Hablar de fe ahora resulta anticuado y hasta aburrido, pero no es la
fe acaso una ciencia divina, la cual guía a la razón hacia su plenitud
de conocimiento. Este presente ensayo intentara dar respuesta a la pregunta que nos hacemos todos ¿La razón pueden ir de la mano?
A lo guiada por la fe, se esfuerza en comprender mejor los misterios
revelados en si mismos y en sus consecuencias para la existencia humana de hecho es una difícil tarea la de reflexionar hoy en día acerca de la ciencia, pero partimos de dos pilares fundamentales lo primero es el reconocimiento de la prioridad de la intención cognoscitiva de la ciencia y por otro lado la delimitación de su ámbito de validez , necesariamente restringido y especializado .
Según Juan Pablo II “ La ciencia por si sola no puede dar respuesta
al problema del significado de las cosas “ : esto no entra en el ámbito del proceso científico . Sin embargo, esa respuesta admite una demora ilimitada. Si la difundida confianza en la ciencia queda frustrada , entonces surge fácilmente una actitud de hostilidad hacia la misma ciencia
Y finalmente , , en tercer término la captación de que esta realidad
de carencia de expectativas de la ciencia experimental está reclamando una unidad de saber y una interdisciplinaridad que se ven como verdaderamente necesarias para adentrarse en los problemas más complejos del ser humano y de la naturaleza. Sin embargo, estos aspectos han sido muy olvidados en la formación de la gente y ahora no se encuentran plenamente disponibles para quien los quiera utilizar. Hay algo que ha fallado y simplemente volver atrás a rebuscar en el pasado no lo arregla. Se necesita una visión renovada del saber y de su ubicación antropológica en el ser humano.
Según el Papa recoge el inicio de la Metafísica de Aristóteles: “Todos
los hombres desean saber” , añade que “La verdad es el objeto propio de este deseo ”, y prosigue con una consideración cuya importancia es difícil exagerar : “El hombre es el único ser en toda la creación visible que no solo es capaz de saber , sino que sabe también que sabe , y por eso se interesa por la verdad real de lo que se le presenta. Este es el motivo de tantas investigaciones , sobre todo en el campo de la ciencia y esto ha favorecido un auténtico progreso de toda la humanidad .
De ahí parte el creciente interés de las relaciones ciencia y fe. La
cuestión de fondo es el conocimiento de la verdad. Fe y ciencia no se oponen sino que se complementan para llegar a la verdad y cuando hablamos de un dialogo fecundo entre ciencia y fe exige que se respeten las respectivas perspectivas y que en cada caso se adopte la perspectiva exigida por el tipo de problemas que se plantean