye un fracaso (por la vía y por el
intervalo según necesidad).
Los opiáceos se metabolizan en el hígado y se excretan por riñones. La afección de uno o ambos sistemas altera
la farmacocinética. La metabolización hepática puede estar alterada por reducción del flujo sanguíneo, disminución
de la actividad enzimática o de las proteínas plasmáticas. Las causas comunes en UTI pueden ser: sepsis, cirrosis,
desnutrición, disfunción orgánica.
En SNC, hay sedación, cambios mentales y de la termorregulación, convulsiones, náuseas y vómitos (en la
disfunción multiorgánica estos efectos se superponen).
La morfina y la meperidina liberan histamina y pueden producir hipotensión, hecho que no ocurre con el
fentanilo. La meperidina tiene un efecto atropínico propio que puede producir taquicardia. El fentanilo y el
sulfentanilo, sobre todo en dosis altas, pueden ser vagotónicos y producir bradicardia extrema.
La depresión respiratoria se produce por estímulo mu-2 en el centro bulbar. Este efecto se debe a la atenuación de
la respuesta al dióxido de carbono en los centros respiratorios, generándose hipoventilación. Una dosis de 10 mg de
morfina aumenta la paCO2 en 3 mm Hg en individuos sanos. La depresión respiratoria es importante con la morfina
epidural, sobre todo en ancianos. La morfina y la meperidina pueden precipitar broncoespasmo en asmáticos por
liberación de histamina.
En tubo digestivo hay constipación e íleo. La morfina puede causar espasmo del esfínter de Oddi aumentando la
presión de las vías biliares. La pancreatitis puede empeorar, prolongarse o aumentar el dolor. La causa se debe a la
liberación de histamina, por lo cual en la pancreatitis aguda puede usarse el fentanilo. La meperidina también podría
usarse, libera menos histamina que la morfina.
Algunos autores sugieren que la clonidina podría facilitar la interrupción de los narcóticos, en dosis de 0,1 mg
una o dos veces al día, suprimiendo los síntomas de deprivación.
En ocasiones, la administración rápida de altas dosis de fentanilo provoca rigidez muscular y glótica durante la
inducción de la anestesia (debe tratarse con naloxona o con succinilcolina).
Método descripto en 1968 por Sechzer, adquirió relevancia en la última década recién con los adelantos
tecnológicos.
El paciente oprime un botón que activa una bomba que suministra una cantidad preestablecida de un opiáceo,
mientras un intervalo de cierre asegura que no recibirá otra dosis hasta que no pase el intervalo prescripto. También
hay un límite máximo de dosis durante un intervalo específico, posibilidad de infusión basal y un mecanismo que
permite preparar un bolo de carga.
La ACP produce mayor alivio del dolor con menos medicación y menos efectos secundarios.
Hay menor sedación durante el día y menor intervalo entre dolor y analgesia, con mejor función pulmonar y
menores complicaciones respiratorias. Mantiene niveles terapéuticos más estables con respecto a los bolos a
intervalos fijos.
Dentro de sus contras, el paciente debe tener la fuerza y comprensión necesaria para activar el dispositivo, y el
costo (equipo especial, necesidades de farmacia y capacitación del personal de enfermería).
Las drogas más usadas son:
Interrupción en ARM
Para discontinuar la analgesia en ventilación mecánica, una estrategia es:
1. Aumentar el intervalo interdosis, manteniendo la dosis (con lo cual se mantiene la concentración pero se
reduce el umbral terapéutico) e ir preguntándole por el dolor.
2. Reducir la dosis al 50%.
3. Retirar opiáceos.
4. Retirar AINE.
Parámetros del American College of Critical Care Medicine y la Society of Critical Care Medicine
Estos parámetros se limitan a adultos que requieren analgesia por varias horas, y no se consideración terapias no
sistémicas tales como técnicas epidural, o pacientes < 12 años.
Recomendación 1—Nivel 2: Sulfato de Morfiina es el analgésico preferido para pacientes graves. En USA, la
morfina es el analgésico EV más usado en UTI, por su bajo costo, potencia, eficacia y efecto eufórico. Tiene una
vida media de 1,5 a 2 horas tras su administración EV en normales. En pacientes en UTI, el volumen de distribución
y la ligadura proteica puede estar alterada, con respuesta exagerada o disminuida. La morfina puede inducir
liberación de histamina, causando hipotensión u otros efectos adversos. La morfina debe ser administrada
intravenosa y se deben titular sus efectos. Se inicia con 0,05 mg/kg cada 5 a 15 minutos. La mayoría de los adultos
requiere 4 a 6 mg/hora tras recibir una adecuada dosis de carga. Con los bolos se requiere refuerzo cada 1 a 2 horas;
con el goteo continuo, una o más dosis de carga son requeridas.
Recomendación 2—Nivel 2: Fentanilo es el analgésico preferido para pacientes graves con inestabilidad
hemodinámica, para pacientes que tienen síntomas histamínicos relacionados a la morfina, o en alergia a la morfina.
El Fentanilo es un opioide sintético con gran potencia y propiedades lipofílicas respecto a la morfina, resultante en
rápido inicio de acción. El Fentanilo no causa liberación de histamina, causa menos frecuentemente hipotensión
comparado con la morfina. El Fentanilo intravenoso tiene una vida corta de 30 a 60 minutos con rápida
redistribución al compartimento periférico (24). Sin embargo, la administración prolongada lleva a acumulación en
compartimentos periféricos que resulta en progresivo incremento en su vida media de 9 a 16 horas (25). El Fentanilo
tiene un pequeño efecto eufórico, no tiene metabolitos activos, y no tiene reacción cruzada en pacientes con alergia a
la morfina. Debe ser administrado por infusión intravenosa continua. La mayoría de los pacientes es adecuadamente
tratado con 1 a 2 µg/kg/hora. Una o más dosis de carga de 1 a 2 µg/kg suelen ser requeridas cuando la terapia se ha
iniciado.
Recomendación 3—Nivel 3: La Hidromorfina es una aceptable alternativa a la Morfina. La Hidromorfina es una
morfina semisintética derivada de la morfina con propiedades analgésicas y sedantes más potentes que la morfina y
significativamente menos euforia. La dosis debe ser iniciada a 0,5 mg y titulada por incrementos de a 0,5 mg, la
mayoría de los pacientes requiere 1 a 2 mg cada 1 a 2 horas.
¾ Óxido nitroso
Analgésico inhalatorio usado para trabajos de parto, curaciones quirúrgicas, transporte terrestre de traumatizados,
manipulaciones ortopédicas, limpieza de heridas y POP inmediato.
¾ Ketamina
Utilidad POP en infusión continua brinda analgesia menos eficaz que los opiáceos pero sin efectos respiratorios.
Con bolo de 1 mg/kg seguido de infusión de 3-4 µg/kg/minuto se logran niveles analgésicos (100-150 ng/ml),
alejados de los niveles anestésicos (650 ng/ml o más).
Puede usarse intratecal y epidural.
¿El médico de atención primaria debe ser un experto en dolor, manejar las drogas, y remitir solo al 10-20% que
requiere medidas no farmacológicas?
ó
¿Se debe enviar al paciente en forma precoz a un especialista en dolor (para tratamiento o para segunda opinión)?
El clínico debe conocer la diferencia entre especialistas que ofrecen cuidados paliativos (atención del dolor),
como por ejemplo los anestesistas que se especializan en bloqueos de nervios, y los que están capacitados para
valorar y tratar todos los temas médicos y sociales relacionados con el dolor crónico (medicina del dolor).
En USA hay 1500 a 2000 instalaciones para tratamiento del dolor, difieren en tamaño, personal, filosofía y
métodos. Los 4 tipos fundamentales son:
Una forma de encarar el dolor es con el siguiente enfoque (red diagnóstica biopsicosocial):
CASO 1
Un varón de 24 años con migraña crónica es referido por su médico para realizar bioretroalimentación, dado que
sus dolores han aumentado de frecuencia, son diarios e incapacitantes.
Luego de 10 sesiones no hay respuesta, y el psicólogo lo envía a un centro de dolor. Se diagnostica migraña por
uso excesivo diario de fármacos, con depresión asociada. Se dan nuevas drogas y se suspenden otras. El paciente
mejora y agrega nuevas técnicas de relajación y aprendizaje conductual.
CASO 2
Un varón universitario de 21 años sufre un traumatismo dorsal jugando al fútbol. Los dolores progresan y la
clínica sugiere hernia de disco, qure se confirma por RNM. No puede asistir a clases por el dolor; el médico de la
universidad lo remite a un traumatólogo, ambos opinan que la cirugía es lo mejor. Los padres buscan una segunda
opinión en una clínica de dolor; allí le indican AINE en altas dosis, ejercicios, adaptación ambiental (yacer plano
durante las clases con una almohadilla). Los síntomas mejoran en forma gradual, sigue sus claases y en 6 meses
recupera función completa.
CASO 3
Un trabajador del ferrocarril de 45 años con incapacidad de 3 años de evolución por dorsalgia crónica tras hernia
de disco y laminectomía, ingresa a un programa de rehabilitación multidisciplinario para el dolor. Tiene depresión
mayor. Usa opioides. En 6 semanas de tratamiento remite la depresión y redujo la dosis de opioides. Luego de dar un
paseo con él en el tren el terapeuta ocupacional diseñó ejercicios de fortalecimiento y dió instrucciones respecto a la
mecánica corporal (como abrir las puertas, como inclinarse y girar para enttregar los boletos y el cambio, etc). Para
romper el círculo del stress y tensión muscular, aprende a iniciar una reacción de relajación para tranquilizarse
perforando boletos, estímulo que usó al volver al trabajo y durante las horas pico, para permanecer tranquilo y
amable con los pasajeros. No repitió episodios dolorosos del espasmo muscular invalidante.
CASO 4
Una abogada de 55 años es sometida a bypass coronario y vuelve a su trabajo, pero presenta cervicalgia que no
responde, se la envía a un centro de dolor.Luego de varios estudios se diagnostica MTS en C2. Es medicada en el
hospital con opiáceos y benzodiacepinas, la familia que la cuida a la noche solicita dosis crecientes patra aliviar el
sufrimiento. La paciente presenta deterioro cognitivo y deterioro del sensorio. Reconsultados los médicos de dolor
discuten con la familia su conducta: se basa en la crencia errónea que la paciente no sobrevivirá al hospital y no la
quieren ver sufrir. El equipo explica que la expectativa de vida es de unos meses; aliviada por esta información la
familia participa en el diseño de un plan conductual para reducir el temor y el dolor, y para asegurar analgesia
adecuada en el hogar. Mejora el dolor y el sensorio, se va de alta con mejoría cognitiva y control del dolor;
permanece tranquila con su familia durante 3 meses, momento en que fallece.
CONCLUSIONES
PUNTOS CLAVE
¾ Los avances en anatomía, fisiología, neuroplasticidad y receptores abren un interesante camino para
futuras investigaciones respecto al manejo del dolor.
¾ El dolor es frecuente como motivo de consulta en ambulatorios, en internados, en guardia externa y en
oncológicos.
¾ El manejo del dolor en nuestro medio no es el adecuado (agudo o crónico).
¾ El dolor es siempre subjetivo, y tiene aspectos físicos, psíquicos, sociales, culturales y espirituales.
¾ Debe diferenciarse el dolor agudo del crónico, por sus diferentes mecanismos, daño estructural
generado, repercusión clínica, repercusión psicosocial y terapéutica.
¾ El 70% de los pacientes con dolor crónico padece 2 ó más dolores.
¾ El inicio del tratamiento debe iniciarse con la certeza clínica de la causa, la intensidad, el mecanismo
fisiopatológico y la respuesta predecible a la terapéutica.
¾ Debe tratar de usarse la escala visual análoga, reconociendo sus limitaciones.
¾ Recordar la escalera terapéutica de la OMS, su uso en el dolor crónico y su uso invertido en el dolor
agudo.
¾ Recordar que además de los AINE y los opiáceos existen coadyuvantes, y diversas terapias no
farmacológicas. Pero que con las drogas se puede mitigar el dolor en el 80-90% de los casos.
¾ Los AINE tienen efecto techo, y los efectos adversos más frecuentes son los digestivos, renales y
hematológicos.
¾ Los opiáceos no tienen efecto techo (salvo excepciones) y se los clasifica en débiles y fuertes. Su efecto
adverso más común es la constipación. La adicción y la depresión respiratoria son infrecuentes, y la
dosis de los mismo es la necesaria para calmar el dolor.
¾ El objetivo del tratamiento con opiáceos debe ser lograr un equilibrio entre beneficios y efectos
adversos: obtener un nivel de analgesia compatible (aunque no sea total) con su calidad de vida
cotidiana.
¾ El abordaje del dolor debe ser multidisciplinario y multidimensional.
¾ Sería conveniente la implementación en las unidades de cuidados críticos de la “analgesia controlada
por el paciente”, lo cual implica capacitación del personal y erogación económica, pero con claros
beneficios clínicos.
¾ Deben establecerse pautas o guías de manejo. Como objetivo
¾ de máxima: institucionales; intermedio: de cada sector; de mínima: individuales (educación continua).
PROPUESTA
Realizar un trabajo conjunto entre Comités, Grupos de Trabajo, Servicios Asistenciales y toda aquella área
relacionada con el dolor (bioética, cuidados paliativos, psicopatología, grupo de calidad, cuidados críticos,
servicios clínicos y quirúrgicos, trabajadoras sociales, enfermería, anestesia, departamento de urgencias, servicios
de rehabilitación de otros hospitales) a fin de establecer pautas de manejo, implementar talleres, organizar un
programa de capacitación y educación continua para todos los profesionales del hospital, con el fin mejorar la
calidad de atención de los pacientes.
El Comité de Bioética de este hospital, con base en los puntos clave mencionados previamente, ha establecido
recientemente para manejo interno del hospital, las pautas de derecho de los pacientes referida a manejo del
dolor:
“El dolor debe ser tratado como una enfermedad. El paciente tiene derecho a no sufrir el dolor,y como el
dolor es subjetivo, la medida del mismo nunca puede ser determinada por el agente de salud, sino que la da el
mismo paciente. En el tratamiento del dolor no se debe anteponer el peligro de adicción, en los casos en que otro
analgésico no tenga efectividad. Esto implica una graduación lógica en el uso de los analgésicos, teniendo en
cuenta las pautas establecidas por la OMS y más abajo especificadas, que incluyen AINE y adyuvantes, junto con
las drogas opiáceas. Escalera de la OMS: escalón 1: AINE con o sin adyuvantes, escalón 2: agregar opiáceo
débil, escalón 3: cambiar opiáceo débil por fuerte. Queda claro que el único que puede prescribir opiáceos, y
particularmente morfina, es el médico tratante. El hospital debe proveer, cuando es necesario, AINE, adyuvantes
y opiáceos, con los controles pertinentes, dispuestos por las dependencias responsables, dando lugar de este modo
al cumplimiento del principio de justicia distributiva.”
RESUMEN
Una buena cantidad de los pacientes que acuden a los consultorios hospitalarios, como así también gran parte de
los pacientes internados, y de los que acuden a la guardia externa, presentan algún tipo de dolor, manifiesto
claramente u oculto. La mayoría de los pacientes oncológicos presenta dolor en algún momento de su evolución.
Existe también un concepto de mal manejo general del dolor.
La idea de esta monografía sobre todos los aspectos del dolor, es promover en los integrantes del equipo de salud
de nuestra comunidad hospitalaria, la importancia del enfoque multidisciplinario y la valoración multidimensional
Los objetivos de la presente monografía son: actualizar información acerca de los elementos anatómicos y
fisiológicos en dolor, mencionar aspectos epidemiológicos de prevalencia en diversas poblaciones, describir los
diferentes aspectos clínicos del dolor, enfocar al dolor desde el punto de vista multidimensional, conocer aspectos de
farmacoterapia, describir medidas no farmacológicas para tratar el dolor, discutir estrategias de manejo del dolor
crónico, implementar medidas de manejo y terapéuticas en dolor agudo, plantear la controversia del experto en dolor,
discutir casos clínicos de difícil manejo.
Las conclusiones de la presente monografía son:
¾ Los avances en anatomía, fisiología, neuroplasticidad y receptores abren un interesante camino para futuras
investigaciones respecto al manejo del dolor.
¾ El dolor es frecuente como motivo de consulta en ambulatorios, en internados, en guardia externa y en
oncológicos y el manejo del mismo en nuestro medio no es el adecuado (agudo o crónico).
¾ El dolor es siempre subjetivo, y tiene aspectos físicos, psíquicos, sociales, culturales y espirituales.
¾ Debe diferenciarse el dolor agudo del crónico, por sus diferentes mecanismos, daño estructural generado,
repercusión clínica, repercusión psicosocial y terapéutica.
¾ El 70% de los pacientes con dolor crónico padece 2 ó más dolores.
¾ El inicio del tratamiento debe iniciarse con la certeza clínica de la causa, la intensidad, el mecanismo
fisiopatológico y la respuesta predecible a la terapéutica.
¾ Debe tratar de usarse la escala visual análoga, reconociendo sus limitaciones.
¾ Recordar la escalera terapéutica de la OMS, su uso en el dolor crónico y su uso invertido en el dolor agudo.
¾ Recordar que además de los AINE y los opiáceos existen coadyuvantes, y diversas terapias no
farmacológicas. Pero que con las drogas se puede mitigar el dolor en el 80-90% de los casos.
¾ Los AINE tienen efecto techo, y los efectos adversos más frecuentes son los digestivos, renales y
hematológicos. Los opiáceos no tienen efecto techo (salvo excepciones) y se los clasifica en débiles y fuertes.
Su efecto adverso más común es la constipación. La adicción y la depresión respiratoria son infrecuentes, y la
dosis de los mismos es la necesaria para calmar el dolor.
¾ El objetivo del tratamiento con opiáceos debe ser lograr un equilibrio entre beneficios y efectos adversos:
obtener un nivel de analgesia compatible (aunque no sea total) con su calidad de vida cotidiana.
¾ El abordaje del dolor debe ser multidisciplinario y multidimensional.
¾ Sería conveniente la implementación en las unidades de cuidados críticos de la “analgesia controlada por el
paciente”, lo cual implica capacitación del personal y erogación económica, pero con claros beneficios
clínicos.
¾ Deben establecerse pautas o guías de manejo. Como objetivo de máxima: institucionales; intermedio: de cada
sector; de mínima: individuales (educación continua).
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