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Marcos A. Peñaloza-Murillo†
mpenaloza@ula.ve, map4@williams.edu
19, y que frente a fuentes naturales de ese gas “invernadero”, solo representa apenas una
bajísima fracción (menos del 1%) del que sale hacia al aire desde el manto terrestre y por
ambiente para suprimir dicho recalentamiento (León, 2008); y en el otro, del 18 del mismo
calentamiento global” (Balladares, 2008) (cf El Gran Fraude del Calentamiento Global,
Gore, con su alarmante película y su sesgado libro La Verdad Incómoda (Gore, 2007) [por
eso, Premio Nóbel de la Paz; para críticas y comentarios, ver Legates (2007), Nielsen-
*
Ponencia presentada en el seminario de postgrado La Venganza de Gaia: Un Análisis Crítico del
Cambio Climático y la Política, CEPSAL – Área de Política Internacional, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas, Universidad de los Andes (Mérida-Venezuela).
†
Profesor titular del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los
Andes, ULA (Mérida, Venezuela), con un doctorado (Ph.D.) de la Universidad de Essex (Inglaterra).
Investigador inter- y multi-disciplinario con interés en Historia. Autor de La Física en Problemas de
la Vida (1997), Introducción a la Física de la Contaminación Atmosférica y del Cambio Climático
(2002) y Aerosoles Atmosféricos y Anomalías Climáticas: Incertidumbre y Desafíos (2012).
Miembro de la Comisión Rectoral para el Programa de Ciencias Atmosféricas y del Espacio de la
ULA (2005-2008). Académico visitante Fulbright (2012) en el Departamento de Astronomía del
Williams College (Massachusetts). Articulista colaborador de El Nacional (Caracas) desde 2005.
Gammon (2007), North (2007), Steig (2007), Spencer (2007), Rosteck & Frentz (2009) y
Russill (2011)] y Bjorn Lomborg, autor de El Ecologista Escéptico [Lomborg (2008); para
Esta visión dialéctica del problema, en el que la tesis y la antítesis se contrastan, nos
contexto científico mas amplio para entender por qué el CO2 artificial no sería el causante
principal de los grandes cambios globales que creemos estar observando, sino
presuntamente el Sol (y otros fenómenos naturales como El Niño y La Niña, etc). En otras
palabras, nos estamos recalentando porque el Sol también lo está siendo (variación de la
“constante” solar), debido a su actividad natural Sol (Lean, 1997; Lean & Rind, 1998; Beer
et al., 2000; Haigh, 2003, 2007; Laut, 2003; Goode & Pallé, 2007). Y es que el Sol es el
principal protagonista, directo o indirecto, de todos los cambios climáticos que se han
por el académico O.G. Sorokhtin, quienes apoyan sus argumentos en un modelo más
si se doblara la concentración actual de CO2 (Khilyuk & Chilingar, 2003, 2004; Chilingar &
Khilyuk, 2007; Aeschbach-Hertig, 2007; Chilingar et al., 2008a, b). Esto contrasta
notoriamente con el otro esquema (de tipo radiativo), mas sensible a la mencionada
Svante Arrhenius en 1896 (Ambio, 1997) y desarrollado como la teoría del mal llamado
“Efecto Invernadero” (Essex, 1986, 1991; Essex et al., 2007; Essex & McKitrick, 2007;
¿cuál es? Baliunas & Soon (1996) y Soon et al. (1996), apoyados en el trabajo de Friis-
Christensen & Lassen (1991), sostienen que la razón es una conexión natural Sol-clima.
El grupo de Sorokhtin afirma, con base en esto último, que la cosa es al revés. El origen
del aumento del CO2 atmosférico es la variabilidad solar, vía disminución de la solubilidad
radiación solar; así, el efecto pasa a ser la causa y viceversa. Este grupo, se atreve,
(1980a, 1980b, 1982) que mostró lo mismo y también la reinterpretación realizada por
Ellsaesser (1984) en aquella época y actualizada años después por este mismo autor
(Ellasaesser, 1990).
Visto lo anterior, los humanos no seríamos tan culpables del recalentamiento global, el
Protocolo de Kyoto (1997, 2005) no tendría tanto sentido [amén de que el cambio
climático podría ser abrupto y no gradual (Thielen & Lairet-Centeno, 2007), por lo que éste
no serviría para nada] y los EE.UU. no tenían por qué firmarlo hasta que estuvieran
seguros y convencidos (Peñaloza-Murillo, 2008a, b) ; ahí están las razones del por qué
(2004), “el clima cambiará o para mas frío o para mas caliente con o sin la interferencia
humana”; aun así, la pertinencia del Protocolo de Kyoto, aunque cuestionada, o aquel otro
Como resultado de esta última afirmación debida a Gerhard, uno podría pensar que la
última parte del Artículo 127 de la Constitución Nacional de Venezuela de 19991 que se
sentido ya que con los siglos el clima, no importa lo que haga el Estado, cambiará
inexorablemente; y esto no lo sabían los constituyentes de 1999 que dieron origen a esta
última constitución. De lo contrario, ¿qué quisieron decir ellos en el Artículo 127 cuando
se refirieron a proteger el clima? ¿El actual o el del futuro? Creo que allí hay una
Notas:
1.- Artículo 127. Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantienen el ambiente
en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y
colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente
equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, genética, los procesos
ecol6gicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial
importancia ecológica. El genoma de los seres vivos no podrá ser. patentado, y la ley que se
refiera a los principios bioéticos regulan la materia. Es una obligación fundamental del Estado, con
la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente
libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de
ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley (cursivas y
resaltado nuestro).
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