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CIENCIAS SOCIALES

JOSEP PICÓ
ENSAYO

CULTURA
Y MODERNIDAD
SEDUCCIONES Y DESENGAÑOS
DE LA CULTURA MODERNA

EL LIBRO UNIVERSITARIO Alianza Editorial


Als germans.

Pues el vulgo es necio y paga,


Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, es justo hablarle en necio
que estabece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones
por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren
para darle gusto.
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación,
interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada
LOPE DE VEGA
a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

cultura Libre
© Josep Picó, 1999
© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1999
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; teléf. 91 3938888; 28027 Madrid
ISBN,84-206-2935-9
Depósito legal, M. 30.583- I 999
Impreso en Lavel, S. A., PoI. Ind. Los Llanos
CI Gran Canaria, 12. Humanes (Madrid)
Printed in Spain
ÍNDICE

INTRODUCCION II
I. CULTURA Y SOCIEDAD 19
1. La cultura en la tradición clásica 19
2. La cultura del Renacimiento 34
2. LA CULTURA BURGUESA 45
1. Cultura y civilización 45
2. La cultura burguesa a través de la novela 55
3. Crisis de la cultura burguesa: Viena y Berlín 69

3. CAPITALISMO Y CULTURA 79
1. Capitalismo, cultura, y modernidad en Max Weber 79
2. La crítica a la cultura de la sociedad capitalista 87
2.1 Karl Marx: y la critica de la economía política 88
2.2 Sigmund Freud y el malestar en la cultura 94
2.3 George Simmel y la tragedia de la cultura 103
4. LA CULTURA COMO CIENCIA: LAANTROPOLOGÍA 117
1. La cultura como ciencia, su evolución y función 122
2. Cultura y estructura social................................................... 131
3. Cultura y personalidad 139
5. CULTURA POPULAR Y DE MASAS 147
1. La cultura popular en la sociedad preindustrial 147
2. Sociedad y cultura de masas 155
3. Cultura popular y de masas en la sociedad industrial........... 164

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CULTURA Y MODERNIDAD

6. CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN 173


1. Los nuevos medios de comunicación y la cultura de masas o.. 173
2. Laindustria culrural y la Escuela de Frankfurt 183
3. La cultura de masas en la sociedad actual............................. 191 INTRODUCCIÓN
7. IDEOLOGfA y CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS 201
l. Ideología y cultura en la tradición marxista: K. Marx,
L. Althusser, A. Gramsci 201
2. La batalla por la hegemonía cultural después de la Segunda
Guerra Mundial 212
3. Ideología y cultura popular. La Escuela de Birmingham 221
4. Pierre Bourdieu: la cultura como poder simbólico 230

8. MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS
y CONTRACULTURAS 239
1. El multiculturalismo político y cultural 239
2. Su~culturas y contraculturas. El feminismo y la juventud 248
En un ensayo reciente sobre la cultura decía Gustavo Bueno queja
9. CULTURA Y MODERNIDAD 265 historia del término «cultura» tal como se ha ido conformando a lo
1. Modernidad versus postmodernidad 265 largo del siglo XIX y sobre todo del XX es la historia de un proceso
2. Las nuevas clases medias y la cultura del consumo 274 progresivo de confusión, y poco después uno de los teóricos más
3. Seducciones y desengaños de la cultura moderna 280
conocidos en este campo del pensamiento, Terry Eagleton, afir-
BIBLIOGRAFfA 291 maba en el Times Literary Supplement (julio, 1998) que la cultura
se ha convertido en un terreno tan amplio de estudio y tan varia-
ble de significado que su definición ha evolucionado desde presen-
tarse como el conjunto de valores que todos compartimos común-
mente en virtud de nuestra condición humana hasta expresar todo
lo contrario, la afirmación de una identidad nacional, étnica o se-
xual diferente, llegando al extremo de que en algunas partes (Bos-
nia, Belfast.... ) puede convertirse en un motivo para matar, mos-
trando así las diferentes caras que caracterizan la fragmentación de
la modernidad.
Es cierto que recientemente el término cultura se ha converti-
do en la patria común de toda clase de discursos públicos y ha sal-
tado del campo académico a terrenos hasta ahora desconocidos
como la política, la economía, la sanidad, o incluso hostiles a su
propia definición como la delincuencia. No parece que haya un lí-
mite en su aplicación a casi todos los contextos sociales: cultura po-

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INTRODUCCIÓN
CULTURA Y MODERNIDAD

licial, de! bienestar, de la empresa, de la investigación.... todo lo Tanto es así que en los anaqueles de las grandes librerías, so-
cual ha conrribuido a vaciar su contenido tradicional más específi- bre todo las de ámbito sajón, enconrramos desde hace ya algún
co. A medida que se usa con más frecuencia más necesita de un ca- tiempo el aparrado culture dedicado no solamente a los cultural
lificativo para definir su campo de aplicación. studies, ni a la teoría o las encuestas de opinión sobre valores, sino
Ni siquiera e! cuadro que dibujó Burckhardt para describir la a todo tipo de publicaciones que van desde la teflexión filosófica
cultura de! Renacimiento, es decit, la conexión orgánica de las di- al tratado sistemático, desde el enfoque semiológico al estudio so-
versas manifestaciones de una época que expresan un todo cultural ciológico, desde la monografía anrropológica al catálogo de insti-
autónomo respecto de la Edad Media serta hoy posible. El roman- tuciones culturales. Sería pretencioso intentar aquí ni siquiera
ticismo burckardtiano en e! que la cultura es e! principio inspira- una clasificación aproximada de lbs cenrenares de libros que han
dor no solamenre de la vida moral y religiosa, de la literatura, e! aparecido sobre cultura en las últimas décadas, aunque es posible
arte, la ciencia y la filosofía de una época, sino también de su or- detectar con relativa facilidad que bajo las diferencias en el trata-
ganización política o económica no casa con el carácter híbrido y mienro, tanro por el campo de especialidad ~histotia de la cul-
plural de las formas culturales actuales. tura, filosofía de la cultura, anrropología, política cultural-
¿Cómo podemos captar enronces la enorme variedad de tepte- como por su enfoque metodológico o corriente de pensamiento
senraciones empíricas de la cultura y tratarlas como una totalidad? al que cada autor se adscribe, algunos estudiosos tratan de en-
¿Cómo debemos afrontar la complejidad de sus múltiples expe- conrrar si no la unidad al menos la continuidad de sus diversas
riencias -alta cultura y cultura folk, multiculturas y subculturas, expreSIOnes.
medios de comunicación y cultura de masas-e- que están presentes Ciñéndonos al terreno más fácil -el de la especialidad- po-
en todas las sociedades? ¿Deberíamos considerar todas estas mani- demos traer a colación la Antropologíafilosófica de Cassirer, una te-
festaciones como un mosaico no relacionado, o existe algún hilo flexión sobre la cultura en la que el autor afirma que aunque ésta
conductor para su exposición y reflexión? Estas son algunas de las se halla dividida en actividades que siguen líneas diferentes y pet-
cuestiones metodológicas que se plantean hoy día a los estudiosos siguen fines diferentes, y\i nos limitamos a conremplar sus resul-
de la cultura. Peto además e! esfuerzo para adentrarnos en su estu- tados -las creaciones del mito, los ritos o credos religiosos, las
dio se ve obstaculizado muchas veces por la dificultad de proponer obras de arte, las teorías científicas-, parece imposible reducirlos
una definición adecuada y una represenración pertinenre de sus a un denominador común; sin embargo, la síntesis filosófica busca
manifestaciones. bajo estas manifestaciones una unidad de acción, no una unidad de
No es de extrañar, por tanto, que ese enorme campo al que lla- productos sino una unidad de! proceso creador (Cassirer, 1997:
marnos la cultura se ptesenre al estudioso como un gran espacio de 111). En la misma línea algunos historiadotes de la cultura como
elementos dispersos y difusos, y quizá por eso, en un terreno tan am- Gombrich, por ejemplo (Tras la historia de la cultura, 1977), pien- ,
plio e inseguro, la definición que dio e! anttopólogo Taylor en 1871 san que en e! laberinro de la civilización occidental e! estudio de
ha tenido un éxito considerable y se ha convertido en tabla de salva- la cultura ha de set e! estudio de las conrinuidades. Incluso en e!
ción para los compiladotes más variopintos, así como para buena par- área de la política cultural, Fumaroli (L'Etat culturel, 1992) esta-
te de los estudios aplicados, pOt aquello de que la antropología clási- blecía hace unos años la continuidad en la política cultural de! Es-
ca asentó sus bases en el positivismo sin advertir que su enfoque, tado desde Bismarck a De Gaulle. «Fenómeno nuevo! e! Estado
como todos, es un aspecto imporrante pero parcial de la cultura. como estrella para guiat la cultura» escribía Nietzsche en 1871

12 13
CULTURA Y MODERNIDAD INTRODUCCIÚN

como buen conocedor de! pape! de! Estado en la mediación de la Pero será a partir de! siglo XVlll (cap. 2) cuando la cultura, con e!
cultura desde e! nacimiento de la tragedia griega hasta e! Estado protagonismo creciente de la burguesía, e! asentamiento de los pos-
prusiano. tulados liberales de! contrato, e! mercado, e! desarrollo de la razón
Se observa, por tanto, en buena parte de los estudiosos la vo- aplicada a la ciencia y la formación de! Estado-nación, configura y
luntad de abrirse camino o trazar mapas, no diré lineales ni unita- asienta los valores que van a caracterizar la modernidad. Sin embar-
rios pero sí significativos, para establecer continuidades o marcar go, la secularización cada vez mayor de estos valores aceptados o im-
cartografías que nos permitan una comprensión más acorde con puestos como' universales, la escisión entre los fines particulares de
nuestra capacidad de entender ese fenómeno tan vasto, complejo y los individuos y las meras también universales que se habja propues-
difuso que se llama cultura. to la razón ilustrada para alcanzar los fines humanos de la sociedad,
En esa línea mi intención en este trabajo ha sido hacer una lec- las contradicciones denunciadas por los críticos (Marx, Freud, Sirn-
tura particular de la génesis de los diferentes significados de la no- rnel) de este proceso de civilización y su plasmación en la sociedad
ción de cultura, trazarun recorrido entre el concepto y significado real a través de la injusricia social, la opresión económica, las guerras
teórico de la cultura y su plasmación en la sociedad moderna. Los y la corrupción reflejan e! fracaso de los valores, normas, formas-or-
cambios semánticos, en apariencia de naturaleza puramente sim- ganizativas e ideas que habían alimenrado la cultura occidental.
bólica, corresponden en realidad a cambios de otro ,orden, a cam- La cultura de la sociedad capitalista (cap. 3) será para Marx la
bios en la estructura de las relaciones de fuerza entre los grupos so- manifestación ideológica que justifica una determinada esrructura
ciales que protagonizan e! gobierno de la sociedad, por una parte, social como resultado de relaciones asimétricas de producción,
y entre las sociedades y su posicionamiento internacional, por o:ra. mientras que Weber -confiere a las ideas y creencias culrurales un
En ese sentido «la cultura), su génesis, cambio y evolución ha te- pape! más autónomo de tal manera que en su actuación pueden
nido diversas acepciones y significados a lo largo de la época histó- condicionar la formación de una estructura social determinada.
rica que hemos denominado modernidad, y en su seno ha sido Para él la érica protestante yel credo calvinisra jugaron .un pape!
portavoz y bandera de unas formas de dominación u otras, de rei- fundamental en la creación y e! afianzamiento de! capitalismo cen-
vindicaciones y formas de lucha que recorren nuestra historia más tro-europeo, aunque sus postulados cayesen más tarde en la con-
reciente y ponen de manifiesto sus anhelos y contradicciones. tradicción de convertir los medios en fines. Freud, sin embargo,
En la Anrigüedad clásica (cap.l) e! concepto de cultura toma ya cree que son más universales las causas endógenas de! conflicto cul-
muchas de las acepciones que conserva en la actualidad, tanto las tural, que él sitúa no fuera sino dentro del ser humano, en sus es-
referidas a la formación de! individuo (paideia), a los valores mo- tructuras inconscientes, en la contraposición entre el principio del
rales (arete), corno al pape! de! Estado como educador de los ciu- placer (la realización psicosomática de! individuo) y el de realidad
dadanos, aunque fuese a través de sus manifestaciones más popu- (las consrricciones de la convivencia humana y de la organización
lares. El Renacimiento, recogiendo buena parte de esta herencia, social). Simme!, por último, ve insalvable la distancia entre la cul-
configura una nueva mentalidad cuyos pilares proclaman e! valor tura entendida en sentido subjetivo, es decir como la capacidad de
de lo subjetivo y e! proragonismo de! individuo. Un nuevo espíri- las personas para asimilar la producción cultural, y su plasmación
tu científico descubre los secretos de la naturaleza y bajo e! orden objetiva o sea como acumulación sin límite de su crecimiento, un
tradicional unitario aparece un mundo más complejo y diverso, en divorcio que genera dos mundos -sujero y objeto- cada vez más
e! que cada aspecro de la realidad cultural va ganando autonomía. autónomos y distantes.

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CULTURA Y MODERNIDAD INTRODUCCIÓN

Este discurrir sobre la cultura se ve enriquecido, a finales del si- marxistas por el poder que las ideas ejercen en la sociedad (cap. 7),
glo XIX y comienzos del xx, por la antropología (cap. 4), es decir, prueba evidente de la conciencia qI¡e se ha alcanzado en Occiden-
por su estudio como saber científico y positivo, acompañado en al- te de la importancia de la culrura como campo de batalla y ámbi-
gunos ámbitos por la defensa de intereses coloniales, pero rambién to de dominio en la configuración de la sociedad. Las relaciones
por el deseo de encontrar estructuras culturales universales válidas culturales entre Europa y Estados Unidos nos sirven de ejemplo
para toda la humanidad (Lévi-Srrauss) e incluso modelos cultura- para observar la lucha por la hegemonía ideológica. Aplicado a
les que sin ser tan sofisticados como los europeos tampoco estuvie- otros dominios como los medios de comunicación o las subcultu-
ran sometidos a sus fracasos y contradicciones. ras por parte de los culturalstudies o el esrudio del gusto y los usos
Con la llegada de la revolución industrial y la aparición de las culturales en el caso de Bourdieu, la cultura se estudia como el te-
clases sociales (cap. 5) el concepro de cultura sufre nuevos cambios rreno donde tiene lugar la lucha por el poder y donde cristalizan las
y su contenido unitario se muestra más claramente diversificado. formas simb61icas de la dominación, '
Muchos autores han venido trabajando sobre aspectos que deno- Estas tesis se ven reflejadas más claramente en la relación que se
minan alta cultura y cultura popular. En la primera hay quien dis- esrablece entre culruras y subculturas que pone de manifiesto el
tingue entre la cultura oficial y la no oficial, en la segunda entre problema de las diferencias culturales (cap. 8). El multiculturalis-
cultura folk, obrera... en función del colecrivo social al que se apli- mo y las subculturas evidencian que la dimensi6n étnica y cultural
ca o el espacio, rural o urbano, que se estudia. juega un papel muy importante en la constitución y personalidad
La masificación de la sociedad COK el consiguiente proceso de de los individuos, y en la resoluci6n de estos problemas subyace el
concentración urbana, la irrupción de los medios de comunicación reconocimiento de la diferencia cultural y el respeto a las culturas
de masas y el nacimiento y desarrollo de la indusrria culrural minoritarias.
(cap. 6) produce una enorme expansión y homogeneización de la Por último, lo que en estos momentos llamamos cultura post-
cultura. Valores, creencias, gustos y estilos de vida se dirigen a to- moderna (cap. 9) se caracteriza por una expansión sin precedentes
das las personas y colecrivos por igual sin distinción de edad, sexo del capital, en una sociedad en la que los medios de comunicaci6n
° clase social y esto produce dos reacciones; por una parte están de masas juegan un papel fundamental en la construcción de la
aquellos que piensan que elmonopolio de los intereses económi- realidad, donde el soporte figurarivo de la imagen ha desplazado al
cos, que es el que ostenta la titularidad-de estos medios y por ran- discursivo de la palabra. La globalizaci6n de la economía y la co-
to quien difunde y dice qué valores, ideas y gustos hay que comu- municaci6n ha venido acompañada de la inregraci6n en la cultura
nicar, .es una amenaza contra el sistema democrático por el gran de muchos estratos de la poblaci6n que se han considerado como
poder que concentran y la capacidad que esto les da para manipu- nuevas clases medias, cuyo sustrato común es el consumo como for-
lar a las masas,'por-otra se sitúan quienes, al contrario, creen que la ma de idenridad y expresión.
cultura de masas permite a éstas el acceso a muchos bienes cultu- La cultura en esre período de modernidad atraviesa una serie de
rales que hasta entonces no podían disfrurar, además contribuye a momentos seductores, pOt una parte, y contradictorios, por otra, que
la formación de la opinión pública y enriquece la democracia gra- caracterizan a la civilización occidental. La riqueza y complejidad de
cias a la participación popular. este corto pasado impide que cualquier aproximaci6n tenga una vi-
Si esta discusión tenía lugar poco antes de la Segunda Guerra si6n objetiva y global, pero del acierto que tengamos en sus lecturas
Mundial, después de ella asistimos a una batalla entre liberales y sucesivas es posible que dependa el camino por recorrer. El que no-

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CULTURA Y MODERNIDAD

sotros hemos emprendido trata de iluminar algunos de estos mo- CApfTULO 1


mentos que nos han parecido más importantes, pero no es el único
aunque sí tiene la pretensión de contribuir a su construcción.
Para hacer este recorrido nos hemos servido de múltiples textos CULTURA Y SOCIEDAD
y lecturas; desde introducciones como las de Thurn, Cuche o Cres-
pi hasta monografías dedicadas a culturas específicas, como las de
Jaeger o Gay, desde estudios referidos a períodos históricos como
los de Burckhardt o Guriévich, o a campos concretos como los de
Harris o Maffi, hasta trabajos muy especializados como los de Ne-
delmann y Frisby sobre Simmel o Schroeder y Mommsen sobre
Weber sin excluir obras generales de referencia. Hemos acudido a
muchos textos originales de Freud, Simmel, Linton, Eliot, Ador-
no, Williams, Kymlicka, Rex, Bourdieu... y nos han ayudado a
comprender mejor el panorama de la cultura moderna ensayos
como los de Berman o Strinati. Clásicos de la cultura como Elias o 1. La cultura en la tradición clásica
Adorno así como estudiosos más recientes como Thompson o Fea-
therstone nos han servido como elementos de referencia. De esta La cultura, tal como entendemos actualmente esta palabra en el
manera ha ido tomando forma a lo largo de estos últimos años una campo de las ciencias sociales, así como la reflexión sobre su signi-
lectura personal que enlaza el desarrollo de la cultura con la socie- ficado y evolución, se vinculan al proceso de modernización de la
dad moderna. sociedad occidental a lo largo del siglo XVIII, en sintonía con el pen-
No quisiera terminar esta breve introducción sin agradecer las samiento ilustrado, el nacimiento y expansión de la burguesía y el
ayudas recibidas par el CIare Hall College que como cada cierro asentamiento del universo simbólico, normarivo y productivo que
tiempo, esta vez en el otoño de 1995, me hospedó para poder tra- perdura hasta nuestros días.
bajar en la biblioteca de Cambridge con mayor tranquilidad, a Ma- Sin embargo muchos de los significados, presupuestos y reali-
ría Cifuentes que fue la primera en acoger con entusiasmo este pro.. zaciones de lo que hoy entendemos por cultura los encontramos ya
yecto, a Ramiro Reig por el cambio de impresiones que tuvimos en la tradición clásica. La cultura como cultivo espiritual del indi-
sobre la cultura burguesa, a Gustau Muñoz por su lectura y co- viduo, como disciplina interna que aspira a un ideal superior,
mentario, a Rosa Catalá por su ayuda en la documentación y tra- como educación y formación de la personalidad, en su visión aris-
ducción de textos y a José Manuel Vidagany por la transcripción tocrática o popular, como producto intelectual de un pueblo,
del mismo. como recurso de poder polírico o como instrumento del Estado
está presente en la sociedad griega. Por eso no podemos eludir una
referencia a la cultura griega, de la que Nierzsche afirmaba: "Casi
cada tiempo y cada grado de cultura han intentado alguna vez, con
profundo malhumor, liberarse de los griegos, porque, en presencia
de éstos, todo lo realizado pot ellos, en apatiencia completamente

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y SOCIEDAD

original y sinceramenre admirado, parecía perder de súbiro color y ga vida por nada: preferirá cumplir una sola acción grande a una
vida y reducirse, arrugado, a una copia mal hecha, más aún, a una serie de pequeñeces insignificantes).
caricatura» (Nietzsche, 1994: 125). Jaeger, que nos ha legado una amplia reflexión sobre este tema,
Fue la sociedad griega la primera que protagonizó una gran re- afirma que para los griegos la fuenre del proceso espirirual es la no-
volución cultural en dos de sus dimensiones más importantes; la bleza medianre la cual nace y se desarrolla la culrura de un pueblo.
transformación de la ciudad-Estado monárquica y aristocrática en La-educación no es otra cosa que la forma aristocrática de un pue-
una nueva polis democrática y la elección de la persona humana, blo progresivamente espiritualizado, yel tema esencial de la histo-
del individuo, como cenrro de la reflexión. «El hombre es la medi- ria de la educación griega es el concepto de areté (la virtud o per-
da de rodas las cosas, de las que son en cuanro son y de las que no fección moral) como expresión del más alro ideal «caballeresco»
son en cuanto no son», según el famoso dicho de Protágoras, a par- unido a la conducta cortesana y refinada, y al heroísmo guerrero.
tir del cual el pensamienro humano ya no debía referirse a lo mís- El hombre ordinario, en cambio, no tiene arete, que es un atribu-
tico y transcendenre para fundamenrar la vida sino al individuo ro propio de la nobleza. Nos enconrramos ya en el pensamiento
concreto. griego que toda cultura surge de la desigualdad y diferenciación de
Con la revolución cultural que se fraguó a lo largo del siglo V a.e. los grupos humanos como consecuencia de 'la diferencia del valor
nació en Grecia la construcción de un ideal de vida que se propo- espiritual y corporal entre los individuos.
nía como meta a todos los hombres, aunque no todos tenían acce- Los presupuestos de esta cultura aristocrática son el arraigo en
so a él: la paideia, es decir la educación según una escala de valores. un escenario concreto, la posesión de bienes y la tradición. A esro
Para los griegos la cultura será, por tanto, sinónimo de educación. es preciso añadir una educación distinguida y la formación cons-
La educación ha de ofrecer al espíriru una imagen del hombre tal ciente de los jóvenes de acuerdo con los imperativos de las cos-
como debe ser, tanto en su conducta y comportamiento externo tumbres cortesanas. De esta manera la educación considerada
como en su condición interna, y estas manifestaciones que tratan como formación de la personalidad humana medianre el consejo
de alcanzar la imagen anhelada del ideal humano se consiguen a constante y la dirección espiritual es una característica típica de to-
través de una, disciplina conscienre. dos los tiempos y pueblos. La educación se convierte por primera
La educación requiere, por tanto, un esfuerzo para alcanzar la vez en formación, es decir en modelación del hombre de acuerdo
perfección de la virtud o perfección moral (arete) y para ello se re- con un patrón fijo. Esta forma de enrender el proceso educativo se
quiere un concepro elevado de la propia persona, un senrido de la prolongará a.través de la Edad Media y el Renacimiento hasta lle-
autoestima que nos impulse a realizar nuestro espíritu y apropiar- gar, al siglo XX (jaeger, 1990: 35, 36).
nos de la «belleza» entendida como la perfección moral más aira a Para muchos esrudiosos de la civilización griega (jaeger, Snell,
la que puede aspirar un individuo, y que en la cultura griega se Nestlé) Hornero será el represenrante de la cultura griega primiti-
idenrifica no con elcultivo del ego sino al conrrario con el altruis- va. Pero si Homero -comenra Jaeger- subraya el hecho de que
mo y la enrrega personal a los demás, sobre roda de la defensa de toda educación tiene su punro de partida en la formación de un
los amigos y del honor de la patria. Tal es el valor que se le da a la tipo humano noble que surge del cultivo de las cualidades propias
virtud, de tal manera que para Aristóteles «es mejor una vida bre- de los señores y de los héroes, Hesiodo nos revela la segunda fuen-
ve gozando de una alta virtud que una larga existencia en reposo te de la cultura: el valor del trabajo. Hesiodo quiere poner aliado
indolente, preferirá vivir un año sólo por un fin noble, que una lar- de la educación de los nobles una educación popular, una doctrina

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y SOCIEDAD

de la areté del hombre sencillo que descansa sobre los pilares de la de la sociedad y fijan valores morales y modelos de comporta-
justicia y el trabajo. Su pensamiento se proyecta sobre la existencia miento. La representación de las relaciones conflictivas entre los
de la vida campesina y nos es transmitido a través de sus múltiples dioses son a menudo la traducción de sucesos cósmicos o la repre-
tradiciones. En la poesía de Hesiodo queda plasmada la formación sentación de conflictos de valor (Crespi, 1996: 162-163).
independiente de una clase popular que había sido excluida hasta Mauss no sólo le da al mito un carácter institucional sino que
ese momento de toda educación consciente. De esta manera la tra- subraya el aspecto coercitivo de sus temas y su valor normativo
dición clásica confiere también a la clase popular una cultura. para el grupo social. Además compara el mito con el lenguaje para
Ahora bien, si la cultura es sinónimo de educación (paideia) en hacer de él un sistema simbólico que permita la comunicación en
el hombre griego y los protagonistas de esta cultura son los miem- el interior de una colectividad. El símbolo mítico se define desde
bros de la aristocracia, ¿cuál es el contenido de esta culturar, ¿cuá- ese momento por su doble referencia a la coerción social por una
les son sus valores y normas? Los mitos y las leyendas históricas parte y a la regla lingüística, por otra. El mito es un sistema sim-
constituyen el tesoro inextinguible de ejemplos y modelos para la bólico institucionalizado, una conducta verbal codificada que con-
nación y para sus habitantes. De ellos se extrae su pensamiento, los lleva, como la lengua, maneras de clasificar, coordinar, agrupar y
ideales y las normas de vida. Prueba de la estrecha conexión que oponer los hechos, es decir, de organizar la experiencia (Vernant,
existe entre la épica y el mito es el hecho de que Hornero usa los 1994: 204).
patadigmas míricos para todas las situaciones imaginables de la El mito desempeña, por tanto, una función social, explicando
vida en las que un hombre se enfrenta con otro para aconsejarle, los orígenes de la sociedad y de sus procesos de transformación, y .
advertirle, amonestarle, exhortarle, prohibirle u ordenarle algo. Los proporcionando los fundamentos para la legitimación 'de las leyes
mitos sirven de instancia normativa a la cual apela el orador. En ese y de la autoridad (Duch, 1998).
universo simbólico hay algo que tiene validez universal. Ningún otro pueblo ha tenido la capacidad de crear formas es-
El mito es la forma cultural en la que encuentran su expresión pirituales parecidas a la mayoría de las que ha creado la literatura
las grandes representaciones primitivas de la realidad natural (físi- griega. De ella nos vienen la tragedia, la comedia, el tratado filosó-
ca) y humana. En las narraciones imaginarias que se refieren a he- fico, el diálogo, el tratado científico sistemático, la historia, la crí-
chos o aventuras de personajes divinos, y en las explicaciones de los tica, la biografía, la descripción de viajes y los ensayos. La tragedia
orígenes del cosmos, del significado de la vida y de los fundamen- no fue considerada nunca por los griegos como una manifestación
tos morales, el mito aparece como la modalidad más antigua de la exclusivamente literaria o artística sino como el escenario donde se
organización simbólica del mundo y de la vida humana (Crespi, representa la formación de la conciencia de su época, una escenifi-
1996: 159). cación que se dirige al hombre mismo y que proclama sus normas
Desde el punto de vista de la sociología de la cultura, el mito a través de la representación de sus figuras humanas.
aparece como la primera gran forma de mediación simbólica pro- La tragedia y la comedia despliegan y van conformando los sím-
ducida por la experiencia colectiva y como fuente de fundamenta- bolos y valores de la cultura representados por sus propios perso-
ción de la identidad social y de las formas de legitimación de las najes. Son narraciones dramáticas que se refieren a personajes hu-
principales instituciones sociales. La lliada y la Odisea, por ejem- manos involucrados en un conflicto entre dos mundos que
plo. son narraciones que transmiten oralmente la memoria de he- cambian: por una parte 'elmundo arcaico, encerrado en su sistema
chos históricos idealmente transfigurados, que explican el origen de leyes y gobernado por los dioses y por otra el moderno en el que

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_ _ _ _ _ _ _ _----'C"U"I~T"'URAy MODERNIDAD CULTURA Y SOCIEDAD

prevalecen los afectos, vínculos y deberes que se establecen como ritu de lucha y el interés musical sino que en la competitividad se
nuevas relaciones entre personas responsables y autónomas, capa- formaba el verdadero espíritu de la comunidad. Así resulta fácil-
ces de oponerse a los dictámenes de las antiguas y sagradas normas mente comprensible el orgullo de los ciudadanos griegos por ser
tribales en nombre de valores inmanentes y humanos cuando éstos miembros de la polis. La pertenencia a una ciudad tenía entonces
son atacados por las decisiones irrevocables del destino o de las nor- para los griegos un valor ideal análogo al sentimiento nacional ac-
mas severas de la rradición: por ejemplo, la ley de los sentimientos tual para los modernos (jaeger, 1990: 111-112).
humanos de Antígona que quiere sepultar a su hermano contra la Por eso los tiranos fomentaban en los ciudadanos el sentimien-
ley de la ciudad de Creonte que prohíbe su sepultura por rebelarse to de la grandeza y el valor de su patria. Desde entonces no fue po-
contra Tebas. La tragedia muestra el conflicto entre dos culturas re- sible ya pensar en un Estado plenamente desarrollado sin una acti-
presentado por figuras humanas, dos mundos irreconciliables de vidad cultural sistematizada de este tipo, aunque las actividades
valores que perviven en la conciencia colectiva. culturales del Estado consistieron, sobre todo, en la glorificación
Como resultado de toda esta enorme y variada producción culru- de la religión mediante el arte y en la protección de los artistas, y
rallos siglos posteriores considerarán siempre la Antigüedad clásica consagraban sus mejores fuerzas a la propagación y valoración pú-
como una fuente inagotable de saber y de cultura, y en ella se inspi- blica del arte y a la formación musical y gimnástica del pueblo. En
rarán muchas de las estructuras y de los prototipos ideales que pobla- ese sentido la cultura se proyectaba sobre dos vertientes, por una
rán la creación literaria y artística de los herederos de la tradición. parte en sus aspectos más populares, religiosos y lúdicos, a través
Así pues-, los ideales que se manifiestan en la literatura griega sur- del Estado, por otra a través de las clases más selectas mediante lo
gieron del espíritu creador de aquellos hombres profundamente im- que Platón llamaba la educación de los «guardianes" yel mecenaz-
pregnados por la vida supraindividual de la comunidad. Por eso la go. Los guardianes eran todos aquellos miembros de la clase domi-
educación no era una propiedad individual sino que pertenecía por nante que participaban en la educación superior, hombres distin-
esencia a la comunidad. El carácter de la comunidad se imprime en guidos y fuertes, seguros y valientes que debían ser seleccionados
sus miembros individuales. Los antiguos tenían la convicción de para el gobierno del Estado. Este criterio selectivo yel servicio al
que la educación y la cultura no constituyen un arte formal o una Estado han sido desde entonces axiomas que se han transmitido a
teoríaabstracta distintas de la estructura históricaobjetivade la vida través del Estado moderno y de su política educariva. Recordemos
espiritual de un pueblo. De ahí surge la enorme fuerza de la polis que Napoleón consideraba la educación como la más importante
(ciudad) sobre la vida de los individuos basada en el pensamiento de las cuestiones políticas y bajo su mandato el educador debía ju-
de una polis idealizada. El Estado se convirtió en un ser propiamen- rar que enseñaría para formar ciudadanos devotos a la dinastía na-
te espiritual que recogía en sí los aspectos más altos de la existencia poleónica. Su finalidad era la socialización de los estudiantes en el
humana y los repartía como dones propios. Fue el Estado, en los nacionalismo francés y la política republicana.
tiempos del desarrollo de la cultura de la polis, el educador de los A su vez el mecenazgo, que posteriormente se reproduciría en
ciudadanos puesto que consideró los concursos gimnásticos y mu- muchas cortes reales del Renacimiento, tuvo' sus raíces en Grecia y
sicales que se celebraban en honor de los dioses como una especie asentó su concepción de la cultura como algo separado del resto de
de autorepresenración ideal y los puso a su servicio. El fomento de la vida, como la crema de una alta existencia humana reservada a
esta cultura, originalmente aristocrática, por las ciudades en forma muy pocos y cuya riqueza espiritual se regalaba generosamente a un
de grandes y costosos concursos no se limitaba a desarrollar el espí- pueblo que era ajeno a ella. Es ilustrativa la anécdota atribuida a Si-

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mónides, el miembro más prominente del círculo del tirano Pisis- en determinados conocimientos especiales, no sólo referidos al
trato: «los sabios deben dirigitse a las puertas de los ricos. Con cre- arte, la pintura o la escultura, la arquitectura o la música, sino tam-
ciente refinamiento, las artes y las ciencias caen gradualmente en la bién a la medicina, a la estrategia de la guerra o al arte de navegar.
tentación de circunscribirse a unos pocos conocedores e inteligen- Con la palabra techné se trata de expresar que estas labores prácti-
tes. El hecho de sentirse privilegiados une al hombre de espíritu y a cas y estas actividades profesionales no responden a una simple ru-
su protector aun a pesat de su mutuo menosprecio» (Jaeger, 1990: tina sino a reglas y a conocimientos seguros en analogía a lo que en
219). Esta situación que desvelalas relaciones de la producción cul- sentido moderno denominamos teoría, sobre todo allí donde se
tural en ese momento durará, entre luces y sombras, hasta el siglo contrapone a la mera experiencia.
XVIII y se romperá con la crítica intelectual (Voltaire), el nacimien- Así pues, los sofistas cuando ensefian la arete (virtud) política,
to de los postulados liberales y las relaciones de mercado. denominan a su profesión technépolítica. La conversión de la edu-
Ahora bien en Grecia, la educación (paideia) entendida de una cación en una técnica refleja la tendencia general de ese momento
manera más sistemática y generalizada llegó de la mano de los so- a dividir la vida entera en una serie de compartimentos separados
fistas que acentuaron su relación con la vida cotidiana y le dieron y fundados teóricamente mediante un saber adecuado y transmísi-
un carácter más profesional y especializado debido en buena medi- ble. Por eso hallamos especialistas y obras especializadas en mate-
da a la entrada de Atenas en el mundo internacional de la econo- máticas, medicina, gimnasia, teoría musical o arte dramático. En
mía, el comercio y la política después de la guerra con los persas. ese sentido el sistema griego de educación superior tal como lo
El movimiento educador de los sofistas (Jaeger, Guthrie, Ker- concibieron los sofistas domina actualmente en todo el mundo ci-
ferd) tuvo mucha importancia a lo largo del siglo v, aunque tam- vilizado. Conviene recordar que no sólo la idea de cultura general,
bién se dirigió solamente a la formación de los «caudillos», y su ética y política en la cual reconocemos el origen de nuestra forma-
orientación tuvo dos vertientes; una que miraba a la formación ción humanista ha sido creada por los griegos sino que la denomi-
más personal y espiritual tratando de transmitir un saber enciclo- nada formación realista también procede de ellos.
pédico basado en la gramática, la retórica, la poesía y la música Será Sócrates quien restaure la unidad y vinculación entre la
como modalidades enriquecedoras del espíritu humano, y otra que cultura espiritual (arete) y la cultura moral en el sentido político.
tenía más en cuenta al hombre como miembro de una sociedad y La gran novedad que aportaba Sócrates era la de buscar en la per-
por tanto instruía en el dominio de la política y la ética. De esta sonalidad, en el carácter moral, la médula de la existencia humana
manera la educación consideraba al espíritu no sólo desde un pun- en general, y en particular la de la vida colectiva. Consideraba
to de vista puramente intelectual o formal sino en relación con sus como una misión política la educación en la arete, pero de una are-
condicionamientos sociales, y por tanto con el mundo de los valo- té constituida en (virtud única», La suma y compendio de «todo lo
res. Así la paideia, que,contiene como rasgos fundamentales la edu- que poseo» es para el hombre socrático la paideia: su formación in-
cación ética y política, se vincula a los intereses de la vida cotidia- terior de vida, su existencia espiritual, su cultura. En la lucha del
na y a los problemas sociales que surgieron como consecuencia de hombre por su libertad interior en medio de un mundo en el que
la transformación económica y social del Estado. reinan las fuerzas elementales que le amenazan, la paideia se con-
Los sofistas, profesionales itinerantes del saber (Romeyer, vierte en un punto de resistencia invulnerable (Jaeger, 1990: 451).
1985), denominaron a su teoría y al arte de la educación techné. La Es decir que por encima del relativismo social y del individualis-
palabra technecs: griego se refiere a toda profesión práctica basada mo moral de los sofistas, Sócrates deseallegar a un conocimiento ob-

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jerivo y a normas firmes para fundamentar la vida deduciéndolas de política y su ideal panhelénico, que tanto en el pensamiento de Pla-
la ley interna y obligatoria del espíritu humano emparentado con lo tón como en el de otros reptesentantes griegos suponía la transfor-
divino. Tras la verosimilitud Sócrares busca la verdad, la moralidad mación de la cultura griega en un imperio universal.
detrás de la costumbre, la justicia detrás del derecho, los principios Los Estados helénicos se hicieron la guerra durante un tiempo,
de un orden social derrás del Esrado y la divinidad detrás de los dio- como también los ciudades griegas, pero quedaron unidos por el
ses. La religión griega, fundamentalmente cultural, no daba orien- lazo de la cultura que los penetraba a todos; y al quedar, por últi-
ración alguna para seguir una conducta moral en la vida por tanto mo, absorbidos en el imperio romano, éste se constituyó en el mar-
había que fundamentar una culrura racional en el ciudadano que co político gigantesco de la cultura helenística mundial (Nestlé,
sentase las bases dela sociedad (Nestlé, 1987: 175-176). 1987: 242). Atenas había adquirido gracias a su cultura espiritual
Lo mismo se puede afirmar de su discípulo Platón, para quien una superioridad sobre el resto del mundo, y griego era -en pala-
la justificación final de todos sus esfuerzos en torno al conoci- bras de Isócrares-i- no sólo aquél que fuera heleno por su origen,
miento de la verdad no es el deseo de resolver el enigma del uni- sino también todo el que participaba de fa educación helénica.
verso, sino la necesidad del conocimiento para la conservación y La cultura griega que la religión cristiana asimiló y con la que
estructuración de la vida; por eso su pensamiento gira constante- se unió para entrar fundida en la Edad Media, fue una cultura ba-
mente en tomo al problema de las premisas filosóficas de la educa- sada íntegramente en el pensamiento platónico. Y, como veremos
ción. Para Platón la paideia expresa el perfeccionamiento del hom- después, la época del Renacimiento, de la filosofía clásica y del hu-
bre en general, conforme al destino de su propia naturaleza, y lo manismo, trajo consigo el renacimiento de Platón y la resurrección
que constiruye el verdadero sentido de la naruraleza humana no es de sus obras, la mayoría de las cuales fueron ignoradas por la Edad
la violencia sino la cultura. Media.
Así pues Platón a través de sus diálogos intenta acercarse por di- Pero antes de llegar al Renacimiento la culrura griega impregnó
versos caminos al conocimiento de la arete, pero todos conducen a la mayor parte de las manifestaciones culturales del imperio roma-
la conciencia de que las distintas cualidades llamadas virtudes, ta- no, que tomó el ideal griego como modelo de referencia y la pai-
les como la valentía, la prudencia, la piedad y la justicia son sim- deia como cultivo del espíriru humano. En ese sentido la compa-
plemente partes de una virtud, la virtud rotal, y que la esencia de ración que hacían los romanos de la educación humana con la
la virtud está en el saber. Por tanto para él la cultura es también la agricultura traducida al latín ha penetrado en el pensamiento occi-
educación para la areté iniciada desde la infancia, que estimula en dental y ha conseguido crear la nueva metáfora de la cultura animi:
el hombre el deseo de llegar a ser un ciudadano perfecto. Todos de- la educación humana es cultura espiritual. En este concepto resue-
berán consagrar su vida entera y todas sus energías a conseguir este na todavía claramente su origen metafórico derivado del cultivo de
resultado, por eso él enfoca su labor moral de educador como una la tierra. Las doctrinas educadoras del humanismo han conservado
labor de edificación del Estado siguiendo la concepción de su esta idea que ha llegado posteriormente a ocupar un lugat central
maestro. Platón fundó la Academia con la esperanza de formar en la educación humana de las personas en los diversos sistemas fi-
hombres sabios capaces de intervenir en la legislación y gobierno losóficos occidentales.
de las ciudades (Calvo, 1995:138). En su origen latino Cicerón nos dice que así como un campo
Esta aspiración general de alcanzar la riqueza espiritual, el saber sin cultivo, por fértil que sea, no puede ser productivo, tampoco el
y la cultura fue la que formó a los atenienses, inspiró su educación alma sin educación puede dar sus frutos, tan débil es la una sin la

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otra, y el cultivo del espíritu es la filosofía. Ella desarraiga los vicios gico, las escuelas filosóficas ofrecían sistemas morales y teóricos
y prepara los espíritus a recibir la semilla. En sus Disputationes Tus- pero no contenían una verdadera teología, ni una vida mística o sa-
colanae que forman parte de un programa de divulgación filosófi- cramental. Sólo el cristianismo llenó este vacío con un código mo-
ca después de la muerte de su hija Tulia, Cicerón dice que los ro- ral y un sistema dogmático.
manos superan a los griegos en la práctica de la vida, tanto pública Ahora bien, junro al concepto de cultura que se desarrolla de
como privada, en el arte militar y en la moral, pero son inferiores acuerdo con la tradición clásica, el cultus vitae significa en la socie-
en ciencia y en literatura, la oratoria la han practicado pronto, pero dad romana la acepción corriente de la medida en que el pueblo re-
han olvidado la filosofía. gula culturalmente sus formas de vida, a través de las cuales alcan-
La formulación ciceroniana del concepto de cultura se refiere, za una originalidad que lo distingue de otras sociedades. Desde
por tanto, a la cultura animi, es decir al cultivo del espíritu y del entonces el cultus aparece como un concepto más amplio y com-
alma necesario para el hombre instruido que se empeña en su pro- prensivo, que se refiere al conjunto de las formas organizativas y
pio perfeccionamiento. Cicerón aconseja a los romanos a servirse productivas de la vida, mientras que cultura tiene una significado.
de la filosofía clásica que debe ser la madre de la cultura animi. De más restringido, referido solamente a la vida del espíritu (Thurn,
esta manera para él la cultura animi se formaba como resultado de 1979: 13).
la incorporación a la propia personalidad de un patrimonio tradi- Los usos y costumbres, las formas de vida y de regulación social
cional del saber. son los elementos que han contribuido a formar la cultura europea
Por tanto también para los romanos, siguiendo los pasos de la como herencia del legado de la Roma antigua. Las palabras y los
tradición helénica, la cultura tiene una función selectiva: separa a conceptos que usamos, nuestra forma de concebir y organizar la
quienes se esfuerzan por el cultivo intelectual y humano del propio política, la técnica militar o la jurisprudencia, la arquitectura, los
yo de quienes permanecen en estado de ignorancia y a través de ella géneros literarios o el sentido de la historia conforman junto al có-
algunas personas alcanzan una forma más elevada de identidad in- digo moral y al sentido de la vida buena parte del cultus vitae que
dividual y social. De esta manera el concepto de cultura continúa se ha ido transformando y enriqueciendo a lo largo de estos últi-
vinculado estrechamente a la constitución y perpetuación de las je- mos siglos y, sobre todo, después de la revolución industrial.
rarquías sociales. Los romanos consideraban bárbaros no sólo a Pero antes de llegar a la época moderna, y siguiendo nuestro
quienes habitaban más allá de sus confines geográficos sino tam- hilo expositivo sobre la cultura, conviene recordar que buena par-
bién a sus conciudadanos que no participaban en la cultura. La cul- te de la literatura más reciente sobre este tema ha transmitido la
tura promovía así la cohesión de determinados estratos privilegia- sensación de que el período medieval no tuvo interés en revivir el
dos de la población (Thurn, 1979: 12). Fueron el primer pueblo antiguo concepto de cultura, ni en elaborar un concepto propio
que convirtió la herencia de otra cultura en la base de su propia ci- basado en su propia formación social. Para algunos estudiosos, so-
vilización. Todo el arte y la literatura de Roma se desarrolló a la bre roda de tradición germánica, el predominio de las teorías teo-
sombra de Grecia, por eso se ha dicho que los romanos fueron lógicas y de las categorías y los ideales religiosos cristianos excluye-
esencialmente un pueblo imitador y que su principal papel en la ron de su vocabulario y discusiones la idea y la palabra de cultura,
historia de la civilización europea consistió en ser el conducto puesto que la adquisición del saber en la Edad Media no era la fi-
transmisor a través del cual la cultura griega pudo llegar hasta la era nalidad del hombre sobre la tierra sino un medio para conocer el
cristiana. La religión romana carecía de contenido moral o teoló- senrido que Dios daba a este mundo y a nuestra existencia. Sólo el

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Renacimiento rechazaría esta visión del conocimiento y la cultura verbales, plásticas y arquitectónicas, es la manera más omnicom-
dirigiendo su mirada sobre el hombre y sus inrereses rerrenos. La prensiva de concebir el mundo sobre todo para las masas analfabe-
Edad Media se presenraba así como un largo y oscuro período que tas de población que no tenían otra manera de acceder al conoci-
divide dos momenros de esplendor en la culrura europea: la Anri- miento de la realidad. De ahí que se produjese una gtan simbiosis
güedad y el Renacimienro. Un hecho revelador es que en la segun- enrre el hombre y la naturaleza, no solamente a causa de las rela-
da mitad del siglo pasado aún se hablaba de «los diez siglos de ti- ciones de producción, del ciclo productivo y del senrido espacio-
nieblas». Y en verdad la tradición libresca de los «doctos», en temporal de la cultura, sino de su aspecto más anrropomórfico.
primer lugar la de los pertenecienres al clero, y la tradición folkló- Sólo más tarde, con el progreso científico y el avance de la técnica,
rica, oral, de los «ignorantes)" los «idiotae», constituían los dos po- el hombre comenzó a separarse de la naturaleza y ésta comenzó a
los de la cultura medieval y podían dar la impresión de un mundo desacralizarse y secularizarse.
estancado y sin cambios. Pero este paso se produjo hacia finales de la Edad Media y con
Sin embargo, como afirma Le Golf, «el feudalismo es un mundo la entrada en el Renacimiento. La invención de artefactos mecáni-
de gestos y no de palabras escritas, lo que la escritura es para aquellos cos, nuevos métodos de navegación y sobre todo de la imprenta
que saben leer, lo es la pintura para los analfabetos que la miran, por- propiciaron no solamente que se expandiese la posibilidad de cul-
que en ésta pueden leer los que no conocen las letras» (Le Golf, tivarse sino que enriquecieron el panorama instrumental del cultus
1995: 226). La escritura no es el vehículo de comunicación ni de re- vitae con el que los humanos accedían a la naturaleza y al mismo
presenración cultural, de ahí que se bayan exagerado las contraposi- tiempo se separaban de ella transformándola.
ciones enrre Edad Media y Renacimienro. No podemos considerar a La cultura impresa fue, según muchos, la principal diferencia
este último como una revolución cultural, como si hubiera sido una entre un período histórico y otro, pero también los nuevos cono-
ruptura súbita con el pasado, sino como un desarrollo gradual en el cimienros de cálculo pata llevat las cuentas y registrar las transac-
que un número cada vez mayor de individuos se sintieron progresi- ciones comerciales, así como el crecimiento del comercio interna-
vamenre atraídos por el pasado clásico (Burke, 1993: 42). cional y el auge de las ciudades.
Tanro es así que según Burke dos de los libros más famosos es- El tealismo fue sustituyendo poco a poco al simbolismo, es de-
critos en el SIglo XVI, El Cortesano y El Príncipe, están más próxi- cir la necesidad de represenrar el mundo de acuerdo con sus leyes,
mos a la Edad Media de lo que parece. El Príncipe de Maquiavelo no sólo para explicat la navegación o el curso del firmamenro sino
pertenece hasta cierto punro a un género medieval, el de los llama- para aplicar las reglas del arte, es decir pata teptesentar un mundo
dos «espejos» o libros de aviso para gobernantes, mientras que El libre de convenciones. Y en ese contexto el hombre adquiere una
Cortesano está inspirado en las tradiciones medievales de la corte- nueva conciencia de sí mismo y del lugar que ocupa en el univer-
sía y el amor, y se ocupa de sentar unas normas para la relación so- so. El individuo comienza a percibirse como el cenrro alrededor del
cial, desconocidas en Grecia o Roma, peto plenamenre en boga en cual se organiza todo lo demás. Esta visión subjetiva y antropo-
la Edad Media (Burke, 1993: 12,38). céntrica es muy diferenre de la del hombre de la Edad Media y su
La Edad Media se nos ptesenra, pOt tanro, como un período visión teocéntrica del mundo. En ese sentido es muy ilustrativa la
largo de transición cultural, muy marcado por un sentido unitario ausencia del retrato en la pintura. Los historiadores llaman a la
de la vida y la historia, que recorren un proceso lineal en el espacio Edad Media «el milenio que no conoció el retrato» (Guriévich,
y el tiempo. Impregnado roda él de un simbolismo en las fotmas 1990: 108, 158).

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Este cambio cultural se observa también en las formas del com- el Renacimiento son Livio, Salustio, Séneca, Cicerón. Y lo que es-
portamiento social cotidiano a finales de la Edad Media. Elías de- tos autores enseñan son los derechos de Roma y de Italia, contra-
fine esos cambios como un (,proceso de civilización» que consiste rios a los del emperador y los príncipes electores; alientan a oponer
en aumentar el control del individuo sobre su propia vida emoti- la tradición latina a la de los «bárbaros». Se trata de la tradición ro-
va, la represión de las tentaciones y pasiones y la formalización de mano-cristiana, que hace suya tanto la herencia de Atenas como la
las relaciones sociales e individuales en la vida coridiana, tales como de Jerusalén (Garin, 1986: 23). El modelo clásico constituye el im-
los modales en la mesa, el pudor, las formas de vestirse o la realiza- pulso y la base de este movimiento, diseña las líneas de un progra-
ción de las necesidades físicas más elementales. Es decir las formas ma, alimenta y concreta sus aspiraciones. Pero bajo el peso de toda
de comportamiento del hombre «civilizado- que marcan la transi- esta tradición cultural lo que había no era sólo un sueño literario,
ción de la Edad Media al Renacimiento con el aumento y el desa- sino una nueva fe. una nueva mentalidad que buscaba su impulso
rrollo de las convenciones sociales, el sentido cada vez mayor de lo en la antigüedad, una bandera de batalla, con el fin de superar la
personal y la lucha por la apariencia y el prestigio social. antítesis medieval entre Iglesia e Imperio, que renovase los valores
Si la cultura se entiende todavía como cultivo del espíritu (cul- humanos.
tura animi) sin embargo se observa ya un gran desarrollo del cultus J. Hale comenta que ya a comienzos del siglo XVI, la influencia
vitae, es decir de rodas aquellas formas y modelos de organización de los estudios clásicos, y su divulgación mediante traducciones y
y comportamiento que van a regular la vida cotidiana y las relacio- paráfrasis produjo una serie de reacciones irrefrenables. Apenas
nes sociales entre las personas tal como se configurarán en la épo- hubo campo de invesrigación, desde la jurisprudencia hasra las ma-
ca moderna y que tendrán su inicio en el Renacimiento. temáticas, la ciencia militar y las artes, que no se viera alterado por
el estímulo de los textos, objetos o documentos de la experiencia
histórica correspondiente. Maquiavelo se refiere también a la fre-
2. La cultura del Renacimiento cuencia con que «se pagan grandes sumas por los fragmentos de
una estatua antigua [...] para dárselos a los artistas que se esfuerzan
El Renacimiento, no obstante, significó el fin del período medie- por imitarlas en sus propias obras». Escritores y artistas, filósofos y
val y el inicio de una época nueva y renovada a través de la vuelta científicos, expertos en agronomía. urbanidad y vida doméstica,
a lo clásico. Algunos historiadores, como J. Michelet, sitúan su co- todos recurrían a la Antigüedad con la misma idea: ¿qué podía en-
mienzo a finales del siglo XV con el descubrimienro del Nuevo señarles de útil? Yal recurrir a ella empezó a circular por la vida in-
Mundo mientras que otros establecen la fracrura entre la Edad Me- telectual y creativa de Europa un nuevo ímpetu, con más fuerza
dia y la Moderna con la invención de la imprenta y la aplicación de aún gracias a la efervescencia contemporánea de talentos que po-
la pólvora. dían asimilar sin esfuerzo las lecciones del pasado. El impacto de
Uno de los mejores estudiosos de este período renacentista. el tantas mentes sobre quienes las leían con admiración o las toma-
italiano E. Garin, nos dice que la cultura medieval con sus rígidos ban como modelos de quienes aprender el arte de gobernar, de ha-
dogmas eclesiásticos, con las sofisticaciones de su dialéctica. con los cer la guerra o de pintar y esculpir convirtió al estudio del mundo
sistemas escolásticos tributarios de la autoridad de aquel charlatdn antiguo en una fuerza cultural. No se trataba sólo de hojear ma-
llamado Aristóteles y con su gusto por las fábulas de Tristán y Lan- nuscritos olvidados, sino de comunicarse resueltamente con una
celot habían tenido ya su época. Los nuevos astros que iluminaban raza de antepasados ilustres (Hale, 1996: 184-186).

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Esa comunicación cultural tanto con los antepasados como con obras denominadas populares (Perrucci, 1990: 17). A mediados
los coetáneos se consolidó y comenzó a difundirse con la invención del siglo XVI comenzaron a publicarse catálogos, aunque la mayor
de la imprenta. A mirades del siglo XV Gurenberg inventó en Ma- parte de las obras reseñadas eran en latín e iban destinadas al pú-
guncia la récnica de la impresión. Esre descubrimiento porenció las blico más culto. Más tarde las ferias de Frankfurr sirvieron de reu-
posibilidades cualirarivas y cuanrirarivas de la culrura ciudadana. nión a los grandes libreros de Europa, que daban allí a conocer sus
Con ello el ámbito culrural se esrableció rambién en la zona del novedades y ponían de manifiesto la amplirud de su mercado.
mercado con la ayuda de una acrividad producriva específicamenre A su vez el cultivo del conocimiento de la Antigüedad clásica
orientada a la cultura: la impresión. Se establecieron nuevas relacio- dio paso al humanismo protagonizado por aquellos esrudiosos que
nes de dependencia entre los bienes culrurales, sus producrores y sus utilizaban los textos clásicos para enseñar las ramas del saber más
consumidores, quienes fueron absorbidos poco a poco por las leyes centradas en la condición humana desde el punto de vista laico,
del mercado. La semilla de la cultura moderna del libro se había lan- como la gramática, la elocuencia, la historia, la poesía. La imita-
zado; la despersonalización de la relación entre producrores y con- ción llevó la renovación no sólo al campo de las letras sino al de las
sumidores culrurales comenzó a difundirse rápidameme. Las reglas arres aplicadas: la hidráulica, la agrieulrura, la geografía se desarro-
de la producción en serie se convirtieron en los principios selectivos llaron considerablemente (Leonardo).
de la elaboración y difusión de bienes culrurales. El gran incremen- A medida que el humanismo fue invadiendo todos los campos
ro de la indusrria ripográfica en el período de la Reforma es un del pensamiento y la cultura, se fue afianzando la convicción del va-
ejemplo del esrrecho vínculo que se esrablece enrre las innovaciones lor intrínseco de la persona y de la nobleza del mériro personal. Du-
recnológicas, económicas e ideológicas (Thurn, 1997: 30). ranre la Edad Media el ser humano se había percibido a sí mismo
Gracias a la imprenta y a una alfabetización creciente, leer se como un simple componente de una estructura general, como par-
convirrió por primera vez en un pasariempo culrural y el libro se te de un pueblo, de una corporación o de una familia. El Renaci-
convirtió en un fermento positivo de civilización que se vendía e miento proclama por primera vez el valor de lo subjetivo, el prota-
intercambiaba en las diferentes regiones de Europa y contribuyó a gonismo del individuo como sujeto y su reconocimiento como tal.
la circulación de las ideas, valores y comporramienros y al cambio El italiano Cola di Rienzo, por ejemplo, aparece como un he-
de muchas acrirudes mentales. Y aunque es cierro que la mitad de raldo y un anunciador de una nueva cultura en su concepción del
estos libros impresos fueron durante los siglo xv y XVI de carácter Estado, de la Iglesia, de la sociedad y del individuo, en la medida
religioso, sin embargo también proliferaron muchas rraducciones en que se aleja también en su gusto literario y artístico, del mundo
de los clásicos a la lengua vulgar y de libros de caballerías. El Cor- medieval. En su deseo de una renovación radical y de nuevas for-
tesano de Casriglione, que se publicó en italiano en 1528, pronto mas de vida, quiere que el Renacimiento no sea un movimiento ex-
se tradujo al español, al inglés y al alemán. terno y aparente, una imitación de la literatura y el arte antiguos,
Un número desconocido e impreciso pero creciente de hom- no una nueva vida basada en libros y objetos muertos, en estatuas
bres y mujeres sencillos aprendió rápidameme a leer. No se trataba y cosas parecidas, sino más bien una renovación moral y política
de un bloque homogéneo ni desde el punro de vista social, ni cul- que afecte al Estado, a la Iglesia y a la sociedad, una «regeneración»
tural ni geográfico pero estaba formado por arresanos o pequeños íntima y espiritual, del individuo, alimentada ramo por fuentes re-
notables de provincias, comerciantes ti obreros, mercaderes o do- ligiosas como por el mundo ideal de la antigüedad, Y para esta lu-
mésticos, militares o campesinos, que se convirtieron en lectores de cha terrenal se busca una recompensa terrenal; la individualidad,

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que quiere afirmarse por cualquier medio, desea extenderse en el reflejada más tarde en la figura de Voltaire, poco antes de desapa-
tiempo y en el espacio, desea dilatarse y rompet los límites que la recer este incómodo maridaje con la llegada del mercado.
suerte del hombre ha establecido (Garin, 1986: 23, 67). En ese sentido Voltaire, como dice Michelet, personifica una re-
Fue una época que desarrolló, ante todo, el individualismo en volución bajo forma humana porque se debate entre la trama tra-
toda su extensión y motivó a los individuos a explorar sus posibili- dicional del mecenazgo y el clientelismo y el deseo de libertad e in-
dades en la totalidad de los campos de expresión cultural y a dedi- dependencia del escritor que aspira a un trato igualitario, Utiliza la
carse a cultivarlos del modo más polifacético posible, puesto que el protección de un gran señor y el mecenazgo de una familia intere-
desarrollo de la petsonalidad se asociaba esencialmente con el hecho sada en el canto de su glotia y al mismo tiempo lucha por conse-
de saber reconocerla en uno mismo y en los demás (Burckhardr, guir la independencia de lo que él considera un oficio, un espacio
1992: 268). Tanto es así que la exaltación del valor del hombre y de social donde tenga sitio solamente la literatura y la inteligencia. Se
su obra se concretó en una atención más viva hacia los hombres sin- debate entre la gloria a costa de servir a los distribuidores de títu-
gulates en los que esa humanidad se desplegaba y exaltaba. Una ma- los y honores, a quienes podían hacer de una sonrisa la fortuna de
nifestación evidente de este fenómeno puede verse en el capítulo un autor de comedias o de un fruncimiento de ceño la desgracia y
que Burckhardt dedicó a las biografías y autobiografias del Renaci- el exilio de un poera, o el olvido que dejaba en la oscuridad a los
miento, o a la proliferación de los retratos en la pintura, Hay pocos artistas sin protección o en la miseria y la amargura a los escritores
retratos venecianos del siglo xv, pero en el siglo XVI, Vasari decía que que estaban en la calle. Está en juego el miedo a no ser reconocido
«seconvirtió en algo habitual en esa ciudad que todo hombre de im- porque el nombre es una de las medidas del éxito.
portancia se hiciese pintar un retrato por Giovanni [Bellini] o por Voltaire no tendrá ningún escrúpulo moral respecto a las for-
algún otro», y que «en todas las casas de Venecia hay muchos retra- mas de hacer fortuna con tal de obtener una autonomía financiera
tos». Todavía es más revelador el comentario de Pietro Aretino de que le permita la mayor independencia posible, con tal de sentirse
que «es una vergüenza para nuestra época que se tolere que les pin- libre frenre a los protectores, a los editores, a los gustos del públi-
ten retratos hasta a los sastres y a los carniceros" (Hale, 1996: 251). co. Se debate también, entre otras cosas, una concepción aristocrá-
Muchos de estos retratos y biografías tenían como objeto pagat tica frente a una concepción burguesa de la literatura y de la crea-
o exaltar la personalidad del mecenas. El mecenas individual o cor- tividad. Voltaire se convierte así en el hilo conductor que nos ayuda
porativo como impulsor, protector o patrocinador de las más diver- a comprender a lo largo del siglo XVIll, la configuración de un gru-
sas manifestaciones culturales y de sus protagonistas se ha difundi- po social pequeño, gente de letras, que se imponen, sobre todo en
do a lo largo de la historia, pero fue durante el Renacimiento la sociedad francesa, como una fuerza autónoma, poseedora de un
cuando esta figura tomó mayor relieve al difundirse entre la bur- poder social reconocido y legítimo, que más tarde tomará el nom-
guesía acomodada, sobre todo comerciantes y hombres de negocios, bre de los intelectuales (Lepape, 1994: 69).
quienes por una parte comerciaban con plateros, ebanistas o pinto- A todo esto contribuyó también el hecho de que junto a la cor-
res y, por otra, tratahan de emular a los príncipes y la nobleza. te de los príncipes se expandía y afirmaba cada vez más la ciudad,
La relación ambivalente entre el mecenas y el artista o el inte- no sólo como centro mercantil y de mayor independencia y bie-
lectual que, por una parte, necesitaba el apoyo político o económi- nestar económico sino también como germen de una nueva vida
co para producir y, por otra, trataba de sacudirse la tutela ideológi- cultural. La cultura urbana que se va consolidando en el norte y
co-política del mecenas y ganar grados de libertad, queda bien centro de Europa se basa sobre todo en iniciativas y necesidades de

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y SOCIEDAD

una burguesía en ascenso, que desarrolla sus propias concepciones, La ciudad que representó el modelo cultural pOt anronomasia
sus formas de vida y sus normas de comportamiento. El humanis- fue Florencia sobre todo bajo el dominio de los Médici. La fascina-
mo y el Renacimienro -cuando se fundieron ambos-llevaron al ción que han ejercido los Medici, principalmenre Cosimo el Viejo
florecimiento de las culturas ciudadanas. La vida cultural ciudada- y Lorenzo el Magnífico, tanto sobre sus contemporáneos como so-
na encontró su soporte económico y financiero en los príncipes de bre la histotia de la cultura posterior se debió no tanro a sus dotes
la ciudad, pteocupados por distinguirse de la nobleza desde el pun- políticas como a su posición en la vanguardia del mundo cultural de
ro de vista del status social. aquella época.
Tradicionalmenre se ha considetado que Italia y sus ciudades Cosimo supo ganarse a todos los pensadores, escritores e inves-
más importantes marcaban la pauta cultural en la Europa del Re- tigadotes que le rodearon, siendo considerado en el mundo cultu-
nacimienro. Fue allí donde los inrelectuales se pusieron en con- ral como el más grande de los italianos. Aficionado él mismo al es-
tacto por primera vez con la vida de la Anrigüedad clásica, donde tudio y la lectura reconoció en la filosofía platónica la mejor
los éxitos en el campo del pensamienro, la litetatura y las artes fue- herencia intelectual del mundo antiguo, compartiendo estas preo-
ron considetados como el resurgir de unas habilidades que habían cupaciones con todos los que le rodeaban e impulsando la expan-
permanecido enrerradas durante mucho tiempo (Hale, 1996: sión de un segundo renacimiento de la antigüedad clásica. Loren-
303). zo llegó aún más lejos exptesando su convicción de que sin conocer
En Italia el recuerdo de su pasado clásico se hizo ptesente en la a Platón sería dificil ser un buen ciudadano. La protección a las ar-
conciencia popular. La gran canridad de recuerdos y monumenros tes y las lettas no escapó enronces a su concepción política. La Flo-
que permanecían en pie sirvieron como fuerza propulsora de su rencia republicana expresó en el eje formado pot el Palacio Viejo,
evolución. La imprenta se utilizó activamente para la reproducción el Mercado Viejo y la catedral de San Juan los tres polos sobre los
masiva de autores latinos y más tarde también gtiegos. Poco des- que asentaba sus funciones urbanas más importantes: el poder ci-
pués empezarían a darse los ptimeros pasos de lo que es la moder- vil, el poder económico y el religioso. De esta manera dominó un
na relación entre autor y editorial. La erudición griega se concen- Estado fuertemente jerarquizado y modificó sus estructuras urba-
ttÓ especialmenre en Florencia durante los siglos XV y XVI; bajo el nas en función del nuevo «orden» político. Trató de combinar tam-
impulso de Petrarca y Boccaccio se formó un gtupO de aficionados bién ciudad y urbanismo sobre bases racionales, reestructurando el
enrusiastas. Pero además el estudio de la cultura helenística es deu- tejido urbano existenre y fundando nuevos cenrros urbanos conec-
dor de la famosa imprenra de Aldo Manucci de Venecia, donde pot tado todo con el sistema de fortificaciones. Poder, cultura y ciudad
primera vez los escritores griegos más importantes y las obras más conformaban una unidad casi inseparable.
ambiciosas se imprimieron en su idioma original. A su vez, en Ve- Pero una crisis cultural profunda invadió Europa hacia finales
necia y Flotencia el Renacimienro prescribió la forma de vestirse de del siglo XVI con la muerte de algunos de sus represenranres más
los hombres y ciertas normas sobre el lujo en las mujeres. Durante significativos, como Rafael, Leonardo o Miguel Ángel, y la apari-
el siglo XVI se impusieron determinadas pautas sobre higiene y per- ción de los «Manifiestos de la Reforma» de Lutero, La Utopía de
fumes y aparecieron nuevas comodidades como los coches de ca- Tomás Moro y El Príncipe de Maquiavelo. La tuptura del Renaci-
ballos, las camas blandas y elásticas, las alfombras o la delicadeza de miento nace con la conciencia de la escisión entre hombre y natu-
las sábanas. El idioma se convirtió en elemenro fundamenral de raleza. La cultura hermética de los astrólogos, magos y alquimistas
distinción enrre la clase culta (Thum, 1979: 187-188,315). deja paso a un nuevo espíritu cienrífico basado en las matemáticas,

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y SOCIEDAD

la física, la química. Hay una necesidad de descubrir los secreros de se consideraban públicamente un e!emenro civilizador (Hale,
la naturaleza y sus «fuerzas ocultas) para dominarla. Las tres revo- 1996: 340).
luciones -cosmológica, biológica y psicológica- en lasque se de- El concepto de civilitas que según Thurn es la palabra de orden
sarrollará la cultura europea moderna rompen con el orden unita- de los principios de las Luces, pasa del latín al italiano y luego al
rio que se descenrra en una multiplicidad de análisis particulares. francés que ensalza e! concepto de civilité como propio de los es-
Aparece una nueva conciencia europea que se refleja tanto en la tratos superiores. El desarrollo de la civilización moderna se realiza
doctrina maquiavélica de la autonomía de la política respecto de la como una conquista de autodisciplina interna y externa por parte
moral, en la doctrina luterana de la gracia sin méritos, como, en ge- de determinados grupos minoritarios. Los grupos de la nobleza y
neral, las relaciones enrre el Estado y los ciudadanos. Esta concien- la burguesía, ahora en fase de fusión, represenran e! potencial so-
cia de la escisión que ha caracterizado la civilización europea mo- cial de! que se reclutan a partir de la Edad Media tardía las fuerzas
derna se extiende por toda Europa a través de la literatura protagonistas de! doble proceso de civilización y de producción
(Shakespeare, Cervanres) la pintura (Bruegel, Greco) y el ensayo cultural. La burguesía sustituye poco a poco a la nobleza de sangre.
(Monraigne). produciendo como base de legitimación para e! ejercicio de! poder
En este contexto la secularización acelerada por la Reforma que su eficiencia económica y su inteligencia calculadora, y por eso va
alcanzó al mundo de la educación, la ciencia y el arte, fue el ban- ocupando un número creciente de puestos decisivos fundamenta-
derín de enganche de la nueva burguesía en su lucha por el ascen- les desde e! punro de vista económico y político-estatal.
so social. El burgués preocupado por mejorar sus condiciones de En Francia e! motor ideológico y práctico de este cambio, que
vida afi-onra la producción cultural con la menre puesta en su uti- no tuvo lugar en Alemania, fue un grupo de inre!ecruales prove-
lidad y con el propio senrido de la realidad. La economía cultural nienres de la pequeña nobleza y de la nueva burguesía que bajo e!
de la burguesía, empeñada en la conquista de su reconocimiento fervor civilizador trataban de afirmar políticamenre sus opiniones.
social apoya, sobre todo, el valor de utilidad que comporta el pro- La civilizaci6n constituye e! estandarte de la nueva burguesía y
ceso de civilización y junto al proceso cultural que se expresa en ma- se convierte así en e! metro y e! modelo de referencia en e! que la
nifestaciones objetivas como libros, pinturas, esculturas, etc ... , se clase burguesa trata que se reflejen tanto los otros estratos sociales
consolida en adelanre el proceso de civilización (Norbert Elias, de! propio país como los pueblos extranjeros. Como veremos des-
1%9) protagonizado por la burguesía ciudadana y arestiguado por pués, la discusión sobre e! valor de los modelos culturales produci-
e! cambio en e! estilo de! vestir, las formas de! comportamienro, las dos por los «salvajes" extraeuropeos, que estalló en e! siglo XVllI, no
formas de hablar y de las relaciones sociales. penerró en la conciencia de la nueva clase que guiaba e! aparato de!
Los comerciantes se convirtieron en miembros de la sociedad Estado, ni frenó su imperialismo civilizador. Al contrario, las cam-
resperados e influyenres. Eran éstos y los banqueros quienes facili- pañas napoleónicas, en cuyos órdenes de! día se hablaba de su pre-
taban la acumulación de las pruebas materiales de que la barbarie tendida utilidad para la civilización, ponían de manifiesto clara-
había quedado atrás: casas y muebles, jardines, ropas, libros... El mente con qué espíritu e! Estado burgués que miraba sólo a su
e!emenro clave de! concepto de civilización era la imposición de consolidación pensaba realizar su política colonial a comienzos de!
principios racionales de educación a una naturaleza originalmente XIX. El celo civilizador se puso en marcha para enseñar a los pue-
salvaje. Es más, a pesar de la aversión a los aspectos excesivamenre blos no civilizados las costumbres europeas (Thurn, 1979: 35),
materialistas del comercio, la utilización del dinero y la transacción aunque los Estados utilizaban sus fuerzas más con miras a la ex-

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CULTURA Y MODERNIDAD

pansión colonial que para llevar adelante las reformas necesarias


CAPfTUL02
para implanrar una consrirución esraral, moral y liberal.
Así pues, el conflicro criticado por Kanr unos años antes de la
Revolución francesa entre cultura y civilización, términos y con- LA CULTURA BURGUESA
ceptos que no habían podido conseguir una sínresis moral en la so-
ciedad, manruvo duranre roda el siglo XIX su trágica validez.

1. Cultura y civilización

La reflexión kantiana sobre la conrraposición de ambos términos


había tenido un largo período de gestación porque los concepros
de cultura y civilización, en el sentido en el que se emplean hoy día
por la mayor parte de los estudiosos, tuvieron su período de for-
mación a lo largo del siglo XVIII.
En el caso de la cultura los pensadores ilustrados comenzaron por
aplicarlo como calificativo a las diversas áreas del conocimiento; cul-
tura de las artes, de las ciencias, de las letras..., y en su acepción más
amplia y tradicional será Rousseau quien lo aplica a la formación y la
educación de la persona humana. Este auror emplea la palabra culture
en el sentido original y habitual de su época: «Se da forma a las plan-
tas mediante el cultivo y a los hombres mediante la educación» (Emi-
lio, Libro I). Una explicitación más concreta de este término la encon-
tramos en el Esquisse d' un tableau historique des progres de l' esprit
bumaine (1794) de Condorcet, sobre roda en el sentido de perfeccio-
namiento continuo del ser humano. Para los ilustrados la cultura es así
el eje del progreso y la rarea de la inteligencia es fomentar su expansión.
La Enciclopedia que reserva un largo artículo al cultivo o «cul-
tura» de lastierras no consagra ningún artículo específico al senti-

44 45
CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGU=ES=A'---- _

do figurado de «cultura». Sin embargo no la ignora porque, apare- ce la idea de la posibilidad de una «ciencia del hombre»; expresión
ce en otros artículos (veducación», «espíritu», «letras», «filosofía», que emplea por primera vez Diderot en 1775 (Cuche: 10).
«ciencias»). La civilización se define así como un' proceso. de mejora de las
Progresivamente «cultura» se libera de sus complementos y aca- instituciones, de la legislación, de la educación. La civilización es un
ba por emplearse sólo para designar la «formación», la «educación» movimiento que está lejos de haber terminado, que es necesario sos-
del espíritu. Después, en un movimiento inverso al observado pre- tener y que afecta a la sociedad entera, comenzando por el Estado,
cedentemente, se pasa de «cultura» acción (acción de instruir) a que debe liberarse de todo lo que es todavía no razonable en su fun-
«cultura» como esrado (estado del espíritu culrivado por la ins- cionamiento. Finalmente la civilización puede y debe extenderse a
rrucción, esrado del individuo que tiene o posee una culrura). Este todos los pueblos que componen la humanidad. Si ciertos pueblos
uso se consagra a final de siglo por el diccionario de la Academia están más avanzados que otros en este momento, si algunos (Fran-
francesa (edición de 1798) que estigmatiza «un espíriru natural y cia particularmente) son tan avanzados que se les puede considerar
sin cultura» subrayando para esta expresión la oposición concep- ya como «civilizados», todos los pueblos incluso los más «salvajes>;
tual entre «natura» y «cultura». Esta oposición es fundamental en tienen la vocación de entrar dentro del movimiento de la civiliza-
los pensadores de la Ilustración que conciben la cultura como un ción, y los más avanzados tienen el deber de ayudar a los más retra-
carácrer distintivo de la especie humana. La cultura para ellos es la sados a superar su retraso. «Civilización» está de tal manera vincu-
suma de saberes acumulados y transmitidos por la humanidad, lada a esta concepción «progresista» de la historia que aquellos que
considerada como totalidad, en el curso de su historia. El término se muestran escépticos respecto a ella, como Rousseau o Voltaire,
se asocia a la idea de progreso, evolución, educación, términos que evitarán utilizar el término, y no serán capaces de imponer otro sig-
constituyen el motor de una época (Cuche, 1996: 9). nificado más relativista puesto que son demasiado minoritarios. Sin
A su vez el concepto de civilización, aunque en su acepción ge- embargo la historia conoce bien lo que supuso esta manera de pen-
neral se utilizaba como el desarrollo de la cortesía y el refinamien- sar en la segunda mitad del siglo XIX y las relaciones que se esrable-
to de las costumbres en una sociedad cada vez más educada y «ci- cieron entre los países colonizadores de Europa y los colonizados de
vilizada», sin embargo para los ilusrrados simboliza el divorcio Asia o África, aunque bien es verdad que ni toda la antropología de
entre la teología y la filosofía, dos disciplinas fundamentales para el la época ni todo el pensamiento social estuvieron de acuerdo con
conocimiento y la explicación del mundo y de la historia. Se trata, esta acepción del término (Cirarder, 1972).
según L. Febvre, de la «civilización-perfección» que todos los hom- En el mundo sajón el término civilization en el sentido social
bres llevan más o menos en su cerebro y en su corazón como idea en que aquí lo utilizamos aparece en la obra del escocés A. Fergu-
-fuerza que tiene una connotación secularizadora del progreso. El son, An essay on the history ofciuilsociety (1767), donde se presen-
uso de los términos «cultura)¡ y «civilización" en el siglo XVIII mar- ta como un movimiento de perfeccionamiento humano y de pro-
ca el advenimiento de una nueva concepción desacralizada de la greso de la sociedad civil. Y en el mismo sentido, también en el
historia. La filosofía (de la hisroria) se libera de la teología (de la siglo XVIII, se emplea la palabra Kultur que para los representantes
historia). Las ideas optimistas del progreso, inscritas en las nocio- de la inteligentzia alemana supone la idea de progreso tanto mate-
nes de «cultura" y «civilización», pueden ser consideradas como rial como político y moral. En Kant estos dos términos, a mi pa-
un sucedáneo de la esperanza religiosa. El hombre se ha colocado recer, no se contraponían sino que se complementaban. «llegamos
ya como centro de la reflexión y en el centro del universo. Apare- a ser cultos a través del arte y de la ciencia y civilizados adquirien-

46 47
CULTURA Y MODERNIDA"D=---- _ LA CULTURA BURGUESA

do una variedad de formas sociales y refinamientos» (Thomp- El concepro de cultura sufre una gran transformación en la Ale-
son: 125). Kanr rodavía uriliza la grafía Cultur, pero siempre en el mania de principios de siglo, sobre roda a partir de la vicroria fran-
senrido de culrivar, es decir de educar, o de ser culrurizado, que fue cesa sobre Prusia en Jena (1806). La Kultur roma un significado
el significado más antiguo que tomó la palabra «civilización». Su nuevo marcado por la reacción al afrancesamiento de las clases su-
cultiviert (educado, culro) se refiere a la mejora inrrínseca de la periores de la corte de Federico de Prusia y como consecuencia de
persona, su civilisiert (civilizado) a la mejora de las relaciones so- la búsqueda y consagración de los valores nacionales liderados por
ciales interpersonales. el movimiento romántico.
Se puede decir, por ranro, que los tres vocablos (civilisation, ci- Cuche lo ha resumido brevemente de esta manera; los intelec-
vilization y Kultur) rienen un significado muy parecido en el Siglo tuales alemanes reprochan a los príncipes que gobiernan los dife-
de las Luces, en el que el hombre ha sustituido a Dios, se ha con- renres Estados el abandono de las artes y la literatura aurócrona y
vertido en el centro del universo yes el protagonista de una nueva su dedicación completa al ceremonial de la corte, de esta manera
filosofía de la hisroria que tiene como propósiro el desarrollo de la sólo se aplican a imitar las maneras (civilizadas» de la corte de Fran-
razón y el progreso individual (cultura) y social (civilización). cia. Dos palabras definen esta oposición entre dos sistemas de va-
Los conceptos de la tradición clásica ciceroniana de cultura ani- lores: roda aquello que revele lo auténtico (lo nacional y popular)
mi y cultusvitae han cambiado. La cultura animi aún conriene bue- y contribuya al enriquecimiento intelectual y espiritual será consi-
na parte de su significado tradicional pero el cultus vitae en su ver- derado como relevanre de la cultura: por el conrrario, lo que no es
sión moderna se separa de su connotación exclusivamente religiosa más que apariencia brillanre, ligereza y refinamienro superficial,
o folk, se enriquece y adquiere una ambición universalizadora. pertenece a la civilización. La cultura se opone de esta manera a la
Cultura y civilización se nos muestran ahora como ideales hu- civilización, como lo profundo se opone a lo superficial. Para la in-
manos que tienen un significado normativo y representan valores teligencia burguesa alemana, a la nobleza de corte, si está civilizada,
superiores tanto para los,individuos como para los g~upos sociales. le falta singularmenre la cultura. Esta inteligencia se considera de
Por cultura se enriende en el mundo occidental un patrimonio de alguna forma investida de una misión, la de desarrollar y difundir
valores universales que se presentan como absolutos y metahistóri- la cultura alemana.
coso La civilización será el proceso gradual de la realización de es- En esta toma de conciencia, el acento de la antítesis «cultura-ci-
tos valores. Una definición unívoca a la que subyace una filosofía vilización» se desplaza poco a poco de la oposición social hacia la
de la historia también unívoca. oposición política (Elias, 1939). La unidad nacional alemana que
Será duranre el siglo XIX cuando esros dos conceptos sufrirán no se ha realizado y no patece que se va a realizar en el plano polí-
una evolución contradictoria muy en consonancia con tres fenó- tico, es el motivo para que la inteligencia, ,que tiene una idea cada
menos que marcaron la historia del capitalismo europeo: la expan- vez más alta de su misión «nacional», busque esta unidad por el
sión colonial, el asentamienro de las revoluciones burguesas y la lado de la cultura.
formación de las naciones. Un cambio histórico que presenciará la Detrás de esta evolución se oculta, según Elías, un mecanismo
relatividad de los valores, el condicionamienro histórico de sus orí- psicológico vinculado al senrimienro de inferioridad. La idea ale-
genes y los límites de su validez. Los valores que constituyen el pa- mana de cultura está creada por una clase media que se siente des-
trimonio de la cultura y de la civilización europea-occidenral ya no plazada del poder y de los honores, y que busca atta forma de legi-
son absoluros ni su validez universal. timidad social. Frente a la pujanza de los Estados vecinos, Francia

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CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

e Inglaterra en particular, la «nación» alemana, debilitada por las idea esencialista y particularista de la cultura está en perfecta ade-
divisiones políticas, y fraccionada en una multitud de principados cuación con la concepción étnico-racial de la nación -comunidad
busca afirmar su existencia glorificando su cultura. de individuos que tienen el mismo origen- que se desarrolla en
Por esto la noci6n alemana de Kultur tenderá cada vez más, a ese momento en Alemania y que servirá de fundamento a la cons-
partir del siglo XIX, a la delimitaci6n y consolidaci6n de las dife- tituci6n del estado-naci6n alemán (Cuche, 1996: 13).
rencias nacionales. Se 'trata de una noción particularista que se La literatura alemana comienza a distinguir entre Kultur y Bildung
opone a la noción francesa universalista de «civilización», que es la dando a este último término el sentido de la cultura animi, es decir el
expresi6n de una naci6n donde la unidad nacional aparece como conjunto de conocimientos y las cualidades del espíritu que adquiere
adquirida después de un largo tiempo (Cuche, 1996: 11-12). la persona cultivada, la formaci6n intelectual, moral y estética del
La cultura ya no hace referencia a los aspectos mareriales y mo- hombre, que no se reduce a la adquisición de un saber positivo, ni a la
rales de la civilización sino que trata de expresar el espíritu de un acumulación de conocimientos, sino que consiste en interiorizar y de-
pueblo, el alma bio16gica y afectiva de una comunidad. En adelan- sarrollar el espíritu filosófico según lo concebía la Enciclopedia (Hell;
te muchos escritos de la intelectualidad alemana tratarán de subra- 1986). Sin embargo la Kultur nietzscheana será un estilo de vida que
yar la especifidad del carácter alemán frente a otras culturas. Re- imprime su marca y confiere unidad al conjunto de manifestaciones
cordemos, por ejemplo, los Discursos a la nación alemanade Fichte, del gusto, el pensamiento y la moral de un país; supone una tradici6n,
pronunciados por el fi16sofo en Berlín durante el invierno 1807- una continuidad, una serie de valores que se derivan de una experien-
1808 Ydirigidos a una naci6n que todavía no existe. Más allá de su cia común y que constituyen un conjunto integrado, ordenado y uni-
auditorio real el orador conjura a jóvenes y viejos, artesanos y co- ficado (Spenlé, 1964: 30,31). Para los representantes de este pensa-
merciantes, poetas y pensadores, y también a los príncipes de Ale- miento la civilizaci6n, en el sentido francés, está representada por el
mania, a unirse en una nación, no para saciar la voluntad de poder racionalismo sin alma y sus manifestaciones técnicas y materiales.
sino para servir a la causa de la Bildung, que se confunde con la de Si en el siglo XVIII el espíritu filos6fico de La Enciclopedia supu-
la libertad (Hell, 1986: 75). so el dominio intelectual francés sobre el continente europeo y en
Estos discursos habían sido precedidos por las Ideas sobre la Fi- especial sobre la cultura alemana, el siglo XIX con la reacci6n ro-
loso/la de la Historia de Herder. Para Hérder, en efecto, cada pue- mántica germánica y el desarrollo y esplendor de su filosofía idea-
blo tiene un destino específico que cumplir a través de su propia lista (Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer), ejerci6 una profun-
cultura, puesto que cada cultura expresa a su manera un aspecto de da influencia en la intelectualidad francesa.
la humanidad. La cultura revela el alma, el genio de un pueblo. La Aún así, para los franceses, el concepto de civilización conti-
naci6n cultural precede y llama a la naci6n política. La cultura apa- nuaba siendo un movimiento asociado a la idea del progreso y al
rece como un conjunto de conquistas artísticas.Intelectuales y mo- perfeccionamiento de la humanidad, y reflejaba una filosofía de la
rales que constituyen el patrimonio de una nación, que son adqui- historia evolucionista que liderada por la razón universal debería
ridas de una vez por todas y que fundan su unidad. desembocar a la larga en un mundo equilibrado y feliz. Las socie-
De manera cada vez más marcada durante el siglo XIX los auto- dades más avanzadas deberían cumplir en ese recorrido una misión
res románticos alemanes oponen la cultura, expresi6n del alma civilizadora tespecto a los pueblos primitivos a quienes debían in-
profunda de un pueblo, a la civilizaci6n, definida ahora por el pro- troducir en sus leyes, costumbres y valores. Bajo esta bandera et-
gres6 material vinculado al desarrollo econ6mico y técnico. Esta nocentrista y universalista la «civilización» europea (Francia en par-

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CULTURAY MODERNIDAD~ _ LACULTURABURGUESA

ticular) ocultaba su ideología colonial. Ni siquiera la Historia de la ha perdido los hábitos feudales de subordinación y deferencia es
Civilización en Europa de Guizot escapaba a esra idea, porque aun- muy peligrosa. La función de la educación será restaurar ese senti-
que afirmaba que a la pluralidad de los pueblos correspondía una miento entre las clases subordinadas que a su vez removería las ten-
pluralidad de civilizaciones, se trataba de una diversidad recogida taciones del sindicalismo y la agitación política.
en el seno de un mismo conjunto, una civilización única que debía El declive de la aristocracia y el nacimiento de la democracia
. .
prosegmr su camino. crean un terreno propicio para la anarquía. La solución es ocupar
Pero a finales de siglo, después de la derrota francesa frente a ese terreno con una mezcla de cultura y coerción (educación y Es-
Alemania (1870) los intelectuales centran su reflexión sobre la na- tado). La educación es el camino de la clase obrera hacia la cultura
ción. La Refórma intelectual y moralde Francia, de Renan, Los ori- que supone civilizarla para su subordinación y explotación. Arnold
genes de la Francia contemporánea, de Taine, son ejemplos de la pre~ ve las escuelas elementales y primarias como instrumentos de civi-
ocupación nacional y de la defensa de la primogenitura francesa en lización en un continente oscurecido por el barbarismo de la clase
el proceso civilizador. No pasarán muchos años (1914) para pre~ trabajadora.
sen ciar una propaganda de guerra que enfrentará la civilisation El concepto de cultura sufre así un cambio de significado con la
francesa a la Kultur alemana. ¿Universalismo contra nacionalismo aparición de las clases sociales y los deseos de igualdad y democra-
o dos maneras distintas de entender el nacionalismo? cia de los movimientos socialistas. Su contenido unitario y univer-
Recordemos que en el ámbito sajón el desarrollo de los térmi- salista se resquebraja y aparecen los adjetivos de popular, obrera,
nos cultura y civilización tiene un recorrido temporal paralelo pero burguesa... en función del colectivo social al que se aplica. En Fran-
distinta connotación. Separada del continente, ausente de los con- cia, por ejemplo, J. Michelet (1846) dividido entre la clase popular
flictos europeos pero marcada por una revolución industrial y un a la que perrenece y el mundo intelectual del que forma parte, tra-
proceso de urbanización más temprano, la sociedad británica pre~ ta de establecer la reconciliación de estas dos culturas. A finales de
figuró un mapa cultural distinto, más preocupada por los proble- siglo será el socialista [aurés quien reivindicará el derecho a la cul-
mas de segregación interna de las clases sociales que por la identi- tura universal de las clases populares en una dirección totalmente
ficación nacional de su pueblo o el ansia civilizadora en su dominio contraria a la visión de Arnold. La cultura es única y todos han de
colonial. Para M. Arnold, uno de los precursores más influyentes tener acceso a ella si se quiere promover el progreso humano. La lu-
en la difusión de la tradición cultural y civilizadora desde media- cha social se establece contra el control privilegiado de las minorías.
dos del siglo XIX, la cultura es un cuerpo de conocimientos, el es- En ese sentido, la cultura entendida como educación y formación
tudio de la perfección que consiste más en ser que en tener. En de los individuos ha sido objeto de debate a lo largo de todo el siglo
otras palabras, cultura es el esfuerzo para conocer lo mejor y hacer XIX. El Estado, -Napoleón en Francia, Guillermo 11 en Alemania
que ese conocimiento prevalezca para el bien de toda la humani- o las Corres de Cádiz en España- han disputado a la Iglesia el de-
dad. Identificando la anarquía (Cultureand Anarchy, 1869) con la recho sobre quién debe tener las riendas de la nación en el proceso
cultura popular y con la irrupción de la clase obrera en la política «civilizador» del pueblo.
formal, la función social de la cultura será vigilar esta presencia de- Ahora bien si nos trasladamos al continente el enfrentamiento
sorganizada y educar a las clases populares en la participación y la entre la civilisation francesa y la Kultur alemana, es decir entre dos
vida política. Arnold cree que el derecho de voto ha dado poder a filosofías de la historia encontradas, se producirá de manera san-
hombres todavía no educados para ejercerlo. Una clase obrera que grante a comienzos del siglo xx, aunque el pangermanismo filoso-

52 53
CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

fico del XIX ya lo presagiaba. N. Elias ha descrito de manera por- largo de la historia de la humanidad dentro de los diversos sistemas
menorizada este choque en su Proceso de la civilización trazando productivos y distributivos que hacen circular entre los hombres
una línea de desarrollo que traba un proceso de sociogénesis con las ideas y sus materializaciones bajo forma de libros, obras de arte
otro de psicogénesis muy vinculados al asentamiento nacional de y cualquier otro tipo de manifestaciones. Pero cuando llega el siglo
las respectivas burguesías. La Kultur alemana y la civilisation fran- XVIII la cultura se ha transformado ya en un ámbito que contribu-
cesa encarnarán intereses nacionales opuestos y asumirán el carác- ye cada vez más a orientar y dirigir el curso de los acontecimientos.
ter de función política y de movilización social. La Kultur -ya lo Una tarea que ha ido configurándose alrededor de un grupo social
hemos visto-e- alimenta una ideología que expresa el sentimiento o, como dirán los marxistas, un sujeto colectivo, que es el portador
y la raza del pueblo alemán, el espíritu de un pueblo porrador de de estos valores y toma conciencia de su liderazgo, su significado y
"alares superiores. Mientras que tras la bandera de la civilisation es- su finalidad: la burguesía.
tán las ideas de la Ilustración, la unidad del género humano y el
progreso, de las que Francia es defensora y porravoz.
Estas palabras se convierten en eslóganes que se utilizan como 2. La cultura burguesa a través de la novela
armas. Los alemanes que pretenden defender la cultura (en el sen-
tido en que ellos la entienden), los franceses que replican hacién- Comenta M. Berger (La novela y las ciencias sociales, 1979) que en
dose los campeones de la civilización, El conflicto de palabras se la historia intelectual de Occidente las conexiones entre la novela y
prolongará después en el conflicto de las armas revelando una opo- la ciencia social se remontan, por lo menos, hasta el siglo XVIII en
sición ideológica profunda que no se reduce a una simple propa- Francia y en Inglaterra, y hoy en día contamos ya con una extensa
ganda de guerra (Picó, 1997). producción sobre las conexiones entre la literatura y la sociología o
Acompañando el enfrentamiento Kultur-civilisation se dictan la psicología a través de la novela como formas distintas de descri-
conferencias, se publican libros y se agrupan intelectuales, porque bir y explicar la conducta social de las personas, los grupos huma-
tras estos conceptos se encierran otros; ¿continuidad o disconti- nos y las instituciones. En ese sentido la relación entre la novela del
nuidad de la Historiar, ¿igualdad o desigualdad del género huma- siglo XIX y los valores y la cultura de la clase media ha sido objero
no?, ¿Particularismo nacional o Universalismo? No conviene olvi- de reflexión desde las distintas ciencias sociales.
dar que Rathenau, el premio Nobel de química Ostwald e incluso La novela a través de la imaginación o la observación minucio-
Thomas Mann, en su primera etapa, se alinearon tras la bandera de sa de sus autores describe los acontecimientos y personajes que pro-
la Kultur, éste último como defensor de la espiritualidad frente al tagonizan aspectos de la vida social tan amplios como el poder po-
maqUlfilsmo. lítico o la relación entre las clases sociales, o tan concretos como la
Este debate conceptual y lingüísticorevela a su vez que se ha vida de las instituciones o la convivencia familiar. Los autores de
producido una profunda transformación objetiva de la estructura ficción o los narradotes tealistas nos describen la vida diaria de los
social que determina o condiciona la cultura en términos históri- individuos, sus valores, ambiciones y luchas, indagando en los gru-
co-sociales, y que no se refiere al sujeto individual ni a la humani- pos sociales e instituciones con el fin de ofrecemos las explicacio-
dad en general sino a determinados grupos sociales y a sus fases de nes, justificaciones y guías de la conducta humana de su tiempo.
desarrollo. Por tanto, en sus diversos períodos de expresión y con- La cultura en el amplio sentido de la palabra, es decir, tomada
solidaci6n teórica y práctica la cultura se ha ido conformando a lo tanto como pauta y forma de comporramiento de los individuos

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CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

respecto a valores, normas y costumbres en plena transformación, hasta Adam Smith, forjaron las teorías que sustentaron ellibetalis-
o como resultado de la producción intelectual o manual de la so- mo político y económico del nacionalismo burgués y el mundo de
ciedad, se observa a través de las relaciones intelectuales, las inte- los negocios. Según Steiner, Hegel lo expresó de manera suma-
racciones afectivas, las tareas gubernamentales y del poder, las tran- mente clara y discrera; la novela es inseparable del triunfo dela cla-
sacciones comerciales y toda otra actividad humana que se pueda se media, de sus hábitos de ocio, de su inrimidad, del espacio para
expresar a través de las formas literarias. la lectura y del riempo para leer. La novela en este siglo no es más
La novela del siglo XIX trasluce las múltiples formas en las que que l,lna historia o sociología de la clase media.
se va desarrollando la vida burguesa y a su vez contribuye a satisfa- Vamos a distinguir durante este período dos etapas diferenres: el
cer los sentimientos y el gusto de una clase media más culta que romanticismo y el realismo. Ambas vienen precedidas y se enmar-
veía con cierta complacencia cómo se asentaban los nuevos valores can en el cambio del siglo XVIII al XIX en vísperas del desarrollo in-
y se conformaba una nueva cultura de la que ella era la principal dustrial, de la división del trabajo, de la especialización cada vez más
protagonista. La relación entre novela, individualismo, vida priva- diversificada del saber positivo, de la autonomía de lo político, de la
da o pública, éxito o fracaso de los sentimientos amorosos, vida co- prioridad concedida, de grado o por fuerza, a la economía como
mercial o vida política, fue consolidando una serie de valores que conjunto de actividades de una colectividad humana en lo que res-
poco a poco dominaron en toda la sociedad, penetraron en otras pecta a la producción y al consumo de las riquezas. Las ciencias ex-
clases sociales y fueron considerados universales. perimentales y técnicas se impondrán cada vez más. Predominan al-
El individualismo fue acompañado por un concepto diferente de) gunas tendencias características de la vida de los pueblos
tiempo, pues mientras éste había sido considerado durante la Edad desatrollados: el papel prioritario de las actividades conscientes yex-
Media como circular o cíclico ahora tomaba un sentido lineal y se le traverridas, el establecimiento de instituciones cada vez mejor orga-
asociaba al cambio y al progteso. El individuo podía planificar su nizadas y estructuradas; la fe en el progreso material. Este mundo
vida y pensar en el fututo. Entre la dase media burguesa el tiempo organizado y estructurado, que no funciona sino a condición de que
comenzó a tener un valor en sí mismo. el hombre entre en su juego sometiéndose a normas cada vez más
El lector de novelas se identificó con la modernización social y numerosas, no es el de los románticos (Hell, 1986: 92-93).
económica que protagonizaban las clases medias. Los apartamen- La época bisagra que conforma ese cambio de siglo se caracte-
tos de las viviendas se hicieron más amplios y los miembros de una riza por una doble revolución: política y cultural. La primera se
familia tenían sus habitaciones propias de tal manera que la lectu- manifiesta en las mutaciones sociológicas que provoca el adveni-
ra se convirtió en una ocupación solitaria. Al mismo tiempo el pú- miento de la burguesía; por la difusión de ideas nuevas sobre el Es-
!Jfi.aue convirtió en un factor de legitimidad y reconocimiento de tado, la nación y el pueblo, sobre la dualidad del hombre y del ciu-
los autores, y los críticos comenzaron a jugar un papel importante dadano, sobre el fundamento del poder político y de la autoridad
en la esfera pública litetaria sobre todo porque la lectura aumentó en general; por la Revolución francesa y sus consecuencias en Eu-
entre las clases medias. ropa. La segunda-por la génesis del romanticismo en Europa y por
La novela, con la proliferación del libro y la lectura como for- el desarrollo de ese poderoso movimiento de ideas que fue, desde
ma de expansión cultural, se convirtió en un espejo de la morali- Kant a Hegel, el idealismo alemán (Hell, 1986: 107).
dad de la época, de la misma manera que los teóricos del contrato Según Mosse, para los románticos, la naturaleza humana se des-
social y los autores de obras sobre economía política, desde Locke cribía mejor a través del «alma», que contenía las emociones y po-

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CULTURA Y MODERNI.-DAD= _ _ LA CULTURA BURGUESA

tenciaba la imaginación. Todo lo demás era «intelectualización- las grandes y misteriosas catedrales que dominaban el paisaje, y las
abstracta, típica de gente que carecía de verdadera emoción y en baladas que canraban las grandes hazañas de hombres individuales.
consecuencia de verdadera alma. Para Rousseau, por ejemplo, y El impulso de afirmación del senrimienro individual, del alma in-
para orros pensadores del siglo XVIlI, esro significaba que los seres dividual, pudo eludir así, a través de esta visión histórica, la socie-
humanos eran al mismo tiempo razonables y virtuosos. Pero la ra- dad industrial y de masas que iba imponiéndose en Europa. La no-
zón humana en esrado de naruraleza jugaba para Rousseau un pa- vela histórica empezó a esrar en boga y a hacerse popular. Fueron
pel menor que la bondad del corazón. Esro era un presagio de la fe muchos los que empezaron a pensar, a partir de principios de siglo,
romántica en la rectitud y la virtud esenciales de las emociones pro- que podía lograrse la esrabilidad de Europa medianre la adopción
pias del ser humano cuando se las deja desarrollarse libremenre. La de lo que creían era un modelo medieval de organización de la so-
idea del hombre narural se convirtió en una moda muy difundida ciedad: el esrado jerárquico y corporativo. El romanricismo va así
en el siglo XVIll. contra corriente en una sociedad cada vez más orientada hacia la ex-
Sin embargo el concepro de «hombre natural- no fue el único presión de la voluntad de poder y hacia la búsqueda de la ganancia
elemenro que participó en la formación de la armósfera románrica. marerial y del rendimienro. La idea de culrura simboliza para esre
El evangelismo en Inglarerra y el pierismo en Alemania también movimiento todo un conjunto de fuerzas y tendencias tanto en el
proporcionaron muchos esrímulos al romanticismo, y habrían de alma. de los individuos como en la de los pueblos que se rebelan.
ser importantes en la formación de la nueva moralidad burguesa. Pero este impulso rebelde no iba dirigido a la rransformación de la
Ambos destacaban la «piedad del corazón» y la religión como expe- sociedad, sino a proporcionar a cada individuo la libertad para ex-
riencia emotiva. Situando al personaje en primer plano) centraban presar y desarrollar sus propias emociones en correspondencia con
la atención en el honor, el amor y la bravura... en suma, en la con- aquellos estímulos que aportaban la naturaleza, el crisrianismo o la
dición inrerior de los individuos en vez de cenrrarla en aquellas fuer- visión del pasado medieval. Los románticos se rebelaban conrra la
zas externas que los anriguos creían que guiaban el desrino huma- convención, no en nombre de la igualdad o del cambio económico
no. Esto significó dar la primacía a la «emoción) y al «sentimiento), sino en nombre de un individualismo que se concebía en función
pues debía separarse al personaje humano del enromo y analizarlo de la libertad del «hombre interior» (Mosse, 1997: 51-52).
en función de sus propias emociones como individuo. Los aconte- Podemos distinguir en este período estudiado tres momentos
cimientos exteriores eran meras superficialidades comparadas con el históricos y culturales: la Revolución francesa, la primera revolución
verdadero )C.o, Dejaba de considerarse a la realidad como dererrni- social de 1848 que contempla la consolidación de la burguesía en
nanre de la actuación humana o de la naturaleza humana. La dis- todos los países y el estallido del proletariado en la Comuna de Pa-
tinción entre los fenómenos exteriores y la esencia real de las cosas rís (1870), que supone la enrrada de las masas en la política y la con-
esruvo así presenre desde el principio mismo del romanricismo, y solidación del gran capitalismo, el de las grandes corporaciones.
formó parte de su definición original. Esra distinción será uno de En el campo de la literarura esros períodos se corresponden pri-
los temas principales a lo largo de este análisis de la culrura europea mero con la época romántica, después con la época realista a par-
moderna (Mosse, 1997: 42-45). tir de 1850 y finalmente con la llegada del simbolismo (cubismo,
Para los románricos la Edad Media fue una época en la que las expresionismo), cuando la cultura y su teorización se separan de la
acrividades humanas' habían estado impregnadas de inrereses rras- realidad social (1870), y se impone el artepor el arte. La Iiterarura
cendenres: el caballeta que luchaba por la jusricia para los débiles, en cada período se convierte en una forma ínregra de visión de la

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA BURGUESA

sociedad. El novelista nos muestra la composición de las relaciones y parece dedicada exclusivamente a la tarea de enriquecerse. El re-
sociales, el código moral heredado y el cambio de valores y normas belde romántico ya no se dirige contra los excesos de la revolución
sociales que a través de la acción configuran la dramatización de la sino contra el filisteismo de los valores burgueses mezquinos y uti-
vida cotidiana. litarios que tienen como meta el interés personal, el egoísmo, la su-
En la primera etapa que va desde la Revolución francesa a 1848 peditación de la familia a la posición social y el ansia de medrar.
se desarrolla el primer romanticismo en el que predomina la poe- Byron, por ejemplo, se identifica con sus personajes y asume la
sía y el drama más que la novela, al menos ral como se la entiende época para rebelarse contra ella y contra la sociedad que se co-
hoy día. Este romanticismo supone la exaltación del yo, del genio, mienza a formular. Para el alemán Schiller el fuera de la leyes el hé-
la individualidad que o bien se expresa poéticamente o se convier- roe porque no acepta la sociedad, y en Los bandidos la heroína es
te en un conflicto dramático en el que el propio yo entra en con- María Esruardo que se enfrenta a un poder despótico que la des-
flicto con los demás, pero no es todavía un relato ordenado en el truye. Pero el gran novelista de este período es Stendhal que a tra-
que las historias que se cuentan se entrecruzan. vés de sus héroes románticos nos muestra ampliamente el senti-
Estos románticos exaltan la individualidad y van contra los ex- miento del fracaso y la mediocridad burguesa. Rojo y negro .es una
cesos de la Revolución que supone la culminación de la razón y la de sus mejores novelas, en las que describe ese sentimiento del fra-
Ilustración como fuerzas generadoras de sueños. Kant aparece en caso. La trama tiene su origen en un proceso reseñado en la Gace-
un cuadro de Goya como premonición de que «los sueños de la ta de los Tribunales en 1827. El ex-seminarista Berthet fue ajusti-
razón engendran monstruos». Es la época postrevolucionaria en ciado por haber disparado durante la misa conrra la madre de lo~
la que Napoleón, que al principio aparece como un héroe al que niños a quienes había servido de preceptor. La reseña mostraba a
Beethoven le dedica su sinfonía Heroica, acaba siendo un tirano. un Berthet ambicioso y malvado de bajos instintos y capaz de pre-
En la novela histórica de Scorr o de Chateaubriand se observa meditación y alevosía. Cuando Stendhallee esta historia, que será
el reflejo de unos valores determinados; la reivindicación del yo re- casi idéntica a la peripecia de ]ulián Sorel, héroe de Rojo y negro, le
belde, la nostalgia del orden comunitario anterior a la revolución, da una 'interpretación totalmente distinta. Se interesa de tal mane-
la exaltación de la naturaleza, de la comunidad y del hombre me- ra por el sino fatal del muchacho, que de inmediato proyecta otra
dieval como en el caso de Ivanhoe. Scott compara la Inglaterra de historia en la que une los hechos del proceso Berrhet y los datos
su época en rápido cambio, donde surgían continuamente nuevas .biográficos más dolorosos que presencia en su vida el propio nove-
fábricas y ciudades, con la Inglaterra del pasado medieval, e Ivan- lista: el arribismo social, el liberalismo, su odio por la involución
hoe es una mirada al pasado con la necesidad de redescubrir, a tra- ideológica acaecida tras la derrota de Napoleón. Por eso se puede
vés de una historia de aventuras, las costumbres inglesas del siglo decir que Rojo y negro es una novela revolucionaria, un araque ju-
XII, un mito histórico significativo para la Inglaterra romántica. venil y jacobino a los valores de la Restauración y una denuncia de
Aunque también nos transmite imágenes de crítica social como la las injusticias del orden social (Ha Univ. Lit., vol.VI, 1982: 123).
usurpación del poder, la inseguridad de las clases sociales más ba- Stendhal soñaba con escribir una historia de su tiempo y por eso
jas, la mendicidad o el bandolerismo. proyecta su sueño sobre las novelas a través de la observación cruel
El segundo romanticismo (Stendhal, Byron, Schiller) supone de aquellos personajes con quienes no tiene ningún punto en co-
ya una crítica a la cultura burguesa. Superada la Revolución yaca- mún: hipócritas de iglesia, bobos aristócratas, burgueses vulgares y
bado el período de la Restauración la sociedad burguesa se asienta mezquinos, políticos canallas.

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CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

En todas sus novelas aparece la nostalgia napoleónica puesto las cuales se podrá hablar de literarura y cultura italiana. Represen-
que él mismo había sido funcionario de Napoleón. Pero en la Fran- ta, por tanto, una variante del nacionalismo cultural.
cia de su época ya no se puede ser héroe y sus personajes rebeldes, El segundo momento histórico y cultural coincide con la pri-
que se marcan una serie de retos vitales, poco a poco aceptan la mera revolución social de 1848 que marca la época napoleónica de
realidad y al final se rinden ante ella. estabilidad francesa, el crecimiento y la consolidación de la bur-
En Francia rambién Victor Hugo expresó la fuerza revolucio- guesía. En Inglarerra comienza la época victoriana y el esplendor
naria del movimiento romántico al asignarle la tarea de continuar de la industrialización. La poesía, la narrativa y el pensamiento se
la obra polírica de la Revolución francesa en el campo lirerario forjan en Europa y nos dan a conocer el espíritu, el deseo y la cul-
(Hell, 1986: 91). Líder de la escuela romántica, carólico y monár- tura de esa sociedad. En el campo de la novela nace con fuerza el
quico, en 1845 fue nombrado Par de Francia. En LosMiserables, la realismo que trara de caprar la sociedad y su cultura ral y como exis-
gran novela social romántica, traza un amplio fresco de clases so- ten realmente en las distintas clases sociales y transmite al lector los
ciales y ripos humanos: curas, jueces, policías, ricos depravados y hechos ral como ocurren en la vida diaria sin dejar espacio para la
pobres sublimes, estudiantes famélicos, prosrituras y fuera de la ley. imaginación.
En este panorama planteará el conflicto entre conciencia y justicia Las ciencias experimentales han conseguido ya un cierto éxiro
social a través de una síntesis entre la novela social y popular de los asentadas en métodos objetivos para conocer la naturaleza. Esra
años cuarenta, una epopeya humanitaria en la que importan más observación detallada y objeriva de los fenómenos naturales influ-
los valores espiriruales que las realidades mareriales. Vicror Hugo yó considerablemente en el campo de las letras e inspiró en los na-
demuestra aquí su inclinación por el progreso social y por la fra- rradores la voluntad y el deseo de rranscribir fielmente los fenóme-
ternidad (Ha Univ. Lit., vol. VI, 1982: 109). nos humanos, sociales y políticos. En los novelistas la forma de
En Iralia riene una gran relevancia Manzoni (1785-1873) cuya presentar la realidad tenía muchas concomitancias con los tiempos
obra tomó cuerpo en un país que aún no había construido su uni- pragmáricos que se vivían en la época de la revolución industrial,
dad nacional como Estado soberano. Sus dramas son rragedias his- con las luchas sociales que se desarrollan a lo largo del siglo XIX y
róricas cuyos argumentos esrán tomados de la hisroria de Iralia, se con la consolidación de la sociedad capiralista. La industrialización
integran en la acrualidad polírica de los comienzos del siglo XIX y yel capitalismo se presentan como dos fenómenos sociales nuevos
contribuyen a formar el clima intelectual del Risorgimento. Lo im- que están forjando una nueva civilización caracterizada por la
portante de esta obra está en la creación de un espacio cultural que construcción de ciudades modernas, fábricas, instituciones sociales
acrúa sobre la sensibilidad de un pueblo. El poeta crea la lengua, y y financieras, la aparición de la clase trabajadora, los movimientos
entre lengua, esrilo y forma dramática se establecen suriles relacio- sociales ... temas que fueron objeto de los escritores realistas (Pujol,
nes que tienen por efecto hacer de la obra lireraria no sólo el refle- 1982: 9, 41).
jo de una sociedad sino la expresión de un mundo por venir (Hell, En Francia la novela que nos da una visión de este panorama que
1986: 109). Manzoni es capaz de crear un estilo y de fijar el len- conforma la nueva cultura burguesa está representada fundamen-
guaje italiano que tiene tanta importancia como la trama argu- talmente por Plaubert y Balzac, mientras que la imagen de la época
mental porque crea un canon lingüístico que no es dialecral y al victoriana y su florecimiento indusrrialla encontramos en Dickens.
que en adelante' todos se van a referir. Su obra responde a la nece- En Flaubert, La educación sentimentalsignifica el desencanto de
sidad y el deseo de crear referencias culturales italianas, a partir de un joven cuyas ilusiones van desapareciendo como resultado del

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_ _~CULTURA y MODERNIDAD _ _ _ LACULTURABURGUESA

fracaso de unas generaciones que viven la agonía del romanticismo. técnicas más rudimentarias de ganar dinero hasta las operaciones
Es una novela de iniciación, de cómo un joven entra en la socie- de Bolsa.
dad. Toda una experiencia del amor, sus desengaños y desilusiones Los grandes personajes de Balzac son la arisrocracia que vive de
que va estrechamente vinculada a las exigencias sociales de unas de- los negocios burgueses y se alía con ellos, la nobleza provinciana,
terminadas pautas sociales que se van imponiendo. Es la denuncia anquilosada y orgullosa que está al borde de la miseria y lleva una
sisremática de las falsas apariencias, y la decisión ante una cruel al- existencia sombría y rutinaria, la burguesía en su gran variedad de
ternativa: la carrera y la ausencia de autenticidad o el repliegue so- géneros y subgéneros, la mujer, de quien presenta una visión nega-
bre sí mismo y la incertidumbre. Un muchacho de provincias que riva y pesimista porque se la uriliza para subir en la escala social, los
desea entrar en esa sociedad tiene sus condicionamientos a los que jóvenes trepadores como Eugene de Rasrignac para quien todo esrá
ha de ceder con pequeñas traiciones que al final le convierten en permirido con tal de triunfar y desembarazándose de roda escrú-
cómplice de esa misma sociedad. Madame Bovary es la historia de- pulo triunfará en París (Pujol, 1982: 1-25).
solada de una mujer soñadora ante una sociedad que no tiene sali- Nadie como Balzac -dirá Lukács- vivió con ranta profundi-
da para sus deseos e ilusiones. Flauberr describe el romanticismo de dad aquellos sufrimientos que la rransición a la producción capita-
la Bovary, la rebelión de una mujer que choca contra el realismo de lista provoca en rodas las capas del pueblo, aquella profunda de-
los valores sociales burgueses. La heroína es ella y se critica al mun- gradación espiritual y moral que acompaña necesariamente a este
do cerrado y provinciano que la ahoga. El au~or parece obsesiona- desarrollo económico. Pero Balzac no sólo vive la necesidad social
do por la mezquindad y sordidez del ambiente que relata. de este cambio radical sino también lo contradictorio que era el ca-
Flaubert nos presenta muchos tipos de burgueses en una socie- rácrer progresista del desarrollo capitalisra (Lukács, 1989: 240).
dad que pone condiciones, y que abarca desde quienes se creen ri- Con Ilusiones perdidas (J 843) «crea un nuevo tipo de novela,
cos potque han hecho unos cuantos negocios y luego se hunden, que se convertirá en una obra de significación decisiva para todo el
hasta los ricos que pase lo que pase siempre se mantienen. Presen- siglo XIX, la novela que describe las suposiciones falsas pero nece-
ta una burguesía creadora y destructora de riqueza, de gran muta- sarias de los hombres acerca delmundo, ilusiones que se destruyen
bilidad pero donde unos cuanros, que son quienes imponen las re- necesariamente por la fuerza vital del capitalismo. Por primera vez
glas del juego, resultan inamovibles, nunca pierden dinero, la rrágica risa del escarnio sobre los producros ideológicos más al-
mientras que orros entran y salen, suben y bajan en una turbulen- tos del desarrollo burgués [... ] se configura en la novela de Balzac
cia social donde las forrunas se hacen y deshacen. de forma global y en su roralidad, Ilusiones perdidas constituye la
A su vez Balzac, que se describió a sí mismo como «doctor en epopeya tragicómica de la capitalización del espíritu [... ]: roda se
ciencias sociales» se sintió profundamente preocupado por los fun- convierte en mercancía, desde la producción de papel hasta la con-
damentos de las clases sociales y por la relación entre la posición vicción, el pensamiento y la sensación de los escritores. ¿Qué es la
económica y la moralidad en Francia después de las convulsiones fama? ,se pregunta el ediror Dauriat. Mil doscienros francos para
de la gran revolución (Berger, 1979: 240), por eso fue el novelisra unos arrículos y tres mil para banquetes. La prostirución de la lite-
favorito de los marxisras. Engels llegó a manifestar que había ratura por el capitalismo" (Lukács, 1989: 331, 333).
aprendido más de Balzac que de rodas los economistas juntos. Mu- Una de sus novelas más populares fue Eugenia Grandet, que
chos de los hechos que describe son mecanismos técnicos y admi- presenta un cuadro de costumbres provincianas presidido por dos
nistrativos del funcionamiento de la sociedad burguesa, desde las personajes inolvidables, el avaro Grandet y su hija. El «río Gran-

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~ C~U~L=T~URA y MODERNIDAD LACULTURA BURG,-CU"'ES",A'---__

det» es considerado como el prorotipo de la avaricia; en él se ha mayo de 1851 por la reina Victoria, símbolo de la consagración de-
querido ver un símbolo de la aberrante posesi6n de la riqueza ro- finitiva del industrialismo, de las artes y las ciencias, la industria, el
mada corno un fin en sí misma. comercio y la tecnología.
En 1789 a los cuarenta años, era un simple tonelero que s610 sa- Según Lamarca complacencia y optimismo son las palabras que
bía «leer, escribir y contar», en seguida aprovechó el turbio perío- mejor definen esta era victoriana que encarnó todo un concepto de
do revolucionario para adquirir a bajo precio bienes del clero va- la moral que marcó ese período. Virtudes como la honestidad y la
liéndose del soborno, y se camufló de jacobino para ocupar cargos laboriosidad se concebían como medios para lograr la deseada
públicos que le permitieron hacer -«legalmente, si no legítima- prosperidad material; la norma de guardar las apariencias llegaba a
mente», nos aclara el autor- fructuosos negocios; luego, mientras límites exacerbados y una mojigatería extrema corría un tupido
se cubría la retirada al ayudar ocultamente a nobles perseguidos se velo delante de las cuestiones relacionadas con el sexo. Como es 16-
hizo proveedor del ejérciro, practicó la usura y, al llegar la Restau- gico suponer esta ética rígida y la falta de sentido del humor gene-
ración, se retiró de la vida pública con una inmensa fortuna y sin ró sus propios antídotos: voces como las de la literatura dispuestas
ningún pesar, ya que siempre había sido indiferente a toda vanidad a poner de manifiesto la arteriosclerosis de una moral afectada por
ya cualquier ideología. La historia de su vida es, por tanto, muy se- el frenético deseo de riqueza (Lamarca, 1982: 105 y ss.).
mejante a la de tantos burgueses -reales, como el padre de Balzac, La pobreza urbana fue el reverso de la medalla del progreso vic-
o inventados, como Goriot y Du Bousquier- de la Francia de la toriano, y la burguesía no ignoraba su existencia, pero eludía toda
época, oportunistas, logreros, acaparadores, que comparten la opi- responsabilidad al atribuirla, consecuentemente con su individualis-
nión de que «el único Dios moderno en el que se tiene fe es el Di- mo, al proceso de «degeneración urbana» que, a la vez que debilita-
nero Omnipotente» (Ha Univ. Lit., vol. VI, 1982: 121). ba físicamente a los inmigrantes venidos del campo, les degradaba
Los rasgos de muchos de estos personajes estaban tomados de moralmente, corrompiéndolos con los vicios de la ciudad y volvién-
distintas personas que el propio autor conoci6 y trat6: el señor de dolos borrachos y vagos, hasta llegar a un punto en que preferían vi-
Margonne (el propietario más rico y el primer contribuyente del vir de la caridad pública o privada antes que trabajar por un peque-
distrito); su suegro el señor de Savary, muy rico y avaro, con una ño sueldo. Y si la pobreza no se debía a causas personales como el
hija única; el propio padre de Balzac que se enriqueci6 siendo te- despilfarro, la vagancia ° el vicio, había que pensar que existían otras
niente de alcalde como Grandet ocupando la alcaldía. En resumen causas sociales que la engendraban. La causa de la miseria de los tra-
Grandet no es el retrato fiel de un hombre concreto, ni la imagen bajadores londinenses radicaba en la desaparici6n de los viejos ofi-
abstracta de un vicio, sino una representación de la época en la que cios y en la sustituci6n gradual del trabajador especializado por peo-
más que, en ningún otro tiempo, eldinero domina las leyes, la po- naje sin cualificar, una situación que se acentuó con el aumento de
lítica y las costumbres (Pujol, 1982: 122). La sociedad entera está los empleos eventuales, la disminuci6n de los salarios y el paro. Todo
impregnada de individualismo y de culto al dinero. De esa socie- esto quiere decir que en la pr6spera Inglaterra había un cuarto de po-
dad burguesa, sin drama ni héroes, sin un esplendor verdadero, blaci6n urbana que vivía en la miseria (Ha Univ. Lit., vol. VI, 1982:
Balzac ha hecho la sociedad más brillante, la más audaz, o la más 131).
tenebrosa y la más patética. En ese ambiente y en los años que marcan la crisis del cartismo
En Inglaterra el nacimiento de la época victoriana se puede fe- encuentra Dickens su marco de referencia, es decir en la cultura ur-
char con la Gran Exposici6n Universal de Londres inaugurada en bana popular de la sociedad industrial. En Dombey e hijo Dickens

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_ _ _-"CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

describe, a través de la imagen de la densa nube negra que cubre la dose en las condiciones de vida de las clases populares se convirtió en
ciudad, las consecuencias morales y humanas de una sociedad in- arma de propaganda para la lucha ideológica y política de los movi-
diferente y «antinatural». Es una imagen recurrente en Dickens: lo mientos de masas. En España el realismo de Galdós se preocupó por
sombrío, lo negro, la niebla que impide que nos veamos unos a las cuestiones sociales y el inmovilismo de la sociedad; en Alemania
otros claramente; y que impide también que captemos la relación Nierszche marca la voluntad del renacimiento de la cultura con El
entre nosotros (Williams, 1997: '38). nacimiento de la tragedia y su crítica a la civilización occidental.
Tal es el panorama que Dickens observa en el momento de es- Pero frente a estas y otras respuestas activas nace también una
cribir Tiempos dificiles, una novela centrada en la industria yen sus corriente de sensualismo y hedonismo encabezada por poetas
primeras huelgas. aun cuando su óptica no reconozca totalmente como Baudelaire o Wilde que contra la cultura filistea y la moral
el sentido de la lucha de clases; en realidad Dickens no da más que hipócrita burguesa opusieron el modelo del dandy (Tesrer, 1994)
una visión lejana y suave de la sociedad industrial, dejando 'en la que desprecia a su propia clase y dicta sus propias normas gober-
sombra lo peor, no sólo la dureza del trabajo infantil, sino toda la nadas por el deseo de encontrar la plenitud de la vida y las cosas en
dureza del trabajo en larguísimas jornadas, con pagas miserables y el presente, y por anteponer la belleza y el buen gusto a cualquier
sin ningún recurso asistencial. Dickens no llega a hacer aquí «lite- otro valor. En el campo del arte se rompe con la estética mimética,
ratura de protesta»: su público no lo habría aceptado y, por orro la pintura se separa de la realidad e irrumpe el simbolismo. No sólo
lado él comprende que la industrialización era inevitable (Ha Univ. el expresionismo sino también el cubismo y todos los movimien-
Lit., vol. VI, 1982: 1'31). tos que surgieron en ese momento pusieron de manifiesto la mul-
La crítica que hace Dickens de la sociedad burguesa es más in- tiplicidad paradójica del mundo, su ambigüedad e incertidumbre.
dulgente, y la novela realista inglesa se centra sobre todo en el aná-
lisis de la realidad introspectiva del hombre cuyo objetivo es la de-
nuncia de las injusticias marginales, presentándolas como casos 3. Crisis de la cultura burguesa: Viena y Berlín
también marginales: el orfanato de Oliver Twist con un maestro
cruel y su comedor miserable. Dickens describe barrios miserables Si en el campo de la novela se produce una crítica al desarrollo de
y niños miserables sometidos a judíos miserables. La bienestante la cultura y la civilización tal como habían evolucionado a lo largo
sociedad victoriana tiene su reflejo en los niños, los borrachos. los de los siglos XVIII y XIX Yal carácter y la apropiación que le habían
sin casa, a quienes presenta como una crítica social indirecta. dado sus principales protagonistas -la burguesía-, la evidencia
Toda esta panorámica literaria tuvo sus efectos en la conciencia de su crisis definitiva se pone de manifiesto consecutivamente en
pública y, en general, la novela social tanto en Inglaterra, con su des- dos de las grandes capitales que se habían configurado como la
cripción de las condiciones de vida y trabajo de la sociedad indus- vanguardia de las artes y la cultura occidental: Viena y Berlín.
trial, como en Francia con su denuncia de la moralidad burguesa, En la segunda mitad del siglo XIX la burguesía liberal austriaca
inició un camino de contestación a los valores culturales que la clase había alcanzado el poder y comenzó a modificar las instituciones
dominante había impuesto a lo largo del siglo XIX. De tal manera que del Estado y de la sociedad de acuerdo con su imagen del mundo.
a finales de ese siglo la crisis general de la cultura europea se encon- En ella podían reconocerse sin dificultad dos tipos de valores: unos,
tró con una respuesra plural y muy diversificada: por una parte sur- de tendencia moral, política y científica, y otros de tendencia esté-
gió en Francia el naturalismo, representado por Zola, que inspiran- rica. En el primer grupo, una cultura racional de la ley y la palabra,

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA BURGUESA

obedecía a la lealtad básica de la burguesía: en el segundo, una cul- sentido del patrimonio lingüístico, musical y arquirectónico, allí
tura, por así decirlo, plástica, placentera y sensual, hundía sus raí- nace la génesis del psicoanálisis, la música dodecafónica y la arqui-
ces en la Contrarreforma: la influencia y la vigencia de ambas co- tectura moderna.
rrientes fue similar. A pesat de toda la importancia que se concedía La mayoría de las personas que habían contribuido a hacer de
alas valores de la tazón y de la ley y que generó en la sociedad una Viena un centro cultural prodigioso en los años más sombríos de
imagen ideal de homojuridicus lúcido y de homosapiens razonable, su historia no habían nacido en la ciudad sino que venían de las
la burguesía austriaca ilustrada desarrolló una cultura en la que lo provincias más o menos alejadas. Muchos (Freud, Herzl) llegaron
estético era mucho más importante que, en ningún otro lugar de de niños con familias que buscaban, en la ciudad más grande de
Europa, considerándola señal de perfección personal y símbolo del Europa central, oportunidades económicas o sociales. Los factores
status social. La presión de los cambios sociales afectó especial- políticos, científicos y estéticos que determinan la cultura no sólo
mente a la psicología de esta clase, de modo que su moral rígida fue estaban estrechamente unidos entre sí tanto en sus principios como
socavada por una estética de lo sentimental, indiferente a las cues- en su praxis sino que constituían la síntesis sobre la que descansa-
tiones morales (Schorske, 1986: 5-16 ). ba toda la vida social y las formas culturales de la élite. Pero .hacia
A esta contradicción había que añadir otra. El Imperio Austro- finales del siglo XIX dicha unidad se quebró y la insatisfacción ha-
Húngaro era todavía el más irnporranre de Europa; abarcaba toda cia el liberalismo se manifestó en cuatro ámbiros diferentes: un
la Europa central así como buena parte de Italia y de Europa sentimiento nacional de frustración, de injusticia social, de opre-
Oriental. Era un Estado multinacional que comprendía a los ale- sión económica y de corrupción política.
manes, italianos. checos, húngaros, eslovacos, croatas y algunas En la Viena de Francisco José, «centro del vacío de valores eu-
otras minorías. Lo que explica en gran parte el carácter único de ropeos», según la feliz fórmula de Broch, la fase final de la monar-
Viena era que su apogeo coincidía con la decadencia del imperio quía danubiana se articula -frente al pujante nacionalismo cen-
de los Habsburgo al que la ciudad debía su supremacía y del que tro-europea- entre dos polos que constituyen las dos caras de la
todavía era su capital y, sobre todo, era también la residencia del ilusión centro-europcísta: la melancólica conciencia del propio co-
gran símbolo del imperio, de aquel que mantenía la cohesión: el lapso, sobrellevado con patética dignidad, y una joie de vivre deco-
emperador. rativa y escapista, cuyos productos más significativos son la opere-
Sin embargo bajo esta unidad Musil (El hombre sin atributos) ta y el vals que popularizaron Strauss y Lehar (del Solar, 1982:
observa una Babel de identidades, intereses, visiones del mundo, 116).
valores y lenguas diferentes, un imperio «dual» en el que un orden Esta estética sentimental, indiferente a los valores morales, se
simulado había sido elevado a «verdadera naturaleza», de modo que independizaba cada vez más de la tradición racionalista y cobraba
todo, la propiedad, el dinero, el trono, el altar, la función pública, importancia como fuente de nuevos valores. De esta manera la cul-
la propia cultura académica... estaban al servicio de la apariencia de tura vienesa era absorbida por los mecanismos de la información
Ui'la unidad en realidad tan imposible como fingida, lo que por fuer- colectiva y transformada por su propia puesta en escena. Los re-
za hacía de ella, de esa colmena chirriante de pueblos, el «campo de presentantes de la cultura contemporánea, Musil, Freud, Krauss...
pruebas de la destrucción del mundo» (Muñoz, 1994: IX-X). Vie- comprendieron qué difícil era distinguir la existencia, incluso la
na es un microcosmos en el que el Imperio, que se agita, dislocado suya propia, de su imagen reproducida. Hofmannsthallo expresó
y a punto de romperse, refleja sus dimensiones. Allí se disputa el diciendo que «la esencia de nuestra época está constituida por lo

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CULTURA Y MODERNIDAD LACULTURA BURGUESA

indefinido y lo ambiguo. Es capaz de apoyarse en lo inesrable y tie- finales del siglo XIX: la subida al trono de Guillermo 11 en 1888 y la
ne conciencia de que aquello que otras generaciones creyeron fir- caída de Bismarck, el principal artífice de la unificación alemana. El
me es también inestable. La evolución de un esteticismo refinado, despegue económico iniciado ya hacia 1885 se consolidó y no cesó
la fuga de la realidad y un psicologismo suril caracrerizan su finis hasta la Primera Guerra Mundial. El tápido crecimiento demográ-
Austriae. fico, la modernización de las técnicas agrícolas y el vertiginoso de-
Este drama ponía en evidencia las tendencias destructivas del sarrollo de la industria y el comercio convirtió al imperio alemán en
hombre que Freud iba a descubrir; las pulsiones sexuales y las de la la segunda potencia industrial del mundo y le aseguraton un poder
muerte (eros y tanates) están vinculadas íntimamente a los aspec- y un prestigio considerable. Esta proyección internacional dio ori-
tos más oscuros de la psique humana. La unión profunda y extra- gen a un sentimiento de superioridad y a un nacionalismo ideoló-
/' ña del sexo y la destrucción iban a marcar la cultura vienesa du- gico orquestado por asociaciones de ptopaganda como la Liga Pan-
rante el período de su lenta decadencia. Esta interconexión fue germanista, o la Sociedad Colonial. La política expansiva destinada
durante mucho tiempo el tema subyacente esencial en el campo a gatantizat al Reich un papel hegemónico dentto de Europa y fue-
del arte y la literatura. El Requiem de Brahms, la Resurrección de ra de ella fue refrendada por la carrera armamentística y por puntos
Mahler o la Mort et la Vie de Klimr han expresado la extrema im- de apoyo coloniales (del Solar, 1982: 105).
plicación de estas dos pulsiones. Durante dos decenios, de 1910 a 1930, Berlín fue una de las ca-
Sin duda uno de los factores que más influyó en la cultura de pitales de la vanguardia de las artes y de la cultura occidental. Esos
esta generación de fin de siglo fue la filosofía de Nietzsche, y su jus- veinte años contienen la época «heroica» o, dicho de otro modo,
tificación de las exigencias de una vida sentimental e instintiva aquella durante la cual las actividades culturales, en Berlín, desern-
frente a la razón «burguesa» tanto en la vida personal como en la peñaron un papel determinante en la génesis de los elementos es-
pública. Instintos y sentimientos parecían representar un nuevo pecíficos que han impregnado la cultura internacional de las civi-
tipo de fraternidad capaz de transformar a un Estado fundado en lizaciones industriales del siglo xx. La elección del término
el e~oísmo racional y la competencia en una auténtica comunidad «actividades culturales» no. es fortuita, pues la característica princi-
nacional. Así se expresa la Kultur entendida como «una gran orga- pal de la producción artística berlinesa es precisamente el movi-
nización que atribuye a cada uno de sus miembros un puesto en el miento, la acción en todos los terrenos: arquitectura, artes aplica-
cual pueda trabajar en el espíritu del todo, y su fuerza pueda justa- das, teatro, cine, etc. Los medios de comunicación de masas, y
mente medirse con el tesultado en el espíritu del todo». Una Kul- especialmente la prensa, contribuyeron con su intervención masi-
tur opuesta, como ya hemos visto, a la Zivilization en cuanto ho- va al mantenimiento de aquella ebullición, cuyas características
gar inhóspito de la fragmentación, del dominio del meto cálculo -cadencia, ritmo, dinámica, febrilidad y aceleración cinética-
egoísta de medios y del desinterés tespecto de los valores últimos, son otros tantos factores psicológicos que determinan el compor-
del atomismo social y del dominio de la técnica sobre el alma (Mu- tamiento humano en la edad de la máquina. La importancia de
ñoz, 1994). Berlín, crisol cultural, proviene de la atracción que ejercía enton-
A comienzos del siglo xx, unos años después de la victotia de ces la ciudad sobre las personalidades que habían abandonado su
Prusia sobre Austria, Berlín reemplaza a Viena absorbiendo todas país de origen o que se ptoponían abandonarlo (Rorers, 1987:11).
las energías y ambiciones de una ciudad con perfil internacional. Peto lo más representativo de todo este período fue su creativi-
Dos hechos habían dominado el panorama político de Alemania a dad cultural durante la República de Weimat (1919-1933), que

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA BURGUESA

nos sirve de ejemplo para reflejar la crisis y el fracaso de rodas los cio a la imaginación del espectador, la recitación se convertía en de-
valores, normas e ideas que habían alimenrado la cultura occiden- clamación, transformándose muchas veces en una especie de grito
tal. El aliento emancipador, erótico y político que inspiraba aque- lo más remoro posible del hablar ordinario. El mensaje que lanza-
lla cultura estaba ya cargado de la sensación de impotencia que pre- ron fue estridente e inmediato, un grito de ayuda, una exigencia en-
anunciaba las tendencias que se iniciaban con la subordinación de fática e impaciente de reforma. La esperanza que estos dramas ex-
la política a la economía, los problemas de la sociedad de masas, el presaron fue siempre la misma: ,,1 hombre debía rransformarse
fin del individuo burgués, la función de los medios de comunica- mediante el sufrimiento y la vida para dar origen a una civilización
ción y la eclosión de la industria cultural. mejor. Fueron muchos los héroes que los expresionistas ofrecieron
Gay nos dice que la nueva Berlín era, desde el punto de vista al público en su búsqueda de este nueva humanidad: el extranjero,
cultural, irresistible, llegando a ser la aspiraci6n de compositores, el mártir, el suicida, la prosrituta (Gay, 1978: 145-154).
periodistas y actores. Con sus grandes orquestas.isus ciento veinte Los efecros catastróficos de la Primera Guerra Mundial habían
periódicos, cuarenta teatros... era un lugar apto para quien poseye- aplasrado la fe de rodas en un futuro racional y pacífico. Una civi-
se ambici6n, talento y energía. Stefan Zweig escribi6: «Berlín se lización que había cometido tales atrocidades no merecía la conci-
transformó en la Babel del mundo. Bares, parques de diversi6n y liaci6n del arte: el arte había perdido su credibilidad y el público
pubs crecieron como hongos, fue el cuartel general del cabaret po- fue sorprendido con objeros agresivamente absurdos, sin significa-
lítico, la sede del cine ligero y de las operetas sentimentales. Se le do. Dadaísras y surrealistas desearon infiltrar un mundo desquicia-
denominaba ciudad arrogante, snob, mal educada, ordinaria, y sin do, con el fin de destruir todos sus modelos existentes, toda su ver-
embargo era el centro de las fantasías y la meta de los deseos de ro- dad acumulada.
das. La poesía y la novela estaban cargadas de ironía y de un sim- Un aspecro central de este vanguardismo fue su protesta hacia
bolismo implacable. La sátira política se metía con la vida heroica el arte concebido como producro lujoso y superfluo. El antiarre
de la burguesía una vida a su parecer de gran vulgaridad, de impa- siempre supuso una actitud negativa hacia la sociedad burguesa, la
rabie escalada de promoción social» (Gay, 1978: 172-176). insarisfacción con los valores del mercado y la permanente lucha
Los pintores llevaron al extremo lo que habían sido los descu- contra el conformismo.
brimienros del período prebélico; los colores fuertes, simples yagre- Los exprcsionistas, por ejemplo, no fueron un movimiento uni-
sivos, el primitivismo consciente en la representación de los sujetos, tario, sino un grupo cimentado en alianzas imprecisas, rebeldes
la línea sensual, la disrorsi6n cruel de la figura humana. Los dibujos con una causa, pero sin definiciones claras ni propósitos concretos.
de Grosz ponen en evidencia a toda la sociedad alemana y son una En diciembre de 1918 proclamaron: «El futuro del arte, y la gra-
crítica ácida contra los industriales gordos y los pequeños burgueses vedad de la hora presente nos fuerza a rodas los revolucionarios del
mezquinos. Las pinturas de Otro Dix son retratos brutales de me- espíritu a unirnos en estrecha colaboración» (Gay, 1978: 145). Pero
diocres y prostitutas victimas de la guerra y de la exploraci6n capi- el expresionismo es inseparable de toda una generaci6n surgida en
ralísra. Los dramaturgos tuvieron todavía un mayor impacro por su el decenio de la Primera Guerra Mundial, así como otros «ismos»
hostilidad a las reglas, al público y a la misma claridad de los hechos. como el fururismo y el dadaísmo, y debe considerarse la aportaci6n
Produjeron piezas teatrales excéntricas tanto por el contenido de la alemana al proceso de renovaci6n intelectual de una Europa defi-
trama como por su puesta en escena, los diálogos y los personajes. nitivamente abocada a la desintegraci6n de los valores del antiguo
Las escenas apenas se sugerían, la iluminaci6n dejaba mucho espa- orden burgués.

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA BURGUESA

Los protagonistas de todo este movimiento cultural se propu- mismo modo que la Ilustración en el siglo XVIII supuso una crisis
sieron la exigencia de una profunda renovación de! hombre mo- de la civilización occidental, en e! siglo xx, Dadá anuncia e! fin de'
derno y advirtieron sobre la amenaza «civilizadora» de las máqui- una época y de una manera de ser y abre la vía a todo un conjunto
nas, la estupidez de los poderosos y e! filisreismo de la burguesía. de saberes, confusamenre formulados, que forman e! germen de
«Una visión del mundo se acerca a su fin: debemos buscar una so- nuevas culturas. Era impensable que desde principios de siglo, se
lución radical a nuestros problemas», hubieran transformado radicalmente la física, las matemáticas, la
Desrruidas las reglas sobre las que e! arre se había fundamenra- psicología y todas las ciencias humanas sin que e! espíritu humano
do, se trata de mirar el mundo con ojos nuevos y poner en tela de sufriera las consecuencias. Dadá, por tanto, no puede entenderse
juicio roda lo que e! arre había significado hasra ese momento. El simplemente como una reacción contra la guerra, aunque el horror
movimiento más representativo de toda esta corriente es el dadaís- que les provocaba fuera un senrimiento común a todos los dadaís-
mo, que lleva la proresraconrra los falsos mitos de la razón hasta taso Dadá es testimonio de un rechazo, de una imposibilidad para
sus últimas consecuencias. De Miche!i lo ha resumido con estas.pa- espíritus privilegiados de mantenerse dentro de ciertos valores, de
labras: ciertos marcos en los que nacieron. La civilización entera se en-
cuentra corrompida por las palabras y por los valores de los que son
El expresionismo todavia creia en el arte: el dadaismo rechaza hasta esta portadoras. La verdad, e! bien, la belleza aparecen ahora como ído-
noción. Es decir, su negación actúa no sólo contra la sociedad, que tam- los frágiles que han demostrado su inanidad durante la guerra
bién es blanco del expresionismo, sino contra todo lo que de alguna cuando los hombres podían seguir postrándose anre ellos sin dejar
manera se relaciona con las tradiciones y las costumbres de esa socie- de matarse. Los hermosos vocablos, las palabras con mayúscula, no
dad. Y precisamente el arte, considérese como se quiera, es siempre un
bastaban para esconder los pequeños «trapicheos en beneficio pro-
producto de esa sociedad que hay que negar in toto (Picó, 1988: 30).
pio». El edificio de la civilización burguesa olía ya todo él a podre-
dumbre (Behar y Carrasou, 1996: 11-29)
Uno de sus represenrantes más significativos, Tzara, dio la explica- Pero a los fundadores de! dadaísmo, e! surrealismo y e! teatro
ción sociológica a las contradicciones culturales que habían con-
épico no se les escapaba que los escándalos que suscitaban sólo en-
ducido a la Primera Guerra Mundial:
conrraban eco dentro de! recinro amurallado de la cultura burgue-
sa y que la sinresis de arre y vida a la que aspiraban quedaba total-
Estábamos resueltamente en contra de la guerra sin por ello caer en las
menre irrealizada. La burguesía y las fuerzas conservadoras fueron
fáciles trampas del pacifismo utópico. Sabiamos que no se podía su-
primir la guerra si no era extirpándole las raices. La impaciencia por las que pocos años más tarde reaccionaron contra esta revolución
vivir era grande, el asco se aplicaba a rodas las formas de la civilización cultural de los años veinte provocando e! ascenso de las dictaduras
dicha moderna, a su mismo fundamento, a la lógica, al lenguaje, y la fascistas.
revuelta tomaba formas en las que 10 grotesco y lo absurdo primaban
sobre los valores estéticos (Behar y Carrasou, 1996: 11-12).

Según él, Dadá sería la respuesta carnavalesca. de una juventud ávi-


da por vivir, al absurdo existente. Llevando e! análisis más lejos, se
podrían ver las premisas de una crisis de conciencia europea. De!

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CApíTULO 3

CAPITALISMO Y CULTURA

1. Capitalismo. cultura y modernidad en Max Weber

Hemos visto que a lo largo de los siglos XVIll y, XIX se va configu-


rando un universo simbólico y de valores estrechamente vinculado
a las formas de vida y las aspiraciones de la burguesía naciente. Las
formas organizativas del Estado. las normas de comportamiento
entre los diversos grupos sociales y los productos de la creación ar-
tística serán el resultado de nuevas formas de pensamiento en con-
sonancia con los postulados emancipadores de la Revolución fran-
cesa.:La cultura adquiere también un carácter emancipador tanto
de los condicionamientos religiosos que fundamentaban la antigua
estructura social como de las creencias metafísicas sobre el origen y
el desarrollo del universo, dando pie a la secularización del pensa-
miento y al desarrollo de la ciencia. Peto todo este edificio entra en
crisis a finales del siglo XIX y comienzos del xx.
Con el avance de la sociedad industrial no solamente la litera-
tura romántica o realista, las artes plásticas o el teatro épico sino
también el pensamiento comienza a cuestionar de manera más o
menos radical las nuevas formas del desarrollo social y su expresión
cultural e ideológica. Marx dará un protagonismo absoluto a las
nuevas condiciones económicas y a las relaciones sociales de pro-

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

ducción, que son los pilares de la estructura económica y de la for- Schroeder (1992) ha escrito recientemente que a lo largo de su
mación cultural en la que la explotación y la lucha de clases serán obra Weber pone de manifiesto el papel que las creencias han ju-
el eje sobre el que se moverá el futuro cambio social.l lrnpresiona- gado en la vida social y, sin la intención de traslucir una filosofía de
do por las condiciones sociales en las que vive la clase obrera en In- la historia, distingue tres fases evolutivas en su configuración: la
glaterra, Marx atribuirá una j1nportancia relevante a la cultura a magia, la religión y la ciencia. En cada uno de estos tres estadios las
través de sus representaciones ideológicas, es decir como conjunto creencias han jugado un papel diferente en la vida social.
de-ideas que derivadas de la estructura económica predominan y Lo que diferencia la magia de la religión es que en la primera los
gobiernan la sociedad. La cultura a través de su manifestación ide- poderes espirituales extraordinarios que regulan la vida social resi-
ológica es la consecuencia de las relaciones sociales entre personas den dentro de cuerpos tangibles y su impacto en la vida social pro-
y grupos humanos que se plasma en la estructura social y el apara- mueve la estabilidad y refuerza las relaciones sociales existentes do-
to del Estado que se deriva de ella. Ésta crítica de Marx la veremos tándolas de autoridad sagrada.
en el próximo epígrafe. Las religiones del mundo, a diferencia de la magia reorientan la
Será Weber, sin embargo, quien a través de su estudio sobre la vida interna del creyente de acuerdo con otras finalidades munda-
relación entre cultura, economía y sociedad nos dará a entender el nas o transcendentes. Esta reorientación interna puede, a su vez,
significado de nuestra condición humana moderna, yen ese senti- cambiar la conducta externa de la persona. La religión es capaz ade-
do el papel que juegan las ideas en la vida social y su significación más de reformular las relaciones sociales. Toda legitimación de los
cultural. Su tesis más conocida sobre la relación entre las ideas y la poderes o las creencias religiosas debe derivarse, en último término,
vida social sostiene que «no las ideas sino los intereses materiales e de una fuente transcendental. De ahí que las religiones representen
ideales son los que gobiernan directamente la conducta de los in- ideales que en diferentes grados son independientes de la realidad
dividuos. Peto frecuenremente las ideas (la visión del mundo) han social. Es decir, no están completamente mezclados o embebidos
determinado la acción que ha condicionado el interés», Por tanto dentro de la fábrica social. Con estas características el papel que las
se da una relación variable entre ideas e intereses en lf que la cul- teligiones desempeñan en el mundo es completamente diferente al
tura puede algunas veces jugar un papel decisivo, de tal manera que de la magia y van desde el apoyo a la estabilidad social hasta la reo-
la vida social de los seres humanos se transforma a través de la cul- rientación radical del creyente hacia otra finalidad mundana de sal-
tura. Mommsen comentará que para Weber los intereses ideales vación, una reorientación que puede también conducir a impor-
pueden ptovocar cambios sociales de gran magnitud y, más aún, tantes cambios en la conducta económica o política.
bajo determinadas circunstancias actúan revolucionariamente pre- Finalmente el estadio moderno de la ciencia es aquel en el que
cisamente porque no tienen nada en común con las motivaciones este reino trascendente de la religión que todo lo invade de signifi-
económicas (Mommsen, 1981: 181). cado se ve forzado a dar paso al crecimiento del conocimiento cien-
En ese sentido Weber, a diferencia de Marx, cree que las ideas o tífico y la técnica' del cálculo medios-fines. Esta dominación del
la visión del mundo que tienen las personas y los grupos humanos mundo natural descansa sobre el supuesto básico subyacente que
ejercen una influencia sobre la conducta personal que en. cierto gobierna la investigación científica, es decir, que toda realidad es en
sentido es independiente de otras fuerzas sociales, y que las creen- último término cognoscible y calculable.
cias o valores son tan reales en su forma de actuar como las fuerzas La ciencia como la religión trata de ser un sistema de pensa-
materiales (el trabajo y las relaciones sociales que configura). miento omnicomprensivo. Pero a diferencia de la religión se dirige

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA~ _

hacia la explicación del mundo en términos causales más que en A medida que la distancia entre lo divino y lo humano se hizo
términos de significados de arra mundo.•La ciencia desde el pun- insalvable el creyente se vio forzado a emplear un método com-
to de visra de Weber impulsa y promueve la técnica con el fin de pleramente mundano para alcanzar la salvación, y puesto que to-
establecer la forma más eficiente para alcanzar un fin determinado das las manifestaciones y mediaciones tangibles de la religión ha-
a través de la vida intelectual y también para la creación de formas bían sido eliminadas, la ética interna del creyente podía
más eficientes de administración y organización en las esferas de la manifestarse solamente en los éxitos seculares a través del control
política y la economía.•Además a nivel individual, la conducta de sí mismo a fin de que toda su vida se dirigiera sistemáticamen-
orientada por su referencia a valores transcendentales se ve despla- te a la gloria de Dios. El único medio para vivir grato a Dios era
zada en el mundo moderno y los individuos tienden a estar domi- el cumplimiento de los deberes mundanos, .de tal manera que el
nados cada vez más por las necesidades inmediaras de cada día. hombre rrabaja para esrablecer el reino de Dios en la tierra; así la
La cultura para Weber -según este mismo autor- contiene ética calvinista ensalzaba el trabajo racional y sistemático en una
dos elementos fundamentales que lideran el desarrollo de la socie- profesión úril para la sociedad que pudiera interpretarse como
dad moderna: la creencia religiosa protestante que se rransforma en aceptable para Dios. La conducra recta y ordenada es un signo le-
una ética económica, y la razón científica instrumental que sólo gítimo de gracia, y el éxito en una profesión mundana -siempre
mira la lógica medios-fines. Ambas conducen a la secularización de que seaAegítimo- puede ser considerado también como signo de
los valores en un mundo no unitario y, en último término, a la con- gracia. Este ideario justificaba al hombre de éxito, dándole buena
tradicción cultural. conciencia acerca de sus ganancias, y a medida que decayó el in-
La ética protestante, a diferencia de la mayor parte de las reli- terés por la salvación el ascetismo mundano se confundió con el
giones que imperan en el mundo occidental desarrollado, cree espíritu del capitalismo..Para estos grupos religiosos la ganancia,
que la «salvación>' depende del poder inescrutable de un Dios en la medida en que era un signo de gracia, constituyó un fin en
completamente rrascendente. Esta visión del mundo encuentra sí mismo y no un medio para gozar de la vida. Por eso la cultura
su máxima expresión en la idea calvinista de la predestinación, del capiralismo no nació de los que se abandonaban sin freno a la
para la que el único criterio por el cual se puede estar seguro de sed de oro. Contra esto luchó el auténtico capitalismo que conce-
ganar la salvación descansa en el designio impenetrable de un bía el trabajo como una vocación, un fin en sí mismo. La conse-
Dios todopoderoso pero ajeno al mundo. A nivel personal esto cuencia de este ideario fue que las energías religiosas de los grupos
significa que la conciencia del individuo es la única fuente para protestantes del centro de Europa tomaron una dirección activa y
valorar ante Dios el mérito religioso. De esta manera el individuo ascética más que pasiva y mísrica como había defendido el ideal
se encuentra sin elementos mediadores (sacerdotes, sacramen- católico con su rechazo de lo remporal.
tos...) entre lo divino y lo humano y afronta solo la distancia in- Estas ideas influyeron mucho en el asentamiento y expansión
salvable entre el esfuerzo por salvarse en este mundo, por una de la culrura del capitalismo tanto en el campo de los valores como
parre, y el poder inalterable de Dios por arra. Mientras Lutero to- en el de las normas y formas de organización económica y política
davía vinculaba el significado religioso a la piedad subjeriva, el y
de las instituciones sociales los grupos humanos de Occidente.
creyente protestante después de Calvino solamente podía esfor- Muchos empresarios del capitalismo centroeuropeo, con la pérdi-
zarse para alcanzar la salvación a través del dominio de sí mismo da de todos los vínculos religiosos externos, vieron que el éxito en
y del mundo. su «vocación» podía ser adoptado como una finalidad puramente

82 83
CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

secular. A ello contribuyó también la expansión de idearios como, La religión y los sistemas de creencias construían el mundo
por ejemplo, el de Benjamin Franklin, o filosofías con máximas so- como una totalidad significativa. Ahora bien, puesto que la ciencia
bre las cualidades morales del gobierno de la familia, el ahorro, el trata al mundo como un mecanismo causal en el que todas sus par-
aprovechamienro del tiempo y la formalidad comercial, o libros so- tes están abiertas a la investigación empírica, el mundo como tota-
bre la racionalización de la economía y el cálculo comercial. Som- lidad significativa y coherente desaparece, los valores tradicionales
barr nos ha dejado un libro (El burgués, 1972), sobre los distintos se relativizan y la cultura de la razón conduce paulatinamente a un
componentes que integran el espíritu capitalista a través de su for- proceso de «desencantamiento» estimulado por la lógica interna de
mación: el espíritu de empresa y el espíritu burgués. El espíritu de la ciencia.
empresa es una síntesis de codicia, espíritu aventurero, afán descu- En el Primer Encuentro de la Sociedad Alemana de Sociología
bridor y algún que otro ingrediente más; el espíritu burgués se Weber retomó precisamente esta cuestión y, respondiendo al dis-
compone de prudencia reflexiva, circunspección calculadora, pon- curso de Sombart sobre «tecnología y cultura», subrayó que el mun-
deración racional y espíritu de orden y de economía. do del presente está gobernado por un desarrollo «técnico» que va
Pero tal como sugiere Weber el calvinismo y otras formas de de la mano del desarrollo capitalista, insistiendo así en la idea de que
protestantismo no se vincularon a ninguna clase social en particu- la técnica es el elemento que lidera nuestro desarrollo cultural.
lar; no obstante los seguidores más genuinos del puritanismo se en- En ese marco de referencia ¿cuál es el significado cultural del ra-
contraban entre aquellas clases que estaban en proceso de ascenso cionalismo occidental moderno? La ciencia y la razón han condu-
o que ascendían desde los estratos más bajos. El credo protestante cido a un proceso de secularización de los valores que suplen el va-
fue único en el sentido de que atrajo la atención de un amplio es- cío de la esfera religiosa y contribuyen de manera destructiva a la
trato de la sociedad, sobre todo de la burguesía emergente. visión omnicomprensiva del mundo moderno. Las diversas esferas
El otro aspecto fundamental de la cultura es la ciencia que do- de la vida contienen en adelante visiones irreconciliables del mun-
mina la vida moderna con la exigencia de representar la única for- do, y la visión científica de éste no puede abrazar completamente
ma posible de una visión razonada del mundo. Weber piensa que las otras esferas de la vida. Por tanto el destino de la cultura mo-
en el mundo moderno la ciencia conduce y domina el cambio cul- derna provocado por la ciencia es la presencia de un conflicto irre-
tural y, poco a poco, ha ido separándose de otras esferas de la vida, ductible entre visiones del mundo que compiten en la vida social.
en particular de la esfera religiosa. En ese sentido el avance del co- Es decir que en el estadio de la magia hay poca diferenciación
nocimiento científico ha sido acompañado por el avance del racio- entre la esfera de las creencias y las esferas de la vida política y eco-
nalismo que ha invadido progresivamente otras esferas de la vida nómica. En el de la religión la creciente diferenciación entre las di-
social. Un caso específico son las relaciones económicas que están ferentes esferas de la vida significa que -los sistemas de creencias
cada vez más sujetas a la valoración científica de la eficiencia, es de- pueden jugar un papel cada vez más autónomo o bien impulsando
cir de laadecuación entre medios y fines, que ha impulsado defi- alcreyente a rechazar las esferas mundanas de la vida (políticas y
nitivamente el individualismo económico y la competitividad por económicas) con el fin de alcanzar la salvación, como es el caso del
las recompensas humanas. La ciencia ha contribuido a este desa- misticismo, o impulsándole a un compromiso activo con las acti-
rrollo en la medida en que los imperarivos érico-religiosos han sido vidades mundanas de la vida como en el caso del puritanismo cal-
gesplazados cada vez más por la exigencia de una valoración obje- vinista. Finalmente en elmundo moderno, donde impera la razón
tiva de la relación entre esfuerzo y recompensa. instrumental y la ciencia, las demandas de las distintas esferas de la

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

vida se han hecho irreconciliables y se han traducido en visiones 2. La critica a la cultura de la sociedad capitalista
conflictivas del mundo.
Por tanto, para Weber, el papel de las ideas es fundamental en Otros teóricos que desarrollaron una crítica de la civilización bur-
la configuración cultural de la sociedad y como elementos de cam- guesa también pusieron en evidencia la distancia que mediaba en-
bio de la misma. Su discurso explicativo no tiene como eje la es- tre las seducciones de la cultura prometida y los resultados obteni-
tructura social sino que se centra en la importancia, orientación y dos. La disparidad entre realidad y posibilidades en el desarrollo de
significado de las distintas visiones (como conjunto de ideas y va- este proceso cultural les llevó a criticar ásperamente los abusos y
lores) que tienen los individuos y los grupos sociales y las implica- contradicciones que se habían de eliminar para llegar a una mayor
ciones que estas ideas tienen en las formas de vida y en la conduc- coherencia y cumplimiento de los postulados culturales modernos.
ta de las sociedades. En su tarea para luchar contra las constricciones normativas de
De ahí que su estudio sobre el capitalismo moderno se integre nuestra civilización aspiraban a un marco cultural más equilibrado
en toda su obra como un trabajo fundamental dentro del análisis y justo en defensa de la propia realización humana del individuo.
del significado universal de los "fenómenos culturales » que se in- La critica a la cultura burguesa que se formó y consolidó a lo lar-
cluyen en la idea de un "racionalismo específico y particular de la go de los siglos XVIII y XIX tuvo distintos canales de expresión que se
cultura occidental ». Por eso a diferencia de otros clásicos del pen- plasmaron tanto en el mundo literario, con el romanticismo y el
samiento social, (Marx, Durkheim) interesados por las creencias y realismo, en el plástico a través de artistas como Delacroix y estilos'
los sistemas de valores como consecuencia del juego de las fuerzas corno el impresionista, o en el campo del pensamiento. Desde este
sociales, Weber se interesa sobre todo por sus orígenes y el papel último las posturas liberales de Constant y Guizot o el idealismo de
que juegan en el cambio social. Hegel, que basaban la cultura en la defensa de la tradición y la cos-
Por tanto para Weber la diferencia básica entre la sociedad tra- tumbre como expresión de la evolución del espíritu de los pueblos,
dicional y la moderna (el capitalismo industrial) es que en la cul- fue contestada, entre otros, por el pensamiento radical de la econo-
tura de estaúltima prevalece la acción social racional orientada ha- mía política de Marx, el psicoanálisis de Freud o incluso la sociolo-
cia la consecución de unos objetivos, como forma dominante de la gía formal de Simmel.
conducta de los hombres y de la formación de los grupos huma- La cultura, tanto en sus aspectos simbólicos -la religión, las
nos; es decir, que todo lo impregna una racionalidadformal que se ideologías y creencias, sus manifestaciones normativas, legales y ju-
fija en la eficacia de los medios como su máximo objetivo más que rídicas que tenían la pretensión de regular la vida de los seres hu-
en el valor de susfines. La expansión paulatina de este fenómeno manos con justicia y equidad, como en su producción material, de
tanto en la vida privada como en la pública es un signo evidente bienes u objetos instrumentales, que pretendían poner la naturale-
del proceso de deshumanización de la sociedad occidental y marca za al servicio de la humanidad-, en lugar de transformarse en un
definitivamente las contradicciones humanas y sociales de la cul- ámbito de libertad, se transformó en un ámbito de dominio. Elor-
tura occidental. den conservador a través del Estado nacional burgués, la represión
sexual y religiosa, la explotación material para la consolidación de
la desigualdad y las clases sociales, y la alienación como expresión
del divorcio -escisión entre el progreso material y espiritual de la
humanidad- marcan el fracaso de la cultura.

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

El final del siglo XIX y comienzos del XX asistirá al nacimiento laciones sociales de producción: la cultura ha permanecido así
de la filosofía negativa (Nierzsche) y al protagonismo de lo irracio- como si fuera un campo independiente y autónomo de la actividad
nal en el desarrollo histórico de la cultura. Junto al esplendor de la material humana, explicable solamente en términos de sus propias
evolución científica y técnica, y el auge de ciudades como París o normas y conceptos. De esta manera el vínculo que existe entre
Viena, la sensación de pesimismo en la novela de Musil, el irracio- cultura y composición de las clases sociales, estructura social e
nalismo de Kafka y el sinsentido del Dadá marcarán el final de una ideología ha sido ocultado, y, desde ese punto de vista, la cultura es
época, y el primer fracaso de una corriente cultural calificada como analizada exclusivamente según categorías idealistas y ahistóricas.
la modernidad. De ahí que para situar la cultura como producción material y
espiritual de la humanidad en su lugar apropiado haya que vincu-
larla a la estructura económica y social que predomina en cada mo-
2.1 Karl Marx y la crítica de la economía política mento histórico, porque, tal como dice en el Prefacio, «la totalidad
de las relaciones de producción constituye la estructura económica
Marx a lo largo de sus escritos no nos ha legado un tratamiento di- de la sociedad, su fundamento real, sobre el cual se levanta la su-
recto o específico de la cultura sino que, preocupado como siem- perestructura legal y política a la cual corresponden formas defini-
pre estuvo por las causas y consecuencias de la formación de la so- tivas de conciencia social. Por tanto, el modo de producción de la
ciedad capitalista y del proceso de industrialización, sitúa la cultura vida material condidon~ el proceso general de la vida social, polí-
y todos los fenómenos culturales como productos lógicos que se tica e intelectual». De esta manera cada período de la historia se
derivan del proceso productivo general, que es lo que constituye el constituye alrededor de un «modo particular de producción», es
eje sobre el que gira la nueva sociedad. decir de una forma distinta de organización social (esclavitud, feu-
La idea fundamental de Marx, que en esto precede a todos los dalismo, capitalismo). Cada uno de estos modos de producción es-
críticos de la cultura, es que ésta tal como ha sido representada, tablece también formas distintas para satisfacer las necesidades de
descrita' o reflexionada por sus antecesores ha sido considerada la vida y con ellas diferentes relaciones entre trabajadores y no tra-
siempre al margen de la estructura económica de la sociedad tal bajadores que a su vez generan instituciones sociales y culturales
como ha ido conformándose con el nacimiento yel desarrollo del también diferentes. Es decir que en todas ellas las firmas mediante
capitalismo moderno y la sociedad de clases. las cuales la sociedad produce sus medios de existencia -su modo
En el Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía Po- particular de producción- determinan las formas culturales y po-
lítica (I859) escribe: «Mis estudios me llevaron a la conclusión de líticas de esa sociedad.
que las relaciones legales (normas que cristalizan valores) así como Por tanto la génesis de la cultura en sus manifestaciones espiri-
las formas de Estado (instituciones políticas que gobiernan la so- tuales y materiales se encuentra en la relación que se da en cada
ciedad) no podían ser entendidas por sí mismas, ni ser explicadas momento histórico entre las «fuerzas productivas» y las «relaciones
por el llamado progreso general de la humanidad, sino que están de producción», entendiendo por fuerzas productivas las herra-
enraizadas en las condiciones materiales de la vida (...] que la ana- mientas que se utilizan en el proceso productivo (la tecnología, la
tomía de la sociedad civil tiene que verse a la luz de la economía mano de obra), mientras que las relaciones de producción hacen
política». Es decir, que no hay una teoría que desvele y denuncie la referencia a las relaciones de clase entre las personas implicadas en
relación que existe entre la cultura, la estructura productiva y las re- ese mismo proceso. De esta manera, la esclavitud producirá rela-

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ciones amo-esclavo. el feudalismo relaciones señor-campesino y el cuencia las ideas de quienes carecen de los medios intelectuales de pro-
capitalismo las transformará en burgués-proletario. ducción están sometidos a dicha clase [...] los individuos que compo-
De estas relaciones que se forjan sobre la base del modo de ptO- nen la clase dominante [...] dominan también como pensadores y pro-
ducción (que algunos llaman infraestructura del sistema productivo) ductores de ideas, y regulan la producción y distribución de las ideas
de su época. Consecuentemente sus ideas son las ideas dominantes de
emanan las instituciones políticas. legales. educativas, culturales. que
su época (Marxy Engels, 1969: 54-55).
representan y gobiernan la sociedad (que en correspondencia se lla-
man superestructura). En este marco interpretativo la cultura para
el marxismo no es un concepto ahistórico o neutral ni existe fuera Este pasaje sugiere claramente que las ideas dominantes de la socie-
de sus determinaciones específicas en una formación social deter- dad capitalista, incluyendo su cultura, son las de la clase dominan-
minada: la cultura se desarrolla en los diversos niveles o estructuras te. Estas ideas son producidas y diseminadas pot la clase domi-
(económica, política. social) que constituyen el conjunto de las re- nante o por sus representantes intelectuales quienes dominan la
laciones y las prácticas sociales. A través de importantes institucio- conciencia y las actividades de aquellas clases que permanecen
nes sociales como son la familia, las organizaciones religiosas, edu- fuera del círculo dominante.
cativas. políticas. sindicales se transmiten valores culturales. normas La clase dominante formula y hace circular ideas que aseguren
y aspiraciones que cristalizan en hábitos inconscientes. en normas y su poder para dominar las mentes de la clase trabajadora, Sin em-
en convenciones que se asientan en la experiencia diaria. bargo, esta clase, como resultado de sus condiciones materiales de
Un concepto idealista. ahistórico y abstracto de la cultura tien- explotación y opresión emprende luchas y conflictos contra la cla-
de a eliminar el origen y la génesis de su análisis mientras que el se dominante utilizando su propio aparato ideológico y sus orga-
materialismo histórico de Marx está en la base de una interpretación nizaciones políticas y sindicales.' De esta manera las clases rivales
teórica diferente en la que se subraya la importancia de las condi- producen ideas también rivales en su lucha por el liderazgo social.
ciones infraesrrucrurales de la producción cultural. Es decir en la Para cada nueva clase es obligado representar sus intereses como el
raíz de las manifestaciones y producciones de la cultura están los interés común de todos los miembros de la sociedad y tienen que
medios materiales que condicionan y determinan su producción y dar a sus ideas forma de universalidad, presentándolas como las
reproducción. únicas que son racionales y universalmente válidas. Esta lucha por
No obstante a pesar de que Marx entendía la cultura como de- el dominio intelectual y cultural, lo mismo que la lucha de clases,
rivada de las relaciones económicas dio un papel muy importante llegará a su fin solamente en la futura sociedad sin clases.
a las ideas y a la formación de las ideologías en la sociedad como En ese sentido la religión, la filosofía, las teorías políticas yeco-
protagonistas del estancamiento. el retroceso o el cambio social. En nómicas son para Marx el reflejo de la desigualdad social. Estas
La ideología alemana lo expresa de esta manera: teorizaciones ocultan la relación entre las formas del pensamiento
y sus condicionamientos histórico-sociales efectivos que dan lugar
Las ideas de la clase dominante son, en todas las épocas, las ideas do- a falsas universalizaciones, cuya función es justificar el orden esta-
minantes: es decir la clase que es la fuerza material dominante en la so- blecido y canalizar las ftusttaciones individuales hacia ideales abs-
ciedad es al mismo tiempo su fuerza intelectual dominante. La clase tractos (el más allá, la justicia) con la finalidad de suavizar las ten-
que posee los medios materiales de producción tiene al mismo tiem- siones conflictivas de la sociedad y mantener la paz y el consenso
po el control sobre los medios de producción intelectual, en conse- (Crespi, 1996: 30).

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CULTURA Y MODERN"ID"AD=- _ CAPITAlISMO Y CULTURA

En este marco de tefetencia Marx alude al fenómeno religioso individuos que no merecían un destino mejor, y vio a los hombres
como una dimensión humana vinculada estrechamente a la estruc- reales del futuro en el único sirio en que podían encontrarse por
tura social. Las creencias religiosas constituyen universos simbólicos entonces... », es decir, entre los héroes republicanos. Balzac aunaba
y explicativos de la vida, de orden precientífico, vinculados al sub- el nivel más elevado de análisis social con el retrato de sus perso-
desarrollo de las fuerzas productivas que caracteriza a las sociedades najes. Marx sentía hacia él una admiración ilimitada. Su drama-
preindustriales. Las transformaciones que experimenta la sociedad turgo preferido fue Shakespeare, por las mismas razones. A dife-
capitalista irán arrinconado poco a poco la fe religiosa que sitúa en rencia de Schiller, la tragedia nunca se centraba en su caso en el
el más allá la felicidad del hombre y sirve de justificación en la vida héroe individual, sino en las contradicciones de la sociedad domi-
terrena a todos los sufrimientos e injusticias de la existencia indivi- nante que se describía en la obra. Así, Marx creía que Shakespeare
dual y colectiva. El hombre proyecta en Dios y el más allá roda lo criticaba el orden feudal que estaba desapareciendo y también a la
que no .puede realizar aquí y esta creencia sirve de cobertura legiti- sociedad capitalista triunfante (Mosse, 1997: 214).
madora al dominio de los poderosos sobre los débiles. La emanci- El realismo era, por tanto. la expresión estética que más se adap-
pación de la humanidad consiste en quitarse esta venda que no le taba a su análisis teórico de la estructura social y a la visión que él
deja ver las posibilidades de su autorealización y contribuye de ma- tenía de la cultura y del papel que ésta desempeñaba o debería de-
nera decisiva a perpetuar una estructura social injusta. sempeñar en la sociedad. Su denuncia contribuiría a acelerar la lu-
Junto a la religión rechaza también todas las teorías o explica- cha por el ideal humano de libertad e igualdad, socavados por una
ciones idealistas de la sociedad que siempre proyectan al hombre cultura burguesa que trataba de imponerse en los países técnica-
fuera de ella y presentan ambas realidades como escindidas. Por eso mente más desarrollados.
en el ámbito de la literatura o del arte vinculó el idealismo con el La cultura burguesa para Marx era. por tanto, una mistificación
romanticismo que se contraponía al realismo que él defendía. El de las relaciones sociales que había que denunciar como ptecondi-
marxismo fue un enemigo acérrimo del romanticismo como mo- ción para la emancipación de las relaciones explotadoras de clase. El
vimiento que se dirigía «hacia el interior» del individuo y del mun- capitalismo había contribuido a la disolución de .las creencias reli-
do. Marx, y más tarde buena parte del marxismo más ortodoxo, fue giosas tradicionales, pero en su lugar había instalado un conjunto de
defensor del realismo, pero no de un realismo descriptivo y mcca- ideas y valores que justificaban su propia legitimación. Aquí radica
nicista al estilo que practicaron algunos de sus representantes fran- la diferencia entre Marx y Weber. Para Weber los cambios en la esfe-
ceses (Zola, erc.), sino de un realismo dialéctico. ra de la cultura y la tradición no etan subproducros del desarrollo au-
La creatividad artística y literaria del realismo marxista debía rónomo del capitalismo sino que por el contrario ciertas transfor-
procurar ante todo reflejar con exactitud el conjunto de relaciones maciones de las ideas y prácticas religiosas fueron las precondiciones
sociales que habían dererminado el pasado y que determinarían el culturales para el nacimiento del capitalismo en Occidente. Y des-
futuro. No se pueden separar el conocimiento de uno mismo y el pués de que el capitalismo industrial se estableciese como forma pre-
conocimiento del mundo; deben ir de la mano. Su auror favorito dominante de la actividad política y social prescindió de las prácticas
fue Honoré de Balzac, porque sabía trazar personajes con vida pro- e ideas religiosas que habían sido necesarias para su nacimiento.' El
pia y al mismo tiempo tenía una conciencia clara de la importan- desarrollo del capitalismo junro a la evolución del Estado burocráti-
cia de la vida social. Según Marx, Balzac «comprendió que era ine- co racionalizó la acción y sometió la conducta humana a la eficien-
vitable que cayeran sus nobles favoritos, y los describió como cia técnica, convirtiéndola en un poder autónomo y deshumaniza-

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dar que sin distinción de clases marca toda la cultura occidental. humanos a costa de la represión de nuestros instintos y nuestros
Pero éste es un discurso que paralos marxistas tratade ocultar la ver- deseos de placer y felicidad?
dadera composición de la estructura económica y social y las posibi- Con esta pregunta Freud pone el acento de su análisis sobre los
lidades de cambio cultural si no se alteran las relaciones de clase.' otígenes de la moralidad (costumbres), la religión y las institucio-
nes sociales y, en general, sobre las causas endógenas del conflicto
cultural que tiene lugar en la psique del hombre. En su intento de
2.2 Sigmund Freudy el malestar en la cultura superar los aspectos exclusivamente exógenos del enfoque marxis-
ta trataba de explicar y comprender las constricciones culturales
El trasfondo cultural de la vida y obra de Freud fue la Viena de fi- que actúan sobre nosotros, y que radican dentro de nosotros mis-
nal del siglo XIX, y el psicoanálisis nació con la caída delliberalis- mos, es decir en nuestra naturaleza humana y en los conflictos que
mo austriaco y la crisis de las estructuras patriarcales y familiares. se generan dentro de ella.
Con ellos entraron en crisis también los roles sociales, profesiona-
les y sexuales, la definición misma de los valores éticos y el Yo bur- Los comunistas -decía Freud- creen haber descubierto el camino
gués en fase avanzada de despersonalización. El pesimismo tespecto hacia la redención del mal. Según ellos el hombre sería bueno de todo
a la posibilidades de cambios políticos, económicos y sociales en corazón [...] pero la institución de la propiedad privada había co-
aquella sociedad comportó el repliegue hacia la cultura y la intro- rrompido su naturaleza. Laposesión privada de bienes concede a unos
versión. El narcisismo, la hipersensibilidad, el interés por la pato-
el poderío, y con ello la tentación de abusar de los otros; los excluidos
de la propiedad deben sublevarse hostilmente contra sus opresores. Si
logía mental, los estados psíquicos «diferentes", los afectos y las se aboliera la propiedad privada [...] desaparecería la hostilidad entre
pulsiones son fenómenos típicos de la Viena fin de siecle y de los los seres humanos. Dado que todas las necesidades quedarían satisfe-
primeros años del siglo xx. La «joven Viena" era dichosa abando- chas nadie tendría motivo para ver en el prójimo a un enemigo [...]
nándose al inconsciente, regodeándose en fantasías de euforia pa- Puedo reconocer como vana ilusión su hipótesis psicológica. Es verdad
rricida e incestuosa y entregándose a un mundo onírico en refina- que al abolir la propiedad privada se sustrae a la agresividad humana
da sinestesia. Con estas palabras describe Dvorak el malestar de la uno de sus instrumentos más fuertes, pero de ningún modo el más
civilización que se sintió profundamente en una sociedad escindi- fuerte de todos que es la renuncia a los instintos que se impone tanto
da, que había perdido el sentido de la cohesión social y donde todo a los opresores como a los oprimidos (Freud, 1970: 54).
patecía falso, desde la Ringstrasse, símbolo de la prosperidad libe-
ral, hasta la doble moral burguesa (Dvorak, 1986: 80-85). El problema del origen de la cultura encuentra en la obra de Freud
En ese ambiente Freud establece las bases del psicoanálisis y se una formulación ambivalente, por una parte en términos históri-
introduce en el subconsciente humano a través del estudio de los co-evolutivos y, por otra, en términos psicológicos. En la base de
sueños, las estructuras libidinales de la infancia, la rebelión de los esta formulación está el postulado del paralelismo entre ontogéne-
hijos contra los padres y el valot o la justificación última de la civi- sis y filogénesis, entte desatrollo psíquico individual y desarrollo
lización humana: porque Freud sostiene la idea de que existe un cultural de la especie: el análisis del nacimiento de la cultura en los
conflicto intrínseco entre la civilización yel placer instintivo, como primeros momentos de la humanidad debe de conducit al descu-
si la primera se hubiese construido sobre una progresiva renuncia a brimiento de aquellas mismas estructuras inconscientes, de aque-
este último. iVale la pena la civilización que hemos consttuido los llos mismos mecanismos de cambio que se encuentran en la raíz de

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la formación de la personalidad. Pero en virtud de esta analogía la en el cuerpo de los hijos, simboliza la interiorización de la autoridad
investigación del origen de la cultura viene a coincidir con la in- paterna; en ambos casos el éxito supone la represión del instinto, es
vestigación de sus bases psíquicas, universalmente presentes en decir la renuncia a las mujeres del grupo o la renuncia a la relación
todo individuo y en cualquier forma de organización social (Rossi, sexual con la madre. El complejo de Edipo se convierte así en el ele-
1983: 123). mento decisivo para explicar el paso de la horda primitiva -que re-
Desde Totem y tabú (1912-1913) el fundador del psicoanálisis presenta todavía un estado de naturaleza- a una organización so-
parece empeñado en el intento de determinar las «concordancias cial en la que el tabú del incesto preside las relaciones entre los
entre la vida psíquica de los primitivos y la de los neuróticos» y por miembros del grupo (Rossi, 1983: 125).
tanto en individuar el mecanismo de represión de los impulsos se- La elección de objeto, según Freud, queda restringida en el in-
xuales en el cual debe reconocerse la condición del nacimiento de la dividuo sexualmente maduro al sexo contrario, y la mayor parte de
cultura humana. Según Freud, en el origen de la cultura se encuen- las satisfacciones extragenitales son prohibidas como perversiones.
tra una situación traumática correspondiente a la que genera la neu- La imposición de una vida sexual idéntica para todos, implícita en
rosis. En ese origen, el padre era el jefe de la horda y el amo absolu- estas prohibiciones, pasa por alto las discrepancias que presenta la
to al que pertenecían todas las mujeres impidiendo su acceso a los constitución sexual innata o adquirida de los seres humanos, pri-
otros miembros del grupo. Un día los hijos se rebelaron contra el vando a muchos de ellos de todo goce sexual y convirtiéndose así
padre y lo mataron. Pero, una vez satisfecha su hostilidad COntra el en fuente de una grave injusticia. La cultura actual nos da clara-
padre, surgió el amor bajo la forma de sentimiento de culpa y el pro- mente a entender que sólo está dispuesta a tolerar las relaciones se-
blema ineludible del mantenimiento del grupo bajo un principio xuales basadas en la unión única e indisoluble entre un hombre y
regulador de la conducta sexual. Este doble problema lleva a los her- una mujer, sin admitir la sexualidad como fuente de placer en sí,
manos a pactar entre sí, una manera original con la cual Freud va- aceptándola tan sólo como un instrumento de reproducción hu-
ría y recrea la doctrina del «pacto social»y del paso del Estado de na- mana que hasta ahora no ha podido ser sustituido (Freud, 1970:
turaleza de los seres humanos al de la cultura. Es la caída original y 47-48).
la culpa consiguiente la que unida a la necesidad urgente de mante- Freud ha generalizado estas conclusiones en su teoría del desa-
ner el orden y la cohesión social. lleva a los hermanos al pacto, no rrollo cultural fundada sobre la contraposición entre el principio
sea que un miembro de la horda vuelva a destacarse y reproduzca del placer y el principio de la realidad. La cultura es posible en vir-
allí el despotismo propio del «estado natural». Así pues, la ley del pa- tud de la represión del instinto, de la limitación y de la sublima-
dre se establece con su muerte y se consuma en la formulación de ción del placer, de la subordinación del principio del placer al prin-
una prohibición universal terminante, la del incesto. Por tanto, una cipio de la realidad. La satisfacción no regulada de los impulsos
decisión consensuada alrededor de esta prohibición fundamenta el sexuales es el obstáculo al progreso de la cultura, más aún la hace
orden social humano, en el cual el impulso erótico, orientado pri- imposible; la represión es el precio inevitable de la cultura (Rossi,
mariamente hacia el objero primero del deseo, la madre, es desvia- 1983: 125).
do socialmente hacia unos sustitutos que siempre hay que buscar De esta manera la vida sexual del hombre civilizado ha sufrido
fuera del grupo familiar: principio de exogamia que presctibe en po- un grave prejuicio y su función se halla en pleno proceso involuri-
sitivo aquello que el tabú del incesto enuncia en forma de prohibi- va. Pero no sólo el impulso sexual sino también la agresividad hu-
ción. El alimento totémico, con la supervivencia del padre muerto mana se ve neutralizada por la cultura.

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Si desde el punto de vista social son las instituciones (la familia agresión de la autoridad exterior -pues a esto se reduce el miedo
monógama) las que limitan la libertad sexual de los seres humanos, a perder el amor, ya que el amor protege conrra la agresión primi-
desde el punro de vista personal es el super-ego el que se erige como tiva; luego se instaura la autoridad interior, con la consiguiente re-
custodio psicomotor de las tradiciones socioculturales en cuanto con- nuncia de los instintos por miedo aésta; es decir, por el miedo a la
rrapone la dependencia social del individuo a su tendencia a la reali- conciencia moral.
zación aislada del propio yo. ¿Qué le sucede al individuo -se pre- De esta manera la renuncia al instinto se convierte poco a poco
gunta Freud- para que sus deseos agresivos se rornen inocuos? Que en conciencia moral. Toda nueva renuncia a la satisfacción au-
la agresión es interiorizada y dirigida contra el propio ego incorpo- menta su severidad y su intolerancia. La renuncia a los instintos
rándose a una parre de éste, el que en calidad de super-ego asume la que nos ha sido impuesta desde fuera crea la conciencia moral, que
función de conciencia moral. La tensión creada entre el severo super- a su vez exige nuevas renuncias de aquéllos. No conviene olvidar
ego (formado a través de la educación en reglas y costumbres mo- que en todo este proceso la educación ejerce una influencia pode-
rales) y el ego subordinado al mismo, la calificamos como senti- rosa sobre la génesis del super-ego infantil.
mientos de culpabilidad que se manifiesran bajo la forma de Como dice Wollheim (1973) el vehículo principal mediante el
necesidad de castigo. De esra manera la cultura domina la peligro- cual se transmiten las exigencias de la civilización es, desde luego,
sa inclinación agresiva del individuo debilitándolo y vigilándolo la moralidad, y la moralidad, como hemos visto, es en gran parre
medianre una insrancia alojada en su interior (Freud, 1970: 65). un proceso interiorizado. La moralidad se ha inreriorizado junto
El super-ego esrá desrinado a vigilar los acros y las inrenciones del con el super-ego y conrribuye generosamente a las reglas y normas
ego, juzgándolos y ejerciendo una acrividad censora. El sentimiento mediante las cuales la represión se esfuerza por conformar los ins-
de culpabilidad -la severidad del super-eg(}- equivale al rigor de la tintos del individuo.
conciencia, según Freud; es la percepción que tiene el ego de esa vi- La moralidad sexual contemporánea descansa, por tanto, sobre
gilancia que se le impone, es su apreciación de las tensiones entre sus una combinación de represión y frustración. Por eso a través de su
propias rendencias y las exigencias del super-ego. La angusria subya- experiencia psicoanalítica Freud demostraba que las personas neu-
cente a todas estas relaciones, el miedo a esta instancia crítica, o sea róricas son las que menos soporran las frustraciones de la vida se-
la necesidad de castigo, es una manifestación instintiva del ego que se xual porque no logran soporrar el grado de frustración que les im-
ha ramada masoquisra bajo la influencia del super-ego sádico pone la sociedad en aras de sus ideales de cultura. Sólo será posible
(Freud, 1970: 77). La consecuencia más grave de esra lógica es la de- reconquistar la felicidad si eliminamos o arenuamos el grado de las
terminación del conflicto inherente a la cultura «de la eterna lucha exigencias culturales.
entre el Eros y el Tánaros, el impulso de destrucción o de muerte», Al siruar el desarrollo de la culrura en función de las restriccio-
El motivo que tiene el hombre para subordinarse a esra .in- nes y la represión que han sufrido los impulsos instinrivos y sexua-
fluencia es su dependencia de los demás, el «miedo a la pérdida del les de los seres humanos a lo largo de la historia, Freud situaba el
amor». Cuando el hombre pierde el amor del prójimo, pierde con fracaso de la civilización sobre bases más universales.
ello su protección frenre a muchos peligros y se expone al riesgo de Ahora bien, la culrura es también para Freud en términos histó-
que le demuestren su superioridad en forma de castigo. La secuen- rico-evolutivos la suma de los objetos, bienes e instituciones que dis-
cia cronológica de este proceso -según Freud- sería la siguiente: tancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sir-
ante todo se produce una renuncia de los instintos por temor a la ven a dos fines: proreger a los seres humanos contra la naruraleza y

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regular las relaciones de los hombres enrre sí. Es decir las relaciones En este aspecto del dominio sobre la naturaleza para ponerla a
sociales que conciernen al individuo en tanto que vecino, colabora- su servicio Freud describe y analiza la hisroria que conduce a la hu-
dor u objero sexual de otro, en ranro que miembro de una familia o manidad desde sus inicios culturales hasta la civilización burguesa,
de un Esrado. como un proceso de autodisciplina individual y colectiva. El con-
A lo largo de roda su obra Freud observa que la culrura y la so- flicto cultural se desarrolla para él en dos planos: el social yel indi-
ciedad humana están ya vinculadas en su fase histórica embrional. vidual. Desde el punro de visra sociológico la culrura no ha manre-
Morivadas por el deseo de dominio sobre la naruraleza, las accio- nido de manera adecuada su promesa de asegurar a todos los
nes culturales entre las que se encuentran el uso de instrumentos, miembros de la sociedad una liberación por igual de rodas las cons-
el control del fuego, la construcción de casas, etc., se orientan ha- rricciones naturales. El poder de la naturaleza ha sido sustiruido por
cia la ampliación y el perfeccionamiento de los órganos humanos. la auroridad cimenrada en la jerarquía social. Por eso está justifica-
Las faculrades del hombre orgánicamenre limitadas, inferiores a su do el malestar social de los miembros culturalmenre desfavorecidos
voluntad y a sus deseos, tratan de compensar sus carencias innatas de las clases no privilegiadas frente a la cultura en general. En efec-
con medios auxiliares producidos culruralmenre. to si una cultura no ha permitido la superación de una condición en
Esta definición comprende, por una parre, roda el saber y el po- la que la satisfacción de un número de participantes tenga como
der que los seres humanos han acumulado para dominar las fuer- presupuesro la opresión de otro grupo, es comprensible que los
zas de la naturaleza y producir los bienes necesarios para la satis- oprimidos desarrollen una profunda hostilidad hacia esa cultura
facción de las necesidades humanas y, por arra, incluye rodas las que es posible gracias a su esfuerzo y rrabajo (Thurn, 1979: 53-54).
insriruciones que regulan las relaciones de los hombres enrre sí y, En ese senrido el desarrollo cultural impone requisiros y restric-
en especial, la disrribución de los bienes disponibles. Esras dos ren- ciones. Su carácter esencial-según Freud- reside en que los miem-
dencias de la culrura no son independienres una de la arra. bros de la comunidad restringen sus posibilidades de satisfacción,
mientras que el individuo aislado no conocía semejantes restricciones.
Respecto de su lucha contra la naturaleza, dice Freud, aceptamos Así pues, el primer requisito cultural es el de la justicia, o sea la segu-
como culturales todas las actividades y los bienes útiles para el hom- ridad de que el orden jurídico, una vez establecido, ya no será viola-
bre: a poner la tierra a su servicio, a protegerlo contra la fuerza de los do a favor de un individuo. El resultado final ha de ser el estableci-
elementos. Este aspecto de la cultura no da lugar a dudas. Las máqui-
mienro de un derecho al que rodas hayan conrribuido con el sacrificio
nas le suministran gigantescas fuerzas, que puede dirigir en cualquier
de sus insrinros. A la libertad individual el desarrollo cultural le im-
dirección; gracias al navío y al avión ni el agua ni el aire consiguen li-
mitar sus movimientos, con la lente corrige su cristalino, el telescopio,
pone restricciones y la justicia exige que nadie escape a ellas.
la cámara fotográfica [...] El hombre ha llegado a ser un dios con pró- El mismo anhelo de libertad se dirige conrra determinadas for-
tesis [...] y tiempos futuros traerán nuevos e inconcebibles progresos mas y exigencias de la cultura, o bien contra ésta en general, por
en este terreno de la cultura. El hombre se enorgullece con razón de eso buena parte de las luchas en el seno de la humanidad giran al-
tales conquistas pero comienza a sospechar que el dominio adquirido rededor del fin único de hallar un equilibrio adecuado (que dé fe-
sobre el espacio y el tiempo, esta sujeción de las fuerzas naturales, no licidad a rodas) entre estas reivindicaciones individuales y las co-
han elevado la satisfacción placentera que el hombre exige de la vida, lectivas, culturales; uno de los problemas del destino humano es el
ni le ha hecho más feliz. (Freud, 1970: 31 y 35). de saber si esre equilibrio puede ser alcanzado en determinada cul-
tura o si el conflicro en sí es irreconciliable (Freud, 1970: 40).

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITAlISMO Y CULTURA

Este dilema se pone de manifiesto potque la evolución del in- hacia las que se desvía la represión de la sexualidad espontánea se
dividuo sustenta como fin ptincipal el ptOgtama del principio del sitúa en primet lugar el trabajo (Thurn, 54).
placet, es decir la prosecución de la felicidad, mientras que la in- En sus reflexiones sobre la cultura Freud analiza el difícil y ten-
clusión en una comunidad humana, o la adaptación a la misma, so equilibrio que se establece entre la producción cultural y las sa-
aparece como un requisito casi ineludible que ha de ser cumpli- tisfacciones que ésta conlleva, y las restricciones que se imponen al
do para alcanzar el objetivo de la felicidad. En otros términos la individuo por el hecho de vivir en sociedad. Estas limitaciones y re-
evolución individual se nos presenta como el producto de la in- nuncias que cada sujeto padece dentro del marco social en el que
terrelación entre dos tendencias: la aspiración a la felicidad, que vive son una fuente de malestar y de rechazo a la cultura. Por eso
solemos calificar de «egoísta», yel anhelo de fundirse con los de- elude el prejuicio entusiasta según el cual nuestra cultura es lo más
más en una comunidad, que llamamos «altruista». Tal como fa- precioso que podríamos poseer o adquirir, y su camino debería lle-
talmente deben combatirse en cada individuo las dos tendencias varnos indefectiblemente a la cumbre de una insospechada perfec-
antagónicas -la de felicidad individual y la de unión humana- ción (Freud, 1970: 87).
así también han de enfrentarse pot fuerza, disputándose el terre- Al contrario para Freud el hombre no puede mostrar su simpa-
no ambos ptOcesos evolutivos: el del individuo y el de la cultura tía por una cultura que le abre muchas puertas pero al mismo tiem-
(Freud, 82-83). po le cierra otras. Los altos costes psíquicos que le causa lo mantie-
La realidad contradictoria que rodea a los seres humanos, la na- nen en un conflicto continuo de sentimientos que se mueven entre
tural y la cultural lo someten a una dialéctica de libertad y necesi- la simpatía y la aversión, que él llama «el malestar de la cultura».
dad (obligación moral) cuyas proyecciones psíquicas entran en
conflicto dentro del mismo hombre tratando de tener el predomi-
nio de una sobre la otra como principio de placer y principio de re- 2.3 George Simmel y la tragedia de la cultura
alidad. De esta manera a través de la teoría freudiana de los impul-
sos encontramos el antagonismo entre corazón y razón. estudiado Con Simmel entramos, ya a comienzos del siglo xx, en un momen-
psicológicamente a partir del Iluminismo a través de la teoría de las to de la historia reciente. con suficiente perspectiva para contemplar
pasiones, es decir el antagonismo entre el deseo del sentimiento y el fracaso de los ideales emancipadores de la cultura de la Ilustra-
la voluntad de la razón (Thurn, 1979: 52). ción, ante la presencia de luchas obreras y conflictos bélicos. Sim-
En el marco de esta dinámica Freud dedica su obra sobre todo mel se comptOmete a desarrollar una filosofía de la cultura dentro
a los aspectos psíquicos individuales del conflicto cultural. Consi- de las relaciones del mundo de cada día entre las personas y sus ptO-
dera la renuncia a los impulsos como la primera condición para la duetos culturales. Su exploración de las formas culturales trata de
formación de la cultura, que se impone por igual a todos los seres analizar las transformaciones nacidas con la modernidad mettOpo-
humanos y que en la práctica de la acción cultural consiste en un litana y capitalista. Según este autor el hombre adquiete valor, se hu-
desplazamiento de los fines impulsivos rrasfiriéndolos de un placer maniza y se distancia de la condición animal, gracias a su esfuerzo
alcanzable inmediatamente hacia actividades sustitutivas compen- cultural, que se desarrolla en dos niveles: la acción y la reflexión. La
sadoras. De esta manera las energías de los impulsos que debido a acción contribuye a la producción de una entidad cultural objetiva
su origen desearían ser gastadas erótica y sexualmente se utilizan en (nivel material de la cultura): los objetos, gracias a los cuales el hom-
otras ocupaciones específicamente culturales. Entre las actividades bre alcanza niveles de vida superiores. La reflexión supone la elabo-

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

ración de un patrimonio cultural subjetivo (capacidad de entender emplea e! principio de ambivalencia, con e! fin de definir la relación
lo que está haciendo, la sociedad que ha heredado). El incremento entre los individuos como consumidores culturales y la esfera de la
de la reflexión debe permitir que los hombres, al perfeccionar las co- cultura. En la tercera versión trata de! principio de dualismo que es
sas, perfeccionen su vida interior y desarrollen la razón. e! responsable de las tensiones entre los individuos como destinata-
El concepto central de Simme! es que e! objetivo superior de
toda cultura sería e! enriquecimiento de la sustancia individual de!
ser humano, es decit, e! desarrollo de la cultura subjetiva (la cultu- TABLA l. Los tres modelos de la cultura de Simmel
ra objetiva es sólo un medio). Este desarrollo se mide en términos
de participación de! proceso vital psíquico en los bienes materiales. 1. Modelo de 11. Modelo de 111. Modelo de
Por tanto, la cultura subjetiva y objetiva se desarrollan con la fina- antagonismo ambivalencia dualismo
lidad común de perfeccionar e! alma humana, e! espíritu. Pero los cultural cultural cultural
problemas y las contradicciones que esto presenta en la sociedad
Aspecto Individuos Individuos Individuos como
moderna nunca podrán ser resueltos completamente, porque se individual como creadores como destinatarios de
dan conflictos permanentes entre los aspectos objetivos y subjeti- de cultura consumidores cultura (eculrura
vos de la cultura y, por tanto, la humanidad nunca alcanzará una de cultura o subjetiva»)
tranquilidad definitiva. A partir de estos planteamientos teóricos gestores de
pretende explicar los problemas de la civilización actual. estilos de
Quienes mejor han explicado recientemente todo este proceso vida
han sido D. Frisby y B. Nedelmann, pero nosotros seguiremos e!
esquema de esta última autora, basado en tres artículos fundamen- Aspecto Cultura como Cultura como Cultura como
tales de Simrnel, porque también preferimos hablar no de la teoría, cultural sistema social esfera estructural social
(eformas») estética (eculrura
sino de las teorías de la cultura de Simmel.
objetiva»)
Según Nede!mann e! trabajo de Simme! ofrece diferentes pun-
tos de partida para e! análisis de la cultura, que se diferencian por Principio Antagonismo Ambivalencia Dualismo entre
los principios analíticos y las definiciones que subyacen a los dos po- analitico entre «vida y en la cultura
los que estudia; la cultura y el individuo. En la primera versión e! forma» orientación de subjetiva y
polo individual se conceptualiza en términos de creatividad cultural la acción objetiva
y la cultura como un sistema social. En la seguncúz versión los indi-
viduos son analizados como actores sociales, consumidores conscien- Problema Malestar de Subjetivismo «Tragedia de la
tes de bienes culturales, y la cultura como la esfera social en la que cultural la cultura exagerado (lo cultura»:
tienen lugar los procesos de intercambio cultural y la gestión de los estilístico de paralización
estilos de vida. En e! tercer enfoque los individuos son analizados en la cultura (distanciamiento
su pape! de destinatarios de objetos culturales y la cultura como una moderna) entre la cultura
subjetiva y
estructura social. El principio analítico que subyace al primer enfo-
la objetiva)
que es e! principio de antagonismo. En la segunda versión Simme!

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

rios de objeros culturales y la estructura cultural. De acuerdo con lización del potencial creativo de los individuos. Desde este punto
esto llamaremos a la primera versión el modelo del antagonismo cul- de vista Simmel se refiere a la cultura cuando el dinamismo creati-
tural, a la segunda el modelo de la ambivalencia culturalya la ter- vo de la vida produce determinados artefactos que la dotan con
cera dualismo cultural (Nedelmann, 1991: 171-193). formas de expresión y actualización que a su vez absorben el flujo
Bajo estos tres modelos Simmel identifica tres problemas diferen- constante de la vida dándole forma y contenido, finalidad y orden;
tes de la cultura moderna. El primero se refiereal «malestarcultural», es decir leyes civiles y constituciones, trabajos de arte, religión,
el segundo al «individualismo exagerado», y el tercero a la «tragediade ciencia, tecnología y otros muchos.
la cultura», siendo este último quizás uno de los más conocidos. A su vez las formas culturales se transforman en sistemas socia-
El primer modelo (el de antagonismo cultural) se refiere al en- les cuando desarrollan su propia lógica y sus leyes, su propio signi-
sayo de Simmel El conflicto de la cultura moderna (1918). Los dos ficado y la resistencia que nace de un cierto grado de distancia-
polos extremos, cultura e individuo, se conceprualizan aquí como miento e independencia frente al dinamismo espiritual que les dio
una oposición entre «forma y vida». Este vocabulario es más fácil vida (Simmel, 1976: 223). Debido a estas propiedades del sistema
de entender si recordamos la terminología marxista de la oposición las formas culturales (relaciones de producción) pueden adquirir
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción 1 que cierto grado de autonomía respecto a las fuerzas culturales (fuerzas
Simmel usa a menudo. De la misma manera que Marx utiliza la productivas) que las han creado. Cuanto más grande sea la auto-
noción de fuerzas productivas como la fuerza fundamental que nomía de las formas culturales como sistema social más grande será
promueve el proceso de cambio social, Simmel define «la vida» la tensión antagónica entre ellas y las fuerzas creadoras de cultura
como la fuerza fundamental del proceso cultural. «La vida» se pue- (la vida). Como dice Frisby la exploración de la «autonomía fatídi-
de traducir como el potencial creativo a nivel individual y como la ca» de la producción siguiendo «una lógica de desarrollo inmanen-
fuerza productiva de la cultura. Simmel utiliza este concepto des- te» constituye la prolongación en Simmel de la teoría marxista del
de el punto de vista macrosociológico. En el contexto de este mo- fetichismo dentro del reino cultural.
delo él no está interesado en la actividad creativa de cada individuo Podemos especificar ahora la relación que existe entre el sistema
particular, sino en la creatividad cultural como resultado de los es- cultural y la creatividad cultural como una relación mutuamente
fuerzos culturales de los agentes humanos de forma colectiva. interdependiente y antagonista. Esto nos recuerda el tipo de relación
La creatividad cultural (las fuerzas productivas) tiene que lu- que Marx aplica a las fuerzas y relaciones de producción. El con-
char contra las formas sociales (relaciones de producción) para su flicto cultural y el cambio permanente de acuerdo con el modelo
propia realización. En contraste con la dinámica de la creatividad de «muerte y nacimiento, nacimiento y muerte» son elementos
culrurallas formas culturales son estáticas y eternas y además cons- constitutivos del primet modelo del antagonismo cultural.
tituyen un contexto institucional relativamente rígido para la rea- Vamos a ver cómo aplica este modelo antagonista al análisis de
los problemas culturales de principios del siglo xx. El antagonismo
1 En sentido marxista se entiende por [uerzasproductivas la fuerza del trabajo y los ins-
entre las instituciones culturales y la crearividad individual ha al-
trumentos técnicos de producción (suelo, edificios, naves, máquinas, herramientas). Es canzado un climax que ha desembocado en un malesrar cultural.
decir la fuerza de trabajo más la tecnología. Las relaciones deproducción son las que se
Simmel ilusrra su diagnóstico con ejemplos sacados de diferentes
establecen entre los agentes sociales, entre quienes tienen o no tienen medios de pro-
ducción (relaciones de propiedad). Estas relaciones toman una forma u otra en función esferas culturales. Los individuos culturalmenre productivos ya no
del grado de desarrollo de las fuerzas productivas. están satisfechos con los cambios existentes en las instituciones cul-

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITAlISMO Y CULTURA

turales de acuerdo con sus necesidades. sino que comienzan a re- consecuencia no sólo la pérdida de la relación entre estos dos siste-
belarse contra las instituciones culturales existentes, contra las for- mas, sino también la destrucción de la vida social característica de
mas como tales. Simmel describe, pat ejemplo, los problemas que estos sistemas. Es decir de la relación necesaria entre individuo y
los individuos de su tiempo tuvieron que afrontar con institucio- sistema cultural (Nedelmann, 178).
nes tan tradicionales como el matrimonio y la prostitución ina- En el segundo modelo (el de ambivalencia cultural) -ptosigue
ptopiados pata realizar sus deseos eróticos. Esta lucha entre la Nedelmann- los dos polos del marco de referencia triádicos son
«vida» y sus formas institucionalizadas es lo que conduce al males- conceptualizados en términos de actores, de individuos como con-
rar de la cultura. Este malestat cultural no se limita a la esfera eró- sumidores de bienes culturales estratégicamente calculadores o ma-
tica sino que es característico de todas las esferas culturales de las nagers del estilo de vida, y la cultura como el ámbito del mercado
sociedades modernas, Pata Simmella individualización de la crea- en el que tiene lugar el ptoceso de intercambio cultural. El princi-
tividad cultural, la huida del sistema cultural como totalidad es un pio analírico que subyace a este modelo es el principio de ambiva-
dilema fundamental de la sociedad moderna. lencia, más precisamente, la orientación ambivalente de la acción.
Cuanta más autonomía reclaman las instituciones culturales se- Simmel se presenta aquí (<<The problern of sryle», 1908) como el
paradas ya de su origen y nacimiento menos representadas encon- crítico del hombre moderno en cuanto consumidor cultural, acu-
trarán los individuos sus demandas culturales, y reaccionarán con sándole de «subjetivismo exagerado».
mayor retraimiento hacia el sistema cultural como totalidad em- De acuerdo con Simmel nuestras vidas están gobemadas por dos
pleando tespuestas más individualistas. POt atta patte, en la medi- polos opuestos, el de generalidad y el de particularidad, y observa la
da en que la creatividad cultural encuentre canales individuales de vida social «como un campo de batalla» en el que cada pulgada es
expresión más se separará el sistema cultural de la energía creativa disputada tercamente por ambos principios. En la interacción social
de los individuos y como consecuencia más se desarrollarán éstos estos polos opuestos pueden manifestarse a sí mismos como una os-
orientándose hacia su ptopio sistema de necesidades. Si este desa- cilación entre necesidades o finalidades contradictorias, tales como
rrollo del individualismo continúa, el sistema cultural se compon- la necesidad de descansar o moverse, integrarse o aislarse, oponerse
drá cada vez más de artefactos sin vida porque las formas cultura- u obedecer, libertad y obligación. Es esta tensión entre los dos po-
les se habrán escindido de la vida diaria. El nivel de creatividad los de esta estructura ambivalente de la orientación de la acción lo
individual, por atta parte, llegará a estar cada vez más desintegra- que da a la vida humana su carácter especfficamenre social. Simmel
do y al final no consistirá más que de actos idiosincrdticos sin rela- se imeresa y analiza la estética como el «campo de batalla» de la am-
ción alguna. Como consecuencia será cada vez más difícil identifi- bivalencia entre los principios de generalidad y patticularidad.
car los modelos sociales respecto del comportamiento cultural En el campo estético la ambivalencia entre generalidad y parti-
individual (Simmel, 1976: 223). cularidad se manifiesta a través de dos principios que contrastan en
Individualización creciente significa disolución creciente de la la percepción estética, que son el estilo y el arte. Mientras que el
relación entre el sistema cultural y el nivel de creatividad indivi- principio de generalidad se expresa en el estilo el de patticularidad
dual, entre forma y vida; el sistema cultural se desvitaliza cada vez se expresa en el arte. Percibir un objeto de acuerdo al principio del
más y la creatividad cultural se hace cada vez más idiosincrática. La estilo significa que el observador se oriema hacia leyes comunes de
individualización de la energía cultural y la desvitalización de las forma y diseño. Somos atraídos por aquellos elementos del objeto
instituciones culturales son dos procesos paralelos que tienen como artístico que tienen algo en común con otros objetos que pertene-

108 109
CULTURAY MODERN="'ID"'AD=- _ _ _ _ _--'"CAPITALI5MO y CULTURA

cen a la misma categoría. Sin embargo percibir o crear un objeto «subjetivismo exagerado», Percibir los objetos de arte como si fue-
de acuerdo con los principios del arte significa enfocar nuestra sen obras de arte y al revés las obras como si fuesen objetos signifi-
atención sobre la singularidad del trabajo artístico, o su originali- ca darles carácrer estético a los objetos y estilo a las obras. Con lo
dad e individualidad. cual se rransforma el mundo estético. El hombre confunde los
La percepción de los objetos estéticos como objetos de arte su- principios de la percepción esrérica e invierte el significado funcio-
pone crear una relación íntima entre el consumidor de arte y los nal que tienen las dos formas estéticas de los objetos para el desa-
objetos del mundo estético. Simmel hace una clara distinción en- rrollo de su individualidad.
tre «obras de arte) por una parte, y «objetos de arte» por otra. Los Si las dos formas de «exageración. se practican al mismo tiem-
objetos representan el principio de generalidad, es decir el estilo. po el mundo estético se vuelve del revés. En lugar de un equilibrio
Los objetos con estilo normalmente tienen una función práctica en entre estilo y arte, entre los objetos de arte y las obras de arte, loar-
la vida diaria. Una silla, por ejemplo, es para sentarse, una joya de- tístico y lo estilístico coexisten ingenuamente. En este mundo lleno
beria servir como adorno (Simrnel, 1908: 310). El hecho de que la de paradojas el deseo de conseguir una individualidad equilibrada
gente tenga un consenso común acerca de la utilidad de estos ob- se ha transformado finalmente en un ideal irrealizable.
jetos se materializa en la forma de su estilo que permite reprodu- El tercer modelo de cultura, según Nedelmann, se basa en el en-
cirlos sin destruir la naturaleza de su esencia. De esta manera utili- sayo de Simmel Sobre el concepto y la tragedia de la cultura, publi-
dad, reproducción y estilo van siempre de la mano. cado en 1911. El concepto de cultura que subyace a este modelo
En contraste con los objetos artísticos, las obras de arte no tie- difiere de los otros. Simmel habla aquí de cultura en el sentido de
nen una función externa práctica. Son significativas por sí mismas, cultivo. Formalmente hablando, cultivo puede entenderse como un
ponen de manifiesto el «arte por el arte). Las obras de arte no es- proceso de reforzamiento entre el nivel individual y el cultural,
tán sometidas a ninguna ley general, forma o estilo; crean un mun- partiendo de los individuos y volviendo a ellos después de haber
do en sí mismo y definen la ley de su existencia en referencia a sí pasado por el sistema de la «cultura objetiva». La intuición general
mismas. En contraste con los objetos de arte las obras de arte que- que subyace a este concepto de cultivo como proceso de realimen-
dan excluidas de las funciones prácticas de la vida diaria (Simmel tación (feedback) se refiere a la convicción de Simmel sobre la ca-
1908: 310). Son superfluas pero esenciales. Esta característica se pacidad extraordinaria que tienen los seres humanos para comple-
manifiesta por la forma en que nos comportamos respecto a ellas. tar su personalidad asimilando e interiorizando influencias
Mientras que el valor de uso de los objetos de arte se manifiesta a externas a su mundo personal. Los objetos culturales funcionan
través de su reproducción, las obras de arte destruyen su originali- como medios con la finalidad de desarrollar y perfeccionar su in-
dad desde el momento en que son reproducidas. dividualidad. El concepto de «individualidad cultivada» difiere del
Mientras las obras de arte sirven de soporte al desarrollo de los concepto de individualidad antes mencionado en la medida en que
aspectos originales de la individualidad, los objetos de arte sostienen solamente se interesa por la capacidad del individuo para recibir e
el desarrollo de sus aspectos sociales. El hombre de cultura tiene que integrar elementos del ambiente cultural en la estructura de su per-
integrar ambos aspectos de los objetos estéticos en su individualidad sonalidad, pero no sin utilizarlos esrratégicamenre para la gesrión
y darles una representación igual en su mundo estético personal. de su estilo de vida. Cuando habla de los individuos como consu-
De esta manera podemos entender mejor lo que Simmel quie- midores de cultura, Simmel investiga el impacto del individuo so-
re decir cuando critica al hombre moderno por su tendencia al bre la cultura; cuando habla sobre los individuos desde el punto de

110 111
CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

vista de sus oportunidades para llegar a ser cultivados analiza e! irn- nidad, la segunda a las limitaciones inherentes a la cultura subjeti-
pacro de la cultura sobre e! individuo. va. Simme! añade otra observación de importancia para explicar la
Lo que Simmelllama la «cultura objetiva» funciona como una creciente disociación entre la cultura subjetiva y la objetiva. La cul-
erapa intermedia entre e! sujero rodavía no cultivado y e! cultiva- tura objetiva tiene una «capacidad voraz para la acumulación; no
do. Reserva e! concepto de culturasubjetiva para describir e! grado hay limite a su crecimiento cuantitativo».
en que los individuos asimilan los e!emenros de la cultura objetiva No hay campo cultural que tenga la capacidad de escapar a este
y los integran en la estructura de su personalidad. proceso incesante de acumulación cuantitativa: arte, ley, costumbre,
Hablando de manera ideal, e! proceso de reforzamiento de! cul- tecnología, ciencia, erc., se transforman cada vez más en cultura de
tivo se termina cuando la cultura objetiva y la subjetiva se corres- «masas», desarrollando su propia lógica inmanente y los criterios de
ponden la una con la otra. En ese caso ideal, la cultura llega a ser la división de! trabajo y especialización. Cuanto más avanza e! desa-
síntesis de los polos subjetivo y objetivo. rrollo social más deprisa se desarrolla este proceso de acumulación
Hay otra razón por la cual la cultura objetiva tiene que ser sub- cuantitativa y especialización interna de la cultura objetiva.
jetivada. Para Simme! es e! significado de los objeros culturales e! Frisby dice que la preponderancia de la cultura objetiva sobre la
que ha de ser interiorizado por los individuos. El valor de la cultu- subjetiva, que se desarrolló durante e! siglo XIX, se refleja en e! he-
ra objetiva consiste precisamente en la contribución que hace a la cho de que e! ideal pedagógico de! siglo XVIII que se enfocó sobre
perfección humana. Desde e! momento en que ya no pueda cum- la formación de! hombre, es decir sobre los valores personales inte-
plir la función de cultivo, la cultura objetiva pierde su significado riores, fue reemplazado durante e! siglo XIX por e! concepro de
objetivo y su valor culrural. . «educación» en el sentido de un cuerpo de conocimientos objetivo
Las oportunidades para realizar e! proceso de reforzamienro ideal y de modelos de comportamiento. Esta discrepancia parece am-
de! cultivo son, según Simme!, limitadas en la sociedad moderna. Es pliarse con firmeza. Cada día y desde todas las partes la riqueza de
típico de estas sociedades que e! proceso de realimentación entre la la cultura objetiva aumenta pero la mente individual puede enri-
cultura subjetiva y la objetiva esté bloqueado, porque la cultura obje- quecer las formas y conrenidos de su propio desarrollo solamente
tiva en la sociedad moderna gana cada vez más autonomía gracias a la si se distancia más de esa cultura, y toma un ritmo propio mucho
lógica de! mercado y sus leyes de producción y distribución de bienes. más len ro (Frisby y Fearherstone, 1997: 39).
La cultura objetiva ya no puede cumplir así la función de cultivar al ¿Por qué la cultura subjetiva no consigue desarrollarse a la mis-
hombre moderno. Después de haber perdido su función instrumen- ma velocidad y tamaño que la cultura objetiva? Porque en contras-
tal para e! cultivo la cultura objetiva se ha convertido en un medio en te con la cultura objetiva la capacidad de acumulación de! indivi-
sí misma y para sí misma, constituyendo un mundo autónomo, se- duo es limitada, no sólo por la limitación de! tiempo y las energías
parado y opuesro a la cultura subjetiva. En lugar de ser una oportu- de la vida de cada uno sino también por e! grado de unidad y sín-
nidad para las posibilidades de! hombre moderno de cultivarse a sí tesis que cada individuo pueda conseguir. En otras palabras: como
mismo, es una amenaza para e! desarrollo de su personalidad. ¿Por e! proceso de cultivarse corresponde a cada individuo en particular
qué tiende Simme! hacia una actitud de pesimismo cultural?¿Cuáles y se filtra a través de la capacidad receptiva de cada uno, la cultura
son sus razones para una valoración negativa de la cultura objetiva? subjetiva no es capaz de producir efecros de micro/macro agrega-
Tiene fundamentalmente dos razones. La primera se refiere al ción. Como la cultura subjetiva se refiere a otro nivel de agregación
desarrollo de la cultura objetiva bajo las condiciones de la moder- distinto de la objetiva no puede producir macroefecros.

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CULTURA Y MODERNIDAD CAPITALISMO Y CULTURA

La vida del sujeto está rodeada por miles y miles de objetos su- gidas contra algún ser nacen de los niveles más profundos de ése
perfluos de los que no se puede liberar. El hombre moderno se en- rrusrno ser».
cuentra en un estado de sobreestimulación permanente sin ser ca- La crisis de la cultura moderna se manifiesta, ante todo, como
paz de transformar estos estímulos en creatividad cultural; él una profunda insatisfacción del hombre moderno consigo mismo
conoce y disfruta de muchas cosas pero las siente corno un lastre que tiene consecuencias sociales, corno son: la desorientación indi-
demasiado pesado y demasiado grande para ser capaz de asimilar- vidual, que provoca desorganización social; la relación defectuosa
las e integrarlas en la estructura de su personalidad. Los seres hu- que existe entre cultura subjetiva y objetiva, que debilita al indivi-
manos en estas culturas sobreabundantes y ricas son omnia habien- duo y a la sociedad: cuanto más amenazada esté la participación in-
tes nihil possidentes. dividual en la cultura, mayor será el aislamiento entre las dos diná-
Esto -añade Frisby- acentúa la relación enigmática que pre- micas o niveles culturales. Entonces la cultura como síntesis de un
valece entre la vida social y sus productos culturales, por una par- desarrollo subjetivo y de un valor espiritual objetivo corre el riesgo
te, y los contenidos fragmentarios de la vida de los individuos, por de perecer, y con ella todo el sistema social.
otra. El trabajo de numerosas generaciones queda incorporado en
el lenguaje y las costumbres, las constiruciones políticas y las doc-
trinas religiosas, la literatura y la tecnología, todo ello como un
cuerpo de espíritu objetivado desde el cual cada uno puede tomar
de él tanto como desee o como sea capaz de tomar, pero ningún in-
dividuo particular es capaz de abarcarlo todo (Frisby and Peather-
stone, 1997: 40).
Frente a este superpoder cultural la capacidad del hombre mo-
derno se paraliza incapaz de seleccionar los elementos de la cultu-
ra objetiva. En lugar de convertirse en un hombre cultivado se alie-
na. Los productos culturales se someten cada vez más a la paradoja
de que aunque han sido creados por y para el individuo se desa-
rrollan de acuerdo con su propia lógica inmanente y de manera au-
tónoma. Con esto se apartan de su origen y finalidad. Es más ad-
quieren su propia lógica y leyes, su ptopio significado, y una
resistencia al cambio que nace de un cierto grado de separación e
independencia frente al dinamismo espiritual que les dio vida. En
el momento de su nacimiento estaban emparejados con la vida
pero a medida que ésta continúa su evolución se hacen inflexibles
e incluso hostiles a ella (Frisby y Fearherstone, 1997: 45).
Simmel introduce aquí el concepto de tragedia de la cultura
para especificar la relación entre la cultura subjetiva y la objetiva.
Llama trágica a esta relación «cuando las fuerzas destructivas diri-

114 115
CAPÍTULO 4

LA CULTURA COMO CIENCIA:


LA ANTROPOLOGÍA

El nacimiento de la relación enrre antropología y cultura, es decir


el interés por el conocimiento de las cosrumbres de poblaciones o
rribus diferentes a la civilización occidental, comenzó con el des-
cubrimiento del Nuevo Mundo y el encuentro con otros pueblos y
tradiciones culturales. Los descubrimientos geográficos del siglo XV
alimentaron una actividad viajera para explorar la superficie de la
tierra con la finalidad de abrir nuevas vías a la navegación comer-
cial y explorar nuevas fuentes de materias primas que podían dar a
los nuevos Estados mayor riqueza y dominio sobre el mundo. Esta
actividad llevó a una serie de contactos con pueblos hasta entonces
desconocidos entre los que se podían encontrar desde tribus que vi-
vían a un nivel primitivo. caracterizadas por una organización so-
cial muy rudimentaria. hasta civilizaciones que habían conocido
un pasado cultural floreciente corno los aztecas o los incas.
Estas informaciones y documentos de tipo etnográfico se fue-
ron acumulando a través de cartas y documentos tanto de viajeros
aventureros y de misioneros religiosos, como de personas enviadas
por los gobiemos (españoles, portugueses, holandeses) para infor-
rnarse sobre la organización y costumbres de estos pueblos, con fi-
nes coloniales. Poco a poco nació una vasta literatura que describía
las formas de vida y la otganización social de estos pueblos, que a

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGfA
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su vez descubría al mundo europeo el problema de la evolución de El progreso de las ciencias sociales, con sus estudios comparativos,
la humanidad y abría un imerroganre sobre las cosrumbres y la or- debía poner de relieve que no solamente los distinros pueblos se ca-
ganización de las diversas culturas. racterizan por sus formas de vida, estructuras político-sociales y siste-
En el siglo XVIII, los ilusrrados serán los primeros en reconocer la mas económicos diferentes. sino que también sus diferentes creencias
diversidad de las culruras y la pluralidad de las direcciones del desa- morales y religiosas y sus manifestaciones intelectuales no pueden re-
rrollo de la civilización. Los informes relarivos a usos y cosrumbres conducirse a una matriz común. De esta manera surgía así la diversi-
de los países lejanos comenzaron a tratarse ahora no como meros re- dad de los sisremas de valores que orientan la conducta humana en las
latos de información interesante, sino como datos para construir es- distintas formas que toma la civilización (Rossi, 1983: 38).
quemas hisróricos del desarrollo de la sociedad (Mayr, 1970:28). En el siglo xvmlos estudios sobre la cultura ya comienzan a de-
Los ilusrrados, si excepruamos el caso de Rousseau --con su exalta- linear un enfoque más maduro fundado sobre la distinción de tres
ción de L'homme naturel contra L'bomme artificiel moderno cuyas niveles sucesivos del desarrollo de la humanidad; el esrado de exis-
cosrumbres habían sufrido un proceso crecienre de degradación tencia asocial de los salvajes, la barbarie y la civilización. En esta lí-
moral-, rechazaron el miro del buen salvaje en base al cual se po- nea evolutiva la civilización será un conglomerado de culturas que
nía en discusión el primado de la civilización europea respecto a las esrán vinculadas entre ellas por relaciones de parentela o de afini-
arras. La Ilusrración dándole un sesgo hisrórico al proceso de civili- dad y que se han formado en una determinada área geográfica, en
zación traza un camino de distanciamiento entre la situación origi- la misma época o en épocas sucesivas.
nal de la exisrencia de la humanidad, que rodavía podemos ver en- El impulso definitivo para que estas consideraciones desembo-
tre los pueblos salvajes, y las formas actuales de la vida racional. El casen en el ámbiro científico lo dio la amropología durante el siglo
desarrollo de la civilización europea es una dirección particular del XIX. Se organizaron una serie de expediciones con criterios cientí-
desarrollo civilizador diferente al que se ha producido en arras áreas ficos bien definidos hacia Ausrralia, Nueva Guinea y Brasil en las
geográficas. Algunos aurores ven el Essai sur les moeurs et l' esprit des que se recogió material muy valioso, a pesar del impacto destructi-
nations de Voltaire Como el intento de justificar esta posición. Según vo que ya muchas de estas culruras primitivas habían sufrido du-
Voltaire el desarrollo histórico comprende aspecros de uniformidad rante todo el proceso colonial. Como consecuencia de esto nacie-
y aspecros de diversidad que se refieren a dos principios opuestos: ron también algunas instituciones científicas que se dedicaron
-por una parte la naturaleza y por arra la costumbre (coutume). La sistemáticamente al estudio de las culturas primitivas, como la So-
naturaleza es un conjunto de condiciones constantes que actúan en cieté Erhnologique de París o la Ethnological Society en Londres.
todos los tiempos y en rodas partes: de ella proceden las manifesta- La curiosidad en el campo de la ernología se generalizó y sus
ciones elementales de la existencia humana, el esfuerzo para satisfa- intereses se centraron alrededor de: a) el esrudio de modelos cultu-
cer las necesidades cotidianas como el alimento, el vestido, el sexo o rales no contaminados por la cultura occidental moderna, b) la de-
la necesidad de asociarse. La coutume, sin embargo, es un principio fensa de los intereses de la Administración colonial, y e) la bús-
de diferenciación de la que derivan las distintas manifestaciones cul- queda de pautas y estructuras culturales universales y constantes
turales, más aún las distintas formas de cultura: ella constituye el para roda la humanidad.
fundamemo de las múltiples direcciones del desarrollo de la civili- Al esrudio de modelos culturales no contaminados por la cul-
zación. Se reconoce así a rravés del análisis comparativo la plurali- tura moderna se aproximaron algunos teóricos de la civilización
dad de las culturas (Rossi, 1983: 37-38). examinando la culrura de los pueblos exrraeuropeos con la espe-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGÍA
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ranza de reconquistar el paraíso perdido, al comprobar la resisten- La crítica posterior del siglo XX nos ha recordado que muchos
cia de la sociedad occidental a la realización de los ideales ilustra- antropólogos sociales británicos que reducían el papel de la teoría
dos de igualdad, libertad y fraternidad. Con la comparación entre cultural a una contemplación meramente instrumental de la vida
el salvaje y el civilizado algunos pensadores del siglo XVIll trataban social, emprendieron el estudio de sociedades primitivas con la
de establecer las ventajas e inconvenientes del camino recorrido idea de que una compresión plena de la vida de estas sociedades era
por los occidentales, con la finalidad de sacar a la luz las deficien- necesaria con el fin de asegurar un gobierno justo y honesto por
cias y la arrificiosidad de los modos de vida de la sociedad europea, parte del Ministerio de las Colonias (Ulin, 1990: 42). Muchos de
cuya estructura se distanciaba cada vez más de las bases naturales los antropólogos británicos no cuestionaron nunca la presencia del
de la existencia humana y en la cual la sofisticación de las necesi- Ministerio de Colonias y otros incluso participaron activamente en
dades producía la corrupción de las cosrumbres, y las reglas mora- su política con el doble papel de administrador y antropólogo. El
les contrastaban con las normas de la moralidad natural. El análi- antropólogo funcionalista, corno accesorio del colonialismo, esta-
sis de las costumbres y de las organizaciones sociales de estos ba interesado solamente en la reconstrucción del presente etnográ-
pueblos primitivos asumió muchas veces el valor de una crítica más fico porque un gobierno con éxiro dependía de la comprensión del
o menos directa a las costumbres y a la organización social del funcionamiento de las sociedades indígenas, de la misma manera
mundo europeo burgués que se estaba formando. De esta manera, como se entiende la interdependencia de las partes en el funciona-
la antropología como estudio científico de la cultura se sumó a la miento de un reloj. Ese deseo de entender el intrincado funciona-
crítica de la sociedad burguesa, abriendo la esperanza de encontrar miento de las instituciones de una sociedad primitiva surgió, sin
en otras culturas la realización humana que había fracasado en la embargo, como consecuencia práctica de los errores cometidos por
cultura occidental moderna. la Administración. El gobierno británico tardó en aprender que no
Sin embargo la praxis civilizadora que caracterizó el paso de la re- todas las sociedades funcionan en base a los principios de la jerar-
volución ilustrada a la restauración burguesa del siglo XIX dio un cla- quía y la burocracia racional, tan esenciales para la sociedad capi-
ro indicio de la relación que esta última deseaba establecer frente a talista. Incluso los proroestados africanos estaban a menudo orga-
rodas los pueblos no civilizados, porque trató de vincularlos por to- nizados de acuerdo con principios que descentralizaban el poder
dos los medios con la tradición europea para dar validez a sus pro- político. Los británicos, en sus intentos iniciales de gobernar me-
pias ideas y valores adoptando incluso una postura misionera fuera diante un sistema de administración directa, con frecuencia reco-
de su territorio. La euforia típica del siglo XVIll por el descubrimien- nocían a las personas más ambiciosas, en lugar de las que realmen-
to del noble salvaje y de su naturaleza no estropeada por la civiliza- te representaban al pueblo. Pronto descubrieron que era costoso e
ción, degeneró en un sentimiento de superioridad colonialista que se ineficaz seguir gobernando sociedades nativas con principios que
enorgullecía de la hegemonía natural de su modelo cultural. El im- no reconocían las instituciones existentes o chocaban con ellas. Fue
perialismo civilizador se aceleró con la pretensión del dominio racis- en ese contexto histórico donde se desarrolló la antropología fun-
ta de los europeos y la avidez con que trataban de reforzar su poten- cionalista británica, junto con su interés por el dominio indirecto.
cial industrial y su reserva de materias primas y de control sobre los ¡La antropología funcionalista británica no era otra cosa que la apli-
mercados. Desde esta política de conquista la difusión agresiva de la cación de la sociología durkheimiana a las necesidades de la admi-
civilización se redujo a un aniquilamiento despiadado de culturas ex- nistración colonial (Ulin, 1990: 45-46). Por eso su tendencia era
tranjeras consideradascomoinferiores (Thurn, 1979: 88). tratar principalmente temas como los sistemas de parentesco, las

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_ _ _ _ _ _ _----'C"UcclccT"U"'RAccy MODERNIDAD LACULTURA COMO CIENCIA: LAANTROPOLOGíA

prácticas religiosas o la normativa social, es decir el tramado insti- determinar el esquema histórico-evolutivo común a todas las so-
tucional de la organización social. ciedades humanas recogiendo el legado ilustrado del desarrollo his-
tórico que va desde el estado salvaje a la barbarie y de ésta a la civi-
lización.
1. La cultura como ciencia, su evolución y función En este marco histórico Tylor es el primero en afirmar la exis-
tencia de una cultura primitiva (Primitive culture, 1871) propia de
El nacimiento del concepto de cultura en el campo de la antropo- los pueblos en estado salvaje, caracterizada por una interpretación
logía se debe a E. B: Tylor (1865) y estuvo influido por las condi- animista de los fenómenos, y se propone establecer las bases de un
ciones históricas de su país y su momento, sobre todo por el deba- estudio científico del desarrollo culteral fundado sobre el presu-
te en la cultura sajona sobre el evolucionismo (Darwin, Spencer, puesro de la acción uniforme de leyes inherentes a la naturaleza hu-
Frazer), y como ya hemos visto por las necesidades de la Adminis- mana que determinan el orden de tal desarrollo. De esta manera
tración colonial de conocer la complicada organización social de organizando todo el marerial etnográfico acumulado a lo largo de
los pueblos dominados. los siglos esrablece un programa científico de carácter positivista.
El evolucionismo darwinista sobre la selección de las especies Para Taylor «la cultura o civilización, entendida en su amplio
-en 1859 había aparecido El origen de las especies- acompañó la sentido etnográfico, es aquel conjunto complejo que incluye el co-·
idea spenceriana sobre la sociedad que se desarrolla y evoluciona nacimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, el vestido y
desde la simplicidad a la complejidad, y a la de los antropólogos cualquier otra capacidad o hábito adquirida por el hombre como
Frazer y Taylor quienes describen la evolución humana desde las miembro de una sociedad". Con esto dio una definición de la cul-
tribus primitivas hasta las sociedades civilizadas. Y todo ello venía tura que comprendía no solamente las actividades específicamente
a coincidir con el auge de la sociedad capitalista y burguesa de la intelectuales como la religión, el saber científico, el arte y el dere-
Inglaterra del siglo XIX, que se basaba en el credo liberal y la con- cho sino también las costumbres y, en general, cualquier capacidad
cepción individualista del hombre y en los principios de competi- o hábito adquirido socialmente. Esta extensión del concepto le
tividad y selección. La teoría darwiniana sobre la supervivencia de permitió detectar la presencia de sociedades humanas con sus cos-
los más aptos y la selección de los mejores se adaptaba perfecta- tumbres particulares y su cultura allí donde hubiesen existido y,
mente a la moral de las clases dominantes y al espíritu de la indus- por tanto, también entre los pueblos primitivos.
trialización. En base a estas premisas el evolucionismo también le- Esto posibilitaba a su va la adopción de un punto de vista cul-
gitimaba la superioridad de la civilización europea sobre cualquier tural histórico-evolutivo que lo llevaba a individuar en la organiza-
otra forma o manifestación cultural de los pueblos primitivos. Las ción social primitiva la fase original del desarrollo de la humani-
leyes científicas certificaban así de manera positiva la supremacía dad, una fase que se presenta con caracteres uniformes o análogos
de la raza blanca sobre las otras, que se encontraban en etapas to- en todos los pueblos. Todos los pueblos han recorrido esta fase del
davía primarias o menos desarrolladas de su evolución. De esta ma- desarrollo histórico-cultural, pero mientras algunos la han supera-
nera el etnocentrismo cultural europeo quedaba totalmente justifi- do -los pueblos civilizados-, otros se han parado en ella.
cado a través de la historia. Si la condición actual de algunos pueblos extra-europeos refle-
Así pues en la segunda mitad del siglo pasado la nueva ciencia ja la misma fase de desarrollo cultural a ttavés de la cual los pueblos
antropológica queda marcada desde sus inicios por el intento de europeos han pasado hace ya algún milenio, la observación de los

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CULTURA Y MOJ?ER"'N"ID"AD"'- _ LA CULTURA COMO CIENCIA: LAANTROPOLOGiA

primeros y la reconstrucción del pasado de los segundos consien- dad entre las que distinguiremos los imperativos instrumentales que
ten, si se llevan a cabo conjuntamente, individuar la fisonomía de surgen de actividades económicas, normativas, educativas y políti-
tal estadio evolutivo, de retornar al horizonte mítico y a la concep- cas, y los imperativos de integración, donde situaremos el conoci-
ción animista del hombre primitivo (Rossi, 1983: 57-58). miento, la religión y la magia, que junto a las actividades recreati-
El ptesupuesto al que Taylor se refiere es claramente el de la uni- vas y artísticas relacionaremos directamente con determinadas
formidad del proceso de desarrollo cultural de todos los pueblos, características psicológicas del organismo humano.
aún en la diversidad de los «tiempos» que cada uno de ellos emplea La cultura es por tanto un medio para alcanzar un fin, el de sa-
para recorrer las fases sucesivas, de tal desarrollo: de esro deriva la tisfacer las necesidades de los seres humanos, pero al mismo tiem-
posibilidad de instituir una relación de correspondencia entre cada po como instrumento humano es el medio que le per¡ptt. vivir, es-
uno de los momentos evolutivos de los diferentes pueblos, y en tablecer condiciones de seguridad, comodidad y prosperidad: un
particular entre la condición actual de los pueblos que todavía per- medio que le permite crear bienes y valores más allá de su condición
manecen en el estadio primitivo y un período ya remoto del desa- animal y orgánica, a través de una forma instrumental y funcional.
rrollo de los pueblos civilizados. Se trata, en otros términos, del Malinowski también identifica la cultura como la «herencia so-
presupuesto de una evolución unilineal contra la cual se dirigirá la cial»: lo cultural es aquello que se transmite socialmente, es decir lo
crítica de la antropología post-positivista. Precisamente para que el que es objeto de adquisición. Entre cultura y sociedad existe una
concepto de cultura se pudiese aplicar también al estado primitivo correspondencia perfecta: la organización social pertenece a la cul-
de la evolución humana era necesario que su ámbito se alargase tura, así como la cultura constituye el patrimonio del grupo. Ad-
hasta comprender -junto al saber científico, a las creencias reli- hiriéndose a la tradición británica de la antropología «social» toma
giosas, a las manifestaciones artístico-literarios, al derecho y a la a las instituciones como las unidades elementales que forman la
moral- también las costumbres y, en general, todas las formas de cultura, pero, sobre todo, tiende a llevar la cultura a una base bio-
comportamiento «adquiridas» en virtud de la pertenencia a una so- lógica y al mismo tiempo subraya sus vínculos con el ambiente na-
ciedad determinada. A este requisito responde precisamente la de- tural. Toda institución es una relación con alguna necesidad fun-
finición tayloriana de cultura (Rossi, 1983: 58-59). damental, propia de la constitución biopsicológica del hombre, y
En el marco de esta concepción funcionalista de la cultura en- representa un intento de respuesta a ella: de la diversidad de las res-
contramos también a B. Malinowski, cuyas investigaciones en el puestas culturales a las necesidades primarias surgen nuevas nece-
Pacífico (1910) ampliaron y modificaron este concepto. Para este sidades que se pueden llamar «imperativos derivados». En su com-
autor, tanto si consideramos una sociedad simple y primitiva u otra plejidad o en su conjunto, por tanto, la cultura es Un esfuerzo para
extremamente compleja y desarrollada, con la cultura nos enfren- satisfacer las necesidades inherentes a la naturaleza humana y con-
tamos a un vasto aparato en parte material y en parte espiritual me- forma un ámbito «secundario», creado por el hombre, para exten-
diante el cual los humanos se enfrentan a los problemas concretos der su poder de acción y su control sobre el ambiente natural. Par-
y específicos que han de desafiar en la vida cotidiana. En primer lu- tiendo de este enfoque Malinowski llegará a elaborar en los años
gar como los seres humanos son una especie animal han de res- treinta una «teoría científica de la cultura» fundada sobre la clasifi-
ponder a las necesidades biológicas bdsicas como la nutrición, la re- cación sistemática de las necesidades primarias, y sus respuestas di-
producción y la higiene. Pero de estas respuestas se derivan nuevas rectas, sobre las necesidades derivadas (instrumentales e integrado-
necesidades culturales que se imponen sobre el hombre y la socie- ras) y sobre las respuestas a estas últimas.

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGfA

TABLA 2. Necesidades culturales básicas Pero, a su vez, el aparato cultural de instrumentos y de bienes
de consumo debe ser producido, usado, conservado y reemplazado
Necesidades Respuestas Necesidades Respuestas a Neasidades Respuestas a
con nuevas producciones; la respuesta es la economía. El compor-
básicas directas Instrumentales las necesidades simbólicas e las necesidades
instrumentales integrativas simbólicas e
tamiento humano en lo que respecta a sus normas técnicas, de cos-
integrativas rumbres, jurídicas y morales debe ser codificado, regulado como
acción y como sanción; la respuesra es el control social. Las formas
Nutrición Aprovisiona- Renovación Economía Psicológicas Conocimiento humanas a través de las cuales se perperúan las instituciones se han
miento del aparato de renovar, formar y adiestrar; la respuesta es la educación. La au-
cultural roridad de las insriruciones debe ser definida, dorada de poder y de
Reproducción Matrimonio medios para ejercer coercirivamente la ejecución de sus ordenes; la
y familia respuesta es la organización política.
Cuidados Habitación Código de Control Magia, religión Así pues, mientras las necesidades fundamentales son humanas
corporales y vestido conducta y social y directas, estas otras son imperativos que se refieren a los compo-
otras sanciones nentes del sistema social que actúan y funcionan para satisfacer las
Segurid4d Protección primeras. Son imperativos derivados de la estructura del sistema so-
y defensa cial que sirven para resolver los problemas de la vida y sarisfacer sus
necesidades.
Relajación Sistema deRenovación Educación
actividad y del personal
Por tanto, su objetivo es determinar sincrónicamente las fun-
reposo ciones de las instituciones que constituyen toda cultura, enten-
diendo por fúnción la capacidad de sarisfacer dererminadas necesi-
Movimiento Actividades y Organización Organización Arte, deporte,
dades de los miembros del grupo social. Para comprender la
sistema de de lafuerza política juegos
comunicación y competición naturaleza de una institución o fenómeno cultural particular el in-
vesrigador debe analizar su función denrro del conjunto del siste-
Crecimiento Entrenamiento
ma social, la manera como se relaciona con otras instituciones o fe-
y aprendizaje
nómenos por el esrilo y la relación del conjunto del sisrema con el
Malinowski, 1939, p. 942 (citado por Harris, 1993: 476). hábirar. El concepto de sisrema social de Malinowski es ahistórico.
Malinowski afirmaba que las sociedades narivas son. ágrafas y por
tanto las tradiciones orales han de recibirse con desconfianza.
En la rabia 2 se pueden ver claramente clasificados los problemas Cualquier intento por reconstruir la historia indígena en base a tra-
relarivos a las necesidades fundamentales de orden físico y psicoló- diciones orales sería conjetural.
gico: la alimentación, la reproducción, la prorección del cuerpo, la En la rradición de la antropología social británica, un sistema so-
seguridad, el movimiento corporal... que reciben una respuesta cial consisre en la toralidad de las insriruciones que componen una
culrural a rravés de una serie de acrividades organizadas y de insri- sociedad particular. Las relaciones entre las distintas instituciones
tuciones creadas con esta finalidad. esrán modeladas sobre la base del concepto biológico de sisrema na-
tural. Las distintas partes que forman el todo en el sistema natural

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGfA

son concebidas como en un estado de horneostasis o equilibrio. Esa abandono del esquema histórico-evolutivo presente en Tótem y
concepción del sistema natural como equilibrado es teleológica por tabú sino rambién la relativización del complejo de Edipo y la afir-
cuanto contempla al sistema como autorregulado; cada parte del mación de la existencia de otros complejos estructuralmente dife-
sistema está diseñada para mantener el equilibrio del conjunto. Ma- rentes y por tanto no reducibles a aquél (Rossi, 1983: 126).
linowski tomó ese modelo de las ciencias naturales y lo aplicó a los Para algunos autores -ya lo hemos visto antes- esta tenden-
sistemas sociales, de modo que las diversas instituciones sociales son cia de la antropología sajona hacia el funcionalismo y el estudio de
entendidas como si tuviesen una relación homogénea entre sí. El las necesidades e instituciones sociales, que trataba sobre todo te-
sistema mismo es autorregulador y opera para mantener la homo- mas como los sistemas familiares, las prácticas religiosas o las nor-
geneidad. Además, el papel de las instituciones se reduce a la satis- mas sociales, en lugar de ocuparse de todo el campo de la cultura.
facción instrumental de necesidades biológicas (Ulin, 1990: 33). La se debía a las necesidades de la Administración colonial, uno de cu-
cultura constituye un sistema cerrado, un complejo de elementos yos problemas más importantes era mantener el control social. Era
vinculados entre ellos por relaciones funcionales. necesario conocer la estructura y las funciones de las sociedades so-
Desde este punto de vista se puede medir el paso adelante que bre las que se tenía que gobernar a través de un dominio indirecto
llevó a cabo la antropología respecto a Taylor en los primeros de- (Tullio-Alran, 1996: 88-89).
cenios del siglo xx. Taylor hablaba siempre de «cultura» en singu- La cultura definida de esta manera en el campo antropológico
lar: a sus ojos la cultura primitiva se presentaba con caracteres uni- se instala también en Estados Unidos, y se enriquece a través de los
formes en todos los pueblos, y no era susceptible de variaciones. A estudios de F. Boas quien retoma de Taylor su significado «total»,
medio siglo de distancia el concepto de cultura se ha transformado o sea la consideración de la cultura como un complejo que incluye
definitivamente en un concepto colectivo, que designa una plura- todas las manifestaciones del hombre en cuanto miembro de un
lidad de culturas diversas e independientes (aunque no privadas de grupo social, tanto sus formas de comportamiento como los pro-
posibles relaciones). ductos de su actividad.
A través del análisis de la organización sosio-farniliar melanesia Emergen así con mayor precisión sus diversos componenres:
Malinowski se propone demostrar que -lejos de ser universal, por una parte los «hábitos» sociales, el complejo de reacciones y de
como había pretendido Freud-s- el complejo de Edipo se encuen- actividades que caracterizan el comportamiento de los individuos,
tra solamente en las sociedades de tipo patriarcal, pero está ausen- los cuales forman parte de una comunidad y, por otra, los produc-
te en sociedades matrilineales en las cuales el portador de la auto- tos de esta actividad -como expresa Boas; por un lado el conjun-
ridad no es el padre sino el tío materno, y la represión sexual tiene to de «costumbres» y por otro el conjunto de «artejactos», es decir,
por objeto no la relación con la madre sino con las hermanas. Re- la cultura material-según la distinción de Malinowski. Otro ele-
conoce así la existencia de un complejo que condiciona la forma- mento todavía no claramenre diferenciado de las costumbres apa-
ción de la personalidad, pero rechaza el presupuesto de la unicidad rece en el fondo de estas definiciones: el sistema de valores, es decir
de tal complejo: lejos de constituir el fundamento de la cultura, el el complejo de creencias y reglas de comportamiento de la que son
complejo de Edipo es él mismo un producto cultural, vinculado a partícipes los miembros del grupo social. Pero la referencia a Tay-
determinadas formas de organización social y sobre todo a una par- lar aparece también en la afirmación explícita del carácter adquiri-
ticular estructura familiar. El éxito de esta corrección aportada a la do de la cultura. Sobre todo Boas insiste en la diferencia entre he-
interpretación freudiana de la cultura significa no solamente el rencia biológica y herencia social y la imposibilidad de referir la

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CULTURA Y MODERNIDAD
_ _ _ _ _':LA"-'-CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGíA

segunda a la primera: la cultura no se transmite mediante los me- guna vez pueda descubrir este tipo de leyes, aunque pueda llegar a
canismo reproductivos de la especie humana, sino que se adquiere determinar generalizaciones a través del estudio histórico de las
mediante el ptoceso de aprendizaje, Por eso la cultura es algo espe- distintas culturas y de su confrontación sucesiva.
cíficamente humano, extraña a cualquier otra especie: si en mu- Por eso los ingleses prefieren llamar a la disciplina social antbro-
chos animales se puede encontrar alguna forma de organización so- pologie más que culturalanthropologie: una denominación diferen-
cial, y pOt tanto alguna cosa similar a los «hábitos» sociales, la te que se traduce a su vez en una óptica diferente puesto que la an-
cultura, sin embargo, es una propiedad exclusivamente del hom- tropología británica subraya el estudio de las estructuras y las
bre. Entre el parrimonio biológico (y psicológico) yel parrimonio relaciones sociales mientras que la americana se fija en el análisis de
cultural existe una relación de condicionamiento pero no de re- la cultura y su influencia sobre la personalidad.
ductibilidad. Boas rechaza toda explicación posible en clave derer- En ese sentido Boas, víctima él mismo del antisemitismo, se
minista de la cultura, precisamente porque la considera irreducible opuso a las políticas sociales conformadas por el pensamiento evo- \
a condiciones extra culturales. La cultura no está determinada por lucionista y el darwinismo del siglo XIX. SU crítica se extendió a las
el ambiente geogtáfico ni por las características biológicas de los actitudes racistas demostrando que no había ninguna relación in-
pueblos, puesto que entre las diferencias raciales y las diferencias herente entre la raza, la lengua y la cultura y, por tanto, no había
culturales no hay correspondencia; en fin, la cultura no está ni si- razas, lenguajes ni culturas inferiores (Ulin, 1990: 22, 23). Se pto-
quiera determinada económicamente puesto que la misma estruc- puso como tarea la recolección inducriva de datos etnográficos y su
tura económica depende a su vez de las condiciones culturales. Pre- interpretación según el contexto cultural, llegando a la conclusión
cisamente porque la cultura es adquirida y no transmitida de que la organización social esraba más determinada por la cultu-
biológicamente, no se puede explicar en términos psicológicos. ra que pot el medio ambiente físico. Por eso para él la diferencia
Para Boas la antropología es una ciencia autónoma que tiene como fundamental entre los grupos humanos es de carácter cultural y no
objeto la cultura, que se ha de estudiar emográficamente en la multi- racial. Desde ese punto de vista influyó mucho en la sociología
plicidad de sus formas individuales; en cuanto talla anttopología es en americana de los afias posteriores.
último término una ciencia histórica. En su metodología rechazaba el Vemos, pues, que la cultura adquiere en el campo de la antro-
presupuesto de una «investigación antropológica» que comparase fe- pología una nueva definición más amplia y compleja del uso que
nómenos culturales similares sacados de varias parres del mundo, con se le había dado hasta entonces, sobre todo por tres motivos: su
la finalidad de descubrir la historia uniforme de su desarrollo, ambición por captar el fenómeno cultural en su globalidad y evo-
Toda cultura tiene una estructuraparticular propia, que constitu- lución histórica, su pretensión científica de fundamentarla de ma-
ye su individualidad; y las analogías entre las distintas culturas deben nera positiva y su convicción de haber acerrado en el papel que le
ser explicadas, en la medida de lo posible, en base a sus contactos his- corresponde jugar en la sociedad y en su desarrollo.
tóricamente acertables y por tanto imputables a ptocesos de difusión.
Boas rechaza un procedimiento explicativo fundado sobre la
base de leyes generales del desarrollo referidas a un esquema ornni- 2. Cultura y estructura social
comprensivo (evolucionismo), pero retiene siempre que la antro-
pología puede y debe hacer generalizaciones con cierras limites. La La antropología en Francia se desarrolló con independencia del po-
ancropología no se funda sobre leyes generales, y es dudoso que al- der colonial y por eso el interés de los estudiosos franceses se orien-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LAANTROPOLOCfA

tó, por una parte, hacia los aspectos culturales de la realidad etno- ca de la sociedad. Las representaciones religiosas son «representa-
gráfica, como había sucedido en el caso de la antropología ameri- ciones colectivas que expresan realidades colectivas», los ritos reli-
cana y, por otra, enfatizó su aspecto filosófico, situando en primer giosos son formas de actuar «que nacen en el seno de grupos reuni-
plano los problemas de la psicología individual y social. Con todo, dos y cuya finalidad es suscitar, sostener o reproducir determinados
los sucesores de Durkheim y Mauss pusieron de relieve el parri- estados mentales de esos grupos. La sociedad como tal es la que, a
monio mírico y simbólico de las culturas africanas donde las aven- través de las formas religiosas, promueve el desarrollo de las fuerzas
turas coloniales francesas se entendían no sólo como una explota- morales y de los sentimientos de fidelidad, dando vida a las diver-
ción de los recursos locales ajenos sino como un proceso de sas instituciones sociales. Mediante la religión el individuo asimila
expansión de la cultura nacional hacia los territorios colonizados. aquellas prohibiciones, valores morales, sentido de pertenencia,
Esto respondía también a la idea de «civilización» que se habían que transformando su egoísmo original lo empujan a poner en
formado los franceses ya la tarea, o misión patriótica que ello con- marcha comportamientos socialmente útiles. Las ceremonias y las
llevaba respecto de los pueblos menos desarrollados. Para Durk- fiestas religiosas constituyen momentos en los cuales la colectivi-
heirn, que no desarrolló nunca un concepto de cultura pero que dad se representa emotivamente a sí misma, reforzando su solidari-
fue pionero en este campo, el estudio de la sociedad trata de hallar dad interna y la propia identidad: «los ritos son sobre todo medios
los principios nomo réticos (repetitivos) de los fenómenos socio- a rravés de los cuales el grupo social se reafirma periódicamente a
culturales, fundando así una ciencia de la cultura que pueda expli- sí mismo» (Durkheim, 1993).
car estos fenómenos sin recurrir a la causalidad técnico-económi- A fin de comprender el papel que la cultura desarrolla en la
ca, tan en boga a partir de la cultura económico-industrial sajona teoría durkheimiana es importante subrayar que cuando Durk-
(A. Smith, 1983). heim habla de sociedad tiene presente, sobre todo el impacto que
Su posición está resumida según Crespi (1996: 78-81) en Las una cultura determinada tiene sobre sus individuos y que se impo-
firmas elementales de la vida religiosa (1912), donde Durkheim ha ne a ellos como un hecho social: las formas de actuar, pensar y sen-
buscado en la religión primitiva la clave para establecer la función tir no pueden ser dictadas más que por modelos culturales consti-
de las creencias y de los titos religiosos y, al mismo tiempo, el ori- tuidos, o también por modelos de comportamiento, definiciones
gen de las instituciones sociales y de las categorías lógicas, acogien- de roles, orientaciones de valor y normas vigentes del contexto so-
do el principio evolucionista (sobre todo spenceriano) según el cial en base a una rradición cultural consolidada en el tiempo que
cual el estudio de las formas elementales de la vida socio-cultural, conforma la conciencia colectiva de esa sociedad.
en la medida en que son más (simples» ofrecen una vía de acceso La definición que Durkheim da a la conciencia colectiva" como
privilegiada a la comprensión de las formas más «complejas». un (sistema determinado» formado por el conjunto de creencias y
En esta obra el fenómeno del totemismo, que él considera sentimientos comunes a la media de los miembros de una socie-
como la forma más simple de religiosidad, interpreta la religión dad, así como la relevancia que asumen las representaciones colecti-
como una institución humana producida socialmente, cuya fun- vas, en cuanto dimensiones constitutivas de la vida social, se refie-
ción es la de conformar en el individuo el sentido de identidad y ren esencialmente a la importancia de la dimensión cultural en el
de pertenencia social, promoviendo el consenso colectivo. Así proceso de construcción de la realidad social.
como el símbolo del animal representa la unidad del clan de la mis- Si es cierto que para Durkheim las formas simbólicas son gene-
ma manera la idea de Dios no es arra cosa que la imagen simbóli- radas socialmente y representan exigencias de la sociedad, en cuan-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGíA

to entidad autónoma, también es verdad que cuando Durkheim Durkheim a considerar la cultura como algo que se impone a los
hace referencia a esta última, está pensando de hecho en las formas individuos. Por eso la antropología francesa desde Durkheim y
culturales (representaciones, normas, modelos de comportamien- Mauss a Lévi-Strauss se impone la tarea de descubrir los mecanis-
to, etc.) que la constituyen en su objetividad relativamente inde- mos y las estructuras sociales que rigen la conducra de los seres hu-
pendiente. No es una casualidad que el estructuralisrno de Lévi- manos, a nivel consciente o subconsciente, más allá del proceso
Sttauss se haya'inspirado en la maneta en que Durkheim considera histórico.
las creencias, los mitos, y las reglas morales como realidades en sí En esa línea Mauss, discípulo y seguidor de Durkheim, desarro-
mismas. lla una teoría que sirvió para explicar la razón profunda de algunos
El planteamiento de fondo de la concepción durkheirniana de fenómenos descritos por Malinowski y aclaró aspectos importantes
la sociedad explica también la función prevalente que se le atribu- del comportamiento económico de los hombres pertenecientes a
ye a la cultura en la integración social. A falta de un control social, culturas tribales. Malinowski había descrito una práctica ritual
los individuos aparecen como fuerzas rendencialmente destructi- compleja que llevaban a cabo los habitantes de las islas Trobriand,
vas del orden social: pata fundamentar este orden es necesario que que consistía en llevar a cabo peligrosos viajes de navegación de isla
la misma sociedad imponga a sus miembros los valores de solidari- en isla, siguiendo un recorrido circular establecido por normas tra-
dad colectiva y las reglas de comportamiento adecuadas para pro- dicionales, con el fin de intercambiar dones, bajo la forma de obje-
mover la coordinación de la acción social sobre la base de intereses tos ornamentales, collares y brazaletes con los habitantes de aquellas
comunes. Estas reglas y valores, que corresponden a exigencias islas, que pertenecían a tribus diversas. Este intercambio tenía reglas
esenciales de convivencia pacífica, no tienen su fundamento en la precisas: el don era un acto conveniente (obligatorio), como obliga-
naturaleza de los individuos, sino en la de la sociedad. Por tanto la torio era aceptarlo y, en un tiempo preestablecido, restituirlo en una
cultura en cuanto conjunto de representaciones, creencias, valores, proporción al menos igual a la del don recibido. Esta operación por
normas... tiene la función de fundamentar la cohesión y el con- la cual se establece un flujo continuo de objetos sin valor económi-
senso sociales, estableciendo un sistema de control de sanciones y re- co entre un grupo y otro, con grandes riesgos a causa de la dificul-
compensas, que orientará la acción de los individuos, limitando sus tad de la navegación, y sin ningún beneficio económico aparente,
deseos e indicando las finalidades concretas que deben alcanzar. La constituye un sinsentido para el estudioso occidental. Pero Mauss
cultura es, por tanto, una dimensión constitutiva de la personali- observó, bajo estas operaciones, una estructura por la cual la obli-
dad social de los individuos, que se construye a través de la inte- gación de dar, de recibir y de devolver se funda sobre la supuesta
riorización social de aquellos modelos y valores que son funciona- presencia de una fuerza mágica, el mana, en el objeto dado, fuerza
les para el mantenimiento del orden social. que tiene un carácter benéfico con la condición de que sea devuel-
Su función integradora la configura esencialmente como prin- ta, directa o indirectamente, al dador original. Si esta operación se
cipio de determinación contra el peligro de la indeterminación que interrumpe, la misma fuerza mágica, en lugar de ejercer una fun-
puede surgir de la acción individual. o de la ausencia de modelos ción benéfica, se convierte en una potente carga destructiva respec-
culturales adecuados en situaciones de cambio social rápido. Des- to a quien ha fallado en su obligación.
de el momento en que la cultura está siempre vinculada a las exi- Aplicando la pauta estándar de la escuela de Durkheim, Mauss
gencias de la sociedad como tal, la identificación, de hecho, entre consigue discernir en esos fenómenos, aparentemente dispares, un
sociedad y sistema de mediaciones simbólico-normativas lleva a principio subyacente que se supone que los hace, de repente, inte-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGÍA
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ligibles. Todos esos fenómenos son ejemplos de una forma «arcai- El logro específico del Ensayo sobre el don -prosigue Harris-
ca) de intercambio en la que se da una «circulación de los objetos reside en esta reorientación del funcionalismo hacia la (teleología
junro a una circulación de las personas y de los derechos» (Mauss, inconsciente del espíritu». Lo que impactó en el pensamiento de
1954: 45). Tal circulación no se manriene ni por regareo, ni por Lévi-Strauss al leer este ensayo fue ver cómo Mauss había llegado
compra, ni por urilidad económica, sino por la rriple obligación al umbral del descubrimienro de la «teleología inconsciente del es-
profundamenre impresa en el espíritu humano de dar, recibir y de- píritu>', que iba a servir de base a Las estructuras elementales delpa-
volver (Harris, 1993: 421). rentesco y de pauta a roda la antropología estructural francesa. La
A esta compleja relación la llamó Mauss prestación total es decir reciprocidad es el concepto que puede conducirnos hasta la estruc-
una operación en la que entran en juego la totalidad de los facto- tura mental subyacente. Y a esta tarea es a la que se entrega Lévi-
res que constituyen la realidad compleja de un grupo humano en Strauss en su obra principal.
su organización social. Esto le llevó a formular el concepto de he- La conrribución específica de Las estructuras elementales delpa-
cho social total, que indica aquellos momenros cruciales de la reali- rentesco reside en la aplicación de las sugerencias de Mauss referen-
dad humana en los que se manifiesta la copresencia en sus diversas tes a la circulación de un tipo particular de bien, a la explicación de
dimensiones. Es decir que ningún aspecro de la realidad puede ser la prohibición del incesto, de los matrimonios preferenciales y de
concebido como algo absrracto y separado de los otros porque es el las principales variedades de los grupos de parentesco. El bien en
resultado de su copresencia. Por tanto Mauss trata las manifesta- cuestión, que Mauss se limita a enumerar junto a los brazaletes, las
ciones del don como hechos sociales totales, en los que todos los ti- plumas y los ñames, es el más precioso don que un grupo puede dar
pos de instituciones, religiosas, legales, morales y económicas en- a otro, a saber: las mujeres. El fenómeno fundamenral subyacente
cuentran expresión simultánea. a todos los sistemas marrimoniales es el resultado de la prohibición
La primera característica de la noción de acto total es que lo social del incesto, y en todos los casos actúa del mismo modo: «A partir
sólo es real cuando está integrado en un sistema. En consecuencia del momento en que me prohíbo a mí mismo el uso de una mujer,
con esto la noción de acto total está en relación directa con una do- que así se convierte en disponible para atto hombre, hay en algún
ble preocupación que es, por un lado, la de relacionar lo social con sitio un hombre que renuncia a una mujer, que de ese modo resul-
lo individual y, por otro, lo físico (o fisiológico) con lo psíquico. ta disponible para mí» (Lévi-Strauss, 1949: 65). La función de la
No se trata simplemente, como afirma Harris, de que Mauss sea prohibición del incesto consiste así en impulsar el intercambio re-
más consciente que Durkheim de la relación entre los fenómenos cíproco de mujeres. A partir de aquí, el estudio del parenresco con-
sociológicos y los fenómenos psicológicos. Se trata más bien de que siste esencialmente en el análisis y en la clasificación de los diver-
Mauss afirma que, aunque la sociología sea un tipo de psicología sos sistemas de intercambio de mujeres, que están más o menos
específicamenre distinro de la psicología individual, «no por ello es implícitos en la gama de dispositivos insritucionales que regulan la
menos verdad que uno puede pasar de los hechos de la conciencia filiación, el matrimonio y las relaciones entre grupos (Harris,
individual a las representaciones colectivas a través de una serie 1993: 420-424).
continua de intermediarios», Lo que equivale a decir que Mauss se Lévi-Strauss no parte de la economía política de la sociedad
ha dado cuenra de que en el espíritu humano pueden existir es- como fundamenro que derermina la vida de toda la civilización
tructuras internas profundas y ocultas, causalmente anteriores a las sino que se dedica al análisis de los fenómenos estructurales de ca-
representaciones colectivas como hechos sociales objetivos. rácter simbólico, como la lengua, la religión, las formas de marri-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGtA

monio, para profundizar en la morfologfa del pensamiento salvaje, plica la elaboración de reglas sociales. El ejemplo más característi-
tratando de descubrir la multiformidad interna de las estructuras co de estas reglas universales que analiza el estructuralismo es la
del pensamiento primitivo que Otros habían deducido de las sim- prohibición del incesto que tiene por fundamento la necesidad de
ples técnicas de la vida material y de su relación espirirual con el los intercambios sociales.
mundo. La antropología estructural se pone como tarea encontrar aque-
Esto le llevaal descubrimiento de estructuras que están en un pla- llo que es necesario a toda vida social, es decir los universales cul-
no diferente al de la realidad histórica, es decir a un nivel humano turales o, para decir las cosas de otra manera, los apriori de toda so-
más profundo, como dice en su Antropología estructural (1958). ciedad humana. A partir de aquí establece las estructuraciones
Las estructuras son sistemas caracterizados por una cohesión inter- posibles, en número limitado, de los materiales culturales, es decir
na inalcanzable a la observación corriente, es decir estructuras ló- lo que crea la diversidad cultural aparente, más allá de la invariabi-
gicas universales (y formales) en las que se manifiesta la acrividad lidad de los principios culturales fundamentales.
inconsciente del espíritu humano. Estas estructuras, que están en Vemos pues que la antropología francesa estudiando la relación
la base de las instituciones concretas que se pueden encontrar en las entre cultura y estructura social trata de establecer las bases univer-
distintas sociedades, son estructuras meta-históricas que subsisten sales del comportamiento humano más primario y con ello confie-
a nivel inconsciente. En este sentido Lévi-Strauss llega a afirmar, en re al estudio de la cultura un estatuto y un valor primordial sobre
el Pensamiento salvaje (1962) que «la etnología (es decir la antro- el resto de las áreas o disciplinas que tratan de descifrar la conduc-
pología) es ante todo psicología» (Rossi, 1983: 89). ta de los seres humanos y su organización social.
Por eso, concluye Cuche (1996: 45 y ss.), más que preocuparse
por el estudio de las variaciones culturales, trata de analizar la in-
variabilidad de la cultura. Para Lévi-Strauss las culturas particula- 3. Cultura y personalidad
res no pueden ser comprendidas sin referencia a la cultura, «ese ca-
pital común>, de la humanidad del cual ellas se sirven para elaborar Hemos visto que algunos autores han subrayado la interrelación e
sus modelos específicos. Lo que trata de descubrir en la variedad de implicación que existe entre la cultura y las estructuras inconscien-
las producciones humanas, son las categorías y las estructuras in- tes del ser humano, es decir su psique y su personalidad. Pues bien,
conscientes del espíritu humano. esta relación entre las características de la personalidad y la cultura
La ambición de la antropología estructural de Lévi-Strauss es la en la que viven los seres humanos ha sido motivo de estudio y de-
de localizar e inventariar los «invariantes», es decir aquellos mate- bate desde el siglo XIX tanto en el campo de la antropología como
riales culturales siempre idénticos de una cultura a otra que son li- en el de la psicología (véase el antiguo manual de Honigmann:
mitados debido a la unidad de la psique humana. En el punto pre- Cultureand Personalityi. Uno de los pioneros en este campo fue E.
ciso donde la cultura alberga la naturaleza, es decir en el nivel de Sapir, quien comenzó a valorar las diferencias entre los fenómenos
las condiciones muy generales del funcionamiento de la vida social, individuales y sociales, y subrayó que la personalidad se forma a
es posible encontrar reglas universales que son también principios través de un proceso de «interacción» en el que entran en juego,
indispensables de la vida en sociedad. por una parte, aspectos culturales y, por otra, necesidades físicas y
Está en la naturaleza del hombre vivir en sociedad, pero la or- psicológicas del individuo que no acepta sin más la cultura que se
ganización de la vida en sociedad toma el relevo de la cultura e irn- le transmite y trata de reelaborar muchas de sus facetas para inte-

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CULTURA Y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLoe fA

gradas en sus necesidades. Culrura y personalidad emergen así mo se refiere a la importancia de la experiencia no material, así como
como una especialidad aplicada de la amropología cultural que a la transmisión del pensamiento y la información sin la presenciadi-
combina los datos psicológicos observados en los individuos de recta de los objetos mismos (el lenguaje, las actitudes y valores); y la
una sociedad con el modelo etnográfico de la misma. integración se apoya en las dos anteriores (Hollander, 1968: 221).
En el campo de la amropología uno de los primeros trabajos de- No es fácil determinar en qué medida la cultura de una socie-
dicados a la relación entre personalidad y cultura se lo debemos a dad configura la personalidad individual, sin embargo hay un con-
Liman (1945), y a partir de él ya no ha cesado la producción de in- senso general sobre el hecho de que las características distintivas de
vestigaciones sobre este mismo tema. una persona se hallan ineludiblemente vinculadas a la sociedad en
R. Liman parte de la consideración de que los problemas de la la que vive. Esta relación surge del hecho de que la personalidad se
personalidad en relación con la cultura han sido olvidados por los desarrolla como una función de la adaptación social. El descubri-
etnólogos, preocupados, sobre todo, por examinar los fenómenos miento de que la personalidad varía según las personas y las cultu-
colectivos de la sociedad y la civilización. Durante mucho tiempo se ras llevó a los psicólogos a revisar muchos de los conceptos básicos
ha considerado al individuo como un simple portador de la cultura que habían utilizado, y la colaboración entre estudiosos de ambas
que todos comparten con él, sin preocuparse por conocer cómo asi- disciplinas generó investigaciones que dieron mucha luz en este
mila esa cultura o por qué, en determinadas circunstancias, aban- campo del conocimiento, llegando a elaborar la reoría sobre la per-
dona ese rol pasivo y se convierte en agente de cambios culturales. sonalidad básica (Kardiner, 1939) o los estudios sobre caracteres
Los psicólogos, a su vez, han buscado la ayuda de los antropólogos nacionales (Mead-Gorer, 1961).
después de haber intentado explicar las semejanzas o diferencias in- Liman afronta una serie de problemas relativos al papel que jue-
dividuales en base, sobre todo, a factores biológicos, sin tener de- ga la cultura como factor de formación de la personalidad. El pri-
masiado en cuenra los culturales, con lo cual sus explicaciones lle- mero de estos se refiere a la formación de la personalidad típica de
garon con frecuencia al reduccionismo de basarse solamente en la cada cultura. ¿Por qué es posible individuar un carácter típico de los
existencia de instintos de carácter universal (Tentori, 1976: 125). franceses o de los estadounidenses? ¿Qué factores son los que hacen
Linron, sin embargo, destaca la importancia de la integración que un estadounidense tenga un tipo de personalidad distinta a la
como factor de entrelazamiento de los diversos componentes cul- de un francés? La esencia del problema del carácter nacional reside
turales tales como las instituciones sociales, los sistemas de estatus en el grado en que las naciones civilizadas modernas poseen cultu-
y otros aspectos de la sociedad. Por eso define la cultura como "la ras nacionales distintas, y en la medida en que los elementos cultu-
configuración de la conducta aprendida y de los resultados de la rales compartidos por las distintas unidades sociales que componen
conducta cuyos elementos constitutivos son compartidos y trans- dicha nación reflejan un denominador común de la personalidad de
mitidos por los miembros de una sociedad dada». El énfasis en la sus habitantes (Hollander, 1968: 325-326). Para resolver este pro-
transmisión subraya el aspecto comunicativo de la cultura. blema el autor recurre al concepto de personalidad básica, es decir
Este concepto pone de relieve, sobre todo, los aspectos de la tra- aquella parte fundamental de la personalidad que se forma en la in-
dición, el simbolismo y la integración cultural. Por tradición se refie- fancia por influencia de las técnicas educativas.
re a la continuidad de la cultura como fuente de las directrices que El segundo problema que se presenta en toda cultura es saber
permiten resolver, de modo rutinario, los imperativos Fundamentales por qué partiendo de una identidad de la personalidad básica se da
de la existencia (el nacimiento, la muerte, el parentesco); el simbolis- una gama de variedades cuyo origen, según Liman, había que bus-

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CULTURA Y MODERNIDAD
_!:A CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROP<?cL=O=G=fA~_ _

car en parte en los factores bio16gicos de las personas y, en parte, en dueto Ocarácter es lo que Kardiner llama personalidad básica. De
la variedad de los ambientes fámiliares que encontramos en toda esta manera, la estructura de la personalidad básica viene a ser la
cultura dentro de la identidad de la institución familiar. síntesis misma de los resultados derivados de la influencia de las
La personalidad de base, o fundamental, es aquella configura- instituciones primarias actuando sobre el individuo.
ción psicológica propia de los miembros de una sociedad determi- El hecho más importante aquí es el reconocimiento de que las
nada, caracterizada por un estilo de vida de acuerdo con el cual sus instituciones con las que se pone en contacto el individuo crean en
individuos se organizan. El conjunto de características que com- él un condicionamiento sobre su personalidad. Conforme a eso, la
ponen esta configuración se llama así no porque represente exacta- estructura de la personalidad básica es una construcción que trata
mente una personalidad sino porque constituye la base de la pet- de explicar: a) cómo se integran ciertas instituciones en el indivi-
sonalidad de los miembros del grupo, es decir, la matriz a partir de duo y b) cuáles son las semejanzas que exhiben entre sí los miem-
la cual se desarrollan los caracteres de la personalidad. bros de una sociedad, lo cual significa que, dada una cierta cohe-
Kardiner fue el primero que introdujo el empleo del concepto rencia psicológica, la estructura de la personalidad básica explica
estructura de lapersonalidad básica (1939) mediante el cual se esta- las interrelaciones entre las instituciones y los tipos de personalidad
bleció la importancia de ciertos datos de la socialización infantil. en una determinada cultura (Esteva, 1993: 120-122).
Según Esteva por estructura de personalidad básica, Kardiner en- Si estos postulados son correctos se sigue que:
tiende un conjunto de caracteres, psíquicos y de comportamiento 1) Los miembros de una sociedad determinada tendrán en co-
derivados de la acción que ejercen las instituciones de una sociedad mún muchos elementos de las primeras experiencias;
sobre el individuo. Estas instituciones son las disciplinas aplicadas 2) Por consiguiente tendrán también en común muchos ele-
a los niños, la instrucción en el lenguaje y sus símbolos ideológi- mentos de la personalidad;
cos, las técnicas de subsistencia, los sistemas de pensamiento, y las 3) Y puesto que las experiencias de los individuos difieren de
constelaciones culturales compartidas por los miembros de una so- una sociedad a otra, diferirán también los tipos fundamen-
ciedad como resultado de sus primeras experiencias. Este concep- tales de personalidad de una sociedad a arra.
ro de personalidad básica no se refiere a la personalidad total, sino La personalidad básica no se corresponde con la personalidad
más bien al sistema proyectivo o de valores que son fundamentales total del individuo sino con los sistemas de «valores-acritudes» que
para la orientación de la personalidad del individuo. En todo caso, son fundamentales en su configuración, de tal manera que la mis-
la estructura de la personalidad básica nos dice cómo difiere un ma personalid"ad básica puede reflejarse bajo formas muy diferen-
miembro de una cultura respecto de otra. El proceso de socializa- tes .de comportamiento y puede encontrarse también en configu-
ción infantil y ciertas instituciones, como las técnicas de subsisten- raciones totales de personalidad muy diferentes. Es la matriz desde
cia y la organización familiar, son llamadas por Kardiner institucio- la que se desarrollan los aspectos de un determinado carácter. POt
nes primarias. En cambio, a las constelaciones inconscientes que, tanto el conocimiento de la personalidad básica de una cultura
por añadidura, son pata Kardiner estables, las llama instituciones se- debe formar parte de toda investigación que trate de comprender
cundarias o sistemas proyectivos. De acuerdo con esto, el estudio de una cultura determinada en su totalidad.
los efectos que tienen ciertas instituciones de comportamiento so- Ahora bien, toda cultura tiene a su vez un sustrato fundamen-
bre el individuo proporciona al investigador una base empírica tal, un patrimonio común de ideas, de principios, de costumbres,
para predecir qué tipo de carácter resultará de las mismas. Este pro- de reacciones comunes a todos quienes pertenecen a ella. A esto lo

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_ _ _----'Cc=UccLTURA y MODERNIDAD LA CULTURA COMO CIENCIA: LA ANTROPOLOGfA
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llama Linron universales de la cultura. En toda cultura existen ade- Cuando los estudiosos se refieren al ámbito y relación entre cul-
más otros elementos propios de las distintas categorías de indivi- tura y personalidad están subordinando el papel de la personalidad
duos (por clases, sexo, edad), que son los elementos particulares o al presupuesto de que su existencia es una función del sistema cul-
especiales de la cultura. Por último, toda cultura proporciona siem- tural y de la distribución de éste en forma de un sistema de tol-es-
pre a sus miembros ideologías, modelos de comportamiento, idea- tatus que sirve para ajustar al individuo a su medio y a sí mismo.
les entre los que se puede escoger u optar, que son los aspectos o Cualquier fracaso en este ajuste supondrá también un fracaso pata
elementos alternativos de la cultura. la personalidad y pata los mecanismos de ajuste y socialización en-
Según Esteva se considera que los individuos socializados den- tre ambos. Por tanto el conocimiento del carácter social de la es-
tro de una misma nación comparten una tradición específica y po- tructura del ego pasa necesariamente por el análisis de la estructu-
seen ciertas regularidades de conducta culturalmente integradas. El ra social. De ahí que la estructura de la petsonalidad sea una
carácter nacional es, por tanto, definido como un fenómeno co- reproducción relativa del sistema cultural en el individuo. Se en-
lectivo cuyo conocimiento es útil porque proporciona al investiga- tiende así que el desarrollo intensivo de esta clase de investigacio-
dor la idea de que existe una configuración distintiva en un grupo nes aplicadas a un país o carácter nacional se iniciase a partir de
de individuos. Se inicia así el concepto del carácter nacional con la 1940 puesto que perseguía el objetivo de conocer los modos de
idea de que en toda sociedad existen ciertas regularidades o patro- conducta característicos de los países amigos y enemigos de los Es-
nes institucionalizados de cultura -formas de gobierno, leyes, or- tados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
ganización familiar, estructura económica, tradiciones, sistemas de
comunicación, valores de orientación, sistemas de comportamien-
to y lenguaje semántico- el núcleo de los cuales se manifiesta psí-
quicamente en cada uno de los individuos adultos socializados en
el seno de una sociedad-nación (Esteva, 127-130).
Para este autot el ámbito de cultura y personalidad trata así de es-
tablecer puntos de conexión entre el nivel orgánico y el supetotgáni-
ca y ver cómo se proyectan ambos en el individuo y en los grupos so-
ciales de una sociedad determinada, tratando de superat la
dicotomía entre lo etnológico y lo psicológico. En ese sentido la psi-
cología humana debe estudiarse como un fenómeno específico en
cada sociedad, de manera que el contexto cultural constituye la for-
ma dinámica de la personalidad, yeso es posible porque el individuo
asume la hetencia de su cultura y con ella asume también la integra-
ción con su sociedad de tal maneta que los fines de ésta se conviet-
ten en sus propios fines. Por eso cuando tomamos a un individuo
como representativo del tipo de personalidad predominante en una
sociedad determinada lo que pretendemos con ello es comprender la
realidad de un grupo social a través del ego de una persona.

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CApíTULO 5

CULTURA POPULAR Y DE MASAS

1. La cultura popular en la sociedad preindustrial

Ya hemos visto, en e! capítulo segundo, que con e! advenimiento


de la revolución industrial, sobre todo en Inglaterra, y la aparición
de las clases sociales e! concepto de cultura cambia de significado y
su contenido unitario y universalista se diversifica apareciendo los
adjetivos de popular, obrera... en función de! colectivo social al que
se aplica.
Sobre la definición de cultura popular, al menos en e! período
preindustrial (siglos XVI-XVIII), no hay un consenso unánime. Al-
gunos la definen, Gramsci por ejemplo, como la cultura no oficial
y propia de las clases subordinadas. Otros, como Burke, atribuyen
e! descubrimienro de la cultura popular al escritor alemán Herder
para quien las canciones y narraciones populares, las representa-
ciones teatrales y los proverbios, costumbres y ceremonias forman
parte de un todo cultural que expresa e! «espíritu» de un pueblo
particular. Para este autor hubo razones estéticas y políticas para e!
descubrimiento de la cultura popular a finales de! siglo XVIII y co-
mienzos del XIX. La razón estética fue la reacción contra el clasicis-
lJlo•.tan valorado en e! Renacimiento, y e! auge de! romanticismo
que comenzó a exaltar las canciones populares y las rnanifestacio-

147
CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPULAR Y DE MASAS

nes artísticas del pueblo llano. Las razones políticas que apoyaron el predominio del cristianismo había dado una cierta unidad a to-
el descubrimiento y exaltación de la cultura popular fueron los mo- das estas culturas populares sobre todo a través de las fiestas y cele-
virnienros nacionalistas que comenzaron a extenderse por toda Eu- braciones religiosas.
ropa como movimientos de liberación del dominio extranjero Para Ginzburg (1981: 13-27), sin embargo, la cultura como de-
(Bretaña, Escocia). finición del conjunto de actitudes, creencias, modelos de compor-
Para los románticos el pueblo era natural, simple y no analfa- tamiento, etc., propios de las clases subalternas en un determinado
beto, instintivo, irracional, enraizado en la tradición y en la propia período histórico, es un préstamo de la antropología cultural. 5610
tierra, y desprovisto del sentido de la individualidad puesto que el a través del concepto de «cultura primitiva) hemos llegado a reco-
individuo se perdía en la comunidad. Según Burke (1980: 13-16), nocer la entidad de una cultura entre quienes hemos definido
el descubrimiento de la cultura popular consistió en una serie de como «el vulgo de los pueblos civilizados». Para Ginzburg y Burke
movimientos de inspiración autóctona, de intentos organizados de lo que caracterizaba la cultura de las clases populares en la Europa
sociedades sometidas al dominio extranjero para revivir la propia preindusrrial era, por tanto, una relación estrecha y compleja con
tradición cultural. Los cantos populares conseguían evocar un sen- la cultura de las clases dominantes, hecha de intercambios y de
tido de solidaridad en una población dispersa y privada de institu- contraposiciones, de tensiones y de homogeneidades. En ese senti-
ciones nacionales tradicionales. do introducen la palabra «circularidad», para subrayar contra toda
La cultura popular se percibía corno una cultura local, a la re- tentación populista lo absurdo de una «autonomía absoluta de la
gi6n, la ciudad o la villa se le debía fidelidad; aquella unidad que cultura campesina». Se trata de una circularidad que se tiene que
formaban estas comunidades cerradas con estereotipos hostiles reconstruir analíticamente sin apriorismos y por tanto admitiendo
frente a los extranjeros se resistía también a aceptar nuevas perso- también la posibilidad de que determinados elementos de la cultu-
nas y nuevas costumbres. Las variaciones culturales en función de ra popular no se deriven de la cultura dominante. Puesto que na-
la distribución geográfica eran también fuertes y se remontaban die niega la relativa originalidad de la alta cultura, el problema que
muy atrás en el tiempo. Aunque las tradiciones étnicas antiguas, se nos plantea es el de conseguir documentar, donde sea necesario,
como las citadas, hayan contribuido a determinar las variaciones la originalidad relativa de la baja cultura. Porque la alta cultura fue
regionales éstas no eran las únicas causas. La región era una unidad siempre unida a la tradición clásica, talcomo se transmitía en las
cultural, sobre todo, pOt motivos ecológicos: ambientes físicos di- escuelas y universidades, es decir a través de la enseñanza de la fi-
versos han animado si no impuesto diversos estilos de vida. Si los losofía y la teología, la oratoria, la poesía y el teatro, mientras la cul-
italianos construían con la piedra, los holandeses con ladrillos y los tura popular lo hacía, ya lo hemos visto, a través de cantos y cuen-
rusos con madera, ésto ocurría por razones bastante obvias. tos populares, imágenes votivas, fiestas religiosas o estacionales q~e
Uno de los argumentos centrales de Burke es que el nivel re- tenían como soporte el libro y la tradición oral. No obstante las cla-
gional no es el único en el que se debe estudiar la cultura popular. ses cultas participaban muchas veces en las fiestas de las clases po-
El concepto de «región» en realidad es menos preciso de lo que pa- pulares mientras que estas últimas no tenían acceso a los niveles
rece a primera vista. Además había diferencias entre la cultura po- educativos de los primeras.
pular del campesinado, que constituía la mayor parte de la pobla- Es más, algunos estudiosos (R. Mandrou, 1964) no hablan de
ción, la cultura pastoril, la de los mineros, los artesanos o las de las una cultura producida por las clases populares sino impuesta a las
minorías étnicas que habitaban ya en algunas ciudades. Y aun así clases populares, y basándose en la literatura ambulante y de di-

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_ _---'C"'U~,lTURAy MODERNIDAD CULTURA POPULARY DE MASAS

vulgación como los almanaques. coplas, recetas o vidas de santos, Quizás por este motivo entre otros, como afirma Burke (1980:
que los comerciantes vendían por ferias y poblaciones rurales, lle- 169), es posible descubrir las actitudes populares de este período
gan a la conclusión de que este ripo de lirerarura de evasión había como generalmente «conservadoras» o mejor dicho «tradicionalis-
proporcionado a las clases populares una «visión del mundo» ca- tas». El hecho de que los artesanos y agricultores aceptasen por hé-
racrerizada por el faralismo y el dererminismo sobre la vida y el des- roes a los samas, a los soberanos y a los caballeros hace pensar que
tino, lo cual había impedido que estas clases reflexionasen sobre su se identificaban con los valores de la Iglesia, de la monarquía y de
propia condición social y sobre el papel que jugaban en la sociedad la nobleza o cuanto menos que debían organizar su propio mundo
preindusrrial. Pero, según Ginzsburj¿ idenrificar la culrura produ- sobre los modelos ofrecidos por el grupo dominante, aunque esto
cida por las clases populares con la culrura impuesta a las masas po- no significa que los artesanos y los agricultores estuviesen satisfe-
pulares a rravés de los proverbios, los precepros y las novelas es ab- chos con el orden social tal como estaba conformado; en efecto,
surdo. Quizá sería más exacto hablar no de la autonomía de ambas ellos no veían la sociedad en términos de armonía sino de conflic- '\
culturas, sino de una influencia recíproca entre la cultura de las cla- to Yse lamentaban de la pobreza, de la injusticia, de la desocupa-
ses subalternas y la cultura dominante. ción, de los impuestos, y a menudo hablaban de los pobres que
A su vez Burke cree que en la Europa preindustrial coexistían dos eran explorados y despellejados por los ricos.
tradiciones culturales, pero no se correspondían de manera simétrica Una prueba evidente de todo esto la tenemos en la manifesta-
con los dos principales grupos sociales, que representaban a la élire y ción de algunas festividades populares que dejaban traslucir el sen-
a la gente común. Mientras la élite, en efecto, participaba de las pe- timiento popular y evidenciaban la crítica a la sociedad y el deseo
queñas tradiciones, la gente común, sin embargo, no participaba en de su transformación. Nos referimos al carnaval.
las grandes tradiciones. La razón de tal asimetría era que las dos tra- El carnaval representa la idea de renovación universal y se pre-
diciones se transmitían de maneradiversa: la gran tradición se trans- sentaba como una huida provisional de las normas de la vida ordi-
mitía de manera oficial en las escuelas de gramática y en la universi- naria. Por tanto no se trata de un espectáculo representado sino vi-
dad y era una tradición cerrada, en el sentido de que quien no vido por la propia población. A diferencia de las fiestas oficiales,
frecuentase aquellas insriruciones, no abiertas a todos, era excluido y donde se mantienen las distinciones jerárquicas y cada personaje se
no sabía hablar la lengua; la pequeña tradición al contrario venía presenta ame la colectividad con sus títulos, grados y distinciones
transmitida de. manera no oficial y era abierta a todos, como la igle- propios de su rango, el carnaval consagra la igualdad, la abolición
sia,la hostería, el mercado, o el teatro en sus diversas manifestaciones. provisional de las relaciones jerárquicas, las reglas y los privilegios.
Todo parece indicar que hubo una influencia recíproca entre la La separación en la vida diaria entre individuos con distinta fortu-
cultura de las clases subalternas y la cultura dominante (Bajtin, na, edad o condición se ve así disuelta y liberada de las barreras que
1998). Almanaques, coplas, novelas de aventuras, vidas de santos, impone la sociedad. En la fiesta del carnaval esta liberación transi-
libros piadosos, cuentos, ritos y mitos como elementos de religio- toria permitía que las personas se sintieran iguales entre sus seme-
sidad popular, constituían el conjunto de símbolos, creencias y va- jantes en una relación familiar y utópica.
lores de campesinos y artesanos que a través de toda esta tradición Le Roy-Ladurie nos narra (1982: 72-108) el Carnavaldes Ro-
oral o producción escrita conformaban una visión del mundo y de mans (siglo XVI) a orillas del Ródano como ejemplo de insurrección
la naturaleza a la cual se atenían los modelos y las normas de con- campesina promovida por la miseria y el alto precio del trigo que
ducta de las clases populares en general. tuvo como proragonistas a las sociedades parroquiales de jóvenes

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPUlAR Y DE MASAS

encargados de las fiesras populares. Se trata de una alianza entre Sin embargo más que las reformas lo que transformó la cultura
campesinos y artesanos de Romans que, animados por las clases popular fue la propia evolución de la sociedad. Si la cultura popu-
populares urbanas, se niegan a pagar los impuestos, diezmos y to- lar había surgido de un tipo de vida local, roda ella se transformó
das las cargas señoriales, cuestionando así las bases del orden tradi- con el desbordamiento de las fronteras locales. El crecimiento del
cional. Excitados por la proximidad del carnaval, comienza una re- capitalismo mercantil, la aparición y fortalecimiento del Estado-
vuelra popular en las calles de la ciudad denunciando que los ricos nación y sobre todo la revolución industrial transformaron la cul-
se habían enriquecido a costa de los pobres. tura en todos sus sentidos.
Es un acto de inversión social hasta que finalmente los caballe- Desde el siglo XVI se comenzó a experimentar un crecimiento
ros se vengan de los revoltosos y los matan. Así acaba el carnaval de de la población que en el caso de Europa se había duplicado allle-
Romans, las clases dominantes ocupan de nuevo su lugar y todo gar al siglo XVIII. Esta revolución demográfica provocó la concen-
vuelve al orden. En este carnaval sangriento los actores interpreta- tración urbana en las grandes ciudades. El trasvase de población del
ron su revuelta de manera real en lugar de vivirla de manera figu- campo a la ciudad en busca de trabajo fue especracular, sobre todo,
rativa y festiva. . en los países industrializados.
La Europa preindustrial estaba llena de ritos y símbolos religiosos Además, según Burke, la revolución comercial también fue im-
y seculares, estos ritos y símbolos se explicitan en el uso de acciones portante, y dio paso al nacimiento del capitalismo comercial. Se
dirigidas a la expresión de significados. Por ejemplo el agua y el fue- produjo sobre todo una gran expansión del comercio tanto dentro
go eran símbolos de la purificación de la misma manera que la fies- de Europa como entre Europa y el resto del mundo; la división in-
ta era, muchas veces, significado de renovación o regeneración. ternacional del trabajo se hizo más clara con la concentración en
El carnaval se presentaba así como un período de éxtasis y libe- Europa occidental de las manufacturas (cuchillería, papelería, vi-
ración expresado, según todos los autores, a través del alimento, el drio, especialmente rejidos), productos que se exportaban a Euro-
sexo y la violencia, es decir un período de ruprura con lo sagrado y pa oriental. Junto a esta revolución del comercio se desarrolló una
lo establecido, un paréntesis de la vida cotidiana que las clases do- revolución de las comunicaciones: se construyeron más naves, se
minantes veían como un medio de que las clases populares libera- excavaron más canales, se mejoró la red de carreteras. el servicio
sen sus propios sentimientos y encontrasen una compensación a postal llegó a ser más frecuente y se hizo también un mayor uso de
sus frustraciones, pero siempre atentas para que este tipo de festi- la moneda y del crédito. La agricultura se transformó alrededor de
vidades no desembocasen en verdaderas revueltas populares. las grandes ciudades, pasando de su nivel de subsistencia a una
El carnaval fue una fiesta tradicional bastante extendida por agricultura dirigida a incrementar el mercado ciudadano.
toda Europa, pero esro no indica que toda la cultura popular fue- Orto fenómeno responsable de las transformaciones de la cul-
se homogénea. Además, a lo largo de los siglos XV-XVIII se pueden tura material fue el cambio de los modelos de producción. Al cre-
distinguir diversas etapas de su evolución, desde la más oral a la es- cer el mercado de las exportaciones, las especializaciones regionales
crita, de la más religiosa a la secular, de predominio rural a predo- en determinados trabajos manuales se hicieron más pronunciadas:
minio urbano. Sus manifestaciones supersticiosas y sus expresiones así la industria de la cerámica, del curtido y de la seda asumieron
condujeron a distintos intentos de reforma tanto por parte de las gran importancia en algunas partes del mundo.
clases dominantes como de la Iglesia, que trataban de resrablecer el Con estos cambios, el libro como transmisor de cultura fue to-
orden y las cosrumbres morales según sus propios cánones. mando protagonismo a través de la producción editorial. Pero esto

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CULTURA POPULAR Y DE MASAS
CULTURAY MOD"E~RN=IDocAD= _

no hubiera sido posible sin ,que se experimentasen cambios tam- tura popular se hallaba dividida entre una iglesia medieval, profun-
bién en los niveles de ~etjzación, sobre todo durante la prime- damente folklorizada, y otra iglesia moderna, sobre todo de la Con-
ra mitad de nuestto período, es decir, entre 1500 y 1650. En Fran- trarreforma en adelante, obstinadamente inclinada a la supresión de
cia el porcentaje medio de alfabetización subió al29 por ciento en aquella cultura popular con la que durante siglos había vivido en
1690 y al 47 por ciento en 1790; en Inglaterra subió del 30 por una estrecha simbiosis. La nueva organización salida del Concilio
ciento en 1642 al 60 por ciento en la segunda mitad del setecien- de Trento y la llegada al poder de una jerarquía evangelizadora y se-
tos. El aumento de alfabetización fue el resultado de la progresiva leccionada en el sentido antipopular imprimió un cambio brusco y
difusión de los medios para la insttucción (Burke, 1980: 237 y dramático en el viejo orden cultural, excluyendo a las clases popu-
244). lares de toda forma de exptesión posible, incluso de su propia visión
Algunos estudiosos (G. Bolleme, 1965) cifran alrededor de del mundo, imponiendo un modelo de sociedad santa y disciplina-
1.000 los títulos publicados de literatura popular en el siglo XVIlI, da incluso frente a los residuos folklóricos del bajo clero, De esta'
para uso de la «pobre gente) o «sólo para los 'que no tienen ningún manera la iglesia como lugar de representación y encuentro es rem-
conocimiento, ° muy poco, puesto que utilizaban los términos plazada por los lugares profanos que sustituyen a los sagrados a m",
más comunes de nuestra lengua», Pero tampoco esto era del todo dida que se entra en la Edad Moderna (Camporesi, 1981: 112).
exacto como demuestra una de las colecciones de libros más famo-
sas de la época, la Biblioteca Azul, que se imprimía en Francia, y su
fondo eran obras piadosas, novelas de caballerías, almanaques y 2. Sociedad y cultura de masas
manuales de urbanidad, dirigidos a comerciantes y artesanos quie-
nes, según Burke, los compraban como .símbolo de estatus y di- Ahora bien entre la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del xx
fundían los valores de la cultura oficial. Era una literatura hecha se produjo un .crecimiento de la población sin precedentes, que fue
para el.pueblo peto que no hablaba de él ni como él; en sus pági- una premisa fundamental para la constitución de lo que se llama la
nas no hay más que nobles, señores y gente de buena cuna a través sociedad de masas. Millones de personas emigraron, sobre todo en
de los cuales se exponen las reglas del comporramiento cotidiano. la Europa más avanzada, del campo a la ciudad y veinticinco mi-
Utiliza una mezcla de literatura clásica y popular que se transforma - llones de europeos llegaron a Estados Unidos en el último cuarto
en un geneto literario especial, que a lo largo del tiempo sufre cam- de siglo. Si a comienzos del siglo XIX Europa tenía alrededor de
bios y metamotfosis difíciles de delimitar. En algunas de sus mani- doscientos millones de habitantes un siglo más tarde esa población
festaciones hay una preocupación educativa que, según algunos au- se había duplicado.
tores, parece constante a lo largo del siglo XVIII, sobre todo a través En ese mismo período de tiempo se produjo una fuerte con-
de los manuales de educación que tratan de enseñar a los jóvenes a centración humana en las grandes ciudades, sobrepasando algunas
portarse bien, aptender las buenas maneras y la cortesía, una pteo- de ellas el millón de habitantes y creciendo otras muchas a un rit-
cupación por saber cosas útiles que se refiere a las técnicas y los ofi- mo constante, lo cual desembocó en una nueva planificación ur-
cios, y también pot informarse sobre el cultivo de la tierra y los re- bana que separó los barrios más residenciales de los periféricos,
medios para la salud. donde las muchedumbres de emigrantes tenían que alojarse de ma-
Otro elemento fundamental de cambio que no podemos olvidar nera hacinada. El hormigueo constante de las ciudades -según ex-
fue la Iglesia. Ésta que había sido un punto de referencia para la cul- presión de Baudelaire- se convirtió en el ambiente de la vida CQ-

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CULTURA Y MODERNIDAD _ _ _ _ _C:coU",LTURA POPULARY DE MASAS

tidiana, y la muchedumbre se familiarizó con la vida anónima y con su fuerte rradición de movimientos populares fue el laborato-
uniformizada que caracteriza la sociedad de masas. rio de movilización de las masas; citemos como ejemplo el movi-
Los transportes se modernizaron y en las grandes ciudades se miento del General Boulanget para derribar la Tercera República o
acudió al transporte subterráneo (el metro) para facilitar el despla- la participación masiva en el caso Dreyfus a favor o en contra de la
zamiento de grandes masas de población que proporcionaron culpabilidad de espionaje de este militar.
mano de obra barata y poco cualificada para el creciente proceso El nacimiento y consolidación de los partidos políticos y los
productivo, y sirvieron de base para los procesos de producción en sindicatos agrupó a buena parte de esta población que se veía más
serie de productos cada vez más estandarizados con el fin de acudir o menos representada en sus respectivos programas. Nacieron los
a una demanda también más acucian te. El trabajo en cadena y las partidos obreros, algunos de los cuales como el socialdemóctata
grandes empresas generaron a su vez empresas más pequeñas yau- alemán pronto alcanzaron el millón de afiliados, con un gran sen-
mentaron el sector comercial y administrativo contribuyendo de timiento de fidelidad y pertenencia. Los políticos más liberales se
esta manera a la ampliación de las clases medias que se convirtie- vieron obligados a organizar sus partidos y a hablar en lenguaje po-
ron junto a los trabajadores más cualificados en los clientes habi- pular para llegar a la mayor parte de población posible, sobre todo
tuales del consumo masivo. De esta manera, hacia 1880 hacen su a.medida que se extendía el derecho de voto.
aparición en las principales capitales europeas los grandes almace- Esta gran rransformación social impactó en el campo de la re-
nes, las galerías Lafayerre o Bon Marché en París, Harrods en Lon- flexión y el pensamiento. G. Le Bon fue uno de los primeros en re-
dres, Gernugross en Viena o Tietz en Berlín. flexionar sobre la movilización de masas del boulangerismo. Para Le
En el campo de la cultura, a medida que avanzaba la educación Bon (La muchedumbre, 1890) la característica principal de su épo-
proliferaron los libros y las bibliotecas. A finales de siglo en muchos ca, que él enfocó subrayando el punto de vista psicológico, era la
países se instauró el sistema de instrucción primaria gratuita para sustitución de las actividades conscientes de los individuos cuando
rodos; Francia, Suiza, Italia, Bélgica, Gran Bretaña y orros fueron actuaban individualmente por la acción inconsciente de las multi-
adoptándolo y perfeccionándolo paulatinamente. Esro tuvo como tudes y destacó la influencia sobre las multitudes de las exaltacio-
consecuencia un aumento de la alfabetización y un interés mayor nes a la gloria, el honor y el patriorismo, es decir los sentimientos
por la información, lo cual dio pie a una gran expansión de los dia- emocionales y sublimadores.
rios y la prensa escrita, tanto la más cultivada como la más vulgar. En el campo de la sociología F. Tonnies (Comunidady sociedad,
Sin embargo donde más se hicieron sentir las masas fue en el 1887) estudió la transición de los grupos pequeños o comunidades
campo de la política. Los conflictos de clase, disturbios y revolu- hacia la sociedad como un gran agregado burocratizado, imperso-
ciones proliferaron durante la segunda mitad del siglo XIX. Las cla- nal y anónimo. Estos dos conceptos se refieren no sólo a tipos de
ses trabajadoras comenzaron a organizarse formando movimientos agrupación humana sino también a fases genéticas de desarrollo,
políticos propios e intentando crear sus propios valores y cultura. de tal manera que la sociedad (Gesellscbafi) surge con la especiali-
Hacia finales de siglo las secuelas de la depresión económica pro- zación de las personas y los servicios a partir ele la estructura de la
vocaron alborotos en muchos países; en Gran Bretaña una multi- comunidad (Gemeinschaft), en especial cuando las mercancías y los
tud de personas se manifestó en Pall Mall y en Trafalgar Square servicios se venden y compran en el mercado libre.
hubo un célebre tumulto. En Bélgica las huelgas y los cierres pa- Así pues, el origen histórico del concepto de sociedad de masas
tronales sólo terminaron con la intervención del ejército. Francia se enmarca dentro de la rápida industrialización del capitalismo

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CULTURA Y MODERNIDAD
CULTURA POPUlAR Y DE MASAS

europeo en la segunda mitad del siglo XIX, con el desarrollo de la marxista, representado por la Escuela de Frankfurt. En Alemania
división del trabajo, la organización de la empresa de grandes di- destaca sobre todo la figura de Nierzsche para quien la amenaza a
mensiones y la consecuente producción de mercancías que abaste- la sociedad moderna viene desde abajo, desde el «hombre común»,
cen poblaciones urbanas densamente concentradas. del «hombre-masa" que debe ser educado para conocer y aceptar su
Esta nueva conformación de la sociedad, con sus cambios es- «puesto natural» si no se quiere que la cultura tradicional se su-
tructurales, ideológicos y políticos rompe cavia cultura propia de merja en la barbarie. La alta cultura tiene su base en una «medio-
las sociedades preindustriales tanto en sus aspectos organizativos cridad robusta y sanamente" consolidada -para la cual la felicidad
de la vida cotidiana, como en su producción material y en el cua- es simplemente (da maestría en una sola cosa, la especialización-
dro de valores que todos estos cambios provocan. El acceso de las un instinto natural». El problema es que el hombre común, el me-
masas a bienes materiales de consumo, a instituciones políticas y de diocre, no siempre queda satisfecho con las condiciones sociales
gobierno y a valores culturales hasta entonces inalcanzables genera que se le asignan porque es una presa fácil de la «plebe socialista
reacciones críticas que agruparemos en dos corrientes; la de los in- que subvierte su instinto, su placer, y lo hace envidioso». Para
telectuales filoaristocráticos que rechazan los valores y prácticas del Nietzsche, por tanto, la amenaza a la (alta cultura» (filosofía, arte,
comercio, la industria y la cultura que esta sociedad genera, y la de literatura, ciencia) deriva directamente de las pretensiones insacia-
los marxistas de la Escuela de Frankfurt, que también la rechazan bles y la ideología de la «masa" de mediocres.
pero como arma de las clases dominantes para controlar a las cla- En España, Ortega y Gasset (La rebeli6n de las masas, 1930) de-
ses subalternas. sarrolló muchas de las ideas de Nietzsche y especialmente su críti-
Siguiendo a algunos autores (Swingewood, Collins) podemos ca al colectivismo. Definiendo la sociedad en términos de mino-
decir que la obra de Alexis de Tocqueville (La democracia en Améri- rías de hombres superiores y de mayorías de masas pasivas, Ortega
ca, 1835-1840) ha sido citada a menudo como la primera crítica so- afirma que «la masa ha decidido ascender a una posición de primer
ciológica a la sociedad de masas. Tocqueville estaba convencido de plano en la vida social, a ocupar puestos, a usar instrumentos y a
que una sociedad igualitaria era peligrosa para la libertad. La aboli- gozar de placeres hasta ahora reservados a unos pocos" y que el re-
ción de la aristocracia determinaba la desaparición de toda fuerza ca- sultado es pura y simplemente «el dominio político de las masas".
paz de contrarrestar la tiranía del poder central. Además la igualdad La cultura europea está ahora amenazada por estos nuevos (bárba-
de las condiciones sociales tendía a eliminar toda fuente de poder in- ros" de la clase media y de la clase trabajadora que son «incapaces
dependiente capaz de ejercitar algún control. La igualdad entre los de todo esfuerzo que no les sea impuesto externamente». La de-
ciudadanos les llevaba a conferir importancia a la uniformidad de los mocracia liberal, edificada sobre la rápida expansión del conoci-
comporramientos. Así pues, la crítica de Tocqueville a la sociedad miento tecnológico y científico se ha convertido en una enorme
moderna es aristocrática, subraya, por ejemplo, que la «alta cultura- masa de mediocridades primitivas, incultas y atávicas, cuyas vidas
está amenazada pOtla naturalezamonótona y repetitiva de la vida en no quedan impregnadas por la influencia civilizadora de la cultura
una sociedad industrial que alimenta una literatura cuyos autores se tradicional sino más bien por los valores pragmáticos de la tecno-
las ingenian «para atontar a la gente más que para darles placer y para logía moderna.
excitar las pasiones más que para darles gusto". Uno de los temas más tratados en todo escrito modernista so-
Swingewood (I977: 23-43) ha resumido bien la posición de es- bre la cultura fue precisamente el conflicto entre la civilización de
tos autores tanto desde el ámbiro del pensamiento liberal como del las masas y la cultura minoritaria, con la convicción, por parte de

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los representantes más liberales, de que el mantenimiento de la cul- te también la necesidad de que las élires políticas, artísticas, cientí-
tura es responsabilidad de unos pocos y si estos pocos no tienen po- ficas y filosóficas formen un único estrato.
siciones de poder la cultura decaerá y se volatilizará. Por eso cuan- La clase obrera, además, ha perdido su «cultura tradicional» y
do Ortega se refiere a la falta de educación del hombre-masa está con ella su vitalidad de clase. El cine, sobre todo, ha hecho a la cla-
hablando del hombre medio con educación liberal y no de las ma- se obrera «negligente), mientras la producción en masa de gramó-
sas iletradas. Es más, el hombre-masa puede estar rnuy educado en fouos y automóviles ha reducido su «interés por la vida». La trans-
ciertas disciplinas y no ser capaz de trascender su masificación. Es misión de la cultura se ha convertido en una prerrogativa no de las
decir que ciertas clases de especialidad técnica son características familias sino del Estado; y esto no significa otra cosa que la muer-
fundamentales del hombre-masa. La especialidad es así atacada te de la cultura tradicional: «podemos afirmar con cierta seguridad
como una tendencia general de la sociedad moderna y adjetivada que nuestra época es una época de decadencia y que los niveles cul-
como «el barbarismo de la especialización». turales son inferiores a los de hace cincuenta años. De esta manera
También T. S. Eliot en sus Apuntespara una definición de la cul- la sociedad de masas no tiene ya un centro moral ni un código éti-
tura (1948), observa la tendencia hacia una sociedad de masas co universalmente aceptado, e industria y materialismo son por de-
como resultado direcro de las políticas sociales y económicas igua- finición inmorales porque se han secularizado y son profanas».
litarias adoptadas por los gobiernos democráticos. La concepción Esta misma crisis de la norma moral constituye el centro del
de Eliot de la cultura es organicista: la culrura de todo individuo concepto de sociedad de masas de F. R. Leavis. Para Leavis (Mass
deriva de su pertenencia a grupos o clases específicos y éstos a su Civilization and minority culture, 1930) la fase actual de la historia
vez dependen para su cultura del conjunto de la sociedad. La cul- humana es anómala en el sentido de que no existe ya una cultura
tura es por eso un modo de vida y toda sociedad goza en una me- común con códigos morales compartidos por todo el mundo.
dida u otra de una cultura común; roda cultura nacional está cons- Como Elior, Leavis subraya el papel determinante que juega la tra-
tituida por muchas culturas locales que determinan bien la dición en la vida de una cultura, en particular para su desarrollo y
diversidad bien la unidad del roda. Eliot defiende, por tanto, el su funcionamiento en la «comunidad orgánica». El mundo prein-
miro de una cultura orgánica, contra las tendencias «bárbaras» del dustrial permitía a los hombres vivir como (,partes integrantes de la
igualitarismo del Estado y de los medios de comunicación y, como comunidad rural» como miembros de pleno derecho de «una cul-
Nietzsche y Ortega, considera necesario que las instituciones y los tura popular antigua), de una «cultura nacional» con sus «modos
ideales de la clase obrera, en particular las del socialismo, sean asi- de vivir que el tiempo convertía en venerados», y con su sabiduría
miladas por la cultura dominante. popular hereditaria.
Eliot está preocupado sobre todo por la transmisión y preserva- La visión idealizada del pasado que manifiesta Leavis y su iden-
ción de la herencia cultural común; sostiene que solamente las mi- tificación de la cultura con una aceptación pasiva de un mundo in-
norías de una élite privilegiada pueden desarrollar este papel. Para murable, con sus jerarquías de poder y desigualdad, le conduce a un
Eliot las familias son «el canal más importante de transmisión cul- rechazo total del fundamento tecnológico y científico de la cultura en
tural» y advierte que «cuando la vida familiar cesa de desempeñar la difusión de la división del trabajo de la industria y del comercio
este papel debemos esperar un deterioro de nuestra cultura». Las que favorecen el predominio creciente del hombre sobre la natura-
élites deben estar estrechamente unidas a la clase superior y desa- leza y la sociedad. Para Leavis producción de masas y estandariza,
rrollar así su función de custodios de la alta culrura. Es importan- ciólldeb¡li,aflla·eJ<periencia.emocional del hombre mientras la.pu-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPULARY DE MASAS

blicidad, la radio y el cine empobrecen su espíritu porque tienen crítica al capitalismo, la felicidad se identifica con el consenti-
como finalidad la distracción que tiene consecuencias negativas. miento y la completa integración del individuo en el orden social
El análisis de Leavis se centra principalmente en la crisis de los y político existente.
valores de la sociedad industrial moderna y en la decadencia de un Dos temas dominan la teoría de la sociedad de masas en la Es-
«público de lectores coherente, culto e influyente». La tarea del crí- cuela de Frankfurt: la debilidad de las instituciones tradicionales en
tico es la de oponerse a las tendencias dominantes de la sociedad su tarea de socialización frente a los profundos cambios económi-
industrial y afirmar la importancia central de los valores humanos cos y tecnológicos; la creciente reificación de la cultura (cultura-
y de la cultura comunitaria. mercancía) en la que los objetos del trabajo y de la actividad del
Todos estos autores representan la tradición cultural elitisra y hombre se transforman en fuerza autónomas, independientes, más
ven en las masas no solamente la amenaza de la alta cultura sino allá del control 'humano. El hombre atomizado de la sociedad de
también la imposición de una cultura proveniente de lo alto. im- masas está gobernado por la «ciega necesidad». La sociedad mo-
puesta por los medios de comunicación capitalistas guiados sola- derna, escribe Horkheimer, destruye todo residuo de autonomía de
mente por el criterio del beneficio. los individuos puesto que tiende hacia «un mundo racionalizado),
Hacia la década de los años veinte una serie de estudiosos de la automático y totalmente administrado.
Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, etc.) afirmaban que el Los teóricos de la Escuela de Frankfurt se convencieron de que la
análisis marxista ortodoxo sobre el capitalismo había quedado ya evolución del capitalismo comportaba necesariamente la destrucción
obsoleto. La intervención del Estado en el mercado. el papel pro- de aquellasinstituciones sociales -económicas, políticas, jurídicas-
tagonista de la tecnología y de la ciencia en el modo de producción que mediando entre el Estado y la «sociedad civil» habían permane-
y la difusión del consumo y la cultura entre la clase obrera dejaban cido obstinadamente independientes y habían arrecido protección,
obsoleto el concepto de lucha de clases para la transformación del aunque sea parcial, contra la arbitrariedad del poder político.
sistema capitalista. El capitalismo moderno se había convertido en El estudio de Horkheimer Autoridady jámilia (1932-1933), so-
una sociedad de masas y la clase obrera constituía una estructura bre el cual Adorno y Marcuse basaron gran parte de su crítica a la
atomizada más que organizada en la que había penetrado fuerte- cultura capitalista moderna, desarrolla la tesis según la cual «el ca-
mente la ideología burguesa, es decir sus formas culturales de pen- rácter psíquico del hombre» está determinado por la estabilidad o
sar. consumir y vivir. inestabilidad de las principales instituciones sociales, y entre éstas
Para Adorno y Horkheimer el hecho fundamental de la socie- la familia ocupa un puesto primordial.
dad capitalista era la disolución progresiva de la familia como lu- Pero a diferencia del capitalismo del siglo XIX los factores más
gar de socialización y el paso de su función mediadora a la «indus- significativos de socialización son ahora el Estado y el trabajo do-
tria cultural» -que sólo produce conformismo. aburrimiento y minado tecnológicamente. El resultado de esto es la eliminación
huida de la realidad. El término «industria cultural» elaborado por virtual de toda forma de pensamiento antagonista al orden social
primera vez en Dialéctica de la llustracián (1944), durante los años existente, puesto que a través de todo un sistema de factores e ins-
de exilio en los Estados Unidos, se refería claramente a la domina- tituciones extrafamiliares (que van desde los grupos preescolares a
ción cultural que se practicaba desde arriba, aunque su éxito de- la radio y la televisión) el yo se socializa prematuramente.
pendiese. no obstante, de una clase obrera amorfa, pasiva e irracio- La industria cultural ha hecho que los productos de la cultura
nal. Los medios de comunicación son represivos y amordazan la de masas se dirijan a un público vasto y homogéneo y no den es-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPULAR Y DE MASAS

pacio a la imaginación convirtiendo al consumidor en un objeto familia que recogían títulos sensacionales como La navemuerta, La
pasivo al cual hay que manipular y conrrolar. En los p.uevos medios esposa delpirata, El loco del abismo, las novelas rosa para el público
de masa la cultura y la diversión están fundidos. femenino, que nace en la década de los cincuenra del siglo pasado,
Estos autores subrayan que incluso el arte renuncia a la propia los plagios de Dickens, incluyendo también la gran canridad de Ii-
autonomía y toma su sitio entre los bienes de consumo comercia- teratura pornográfica producida duranre la segunda mitad del siglo
bles e inrercambiables como un producto industrial. En el caso de XIX y en gran parte consumida por las clases más elevadas e ins-
la música la cultura popular reconcilia al hombre con el estatus truidas (Swingewood, 1977: 155).
qua; el papel del oyente es de total pasividad. La música produci- Sin embargo el número de lectores de narrativa popular, perió-
da para las grandes masas se convierte en un ornamento de la vida dicos y revistas del siglo XIX estuvo muy por debajo del nivel de ins-
cotidiana, una forma de arte despersonalizada, colectiva y privada trucción que había en aquél momento, hecho que cambió a co-
de toda función crítica. Adorno afirma que la música popular con- mienzos del siglo xx, cuando la lectura de la prensa cotidiana y
sumida y apreciada sólo pOt públicos atomizados pierde sus cuali- sobre todo de las ediciones dominicales llegaron a convertirse en
dades de unicidad y carisma asociadas a las auténricas obras de atte. un fenómeno de masas. Por tanto, a pesar de que los medios tec-
Para todos estos autores, que vivieron los albores del fascismo y nológicos y económicos podían impulsar una producción cultural
sus consecuencias posteriores, la cultura de masas constituye la de masa, ésta no llegó a consolidarse hasta entrado el siglo xx,
base del moderno totalitarismo y la supresión de toda auténrica cuando proliferaron las bibliotecas, se generalizó la instrucción pri-
oposición a las tendencias del capitalismo moderno. maria y mejoraron las condiciones de trabajo.
Ahora bien, conviene tener presente que la nueva cultura po-
pular -sobre todo la prensa, los semanarios y revistas- que se de-
3. Cultura popular y de masas en la sociedad industrial sarrolló durante el siglo XIX, no se dirigió únicamente a la clase
obrera sino a los nuevos grupos y estratos emergentes de burócra-
Hacia finales del siglo XIX comienza a desarrollarse también una tas, empleados y profesionales. Por eso cuando hablamos de masa
cultura que trataba de llegar directamente a un mercado de masas se habla ranro del rrabajador manual especializado y dorado de al-
y que se mantenía estrechamente vinculada a las tradiciones popu- gunainstrucción como también de la clase media que fue aumen-
lares precedenres que habían nacido y se habían perpetuado en es- tando su peso específico en la sociedad industrial y tenía más acce-
pacios geográficos más restringidos duranre los siglos XVII y XVIII. so a la educación, la lectura y la producción literaria escrita. Para
Esta cultura popular basaba su producción material en las anriguas muchos estudiosos, la cultura de masas existió no tanto como re-
baladas, en cuentos narrados de forma sensacionalista, en aventu- sultado de la adhesión de la clase obrera a la producción de la in-
ras de bandidos y personajes románricos, y fueron elaboradas por dustria culrural, como de la inregración de la clase media en los há-
profesionales que las adaptaban para.el gusto y el consumo de un bitos electorales, los esrilos de vida, la cultura y los valores de la
mercado urbano de masas. Por tanto este tipo de literatura se de- nueva sociedad industrial capitalista.
sarrolla desde formas procedenres de la cultura popular pero diri- La cultura popular comienza a inregrar ya aquí junro a los ele-
gidas a un público más amplio y heterogéneo. En Inglaterra, por mentos clásicos de las danzas populares, la religión, las canciones o
ejemplo, los libros de baja calidad eran sin duda la narrativa pro- las poesías campestres una cultura urbana basada en la lectura de
ducida en serie; las novelas de horror y las series sentimentales o de prensa, la participación en los actos políticos. la asistencia a los pri-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPULARY DE MASAS

meros momentos del cine y al espectáculo masivo como el depor- miento obrero no pudo nunca crear sus propias instituciones cul-
te. La principal difetencia entre la cultura popular preindustrial y rurales, excepción hecha de los sindicatos. No obstante en Inglate-
la industrial es que la segunda se basa en la masa, la concentración rra, por ejemplo, se desarrolló una cultura radical (Cobbet) donde
urbana y un modo de producción de mercancías tadicado sobre la la prensa llegaba a riradas de 40.000 o 60.000 ejemplares y el com-
división del trabajo y la reproducción mecánica de los objetos cul- bate por los derechos de prensa identificado con los artesanos, los
rurales, En ese sentido la teoría de la cultura de masas subraya el peones y oficiales fue muy duro. Proliferaron los coffie-houses don-
momento del consumo aunque no deja de lado el lugar y modo de de se organizaba la lectura de noticias, y aunque esta cultura era
su producción. En adelante la cultura de masas será un elemento fundamentalmente aurodidacta fue madurando de manera disper-
muy importante para todos los teptesentantes del análisis social sa entre tejedores, sastres y dirigentes locales que formaban peque-
potque desempeñará un papel fundamental pata mediar la relación ñas bibliotecas y comenzaban a conformar las bases radicales y crí-
entre el individuo y la sociedad total. ticas del statu quo (E. P. Thornpson, 1977).
Junto a la cultura popular y de masas se desarrolla paralela- Por eso la educación de la clase obrera, allí donde primeto cua-
mente una cultura obrera que para algunos autores (E. P. Thornp- jó la revolución industrial, fue motivo de discusión incluso entre
son, R. Williams) ha sido de vital importancia en el desarrollo cul- los representantes burgueses de las reformas. En el siglo XVIII ya se
rural del siglo XX mientras que para ottos se ha mantenido siempre dijo que el cartismo no había sido tanto un efecto de las condicio-
como una cultura de subordinación. nes económicas como de la difusión de la lectura entre los obreros
Para R. Williams la cultura de la clase obrera se define como y que el conflicto de clases fue consecuencia del proceso de ins-
una idea-base colectiva y comprende las instituciones, las formas, trucción y del influjo de los enseñantes. Y en el siglo XIX esta polé-
los hábitos mentales y las intenciones que se derivan de ella. La cul- mica se agudizó entre los partidarios de una educación de las cla-
tura obrera estaría así compuesta de instituciones económicas, po- ses populares controlada por el Estado (Arnold, 1869) y sus
líticas y sociales independientes que crearían sus propios valores, contrarios (Coleridge) para quienes la cultura debería ser sólo ac-
asociaciones y reglas de comportamiento. Esta manera de ver la cesible a la minoría que guía la civilización. Una parte de la bur-
cultura obrera ha sido criticada por otros autores porque la ven guesía pensaba que era esencial educar a la clase obrera en las vir-
como divorciada de sus relaciones con la clase y la ideología domi- tudes de la obediencia política y de la disciplina de fábrica,
nante, así como con su génesis histórica. mientras otros interpretaban que todo acceso a la instrucción sería
Recordemos que en el siglo XVIII existían pequeños grupos de potencialmente subversivo para el orden social. La gran cantidad
obreros que leían, y las escuelas dominicales y otras instituciones fi- de ejemplares vendidos de Losderechos del hombre de Thomas Pai-
lantrópicas impartían una instrucción limitada a la clase obrera, ne (200.000 ejemplares) en la década de los noventa del siglo XVIII
pero sólo una exigua minoría había aprendido a leer y a escribir con fue el primer timbre de alarma del radicalismo social que podía
facilidad porque la clase obrera siempre había estado privada de la conllevar la insttucción de las clases populares.
cultura institucional necesaria y de una instrucción difundida. No Con todo, al inicio de la industrialización capitalista, los traba-
es probable que la instrucción irregular ofrecida por las escuelas jadores eran una masa privada de toda otganización política y de
vespertinas de las fábricas y el contenido inrelecrual limitado de las una práctica ideológica, pero hacia 1840 la masa se había conver-
baladas y los almanaques constituyese una base suficiente para una tido en una clase (con una moral práctica de ayuda mutua» que se
cultura independiente y democrática. Por estas razones el movi- teflejaba en los sindicatos, las cooperativas y las uniones políticas.

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CULTURA POPULARY DE MASAS
_ _ _'cC'cU-:LT~U~RAy MODERNIDAD

Poco a poco el movimiento de los trabajadores ingleses, alcan- yas experiencias y expectativas cotidianas se reflejaban con bastan-
zó su independencia política con la fundación de un partido so- te exactitud en revistas populares femeninas donde los héroes y he-
cialdemócrata y la lucha de clases encontró su expresión a través de roínas eran retratados con simplicidad como personas cualquiera,
las prácticas reformistas del sindicalismo y el laborismo, como en las cuales el lector pudiese identificarse fácilmente. Estas revis-
también ocurrió en Alemania (Lasalle). tas tenían un sentido realista de la estructura de los grupos a los que
Los partidos, los sindicaros y las cooperativas fueron vistos se dirigían, que es el ambiente de la mayoría de los lectores (Swin-
como las insrituciones que formulaban y difundían la cultura obre- gewood, 1977: 73; Turner, 1990: 43-47).
ra. En Francia, por ejemplo, la SFIO (Secrion Francaise de l'Inter- Este mismo autor comenta que para Hoggarr los valores espe-
national Ouvriere) manifestó su voluntad de construir una nueva cíficos de la culrura de_la clase obrera acentúan la importancia del
sociedad y no abandonó nunca la aspiración de convencer a las mito y del rito; creencias supersticiosas que a menudo van vincu-
grandes masas a través de la educación en sus múltiples formas. La ladas a la salud (como por ejemplo la longitud de los cabellos o la
librería del partido ocupó un lugar importante no sólo en los con- medicina marginal); o las creencias relativas al destino y a las vir-
gresos sino en la prensa y en la voluntad de divulgar sus obras que tudes de la cocina casera que son aceptadas ampliamente. Con res-
aparecían regularmente catalogadas en Le socialiste. A partir de pecto a la cultura intelectual-por ejemplo los libros- la actitud
1911 se publicaron los estudios de la colección Les cabiers du 50- típica se expresa con las preguntas: ¿qué ganas con ellos? o ¿qué
cialisme, aunque sus ventas nunca fueron altas. A partir de 1909 se ventajas tienes? La vida social se caracteriza por el espíritu gregario
impulsó también la Escuela Socialista francesa ubicada en el Barrio y por la sociabilidad: en la familia todo se condivide comprendida
Latino que funcionaba tres noches a la semana e iba dirigida espe- la personalidad: prevalece el hedonismo de corta duración.jagra-
cialmente a los estudiantes parisinos preocupados por las cuestio- tificación inmediata, mientras que la planificación del futuro es
nes sociales. mínima o del todo ausente. El dinero no se ahorra, la vida no está
Este tipo de organizaciones y actividades proliferaron en casi planificada, circula un tranquilo hedonismo que tiene como base
toda Europa bajo la tutela de los partidos políticos de izquierdas y la sensación profundamente sentida de que las grandes recompen-
de los sindicatos, tratando de generar una cultura obrera alternati- sas a largo plazo no son para ellos.
va a los valores y costumbres de la sociedad burguesa. La cultura de Los críticos de Hoggart le acusan de que nos ofrece una visión
la clase obrera es por tanto inseparable de la conciencia y de la prác- impresionista de los aspectos más superficiales de la vida de los tra-
tica socialista. bajadores, donde la cultura como praxis es eliminada en favor de la
Pero estono nos permite hablar de una cultura popular adscri- cultura como conjunto de significados sacados de la vida como
ta exclusivamente a la clase obrera y que además se difundiese a lo aceptación pragmática de la sociedad existente. Es difícil sostener
largo del siglo xx. El estudio de Hoggart (The uses ofliteraey, 1957) que las revistas producidas para laclase obrera en la primera parte
sostiene que una cultura de masas estandarizada está sustituyendo del siglo XX formasen parte de la vida de la clase obrera o constitu-
los restos de lo que fue en parte una cultura popular urbana y que yesen una auténtica cultura popular comparable a la cultura insti-
se esra desarrollando un aclasismo cultural. Esta nueva cultura de tucional que encontramos en los sindicatos, los partidos o los mo-
masas, sin embargo, es menos vigorosa que la cultura popular a la vimientos sociales y cooperativos en general.
que susrituye. Hoggart define la cultura de la clase obrera como Más bien se puede decir que los productos de la industria edi-
una cultura urbana local de comunidades fuertemente unidas, cu- torial reflejaban valores burgueses y no obreros. Orwell subrayó en

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA POPULARY DE MASAS

BOJs Weeklies que si bien es cierto que los personajes de las revistas una estructura de valores conservadores y, por otros. como una de-
eran de origen obrero, sin'embargo «las costumbres, los interiores mocratización de la cultura. resultado de su universalización, y. en
de sus casas, el vestido, el aspecto general y el modo de hablan, eran una sociedad cada vez más letrada e interclasisra, como un instru-
los de la clase media; en sus páginas no se recordaba nunca el de- mento para fomentar una cultura más participativa. Pero además
sempleo, el subsidio, los sindicatos o la política. Las desgracias se se instala e institucionaliza una cultura obrera vinculada a las orga-
veían siempre como un hecho individual o como fruto de la mal- nizaciones políticas, sindicales y. ,en general, a todos los movi-
dad de alguien y nunca como el resultado del sisrema capitalista; y mientos sociales reivindicativos que luchan por implantar otro sis-
aunque muchas de las historias se situaban en un ambiente obrero tema de valores, de formas productivas y de organización, una
no había ningún coriflicto de intereses entre capital y trabajo. Es- cultura inseparable de la formación y la conciencia de la prácrica
tas revistas sólo proporcionaban una evasión de la realidad en vez socialista vinculada al proceso productivo del capitalismo y a las
de afrontarla (Swingewood, 1977: 75). contradicciones de la estructura económica de la sociedad.
Desde ese punto de vista la cultura de masas presenta un aspec-
to de la sociedad industrial y de su estructura de clases, en la que
una de ellas (la clase subordinada) ha sido degradada y ocupa un
lugar anónimo, atomizado, caracterizado por una participación
masiva en los campos de la educación, la política y la cultura. Una
cultura popular (narrativa, cine, radio, deporte, televisión) someti-
da al papel dominante de la industria de la publicidad y la bús-
queda del beneficio y definida únicamente en términos de consu-
mo de bienes culturales de masas que no ofrecen más que
trivialidad, falsa gratificación y hedonismo.
La mayor parte de esta cultura popular de consumo ha estado
orgánicamente vinculada al sistema burgués de la propiedad priva-
da y de la producción de bienes y, si se excluye al movimiento sin-
dical, el capitalismo del siglo XIX no favoreció nunca una cultura
popular nacida del-pueblo,
Concluiremos diciendo que la cultura popular y de masas en los
inicios de la sociedad industrial no tiene una manifestación social
homogénea, sino que perviven en ella los restos transformados del
folklore y la cultura popular anteriores, que al entrar en contacto
con las grandes concentraciones migratorias y urbanas sirven de
basa a la industria cultural que se apresra a entrar en el mercado de
masas. Los productos de esta indusrria cultural en todas sus mani-
festaciones (orales, escritas, visuales, escénicas) son considerados,
por unos, como formas de control social a través de la difusión de

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CApfTUL06

CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

1. Los nuevos medios de comunicación y la cultura de masas

La prensa diaria es históricamente e! primer medio de comunica-


ción de masas. Tal como la conocemos en la actualidad consiste en
un cuaderno de hojas impresas dirigido a un público de al menos
varias decenas de millares de lectores, cuyo contenido puede des-
glosarse en las secciones siguientes: 1) noticias de actualidad de in-
terés general sobre política, economía, cultura, conflictos, catastro-
fes, etc ... referidas a un ámbito que va desde e! internacional al
local (la ciudad en la que se hace e! diario); 2) artículos de opinión
en los que la misma empresa periodística o colaboradores externos
comentan y valoran dichas noticias ti otras cuestiones de actuali-
dad; 3) noticias que tienen como primer objetivo entretener al lec-
tot, lo cual no quiere decit que no puedan tener ningún valor
informativo (depottes, cotilleos sobre personajes públicos, anecdo-
tario, ideas para pasar e! tiempo libre, erc.): y 4) publicidad, sobre
todo comercial peto también de otro tipo como por ejemplo insti-
tucional.
-Como medio de comunicación de masas la prensa nace a fina-
les de! siglo XI;<} aunque pueden encontrarse antecedentes mucho
antes. De hecho, e! primer diario de! mundo patece que fue e! in-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACiÓN
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glés Daily Courant, que comenzó a publicarse en 1702; noventa El cine es al mismo tiempo un arre y una industria, ya que en
años después naci6 el primer diario español: Diario de Barcelona. este medio la idea del creador necesita inevitablemente, para ser lle-
Antecedentes todavía más remotos son los panfletos y hojas infor- vada a la práctica, el acompañamiento de una técnica y de una or-
mativas que aparecen ya en el siglo XVII en varios países por los mo- ganizaci6n complejas. En efecto, el autor-productor-director es un
tivos más diversos, como por ejemplo un conflicto social. Pero no fenómeno excepcional que, aun en este caso extremo, suele ser ayu-
fue hasta los albores del siglo XX cuando el progreso tecnológico, dado por un guionista. Pero lo habitual es que entre la idea inicial
un nivel mayor de alfabetizaci6n y la producci6n de papel barato y el producto final se interponga una cadena muy compleja cons-
hicieron posible el nacimiento de la prensa de gran tirada. tituida por recursos materiales, financieros, técnicos y humanos de
En sus orígenes la prensa se define como un medio de infor- diferentes profesionales y cualificaciones.
maci6n y opinión, un producto cultural concebido más para pro- El llamado séptimo arre experimentó un desarrollo muy rápido
vocar la reflexión e incluso la movilización del lector que no su yen Estados Unidos sigui6 un proceso paralelo aunque con unas
entretenimiento, un producto «serio» que informa sobre cuestio- connotaciones más industriales que en Europa, donde la compo-
nes importantes que afectan directa o indirectamente a la vida de nente artesanal se ha mantenido más acentuada. Durante la Pri-
sus lectores. Con la expansi6n de la sociedad de consumo y la cul- mera Guerra Mundial, un grupo de realizadores cinemarográficos
tura de masas comienzan a aparecer publicaciones periódicas es- se instaló en Hollywood, un pueblecito cercano a Los Angeles, y
pecializadas con otro tipo de informaciones y la finalidad explí- puso en marcha una industria que conoció una rápida expansión y
cita de entretener al lector apelando más a sus emociones que a popularidad y que acabó sobrepasando la producci6n europea, se-
su capacidad reflexiva (prensa deportiva, del coraz6n, especializa- miparalizada en aquellos afias por la guetra y volcada en la realiza-
da en sucesos o en chismorreos). Poco a poco la mayoría de los ci6n de noticieros y propaganda. Desde entonces la industria cine-
periódicos tradicionales van incorporando estas secciones pero matográfica estadounidense domina el mercado internacional.
aún así desde el punto de vista de los contenidos, tendremos en Después de la guerra el cine europeo se recupera y aparecen mo-
un polo la prensa seria. tradicional o elitista; en el otro lo que po- vimientos como el vanguardismo francés, seguido del surrealismo
dríamos llamar, según los casos, prensa sensacionalista o simple- (Luis Buñuel, Jean Renoir, René Clair, [ean Cocteau), el expresio-
mente popular. nismo alemán (Fritz Lang), tras el que se adivina la crisis moral de
, En 1895 Louis Lumiererexpuso al público por primera vez, en la derrota bélica, y el realismo socialista o soviético (Eisenstein), co-
París, una proyecci6n cinematográfica. Se trataba de un breve do- rriente de exaltaci6n revolucionaria que capt6 enseguida las poten-
cumental cuyo éxito sorprendió al propio Lumiere, que no conce- cialidades del cine como arre de masas. Pero la supremacía indus-
día a su invento otro valor que el estrictamente científico. Un año trial se mantiene en Estados Unidos, con figuras como John Ford,
después Georges Mélies empresario teatral parisino, empezaba a Howard Hawks, Walt Disney, a las que hay que sumar inmigrados
producir lo que hoy conocemos propiamente como películas, es europeos como Lubirsch y Charles Chaplin. Entre finales de los
decir, a contar historias a través de una técnica cinematográfica. años veinte y principios de los treinta se incorpora el sonido y pue-
Había nacido el cine y, a diferencia de la prensa, había nacido en de hablarse ya de una clara especializaci6n por géneros: negro, co-
principio para divertir. aunque muy pronto se cay6 en la cuenta de media, musical, denuncia político-social, etc.
su capacidad para proponer valores unitarios al gran público y, por A su vez la radio como medio de comunicación de masas nace
tanto, de su poder potenciaL después de la Primera Guerra MundiaL Las primeras emisoras que

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_ _--"'C"'U"LT"U"RA. y MODERNIDAD CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

ttansmitieron programas con regularidad fueron la de Pirrsburg, sobre la gente, por eso los sistemas de regularla y controlarla cons-
en Estados Unidos, en 1920, y la BBC de Londres en 1922, segui- tituyen continuamente un objeto de polémica. Actualmente pode-
das inmediatamente después por una larga serie de países. Las pri- mos distinguir dos modelos de televisión: el estadounidense -en
meras emisoras españolas fueron Radio Barcelona (1924), Radio el que todas las emisoras son privadas y su financiación depende de
Asturias de Oviedo y Unión Radio de Madrid. Este medio cono- la publicidad- y el europeo en el que a partir de la década de los
ció un desarrollo muy rápido hasta los años cincuenta, cuando se setenta se ha pasado del monopolio estatal a la coexistencia de emi-
vio frenado por la televisión. No obstante, la audiencia de la radio soras públicas y privadas.
ha vuelto a aumentar durante los últimos años gracias a los recep- Las funciones que cumplen, en principio, estos grandes medios
tores portátiles y a su uso en el automóvil, y a nivel mundial sigue de comunicación son fundamentalmente: la información que se
superando a la de la relevisión. basa en la narración o la explicación de los hechos; la expresión de las
Desde la perspectiva de la audiencia.Ia radio es más imporran- opiniones representada por los juicios de valor de quienes las emiten
te que la prensa, y aventaja a ésta en que permite mayor simulta- o propagan; la distraccián que proporcionan a los individuos temas
neidad en la transmisión de las noticias -que puede ser absolu- de evasión de las preocupaciones y problemas cotidianos.
ta- y exige un esfuerzo mínimo por parre del oyente, por lo que Los destinararios de todos estos mensajes son una pluralidad
puede escucharse mientras se realizan otras actividades. Además, heterogénea de individuos que se desconocen entre ellos, que viven
comparte una característica común con todos los medios de co- separados en el espacio y no interactúan entre sí, provienen de dis-
municación audiovisuales que la diferencian de los medios escritos tintos estratos sociales, y son distintos en edad y sexo. Es lo que ha
y le confieren un interés particular para el análisis sociológico: está venido a denominarse en términos modernos la masa, un grupo so-
.JlJal=e de roda la población, incluidos los analfaberos. cial no delimitado sino dinámicamente abierto, sin una organiza-
En muchas zonas del mundo sigue siendo el medio de comuni- ción social propia y sometido a variaciones tanto en lo que respec-
cación más importante e incluso el único e insustituible. La pro- ta a su numerosidad como a la cualidad de sus componentes.
gramación es muy variada y suelen coexistir las emisoras de titula- H. Blumer (Berelson y Janowitz, 1950) nos ha dado una exce-
ridad estatal y las privadas. Como medio de información es más lente descripción de las características de las masas tal como se han
importante que el cine, pero la mayor parte del tiempo de emisión venido configurando a lo largo del siglo xx. Entendemos por masa
suele dedicarse a espacios recreativos. una reagrupación colectiva espontánea y elemental que, en mu-
Un poco más tarde, en el período de entreguerras (1931), se chos aspectos, se parece a la muchedumbre pero que, en muchos
inauguró la primera emisora de televisión del mundo en Nueva otros, se diferencia de ella. La masa esta representada por un con-
York. La de Londres comenzó a funcionar regularmente en 1936 y junto de personas que toman parte en un comportamiento colec-
al año siguiente ya había emisoras en París y Berlín. En 1953 se tivo, como quienes se exaltan por algún suceso nacional, o los que
puso en marcha la primera red de Eurovisión, y a lo largo de los participan en el boom de un país, o quienes están interesados en un
años sesenta comenzó a comercializarse la televisión en color. proceso de asesinato seguido a través de la prensa, o aquellos que
Como medio de comunicación de masas la televisión comenzó participan en una gran migración.
a funcionar después de la Segunda Guerra Mundial y al poco tiem- Así concebida, la masa tiene una serie de aspectos evidentes. Pri-
po se convirtió en uno de los fenómenos más importantes de nues- mero: sus miembros pueden provenir de rodas las profesiones y de
rra civilización. Se le atribuye un enorme poder y gran influencia diversos estratos sociales; puede abarcar personas con diíerentesacti-

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tudes, diferente formación cultural y diversas condiciones económi- adquiriendo una estructura, un programa, una cultura definida,
cas. Podemos verlo así en el caso de una masa de gente que sigue un una actitud dentto del grupo, una tradición, reglas preestablecidas
proceso por homicidio. Segundo: la masa es un grupo anónimo o, y conciencia,de grupo.
más exactamente, está compuesto por individuos anónimos. Terce- En las condiciones de la vida urbana e industria! moderna
ro: existe una mínima interacción o intercambio de experiencias en- ---concluye Blumer-, el comportamiento de masa ha ido en au-
tre los miembros de la masa que, por lo general, están físicamente se- mento tanto en extensión como en importancia. Esto se ha debido
parados unos de otros y, siendo anónimos, no tienen la posibilidad a! conjunto de factores que han alejado a la gente de su cultura es-
de mezclarse como los miembros de una muchedumbre. Cuarto: la pecífica y de su ambiente. Las migraciones, los cambios de resi-
masa está organizada muy débilmente y no es capaz de actuar con la dencia.Ios periódicos, elcine, la radio y la eaucacióó-han actuado
unidad u homogeneidad que distingue a la muchedumbre. para alejar a los individuos de sus raíces y costumbres empujándo-
Es importante subrayar el hecho de que la masa se compone de los hacia un nuevo mundo más global y despersonalizado.
individuos pertenecientes a una gran variedad de grupos y de cul- El desarrollo de la cultura de masas o, mejor dicho, de la cultu-
turas. Eso significa que el objeto de interés que llama la atención ra comunicada a través de los grandes -medios de comunicación,
de quienes forman la masa es cualquier cosa que está más allá de los tuvo un efecto turbador tanto sobre la cultura popular como sobre
grupos y de las culturas particulares. En este sentido la masa pue- la oficial.
de ser visra como formada por individuos separados y alienados, Handling (Livolsi, 1964: 63-70) refiriéndose a América nos dice
que afrontan temas o aspectos interesantes de la vida, pero que son, que un examen del teatro popular, del bodebil, de los periódicos
a veces, problemáticos y difíciles de entender u ordenar. Por consi- populares, sobre todo de los suplementos dominicales, y de la lite-
guiente, frente a tales temas, los miembros de la masa probable- ratura popular en torno a los años noventa del siglo XIX, revela cua-
mente se sienten confusos e inciertos en sus acciones. Además sin tto elementos significativos de la diferencia que existe entte la cul-
poder comunicarse los unos con los otros, excepto de manera li- tura popular de aquel período y la que se nos transmite hoya través
mitada e incompleta, están obligados a actuar separadamente. de los medios de comunicación de masas.
De esta breve caracterización se puede concluir que la masa no En primer lugar, -la cultura popular, aunque caótica y no es-
tiene ninguna organizacion social, ningún cuerpo de costumbres o tructurada, hablaba de un mundo concreto y familiar pata su pú-
tradiciones, ningún grupo de reglas o rituales establecido, ningún blico. Era sobre todo el medio de comunicación más accesible para
conjunto de sentimientos organizado, ninguna estructura de roles un público ingenuo en su acercamiento a la cultura, un público
o de estatus, ningún liderazgo constinrido. Consiste únicamente que miraba o escuchaba sin una finalidad o motivo indirecto.
en una agregación de individuos que están separados, divididos, En segundo lugar y por razones similares, la cultura popular te-
son anónimos y por eso homogéneos en lo que respecta a su com- nía una relación continua con la vida de la gente que se acercaba a
portamiento. Se puede ver además que el comportamiento de la ella. Tal situación se mantuvo a través de la relación directa entre
masa, por el mismo hecho de no estar gobernado por reglas prees- quienes creaban y los que consumían dicha cultura. El verdadeto
tablecidas o por expectativas, es espontáneo, natural y elemental. carácter del teatro popular, por ejemplo, en el que se toleraba lo es-
Cuando un comportamiento de masas se organiza en un movi- pontáneo, animaba a una respuesta continua e íntima.
miento, cesa de ser un comportamiento de masa para convertirse En tercer lugat la cultura popular estaba estrechamente vincu-
en un aspecto de la organización social. Toda su naturaleza cambia lada a las tradiciones de quienes la consumían. Una gran parte de

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ésta era de carácter étnico, mediada por un lenguaje, hábitos yac- A su vez estos medios de comunicación y la cultura (valores, es-
titudes importadas de Europa. Pero aún aquella parte de ella que tilos de vida y de pensat, objetos ...) que engendraban, conectó con
era originalmente americana y se refería al inicio del siglo XIX y al la aparición de la nueva división del trabajo, que provocaba una in-
siglo XVIII, mantenía un alto grado de continuidad con el propio dustrialización cada vez más difundida por roda Occidente, y con
pasado. Además tenía la capacidad de suscitar en su público sen- los nuevos estraros de población que se iban formando alrededor
timientos como la admiración y el temor, de ironizar sobre las del sistema productivo.
propias características, dando a tal capacidad un enorme poder Morin nos dice (L'Espritdu Temps, 1%3) que, al comienzo del
emotivo. siglo xx, las barreras de las clases sociales, de la edad y del nivel de
Desde una perspectiva global, la cultura popular no se justifi- educación delimitaban ya las respectivas zonas de cultura. La pren-
caba tanto por los subproductos que producía como por sus fun- sa de opinión se diferenciaba mucho de la prensa de información,
ciones. Millones de personas encontraban en esta cultura un ins- la prensa burguesa de la prensa popular, la prensa seria de la pren-
trumento de comunicación entre ellos y muchos de los problemas sa amarilla o humorista. La literatura popular estaba fuertemente
significativos que les venían del mundo circundante. Esta relación estructurada según modelos melodramáticos o rocambolescos. La
fue lo que llamó la arención de la vanguardia intelectual en los pri- literatura para la infancia era rosa o verde, producía novelas para
meros decenios del siglo xx. muchachos tranquilos o para imaginaciones aventureras. El cine
Con la llegada de los medios de comunicación de masas, las naciente era un espectáculo de feria.
raíces, las creencias e incluso las diferencias de edad de los habitan- La cultura tradicional y la cultura humanística se paraban ante
tes de las grandes o de las pequeñas ciudades desaparecieron, por- las fronteras de clases: el mundo agrícola y obrero, aun cuando en-
que sus productos culturales se dirigían a una masa dispersa que se tró en el circuito de la cultura primaria y del alfabetismo quedó
sabe diversa pero de la que no se tienen en cuenta la variedad de gus- fuera de las «humanidades»: el teatro era y es un privilegio de con-
tos, valores y hábitos. Los mass-media encuentran así un enorme es- sumo burgués. La cultura agraria era muy folclórica en los prime-
pacio para la política y el deporte, para la ciencia y la fantasía, para ros decenios del siglo. De la misma manera la cultura obrera se ce-
el arte y la música, actividades que se presentan sobre un idéntico rraba en los barrios industriales o se elaboraba en el ámbito de los
plano. El público que recibe esta compleja variedad de mercancías sindicatos y de los partidos socialistas.
las acepta pasivamente como una serie de cosas buenas ante las que Ante este panorama el cine fue el primero en reunir en sus
tiene poca capacidad de discernimiento y elección, y con las que no circuitos a los espectadores de todas las clases urbanas y también
puede establecer ninguna relación significativa ni directa. de las campesinas. Encuestas sociológicas llevadas a cabo en Es-
La cultura popular no pudo resistir este impacto de los medios tados Unidos, en Inglaterra y Francia demuestran que el por-
de comunicación de masas como tampoco lo hizo la cultura oficial. centaje de asistencia en relación con las clases sociales era apro-
La libre y caótica organización de la cultura popular, su fascinación ximadamente la misma. Los espectáculos deportivos a su vez
por un público limitado, y sus vínculos con un pasado étnico ate- absorbieron un público que pertenecía a todos los estratos so-
nuados por el transcurrir del tiempo, le impidieron competir con ciales. A partir de los años treinta la radio invadió rápidamente
éxito contra los recursos superiores de los mass-media y fue absor- todos los ámbitos sociales.
bida por las nuevas formas culturales. Lo que sobrevivió fue confi- Las fronteras culturales caen ante el mercado común de los me-
nado a «enclaves» aislados sin su vitalidad primitiva. dios de comunicación de masas. La estratificación se reconstruye

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

dentro de la nueva cultura. Se puede decit que la cultura industrial la propaganda política en la Alemania nazi y la publicidad en Es-
es el gran terreno de comunicación entre las clases sociales y se pue- tados Unidos se pusieron como ejemplo de! proceso de condicio-
de entrever que la nueva cultura se mueve hacia la homogeneiza- namiento de los dos sistemas. Pero, donde primero tuvieron lugar
ción de las costumbres. Este movimiento es tanto más importante los estudios aplicados a los medios de comunicación de masas fue
para Morin, por cuanto va en el sentido de una evolución socioló- en Estados Unidos, vinculados al mundo empresarial y con fines
gica: la formación de un gigantesco estrato salarial en el occidente publicitarios pata la ampliación del mercado interior y de! consu-
industrial donde confluyen, pOt una parte, el antiguo proletatiado mo de productos industriales, aunque su éxito se trasladó rápida-
obrero, que accede a un determinad? nivel de consumo y a la ga- mente al ámbito de la política. Recordemos la importancia que
rantía de su seguridad social y por otl1la antigua clase media que tuvo la campaña electoral de Roosevelt a través de la radio pata ha-
se fusiona con e! asalariado moderno. cer frente al ,dominio que tenían sobre la prensa sus adversarios re-
Con todo. lo que homogeneíza no es solamente el estatuto sa- publicanos.
larial (seguridad social, 'pensiones) sino la identidad en los valores Pronto se levantaron voces pata advertir de los gtaves peligros
del consumo, y son precisamente estos valores comunes que trans- que acechaban al sistema democrático que podía quedar inerme
miten 105 medios de comunicación y esta unidad lo que caracteri- frente a los poderosos instrumentos de persuasión que pudieran
za a la cultura de masas. manipular grandes masas de individuos indefensos. Ante estos ar-
Ahora bien, el estudio y la reílexión sistemática sobre la cultura gumentos otros portavoces, por el contrario, veían 19S medios de
y los medios de comunicación de masas comenzó en las décadas comunicación como los instrumentos adecuados para la amplia-
veinte y treinra de nuestro siglo en dos países, Alemania y Estados ción y e! fortalecimienro de la democracia a ttavés de una infot-
Unidos y, aunque pOt motivos diferentes, la cuestión de fondo era mación más plural e inmediata y de la consiguiente formación de
muy parecida: la participación de las masas, tanto en la Alemania la opinión pública, la cual daría entrada a muchos individuos en la
nazi como en los Estados Unidos democráticos, parecía destinada participación populat de todos los ámbitos de la vida.
a estar guiada y manipulada pOt las minorías que detentaban e! po-
der político o económico. POt primera vez las masas podían legiti-
mar el poder con la iluso tia creencia (inducida también por los 2. La industria cultural y la Escue!a de Frankfurt
grandes medios de comunicación) de la coparticipación en los va-
lotes sociales y los estilos de vida sobre los que la minoría fundaba Los pottavoces de la Escuela de Frankfurt, Horkheimer y Adorno,
su propio dominio en base a la conviccién deque obraban pOt e! fueron algunos de los primeros en darse cuenta, con motivo de los
bien común y por la coincidencia de los intereses. La constricción movimientos sociales que se produjeron en los años veinte y trein-
y e! control de los individuos ya no se basaba en la violencia sino ta en Europa y de la importancia que los medios de comunicación
en la comunión de los valores a través de los cuales se verificaba su de masas habían adquirido en la sociedad moderna, de que por este
integración en el sistema. y otros motivos e! análisis marxista ortodoxo aplicado a la sociedad
Durante los afios veinte se pensó, en diversos sectores de la po- había quedado superado potque se habían producido cambios que
blación, que la propaganda de los periódicos había contribuido de invitaban a otras consideraciones teóricas más acertadas.
maneta determinante a la explosión de la Primera Guerrn Mundial La intervención del Estado en la economía de mercado, el pa-
mediante la excitación de grandes masas populares. Poco después pe! protagonista que habían asumido la tecnología y la ciencia en

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e! proceso productivo y la implicación cada vez mayot de la clase tica objetiva, una cualidad social natural del mismo producto del tra-
obrera en la sociedad de consumo propiciaban una sociedad de bajo y consecuentemente la relación de los productores respecto a la
masas en la que e! mundo de! trabajo estarfa cada vez más atomi- suma total de su propio trabajo se les presenta como una relación so-
cial que existe no entre ellos, sino entre los productos .de su trab~jo. A
zado e individualizado siendo fácil ptesa de ideologías tan irracio-
través de esta transformación los productos del trabajo se convierten
nales como el fascismo.
en mercancías, objetos cuyas cualidades son al mismo tiempo percep-
Por tanto la teoría de la sociedad de masas y la crítica a la cul- tibles e imperceptibles por los sentidos [...] Es simplemente una rela-
tura de masas se elaboró en el marco del ascenso y consolidación ción social definida entre personas, que asume a sus ojos la forma fan-
de! fascismo en Europa y de los monopolios en Estados Unidos. A tástica de una relación entre cosas. A esto le llamo yo fetichismo que
la maquinaria industrial de producción y distribución que media se adhiere a los productos del trabajo tan pronto como son produci-
entre la creación cultural y su consumo le aplicaron e! concepto de dos como mercancías y que son inseparables de su producción (Marx,
«industria cultural», en la que -como en otros sectores de la eco- 1963: 183).
nomía privada- domina el monopolio de los intereses económi-
cos y sirve a la difusión de los valores de la clase burguesa, cuyo pre- Según Adorno «éste es el verdadero secreto del éxito» puesto que
dominio ideológico trata de mantener y afirmar frente a otros demuestra cómo «el valor de cambio» ejerce su poder de una for-
grupos sociales. Yahemos visro que dos temas dominan la teoría de ma especial en e! campo de los bienes culturales. . .,
la sociedad de masas en la Escue!a de Frankfurt: la debilidad de las Según Marx en e! capitalismo e! valor de camb,~ domma~a
instituciones tradicionales de socialización frente a los profundos siempre sobre el valor de uso puesto que el Ciclo econornrco capl-
cambios económicos y tecnológicos y la creciente reificación de la ralista que comprende la producción, distribución y consumo de
cultura en la que los objetos de! trabajo y de la actividad de! hom- mercancías siempre dominará las necesidades reales de la gente.
bre se transforman en fuerzas autónomas, independientes, aparen- Esta idea es fundamental en la tea tía cultural de! capiralismo de
temente más allá de! control humano. En e! primer aspecto, uno Adorno que une e! fetichismo de la mercancía con e! predominio
de los hechos fundamentales de la sociedad capitalista moderna es de! valor de cambio en e! que e! dinero es e! ejemplo de cómo las
la desaparición progresiva de la familia como lugar de socialización relaciones sociales entre la-gente pueden asumir la forma fantásti-
y la sustitución de su función mediadora por la industria cultural 'ca de una relación definida por una «cosa»(dinero), y constituye
cuya tarea es mantener la dominación socio-política desde arriba además e! medio fundamental a través de! cual e! valor de las mer-
cultivando el conformismo, la alienación y la fuga de la realidad cancías es definido pot la gente que vive en las sociedades capita-
entre la clase trabajadora. En e! segundo aplican al campo de la cul- listas (Strinati, 1995: 57).
tura la recría de! fetichismo de las mercancías de Marx. La noción Lo que Adorno ha hecho ~según Strinari (I995: 58-60)- es
de Adorno de que e! dinero -e! precio de los bienes o mercan- extender e! análisis de Marx sobre e! intercambio y el fetichismo de
cías- define y domina las relaciones seciales en la sociedad capi- las mercancías a la esfera de los bienes y mercancías culturales. To-
ralista se compagina con la declaración de Marx sobre e! origen de! dos los bienes culturales han entrado bajo e! capitalismo en e!
fetichismo de las mercancías: mundo de las mercancías, son producidos por e! mercado y dirigi-
dos al mercado. -Como en otras mercancías el valor de cambio os-
El misterio de la forma-mercancía consiste en el hecho de que en ella curece y domina e! valor de uso. El valor de cambio y no el valor
el carácter social del trabajo humano se transforma en una caracterfs- de uso determinan la producción y circulación de las mercancías.

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De esta manera e! análisis de la cultura se produce en e! ámbito tuar políticamente diferentes. Su tarea es tan efectiva que la gente
de su análisis de la sociedad capitalista y constituye un elemento no se da cuenta de lo que está pasando.
nuevo y fundamenral para su determinación y reproducción. Por A quienes están. interesados en que las cosas sigan así -dicen
tanto el capitalismo es un sistema duradero cuya resistencia descan- Horkheimer y Adorno--les gusta explicar la industria cultural en
sa sobre e! bienestar y e! consumo y sobre formas racionales yom- términos tecnológicos. La participación en ella de millones de per-
nipresentes de control social empleadas por e! Estado moderno, sonas impondrá métodos de reproducción que a su vez hacen inevi-
como los medios de comunicación de masas y la cultura en general. table que en muchas partes las mismas necesidades sean satisfechas
La gente se reconcilia así con el sistema capitalista garantizando su por productos estandarizados. El contraste técnico entre unos pocos
estabilidad y continuidad. Además, las posibles contradicciones centros de producción y una recepción difusa exigirá, por fuerza de
-y por tanto razones de conflicro- entre abundancia y despilfa- las cosas, organización y planificación por parte de los productores.
rro ya no son esenciales al sistema capitalista y a la lucha entre capí- Pero no se dice que el ambiente en el que la técnica adquiere tanto
tal y trabajo sino que son patrimonio de grupos marginales o de pa- poder sobre la sociedad es e! poder de los económicamente más fuer-
íses tercermundistas que permanecen fuera del sistema. La tes. La racionalidad técnica, hoy, es la racionalidad de! mismo domi-
abundancia y e!consumismo generados por las economías de las so- nio. Por e! momento la técnica de la industria cultural ha alcanzado
ciedades capitalistas y los niveles de control ideológico de la indus- la estandarización y la producción en serie. sacrificando aquello por
tria cultural han asegurado que la clase trabajadora se haya incor- lo que la lógica de la obra se distinguía de la lógica de! sistema social.
porado al sistema. Los trabajadores que participan en buena medida Pero esto no se atribuye a una ley de! desarrollo de la técnica en cuan-
de ese consumo y bienestar ya no tienen motivos para rechazar el to tal sino a su función en la economía actual.
capitalismo y reemplazarlo por una sociedad sin clases. El hecho de ofrecer al público una jerarquía de calidad en serie
El capitalismo -según él-nos ha inrroducido así en un mun- sirve sólo a una masificación más completa. Todo e! mundo debe
do de falsas necesidades estrechamente conectadas con la industria comportarse espontáneamente según su nivel, determinado previa-
cultural. Por ejemplo, la libertad se restringe a la libertad para es- mente por los índices estadísticos, y dirigirse a la categoría de los
coger entre diferentes productos o diferentes marcas de! mismo productos de masa que ha sido preparada para su nivel. Reducidos
producto" o entre partidos políticos que proponen programas si- a material estadístico, los consumidores se distribuyen, sobre el
milares, pero no permite la expresión y protesta de las minorías sin mapa geográfico de las oficinas de estudio, en grupos de renta, en
medios para alcanzar sus objetivos, ni permite la denuncia siste- campos rojos, verdes y azules.
mática de las desigualdades y las injusticias a través de los grandes De esta manera en la industria cultural el individuo es ilusorio
medios de comunicación. debido a la estandarización de sus técnicas productivas, yes tolera-
En ese ámbito la industria cultural refleja la consolidación de! do sólo en cuanto su identidad con e! universal está fuera de toda
fetichismo de las mercancías, e! dominio de los valores de! inter- duda. La industria cultural dirigida de forma autoritaria no desea
cambio y e! predominio de! capiralismo monopolista de! Estado. la formación de personalidades socioculturales de identidad estable
Conforma los gusros y las preferencias de las masas, moldeando su sino la estereotipación de modelos individuales cuyo comporta-
conciencia e inculcándoles e! deseo de falsas necesidades. Además miento se adecue a los estándares prefabricados.
se esfuerza por excluir las necesidades verdaderas y reales, las teo- Las mercancías producidas por la industria cultural son produ-
rías y conceptos alrernativos y radicales y las formas de 'pensar y ac- cidas por su valor en e! mercado. El beneficio es e! que determina

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la naturaleza de las formas culturales. Desde el punto de vista in- otras muchas melodías... cada detalle es sustituible; sirve a su fun-
dustrial, la producción cultural es un proceso de estandarización ción solamente como una pieza en una máquina. La diferencia que
por el cual los productos adquieren la forma común de rodas las se da entre ambas no se basa tanto en la complejidad o la simplici-
mercancías. Pero también se les da un sentido de individualidad en dad como rales sino que la superioridad de una sobre otra se basa
la medida en que cada producto "tiene un aire individual». Esta en la estandarización o no estandarización. Una razón importante
atribución de individualidad a cada producto y a cada consumidot para esto es que la estandarización esrrucrural pretende la estanda-
sirve pata desdibujar la estandarización y manipulación de las con- rización de las reacciones.
ciencias practicada por la industria cultural. La individualización Ejemplos de pseudo-individualización incluyen la improvisa-
es un proceso ideológico que oculta el proceso de estandarización, ción, como la que encontramos en ciertas formas de jazz o en las
POt eso ignorar la naturaleza de la industria cultural es, para Ador- ligeras variaciones de la norma que hacen la canción atractiva y le
no, sucumbir a su ideología. Un ejemplo claro es la música pópu- dan la apariencia de novedad. Los oyentes de este ripo de música
lato La música popular producida pot la industria cultural ha sido tienen una mentalidad infantil y con ello tratan de escapar del abu-
dominada por dos procesos: la estandarización y la pseudo-indivi- rrimiento y del esfuerzo en su tiempo libre. La música popular
dualización. La idea que se pretende transmitir es que las cancio- ofrece relajación porque no es difícil de entender y se puede escu-
nes populares se patecen las unas a las otras cada vez más. Se char de manera distraída sin poner excesiva atención.
caracterizan por una estructura coral cuyas partes son intercambia- Por eso los productos de la cultura de masas dirigidos a un pú-
bles las unas con las otras. Este coto se oculta, sin embargo, pOt los blico vasto y homogéneo constituyen un empobrecimiento de la
adornos periféricos, novedades y vatiaciones estilísticas que se ad- materia estética porque convierten al consumidor en un sujeto pa-
hieren a las canciones como signos de su pretendida singularidad. sivo, fácil de manipular y controlar. Por tanto la cultura de masas
La estandarización se refiere a la sustancial similitud que existe en- para los representantes de la Escuela de Frankfurt constituye la base
tre las canciones populares; la pseudo-individualización a sus dife- del totalitarismo, y su enorme poder de integración suprime toda
rencias incidentales. La estandarización define la forma en que la opos-ición a las tendencias reificantes del capitalismo moderno.
industria cultural excluye cualquier tipo de reto, originalidad, au- No sólo la Escuela de Frankfurt tuvo una actitud crítica y nega-
tenticidad o estimulación intelectual de la música que produce, tiva respecto a los medios de comunicación de masas y la cultura
mientras que la pseudo-individualización provee el anzuelo, la apa- que difundían sino también otros grupos como los radicales ameri-
rente novedad o singularidad de la canción respecto al consumidor. canos. Un ejemplo fue D. MacDonald, quien retomando los tres
EStandarización significa que las canciones populares se parecen niveles de análisis high, middle y lowhrow (alto, medio o poco cul-
cada vez más y sus componentes, letras y melodías son más inter- to) cambia su denominación para afirmar que contra las manifesta-
cambiables, mientras que la pseudo-individualización disfraza este ciones de un arte de élite y de una cultura propiamente dicha, se eri-
proceso haciendo que las canciones aparezcan más variadas y dis- gen las manifestaciones de una cultura de masas que no es tal y que
tintas (Strinari, 1995: 62-68). él llama no mass culture sino masscult, y de una cultura pequeño bur-
Según Adorno, en la música clásica o de vanguardia cada deta- guesa que denomina midcult. Son masscult los rebeos, el rock' n'roll
lle adquiere su sentido musical en el marco de la totalidad de la pie- o los peores relefilrns, y midcult las parodias y falsificaciones de la
za, pero esto no ocurre en la música popular o ligera, donde el co- alta cultura producidas con fines comerciales. El punto fundamen-
mienzo de la melodía, puede ser reemplazada por el comienzo de tal de la crítica de MacDonald no es que reproche a la cultura de

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masas (mass cult) la difusión de productos de un nivel ínfimo y sin dad industrial ha puesto al alcance de las clases populares el acceso
ningún valor estético sino al midcultde explotar los descubrimien- a muchos bienes materiales y culturales por primera vez en la his-
tos de la vanguardia cultural y de banalizatlos, teduciéndolos a ele- toria; romántica, porque trasluce cierta añoranza de un tiempo pa-
mentos de consumo (Moragas, 1982: 69). Además la cultura de sado mejor en el que la «alta cultura» gozaba de mayor prestigio y
masas se impone desde arriba, es fabricada pOt técnicos pagados por difusión. Pero no está clan' que ese pasado haya existido alguna
los hombres de negocios; su audiencia son consumidores pasivos y vez. La burguesía del siglo XlX también leía muchos folletines y po-
su participación se limita a escoger entre comprar o no comprar. esía ripiosa. La literatura de calidad también era minoritaria (más
Posteriormente Bloom (1987) hizo una denuncia apasionada de que ahora): en cada momento histórico los autores más leídos son
la mayot parte de la cultura popular americana, lo que se entendió aquellos que, pOt su escasa calidad, no han pasado a la historia. Es
como una defensa de los valores tradicionales de la academia, y verdad, por ejemplo, que los espectáculos deportivos son poco cul-
Twitchell (1992) estudió la estética de «lo vulgar>' afirmando que "el turales (estimulan poco o nada las facultades mentales del especta-
arte está siendo atacado no sólo desde la basura cultural, que tiene dor) pero también es cierto que nunca hasta ahora tanta gente ha-
sus orígenes en el culto moderno al negocio de la farándula y el es- bía visitado tantos museos o tenido acceso a buenos programas
pectáculo, sino también a causa del abandono de los intelectuales de culturales en radio o televisión. Desde esta perspectiva la discusión
su tarea como guardianes de los niveles del gusto público». sobre la cultura actual se ha planteado en otros términos: ¿se trata
Otros autores han deplorado también la invasión de subpro- de una cultura de masas o de un proceso de democratización de la
ductos de la industria moderna. Ejemplos de la cultura de masas cultura?
son los espectáculos deportivos, la telebasura, la literarura degrada-
da que sólo sirve de evasión y no requiere ningún esfuerzo crítico
o racional por parte del lector. Es decir, todas las formas de uso de 3. La cultura de masas en la sociedad actual
tiempo libre que convierten a las personas en simples consumido-
res, sin criterio propio, de las mercancías que ofrece la industria En efecto, después de la Segunda Guerra Mundial, las cosas cambia-
cultural y la sociedad de consumo. Dicho en otras palabras, el con- ron rápidamente. Del estudio y la crítica sobre los medios de comu-
cepto de cultura de masas descansa en una definición de las clases nicación social y sus efectos se pasó a hablar de su democratización
populares en términos de pasividad y resignación, de aceptación de como un fenómeno, nuevo: la cultura de masas, que se impone rápi-
los puntos de vista de la clase dominante y de su papel subordina- damente sobre todos los aspectos de la cultura tradicional. En poco
do en el orden social. La cultura de masas sería la respuesta histó- tiempo se leyeron más periódicos, aumentó la asistencia a los cines,
rica de la clase dominante al movimiento obrero organizado para la televisión se hizo familiar en los hogares y todo ello cambió las for-
manipular su conciencia impidiéndole entender la posibilidad de mas del comportamiento y los estilos de vida. La entrada en escena
transformación social. de forma ya decisiva de las masas impuso la necesidad de adecuar los
Algunos estudiosos han criticado la teoría crítica de la cultura de contenidos culturales a su nivel intelectual y material:
masas por elitista y romántica: elitista, porque, en el fondo, hay La televisión y la radio hicieron al teatro, la música y la ópera
cierto desprecio por la sociedad de consumo de masas (la telebasu- más accesibles (una tragedia de Shakespeare y una ópera de Mozart
ra frente al teatro, la gastronomía frente a la hamburguesería, el tu- televisadas en una sola noche son vistas por un número de perso-
rismo de sol y playa frente al viaje cultural) olvidando que la socie- nas mucho mayor que todo el público que tuvieron nunca Shakes-

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peare O Mozart); a través de la producción y la venra de millones po, sus contenidos fueron analizados acríticamente como la máxi-
de discos y casetes, la música sinfónica y de cámara, los lieder y las ma realización cultural de aquel período histÓtico. Progresivarnen-
obras líricas han sido completamente democratizadas; la revolu- te se atenuó toda reserva respecto a estos medios. También en Eu-
ción de los paperbacks, es decir de las ediciones económicas, que es ropa, aunque las condiciones sociopolíticas no eran las mismas se
la otra cara de la utilización limirada del servicio de las bibliorecas, miró a la cultura de masas como el destino natural hacia el que nos
hacen que el libro sea más económico y lo pone al alcance de la ma- dirigíamos.
yor parte de la población. De esta manera los producros de la «aira La actitud de fondo también se transformó, sobre roda entre los
cultura» llegan a un público de amplitud nunca alcanzada en el pa- representantes del pensamiento sqc¡tll americano cuyo principal
sado: la tesis según la cual la reproducción mecánica y en serie crea portavoz fue E. Shils, para quien una crítica tan derrotista como la
necesariamente un descenso de los niveles culturales no es sosteni- que había mantenido la Escuela de Frankfurt o los tadicales ame-
ble porque si la lliada se vende en los quioscos de las estaciones no ricanos no tenía sentido. Detrás de la sociedad de masas subyacía
cambia la calidad de la lliada ni las reacciones que esta obra susci- en realidad la máxima participación socio-política que jamás se ha-
tan en el individuo; así, una sinfonía de Beethoven siempre es una bía dado en la historia.
sinfonía de Beerhoven independientemente del hecho de que sea En palabras del propio Shils (Mass society and its culture, 1964)
vendida en un supermercado o en un negocio de calidad o espe- desde el fin de la Primera Guerra Mundial, sobre todo en los Esta-
cializado en discos. En realidad el desarrollo de la producción de dos Unidos, pero también en Gran Bretaña, Francia, en la Italia
masas ha desempeñado probablemente un papel crucial de media- septenttional, en los Países Bajos y en el norte de Europa y Japón
ción entre la producción de bienes de alta cultura y su asimilación ha empezado a tomar forma un nuevo orden social. Este nuevo or-
social (Swingewood, 1977; 163). den viene comúnmente llamado sociedad de masas y genera en el
En aquellos años de postguerra emergieron y se afirmaron así individuo un mayor sentido de integración en la sociedad y en su
los temas de la «sociedad de la abundancia» y del «sueño america- conjunto, y de afinidad con sus semejantes.
no». Se nos ilusionó con la sociedad del bienestar. La satisfacción La nueva sociedad es una sociedad de masas precisamente en el
de las necesidades habría permitido finalmente mirar y tener rodas sentido de que la masa de la población se ha incorporado a la socie-
aquellas cosas que siempre habíamos deseado y nunca habíamos te- dad. El núcleo de la sociedad -las instituciones más importantes,
nido. Pero todo esto tenía otro significado más profundo, en cuan- y los sistemas de valor que guían y hacen legítimas estas institucio-
to esta sociedad parecía haber alcanzado finalmente el objetivo de nes- han ampliado sus fronteras. La mayor parte de la población
la participación completa y consensuada de sus miembros. La per- (la masa) se encuentra ahora en una relación más estrecha con el
fecta -o casi- integración era el resultado de la coincidencia de centro, de cuanto no lo fuese en las sociedades premodernas, o en
los fines individuales con los colectivos: todo el mundo con su pro- los primeros estadios de la sociedad moderna. En las sociedades pre-
pio trabajo parecía obtener la realización de sí mismo, y al mismo cedentes, grandes sectores de la población, a menudo la mayoría,
tiempo contribuía al bienestar de la sociedad entendida como la nacían y permanecían para siempre «fuerade la sociedad»,
suma de las contribuciones de rodas los particulares reguladas por De aquí que se haya ampliado y extendido la "civilización». El
el poder de quién detentaba las riendas del poder "democrática- concepto de civilización no es una creación moderna, pero ha en-
mente». Los medios de comunicación de masas, la cultura de ma- contrado su mejor realización en la sociedad de masas. La idea mis-
sas fue así estudiada como expresión (la única posible) de su tiern- ma de ciudadanía, sinónimo de «población adulta», es uno de sus

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signos. Otro síntoma es el igualitarismo moral, característica ex- nuevos que no han sido todavía plenamente incorporados a la cul-
clusiva de Occidente, con su insistencia sobre el hecho de que los tura superior, como la comedia musical.
hombres, precisamente porque son miembros de una misma co- En el rercer nivel esrá la cultura «brutal» donde la elaboración
munidad y gracias a su lengua común, poseen una dignidad irre- simbólica es más elemental. En este nivel algunos de los géneros
ductible. son idénticos a los de la cultura mediocre y refinada pero incluye
En la cultura de la sociedad de masas las categorías fundamen- también juegos, espectáculos (como el boxeo o las carteras de ca-
tales de la vida cultural son iguales en todas las sociedades. En los ballos) y actividades más directamente expresivas con un conteni-
diferentes estraros de una sociedad determinada, los esfuerzos por do simbólico mínimo.
explorar y explicar el universo, por comprender el significado de Ahora bien, las récnicas de reproducción y el consumo han
los acontecimientos y por entrar en contacto con lo sagrado, o de puesto al alcance de las masas una cultura que antes sólo estaba en
cometer un sacrilegio, de afirmar los principios de moralidad y de manos de las élites, gracias al tiempo libre, la considerable reduc-
justicia, o de negarlos, de encontrar lo desconocido, de exaltar o ción del analfabetismo y la mejora del sisrema económico y delbie-
denigrar la autoridad, de estimular los senridos usando palabras, nestar,
sonidos, formas, o colores, constituyen los elementos fundamenta- Aunque Shils primero alaba y después deplora la cultura de ma-
les de la existencia cultural. Existen sin embargo, para Shils, varia- sas se ubica, junto a estudiosos como Riesman o Bell, en lo que se
ciones profundas en la elaboración de estos elementos puesro que llama la corriente evolucionista-progresiva de la teoría de la sociedad
los hombres revelan diferencias notables por lo que respecta a su de masas y su cultura, que pone de relieve los aspecros positivos que
capacidad de expresión y de recepción. ha generado la indusrrialización y la tecnología. La sociedad y la
AqUÍ utiliza el autor la distinción entre tres niveles de cultura cultura de masas no amenazan la democracia sino que refuerzan las
-tomados de otros analistas- que son niveles de cualidad, medi- bases sociales del pluralismo político y cultural.
dos con el metro estético, intelectual y moral. Estos son la cultura La reoría del pluralismo tiene una concepción de la sociedad
«superior» o «refinada» la cultura «mediocre» y la cultura «brutal». moderna basada sobre el equilibrio de fuerzas en el que los grupos
La cultura «superior» o «refinada», se distingue por la seriedad sociales independientes ejercen un grado limitado de control de-
del sujeto, es decir por la importancia de los problemas que afron- mocrático a través de su acceso a las élires más importantes. La so-
ra, la penerración aguda y la coherencia de sus percepciones, la su- ciedad es una estructura compleja de controles y equilibrios en la
rileza y la abundancia de los sentimientos expresados. El repertorio que ningún grupo ejerce un poder dominante sobre los demás. En
de la cultura superior incluye grandes obras en el campo de la po- la sociedad pluralista la vida social se enriquece y no se empobrece,
esía, la novela, la filosofía, la teoría y la invesrigación científica, la en cuanto por primera vez en la hisroria de la humanidad gran par-
esculrura y la pintura. te de la población participa en una cultura de masas democrárica.
La categoría cultura «mediocre" incluye obras que prescindien- Una visión excesivamente romántica del pasado descuida o mini-
do de las aspiraciones de sus creadores, no satisfacen los criterios miza el potencial cultural de los sindicatos, de las instituciones
empleados para juzgar las obras de cultura superior. La cultura me- educativas y de los partidos políticos de las clases obreras. Esta vi-
diocre es menos original que la cultura superior, es más reproduc- sión ignora el hecho de que a medida de que han aumentado' los
tiva; se presenta, por lo general, en los mismos géneros que la cul- niveles de instrucción, el riempo libre y el bienestar, la sociedad in-
tura superior pero también en algunos géneros relativamente dustrial contemporánea crea las condiciones para el consumo de

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masas elevado: un número cada vez mayor de personas -afirma consiguientes batallas para aumentar la difusión entre periódicos,
Bell- adquieren «experiencia» en el arte de consumir los produc- revistas y emisoras de televisión rivales, ha desembocado en una ni-
tos de la alta cultura, como testimonian las ventas de los clásicos li- velación de los contenidos y de los modos de tratarlos, en un re-
terarios en ediciones económicas y los discos de música clásica. El cambio febril de títulos y programas a la búsqueda del éxito co-
capitalismo consumista en lugar de crear una masa homogénea y mercial y a la aparición de medios de comunicación cuya función
culturalmente embrutecida geneta diferentes niveles de gusto en- primaria es satisfacer intereses económicos brutales.
tre los consumidores y de públicos diferenciados. La culrura se es- Por eso, según Alberoni, la cultura de masas fomenta el indivi-
tratifica y su consumo se diversifica. dualismo a ultranza y se constituye en función de las necesidades in-
Contra el carácter rnitificanre de esta conquista se opusieron dividuales emergentes. Un fuerte viento de lo imaginario hacia lo
autores como Hughes o Van den Haag. Para este último, por ejem- real tiende a proponer mitos de autorrealización, héroes modélicos,
plo, no es posible extender un nivel de civilización alto a las clases una ideología y consejos prácticos para la vida privada. Si se consi-
más bajas sin bajar su calidad y vaciarla de sus características más dera ya que el hombre de la sociedad occidental basa cada vez más
genuinas hasta Frivolizarla. Las características más comunes de la sus preocupaciones sobre el bienestar y el standing, por una parte, y
cultura de masas son concomitantes con la sociedad industrial y la el amor y la felicidad, por la otra, la cultura de masas ofrece los mi-
producción masiva de bienes de las que se deducen sus propieda- tos que personifican las aspiraciones privadas de la colectividad. Pre-
des, que son: 1) la separación entre productores y consumidores de cisamente porque la cultura de masas se convierte en la gran sumi-
cultura; la cultura se convierte cada vez más en un deporte de es- nistradora de los mitos portadores del ocio, de la felicidad y del
pectador; 2) la esrandarización es obligatoria y necesariamente ni- amor, se puede comprender el movimiento del alma que va no so-
veladora; 3) la gente desea distraerse de la vida y no conocerla en lamente de lo real hacia lo imaginario sino también de lo imagina-
su complejidad; 4) la aprobación popular se convierte en el único rio hacia 10 real. Esta cultura no es solamente evasión sino al mismo
estándar moral y estético. tiempo y contradictoriamente es integración. La cultura de masas,
En la segunda mitad de los años sesenta emergieron nuevas como afirma Morin, a través de sus modelos de goce inmediato, de
contradicciones, en un sistema social que parecía haberlas supera- ocio, de confort, de individualismo privado y de consumo, nos
do y resuelto, que a su vez suscitaron nuevas críticas. ofrece los grandes modelos de las clases medias y de la burguesía,
En muchas sociedades capitalistas contemporáneas, grandes descontextualizados tanto histórica y socialmente como nacional-
monopolios y sociedades multinacionales controlan la radio, la te- mente, lo que apunta ya a un sistema social cultural global.
levisión, la producción y distribución cinematográfica y editorial a Algunos de los análisis marxistas sobre los tebeos muestran
todos los niveles: el efecto más obvio de estas tendencias es que las cómo en el mundo aparentemente inocente y universal de los per-
revistas, periódicos, progt:amas televisivos, etc., son producidos no sonajes disneyanos (Topolino o Pluto) la conformidad a los valores
para ofrecer una contribución importante a la educación y a la cul- y a la organización social capitalista determinan tanto la estructu-
tura sino porque sirven para dar más entrada a la publicidad. Po- ra narrativa como el carácter de los personajes. El mundo social de
cos medios de comunicación podrían sobrevivir sin la publicidad los tebeos de Walt Disney es ahistórico, no industrial y modelado
de las empresas capitalistas que constituyen su principal fuente de sobre jerarquías de poder y de autoridad en virtud de las cuales la
beneficios. Por eso la importancia que se atribuye a los datos sobre mayoría se atiene a normas rigurosas de sumisión, disciplina y fi-
la difusión, a la que van vinculadas las tarifas publicitarias, y las delidad sin discusión.

196 197
CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÚN

Pero la teoría evolucionista-progresiva de la sociedad de masas sofía política que justifique las normas que regulan las prioridades
consigue eliminar del análisis social todas las cuestiones que se re- y la distribución en la sociedad (Bell, 1977: 25).
fieren a la ideología y al dominio. En esta versión de la teoría de la Esta dialécrica sobre la bondad o maldad de los medios de co-
sociedad de masas la lucha de clases ha desaparecido y el consenso, municación de masas como transmisores de bienes y valores cultu-
la pasividad y el pluralismo dominan la conciencia social. rales no se ha resuelto, como prueba el reciente libro de Bourdieu
Con el despertar de los conflictos sociales a gran escala, la per- sobre la televisión, y algunos protagonistas de la discusión, como
sisrencia de altos niveles de pato, la inflación y una insatisfacción Eco, piensan que la pregunta está mal formulada porque muestra
creciente por la calidad de vida del capitalismo nació una versión una desconfianza hacia el acceso de las masas y la validez del pro-
pesimista de esta teoría, encabezada por Daniel Bell. greso tecnológico.
Bell renunciando a su optimismo inicial ha escrito reciente- Desde el momento en que la cultura de masas es producida por
mente que para el hombre cosmopolita contemporáneo la cultu- grupos económicos con finalidad de beneficio se somete a las leyes
ra ha sustituido a la religión y al trabajo como medio de autorrea- económicas que regulan la producción y el consumo de todo pro-
lización y como justificación de la vida sin que haya creado aque- ducto industrial. a la legislación que emana del poder público y a
llos valores civiles en ausencia de los cuales la sociedad cae inevi- propuestas de control pedagógico político para las emisiones o pro-
tablemente en la anarquía o la anomia. La ética protestante y la ductos más deteriorados. Ahora bien, partiendo de esta situación
cultura del trabajo burguesas han sido eclipsadas por el consumis- consustancial a todas las sociedades industriales democráticas, ¿qué
mo de la sociedad postindustrial, consagrada al individualismo acción cultural es posible -se pregunta Eco- para hacer que es-
hedonístico; la lógica del igualitarismo ha conducido a una revo- tos medios de comunicación de masas puedan vehicular valores
lución de las reivindicaciones crecientes y una sociedad en la que culturales? La intervención masiva de las personas vinculadas a la
las aspiraciones materiales no están ya mediadas por un centro producción cultural es la respuesra del semiólogo italiano.
moral vinculante. Pero como han subrayado otros muchos estudiosos el problema
Para Bell la motivación burguesa hacia el trabajo tenía sus raí- es mucho más complejo porque las características de los medios de
ces en la insistencia de la ética protestante sobre las recompensas comunicación de masas como productores y distribuidores de cul-
celestiales para las acciones que se cumplían en la tierra, pero el ca- tura vienen determinadas por la estructura sociopolítica de la so-
pitalismo, con la producción y el consumo de masas, y con la ciedad contemporánea. Muchos fenómenos atribuidos a los mass
creación de nuevas necesidades y de nuevos medios para su satis- media son el resultado de la división del trabajo, la burocratización,
facción, ha minado esta ideología legitimadora. La justificación el individualismo y todos los procesos y valores culturales que no
cultural del capitalismo se ha basado así en el hedonismo superfi- han creado ellos sino que se han visto reflejados en ellos puesto que
cial y en la gratificación instantánea de los deseos, es decir en una son elementos constitutivos de una sociedad a la que contribuyen
cultura que ha sido vaciada de toda autodisciplina, «pródiga, pro- a mantener y reforzar.
miscua, dominada por humores irracionales y antiintelectuales»,
en la cual todo está permitido, desde el intercambio de mujeres a
los films underground. Bell concluye que la sociedad occidental ca-
rece de ciuitas, es decir de la disponibilidad espontánea para hacer
sacrificios por cualquier bien público, como también de una filo-

198 199
CAPíTULO?

IDEOLOGÍA Y CULTURA:
EL PODER DE LAS IDEAS

l. Ideología y cultura en la tradición marxista:


K. Marx, L. Althusser, A. Gramsci

La cultura como conjunto simbólico y denominador común de la


comunicación humana tiene un sustrato básico constituido por las
ideas que, formuladas a través de los conceptos, dan lugar a formas
de pensar con las que cada persona o grupo humano explica el
mundo y a si mismo.
Al vincular en este capítulo la cultura con la ideologia no pre-
tendemos un análisis de las diversas representaciones de ésta últi-
ma (Lenk, 1974) sino subrayar en qué medida las ideas Como for-
mas simbólicas de la cultura han servido, mediante su formación y
desarrollo, para establecer y mantener relaciones de dominación en
las diversas sociedades donde son producidas, transmitidas y asi-
miladas, teniendo en cuenta además que las mismas ideas muchas
veces han tenido significados distintos según el grupo humano que
las utiliza y el contexto histórico en que se producen y difunden.
El ejemplo más evidente de esta diferencia en su interpretación lo
podemos encontrar en los postulados ideológicos de la Revolución
francesa «igualdad, libertad y fraternidad » que, utilizados por la
clase burguesa emergente contra la aristocracia estamental, signifi-

201
CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíA Y CULTURA: ELPODER DE LAS IDEAS

caron igualdad ante la ley, libertad de comercio y fraternidad na- y creencias tradicionales, pero para Weber los cambios en el ámbi-
cional, de donde surgieron las bases de la sociedad liberal y capita- to de la cultura no eran la consecuencia del desarrollo de las formas
lista del siglo XVIII, mientras que utilizados por las clases trabaja- productivas o las relaciones de producción sino que, por el contra-
doras un siglo más tarde se convirtieron en igualdad de rio, ciertas transformaciones de las ideas y prácticas religiosas fueron
oportunidades, libertad de expresión y solidaridad de clase. las precondiciones culturales para el nacimiento del capitalismo oc-
Tal como han señalado diversos autores (Lenk, 1971, Gouldner cidental. Los elementos personales, espontáneos y emocionales de
1976, Thompson, 1990) el capitalismo industrial fue quien dio la acción tradicional fueron barridos por las demandas del cálculo
paso al nacimiento de la «edad de las ideologías» comenzada con la racional y de la eficiencia técnica.
Revolución francesa y seguida por todos los movimientos sociales Así respondía Weber a las tesis de Marx que unas décadas antes
más o menos revolucionarios o radicales a lo largo de los siglos XIX había reflexionado sobre el concepto y el papel de la ideología en
y XX. En este sentido el concepto de ideología se usa para describir el ámbito de la cultura. Marx había desarrollado el concepto de
los sistemas de ideas y creencias que llenan el vacío cultural creado ideología -aunque de manera incompleta- tanto en su diálogo
por el declinar de la religión y la magia a partir de la Ilustración y con los jóvenes hegelianos, que daban un papel autónomo a las ideas
que proporcionan a la gente nuevas formas de conciencia y nuevos desvinculándolas de las condiciones reales de la vida en que eran
marcos de referencia y significado en una sociedad que experimen- producidas, como para desvelar las relaciones de producción que
ta por primera vez un ritmo de cambios sin precedentes. subyacían a las relaciones entre las clases sociales. Fundamentaba
Como indica Thompson, el desarrollo del capitalismo indus- así su concepción materialista de la historia frente a la filosofía ide-
trial transformó también el ámbito cultural a medida que se secu- alista que daba todo el protagonismo del quehacer social a las cre-
larizaron las creencias religiosas y las prácticas sociales y progresó la encias y formas del pensar humano.
racionalización en muchos ámbitos de la vida pública y privada. A Frente a esta última denunció, entre otras, la ideología de las
su vez estos nuevos sistemas ideológicos sirvieron para movilizar la concepciones religiosas del mundo como fundamento de la socie-
acción política y ciudadana con fines exclusivamente humanos. dad. La idea de Dios no es más que una proyección de las aspira-
ciones humanas. Si se concebía a Dios como el creador del mundo
La secularización de la vida social y del poder político creó las condi- y de cuyos designios dependía la humanidad, la naturaleza de los
ciones para el nacimiento y la difusión de las ideologías que comenza- seres humanos y sus condiciones materiales quedaban fuera del do-
ron a tener una función movilizadora y legitimadora de los intereses minio de los hombres y así se podía justificar la estructura política
de los distintos grupos humanos o clases sociales que las abanderaban. y social tradicional del mundo ocultando su verdadera naturaleza
Desde entonces las ideologías han servido de marco de referencia para desigual y contradictoria.
que las personas y los grupos se orienten en un mundo que ha ido des-
Así pues, las ideas religiosas distorsionaban la verdadera natura-
truyendo poco a poco las formas tradicionales de vida y las explica-
leza de la realidad puesto que para Marx no eran las creencias y las
ciones religiosas de su sentido o significado (J. Thompson, 1990: 11).
formas de la conciencia humana las que determinaban las condi-
Ya hemos visto en el capítulo tercero que Weber se interesó por es- ciones materiales de la vida sino al revés, éstas últimas las que con-
tudiar los vínculos entre el desarrollo del capitalismo industrial y el dicionan a las primeras. Las formas de pensar y de entender la vida
cambio cultural de las ideas y la tradición, y tanto él como Marx no son un proceso autónomo, separado de las condiciones sociales
asociaron su nacimiento y expansión a la disolución de los valores e históricas en que éstas se producen, sino que más bien conforman

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíA Y CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS

o constituyen un proceso que está vinculado y determinado por la En La ideología alemana Marx y Engels exponen la relación que
actividad de los seres humanos en las diversas formas de producit existe entre la producción y difusión de ideas que conforman el
sus medios de subsistencia. Por tanto la producción de ideas, de ins- univetso ideológico y simbólico de las clases sociales y la posición
tituciones, y de todo el universo simbólico está en función de la pro- que éstas tienen en la sociedad moderna. De ahí que el sistema ca-
ducción de bienes, objetos (mercancías) y de las relaciones que se es- pitalista se haya constituido como un conjunto de ideas que go-
tablecen entre las personas en ese proceso productivo. biernan la sociedad y tratan de difundirse y extenderse entre las
En sus últimos escritos, y particularmente en El Capital, Marx arras clases sociales como ideas indiscuribles y legitimadoras de la
enfatizó la distinción entre las formas aparentes de la sociedad ca- estructura social. En ese sentido las ideas dominantes en cada perí-
pitalista y las relaciones esenciales de la producción que subyacen a odo histórico serán las ideas de la clase dominante y solamenre lu-
ellas. Ya hemos citado el pasaje sobre el «fetichismo de las mercan- chando por el cambio del sistema productivo y las relaciones de
cías) en el que Marx escribe: producción que condicionan esa estructura de clases sociales será
como podremos impulsar un cambio sociohistórico que llevará
Una mercancía es una cosa misteriosa, simplemente porque en ella el aparejado el cambio del universo cultural dominante, es decie de su
carácter social del trabajo humano se convierte en un elemento obje- estructura legal y política y de las formas ideológicas de conciencia
tivo impreso en el producto de ese trabajo; es decir porque la relación
que lo apoyan. Como subraya Gouldner, Marx adoptó, en gran
de los productores con la suma total de su trabajo se les presenta como
medida, la posición optimista de que, puesto que la conciencia so-
una relación social, que existe no entre ellos, sino entre los productos
de su trabajo" cial está determinada por el ser social los defectos de la vieja con-
ciencia burguesa serían eliminados cuando fueran suprimidas las
De esta maneta el carácter social del trabajo se oculta en el inter- condiciones burguesas que las determinaron. La atención debía en-
cambio de los objetos individuales en un mercado que aparece focarse, pOt tanto, hacia las condiciones sociales que las producían
como natural e inalterable. «La ideología se muestra aquí como de- y al cambio de estas condiciones. De esta manera Marx daba por
rivada de las relaciones aparentes de la sociedad capitalista que sir- supuesto la posibilidad de transformar y supetar los límites de la
ven para esconder las relaciones fundamentales de la producción» ideología y de las formas culturales que la constituyen (Gouldner,
(D. Mcl.elland, 1987: 13). 1978: 37).
Marx asume así que las condiciones económicas y sociales de Aunque dentro de la corriente marxista algunos autores tratan
producción tienen un papel primordial en la conformación de las el concepto y el papel de la ideología en el campo de la cultura
ideas y el universo simbólico, legal e institucional de la sociedad como, por ejemplo, Lukacs que subrayó la importancia del papel
moderna. Estas condiciones económicas dividen a la sociedad y su de los intelectuales en la sociedad como portadores de valores mo-
proceso productivo en clases sociales y por tanto también al siste- rales, idea que más tarde recogería y desarrollaría Gramsci, yaun-
ma de ideas que expresan los intereses de esas mismas clases. Se que la Escuela de Frankfurt, de inspiración marxista, se ocupó fun-
conformarán así ideologías dependientes y derivadas de las relacio- damentalmente de los aspectos culturales de la sociedad moderna,
nes de clase que a su vez se convertirán en instrumentos de lucha sin embargo, el primero en enfrentarse al economicismo marxista
que articulan las ambiciones, los intereses y los deseos de cada gru- para subrayar sobre todo el protagonismo de la ideología fue A1-
po humano para alcanzar, y mantener su posición en la estructura thusser para quien el economicismo debía desterrarse de la teoría
del poder social. marxista.

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíAY CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS

En el marxismo clásico la economía es lo que constituye y con- del orden establecido, es decir la reproducción de la sumisión de los
forma todas las demás instituciones sociales que se convierten en trabajadores a la ideología dominante, y la reproducción de la habili-
dad de los agentes de explotación y represión para someter a los tra-
manifestaciones de su esencia interna. Ahora bien Alrhusser, aun
bajadores a la ideología dominante, de tal manera que proveerán a la
aceptando que el determinismo económico actúa en último térmi-
clase dominante de «palabras» [...] escuelas (e instituciones estatales)
no, defiende que la ideología es una fuerza fundamental en la cons- para enseñar las formas de proceder y actuar que aseguren el someti-
titución y el funcionamiento de las sociedades, dando así un papel miento a la ideología dominante o al dominio de sus «prácticas» (Al-
autónomo y primordial a este campo de la cultura. thusser, 1971: 127-128).
Las sociedades han de explicarse y entenderse por las relaciones
que se establecen entre sus estructuras. De esta manera la base eco-
nómica o el modo de producción y la superestructura política o Althusser menciona aquí aquellos agentes, estructuras e institucio-
ideológica forman estructuras que se relacionan de forma definida. nes del Estado que llevan a cabo un trabajo esencialmente ideoló-
La superestructura política e ideológica no son meras manifesta- gico, como son la educación, la religión, la familia, los sindicatos,
ciones culturales de los presupuestos que constituyen la esencia de los medios de comunicación... que funcionan como agentes cultu-
la base económica sino que es «relativamente autónoma» de la base rales para asegurar la reproducción de las relaciones de producción
y ejerce su propio poder sobre ella y sobre el ritmo y la dirección en la sociedad. De todos esros agentes la educación espara esre au-
del cambio social. La economía limita, influye y conforma los otros tor el agente ideológico estatal más importante y dominante den-
niveles estructurales de la sociedad, como la ideología. Sin embar- tro del capitalismo moderno. En la escuela y la educación de los ni-
go, estos otros niveles no están totalmente determinados por la ños es donde germina y fructifica la inculcación de la ideología de
base sino que tienen una independencia o autonomía relativa res- la clase dominante, más que en los aparatos represivos del Estado
pecro de aquélla y ejercen cierta influencia sobre ella (Srrinati, como el ejército o las fuerzas del orden público. De esta manera la
1995: 147-149). ideología funciona actuando sobre las mentes y el cornportamien-
De esra manera Airhusser con su reoría de la ideología trata de ro de la población a través de los valores y pautas culturales que im-
llenar algunos huecos que han quedado pendientes de resolver en pone la ideología de la clase dominante para asegurat la reproduc-
la teoría marxista general y a su vez corrige su excesivo determinis- ción de las relaciones sociales y de producción del capitalismo.
mo económico que olvida el papel de las ideas, y por tanro el de En los primeros texros marxistas la ideología se contemplaba
una parte esencial de la cultura. como una especie de velo que cubría los ojos de la clase trabajadora
En su trabajo «La ideología y los aparatos ideológicos del Esta- para que no alcanzase a ver las relaciones reales que mantenía con el
do» trata de fundamentar una teoría marxista de la ideología a tra- mundo de la producción. Su función era construir una «falsa con-
vés del concepro de reproducción, es decir acerca de cómo se repro- ciencia» de sí misma como clase y de su relación con la historia. Alt-
ducen las relaciones sociales de producción, y en concrero de la husset rompe con esta forma de analizar la ideología y la define
reproducción de la fuerza de trabajo: como un marco conceptual a través del cual las personas interpre-
tan, dan sentido, experimentan y viven las condiciones materiales
Para explicarlo científicamente diré que la reproducción de la fuerza en las que viven (Hall, 1980: 33). Por tanto la ideología se puede
de trabajo requiere no solamente la reproducción de sus habilidades analizar a través de sus formas materiales en las prácticas, compor-
técnicas, sino también [...] la reproducción de su sumisión a las reglas tamientos e instituciones sociales.

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGfA y CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS

Althusser se opone así a la concepción clásica marxista que la psico-sociológica de la integración social de los individuos en la
considera como falsa conciencia de la realidad, en buena medida cultura capitalista o burguesa, Se trataba de una teoría de la cultu-
porque su interés no se centra en la falsedad o no de la formación ra orientada a la investigación de las condiciones culturales en la
de las ideas sino más bien en la función que éstas llevan a cabo, es que tienen lugar la socialización de los individuos en el capitalismo
decir no en su genealogía sino en su existencia real y su actuación avanzado. En su caso se hacía necesaria una teoría de la cultura
a través de las instituciones culturales que las encarnan como las -de la que carecía el marxismo ortodoxo- como un conjunto de
iglesias, los sindicatos, las escuelas... Por tanto la ideología para él medios e instrumentos que median entre las exigencias de la con-
no es una representación ilusoria de la realidad sino el medio a tra- ducta externa y la psique del individuo, convertido en objeto ma-
vés del cual la gente vive su relación con esa misma realidad. nipulable. Sus trabajos se centraron en el nacimiento y los efectos
En ese sentido, como han subrayado algunos analistas, para A1- de la industria cultural, una investigación que trata de captar las
thusser la ideología se apoya en tres puntos: a) es una representación fuerzas integradoras de carácter irracional que hacen posible que el
de las relaciones imaginarias de los individuos respecto a sus condi- proletariado no perciba sus intereses.
ciones reales de existencia; b) es una [uerza materia! en todas las so- Este análisis se hizo más agudo y necesario en sociedades donde
ciedades que, e) «interpela» a los individuos como sujetos, en el ám- el divorcio entra las clases sociales, la ciudad y el campo o los inte-
bito de sus ideologías específicas. Por tanto la ideología en Althusser lecruales y el proletariado era rodavía mayor como fue por ejemplo
no se refiere exclusivamente al mundo de las ideas o a una cuestión en Italia donde emergió la figuta de A. Gtamsci. Este intelectual
de estados mentales o de conciencia sino a una práctica materiallle- marxista hizo también un gran esfuerzo para rechazar el determi-
vada a cabo por grupos e instituciones que interpelan a los indivi- nismo económico de la teoría marxista de la sociedad y puso gran
duos como sujetos, quienes muchas veces no controlan este proce- énfasis en el papel que deberían jugar la cultura y los intelectuales.
so ni tienen posibilidades de eludirlo (Strinati, 1995: 153-154). El marxismo había interpretado la Revolución francesa dando
Esta impotencia de los individuos ante el aparato ideológico un peso excesivo al significado que tuvo la lucha de clases econó-
dominante a través de su reproducción, es decir ante un mundo de mica entre la burguesía y la aristocracia, subestimando así el papel
valores y normas culturales que se le imponen desde la infancia, ha que tuvieron los intelectuales y las ideas en el éxito del cambio re-
sido rechazada por muchos otros estudiosos a causa de su acentua- volucionario. Sin embargo, según Gramsei) el fracaso de las insu-
do determinismo estructural, pero ha tenido gran influencia en el rrecciones de la clase trabajadora en el primer tercio del siglo XX se
análisis del papel que juegan las ideas y la ideología en el ámbito debía a que la hegemonfa burguesa no sólo económica sino también
cultural de la sociedad, yen concreto influyó en los estudios y en- cultural había permanecido intacta y que la lucha socialista para
foques desarrollados en el mundo sajón a través del Centro de Es- imponer su propia hegemonfa no había sido lo suficientemente
tudios Culturales Contemporáneos de Birmingham (Centre for fuerte como para resolver a su favor las crisis del capitalismo. Se ha-
Conremporary Cultural Srudies). cia necesario completar el análisis marxista con una teoría que re-
Ya hemos visto en el capítulo anterior que conrra el enfoque es- conozca la importancia de las ideas, los intelectuales y la cultura en
trictamente económico del capitalismo había reaccionado mucho la lucha de las clases sociales.
antes la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, etc.) con un Preocupado pot el divorcio enrre mundo industrial del norte y
análisis del funcionamiento de la cultura de masas que presentaba, el campesino de la Italia meridional, Gramsci centra su interés en el
por primera vez dentro de la corriente marxista, una investigación análisis de los medios de comunicación y de la cultura popular que

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíA Y CULTURA: ELPODER DE LAS IDEAS

había sido motivo de desprecio por muchos intelectuales marxistas. pos y clases opositores hasta que alcanzan un verdadero ajuste. Es
Había que unir estos dos mundos con sus respectivos intelectuales decir que la hegemonía no se alcanza a través de la destrucción del
y culturas si se quería presentar un bloque hegem6nico común que opositor sino mediante la articulación de intereses opuestos dentro
hiciese frente a la hegemonía cultural burguesa. Para establecer su de la afiliación política del grupo hegem6nico (Turner, 1992: 195).
hegemonía la clase trabajadora debía hacer algo más que luchar por Pararesolver esta tarea Gramsci daba gran importancia a la socie-
sus propios intereses económicos estrechos e incluso sectarios, debía dad civil, es decir aquel grupo de instituciones que median entre el
presentarse a sí misma como la representante de los intereses de la individuo y el Estado. Este último es quien monopoliza el uso de los
sociedad como un todo. Pero la formación de un proletariado con- medios de coerción mientras que las instituciones que componen la
trahegem6nico era imposible sin la participaci6n de los intelectua- sociedad civil-la educación, la familia, la iglesia, los medios de co-
les de la clase trabajadora (D. McLellan, 1987: 26-30). municación, la cultura popular...- cubren las áreas de la produc-
El concepto de hegemonía ha sido fundamental en el análisis ción cultural y del consumo y es donde opera la hegemonía cultural
que presenta Gramsci, y ha guiado durante muchos años después e ideológica. POt eso su gran preocupaci6n era que la contraculrura
de la Segunda Guerra Mundial la política cultural de los partidos de los intelectuales de izquierdas y de la clase trabajadora ganase te-
de izquierda en Europa. Gramsci entendía pOt hegemonía los me- rreno y ocupase cada vez más áreas de poder en la sociedad civil. La
dios culturales e ideológicos a través de los cuales los gtupoS domi- alianza entre los intelectuales, las instituciones, la cultura y la vida co-
nantes de la sociedad mantienen su dominación asegurando el con- tidiana debía conformar grupos de oposición a la hegemonía domi-
senso espontdneo de los grupos subordinados, sobre todo de la clase nante que conquistasen cada vez más espacios en la sociedad civil.
obrera. La hegemonía de una clase política quiere decir que esa cla- Los productotes, distribuidores e intérpretes de la cultura han
se ha conseguido la persuasión de las otras clases de la sociedad para de luchar contra la hegemonía dominante a través de las institu-
que acepten sus ptopios valores morales, políticos y culturales. Se ciones de la sociedad civil en la que tienen gran importancia los in-
trata de un dominio consensuado que se da cuando los individuos telectuales en el sentido amplio del término, es decir todos los en-
«voluntariamente» asimilan e inreriorizan la visión del mundo del cargados de la producción y difusión de las ideas y del
grupo dominante (Srrinati, 1995: 165-166). conocimiento en general. Por eso puso un énfasis especial en la im-
No se trata nunca de un dominio o una sumisión total de unos portancia de la cultura popular y en la lucha contra el divorcio en-
sobre otros sino de una convivencia consensuada en la que las cla- tre la cultura urbana y la campesina, una fractura que dividía al
ses dominantes también hacen concesiones a los valores e ideas de mundo del trabajo e impedía la recomposici6n de la contra-hege-
los grupos subordinados que se ven así reconocidos e integrados en monía cultural.
el marco de la hegemonía dominante. Las relaciones culturales e En el campo marxista Gramsci fue acusado de ser excesivamen-
ideológicas entre las clases no consiste tanto en la dominación de te culturalista, es decir de dar excesiva importancia a los factores
unas sobres otras como en la hegemonía que mantiene una de ellas ideológicos y culturales en el análisis marxista del cambio social,
a causa de su liderazgo, cultural, intelectual y político sobre toda la pero su cuerpo teórico determinó la política del Partido Comunis-
sociedad. En ese sentido la hegemonía no supone que la domina- ta Italiano durante varias décadas y éste a su vez fue el espejo don-
ción se adquiera a través de la manipulaci6n de las masas y de su de se miraron otros partidos comunistas y socialistas europeos en
forma de ver el mundo sino que con el fin de alcanzar el liderazgo sus propuestas ideológicas y culturales.
cultural el grupo dominante emprende negociaciones con los gru-

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2. La batalla pOt la hegemonía cultural después ella, no pudieron competir con los americanos. A mitad de la déca-
de la Segunda Guerra Mundial da de los años veinte el 95 por ciento de las películas que se proyec-
taban en Gran Bretaña, el 70 por ciento en Francia o el 65 por cien-
Si hemos hablado de la ideología, las ideas y los intelectuales y del to en Italia o Alemania eran americanas. A través del cine los
papel que juegan en el análisis cultural es debido a la importancia europeos comenzaron a familiarizarse con el estilo de vida, el com-
que siempre han tenido y al protagonismo que han ido adquirien- portamiento y los valores americanos, tanto es así que aun cuando
do sobre todo después de la Segunda Cuerra Mundial para la mo- algunos gobiernos trataron de introducir medidas proteccionistas
dernización de la sociedad. Tanto es así que cuando en 1969 Nel- para sus producciones cinematográficas éstas se mostraron inefica-
son Rockefeller en su Rockefiller Report on life in the Americas se ces e incapaces de parar la industria de Hollywood que popularizó
disculpaba por las prácticas que habían utilizado los americanos poco a poco la cultura de masas americana (Pells, 1997: 16).
para extender y asegurar su penetración ideológica y cultural en Aún así la invasión masiva de la industria cultural americana en
América latina (Moragas, 1982: 328), esta influencia y «domina- Europa se produjo durante y, sobre todo, después de la Segunda
ción» era un hecho ya consumado no sólo en América sino tam- Guerra Mundial debido fundamentalmente a la alianza entre las
bién en Europa. grandes mulrinacionales privadas, el aparato militar y la adminis-
La imagen de la invasión cultural americana en Europa está tración del Estado, que tuvo como primera justificación la lucha
muy vinculada a la segunda posguetta mundial, sin embargo, ya al- contra el totalitarismo nazi y más tarde, durante la «guerra fría», la
rededor de la primera contienda y, sobre todo, a partir de los años lucha contra el comunismo y la defensa de la «democracia». El se-
veinte el Departamento de Estado comenzó a priorizar en su polí- cretario de Estado W. Benton declaraba en 1946: «El Departa-
tica exteriot la defensa del principio de «libertad de información- mento de Estado planea hacer cuanto esté a su alcance a través de
con la clara finalidad de romper e! monopolio británico sobre las canales políricos o diplomáticos para ayudar a romper las barreras
líneas de cables mundiales que hegemonizaba la agencia de noticias artificiales que se oponen a la expansión de las agencias americanas
Reuter, y para ello urgió a grandes empresas estadounidenses como de noticias, de las revistas, películas de cine y otros medios de co-
la General Electric, la Western Electric o la American Telegtaph a municación nuestros a lo ancho del mundo». El resultado de esta
que montasen sus propias redes independientes. ofensiva en favor de la «libertad de información» (filrns, libros, pe-
Por eso mismos años se popularizaron las radios y los fonógrafos riódicos, discos, telefilms, etc.) se tradujo en el desarrollo de un po-
que sirvieron de transmisores de la cultura popular y para la difu- tente flujo ideológico y cultural de carácter imperialista desde Es-
sión del entretenimiento de masas. De esta manera se extendió por tados Unidos hacia Europa y los territorios coloniales (Román
Europa una música popular tan americana como el jazz que como Gubern, en Moragas, 1982: 349).
portadora de valores como la improvisación, la rebelión y la liber- Estados Unidos se implicó así no sólo en la reconstrucción eco-
tad personal conquistó rápidamente una amplia audiencia incluso nómica europea sino en la reconstrucción cultural y a través de ella
entre la clase intelectual. Sin embargo, donde Estados Unidos esta- en la asimilación ideológica. Esta tarea tuvo sus propias contradic-
bleció su verdadero imperio cultural en esos años fue en el cine. La ciones sobre todo en la época del mccarrhysmo en la que la liber-
reconstrucción económica de Inglaterra, Francia e Italia no permi- tad de información y de ideas de la que eran tan acérrimos defen-
tía a estos países dedicar grandes recursos a esa industria, y aunque sores frente a la sociedad «cerrada- se contrapuso a la persecución
franceses e italianos habían tenido antes un gran protagonismo en de los intelectuales críticos de izquierdas, y alcanzó su cénit duran-

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te la «guerra fría») en la que tanto la propaganda soviética como los miles y miles de ciudadanos que nunca habían tenido acceso a esos
políticos americanos estaban convencidos de que el verdadero niveles de bienestar. A través de películas, documentales, progra-
campo de batalla no era la carrera armamentista sino el predorni- mas de radio, panfletos y programas de ocio y diversión las formas
nio de las ideas. de vida americana entraron en los hogares europeos. Había que
En Europa la batalla por las ideas se ftaguó tanto en el campo romper las rigideces organizativas y sindicales del mundo empresa-
de la cultura de élire como en el ámbito de la cultura popular, y co- rial europeo (Pells, 1997: 52-58).
menzó a declinar al final de la guerra fría, con la crisis del comu- En el ámbito académico se promovieron las becas Fullbright
nismo, el bienestar económico y social, el envejecimiento o desa- que permitieron a muchos estudiantes y profesores de ambos con-
parición de sus ptincipales protagonistas y la extensión de la tinentes familiarizarse con la ciencia, el pensamienro social, la pin-
sociedad de la imagen y el consumo. El predominio de conceptos tura o la literatura de sus colegas. Estados Unidos se convirtió en
como «sociedad de masas» sobre «proletariado», «fin de las ideolo- un centro de irradicación cultural al que los europeos iban para es-
gías) sobre «dominio imperialista o capitalista», «mundo del traba- tudiar sus técnicas de investigación, a consultar sus bibliotecas
jo» sobre «mundo obrero» .... fueron señales evidentes del cambio abundantemente equipadas y a informarse de los desatrollos más
de categorías y valores en la lectura de la sociedad. recientes en su campo de conocimiento. No solamente los criterios
En la cultura univetsitaria y de élite -el mundo de la ciencia y científicos sino también los literarios y artísticos de las vanguardias
las artes- quienes tomaron parte en el apoyo e impulso de sus co- americanas se impusieron en el escenario internacional apropián-
legas europeos fueron las grandes fundaciones filantrópicas ameri- dose del protagonismo que habían irradiado anteriormente ciuda-
canas cuyos nombres más significativos fueron Rockefeller, Gug- des como París o Berlín (Guibault, 1990).
genheim, Carnegie, Ford, erc., que concedieron becas y ayudas En el ámbito de la cultura popular aunque la propaganda de
tanto a profesores americanos como europeos, financiaron univer- guerra se encargó de difundir films, libros y novelas americanas allí
sidades y bibliotecas, fundaron librerías y contribuyeron al conoci- donde los soldados proclamaban la liberación, sin embargo, el de-
miento mutuo y al intercambio de ideas y experiencias, A título de sembarco masivo de los productos de la cultura folk y su penetra-
ejemplo nombramos solamente las ayudas que recibieron las uni- ción masiva en Europa contemplaron tanto la vertiente ideológica
versidades de Heidelberg, Rotterdam, London School o la Libre de como la económica. La industria cultural americana aprovechán-
Berlín, que para los americanos se erigió en el símbolo de la "gue- dose de una Europa destruida encontró un público ávido pata sus
rra fría) por su estructura democrática y administrativa, su com- películas, jazz, rock and roll, revistas de gran circulación y para sus
promiso con los valores democráticos y la libertad, configurándo- productos televisivos que se encontraron con un mercado sin com-
se como un modelo diferente a las universidades alemanas petencia. Los niños y las generaciones jóvenes de postguerra cre-
ttadicionales, autoritarias y jerárquicas (Pells, 1997; Platt, 1996). cieron en el seno de una cultura popular muy americanizada que
A su vez, el Plan Marshall-euya finalidad era la recuperación se caracterizaba por las películas de cowboys y de indios, los dibu-
de la economía y el bienestar de los países derrotados, y en esa me- jos de Walt Disney, héroes como James Dean o Elvis Presley, los
dida detener el avance de los partidos comunistas y de su electora- pantalones vaqueros, la Coca-Cola y una buena sene de neologis-
do- propagó las bondades de la libre empresa, el crecimiento y la mos ingleses en nuestro vocabulario cotidiano. El modelo era Es-
eficiencia económica y el aumento de la productividad que dispa- tados Unidos, como parodia muy bien Alberto Sordi en el film Un
raron la renta per capita y la entrada en el mundo del consumo de americano a Roma.

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La penetración de estos valores culturales que se definían por El intelectual, sobre todo el maitre apenser se convierte en el guar-
una música reiterativa y sin complejidades, la pasividad del show dián de los valores culrurales, en el portavoz de las ideas innovadoras
televisivo freme a la actividad reflexiva, la comida rápida, la sim- y el «moralista» que ejerce la guía espiritual de los hombres sobre lo
plicidad moral de las películas de vaqueros, etc., rompieron mu- bueno y lo malo. Sus declaraciones y posiciones ocupan el espacio
chos arquetipos europeos y generaron una respuesta crítica tanto público frente al poder establecido. Su medio es la palabra y la letra
dentro como fuera del continente. En el capítulo anterior ya he- escrita sobre todo a través de la prensa y las revistas de pensamiento
mos visto que dentro de la sociedad americana fue McDonald como líderes de opinión. En Francia esra rarea fue protagonizada
quien se opuso a esta producción cultural que contaminaba la alta durante muchos años por jean-Paul Sartre a través de la revista Les
cultura, desvirtuaba la auténtica producción de los artistas e inte- Temps Modernes, fundada en 1945 juma a M. Merleau-Ponry, en la
lectuales de vanguardia, suplantaba muchas culturas regionales y que estuvo siempre presente Simone de Beauvoir. Los problemas
destruía tradiciones de clase. diarios no interesaban mucho a la revista que se dirigía en tono filo-
Ahora bien el ataque más fuerte, tamo a la penetración ideológi- sófico al ciudadano culto, al político yal hombre o la mujer com-
ca americana como a las manifestaciones de esta cultura popular ta- prometidos. En Italia Rinascita, dirigida por Togliatti, era el órgano
chada de mediocre y esrerilizanre, vino de las filas de la imeligencia cultural del Partido Comunista pero trataba de llegar a un mundo
europea de izquierdas y, sobre todo, durante los primeros años, de los más amplio sobre todo por la presencia en sus páginas de debates po-
intelectuales de los partidos comunistas que veían en esta invasión líticos cotidianos y por dar a luz por primera vez el pensamiento de
una clara manipulación ideológica y cultural de las masas y una lu- A. Gramsci. Alrededor de estas revistas de pensamiento giraban otras
cha para asentar definitivamente la democracia liberal burguesa. que fueron ganando protagonismo poco a poco como La Nouvelle
Los primeros debates culturales tuvieron un marcado carácter Critique, La Pensee, Arguments o Socialisme ou Barbarie.
ideológico muy condicionado por el peso que había tenido en la Estas publicaciones al principio no se interesaron por el conoci-
guerra la resistencia, por la división internacional en bloques y por miento de la propia sociedad, su mensaje era universal y su discurso
el convencimiento de que la victoria de un modelo de sociedad so- generalista reflejando los grandes conceptos del proletariado, la de-
bre otro se forjaría en buena parte en el campo de las ideas; entre mocracia burguesa, etc., frente a un vocabulario de la derecha que in-
la democracia parlamentaria y el liberalismo económico o la revo- sistía en la sociedad de masas, el consumo y la rema per capita. En
lución social y el amicapiralismo. 1951 la revista Sprit dedicó un número especial a la clase trabajado-
En Francia el Partido Comunista ejerció en esos primeros años ra titulado "La condición proletaria y la lucha obrera» dominado por
una gran dominación ideológica, lo mismo que en Italia, y muchos los análisis filosóficos en términos fenomenológicos de percepción
intelectuales se sintieron obligados a definirse respecro a sus postu- subjetiva de la condición proletaria. Un ejemplo significativo de este
ras y actitudes políticas. Su mensaje era universal y sus ideas refle- período fue quizá la reacción de los círculos marxistas al libro del
jaban consideraciones filosóficas y humanistas muy en consonan- americano J. Burnham The managerial revolution (1941). Burnham
cia con la herencia hegeliana del saber absoluto y de la reflexión rechazaba la visión marxista de la sociedad industrial apostando por
sobre la totalidad. No en vano se extendió por aquellos años el es- un capitalismo sin capitalistas; una nueva clase de asalariados -los
tudio de La ftnomenologia del Espiritu a través de J. Hyppolite y managers- se habían convertido en los nuevos dirigemes de la so-
también el pensamiento de H. Lefebvre sobre el materialismo dia- ciedad y basaban su poder no en la posesión del capital sino en la
léctico (Rieffel, 1993). competencia técnica y la organización de la burocracia.

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Pero el ataque más fuerte al bloque de izquierdas vino a través Desarrollo del Estado y muchos intelectuales progresistas italianos
de R. Aron y su libro El opio de los intelectuales (1955) y Las die- urgieron a sus líderes a estudiar las condiciones reales de la clase
ciocho lecciones sobre la sociedad industrial (1962). Aran en una trabajadora en la industria. Pizzorno subrayó que «el capitalismo
lectura atenta de los escritos de Marx comenzó por separar los ele- basado sobre el consumo estaba enrrando en una nueva fase que a
mentos científicos de los ideológicos dentro del pensamiento mar- su vez condicionaba las finalidades de los sindicatos y las acciones
xista: una sociedad puede comprenderse a partir de su organización del mundo obrero. Los sindicatos en una época que se avecinaba
económica, pero de su organización económica no se pueden de- cada vez más consumista ya no guiaban la lucha de la clase traba-
ducir las leyes de la evolución social que según Aran tienen en jadora en términos ideológicos sino en términos de alcanzar mayor
Marx un carácter marcadamente ideológico. El fenómeno más im- poder adquisitivo». Vacaciones pagadas, incremento del tiempo li-
portante que caracteriza nuestra época no es el socialismo ni el ca- bre y disminución del horario laboral fueron las consecuencias de
pitalismo, ni la intervención del Estado ni la libertad de emptesa, la nueva lógica capitalista que terminaron con las viejas dicotomías
sino el gigantesco desarrollo de la técnica y la industria, La sociedad sociales. El consumo iniciaba nuevas diferencias sociales basadas en
industrial es el género; las sociedades occidentales y soviética las es- el estatus y no vinculadas directamente al viejo tema de la lucha de
pecies. Lo decisivo de la sociedad capitalista no es la contradicción clases (Pinto, 1997).
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción o su su- El debate sobre los cambios que había sufrido la clase trabaja-
peración por un sistema socialista sino la aparición de la industria dora en Francia de tal manera que había permitido la llegada de De
y la aplicación de la ciencia a la producción. Las exigencias de la Gaulle al poder, se plasmaron en un número especial de Arguments
producción industrial son tales que los distintos tipos de sociedad (1959), donde se enfatizaba que la izquierda había vivido demasia-
industrial tienden a la convergencia en un mismo sistema de orga- do tiempo con una visión mítica de la clase obrera y esa situación
nización social. Desde ese punto de vista las dos ideologías, sovié- ya no existía. La nouvelle classe ouuriére, de S. Mallet contribuiría a
tica y occidental, han sido producidas por la civilización industrial esa opinión.
y tienen numerosos puntos en común: la secularización de la espe- Así pues la década de los cincuenta marca la batalla por las ide-
ranza, el culto de la técnica, la organización de masas, el creci- as y los valores culturales en suelo europeo de dos sistemas antagó-
miento de la productividad, la elevación del nivel de vida, el bie- nicos. Con la crisis y el aplastamiento de la Revolución húngara
nestar... (1956) y las que le siguieron, y el avance de la sociedad industrial
Esta lectura de la sociedad occidental coincidió a partir de 1956 y los cambios sociales que se derivaron de ella apareció el debate,
con la crisis del comunismo, el fin de la guerra fría y los ataques li- primero en Francia y después en Estados Unidos, sobre el final de
berales al pensamiento de izquierdas que unidos a los cambios las ideologías. Hemos visto que R. Aron ya había manifestado que
reales que se habían producido en la propia estructura social im- por caminos diferentes, espontáneamente o con la ayuda de la po-
pulsaron un movimiento cultural de renovación en oposición a los licía, las dos grandes sociedades de nuestro tiempo han suprimido
análisis ideológicos que se habían impuesto hasta ese momento. La las condiciones del debate ideológico, han integrado a los trabaja-
sociología comenzó a estudiar las condiciones reales de la clase tra- dores en el sistema industrial y han impuesto una adhesión unáni-
bajadora y muchos centros de estudio se interesaron por conocer me a los principios del régimen. Poco después sería Lipset quien,
las características concretas de la sociedad industrial. Estudiosos en Political man (1960), terminaría con un capítulo sobre el final
franceses de izquierdas se incorporaron a trabajar en los Planes de de las ideologías con una conclusión parecida: puesto que los pro-

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blemas fundamentales de la revolución indusrrial han sido resuel- ción de ideas e intentaron organizar su distribución y propagación.
tos, la lucha democrática de clases continuará, pero será una lucha Su planteamiento fue específicamente cultural con predominio de
sin «ideologías». Crozier en «La era del prolerariado llega a su fin» la crítica a la sociedad capitalisra industrial avanzada, al debate te-
(Arguments, 1959) confesaba que la clase trabajadora tenía que ser órico y al análisis de la situación británica (Aracil y Bonafé, 1983:
examinada a partir de ahora desde nuevas perspectivas y que la 7-52). A partir de 1960 la NLR comenzó a introducir en la cultu-
«fase religiosa» del proletariado nacida a comienzos del siglo había ra británica las ideas del socialismo continental presentando y tra-
terminado. Y, por último, Bell en El final de las ideologías (1960) duciendo autores como Lukacs, Korsch, Gramsci, Adorno, Colle-
declaró que éstas como camino para la acción habían muerto. Los ti, Sartre o Althusser,
conflictos de intereses podían resolverse dentro del marco de refe-
rencia del consenso pluralisra y sus «reglas de juego». El pluralismo
se había convertido en una ideología plural respaldada por las cre- 3. Ideología y cultura popular. La Escuela de Birmingham
denciales de la ciencia social. El «sueño americano) se había de-
mostrado empíricamente. La influencia de estos teóricos de la Europa continental repercutió
Ahora bien, aunque todo este panorama nos muestra con clari- considerablemente en los cultural studies ingleses que dieron a la
dad que la penerración de la cultura americana en Europa era un cultura una función social y un marco de referencia novedoso. El
hecho real y que el debate por las ideas podía tener un claro ven- marxismo que alimenta el enfoque de los culturalstudies es un mar-
cedor, sin embargo, tanto la ideología como sistema coherente de xismo crítico en el sentido de que se opone al enfoque reduccio-
pensamiento que guía la acción igual que como instrumento en la nista que sostiene el marxismo clásico respecto a la cultura. Mien-
lucha por la hegemonía de las ideas continuaron su camino en la rras este último, como ya hemos visto, contempla la cultura -el
sociedad occidental. Una prueba evidente de su importancia y arte, la literatura, las formas de vida sociales y políticas de las dife-
asentamiento es que mientras la Enciclopedia de Ciencias Sociales de rentes clases sociales- como manifestaciones totalmente determi-
los años treinta no incluía ninguna referencia a la ideología su he- nadas por las relaciones económicas, el marxismo que inspira los
redera de 1968, la Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales culturalstudies ha insistido en la «autonomía relativa» de la cultura
contenía dos largos artículos sobre este mismo tema, uno de E. respecto a la economía (Benner, 1981: 7) y en la influencia que
Shils y orro de H. ]ohnson. Y una prueba manifiesta de lo segun- ejercen sobre «lo real» algunos instrumentos ideológicos que son
do es que, en Francia, Althusser se propuso la revisión del marxis- fundamentales para el funcionamiento de la sociedad, como la fa-
mo sobre todo en el campo de la ideología y que el debate ideoló- milia, la ley, el sistema educativo, etc. Los culturalisras ingleses (R.
gico se rrasladó en toda su amplirud al Reino Unido, que había Williams, E. P. Thompson) se manifiestan así tanto contra el de-
permanecido al margen de toda esta guerra a causa, como dice R. terminismo económico como contra el estructuralismo dando un
Williams, de su adoración reverencial por Westminster y porque el peso importante a la capacidad y al poder del actor humano para
grueso de la clase obrera se había mosrrado pasiva e integrada en el contrarrestar la inercia de la historia y el encorsetarniento de la ideo-
«consenso» nacional (Anderson, 1985: 163). Sólo a partir de 1959 logía, porque ambas fuerzas pueden ser modificadas con el esfuer-
con la fundación de la New Lefi Review, dirigida por Stuart Hall, se zo individual.
creó un órgano de expresión de la nueva izquierda con la partici- Sin embargo la influencia europea sobre los cultural studies
pación de quienes se comprometieron activamente en la produc- vino, en primer lugar, desde el esrructuralismo, sobre todo porque

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su característica fundamental es el interés por los sistemas, por el años más tarde, en la década de los setenta, la imporrancia y cen-
conjunto de relaciones y de estructuras formales que enmarcan y tralidad de la clase como eje del análisis social dio paso a la impor-
dan sentido a la producción de significados en la cultura. Su inte- tancia del género impulsado por las fuerres corrientes feministas y
rés se centra en entender las formas que regulan las relaciones de después a la raza, la juventud y orros problemas de discriminación
poder, cómo se distribuyen y se despliegan en las sociedades in- y segregación social.
dustriales. De ahí que para ellos la culrura que conforma nuestras Comentando el trabajo de estos pioneros Turner manifiesta que
vidas diarias es como los ladrillos y el morrero que amasan los lu- el mérito de Hoggarr consiste en aplicar con acierto los análisis de
gares comunes de nuestra vida cotidiana. Lo que nosotros vesti- los estudios literarios a elementos culturales de rango más amplio:
mos, escuchamos, miramos y comemos; cómo nos va la relación música, periódicos, revistas y textos de ficción popular. Su logro
con los otros; la función de las actividades diarias tales como coci- más significativo es demostrar la interelación entre diversos aspec-
nar o comprar, todo esto ha sido el centro de interés de los cultural tos de la cultura pública ~los clubs de trabajadores, las revisras y
studíes. Partiendo de una tradición literaria crítica que vio la cultu- los deporres, por ejemplo- con las estructuras de la vida diaria
ra popular como una amenaza al standard moral y cultural de la ci- privada e individual, los roles familiares, las relaciones entre los se-
vilización moderna el trabajo de los pioneros de los culturalstudies xos y las formas de lenguaje. De esta manera revela la red de signi-
rompe con los temas de la tradición literaria elitista con el fin de ficados culturales compartidos que sustentan las relaciones entre
analizar la cotidianidad y el mundo ordinario: esos aspecros de diferentes facetas de la cultura.
nuestra vida que ejercen una influencia tan poderosa e incuestio- A su vez, Williams se interesa por la totalidad de la experiencia
nable sobre nuestra existencia que nosotros ni siquiera los percibi- cultural, no sólo en la literatura o los usos del lenguaje sino en el
mos. Son procesos que nos conforman como individuos, ciudada- lenguaje real, es decir en "las palabras y secuencias que los hombres
nos, como miembros de una clase particular, raza o género, y mujeres han usado tratando de dar significado a su experiencia»
procesos culturales que funcionan precisamente porque parecen (véase, por ejemplo, Solos en la ciudad, 1997). Los cuatro significa-
naturales, no excepcionales y, por tanto, irresistibles (P. Willis, dos que él da a la palabra cultura incluyen todas las formas de vida
1977: 184-85). material, intelectual y espiritual (Williams, 1966: 16). Lo que nos
Su campo de estudio no es un cuerpo homogéneo de teorías y descubre Williams es la cultura como una categoría clave para el
métodos sino que contiene múltiples discursos y diferentes clases análisis social porque conecta el análisis literario con la investiga-
de rrabajo. Es un terreno interdisciplinar donde han convergido ción social de su significado. Sin olvidar que la economía está siem-
métodos e intereses que se han mostrado de gran utilidad para en- pre implicada en todas las formas culturales, se interesa por el «re-
tender fenómenos y relaciones sociales desconocidos hasta ese mo- gistro» de nuestros significados y definiciones y por el conjunto de
mento. Comenzaron con la publicación de The uses of literacy las formas materiales y su historia, es decir la de las condiciones
(1958) de R. Hoggarr y Cultureand Society de R. Williams (1958) cambiantes de nuestra vida común.
situados dentro de la tradición de la literatura crítica inglesa cen- En la introducción a The longrevolution (1961) nos dice que la
trada sobre las formas de los textos literarios y su significado social sociedad inglesa se ha implicado en una revolución progresiva y
y moral, pero incluyen también el libro de E. P. Thompson The gradual a través de la industrialización, la democratización y la
making olthe English workingclass (1963), que exploró la cultura transformación cultural. Puesto que las dos primeras son conoci-
popular, la cultura de la clase trabajadora y las subculturas. Unos das el libro se centra en la última, el cambio cultural:

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Todas nuestras formas de vida, desde la forma de nuestras comunida- rentes a los suyos (Anderson, 1985: 43). En todas sus obras en-
des a la organización y el contenido de la educación, y desde la es- contramos un tema común: el conflicto entre dos modelos cultu-
tructura de la familia hasta el estatus del arte y el ocio, están siendo rales. El primero está enraizado en los valores de la sociedad for-
afectadas profundamente por el progreso y la interacción de la demo- mada por pequeños productores, artesanos y semiproletarios que
cracia y la industria y por la expansión de las comunicaciones. Esta
existían dentro de los horizontes políticos y culturales del capita-
profunda revolución cultural es una gran parte de nuestra experiencia
lismo. El segundo incluye el mundo cultural desarrollado con la
vivida más significativa y está siendo interpretada de maneras muy di-
versas en el campo del arte y de las ideas. Cuando tratamos de relacio- implantación de la disciplina del trabajo industrial, las concepcio-
nar este tipo de cambio con los cambios desarrollados por las discipli- nes del tiempo en las doctrinas protestantes o puritanas, los idea-
nas de la política, la economía y las comunicaciones es cuando rios referentes a la economía política y al utilitarismo y las agresio-
descubrimos algunas de las cuestiones más difíciles pero también más nes culturales asociadas con las necesidades del capital industrial
humanas (Williams, 1975: 12). (Aracil y Bonafé, 1983: 28).
Todos estos trabajos influyeron mucho en la creación del Centro
De esta manera su análisis establece una conexión entre las mani- de Estudios Culturales Contemporáneos de la Universidad de Bir-
festaciones simbólicas que se dan entre los seres humanos y las ins- mingham en 1964, que tuvo como primer direcrar a R. Hoggart,
tituciones y estructuras sociales que las producen, dando al térmi- cuya atención se centró inmediatamente en el análisis de las formas
no cultura y a su análisis un sentido de complejidad global de y prácticas culturales, las instituciones y su relación con la sociedad
relaciones. Este análisis se centrará en la clarificación de los signifi- yel cambio social. Aunque por entonces P. Bourdieu y R. Barthes es-
cados y valores implícitos y explícitos de rada cultura. taban desarrollando estudios sobre la cultura en París, U. Eco en Mi-
A su vez E. P. Thompson tampoco aceptó el determinismo eco- lán y McLuhan en Toronto, fue sin embargo S. Hall quien popula-
nómico ni determinadas concepciones del dominio de clase, recupe- rizó el término «cultural studies» desarrollando un paradigma
rando la importancia social del sujero humano. La cultura para él era teórico que permanecería en el centro de sus preocupaciones. Los de-
un conjunto vivo de prácticas y relaciones que constituían la vida co- bates que se generaron al principio dieron como resultado estudios
tidiana, en las que el papel del sujera humano tenía que estar en pri- teóricos y aplicados de carácter marxista que conjugaban tres premi-
mer plano (Turner, 1990: 63). Para Thompson los hombres cons- sas: 1) los procesos culturales están íntimamente vinculados a las re-
truimos la cultura a lo largo de la hisroria a través de la práctica diaria laciones sociales, especialmente a las relaciones de clase y a la forma-
que se constituye como una lucha entre formas de vida. ción de clases sociales, a la división sexual, a la estructura racial de las
En su libro The making o/the English workingclass se ocupa de relaciones sociales y a la opresión generacional como forma de de-
la cultura de la gente ordinaria, de reescribir la historia de una cul- pendencia; 2) la cultura supone siempre relaciones de poder y pro-
tura que ha sido olvidada por la hisraria «oficia]" dejando fuera a la duce situaciones asimétricas que capacitan de manera también dife-
clase trabajadora, a las víctimas de la clase gobernante, los tejedo- rente a los individuos y a los grupos socialespara definir y realizarsus
res pobres, los ludistas fracasados, un cuadro que nos transmite una necesidades; 3) la cultura no es un campo autónomo ni está deter-
idea amplia, compleja y rica de la formación de la cultura obrera. minado externamente, sinoque se constituye como un espacio de lu-
La clase social surge cuando algunos hombres y mujeres como re- cha y diferencias sociales (Davies, 1995: 21).
sultado de experiencias comunes articulan la identidad de sus inte- Los culturalstudies han ido respondiendo así a los cambios que
reses entre ellos y contra otros hombres cuyos intereses son dife- ha experimentado la sociedad occidental en estos últimos años y a

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sus condicionantes políticos. La cultura, en ese sentido, ha tenido porradores los intereses de los grupos dominantes, Esto es lo que
un marcado acento polírico muy vinculado al esrudio de sus for- hace que la cultura contenga una profunda catga ideol6gica.
mas «populares», en los lugares clave para la producción y repro- Por eso su centro de atención cambió pronto hacia el análisis de
ducci6n de las relaciones sociales de la vida coridiana, que ha ex- la función ideológica de los medios de comunicación de masas; en
plorado desde los medios de comunicación al deporre o la danza, el ámbito de este análisis los medios de comunicación se definían
remas que siempre habían sido excluidos del mundo académico, como «una gran fuerza ideológica y cultural) que mantenía una
que los veía como periféricos y de escaso valor para ser considera- posición dominante respecto a las formas en que se definen las re-
dos como procesos sociales básicos. laciones sociales y los problemas políticos y en que se producen y
Según Srorey el marxismo inspiró los culturalstudies al menos en transforman las ideologías populares de la audiencia. El resultado
dos aspectos fundamemales. Primero subrayando que para enren- fue que sus trabajos se concentraron sobre la «efectividad» ideoló-
der el significado de una práctica o texto cultural debemos analizar- gica de los medios de comunicación más que sobre sus efectos so-
lo en el marco de sus condiciones socio-históricas de producción y bre la conducta del público. Se trataba de preguntarse e investigar
consumo. La historia y el texto o práctica cultural se ensamblan sobre las estructuras del poder y la «política» de los medios (Tur-
como parre de un mismo proceso (Srorey, 1996: 3). Desde ese ner, 1990: 72).
punto de vista los culturalstudies insisten en que la imporrancia de Conviene recordar que en aquel momento los estudios sobre los
la cultura deriva del hecho de que ayuda a constituir el tejido so- medios de comunicación de masas en el Reino Unido estaban di-
cial y conforma la historia. S. Hall confiesa: «Lo que los cultural vididos en dos escuelas antagónicas: por una parre la escuela «em-
studies me han ayudado a entender es que los medios de comuni- pírica» que derivaba de la tradición americana de la sociología po-
cación, por ejemplo, juegan una parre en la formación y la consti- sitiva y, por otra, la «teórica) dominada por las distintas versiones
tución de lo que reflejan. No es que haya un mundo fuera, "fuera del marxismo. La escuela «empírica» centraba su atención en un
de allí", que existe libre del discurso de la representación. Lo que pequeño grupo de instituciones y prácticas culturales, principal-
está "fuera de allí" está constituido, en parre, por cómo es tepre- mente en los medios de comunicación, que se estudiaban de forma
sentado». En otras palabras, los textos culturales, por ejemplo, no aislada respecto de otras instituciones y prácticas sociales y cultu-
reflejan simplemente la historia, sino que hacen la historia y for- rales. Su enfoque estaba marcado por la tradición que utiliza como
man parre de sus prácticas y procesos, y deberían ser estudiados modelo la sociedad industrial de masas y sus rrabajos enfatizan los
además por el trabajo ideol6gico que llevan a cabo más que por el estudios sobre los «efectos» considerados a corro plazo sobre indi-
trabajo ideológico que reflejan. viduos aislados y atomizados, y sobre las organizaciones de los me-
El segundo postulado, tomado del marxismo, es el reconoci- dios de comunicación consideradas también aisladameme de otros
miento de que las sociedades industriales capitalistas muestran de- aspectos socio-económicos más amplios. La otra escuela conside-
sigualdades en el aspecto étnico, de género, generacional y de cla- raba los medios de comunicación como un aspecto del campo cul-
ses. Los cultural studies demuestran que la cultura es uno de los tural, yen los años setenta, estuvo dominada por las distintas ver-
lugares más imporranres donde se establece, se afirma y se lucha siones del marxismo occidental, sobre todo del francés, y era
contra esta división: la cultura es el terreno donde tiene lugar una «teórica>' en el sentido de que creía que la formulación correcta de
lucha continua sobre el significado y en la cual los grupos subordi- una teoría general debe preceder a la investigación microsocial
nados intentan resistir la imposición de significados de que son (Collins, 1986: 2).

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Dentro de esta tradición marxista la versión alrhusseriana que la ideología en las formaciones sociales, es decir en el territorio de
encontró un eco mayor en Inglarerra fue la que argumentaba que la producción cultural.
la dererminación económica de las formas culturales opera sola- Ambas cuestiones tratan acerca de «las políticas del significa-
mente «en última instancia». Esto supone rechazar que la deter- do», las formas de controlar y determinar la producción de signifi-
minación económica es el resultado de una conexión causal entre cados en las prácticas sociales. Ninguna de estas cuestiones ha te-
la base y la superestructura. Así pues, las articulaciones internas nido todavía respuesta categóricamente; sin embargo los intentos
de las practicas, yen particular de la ideología, se estudiaron den- de obtener respuestas se han centrado en la relación entre ideolo-
tro del marco de referencia que proporcionan otras prácticas, gía y discurso, y entre ideología y estructuras institucionales. La
especialmente las de la vida económica. El representante más sig- ideología se convierte en un espacio de lucha y un premio que de-
nificativo de esta corriente de pensamiento fue S. Hall que reem- bemos conquistar y no en una posesión permanente de los grupos
plazó a R. Hoogart en 1966 como direcror del Centro de Bir- dominantes. Pero también se recuerda al lector que la ideología tie-
mingham. ne raíces más profundas que las prácticas sociales de los medios de
Bajo la dirección de Hall se investigaron las relaciones entre los producción; porque estructura los sistemas más básicos de la orga-
medios de comunicación y la ideología a través del análisis de los nización cultural (Turner, 1990: 188).
sistemas significativos en los textos. También se llevaron a cabo Así, de la misma manera que los teóticos de los estudios cultu-
otro tipo de estudios sobre histotias de «vida cotidiana» bajo la ins- rales se han resistido a reducir lo cultural a sus determinantes eco-
piración del trabajo de Thompson, así como enfoques etnográficos nómicos, este enfoque del discurso y la ideología es refractario a
desde la sociología y la antropología. Durante algunos años este in- igualarlos con las afiliaciones de clase. La razón en ambos casos es
terés se centró en las subculturas, examinando su construcción, la la insistencia en la «autonomía relativa) -en primer lugar, de la
relación con sus orígenes y con las culturas dominantes y sus his- cultura, y en segundo lugar, de la ideología- de las formas cultu-
torias de resistencia e integración. La investigación sobre la juven- rales respecto a sus condicionantes económicos.
tud y el feminismo también se benefició del enfoque subculrural, Trabajando en el marco de referencia de A. Gramsci (1971) y
utilizándolo para examinar aspecros de la subordinación cultural su concepro de hegemonía, Hall desarrolló una teoría de la «arti-
de las mujeres, y junto a esto se trabajó en historias de clase y de culación» para explicat los procesos de la lucha ideológica. Este au-
cultura popular (Turnet, 1990: 72). tor argumenta que los textos y prácticas culturales no tienen un sig-
En todos estos trabajos la ideología fue la categoría conceptual nificado garantizado una vez y por rodas sino que el significado es
más importante que vertebró los culturalstudies, de tal maneta que siempre el resultado de un acro de «articulación». El proceso se lla-
algunos autores (J. Carey, 1989) los califican como estudios ideo- ma articulación porque el significado tiene que ser expresado, en
lógicos porque asimilan de forma muy variada y compleja la cul- un contexto específico, un momento histórico específico y dentro
tura con la ideología. Esta insistencia sobre la ideología en la agen- de un discurso específico. De esta manera la expresión está siempre
da de investigación de los medios de comunicación da paso para conectada y condicionada por el contexto. Y puesto que diferentes
discutir la función cultural de los procesos ideológicos. Hall sugie- significados pueden ser adscritos al mismo texto, práctica o suceso,
re que estas preguntas tuvieron lugar en dos frentes: el primero fue el significado es siempre un lugar potencial de conflicto. Por eso el
en el campo de la recepción cultural, y se centró sobre la elabora- campo de la cultura es para los culturalstudies un espacio muy im-
ción de la ideología en el lenguaje: el segundo fue la articulación de portante de lucha ideológica; un terreno de «integración. y «resis-

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGÍA Y CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS
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tencia»: uno de los espacios donde la hegemonía se gana o se pier- De esta manera Bourdieu se opone en particular al estructura-
de (Storey, 1996: 4). lismo marxista, especificando las raíces históricas y los determi-
nantes económicos y de clase de la autonomía relativa de la prácti-
ca intelectual, una autonomía que a su vez es la condición para la
4. Pierre Bourdieu: la cultura como poder simbólico eficacia de esa misma práctica intelectual así como para la práctica
de la dominación ideol6gica. Garnham y Williams resumen la pos-
El trabajo de Bourdieu sobre la cultura comenzó hace ya muchos tura de Boutdieu diciendo que:
años y tuvo como marco institucional de referencia el Centre de 50-
ciologie Européene de París y como vehículo transmisor las Actes de Las ideologías deben su estructura y sus funciones más especificas a las
la Recherche en Science Sociale, aparte de sus propios estudios. A di- condiciones sociales de su producción y circulación, es decir, a las fun-
ferencia de la Escuela de Birmingham, que bajo la influencia del es- ciones que llevan a cabo, primero para los especialistas que compiten
tructuralismo francés se centró primero en el estudio de la ideolo- por el monopolio de las prerogativas intelectuales (religiosas, artísticas,
erc.) y en segundo lugar e incidentalmente para los no especialistas.
gía y después en el poder explicarivo de la estructura económica y
Cuando insistimos en que las ideologías están siempre determinadas
de clases, Bourdieu -tal como afirman Garnham y Williams-
doblemente, que deben sus características más especificas no solamen-
confronta y reemplaza dialécticamenre estas dos posiciones parcia- te a los intereses de las clases y las fracciones de clase que ellas expre-
les y opuestas, y desarrolla una teoría de la ideología basada tanto san sino también a los intereses específicos de quienes las producen y
en la investigación histórica concreta como en el uso de las técni- a la lógica específica del campo de su producción, tratamos de huir de
cas clásicas de la sociología empírica. un reduccionismo tosco que refiere los productos ideológicos a los in-
Esta sociología de las prácticas culturales que desarrolla Bourdieu tereses de las clases a los que sirven, sin caer en la ilusión idealista de
trata de analizar los principios de la producción tanto a partir de dis- tratar las ideologías como autosuficientes y como totalidades autoge-
posiciones suscitadas por las estructuras objetivas de las desigualdades neradoras, sensibles o flexibles a análisis puramente internos.
de clase que subyacen a las categorías de la percepción, como a partir Su trabajo La distinción (1984) constituye una respuesta clara (a
través del estudio del gusto) a todas las teorías esencialistas de la apro-
de mecanismos institucionales que mantienen y legitiman las desi-
piación cultural y de la producción cultural (en este caso la creativi-
gualdades. El examen de los sistemas de enseñanza, en obras tales
dad), a todas las nociones que entiendan los valores culturales como
como Les Heritiers y La distinción, permite mostrar romo contribu-
universales y absolutos, y especialmente a la autonomía cultural de los
yen a reproducir las desigualdades sociales haciéndolas pasar como intelectuales y las ideologías respecto de los determinantes económi-
manifestaciones de diferencias «naturales» de las actitudes personales. cos y políticos que estos intelectuales han construido en defensa de sus
Las visitas a los museos o las prácticas de fotografía subrayan que no intereses materiales y simbólicos como «fracción dominada de la clase
se refieren a bienes «culturales espontáneos» sino a «condicionamien- dominante" (Garnham y Williams, 1986: 117).
tos» sociales diferenciados. Esta sociología da cuenta de las lógicas del
consumo así como de la producción cultural. En el primer caso lleva La distinción constituye, entre otras cosas, un análisis de los estilos
a un estudio de las condiciones sociales de la formación del gusto, ex- de vida que reflejan a través de los bienes de consumo una estruc-
plicitados en La distinción, en el segundo desemboca en un estudio tura del gusto. Para Bourdieu el gusto que se manifiesta en el con-
sobre las estrategias en campos específicos, el campo universitario, sumo de los bienes culturales funciona como un distintivo de clase,
descrito en Homo academicus o el campo literario. por eso trata de configurar el campo social de los diferentes gustos

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíAY CULTURA: ELPODER DE LAS IDEAS

que se reflejan en las prácticas legitimadas de la «alta» cultura (visi- como una matriz de percepciones y acciones (actitudes), y hace po-
tas a museos, asistencias a conciertos, lecturas, erc.) así como el gus- sible la realización de tareas infinitamente diversificadas gracias a la
to en las preferencias del consumo de los estilos de vida (alimenta- transferencia analógica de esquemas que permiten la solución de
ción, bebida, vestidos, coches, periódicos, vacaciones...). Aunque el problemas similares (Bourdieu, 1977).
espacio social donde se desarrolla la cultura en todos sus aspectos El habitus opera de acuerdo con una lógica relativamente cohe-
es el mismo, sin embargo la determinación del gusto se pone de rente que Bourdieu llama la lógica de la práctica. Esta lógica se for-
manifiesto cuando los estilos de vida se supetponen al mapa de la ma primero en la infancia, en el seno familiar, interiorizando un
estructura de clases cuyo principio estructurador es el volumen y la conjunto dado de condiciones objetivas determinadas, tanto las di-
composición, sea económica o cultural, del capital que cada gtupo rectamente materiales como las materiales mediadas por las prácti-
posee. Bourdieu nos pone algunos ejemplos de estas correlaciones: cas de los adultos, especialmente por los padres. Esta lógica de la
a quienes tienen mucho capital económico (industriales, comer- práctica opera inconscientemente, y puesto que no se inculca de
ciantes) les gustan los coches de impottación, la segunda residen- maneta explícita es una lógica pobre en el sentido de que funciona
cia, el tenis..., a quienes tienen un nivel alto de cultura (capital cul- con distinciones categóricas simples y también flexibles, puesto que
tural) (profesores, artistas ...) les gusta la música, las exposiciones, la puede ser aplicada como el principio estructurante de la práctica a
lectura, y a quienes tienen un nivel bajo, tanto económico como través de una amplia serie de situaciones. De esta manera opera con
cultural (los trabajadores poco cualificados, empleados ...), les gus- distinciones dicotómicas tan simples como alto/bajo, dentro/fuera,
ta el fútbol, el baile popular... cerca/lejos, macho/hembra, bueno/malo... principios de caregoriza-
De esta manera Bourdieu estudia las condiciones sociales que ción que se desarrollan en el ambiente inmediato del niño y que se
determinan las prácticas culturales y su poder simbólico, condicio- aplican en muchos campos y situaciones como principios regulado-
nes concretas e históricas que actúan no sólo como productoras res inconscientes (Garnham y Williams, 1986: 120).
sino también como reproductoras de la estructura social existente No obstante -prosiguen estos autores-e- el habitus es un fenó-
y de las relaciones de clase. Es decir que centra su atención sobre meno unificado. Produce un ethos que relaciona todas las prácticas
las formas de dominación cultural a través del poder simbólico. producidas por un habitus con un conjunto unificado de principios.
Observando las tegularidades de la acción social, por una patte, y No es un fenómeno individual, es decir que no regulaactos solitarios
la realidad del razonamiento libre del actor humano, por otra sino la interacción, por eso es un fenómeno de grupo o clase social,
-por ejemplo a través de las prácticas de la pequeña burguesía que una lógica derivada de un conjunto común de condiciones materia-
invierte en capital cultural y educativo para alcanzar un estatus su- les de existenciapara regular la práctica de un conjunto de individuos
periot-, Bourdieu trata de dar una salida a la dialéctica tradicio- como respuesta común a esas condiciones. Por eso la definición de
nal entre individuo y estructura o lo que es lo mismo entre objeri- clase de Bourdieu se basa en el habitus. De esta manera mientras el
visrno y subjetivismo. origen de claseestá sobredeterminado por la estructura del habitus, la
El mecanismo regulador que propone Bourdieu para rompet prácrica está también determinada por su trayectoria. Así la práctica
este impasse es el habitus una esttategia que capacita a las petsonas individual regulada por la lógica de la práctica es siempre una varian-
para enfrentarse con lo imprevisto y con situaciones siempre cam- te estructural del gtupO y especialmente de la práctica de clase.
biantes... un sistema de disposiciones duraderas y cambiantes que, POteso cuando Bourdieu se refiere al campo específico del con-
integrando experiencias del pasado, funciona en cada momento sumo cultural, las regularidades que sus investigaciones revelan res-

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGfA y CULTURA: EL PODER DE LAS IDFAS
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pecto al gusto, a través de un amplio abanico de temas que van des- delpodersimbálico que sefija en las relaciones entrecultura, estructu-
de la alimentación al vestido, la decoración o el deporte, etc., son ra socialy acción. Su interés se centra en saber cómo persisten y se
tegistros o indicadores del habitus de clase y de tracciones de clase, reproducen de manera intergeneracional los sistemas sociales es-
y lo que le interesa ponet de relieve no es un modelo determinado tratificados en jerarquías de dominación sin presentar mucha re-
de consumo o apropiación sino la lógica que explica esta relación sistencia y sin el reconocimiento consciente de sus miembros. La
patticular entre una serie de prácticas y bienes culturales y una se- respuesta se puede encontrar explorando cómo las instituciones,
rie de habitus de clase. El análisis de Bourdieu sobre las prácticas los procesos y los recursos culturales mantienen a los individuos y
culturales francesas actuales forma parte de su teoría del poder sim- los grupos en jerarquías de dominación competitivas yauroperpe-
bólico y al mismo tiempo de la importancia de la cultura en la lu- tuantes. Bourdieu sostiene que todos los símbolos y prácticas cul-
cha de clases. Las distintas formas de consumo cultural van unidas turales, desde el gusro attístico, los hábitos de comer, las formas de
también a las diversas maneras de conseguir la competencia cultu- pensar, etc., encarnan intereses y funcionan para incrementar la
ral, y a sus formas de adquisición que se vehiculan, sobre todo, a distinci6n social.
través de la educación, y se clasifican en una jerarquía social rela- El enfoque de su trabajo es sobre cómo la socialización cultural
cionada con el capital económico de la familia. Esta relación entre coloca a los individuos y los grupos dentro de jerarquías de estatus
capital cultural y económico se refleja en las diferencias de clase y competitivas, cómo campos relativamente autónomos de conflicto
en sus posibilidades de acceso a los diferentes niveles de educación engranan individuos y grupos en lucha sobre recursos de valor,
y titulación que a su vez legitiman la estratificación de la práctica cómo los individuos luchan y persiguen estrategias para conseguir
cultural vinculada al nivel de educación adquirido (Garnham y sus intereses en tales campos, y cómo al hacer esto los actores re-
Williams, 1986: 121-125). producen el orden de estratificación social. La cultura por tanto no
Este análisis sobre la producción y reproducción de las clasesso- está desprovista de contenido político sino que más bien es su ex-
ciales a través del gusto y el consumo cultural pone de manifiesto presión.
que la cultura además de proporcionar las bases para la comunica- Este contenido político o fuente de poder se expresa a través del
ción e interacción humana también es una fuente de dominación. capitalcultural, un concepto que utiliza el autor extendiendo la ló-
El arte, la ciencia, la religión y todos los sistemas simbólicos, in- gica del análisis económico a bienes y servicios no económicos. El
cluyendo el lenguaje no solamente conforman nuestro entendi- capiral cultural cubre una amplia variedad de recursos que inclu-
miento de la realidad y forman las bases de la comunicación hu- yen la cultura general, las preferencias estéticas, la educación, la in-
mana sino que también establecen y mantienen las jerarquías entre formación, etc. y surge inicialmente para explicar la desigualdad
las personas. La cultura supone relaciones de poder a través de las del éxito escolar entre los niños tal como se origina en familias con
instituciones y la posesión de objetos o conocimientos, y muchas orígenes sociales similares pero con diferencias educativas. Rompe
prácticas culturales se convierten en áreas o elementos de lucha por así con la tradición que atribuye el éxito o fracaso escolar a las ap-
el prestigio o la cualificación. Por eso siguiendo la tradición grams- titudes culturales como la inteligencia o las dotes personales, im-
ciana los intelectuales como productores y transmisores de cultura putándolo a la cantidad y el tipo de capital cultural heredado del
juegan un papel muy irnportante en la sociedad (Swartz, 1997: 1). medio familiar.
Swartz, en los párrafos que siguen, sintetiza este aspecto del El capital cultural se presenta de tres maneras diferentes. Prime-
análisis cultural diciendo que Bourdieu presenta así una sociología ro se refiere al conjunto de disposiciones culturales que son interio-

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CULTURA Y MODERNIDAD IDEOLOGíAY CULTURA: EL PODER DE LAS IDEAS

rizadas por el individuo mediante la socialización y conforman es- muy variadas. Aquí me referiré brevemente a tres aspectos concre-
quemas de comprensión y enrendimienro. La acumulación del ca- tos. En primer lugar atacan la particularidad de su marco de refe-
piral culrural comienza en la infancia y requiere una acción peda- rencia social. Bourdieu desarrolla sus conceptos en una sociedad
gógica sobre rodo de los padres y la familia. Segundo el capiral -Francia- con gran tradición cultural, vinculada a su conciencia
culrural exisre de manera objetivada en referencia a objeros rales de tener una aira hegemonía cultural. Pero esros concepros no fun-
como libros, obras de arte, instrumentos científicos... que requieren cionan tanto si se trasladan a otros contextos nacionales donde hay
habilidades culrurales para usarlos. Tercero el capiral culrural exisre mayor pluralismo culrural. En la medida en que el capital culrural
de forma imtitucionalizada, es decir, a través del sistema educativo. implique un consenso más amplio sobre las formas culturales, su
La disrribución desigual del capiral cultural objetivado e institu- capacidad para funcionar como moneda común puede ser limira-
cionalizado a través de las clases sociales es una de las dimensiones da en aquellas sociedades altamente diferenciadas, como Estados
clave de la desigualdad social en las sociedades modernas. La institu- Unidos, donde la alta culrura no ha jugado un papel tan predomi-
cionalización y expansión de la educación es un factor fundamenral nante como en Francia.
para la autonomía de la culrura respecto del poder político y econó- Por otra parte la tasa de convertibilidad entre capital económi-
mico. Pero a pesar de su autonomía la cultura permanece subordi- co y culrural puede ser aira en los países capitalista avanzados, don-
nada a la economía, porque el capital económico subyace a rodos los de las relaciones de mercado han penetrado más intensamente en
otros tipos de capital, ya que posibilita invertir en el capiral cultural. sectores como la familia, que han sido gobernados siempre por la
Esros capirales económico-polírico-culrural son inrercambiables. tradición y el esratus. Pero puede haber menos convertibilidad en
Por eso los rrabajos de Bourdieu y Passeron sobre el sisrema edu- sociedades donde hay fuertes sisremas de estado del bienestar. Por
cativo francés rebaten la creencia tradicional de sus efectos benefi- último, la imagen del capital cultural se adapta bien a ciertas pro-
ciosos y la promoción de la igualdad, mostrando cómo el sisrema es- fesiones de los medios de comunicación y al mundo cultural yaca-
colar funciona como instrumento de selección y segregación social démico, donde las personas con recursos de valor cultural tienen
en beneficio de las clases superiores y medias pero en detrimento del capacidad para convertirlos en recompensas económicas. También
mundo del rrabajo y los secrores de la población más desfavorecidos. se puede aplicar a las familias de clase media que buscan el valor de
Las desigualdades sociales son las que explican el éxiro o el fra- la educación para sus hijos. Pero la meráfora del capital cultural no
caso escolar que muchas veces se imputan a las diferencias de la na- funciona apenas para grupos que tienen poco capiral para invertir,
turaleza humana y de las capacidades inrelectuales. De esta mane- es decir para la clase trabajadora a la que Bourdieu dedica poca
ra la escuela se convierte en un instrumento ideal para legitimar atención.
estas desigualdades.
Bourdieu subraya de esra manera que todo el proceso culrural
de la modernidad ha estado mediado por el poder simbólico de la
culrura, de ral manera que ésta a través de su objerivación o del pro-
ceso educativo ha conrribuido de forma decisiva al fracaso de sus
posrulados igualirarios y emancipadores.
Las críticas que se han formulado conrra la sociología de Bour-
dieu y, en especial, contra su análisis culrural de la sociedad son

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CAPÍTULOS

MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y
CONTRACULTURAS

1. El multiculturalismo político y cultural

El multiculruralismo pone en cuestión el problema de las diftren-


cias culturales, y con él los derechos de las minorías respecto a las
mayorías o lo que es lo mismo el de la identidad y el reconoci-
miento de aquéllas respecto de estas últimas.
Aunque el problema multicultural nace en el período colonial,
como veremos enseguida, y no es ajeno a las preocupaciones de la
antropología, sin embargo, cuando renace después de la Segunda
Guerra Mundial junto a las reivindicaciones de las subculturas,
toma un cariz conflictivo respecto a las reglas del juego que ha es-
tablecido en Occidente el consenso americano, y a las que todo el
mundo estaba más o menos obligado a adscribirse. En ese sentido
tanto las sociedades rnulticulturales como los grupos subculturales
fueron presentados, definidos y teorizados en función de que su ac-
titud o comportamiento social fuese integrador o desviante.
Algunos autores (Kymlicka, 1996) distinguen entre el enfoque
político y el cultural de este fenómeno. En el primer caso se refieren
a las reivindicaciones de las minorías que tratan de obtener dere-
chos político-administrativos en el seno de un Estado nacional y
hacen una distinción entre las minorías nacionales y los grupos ét-

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURAlISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS
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nicos. Las minorías nacionales -como los corsos en Francia o los El mulriculturalismo, a su vez, no es un fenómeno novedoso
catalanes en España- han sido objeto a lo largo de la historia de puesro que atranca en el siglo XIX con los problemas del colonialis-
procesos de conquista o de incorporación. Los grupos étnicos mo y los Estados multinacionales (p. e. el Austro-Húngaro) y se ex-
-como los musulmanes en Francia o los gitanos en España- son tiende a lo largo del siglo XX con el paréntesis de segunda postgue-
el resultado de un proceso de inmigración y constituyen comuni- rra mundial donde, como hemos visto en el capítulo anterior, la
dades más o menos homogéneas en base a criterios geográficos, ét- discusión cultural es monopolizada por la batalla ideológica que
nicos o religiosos. Los primeros reivindican una autonomía políti- desplaza a la cuestión nacional hasta que ésta vuelve al centro de la
co-administrativa que puede llegar hasra el federalismo o la discusión después de la guetra fría, y sobre todo después de la caída
autodeterminación, los segundos reclaman el reconocimiento cul- del muro de Berlín con la descomposición sangrante de muchos Es-
rural y la identidad del grupo. tados formados artificialmente, como es el caso de Yugoslavia.
El enfoque cultural del mulriculturalismo se refiere no a los as- Los pensadores liberales del siglo XIX polemizaron sobre los de-
pectos políticos sino a los movimientos que se configuran alrede- techos de las minorías preocupados como estaban por los proble-
dor de un sentimiento de identidad colectiva en base a un sistema mas que planteaban los grandes imperios multinacionales europeos
de valores compartidos, a un estilo de vida homogéneo y a una como los Habsburgo o el zarismo, que negaban cualquier derecho
conciencia de marginación o discriminación respecto de otros mo- de autogobierno a sus minorías étnicas o nacionales, negando de
vimientos o grupos sociales. A estos grupos -la juventud, el femi- esta manera algunos de los derechos individuales más fundamen-
nismo...- los trataremos en el próximo epígrafe como subcultu- tales de la personalidad humana, sobre todo los vinculados a la ma-
ras, porque aunque comparten la preocupación por la igualdad y la nifestación cultural de sus componentes, como la autonomía local
identidad de los grupos étnicos les separa al menos la dimensión o la lengua. La mayoría de estos Estados resolvieron estos proble-
del territorio y la lengua típica de la etnicidad. mas mediante la coerción.
La etnicidad se entiende como el sentimiento de pertenencia a El colonialismo europeo tuvo que afrontar muchos problemas
un grupo basado en la idea de un origen, historia, cultura, expe- territoriales históricos, de fronteras nacionales, culturales y además
riencia y valores comunes. Se refiere a un proceso histórico real de las grandes oleadas migratorias que llegaron a provocar la inter-
singularidad colectiva. Y, sobre todo, a las prácticas lingüísticas y vención de la Sociedad de las Naciones con un programa de pro-
culturales a través de las cuales se produce un sentimiento de iden- tección a las minorías. Este programa reconoció, entre otras, a las
tidad colectiva que se transmite de generación en generación. No minorías de habla alemana en Checoslovaquia y Polonia, aunque
hay que ignorar el significado creciente de la identificación y mo- posteriormente fueron hábilmente manipuladas por los nazis antes
vilización étnica en los países altamente desarrollados para demos- de la Segunda Guerra Mundial.
trar los vínculos entre etnicidad y poder. La ernicidad sólo tiene un Así pues, a lo largo de esros dos últimos siglos el fenómeno mul-
significado social y político ,cuando se vincula a procesos de sepa- ticultural ha sido muy amplio en cuanto ah extensión de sus fron-
ración fronteriza entre grupos dominantes y minorías. Ser una mi- teras, al número de territorios, personas o Estados implicados, y
noría étnica no es el resultado automático de la imaginación sino muy heterogéneo en sus formas y manifestaciones. Lamo de Espi-
más bien la consecuencia de mecanismos específicos de margina- nosa, comentando el trabajo de Nielsson, constata la amplia dis-
ción que afectan a grupos diferentes de manera también diferente persión actual de las categorías étnicas; sólo 12 de 575 compren-
(Castles y Miller, 1993: 27-29). den más de la mitad de la población mundial, mientras que 383

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CULTURA Y MODERN..
ID..AD=_ _ MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS

categorías comptenden menos del 4 pOt ciento del total. La distri- Los países europeos recibieron a sus inmigrantes de acuerdo con
bución territorial de estas categorías dista mucho de ser una co- su rrayecroria histórica. El Reino Unido los recibió de Irlanda y de
rrespondencia idílica entre etnias y Estados puesto que un buen sus rerritorios coloniales. Francia de los países sudeuropeos, de Áfri-
número de éstos contienen más de una categoría étnica y un buen ca y el Magreb, Alemania que no tenía un imperio colonial antiguo
número de etnias están distribuidas entre varios Estados. Y con- reclutó trabajadores del sur de Europa y de Turquía. La mayoría
cluye: «podemos decir que la mayoría de las ernias esrán dentro de eran mano de obra no cualificada que fue a ocupar los puestos más
un Estado, pero lo contrario no es cierto puesto que la mayoría de bajos del mundo indusrrializado bien temporal o definitivamente.
los Esrados se componen de diversas etnias que, además esrán dis- Allí tuvieron que afrontar dos tipos de problemas: la desigualdad
persas por otros Esrados. Sólo 28 etniasde las más de 500 analiza- polírica, económica y social y la integración o la exclusión cultural.
das han conseguido el ideal romántico de la nación-Estado. Todas las Por eso ante la diversidad de situaciones que se pueden evocar
demás aparecen distribuidas en varios' Estados» (Lamo de Espino- bajo la voz de multiculruralismo conviene disringuir entre confi-
sa, 1995: 21-26). guraciones políricas diferentes (Rex, 1996: 49-50):
Los movimientos migratorios como consecuencia del colonia- 1) Sociedades coloniales en las que la nación gobernante esra-
lismo o como respuesta al crecimiento demográfico, los cambios de blece un control político sobre uno o más grupos indígenas e in-
clima o el desarrollo de la producción y del comercio han formado migrantes que juegan diferentes roles económicos y se integran de
parre de la historia de la humanidad y han constiruido la base y el manera diferenciada, por ejemplo, casi todas las primeras colonias
susrraro del fenómeno multicultural, La gran expansión europea británicas, francesas, alemanas, españolas y portuguesas.
que llevó a cabo la colonización de buena parte del mundo dio pie 2) Las sociedades postcoloniales en las que, después de la reti-
a varios tipos de migraciones. Muchos emigraron de Europa hacia rada de la nación imperial de su posición política, el control pasa a
África, Asia o América como resultado del asentamiento colonial, uno de los grupos o a todos los grupos autóctonos colectivamente.
bien de manera remporal o permanenre. La esclavirud también En esre caso puede haber algún grado de compromiso con la de-
provocó fenómenos masivos; algunos estiman que 15 millones de mocracia de todos los individuos, sin embargo, frecuentemente, al
esclavos fueron llevados· desde África a Estados Unidos antes de mismo riempo se mantiene la desigualdad y la integración diferen-
1850, y esre país ha sido el receptor más importante de inmigran- ciada de los diferentes grupos étnicos, por ejemplo, Sudáfrica, Ma-
tes. Se estima que 54 millones de personas emigraron a Esrados lasia, Senegal, México o Brasil.
Unidos entre 1820 y 1987 Yel período más álgido fue de 1860 a 3) Siruaciones en las que después del final de los imperios, los
1920, en el que recibió alrededor de 30 millones. Por eso Esrados colonizadores se han asentado en la primera metrópolis imperial,
Unidos ha sido un crisol de culruras y ellaborarorio donde el mul- son conscientes de su nacionalidad común con la comunidad me-
ticulruralismo ha experimentado la mayor parte de los problemas tropolitana, liderando movimientos irredentistas en la metrópolis
(Casties y Miller, 1993: 48-51). y tipos específicos de conflicto érnico respecto de su primera de-
Después de la Segunda Guerra Mundial los movimienros mi- pendencia colonial, por ejemplo, la posición de los rusos en los pri-
grarorios han cambiado de volumen y dirección siendo los países meros territorios de la Unión Soviética, los serbios en Bosnia, o los
más industrializados sus destinatarios, como Europa, Esrados Uni- húngaros en Rumania o Eslovaquia.
dos y Australia, al menos hasta 1973-1974, que fue cuando estalló 4) Situaciones en las que minorías autóctonas ubicadas dentro
la crisis del petróleo. de un territorio polírico más amplio exigen distintos grados de au-

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_ _ _CULTURA Y MODERNIDAD=-- _ MUlTICULTURAlISMg, _~t¿!!~t¿~!~~y C~~!~g¿~!~~~ _
tonomía política o cultural para sus territorios regionales, y en úl- ción forma y determina la cultura, que constituye una manera de-
tima instancia pretenden la secesión, algunas veces usando la vio- terminada de vivir y se plasma a través de la organización social y
lencia en prosecución de esta finalidad, por ejemplo los vascos en de las instituciones. La lengua, como especificidad de la nación, se
España, los escoceses o irlandeses en Inglaterra, o los tártaros en considera como la forma peculiar de expresar y percibir la vida y el
Rusia. mundo que nos rodea (Guibernau, 1997: 89). La nación, es por
5) La situación de los inmigrantes en sociedades en las que ser tanto, una comunidad histórica que ocupa un territorio y compar-
inmigrante es normal y aún prestigioso, pero en las que uno o más te una lengua y una cultura diferenciadas.
de los primeros grupos inmigrantes ha establecido su lengua y cul- La idea de «identidad» cultural -comenta Gustavo Bueno-
tura como la lengua y cultura de la nueva nación, por ejemplo los encuentra en este contexto su juicio propio: preservar y exaltar la
Estados Unidos, Canadá, Australia o Israel. identidad cultural es una norma cuyo sentido es predominante-
6) La situación de inmigrantes y sus descendientes en socieda- mente reivindicativo y se orientará preferentemente, en el plano
des en las que hay una lengua nacional y una cultura ampliamente político, a través de la lucha por la consecución de un Estado na-
establecidas y en las que, aunque la inmigración es reconocida cional-cultural o por la preservación del Estado nacional-cultural
como económicamente necesaria, el esratus de inmigrante no es en ya establecido. Karl Renner lo formuló con toda precisión: «la na-
absoluto prestigioso, y es comúnmente la base de la discriminación ción es la comunidad de cultura propia de un pueblo que está ju-
y del estigma, por ejemplo, la situación de los inmigrantes en las rídicamente unido en virrud de un poder público que se ejerce en
sociedades de Europa occidental. un determinado territorio y que está delimitado precisamente por
7) La situación de los refugiados en algunos de los tipos de un lazo cultura]" (Bueno, 1996: 108).
sociedad mencionadas antes. En el caso de sociedades como las in- Pero la formación de los Estados-nación no fue igual en todas
cluidas en el punto 6, son aceptados con distintos grados de bene- partes; en algunos casos se hizo de grado como en Suiza pero en
volencia o rechazo y, en cualquier caso, ellos y los gobiernos hospi- otros por la fuerza a través de la conquista conformando Estados
talarios dudan acerca de su futuro a largo plazo. multinacionales como España.
Dentro de las diversas fotmas que se pueden registrar en el mul- La segunda fuente de pluralismo cultural es la inmigración que
ticulturalismo las más comunes que nos presentan los Estados mo- se da sobre todo en aquellos países que han aceptado gran cantidad
dernos son los Estados plurinacionales, en los que minorías autóc- de inmigrantes procedentes de otras culturas y les han permitido
tonas reclaman los derechos de su propia cultura diferenciada, y los mantener en alguna medida sus peculiaridades étnicas. Su especi-
poliétnicos surgidos de la inmigración que exigen el reconocimiento ficidad se manifiesta en la vida familiar y en las asociaciones vo-
de su identidad colectiva (Kymlicka, 1996).' En el primer caso las luntarias, muchas veces a ttavés de los canales institucionales de la
minorías nacionales desean ser sociedades distintas y reivindican cultura oficial (Kymlicka, 1996: 12).
formas de autogobierno y autonomía política, administrativa y cul- Muchas democracias occidentales son multinacionales y poliét-
tural. En el segundo desean el teconocimiento de su identidad ét- nicas y actualmente se encuentran sometidas a un proceso de ajuste
nica mediante la introducción de nuevas leyes e instituciones que de su diversidad cultural. Quienes tienen problemas de nacionali-
permitan reconocer y proteger una diversidad cultural más amplia. dades históticas (Yugoslavia, España...) han tenido que reconocer
El nacionalismo romántico del siglo XIX ha inspirado a todos los de manera violenta o pacífica los detechos de autogobierno de sus
movimientos nacionalistas posteriores porque sostiene que la na- diversas nacionalidades en un amplio abanico que va desde la des-

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS

centralización administrativa del Estado a la autodeterminación, nes de las mayorías, y además, no crea desigualdades sino que las
ral como es reconocida por la Carta de las Naciones Unidas. Este elimina.
último es el caso más claro de diferenciación ciudadana puesto que Reconocer el papel central que juegan hoy día las dimensiones
reclama derechos históricos, territorio, competencias administrati- étnicas y culturales en la constitución del individuo como ser mo-
vas y estatuto político independiente del Estado. ral y como ciudadano es una convicción de quienes defienden y
Sin embargo, en el caso de los Estados rnulriérnicos existe una apoyan el modelo multicultural como modelo de intercambio,
cultura dominante que engloba a todas las demás peto respetando convivencia y enriquecimiento de las diversas culturas.
sus peculiaridades diferenciales de grupo, donde las culturas mino- Es más al fenómeno multicultural se le reconocen una seriede va-
ritarias gozan de un estatus especial. La persistencia de este fenó- lores añadidos como el enriquecimiento moral de la sociedad a través
meno ha provocado que en el seno de las Naciones Unidas se ha- del reconocimiento de los valores de sus diversas culturas; el fortale-
yan estado debatiendo durante años los derechos de las personas cimiento de la identidad de los individuos en el seno de la organiza-
que pertenecen a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lin- ción social de las minorías y la solidaridad que proporcionan ésros
güísticas. ante una sociedad individualizada y anarquizante contra la que lu-
No obstante estos fenómenos culturales han sido siempre muy chan para rechazar su exclusión y la igualdad de sus miembros.
controvertidos. Las objeciones al rnulticulturalisrno étnico han ve- Para muchos es posible combinar el reconocimiento de la di-
nido por parte de aquellos que piensan que en una sociedad que as- versidad cultural con la lucha por la igualdad individual, y sólo en
pira a la igualdad no hay lugar para la diferencia: quienes ven en las el mantenimiento y prosecución de esta ecuación es posible el rnul-
instituciones culturales minoritarias un problema para la unidad ticulturalismo. La integración social en las sociedades modernas
de la clase trabajadora; aquellos para quienes el multiculturalismo complejas, plurales y democráricas no se puede llevar a cabo ya con
es una forma de controlar a las minorías; y quienes enfatizan la procesos uniformadores sino a través de la asimilación de la diver-
gran diversidad de reacciones de las minorías (Rex, 1996: 3, 4). sidad cultural unida a una política de igualdad de oportunidades y
Pero mulriculturalismo no es sinónimo de igualdad sino reco- de reconocimiento de los derechos ciudadanos. De esta manera, el
nocimiento de la diferencia, lo que en el mundo moderno supone, multiculturalismo ha puesto en evidencia el proyecto de la moder-
por una parte, la aceptación de una cultura única y de un conjun- nidad al reivindicar como esencial para esre proyecto la noción de
to de derechos individuales que gobiernan el dominio público y, diftrencia y dejando claro que se han producido muchos cambios
por otra, una variedad de culturas que encuentran su lugar en un en las relaciones individuo-sociedad que han afecrado a la identi-
espacio más reducido. Para tales minorías la familia y la comuni- dad. La Ilustración asumió la existencia del individuo como sujeto
dad forman parte de orro sistema social y otra cultura y en ellas se y protagonista de la historia; en el siglo XX el concepto de identi-
cumple la educación moral, la socialización primaria y la inculca- dad que esto implicaba fue reemplazado por una concepción más
ción de creencias y valores religiosos que conforman la identidad sociológica en la que se asumía que el individuo era una creación
del individuo. de la sociedad; pero en el período aerual de postmodernidad esta
Por tanto el reconocimiento del derecho de las minorías identidad tan clara ha sido reemplazada por la noción de múltiples
-como la autonomía territorial, el derecho al voto, la representa- identidades y el nacimiento de un sujeto descentrado que define su
ción en las instituciones centrales, y los derechos lingüísticos- mi- autoconciencia solamente a través de la creencia en un relato per-
riga la vulnerabilidad de las culturas minoritarias ante las decisio- sonal (Rex, 1996: 78).

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURAlISMO, SUBCULTURAS y CO~TRACULTURAS

La modernidad construida a partir de un «universalismo» que a contraculturas, como la cultura juvenil, y reclaman su condición de
menudo no ha sido más que el disfraz de una monocultura bajo las desviantes y contestatarias hasta el extremo de postular el rechazo
características de un simulacro de humanidad asombrosamente total de la sociedad y el derecho a su propia clandestinidad.
blanca y europea: estructurado a partir de un espacio público Sobre la cultura de las minorías étnicas y de las clasessociales ya
«igualitario» que dejaba a sus puertas numerosos grupos sociales; hemos hablado en las páginas anteriores, ahora nos vamos a fijar en
fundada sobre la noción de un individuo abstracto y simplista pero la subcultura femenina y la conrracultura de la juventud.
sometida a la experiencia real de la diversidad y de sus reivindica- El hecho de que la noción de cultura esté marcada por el géne-
ciones radicales de reconocimiento, difícilmente puede aportar ro presupone dos características: que la cultura tiene una referen-
una respuesta coherente al desafío rnulriculrural, El carácter para- cia a nuestra vida diaria y que no es ni homogénea ni monolítica,
dójico del multiculturalismo consiste en coger a la modernidad en porque está escindida en grandes divisiones sociales y en su seno
su propia trampa pretendiendo que conceda ese universalismo, tiene lugar un proceso estructural de diferenciación a causa del gé-
igualdad, justicia y reconocimiento que siempre ha prometido ser nero y de la producción y reproducción de su subjetividad (Bi-
la base de su proyecto de civilización (Semprini, 1997: 116-117). llington, 1991: 119). A partir de la década de los setenta se han ido
acumulando cada vez más estudios sobre las formas en que los me-
dios de comunicación, sobre todo, han abundado en representar
2. Subculturas y contraculturas. El feminismo y la juventud esta diferencia cultural a través de las telecomedias, las películas y
los anuncios.
Una subcultura es un grupo humano considerado como «grupo de La sociedad es cada vez más consciente de que el estatus secun-
referencia» para la identidad de las personas que a él pertenecen o dario de la mujer es uno de los hechos más universales de nuestra
de afiliación para las que quieren pertenecer, suministra al indivi- cultura occidental y algunos estudiosos le confieren un potencial de
duo un universo de pautas, símbolos y valores que conciernen a lo cambio social mayor que el de las clases sociales porque representa
que es correcto o no, apropiado. decente o posible y sirve como la división de las ideas, creencias y prácticas acerca del trabajo, la se-
guía para las decisiones que se toman en la vida. En general las sub- xualidad, el tiempo libre... del comportamiento de las mujeres y los
culturas se relacionan con las variaciones de la pauta o cultura do- hombres. Esta división cultural se ha convertido a lo largo de los
minante de una sociedad. Entre las subculturas más importantes años en ideológica. Una forma de conceptualizar esta relación ha
podemos mencionar la comunidad étnica, la clase social, el géne- sido conservar y reproducir una imagen de la mujer estrechamente
ro, la generación y la religión (Hollander, 1971: 327). vinculada a lo personal y lo privado, al mundo de la familia y la casa,
Estas subculruras no tienen límites geográficos pero tienen una mientras que la imagen del hombre se ha asociado desde siempre
gran influencia en la socialización temprana de los seres humanos con el mundo del trabajo y el terreno de lo público.
e influyen en los valores y el modo de comportamiento de su per- ¿Por qué y cómo comenzó la consideración sobre la opresión de
sonalidad. Todas ellas se presentan como «culturas alternativas» a las mujeres? Los estudiosos de ciencias sociales y los grupos de mu-
la cultura dominante poniendo de manifiesto la presencia de la di- jeres feministas nos han dado un amplio abanico de explicaciones
ferencia y provocan tensiones entre los grupos dominantes y los do- diferentes sobre cómo y por qué las mujeres han sido dominadas, y
minados. Algunas generan movimientos sociales y tratan de alcan- sobre ello hay diferentes versiones y teorías, pero la mayor parte de
zar el reconocimiento y la igualdad, pero otras se constituyen como ellas coinciden en subrayar que la formación del patriarcado ha sido

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURAUSMO, SUBCULTURAS y CO~TRACULTURAS

fundamental en este proceso. Utilizado para describir el poder del En cualquier caso el conocimiento y análisis de las diversas ver-
padre como cabeza de familia e! rérmino «patriarcado» ha sido em- siones del patriarcado ha permitido denunciar este fenómeno y tra-
pleado por el feminismo, para referirse a la organización sistemáti- tar de combatirlo y superarlo. Entre otras cosas nos ha permitido
ca de la supremacía del hombre sobre la mujer y la conformación conocer: a) el desarrollo y la evolución de las fuerzas productivas
del estatus de subordinación de esa última (Richardson, 1993: 53). que han tenido gran impacto sobre la demografía y la pobla~ión;
Nuestra sociedad, como otras muchas civilizaciones, es un pa- b) el impacto de la ciencia y la técnica sobre el cambio de las inte-
triarcado. El poder militar, industrial, científico, económico... está relaciones sexuales en la sociedad: e) la formación de los movi-
en manos de los hombres. Si el patriarcado consiste en que la mi- mientos feministas y la subcultura femenina como alternativa al
tad de la población que es femenina es controlada por la otra mi- modelo cultural dominante.
tad que es masculina el patriarcado se manifiesta de dos maneras: Ahora bien e! reconocimienro de la opresión de las mujeres de
los hombres dominan a las mujeres, los hombres de mayor edad cualquier condición y su importancia histórica ha desarrollo a lo lar-
dominan a los más jóvenes (Millett, 1970: 25). go de! siglo xx, pero sobre todo a partir de los años sesenta, ~n~ con-
La interpretación marxista más ortodoxa de este fenómeno se ciencia feminista que ha desembocado en uno de los movimientos
ha referido siempre a la obra de F. Engels Los orígenes de la[amilia, sociales más importantes de la actualidad. La organización de estos
la propiedadprivaday el Estado para situar la pérdida del poder fe- movimientos, sus actitudes y actividades de protesta respecto a la
menino en relación con la importancia que toma el cambio histó- cultura dominante han generado a su vez una nueva cultura.
rico de! sistema productivo (la producción de bienes y mercancías) La relación entre esta acción colectiva y su cultura ha dado pie
respecto del reproductivo (la reproducción de la especie y la edu- a nuevos marcos de referencia, a conceptos y normas emergentes.
cación de los hijos). Para otros, sin embargo, fue la privatización de V. Taylor y N. Whitrier (1995) han dibujado cuatro escenarios
la sexualidad libre femenina el primer paso para la aculturación de conceptuales que nacen de tradiciones teóricas distintas pata rela-
la mujer, mientras que la apropiación de su producto cultural, el cionar la cultura con la acción colectiva. El primero es la aparición
hijo, fue el primero del dominio sobre ella. Sin una superestructu- de normas nuevas y de marcos de reftrencia interpretativos; el segun-
ra adecuada ambos hechos no hubiesen podido llevarse a cabo; fue do es el concepto de identidadcolectiva que surge de la posición es-
necesario todo un proceso de subordinación de la mujer para que tructural de los grupos y su representación social; el tercero es el ri-
ésta acabase aceptando, a largo plazo, su papel de vencida. La reli- tual que representa los sentimientos y emociones compartidos; y el
gión servirá perfectamente a estos fines, como factor de primer or- cuarto es el discurso que incluye los textos escritos, los mitos, las
den de la ideología masculina sexista (Sau, 1986). historias y las formas de expresión no lingüísticas. Estos cuatro pro-
Estas y otras lecturas sobre la opresión de las mujeres no han cesos no son independientes sino que la mayor parte de las veces se
tenido en cuenta -según otros- las similitudes y diferencias superponen unos a otros (Taylor y Whittier, 1995: 164-197).
entre ellas ya que se basan sobre una versión concreta de mujer En el primer caso las normas emergentes nacen de una nueva
que no toma en consideración otras diferencias en relación a la definición de la situación que redefine los marcos de referencia in-
raza, etnicidad o nacionalidad. En ese sentido las feministas ne- terpretativos en base a los cuales se reconoce la importancia de los
gras han ido sacando a luz sus «historias ocultas» de racismo, co- factores culturales para reclutar y movilizar la acción colectiva. La
lonialismo e imperialismo que determinaron sus vidas de mane- noción de marco sacada de Goffman se refiere al «esquema inter-
ra muy diferente. pretativo» desarrollado por las colectividades para entender el

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURAUSMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS

mundo. Snow y Benford identifican tres funciones en los marcos cómo los movimientos sociales son agentes de! cambio social. El
de acción colecriva: llamar la atención sobre la injusricia sufrida análisis de! discurso público es importante para entender e! pape!
por la colectividad; explicar las causas de la injusticia y proponer de! movimiento cultural y los materiales escritos y visuales que le
soluciones; articular las diversas experiencias en una visión cohe- sirven de soporte para la movilización. Desde ese punto de vista e!
rente. En ese sentido un amplio grupo de esrudiosos han valorado fenómeno feminista pasa por una liberación de! lenguaje y palabras
e! igualitarismo, e! altruismo, e! pacifismo y la cooperación como como vagina, clítoris, pene, masturbación dejen de ser tabú y se in-
caracrerísricas femeninas frente al individualismo, la violencia y la corporan al discurso normalizado.
competición como valores masculinos. Pero algunos grupos de fe- Sin embargo donde e! discurso público ha tenido mayor im-
ministas se han quejado de esre marco interpretativo al que impu- portancia en estos últimos años ha sido en la representación de las
tan, más que un elemento esencialista de la cultura feminista vin- mujeres en la cultura popular sobre todo a través de los medios de
culado a su biología, su carácter construccionista atribuido a las comunicación de masas. La crítica a la imagen de la mujer a través
diferencias en la socialización de los roles. de los estereotipos femeninos que presentan los medios ha sido e!
Paraquienes teorizan sobre los nuevos movimientos sociales, la terreno donde se han desarrollado los análisis más interesantes so-
organización política alrededor de una identidad común es su ca- bre su significado y representación en la cultura. Formas culturales
racterística más importante, entendiendo por identidad el conjun- tales como las telenovelas, la publicidad, la música pop, las pelícu-
to de prácticas sociales como gestos, actos, discursos, símbolos, tex- las de aventuras o e! deporte forman parte de la representación de!
tos ... que comparten todos los participantes y que sirven como género.
cemento cultural y base de movilización de sus reivindicaciones Respecto a esta representación simbólica en los medios de co-
con la finalidad de cambiar e! sistema cultural dominante. municación Tuchmann ya observó que en Estados Unidos, duran-
A su vez e! ritual es e! mecanismo cultural a través de! cual los te la década de los setenta, aunque las mujeres eran e! 51 por cien
actores colectivos expresan sus emociones -el entusiasmo, la an- de la población y constituían e! 40 por ciento de la fuerza laboral
siedad, e! odio, e! miedo- que movilizan y sostienen e! conflicto. sin embargo pocas de ellas eran representadas bajo esta forma. Las
A través de! ritual las subculturas expresan y rransforman las emo- imágenes que se han venido emitiendo reiterarivamente en los me-
ciones que surgen de la subordinación, redefinen los sentimientos dios representan a los hombres como doctores y a las mujeres como
dominantes y expresan la solidaridad del grupo. Rituales como las enfermeras: los hombres son abogados y las mujeres secretarias; los
demostraciones, las marchas, conferencias, películas, y festivales hombres trabajan en empresas las mujeres en boutiques.
musicales se utilizan para expresar la emoción, dramatizar la desi- De esta manera la representación que nos han ofrecido los me-
gualdad y la injusricia y enfatizar las desventajas de estos grupos. dios de masas ha coincidido con los estereotipos culturales que sir-
Por último, e! hecho de que algunos enfoques más recientes ven para reproducir los roles sexuales tradicionales. Los hombres se
vean e! cambio cultural vinculado a los actores y las organizaciones presentan usualmente como seres dominantes, activos, agresivos y
que lo provocan nos dice que los movimientos sociales se pueden autoritarios configurando roles que requieren profesionalidad, efi-
analizar como «comunidades de discurso» que producen y anun- ciencia, racionalidad y fortaleza mientras que las mujeres personi-
cian códigos culturales nuevos que frecuentemente se oponen a las fican seres subordinados, pasivos, sumisos y marginales que reali-
representaciones culturales dominantes. Por tanto la teoría de la zan tareas secundarias, poco interesantes, limitadas por su carácter
cultura apunta aquí al estudio de! discurso público para entender emotivo y doméstico. Al retratar los sexos en estos términos, los

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medios de comunicación confirman el carácter natural de los roles remunerado corno si no, se analiza en función de la economía ca-
sexuales y de las desigualdades de género (Strinati, 1995: 184). Nu- pitalista. Por último el feminismo liberal centra su enfoque sobre
merosas investigaciones han confirmado este sexismo de los me- los derechos individuales y las posibilidades que se les niega a las
dios que ha contribuido de manera eficiente a la defotmación sim- mujeres así como a las formas en las que la ley y la educación po-
bólica de las mujeres. drían ayudar a rectificar estas injusticias (Stacey, 1994: 49-74).
El primer paso frente a esta situación fue de protesta y resisten- Esta categorización sin embargo no satisface a muchos ya que elu-
cia a admitir los criterios físicos de feminidad a los que se animaba de complejidades y conttadicciones del propio movimiento cultu-
a las mujeres bajo la inspiración yel dominio de los hombres. Esta ralllegando a encasillar a las feministas radicales corno esencialis-
protesta fue dirigida al dmtrol de los hombres sobre la definición ras, a las socialistas como desinteresadas en la sexualidad y a las
de las mujeres y atacó también a orras mujeres por la forma de de- liberales corno reformistas ingenuas.
finirse a sí mismas; fue un rechaso a la trivialización de las mujeres En cualquier caso estos debates y desarrollos sobre el significa-
debido a que son hombres la mayor parte de fotógrafos, editores, do de la categoría «mujer» su evolución y posicionamiento en la so-
directores de cine o televisión quienes producen las imágenes que ciedad han rechazado la configuración cultural predominante en-
definen a las mujeres (Marshment, 1993: 125-126). Si las mujeres tre los sexos y han abierto una nueva frontera cultural que ha unido
están poco tepresentadas en las profesiones que producen y tepro- símbolos, ideas y significados nuevos con la protesta social del mo-
ducen las definiciones y relaciones entre géneros, es muy difícil que vimiento feminista, y de esta manera no sólo están transformando
hablen por sí mismas y en defensa de sus propios intereses. la cultura patriarcal dominante sino que están sentando las bases
La respuesta a todo esto es que han de ser tepresentadas tal de una nueva visión de la cultura humana.
como son y que tal representación tiene que estar en función de sus Por otra parte cuando hablamos hoy día de juventud y de cul-
intereses denunciando la opresión que experimentan bajo el capi- tura juvenil casi hemos olvidado ya los movimientos juveniles de
talismo patriarcal, teivindicando la igualdad de sexos y poniendo los años cincuenta-sesenta de los países industrializados bien en su
en tela de juicio las ideologías que promueven la diferencia sexual. vertiente escéptica, no comprometida, consumista y amante de los
Pero esta tespuesta cultural no siempre ha sido igual ni en el privado, bien contestataria, amante del rock, el sexo libre y la dro-
tiempo ni en todo el colectivo de mujeres. Por eso en la práctica es ga, es decir la que conformó los movimientos contraculturales. Sin
imposible discurir la cultura feminista sin discurir la imagen que embargo la importancia y el estudio de la subcultura juvenil tiene
tratan de teivindicar los diversos grupos que aunque comparten las lugar en esos años y desde entonces se ha conformado como uno
mismas experiencias de discriminación económica, legal... no dan de los grupos culturales más importantes de las últimas décadas.
una misma respuesta. Tanto es así que en estos últimos años algu- Ahora bien, la juventud como categoría social enmarcada en
nos estudiosos han clasificado esta pluralidad en diversas clases de unos límites de edad, con determinadas características psicológicas
feminismo; el radical, el marxista y el liberal. El radical incide más y necesidades sociales comunes no ha sido nunca un segmento de
en la violencia masculina contra las mujeres y el control de los población homogéneo ni ha sido teotizada de la misma manera. En
hombres sobre la teproducción y la sexualidad, situando a los hom- ese sentido la juventud ha presentado figuras sociales diferentes
bres como los tesponsables de esa opresión. El feminismo marxis- como son el joven estudiante, el trabajador industrial o el campe-
ta sitúa la opresión en la explotación de las formas de trabajo capi- sino cuya vida y cultura han manifestado a lo largo de este siglo di-
talista y de esta manera el trabajo de la mujer, tanto si es ferencias considerables. No conviene olvidar tampoco otras apro-

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MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS

ximaciones teóricas como el ttabajo pionero de Mannheim (1927) de identidad. La juventud se vuelve más vitalista y más autónoma
pata quien la juventud no es una categotía demográfica marcada tanto del seno familiar como de la estructura institucional de la so-
por la fecha de nacimiento sino una construcción social que se re- ciedad. Y no se trataba sólo de la juventud obrera y del subproleta-
fleja en la generación, un gtUpO social fotmado pOt una coyuntura riada sino de los hijos de la clases medias.
histórica determinada, ni la aportación de Eisensdat (1956) que Muchos estudios (Maffi, Donadio...) coinciden en afirmar que
formulaba la integración juvenil en relación a la integración más la guerra ftía, la estabilidad de la clase media que convive con gran-
general del sistema social, en la que siempre se ha observado, en des bolsas de pobreza, la omnipresencia cada vez mayor de los me-
mayor o menor medida, que a una fase de juventud rebelde le su- dios de comunicación de masas en la vida cotidiana, las tensiones
! cede otra de estabilización e integración social. El sistema capita- raciales y generacionales, son los elementos que caracterizan la so-
, i lista dispone de mecanismos encargados de asegurar el paso gra- ciedad estadounidense de postguerra contra los que va a reaccionar
dual de la juventud a la madurez a través de su inmersión en la generación beat con una respuesta de amargura y de rechazo de
comportamientos instrumentales, adquisitivos y competitivos tan- los valores conformistas de la generación adulta, adoptando una
to en el terreno de la educación como en el del trabajo, posición existencial que irá desde el ataque a la autodestrucción. El
En términos generales la juventud como gtUpO humano ha sido beatnick es un pacifista radical que defiende los valores de la liber-
definida como gtUpO de iguales que pertenecen a un mismo perío- tad de expresión y la igualdad ante la hipocresía de la sociedad co-
do de edad dentro de un espacio geográfico determinado, o como rrompida y bienestante. Es una actitud de denuncia y de búsque-
generación histórica que se identifica con un determinado momen- da de otro modelo de sociedad donde el ser humano se ha de
to o proceso histórico. Ahora bien, nosotros al hablar de cultura ju- reconciliar consigo mismo y con la naturaleza.
venil nos vamos a referir a aquella figurasocial que, después de la Se- Entre 1941 y 1944 se habían escrito dos libros que fueron fun-
gunda Guerra Mundial representó una tUptura con respecto a su damentales para las futuras generaciones; The beatgeneration de J.
imagen tradicional y estuvo caracterizada o acampanada por la re- Kerouac, publicado en 1957 con el título On the road, y Rebelwith-
volución de los medios de comunicación de masas, la explosión de- out a cause de R. Linder. Los protagonistas de ambos libros eran
mográfica en algunos países occidentales, la extensión de su vida so- dos jóvenes que daban distintas respuestas a su insatisfacción so-
cial que incluía una prolongación de la escolaridad obligatoria y una cial: la fuga en un viaje sin retorno de carácter místico o la rebelión
capacidad de consumo desconocida en las generaciones anteriores, que desemboca en el vandalismo.
fenómenos que se extendieron hasta todos los rincones de la socie- Hacia la mitad de los años cincuenta el adolescente estadouni-
dad industtial. Supuso además la formación de su autonomía como dense adopta las características del rebelde inconformista y contes-
clase de edad y como nueva cultura, a cuya construcción contribu- tatario debido a tres causas: porque a diferencia de las generaciones
yeron sobre todo el cine, la televisión y los estudiosos que trataron que le preceden tiene acceso al consumo; porque tiene mucho
de explicar el fenómeno preguntándose por sus causas, característi- tiempo libre y porque se encuentra bien con sus amigos de la es-
cas y efectos confiriéndole así una identidad social. cuela o de la calle. Su actitud se vuelve más irrespetuosa hacia la so-
Es un período histórico en el que primero en Estados Unidos y ciedad adulta y reclama mayor libertad sobre todo en las costum-
luego en Europa las instituciones formales, confesionales y políti- bres. El primer acto de inconformismo se muestra en el vestido
cas ya no constituyen elementos de integración porque se vacían dando pie a los blue-jeans y las t-sbirts al estilo de sus ídolos Mar-
progresivamente de participación real y no proporcionan símbolos Ion Brando o James Dean. En 1955 también se difunde la pelícu-

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTURAS

la BlackboardJungle que lanza la canción Rock aroundthe clock, cuya Su filosofía se centra en la comunidaddonde se puede vivir en es-
música entre country y blues tiene un ritmo frenético que encaja con trecho contacto con la tierra y con los propios coetáneos y nace una
el deseo de las nuevas generaciones de explotar al máximo el tiem- nueva música, el rock psicodélico. En el verano de 1967 en San
po y apatece ya el fenómeno rock de la mano de Elvis Presley y al Francisco se reúnen una gran cantidad de jóvenes de entre 16 y 22
mismo tiempo la delincuencia juvenil, bandas de jóvenes que co- años de la clase media blanca cuyo ideal es la pobreza franciscana
meten actos vandálicos, roban coches y rompen escaparates foto- voluntaria. Cansados de la guerra del Vietnam y de tener un futuro
grafiados en las películas de Robert Altman (Donadio, 1996: 9-15). decidido por sus mayores los hippies buscan un mundo mejor, libre
Poco después a comienzos de los años sesenta irrumpe el es- de violencias, sin la competitividad que impone el capitalismo, sin
plendot de la técnica, de los medios de comunicación y de las mul- barreras raciales, discriminación sexual ni barreras nacionales. El va-
tinacionales americanas que se expanden pOt todo el mundo. En lor supremo es el amot simbolizado por las flores. Los hijos de las
Estados Unidos se respira un ambiente de libertad, de lucha unida flores se sienten identificados con la canción de los Beatles Al! you
contra el racismo y la violencia, pero al mismo tiempo se denuncia needis love (I 967). Se trata de una tevolución del espíriru que ma-
la deshumanización de la tecnología, la violencia encubierta y la nifiesta su emancipación yéndose del hogar paterno y viviendo en
corrupción. La tecnología reduce los puestos de trabajo y la deso- condiciones precarias. Con este fenómeno se asocia el uso de la dro-
cupación alcanza a más de cinco millones de americanos. Bajo la ga, la marihuana y de LSD, que provoca alucinaciones de carácter
industria militar y los viajes a la Luna se ocultan la quiebra del bie- sobrenatural y experiencias místicas (Donadio, 1996: 87).
nestar y la igualdad de oportunidades (Maffi, 1975: 9-46). Las actividades se estructuran cornunitariamenre como res-
Un sector de la juventud busca soluciones, más allá de la socie- puesta a la familia monogámica, burguesa y pattimonial que está
dad en que vive, en un ideal comunitario que rechaza la propiedad en crisis moral y psicológica. El movimiento comunitario se basa
privada y propone la vuelta al orden de la naturaleza. Es una huida en un nuevo concepto de solidaridad y amor, una nueva concep-
de la ciudad que se configura en la constitución de comunas agríco- ción de la educación y las relaciones interpersonales, una unidad
las y la referencia a la meditación oriental no exenta muchas veces de económica distinta a la del sistema capitalista basado en la explo-
droga y sexo como ataque a estos tabúes burgueses y a su contradic- tación y el beneficio (Maffi, 1975: 80).
toria política de prohibición y al mismo tiempo de explotación. Su momento culminante es la reunión en agosto de 1969 du-
La primera generación beat expresa su protesta a través de una rante tres días en Woodstock (Nueva York). Participan casi medio
actitud pasiva y de evasión frente a una realidad que no acepran, y millón de jóvenes en unas jornadas de paz, amot y música. Pero a
se reúnen en comunidades místicas que adoran el jazz y el alcohol. comienzos de los años setenta mueren por sobredosis los tres gran-
Es la rebelión personal de unos cuantos intelecruales y poeras con- des mitos del rock de la era hippy, [oplin, Hendrix y Morrison y el
tra la cultura utilitaria de la mayoría que se manifiesta externa- movimiento se tepliega.
mente con una indumentaria de tejanos, cazadoras y zapatillas. La liberación individual ha constiruido el centro de la filosofía
En los años sesenta los beatniks derivaron en hippies, una nueva hippy así como el descubrimiento del hombre narural no conta-
subcultura juvenil mucho más numerosa y organizada. El hippy se minado por la tecnología. De ahí su interés por las culturas orien-
rebela contra la competitividad, el afán de lucro y la tecnocracia del tales o los pueblos y civilizaciones precapitalistas.
capitalismo, pero es una rebelión también pasiva que se manifiesta Estos fenómenos pronto se trasladaron a Europa. Primero a In-
externamente con sus cabelleras largas y túnicas. glaterra donde algunos estudios sobre la cultura juvenil asimilaron

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los grupos teds, mods o rockers con los modelos existentes de delin- ven y la subcultura juvenil que ponen en tela de juicio los análisis
cuencia de la clase trabajadora. Fue Abrams en 1959 (The teenage anteriores. El enfoque mayoritario subraya las prácticas del ocio y
consumer) quien fijó la atención sobre la juventud como movimien- el placer como formas de desviación y representaci6n que habían
to cultural creativo que juega un papel importante en la sociedad. acruado juntamente con las necesidades de la industria y el consu-
Este autor identifica el nacimiento de la «juventud» con su capaci- mo sobre toda la población. No olvidemos que con Elvis Presley
dad de consumo. Nunca había habido un período de renta disponi- naci6 el mito pero también la explotación del mercado juvenil a
ble tan importante como el que se vivi6 después de la Segunda Gue- través de la música de los años cincuenta y esto contribuyó a inte-
rra Mundial y los bienes disponibles apuntaban específicamente al grar la rebelión. Al mismo tiempo Presley inició la tradición de los
mercado de los adolescentes (Roche y Tucher, 1997: 145-146). ídolos que dictan leyes en el campo de la moda y la publicidad
Pero esta explicación no era suficiente. Algo más estaba ocu- (Maffi: 296), pero todos estos movimientos habían ignorado el
rriendo para que a finales de los años cincuenta este sector de la ju- mundo de la familia, la escuela y el trabajo en el que vive cotidia-
ventud se apartase del resto de la sociedad. Para algunos autores la namente la mayor parte de la gente joven yadulta.
clase trabajadora estaba sufriendo un ptoceso de fragmentaci6n y Por eso en los análisis más vinculados a los presupuestos marxis-
polarización y todos los aspectos de la vida estaban experimentan- tas la incapacidad de las culturas juveniles para cumplir con las ex-
do cambios estructurales y culturales, la familia, la escuela, el lugar pectativas políticas y sociales que se esperan de ellos junto al colap-
de trabajo y el ocio. Estos cambios crearon una serie de tensiones y so del mercado laboral juvenil y a los problemas que comenz6 a
discontinuidades en la reproducción de las culturas de clase que presentar la transición de la escuela al trabajo pusieron de relieve los
desembocaron en un conjunto de conductas de resistencia entre las aspectos más prosaicos de la «cuestión juvenil» forzando una vuelta
culturas juveniles. a los problemas más importantes que ha de afrontar la juventud en
El rock and roll y los ídolos que lo personificaton emergieron la sociedad industrial. La relaci6n entre educaci6n y producción, el
como medios a través de los cuales la gente joven podía articular su fracaso escolar, la relación entre socialización y medios de comuni-
libertad o su conciencia generacional. El estilo de vestir, la música cación más que entre padres y cultura juvenil comenzaron a ser el
y ottoS lenguajes de interacci6n fueron la expresión de la indepen- centro de atención de muchos estudiosos (Cohen, 1997: 199).
dencia. Actuando así y conformando grupos aparte desafiaban la Es más incluso en el terreno de la subculrura de los años seten-
unidad y cohesi6n de la cultura dominante. El fen6meno más im- ta el hippy es reemplazado por el punk, un estilo agresivo de caza-
portante fueron los Beatles, que no promovían ninguna moviliza- dora negra, camisas manchadas y cortadas y pelo rapado como vi-
ción política sino la identificación con su propia cultura. sualización estética de la fealdad que responde a la agresividad de
En Francia, según Morin (<<Salut les copains», Le Monde, 1963), la vida urbana y a la extensi6n del paro.
la nueva cultura juvenil también se vincula a una nueva cultura de Las condiciones materiales y culturales en las que nacieron los
mercado, estrechamente relacionada con los medios de comunica- punk ha sido ampliamente descrita. Desempleo juvenil y aliena-
ci6n de masas. La indusrria del disco, del cine y de la moda desea- ción; su baja cualificación tecnológica; la obsesión remota, preten-
ba apoderarse de siete millones de consumidores, conjugando así ciosa y altamente tecnol6gica de los músicos de rock y sus compa-
la demografía, la tecnología y el capitalismo. ñías de discos, el deseo de forjar alianzas entre la bohemia y la
Ahora bien al final de la década de los sesenta comienzan a apa- juventud trabajadora en algunas áreas de la ciudad y otros diversos
recer nuevos enfoques para reformular la relación entre la gente jo- factores combinados para producir un estilo de rock que fue nihi-

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CULTURA Y MODERNIDAD MULTICULTURALISMO, SUBCULTURAS y CONTRACULTU"RAc:S'---- _

lista, minimalisra, anticorporarivo y sobre todo dedicado a la idea grupos y clases, yen proporcionar las imágenes, representaciones e
de la producción cultural hecha por uno mismo. La posrura polí- ideas alrededor de las cuales la totalidad social compuesta por to-
tica anarquista de los primeros punks alimentó una concepción de das estas piezas separadas y fragmentadas puede ser captada cohe-
producción musical que fue técnicamente rudimentaria y que re- rentemente (Hall, 1977: Hedbidge, 1979: 85).
pudió una división especializada del trabajo cultural, y fue este En ese sentido el contacto directo que se ha producido entre los
cambio de acritud el que alimentó los fundamentos ideológicos de jóvenes y los medios de comunicación va muchas veces en perjui-
la producción independiente de discos (Rowe, 1995: 42). cio de la organización de sus modelos de comportamiento según
Los punk no están a favor de esto o de aquello sino contra: con- las reglas generales de la sociedad. En la medida en que estos me-
tra los adultos, contra los compañeros y contra roda tipo de tradi- dios se dirigen a un público genérico no pueden ser muy específi-
ción que radique en el pasado. Su música la representan los SexPis- cos en cuanto a los fines, las normas y los valores que proponen
tols con sonidos violentos, estridentes y frenéticos. Estas formas se sino que tienden a definir una cultura «media» en la que las situa-
extendieron rápidamente entre los muchachos de los barrios más ciones individuales o de grupo son poco tenidas en cuenta. Es de-
degradados. Es una manera de expresarse que se mueve entre el cir que los medios de comunicación de masas no disponen de me-
anarquismo y el nihilismo. Nada era sagrado para ellos. No hay fu- diadores pedagógicos que pongan en relación determinados modelos
turo es su lema. Los punks dramatizan la rabia sea contra el esta- con determinadas situaciones de vida y enseñen a relativizar algu-
blishment musical o contra el desempleo. Es un sentimiento expre- nos contenidos y valores (Rositi: 215).
sado a través de una subcultura que refleja el termómetro del clima Por eso los medios de comunicación se han convertido, por una
político de la sociedad y preanuncia los disturbios estudiantiles de parte, en un centro autónomo e inmediato de experiencia cultural
los años 1964-1967 en Berkeley con la guerra del Vietnam al fon- juvenil, de tal manera que no constituyen una distracción o espar-
do y la explosión de Mayo del 68. cimiento después del estudio o jornada laboral sino que son obje-
Todos estos movimientos y grupos juveniles y los que les si- to de consumo cultural instantáneo e integrado en la forma de
guieron como los skinheads, los rapper y otros, tuvieron amplia au- vida, pero a su vez representan a la juventud o subcultura juvenil
diencia en los medios de comunicación de masas que juegan un pa- como grupo de referencia, de creatividad e innovación estilística
pel muy importante para definir nuestra experiencia cotidiana, para el consumo de los adultos.
puesto que proporcionan las categorías con las que muchos clasifi- La decadencia del peso de estas subculturas a partir de los años
can el mundo social. Por eso no debe sorprendernos descubrir que ochenta se ha debido -según Rositi- a que su efecto provocati-
muchas de las cosas que encontramos codificadas en las subcultu- vo ha sido sofocado por los grandes negocios y la industria cultu-
ras han sido sometidas con antelación a la interpretación y mani- ral que ha privado a la gente joven de cualquier creatividad o iden-
pulación de los medios tal como hemos visto en el capítulo ante- tidad, al nexo de contradicciones que se encierran en su seno al
rior al hablar de cultura e ideología. constituirse al mismo tiempo en colectivo marginado y portador
En la medida en que los grupos humanos y las clasessociales vi- de poderes simbólicos especiales, al doble vínculo autónomo y de
ven cada vez más sus relaciones sociales como fragmentadas, los dependencia patriarcal y a la dificultad en vincular su estatus eco-
medios de comunicación tienen una mayor responsabilidad en nómico a su pretensión moral.
proveer las bases sobre las que los grupos y las clases construyen De esta manera se van cerrando algunos aspectos de la subcul-
una imagen de las vidas, significados, prácticas y valores de otros tura juvenil que comenzaron después de la Segunda Guerra Mun-

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CULTURA Y MODERNIDAD

dial cuya rebelión fue un inrento de superar el desequilibrio cultu-


CAPÍTULO 9
ral del asentamiento del capiralismo. En la medida en que estas ac-
ciones de protesta no han incidido en la esrructura productiva del
sistema que trataban de rechazar la industria cultural se ha apode- CULTURA Y MODERNIDAD
rado de él y ha conseguido integrarlo en el mercado cultural de ma-
sas (Rositi, 1980: 218-219).
Las subculturas beat, hippy, yel resro de movimientos juveniles
no han tenido capacidad para plantear un discurso alrernativo a
una sociedad extraordinariamente organizada y compleja como la
nuestra, por eso la juventud actualmente tiene muchos discursos y
su representación tampoco constituye una categoría social unitaria.
¿quiere esro decir que los jóvenes han perdido su función de reno-
vación cultural?
Muchos sectores de la juventud, concluyen estos autores, re-
chazan hoy día las formas políticas organizadas y alienadas en favor 1. Modernidad versus postrnodernidad
de un nuevo estilo de política influenciada por los movimientos so-
ciales más recientes como el feminismo, el ecologismo, pacifismo, La discusión sobre la cultura moderna o la modernidad está lle-
etc. que están en la vanguardia de los cambios sociales, Otros con- nando en los últimos años centenares de páginas y su lectura pro-
viven en organizaciones políticas tradicionales, y los más se adap- picia diversos enfoques que van desde la filosofía y la literatura has-
tan mejor o peor a la socialización de la vida adulta en condiciones ra el arte o el urbanismo. Berman es quizás uno de los aurores que
muy precarias puesto que la situación económica actual y el mun- mejor han expresado esta situación cultural como
do del trabajo les ofrecen un panorama de inseguridad que agudi- .L _ ",10('( ~ ú
za las contradicciones que ya de por sí lleva consigo el período ju- Una experiencia vital -c-experiencia espacio-temporal de sí mismo y
venil. Pero la juventud tendrá siempre un potencial revulsivo que de los demás, de las posibilidades de la vida y de sus angustias y peli-
en algunos momentos y en determinadas circunstancias mostrará gros- que comparten hoy día los hombres y mujeres de todo el mun-
do. Ser moderno es situarnos en un ambiente que promete aventuras,
su capacidad de disenso y contestación, y en un momento deter-
poder, placer, transformación de nosotros y del mundo, y al mismo
minado puede dar paso al desencadenamiento de esas energías su-
tiempo ese ambiente amenaza destruir todo lo que tenemos, lo que co-
mergidas para manifestarse como una subculrura que capta y de- nocemos y lo que somos [...] en ese sentido se puede decir que la mo-
n~ncia el espíritu social, económico y político de su tiempo. dernidad une a toda la humanidad. Pero es una unidad paradójica,
unidad de la desunión puesto que, nos lanza a un remolino de perpe-
tua desintegración y recomposición de lucha y contradicción, de am-
bigüedad y angustia (Berman, 1982: 1).

El proyecto de la cultura moderna tal como fue dibujado por los


pensadores ilustrados comportaba un proceso de emancipación hu-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MODERNIDAD

mana y personal basado en el desarrollo de una ciencia objeriva que Esta imagen literaria tuvo su reflejo en la arquitectura. En la se-
renía por objeto la dominación de la naturaleza para liberarnos de gunda mitad del siglo XIX existió una fuerte relación entre creci-
sus condicionamientos. Al mismo tiempo la vida se estructuraría miento urbano, emigración rural, industrialización y movimientos
bajo formas de organización social racional desprendiéndose de las ciudadanos. El modernismo se instaló en las ciudades y París se so-
formas tradicionales del poder fundamentadas en el mito, la religión metió a una gran planificación urbana llevada a cabo pot el prefec-
o la tradición y estableciendo así las bases de una moral universal. to Haussman que sirvió de modelo para otras muchas ciudades eu-
Ya hemos visto, en el apartado dedicado a Weber, que el desa- ropeas. La modernidad urbana, coma la filosófica o la artística era
rrollo de la Ilustración sigue un proceso de secularización de los va- portadora de la noción de progreso unilineal y de representación
lores, una desmitificación y desacralización del conocimiento y de única del mundo, aunque la apariencia fuese muy divetsa.
la organización social, cuya finalidad última es la liberación huma- Pero al mismo tiempo y con el cambio de siglo la idea de que
na de sus constricciones tradicionales y la realización de su felicidad. sólo había un camino por recorrer o un modo posible de represen-
Esta lógica ilustrada que vinculaba el desarrollo de la ciencia con tación comenzó a resquebrajarsey fue sustituida por formas diver-
el progreso de la razón y la realización de la libertad fracasóen su em- gentes de representación; la narrativa clásica exploró nuevos len-
peño de emancipación mostrando más bien su lado oscuro al obser- guajes. Si Flaubert ya escribió que «todo parece que se produce
var que al ansia por dominar la naturaleza subyacía la inevitable rea- sirnulraneamente», Joyce unos años más tarde se apodera del len-
lidad de la dominación de unos seres humanos sobre otros y el guaje para dar a la experiencia humana un sentido de simultanei-
triunfo de una razón que se convertía de liberadora en instrumental. dad espacio-temporal. En pintura, Manet, por ejemplo, en su Ca-
El arquetipo literario de tal dilema nos fue dibujado en el Faus- rrera de caballos en Longchamp (1872) nos quiso transmitir una
to de Coerhe; un héroe épico dispuesto a destruir los mitos religio- impresión simultánea de luz, velocidad y movimiento a través de
sos, los valores, las formas de vida y las cosrumbres tradicionales con un simple indicio de formas surgiendo de la confusión. Aunque en
el fin de construir un mundo nuevo sobre las cenizas del viejo. Pero el campo del pensamiento el positivismo, el irracionalismo y otras
Fausto se convierte en una figura trágica. Sintetizando la acción y el corrientes contribuyeron de manera decisiva a la pluralidad de lec-
pensamiento se fuerza a sí mismo y a todos los demás a conseguir la turas sociales, sin embargo fue quizá en el arte donde este mensaje
máxima organización, a pasar por penas y esfuerzos con tal de do- quedó más patente. (-
minar la naturaleza y crear un nuevo escenario, una nueva conquis- El expresionismo, el simbolismo, el cubismo y otros movi-
ta espiritual que posibilite la liberación humana de las servidumbres mientos que surgieron en ese momento pusieron de manifiesto la
del deseo y la necesidad. Preparado para eliminar todo lo que se in- multiplicidad paradójica del mundo, su ambigüedad e incerti-
terponga en el camino y obstaculice la realización de esta sublime dumbre. Un objeto, no tiene una forma absoluta sino muchas; tie-
visión, Fausto para vergüenza y horror personal lanza a Mefistófeles ne tantas formas como planos hay en la región de la percepción. El
para matar a una vieja pareja de amantes que viven en una pequeña mundo-objeto es inseparable de su percepción cambiante y pluri-
cabaña a orillas del mar sin ningún otro motivo que el de no adap- dimensional, la estructura uniforme y narrativa de las artes se rom-
tarse a ese plan maestro. Con esta acción el verdadero proceso de pe y ello contribuye a la desublimación de las jerarquías y la desle-
desarrollo -comenta Berman-, aun cuando transforma la tierra gitimación de los discursos globalizantes.
devastada en un espacio física y socialmente próspero, recrea la de- Desde otro puntO de vista y fijándose en los cambios que se pro-
vastación dentro de sí mismo (Harvey, 1989: 16). ducen en el arte y la arquitectura en París, Viena y Berlín, Lash tra-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MODERNIDAD

ta de mostrarnos que no hay una sola «modernidad» sino una plu- han ido transmitiendo un sentimiento en algunos casos de pesi-
ralidad de modernismos que se corresponden con sus propias ca- mismo y en otros de incertidumbre cultural..
racterísticas nacionales. Califica al modernismo vienés de barroco A finales del siglo XX ya no se tiene, como hasta hace poco tiem-
porque se opone al ptoyecto ilustrado y al parisino como el repre- po, una conciencia cierta sobre el sentido emancipador de la histo-
sentante de la profundización en la racionalidad ilustrada, mien- ria, un horizonte optimista de que a través de un esfuerzo de vo-
tras que el berlinés unas veces es visto como irracional y otras hi- [untad colectivo la humanidad será capaz de sentar las bases de su
perraciona1. En cada caso esta modernidad poseía un matiz propia emancipación. Al discurso sobre la globalización del mun-
diferente en función de la relación entre las clases sociales: el vienés do subyace la fragmentación del discurso racional unirario que pa-
por su relación entre burguesía y aristocracia, en el parisino fue rece haber guiada a la sociedad occidental hasta el momento pre-
crucial el peso de la pequeña burguesía y en Berlín por la relación sente. Los cambios que estamos observando en este final de siglo
entre burguesía y Estado (Lash, 1990: 201). abren un panorama desconocido y como tal generan inseguridad.
El reto a esta hegemonía burguesa como portadora y tepresen- Él mundo de la tecnología y la información está cambiando acele-
tante de los valores culturales llegó con el paso del capitalismo li- radamente nuestrO sentido del tiempo y del espacio; en el campo
beral al organizado y la aparición de las clases populares en la esce- de la economía nos definimos cada vez más por nuestra relación
na política y social. Con la creación de los bulevares, las tiendas, los con el consumo que con la ptoducción; la desaparición de una
cafés o las estaciones de ferrocarril las clases populares salieron de meta emancipadora abre el camino a numerosos discursos morales
sus barrios marginales alejados del centro y manifestaron su pre- ya la consiguiente secularización de los valores. Bajo el mismo te-
sencia en la ciudad y ante la burguesía. Este cambio en el panora- cho de la sociedad liberal-capitalista parece que vivamos en un
ma de la representación social se hizo patente enseguida a través de mundo escindido en segmentos sociales, gobernado cada uno de
la pintura. Los impresionistas trasladaron a sus lienzos la vida dia- ellos por sus propias reglas y legitimado solamente por el principio
ria pintando parques, cafés, prostitutas y rompiendo así con la pin- pragmático de la eficiencia. Esta sensación va ocupando cada vez
tura académica idealizada. El objeto de representación pasó a ser la más un lugar central en la vivencia de nuestra cultura contempo-
cultura de las clases populares socavando así la identidad burguesa. ránea.
La primera crisis de la modernidad estalla y se hace patente po- Si la modernidad estuvo marcada por el paso del capitalismo li-
niendo de manifiesto los defectos de su belleza: en el campo de la beral al organizado, la postmodernidad se caracteriza por una ex-
teoría la incongruencia entre razón, ptogreso y libertad; en la polí- pansión sin precedentes del capital que ha invadido espacios socia-
tica denunciando los postulados burgueses de libertad, igualdad ;; les que hasta este momento no habían sido mercantilizados, y ha
fraternidad bajo los que se esconde la dominación del sistema libe- ampliado dos mecanismos básicos del sistema; la reptoducción y el
ral; en el arte se destruyen las reglas que habían tenido vigencia has- consumo, es decir lo que Jameson llama la lógica cultural del capi-
ta ese momento dando pie a un arte que sea capaz de romper con talismo tardío. Vivimos un capitalismo multinacional tardío que
las reglas del mercado como expresión íntima del rechazo social. está caracterizado por nuevos modelos de consumo, por un ritmo
La Primera Guerra Mundial se vio como el resultado inevitable de producción más rápido en las áreas de la moda y 'el estilo, por
de todas estas contradicciones que nos han acompañado a lo largo una obsolescencia planificada de los productos, y pot una omni-
del siglo XX, a la que siguieron una segunda y cruenta contienda y presencia de la publicidad y los medios de comunicación (Berrens,
posteriormente la carrera armamentista y el peligro nuclear que 1995: 160-168).

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MODERNIDAD

A su vez, como subraya Lyon, la posrmodernidad aunque sigue Los medios de comunicación cobran así una importancia fun-
refiriéndose primordialmenre al agoramiemo de la modernidad damemal. El mundo consistirá cada vez más en pantallas mediáti-
como forma de organizar la sociedad, está relacionada con una se- cas e imágenes de cultura popular -televisión, videos, computers,
rie de cambios sociales que indican que o se está formando un nue- parques temáticos- que constituyen elementos esenciales de la
vo tipo de sociedad cuyos contornos se perciben vagamente o se cultura postmoderna. Esto da pie a tareas especializadas hasta aho-
está comenzando una nueva fase del capitalismo. En ambos casos ra desconocidas y a nuevas ocupaciones como publicidad, diseño,
son cruciales dos cuestiones; el significado y alcance de las nuevas arquitectura, periodismo, o televisión y a nuevos aspectos del tra-
tecnologías de la información y la comunicación, que a su vez fa- bajo social como terapeutas y psicólogos vinculados al mundo de
ciliran orros procesos como la globalización y el consumismo, que las ventas y la promoción. Todas estas tareas ocupan cada vez más
está eclipsando la posición central de la producción (Lyon, 1994: 2). espacio y adquieren importancia porque condicionan los modelos
Por eso ocuparnos de la postmodernidad es esencial si queremos del gusto en la sociedad y ejercen una influencia importante sobre
captar los cambios culturales que se están produciendo en las dis- el estilo de vida de las personas, sus valores e ideologías. Los dis-
timas esferas de la vida social para comprender mejor los fenóme- cursos globales de explicación del mundo -las metanarrativas-
nos contemporáneos. como la religión, la ciencia, el arte... que exigen un conocimiento
En el ámbiro de esta definición Strinati, por ejemplo, afirma universal y pretenden captar la totalidad social están cada vez más
que la postmodernidad anuncia un nuevo orden social en el que la en desuso porque la cultura postmoderna rechaza la pretensión de
importancia y el poder de los medios de comunicación y la cultu- cualquier teoría sobre el conocimiento absoluto o de doctrinas so-
ra popular gobiernan y configuran todas las orras formas de rela- ciales con pretensión de validez universal (Strinati, 1995: 236-
ciones sociales. Los signos de la cultura popular y las imágenes de 237).
los medios dominan cada vez más nuestro sentido de la realidad y Para Lash esta cultura «figurativa) del postmodernismo ha re-
la manera como nos definimos a nosotros mismos y al mundo que emplazado la formación «discursiva» del modernismo, puesto que
nos rodea. Consecuentemente una teoría cultural de los medios de la postmodernidad es una formación cultural esencialmente figu-
comunicación sugiere que estos juegan una parte muy importante rativa tanto en su forma vanguardista como en la consumista que
en la construcción de nuestro sentido de la realidad social y de la alimenta a la clase media culta. El significado discursivo prioriza las
forma en que tomamos parte de la misma. Por eso en el mundo ac- palabras sobre las imágenes y muestra una mayor sensibilidad ha-
tual la apariencia y el estilo son cada vez más importantes como es- cia el ego que hacia el id, es decir presenta una visión racionalista
pejo de nuestra representación. Cada vez más consumimos imáge- de la cultura y crea una distancia entre el objeto artístico y su au-
nes y símbolos por sí mismos más que por su «utilidad» o por los diencia. El significado figurativo, por el contrario, privilegia lo vi-
valores auténticos que puedan simbolizar. Consumimos imágenes sual sobre lo discursivo, desprecia el formalismo, el racionalismo y
y signos sin hacer caso de su utilidad y valor. Esto se hace más evi- la didáctica y opera a través de la inmersión del espectador, la in-
dente en la cultura popular donde la superficialidad y el esrilo, la mersión relativamente mediada de su deseo en el objeto culrural
apariencia de las cosas, el juego y la broma predominan a expensas (Bertens, 1995: 220).
del contenido. Como- consecuencia de esto se socavan cualidades Es más en este campo esta surgiendo un nuevo medio de co-
como el mérito artístico, la integridad, seriedad, autenticidad, rea- municación humana que puede superar a todos los anteriores e im-
lismo y profundidad intelectual (Strinati, 1995: 224, 225). pactará en nuestras formas de vida económica y social. Nos referi-

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_ _ _---'CULTURA Y MODERNIDAD=-- _ CULTURA Y MODERNIDAD

mos a la modernas autopistas de la información, Internet, que po- mismo acto de la experiencia podemos sentir y tocar simultánea-
sibilitarán una economía basada en redes de inteligencia humana, mente sucesos y objetos que están muy distantes. La estructura
o lo que es lo mismo la infraestructura de una nueva economía del centro-periferia de la civilización industrial desaparece frente a la
conocimiento. Tanto es así que la riqueza global de conocimiento sincronía y simultaneidad de los hechos.
acumulado se duplica actualmente cada cinco años y se está trans- Pero el elemento que ha consolidado este proceso, y al que al-
formando en un factor primordial de la producción. Poco a poco gunos llaman segunda modernidad, es la cultura. La globalización
se va dejando atrás la economía industrial que se sustenta en el ace- sería en este campo la consecuencia directa de la expansión de la
ra y el motor para entrar en una nueva economía digital construi- cultura europea a través del planeta por medio de la colonización y
da sobre el silicio, los ordenadores y las redes (Cebrián, 1998: 15). de la mímesis cultural. La industria de la cultura a través de los me-
Con esto aparece una lectura que mezcla lo real y lo virtual y dios de comunicación de masas exporta sus productos desde el cen-
que integra el mundo de la imaginación con el real, eliminando rro a la periferia del sistema mundial. La mayor parte de las noti-
distancias físicas y temporales, lo que contribuye a configurar un cias, la información, los programas de entretenimiento, el deporte
nuevo sentido del espacio y del tiempo. Este último abandona su y la publicidad fluyen en esa dirección y disuelven todo tipo de
imagen circular e incluso lineal. fronteras nacionales. Algunos estudiosos han adoptado ya la tesis
El nuevo lenguaje informático y estandarizado se presenta de convergencia de la cultura global en el sentido de unificación de
como idioma único y universal y como denominador común de modos de vida, símbolos culturales y formas de conducta rransna-
una sociedad globalizada en la que quien no se conecta a la red se cionales. Las empresas que rratan de dominar el mercado con la fa-
sentirá cada vez más incomunicado y marginado. bricación de símbolos culturales universales utilizan el mundo sin
Sociedad globalizada es la que experimenta una liberación de fronteras de las tecnologías de la información (Beck, 1998: 71-72).
las relaciones sociales respecto de los contextos locales de interac- Sin embargo para otros autores como Bauman, Robertson ... la
ción y su reestructuración a través del espacio y del tiempo. Este globalización no produce necesariamente ninguna unificación cul-
proceso de globalización se ha ido experimentando y ha avanzado tural porque lo local y lo global no se excluyen mutuamente; al con-
a lo largo del siglo. La emergencia y sobre todo la expansión del ca- trario, lo local debe entenderse como un aspecto de lo global sobre
pitalismo multinacional a comienzos del siglo XX fue un primer todo porque la cultura global no estará integrada armoniosamente,
paso, porque incrementó el nivel de inclusión o integración social sino que tenderá hacia niveles altos de diferenciación y multicen-
de la población en sus coordenadas de acumulación, mercantiliza- trismo. En la medida en que la cultura esté unificada será exrrema-
ción y consumo. El capitalismo, arropado por el manto de-la mo- mente abstracta y de ella surgirán y se aislarán símbolos culturales e
dernización (Waters, 1995: 34-35), ofreció no solamente el au- identidades diferentes, de esta manera la diferenciación local será
mento del nivel de bienestar material, tanto individual como uno de los rasgos característicos de la globalización porque corres-
general, sino también la liberación de las constricciones morales de ponderá a necesidades reales y a memorias culturales concretas.
la tradición. Al mismo tiempo la industtialización y el progreso Esta glocalización (Robertson) supone una reestructuración so-
tecnológico, como camino único, han dominado la forma de pro- cial del mundo del rrabajo, del peder y de la riqueza, es decir !la in-
ducción de las mercancías. Los resultados aceleradores de la comu- cidido en un proceso de nueva estratificación a nivel mundial. De
nicación electrónica y el transporte rápido crearon un efecto es- esta manera los últimos cambios que estamos experimentando
tructural que McLuhan llamó «implosión», es decir que en el configuran un espacio globalizado en el que tanto el sistema pro-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MODERNIDAD

ductivo -las nuevas relaciones laborales- como el simbólico minos de «luchas clasificatorias». Esta nueva clase media podría es-
-lenguaje mediático y formas eulturales- están sufriendo tam- tar entrando así en una especie de lucha contra los grupos domi-
bién cambios profundos que tienen como soporte a las nuevas ge- nantes más antiguos con el fin de imponet su propio esquema cla-
neraciones de profesionales nacidos de la masificación universita- sificarorio donde se sienten a gusto y valoran los objetos culturales
ria que se perfilan ya como nuevas clases medias. postmodernos, como hegemónicos pata toda la sociedad. La cul-
rura postmoderna se ve así como un conjunto de símbolos y legi-
timaciones que promueven los intereses de esta nueva burguesía
2. Las nuevas clases medias y la cultura del consumo postindusrrial (Lash, 1990: 21).
Featherstone, retomando los trabajos de Bourdieu, afirma que
Todo este ambiente de cultura que algunos han llamado postmo- aunque las definiciones de las nuevas clases medias incluyen a los di-
derna ha tenido corno base de sustento la emergencia de nuevas rectivos de todo tipo, los empresarios, científicos y técnicos, sin em-
clases medias y el cambio de posicionamiento del sistema de clases bargo el sector sobre el que a él le gusra llamar la atención son los gru-
en lo que se llama la sociedad postindustrial caracterizada, sobre pos en expansión de «los nuevos intermediarios culturales). Estos se
todo, por su grado de terciarización. ocupan de proporcionar bienes simbólicos y servicios como ventas,
Estas nuevas clases medias crecieron con el aumento del sector publicidad, relaciones públicas, productores de tadio y televisión,
terciario cuyo ritmo fue establecido por los principios de la acumu- presentadotes... ya otras profesiones de asistencia social (trabajado-
lación bajo normas fijadas pOt el capitalismo industrial. Su forma- res sociales, sexoterapistas,dietéticos, etc.). Boutdieu se refierea ellos
ción más reciente se fraguó en un momento en el que los principios como los «nuevos intelectuales» que adoptan una actitud de apren-
de la era industrial ya no servían para regular la acumulación. Son dizaje hacia la vida. Están fascinados por la identidad, la apariencia,
estas últimas clases medias postindustriales con su presencia en los el estilo de vida y la búsqueda sin descanso de nuevas experiencias.
medios de comunicación, la educación superior, la publicidad, las Subrayan que el deseo de distinguirse a través del cuidado del estilo
finanzas y los intercambios internacionales, las que conforman, de vida «pone a disposición de casi todo el mundo la pose distintiva
corno profesionales o como audiencia, el sustrato de la cultura y los signos de riqueza interior que estaban reservados antes a los in-
postmoderna. Tienen una gran movilidad ascendente y no provie- telectuales). Promueven y transmiten activamente el estilo de vida de
nen de las familias de la burguesía establecida. Tampoco han ido los intelectuales a una audiencia mucho más amplia y colaboran con
frecuentemente a universidades de élire, sino a otros centros de for- ellos para legitimar nuevas áreas tales como el deporte, la moda, la
mación de diferentes niveles técnicos, que se han establecido y le- música y la cultura popular como aspectos válidos del análisis inte-
gitimado frente a las instituciones clásicas. Estas nuevas clases me- lectual (Featherstone, 1992: 44).
dias se nutren de un amplio espectro de fuentes de legitimidad Son las clasesque más han utilizado el consumo como forma de
diferentes, y perciben sus propios intereses bajo un conjunto de identidad y expresión. En la sociedad capitalista avanzada la nece-
símbolos y una serie de objetos culturales diferentes a los de los sidad que experimenta la gente de consumir ha llegado a ser más
grupos más antiguos de la clase media (Lash, 1990: 20). importante que la de producir, El aumento del bienestar y del
La, cultura centrada en la imagen es más atractiva para los nue- tiempo libre y la capacidad de sectores importantes de la clase tra-
vos grupos de clase media que para los antiguos. Bourdieu nos ha bajadora de embarcarse en algunos segmentos del consumo han
hablado de las batallas por la hegemonía de ambas culturas en tér- servido para acentuar este proceso. De ahí que el crecimiento del

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crédito, la expansión de las agencias de viaje, publicidad y ventas, capitalismo, lo que ha dado pie a una gran acumulación de cultura
el diseño y las relaciones públicas sean un claro exponente del vo- material en forma de bienes de consumo y espacios de comercio y
lumen de esta actividad económica y social que fomenta el au- riempo libre. Esto ha sido el resultado del gran aumento de las acti-
mento de una cultura popular postmoderna muy vinculada al he- vidades de ocio y consumo, que aunque algunos las ven como un in-
donismo como estilo de vida. dicador de libertad individual y de mayor igualitarismo otros han
El consumo se ha convertido así en uno de los procesos de la visto en ellas un aumento de la capacidad de manipulación ideoló-
conducta social más importantes del capitalismo actual y su expan- gica. El segundo enfoque se ha centrado en las diferentes formas en
sión ha llegado hasta la gente más sencilla de nuestra sociedad occi- que la gente utiliza los bienes para crear relaciones sociales o distin-
dental convirtiéndose en una de las bases legitimadoras más seguras guirse de los demás. Y, por último, subraya el tema del placer emo-
del sistema social. No hace falta recurrir a la coerción, la seducción cional del consumo, los sueños y deseos que se proyectan en las imá-
-dice Bourdieu- es el instrumento de control e integración so- genes del consumo cultural y en algunos aspectos particulares del
cial. El consumo de masas aumentó considerablemente a partir de consumo que generan placer estético (Feathersrone 1992: 13).
los años sesenta, cuando la mayor parte de la población de las so- Algunos de estos temas habían sido tratados ya por los represen-
ciedades desarrolladas vio cubiertas sus necesidades sociales básicas, tantes de la Escuela de Frankfurt, relacionándolos, sobre todo con
y ha coincidido con un cambio en el paisaje industrial no solamen- los medios de comunicación de masas. Sin embargo a partir de la
te por la alteración del protagonismo de los sectores productivos década de los ochenta han aparecido nuevos grupos sociales para
sino también porque la estructura productiva se ha hecho más mó- quienes el consumo juega un papel fundamenral en sus formas o es-
vil y flexible alterando al panorama de la ocupación, donde predo- tilos de vida. Estos grupos ya no se distinguen en base a las variables
minan cada vez más los trabajadores de la información. tradicionales de edad, género o clase social sino por un aspecto más
El consumismo ha descubierto la necesidad de nuevos objetos personal que afecta directamente a su identidad y a la imagen que
como la televisión, el ordenador, el coche, las vacaciones .... que no los demás tienen de ellos. Es una identidad que se construye en base
cumplen una función solamente económica sino que se convierten a las actividades y productos de consumo que conforman lo que se
en signos y símbolos culturales de intercambio, relación social e llama el estilo de vida y que sitúan a las personas por su manera de
identidad, de tal manera que se basan más en el deseo que en la ne- vestir, emplear el tiempo libre, etc. dentro de un grupo social u otro.
cesidad. En ese sentido ha tomado especial relevancia en el debate El estilo de vida y los análisis sobre estilos de vida han cobrado
.¡ sobre la postmodernidad siendo un componente muy importante fuerza recientemente en el campo de la sociología y están confor-
para comprender el capitalismo en su fase actual. mados por la individualidad, la autoexpresión y el estilo personal.
Desde ese punto de vista la mayor parte de autores han centra- La forma de vestir, de hablar, las preferencias en la comida y bebi-
do su atención en los aspectos culturales del consumo, obviando da, el tiempo de ocio, la casa, el coche son indicadores del gusto in-
como obsoleta la perspectiva exclusivamente económica vinculada dividual y del estilo del propietario o consumidor. En ese sentido
al marxismo ortodoxo. para algunos analistas de la culrura posrmoderna (Fearhersrone, Bo-
Fearherstone, por ejemplo, que ha resumido algunas de las pos- cock...) estamoslendo hacia una sociedad sin grupos de estatus fi-
turas más recientes, trata el consumo cultural desde tres perspectivas jos y en la que la adopción de estilos de vida que antes se adscri-
diferentes: la primera es que la cultura del consumo se basa en la gran bían a grupos muy específicos ahora han quedado ya sobrepasados
expansión que ha experimentado la producción de mercancías en el (Featherstone, 1991: 83). En nuestra cultura posrmoderna los gru-

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--~

pos de estatus fijos o, en términos tradicionales, las clases sociales las últimas buscan la respetabilidad e imitan a los grupos de clases
han desaparecido como dererminantes de los nuevos modelos de medias más altas, en sus formas de consumir las clases trabajadoras
consumo. La postmodernidad habría superado así la sociedad de están más interesadas en pasar un buen rato en placeres directos.
clases. Según Bourdieu el salario de las familias de la clase trabajadora
En el capitalismo industrial-afirma Bocock- ha sido el pueS- puede ser más alto que el de muchas de las clases medias bajas, pero
to de trabajo el que dominaba la mayor parte de la vida de las gentes son los factores culturales y simbólicos los que afecran a los mode-
y el que proporcionaba el sentido de la identidad personal, es decir los de consumo y no sólo la renta. Este autor es quien ha tratado
la forma de ser, de pensar y de ubicarse en la sociedad. Actualmente de combinar el concepto de estatus social y el uso que hacen los
podemos decir que la mayor parte de la gente que vivimos en las so- grupos de estatus de modelos específicos de consumo como forma
ciedades occidentales desarrolladas damos cada vez más importancia de diferenciar unas formas de vida de otras, con la idea de que el
a las actividades que realizamos fuera del lugar de trabajo. No traba- consumo supone, símbolos, ideas y valores y no se analiza como sa-
jamos ya para cubrir nuestras necesidades primarias sino para con- tisfacción de necesidades biológicas (Bocock, 1993: 64).
sumir en muchas otras actividades que hasta hace poco considerába- Baudrillard es uno de los autores que más ha tratado esre tema
mos superfluas o secundarias. En este sentido ya no trabajamos para, relacionándolo con la condición postmoderna, argumentando que
vivirsino p.,ara consumir. El consumo de lo accesorio justifica cada todo consumo es siempre un consumo de imágenes simbólicas. Es-
vez más el esfuerzo del trabajo y su motivación. El consumo se ha si- tos símbolos no expresan un conjunto ya preexistente de significa-
tuado así en un nivel simbólico más que real, símbolos de consumo dos. Los significados son generados dentro del sistema de signos y
que han de estar al alcance de los consumidores y ser accesibles a ellos símbolos que captan la atención del consumidor. Así en lugar de ver
para que puedan satisfacer las formas de vida de las personas si quie- el proceso del consumo como un acto basado en la satisfacción de
ren rener un poder de atracción respecto a ellas. Toda la avalancha necesidades ya existentes, como sucede en la teoría económica libe-
diaria de publicidad y de promoción tiene como finalidad última ral clásica, él propone un enfoque diferente. El consumo se concep-
suscitar el deseo y llamar la atención de los clientes. El mundo sim- tualiza como un proceso en el que el comprador de un objeto se
bólico del consumo trata de captar no sólo la atención consciente del compromete activamente para tratar de crear y mantener un senti-
público sino también sus deseos inconscientes. do de identidad a través de la ostentación de los bienes adquiridos.
El consumo tiene además otra vertiente simbólica en la socie- No debe ser visto, por tanto, como una actividad simplemente in-
dad actual, no solamente se plasma en la identidad personal sino ducida, o producida en los consumidores por la publicidad y los in-
que a su vez marca las diferencias en las relaciones sociales y entre tereses comerciales sobre una audiencia pasiva. El consumo se ha
grupos de estarus diferentes. En ese sentido puede ser visto además convertido en un proceso activo que supone la construcción sim-
como un conjunto de prácticas sociales y culturales que sirven bólica de un sentido de identidad tanto individual como colectiva.
como forma de establecer diferencias entre grupos sociales, y no so- Baudrillard sugiere que los consumidores no compran bienes o pro-
lamente como forma de expresar las diferencias que ya existen ductos de vestir, alimentos, decoración... para expresar un sentido
como resultado de un conjunto autónomo de factores económicos. ya existente de lo que son, sino que más bien tratan de dar una ima-
Hay diferencias importantes, por ejemplo, entre las formas de con- gen de lo que son a través de lo que consumen (Baudrillard, 1974).
sumir alimentos, bebidas, televisión, videos, decoración, vestidos, El consumo en las sociedades postmodernas trata de cubrir la
coches, entre la clase trabajadora y las clases medias bajas. Mientras satisfacción de necesidades que van más allá del nivel básico y en

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ese sentido el término consumo se refiere a signos y símbolos, no a En el período clásico observamos ya que la formación de miras
cosas o a simples objetos materiales. De aquí que los consumido- y leyendas conforman un universo simbólico que va señalando el
res experimentan a menudo un sentido de vacío una vez han ad- camino (valores, modelos de comporramiento...) y las normas de
quirido el objeto al que han aspirado. El acto anriciparorio del con- vida que ha de seguir una comunidad en cuyo seno algunos -los
sumo se experimenta frecuentemente como más ilusionante que el más nobles- se esfuerzan por alcanzar la perfección moral. Pero al
propio acto de consumir, de ahí que el deseo de consumir se vuel- mismo tiempo esa cultura que seducirá más tarde a los romanos y
va irreprimible y no tenga límites, debido a que se transforma en a los hombres del Renacimiento no esrá exenta de trampas y con-
una práctica «idealista) que no tiene nada que ver con la satisfac- ttadicciones que dan pie al nacimiento de la tragedia.
ción de necesidades. Por tanto, para Baudrillard, el consumo no se El Renacimiento abre un nuevo período histórico y genera una
puede conceptualizar como un proceso material, sino que es una nueva mentalidad proclamando el valor de lo subjetivo y el prota-
práctica idealista en el sentido de que lo que se consume son las gonismo del individuo. Su espíritu científico (Leonardo) comien-
ideas no los objetos (Bocock, 1993: 68). za a descubrir los secretos de la naturaleza lo que provoca la seduc-
Este autor argumenta que el consumo supone la manipulación ción por dominarla y contribuye a la escisión cada vez mayor entre
activa de los signos, que es fundamental en la sociedad del capitalis- hombre y naturalc;za.,;: ,l.,. .(~.".:
mo tardío donde el signo y la mercancía se han unido para producir La Reforma (Lutero) inicia el proceso de secularización (sepa-
la mercancía-signo. La autonomía del significante a través de la ma- ración entre méritos y gracia) donde se apoya la burguesía nacien-
nipulación de los signos en la publicidad y los medios de comunica- te en su deseo por el ascenso social. La ciudad se constituye ya
ción significa que los signos son capaces de flotar liberados de los ob- como centro mercantil y cultural y allí florece la autonomía de la
jetos y están disponibles para ser usados en múltiples relaciones, política respecto de la moral (Maquiavelo). Esa burguesía inci-
En sus últimos escritos ha puesto el acento sobre la reproduc- piente se va apoderando del espacio social y en la lucha por su re-
ción y la reduplicación sinfín de signos, imágenes y simulaciones a conocimiento va conformando una nueva cultura de valores socia-
través de los medios de tal manera que borran la distinción entre les, formas de comportamiento y objetos.
imagen y realidad. De ahí que la sociedad de consumo sea esen- Con la Ilustración una nueva filosofía de la historia comienza a
cialmente cultural en la medida en que la vida social se desregula y desarrollarse en la sociedad occidental que tiene como propósito el
las relaciones sociales son cada vez más variables y están menos es- desarrollo de la razón, el progreso individual (cultura) y social (ci-
tructuradas por normas estables. vilización). Se abre paso una nueva seducción que entiende por
cultura el establecimiento de un patrimonio de valores universales
que se presentan como absolutos y metahistóricos para todos y nos
3. Seducciones y desengaños de la cultura moderna llevarán a la felicidad. Esta nueva cultura de emancipación va
acompañada por el crecimiento y asentamiento de la burguesía, la
Llegados a este punto nos parece que, durante el período que he- formación de las naciones y la expansión colonial.
mos recorrido, la relación entre cultura y modernidad se presenta Pero pronto se producirán algunas rupturas y contradicciones.
como una serie de momentos histórico-sociales en los que la cul- Primero la civilisation francesa que se creerá portadora de las ideas
tura como proyecto emancipador de la naturaleza y de los hombres de la Ilustración, el progreso y la unidad del género humano se en-
entre si se ha movido entre la seducción y el desengaño. frentará a la Kultur alemana, expresión del sentimiento y el espíri-

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tu de un pueblo que encama valores superiores. Después dentro de dios y fines sociales, la represión sexual y la alienación como ex-
cada país avanzan rápidamente los valores del liberalismo político presión del divorcio entre el progreso material y espiritual de la hu-
y económico (el contrato, el mercado, la competitividad...) que manidad marcarán para estos críticos el fracaso y el desengaño en
con el desarrollo de la industrialización dan pie a la desigualdad so- la cultura moderna.
cial y a la división de la población en clases sociales. Marx fue el primero en establecer que el análisis de la cultura
La novela del siglo XIX (Stendhal, Balzac, Dickens) describe las no puede ser considerado al margen de la estructura económica de
múltiples formas del nacimiento y desarrollo de lo que se ha con- la sociedad, para lo cual hay que desvelar la relación que existe en-
venido en llamar «la cultura burguesa»: el individualismo, la plani- tre cultura, estructura y relaciones sociales de producción. Las for-
ficación de la vida, el sentido unilineal y progresivo del tiempo, la mas productivas mediante las cuales la sociedad produce sus me-
búsqueda de la ganancia y la voluntad de poder... fueron las armas dios de existencia determinan las formas culturales de la sociedad
del (progreso) que generaron un vacío insalvable entre el ideal ilus- como la familia, las organizaciones religiosas, educativas, políticas
trado y la realidad social y urbana. Un sentimiento de frustración o sindicales que son las que transmiten los valores. La emancipa-
y desengaño se extiende por toda la novela social, un sentimiento ción cultural de la sociedad llegará cuando nos quitemos esta ven-
de que el dinero domina las leyes, la política y las costumbres. da ideológica que no nos deja ver y contribuye a perpetuar una es-
Viena y Berlín serán los escaparates de esta escenificación de la tructura social injusta.
cultura moderna, de la contradicción entre los valores de la «razón» Sin embargo para Weber la cultura -en la época de la cien-
burguesa y sus consecuencias de opresión económica y corrupción cia- contiene dos elementos fundamentales que lideran el desa-
política. La primera crisis de esta cultura moderna se hace patente rrollo de la sociedad moderna: la creencia religiosa protestante que
en el campo de la teoría con la ruptura de la lógica entre razón, pro- se transforma en una ética económica particular y la razón cientí-
greso y libertad; en la política se denuncia que bajo los postulados fica instrumental que sólo mira en la acción humana la lógica me-
de liberrad, igualdad y fratemidad se esconde la dominación del dios-fines. Ambas conducen a la secularización de los valores en un
sistema liberal; en el arte se destruyen las reglas de «representación» mundo cada vez menos unitario. La racionalidad formal de la cul-
que habían tenido vigencia hasta ese momento. tura moderna se fija en la eficacia de los medios (el equilibrio de la
Los dibujos de Grosz ponen en evidencia a toda la sociedad ale- economía, la inflación...) más que en el valor de sus fines (el bienes-
mana y son una crítica ácida contra los industriales gordos y los pe- tar colectivo, la eliminación de la pobreza...), signo evidente de la
queños burgueses mezquinos, retratos brutales de las prostitutas deshumanización de la sociedad occidental y de la manifestación
víctimas de la guerra reflejan la crisis y el fracaso de todos los valo- irreconciliable de sus contradicciones culturales.
res, normas e ideas que habían alimentado la cultura occidental. A su vez, Freud desplazará el conflicto cultural hacia causas en-
Dadaistas y surrealistas pintaron un mundo desquiciado que había dógenas que tendrán su origen en la psique del hombre, estable-
que cambiar de arriba abajo. ciendo el fracaso de la civilización sobre bases más universales. Para
El pensamiento social trata de averiguat y poner de manifiesto el fundador del psicoanálisis la seducción de la vida está en el al-
las patologías y contradicciones de nuestra cultura y aunque sus cance de la felicidad a través de la satisfacción del instinto y el pla-
manifestaciones y puntos de vista han sido muy plurales sus con- ccr.-Pero en el origen de la cultura humana se produce ya un con-
clusiones han abonado el desengaño: la explotación material para flicto intrínseco entre civilización y placer instintivo y aquella se ha
la consolidación de las desigualdades, la contradicción entre me' tenido que construir sobre la base de la progresiva renuncia a este

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último. La cultura sólo es posible, pot tanto, en virtud de la tepte- Algunos como Lévi-Srrauss se sirvieron de la antropología para
sión del instinto, de la limitación y sublimación del placer. ir más allá pteocupados no tanto por las variaciones culturales sino
Para Simmel el desengaño y el malestar de la cultura moderna ra- por analizar los invariantes de la cultura, es decir tratar de descu-
dica en el desajuste que se produce entre los dos niveles del desarro- brir en la variedad de las producciones humanas las categorías y es-
llo cultural: el de la acción y el de la reflexión. Mientras el primero tructuras inconscientes del espíritu humano, aquellos materiales
(la producción material) extiende su actividad de manera impará- culturales siempte idénticos de una cultura a otra, es decir las ba-
ble, el segundo (el perfeccionamiento espiritual de la individuali- ses universales del comportamiento humano más primario, como
dad) sigue un rirmo más lento. Se produce así un desfase, una dis- el incesto, con el fin de llegar a la esencia de su concepto.
tancia insalvable media entre la cultura objetiva que aumenta cada Si la búsqueda de las particularidades culturales de los pueblos
vez más su capacidad de acumulación (arte, ley, costumbre, cien- primitivos a través de investigaciones y viajes enriqueció el con-
cia) y la subjetiva, la incapacidad del sujeto por asimilar todo este cepto de cultura y a ello contribuyeron las conquisras coloniales de
sistema cultural que cada vez va alcanzando una mayor autonomía. los diversos Estados ansiosos de ampliar sus dominios, el descubri-
La cultura objetiva creada para enriquecet el patrimonio cultural miento de la cultura popular vinculado a la formación del Estado-
subjetivo y el perfeccionamiento de la vida interior pierde su fun- nación alimentó las ilusiones del romanticismo político. A co-
ción y con ella su origen y finalidad. mienzos del siglo XVIII el interés por la cultura popular (narraciones
El estudio de los pueblos primitivos, aunque en la mayor patte populares, costumbres, folklore) revalorizó la tradición y sirvió
de los casos fue acompañado pot la defensa de los intereses de la como elemento de identificación de los pueblos y como respuesta
Administración colonial, genera en algunos la ilusión de estudiar a la (alta cultura». Pronto se vio, sin embargo, que esta cultura po-
modelos culturales no contaminados pOt Occidente y, a su vez, la pular no gozaba de total autonomía sino que contenía muchos ele-
posibilidad de comparar entre el salvaje y el civilizado podría sacar mentos de la cultura dominante y tenía bastantes puntos de con-
a luz las deficiencias de nuestro proceso cultural. El análisis de las tacto con ella. Su consistencia quedó en entredicho con la irrupción
costumbres y organizaciones sociales primitivas asumió en algunos de las masas y el crecimiento de las ciudades.
casos el valot de crftica indirecta al sofisticado mundo burgués. El Entre la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del xx, con el
«camino único- de la cultura podía ser puesto en entredicho por crecimiento de la población, los grandes movimientos migratorios,
otros caminos. Lo que comportaba esta nueva visión no era «ver a la expansión de la revolución industrial y la formación de las clases
los otros desde nosotros» sino «vernos a nosotros desde los otros), sociales, los partidos, los sindicatos y la movilización de las masas,
como dice Bueno, y esta vez además de manera científica. la cultura rompe su sentido unitario y diversifica sus objetivos en
Pero lo que finalmente predominó fue que, aunque la antropo- función del grupo que la protagoniza; la cultura oficial, burguesa,
logía nos revela la diversidad de los sistemas de valores, el desarro- popular, obrera... Se produce al mismo tiempo el acceso paularino
llo de la civilización europea como dirección particular ponía de de las masas a los bienes materiales y de consumo, lo que provoca
manifiesto que la validez de sus propios valores era superior a los una reacción crítica que, con signo muy diverso, llega de todas par-
del salvaje. El estudio de la cultura daba un gtan paso no sólo pot- tes. Nietzsche, Ortega, Eliot, Leavis o la Escuela de Prankfurr ana-
que se asentaba sobre postulados nornotéticos y positivos (Darwin, lizan el conflicto que nace entre la cultura minoritaria y la cultura
Taylot...), sino potque el etnocentrismo cultural europeo quedaba de masas a la que todos rechazan como una amenaza de la civiliza-
justificado y legitimado a través de la ciencia y la historia, ción moderna contra el legado de los antepasados. Las masas son

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mediocres y esrúpidas para unos, fácilmenre manipulables para levancia de las ideas en la conformación cultural de la sociedad in-
orros y su acceso a la cultura se hará siempre a costa de la degrada- cidió no sólo en el estudio del poder de las ideas sobre el gobierno
ción de los bienes culturales. de la sociedad sino en la propia acción gubernamenral. Tanto es así
Sin embargo, con la irrupción de los grandes medios de COmU- que después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura fue uno de
nicación -primero la prensa y luego la radio y el cine-, la infor- los principales instrumentos que se tuvieron en cuenta tanto para
mación. las opiniones e incluso la distracción, producidos de ma- la relación y el dominio inrernacional entre los Estados como para
nera cada vez más industrial, van llegando a una pluralidad los programas de política inrerna de los partidos políticos en el
heterogénea de personas separadas en el espacio y el tiempo, dis- seno de cada país.
tinros en edad, sexo y clase social. La cultura industrializada y ma- De esta manera la ideología y el poder de las ideas tomaron un
sificada abrió un rayo de esperanza e ilusión porque se esrablece gran protagonismo, y a medida que avanzaba el proceso de secula-
como el gran terreno común de la comunicación entre toda clase rización en toda la sociedad occidental las ideologías, como siste-
de lecrores, oyentes o espectadores y se mueve hacia la homogenei- mas de ideas y creencias, iban llenando el vacío cultural creado por
zación de valores, creencias y cosrumbres. Los estilos de vida y las el declinar de la religión. Este debate teórico tuvo lugar sobre todo
formas de pensar se abrieron a un público que pertenecía a todos en el campo marxista, pero el Estado liberal (Estados Unidos) es
los estratos sociales. quien libra de verdad la batalla política.
Para muchos de sus protagonistas la industrialización de la cul- Frente al economicismo marxista que piensa que en último tér-
tura y su acceso a las masas a lo largo del siglo XX tiene la virtud de mino es siempre la economía la que condiciona la forma de pensar,
inregrar al individuo en la cultura moderna confiriéndole así el es- es decir que las relaciones de producción son las que conforman la
tatuto de ciudadano y colaborando al igualitarismo moral de todos estructura de la sociedad y por tanto sus instituciones culturales,
los estratos sociales sobre una base universal común; los derechos familiares, religiosas, políticas, etc. Althusser propone un campo
humanos. La técnica moderna ha puesto al alcance de todos una ideológico más autónomo e independiente que se constituye a sí
cultura que anres sólo estaba al alcance de unos pocos, y junto al mismo como una fuerza que contribuye a la formación de la so-
acceso generalizado a la educación ha contribuido también a la me- ciedad, mienrras que Gramsci más condicionado por la batalla po-
jora del bienestar material. lítica inmediata de su país pone el énfasis en la lucha por la hege-
Paraotros, sin embargo, la industria cultural, es un instrumen- monía cultural que debe alcanzar la clase trabajadora, enrendiendo
to nuevo de dominación y manipulación de las minorías sobre las por hegemonía el conjunro de medios culturales e ideológicos a
mayorías. que además en determinadas circunstancias puede poner través de los cuales los grupos dominanres de la sociedad manrie-
en peligro el sistema democrático y, en cualquier circunstancia, tri- nen su dominación asegurando el consenso espontáneo de los grupos
vializa los verdaderos valores culturales convirtiéndolos en subpro- subordinados. Esnecesaric apoderarse-de-la cultura en el aspecto
ductos cuya única finalidad es provocar el conformismo y la pasi- simbólico e ideológico para ganar el dominio consensuado. Y esto
vidad. fue lo que hizo la cultura liberal respaldada por su potencia econó-
La importancia de esta discusión sobre el papel de la cultura y mica, tanro en el ámbito de la cultura de élite como en la popular.
sus instrumentos de transmisión en la sociedad moderna. que tuvo La industria cultural americana, con su estilo de vida. sus valores y
además como conrexto el parénresis enrre las dos guerras mundia- sus gustos, invadió Europa y fue acompañada de ayuda económica
les, y la reflexión que tuvo lugar en esos años sobre el valor y la re- y militar. El auge del bienestar económico, los cambios en la es-

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CULTURA Y MODERNIDAD CULTURA Y MODERNIDAD

tructura social y la crisis del comunismo desembocaron poco des- rencia como un valor a través del reconocimiento de los valores de
pués en el debate sobre el final de las ideologías. otras culturas. La modernidad construida a partir del «universalis-
Pero cultura es un concepro mucho más amplio que ideología y ni mo» del individuo y de la monocultura blanca europea se resiste a
la seducci6n ni el desengaño que transmite sobre unos u otros la cul- dar una respuesta clara y coherente al desafío mulriculrural,
tura de masas o la lucha por la dominaci6n ideol6gica termina con Vemos pues que el desarrollo cultural de la modernidad ha sido
el análisis cultural y las diversas manifesraciones de su plasmaci6n acompañado por momentos seductores y por grandes desengaños,
social. Así, los culturalstudies (Hoggart, Williams, Thornpson) se y el período actual no se libra de esta dialéctica a la que vamos ya
interesan en la segunda mitad de este siglo por la totalidad de la ex- acostumbrándonos. La primera crisis de la cultura moderna se pro-
periencia cultural y manifestándose tanto contra el determinismo duce cuando la 16gica ilustrada que vincula el desarrollo de la cien-
económico como contra el estructuralismo dan un peso importan- cia con el progreso de la raz6n y la realizaci6n de la libertad fraca-
te a la capacidad y el poder del actor humano para contrarrestar la sa en su empeño de emancipación al observar que al ansia por
inercia de la historia. La cultura es para ellos un campo de lucha dominar la naturaleza subyacía la inevitabilidad de la dominaci6n
que se libra en numerosos frentes que comprenden desde los gran- de unos seres humanos sobre otros y la razón se convertía de libe-
des espacios. como los medios de comunicación, hasta los peque- radora en instrumental. El progreso unilineal y la representaci6n
ños grupos como las subculturas y sus historias de resistencia. En única del mundo se rompen y se pone de manifiesto su parad6jica
todos ellos encontramos formas de dominación cultural caracterís- multiplicidad.
ticas de la sociedad moderna. La tradici6n inglesa vuelve a fijarse Hoy día asistimos en esta nueva fase que algunos llaman post-
en el protagonismo del individuo y su capacidad de cambio. moderna y otros segunda modernidad a un mayor protagonismo
Menos optimista y más ambicioso se muestra Bourdieu, que del capital, a un ritmo de producci6n más rápido, a nuevos cam-
estudia las condiciones sociales de determinadas prácticas cultu- bia> sociales, sobre todo en las tecnologías de la comunicaci6n, al
rales, por ejemplo el gusto, y centra su atención en las formas de predominio del consumo sobre la producci6n, al desarrollo de me-
dominaci6n cultural a través del poder simb6lico. Todo el proce- dios de comunicaci6n que juegan un papel fundamental en la
so cultural de la modernidad ha estado mediado por el poder construcci6n del mundo que nos rodea y en la configuraci6n de sus
simb61ico de la cultura, de tal manera que ésta ha contribuido de relaciones sociales. Estos cambios han afectado a nuestra percep-
manera decisiva al fracaso de sus postulados igualitarios y eman- ción espacio-temporal. En el espacio la estructura centro-periferia
cipadores. de la cultura industrial desaparece frente a la sincronía y simulta-
Recientemente el estudio del multiculturalisrno y las subculru- neidad de los hechos. El tiempo que abandon6 su imagen circular
ras ha puesto sobre el tapete el problema de las diferencias cultura- medieval va perdiendo el sentido lineal que le dio la cultura mo-
les y con él un aspecto importante de la política cultural; el derecho derna ilustrada,
de las minorías al respeto de las mayorías. Además la dimensi6n ét- Un nuevo protagonista social -la clase media masificada-,
nica y cultural juega un papel central en la constituci6n de los indi- resultado de los cambios en el sistema productivo occidental, con-
viduos. Que la cultura esté marcada por el género o la edad supone forma la base legitimadora de esta cultura caracterizada por su con-
que no es homogénea ni monolítica porque está escindida en gran- vergencia en valores y estilos de vida muy vinculados al consumo
des divisiones sociales. El multiculturalismo ha puesto así en evi- como nueva seducción y símbolo de bienestar, intercambio, iden-
dencia el proyecto de modernidad al reivindicar la noci6n de dife- tidad y relaci6n social.

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CULTURA Y MODERNIDAD

Así, la cultura moderna nos pone de manifiesto de manera cada


vez más insistente las formas básicas de su dialéctica, ese dilema in-
soluble entre individuo y sociedad, libertad y necesidad, Eros y T á-
natos, que viene acompañado siempre de seducción y desengaño, BIBLIOGRAFíA
dos formas imprescindibles de vivir y recorrer los caminos de la
cultura que nosotros mismos nos vamos trazando.

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