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 FACTORES AMBIENTALES DE LA CORROSIÓN

Los factores ambientales de la corrosividad no son inherentes ni al tipo de material ni a la clase de protección, sino a las
condiciones atmosféricas existentes en el medio bajo la influencia del cual dichos materiales realizan sus funciones en
las condiciones de servicio asignadas.

Los factores de riesgo ambiental desencadenantes de la corrosión, se pueden circunscribir por su mayor relevancia, a
tres tipos de atmósferas, a saber: Atmósfera Urbana, atmósfera industrial y atmósfera marina.

Atmósfera urbana:
Su acción corrosiva está provocada por la contaminación ambiental generada como consecuencia de la liberación a la
atmósfera de gas SO2 procedente de los combustibles fósiles y de determinadas reacciones químicas, el cual en
presencia del oxígeno del aire pasa a SO3, que a su vez en presencia de vapor de agua se ioniza creando el ion sulfúrico
responsable de la corrosión ácida mencionada.

Atmósfera industrial:
Es la misma que la atmósfera urbana, si bien podemos encontrar la presencia de otro tipo de vapores ácidos derivados
del N2, Cl, etc., los cuales configuran la denominada niebla ácida.

Atmósfera marina:
En función de la proximidad al mar, la actividad del ambiente marino se puede presentar en forma de inmersiones
alternativas, salpicaduras por el oleaje y niebla salina, la cual representa la máxima relevancia por la gran extensión de
influencia que abarca.

Las condiciones atmosféricas más adversas con las que nos podemos encontrar son la densa niebla generada por el
oleaje y el viento en condiciones ambientales equilibradas de temperatura de agua y temperatura de aire, condición
responsable de elevar al máximo la tensión de vapor del agua de mar.

 LA POLARIZACIÓN Y LA PASIVIDAD EN LA CORROSIÓN.

La polarización es el desplazamiento desequilibro o de reposo en una reacción, reducción, oxidación (Redox). La reacción
electroquímica de oxidación que da lugar a la disolución del metal modifica el potencial de equilibrio del sistema. Por
otra parte, la pasividad es la resistencia natural que poseen los aceros para combatir la corrosión y se define como el
estado en el que un metal o una aleación pierden su reactividad química y se transforman en inerte.
 ASPECTOS DE LA CORROSIÓN ELECTROQUÍMICA.

Se denominan así a los procesos que se desarrollan por acción de electrólitos sobre el metal.

Los procesos electrolíticos pueden ser muy complejos en dependencia de la naturaleza del metal y del electrólito, pero
en general corresponden a una reacción de oxidación -reducción, en la que el metal sufre un proceso de oxidación y se
destruye (se disuelve). Al mismo tiempo el hidrógeno presente en la solución acuosa se reduce y se desprende oxígeno
elemental de la disolución que corroe adicionalmente el metal.

Las aguas naturales que contienen sales, el aire húmedo, las soluciones ácidas, de álcalis o salinas son los electrólitos
más comunes con los que entran en contacto los metales en la práctica.

La tendencia de los metales a ceder a la disolución sus iones, se llama presión de disolución. Cada metal tiene su propia
presión de disolución. A consecuencia de esto, si se colocan diferentes metales dentro de un mismo electrólito, cada
uno adquiere diferente potencial eléctrico y forman pares galvánicos.

En estos pares el metal con potencial más bajo (mayor presión de


disolución), pasa a ser el ; ánodo y se destruye, es decir se oxida o
pasa a la disolución. El segundo metal con potencial mayor actúa como cátodo y no se disuelve.

Con esto se explican los procesos que se desarrollan durante la corrosión electroquímica de los metales técnicos
(aleaciones). Al sumergir tal metal en el electrolítico, sus diferentes partes adquieren diferentes potenciales y como en
el interior del metal estos componentes están en corto circuito, entonces este sistema se puede considerar como un
conjunto de múltiple pares galvánicos conectados.

La destrucción del metal comienza desde la superficie del sistema metal-medio y se propaga paulatinamente dentro del
metal.

 DAÑOS POR CORROSION

Los efectos de la corrosión en nuestra vida diaria se clasifican en directos e indirectos. Los directos son aquellos que
afectan la vida útil de servicio de nuestros bienes, y los indirectos son aquellos en que los productores y consumidores
de los bienes y servicios tienen influencia sobre los costos de la corrosión. En el hogar, el fenómeno se observa
directamente en el automóvil, el enrejado del patio o las ventanas, o en las herramientas metálicas.

Una de las consecuencias más serias de la corrosión sucede cuando afecta nuestras vidas en el desarrollo cotidiano.
Cuando nos desplazamos de la casa al trabajo o la escuela, se puede observar una serie de problemas debidos al
fenómeno de la corrosión. Por ejemplo, en un puente de una avenida o carretera puede ocurrir la corrosión de la varilla
de acero de refuerzo del concreto, la que puede fracturarse y, consecuentemente, provocar la falla de alguna sección;
de la misma manera, puede producirse el colapso de las torres de transmisión eléctrica. Estos efectos podrían dañar
construcciones, edificios, parques y otros, y además implicarían una reparación costosa.

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