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Introducción
Aplicaciones concretas de los mapas cerebrales y el EEG cuantificado en la
epilepsia
Requisitos para su uso clínico
Agradecimientos
Bibliografía
Introducción
Según los cálculos realizados sobre el EEG, los mapas cerebrales representarán: a) la
intensidad o amplitud de una frecuencia determinada (theta, delta, alfa o beta) (Figuras
1-3); b) la cuantía de esta frecuencia (generalmente expresada como porcentaje de
tiempo que ocupa esta frecuencia, referido a un canal o a todos ellos); c) el análisis de
coherencia, que utiliza cálculos similares a los del análisis de frecuencia para obtener
información acerca de la relación temporal de los componentes de frecuencia en los
diferentes puntos de registro, y que se utiliza comúnmente para la evaluación del
origen de una crisis epiléptica; en este tipo de análisis, los electrodos se analizan por
parejas: un par consta de un electrodo y su equivalente en el otro lado de la cabeza
(por ejemplo T3 se analiza frente a T4); los análisis se representan en cada una de las
bandas (alfa, beta, theta y delta); si el espectro de frecuencia de una banda es similar
para los electrodos de un par, el programa le asigna un valor cercano a 0,0, y si difiere,
el programa le asigna un valor cercano a 1,0; también se analizan las diferencias en el
tiempo de aparición de las diversas frecuencias o grafoelementos (2); d) los datos
estadísticos, en los que se muestra el grado de desviación de los cálculos anteriores
tomando como referencia a un grupo de pacientes normales; e) el análisis
discriminante, en el que la distribución de los parámetros del EEG cuantificado se
compara con grupos de pacientes con diversas patologías.
Figura 1. Muestra el espectro de potencia de una fragmento de EEG (O2-Cz), que contiene fundamentalmente ritmo
alfa con un pico a 10 Hz. El eje de ordenadas muestra el área del pico en uV 2. Este dato es empleado por el
programa para elaborar los datos de la Figura 3, en donde el área de cada frecuencia se presenta en las distintas
derivaciones en diversos colores.
Figura 2. En este caso, el trazado electroencefalográfico no contiene prácticamente ritmo alfa, situándose el pico de
máxima intensidad en la banda delta ( 0 Hz-5 Hz).
Figura 3. Un fragmento electroencefalográfico de 12 segundos se representa en las figuras de cuatro calotas que
contienen cada una las diversas cuantías (espectro de potencia) en uV 2 de las diversas frecuencias: beta (13 Hz-30
Hz), alfa (8 Hz-13 Hz), tetha (4 Hz-8 Hz) y delta (0,5 Hz-4 Hz).
En estos cálculos, el ordenador no analiza toda la señal (un EEG estándar dura
aproximadamente 30 min), sino fragmentos cortos de la señal, seleccionados
previamente por el explorador. En esta selección se procura recoger fragmentos
especialmente patológicos en el examen visual o fragmentos en los que no hay
artefactos que puedan sesgar significativamente el análisis cuantitativo.
Otro concepto que interesa conocer en cuanto a los gráficos de los mapas cerebrales
es el de interpolación. Debido a que el programa sólo conoce los datos reales del EEG
de la zona donde se encuentra el electrodo, para dibujar los datos de toda la superficie
craneal sin solución de continuidad realiza una estimación por un procedimiento
matemático denominado interpolación. La interpolación comúnmente utilizada es la
lineal.
En este tipo de análisis, el computador no realiza ningún cambio en la señal, sino que
únicamente se aplican algoritmos para seleccionar episodios que se muestran al
explorador para su evaluación ulterior. Esta aplicación es la que se utiliza para el
análisis de fases de sueño, detección de puntas y crisis convulsivas en
monitorizaciones de larga duración, tanto de pacientes ambulatorios como de pacientes
ingresados en salas de neurología o en salas de cuidados intensivos, para evitar el
enorme trabajo que supone revisar manualmente horas o días de registro. En los
estudios realizados por Whisler y cols., Quy y cols. y Pauri y cols., la sensibilidad
alcanzó el 80%-90 %, pero la especificidad fue baja (5-7).
Por tanto, en base a evidencias de Clase II y varias evidencias de Clase I, los estudios
de EEG cuantificado se consideran una ayuda al EEG digital para la detección clínica
de puntas y crisis epilépticas en los registros a largo plazo y monitorización ambulatoria
para facilitar la interpretación visual posterior por un especialista.
En la actividad de puntas del lóbulo temporal se distinguen dos tipos. El tipo I engloba
puntas que poseen un dipolo con campo negativo que se localiza en el campo temporal
inferolateral asociado a un campo positivo sobre el cuero cabelludo parietocentral
contralateral. Las puntas del tipo II muestran solamente un campo negativo ancho,
frontotemporal y sin ninguna positividad asociada sobre el cuero cabelludo. Las puntas
del tipo I parecen originarse de estructuras mesiales del lóbulo temporal, con difusión
posterior al córtex temporal lateral, unos milisegundos después de su aparición en el
área mesial. Las puntas del tipo II se originan en el neocórtex en vez de en las
estructuras mesiales del lóbulo temporal.
La lateralización de una punta es una tarea relativamente fácil con el examen visual,
pero el lugar de generación resulta más difícil. Los modelos matemáticos pueden hacer
un cálculo tridimensional del lugar de localización probable del generador de una punta,
utilizando el campo eléctrico del cuero cabelludo y asumiendo que el origen de la punta
es un único punto en el espacio, lo cual no es totalmente cierto. Sin embargo, esta
suposición no afecta al grado de exactitud de la localización de los generadores a
juzgar por los resultados de la cirugía y los análisis con electrodos profundos. Las
puntas están mezcladas con la actividad de fondo del EEG, por lo que para disminuir el
ruido de los cálculos se promedian un conjunto de apariciones de la punta; además, se
utilizan pasos de banda estrechos. Mediante algoritmos matemáticos se calcula el error
de mínimos cuadrados de los mapas de potencial del cuero cabelludo de las varias
propuestas de origen del dipolo. El modelo asume que el cerebro, el LCR y el cuero
cabelludo tienen un comportamiento eléctrico. Para que una punta generada en la
profundidad sea detectada en el cuero cabelludo es probable que se necesiten al
menos 50 cm2 del córtex involucrados directamente en su generación. Sólo con una
punta de suficiente amplitud es fiable el mapa del cuero cabelludo. Otras muchas
puntas que aparecen en el EEG de profundidad no son lo suficientemente robustas
como para detectarse en el EEG de superficie y son demasiado pequeñas para la
localización de dipolos.
Aunque se argumenta que las soluciones de dipolos obtenidas de un mismo episodio
no son matemáticamente únicas, estas técnicas se consideran útiles en la evaluación
no invasiva de candidatos a la cirugía de la epilepsia. Hay estudios bien diseñados que
evalúan esta técnica mediante un seguimiento postoperatorio de los pacientes, por lo
que su uso preoperatorio en cirugía de la epilepsia parece lo suficientemente útil tanto
para determinar la localización del foco como para justificar su uso en pacientes que
van a someterse a estas intervenciones (8, 9).
Sin embargo, esta aplicación no cuenta, de momento, con suficientes estudios que
permitan garantizar su uso clínico generalizado.
También las descargas epilépticas pueden estudiarse mediante las técnicas del
mapping. La localización del foco epiléptico es a veces difícil de determinar a partir de
la porción del EEG en la que la descarga ictal aparece primero cuando este comienzo
es muy sutil. Con el análisis cuantitativo se puede partir desde la descarga claramente
evidente e ir hacia atrás para detectar un cambio fiable en la actividad de fondo.
El mapa cerebral de EEG y otras técnicas de EEG cuantificado suelen llevar con
frecuencia a errores de interpretación, especialmente en manos de médicos con
escasa cualificación y entrenamiento en la interpretación del EEG de rutina.
Los autores agradecen al Dr. F.J. López-Trigo la amable cesión de las imágenes de
cartografía cerebral.
Bibliografía
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