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Cuadernos de la Lengua
© Universidad Nacional de General Sarmiento, 2014
J. M. Gutiérrez 1150, Los Polvorines (B1613GSX)
Prov. de Buenos Aires, Argentina
Tel.: (54 11) 4469-7578
ediciones@ungs.edu.ar
www.ungs.edu.ar/ediciones
Impreso en Xxxxxxxx
Junio de 2014
Tirada: Xxxx ejemplares
Índice
Diálogos de la lengua
Laura Malena Kornfeld......................................................................... 9
Referencias bibliográficas..................................................................211
7
Lenguas en Argentina
Notas sobre algunos desafíos
Cintia Carrió*
Desafío 1: el re-conocimiento1
*
Doctora en Letras por la unc y profesora y licenciada en Letras por la unl. Enseña en
la unl y es investigadora del conicet. Estudia la gramática de la lengua mocoví (familia
lingüística guaycurú) y la enseñanza del español como lengua materna.
1
Quiero agradecer a Hugo Ramos por sus pertinentes comentarios y sugerencias a
versiones previas de este escrito. Mi agradecimiento también a: María Teresa (Coyaco)
Cabasorí, Raúl Teotí, Cristina Vázquez, †Juan Nacitiquí, Delfino Nacitiquí, †Agustín
Cabasorí, †Aurora Andrada, Alfredo Salteño y Rosa Gómez, a quienes les debo mi
conocimiento sobre la lengua mocoví. Los errores e inconsistencias que este escrito
pueda presentar son de mi entera responsabilidad.
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Constitución Política de Colombia, 1991. Art. 10: “El castellano es el idioma oficial de
Colombia. Las lenguas y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus
territorios. La enseñanza que se imparta en las comunidades con tradiciones lingüísticas
propias será bilingüe”.
3
Constitución de la República del Paraguay, 1992. Art. 140: “El Paraguay es un país
pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el castellano y el guaraní. La ley
establecerá las modalidades de utilización de uno y otro. Las lenguas indígenas,
así como las de otras minorías, forman parte del patrimonio cultural de la Nación”.
Art. 77: “La enseñanza en los comienzos del proceso escolar se realizará en la lengua
oficial materna del educando. Se instruirá asimismo en el conocimiento y en el empleo
de ambos idiomas oficiales de la República. En el caso de las minorías étnicas cuya
lengua materna no sea el guaraní, se podrá elegir uno de los dos idiomas oficiales”.
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Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, 2009. Art. 5.I. y II.: “I. Son
idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos
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indígenas originarios campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro, canichana,
cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu?we, guarayu, itonama,
leco, machajuyaikallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano,
moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete,
toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco”.
II. “El Gobierno plurinacional y los gobiernos departamentales deben utilizar al menos
dos idiomas oficiales. Uno de ellos debe ser el castellano, y el otro se decidirá tomando
en cuenta el uso, la conveniencia, las circunstancias, las necesidades y preferencias de la
población en su totalidad o del territorio en cuestión. Los demás gobiernos autónomos
deben utilizar los idiomas propios de su territorio, y uno de ellos debe ser el castellano”.
5
Constitución Política de la República del Ecuador, 1999. Art. 1: “El Estado respeta
y estimula el desarrollo de todas las lenguas de los ecuatorianos. El castellano es el
idioma oficial. El quichua, el shuar y los demás idiomas ancestrales son de uso oficial
para los pueblos indígenas, en los términos que fija la ley”.
6
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999. Art. 9: “El idioma oficial
es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos
indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir
patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad”.
7
Constitución Política del Perú, 1993 (2005). Art. 48: “Son idiomas oficiales el castellano
y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás
lenguas aborígenes, según la ley”.
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Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (indec), a través de los resultados
de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-2005 (ecpi). Disponible
en: http://www.indec.gov.ar/ (último acceso: 12 de marzo de 2014).
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“La Argentina es un crisol de razas, es una mezcla de razas donde los indígenas
finalmente desaparecerían. El producto de ese crisol de razas no muestra nada de lo
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Desde la escuela sociolingüística se atiende a la actitud social frente a la lengua
y se considera que dicha actitud constituye un motor del cambio. En este sentido
se reconocen diferentes “actitudes frente a las lenguas”, una de ellas es la “lealtad
lingüística” y otra el “auto-odio lingüístico”. Por medio de la primera actitud
mencionada, “lealtad lingüística”, se expresa la defensa que algunos pueblos
minoritarios hacen de su lengua, mientras que la noción de “auto-odio lingüístico” se
vincula con la negación de la lengua identitaria que marca la pertenencia a un grupo
socialmente minusvalorado.
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Adaptaciones tipográficas: /g/ fricativa, velar, sonora; /G/ oclusiva, uvular, sonora;
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Para otros casos y recursos de este tipo en mocoví, véase Carrió (2007).
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En este sentido nos parece interesante y clarificador el texto de Guerrero Cazar y
Peralta (2003).
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Para ampliar se recomienda consultar: http://www.indec.mecon.ar/webcenso/
ecpi/index_ecpi.asp.
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La pregunta concretamente incluida fue: “¿Alguna persona de este hogar es indígena
o descendiente de pueblos indígenas (originarios o aborígenes)? Sí (indique número
de personas) / (indique cuál pueblo)”.
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Pregunta número 7 del cuestionario de población: “¿Pertenece usted a algún pueblo
indígena?”. Ante una respuesta afirmativa se especifica la comunidad y se continúa
con la pregunta número 8: “¿Habla usted el idioma de ese pueblo?”.
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Cuaderno informativo sobre el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales (2008: 6).
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Esta ley reforma el artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y reforma la fracción cuarta del artículo 7 de la Ley General de Educación.
24
Catálogo de las lenguas indígenas nacionales. Variantes lingüísticas de México con sus
autodenominaciones y referencias geoestadísticas (inali 2008).
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Construido sobre la base de criterios generales de genealogía lingüística, dialectología
y sociolingüística, también presenta las formas en que la población hablante de lengua
indígena denomina a su propia variante lingüística (autodenominación), así como
también las localidades de los territorios históricos en los que se hablan esas variantes
(referencias geoestadísticas).
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La lengua garífuna pertenece a la familia de lenguas arawak y ha sobrevivido a
siglos de persecución y dominación lingüística. El proyecto de salvaguardia se ocupa
principalmente de la preservación de la lengua garífuna mediante la revitalización
lingüística, los programas de ampliación léxica y la promoción de la enseñanza, el
aprendizaje y la práctica.
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el libro Leer y escribir entre dos culturas. El caso de las comunidades kollas
del noroeste argentino (Borzone de Manrique y Rosemberg 2000). En este
libro se expone el resultado de un trabajo conjunto entre académicos y
organizaciones sociales cuyo saldo fue una propuesta de alfabetización
multicultural y bidialectal, y un libro de lectura etnográfico, intercultural
y bidialectal (Las aventuras de Ernestina). Este libro incorpora la cultura
del pueblo kolla, su variedad dialectal del español (promoviendo la va-
loración de un dialecto generalmente poco apreciado desde la escuela) y
el dialecto del español estándar del Río de la Plata, a la vez que muestra
otras formas culturales.
La situación del contexto de enseñanza es también muy compleja. Esta
complejidad está basada en gran medida en la diversidad de las situaciones,
lo que anula toda posibilidad de pensar una respuesta única. Borzone y
Rosemberg (2005: 78) afirman: “puede parecer paradójico plantear un
mismo objetivo para todos: un alto nivel de alfabetización, y no plantear
la misma escuela para todos”.
Si bien en educación todo proyecto necesita ser claramente situado de
acuerdo al contexto intra e inter-institucional, en estos casos la necesidad
es mayor. Se encuentran escuelas en las que: (a) los niños son monolingües
de una lengua aborigen; (b) los niños tienen como lengua materna una
lengua aborigen y como segunda lengua el español; (c) los niños tienen
como lengua materna una lengua aborigen en contacto con el español;
(d) los niños tienen como lengua materna el español en contacto con una
lengua aborigen; (e) los niños tienen como lengua materna el español y sus
padres/abuelos tienen como lengua materna una lengua aborigen. Ante
estos escenarios y al revisar las diferentes realidades, la implementación
concreta de las iniciativas educativas y lingüísticas parece dejar un saldo
mucho menos favorable de lo esperado.
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Para ampliar la información respecto de la currícula se recomienda consultar: http://
cedoc.infd.edu.ar/upload/EIB_Completo.PDF.
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Sería interesante en investigaciones futuras cotejar los resultados en relación con el
número de ingresantes y de egresados (por citar un criterio meramente cuantitativo),
así como revisar el impacto de esta formación en las prácticas.
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Qompí (Consejo qom), las cuales abarcan los tres niveles educativos de
enseñanza: la Escuela de la Familia Agroecológica N.° 185, el bachillerato
para adultos, la Tecnicatura en Enfermería y un instituto de nivel terciario
que ofrece un Profesorado en Comunicación Social Indígena y otro en
Pedagogía Indígena38.
Por otro lado, es necesario considerar que si bien estos proyectos cu-
bren las necesidades urgentes de una parte de la población, muchos aún
quedan fuera del sistema. En relación con este punto, Hecht (2011: 18)
hace notar que “la Educación Intercultural Bilingüe se propone incluir
acciones que den un espacio a las lenguas indígenas en los procesos de
escolarización de las niñas y niños que se reconocen como pertenecien-
tes a los distintos pueblos originarios; no obstante, en Argentina parece
diseñada sobre un único ideal: niños de comunidades indígenas rurales
hablantes de una lengua indígena. En los lineamientos oficiales notamos
que se carece de una definición clara respecto de muchas otras realidades
que quedan desatendidas”. Tal como se mencionó en el apartado anterior
(§5), la situación dista de ser única y sencilla. Hecht menciona el caso de
los niños tobas que viven en asentamientos urbanos y no son hablantes
de la lengua indígena, situación que se repite en otros centros urbanos del
país. Para citar otro caso, la comunidad mocoví de la ciudad de Recreo
dista 15 km de la ciudad de Santa Fe y también presenta una población
aborigen en la que los niños ya no hablan la lengua (si bien sí lo hacen sus
abuelos). Ahora bien, con esta realidad convive otra totalmente opuesta:
dentro de la ciudad de Santa Fe, en el barrio La Loma, los niños hablantes
monolingües de lengua toba asisten a escuelas monolingües de español.
De esta manera, en muchas escuelas con población aborigen el enfo-
que intercultural y bilingüe queda sujeto a las voluntades personales de
los docentes. Y, dado que en la formación general de los docentes no se
cuenta con contenidos mínimos de eib, aun los más comprometidos ética,
ideológica y profesionalmente encuentran barreras difíciles de franquear.
Sumado a esto, en muchos casos las escuelas con población aborigen
ubicadas en zonas rurales o barrios periféricos se presentan como un
“lugar de paso” del docente que recién egresa y que se trasladará a otra
escuela cuando surja la oportunidad. Esto hace que los planteles docentes
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En este punto de la investigación no hemos podido profundizar respecto del
funcionamiento efectivo de las instituciones de este complejo y de la respuesta que ha
recibido de parte de las comunidades locales.
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Por ejemplo, en relación con las tensiones respecto de qué contenidos incluir, qué
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de Julio a las siete de la mañana es realmente poco relevante para quienes viven en
Purmamarca o en Gato Colorado, por ejemplo.
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mos que esa ausencia no se puede dejar de mencionar”. Sería injusto negar
los esfuerzos que a lo largo del país se realizan a favor de la documentación
y revitalización de las lenguas en el marco de las escuelas y, más aún, con
aspiraciones de eib; el punto es que los resultados no se condicen con las
propuestas, el esfuerzo y la inversión. El problema central radica en que
los proyectos de revitalización de las lenguas, especialmente en los casos
más desfavorecidos (por poca documentación, bajo número de hablantes
y/o escasa funcionalidad de la lengua), no tienen un resultado inmediato
o producto a corto plazo y requieren muy especialmente del compromiso
de la comunidad. En consonancia, se necesitan garantías de continuidad,
más allá de los gobiernos, de los gabinetes y de las personas.
Entendemos que una de las mayores tensiones del sistema radica en
que, no pocas veces, el éxito y/o la finalización de los proyectos depende
de personas individuales (el director, el docente o el referente). Pero para
que las propuestas se concreten y se sostengan en el tiempo tienen que estar
enmarcadas en políticas con líneas de acción claras y factibles.
Se evidencian muchos esfuerzos diseminados por la Argentina pero
desconectados entre sí; el desconocimiento y la falta de diálogo y conexión
entre las políticas se traduce en pérdida de fuerza y duplicación de esfuer-
zos y tiempos. A esto se suma que las comunidades no siempre responden
de la manera deseada, ya que muchas veces la prioridad está centrada en
otras preocupaciones.
En algunos casos, desde las comunidades mismas no se actúa en conse-
cuencia con las propias demandas, especialmente cuando no cuentan con
un referente político fuerte dentro de la comunidad. Esta falta de apoyo de
las comunidades no tiene que ver con una falta de interés: el interés está
y es genuino, pero no supera la dimensión discursiva porque en el orden
de prioridades el problema no ocupa el primer lugar. Hay que considerar
además que la escuela, concebida en los términos tradicionales, es un
agente externo a la cultura de los pueblos indígenas.
Se necesitan proyectos interdisciplinarios y equipos de trabajo que actúen
de manera conjunta, no como consultores o asesores sino como partícipes.
Se necesitan lingüistas, antropólogos y pedagogos que atiendan un proyecto
conjunto que se ajuste en mayor o menor medida a los requerimientos de las
comunidades y que se ocupen de la formación de los miembros de la comu-
nidad para que ellos mismos sean quienes ejecuten las planificaciones. Pero
bajo será el impacto del trabajo de un grupo de profesionales si cada uno
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actúa de forma separada; así, pues, se requiere de una política que ponga a
andar una serie de proyectos. Y además se requiere de una comunidad activa,
a la cual se le suministren los medios intelectuales, simbólicos, jurídicos y
económicos para que pueda marcar el rumbo de su vida; las comunidades
necesitan correrse del lugar de objeto de salvataje (lugar que de una u otra
manera remite al pasado oscuro que las instala como objetos de desposesión),
para pasar a ser partícipes de las decisiones y de la praxis.
En igual sentido, el monitoreo de los avances y los logros es tan necesa-
rio como el inicio mismo de un proyecto. Es fundamental crear complejos
educativos, pero es tan fundamental como eso andamiar el proceso de
funcionamiento.
Por último, consideramos central sistematizar y democratizar el acceso
a la información a través del diseño e implementación de repositorios de
objetos de aprendizaje (material teórico sobre las lenguas y culturas y,
muy especialmente, material didáctico en diferentes soportes). Una de las
razones tiene que ver con la preservación misma del material. Muchos de
los videos documentales de la Biblioteca Aborigen del cifma tienen formato
vhs, son grabaciones “caseras” y ediciones artesanales; si ese material no
se digitaliza, corre riesgo de deteriorarse o incluso de no preservarse50. En
este sentido, también planteamos en el apartado 4 la posibilidad de pensar
el problema en términos de patrimonio cultural inmaterial.
Sería interesante, pues, analizar la posibilidad de creación de reposito-
rios de acceso abierto que garanticen, además, la accesibilidad de quienes
se mueven por fuera de los circuitos estrictamente académicos. Un factor
no menor que hay que considerar es que como muchas veces los fondos
para los proyectos de los que luego deviene material de diverso tipo son
fondos públicos y/o de organizaciones extranjeras, entonces los materiales
producidos no son comercializables (por lo que no se pueden conseguir ni
siquiera mediante la compra), o lo son a muy alto costo (tanto en el sentido
material como en el simbólico).
No parece mala la opción de centralizar la información garantizando
el acceso; esto, acompañado de la generación de redes de instituciones
efectivamente involucradas en la eib, podría ser un buen comienzo de
diálogo. Hoy, el desafío consiste nuevamente en conocernos, leernos y
comprendernos para dialogar.
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