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De todo lo expuesto en el desarrollo del tema podemos sostener que la verdad

material de los de los hechos es uno de los fines esenciales del proceso penal
adoptado por el legislador y una condición necesaria de la justicia de la decisión,
como sabemos uno de los protagonistas del proceso es el juez que es el sujeto
procesal al que le compete la función fundamental de establecer de cuál es la
verdad de los hechos acontecidos por lo tanto se necesita que el juez dirija las
actuaciones en el proceso.

La verdad según Maurice Conforth; “La verdad es la correspondencia entre las


ideas y la realidad” (1989. Pág. 143)
Haciendo mención a esta cita podemos reflexionar que existe dos tipos de
verdades según mi opinión la primera que es la idea que creemos y suponemos
que es además es formulada por algún individuo en un momento dado que
siempre será verdad “idea” inexacto, escaso y sujeta a una deducción, por lo
siguiente la suma de las verdades inconclusas aproximadas siempre será un
acercamiento a la meta que nuca será alcanzada a una verdad completa
absoluta; mientras que al hacer referencia sobre la realidad es lo realmente
sucedieron en los hechos es lo que es efectivamente cierto es una verdad
absoluta.

Mencionamos también que la verdad histórica es la verdad absoluta, sustancial


o material, plasmada en un espacio y en un tiempo determinado, y al que el
derecho en general aspira llegar por ende la verdad procesal o formal, es aquella
que las partes justifican ante un tribunal mediante el sistema de prueba legal y
formalmente obtenida e introducida al juicio.

Como sabemos toda sentencia judicial, fuera exacto y automático para llegar
hacia la verdad, sabríamos toda la reproducción de cómo se produjeron los
hechos en la época del conflicto y de cómo fueron así admitidos y verificados
pero como sabemos todo ello es ficticio y además inútilmente ineficaz, pues la
finalidad del proceso no es más ni menos, que la resolución del conflicto llevado
hasta las últimas instancias por las partes.

Por ello decimos firmemente que la verdad es un valor, una aspiración, un anhelo
y como tales, son ideales de vida, de conducta, de respeto en una sociedad dada
en un momento dado, pero el que se alcancen o no, no es tema o finalidad del
proceso.

Como bien lo mencionamos no hay verdad absoluta en un proceso la verdad


que es llegada al juez es limitado, parcial y restringido a las pruebas que este
ha analizado como sabemos el juez debe actuar de una manera justa e
objetivamente porque que el juez no aducir sus medios de interpretación de
manera insistente por la verdad.
La búsqueda de la verdad en el proceso penal para Foucalt es un “asunto de
coraje”
Al decir estas palabras estamos seguro que cuando dice “asunto” se refiere a
un propósito, motivo y objetivo por parte del juez que debería seguir en el
proceso; mientras que con la palabra “coraje” es la valentía y decisión que
debe tomar el juez.
Para llegar a una verdad tenemos limitaciones como es la carga probatoria que
constituye un límite esencial para la búsqueda de la verdad procesal el primero
de ellos, el principio de libertad probatoria, en cual sostiene que se puede utilizar
todas las pruebas que se disponen para demostrar la pretensión de los hechos
siempre y cuando no sea expresamente prohibido en ese sentido, se permiten
no sólo los medios de prueba establecidos en la Ley (testimonios, peritajes,
reconocimientos, careos, etc.); segundo, el derecho a que la prueba sea
practicada en el proceso, por los principios de inmediación y concentración se
trata, la negligencia, estrategia o cualesquiera supuestos que impidan evacuar
la prueba en el proceso -admisibilidad y relevancia-, impiden también llegar a
una aproximación de los hechos, incluso en el proceso marcadamente
acusatorio en el cual el rol del juez penal es todavía muy activo en la constitución
y evacuación de prueba, pero no deja de ser un verdadero obstáculo.

La presunción de inocencia viene a delimitar también los fines del proceso


respecto a la verdad porque puede suceder que en no pocas ocasiones la prueba
de los hechos que fundamentan la pretensión esté en “manos de la parte
contraria” o solo sea de conocimiento del propio imputado.

Con todo lo expuesto podemos decir que la verdad completa, total, absoluta es
algo que nunca podremos alcanzar.

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