LIDERAZGO PERSONAL

El desarrollo personal es definido por cualquier cambio de mejora, transformación o

superación de nuestro comportamiento y pensamiento que permita asegurar calidad en
nuestras vidas. Para lograrlo, es necesario la actitud positiva y la disposición de querer salir
de nuestra zona de confort; de tal manera, se debe tener en mente el objetivo personal, lo que
queremos conseguir, generar la idea, imaginarla, desarrollarla y crearla, atribuyendo
iniciativa, sagacidad, preparación, experiencia y sobre todo que no temerle al cambio.

Cuando una persona logra el equilibrio y controla su estabilidad emocional, posee la

capacidad de influenciar en las personas que le rodean, siendo ejemplo y guía para los
miembros que trabajan en su equipo buscando un mismo objetivo.

Ser líder no se trata de ser autoritario y buscar el beneficio de sus propios intereses a costa
del éxito de los demás, sino que comparte sus logros solicitando de manera amable y
entusiasta la colaboración de todos sus integrantes.

En la actualidad aún podemos detectar personas que confunden el liderazgo con la autoridad
impuesta, existen personalidades que al lograr un pequeño acenso pierden el tacto y lejos de
motivar e incentivar a sus subrogados imponen con represalias perjudicando la moral y la
autoestima del que debe ser su compañero. En lo personal, me ha tocado enfrentarme a
diferentes tipos de líderes, en una de ellas vivi una experiencia que fue estresante,
desmotivante y que hasta puso en riesgo mi salud física y emocional; pero manteniendo la
cordura y la calma, demostré con mi ejemplo que un líder no es el que grita, sino que es aquel
que es capaz de ayudar a corregir errores, de llenarse de paciencia y motivar al otro a seguir
adelante. Estas últimas características también son vistas en nuestro actual dirigente de
nuestra querida sección 5, contamos con una persona comprometida con su equipo, optimista
y entusiasta que contagia de la misión por servir y ayudar.
Es importante señalar que existen diferentes tipos de liderazgo, los autoritarios,
complacientes, por convivencia, independiente y comprometido. Sin embargo, un buen líder
no debe centrarse solamente en un tipo sino tener la mezcla de todos los estilos.

Considero que el tener un buen dirigente facilitaría el trabajo colaborativo accediendo de

manera sencilla a los objetivos planteados, la convivencia armoniosa permitiría detectar y
potencializar las capacidades, destrezas y las relaciones interpersonales entre los miembros
del equipo, fortalecería y mejoraría la toma de decisiones, así como permitiría conocer las
áreas de oportunidad de cada uno de ellos para apoyarse unos con otros para el mismo fin,
confrontaría las situaciones imprevistas e incluso hasta difíciles con responsabilidad y
profesionalización en todos los ámbitos: personales, educativos, políticos, laborales, etc.

Finalmente, cabe señalar que como miembros sindicales debemos aprender a entender,
adaptarnos y buscar alternativas que ayuden afrontar las amenazas que ponen en riesgo la
estabilidad laboral y educativa, nuestra y de nuestros compañeros, sobre todo en la actualidad
en donde aun nos mantenemos inciertos con los cambios que se reflejaron con la reforma
educativa. Velar los derechos de todos los miembros sindicales requieren compromiso,
asertividad en la toma de decisiones y estar muy bien informados para poder orientar,
teniendo siempre presente que todos somos elementos esenciales dentro de la Organización
Sindical.