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• La pintura examinada forma parte de una obra mayor, el tríptico llamado El jardín

de las delicias terrenales (más conocido como El jardín de las delicias), y su realización se
calcula entre 1480-1505.

• Autor a Jheronimus van Aken, más conocido como Hieronymus Bosch (nacido
c.1450-9, muerto en agosto de 1516 en Hertogenbosch, antiguos Países Bajos).

• El panel cerrado mide 220 x 195 cm, exactamente como el panel central. El
material es óleo sobre tabla.

• Realizado A finales del siglo XIV y durante el XV

• el tríptico fue el formato más popular dentro de la pintura de los Países Bajos;

• dicho formato basaba su función y significado en tres características claves

• primero, estaba dedicado a un tema religioso y podía ser utilizado como


pieza del altar para ser visto y usado en el contexto litúrgico;

• segundo, estaba estructurado jerárquicamente pues en el interior la


escena principal estaba en el panel central y las escenas complementarias en las
llamadas alas o paneles laterales.

• En tercer lugar, el tríptico se concebía como la suma de las tres partes,


como un todo. Por ello el panel analizado, derecho, conocido como El infierno
musical, fue realizado como parte de una obra total que incluía el panel
izquierdo, El Paraíso terrenal: la creación de Eva, y el central, El Jardín de las
delicias. En el exterior, el globo terráqueo y una minúscula presencia de Cristo en
la esquina superior izquierda representan –según muchos- el tercer día de la
creación

• Vicente Poleró, que en 1857 publicó un Catálogo de los cuadros del Real
Monasterio de San Lorenzo llamado del Escorial, lo llama De los deleites carnales. De ahí
arranca su actual denominación como Jardín de las delicias o De las delicias terrenales
Estos cuadros parecen una censura implacable, pero su inacabable fantasía, y el
encuadre poético los hace, a pesar de todo, divertidos y optimistas. Su ironía y burla del
mundo se contraponen al realismo hierático de Jan Van Eyck.

 El objetivo parece ser el de moralizar, a base de ácidas críticas, que


recuerdan a la tradición medieval que se servía de la deformación y
la caricatura para revelar la malicia de sus personajes. Esta es la opinión
tradicional

 Recursos pictóricos: No obstante, el Bosco supera sus fuentes gracias al bagaje


heredado de los Van Eyck y otros pintores flamencos, que le han proporcionado
numerosas herramientas pictóricas. A la crudeza medieval se añade, ahora, una visión
poética gracias a los recursos en los que el Bosco era un maestro:
 fue un gran dibujante, un maestro del color del claroscuro, el
tratamiento de la luz y la perspectiva; el paisaje (los hay luminosos o
crepusculares), que a pesar de ser irreal es siempre lírico

 Composición: Es aparentemente Catolica, con multitud de escenas colocadas sin


obedecer a una ordenación espacial clara, aunque en todas las escenas parecen existir
grandes objetos que actúan como ejes organizadores (las fuentes en la primera tabla, los
estanques en la segunda, y el hombre-árbol y la zanfona en la tercera). Coloca siempre la
línea del horizonte muy alta para lograr profundidad y poder poner sucesivos planos que,
a pesar de su independencia, se funden unos con otros. A pesar de estar compuesto por
numerosos pequeños detalles, el tríptico se basa en una composición muy reflexionada. El
paraíso y la tierra están unidos por la misma claridad y un mismo horizonte, repitiéndose
en ellas la estructura circular y las lagunas. No obstante, el infierno es distinto, nocturno,
desesperanzado.3

Por que es flamenca?

Por que obedece al orden baja Edad?

El mundo se resquebraja

La tabla central de «El Jardín de las Delicias» es un derroche de fantasía e imaginación. El Bosco
hace una inversión del universo: pinta animales reales y fantásticos, plantas y frutos a un tamaño
igual o mayor que los seres humanos. «Es un mundo en el que nada es lo que parece. Todo es
efímero y se desmorona», comenta Pilar Silva. Se resquebrajan las fuentes, así como las esferas,
burbujas y cilindros, que parecen sacos amnióticos, donde el pintor aprisiona a algunos de los
personajes del cuadro. Otros aparecen atrapados en conchas de moluscos. Escoge apetitosas y
jugosas frutas asociadas al placer carnal, como cerezas, moras y fresas, símbolos del amor, el
erotismo, la fertilidad... También flores como las rosas y peces. Estos se asocian al pecado.

El edén de la lujuria

Las figuras desnudas –tanto de personas de raza blanca como


negra– inundan el tríptico. El Bosco incluye relaciones
heterosexuales y homosexuales (a la izquierda, un personaje
agachado tiene flores en el trasero y otro a su lado porta una flor en la
mano). Sorprende, pues Pilar Silva comenta que en el siglo XVI la
homosexualidad estaba prohibida y era duramente castigada. Pero
advierte de que El Bosco «ha representado a las figuras desnudas tan
tenues, tan transparentes, que apenas tienen carne. Es como si
representasen el alma humana. No llaman a los sentidos, a la
sensualidad». Apenas distinguimos sus edades ni los atributos sexuales
masculinos y femeninos. Este tríptico, dice la conservadora del Prado,
representa «el mundo entregado al pecado, especialmente a la
lujuria».

El tríptico de El jardín de las delicias es una obra de carácter


moralizador -no exenta de pesimismo- en la que El Bosco insiste en
lo efímero de los placeres pecaminosos representados en la tabla
central. El pecado es el único punto de unión entre las tres tablas.
Desde su aparición en el Paraíso con la serpiente y con Eva -que
asume la culpa principal de la expulsión del Paraíso, propia de la
misoginia medieval-, el pecado está presente en el mundo -pese a
que se muestre como un Paraíso terreno engañoso a los sentidos- y
tiene su castigo en el Infierno.

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