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Tema:
TRATADO DE PAZ Y NO VIOLENCIA DE MANDELA
ESTUDIANTE:
ISRAEL ROBERT TININI COAQUIRA
DOCENTE:
GUILLERMO RIOS
CURSO:
5 TO “B” DE SECUNDARIA
COLEGIO:
UNIDAD EDUCATIVA FUERZA AEREA BOLIVIANA
GESTION:
2018
[1] Ross, Fiona: “La elaboración de una Memoria Nacional: la Comisión de Verdad
y Reconciliación de Sudáfrica”, Cuadernos de Antropología Social Nº 24, pp. 51–
68, 2006, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, disponible
en http://www.scielo.org.ar/pdf/cas/n24/n24a03.pdf
[2] Ross, Fiona: “La elaboración de una Memoria Nacional: la Comisión de Verdad
y Reconciliación de Sudáfrica”, Cuadernos de Antropología Social Nº 24, pp. 51–
68, 2006, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, disponible
en http://www.scielo.org.ar/pdf/cas/n24/n24a03.pdf
[3] Sória, Ferriol: “Reconciliación en Sudáfrica: repaso tras diez años de la
Comisión”, Revista de Información y Debate “Pueblos”, 30 de diciembre de 2005,
disponible en http://www. revistapueblos.org/spip.php?article323
[4] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
142.
[5] Wildschut, Glenda: “Reflexiones sobre algunas lecciones que la Comisión
Sudafricana de Verdad y Reconciliaciónpuede entregar al sector
educacional”, disponible en http://www.iizdvv.de/index.
php?article_id=162&clang=3
[6] Stengel, Richard: “El legado de Mandela”, Editorial Planeta, 2011, p. 80.
[7] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
142.
[8] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
162.
[9] “En Sudáfrica, y de hecho en todo el mundo, nos educamos creyendo
estrictamente en la justicia como desquite (…) Algunos sudafricanos pidieron
juicios al estilo del de Nuremberg, especialmente para los autores de las
atrocidades diseñadas para mantener el cruel sistema del apartheid. Hubo
demandas de que los culpables fueran llevados ante los tribunales para dar cuenta
de sus actos. Sin embargo, tuvimos suerte de que Nuremberg en realidad no fuera
una opción para nosotros. Nuremberg ocurrió porque los aliados lograron una
rendición incondicional de los nazis y, por tanto, pudieron imponer la así llamada
justicia de los triunfadores. En nuestro caso, ni el gobierno del apartheid ni los
movimientos de liberación pudieron derrotarse el uno al otro. Estábamos en un
punto muerto militar. Más aún, en el caso de Nuremberg los acusadores y los
jueces pudieron hacer sus maletas después del juicio y abandonar Alemania en
ruta a sus respectivos hogares. Nosotros tuvimos que construir nuestros hogares
en esta, nuestra patria común, y aprender a vivir unos con los otros. Unos juicios
así probablemente se habrían alargado indefinidamente, dejando abiertas
profundas heridas. Habría sido difícil proporcionar evidencias para lograr
condenas. Todos sabemos lo buenos que son los burócratas para destruir
evidencia incriminadora. (…) la Comisión de Verdad y Reconciliación, logrando
amnistía a cambio de verdad. En último término, esto se basó en los principios de
justicia restaurativa y ubuntu. En las audiencias de la CVR presenciamos las
descripciones de terribles detalles de las atrocidades cometidas para mantener el
apartheid u oponerse a él. (…) Cada vez que se publicaban historias así de
horribles, teníamos que recordarnos a nosotros mismos que, en efecto, los actos
eran demoníacos, pero que los hechores eran hijos de Dios. Un monstruo no tiene
responsabilidad moral y no se le puede pedir que rinda cuentas de sus actos; sin
embargo, y esto es incluso más grave, llamar monstruo a alguien cierra la puerta a
toda rehabilitación posible. La justicia restaurativa y la ubuntu se basan
firmemente en el reconocimiento de la humanidad fundamental de incluso el peor
criminal posible. No podemos renunciar a nadie. Si fuera verdad que la gente no
puede cambiar y que si se ha sido un asesino una vez siempre se lo será,
entonces todo el proceso de la CVR habría sido imposible. (…) El tipo de justicia
que practicó Sudáfrica -al que yo llamo “justicia restaurativa”- a diferencia del
desquite, no tiene una relación básica con el castigo, no es fundamentalmente
punitiva. Restituye la paz social mediante la sanación. El crimen ha causado un
quiebre en las relaciones y debe ser sanado. Considera al criminal como una
persona, como un sujeto con un sentido de responsabilidad y un sentido de
vergüenza, que debe ser reintegrado a la comunidad y no ser condenado al
ostracismo social. Hay mucha sabiduría en las viejas costumbres de la sociedad
africana. La justicia era un asunto comunitario y la sociedad lograba altos niveles
de armonía y paz social. Se creía que una persona lo es sólo a través de otras
personas, y una persona rota necesita ser ayudada para sanar. Lo que el crimen
ha roto debe ser restaurado, y el transgresor y la víctima deben recibir ayuda para
reconciliarse. La justicia como desquite a menudo hace caso omiso a la víctima, y
el sistema usualmente es impersonal y frío. La justicia restaurativa da esperanza.
Cree en que incluso el peor criminal puede convertirse en una mejor persona. Esto
no significa tener mano blanda con el crimen. Los criminales deben darse cuenta
de la gravedad de sus actos mediante el tipo de sentencias que reciban, pero
debe haber esperanza, esperanza de que el criminal pueda llegar a ser un
miembro útil de la sociedad tras pagar el precio que le debe. Cuando actuamos
como si realmente creyéramos que algo puede ser mejor, ese algo puede llegar a
ser mejor y a menudo superar nuestras expectativas”.
[10] “La Comisión no cierra moralmente el apartheid, pero abre la posibilidad de un
ideal de reconciliación conseguido a través de una verdad que escuece. Ahora la
reconciliación contempla la necesidad de mejora de comportamientos y
sensaciones de elementos como la seguridad física, la legitimidad de las nuevas
instituciones, la capacidad de crear relaciones políticas y cívicas entre diferentes
grupos, el diálogo entre razas, la reducción de la confrontación histórica y la
asunción del pasado. Las encuestas al respecto no siempre son halagüeñas y
queda un largo camino por recorrer. En 2001, el 77 por ciento de la población
negra aprobaba la tarea de la CVR, por un 36 por ciento de los blancos, un 45 por
ciento de los mestizos y un 61 por ciento de los asiáticos. En 2003, el 70 por
ciento de los blancos reconocían que el apartheidera un crimen contra la
humanidad (encuestas recientes lo rebajan al 55) y el 77 por ciento de
sudafricanos afirmaba querer pasar página y mirar hacia el futuro” (…) “La
amnistía se otorgaba a cambio de una exposición completa de los hechos por los
que ésta se pedía, caso de existir proporcionalidad entre acto y objetivo, y si se
pertenecía a una organización implicada en el conflicto. La amnistía, muy
contestada por algunas de las víctimas, se dio con bastante rigor a excepción de
algunas interpretaciones generosas de lo que se consideraba un acto motivado
políticamente o en la aplicación del principio de Norgaard, referido a la
proporcionalidad. Las amnistías se concedieron con bastante celeridad a un 10
por ciento de las 7.000 demandas presentadas. La exposición pública de las
ofensas era la principal condena, pero, en la mayoría de casos, la reinserción a la
sociedad ha sido poco traumática. Por contra, las contrapartidas a las víctimas han
sido comparativamente inferiores. La verdad expuesta ofreció situaciones de
catarsis colectiva con momentos de extraordinaria emoción en las vistas de la
Comisión. En este contexto, y ya desde 1995, la sociedad se organizó y
aparecieron grupos religiosos y civiles de apoyo como el Khulumani Support
Group, que animaba a las víctimas a hablar en voz alta y a ejercer presión sobre la
CVR y los órganos políticos con el fin de crear un cuerpo representativo de
víctimas con voz única. Sólo las reparaciones urgentes han llegado, y con retraso.
El presidente Mbeki afirmaba en 1999 que las reparaciones a las víctimas
deberían de ser la redistribución económica, la reconstrucción y el desarrollo del
país que el Gobierno estaba realizando. Como ya había dicho Mandela, el
Gobierno priorizaría los elementos de reparación simbólicos para dedicar las
energías monetarias a elementos “más productivos”,
http://www.revistapueblos.org/spip.php?article1032
[11] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
143.
[12] Boraine, Alex: “Reconciliación ¿A qué Costo? Los Logros de la Comisión de
Verdad y Reconciliación”, Título original: “What price reconciliation? The
achievement of the TRC”. Publicado en A Country Unmasked, Alex Boraine,
Oxford University Press, Oxford (2000), pp. 340-378, disponible en http://www.
cdh.uchile.cl/Libros/18ensayos/Boraine_Reconciliacion.pdf
[13] Ross, Fiona: “La elaboración de una Memoria Nacional: la Comisión de
Verdad y Reconciliación de Sudáfrica”, Cuadernos de Antropología Social Nº 24,
pp. 51–68, 2006, FFyL – UBA, disponible en
www.scielo.org.ar/pdf/cas/n24/n24a03.pdf
[14] Ross, Fiona: “La elaboración de una Memoria Nacional: la Comisión de
Verdad y Reconciliación de Sudáfrica”, Cuadernos de Antropología Social Nº 24,
pp. 51–68, 2006, FFyL – UBA, disponible en
www.scielo.org.ar/pdf/cas/n24/n24a03.pdf
[15] Ross, Fiona: “La elaboración de una Memoria Nacional: la Comisión de
Verdad y Reconciliación de Sudáfrica”, Cuadernos de Antropología Social Nº 24,
pp. 51–68, 2006, FFyL – UBA, disponible en
www.scielo.org.ar/pdf/cas/n24/n24a03.pdf
[16] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
142.
[17] Boraine, Alex: “Reconciliación ¿A qué Costo? Los Logros de la Comisión de
Verdad y Reconciliación”, Título original: “What price reconciliation? The
achievement of the TRC”. Publicado en A Country Unmasked, Alex Boraine,
Oxford University Press, Oxford (2000), pp. 340-378, disponible en
http://www.cdh.uchile.cl/Libros/18ensayos/Boraine_Reconciliacion.pdf
[18] “Hubo muchos casos en que los autores de los crímenes pidieron perdón.
Cuando el Coronel Schobesberger, ex jefe del Estado Mayor de la Fuerza de
Defensa del Ciskei, apareció en la audiencia por la Masacre de Bisho, dijo a la
Comisión y a una audiencia llena de gente: “Lo sentimos mucho, la masacre de
Bisho pesará en nuestros hombros durante el resto de nuestras vidas. No
podemos hacerla desaparecer. Sucedió. Pero por favor, yo no les pido a las
víctimas que olviden, pero sí que puedan perdonarnos. Que permitan que los
soldados vuelvan a ser parte de la comunidad, que los acepten totalmente, y que
traten de entender la presión bajo la que estuvieron en ese tiempo. Esto es todo lo
que yo puedo hacer”. Después de un momento de silencio sobrecogedor, toda la
audiencia, que incluía víctimas de la masacre y sus familiares, rompió en
aplausos. El hecho que este soldado estuviera dispuesto a ofrecer disculpas y a
reconocer lo que sucedió, trajo consigo una respuesta inmediata, incluso por parte
de aquellos que sufrieron pérdidas tan dolorosas durante la masacre”. (…) “Un
último ejemplo de los numerosos casos de perdón y reconciliación es la historia de
Neville Clarence y Aboobaker Ismail. Clarence fue capitán de la Fuerza Aérea de
Sudáfrica quien quedó ciego tras un bombardeo a las oficinas de la Fuerza Aérea
en la calle Church de Pretoria. Ismail puso la bomba fuera del edificio. Dijo al
Comité de Amnistía que lamentaba la muerte de personas durante el transcurso
de la lucha armada. Cuando conoció a Clarence antes de la audiencia, le dijo
“Esto es muy difícil. Siento mucho lo que le pasó”. El ciego Clarence dijo que él
entendía y añadió “yo no guardo rencores”. Quedaron en reunirse de nuevo. Más
adelante Clarence dijo a los medios: “hoy vine aquí en parte por curiosidad y con
la esperanza de conocer al Señor Ismail. Quería decirle que nunca he sentido
rencor alguno contra él. Fue una experiencia maravillosa... La reconciliación no
viene sólo de un lado. Ambos estábamos en bandos opuestos y en esa ocasión,
yo salí perjudicado”. Pero muchas otras personas que se presentaron frente a la
Comisión nos dijeron que para ellos era imposible perdonar, que necesitaban más
tiempo, que no sabían si alguna vez serían capaces de hacerlo. Muchos de ellos
expresaron su esperanza de ver a los responsables de sus heridas y pérdidas
frente a la Comisión y que entonces, quizás, serían capaces de perdonar, una vez
que los responsables hubieran asumido su culpa. También debe decirse que, aún
en los casos en que a través de las audiencias para otorgar amnistías se logró
total reconocimiento de responsabilidades, muchas víctimas y familias de las
víctimas encontraron difícil perdonar. Como he señalado antes, no fue intención de
la Comisión exigir perdón, ni presionar a las personas a perdonar, sino crear la
oportunidad donde esto pudiera darse para aquellos que fueran capaces y
estuvieran listos para hacerlo” (Boraine, Alex: “Reconciliación ¿A qué Costo? Los
Logros de la Comisión de Verdad y Reconciliación”, Título original: “What price
reconciliation? The achievement of the TRC”. Publicado en A Country Unmasked,
Alex Boraine, Oxford University Press, Oxford (2000), pp. 340-378, disponible en
http://www.cdh.uchile.cl/Libros/18ensayos/Boraine_Reconciliacion.pdf)
[19] Sória, Ferriol: “Reconciliación en Sudáfrica: repaso tras diez años de la
Comisión”, Revista de Información y Debate “Pueblos”, 30 de diciembre de 2005,
disponible en http://www. revistapueblos.org/spip.php?article 323.
[20] Christie, Nils: “Una sensata cantidad de delito”, Editores del Puerto, 2004, p.
142.
http://www.derechoareplica.org/index.php/derecho/577-mandela-y-la-no-violencia-como
https://www.20minutos.es/noticia/1854394/0/nelson-mandela/lucha-contra-racismo/defensa-
derechos-humanos/