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SIN EUFEMISMOS

La provincia del Chubut atraviesa una de las crisis más severas de su historia.
Se conjugan para ello una serie de circunstancias que determinan un sombrío
panorama presente y futuro, de no mediar en el corto tiempo alguna
circunstancia o determinación que permita comenzar a ordenar la caótica
situación actual.
La aplicación de la política económica promovida por el Gobierno Nacional,
desde la asunción de Cambiemos en diciembre de 2015, ha ocasionado para el
conjunto de las provincias patagónicas, un severo perjuicio, toda vez que dicha
política, parte de una concepción ideológica que presume de su intención o
deseo de congraciarse con los centros de poder económico-financiero
internacional, satisfaciendo intereses ajenos más que atendiendo a los
requerimientos necesarios para promover y defender la industria nacional.
Para mensurarlo en términos concretos se han perdido desde entonces más de
35.000 puestos de trabajo en nuestra región. Consecuentemente una enorme
cantidad de empresas, comercios, microemprendimientos y otras experiencias
productivas han claudicado como secuela directa de una política socio
económica que privilegia la especulación financiera de capitales extranjeros por
sobre el desarrollo de la producción nacional.
En ese contexto, en nuestra provincia se vivió además un evento
extraordinario, la asunción de un nuevo gobernador, Mariano Arcioni, ante el
fallecimiento de su antecesor, Mario Das Neves. Esta circunstancia contribuyó
a la profundización del proceso de deterioro de las finanzas del estado
provincial que sólo se disimulaba por medio de un permanente endeudamiento
altamente oneroso en términos financieros.
La gestión del nuevo gobernador se ha caracterizado desde su asunción, en
primer lugar, por la falta de capacidad para resolver asistencias efectivas de
parte de la administración federal a nuestra provincia. Este requerimiento no se
basa en una actitud mendicante, carente de derecho o fundamentos. Chubut es
una provincia que ha realizado a lo largo de su historia un permanente y
generoso aporte a la Nación de recursos naturales estratégicos, es la cuarta
provincia exportadora, y, sin embargo, una de las más relegadas en cuanto a la
distribución de fondos coparticipables.
Difícilmente sea mediante el genuflexo comportamiento del gobernador Arcioni
en su relación con el gobierno nacional que se encontrarán soluciones a las
graves dificultades que enfrenta la sociedad chubutense.
En segundo lugar, los inocultables conflictos internos en el actual partido de
gobierno en la provincia profundizan la incapacidad para administrar y gobernar
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de la actual gestión. La incorporación al gabinete provincial de personas
carentes de las capacidades necesarias para ejercer funciones políticas de
gobierno, han potenciado la generación de conflictos. No resultan conducentes
la permanente exposición de vanidades personales por parte de algunos
ministros y secretarios de estado, en un contexto de conflictividad social y
política, en los cual debería privilegiarse la búsqueda de consensos políticos,
sociales e institucionales.
Como un tercer elemento, debe sumarse el descalabro institucional provocado
por la investigación judicial que dejó al desnudo una serie de procedimientos
desarrollados por el actual gobierno provincial, destinados a extraer fondos
públicos de su natural destino, para desviarlos en beneficios de particulares.
Esta investigación compromete seriamente la credibilidad de la actual
administración, a la luz del conocimiento público de una larga lista de
involucrados, compuesta por miembros del actual gobierno, que se
favorecieron económicamente, de manera sistemática, de los irregulares y
delictuales procedimientos que hoy conmueven a nuestra sociedad.
Esta sucinta descripción del complejo panorama por el que pasa nuestra
provincia amerita hablar sin eufemismos. La estabilidad institucional de la
provincia está siendo afectada por la impericia e inoperancia del gobierno
provincial para gestionar la crisis. Resulta evidente que, si el gobierno
provincial no modifica su actual derrotero, las complicaciones aumentarán y el
pronóstico sobre lo que resta de su período de gobierno se torna claramente
impredecible.
Gobernar es mucho más que resolver linealmente un cronograma escalonado
de pagos de salarios de los trabajadores estatales, establecer la cesación de
pagos a proveedores y mediatizar grandilocuentes acciones y justificaciones de
algunos funcionarios.
La gestión de gobierno implica representar eficazmente los intereses del
conjunto de la sociedad en el marco de la discusión de los recursos nacionales.
Es asumir las responsabilidades que la Constitución impone al gobierno
provincial en torno a garantizar servicios públicos esenciales al conjunto de la
población de nuestra provincia, sin importar su lugar de residencia. Es
implementar políticas públicas, socialmente justas y equitativas que posibiliten
el acceso a la educación, la salud, la seguridad y el transporte, por ejemplo.
También requiere conductas responsables de los actores políticos de la
oposición. Quienes representan a la fuerza política que actualmente gobierna a
nivel nacional, deberían ser voceros ante el mismo, de los perjuicios que está
provocando la desaprensiva política de su gobierno en la región patagónica en
general y en la provincia en particular. De no ser así, sería valioso que hagan
explícito su apoyo a la discriminación elocuente con la que el gobierno del
presidente Macri trata a nuestra provincia.

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Respecto de la fuerza política a la que pertenecemos, el Partido Justicialista del
Chubut, debe ser también tributario del proceso de recuperación de la calidad
política e institucional que la sociedad de nuestra provincia merece. En tal
sentido no alcanza con la retórica superficial de algunos dirigentes convocando
a una unidad insustancial. Es necesaria la apertura de un debate serio y
profundo respecto del proyecto político que alternativamente habremos de
proponer a la ciudadanía en el próximo turno electoral. Con igual espíritu es
necesario sincerar las representatividades internas convocando a elecciones
transparentes para que el pueblo peronista puede elegir a sus legítimos
representantes.
Le cabe también la responsabilidad de contribuir a la búsqueda de alternativas
a la cruda realidad que enfrenta el conjunto de la sociedad chubutense,
producto de la incapacidad del gobierno actual para sostener el funcionamiento
normal del Estado. Deben extremarse los esfuerzos propositivos en los ámbitos
institucionales correspondientes, más allá, incluso, de la insolvencia del
gobierno encabezado por Mariano Arcioni para convocar a un diálogo
constructivo indispensable en las actuales circunstancias.
Finalmente, el mayor esfuerzo, la más importante y generosa contribución,
debe ser la restauración de la actividad política como motor para la
transformación de la realidad. Y ello sólo será posible mediante la recuperación
de valores como el altruismo, la participación y la solidaridad como
motivaciones medulares que reinstalen el respeto a las fuerzas políticas y a
quienes las representan.

Trelew, 18 de abril de 2018.-

MESA COORDINADORA PROVINCIAL

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