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La Procesión de las Ánimas

En una de las calles


principales de Chincha
Alta, de esto hace muchos
años, había una mujer que
le gustaba enterarse de la
vida y milagros de todo el
mundo.
Para satisfacer su
enfermiza curiosidad, se
había hecho construir una ventanita especial en la puerta de
su casa, para así poder observar todo cuando ocurría durante
la noche y de esta manera al día siguiente estaba enterada de
todos y cuando le iban a contar algo, ella, como se dice, se
los madrugaba, porque conocía ya todos los detalles, de
aquellos que relataban con novedad.
Una noche siguiente su costumbre, se encontraba
curiosamente a través de su estratégica ventanita, cuando de
pronto escuchó una extraña música que avanzaba lentamente
por la calle, puso toda su atención y comprobó que se trataba
de una procesión que iba a pasar por la puerta de su casa.
La procesión fue acercándose lentamente y cuando estaba
frente a ella, uno de los acompañantes se le acercó y le dijo
con voz gangosa: “Tome esta cera y alumbre”, acompañado
la acción a las palabras le dijo algo que a simple vista parecía
una cera y la mujer agarró lo que le dieron y al verlo más de
cerca se dio cuenta que lo que tenía en su mano era una canilla
de un muerto, se desmayó en el mismo instante que se dio
cuenta…
Al día siguiente fue una amiga a visitarla y la encontró
desmayada tras la puerta, sosteniendo en su mano la canilla
de un muerto…De esta manera pagó bien caro su defecto de
enterarse de las vidas de las personas de su barrio…

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