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Ulises vuelve a casa: retornando al espacio del problema en el estudio del

desarrollo
PABLO DEL RÍO Y AMELIA ÁLVAREZ

Se han tenido limitantes, problemáticas y definiciones en modelos tocantes al


desarrollo; por tanto, Del Río ofrece opciones para concebir estos desde ciertas
alternativas, como la concepción histórico cultural. Dicha aproximación facilita
considerar el contexto y el desarrollo como una mejor propuesta. En la opción del
autor se intercalan el desarrollo micro y macro genético, mente y cultura; ello,
considerando un contexto tanto personal como social.

Volviendo a Ítaca
Para la mayor parte de la psicología actual, el comportamiento y el desarrollo del
sujeto parecen producirse en el ámbito informático-simbólico de la mente. Hablar
del contexto y del desarrollo desde ese modelo tiene algo, si no de irónico, al
menos de contradictorio.

Puntos que menciona el autor:


Desarrollo y contexto (supuestos teóricos, orientaciones u opciones metodológicas
que conllevan, puntos esenciales, limitantes,)

Algunos obstáculos epistemológicos para acceder al sujeto-en-contexto


J. Valsiner (Valsiner, 1994) expresa la carencia de auténticas estructuras teóricas
que se correspondan con los fenómenos estudiados cuando se investiga el
desarrollo «en contexto» o en situaciones «naturales». Pág. 23

Organismo y medio son existencias apartadas. Todo proceso interno considera


criterios externos, y resulta complicado tomar en cuenta ambos como unidad de
análisis desde una unificación sistémica.

La fragmentación.
La fragmentación y la dicotomización (división de dos partes de una cosa),
exacerbadas por el positivismo y por la dominante cultura mosaica impuesta por
los medios-modelos de comunicación imperantes, no es sólo un problema del
occidente actual si escuchamos a Buda, Demócrito o Zenón. Pero sí parece
carecer hoy de un adecuado contrapeso metodológico en la ciencia psicológica.

El sujeto simbólico y el procesador objetivo.


El criterio de objetividad no se establece por la adecuación a la realidad, sino que,
por el contrario, se tiende a «construir la realidad» según los criterios que imponen
las variables discretas: la chuleta será más objetiva, más verdad, más real, que la
ternera, puesto que se adecúa mejor a nuestra máquina y bandeja de
empaquetado.

El cambiante paradigma sobre el contexto y el desarrollo


El autor parte de esta observación: No resulta extraño que esta manera de
hacer haya llevado gradualmente a la psicología a dejar el contexto como
problema y campo de acción a otras ciencias.

Tras una larga etapa inicial centrada en el niño y de modelos puramente


descriptivos del contexto, aparecen los modelos en que el origen o la extracción
social del niño (con una influencia muy fuerte del pensamiento marxista y el
darwinista para entender ese «medio» social) definen su contexto. Galton, Terman
o Thorndike son autores característicos. Aparecen después los grandes
paradigmas del desarrollo que dejan también su impronta en la conceptualización
del contexto.

Quizá las formulaciones donde más claramente se integran desarrollo y contexto y


donde se recupera el modelo fuerte de la biología de relaciones Organismo-Medio
se deba a las perspectivas de Wallon, por una parte, conceptualizando el espacio
y la mediación social, y de Vygotski y su escuela por la otra.

Pese a todos estos «cambios de paradigma» (por utilizar, quizá generosamente, el


término de la revisión de Bronfenbrenner y Crouter) en la psicología del desarrollo,
cuesta trabajo como afirma Valsiner en este número, encontrar modelos
auténticamente «teóricos», aunque abunden en aproximaciones descriptivas y
correlaciónales sólo parcial o formalmente renovadoras en cuanto al paradigma.
Pág. 26.

H: Sin embargo, la incorporación se ha hecho manteniendo, contradictoriamente


una perspectiva extracontextual. Se está abordando el contexto externo desde el
interior del sujeto, dejándolo por tanto de hecho, fuera del sujeto. Y se está
abordando el medio social desde el sujeto individual.

Desde una fragmentación dualista que impide tomar como unidad de análisis la
entidad psicológica constituida por lo externo-interno.

LA MENTE TERRITORIALIZADA: HACIA OTRO MODELO DE CONTEXTO Y


DE DESARROLLO.
La base material del desarrollo mental

Suponen la interiorización como un proceso “ser de un verdadero” (hipostasiador),


en el cual actos y operaciones se mentalizan; sin embargo, aparenta y no explica.
La perspectiva socio-cultural ha encarado la problemática desde dos
aproximaciones, ambos; en la línea de trabajo de Lev Vygotski. Primero, una
mente individual autosuficiente, una especie de mente a la cognitiva; con
categorías como, “dentro-afuera” y “desde el medio-cultural- al individuo”.
Para el autor, se homologan así las propuestas sociocultural y cognitiva, al menos
en el hecho de considerar las tareas psicológicas superiores como procesos
compartidos. Pág. 28.

Requerimos de una interacción externa e interna (individual y social), que


distribuya funciones psicológicas o de procesamiento; por tanto, ocurre una
ocupación (territorializar) entre contexto y desarrollo.

Algunos conceptos claves para repensar el contexto


Zona de Desarrollo Próximo y Zona Sincrética de Representación.

Estos conceptos, que permiten articular el organismo y el medio, el escenario de la


acción y el de la representación, ya sea individual o compartida, nos han resultado
cruciales a la hora de reconceptualizar el contexto: nos ha permitido el tránsito
desde una primera formulación más inscrita en la tradición ecológico- ambiental, a
otra en la que el contexto es mucho más que el simple escenario de la ejecución
de los productos de la mente o de la recepción de informaciones, es parte esencial
de la propia trama de la actividad psicológica y neurológica, ya individual ya
compartida.

Han obviado u oscurecido quizá la línea de desarrollo más potencial del modelo
vygotskiano, su auténtica ZDP teórica: el desarrollo de los sistemas funcionales
como una construcción simultáneamente interna y externa, la edificación de las
funciones culturales o superiores sobre los dos pilares de las neoformaciones
cerebrales internas y de los sistemas mediadores de la cultura.

Formación «neurocultural » que hemos llamado «cerebro externo» y que lleva a


extender a sus consecuencias lógicas las ideas sobre la construcción externa y
mediada de los sistemas funcionales, de las neoformaciones neurales para
organizar el cerebro distribuido entre el organismo y el medio

Además del realizado hacia el interior del cráneo, el de las redes neuro-culturales
que unen funcionalmente organismo y medio, sujeto y contexto. La interiorización,
en esta perspectiva, no es una mera etapa del proceso outside-in, sino una
vertiente parcial del sistema, la parte interna de la nueva construcción,
complementaria de la externa. En que, más que una ZDP, lo que tendríamos es
una Zona funcional de préstamo cristalizado (las distribuciones funcionales de
tareas y actividades psicológicas en un matrimonio servirán como ejemplo claro, al
menos para el lector-a casado-a).

La cultura como «ámbitos de conciencia»


La raíz cultural.

La fuerza de los argumentos de Wallon y Vygotski-Elkonin emerge inevitablemente


cuando se recupera el contexto, se aceptan los modelos de procesamiento
distribuído, y se infiltra la cultura en los paradigmas dominantes.
La raíz interactiva y distribuida. Más en esa línea del procesamiento distribuido o
compartido (aunque no del todo y no reductibles a él) cabe situar conceptos como
el de «bancos de memoria» de Lomov (1977), el de «fondos de conocimiento » de
Moll (1990), el de «participación guiada» de Rogoff (1990) o de aprendizaje
situado y participación periférica de Lave y Wenger (1991).

Lo sincrónico (cultural) y lo diacrónico (onto/histórico)

Ambas líneas de análisis son convergentes y parecen exigir un modelo o sistema


articulado en el que se pueda comprender la interacción de lo micro y lo macro, lo
sincrónico y lo diacrónico. Se trataría de un modelo sistémico general de
construcción social de la conciencia, que es a lo que tratamos de referirnos con el
término «ambitos de conciencia».

Hemos tratado de describir, analizar y tipificar esos ámbitos y sus componentes:


los «escenarios» y los «grupos de conciencia». Esto es, los componentes de los
dos grandes mecanismos de mediación: social e instrumental, en el espacio de la
actividad humana, a lo largo de las etapas del desarrollo y en diversos sistemas
culturales.

Sólo la interiorización del diálogo, la argumentación y el propio mecanismo


colectivo de conciencia permite ir construyendo una conciencia más autónoma.
Pág. 32

La arquitectura flexible del conocimiento


¿Es posible desde esa óptica realizar la investigación del desarrollo, del sistema
funcional de un sujeto, diagnosticar sus aptitudes o su sistema directivo al margen
de sus redes «extra-corticales» en el sistema sociocultural en que se desarrolla?
¿Es posible medir la ZDP de un sujeto y no la de la sociedad? ¿Es posible
analizar un sistema funcional individual sin analizar el sistema funcional
sociocultural?
¿Medir las operaciones mentales al margen del contexto, al margen de la cultura?
Nuestra respuesta es no, y es indudable que una formulación tan fuerte nos exige
una concepción de la mente, que aún material en su arquitectura, debería ser
menos rígida y universalista y, sobre todo, menos aislada individualmente y más
territorializada en el medio externo.

Pero si partimos de arquitecturas flexibles, tanto el contexto y los sistemas


distribuidos, como sus efectos sobre individuos y culturas insertos en diversas
alternativas constructivas, pasan a primer plano. Y con ellos, la necesidad de
utilizar métodos macro-genéticos y de articularlos con los micro-genéticos.

En esta perspectiva, los sistemas funcionales son tanto individuales como


culturales y el desarrollo genético no es algo estrictamente ontogenético, sino
histórico-genético y socio-genético.
TEMA DE OPINIÓN: Dentro de las ciencias de la cultura y de la comunicación
puede encontrarse también en los últimos quince años un claro giro desde la
teorización e investigación de los efectos «micro» y a corto plazo a los efectos
«macro» y a largo plazo, que responde a una constatación del carácter
macroestructural y masivo de esos efectos, aunque las teorías elaboradas en esas
disciplinas no cuentan aún con correlatos psico-genéticos para articular e
interdisciplinarizar su avance. La psicología es probablemente la única de las
ciencias humanas que ha permanecido mayoritariamente centrada en una
perspectiva estática y microanalítica, la única que se ha permitido el lujo de mirar a
un único sujeto prescindiendo de los cambios en la sociedad y el contexto, en los
ámbitos vitales en los que se mueve su objeto de estudio.

Sistemas de actividad, actividad significativa y actividad territorializada


La actividad humana va así tejiendo conexiones intra y extracorticales sobre el
medio y el organismo, reestructurando ambos. Esa reestructuración es el
aprendizaje, ese movimiento la actividad. En la perspectiva vygotskiana, el
desarrollo de las funciones superiores sólo existe como función de la actividad
sociocultural. Sino de la actividad cultural que el sujeto hace suya y en la que se
manifiesta como organismo: la actividad significativa.

Son las características básicas de la acción natural más las culturales que añade
el hombre a la acción las que acabarán determinando que una actividad sea o no
significativa. Basándonos

Basándonos en estas características, podemos definir las actividades significativas


a partir de las situaciones de conciencia y los grupos de conciencia, yendo allí
donde estas actividades se desarrollan y donde encontraremos al sujeto en
desarrollo.

DEFINIENDO UN INSTRUMENTAL PARA CAPTAR EL SUJETO DISTRIBUIDO


El psicólogo debe dotarse de instrumentos que le permitan «ver»
metacognitivamente lo que el organismo ve natural o culturalmente, pero en
escalones de mediación o de conciencia aún no meta-cognitivos.

La moraleja estribaría en que no hay que adaptar el objeto del conocimiento al


método o instrumento cultural de que disponemos, sino a la inversa, desarrollar
instrumentos de conocimiento cada vez más capaces de dar cuenta del objeto.

Lo que se propone es una concepción sistémica en la que las variables no están


en el sujeto y/o en el ambiente, sino que las variables están distribuidas y
articuladas entre ambos, territorializadas y repartidas en función de la actividad de
todo el sistema cultural. El método con el que el psicólogo aborde ese nuevo
campo de estudio, el sujeto-en-el-sistema cultural, o, también, el sistema-cultural-
en-los- sujetos, deberá pues incluir ese presupuesto de relación sistémica.

El sujeto-en-contexto como objeto de la investigación


Como hemos visto más arriba, en la aproximación histórico-cultural que estamos
presentando, no todo lo esencial del desarrollo transcurre «bajo la piel», dentro del
cráneo, sino que una buena parte de la red es visible en el contexto externo y,
desde ella, se puede inferir la propia estructura general.

Nuestra opinión es que deberíamos exigirnos con más rigor el análisis sistémico y
aceptar la irrelevancia teórico-metodológica de realizar un diagnóstico individual
sin realizar a la vez un diagnóstico de todo el sistema sociocultural. ¿?
Es diagnostico del sistema sociocultural antes que diagnostico individual Ese
análisis debe explicar el flujo y la dinámica (ontogenético e histórico-genético) de
actividad y de conciencia y su estructura de organización psicológica, sus
sistemas de mediación y regulación.

Del sujeto fragmentado al sujeto sistémico: El sujeto construido en base a un


inventario
o acumulación de variables deja el paso a un «sujeto sistema» que se define como
una unidad de actividad y conciencia compartidas en un sistema socio-cultural.
El sistema de conciencia y actividad del sujeto, más que el constructo abstracto y
reduccionista del «círculo dentro de la piel» del sujeto, constituye la unidad
compleja y dinámica que debemos comprender y desvelar. Qué piensa, siente,
quiere y hace el sujeto y en qué ámbitos de conciencia, en qué escenarios o
nichos ecológicos, en qué grupos, dentro de qué sistemas de actividad. Y cómo se
articulan todos ellos.

Nuestra opción instrumental para abordar este reenfoque del objeto y del sujeto
intentó pues captar a la vez el «flujo grueso», las grandes fibras mantenidas a
largo plazo de la actividad del sujeto, y las secuencias aisladas, las pequeñas
fibras micro-ecológicas de la actuación del sujeto, (incluso a veces la «instantánea
» de una breve secuencia o microfibra). Pero con un plan sistemático para
integrarlas en el «tapiz de la vida».
Su actividad pues, (contenidos de actividad) pero también sus contenidos de
conciencia: sus visiones individuales y compartidas, su perspectiva y las de los
que conforman con él los grupos de conciencia.

Que podamos pasar a ser útiles no sólo como investigadores del contexto del
desarrollo sino del desarrollo del contexto. De un contexto sociocultural cambiante
cuya evolución histórica no deja de ser responsabilidad nuestra.
En otras palabras, estas perspectivas son autosuficientes: al examinar las
explicaciones causales de los niños no se requiere de contextos ni variaciones
culturales; por el contrario, al estudiar el conocimiento de las normas es
imprescindible la comunicación dentro del sistema cultural. Al investigar dentro de
un enfoque se vive literalmente en un mundo científico incomunicable con el otro.

Por ello, la psicología sería hoy para Vigotsky una manera de “hacer significado”
para entender como los niños piensan el mundo, sitúando sus acciones en el
contexto cultural.

Se refiere a como el ser humano ya trae consigo un código genético o “línea


natural del desarrollo” también llamado código cerrado, el cual está en función de
aprendizaje, en el momento que el individuo interactúa con el medio ambiente.
Toma en cuenta la interacción social y cultural. El individuo se constituye por sus
relaciones con los demás. Se da un proceso de interacción, donde influyen
mediadores que guían al niño a desarrollar sus capacidades cognitivas. Valora el
contexto, la comunidad, el pueblo alrededor del estudiante.

Sobre la propuesta de la perspectiva socio-cultural

Los autores (2012) ofrecen el siguiente argumento:

La psicología es probablemente la única de las ciencias humanas que ha


permanecido mayoritariamente centrada en una perspectiva estática y
microanalítica, la única que se ha permitido el lujo de mirar a un único sujeto
prescindiendo de los cambios en la sociedad y el contexto, en los ámbitos vitales
en los que se mueve su objeto de estudio (p. 33)

Por ejemplo, en ese objeto de estudio, un individuo trae una especie de


predisposición al desarrollo, articulada con el aprendizaje; cuando el individuo se
interrelaciona con el medio ambiente. Vigotski considera la interacción social y
cultural, el contexto, las capacidades cognitivas en el menor o las actividades
significativas.

¿El modelo propuesto en la lectura proporciona un avance en psicología respecto


a estudios interdisciplinarios?

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