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Las emociones son resultantes de la actividad del sistema nervioso, las emociones son
necesarias para la supervivencia, cuando el sistema nerviosos siente que el enemigo es
demasiado peligroso sustituye la rabia por el miedo para que el individuo pueda lograr
el escape. Cuando las emociones que se presentan son de gran intensidad se da la
activación primordialmente del sistema simpático que produce cambios emocionales,
como el aumento del ritmo cardiaco, la presión arterial, la sudoración, además que se
estimula la glándula suprarrenal que se encarga de liberar la hormona adrenalina. Las
emociones se acompañan de somatizaciones, y el encargado de regular aspectos
fisiológicos de las emociones es el sistema nervioso autónomo que acelera y desacelera
los órganos a través del sistema simpático y parasimpático.
Estructuras cerebrales como la corteza cerebral puede ser capaz de ejercer una gran
influencia inhibitoria de las reacciones fisiológicas.
- La amígdala: este centro al igual que el hipocampo han sido definidas como
centros de afectividad que se encargan de procesar las distintas emociones
como las penas, las angustias, y las alegrías.
- Los lóbulos pre-frontales y frontales: Son los encargados de la asimilación
neocortical de las emociones y asumen 2 papeles importantes, en primer lugar
moderar las reacciones emocionales frenando las señales del cerebro límbico.
En segundo lugar son los encargados de desarrollar los planes de actuación
concretos para las diferentes situaciones emocionales, mientras que la amígdala
del sistema límbico proporciona los primeros auxilios en las situaciones
extremas, el lóbulo pre-frontal se ocupa de la coordinación de las emociones.
La emoción no es más que una etiqueta, una manera de referirse a aspectos del
funcionamiento psicológico y del organismo pues, no existiría la facultad de la emoción,
sino diferentes tipos de emociones controladas por mecanismos y procesos
neurológicos específicos que les confieren una entidad y experiencia subjetiva únicas.
Las emociones nos mueven hacia aquello que se evalúa como agradable y nos apartan
de lo que nos resulta aversivo, adquiriendo un papel fundamental en la toma de
decisiones y la solución de conflictos. Así, las reacciones emocionales resultan de
especial utilidad cuando nos enfrentamos a información variada e incompleta o a
situaciones demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente a través de
razonamientos. Las emociones parecen tener la capacidad de modular la actividad del
resto de funciones cognitivas pudiendo llegar incluso a tomar un papel dominante en la
estructuración de los de procesos cognitivos.
Las emociones son estados complejos del organismo, respuestas globales en las que
intervienen distintos componentes:
Se puede distinguir una serie de dimensiones a partir de las cuales estructurar la gran
variedad de experiencias que se catalogan emociones:
“Desde que nace, el ser humano empieza a establecer lazos afectivos con su entorno
que luego le permitirá interactuar dentro de un grupo social. Este primer vínculo se dará
con la madre y el padre, posteriormente con las personas que vayan llegando a su vida,
como las amistades de la infancia, los compañeros de la adolescencia, camaradas en
el ámbito laboral, estudiantil, y la persona con quien decida compartir su vida, entre
otros, y que de una u otra forma marcarán su forma de relacionarse con los demás.
Cuando desde pequeños las niñas y niños son víctimas de maltrato o abuso, difícilmente
podrán desenvolverse en su entorno social de una manera adecuada; esto podría
conllevar a que repitan con sus pares esos hábitos de conducta o que se replieguen a
interactuar con otros de su edad.
La única forma para que los niños y niñas puedan relacionarse con otros, tanto afectiva
como social, será del ejemplo que reciban del entorno en el que se desenvuelven. Los
padres y madres, como la familia, deberán demostrarle con el ejemplo valores afectivos,
humanitarios, morales, para que el niño o niña, en su etapa de crecimiento y desarrollo
sepa diferenciar lo que es bueno o malo; del afecto o maltrato.
Los niños y niñas necesitan de referentes adultos que les sirvan de modelo, que llegado
el momento sepan ponerle límites, tomando como punto de partida el vínculo afectivo
seguro. Es, entonces, que a través de estos vínculos que se establezcan en la niñez e
infancia, la persona aprenderá modelos de conducta que luego aplicará en sus
relaciones amorosas durante su vida adulta.
En el caso de los adolescentes, hoy en día presentan una realidad compleja y llena de
dificultades. Al igual que de pequeños, necesitan también el referente adulto que les dé
las pautas necesarias o la orientación debida para encaminarlos en su afectiva y sexual.
¿Por que hoy somos como somos? La respuesta parece fácil y seguramente estará
relacionada con el modo en que hemos sido educados por nuestros padres, pero es obvio
que tenemos que mirar hacia muchas direcciones para poder dar una respuesta que se
pueda ajustar a la realidad.
Finalmente, otro factor es el tipo de vínculo que establecen los padres con sus hijos. Existe
alguna relación entre el tipo de vínculo afectivo que establecieron los nuevos padres con
sus padres y el tipo de vinculación afectiva que establecen con sus hijos? Algunos estudios
han intentado dar respuesta a esta pregunta pero en cualquier caso, la opinión que tienen
la madre y el padre acerca de sus primeras experiencias emocionales és un elemento que
influye en la manera que ellos pueden ejercer de padres y, por consiguiente, afecta al
patrón del vínculo que se pueda establecer.
A modo de conclusión cabe destacar que existe una relación muy estrecha entre el tipo de
vínculo afectivo de un bebé y su conducta social posterior. El vínculo es el punto de partida,
la base sobre la que empieza a construirse el desarrollo social y afectivo posterior.
Infantil
0-3 años
3-6 años
Primaria
6 a 9 años
- Las figuras de apego siguen siendo fundamentales pero van cobrando fuerza
otras nuevas figuras. Los niños y niñas poco a poco comienzan a desprenderse
de la protección materna.
- Se amplía el mundo de los niños y niñas, se relacionan con más personas y
aparecen más experiencias afectivas.
- En esta etapa suavizan su expresión emocional, aprenden a auto controlarse, los
afectos son menos intensos, pero más ricos y variados.
9 a 12 años
Secundaria
12 años en adelante
- En esta etapa todo se centra en los afectos, en lo que sienten. Este periodo se
caracteriza por la convivencia de sentimientos contradictorios (aman y odian,
necesitan soledad pero también compañía)
- Aparece la mayor contradicción de todas, se hacen aún mas reservados en su
expresión emocional y aparece un gran dilema la necesidad de afecto frente al
miedo a ser visto como necesitado de afecto.
- Tienen salida sentimientos hasta antes desconocidos como el amor.
- La amistad se basa en la intimidad.
- Las figuras de apego pierden fuerza y el grupo cobra un valor fundamental, como
espacio de vivencia colectiva, de complicidad, alegrías, dudas, descubrimientos,
etc
Dentro del desarrollo afectivo del adolescente, tomaremos como rasgos principales y
fundamentales de comprensión para el objetivo del presente trabajo dos temas.
La Identidad Personal
La Conducta Sexual
Con la pubertad ha comenzado la capacidad sexual propia del organismo humano maduro,
con la instauración de la genitalidad.
En todos los tiempos y en todas las sociedades, la adolescencia parece haber sido una
etapa de peculiar actividad sexual. Lo que varía de unas épocas a otras, de unas
sociedades a otras, son los modos o patrones de ejercer esa sexualidad.
Etapa del adulto joven comienza alrededor de los 20 años y concluye cerca de los 40, cuya
característica principal, es que el individuo debe comenzar a asumir roles sociales y
familiares, es decir, hacerse responsable de su vida y de la de quienes le acompañan en
la conformación de una familia.
Hay consolidación de la identidad y comienzo de la realización del proyecto de vida. La
crisis experiencial o de realismo es la que se da entre la adultez joven y la adultez media,
la cual una vez superada da paso a la adultez media.
En la adultez joven hay que tomar muchas responsabilidades. Las tareas propias de la
edad tienen que ver con el mundo social (pareja, trabajo, hijos, etc.). El rol activo que se
asume es el término de la moratoria psicosocial (según Erikson)
Desarrollo Afectivo
El adulto joven comienza a superar el egocentrismo de la etapa anterior y logra colocarse
en el lugar del otro, compartir experiencias y comportarse de una manera altruista, que le
permite establecer una relación de pareja responsable y asumir una posible paternidad.
Al encontrar su identidad permite la fusión con otro, ya sea laboral o afectivamente, ya
posee la capacidad de adaptarse y de afiliarse.
Walster plantea que pueden existir en las parejas dos tipos de amor:
- Apasionado: Se caracteriza por una confusión de estados emocionales, hay
ternura, pasión y alegría, sin embargo, genera mucha ansiedad y dependiendo
de la estructura de personalidad se manifiestan sentimientos. Es característico
de la juventud.
Se espera que en el adulto joven temprano desarrolle un amor compartido, donde se sabe
administrar la relación de pareja.
Alrededor de los 30 años hay un cuestionamiento de la vida pasada, de la elección de
pareja, de la carrera, se hacen nuevas elecciones y profundizan o se cambian
compromisos. El adulto siente la necesidad urgente de dar un carácter real y
comprometido a su vida con el objeto de lograr la estabilidad, por lo tanto, reconstruye y
reorganiza. Luego de esta transición se establece con la familia, el hogar y logra un sentido
de pertenencia y llega a ser un miembro valorado por la sociedad
La estabilidad afectiva con la que llegan las personas a la vejez tampoco es igual en todos
los individuos sino que va a depender de lo que hayamos ido sembrando por el camino,
de los hábitos saludables que hayamos tenido, de las relaciones interpersonales que
hayamos mantenido, de la propia sensación de haber disfrutado de la vida...
La vejez no supone un parón en la vida de la persona, sino más bien debe verse como un
proceso continuo de crecimiento en el que los mayores siguen ocupando un lugar en la
sociedad y desempeñando un nuevo rol.
El equilibrio afectivo en esta etapa pasa por la aceptación de uno mismo, de los fracasos
y de los logros conseguidos. Es el momento de seguir planteándose nuevas metas y
nuevos intereses. Nunca debemos olvidar que mientras se vive se conserva la capacidad
para disfrutar de los placeres que la vida nos ofrece.
Para Erikson la superación de esta etapa, es decir, el hecho de que la persona consiguiera
la integridad, haría que la muerte perdiera ese carácter atormentador que tiene en nuestra
sociedad. Por el contrario, si no se consigue esta integración se teme a la muerte. La
desesperación expresa el sentimiento de que ahora el tiempo que queda es corto,
demasiado corto para intentar otra vida y para probar caminos alternativos hacia la
integridad. La persona que no logra esta integridad tiene remordimientos y se encuentra
desesperada. De alguna manera y desde nuestro punto de vista el concepto de integridad
de Erikson, implica lograr una paz interior con respecto a lo que se ha llevado a cabo en
la vida y lo que ésta ha sido. Así pues, desde la perspectiva de Erikson la persona que ha
logrado la integridad es aquella que acepta de manera responsable la vida tal y como ha
vivido, que es capaz de integrarla, de darle un sentido, de sentirse feliz y de acuerdo con
ella, de aceptar lo que ha sido, lo que ha hecho, las decisiones que ha tomado. Aquí, no
hablamos de resignación, pero si de aceptación, así, contemplar la propia vida y a uno
mismo al final del camino y ser capaz de aceptarlo, porque uno ya no puede volver atrás,
ya no tiene otra oportunidad de lograr esa paz interior.
http://desarrolloafectivocyd.blogspot.pe/2013/04/desarrollo-
afectivo-del-adulto-joven-e.html
http://www.angelfire.com/band2/suciasteam0/DESARROLLO_AF
ECTIVO.htm
http://cetprovirgendelcarmen.edu.pe/cursobispado/8Etapas.pdf
https://www.womenalia.com/blogs/el-arte-de-emocionarte-claves-
para-el-desarrollo-personal/el-desarrollo-afectivo-en-la-
infancia