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Son aquellos casos en que, al momento de ejecutar la conducta típica, el sujeto se encuentra
en una situación de inimputabilidad que él mismo se ha provocado, sea de manera
voluntaria (dolosa) o culposa, con el objeto de delinquir.
En estos casos, NO será inimputable.
En Chile habría incluso una razón de texto: no se trataría de una privación de razón por
causa independiente de su voluntad.
Sólo la ley en sentido estricto, vale decir, una norma jurídica de aplicación general, formada
conforme a lo prescrito por la Constitución política y emanada del poder legislativo, puede ser
fuente del derecho penal, solo ella puede crear delitos o establecer penas o medidas de seguridad.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad
a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente
descrita en ella.
(Todos estos alcances del principio de la legalidad sirven de garantía al ciudadano en su relación
con el Estado)
Causales de Justificacion
Son situaciones reconocidas por el derecho, en las que la ejecución de un hecho típico se
encuentra permitida o incluso exigida y es por consiguiente lícita
Error de Tipo
Todo error sobre un elemento integrante del hecho tipico excluye el dolo
Error de tipo Inevitable: Tiene lugar cuando el sujeto aun empleando la debida
diligencia no habría podido salir del falso concepto en que que se encontraba
(excluye el dolo y la culpa)
Error de tipo Evitable: Tiene lugar cuando empleando la debida diligencia el
sujeto habría podido salir del error en que se encontraba ( Excluye el dolo Pero
Subsiste la culpa)
Para explicar la relación de causalidad la doctrina ha elaborado diversas teorías entre las cuales se
encuentran las siguientes:
1.- Teoría de la equivalencia de las condiciones.
2.- Teoría de la causa adecuada.
3.- Teoría de la causa necesaria.
4.- Teoría de la relevancia típica.
5.- Teoría de la Imputación Objetiva.
1.- Introducción.
El punto de partida del estudio del error de prohibición versa en el estudio de la categoría
de la culpabilidad, la que, superado el análisis del tipo de injusto, relaciona la conducta
a su autor. En ese sentido, el juicio de culpabilidad, es entendido por algunos como la
reprochabilidad de un acto típico y antijurídico sobre su autor; en otras palabras, radica
en la posibilidad de que el autor lo ejecutó pudiendo haberse conducido de una manera
distinta, es decir conforme a derecho[1].
Sin embargo, la doctrina española pone de manifiesto que esta definición se asocia al
reconocimiento del “libre albedrío”, algo imposible de probar en el caso concreto, por lo
que desde las teorías preventivas de la pena se propugna su sustitución por la idea de la
motividad [2], por lo que el fundamento de la misma, sería la capacidad de motivarse por la
norma penal.
Nuestra legislación regula tanto el error de tipo como el de prohibición, (categorías de las
que tendremos que ocuparnos de su diferencia), en los incisos primero y segundo del Art. 28
del Código Penal –en adelante C. Pn.-, respectivamente; estableciendo lo siguiente:
Art. 28.- El error invencible sobre el hecho constitutivo de la infracción penal excluye la
responsabilidad penal. Si el error fuere vencible, atendidas las circunstancias del hecho y
las personales del autor, la infracción será sancionada en su caso como culposa.
El error invencible sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la infracción penal o de una
causa de exclusión de la responsabilidad penal, exime de ésta. Si el error fuere vencible, se
atenuará la pena en los términos expuestos en el artículo 69 de este Código.
Art. 69.- En los casos de error vencible sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la
infracción penal o de una causa de exclusión de responsabilidad penal el juez o tribunal
fijará la pena entre la tercera parte del mínimo y la tercera parte del máximo de la pena
señalada para el delito.
De igual manera se fijará la pena en los casos de error vencible sobre la ilicitud del hecho
constitutivo de la infracción penal o de una causa de justificación.
2.- Error de tipo y error de prohibición.
Digo “además” puesto que el error de tipo también excluye la posibilidad de comprensión
de la antijuridicidad, (ya que ni siquiera se conocen los elementos objetivos del tipo, por lo
tanto el sujeto activo ni siquiera se representa la antijuricidad del hecho), por lo que es de
aclarar que el error de prohibición opera sólo cuando el error sobre la antijuridicidad
del hecho no es la consecuencia de un error sobre las circunstancias del hecho
(elementos objetivos del tipo) ya excluyentes del dolo[7].
ZAFFARRONI señala tres supuestos para explicar los criterios referidos graduables del
error, así, (a) es invencible si se determina que el sujeto no ha podido comprender la
criminalidad de su hecho; (b) por el contrario, es vencible cuando su comprensión tuvo
dificultades que no le son imputables totalmente; (c) y en los casos en que la no comprensión
de la criminalidad le sea completamente imputable, no corresponde considerar atenuación
alguna del reproche[8].
Mucha ha sido la discusión sobre el tratamiento del error de prohibición, pero la regulación
contenida en el Art. 28 inc. 2° del C.Pn. se ha decantado por la solución brindada por
quienes propugnan la teoría finalista de la acción, adoptando la denominada “Teoría de
la Culpabilidad”, que “parte de la idea de que la conciencia de la antijuricidad no sería
presupuesto del dolo, sino de culpabilidad”[9].
Para esta teoría, el dolo se encuentra ubicado en la tipicidad, por lo que para cometer
dolosamente un acto típico, no es necesario que el sujeto activo conozca la antijuricidad
del hecho, basta con que conozca los elementos objetivos del tipo penal. Así quien mata
en legítima defensa, ha cometido un acto doloso, por ende típico, pero no antijurídico. En el
caso del error de prohibición, quien desconoce que su actuar es antijurídico, por error
invencible, su actuar seria típico e incluso antijurídico, pero no culpable; y en caso de que
sea vencible, su culpabilidad se entiende disminuida.
En cambio, los que sostienen la “Teoría del Dolo”, ubican este último elemento como
parte de la culpabilidad (dolus malus), y por consiguiente, no bastaría el conocimiento
y voluntad de cometer un hecho, sino también la conciencia plena de que el hecho
cometido es antijurídico, es decir, se estima de que la llamada conciencia del injusto
pertenece al dolo. En palabras de ROXIN, esta teoría “contempla la esencia del delito en la
rebelión consiente del sujeto contra la norma y en consecuencia solo aprecia culpabilidad
dolosa cuando el sujeto actuó con conciencia de la antijuricidad[10]”.
Esta teoría lleva a una concepción unitaria del error, que no distingue entre el error de
tipo y de prohibición, en la que todo error invencible elimina el dolo y todo error
vencible da lugar a culpa.
El Art. 28 inc. 2° del C. Pn. contempla dos supuestos de error de prohibición, el primero, que
trata sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la infracción penal, conocido doctrinariamente
como error directo, y el segundo, el error en una “causa de exclusión de la responsabilidad
penal”, conocido como error indirecto[11].
Es necesario aclarar que el término “exclusión de responsabilidad penal” es más amplio que
el que refiere la doctrina de causas de justificación, ya que también existen causales de
exculpación que excluyen la responsabilidad penal, por ello en el Art. 69 del C. Pn. se comete
la imprecisión de recurrir a un segundo párrafo que vuelve a repetir lo dicho en el
primero, haciendo énfasis en la causa de justificación, refiriendo: “De igual manera se
fijará la pena en los casos de error vencible sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la
infracción penal o de una causa de justificación” . En ese sentido, no puede existir un error
de prohibición sobre una causa de exculpación, por ello es de precisar que sólo puede darse
el error indirecto, sobre una causa de justificación en particular.
En resumen, en el directo, el autor desconoce la existencia de la norma que prohíbe su
actuación; y en el segundo, el autor sabe que su hacer está prohibido en general, pero
cree que está habilitado legalmente por darse los presupuestos de una causa de
justificación que lo permite. Una cosa es no saber que lo actuado es ilícito, como por
ejemplo el extranjero que desconoce que en nuestro país es delito la demanda de prostitución
(Art. 170-A C. Pn.) y otra es errar en la creencia de que se comete una acción antijurídica,
habilitada por una causal de justificación, por ejemplo matar al que se cree que se dispone a
asesinarme, cuando en realidad se trataba de una broma.