1
PASQUALI, Laura Memorias y experiencias en las y los militantes de la guerrilla
marxista. Un abordaje desde la historia social en el Gran Rosario. 1969-1976. Tesis
Doctoral; UNR, Rosario, 2007. Cap. “Metodología y tratamiento de las fuentes”.
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LAS FUENTES
El Gran Rosario nos presenta un heterogéneo
panorama de experiencias militantes tempranas: el
desarrollado activismo estudiantil, tanto secundario
como universitario, la capacidad de presión de las
comisiones de familiares de presos políticos, la precoz
expansión de experiencias guerrilleras y la creciente
participación de las mujeres en el activismo político y
sindical; todo esto ha conformado un espacio de
ebullición en uno de los principales polos de desarrollo
económico industrial del país.
Esta situación se complejizaba con la profunda crisis
en las dirigencias sindicales y el proceso de irrupción
de las bases sobre los dirigentes, generada en parte
por el carácter clasista del activismo sindical de la zona
norte del cordón industrial del Gran Rosario que
presenció el impulso de experiencias antiburocráticas y
de control obrero de la producción; en suma, un
abanico de expresiones combativas y radicalizadas
que dan cuenta de una sociedad conmocionada por el
contexto represivo que había instalado la Revolución
Argentina, pero a su vez dando muestras de actitudes
desafiantes hacia las relaciones sociales que tendía a
imponer el modelo social de acumulación de capital de
planeado por el Ministro de Economía del gobierno de
Onganía, Krieger Vasena.
De ese conjunto de experiencias, esta investigación se
ocupa de aquellas que han estado motivadas por la
opción por la lucha armada y el socialismo. Este
 3

las particularidades de entrevistar militantes socialistas

y cómo las memorias y las identidades articulan estos
testimonios.

4.1 Narraciones, memorias, identidades. Conceptos

y problemas en la investigación históricas
Desde hace algunos años, observamos una
coincidencia entre los cientistas sociales acerca de la
existencia de una relación entre determinados nuevos
usos de la historia y la reciente eclosión de las
memorias o de los problemas que la acompañan. Para
quienes han intentado sistematizar esos nuevos usos,
los problemas de la memoria y la construcción de las
identidades constituyen un “hilo conductor, una
cuestión central”2. Íntimamente relacionado a esto, y
en una línea que desmonta las concepciones
esencialistas, señalemos algunas ideas acerca del
concepto de identidad, que aquí es pensada como
construcción nunca acabada, “abierta a la
temporalidad, la contingencia, una posicionalidad
relacional sólo temporariamente fijada en el juego de
las diferencias”3. Y decimos esto porque uno de los
elementos constitutivos de la identidad es la

2
Gonzalo Pasamar; "Los historiadores y el uso público de la
historia: viejo problema y desafío reciente" en Actas lll
Jornadas de Historia Moderna y Contemporánea. Rosario,
2002.
3
Esta tesis pertenece a Stuart Hall (Questions of Cultural
Identity. London, Sage, 1996) citado en Leonor Arfuch
(Comp.) Identidades, sujetos y subjetividades. Prometeo,
Buenos Aires, 2002.

de las experiencias de mujeres, puesto que la
aproximación a la historia de las mujeres militantes a
partir de la historia oral nos acerca a una historia que
recién comienza a escribirse, y como esas
experiencias no pueden disociarse de los procesos
históricos, nos desafían a una construcción compleja
que incorpora otras dimensiones que exceden a las
tradicionalmente usadas por los historiadores.
Más adelante nos ocupamos de las relaciones de
género al interior de las organizaciones armadas; pero
reproducimos aquí dos fragmentos de entrevistas de
los que nos servimos para elaborar las reflexiones
anteriores.
Yo había conservado una muy buena relación personal
y política, porque personal con el Negro... no existe.
Santucho no era un tipo que se pusiera a hablar
demasiado de su vida.
Pregunta: ¿No había una relación afectiva posible?
R: No, era afectuosa la relación, no era sin afecto. Era
una relación afectuosa, pero basada en hablar de
política. Y había confianza entre nosotros y le
interesaba mi opinión. (Varón, PRT-ERP)
No conozco ninguna versión de nadie, ninguna,
ningún relato de nadie a quien no hay unido el afecto a
toda esta gente que colaboró con nosotros, y con los
cuales nosotros trabajamos -y me refiero a la periferia
y me refiero a obreros y me refiero a compañeros.
(Mujer, PRT-ERP).
5
de las identidades y las memorias de los
testimoniantes en el momento en que se produce la
entrevista es un modo de acercarnos a los procesos
que queremos explicar, es una de las herramientas
con las que trabaja la historia oral. En principio, porque
la historia oral realiza una distinción entre hechos y
relatos (entre historia y memoria) ya que considera que
las narraciones y las memorias son en si mismos
hechos históricos6. Por eso, la virtud última de la
memoria no es la preservación el pasado sino los
cambios elaborados que revelan el esfuerzo de los
testimoniantes por darle un sentido al pasado y una
forma a sus vidas, colocando a la entrevista y al relato
en su contexto histórico: en ellas apelamos a esa
dimensión de acción, incluso de práctica en las formas
de relación con un pasado que se define en la
dimensión de la memoria, como un pasado que sigue
cuestionando, planteando preguntas, interviniendo
sobre el presente.
“En algunos momentos, alguien tiene que disponer, lo
otro tiene que estar después [...] todos dejábamos todo
para militar [...] en ese momento podíamos hacerlo“[...]
Yo creo que el partido estaba conformado por cada
uno de nosotros”.
P: Pero eso no parece coincidir con tu historia de
desobediencia familiar, escolar...
6
Alessandro Portelli, La orden ya fue ejecutada. Roma, las
Fosas Ardeatinas, la memoria. Fondo de Cultura Económica,
Buenos Aires, 2004. Del mismo autor, “Lo que hace diferente
a la Historia Oral”, en Dora Schwarzstein (op. cit.).

del intercambio que esta produce y que se constituye
en un nuevo tipo de reflexión sobre la propia
actividad32.
Esto presenta más preguntas acerca de si se
desestima esta tarea desde el propio protagonismo del
que narra o también reforzaría algunas
interpretaciones que sugieren que en la práctica, los
frentes de masas y legales eran considerados menos
importantes que el frente militar, por ejemplo. O más
aún, se consideraba tema menor por ser realizado por
mujeres.
Para acercarnos a este arco de temas, partimos del
supuesto según el cual en la conformación de las
experiencias narradas en las entrevistas, confluyen
tanto el género como la ubicación socioeconómica y la
generación, además de los innumerables factores
individuales que constituyen la personalidad de un
sujeto33. El modo en que nuestras y nuestros
testimoniantes viven su militancia, la pareja, la
maternidad y la paternidad es también el resultado de
su inserción en circunstancias y momentos históricos
determinados. El género tanto como la situación
económico-social, debe ser vislumbrado como
constituyente central de las múltiples aristas que
32
Laura Pasquali, “Mujeres y militantes. Un acercamiento a
las organizaciones armadas revolucionarias desde la historia
oral”. En Zona Franca, CEIM, Rosario. Nº 14, mayo de 2005.
33
Gabriela Cano y Verena Radkau; “Libertad condicionada o
tres maneras de ser mujer en tiempos de cambio (1920-
1940)”. En Secuencia, Nº 13, enero-abril de 1989.
7
Y porque de la experiencia aprehendemos un saber y
lo reconstruimos permanentemente a través de nuevos
sentidos y significados que podemos darles; en ese
proceso, la entrevista y la intervención del
entrevistador pueden ser potenciadores de sentidos y
de imágenes. Pero advirtamos que del mismo modo
que la experiencia, la narración también es temporal
porque aunque siempre hay un principio, un desarrollo
y un final, las formas de experimentar, de recordar, de
narrar son diferentes. Si añadimos a esto que las
memorias de los y las testimoniantes suelen estar
estructuradas y marcadas por los recuerdos de la
militancia en las organizaciones, tenemos que el
registro del activismo tiende a coincidir con la
periodización del propio partido de pertenencia, o bien
de alguna acción o proceso de carácter espectacular.
Esto se evidencia en algunas marcas de los relatos:
“antes de la toma de PASA”, “después que se
bien como un procesador, que los transforma y elabora de
una forma osmótica y produce así nuevos datos y significados
que incluyen a los viejos, aunque sea para negarlos o librarse
de ellos. Más tarde descubriría, en las enseñanzas de Juri
Lotman, que olvidar también es parte del recuerdo”. [Juri
Lotman y Boris Uspenskij “Sul meccanismo semiotico della
cultura” (1971), en Tipologia della cultura, Milán, Bompiani,
1973, Pág. 46-48 traducción al italiano de Remo Faccani].
Citado en: Alessandro Portelli, "Memoria y resistencia. Una
historia (y celebración) del Circolo Gianni Bosio", en Taller.
Revista de Sociedad, Cultura y Política, vol. 4, Nº 10. Buenos
Aires, julio de 1999.

4.3.1 Las voces silenciadas: testimonios de
mujeres
“Las mujeres, al igual que todos aquellos que nunca
han sido reconocidos por la historiografía, no están
acostumbrados a que se cuente su historia”31. Los
relatos sobre la participación de mujeres en la política,
y más especialmente en las organizaciones armadas,
han sido silenciados en parte porque quienes
construyeron esas historias son los cuadros dirigentes,
en los cuales la presencia femenina era escasa o nula.
Además, muchas veces las propias mujeres minimizan
su participación política, en virtud de considerar que su
militancia no fue significativa. Lo primero que suelen
decir estas mujeres es “en realidad, yo no militaba,
militaba mi compañero”, “mi militancia no fue tan
importante”. Por eso es primordial recordar que
estamos hablando de militantes de base, mujeres de
los distintos niveles de responsabilidad, pero sin
cargos de compromiso en dirección.
Volvamos a la cita de da Rocha Lima: son muchos
los sectores que no son tenidos en cuenta al momento
de hablar de las organizaciones armadas. Cuando
notamos la fuerza con que se imprimió la noción
socializada de cómo debía ser un militante, se
evidencia claramente que son varios los perfiles que
quedan “fuera del modelo”. Aquí nos ocupamos de las
mujeres porque consideramos su relevancia en la
comprensión del fenómeno social de la época, puesto
31
Valentina da Rocha Lima, “Las mujeres en el exilio”, op. cit.
Pág. 227.
9
personal suele ser un espejo de lo que sucede en
nuestras sociedades. Finalmente, como también nos
interesa la forma, sostenemos que incluir las
emociones significa incluir la riqueza, los detalles y
todas las potencialidades del ser inalienado que se
expresa en el relato, el “yo” que debería formar parte
de la sociedad que se pretende alcanzar10.
4.2. Sobre Historia oral
La necesidad de reflexionar sobre el modo en que
construye el conocimiento la propia disciplina que
practicamos (la Historia) en este caso nos impone
discutir un producto intelectual compartido mediante el
cual se produce conocimiento: la historia oral. Esta
intención deviene de nuestra práctica profesional en la
que las llamadas “fuentes orales” constituyen la mayor
parte del fondo documental.
Antes de continuar, merece lugar un
reconocimiento. Quienes iniciamos el itinerario que
propone la historia oral en el último lustro del siglo XX,
avanzamos por un camino que ha sido trabajosamente
abierto por otros historiadores. Al menos en el caso de
la Argentina, quienes hacemos historia oral nos
movemos en un espacio construido inicialmente por
Hebe Clementi hacia finales de los años setenta (poco
antes se había constituido el archivo oral del Instituto
10
Jo Stanley; “Incluir los sentimientos: darse a conocer a uno
mismo a través del testimonio político personal”. En Taller,
Revista de Sociedad, Cultura y Política. Asociación de
Estudios de Cultura y Sociedad, Buenos Aires. Volumen 6, Nº
18, abril de 2002.

presente viejas rencillas del pasado (aunque muchas
veces es ostensible que no recuerdan qué las había
ocasionado). Observamos también la persistencia de
los más “clásicos” motivos de rupturas: los debates en
las izquierdas entre los partidarios de la lucha armada
y los que no, las discusiones en torno a la integración
con otras organizaciones o partidos, las posiciones
frente al peronismo en diversas coyunturas. Pero
existen otros motivos de resentimientos, más difíciles
de evidenciar puesto que nos remiten a conflictos
personales, a veces familiares, que no siempre
responden a las explicaciones pasibles de ser
generalizadas. Indudablemente es frecuente
encontrarnos con militantes que no objetan a otros
militantes y que aun conservan relaciones cordiales
con sus viejos compañeros.
De todos modos, y para ambos casos, podemos
aventurar que, en tanto el compromiso con sus
respectivas organizaciones y partidos ha sido muy
estrecho convirtiéndose muchas veces en el ordenador
de su vida cotidiana, también los rencores se
imprimieron con la misma fuerza en sus memorias.
4.3. Narrar desde el propio género. Testimonios de
mujeres y varones
Merece que nos detengamos en el género como
una de las facetas que emergen de la mayoría de los
testimonios. Cuando narramos historias de vida lo
hacemos desde la perspectiva de nuestro género.
11
Expresamos antes que al hacer historia oral
trabajamos con un muy particular tipo de fuentes,
aquellas construidas entre dos sujetos: quien propone
la entrevista con inquietudes, temas y problemas ya
determinados y quien accede a la entrevista; el primer
espacio lo ocupa el historiador, el segundo el
testimoniante. Ahora bien, algunas veces esos lugares
se alteran y somos los investigadores los convocados
a hacer una entrevista. Es que muchas veces los
militantes conocen a través de otros qué temas
estamos trabajando: un ex compañero les cuenta que
fue entrevistado, leyeron una publicación, etc.
Por supuesto, esto es más frecuente en algunas
realidades regionales y locales donde los ámbitos de
encuentros que suelen convocar a militantes y ex
militantes (jornadas, charlas, presentación de libros y
películas) son más acotados.
Por ejemplo, en más de una ocasión he contactado
ex militantes a través de las actividades que
desarrollamos desde el año 2001 en el Taller de
Historia Obrera de Rosario, un colectivo de trabajo
formado por un grupo de militantes, activistas sociales,
educativos y culturales articulados en torno a la
investigación y discusión de problemáticas vinculadas
a la clase obrera y a las múltiples formas de expresión
de los movimientos sociales.
Las vías de llegada y los momentos de contacto con
los testimoniantes no son idénticos en los inicios que
en la actualidad, y este indicador también merece ser
periodizado. Cuando más transitamos en los caminos

en los testimonios que recogimos encontramos duras
críticas, contradicciones e iras personales, todos,
absolutamente todos los testimoniantes recuerdan su
momento de militancia en general y el momento que
estudiamos en particular como un momento en que
todos los planos de la vida social pasaban por la
intensa actividad militante y por el debate en torno al
socialismo. Y nos referimos a los términos económicos
y políticos del período, pero también a las prácticas y
políticas culturales, a los elementos en común que
permitían las alianzas con otras células o partidos. La
frase “si éramos más, mejor” nos habla justamente de
eso.
4.2.4. El peso del presente
Más allá de que nos convoca al encuentro el pasado
de las y los militantes, ninguna entrevista puede
abstraerse de los años transcurridos entre los
procesos de los que se habla y el presente de la
narración. No solamente porque ese período ha
impactado de diversos modos en la forma que se
organiza el recuerdo, sino porque esas experiencias
han sido resignificadas en la militancia actual.
Es obligado aclarar que las consideraciones que
siguen no pueden generalizarse, puesto que fue muy
diferente el contexto, las posibilidades y los espacios
de militancia de mediados de los años noventa del
realidad, vehículos de un deseo de otredad que no podían
suprimir”. Alessandro Portelli, “Memoria y resistencia... “ op.
cit. Pág. 104.
13
testimonios orales buscan los sucesos que el sujeto
pueda describir (el entrevistado como fuente), y los
entrevistadores que, siendo miembros de un partido
(en el caso que trabaja Stanley se refiere al Partido
Comunista de Inglaterra16) construyen biografías
entrevistando a militantes y ex militantes de ese mismo
partido. De estos, destaca a los segundos, puesto que
en el resultado de su trabajo se encuentra el potencial
de una revelación y comunicación profundas que sólo
pueden surgir de los encuentros entre personas que
comparten la misma historia política y deseos bastante
similares. Aun así, para el caso de la historiografía
argentina los ejemplos de textos basados en
entrevistas y escritos por militantes son escasos17. De
16
Sin embargo, una de las variables que impiden aplicar
mecánicamente este modelo sobre los partidos y las
organizaciones a las que nos referimos en el país, es la poca
profundidad histórica de los mismos. Si bien existen fuertes
tradiciones y líneas genealógicas (trazadas muchas veces
desde el presente de los grupos), las mismas no pueden
asimilarse a las trayectorias de los partidos comunistas
europeos.
17
Aún guardando ciertas diferencias en el tipo de tratamiento
de los testimonios, algunos ejemplos de estos trabajos son:
Ernesto González (coord.), El trotskismo obrero e
internacionalista en la Argentina. Antídoto, Buenos Aires,
1996; Gustavo Plis-Sterenberg, Monte Chingolo. La mayor
batalla de la guerrilla argentina. Booket, Buenos Aires, 2006;
Roberto Bardini, Tacuara. La pólvora y la sangre. Océano,
México, 2002; Ruth Werner y Facundo Aguirre, Insurgencia
obrera en la Argentina 1969-1976. Clasismo, Coordinadoras

militantes, de acercarse a la gente del barrio, de la
escuela. Este carácter se profundiza cuando el
entrevistado perteneció a las bases y no milita
activamente en el presente. Esto no quiere decir que
aquellos y aquellas que no ocuparon lugares
destacados en las organizaciones y partidos hayan
tenido menos capacidad de elaborar y reflexionar en
términos teóricos, sino que daban prioridad a la
dimensión activa de su militancia.
Entre quienes constituyeron las bases de las
organizaciones podemos establecer algunas
distinciones sobre aquellos que actualmente continúan
militando (en partidos políticos, en organizaciones
sociales, en organismos de derechos humanos, en
sindicatos). En este caso, el involucramiento activo con
su propio presente tiñe particularmente, sus opiniones
sobre el pasado.
Tomemos el ejemplo de un militante que sostiene
que la experiencia de los comandos armados
extrapartidarios aportó al debate de la lucha por el
socialismo la posibilidad de frentes de lucha múltiples
articulados sin dirección partidaria; pero seguidamente
duda sobre este principio, al argumentar que ello sería
improbable ya que no es factible que un pequeño
grupo se aliara con otro sin ser absorbido27. Aquí
27
Este testimoniante reflexiona: “El comando incorporó dos
cosas para el debate. Una es la posibilidad de que hubiera
multiplicidad de frentes de lucha y de articularlos sin que fuera
necesario que los dirigiera un partido, que no fuera un frente
concretamente. Segundo ¿era posible? ¿Era posible que un
15
riqueza narrativa, pero también la significación
histórica y social de los procesos que intentamos
explicar. Ellos son la Historia sexual: que incluye la
homosexualidad, los matrimonios y formas de
convivencia no ortodoxas, mantener relaciones
afectivas con más de una persona y las referencias al
amor físico (por ejemplo, ante la pregunta acerca de
las rígidas reglas morales de las organizaciones y
cómo eso afectaba la vida cotidiana de las mujeres,
una testimoniante nos responde que no, pero dice lo
contrario con gestos, movimiento de ojos y manos para
indicar una respuesta que no quedase registrada en la
grabación). Dudas y dolor: culpa por no estar en
actividad, furia contra los dirigentes, triste silencio por
tener que adherir a decisiones de la organización aun
pensando que no eran las correctas, incluso actos
heroicos realizados (“No, yo te digo, ahí cuando ya
empezó que el partido se desmorono yo quede sola,
sola. No teníamos... de los compañeros o estaban
presos o estaban desaparecidos... yo quede aislada
completamente y a veces vos ibas por la calle y vos
veías compañeros y te daban vuelta la cara porque
eso hay que decirlo también”19). La persona física: la
salud puede reflejar el costo que supone vivir una vida
de activista y la importancia que la sociedad le da al
trabajador corporizado. Historias profundas de
amistades y relaciones interpersonales: afirmaciones
(sospechadas de artificialidad) acerca de una
excelente relación matrimonial, en la cual todo estaba
19
Testimonio de una militante del PRT-ERP.

considerar que su experiencia no es digna de ser
narrada, accedieron al relato, al menos en una
oportunidad, quizá ante la insistencia. Finalmente un
tipo particular de testimoniante es aquel que nunca
accedió a una entrevista, hasta que un evento o
situación particular activó su interés. Este “disparador”
puede ser un mayor reconocimiento del investigador, la
publicación de un texto que, a la vez que lo torna más
“confiable” también le da elementos para discutir con él
(en este caso, muchas veces con un llamado telefónico
que anuncia “tendríamos que conversar porque alguna
de las cosas que escribís no son verdad” o bien “te
faltó entrevistar a otros”). Y posiblemente, una
explicación menos especulativa y más subjetiva
también deba contemplar los propios y muy personales
derroteros de la memoria.
Se vuelve necesario caracterizar estos perfiles
mencionados. En el primer grupo encontramos tanto
primerizos como avezados; el segundo está nutrido por
militantes que nunca o pocas veces han dado su
testimonio; el tercero suele compartir este último
criterio, como también reservar su memoria a
investigadores consagrados, o más generalmente a la
escritura y no a la entrevista oral.
Una situación específica está planteada por el
hecho de que la historia de la militancia es objeto de
variados acercamientos (de varias disciplinas,
académicos, periodísticos, etc.), lo que conlleva a que
nos encontremos con personas que han sido
entrevistadas una y otra vez; esto se complejiza en el
17
palabra. Y hoy repiten ese acto frente a nosotros, que
nos interesamos en esas experiencias. Por ello,
entrevistar militantes vuelve a pararnos frente a una
mirada crítica sobre el pasado reciente, y delante de su
cara humana; porque la experiencia de la historia oral
también nos enseña a buscar menos a la clase o
partido en abstracto y más a las trabajadoras,
trabajadores y militantes concretos. ¿Tiene esto una
entidad positivamente diferente a otro tipo de
testimoniante? Claro que sí, puesto que partimos del
supuesto según el cual los militantes de los años ’60 y
‘70 tienen mucho para decirnos, asistir y polemizar con
nuestros trabajos e investigaciones, en tanto
convocamos sus memorias porque este tipo de testigo
es una materia irremplazable entre nuestras fuentes.
Por otra parte, entrevistar militantes socialistas nos
impone una serie de reflexiones acerca de los
interrogantes éticos22 que implican a la opción por las
fuentes orales, puesto que ellos y ellas fueron
participantes activos de los procesos que estudiamos.
Podemos resolver más o menos bien el giro narrativo
que implica muchas veces no poder nombrarlos, o
nombrar a quienes nombran. O recurrir a nuestra
memoria cada vez que nuestras fuentes nos solicitan
no usar grabador. Si bien en muchas ocasiones no
logramos establecer una relación de empatía con los y
22
En este caso particular se añade el carácter ilegal de las
acciones de la guerrilla, ya que algunos de los hechos
narrados pueden de objeto de acciones judiciales.