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Directora de colección: Rosa Rottemberg
.Indlce
.
Cubierta: Gustavo Macri

Carli, Sandra
La memoria de la infancia: estudios sobre his-
toria, cultura y sociedad - 1a ed.- Buenos Aires:
Paidós, 2011.
192 pp.; 22x15 cm.

ISBN 978-950-12-6160-8

1. Historiografía. 2. Estudios Culturales. 1.


Título.
CDD 306

7a edición, 207 7
Introducción.............................................................................. 9
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autoriza-
ción escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las 1. La memoria de la infancia. Los escritos autobiográficos de
leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedi- Norah Lange y Arturo Jauretche .............................................. 21
miento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

© 2011, Sandra Carli 2. La representación y narración de la infancia. La obra


plástica de Antonio Berni ........................................................ 53
© 2011 de todas las ediciones en castellano,
Editorial Paidós SAICF 3. Clases medias y crianzas familiares. La sociología de Gino
Independencia 1682/1686, Buenos Aires - Argentina Germani y la literatura de Bernardo Verbitsky.......................... 77
E-mail: difusion@areapaidos.com.ar
www.paidosargentina.com.ar
4. La infancia como verdad. Tensiones entre psicoanálisis de
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 niños y educación en la trayectoria de Arminda Aberastury ..... 105
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina
5. La pedagogía del niño pequeño en los derroteros del
Impreso en Primera Clase, California 1231,
jardín de infantes. El itinerario biográfico de Hebe San
Ciudad de Buenos Aires
en junio de 2011 Martín de Duprat
En coautoría con Patricia Miranda ........................................... 133
Tirada: 2.500 ejemplares
6. Infancia, crisis social y memorias culturales. Las fotografías
ISBN 978-950-12-6160-8 de fines del siglo xx ................................................................. 165

7
Introducción

Las contribuciones que reúne este libro, titulado La memoria de la


infancia. Estudios sobre historia, cultura y sociedad, exploran distintos
aspectos y fenómenos del siglo xx, en particular los correspondientes
a la segunda mitad, en la Argentina. El título aspira a referenciar la
densa y compleja memoria sobre los niños y la infancia en la historia,
como un analizador de los cambios de las visiones acerca de la socie-
dad y la cultura.
La pregunta por la infancia desde una perspectiva histórica invita a
recorrer las mutaciones que se han producido en la experiencia infan-
til, teniendo en cuenta los profundos cambios económicos y culturales
que desde mediados del siglo XX han marcado nuestra contempora-
neidad. Esto nos permite indigar la configuración de las identidades
infantiles, los posicionamientos de los niños en los núcleos familiares,
las instituciones educativas y la vida pública, las dinámicas de la vida
cotidiana familiar en distintos contextos sociales. Pero también invita
a leer las formas en que la infancia ha sido pensada, interpretada,
representada, en un tiempo histórico en el que los niños concitaron
un creciente interés para la sociedad adulta.
Por otra parte, la pregunta por la infancia interroga acerca de
las formas de reproducción humana de una sociedad, en cuanto la
educación y la política intervienen en la construcción de formas de

9
LA MEMORIA DE LA INFANCIA~~~~~~~~_~~~~~~~~_ INTRODUCCI6N

filiación entre las generaciones, en ciclos históricos que, en el caso des de intervención en la trama de las políticas, es necesario también
argentino, oscilaron entre el reconocimiento de derechos, las políticas estudiar las formas de apropiación de estos, considerando la presencia
de genocidio y las luchas por la ampliación del acceso a la escuela, la de las nuevas generacione~ en las escenas históricas de la segunda
salud y la cultura. mitad del siglo xx y los conflictos entre grupos y sectores sociales.
El concepto de infancia ha sido en muchos casos un supuesto y en Pero una historia de la infancia además debe poder ahondar en los
otros el depósito de una idealidad. Un componente de ahistoricidad complejos desafíos de la historia cultural, desde las variadas perspec-
se desliza en las miradas sobre la infancia, provocando la invención de tivas que se han configurado en las últimas décadas. La investigación
retóricas. El recurso a la generalización borra las particularidades y la histórica puede ser complejizada por el análisis de las características y
simplificación surge como respuesta sencilla a la notable complejidad dimensiones culturales de la experiencia infantil en escenarios lejanos
y opacidad del tema. Las indagaciones más atentas a una perspectiva y actuales, en distintos contextos y ámbitos, de tal manera que el rela-
histórico-cultural, como las que estamos presentando, pretenden abrir to histórico articule los componentes heterogéneos del vínculo entre
el espectro de matices, resonancias, significados y tensiones que la pares, generaciones y sectores sociales, en un mismo tiempo histórico
experiencia de los niños y el pensamiento sobre la infancia poseen y dé cuenta del difícil entramado entre aspectos sociales, económicos y
invariablemente en un ciclo histórico en el que se combinan procesos culturales en la vida infantil. La nueva historia cultural, con su atención
de modernización cultural y luchas por la democratización social y puesta en las culturas en plural, en la vida cotidiana, en la apropiación
política. de las tradiciones y la herencia cultural, en las representaciones y en
los imaginarios sociales, pero también en los contactos entre distintas
culturas (Burke, 2006), ofrece sugerentes caminos para la exploración,
Los dilemas de una historia cultural de la infancia tanto de la historia lejana como de la historia reciente de los niños. Las
representaciones de la infancia en la literatura y en el arte, así como
Optar por la construcción de relatos históricos desde una perspec- las prácticas culturales de los niños en la vida cotidiana, conforman
tiva cultural, en el campo de la historia de la infancia supone una serie una zona densa de indagaciones posibles que pone en cuestión ciertas
de dilemas. Nos interesa ubicar algunos de ellos para desplegar parte tesis y estilos de la investigación histórico-educativa (Carli, 2007).
de las inquietudes de este libro: Una historia cultural invita a reconocer las marcas que en las iden-
tidades infantiles imprimen en la vida cotidiana las configuraciones
familiares, las instituciones educativas, la esfera pública, los medios
a) Entre la historia política y la historia cultural de comunicación, los saberes expertos, pero sin dejar de considerar
las particularidades de la identificación infantil, entendida como una
Una historia de la infancia debe poder reconstruir los discursos construcción nunca terminada, que no cancela la diferencia (Hall,
y las concepciones acerca de ella a lo largo de distintas épocas, sus 2003). La pregunta por la identificación que, según Hall, busca inda-
elementos ideológicos y sus antagonismos, los componentes litigiosos gar "el proceso del devenir y no de ser" y "cómo nos han representa-
y polémicos que se ponen en juego en la construcción de la demo- do" (2003: 18) convoca a reconocer los cambios en los vínculos entre
cracia moderna (Ranciere, 1996). Si un acercamiento desde la historia adultos y niños a lo largo del tiempo y a historizar la categoría infancia,
política, auxiliada por la historia intelectual, permite situar discursos y tan esencial izada y sobrerrepresentada.
dispositivos que participan en la construcción de los niños como sujeto
de interpelación, identificando argumentos, metáforas, categorías,
modos de enunciación y estrategias retóricas, pero también modalida-

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INTRODUCCiÓN
LA MEMORIA DE LA INFANCIA

b) Historia del pasado, historia del presente una comprensión más ajustada de las dinámicas y formas del cambio
histórico y la asincronía creciente con discursos que buscan prolongar
Las transformaciones del siglo xx y el ciclo global transnacional en el presente horizontes de expectativas del pasado. En el terreno de
reclaman combinar y vincular la producción de estudios sobre el pasa- la infancia, esto resulta común y conflictivo, en tanto en el presente
do con una historia del presente. Las conceptualizaciones actuales se sostiene un discurso de derechos elaborado a lo largo de todo el
sobre el tiempo presente, entre otras la de Ludmer -que lo define siglo xx, como una trama de ideas y principios sedimentada por la his-
como "una yuxtaposición o superposición de pasados y de futuros toria que ha configurado creencias sociales, y que va a contrapelo de
y una conjugación de temporalidades en movimiento cargadas de las restricciones epocales. Así, la arena de la política deviene siempre
símbolos, signos y afectos" (2002: 94)-, sugieren la lectura de ele- en un espacio de reactivación de elementos del pasado y de lecturas
mentos del pasado en el presente, pero también el desplazamiento críticas del presente.
del historiador por distintas temporalidades, tanto en el registro de
la actualidad como en el estudio del tiempo pasado, acercando la
perspectiva de la historia a la investigación de las ciencias sociales. La c) Sujetos en constitución e instituciones sociales
vieja discusión acerca de las diferencias entre sociología e historia se
relativiza en un tiempo de convergencias metodológicas y revisión de Desde una perspectiva atenta al devenir y a la historia del niño,
paradigmas teóricos. Se trata tanto de producir interpretaciones sobre Bleichmar se interrogaba acerca "de la manera mediante la cual debe
lo que está aconteciendo -en este caso, sobre la configuración social operar el psicoanálisis cuando el inconsciente no ha encontrado aún
de la infancia en la trama de la continuidad histórica de discursos, su topos definitivo, cuando el sujeto se halla en constitución" (1993:
dispOSitivos y prácticas institucionales y la emergencia de nuevos fenó- 179), en cuanto "la cría humana se constituye" (1993: 185). En la
menos- como de generar nuevas preguntas al pasado. misma perspectiva, la investigación histórica sobre la infancia debe
Una historia del presente, atenta a los elementos del pasado, no incorporar la pregunta por los horizontes posibles, por lo indetermina-
solo renueva los temas y las formas de hacer investigación, perfilando do de una identidad infantil, siempre abierta a la contingencia, sin por
indagaciones retrospectivas que amplían el acervo de conocimientos ello negar el peso de los procesos y hechos históricos. Sin embargo,
históricos, sino que favorece una más profunda comprensión de los en lugar de fijar las identidades infantiles mediante la construcción de
fenómenos actuales, cercanos. Por otra parte, tal como ha enseñando estereotipos, modelos o figuras, más allá de su valor como construc-
el pragmatismo, permite ahondar en los vínculos entre conocimien- ciones analíticas, se debe tratar de identificar y analizar el conjunto
to y acción a partir del valor del conocimiento histórico, en sentido de modelos de identidad disponibles en un período histórico para la
amplio, para intervenir en distintos planos. Los estudios feministas población infantil, cuestionando las perspectivas deterministas que
han sabido vincular las preocupaciones académicas con la militancia adjudican a ciertas instituciones un alcance totalizador en la configu-
activa en torno a ciertas problemáticas. En el campo de la infancia, en ración de los destinos de una generación.
muchos casos ha predominado la sectorización o subalternización de La perspectiva anterior conlleva una distancia con los enfoques
los temas, vaciada de registro histórico, debilitando su resonancia en sociológicos de inspiración durkheimiana que ubicaron a las ins-
la opinión pública. tituciones y a la autonomía de lo social en un papel central en la
Desde otra perspectiva, se trata también de identificar los" grados construcción de las identidades de los sujetos. Sin embargo, como
de distancia cultural" con el pasado (Burke, 2006: 243), reconociendo ha estudiado Revel, "el imaginario de la máquina acéfala, productora
las fronteras entre los ciclos históricos, los aspectos irreversibles, los de efectos imperturbables [ ... ] fue reemplazado por el de un espa-
elementos de discontinuidad o fractura. Ese reconocimiento favorece cio social irregular, discontinuo, regido por formas de racionalidad

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
INTRODUCCiÓN

discretas" (2005: 76). Se ha pasado de la tesis acerca del carácter de la memoria en pleno siglo XXi. La historia de la infancia encuentra
totalizador de las instituciones en la producción de los sujetos a su hoy mejores herramientas tecnológicas para reconstruir y conservar
diseminación. ¿Cómo pensar entonces la relación entre sujetos e ins- testimonios de diverso tipo sobre el pasado. Imágenes y narraciones
tituciones, y en particular la historia de la infancia, considerando los se multiplican en distintos ámbitos y con distintos formatos, abriendo
límites de las instituciones, pero también su presencia y persistencia un debate acerca de las representaciones de la infancia, de las formas
a lo largo del tiempo? Las tesis sobre el niño como sujeto en consti- y de los contenidos de la narración de la historia de los niños y de la
tución y el reconocimiento de los límites de las instituciones sugieren recepción social de esas narraciones.
evitar adjudicar un papel monolítico a instituciones clásicas (familia, Si la inquietud genealógica en la producción de una historia de
escuela, Estado) y estudiar sus particularidades, transformaciones y la infancia favoreció cierta mirada homogeneizante de la experiencia
alcances. Por otra parte invitan a profundizar en el valor, en la historia infantil en el pasado, la recuperación de fuentes visuales y orales, y su
de los niños, del contacto y la circulación en espacios discontinuos (de inscripción en nuevos escenarios y guiones, abre el espectro de esce-
la esfera privada y de la pública: los medios de comunicación, la calle, nas y significados sobre la vida infantil, muchos de ellos desconocidos.
los ámbitos de sociabilidad infantil y juvenil, las prácticas de lectura, Las regularidades y diferencias que comienzan a identificarse habilitan
el juego, etc.).
nuevos relatos históricos y otros modos de interpretación del pasado,
Cabe entonces recuperar el interés por la relación entre el pensa- más atentos a las particularidades de experiencia de los niños y a los
miento y las instituciones (Revel, 2005: 76). La pregunta que surge se vínculos con los adultos en situaciones y contextos particulares.
refiere al papel que desempeña el pensamiento sobre la infancia en La narración de la historia de los niños y su transmisión pública
la construcción de las instituciones, en su conservación y/o renovación es una tarea compleja, no exenta de polémicas. La construcción de
a lo largo del siglo xx, en la capacidad del conocimiento experto y de museos de la infancia es un desafío que debe resistir la tentación
sus portavoces para introducir nuevas lógicas y dinámicas institucio- anticuaria. La memoria de la infancia, necesariamente plural yatrave-
nales en el trabajo con niños. En la medida en que la segunda mitad sada por el recuerdo y el olvido, traza un camino posible de lecturas
del siglo xx se ha caracterizado por la producción de un campo de del pasado en las que el historiador incursiona con preguntas propias
saberes especializados sobre la niñez, que ha tenido una permeabili- (políticas, económicas, estéticas, etc). Augé señala que "nuestra
dad diferencial en instituciones, sectores sociales y épocas, se abren memoria quedaría saturada si tuviésemos que conservar todas las
rutas de investigación posibles que profundicen en el papel del cono- imágenes de nuestra infancia. Pero lo interesante es lo que queda de
cimiento en la modulación de visiones sobre la infancia y en el papel todo ello. Y lo que queda [ ... ] es el producto de una erosión provo-
de los adultos en la producción de los vínculos intergeneracionales que cada por el olvido" (1998: 27). La memoria de la infancia ofrece un
estructuran una cultura.
reservorio de historizaciones posibles mediadas por el papel selectivo
del olvido, pero también por las inquietudes teóricas y metodológicas
de la investigación.
d) El museo de la infancia o la historización de la memoria

El crecimiento y la expansión de los museos, el auge de los anticua- Los capítulos del libro
rios, la explosión de las conmemoraciones públicas, el uso del video,
del cine y de otros medios para la reconstrucción histórica, el boom de Los distintos capítulos de este libro se han elaborado sobre esos
la novela histórica, la multiplicación de bases de datos informáticas y la dilemas de una historia de la infancia, tensionada por inquietudes
digitalización de los archivos, entre otros fenómenos, indican un auge políticas, culturales y sociales, pero también por enfoques y objetos de

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15
LA MEMORIA DE LA INFANCIA INTRODUCCiÓN

análisis que se ubican en las fronteras de distintas disciplinas. Tienen Verbitsky, realizó sobre la vida familiar en distintos escenarios sociales,
como rasgo común la exploración y el estudio del pasado, y el interés dando cuenta de la sensibilidad y las percepciones intelectuales sobre
por comprender algunas problemáticas del presente. Cada uno de las diferencias sociales de la época.
ellos modula una perspectiva desde la cual se puede leer un tiempo El cuarto capítulo, titulado "La infancia como verdad. Tensiones
histórico determinado, explorar sus fuentes representativas, recuperar entre psicoanálisis de niños y educación en la trayectoria de Arminda
testimonios orales y ahondar en significaciones sobre la infancia no Aberastury", se interna en la historia del psicoanálisis para desplegar
reconocidas y jerarquizadas como elementos sustantivos de la historia el discurso sobre la infancia que se configura a partir de la trayectoria
cultural e intelectual de la Argentina. profesional y la obra de la introductora del psicoanálisis de niños en la
El primer capítulo se titula "La memoria de la infancia. Los escritos Argentina. Se detiene en particular en las articulaciones entre psicoa-
autobiográficos de Norah Lange y Arturo Jauretche". Luego de ubicar nálisis y educación, buscando situar la dinámica de la relación entre
algunos de los aportes teóricos más relevantes para el estudio histó- distintas disciplinas y la cambiante legitimidad de los saberes para la
rico de la memoria de la infancia, incursiona en los recuerdos de la interpretación y el tratamiento del niño, en una época de ampliación
experiencia infantil en la primera mitad del siglo xx desde el registro del campo científico y académico.
de la ficción y de las memorias autobiográficas de figuras del campo El quinto capítulo, titulado" La pedagogía del niño pequeño en los
intelectual y literario. La "pequeña memoria", como la denominó el derroteros del jardín de infantes. El itinerario biográfico de Hebe San
escritor entrerriano José Manauta, se plantea como una vía sutil y Martín de Duprat", fue escrito en coautoría con Patricia Miranda. 1 En
densa para identificar la sensibilidad estética y política de las miradas él se desarrolla una mirada histórica de los debates y de las concepcio-
adultas sobre el pasado vivido, y que permite desplazarse entre las nes sobre el jardín de infantes y sobre la pedagogía del niño pequeño
fronteras de la historia y de la literatura. a partir de los años setenta, a través de la reconstrucción de la trayec-
El segundo capítulo, titulado "La representación y narración de la toria de una de sus figuras más relevantes. Busca explorar -desde una
infancia. La obra plástica de Antonio Berni", incursiona en la historia perspectiva que intenta recuperar aportes de la historia intelectual, la
del arte. Recorre la biografía del pintor y los significados que tuvo la historia de la educación y los estudios de género- las tensiones y deba-
infancia en sus escritos a través del diálogo con corrientes intelectuales tes de la época ante la emergencia de demandas sociales, de cambios
y estéticas, y explora las figuras sobre la niñez en las distintas etapas en las configuraciones familiares y de situaciones vinculadas con la
de su producción artística, ahondando en particular en las represen- inserción de la mujer en el mundo de la educación y del trabajo. Se
taciones de los años cincuenta y sesenta, marcadas por la denuncia detiene en el pensamiento pedagógico y en el diseño de instituciones
de las injusticias sociales. La dimensión narrativa de la obra plástica de para los niños más pequeños como vía para comprender la importan-
Berni ofrece un camino singular para estudiar la historia de la niñez cia de los primeros años de vida.
en la Argentina. El sexto y último capítulo, titulado "Infancia, crisis social y memo-
El tercer capítulo se titula "Clases medias y crianzas familiares. La rias culturales. Las fotografías de fines del siglo XX", constituye un
sociología de Gino Germani y la literatura de Bernardo Verbitsky". ensayo cultural que explora el pasado reciente. A partir del análisis
Parte de problematizar la categoría clase media y las hipótesis sobre
su significado histórico a partir de los años cincuenta, analizando las
1. Patricia Miranda es licenciada en Ciencias de la Educación (USA). Trabajó en diferentes
tesis de las investigaciones de la sociología científica sobre las familias
ámbitos vinculados con la educación inicial: como profesora en la Universidad Nacional de
y la crianza de los hijos en distintos sectores sociales, en la trama de Luján y en el Programa ZAP (Zonas de Acción Prioritaria) en la ciudad de Buenos Aires y como
los procesos de modernización social y cultural. Ahonda a su vez en coordinadora del Equipo de Educación Inicial en el Ministerio de Educación Nacional en el
período 2004-2007. En la actualidad se desempeña en la formación docente para nivel inicial
el tratamiento que la literatura, en las obras de un periodista como en el Profesorado Sra. Ch. de Eccleston yen el Profesorado del Normal N° 1.

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INTRODUCCiÓN
LA MEMORIA DE LA INFANCIA

vitalidad que tienen hoy las investigaciones de historia de la infancia


de una serie limitada de fotografías de distinto tipo, que condensan en el país, a partir de la producción de tesis de posgrado, eventos
procesos históricos, educativos, culturales y políticos, dialoga con
y publicaciones académicas específicas, constituye un estímulo que
aportes teóricos de la historia y de los estudios culturales y visuales, opera como trasfondo de esta nueva experiencia de escritura, sabien-
para esbozar interpretaciones sobre el cierre de un ciclo histórico y el do que existe un conjunto de interlocutores con los cuales profun-
inicio de uno nuevo.
dizar, desde el punto de vista temático, teórico y metodológico, en
las significaciones complejas que la infancia tiene en la trama de los
procesos históricos. A todas aquellas jóvenes investigadoras con las
Mirada retrospectiva y agradecimientos que he compartido distintos espacios e iniciativas académicas, va mi

Los capítulos de este libro se basaron en escritos producidos durante reconocimiento.


Este libro está dedicado, en primer lugar, a mis padres ya mis her-
la última década, en el marco de distintos proyectos de investigación, manos. Mientras leía a Jauretche, pensaba en la infancia de mi padre
que tuvieron como sede el Instituto de Investigaciones en Ciencias
durante los años treinta en el barrio de Lugano, un mundo casi rural
de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de ubicado muy lejos del centro de Buenos Aires, con lagunas, animales
Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la y carros, y en su fascinación por la pampa argentina cuando de joven
Universidad de Buenos Aires, y que contaron con el apoyo del Consejo iba a cazar liebres y perdices. No siendo un lector de Jauretche, sin
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y de la Universidad embargo el retrato de la vida rural de la provincia de Buenos Aires
de Buenos Aires. Se trata de un libro que fue proyectado años atrás, en Pantalones cortos tiene mucho de la mitología que recrea en las
pero que recién ahora encuentra la ocasión propicia para su concre- reuniones familiares. Al ahondar en los debates del psicoanálisis de
ción. Agradezco en este sentido el entusiasmo por esta propuesta que niños, me acordaba de mi madre quien dice que en su infancia en el
me manifestara la directora de la colección de la Editorial Paidós, Rosa barrio de Caballito había muchísimas mariposas. Pero sobre todo en
Rottemberg, porque me convenció de la importancia de encontrar un los dilemas que en los años sesenta se le planteaban a muchas mujeres
tiempo-espacio para retomar una serie de textos, algunos publicados entre la autonomía laboral y el trabajo doméstico. Su experiencia de la
en revistas diversas y otros inéditos, volviendo a incursionar en la his- maternidad se liga más con la sabiduría familiar construida en la vida
toria de la infancia. cotidiana Y menos con los saberes expertos de las elites intelectuales
De alguna manera el libro significa un cierre de un ciclo de urbanas. A mis hermanos, Augusto Y Andrea, por todo lo vivido Y lo
investigaciones y de publicaciones sobre historia de la infancia en la
por vivir, por la memoria que nos liga.
Argentina 2 que inicié a principios de la década del noventa. La nueva En segundo lugar, el libro está dedicado a Daniel y a Leila. A Daniel
por estar siempre cerca de mis proyectos intelectuales. A mi hija Leila
porque con su singular humor sabe hacerme reír y pensar. Por último
2. Entre otras publicaciones: Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los discursos a Alexis, Alvaro y Catalina, que trajeron nuevos aires.
acerca de la infancia en la historia de la educación argentina (1880-1955), Miño y Dávila,
Buenos Aires, 2002; De la familia a la escuela. Infancia, socialización y subjetividad, Buenos
Aires, Santillana, 1999 y La cuestión de la infancia. Entre la escuela, la calle y el shopping,
Buenos Aires, Paidós, 2006. Y con anterioridad: "Infancia y sociedad: la mediación de las
asociaciones, centros y sociedades populares de educación (1880-1930)", en Puiggrós, A.
(dir.), Estado y sociedad civil en los orígenes del sistema educativo argentino (1880-1916), col.
"Historia de la educación en la Argentina", t. 11, Buenos Aires, Galerna, 1992; "El campo de
la niñez: entre el discurso de la minoridad y el discurso de la educación nueva (1916-1945)", educación", en Puiggrós, A. (dir.), Dictaduras y utopías en la historia reciente de la educación
en Puiggrós, A. (dir.), Escuela, democracia y orden (1916-1943), t. 111, 1992; e "Infancia, argentina (1955-1983), t. VIII, 1997.
psicoanálisis y crisis de generaciones. Una exploración de las nuevas formas del debate en

19
18
LA MEMORIA DE LA INFANCIA

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Aires: Nueva Visión.
REVEL, Jacques (2005), "la institución y lo social", en Un momento
historiográfico. Buenos Aires: Manantial.

20
En la historia de la educación, la exploración de la memoria de
la infancia recién comienza. Si ha sido una vía privilegiada para la
reconstrucción de la vida cotidiana escolar en tiempos remotos, no
fue valorada en forma suficiente como material que permite acceder
a la experiencia de los niños desde el recuerdo adulto y, a partir de
allí, a nuevos puntos de vista sobre los procesos históricos. Indagar la
memoria de la infancia permite, de manera particular, una compren-
sión del pasado desde una mirada centrada en el presente, habilitando
el desplazamiento entre distintas temporalidades para recuperar un
tiempo que se escabulle.
La memoria de la infancia se modela en distintas superficies cul-
turales (pintura, cine, literatura autobiográfica, testimonios, objetos),
provocando que una diversidad de fuentes adquieran valor para iden-
tificar y analizar los elementos de un tiempo histórico y su recreación
en etapas posteriores. Desde esta perspectiva, la pregunta por la
infancia interroga en forma más amplia las experiencias infantiles y los
vínculos entre las generaciones, a partir de la relación con el pasado
que se construye a través de los modos particulares de la memoria.
En este capítulo se abordarán, en una primera parte, algunos
aportes teóricos para pensar la cuestión de la memoria de la infancia,
entre otros, los provenientes del psicoanálisis, los estudios culturales,
la hermenéutica, la historia oral, la literatura autobiográfica, ya que
ofrecen insumas conceptuales para problematizar esa construcción
esquiva y a la vez potente y densa.
En la segunda parte, nos detendremos en la literatura autobio-
gráfica, en el análisis de una selección de textos escritos en distintos
momentos históricos, que permiten acceder a la memoria de la infan-
cia de la primera década del siglo xx y de los años cuarenta, como

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
LA MEMORIA DE LA INFANCIA

recuerdos han sido moldeados por evocaciones posteriores en la vida


experiencias históricas paradigmáticas. Cuestiones como la mirada
infantil sobre las diferencias sociales, el impacto de la política en los del sujeto.
La memoria de la infancia, según Freud, también se hace presente
niños y los escenarios privados y públicos de la infancia, revelan los en el sueño. Destaca que el sueño testimonia poseer conocimientos Y
rasgos singulares de la historia y de la cultura argentina que se expre-
recuerdos de los que el sujeto no tiene la menor sospecha en su vida
san, en este caso, en las ficciones y en los ensayos. despierta, Y una de las fuentes de las que el sueño extrae el material
que reproduce es la vida infantil. Habría una "libre dispos'lción del
sueño sobre recuerdos inaccesibles a la vida despierta": un ejemplo
La memoria de la infancia y la interpretación del psicoanálisis clásico de Freud refiere a los aprendizajes olvidados, como hablar
idiomas extranjeros. A diferencia de la vida despierta, en la que los
La relación entre memoria y experiencia de infancia es un tópico recuerdos de la infancia son imprecisos, Freud señala que la memoria
central en el legado del psicoanálisis. Tal como ha señalado Lacan, onírica se caracteriza por la precisión de los recuerdos infantiles, por
la restitución del pasado ocupó hasta el final un primer plano de las la capacidad de rendimiento de la memoria y por la predilección por
preocupaciones de Freud (1998: 27). Traer del pasado aquellos restos
lo indiferente. Según el autor, "la conducta de la memoria onírica es
de la niñez sepultados en el inconsciente constituye un tópico clásico seguramente de altísima importancia para toda la teoría general de la
del discurso psicoanalítico, no solo en el ámbito de la clínica, sino
memoria" (1981 a: 360).
también en el de la literatura, el cine y las artes plásticas. La diferencia entre recuerdos infantiles Y recuerdos encubridores es
En la obra de Freud, la visión sobre la memoria de la experiencia una diferencia central planteada por Freud en relación con la memoria
infantil resulta central. Se destacan, entre otros tópicos, la importancia de la infancia. La formación del recuerdo encubridor se basaría en
adjudicada a la memoria de la infancia para el tratamiento de la neu- el olvido, en el desplazamiento, en la sustitución de otras impresio-
rosis, la relación entre memoria de la infancia y sueño, la diferencia nes, en la asociación con contenidos distintos de los que expresa, es
entre recuerdos infantiles y recuerdos encubridores, la interpretación decir, en la "falla del recuerdo". En "Sueños con temas de cuentos
de la memoria infantil como memoria visual, los problemas de la
infantiles" Freud se detiene a analizar la forma en que estos cuentos
evocación del recuerdo infantil. Sin embargo, estas consideraciones funcionan muchas veces como recuerdos encubridores: el recuerdo de
se inscriben en una reflexión más amplia sobre los mecanismos de
los cuentos sustituye los recuerdos de la propia infancia.
la memoria, situando la memoria de la infancia en la construcción/ La dimensión visual de la memoria de la infancia es otro de los
reconstrucción del sujeto. rasgos estudiados por Freud. Todos nuestros sueños, señala, son
La noción de amnesia infantil resume el tipo de vinculación predominantemente visuales, Y un rasgo similar se presenta en la
del adulto con la experiencia pasada de su niñez. Freud define la memoria de los primeros años de vida. En esas escenas de gran plas-
amnesia infantil como la pérdida de los recuerdos correspondientes ticidad visual, no habría un centro en el recuerdo, por lo tanto" no
a los primeros años de nuestra vida (1981 b: 784). La comprensión se sabe sobre qué elemento de la misma debe colocarse el acento
del olvido de la niñez resultaría clave para entender otras amnesias
psíquico" (1981 b: 787).
que estarían en la base de los síntomas neuróticos adultos. Además En los recuerdos infantiles, no se hallaría una verdadera huella
del olvido, los recuerdos de la infancia se caracterizarían por la falta mnémica pura, sino la presencia de una elaboración posterior, que
de exactitud, es decir que la memoria de la infancia se encontraría Freud hace equivalente a las sagas y los mitos de los pueblos. Esa
siempre distorsionada. "Algunas de las imágenes del recuerdo apa- elaboración posterior está vinculada con la fantasía, con la ficción.
recerán seguramente falseadas, incompletas o desplazadas temporal En el recuerdo infantil, no habría fidelidad histórica, s'lno la presencia
y espacialmente", señala Freud en el mismo texto, debido a que esos

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por otros mecanismos psíquicos, como la compulsión a la repetición
de la fantasía. Uno de los casos que Freud analiza es un recuerdo
que reemplazaría al recuerdo por la acción repitiendo lo traumático,
infantil de Leonardo da Vinci. 1 La evocación del recuerdo infantil solo
la memoria supone un trabajo reconstructivo del sujeto, una arqueo-
puede realizarse "cuando la infancia ha pasado ya", lo cual conlleva
logía. En Construcciones en psicoanálisis (1981 e), Freud utiliza la
la deformación del recuerdo, que" no resulta estrictamente diferencia-
metáfora de la excavación arqueológica: el psicoanalista, como el
ble de la fantasía" (1981 c: 1589). Nuevamente, Freud compara esta
arqueólogo, tiene el "derecho innegable a reconstruir" Y comparte la
deformación con el nacimiento de la crónica histórica en los pueblos
"antigüedad de sus hallazgos". El trabajo con las huellas de la expe-
antiguos.
riencia infantil está mediado por la interpretación que se orienta a la
Además de la fantasía, en la deformación del recuerdo infantil
historización del sujeto, en tanto para el psicoanálisis" la historia es el
intervienen las huellas dejadas por otros, las versiones sobre el pasado
pasado historizado en el presente, historizado en el presente porque
de otros sujetos, es decir, las huellas de la transmisión del recuerdo. En
ha sido vivido en el pasado" y "se trata menos de recordar que de
el ensayo" Un recuerdo infantil de Goethe en 'Poesía y Verdad''', Freud
reescribir la historia" (Lacan, 1998: 27 -29). La memoria de la infancia
recupera una afirmación del escritor: "Cuando intentamos recordar lo
está ligada entonces al presente en la medida en que "el niño mira
que en nuestra primera infancia nos sucedió, nos exponemos muchas
más a la reconstrucción de una autobiografía Y al sentido de la his-
veces a confundir lo que otras personas nos han dicho con lo que
toria que al inventario de lo que vivió" (Le poulichet, 1996: 24), con
debemos realmente a nuestra experiencia y a nuestras observaciones
personales" (1981f: 2437). Lo que otras personas nos han dicho de todos sus elementos míticos.
nuestro pasado se funde imperceptiblemente en el recuerdo de la
infancia y esas versiones de la historia infantil, esas versiones de los
Walter Benjamin Y Giorgio Agamben: entre la memoria del
otros, resultan paradigmáticas del recuerdo de la infancia. La memoria
pasado y la restitución de la experiencia infantil
de la infancia deviene entonces en una construcción hecha por otros,
por los adultos. 2 En la obra de Walter Benjamin, encontramos un acercamiento
¿ Qué es lo que se ha olvidado o lo que se ha conservado en la clave a la memoria de la experiencia infantil, ya que recupera dellega-
memoria de la infancia? La respuesta supone interpretaciones distin-
do freudiano algunas cuestiones que pone en diálogo con la literatura
tas para el psicoanálisis o para la historia. Para el primero, aquello
de su tiempo Y con la crítica de la cultura en sentido amplio. Se interro-
que ha resistido al olvido, lo que ha perdurado, es siempre lo más
ga sobre la relación entre la ausencia de experiencia en la modernidad
importante, en la medida en que en el análisis "todo lo esencial está
y el problema de la memoria de un tiempo perdido ante el avance de
conservado".3 En tanto el recuerdo de la infancia estaría afectado
la ciencia y de la técnica Y de la soledad en la sociedad de masas.
El problema de la memoria de la infancia está asociado a la lec-
1. En Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci, Freud señala que Da Vinci había relatado tura de la obra de Marcel Proust, de la que Benjamin fue traductor,
que" uno de los primeros recuerdos de mi infancia es el de que, hallándome en la cuna, se recuperando la idea de memoria involuntaria de la novela En busca
me acercó uno de estos animales (un buitre), me abrió la boca con su cola y me golpeó con
ella, repetidamente, en los labios" (1981 c: 1588). Freud consideró que esa escena con el del tiempo perdido. En "Sobre algunos temas en Baudelaire", analiza
buitre no constituía un recuerdo de Da Vinci. sino" una fantasía ulterior transferida por él a la confrontación que hace Proust entre la memoria involuntaria Y la
su niñez" (1981c: 1589).
2. Arfuch plantea que el acceso a los momentos tempranos de una biografía, como la primera
infancia, se realiza "por palabras ajenas de mis prójimos", por una trama de recuerdos de
otros que hacen a "una unidad biográfica valorable" (2002: 108).
3. "No es indiferente ni insignificante qué detalle de la vida infantil se haya sustraído al tiempo entrañara tal importanCia, bien porque la haya adquirido después, bajo la influencia
olvido general de la infancia. Más bien hemos de sospechar que lo que se ha conservado en
de sucesos posteriores" (Freud, 1981f: 2438).
la memoria es también lo más importante de aquel estadio de la vida, bien porque ya en su

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voluntaria: mientras la memoria voluntaria es racional e intelectual, la


bies por su singularidad, pensados como la forma más adecuada de
involuntaria escapa a la conciencia y a la intención del sujeto. En el
conexión con el pasado.
mismo ensayo, retoma las tesis freudianas de Más allá del principio
En el marco de esta concepción del pasado, la memoria de la
del placer sobre la correlación entre memoria involuntaria y concien-
infancia forma parte de un proyecto de restitución de la experiencia,
cia. Releyendo a Proust, Benjamin señala que "solo puede llegar a ser
pero no de la experiencia entendida como la "máscara" del adulto,
parte integrante de la memoria involuntaria aquello que no ha sido
sino de esa "otra" experiencia vivida (los sueños de la infancia y de
vivido expresa y conscientemente, en suma, aquello que no ha sido
la juventud) (Benjamin, 1986), esa experiencia descalificada en los
una 'experiencia vivida'" (1986: 94).
tiempos modernos. La experiencia de la infancia vuelve a ocupar un
A partir de este cuestionamiento de la experiencia vivida en forma
lugar central ante la pobreza de la experiencia de la vida moderna y
consciente, recupera la idea de la reminiscencia como forma de la
de la nueva barbarie que conduce a la entrega de la "herencia de la
memoria involuntaria, una memoria que irrumpe, que se vincula con
humanidad" a favor de la "moneda de lo actual" propia de la indus-
la repetición de lo reprimido y que constituye un tipo de experiencia
tria norteamericana del entretenimiento (Benjamin, 1989b).4
del tiempo. Le Poulichet ha diferenciado la rememoración (freudiana)
Benjamin retoma de Proust la idea de que la reminiscencia de la
y la reminiscencia (proustiana), considerando a la primera un trabajo
infancia surge en el contacto azaroso con los objetos. Como coleccio-
psíquico y a la segunda un procedimiento estético, si bien reconoce
nista de antigüedades, se extiende en el análisis crítico de la experien-
que en el análisis "no se trata de recobrar la memoria, sino de ser
cia burguesa moderna de niños y jóvenes a través de la exploración
encontrada por ella donde no se la esperaba" (1996: 20).
de los objetos (libros, juguetes, etc.), esbozando una "fragmentaria
Por otra parte, mientras para Freud la dimensión visual de la
antropología materialista de la infancia" (Schiavoni, 1989: 11 ).5 En los
memoria onírica es característica, para Benjamin -yen particular a
objetos se leería la alteridad, las huellas del pasado, de una memoria
partir de la lectura de la obra del poeta Baudelaire-, "el olor es el
de la infancia perdida en tiempos de reproducción técnica masiva de
refugio inaccesible de la memoria involuntaria", en cuanto "un per-
los objetos de consumo. La historia de los juguetes se distingue de
fume hace remontar años enteros a través del perfume que recuerda"
su reflexión sobre el juego, entendido como lugar en el que se hacen
(1986: 116). El acceso al pasado, como a la memoria de la infancia,
presentes las huellas de la generación anterior y como lugar dominado
no es lineal sino fugaz. De acuerdo con la filosofía de la historia de
por la ley de la repetición freudiana (Benjamin, 1989c).6
Benjamin, "la verdadera imagen del pasado transcurre rápidamente.
Desde la filosofía hermenéutica, Giorgio Agamben retoma estos
Al pasado solo puede retenérselo en cuanto imagen que relampa-
tópicos de la obra de Benjamin, partiendo de una común preocupa-
guea, para nunca más ser vista en el instante de su cognoscibilidad"
(1989a: 180). ción por la experiencia. Sostiene que" así como fue privado de su bio-
grafía, al hombre contemporáneo se le ha expropiado su experiencia:
Según Rella, esta visión del pasado y del acceso al pasado a través
más bien la incapacidad de tener y transmitir experiencias quizás sea
de una memoria involuntaria supone en Benjamin la posibilidad misma
de interrumpir el curso de la historia (1992: 149). En efecto, para este
último el acceso al pasado se encuentra obstruido por el progreso 4. En "Experiencia y pobreza" (1989b), en una abierta crítica a la cultura infantil dominada
técnico, ya que "la constante disponibilidad del recuerdo voluntario, por la industria de Disney, Benjamin considera que al cansancio de la vida moderna le sigue
"el ensueño del ratón Micky".
discursivo, que se ve favorecida por la técnica de la reproducción, 5. Daniela Pellegrinelli (Diccionario de juguetes argentinos, Buenos Aires, El juguete ilustrado
reduce el ámbito de la fantasía" (Benjamin, 1986: 118). Por lo tanto, editor, 2010) lleva adelante una investigación que ahonda en una especie de antropología
materialista de la industria del juguete en el país.
se trataría de un trabajo constructivo que puede producirse solo desde 6. En Mas allá del principio del placer, Freud destacó la existencia de una demanda infantil al
fragmentos, entre los cuales se encuentran los objetos colecciona- adulto de repetición del juego, entendiendo al juego como aquello que permite el reencuen-
tro de la identidad como fuente de placer.

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la dinámica de los cambios sociales" (1991: 16). A su vez la histo-


uno de los pocos datos ciertos de que dispone sobre sí mismo" (2001: ria oral "tiene el mérito de considerar al niño como una figura no
7). La cuestión de la infancia se vincula entonces con la imposibilidad residual de sus reconstrucciones" (Becchi, 2005: 36). Por otra parte,
de la transmisión del mundo contemporáneo. distintos autores han reconocido las fuentes orales como centrales
Partiendo de la tesis de que la naturaleza del hombre está escindida para una historia de la subjetividad. Portelli sostiene que" la presencia
ya desde su origen y que la infancia introduce en ella la discontinuidad de la dimensión subjetiva y narrativa es más notoria y autorizada en
y la diferencia entre lenguaje y discurso, Agamben establece una rela- el discurso oral", en cuanto "todo discurso oral contiene un fin de
ción entre infancia e historia y recupera el valor del juguete y del juego
expresividad" (2005: 36).
como lugares donde captar la temporalidad (2001: 102). En el juguete En la medida en que la historia oral comparte con el psicoanálisis el
se conserva, del modelo sagrado o económico, la temporalidad huma- interés por la cuestión de la subjetividad, se han hecho diversas com-
na; el juguete tendría una relación particular con el pasado (distinta paraciones entre la reconstrucción de historias de vida y las sesiones
de la que tienen el documento o el objeto antiguo) al tergiversarlo, y psicoanalíticas. Mientras Paul Thompson alertó contra la disolución de
con el presente, al reducirlo. Se trata de significantes de la diacronía. las fronteras entre la historia oral y las intervenciones de tipo terapéu-
El juego, en cambio, opuesto al rito, tienen la capacidad de alterar el tico, Luisa Passerini se animó a profundizar en los puntos de contacto
tiempo en la medida en que "tiende a destruir la conexión entre pasa- (James, 1995). Las fronteras son lábiles en cuanto el uso de la entrevis-
do y presente, disolviendo y desmigajando toda la estructura en acon- ta transita un delicado equilibrio entre las preguntas del investigador
tecimientos" (2001: 107). El juguete no sería solo depósito del pasado, y la memoria fugaz del entrevistado. Desde el punto de vista de la
lugar de huellas que se actualizan y de recuperación de la experiencia reconstrucción de la memoria de la infancia, ello requiere considerar
de un tiempo perdido en el sentido planteado por Benjamin, sino la importancia de la asociación libre, en detrimento de forzar el recuer-
portador de una historicidad que permitiría un juego entre pasado, do voluntario, Y valorizar el silencio, que también se asocia al espacio
presente y futuro. analítico. Fraser sostiene sobre este punto que mientras la escucha
La memoria de la infancia, entonces, se piensa a partir de Benjamin psicoanalítica se caracteriza por la "atención en suspensión libre", la
desde el mecanismo fugaz de la reminiscencia, pero también desde la
del historiador oral es la "escucha plenamente alerta" (1991).
reactivación del pasado que los objetos de la infancia habilitan. Una Otro punto interesante para tener en cuenta en la investigación
historia del juguete, entonces, decantaría nuevos relatos del pasado. histórica se refiere a las imágenes, a la predominancia de la memoria
Pero, desde Agamben, esos relatos se configuran a partir del reco- visual de la infancia señalada por Freud. La recuperación de esas imá-
nocimiento de las temporalidades que los objetos transmiten en un genes de la infancia a través de los testimonios orales requiere atender
tiempo nuevo. tanto a las reminiscencias como al recuerdo deliberado en el transcur-
so de la entrevista. Si la atención flotante y el silencio parecerían invitar
a las reminiscencias, a convocar los fugaces recuerdos de la infancia,
la memoria de la infancia en la historia oral y en la las fotografías de la niñez pueden ser un insumo valioso para la cons-
literatura trucción voluntaria del recuerdo;? pueden disparar distintas formas de

En el campo de la historia, los estudios de historia oral consti-


tuyen una primera zona fértil para la reconstrucción de la memoria
7. "La facultad de la memoria condujo a los hombres a preguntarse si, al igual que ellos
de la infancia. Como ha señalado Schwarzstein, la historia oral "es podian preservar del olvido ciertos acontecimientos, no habría otros ojos observando Y
un instrumento privilegiado para hacer la historia de las mujeres, la registrando unos acontecimientos que de no ser por ellos quedarían sin atestiguar" (Berger,

vida familiar, los niños, áreas donde se esconden algunas claves de 1998: 73).

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historización. 8 Por otra parte, la incidencia del consumo visual en la novelas infantiles y crónicas periodísticas, donde las historias infantiles
niñez contemporánea, por el contacto diario con pantallas, es también se cuelan así entre el testimonio y la ficción.
un fenómeno que se debe tener en cuenta para indagar el imaginario Mientras que desde la historia de la infancia algunos autores
visual de una generación infantil y su inscripción en la memoria. plantean que frente a la literatura hay que" aumentar la prudencia ya
En la medida en que la memoria de la infancia está atravesada que la fuerza creativa de la narración, su juego con los elementos de
por procesos de elaboración colectiva, se hace necesario considerar la realidad, los recuerdos, las esperas no pueden redimir los silencios
y explorar las mediaciones de los relatos de otros, las versiones de de aquel imposible sujeto mudo que es el niño, sino que contribuyen
"otros" (adultos) sobre la infancia del entrevistado. La reconstrucción a enmascararlo intencionadamente" (Becchi, 2005: 28), desde la
de la memoria de la infancia se asienta en una diversidad de memorias crítica literaria se sostiene que "el niño (su niñez) es antes sujeto de
y trabajar con distinto tipo de relatos puede permitir una interpreta- una estética que objeto de la razón" (Alvarado y Guido, 1993: 6) y
ción más compleja, reconstruyendo las marcas de discursos (profesio- constituye, por lo tanto, una vía para la exploración de zonas veladas
nales, familiares, generacionales) que interactúan con y modulan la no reconocidas en otras fuentes. La literatura es una medición sensi-
experiencia de los niños en una época determinada. 9
ble que permite recrear aquello que no puede ser dicho y sobre todo
En el campo de los estudios literarios, la indagación de las figuras registrado.
de la infancia en los relatos de ficción, en la literatura autobiográfica Los textos que se inscriben dentro del género autobiográfico cons-
y en la poesía resulta un tópico privilegiado. Como se ha señalado, tituyen un corpus privilegiado para la exploración de la memoria de
"en el ámbito cultural, la niñez se considera como un momento privi- la infancia. En ellos las imágenes, las reminiscencias, las elaboraciones
legiado de la existencia. Toda autobiografía comienza con esa etapa y reelaboraciones del recuerdo irrumpen con su valor testimonial y
y se detiene en ella. Ya que el niño se ha convertido en persona, la también ficcional. Dentro del género, suelen distinguirse los diarios,
niñez pasa a ser la edad fundante de la vida. Al mismo tiempo, la las memorias, los ensayos, los cuadernos, las novelas. En todos los
novela denominada 'de aprendizaje' relata la infancia y la juventud del casos, la memoria de la infancia se fabrica en la escritura adulta,
héroe" (Pasternac, 1996: 31).
produciéndose una particular apropiación del pasado. Como señala
La dimensión mítica de la memoria de la infancia requiere con- Molloy, "la autobiografía es siempre una re-presentación, esto es, un
siderar el elemento ficcional en las interpretaciones sobre el pasado contar de nuevo, ya que la 'vida' a la cual supuestamente remite es,
infantil y debe inscribirse en forma más amplia en el borramiento de ya de por sí, una fabricación narrativa: la historia de mi vida no existe
los umbrales entre testimonio y ficción, propio de la presencia de lo si no la cuento" (1994: 13). O en otras palabras, "para producir un
biográfico en la sociedad contemporánea y en el hecho de que tanto buen texto hay que fabular(se)" (Orbe, 1994: 9-10). En este caso se
la narrativa histórica como la literatura comparten procedimientos de trata de fabular(se) niño nuevamente.
ficcionalización variando la naturaleza de los hechos involucrados y el
tratamiento de las fuentes y el archivo (Arfuch, 2002). Ese borramien-
to atraviesa las representaciones sobre la infancia en noticieros, tele- La memoria de la infancia en la literatura autobiográfica:
Norah Lange y Arturo Jauretche en la Argentina del primer
8. Gabriela Diker y Graciela Frigerio (2009) argumentan que la rememoración no es la única
centenario
vía, sino que las imágenes fotográficas pueden propiciar distintas formas de historización de
la infancia.
Dentro del género autobiográfico, Miraux (2005) distingue los
9. Sin embargo, algunos autores señalan que" aquí también la voz del niño resulta estar
mediatizada, teóricamente él es su dueño, pero de hecho son los adultos quienes la manipu- ensayos de los cuadernos: los primeros se caracterizan por confrontar
lan" (Becchi, 2005: 27).
un cierto número de experiencias que invitan a las conclusiones del

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lector y los segundos, más que relatos de vida, tratan de episodios de (2005: 10). Visibilidad que logra a partir de la buena recepción de
la existencia para extraer ciertos preceptos. Cuadernos de infancia, que no habían tenido sus dos novelas anterio-
Cuadernos de infancia (1937), de Norah Lange, puede ser cali- res. 10 Arturo Jauretche publica su libro en 1972, con 71 años, en la
ficado como un cuaderno, como su título lo indica, aunque no es etapa final de su trayectoria política e intelectual, cuando es por aquel
posible extraer preceptos de los episodios que la autora narra en su entonces la figura visible de un tipo de pensamiento sobre la cultura
libro. Molloy lo inscribe en el relato autobiográfico de infancia, pero argentina, que, al transmitirlo, inaugura una tradición y a sus herede-
con algunas diferencias: la narración está suspendida en "una intem- ros. Se trata de memorias incompletas, porque prometió escribir dos
poralidad desconcertante" por la falta de fechas e hitos temporales volúmenes más "correspondientes a sucesivas etapas de mi vida de
y de sucesos fuera del circuito familiar, y se trataría de una colección espectador entrometido".
de fragmentos dispersos en la que se pone en juego un "autorretrato Si bien son obras con aspiraciones diferentes, en el primer caso
excéntrico" (2005: 21). Aunque carece de fechas e hitos temporales literaria y en el segundo de recuperación histórica, ambas pueden ser
(menciona sin embargo la guerra de 1914), traza una cronología de leídas en espejo, pues trazan miradas sobre la infancia, sobre las expe-
las distintas edades desde las que narra. riencias de los niños en la primera década del siglo XX.
Por su parte, De memoria. Pantalones cortos (1972), de Arturo Las metáforas de los sentidos se reiteran en ambos textos para
Jauretche, puede ser calificado de ensayo autobiográfico, hecho a aludir al modo de acercamiento a un tiempo lejano, atravesado por
pedido de "jóvenes deseosos" de conocer el pasado cercano de una la memoria y el olvido, pero también por lo extraño, lo prohibido,
manera viva. El autor sostiene en la introducción del libro que no se lo desconocido. Molloy alude al "yo voyeur" de Lange ll que, como
trataría de memorias, a las que asocia con autobiografías de personas "observadora apasionada más que protagonista", escribía "como
importantes, para postular en cambio que serían recuerdos para ser una cámara móvil que capta todo" (2005: 18), desplazándose en el
leídos por el hombre común. El primer gesto entonces es marcar la espacio paradigmático de la casa familiar, en un adentro. Jauretche se
diferencia con los Testimonios de Victoria Ocampo, cuyo idioma del autopresenta como un "espectador entrometido", pero que además
país estaría "dilapidado en cosas de afuera": el idioma de Jauretche, de ver, escucha todo, reconstruye el pasado "oyendo" (1986: 55),
por el contrario, se detiene en las" cosas de adentro", de allí el peso porque "oí de la boca de los pobres" (1986: 146), y esa memoria
que adquiere la tradición oral. Según el autor, no aspira a que sea "la oral que reivindica como válida para la memoria histórica, y sobre la
verdad", porque sus memorias están permeadas por la nostalgia y la que insiste a lo largo de todo el texto, se fue formando en el amplio
imaginación, prefiriendo la "sugestión un poco indeterminada de los espacio del pueblo y de sus alrededores, en un afuera.
hechos". Al mismo tiempo el narrador se dirige al lector para contarle La memoria de la infancia se detiene en múltiples tópicos (los vín-
algo sobre el pasado y para deslizar reflexiones. culos familiares, los juegos, los animales, los rincones de la casa, los
Se trata de memorias de escritores que toman como referentes paisajes); sin embargo, nos interesa detenernos en los relatos sobre
experiencias infantiles que transcurren en las primeras décadas del la educación y los aprendizajes infantiles, y sobre las percepciones de
siglo xx. Sin embargo, ese tiempo de infancia, caracterizado por nota- las diferencias sociales con otros niños y adultos, como una vía para
bles diferencias entre el campo y la ciudad, entre las clases sociales, comprender la sociedad de principios del siglo XX y la ubicación de
entre el mundo cercano del siglo XIX y los nuevos fenómenos del los narradores. Si la infancia no tiene comienzo, más que el primer
incipiente siglo xx, es narrado en distintos períodos históricos. Norah
Lange publica su obra en el año 1937, con apenas 32 años, en plena
búsqueda de reconocimiento literario, de una visibilidad que Molloy 1O. La obra recibe, apenas publicada, el Premio Municipal y el tercer Premio Nacional.
11. "Desde muy pequeña me gustaba mirar con mucho detenimiento a la gente. A los seis
describe como "la necesidad de crear imagen en la artista mujer" años esta ya era una costumbre arraigada en mí" (2005: 387).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA MEMORIA DE LA INFANCIA

recuerdo que inicia el relato, el final se materializa en cambio en una de edad, y desde las cuales se mira el mundo: el escritorio del padre,
acción o en un ritual: el corte de pelo en la niña inquieta que fue de poco acceso y que provoca cohibición; el cuarto de costura de la
Norah Lange o el abandono del pantalón corto en el niño precoz madre, acogedor con "la luz que conviene a los niños", y la hermana
Arturo Jauretche. mayor Irene, una ventana misteriosa que provoca a la vez admiración
y miedo, no fijada a un espacio, sino moviéndose entre distintos
ámbitos. Además de esas ventanas-personajes familiares, que trasun-
la niña inquieta y la educación familiar tan roles, climas, responsabilidades y sensibilidades, distintas escenas
se abren en episodios donde participan sus hermanos, la niñera, la
Cuadernos de infancia se inicia con el viaje familiar de Buenos institutriz, pero también los trabajadores del lugar (cocinera, cochero,
Aires a Mendoza; la segunda parte del relato transcurre en Buenos peones, mendiga, entre otros).
Aires, en la casa de la calle Tronador, en el barrio de Belgrano, viaje Nos interesa detenernos en aquellos relatos que refieren a la edu-
de retorno luego de la muerte del padre. 12 Un texto autobiográfico cación, a los aprendizajes y a la mirada sobre esas otras escenas en
escrito a los 20 años ofrece algunos elementos para comprender ese las que las diferencias sociales se tornan un enigma. En Cuadernos de
itinerario entre los 4 y los 10 años. 13 La narración de la primera etapa infancia, la educación de la/s niña/s no está librada al azar, sino que
de la infancia se despliega entonces en la casa familiar que se estaba es responsabilidad de la institutriz inglesa 15 durante la estancia en
terminando de construir en la provincia de Mendoza y que habitará el Mendoza, como se estilaba en las familias ricas:
grupo familiar conformado por los padres, las cinco hermanas mujeres
y el hermano menor, pero que también incluirá a la niñera y a la ins- Diariamente Miss Whiteside nos reunía en el cuarto donde nos
titutriz inglesa Miss Whiteside. La segunda etapa de la infancia hasta daba clase, para proseguir los cursos de inglés, geografía, historia
su fin transcurrirá en la casa de la calle Tronador. Se inaugura con la y religión, Mis hermanas estudiaban concienzudamente. Susana y
muerte del padre y más tarde de su hermano mayor, y se caracteriza yo comenzamos más tarde, y aún recuerdo el libro de Manet, en
por las privaciones económicas que comienza a acechar el bienestar el cual leí las primeras cosas. De la Argentina sabíamos muy poco
familiar y por el ingreso a la escuela normal. (Lange, 2005: 397).
La narradora sitúa en uno de los primeros relatos las "tres ventanas
que dan sobre mi niñez", 14 que trasuntan las posiciones de género y Molloy señala que "en Lange no hay voluntad de crear patria como
lo hay en Borges" (2005: 15). Sin embargo, en su breve autobiogra-
fía escrita a los 20 años, enunciaba "soy argentina" para marcar la
12. "Vestidas de marinera blanca llegamos, las cinco, a Mendoza. Vestidas de oscuro parti- diferencia del lugar de nacimiento respecto de su padre noruego. En
mos hacia Buenos Aires. Entre un tren de ida y otro de vuelta, el nacimiento de Esthercita, la Cuadernos, .. se revela el desconocimiento (y a la vez extrañamiento)
muerte de mi padre" (Lange, 2005: 47).
13. "Nací en Villa Mazzini, en la calle Tronador y Pampa. Soy por lo tanto argentina, esto
de la Argentina, en ese registro propio de las elites de entonces que
dicho a trueque de causar desconcierto entre ciertos noruegos generosos de nacionalidad, procedían o miraban a Europa, pero también de las primeras vanguar-
y por cuyo parrafito se descubre la ascendencia noruega. A cuatro años de mi nacimiento,
fui transportada con todos los míos a Colonia Alvear, en Mendoza, donde vivimos seis años
dias ligadas a una experiencia estética de ser ciudadanos del mundo.
ágiles y dichosos, teniendo la Cordillera como una de las únicas lejanías diarias y precisas que Ese desconocimiento era producto de la educación a cargo de una
atreven a arrimarse un poco en belleza, a los graves incendios que se ven desde Villa Mazzini. institutriz inglesa, de una transmisión que la ponía en contacto con
Cuando tenía diez años, murió mi padre, y la pena nos devolvió a la calle Pampa". Disponible
en: <vvvvw.girondo-Iange.com.ar>.
14. La figura de la ventana indica que la mirada del mundo se produce desde un adentro, que
es la familia en la escena de la casa. La figura de la ventana se reitera en una obra posterior,
Antes que muera (1944), para plantearla como el medio para frenar el grito interno. 15. "Mi padre la llamó por un año y se quedó seis entre nosotros" (Lange, 2005: 466).

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los textos del mundo a través del idioma inglés, que tornaba familiares que muera (1944).16 También el juego de contar con los dedos las sílabas
ciertos nombres y ajenos otros ("los nombres de Nelson, de Napoleón, cuando alguien hablaba desestima los significados de las frases a favor
de Wellington -rara vez de un prócer argentino-"). La institutriz no del entretenimiento o la obsesión infantil (Lange, 2005: 503-504).
solo enseñaba historia, geografía o religión, sino también teatro y En el relato sobre los años en Mendoza, se destaca la percepción
literatura. En el recuerdo de la narradora, nunca había pronunciado de otros mundos sociales ajenos al bienestar que retratan las fotogra-
una palabra dura. También la niña-narradora y sus hermanas tomaban fías familiares. En los episodios donde aparecen trabajadores, los per-
clase de francés con una Madame Lagandre, que vivía en una quinta sonajes se caracterizan por el trabajo parsimonioso en las quintas, por
de la zona. el lenguaje inadecuado en la casa familiar, por la pobreza extrema del
En la trama de la educación familiar, el "pasatiempo favorito" de la rancho, por las complicidades con los niños, siendo siempre sus desti-
narradora, a diferencia de los de sus hermanas, refiere al aprendizaje nos responsabilidad de los adultos dueños/patrones. En varios relatos
de la lengua ya la literatura: (como el del trabajador de la quinta o el de la cocinera), los trabajado-
res son despedidos por sus padres por causas que no se comprenden
Con una tijera recortaba palabras de los periódicos locales y del todo, aunque en uno de ellos los motivos se adjudican a una de
extranjeros, y las iba apilando en montoncitos. La mayor parte de sus hermanas (" Era ella la que siempre inducía a los sirvientes a que
las veces desconocía su significado, pero esto no me preocupaba se marcharan" (Lange, 2005: 442). El relato más enigmático sobre la
en lo más mínimo. Solo me atraía su aspecto tipográfico, la parte distancia social y cultural es el de la mendiga, que con un chico en
tupida o rala de las lecturas. Las palabras en mayúsculas, como brazos llega a la noche a la casa pidiendo que la dejen pasar al corral
TWILlGHT, DISCOVERY, DAGUERROTIPO, LABERINTO, THERAPEUTHIC, para curar con bosta caliente de caballo a su hijo. En esa narración
me producían, por sí mismas un entusiasmo y una satisfacción realista que describe una creencia popular para salvar al niño enfermo,
que, ahora, tendría que calificar de estética. Su calidad íntima, se traduce la extrañeza que le provocaba.
expresiva y misteriosa, las perspectivas que podría hallar detrás de Esas escenas en las que se registran otros mundos sociales hacen
algunas, no despertaban en mí el menor interés. Las recortaba, puente con el traslado a Buenos Aires. Porque entonces comienza
únicamente, para buscar en ellas esa resonancia, un poco difícil, una etapa en la que las preocupaciones económicas están presentes
de las palabras menos usuales, de las palabras que siempre me (la reducción de los almuerzos familiares, el remate de objetos de la
atrajeron más y que viven como separadas de las otras (Lange, casa). La vuelta a la casa de la calle Tronador inauguraría otra etapa
2005: 397-398). desde el punto de vista educativo, marcada por la asistencia a la
Escuela Normal, es decir, el pasaje de la educación familiar a la edu-
Ese pasatiempo refiere al aprendizaje del idioma inglés, que en la cación pública. Sin embargo, ese pasaje requería una preparación: la
apertura cosmopolita de principios del siglo xx llevaba al cultivo del len- contratación de una profesora para preparar a las niñas. El personaje
guaje por parte de los escritores de las elites. Esa" satisfacción estética" , de la profesora López -preocupado por el desconocimiento que las
esa "resonancia" de las palabras, que señala Lange, ubicaba al escritor alumnas tenían del idioma español y su enseñanza a través de pro-
en un lugar diferencial respecto de los otros. Si en la literatura "el verbios populares transmitidos mediante prácticas que ilustraban su
niño (su niñez) es antes sujeto de una estética que objeto de la razón" sabiduría- traduce nuevamente la inquietud por el idioma, por las
(Alvarado y Guido, 1993: 6), en Cuadernos ... Lange se reafirma en ese
juego que descubre el registro poético, la distancia entre los significados
y sus sonidos, los matices de las palabras, y que en la infancia la perfila 16. "No sabes -me dijo- las posibilidades que se mueven detrás de las palabras. No sabes
cómo cambia la palabra lámpara a la luz del día, delante de mucha gente, o cuando estamos
como futura escritora; aprendizaje infantil que se rememora en Antes solos, esperando. Especialmente cuando estamos solos" (Lange, 2006: 11).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA MEMORIA DE LA INFANCIA

expresiones locales, que se aprenden en una escena o "sistema peda- particular de los niños,18 la relación entre la memoria de la infancia,
gógico" nuevo que abre la puerta a otros significados. la muerte y el carácter acumulativo de la memoria,19 la relación de
El relato sobre la Escuela Normal refiere a una compañera de la memoria con los objetos,20 la activación de la memoria en el pre-
banco, Elvira Cabral, y en torno a ella se construye el contraste entre la sente. Las razones y los modos de la distancia con un tiempo lejano,
figura de la buena alumna frente a la de la niña inquieta. "Cuando nos irrecuperable.
sentábamos juntas en la Escuela Normal, a mí me dominaba siempre
el impulso de moverme, de gritar. Tú te quedabas siempre quieta en
tu gran delantal almidonado" (Lange, 2005: 501). El relato del "gran El niño precoz y el aprendizaje de los niños paisanos
delantal almidonado", que le provocaba a la vez atracción y rechazo,
resulta extraordinario: En Pantalones cortos. De memoria (1972), Jauretche retoma su
tesis acerca del dilema civilización o barbarie, para referirse en este
Tu gran delantal blanco se me acercó un poco. Prolija, limpia, texto a la oposición entre la memoria escolar y la memoria oral. La
me hacías pensar en esos costureros llenos de compartimentos enseñanza escolar habría negado una cultura descalificada como
para cada cosa. Tu gran delantal blanco almidonado, con su brillo bárbara, mientras que la memoria trasmitida oralmente permitiría
fresco, con sus tablones estirados y tranquilos, era lo que más me acceder a ella, en particular a los relatos escuchados sobre el "tiempo
atrajo en ti. Como si siempre te lo acabaras de poner, su rigidez de de los indios" y la "genealogía de la frontera". Por eso en el texto
escarcha agregaba a su blancura esa apariencia triste y forzada de la memoria de la infancia es la de un niño que "iba construyendo
las flores de cera (Lange, 2005: 502). ese pasado oyendo, mientras dormitaba, charlas como de bueyes
perdidos" (Jauretche, 1986: 55). Es una memoria que se reconstruye
La narradora identifica con justeza el artificio de esa posición de la distraídamente, vinculando los restos de cosas oídas con datos de
niña-alumna, con un delantal como un corsé ejemplar que detiene los algunos libros y documentos.
movimientos, disciplina el cuerpo e impone seriedad. A aquella alumna A diferencia de Lange, Jauretche sitúa hitos temporales, aconte-
ejemplar se oponía la niña que se sentaba en los umbrales de las casas o cimientos locales, nacionales y mundiales (los malones del siglo XIX,
que se subía al techo de la cocina para gritar palabras en distintos idiomas el festejo del primer centenario, la llegada del cometa Halley, entre
y para reírse estentóreamente. Creación del mito de la escritora rebelde otros), figuras, publicaciones de la época. Mientras recuerda su infan-
que se corre de las fronteras de las instituciones o de la casa familiar para cia, construye un relato sobre "un tiempo antiguo", admitiendo el
disfrutar de la libertad del lenguaje, del juego del arte o de la locura de papel que la imaginación juega en esa escritura. También, y en con-
la infancia que goza del sinsentido. La alusión al movimiento (de las pala- traste con Lange, cuyo relato se desvincula del paisaje, el de Jauretche
bras, de los objetos, de los cuerpos) es constante, casi como un antídoto
frente a los miedos y a la muerte, sus otros temas permanentes.
En Antes que muera, considerada una reescritura adulta de 18. "Es como si mirásemos las cosas abajo hacia arriba, alegremente al revés" (Lange,
2006: 51).
Cuadernos de infancia, Lange abunda en los mecanismos de la memo- 19. El recuerdo de la demolición de la casa familiar de Belgrano, entre otros hechos, trae
ria, para reconstruir las razones del fin de la infancia,17 la mirada un pensamiento ligado con la muerte: "Ya no tenía espacio en mí para tantos recuerdos"
y la convicción de que "la muerte ha de sobrevivir cuando estemos saturados de recuerdos.
Algunos tendrán más resistencia, más capacidad que otros" (Lange, 2006: 107).
20. Refiriéndose a sus padres, señala: "Historiados por el recuerdo, puedo describirlos sin
olvidarme de nada; ella recostada en el diván, él sentado junto a una lámpara. [ ... ] Mientras
17. Refiriéndose a sus hermanas, señala: "¿En qué momento, dilapidando gestos, con cuánta recorren los objetos del salón, hablan de cada uno, ofreciéndome pormenores que no hubiese
lágrima, se produjo la primera deserción?" (Lange, 2006: 50). advertido si no los recordaran" (Lange, 2006: 85).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA MEMORIA DE LA INFANCIA

es el de los "hijos de la pampa": la ambigüedad e inmensidad de la Afortunadamente, la escuela pública, de la que he criticado la
pampa tiñe la mirada del pasado, le da contenidos, lo invita a la narra- orientación pero sin modificar en nada la admiración que tengo
ción)1 Se trata de las memorias de un niño nacido en un pueblo de la por su obra alfabetizadora y social, nos salvó de ese peligro que
provincia de Buenos Aires, Lincoln, y desde esa localización la historia es fácilmente perceptible cuando uno se aproxima aún hoya las
se teje no en un sentido cronológico, sino temático. colonias donde la primitiva población se estableció por grupos
Entre esos temas, está el de la escuela pública, como ámbito de nacionales (Jauretche, 1986: 214).
recuerdos infantiles y también como objeto de interpretación y com-
prensión histórica. Hijo de una maestra normal, directora de una escuela En su transmisión, la escuela pública reforzó a su manera las ideas
pública, Jauretche se autorretrata como" un niño precoz", cuyos prime- vigentes de una atmósfera intelectual que formó a Jauretche, a "un
ros aprendizajes fueron con su madre, antes de la edad escolar; aunque niño presuntuoso infatuado por la vanidad de ser precoz" (1986:
desde entonces nombra a otra figura, la criolla vieja Doña Santos, que 241). Ese niño era un niño lector, con una temprana afición por la
representa el aprendizaje de otro tipo de saberes, populares. lectura, que "tuvo que desdoblarse" para establecer una diferencia
Sus recuerdos escolares modulan una estética diaria de la vida con el individualismo aprendido por vía materna y escolar. En aquellas
familiar: escenas de lectura, en la casa familiar o en la biblioteca del pueblo,
traza el inventario de las lecturas de infancia, que van desde Spencer
Las reminiscencias escolares están unidas inseparablemente a los hasta Homero y Virgilio, desde los clásicos españoles hasta las novelas
madrugones invernales y a los minutos robados en la tibieza de la de aventuras. Pero su crítica insiste en la transmisión de una historia
cama, haciendo oídos sordos a las órdenes de levantarse; también extranjera, falsificada, frente a la cual propone hacer el recorrido inver-
a la carrera desesperada -con el desayuno a medias- patinando so, que él mismo ha hecho en su madurez.
vuelta a vuelta en la escarcha y sintiendo congelarse la cara todavía Invalidada la transmisión escolar, el niño precoz y lector recupera
húmeda del chapuzón en la palangana (Jauretche, 1986: 66). en su memoria la tradición oral y los aprendizajes adquiridos por el
contacto con los" niños paisanos":
Las "reminiscencias escolares" evocan la vida cotidiana de los
niños y de la escuela, y una cadena de asociaciones permite acceder Teníamos debilidad por la compañía de paisanitos y avidez por
a recuerdos aparentemente olvidados (los sabañones provocados por aprender de la sabiduría de los ignorantes, desde la destreza en el
el frío, la batata asada para calentar las manos, las fiestas patrias, los caballo a la del lazo con las boleadoras o elementalmente, con el
trabajos manuales, las lecturas). La escuela era escenario de expe- alambre para bolear cachilas, el conocimiento de los lugares y las
riencias infantiles que se recuperan en una memoria visual, auditiva, épocas de puesta, del empolle de los pichones y de cuando están
olfativa, sensible. Se trata de una memoria subjetiva que no renuncia emplumados y a punto de volar, para robar los nidos con prove-
a la lectura cultural y política. Hay en este sentido una ambivalencia cho: de los animalitos que se escondían en las cuevas y las aves que
en la interpretación del papel cumplido por la escuela pública, que se volaban sobre nuestras cabezas y las particularidades geográficas
mueve entre la descalificación de la enseñanza liberal y la valorización locales que no figuraban para nada en la enseñanza (Jauretche,
del freno impuesto culturalmente a la extranjerización: 1986: 249).

Considerados portadores de una "sabiduría prohibida", esos niños


21. "Yo experimentaba sensaciones contradictorias que se alternaban, pues por momentos
paisanos eran para el autor distintos a los niños de pueblo como él,
me parecía dominar el espacio, por momentos sentirme chiquito, prisionero de la distancia,
que me ceñía como una cárcel paradojal" (Jauretche, 1986: 81). porque "iniciaban el duro aprendizaje de la vida pialando gallinas"

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
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......................................................................

(1986: 188), en la serie interminable de trabajos en las estancias. La me sacara el guardapolvo, me desnudase de un ropaje que era
vida de los boyeritos comprendía exigidas tareas que Jauretche enu- como una arquitectura que dificultaba el contacto con el mundo
mera con detalle y dice no admirar, recordando que cuando llegaban concreto (Jauretche, 1986: 258).
a la escuela se dormían en los pupitres y las maestras comprendían
la situación. Las memorias sobre el trabajo infantil se destacan, como La identificación infantil en el pasado con el niño paisano, con la
contracara de sus recuerdos personales: cultura paisana, se torna argumento explicativo para las posiciones
políticas del adulto. 22 Las huellas de la infancia en la política adulta, el
Así como el recuerdo de los sabañones -que anda por otras pági- trasfondo vivido de la palabra pública y de los ensayos de Jauretche.
nas- me resulta inseparable del invierno, le es también inseparable "Sacarse el guardapolvo" era despojarse tanto de la transmisión fami-
el de las manos tajeadas e hinchadas de los chicos que volvían de liar como de la transmisión liberal de la historia, que habían negado
la "junta". [ ... ] Yo veía estas cosas como chiquilín y me interesaba esas otras culturas infantiles admiradas profundamente por él de
lo que se refería a mis amiguitos paisanos, porque a los grandes niño.
los miraba como fuertes y creía que estas cosas no les dolían
(Jauretche, 1986: 195).
La memoria infantil del peronismo en la literatura reciente
Esos paisanos adultos y niños eran objeto de admiración y de
consideración, con un registro de la distancia social existente. Estaba Si las memorias de infancia sobre las primeras décadas del siglo
fascinado con los saberes que esos niños poseían, una sabiduría silen- xx insisten en plantear como enigma o sensibilidad la distancia o el
ciosa, una cultura descalificada por la escuela. El dilema civilización- acercamiento de los narradores a otros sectores sociales, personifi-
barbarie volvía a ser explicado en Pantalones cortos... en clave del cados en niños y adultos trabajadores, las memorias de infancia de
dilema entre nosotros (gringos y criollos) y ellos, entre los cultos y los los años cuarenta y cincuenta hacen pie en el impacto de la política.
portadores de otro tipo de cultura, entre una "cultura a pelo" (iden- Nos interesa detenernos brevemente en algunos fragmentos de esas
tificada con el guardapolvo escolar) y una "a contrapelo" (secreta). memorias ficcionalizadas, en cuanto los recuerdos infantiles también
Entre esas oposiciones, la memoria de la infancia se dirime y conlleva evocan la vida política.
para Jauretche un "conflicto íntimo", la intuición de una diferencia y Es posible acercarse a la vida cotidiana infantil en períodos históri-
de una sensibilidad hacia los otros (pobres), construida en la infancia e cos convulsionados desde el punto de vista político o, en su reverso,
intelectualizada e historizada en el presente. El autor afirma que en él a la historia política desde la mirada infantil. Los textos (ficciones o
"ganó la cultura paisana", en esa "doble personalidad de mi infancia" memorias) sobre el primer peronismo reconstruyen las paradojas de
(Jauretche, 1986: 255-256). Ese "niño mimado" había logrado en la la experiencia de los niños, destacándose la mirada de los líderes
adolescencia evitar la presión cultural de su medio: políticos, las imágenes sobre la escena pública, los alcances de las
políticas de distribución social, el atravesamiento de la política en las
Esa es la única explicación que tengo para la posición ideológica y discusiones familiares y en la vida en los barrios. Los textos sobre la
política que adopté antes de la adolescencia y cargado con la cual segunda experiencia del peronismo en los años setenta revelan las
entré a la vida política, tal vez un poco empujado por la filiación
política de mi casa. Pero pienso que el otro, el lagunero, el de las
22. Podemos vincular esta tesis con la que plantearon Altamirano y Sarlo respecto de la
rabonas, sobre todo el amigo de los paisanitos quedó latente en biografía de Sarmiento: "Podría decirse que Sarmiento hace de su biografía un fragmento
mí. Estuvo esperando con su realismo, con su humildad, a que yo significativo de la historia nacional" (1983: 172)

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
LA MEMORIA DE LA INFANCIA

miradas sobre la conflictividad política de la época desde la perspecti- En este fragmento de recuerdos, interesa destacar la asociación
va de niños hijos de militantes, descentrando las lecturas ideológicas entre un hecho mundial (la Segunda Guerra Mundial) y un fenómeno
del período y abriendo nuevos puntos de vista sobre el pasado,23 nacional (la llamada Revolución de 1943).26 Irrumpe así en la memoria
textos que evocan literariamente los conflictos existentes entonces en infantil el nombre de la política (Perón), palabra que asumiría una reso-
el plano de la crianza de los hijos, sobre los que se había aludido en nancia particular en los años siguientes. La memoria de la infancia es
testimonios de mujeres militantes.24 también una primera sensación corporal de la política, que se modula
Los textos autobiográficos existentes sobre el primer peronismo entre el temor social transmitido por la madre y el desconocimiento
conforman un corpus heterogéneo. Se trata en algunos casos de de la niña. Se trata de la memoria de las clases acomodadas, con
textos literarios y en otros de recuerdos de infancia en el marco de capacidad de vincular o asociar acontecimientos mundiales y locales,
biografías o autobiografías,25 cuyos portavoces escriben sobre los en un relato que traza las percepciones familiares sobre el nazismo y
recuerdos infantiles interpretando en forma favorable o crítica el la cultura judía en un clima de época.
fenómeno del peronismo en el poder. La memoria de la infancia es un Otro texto, El tilo (2003), de César Aira, también trae la memoria
recurso para enunciar posiciones políticas sobre el pasado, elaboradas del peronismo, la evocación de una palabra política prohibida en 1955
en la adultez, y en algunos casos para abrir el juego a percepciones por la Revolución Libertadora:
infantiles difíciles de encorsetar en clasificaciones políticas.
Sylvia Molloy, especialista en literatura autobiográfica, recupera en Mis padres no la pronunciaron nunca. Nadie la pronunció y yo me
su texto Varia imaginación (2003) sus recuerdos sobre los años cua- pregunto cómo supe que esa palabra existía. Evidentemente la
renta, que se enlazan con los de Norah Lange ya que, en Cuadernos ... , había oído mucho durante mis primeros seis años de vida, y después
se evoca una escena similar sobre la guerra de 1914: su anulación (yo tampoco la pronuncié, ni siquiera en el pensamien-
to) la puso en un lugar especial. Tan completa fue esta anulación
Los recuerdos de los años cuarenta, de los comienzos de los años que recuerdo perfectamente la primera vez que la oí, muchos años
cuarenta, asaltan a veces con la fuerza de los miedos mal resuel- después, cuando estaba terminando la primaria: una chica, una
tos, esos que dejan una marca en el cuerpo, como un temblor. A compañera de la escuela, dijo" Perón" ... Sentí como si se abriera un
la inseguridad general propia de la infancia, se agrega otra, difícil abismo, en el que se precipitaba toda mi vida (Aira, 2003: 20).
de definir. Había una guerra, en Europa. [ ... ] Recuerdo que el 4
de junio de 1943 mi madre me fue a retirar del colegio, no me Nuevamente la palabra política, el significante "Perón" y su pro-
dejó jugar en el jardín, me hizo entrar, a pesar de que había un hibición se registran en la memoria infantil para irrumpir en la voz de
sol radiante. Miraba al cielo, como buscando aviones, mientras me un niño. En el recuerdo infantil ficcionalizado, se intuye la resonancia
empujaba apurada hacia la puerta de casa. Pensé que nos estaban política de una palabra "prohibida por decreto" que desencadena
por bombardear, como en Europa. Oí por primera vez el nombre vivencias de los primeros años de vida, cuando esa palabra estaba
de Perón (Molloy, 2003: 24). asociada a cierta felicidad familiar.
La memoria de la infancia es un camino para acceder a la historia
social del peronismo porque permite identificar las huellas en la vida
23. Véase de Alcoba, Laura, La casa de los conejos, Buenos Aires, Edhasa, 2008.
24. Véase Diana, Marta, Mujeres guerrilleras. La militancia de los setenta en el testimonio de
sus protagonistas femeninas, Buenos Aires, Planeta, 1996.
25. Entre otros, cabe mencionar la novela de Tununa Mercado La madriguera; de Osvaldo 26. En la Revolución de 1943, asume como presidente el militar Arturo Rawson y luego lo
Soriano, Cuentos de los años felices, de Manuel Puig, La traición de Rita Hayworth, y de sucede Pedro Ramírez. Juan Domingo Perón fue nombrado primero jefe del Estado Mayor del
Graciela Beatriz Cabal, Secretos de familia.
Ejército y luego ministro de Guerra.

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cotidiana y en la sensibilidad del niño de las políticas públicas y de _ (1989b), "Experiencia y pobreza", en Discursos interrumpidos 1.
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50 51
N
O
---l

~<t
U
Las imágenes de Juanito Laguna evocan una experiencia de infan-
cia, pero a la vez son la vía de entrada para la comprensión de un tiem-
po histórico, imágenes inseparables de la biografía de Antonio Berni
en la que tanto el surrealismo como el nuevo realismo dejaron huellas.
Desde una perspectiva de historia de la infancia -que con la historia
del arte comparte el hecho de haber sido reconocida tardíamente-,l
nos interesa interrogar qué comunica una obra de arte acerca de la
infancia de una época, qué representación de la infancia se juega allí
que desborda los corsés propios de otras fuentes de análisis.
Philippe Aries inauguró un análisis de las representaciones de la
infancia en las obras de arte en su clásico texto El niño y la vida familiar
en el Antiguo Régimen. La tesis de Aries planteaba que "el descubri-
miento de la infancia comienza en el siglo XVIII, y podemos seguir sus
pasos en la historia del arte y en la iconografía durante los siglos XV y
XVI. No obstante, los testimonios se vuelven particularmente numero-
sos y significativos a fines del siglo XVI y durante el siglo XVII" (Aries,
1987: 74). Reconocía la distancia entre realidad y representación
cuando señalaba que "el historiador que examina los documentos
iconográficos tratando de encontrar de nuevo las vibraciones de la
vida que él mismo experimenta en su propia existencia se sorprende
de la escasez, al menos hasta el siglo XVI, de escenas de interior y de

1. José Burucúa sostiene que "los historiadores tout court, los que se ocuparon alternati-
varnente de la política, de la economía y de la sociedad, o incluso de otros aspectos de la
realidad cultural como el pensamiento, la ciencia y la literatura, han solido mirar por encima
del hombro y con cierta displicencia a quienes nos preguntábamos acerca del devenir de las
Una versión anterior de este texto fue publicada en Cuaderno de Pedagogía (Rosario), a. IV, artes plásticas, de la rnúsica en la Argentina e intentábarnos construir el correspondiente
n° 9 (octubre), 2001.
relato" (1999: 11).

55
LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA REPRESENTACiÓN Y NARRACiÓN DE LA INFANCIA

familia" (1987: 536). La interpretación de las representaciones idea- de arte resulta atractiva para analizar las imágenes sobre el niño, tanto
listas o realistas de la infancia y de los cambios producidos en la Edad desde el punto de vista temático como expresivo y experimental. El
Moderna en las imágenes del niño abonaron su tesis acerca de la análisis de la obra de Antonio Berni permite adentrarnos en las preo-
categoría infancia como una invención de la modernidad. cupaciones sociales y culturales entre los años cincuenta y setenta,
Algunos críticos cuestionaron la interpretación de Aries sobre considerando las mediaciones (teóricas, técnicas, estéticas, etc.) que
las representaciones del niño en las obras de arte de la Edad Media. intervienen en las representaciones de la infancia y de los niños.
Flandrin sostuvo que si bien "su análisis de las series iconográficas Desde el punto de vista temático, la obra de Berni resulta excepcio-
prueba que es posible explorar dominios ante los cuales muchos his- nal porque configura una mirada de la infancia en la sociedad argenti-
toriadores se muestran escépticos", reconociéndole haber tenido en na del siglo xx. Pero, en particular, porque construye una mirada de la
cuenta la naturaleza de la obra de arte al momento del análisis de la infancia popular, de ese sujeto que quedó invisibilizado por la mirada
representación de la infancia, consideraba que las representaciones homogeneizante de la pedagogía escolar, dominada por representa-
del niño en los cuadros de la Edad Media no eran indicativas de la exis- ciones de las familias burguesas en su producción gráfica. En la obra
tencia o no de la infancia, sino de un tipo de sentimiento de la época de Berni se registran los desplazamientos de la experiencia de los niños
(1981: 165). En la actualidad se sugiere ahondar en la reconstrucción de los sectores más pobres del país, situados a la vez en una nación y
histórica de un sujeto que durante mucho tiempo careció de "signo, en el mundo, una infancia puesta en relato a través de la historia de
de palabra, de comunicación", a pesar de ser mirado e interpretado un personaje, Juanito Laguna.
(Becchi, 2005: 31). Sin embargo, durante el siglo xx, el niño ha estado Que una forma de explorar la cuestión de la infancia entre los años
sobrepresentado, por lo cual se abren nuevos interrogantes. cincuenta y setenta sea a través de la biografía de Berni y su obra
Al proponernos analizar la producción plástica de Antonio Berni, plástica supone afirmarnos en una perspectiva cultural de análisis de
no pretendemos contrastar representación y realidad histórica ni la historia de la infancia en la Argentina, que no se vincula solo con
sacar conclusiones totalizadoras sobre la infancia, pero tampoco sus- el objeto elegido (la obra de arte en este caso), sino con la necesidad
cribimos el rechazo a la posibilidad de producir interpretaciones más de producir un nuevo tipo de interpretaciones que lleven adelante un
generales sobre una época desde un ángulo de lectura por definición análisis de las representaciones acerca de la infancia. Si la indagación
parcial y singular. Los debates contemporáneos sobre el concepto de los procesos de escolarización infantil -tema caro en la historiogra-
de representación (Chartier, 1999, Didi-Huberman, 2008; Lacapra, fía educativa- nos informa respecto de la mayor visibilidad social que
2008, entre otros), en particular en la producción estética, impiden un los niños adquirieron a partir del siglo XIX y del impacto de los dispo-
abordaje reduccionista de la obra pictórica y, en todo caso, la tornan sitivos escolares en la constitución de la categoría infancia durante la
invalorable. Interesa indagar esa capacidad representativa de la cultura primera mitad del siglo xx, la indagación del arte (pero también del
que ha sido descuidada en los estudios historiográficos y que permite cine, la fotografía o la literatura) puede permitirnos el acercamiento
explorar la tensión entre presencia y ausencia, las mediaciones que crítico a bienes y producciones culturales en cuanto textos que expre-
intervienen en la construcción de una relación no transparente con la san viejos y nuevos imaginarios sociales sobre la infancia, y sobre todo
realidad, pero también el papel del artista que transmite a la sociedad nuevas sensibilidades.
una visión del mundo. Comprender los avatares de la historia de la infancia en la
El objeto de arte ha sido pensado en la tradición inglesa como Argentina contemporánea requiere un enfoque integral que recupere
parte de una cultura entendida como sistema significante a través del la dimensión cultural, y que explore nuevos objetos de investigación
cual un orden social se comunica, se reproduce, se experimenta y se con nuevas preguntas. Un enfoque que indague en las miradas de
investiga (Williams, 1981: 13). Esa capacidad comunicativa de la obra otros campos (en este caso del arte) sobre categorías como la niñez y

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la infancia, recurrentemente idealizadas, poniendo en primer plano la expresar, no solo un contenido social, sino convertirse en mecanismo
sensibilidad particular del artista. En los años sesenta las mutaciones de difusión de ideas que aboguen por la anulación de la diferencia de
culturales y sociales fueron trabajadas por la pintura y el cine. Tanto los clases" (1967: 42), y señalaba que eran excelentes dibujantes o "rela-
nuevos medios técnicos como el convulsivo clima de ideas de la época tores visuales", como el caso de los muralistas. Los pintores argentinos
favorecieron una exploración inédita en el terreno de la artes visuales, vinculados con el realismo social eran considerados" artistas indepen-
en un clima cultural que parece haber oscilado entre el vanguardismo, dientes", no clasificables en una escuela particular, destacándose en
el internacionalismo y la política (Giunta, 2004). En esa trama, la obra sus obras "el logro de una auténtica fuerza expresiva, de una plástica
del pintor argentino Antonio Berni comunica la situación de los niños realmente comunicante" (1967: 31).
más pobres: su serie Juanito Laguna da forma a una representación En sus escritos, Berni señala haber creado la denominación "nuevo
de la infancia que imbrica de forma notable una experiencia infantil y realismo" en los años treinta, luego de su vuelta de Europa y de su
una época a partir de un trabajo plástico singular. contacto con las vanguardias pictóricas y con el surrealismo. En la
larga entrevista que le realizó José Viñals en 1976, recordaría que "fue
una concepción con sentido de doctrina y estaba dirigida a formular
La biografía de Antonio Berni: entre Rosario, Europa y las pautas de un arte que representara al mundo social y político"
América Latina (Berni, 1999: 76), concepción que toma forma a partir de la relación
con la crítica realidad social argentina de entonces, en la que ace-
Mucho se ha escrito sobre la biografía y la obra de Antonio Berni. chaba el desempleo y el impacto de la crisis financiera internacional.
Aquí nos interesa ahondar en las conexiones entre los procesos Ese nuevo posicionamiento frente al arte buscaba diferenciarse del
socioeconómicos y culturales en América Latina, las corrientes cultu- realismo socialista, entendido por Berni como de "un verismo vulgar"
rales y estéticas y las representaciones sobre la infancia en distintas caracterizado por una "ilustración dogmática y a la letra", pero tam-
etapas de su obra plástica. bién del surrealismo que había enfatizado "los aspectos meramente
Antonio Berni nació en Rosario, en 1905, y murió en Buenos Aires, psicológicos e individualistas" (1999: 76).
en 1981. Su biografía resulta atractiva porque atraviesa dos etapas Cuestionando la desconexión del artista de la realidad, apelaría a
de gran renovación cultural del siglo xx: las décadas del veinte y del la reposición de los sujetos y de las escenas en el cuadro, a la creación
sesenta. Si en los años veinte Berni participó como promisorio pintor de un lenguaje" más substancial" y a ubicar el "tejido de la acción"
joven en un clima de época caracterizado por la explosión de las van- (Berni, 1999) en la obra. Pero más que un gesto de imitación de la
guardias en Europa, en los sesenta se convirtió en un pintor maduro realidad social o el intento de dar supremacía al sujeto o al drama por
que dialogaba con los artistas más jóvenes y realizó un brillante aporte sobre la técnica y la plástica, en 1936 alertaba que" el nuevo realismo
a la experimentación que se estaba produciendo en la Argentina en el no es una simple retórica o una declamación sin fondo ni objetividad;
terreno de las artes plásticas. por el contrario, es el espejo sugestivo de la gran realidad espiritual,
En la historia del arte argentino, Berni es ubicado como un expo- social, política y económica de nuestro siglo" (1999: 82). De esta
nente del realismo crítico o realismo social, que incluyó, entre otras época se destaca su adhesión al socialismo y su pertenencia durante
figuras, a Spilimbergo, Urruchúa, Policastro y Castagnino. Distintos crí- un tiempo al Partido Comunista, y la formación en Rosario del grupo
ticos (Collazo, 1982; López Anaya, 1998) remarcan el carácter de arte "Plásticos de vanguardia".
político, la nueva relación entre el artista y el público y la propuesta Berni consideró entonces que el muralismo mexicano podía ser
plástica humanista. En 1967 Aldo Pellegrini definía el realismo social calificado como una expresión del nuevo realismo. Recordemos la pre-
como "aquellos artistas que creen en el arte como posibilidad de sencia de David Alfaro Siqueiros en la Argentina en 1933 y la colabo-

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ración de Berni en la realización del mural de la residencia de Natalio tacados del surrealismo. Recordemos que el surrealismo admiró la
Botana, director del diario Crítica. 2 Sin embargo, entre Siqueiros y expresión infantil, según señala Ibarlucía en su estudio introductorio
Berni había diferencias: mientras Siqueiros consideraba que el mura- al libro de Aragon Una ola de sueños, primer manifiesto surrealista
lismo era la única posibilidad para un arte revolucionario en la socie- publicado en 1924, cuyo autor había asociado el genio poético de la
dad burguesa, para Berni la pintura social podía expresarse por otros infancia con los cambios en la estructura de la percepción registrados
medios (López Anaya, 1998: 168). Por otra parte, el pintor argentino por el cine (2004: 24-25). Pero también, según Ibarlucía, el surrealismo
cuestionó los cánones rígidos del realismo socialista, sellado por la en Aragon equivalía a realismo o materialismo trascendental, a una
teoría gnoseológica del reflejo, por la idea de no neutralidad del arte y superación del idealismo. La "luz surrealista" que Aragon describe en
por una estética marxista-leninista en la que el arte y la literatura eran las imágenes de la ciudad de París, en la obra de Berni recorre las esce-
caracterizados como una de las formas que adoptaba la conciencia nas de la infancia argentina y latinoamericana, con su componente de
social y que reflejaba la lucha de clases (Crespo, 1999). A esta etapa realidad, pero también de imaginación infantil.
pertenecen obras como Manifestación (1934) y Desocupados (1934), Durante los años cuarenta, gracias a una beca otorgada por la
que dan cuenta de la miseria de la época y de las movilizaciones colec- Comisión Nacional de Cultura, Berni viajó por América Latina, con lo
tivas que caracterizaron el período de entreguerras. cual las obras del período denotan su interés por las culturas ameri-
Las diferencias de Berni pueden vincularse con sus interpretacio- canas y la valoración de la producción artesanal de los pueblos nati-
nes sobre el surrealismo, con el que había tomado contacto en París vos. Para entonces, Berni se acercó al barroco americano, que luego
en los años veinte. Si bien había cuestionado la desviación reaccio- dejará huellas en sus óleos y grabados. Según Collazo, "estos serán
nariaque representaba una figura como Salvador Dalí, en escritos los elementos que componen su inserción en el contexto americano,
de 1938 Berni valoraba del surrealismo el fondo emotivo que había asumiendo un pasado histórico aún vigente, al que quiso darle una
inyectado al arte, la apertura del campo de exploración de la sen- mayor contemporaneidad nacional" (1982: 5). Ese contacto con
sibilidad y la ligazón entre el mundo de las ideas y la acción social la realidad socioeconómica y plástica de países como Bolivia, Perú,
(1999: 84). En 1976 recordaría que "primero me interesó Freud, Colombia, y más tarde el norte argentino, introdujo una dimensión
así que cuando yo leí la literatura marxista, ya había leído a Freud. histórica específica y anticipó la composición de su personaje infantil
A otros les pasa o les pasó a la inversa. El orden de prelación tiene más latinoamericano, Juanito Laguna.
alguna importancia para entender las cosas" (1999: 33-49), recuer- El viaje por el interior del país y por América Latina era algo habi-
do que indica la valoración de las dimensiones de la subjetividad en tual entre otros pintores de la época, como Lino Spilimbergo, Enrique
la representación plástica) Policastro o Ramón Gómez Cornet. Al igual que Berni, estos pintores
Berni mantuvo una amistad con el poeta francés Louis Aragon, retrataron niños, familias y paisajes, que conformaban en los años
quien fue, junto con André Breton, uno de los referentes más des- cincuenta una trama densa de imágenes sobre la realidad argentina y
nuevas miradas sobre la pobreza, el desamparo y la humanidad, en un
sentido a la vez universal y localizado. Las obras de Policastro Santiago
2. David Siqueiros fue invitado por Victoria acampo para dictar unas conferencias, que final-
del Estero (1953), La Rioja (1956) y Hermanas (1956) muestran figuras
mente fueron suspendidas. Dirigió el mural realizado en la residencia de Natalio Botana, titu-
lado Ejercicio plástico. Son representativos del impacto de la obra de los muralistas mexicanos de niños y se inscriben en una misma preocupación.
los murales de las Galerías Pacífico, realizados en 1946 por Enea Spilimbergo, Antonio Berni, Para los años cincuenta, Berni concibe el nuevo realismo como "un
Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro, quienes habían conformado
el "Taller arte mural". determinado concepto estético y un profundo y determinado tipo de
3. "El Nuevo Realismo observa el mundo subjetivamente, especulativamente, con sus propias humanismo" (1999: 91). Ese humanismo debía ser representativo,
ideas y sentimientos, vale decir, con los conceptos de un hombre sensible, viviendo en un
período de transformaciones trascendentes en todos los órdenes" (Berni, 1999: 88). realista, figurativo, y se detenía en el drama de los pueblos latinoame-

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ricanos. El humanismo marxista era el telón de fondo, pero también Si pensamos en los derroteros de las escuelas históricas, en ese
la creciente conciencia de la situación de América Latina en relación entonces se había producido la declinación de la narración histórica
con el colonialismo y el imperialismo. La sensibilidad del artista por la de los acontecimientos a favor del análisis de las estructuras; el rena-
situación de otros sectores sociales marcaría a fuego los debates de cimiento de la narración (a través del auge de la micronarración, la
esa época y de las siguientes. narración hacia atrás y los relatos que se mueven entre lo público y lo
privado y se presentan desde distintos puntos de vista) es en todo caso
un fenómeno reciente (Burke, 1996). En la pintura de Berni, en una
La narración de la sociedad argentina de los años cincuenta etapa de plena expansión del marxismo y del estructuralismo en distin-
y la emergencia de Juanito Laguna tas disciplinas, se anticipa la narración a través del relato de escenas de
la vida cotidiana de un niño pobre, dotadas de una nueva significación
Entre 1952 Y 1957, en las obras de Antonio Berni comenzaron a social y de una poética. De allí el argumento de Berni de que" Juanito
estar presentes las visiones de los barrios pobres de la Capital Federal y y Ramona me sirven de pretexto para narrar ciertas cosas y facetas de
del Gran Buenos Aires. Esta presencia se vincula con el impacto de los la vida social y humana de las grandes ciudades" (1999: 63).
cambios sociales que se estaban produciendo a partir de la conforma- Su pintura introduce la historia de los personajes atravesados por el
ción de las villas miseria. Bernardo Verbitsky, amigo personal de Berni, tiempo, por los objetos y por las acciones de los hombres; esa narra-
publicaría crónicas periodísticas y la novela Villa miseria también es ción parece operar, desde una perspectiva pedagógica -perspectiva
América en 1956. Esas indagaciones etnográficas propiciaron el acerca- no ausente en los debates sobre las representaciones plásticas en la
miento del pintor a los materiales de desecho que inundaban los barrios historia del arte- como transmisión de un sentido que es comunicable.
pobres, y a los niños pobres, dando forma a una sensibilidad estética y Esa transmisión no se divorcia de los medios para realizarla, de la aspi-
política con los nuevos fenómenos sociales de la vida urbana. ración de comunicabilidad de un mensaje, y convoca a la identificación
El nacimiento del personaje se localiza en una aguada de 1956 con el personaje y con los otros, con la historia y con los contemporá-
titulada Juanito Laguna y en la presentación en 1961, en la Galería neos. Pero a diferencia del realismo socialista, que era una empresa de
Witcomb de Buenos Aires, de la muestra Bemi en el tema de Juanito transmisión ideológica, en Berni la transmisión es plástica.
Laguna, donde expone óleos, collages y grabados que relatan la his- El uso del collage colabora en esa narración, a diferencia de otros
toria del personaje infantil; en 1962 presenta en la Bienal de Venecia artistas, como Kemble, que lo utilizan en esa época como fragmento
una serie de diez collages sobre Juanito Laguna, cinco xilo-collages (Giunta, 2004: 125). En el uso de la técnica, que atraviesa distintas
de Juanito y cinco dibujos a tinta, por lo cual ganaría el premio de etapas, comienza a existir una coherencia entre la realidad material
Grabado (Rabossi, 2002). de las villas miseria de la gran ciudad, los materiales utilizados en sus
La historia de Juanito Laguna, relatada a través de las distintas obras y la presentación plástica de los personajes Juanito Laguna y
obras y de los episodios de la vida infantil, fue concebida en ese Ramona Montiel. Esta técnica asume los rasgos de la sociedad indus-
momento como pintura narrativa (Pellegrini, 1967) o figuración narra- trial en la que el consumo de productos aumenta notablemente, pero
tiva (Gassiot-Talabot, 1963). Giunta sostiene que la diferencia de Berni también su descarte. Todo un repertorio de objetos de desecho, de
con otros pintores de su época, que recurrían a la narración con colla- restos de un mundo opulento en la vida cotidiana de la pobreza,
ge, radicaba en los contenidos de la narración: mientras Felipe Noé, testimonia las desigualdades de la época en su obra, y da cuenta de
del grupo Nueva Figuración, "miró hacia el gran relato de la historia, la comprensión de la relación entre desperdicio y organización social,
Antonio Berni indagó en el mundo de los desplazados" (Giunta, 2004: evitando el culto del objeto o el virtuosismo de ensamblar cosas
207). (Gassiot-Talabot, 1963).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA REPRESENTACIÚN y NARRACIÚN DE LA INFANCIA

El trabajo con desechos fue defi n ido por Berni en 1963 como" reci- Juanito Laguna era el producto complejo del mundo contemporáneo
claje". El procedimiento con las cosas en desuso consistía en "tomarlas y tenía una identidad diferencial en una sociedad marcada por la desi-
y ordenarlas en el cuadro por su forma, color y brillo de acuerdo con gualdad. Es la experiencia de lo que Rella ha denominado como el
una estética sublimada y con una identificación temática" (1999: 62). tiempo de la caducidad s de la sociedad industrial/burguesa/opulenta,
Así asumían una nueva significación, ya planteada por el surrealismo, que permite al pintor entrever la otra temporalidad de la infancia de
que vuelve a aparecer en el debate plástico de los años cincuenta y los niños de los sectores más pobres del país, narrándola.
sesenta, y que Berni interpreta en 1976: La figura de Juanito Laguna se planteó como un niño-símbolo. En
palabras de Berni, se trataba de un arquetipo6 que explicaba la cons-
Una lata, una madera quemada, vanos y míseros, forman la mate- trucción de la figura:
ria y los colores de mi paleta, que, al transmutarse en la significa-
ción del ámbito de Juanito Laguna, logran la equivalencia (al revés) Yo a Juanito Laguna lo veo y lo siento como arquetipo que es;
de la otra transmutación de los objetos durante el metabolismo arquetipo de una realidad argentina y latinoamericana; lo siento
catabólico de su departamento de lujo o de la fábrica a la tapera como expresión de todos los Juanitos Laguna que existen. Para mí
del baldío (1999: 59). no es un individuo, una persona; es un personaje y [ ... ] en él están
En Juanito Laguna y Ramona Montiel, los dos personajes de mi fundidos muchos chicos y adolescentes que yo he conocido, que
figuración, los materiales usados para formar nuevas imágenes han sido mis amigos, con los que me he mezclado, con los que he
toman otra vida, gracias a la transmutación y alquimia de las ideas, jugado en la calle. También es una parte de mí mismo; no me iden-
impregnándose de una nueva significación social de la cual antes tifico ni puedo identificarme totalmente con él, porque yo no fui
carecían (1999: 62). un niño de las villas miseria; aunque fuera pobre en mi persona real
y concreta [es] un símbolo que yo agito para sacudir la conciencia
La idea de la transmutación, que en el surrealismo aludía a una de la gente (1999: 59).
materia mental y centralmente al sueño,4 en el Berni de los años
cincuenta era reutilizada a partir de la observación de los usos de Siempre la categoría infancia parece ser un punto de condensación
los objetos de desecho de las burguesías en los barrios populares. La de algo universal, general, global. En esa condensación pueden per-
transmutación era social en la medida en que "la basura arrojada por derse los particularismos, como en el emblema del niño de la estética
el consumo de la ciudad burguesa" constituía a la América pobre. Pero nazi, fascista o socialista. En Berni, en cambio, se funden de manera
también era una transmutación plástica, ya que en la obra esos mate- compleja elementos biográficos, locales (de Rosario, del río, de la ciu-
riales adquirían también una nueva significación, con una calidad poé- dad de Buenos Aires), específicos de la infancia como experiencia de
tica. En este sentido, los materiales de la realidad no eran utilizados con edad, y generales o globales ligados tanto al territorio latinoamericano
un gesto vanguardista, sino como testimonios (Giunta, 2004: 207). como a la cultura contemporánea.
El desecho de la sociedad industrial, burguesa, opulenta, era el que Según el propio Berni, "Juanito es un chico pobre, no un pobre
constituía a los niños pobres, a los Juanitos. No se trataba en Berni
de reeditar el emblema del niño proletario, con una sustancia de clase
ajena a las contingencias históricas y a las mezclas sociales, sino que 5. Rella hace referencia al tiempo de la caducidad o de la precariedad para aludir, entre otras
cosas, a la valorización que realiza Freud en "El Moisés de Miguel Angel" del residuo y del
"desecho de la observación para analizar cosas secretas y encubiertas, y que es en el territorio
de la literatura y del arte donde aflora el tiempo de la repetición" (1992: 111).
6. La noción de arquetipo -concepto clave en la psicología de Jung- es recurrente en muchos
4. La idea de transmutación estaba presente en la obra de Raquel Forner. artistas contemporáneos de Berni.

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chico": la pobreza del personaje infantil se presenta como una cuali- ampliamente la idea de memoria involuntaria que irrumpe, que se
dad, no como una condición esencial. El origen social de un niño no vincula con la repetición de lo reprimido y que, suponemos, encuentra
borraba, para el pintor, la singularidad de su infancia. Berni inscribe a en la pintura un canal de expresión privilegiado. Pero Berni también
Juanito Laguna dentro de un tipo de trabajo plástico, en el que se liga recurría a las fotografías, que indican un trabajo de cronista que pone
el personaje y su hábitat: en juego las imágenes de distintas épocas.
Una mirada de su obra desplegada en un corto lapso del siglo xx
Juanito Laguna forma parte de una narrativa hecha con elementos posibilita acceder a distintas escenas y relatos de la experiencia infantil
de su propio ámbito. Los materiales con los que hago mi obra no en la Argentina. No se trata de una narración homogénea, como si
los busco muy lejos de su barrio: en los baldíos, en los senderos, ordenáramos desde una perspectiva cronológica una historia única.
encuentro los cajones y las cajas vacías, las latas y los plásticos del Pero en esas escenas y relatos, y en particular en el protagonismo
rezago de la gran industria que son recuperados por esa población que asume en su obra la serie Juanito Laguna, es posible reconocer la
aledaña de inmigrados del interior argentino o de los hermanos de mirada de Berni del transcurrir de una historia social de la niñez tantas
países vecinos (1999). veces invisibilizada. Esa obra revela los contrastes sociales de la expe-
riencia infantil al mismo tiempo que reconoce sus signos comunes, la
Durante los años setenta, las pinturas de Berni comenzaron a regis- sensibilidad particular de los niños.
trar la violencia del momento, que coincidía con una etapa de aguda Desde esta perspectiva queremos analizar cómo se hacen pre-
conflictividad política y de crisis social. Inició entonces un nuevo ciclo sentes las figuras de niños, en qué escenas y relatos, en torno a qué
de pinturas y collages, entre los que se encuentran La familia del peón realidades. Sin pretender emular el abordaje que realizaría un crítico
(1975), El gran mundo (1975), Las modelos (1975) y Los hippies (1976). de arte, señalaremos ciertas cuestiones que nos sugiere la observación
A fines de 1976, se instaló en Nueva York y sus obras abordaron el tema de algunas obras.
de la gran ciudad norteamericana. Durante esos años realizó numerosas
exposiciones, y siguió reivindicando la construcción de un arte regional e
independiente en el que el hombre ocupara un lugar muy importante. Los niños en las escenas colectivas

En Manifestación (1933), el niño está ubicado entre los persona-


Una historia social de la infancia en la pintura jes que piden pan y trabajo. Sus edades están indiferenciadas, hay
hombres y mujeres, pero el niño (que parece menor de un año) está
Los niños están presentes en toda la obra de Berni, ya sea en forma situado en el centro del cuadro y es llevado en brazos de la manifes-
de retratos individuales o colectivos, de collages o grabados. En sus tación que impulsa a todos hacia adelante. Esta centralidad del niño
obras reconocemos una articulación entre la memoria de la infancia puede vincularse con el lugar que ocupaba en la confrontación entre
y sus reminiscencias, la mirada de distintas épocas del siglo xx y la fascismo y comunismo durante el período de entreguerras, y su corta
propuesta estética que se modula con diversidad de técnicas y mate- edad parece convocar la posibilidad de un mundo nuevo que una
riales. Nos acercamos a esta idea de reminiscencia a partir de algunos
testimonios sobre la personalidad de Berni,? pero recuperando más
testimonios destacan que Berni "era un rememorante" y que la idea de Proust de que "la
infancia es la patria" lo atravesaba (entrevista a Ricardo Cánepa, 1999); otros lo recuerdan
corno una persona muy habladora y como un gran observador que le gustaba caminar y
7. En sus escritos privados (Berni, 1999), se destaca su memoria de la infancia vivida. Algunos tomar apuntes (testimonio de Horacio Verbitsky, 1999).

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manifestación sugiere como fenómeno de masas. Esa representación como en La comida (1953), Migración (1954) y La familia (1957). Se
de la infancia en una escena colectiva, que traduce los postulados del hace presente la vida cotidiana de las familias de distintos sectores
nuevo realismo, incluye los signos del niño: este tiene, en su mano, sociales, sus penurias, sus dificultades, su precariedad, tornándose
un pedazo de pan. evidente el contraste con otras escenas familiares, en particular en la
También en Chacareros (1935) aparece un bebé en brazos de su representación del niño.
madre, sentado junto con un grupo de gente, en una escena colectiva Comparemos la escena familiar de Primeros pasos (1937), donde
que revela la fuerza de un reclamo social, donde están presentes los una madre está sentada tras una máquina de coser, con la mirada
signos del muralismo mexicano. perdida, mientras su hija ensaya pasos de baile vestida de bailarina.
En Desocupación o Desocupados (1934), en cambio, el sueño Hay un adentro, un ámbito privado familiar y una puerta abierta
domina a los hombres sin trabajo en una escena surreal. En el margen desde donde puede verse un fondo de pueblo. Dos mujeres, dos
derecho del cuadro, una niña duerme en los brazos de su madre, que generaciones, sueños y nostalgias de una familia con casa propia.
es la única con los ojos abiertos. También la niña dormida guarda En La familia (1947), en cambio, irrumpe otra realidad social: son
algo en su mano; pero ya no está en el centro de la escena, sino en cinco mujeres de distintas generaciones (abuela, hijas y nietas) en
su margen. un exterior miserable. No hay interior, no hay hogar, solo un fondo
de maderas, telas y chapas, la pura exterioridad; mujeres con rostros
enjutos que no revelan expresiones. La familia, cuya escena se desa-
Los niños en los retratos individuales rrolla en un suburbio de la ciudad, podría suceder narrativa mente a
Migración, en la que una familia similar abandona en un carro un
En contraste con estas escenas colectivas que comunican una pueblo del interior del país.
demanda o una situación de crisis social, los retratos individuales de
niños que se multiplican en la misma época nos muestran, como todo
retrato, el entorno más cercano del pintor. Se destacan los retratos Los niños en las escenas de juego
de las figuras de madre e hija, como en Composición (1937) y Paule
y Uly (1941). También los retratos de niñas, como Uly (1943), Retrato Los niños aparecen también en escenas de juego en distintas eta-
(1946), Pastoral (1947) y Niña con zapallo (1947), que presentan figu- pas de la obra de Berni. Se destaca una primera producción de obras,
ras infantiles caracterizadas por las cabezas inclinadas que miran hacia entre las que se encuentran La fogata de San Juan (1943); Team de
un punto de lejano, los gestos reposados del cuerpo, la ternura de fútbol o Campeones de barrio (1954); El caballito (1956); Juanito
los rostros femeninos, los detalles de las vestimentas, la presencia de remontando un barrilete (1961), yen los años setenta La gallina ciega
algún elemento (una flor, una fruta). Cierta estetización de las figuras (1973) y las ilustraciones de Los zaguanes de la siesta (1981). Las fies-
infantiles, de niñas en particular, distingue a estas figuras de las repre- tas, el juego y los juguetes constituyen una temática importante, que
sentaciones de niños pobres de décadas posteriores. indica la recuperación de elementos de la cultura popular, la importan-
cia para los niños del espacio público y la significación de los objetos
durante la infancia.
Los niños en las escenas familiares En La fogata de San Juan y en Team de fútbol o Campeones de
barrio, la calle se revela como escenario de juegos, que retrotrae a la
En los años cincuenta, comienzan a multiplicarse las obras con memoria de la infancia del pintor:
escenas de familias pobres de América Latina o del interior del país,

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Tampoco creo que yo fuese ni más callejero ni más desobediente sus cuadros desde mucho antes, entre 105 años cincuenta y sesenta
que otros chicos de mi edad. Que me gustase mucho la calle, andar expresan las problemáticas sociales de la vida en la gran ciudad, las
en barra, jugar a la pelota de trapo, al carnaval, o a las guerrillas, crecientes desigualdades del mundo contemporáneo y la reminiscen-
como jugábamos entonces, sí, por supuesto, pero yo no era un cia de la propia infancia.
caudillo ni mucho menos; me gustaba vagar como todo el mundo, Una serie de producciones refiere a Juanito y su hábitat suburba-
meterme en aventura, y, desde luego, me quedaba fuera de casa no. En obras como Juanito Laguna cazando pajaritos (1961) o Juanito
horas y horas. Entonces la ciudad no era como ahora; las barriadas pescando (1962), parece irrumpir la nostalgia de un lugar mítico de
estaban casi desiertas, pasaban carros tirados a caballo, autos no contacto con el río y con la naturaleza,8 contrastando con otros cua-
existían prácticamente y esas calles de arrabal eran como una gran dros que testimonian el peligro y la degradación de la vida infantil en
cancha, un gran campo de juegos. Se vivía en la calle, realmente las villas de las grandes ciudades. La familia de Juanito Laguna se salva
se vivía (Berni, 1999: 37). de la inundación (1961), Inundación en el barrio de Juanito (1961) e
Incendio en el barrio de Juanito (1961), muestran la precariedad y el
En la década del cincuenta, muchas de estas características de la riesgo de la vida en las villas miseria. El mundo prometido a Juanito
infancia recordadas por Berni persisten en un espacio público donde Laguna (1962) marca la desilusión frente a las promesas de cambio de
105 deportes juveniles y las fiestas barriales habilitan las mezclas socia- la etapa desarrollista, y Juanito en la laguna (1973), que nada en un
les en 105 barrios de la ciudad y en 105 pueblos. En Team de fútbol río rodeado de latas, parece alertar contra la contaminación ambiental
o Campeones de barrio, esto se registra en las variadas ropas de 105 creciente.
muchachos del equipo de fútbol, que van desde la camiseta de fútbol Esas escenas de Juanito en su hábitat son un lugar en el mundo,
al overol del pequeño obrero. En La fogata de San Juan, el espacio la medida en que las marcas de los acontecimientos internacionales
público es también lugar para el encuentro de distintas generaciones también están presentes. En el bañado del bajo Flores, Juanito Laguna
en un rito popular como las fogatas y escenario privilegiado para la es saludado por un cosmonauta. Berni señaló, en un intento de auto-
experiencia de la edad (el juego colectivo, las peleas, la formación de biografía, que había nacido con la aviación a hélice y que "en 105 días
grupos). que cumplía 5 años, el 7 de mayo de 1910, el cometa Halley pasaba
En La gallina ciega, el escenario de la calle tiene otro trasfondo: 105 por nuestro cielo como presagio de futuros y graves acontecimientos.
edificios antiguos, la fábrica y 105 desechos urbanos están muy cerca Borrosa me quedó, para siempre, la imagen de su majestuosa y bri-
de 105 jóvenes. Las telas floreadas de las muchachas incorporan al llante cola" (1999: 31). En esa relación entre lo local y el planeta, en
cuadro 105 signos estéticos de 105 años setenta. esa trama de una globalización incipiente, Berni repite la escena de
un niño y la laguna en distintos cuadros, como metáfora de esa otra
temporalidad.
El niño pobre en las escenas de Juanito Laguna En otras obras se hacen presentes las utopías sociales. En 1977
Berni cuestionó un artículo de la crítica de arte Marta Traba que cali-
Como ya señalamos, Juanito Laguna es un personaje que se ubica ficaba a sus personajes de "antihéroes", y señaló que Juanito Laguna
dentro de un relato social y político sobre la pobreza en la Argentina era el héroe "de siempre y particularmente del mundo moderno,
y más ampliamente en América Latina. La irrupción de las figuras
de niños fue un rasgo típico de la gráfica y de la publicidad de ese
período, y la preocupación por ellos se potenció luego de la Segunda
8. El río como lugar mítico de la infancia en la memoria del pintor y como lugar mítico en la
Guerra Mundial. Si bien en la obra de Berni 105 niños fueron tema de literatura argentina. Véase El río sin orillas (1991), de Juan José Saer.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA REPRESENTACiÓN Y NARRACIÓN DE LA INFANCIA

porque el heroísmo no es solo el acto gratuito, espontáneo o especta- gioso o en paredes de empresas estatales abandonadas en los últimos
cular, es también la larga lucha paciente, anónima y cotidiana dentro diez años. La obra de Berni, con toda su dimensión social, nos provee
de los avatares de la vida" (1999: 118). En ese registro de valorización de una serie de representaciones sobre la infancia que pueden ser
de la lucha cotidiana, pueden ubicarse algunas obras como La navidad analizadas para comprender los cambios de la experiencia social de la
de Juanito Laguna (1961), Las vacaciones de Juanito Laguna (1972) y niñez desde los años treinta hasta los años ochenta, acompañando los
Juanito con la moto (1972). En Las vacaciones de Juanito Laguna, una cambios de la Argentina.
familia se traslada y la noche estrellada se vuelca sobre dunas azules. La obra Juanito ciruja (1978) resulta paradigmática de la etapa
Tal vez se trate de un viaje a la costa atlántica. que se inicia en los años ochenta, cerrando un ciclo de su propia
Algunas obras traen la escena de la educación. En Juanito Laguna obra y quizás también un ciclo histórico del país. El cirujeo infantil se
aprende a leer (1961), varios niños están sentados con cuadernos profundizará a partir de la dictadura militar que se inicia en 1976 con
sobre sus piernas y una niña, de pie, parece leer en voz alta: en la el abandono del Estado social, el aumento del desempleo a partir del
escena no hay escuela ni adultos, y la lectura se aprende con los pares, gradual cierre de las grandes fábricas y el crecimiento de la pobreza.
sobre un fondo de miseria. Esta escena contrasta notoriamente con las Más que los desechos de la burguesía, reciclados en un universo popu-
de obras anteriores como Vuelta del colegio (1954) y Escuelita rural lar con ciertos atisbos de una esperanza social, el Juanito ciruja parece
(1956), en las que se hace presente la vida rural del interior del país. estar buscando un recurso para la sobrevivencia en los restos de una
En Escuelita rural se retrata a una escuela de campo donde un grupo Argentina que ha cambiado de rumbo.
de niños sentados en sus bancos está frente a un adulto (no visible
en el cuadro); en ese grupo se identifican distintos rasgos y caracte-
rísticas de la población infantil argentina y actitudes de una población Bibliografía
escolar; en el fondo del aula se ve una puerta que muestra el afuera
de la escuela: el campo, un árbol y un caballo. La escena transmite un Antonio Berni en el Museo Nacional de Bellas Artes (catálogo), 1997.
tiempo que se detiene y recupera algo perdido de la Argentina, allí se Antonio Berni. Obras gráficas, Museo de Arte Moderno de Buenos
aprende a leer en grupo, con un adulto que enseña. En Juanito apren- Aires, 1999.
de a leer, en cambio, es la realidad de la pobreza en la gran ciudad la ARAGON, Louis (2004), Una ola de sueños. Buenos Aires: Biblos.
que modula otra escena educativa, la de la villa miseria. ARIES, Philippe (1987), El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen.
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A modo de cierre BECCHI, Egle (2005), "La historia de la infancia y sus necesidades de
teoría", en La infancia en la historia: espacios y representaciones.
En este abordaje de la biografía y de la obra de Antonio Berni, San Sebastián: Espacio Universitario Erein.
intentamos ensayar nuevas interpretaciones sobre la infancia desde BENJAMIN, Walter (1986), "Sobre algunos temas en Baudelaire",
otras fuentes. La obra del pintor cuenta hoy con una alta cotización en Sobre el programa de la filosofía futura. Barcelona: Planeta
en el mercado internacional, hecho que remite a su indudable calidad DeAgostini.
plástica, pero que también indica la propia hibridación de las signifi- - (1989), Escritos. La literatura infantil, los niños y los jóvenes.
caciones sociales. Los murales de Berni o de algunos de sus contem- Buenos Aires: Nueva Visión.
poráneos se convierten en tema de la crónica periodística cuando son BERNI, Antonio (1999), Escritos y papeles privados. Buenos Aires:
redescubiertos en locales de cine devenidos en salas para el culto reli- Temas.

72 73
LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA REPRESENTACiÓN Y NARRACiÓN DE LA INFANCIA

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En países como la Argentina, la impronta cultural de la clase media
ha dejado su huella en las representaciones sobre la familia, la escuela
pública y la niñez. Podría tratarse de las huellas de un ciclo histórico
que recorre desde los años cincuenta hasta los años setenta del siglo
xx, cuando este sector se caracterizaba por las fuertes expectativas de
ascenso social mediante la educación de los hijos. Esas representacio-
nes de la clase media, en imágenes de revistas de la época, trasuntan
una idea de bienestar, progreso y armonía familiar que niega las de-
sigualdades sociales y la conflictividad propia del período.
En las últimas décadas del siglo xx, los avatares de la clase media
-en el contexto de la ampliación de la fractura social, del surgimiento
de los llamados" nuevos pobres" y del aumento flagrante de los índi-
ces de pobreza y marginalidad a partir de la crisis de 2001- han estado
en el centro del debate. El cambio producido en la estructura social
de la Argentina provoca que ese pasado cercano se torne lejano, por
lo cual resulta importante su exploración histórica para comprender el
carácter traumático de las transformaciones recientes.
Distintos autores coinciden en destacar la heterogeneidad social y
ocupacional de la clase media y, por lo tanto, de la categoría misma
(Torrado, 1992; Svampa, 2001; Wortman, 2003; Visacosky y Garguin,
2009, entre otros), clase que ha sido objeto de interpretaciones disími-
les respecto de su valor histórico y cultural. Tanto en los años sesenta,
cuando este sector adquiría una mayor visibilidad, como en las últimas
décadas, en las que se analiza su derrotero histórico, las polémicas se
ligan con las visiones sobre cuáles son los actores sociales del cambio
en la Argentina. En esa polémica, más que las explicaciones económi-
cas predominan las caracterizaciones culturales y políticas de un sec-
tor cuya identidad resulta también permeada por los rasgos de otros

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA CLASES MEDIAS Y CRIANZAS FAMILIARES

sectores sociales. En los años cincuenta, la visión de Gino Germani o, sobre otros sectores sociales, resulten vetas interesantes para indagar
en su reverso, la de Arturo Jauretche, giraron en torno al papel de las el pensamiento sobre la infancia. Desde principios de los años cincuen-
clases medias en los procesos de modernización y al rol histórico del ta hasta los primeros sesenta, los estudios de la sociología científica,
peronismo en esos procesos. las revistas de divulgación y la literatura, constituyen un material valio-
Los estudios sobre la clase media han destacado, entre otras carac- so para interrogar la modulación de visiones sociales. La expansión y
terísticas, la valorización de la educación como canal de ascenso social modernización del sistema educativo al calor de demandas sociales y
y la capacidad de consumo, ya sea como satisfacción de necesidades saberes innovadores, el auge de las llamadas "pedagogías psicológicas"
o como mecanismo de distinción social. Entre los años cincuenta y y la nueva presencia de niños y jóvenes en los discursos de la época,
setenta, la educación de los hijos resultó una zona compleja de aspi- indican la multiplicación de diferencias y distinciones, pero también
raciones privadas, pero también de pasiones públicas, que evidencia inquietudes culturales en un período en el que, según Hobsbawm, se
la complejidad del período y la heterogeneidad de las visiones y produjo "la revolución más drástica, rápida y profunda en los asuntos
posiciones de los distintos sectores de la clase media. Según Torrado, humanos de la que se tenga constancia histórica" (1998: 289).
entre 1955 y 1976 creció la clase media asalariada y en particular el
empleo urbano, ligado con la terciarización de la economía del mode-
lo desarrollista, con un visible aumento de técnicos y profesionales en La familia de clase media según la sociología de Gino
comparación con los empleados administrativos y los vendedores de Germani
comercio, con lo cual la clase media representaba el 45% de la estruc-
tura social" urbana" (1992: 415-430). A partir del primer peronismo, la conformación más nítida de los
De allí que la visibilidad cultural de esta clase media, tanto en el sectores medios, tanto desde el punto de vista económico como cul-
terreno cultural como político, explica la notable presencia en la esfera tural, marcó un cambio sustantivo en el tejido social de la Argentina.
pública de temáticas vinculadas con la familia y la crianza y educación Los procesos de industrialización y urbanización y las políticas distri-
de los niños. Las actuales indagaciones sobre los procesos de sociali- butivas crearon las condiciones para la conformación de un nuevo
zación y educación de niños y jóvenes en las clases media y alta como sector social.
resultado de la fractura social y urbana (Svampa, 2001; Arizaga, 2004; Algunos autores han estudiado las posiciones educativas de este
Del Cueto, 2007; Tiramonti y Siegler, 2009, entre otros) identifican las sector en las primeras décadas del siglo xx, aun cuando se cuestiona
aspiraciones de nuevos sectores que buscan posicionarse en el esce- cierto forzamiento del uso de la categoría clase media. Tedesco (1986)
nario de polarización social de fines del siglo xx y principios del siglo señaló el rol conservador de las clases medias en las décadas del diez
XXI, releyendo la tesis de Gino Germani acerca de la educación como y del veinte, cuando rechazaron los proyectos de educación técnica y
factor de diferenciación social. La mirada de los años cincuenta y apoyaron la continuidad del proyecto oligárquico-liberal de instrucción
sesenta permite, en cambio, incursionar en las fronteras móviles entre pública centrado en los colegios nacionales como antesala de los estu-
distintos sectores sociales, en un período que oscila entre la moderni- dios universitarios. Puiggrós discutió años después esa interpretación,
zación social y la radicalización política. al sostener que la clase media como sujeto no podía ser considerada
En la historia de la infancia, las fronteras y las diferencias entre en forma uniforme y esencial, por lo cual planteó la necesidad de
distintos sectores sociales resultan cruciales, como medio para evitar trabajar sobre las expectativas y 105 intereses de este sector social en
generalizar ciertas interpretaciones y usar las categorías de un modo cuanto "complejas posiciones de 105 sujetos sociales y no como refle-
demasiado laxo. De allí que las visiones de la clase media sobre la jos de una esencialidad clasista", mediante el estudio de las distincio-
crianza y la educación de los hijos, pero también las consideraciones nes culturales y las concepciones educacionales (1992: 20).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA CLASES MEDIAS Y CRIANZAS FAMILIARES

Estas tesis acerca del rol conservador o modernizador de la clase treinta, en la que se notaba la influencia de la educación por el mayor
media deben ser revisadas al analizar los años cincuenta y setenta. número de estudiantes de enseñanza secundaria y universitaria, y
En los discursos de los sectores medios, la cuestión de la infancia se cuyos rasgos centrales eran "la relativa falta de tradiciones y costum-
inscribió en un proyecto más amplio de ascenso social y moderniza- bres claramente fijadas", la instrucción y cultura personal, las activida-
ción cultural, pero esa inscripción no resultó homogénea. En los años des de ocio y recreación, las actitudes mentales típicas (entre otras, la
sesenta, fueron especialmente las clases medias urbanas profesionales situación de estar en ascenso) y el alto grado de movilidad social. Para
las que manifestaron su apoyo a los procesos de renovación pedagó- ello, Germani recurría a fuentes como los censos y las encuestas, pero
gica, que en una primera etapa se desplegaron en el ámbito de las reconocía que la literatura, el teatro y el periodismo proveían insumos
escuelas privadas, pero que más tarde impactarían también sobre el para estudiar su personalidad social.
campo de la educación pública (Carli, 1997). Alfredo Poviña, en su trabajo titulado "Concepto de la clase media
Hacia fines de la década del cincuenta, las organizaciones interna- y su proyección argentina", postulaba que se trataba de una clase que
cionales se interesaron por el papel de las clases medias latinoameri- "marca el nivel intelectual de nuestra sociedad" y que era portadora
canas. Los primeros estudios encargados por la Unión Panamericana 1 de un "patrón de cultura típico" (1950, 73-74). En su trabajo titulado
-entre otros, al investigador italiano Gino Germani, más tarde director "La clase media en la Argentina", Sergio Bagú proponía rechazar un
del Instituto de Sociología de la Universidad de Buenos Aires y refe- criterio exclusivamente cuantitativo y detenerse en los aspectos cul-
rente de la llamada "sociología científica"- revelaron el interés de las turales y mentales, postulando la existencia de una "psicología de la
ciencias sociales por el análisis del comportamiento de un sector social clase media". Es decir, los tres autores coincidían en caracterizar a la
que hacia 1950 se consideraba que componía más del 40% de la clase media como un sujeto cultural, en cuya constitución la educación
población argentina (Germani, 1950). Más allá de la sobrestimación o desempeñaba un papel central.
no de la cifra, nuevos contingentes engrosaron el impreciso pero bien Esta tesis acerca de la existencia de una mentalidad propia de los
real sector de las clases medias, prolongando y culminando el pro- sectores medios permite establecer algunas hipótesis. En el campo de
ceso secular de expansión, diversificación y movilidad de la sociedad la historiografía, la noción de mentalidad -central para la tercera gene-
(Romero, 1994: 214). ración de la Escuela de Annales y utilizada en una obra pionera como
La sociología científica constituye una perspectiva central para la de Philippe Aries sobre el sentimiento de infancia en el Antiguo
comprender ese nuevo sector social. La Unión Panamericana convocó Régimen publicada en 1960-2 fue más tarde objeto de críticas. Según
a Gino Germani, y también al sociólogo argentino Sergio Bagú y al Le Goff, la mentalidad se sitúa en el punto de conjunción de lo indivi-
sociólogo uruguayo Alfredo Poviña, para la realización de trabajos dual con lo colectivo, del tiempo largo y de lo cotidiano, de lo incons-
dirigidos a indagar la situación de la clase media en la Argentina y el ciente y lo intencional, de lo estructural y lo coyuntural, de lo margi-
Uruguay. Los estudios coincidieron en afirmar la existencia cultural de nal y lo general (1980: 81), y es considerada poco fértil para explicar
este sector social. Germani, en su trabajo titulado "La clase media en diferenciaciones de comportamiento en una sociedad, suprimiendo a
la Argentina, con especial referencia a sus sectores urbanos" (1950), priori la subjetividad.
sostenía la existencia de una clase media de formación reciente como Sin embargo, nos interesa retomar este énfasis de los sociólogos
resultado del proceso de industrialización y urbanización de los años en la existencia de una mentalidad de clase media y de ciertos rasgos
estables que la diferenciaban de otros sectores sociales, en cuanto

1. Recordemos que los estudios sobre la clase media en Estados Unidos fueron el modelo para
los estudios realizados en la Argentina. 2. Véase Burke (1993).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA CLASES MEDIAS Y CRIANZAS FAMILIARES
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indica una lectura de orden cultural de los cambios producidos en los América Latina se vinculaba con una hipótesis de base que plantea-
modos de crianza y educación de los niños y la recepción favorable a ba que una poderosa clase media "contribuía a la estabilidad social
la psicología y el psicoanálisis en este período, tópico en el que nos y económica" y a la "estabilización de los problemas mundiales"
detendremos luego. La clase media tenía rasgos estables como la (Bagú, 1950: 92), y se pretendía analizar la influencia de las clases en
aspiración cultural y las expectativas de cambio o progreso, pero tam- la regulación social a partir de un tipo de investigación "científica"
bién estaba sujeta a modas epocales. La definición de clase de Gino de lo social.
Germani recogía dimensiones objetivas y subjetivas.3 En el caso de Gino Germani, sin embargo, este interés por el rol
Interesa analizar estos rasgos estables de un sector social en un económico y cultural de las clases medias no excluía la preocupación
contexto caracterizado por la revulsión y el cambio, o sea, por la rup- por la integración social de otros sectores. Tal como señala Horowitz,
tura de las tradiciones y la búsqueda de la modernización. Entre los tenía "una mezcla de preocupaciones: interés desarrollista en el atra-
rasgos negativos adjudicados a la clase media por Germani, Bagú y so, modernización e integración [ ... J, junto con el interés político en la
Poviña, figuraban la falta de tradiciones, la carencia de una unidad de sociedad de masas, la identificación con el partido y los mecanismos
cuerpo y la ausencia de una conciencia de clase. Esta no-unidad de la de integración en un período de rápido cambio", y agregaba que
clase media debe ligarse con el hecho de considerarla o no como un la Argentina fue un verdadero laboratorio para tales análisis (1992:
sujeto homogéneo en cuanto a sus posiciones en el terreno educati- 42). Se trataba de una sensibilidad modernizadora interesada en la
vo: desde esta perspectiva, la clase media, y en particular su fracción marginalidad como fenómeno ligado a la fragmentación de las clases
asalariada y profesional, tuvo en este período una mayor apertura a la sociales en el mundo moderno y en las singularidades de los asun-
modernización cultural y a los cambios pedagógicos. Mientras en las tos humanos (Horowitz, 1992). Esta perspectiva confluía con la de
primeras décadas del siglo xx la clase media era una elite reducida, otros sectores intelectuales vinculados con el Partido Comunista o el
que rechazaba las nuevas opciones de escuelas técnicas para la edu- humanismo.
cación de los hijos, en este período se trata de un sector en proceso Para entonces, estudios de Germani señalaban el desarrollo
de expansión ampliado, según datos estructurales,4 y abierto a la desigual y asincrónico de la familia en la Argentina, marcando las
innovación. diferencias entre la familia urbana y la familia rural. La tesis principal
En la tematización propia de las ciencias sociales de los años planteaba que durante las décadas del cuarenta y del cincuenta, de
cincuenta y sesenta, estaba presente el interés por indagar las posi- la mano de los procesos de industrialización y urbanización, se había
bilidades de modernización de la Argentina, en las que la renovación producido la desaparición de estructuras tradicionales y la sustitución
política y generacional era un capítulo sustantivo, luego del violento por un tipo de sociedad que seguía el modelo de la sociedad industrial
cierre de las experiencias nacionalistas-populares en el continente. El urbana occidental. En la Argentina, la baja potencialidad demográfi-
hecho de que la oficina de Ciencias Sociales de la Unión Panamericana ca, la caída de las tasas de natalidad y el auge de la anticoncepción
decidiera patrocinar un programa de estudios sobre la clase media en dieron forma a la familia urbana moderna, cuyos rasgos eran la nata-
lidad planeada, las relaciones democráticas e igualitarias, la autoridad
participada, la estabilidad afectiva y la búsqueda deliberada de ajuste
3. La clase "resulta de la existencia de un juicio de valor acompañado por un genero concor- psicológico.
dante de vida, instrucción, educación, gustos, modales, costumbres, ideas y tendencias, es Para la misma época, Philippe Aries escribía acerca de "las familias
decir, por un conjunto de condiciones objetivas subjetivas que llamaremos más brevemente
'tipo de existencia'" (Germani, [1942]2010: 94). de mitad de siglo" en Francia y destacaba "la importancia que ha
4. Resulta forzado postular la existencia de una clase media en la Argentina a principios del adquirido el hijo dentro de una sociedad en la que el matrimonio ha
siglo xx. Gino Germani aludía a una "clase media de formación reciente" como resultado del
proceso de industrialización y urbanización de los anos treinta (1950: 19).
dejado de ser una necesidad creada por la costumbre, para convertir-

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
CLASES MEDIAS Y CRIANZAS FAMILIARES

se en una situación existencial" (1995: 354) y la cohesión que había regularidad, las técnicas de disciplinamiento "psicológicas" más que
recuperado la pareja.
los castigos físicos, y la mayor ansiedad respecto de la realización del
En el trabajo ya citado, Sergio Bagú se preguntaba: "¿hay una niño. La otra hipótesis que recorre las investigaciones del período
familia de clase media, con una composición, una mentalidad y una planteaba que los sectores populares adquirían rasgos de las clases
conducta que la diferencian de la familia obrera, de la familia del medias, es decir que había una permeabilidad de la clase media sobre
gran capitalista y de la vieja oligarquía de terratenientes?" (1950: otros sectores sociales.
54). Su respuesta era afirmativa, la familia de clase media urbana era Este interés por la generación siguiente fue tema de indagación
pequeña, con cuatro o cinco personas, a diferencia de la rural, que era en la Encuesta elaborada para la investigación sobre los "Aspectos
prolífica, y tenía ciertos rasgos centrales: sociales y culturales de la modernización", dirigida por Gino Germani
y realizada en 1964 por el Instituto de Sociología. En ella es posible
La autoridad paterna se ha diluido sensiblemente, la materna ha identificar la preocupación por la socialización familiar de las nuevas
aumentado. Los hijos han adquirido mayor libertad de movimientos. generaciones en los estudios sobre las clases medias y la sociedad en
Su índice cultural ha ascendido mucho en los últimos cuatro lustros. general. La indagación de las opiniones de distintos sectores sociales
[. .. ] tiene [ ... ] que defender su ubicación en la vida de relación y sobre las "experiencias en el hogar" (el peso de la crianza familiar en
eso le exige siempre sacrificios que el matrimonio obrero difícil- el vencimiento de obstáculos en la adultez, la existencia en la infancia
mente conoce.
de cariño y apoyo paterno, el cumplimiento por parte de los padres de
[ ... ] el hombre de clase media depende de su esfuerzo individual, las promesas transmitidas a los hijos, las actitudes injustas o humillan-
de lo que a él le ocurra en la lucha por la vida y no es el elemento tes de los padres hacia los hijos, etc.) y sobre la "evaluación del hijo"
apto para la asociación profesional. Él mismo tiene que ser quien (los consejos laborales a los hijos, la promoción o no de la autonomía
se asegure su futuro y el de sus hijos. infantil, la opinión sobre la responsabilidad del niño y sobre el trabajo
El hijo es para el matrimonio de la clase media urbana un aconteci- infantil, la valoración de las ideas comunes o divergentes entre padres
miento excepcional, para el cual es menester encontrarse material e hijos, etc.) indica el interés por comprender las diferencias entre cIa-
y espiritualmente preparado (Bagú, 1950: 55-56). ses medias y sectores obreros, pero en particular la relación entre las
generaciones y el papel de la crianza y de la educación de los niños en
En Estructura social de la Argentina. Análisis estadístico (1955), las trayectorias futuras. Se buscaba explorar en forma más amplia la
Germani planteaba con claridad que, en pleno proceso de "transición tensión entre tradición y modernidad, en un contexto de cambios ace-
demográfica [ ... ]Ia familia en nuestra sociedad se reduce típicamente lerados de la sociedad argentina de entonces, tensión vinculada con
a los padres y los hijos solteros" ([1955]1987: 45). En investigaciones la transición de la sociedad tradicional, preindustrial o no desarrollada
realizadas durante la década del sesenta, en el Instituto de Sociología a la sociedad industrial o desarrollada, gran tema de Germani en su
de la Universidad de Buenos Aires, dirigidas por Ana María Eichelbaum segunda etapa (Ansaldi, 1992: 70).
de Babini, se sostenía que el estudio de la socialización temprana o
crianza era útil para comprender "las características de personalidad
más ampliamente difundidas en una sociedad o en estratos de la Cultura "psi", nuevas pedagogías y modernización cultural
misma" (1965: 10); en suma, el estudio de las formas de crianza era
una vía para comprender las características de la sociedad. Se seña- El proceso de crecimiento de los sectores medios urbanos suele
laba que las pautas de crianza de la clase media alta -que también ligarse con la expansión de la cultura psicológica en la Argentina.
se presentaban en forma intermedia en la clase media baja- eran la Sergio Bagú sostenía que en la clase media las causas económicas se

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"enredan siempre con factores psicológicos" y que "la clientela de los de la carrera. La creación de la nueva carrera provocó el desplazamien-
psicoanalistas de Buenos Aires y de Nueva York está formada, en más to de profesores vinculados a la gestión del sistema educativo por
del 80% de los casos, por miembros de la clase media urbana" (1950: profesores con actividad académica-universitaria (Carlino, 1993).
57). Esta afirmación era previa a la notable expansión de la psicología La creación de la editorial Paidós en 1945 había comenzado a pro-
y del psicoanálisis durante los años sesenta, teniendo en cuenta que mover la producción y circulación de libros de psicología, sociología
el país tendría la segunda comunidad de psicoanalizados en el mundo y pedagogía. Durante los años sesenta se multiplicaron los artículos
(Sigal, 1991: 83-84). El crecimiento de la clase media y la instituciona- que abordaban la relación entre psicología y educación en las revistas
lización de una cultura psicológica en ciudades como Buenos Aires se especializadas. El vínculo estrecho de la pedagogía con las nuevas
relaciona con la producción y circulación de nuevas visiones sobre la escuelas de una disciplina en expansión como la psicología fue tam-
infancia en el ámbito de la educación.
bién síntoma de la distancia crítica con el espiritualismo de los años
Recordemos que el período 1955-1976 se caracteriza en el país por cuarenta y cincuenta ante la nueva apertura del campo de las ciencias
un notable desarrollo de las ciencias sociales y por la creación en 1957 sociales y de las demandas emergentes de graduados y noveles espe-
de nuevas carreras universitarias en la Universidad de Buenos Aires cialistas. La psicologización de la pedagogía puede vincularse, a su vez,
(Sociología, Antropología, Psicología y Ciencias de la Educación), con con el proceso de europeización que a partir de la posguerra implicó la
la conformación de perfiles académicos y técnico-profesionales. Esta modernización (Vitiello, 1992: 60) y con el hecho de que en los países
expansión de carreras universitarias y de miradas especializadas en la periféricos la actividad cultural se remitía a instancias de consagración
trama de la modernización estatal del desarrollismo creó las condicio- externas (Sigal, 1991: 34).
nes para la conformación de un campo de saberes sobre la infancia, Julia Varela, refiriéndose al caso español, sitúa a las pedagogías psi-
donde la psicología y el psicoanálisis comenzaban a intervenir en la cológicas de corte roussoniano en los años setenta en los colegios de
modulación de nuevas visiones sobre el niñoS y a propiciar cambios en minorías selectas progresistas, en las que se incrementa el consumo de
la cultura pedagógica.
bienes psicológicos, postulando la psicologización del espacio escolar
Según Diamant (2010), la creación de la carrera de Psicología en (1991). En el caso argentino, los vínculos entre psicología y pedagogía
la Universidad de Buenos Aires, en 1957, se orientó en dos direccio- tienen una larga historia; pero es durante los años sesenta que una
nes. La primera, hacia la acreditación de un nuevo perfil disciplinario, nueva cultura psicológica impregnó el trabajo pedagógico en jardines
académico; la segunda, hacia lo profesional y la autonomía de otros de infantes y escuelas primarias del sector privado, que reclutaban
campos disciplinarios (médico, jurídico y filosófico). La creación de la hijos de sectores medios y medios altos. Los efectos de la psicologiza-
carrera de Ciencias de la Educación también aspiraba a la autonomía, ción son heterogéneos y no lineales, aun cuando su impacto sobre los
en este caso respecto de la filosofía, considerando la impronta que sectores medios altos ha sido mayor.
tenían los precedentes estudios de grado y posgrado en Pedagogía La inflación del campo "psi" en la Argentina puede explicar su
que se dictaban desde 1936 en la Facultad de Filosofía y Letras. Si bien intervención sobre otros campos, como el de la educación. Ello se
su primer director, Juan Mantovani, fue un referente del espiritualismo traduce en las miradas sobre el niño que se modulan desde escuelas,
pedagógico, su sucesora, Gilda Romero Brest, buscó imprimir una autores y ámbitos institucionales. Pero la expansión de saberes psico-
orientación ligada al uso del método científico en los estudios peda- lógicos se produce junto con la expansión de saberes pedagógicos.
gógicos, cuestión que traduce, entre otras cosas, el cambio de nombre Según Puiggrós, a partir de 1955 se configuraron nuevos proyectos
pedagógicos (la pedagogía liberal espiritualista, el funcionalismo
pedagógico, el constructivismo piagetiano, la pedagogía católica, el
5. Véase Carli (1997).
tecnocratismo) en el marco de la crisis de sentido del normalismo

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tradicional en un escenario educativo de inestabilidad política e ins- a las madres por parte de padres que llegaban a altas horas de la
titucional (1997: 312). Para entonces se postulaba que la educación noche ebrios, en las clases altas el tema principal era la posesión y la
contemporánea era una "educación para el cambio social", que ponía comunicación con los padres. La revista reconocía que en ambos casos
en crisis tanto la idea de una pedagogía única como de una enseñanza había un cambio de actitud de los niños hacia sus padres. Otra de las
ilustrada y enciclopedista, pero que también "quebraba las estratifi- encuestas se refirió a los vínculos de los niños con la política,9 y reve-
caciones sociales rígidas" a partir del reconocimiento del derecho a la ló que solo el 30% de los niños tenía conocimiento de las próximas
educación (Nassif. 1959: 46). elecciones, pero que, sin embargo, muchos mantenían una relación
La buena recepción de las pedagogías "psi" en los ámbitos ins- familiar con la política, descubriendo entonces "chicos fervientemente
titucionales en los años sesenta, pero también el fenómeno de las peronistas y antiperonistas". Por último en otra encuesta 10 se revelaba
experiencias de consejos para padres,6 revelan tanto tendencias de que el juicio de los niños de la escuela de Villa Recondo era que la
época como nuevas sensibilidades de las familias de clase media. política "servía para destruir el país o hacer revoluciones", mientras los
Las revistas de divulgación dieron cuenta de ese clima moderniza- niños de la Escuela Argentina Modelo creían que la política era para
dor de las formas de crianza y socialización de los niños. La revista "hacer bien al país, para el progreso".
Primera Plana 7 -que fue un hito inicial de la ola modernizadora del Estas encuestas, más allá de su legitimidad científica, sondeaban
campo cultural y dio forma a un nuevo público logrando" introducir las diferentes percepciones y reflexiones de los niños de distintas clases
la modernidad internacional de los sixties" (Sigal, 1991: 83)- puso sociales en una época de expansión de los medios de comunicación
en circulación las nuevas ideas acerca de la educación de los hijos (radio, prensa gráfica y televisión), pero también de una velada con-
de estos sectores, pero también la palabra del conocimiento exper- flictividad política.
to. Según Cangenova y Galarza (1996), la revista participó de la
construcción de un discurso técnico-profesional a partir del cual la
infancia fue interrogada, analizada, puesta en cuestión, protegida y La pequeña familia y la familia popular según la literatura de
orientada desde perspectivas psicológicas, médicas e institucionales Bernardo Verbitsky
en términos de sujeto-futuro.
En algunos números de la revista, las diferencias entre las familias El crecimiento de la clase media y los procesos de modernización
de distintos sectores o clases sociales reaparecen como tópico central, que caracterizaron a los años cincuenta y sesenta se combinaron, sin
en este caso a partir de la realización de encuestas. En 1964 una embargo, con el desarrollo de una nueva marginalidad. La sociología
encuesta realizada en cinco escuelas de Buenos Aires y alrededores, de la época definió la marginalidad como un fenómeno propio de
sobre un total de 315 niños, buscaba que los alumnos escribieran América Latina, resultado de la fragmentación de las clases sociales en
redacciones acerca de sus padres: 8 la revista registró diferencias entre la sociedad moderna, que se manifestaba en la multiplicación de asen-
las respuestas de chicos de clases medias y bajas y las de clases altas. tamientos precarios en los alrededores de las ciudades. En la Argentina
Mientras en los dos primeros grupos aparecía el temor por el castigo se trataba de asentamientos poblados por familias migrantes del
interior del país y de países limítrofes, expulsadas por la pobreza y la
falta de trabajo. Las dificultades de integración social de estos nuevos
6. Veáse Carli (1997), Diamant (2010) Y Cosse (2010).
7. Proyecto editorial de Jacobo Timerman similar a los magazines norteamericanos. Comenzó
en noviembre de 1962, fue clausurada en agosto de 1969 y reapareció en octubre de 1970.
Este semanario tuvo una gran circulación durante la época en sectores medios y altos.
8. "Una generación que juzga a sus padres", Primera Plana, n° 77 (28 de abril de 1964), 9. "Los votos que nadie cultiva", Primera Plana, n° 122 (9 de marzo de 1965), pág. 10.
pág. 22.
10. "El mundo que los rodea y asusta", Primera Plana, n° 133 (25 de mayo de 1965), pág. 36.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA

sectores fueron una preocupación de la época; el relato periodístico y de papelería de una imprenta, casado a los 28 años con una mujer a la
la literatura ofrecieron imágenes realistas de ese proceso histórico. que había conocido en 1939. Si bien tenía frustraciones por no haber
Bernardo Verbitsky (1907-1979) fue autor de una novela de amplia seguido estudios superiores y ver culminada su juventud (tenía 36
circulación titulada Villa miseria también es América, cuya primera edi- años), constatando que "se había convertido en un oficinista" (1951:
ción es de 1957. Sin embargo, este libro debe ser leído en serie con su 37), expresaba cierta mentalidad de una clase media que buscaba
novela anterior, Una pequeña familia, editada en 1951, formando parte mejorar sus condiciones de vida, proyectando el futuro en el bienestar
ambas de una narrativa de temática urbana. Esta novela, que tiene un familiar y la felicidad de los hijos. Se percibe una satisfacción personal
alto componente autobiográfico, es también el relato del proceso de demorada o diferida, como rasgo que algunos autores adjudican a
conformación de un sector social, la historia de la vida cotidiana de una este sector social. 12 Se trataba de repetir esfuerzos "para el bien de
"pequeña familia", miembro de una imprecisa clase media. 11 los suyos" (1951: 41).
Una pequeña familia comienza con la escena de un viaje en tren, La novela relata la vida familiar en un barrio, la convivencia con
que reiterará en Villa miseria también es América: en este caso se los vecinos, las diferencias entre los oficios, el trabajo independiente y
trata de la llegada en tren de una familia procedente del Once a un el trabajo asalariado, las angustias por el ascenso laboral y el mejora-
barrio ubicado en el límite de la Capital Federal para ocupar una nueva miento de los ingresos, los avatares y las situaciones de la paternidad y
vivienda familiar. la maternidad, el trabajo doméstico de la mujer y sus deseos de auto-
nomía, el consumo familiar, los almuerzos familiares, los cumpleaños,
Cuando bajaron del tren se reencontraron a la salida de la estación la vida cotidiana de los niños (el juego en la calle, los nuevos juguetes,
con la calle Rivadavia, conocida y bien querida. Como alguien había el contacto con los animales,13 las enfermedades de la infancia, la
dicho, nacía en Plaza de Mayo y se perdía en la pampa. En tanto fraternidad entre hermanos, la dinámica de grupos y pandillas). En
enhebraba uno tras otro los pueblos de la línea Oeste. Aunque ya la novela se despliega un modelo de domesticidad que Cosse (2010)
habían hecho el camino, se repitieron las instrucciones dadas al de ubica en los años cincuenta como articulado con la identidad de la
la mudanza (Verbitsky, 1951: 7) clase media en ascenso Y que experimentaría notables fracturas en
los años sesenta. El conjunto de aspiraciones que se expresan en el
Desplazamiento de la "pequeña familia", compuesta por un matri- personaje padre-sostén de familia no se resuelven armoniosamente y
monio y dos hijos, del departamento céntrico a una casita vieja con están atravesadas por la angustia, tanto por los ingresos insuficientes
fondo, sin agua corriente, en una zona casi rural a veinte minutos del como por la condición de empleado. En esa estructura de sentimien-
Once. Una familia con pocas pertenencias: "cuatro muebles locos y un to, el hogar familiar resulta mitologizado,14 la pequeña familia era
mate bastan para formar campamento", dice el personaje Eduardo, un mundo de intimidad, un reparo en un tiempo signado por las
padre de familia. En la nueva casa, los chicos "van a pastorear a gusto"
y dejarían de estar encima de los padres como en el departamento,
12. "¿Quería cambiar algo? Pensaba en Luisa, en los chicos. Su familia, los hijos, eran conse-
abriéndose un nuevo espacio-tiempo para la experiencia de la infancia.
cuencia fatal de las circunstancias dadas. Le angustiaba entonces pensar en la más mínima
La novela es un relato sobre la vida cotidiana de una familia de modificación. Admitir como posible la más leve alteración en su pasado era renunciar al
clase media, conformada por un empleado público que trabaja por la rostro, la realidad de los chicos. No estaba acostumbrado a tales reflexiones y trató de
rechazarlas por insoportables, terribles en verdad, pues hacían temblar la imagen estable de
mañana en la secretaría del colegio y por la tarde realiza el corretaje su mundo" (1951: 37).
13. Los animales pueblan todo el relato (gatos, caballos, gorriones, perros, tortugas, hor-
neros, etc.).
14. "A los chicos les conmovían siempre esos cuadros familiares. Un hogar era un hogar sin
11. Sobre la relevancia de estudiar los relatos familiares, véase Amado y Domínguez (2004). que les importara jerarquías en la escala zoológica" (1951: 51).

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dificultades, por avances y retrocesos, por esfuerzos sostenidos, por la Qué espléndido es el cachorro humano, qué compendio físico y
"aventura por mejorar" (1951: 97).
espiritual, de hermosura y gracia y tiende hacia una creciente belleza
Como telón de fondo del relato familiar, aparece el peronismo en e inteligencia. Se intuyen increíbles posibilidades, hasta ahora nunca
el poder, y se deslizan en la voz del narrador miradas críticas por los realizadas, para la criatura humana. La vida, entonces, tal como nos
beneficios sociales y las lógicas no planificadas del consumo de los obligan a vivirla, ¿no es otra cosa que el esfuerzo tenaz para apagar
sectores sociales más pobres (las sirvientas que gastan su dinero en ese brillo, para malograr un destino que la humanidad se niega a sí?
electrodomésticos, a diferencia de la familia asalariada de clase media De los ojos de la nena sigue fluyendo, como una promesa, su
que planifica sus gastos según prioridades). El dilema de la "pequeña incomparable luz (1951: 80).
familia" se plantea entre el ahorro de los ingresos extra del hombre
sostén del hogar (depositando el cheque en el banco) o dar respuesta La paternidad no se consideraba una tarea sencilla, sino exigida,
al deseo de consumo de la mujer (ropa para los chicos, un tapado para una clase media que debía esforzarse por alcanzar ciertas metas
para ella) (1951: 59). Pero el peronismo está presente también ante más o menos ambicionadas, pero ese esfuerzo era compensado por
el descubrimiento del trasfondo político del pueblo con sus conflictos la contemplación romántica del crecimiento de los hijos. El narrador
de intereses, en la problemática de los alquileres vinculadas con las reconoce las distintas temporalidades de la vida adulta y de la vida
tensiones entre propietarios e inquilinos y los desalojos, en las difi- infantil, al mismo tiempo que le resultaban inquietantes, porque la
cultades para acceder a la casa propia. La compra de un lote se narra mirada de la experiencia adulta resulta muchas veces escéptica:
como un logro: "La pequeña familia tenía un pequeño patrimonio"
(1951: 130).15
Nuestro ritmo de vida no es el de los chicos. No coincide el despa-
El relato anticipa lo que ahondará más tarde Vil/a miseria ... : los cioso fluir de la infancia con el fugitivo desenvolverse de sus días.
contrastes entre la pequeña familia, anclada en su sueño de indepen- La infancia es larga, se desarrolla lenta para ella misma, aunque
dencia laboral y casa propia, y la "pululante familia que vivía en un mirada a la distancia parezca un instante en el recuerdo. (Veloces,
cuarto" (1951: 193), conformada por grupos migrantes, que para el inconexas escenas familiares, y nada más). Nuestros años huyen
narrador ya habían ocupado la ciudad y no dejaban de desplazarse a cada vez más rápidos. No hay años, hay días iguales que en su repe-
la provincia, reeditando la figura del aluvión.
tición acortan la vida. (Y se vio viejo y se vio muerto). Yesos breves
En la novela la reflexión sobre el estatuto de la infancia, sobre las años nuestros serán los años largos de ellos, en una penumbra de
relaciones entre padres e hijos, sobre el vínculo vital entre las genera- "deberes", de estudios, de crecer, de descubrir. Era una sensación
ciones, es constante y da inicio y cierre al relato, operando la familia desconcertante. ¿Una vivísima curiosidad ascendente y un desgano
como un ámbito y soporte seguro ante las tensiones y los conflictos descendente? Dos cintas que se muestran en sentido contrario y a
de la época. Una reflexividad que se desplaza de la crónica de los velocidad distinta. Eduardo se sentía inquieto ante esos vislumbres
acontecimientos de la vida cotidiana, para traducir una perspectiva que le traían perturbadora inestabilidad (1951: 392).
humanista propia de los intelectuales del período. Cuando el persona-
je Eduardo contempla a su hija durmiendo, afirma: Pero si la pequeña familia constituía un mundo con fronteras propias
donde los hijos eran su centro luminoso y donde la escena de los niños
era fotografiable, también el narrador alude a la responsabilidad de la
sociedad sobre los chicos en su conjunto: "Tener un hijo es aceptar la
15. "Para su mentalidad y sus costumbres, convertirse en propietarios era una aventura en responsabilidad directa por un ser humano. Pero ¿por qué no la siente
tierra incógnita" (1951: 125). el mundo por cada una de sus criaturas?" (Verbitsky, 1951: 394).

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Esta pregunta, que soslaya la consideración de los aportes del como trasfondo histórico las políticas del peronismo entre 1950 y
peronismo a una política de infancia, se reabre en Villa miseria tam- 1955, que por la crisis económica habían restringido los créditos para
bién es América, publicada seis años después. la compra de vivienda y no habían tenido políticas para las villas de
Esta novela recibió el Premio Municipal apenas editada, en 1957, y emergencia.16 El narrador ubica el proceso de urbanización del Gran
fue reeditada en 1966 por EUDEBA. Caracterizada por el estudio psico- Buenos Aires: los nuevos barrios, resultado del loteo de terrenos y
lógico, el análisis social y la factura periodística, este texto de denuncia quintas, hábitat de la pequeña familia, y los barrios de emergencia,
nos permite acercarnos a las villas miseria de entonces y al lugar que hábitat de las familias migrantes. El chalet y la casa tradicional, hechos
los niños ocupaban en las familias migrantes. de ladrillos, con jardines y en barrios con veredas, y las casuchas,
La escena del viaje en tren se reitera en el inicio y en el cierre de hechas con materiales de desecho y ubicadas en caminos de barro.
la novela. Si bien el primer capítulo alude al incendio de Villa Basura La reflexividad del autor sobre el crecimiento de los niños también
provocado intencionalmente para expulsar a un vecindario, en el quin- es constante en este libro: en esos "fangales repugnantes" (1966:
to capítulo también se relata la historia de la llegada en tren a Buenos 38) solo era posible la degradación de niños y adolescentes, no había
Aires de una familia procedente del interior del país y de un personaje- porvenir para los chicos en ámbitos atravesados por "la inmundi-
niño, que despierta al otro día en la villa: cia", que era "un mal lugar para crecer" (1966: 81). Sin embargo,
el relato reconoce que las familias de las villas tenían en común con
A la mañana siguiente ya estaba bien. Enseguida salió a explorar el la pequeña familia el trabajo. Los hombres y las mujeres se trasladan
lugar. Una vecina le indicó dónde estaba el baño que necesitaba, "de las casuchas a las fábricas" (1966: 65), observa el personaje loco
una casillita de arpillera deshilachada. Volvió a su vivienda y desde de la novela. Esas casuchas presentaban, por otra parte, los signos del
la puerta contempló el amontonamiento de casillas de madera, peronismo (el afiche con la foto del presidente o un cartel con la frase
ranchos y casuchas de lata. Desilusionado, dijo a la madre y a las "Los únicos privilegiados son los niños").
hermanas, ya despiertas: La novela está poblada de escenas referidas a los niños y a sus
-¿Y esto es Buenos Aires? (1966: 34). padres: la enfermedad de un pequeño, un chico que se queda todo
el día solo mientras su madre se va a trabajar, el castigo violento a
Esa pregunta revela la decepción infantil frente a un hábitat que un niño por robar comida, la muerte de otro. Si la pequeña familia se
no era el imaginado y que parecía ser peor aún que el lugar de ori- desarrolla en las escenas de la vida infantil, asociadas al crecimiento
gen. Si bien la miseria social fue un fenómeno de magnitud en los y al juego, las familias de la villa miseria lidian constantemente con
años treinta -sobre el cual los relatos de escritores como Roberto Arlt situaciones trágicas.
resultan muy descriptivos-, la mirada del autor de Villa miseria tam- El cierre de la novela también refiere a la escena del viaje: una
bién es América da cuenta de un fenómeno emergente en los años mujer y sus hijos, procedentes de Salta, llegan en tren a Buenos Aires
cincuenta, vinculado con la acelerada transformación de la ciudad. y son recibidos por el padre en la estación. Para el autor se trataba del
En la novela la referencia a las historias familiares y a la presencia "aluvión del norte", de la "correntada de cabecitas negras" que no
de los niños es constante. Pero mientras la pequeña familia era porte- concluiría nunca.
ña, estaba asentada en su intimidad y protegida en el hogar (aunque Una entrevista realizada al hijo de Verbitsky nos permitió comprender
se tratara de una casa alquilada), en Villa miseria ... se trata de familias el lazo entre ambas novelas y cómo la historia de la "pequeña familia" se
populosas formadas por provincianos y paraguayos viviendo en ran-
cheríos o tolderías, en un espacio público acechado por la precariedad.
En ambos casos, el acceso a la vivienda resulta dificultoso, y aparecen 16. Véase Ballent (2005).

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conecta con la historia de la villa cercana. 17 La inquietud periodística del Las rondé fascinado durante bastante tiempo, sin decidirme y -¿por
padre reaparece en la memoria infantil del mundo de la villa miseria.18 qué no decirlo?- sin atreverme a entrar. El contacto se estableció
En un artículo publicado por la Universidad de Buenos Aires años finalmente al descubrir que en una de las casuchas de uno de esos
antes, Bernardo Verbitsky describió las causas y analizó el proceso de barrios alineados sobre una calle pavimentada había un puesto
conformación de las villas miseria. Asociaba la realidad de estas últi- de venta de cigarrillos. Al comprar un paquete se estableció un
mas con la realidad latinoamericana y cuestionaba la ignorancia exis- espontáneo diálogo con los formoseños [ ... ] que lo atendían. Eran
tente en Buenos Aires respecto de la realidad del interior del país. "La albañiles que además se ayudaban de ese modo. Tuve a través de
invasión se realizó por todos lados" (1964: 33), sostenía, refiriéndose ellos la primera vislumbre de un interesante intercambio. [ ... ] No se
al proceso de las migraciones y a los nuevos asentamientos. Ese" com- trataba de una comunidad especialmente exótica. No era un circo,
plejo fenómeno continental" retrotraía a la vieja unidad del territorio era simplemente un barrio, con características propias que poco a
del Virreinato del Río de la Plata, que, por encima de la división política poco fui descubriendo, pero en definitiva habitado por gente de
existente, era producto del crecimiento desordenado y poco equitativo pueblo. Esa villa se llamaba Villa Maldonado (1964: 45).
de la industria. Las villas miseria se consideraban un producto del cre-
cimiento de la ciudad y de la insuficiencia de viviendas, de la migración De ese primer acercamiento surgieron las notas publicadas en
interna y de países limítrofes, de la concentración de la industria en la Noticias Gráficas el 21 de octubre de 1955 que antecedieron a la
capital y sus alrededores: sostenía que "industrialización y villa mise- novela. La constatación de que allí habitaban trabajadores, familias de
ria son los términos de la ecuación de un crecimiento desordenado" obreros, parece haberle permitido a Verbitsky una nueva comprensión
(1964: 47), y que la villa miseria era una etapa intermedia entre el del fenómeno, dejando atrás prejuicios iniciales y relativizando la dis-
campo y la ciudad. Se detuvo a estudiar la degradación de la vivienda tancia existente entre esos sectores sociales y el suyo propio. En la villa
(casuchas, casillas, ranchos, variedades de la choza y la cabaña), la también podían reconocerse elementos vinculados con el progreso,
inseguridad, la vulnerabilidad al fuego, la falta de servicios cloacales, constituyéndose en un lugar de paso, transitorio, en la búsqueda de
el hacinamiento, la promiscuidad. mejores condiciones de vida.
En el artículo intentaba desmontar el conjunto de lo que llama Así como la villa estaba poblada por trabajadores como él, Verbitsky
"prejuicios populares" contra los barrios de emergencia, y para ello constata también la existencia de familias:
recordaba su propia experiencia:
Sin embargo, la familia sigue siendo la agrupación básica, como
en los demás sectores sociales. Se trata, en el caso más general,
17. "Nosotros vivíamos en Ramos Mejía y cuando pasábamos con el tren hacia el centro por de la llamada familia nuclear o sea la que está constituida por el
Ciudadela, a un par de cuadras de la estación, desde el tren se veía -el tren estaba muy elevado padre, la madre y los hijos (grande es el porcentaje de la población
respecto del nivel de la calle- algo que nunca se podía ver desde el nivel de la calle, que era la
gran villa que había allí. A mi padre le intrigaba mucho eso que veía. Era algo desconocido. Una
infantil sobre el total de los habitantes de las villas). Casi la mitad
vez se bajó en la estación de Ciudadela, en lugar de ir hasta Ramos Mejía, fue caminando y buscó de los matrimonios están legalmente registrados. Muchas uniones
por dónde era la entrada, trató de ver a nivel del suelo por dónde se entraba a ese lugar. Había libres evolucionan hacia el vínculo legal. El casamiento surge de la
una calle lateral que entraba en diagonal como cien metros y después de cien metros había una
entrada y ahí se habría un mundo, entraba a un mundo, no era un barrio, era un mundo, era aceptación de los valores de la sociedad urbana, distintos a los del
otro mundo" (Verbitsky, H, en Carli, 2000).
lugar de origen (1964: 36).
18. "Yo tenía trece años. Me acuerdo de las canaletas en la tierra con agua jabonosa estancada,
los pisos de tierra, las cortinas en vez de puertas, las habitaciones sin ventanas, la acumulación de
muebles de todo tipo dentro de una habitación, la promiscuidad, la cantidad de gente en una sola El autor destaca en varios momentos del relato la gran cantidad de
habitación, y la alegría de la gente, no había un clima sombrío, todos hablando con otros, otro tipo
de sociabilidad, el idioma guaraní, que nunca había oído" (Verbitsky, H., cit. en Carli, 2000). niños (11.865 chicos) que vivían en las villas, según datos que supo-

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nemas recuperados de los estudios de Germani o de otros estudios menciona esos trabajos en su artículo de 1964, reconociendo la
de la época. Esta realidad cuantitativa, este" piberío" que rodeaba a importancia de las actividades dirigidas por la Dra. Noemí Fiorito en
todo aquel que ingresaba a la villa -tal como se narra en Villa miseria la Isla Maciel con desertores escolares y la colaboración de la cáte-
también es América-, contrasta en forma clara con la caracterización dra de Clínica Pediátrica y Puericultura de la Facultad de Medicina,
de Bagú de la familia de clase media urbana. En la familia de la clase a cargo de Florencia Escardó. Sin embargo, ese papel mediador que
popular urbana, según la investigación de Eichelbaum de Babini, pre- la clase media urbana parece haber desempeñado entonces no era
dominaba la natalidad incontrolada, la familia numerosa, el peso de la homogéneo. Mientras los servicios de extensión universitaria pare-
autoridad masculina, las pautas tradicionales, pero también se percibía cen haber sido representativos de un sector de la clase media, con
la adquisición de pautas nuevas. Había entonces un gran contraste formación universitaria e inquietud social, otros sectores retratados
entre los niños de familias nucleares, representativas de la disminución por Arturo Jauretche optaron por reforzar su distinción cultural a
demográfica y de la caída de la tasa de natalidad que Torrado destaca través, entre otros fenómenos, de engrosar el sistema privado de
como tendencia en el caso argentino, y los niños de familias amplias educación.
en las villas miseria, producto de parejas no regularizadas en las que Lo que podemos señalar como cierre de este capítulo es esta
los nacimientos no disminuían, pero en las que se producían más tensión existente en la época entre el imaginario de una clase media
enfermedades y muertes tempranas. en ascenso, que visualiza en los hijos el lugar de una renovación
Más allá o más acá de las caracterizaciones sociológicas, la explo- generacional y su propia continuidad cultural, con todos los nuevos
ración de Verbitsky busca similitudes y diferencias entre las realidades beneficios económicos y culturales de la vida urbana, pero también
de las familias urbanas de clase media y las familias populares de sus restricciones, y la realidad social de los sectores obreros, en la
las villas miseria, desde una perspectiva humanista esperanzada en cual la población infantil experimenta el desarraigo de sus padres de
la eliminación de esa distancia social. En ambas novelas se propone los lugares de origen y la crudeza de los asentamientos precarios en
desentrañar las situaciones de la vida familiar, pero no como mundos los márgenes de la ciudad. Esa realidad social que describe Bernardo
privados cerrados, sino desplegadas en un hábitat y con fronteras que Verbitsky en su novela, que hasta los años setenta se ubicaba en las
las conectan. La comparación entre el barrio y la villa, entre el campo afueras de la ciudad, en las últimas décadas del siglo xx se localiza en
y la ciudad, la mirada de ese proceso histórico en el que se conforman el corazón de la gran ciudad. El deterioro económico y la desocupa-
el barrio obrero de un lado de la vía del tren y del otro la villa miseria, ción creciente de las familias obreras en los años ochenta darían lugar
lo inquieta. al crecimiento de la mendicidad infantil y de los llamados "niños de
Como periodista, intentaba desentrañar los motivos y las razones la calle". Las clases medias urbanas profesionales tampoco quedaron
de la distancia social que lo separaba de esos pobladores, y que sepa- exentas de la debacle económica, sufriendo en los años noventa
raba a su familia de la de ellos. Si en Una pequeña familia, novela nuevas segmentaciones internas, en un país donde ese sector dejó de
autobiográfica, se despliega una mirada detallista sobre la vida familia ser el distintivo cultural de la Argentina respecto del resto de América
e infantil y una reflexividad universalista, en Villa miseria ... ahonda Latina.
sobre la distancia social y cultural existente con la experiencia de los
sectores populares.
Los trabajos de extensión universitaria desarrollados por la
Universidad de Buenos Aires a partir de 1956 deben tomarse como
un esfuerzo de mediación entre esas realidades contrastantes,
encarados por estudiantes y profesores de la clase media. Verbitsky

100 101
LA MEMORIA DE LA INFANCIA CLASES MEDIAS Y CRIANZAS FAMILIARES

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104
Durante los años sesenta se construyó en la Argentina una nueva
verdad acerca de la infancia. Esta verdad pretendía ser persuasiva desde
su legitimidad científica y sus gestos de vanguardia. Sus alcances deben
evaluarse históricamente en la conformación del imaginario pedagógico
y cultural de la Argentina de la segunda mitad del siglo xx. El niño fue
dotado de nuevos significados a partir de prácticas discursivas y disposi-
tivos institucionales, de la producción de un tipo de saberes ligado con
el desarrollo de distintas disciplinas y de la emergencia de especialistas y
perfiles técnico-profesionales, en un contexto caracterizado por fenóme-
nos como la declaración de los derechos del niño a nivel internacional,
los cambios en las configuraciones familiares y la emergencia de nuevos
movimientos sociales y políticos. Los libros y las revistas para padres, las
modalidades de tratamiento de los niños, las publicaciones sobre psi-
cología y psicoanálisis se multiplicaron desde entonces, evidenciando la
producción de una nueva discursividad y de una forma de subjetividad.
Después del sistema de interpelación política que fue el peronismo
entre 1945 y 1955, en el que el enunciado "los únicos privilegiados
son los niños" fue el emblema de una nueva cultura política en pro-
ceso de gestación, los años sesenta estuvieron signados por aquello
que había quedado más bien a la sombra de la vida universitaria.
Acontecimientos de diversos tipos comenzaban a mostrar el auge de
la psicología y del psicoanálisis, con sus nuevos enunciados acerca de
la infancia y de la niñez. Ese niño, sujeto-objeto de la pedagogía y la
Este capítulo constituye una versión reelaborada del artículo" La infancia como verdad o el política durante la primera mitad del siglo xx, volvía a ser construido
niño como objeto de conocimiento. Un análisis de la producción de saber en la década del desde el discurso del psicoanálisis en el escenario mundial de posgue-
60 en la Argentina", Revista del Instituto de Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía
y Letras (UBA), a. XI, n° 21 (septiembre), 2003, y "La infancia como verdad. Las tensiones rra, en un ciclo de modernización y renovación cultural.
entre psicoanálisis y educación en la obra de Arminda Aberastury", Temas de Historia de la La producción de un discurso sobre la infancia que se presenta
Psiquiatría Argentina, n° 20 (primavera), 2009.
como un nuevo régimen de verdad invita a ser historizado. Foucault

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VER..D
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ha señalado que "sería interesante que intentáramos ver cómo se pro- neo En esa relación asimétrica en la que el objeto de conocimiento es
duce, a través de la historia, la constitución de un sujeto que no está un niño, con la particular significación que la infancia tiene para el
dado definitivamente, que no es aquello a partir de lo cual la verdad sujeto adulto y que tiene al niño como su partenaire, la dimensión de
se da en la historia, sino de un sujeto que se constituyó en el interior invención se torna clave para identificar los elementos estratégicos y
mismo de esta, y que, a cada instante, es fundado y vuelto a fundar las relaciones de fuerza del psicoanálisis de niños con otros discursos,
por ella" (1995: 16). pero también el trabajo de asimilación de las diferencias y de esque-
Los discursos sobre la infancia son paradigmáticos, porque pare- matización teórica.
cen referir a un sujeto soberano, eludiendo la historia: en el caso del Nos proponemos abordar, desde este punto de partida, los tra-
psicoanálisis de niños, su verdad sobre este borra las contingencias y bajos publicados entre los años cincuenta y setenta en la Argentina
los derroteros de su conformación y en particular sus operaciones de por Arminda Aberastury. Su obra conforma una serie específica, que
diferenciación con otros discursos (entre otros, el pedagógico), a partir modula el psicoanálisis de niños como discurso dando forma a un
de determinadas prácticas discursivas (análisis del niño), de la forma- nuevo dominio de saber y de prácticas. No pretendemos internarnos
ción de instituciones (el psicoanálisis de niños dentro de la institución en la discusión teórica y clínica del psicoanálisis de niños ni evaluar
psicoanalítica), de la generación de saberes (sobre la infancia desde la sus alcances, aunque sí rescatar las tesis que destacan el lugar central
tradición del psicoanálisis) y de la producción de nuevos especialistas del psicoanálisis de niños en el campo del psicoanálisis,3 para pensar
(psicoanalistas de niños). también el impacto de este nuevo discurso acerca de la infancia en
El reconocimiento de los componentes ficcionales de los discursos el campo de la historia de la educación, en cuanto el psicoanálisis
sobre la infancia no implica necesariamente sugerir una descalifica- de niños desplaza en alguna medida la centralidad que había tenido
ción, sino considerar el carácter productivo de la ficción como inven- hasta entonces la pedagogía. Si en términos generales el psicoanálisis
ción imaginaria. 1 Tal como ha señalado De Certeau, "la ficción, bajo se diferencia de la práctica médica y de la práctica pedagógica "para
sus modalidades míticas, literarias, científicas o metafóricas, es un preservar su singularidad" (Cifali, 1992: 145), en el caso de Aberastury
discurso que 'informa lo real'" (1995: 54). Desde este distanciamiento interesa explorar este proceso inicial de diferenciación y de reencuen-
crítico pretendemos analizar la configuración del discurso del psicoa- tro con la pedagogía hacia fines de los años sesenta.
nálisis de niños en la Argentina.
Si, desde Nietzsche, el conocimiento es una invención y es siempre
perspectivo, pero a su vez "es siempre una cierta relación estratégica De la pedagogía al psicoanálisis o los comienzos híbridos
en la que el hombre es situado", y en la que" el conocimiento es siem-
pre un desconocimiento" (Foucault, 1995: 31 ),2 nos interesa explorar Los datos biográficos de Arminda Aberastury indican una primera
la dimensión de invención que todo conocimiento sobre el niño supo- etapa de formación pedagógica, luego de verse frustrada su posibili-
dad de estudiar Medicina, según destacan algunos biógrafos, aunque
no encontramos alusiones sobre el tema en sus propios escritos. Se
1. Fendrik (1989) alude a la ficción de los orígenes del psicoanálisis de niños, para destacar graduó como maestra en la Escuela Normal N° 6 de la ciudad de
que se ocultó el hecho de que A. Freud hizo análisis didáctico con su padre, y que M. Klein
analizó a su hijo, y que dichos análisis fundaron el psicoanálisis de niños, así como la eximición
de la formación médica para los analistas de niños. Pero también señala que la verdad de
un archivo "habla, necesariamente y solo puede ser dicha -a medias- al modo de la ficción.
Nunca es definitiva, ni queda escrita para siempre" (1993: 20). 3. Sobre el psicoanálisis de niños, se destaca su papel en "la verdadera lucha por la herencia y
2. Según Foucault, en Nietzsche "el conocimiento es al mismo tiempo lo más generalizante el futuro del psicoanálisis" (Balán, 1991: 27), se lo concibe como el "síntoma más interesante
y lo más particularizante. El conocimiento esquematiza, ignora las diferencias, asimila las cosas de la historia del psicoanálisis" (García, 2005: 177) y se le adjudica un rol protagónico "en la
entre sí, sin ningún fundamento en verdad" (1995: 31). historia política del psicoanálisis" (Fendrik, 2006: 8).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

Buenos Aires en 1929, en un período caracterizado por la perduración "La transferencia en el análisis de niños"; la participación en 1957 en
de la pedagogía normalista de corte positivista y la circulación de las la organización del Primer Symposium de Psicoanálisis de Niños reali-
ideas del movimiento de la Escuela Nueva. Ingresó en 1937 en la carre- zado en la APA; la lectura en el Congreso de París de un trabajo sobre
ra de Pedagogía, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad la dentición, la marcha y el lenguaje en 1957; la participación en una
de Buenos Aires. Esa carrera fue creada a fines de 1936 sobre la base mesa redonda en 1959 sobre psicoanálisis de niños en un congreso
de un proyecto del entonces director del Instituto de Didáctica, Juan de pediatría en Mar del Plata, y la creación en 1960 de un grupo de
Cassani, con el objetivo de elevar el nivel de los estudios pedagógicos. estudios para la discusión de casos.
Su plan de estudios tenía un gran número de materias del área de De ese relato autobiográfico interesa detenernos en varias cues-
filosofía, a las que se agregaban otras como Historia de la Educación, tiones. En primer lugar, en esos comienzos azarosos del psicoanálisis
Ciencia de la Educación, y dos seminarios de Legislación Escolar y de niños y por tanto de un nuevo discurso de verdad: nos referimos
Metodología (Buchbinder, 1997: 115-116). al contacto con una niña de 8 años en salas de lactantes, cuya mamá
Esta etapa de formación pedagógica de Aberatury, que combinó estaba internada por problemas psiquiátricos. "Mi primer acercamien-
lecturas de filosofía, pedagogía y psicología, coexistió entonces con su to a su mente fue pedagógico, quería saber si esa niña podía o no
primer acercamiento al psicoanálisis, ocurrido durante los años treinta. aprender", señala Aberastury, un acercamiento que evaluaría como
Décadas más tarde, se la consideraría como "la principal introductora limitado al comprender el peso del conflicto familiar y reconocer que
en el mundo de habla castellana de las perspectivas kleinianas en el "fue después de ese esclarecimiento cuando [la niña] pudo comenzar
psicoanálisis infantil" (Balán, 1991: 41). a aprender" (1962: 62).
En uno de sus principales textos, Teoría y técnica del psicoanálisis También se destaca el carácter de invención inductiva del nuevo
de niños, de 1962, bajo el subtítulo" El psicoanálisis de niños en la saber, en cuanto" los resultados que iba vislumbrando podía confron-
Argentina", Aberastury ensayó una especie de autobiografía profe- tarlos solamente con los descubrimientos que hacía en mi propio aná-
sional e intelectual, breve pero selectiva, con la que sitúa un camino lisis" (1962: 63). Afirmación del carácter de descubrimiento y desarro-
ascendente que resulta inseparable del relato sobre la trayectoria del llo de una nueva comprensión del niño, que experimenta cambios a
psicoanálisis de niños en la Argentina. En ella menciona: el trabajo partir del encuentro con ciertos libros y con ciertas figuras.
en salas de lactantes, en 1937, cuando tuvo un primer contacto con Por último, cabe destacar también la producción de una institu-
una niña de 8 años; sus tratamientos psicoanalíticos de niños con ción, es decir, el pasaje de los inicios experimentales de las prácticas
chicos mayores de 6 años, siguiendo la técnica de Anna Freud en con niños a la configuración de una institución que genera publica-
la Liga de Higiene Mental en el Hospicio de las Mercedes; también ciones e instancias de formación, que legitima un nuevo saber y un
en 1937 el ingreso a la carrera de Ciencias de la Educación en la modo de trabajo con niños. En ese pasaje, Aberastury señala el papel
Facultad de Filosofía y Letras; en 1942, "año decisivo para mi carrera de otras mujeres (en una primera etapa, Elizabeth G. de Garma y, en
como psicoanalista", el inicio del análisis didáctico con Ángel Garma una segunda, Susana L. de Ferrer) que, si bien son nombradas con
en la Asociación Psicoanalítica Argentina y el contacto con la técnica los apellidos de sus maridos, son ubicadas como figuras clave en la
de juego de Melanie Klein; la "frecuente correspondencia" iniciada institucionalización de ese nuevo ámbito y en su propia trayectoria. Se
con esta última; la publicación en 1947 de su primer historial; el trata de un reconocimiento de género que marca los contornos de un
dictado en 1948 del curso de Psicoanálisis de Niños en la Asociación nuevo territorio teórico y profesional.
Psicoanalítica Argentina (APA), que desde entonces fue obligatorio Conviene agregar a su relato autobiográfico de 1962 el dica-
para la carrera, cuyos cursos estuvieron a su cargo desde 1948 hasta tado en 1956 de un curso de psicoanálisis de niños en la Facultad
1952; el nombramiento en 1951 como relatora en París sobre el tema de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y que, desde

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

entonces, sería profesora de esa facultad, afirmándose como psicoa- al pasaje del enfoque "pedagógico" de la hija de Freud al "analítico"
nalista de niños y autodefiniéndose poco a poco desde esa inscripción de niños, de corte kleiniano.
profesional. Su legajo en esa facultad indica que, además de maestra La distinción clásica en el psicoanálisis de niños entre enfoque
normal, había logrado el título de doctora en Pedagogía en dicha pedagógico y analítico resulta de la filiación con estas figuras pioneras,
institución. Mientras en los primeros años consignaba como profesión y se inscribe en forma más amplia en los debates acerca de la relación
la de "profesora", a partir de 1964 comenzó a hacer constar la de entre psicoanálisis y educación. Mientras Millot (1993) destacó el
"psicoanalista de niños".4 Podemos sostener que esa condición de divorcio entre psicoanálisis y pedagogía, recuperando la concepción
"psicoanalista de niños", adquirida por fuera de la universidad, en la de Freud sobre el proceso analítico como "poseducación", Cifali
APA, y a partir de sus propias experiencias profesionales, opaca y deja (1992) sostuvo que los debates suelen pasar por alto "la confusión de
en un segundo plano su formación y su actividad universitaria, ocul- lenguas", invitando a explorar la posición de Freud acerca del vínculo
tando el carácter plural de sus estudios y las marcas de la pedagogía. entre psicoanálisis y educación a partir del análisis cronológico de
Esto puede vincularse con el hecho de que el psicoanálisis se configura sus textos, en cuanto no habría un planteo lineal a lo largo de toda
en una relación de diferenciación (Cifali, 1992: 145), pero también de su obra. Nos interesa esta última perspectiva para leer críticamente
colonización de otros campos de conocimiento y prácticas de interven- estos desplazamientos y tensiones, esta "confusión de lenguas" en
ción (De Certeau, cit. en Cifali, 1992: 12). la obra de Aberastury. Es claro que "el psicoanálisis entrará en versus
Su obra publicada registra, entre otros textos de interés para nues- (en alianza o antagonismo) con la pediatría y la pedagogía" (García,
tro tema, el ya mencionado Teoría y técnica del psicoanálisis de niños 2005: 152); la pregunta en todo caso es sobre la historicidad de ese
(1962), El niño y sus juegos (1968), Aportaciones al psicoanálisis de versus y sobre lo que en él se oculta, niega y diferencia polarmente en
niños (1971), El psicoanálisis de niños y sus aplicaciones (en colabo- la producción de un nuevo régimen de verdad.
ración, 1972). La primera cuestión para destacar entonces es el lugar vertebral
En el prefacio a Aportaciones al psicoanálisis de niños, Aberastury de Melanie Klein en su obra y la participación directa en el debate
situó los desplazamientos centrales de su discurso teórico, en un internacional, signado en ese momento por la polémica acerca de
momento en que era posible describir el propio itinerario intelectual, cuál era el "verdadero psicoanálisis". Siguiendo a Fendrik (1989),
destacando como hito central el pasaje de la primera influencia de el intercambio epistolar con Klein 5 comenzó en 1945, varios años
Anna Freud a la de Melanie Klein. Calificadas como "pioneras del antes de conocerla personalmente y surgió a partir de la lectura y la
psicoanálisis de niños", sostuvo en 1946 que "la primera tiene una traducción que hizo del libro El psicoanálisis de niños; por otra parte,
tendencia más conservadora y la analista inglesa, más revolucionaria" en Londres supervisó con la psicoanalista inglesa algunos casos, entre
(Aberastury, 1991 b: 28). Cambio de influencias, de figuras rectoras e otros, "Detención del desarrollo del lenguaje en una niña de 6 años".
inserción en la principal polémica del psicoanálisis de niños, que remite El libro Aportaciones al psicoanálisis de niños fue calificado por la
propia Aberastury como "testimonio de mi gratitud a M. Klein".
Sin embargo, como han relevado distintos estudios (Fendrik, 1993;
Plotkin, 2003), ese vínculo tuvo sus avatares. Aunque Aberastury
4. Según su legajo en la Facultad de Filosofía y Letras, Aberastury fue designada en 1956 como
profesora interina y terminó sus funciones en 1964. Primero fue designada como profesora expresó siempre en sus escritos su gratitud hacia Klein, reconociendo
interina adjunta de Didáctica Asistencial y de Escuelas Diferenciales (23/08/56). Años después
(11/10/63), se la designó como profesora titular interina del Departamento de Ciencias de la
Educación, en la orientación Psicología de la Niñez y de la Adolescencia, y luego como titular
ad honórem del Departamento de Psicología, en la orientación Psicología Evolutiva 11 (11/67). 5. Silvia Fendrik analiza la correspondencia de Arminda Aberastury con Melanie Klein entre
Se le renovó la designación como profesora titular ad honórem en el mismo Departamento 1945 y 1958, en el libro Desventura del psicoanálisis. Donald Winnicott/ Arminda Aberastury/
en la orientación Psicología Evolutiva 1, en abril de 1968. Te/ma Reca (1993).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

que "siempre era poco el tiempo para todo lo que me quería trans- a campos teóricos distintos, sus articulaciones son claves para
mitir" (1991 a: 10-11), esa filiación en el lugar de discípula -pero con comprender la posición estratégica que el psicoanálisis de niños
obra propia- implicaba una inscripción en la historia mundial y no pretendía ocupar desde el punto de vista de la construcción de una
solo local del psicoanálisis de niños. nueva verdad sobre la infancia a partir de los años sesenta, después
La segunda cuestión para destacar es la consideración por parte de medio siglo de existencia del sistema educativo escolar y de una
de Aberastury del origen del psicoanálisis de niños en la Argentina. En tradición de pensamiento pedagógico sobre el niño (Carli, 2003).
ese prefacio sostiene que" el psicoanálisis de niños tuvo en la APA, ya Aberastury construyó un discurso acerca del psicoanálisis del niño
en aquellos primeros años, una recepción muy poco común" (1991 a: desde una operación de distinción y diferenciación respecto del dis-
10). En su primer libro señalaría que tanto el interés y el apoyo de curso educativo,6 que tenía como trasfondo una diferenciación entre
Angel Garma como de su esposo, Enrique Pichon-Riviere, fueron cen- su profesión inicial de maestra y pedagoga y su ascendente profesión
trales para "dar los pasos iniciales y crear los cimientos de lo que hoy de analista de niños.
podemos llamar nuestra técnica de psicoanálisis de niños" (1962: 12). Pero también el psicoanálisis de niños debía diferenciarse del
Momento inaugural y exitoso en la mirada de quien fuera su primera psicoanálisis de adultos, y en ello la cuestión de la técnica resultaba
promotora, la buena recepción del psicoanálisis de niños dentro de la clave, ya que tiene una semejanza de familia con la cuestión del
APA debe ligarse con el lugar particular que ocuparon las mujeres, en método de enseñanza en la pedagogía, en cuanto técnica y método
términos generales, esposas de médicos y con trayectorias vinculadas son construcciones artificiales que definen un modo de intervención
con otro tipo de estudios, entre otros, de pedagogía (Balán, 1991). con niños (analizados y educandos) y la posición profesional del adul-
Desde cierta perspectiva, el psicoanálisis de niños resulta más cercano to (analista o educador).
a lo que se ha dado en llamar el "análisis profano" -con el cual Freud Recordemos que el análisis de adultos trabajaba con la asociación
designaba a los individuos ajenos a la profesión médica-, en la medi- libre, la transferencia y la interpretación. Los relatos sobre los oríge-
da en que los analistas de niños quedaban eximidos de la formación nes del psicoanálisis de niños suelen remontarse al caso Juanito, un
médica previa. niño de 5 años con zoofobia, cuyo tratamiento por Freud en 1905
La "buena recepción" se vinculaba también con el hecho de combinó las observaciones de su padre, un único encuentro de
que dividía un territorio por género, donde las mujeres quedaron Freud con el niño y un tratamiento a cargo del padre a partir de las
situadas en un lugar preciso con legitimidad propia, que no dispu- sugerencias de Freud. Caso mítico en el que se ve "reemplazada la
taba con los hombres: el de psicoanalistas de niños. Sin embargo, asociación libre por el lenguaje preverbal" para el análisis infantil. Sin
también la educación era territorio de mujeres, en cuanto existía embargo, el nacimiento de una técnica se localiza más precisamen-
desde principios de siglo una creciente feminización de la docencia te en la obra de Sophie Morgenstern, Anna Freud y Melanie Klein,
en el nivel primario, y la pedagogía era una carrera sobre todo de aunque Aberastury considera que es a partir de las dos últimas que
mujeres. "se pudo hablar de una técnica de análisis de niños" (1962: 51).
Un recorrido por los textos de Arminda Aberastury permite ana- Según Aberastury, la técnica del juego era una elaboración propia
lizar la configuración del discurso del psicoanálisis de niños, que
supone la producción de un conjunto de diferencias, distinciones y
exclusiones respecto del discurso educativo, pero también del discur- 6. Cifali afirma que "tanto la práctica médica como la práctica pedagógica amenazan la ori-
so médico. La afirmación de la identidad del analista de niños parte ginalidad del psicoanálisis Es de ellas de las que ha tenido que extraerse en su advenimiento
para constituirse y por lo tanto se diferencia para preservar su singularidad, y evidentemente,
en buena medida de la impugnación de la identidad del educador
corre el riesgo todo el tiempo" (1992: 145). Este trabajo sería el de un "proceso de diferen-
y, en este sentido, si bien psicoanálisis y educación corresponden ciación" permanente (1992: 145)

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

de Melanie Klein, quien había dado forma a lo que Freud apenas niño hasta los últimos momentos de su corta vida. Esa "versión de la
había esbozadoJ historia" que el analista incitaba a construir en la entrevista se con-
Esta técnica sufrió algunos cambios sustantivos a partir de su sideraba, sin embargo, parcial y limitada. Aberastury planteaba que
propia experiencia, que generó una diferenciación con el planteo de "la validez de los datos suministrados por los padres es muy relativa y
Klein: podremos saber más a través del niño mismo" (1962: 144), cuestión
que la condujo a desestimar la realización de entrevistas a padres y a
Mi técnica tuvo sus raíces en la creada por Melanie Klein para el dar prioridad al trabajo directo con el niño, propiciando un primer des-
análisis de niños. Se nutrió de ella durante muchos años, pero mi centra miento de los padres y la postulación del niño como interlocutor
propia experiencia me ha permitido hacer una serie de modifica- directo del analista. El niño emergía como portador de una verdad que
ciones, que considero trascendentales y que expondré a lo largo el analista debía decodificar e interpretar, un analista que debía tener
de estos capítulos. Se basan en una forma especial de conducir las "interés por la investigación". Pero el niño era también considerado
entrevistas con los padres, que hace posible reducir el psicoanálisis un sujeto con historia, tornándose significativos los acontecimientos
de niños a una relación bipersonal con los adultos. Destaco además más pequeños de esa corta vida.
la gran importancia de la primera hora de juego y un hecho que El desplazamiento de los padres puede ser leído en dos sentidos
considero decisivo: que todo niño, aun el muy pequeño, muestra y en interfaz con la pedagogía de la época: por un lado, como parte
desde la primera sesión la comprensión de su enfermedad y el del giro hacia el niño, que se produce también en la historia de la
deseo de curarse (1962: 73). educación a partir del peso de las ideas del movimiento de la Escuela
Nueva entre los años treinta y cincuenta, pero también como parte
Si las raíces estaban en Melanie Klein, ya se planteaba el reconoci- de la construcción de la posición del analista como único interlocutor
miento de la experiencia propia y los aportes originales al psicoanálisis válido del niño. 8 Ya en el siglo XIX Sarmiento cuestionaba la presencia
de niños. Lo que Aberastury conceptuaba como la "técnica actual" de los padres en la escuela y argumentaba acerca de la posición del
consistía en 1956 en la entrevista inicial con los padres, en la cual el maestro como representante del niño (Carli, 2002).
niño no estaba presente pero debía ser informado, y comprendía: la Si en una primera etapa Aberastury recurrió a la práctica de dar
indagación del motivo de la consulta; la reconstrucción de la historia consejos a los padres, más tarde la desestimó, ya que consideraba
del niño; la descripción de un día en su vida para estudiar las relacio- que "el consejo actuaba por la presencia del terapeuta", convirtién-
nes familiares, además de la exploración del desarrollo motriz; la hora dose este último "en un superyó de los padres". Asimismo, redujo al
de juego y la devolución a los padres para indicar si era necesario o mínimo las entrevistas con los padres. Recordemos que los consejos
no un tratamiento del niño, con sesiones semanales. Ese tratamien- para padres eran una práctica llevada adelante en el ámbito europeo
to estaba centrado en el juego del niño y en la interpretación del (Donzelot, 1990) y también argentino (Carli, 1997; Cosse, 2010). En
analista. 1956 el planteo de Aberastury era dar prioridad al trabajo" directo"
En la entrevista inicial, la invitación a los padres a la reconstrucción con el niño y que los efectos positivos de esa intervención revirtieran
de la historia del hijo nos muestra un primer trabajo de historización sobre la familia, en cuanto" es solo la mejoría del niño la que condi-
minuciosa que debía recorrer desde el momento de gestación del ciona un real cambio en el medio ambiente familiar y por lo tanto tra-

8. Sin embargo, respecto de los años sesenta, también se señala que la maternidad fue reafir-
7. Para una mayor profundización en el uso de la técnica de juego por parte de Arminda mada desde un ángulo psicológico, tornándose una responsabilidad más compleja, exigente y
Aberastury, véase Borinsky (2004).
conflictiva (Cosse, 2010: 161-162).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
LA INFANCIA COMO VERDAD

bajo con él en una relación bipersonal como en el análisis de adultos" La concepción de técnica como una "técnica de acercamiento"
(1962: 135). Relación intersubjetiva que constituye al analista, pero que opera por vía del juego y no del lenguaje, la tesis acerca de que
que también posibilita que el niño, aún en proceso de crecimiento, la comunicación preverbal contiene simbolización y de la incapacidad
pueda ser diferenciado del núcleo familiar. del niño para asociar libremente, sostiene al analista en el lugar de
Así como el discurso educativo moderno se configuró a partir del intérprete, capaz de descifrar no solo los designios del juego, sino de
espacio del aula, el discurso del psicoanálisis de niños lo hizo a partir acceder a las profundidades de la psique del niño. 9 La interpretación
de la habitación de juegos como ámbito de producción de saber sobre era considerada por Aberastury producto de un aprendizaje, no era
el niño. En la conferencia de 1946, "Psicoanálisis de niños", definió "espontánea", el analista tenía que" aprender a formular la interpre-
que ese nuevo espacio, la habitación para el análisis del juego, debía tación" y debía haber un "estudio de la formulación" (1962: 104).
tener paredes lavadas y moblaje disponible con juguetes sencillos, un Podemos suponer que ese acercamiento al mundo infantil impli-
lugar listo para "la expresión de las fantasías y experiencias del niño" caba también una identificación con el niño o una conexión con lo
(1991b: 31).
infantil que persiste en el adulto. Aberastury señaló en 1956 que
Ese espacio era considerado como habilitador de la expresión y el analista de niños debía "conocer y jugar suficientemente bien un
de la elaboración, en la medida en que "lo que el niño elabora en amplio número de juegos":
el juego es su propia experiencia", pudiendo "representar papeles
prohibidos por la educación, primero, y después por su superyó" Es indudable que para analizar a un niño no basta un frío cono-
(1991 b: 32-33). Mientras el espacio de la educación se consideraba cimiento de la técnica y de la teoría. Es necesario tener algo del
acechado por la prohibición, el espacio analítico permitía trabajar placer que siente el niño al jugar, mantener algo de la ingenuidad,
con aquel material infantil que había sido objeto de la represión fantasía y capacidad de asombro que son inherentes a la infancia
educativa. Esa visión sobre la educación asociada a la represión no (1962: 104).
consideraba la creciente valoración del juego en los jardines de infan-
tes de la época.
Nuevamente opera una diferenciación velada. Al contrario de un
A su vez, dicho espacio de juego se tornaba significativo a partir de educador demasiado apegado al principio de realidad, el analista se
la intervención del analista de niños, que disponía de una técnica pre- asentaba en el principio del placer, siguiendo la definición freudiana
cisa centrada en la observación y que tenía capacidad para interpretar. que planteaba que" la educación puede describirse, sin más vacilacio-
Aberastury describe así ese tipo de presencia: nes, como incitación a vencer el principio de placer y sustituirlo por el
principio de realidad" (Freud, en Cifali, 1992: 83).
Me limito a observar el juego, las actitudes, expresiones, dibujos, Definido un espacio de producción de saber y un modo de inter-
relatos del niño y en cuanto el material es revelador, realizo la vención profesional, una cuestión polémica y central en la distinción
primera interpretación, la cual, si es suficientemente profunda y entre las escuelas del psicoanálisis de niños refiere a la iniciación tem-
oportuna, abre el camino al inconsciente (1991 b: 31). prana del tratamiento. En la conferencia de 1946, "Indicaciones para
el tratamiento analítico de niños. Un caso clínico", Aberatury enfatizó
La tríada observación-interpretación-acceso al inconsciente resulta
característica. A diferencia de la educación, en el psicoanálisis se sus-
pendería la pretensión regulatoria o normativa del otro, sin que por 9. García analiza cómo en el discurso del psicoanálisis de niños se produce una reducción
ello debamos desechar que, como señala Cifali, "hay algo de pedagó- del simbolismo pensado como objeto mágico y como instrumento de conocimiento, y la inter-
gico en el recinto analítico" (1992: 133). pretación se presenta como un metalenguaje omnipotente que puede darse como un objeto
capaz de modificar los objetos internos del paciente (1978: 203).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

la importancia de la iniciación temprana a partir de la teoría sobre las estaba en condiciones de cuestionar otras miradas, de disentir con
ansiedades infantiles. Señalaba que: las interpretaciones de padres o maestros. El analista accedía a la
"verdad del niño", pero él era su único intérprete. Detengámonos
El análisis de niños pequeños muestra que todo niño sufre una en este párrafo:
ansiedad temprana que alcanza su cúspide al finalizar el primer
año de vida, y que esta ansiedad puede, a veces, no ser elaborada, Un niño ideal para su medio, sometido, obediente, pasivo, adapta-
transformándose en síntomas o crisis difíciles de manejar. En el do a las normas de los adultos, con una vida de fantasía limitada,
lactante son frecuentes y coinciden con la dentición (1991 c: 44). con un nivel de juego que elude lo "turbulento" es desde el punto
de vista del psicoanálisis un neurótico grave. Sin embargo, es muy
Si bien se postulaba que la indicación de tratamiento se haría de difícil que un padre consulte por un problema de este tipo, porque
acuerdo con la gravedad de los síntomas, Aberastury tomaba partido hay una mayor tolerancia para todos los síntomas con predominio
por la posición de Melanie Klein, "quien considera que todo trastorno de inhibición y una tolerancia menor para aquellos en los que pre-
de desarrollo físico o mental puede ser influido favorablemente por el domina la descarga.
análisis" (1991 c: 41). Esta intervención temprana, bajo el argumento Muchas veces un niño es aparentemente normal y el diagnóstico
de la profilaxis, mostraba a su vez una anticipación notable del análisis y luego el análisis revelan su gravedad. En esos casos el análisis de
del niño: cuando él aún no estaba dotado de lenguaje ni jugaba, se un niño puede ser la profilaxis de una neurosis grave en el futuro
tornaba ya objeto de interpretación. Esto se debía a la concepción de (Aberastury, 1991 c: 42).
la naturaleza cuasi adulta del niño, como sostendría en una de sus
conferencias de los años setenta: Ese niño" normal" para el educador o para los padres era objeto
de otra mirada por parte del analista, lo cual invertía los parámetros
Mi punto de vista se sustenta en la convicción de que un niño es normalidad-anormalidad del campo educativo. Ese niño disciplinado
alguien que piensa, siente, percibe, comprende y puede expresar y dócil, "ideal" para el ámbito escolar, resultaba "anormal" para
su mundo interno, aun desde el primer año de vida (a partir de esta el analista. Desde ese ángulo de visión, se iluminaba aquello que
edad considero que puede analizarse a un niño) (1991d: 17). quedaba a oscuras en la mirada paterna o pedagógica: el analista
reparaba en lo que no provocaba asombro en otros y eso lo consti-
En los historiales se hace referencia a niños pequeños que asis- tuía como intérprete, con un plus de legitimidad respecto de padres
tían entre cuatro y cinco sesiones semanales. Lo que se denominó o educadores.
entonces como "psicoanálisis del lactante" también da cuenta de la Esa mirada del analista se vinculaba con el rol desmistificador adju-
creencia en el valor de la intervención temprana, que era a la vez una dicado al psicoanálisis. En 1956, en una conferencia en la APA titulada
forma de trabajar en la reeducación de los padres cuando aún no se "Una nueva psicología del niño a la luz de los descubrimientos de
habían constituido como tales. Se trataba de una cuestión polémica, Freud" en la que resumió los aportes freudianos, Aberastury destacó
porque la presencia del analista se producía en un tiempo de cons- el rol desmitificador del saber científico respecto del saber profano
trucción de los vínculos filiales y desplazaba no solo a los padres, sino sobre el niño y su tratamiento, en cuanto el psicoanálisis debía enfren-
también al pediatra. Si la iniciación temprana del jardín de infantes tarse con la "destrucción de ideas muy arraigadas, en la mente de los
siempre halló resistencias y debates, la postulación del psicoanálisis adultos, como el paraíso de la infancia, la idealización acerca del niño,
del lactante no hacía más que probar el carácter diferencial y legítimo de la madre y de la maternidad, y la desvalorización del rol del padre
de la mirada del analista, en cuanto miraba lo que otros no veían y en las primeras etapas del desarrollo" (1991 e: 63).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

El reconocimiento de las tendencias destructivas en el niño y de Si antes eran el maestro y el médico los agentes que poseían un
la sexualidad infantil, la nueva consideración de la masturbación, el saber sobre la educación y la salud del niño que transmitían a los
replanteo de la relación con los padres y la nueva moral del niño son padres para una adecuada crianza, ahora el analista era considerado
los tópicos que Aberastury enumera como parte de un nuevo saber poseedor de un saber sobre la psique infantil del que los otros care-
que tendría capacidad de romper con ciertos mitos, con ciertos enun- cían. Ese saber estaba ligado a lo profundo, a lo no visible, a lo opaco.
ciados idealistas sobre el niño. Según Millot (1993), la impugnación Según Donzelot, la divulgación del psicoanálisis provocó un "despla-
del idealismo lleva a cuestionar los efectos negativos tanto de la peda- zamiento del interés familiar del exterior al interior", un desplazamien-
gogía tradicional como de la roussoniana. Sin embargo, ese "niño to a la escena familiar (1990: 222).
psi" que en los años sesenta se buscaba diferenciar de los retratos Bajo el argumento del logro de una mayor autonomía del niño,
infantiles del pasado también se constituyó en una forma idealizada, el analista se interponía en la relación entre padres e hijos como
configurada en la trama de un conocimiento con pretensión cientí- portador de un nuevo saber, pero también como figura que se hacía
fica, capaz de colonizar -no sin resistencias- un campo de saberes responsable del niño al mismo tiempo que lo responsabilizaba. Un
preexistentes. ejemplo paradigmático de esta situación se refiere a la cuestión de los
honorarios del analista. Aberastury sostenía que el niño, aun de muy
corta edad, debía ser el que entregara el dinero al terapeuta, bajo el
Del psicoanálisis a la pedagogía o los límites de un saber argumento de que "en la medida en que se hace responsable en otros
planos, [el niño] reclama aquí también el derecho a una mayor inde-
El texto "Introducción", artículo escrito para un congreso en Nueva pendencia" (1962: 105). El niño debía poder calcular la cantidad de
York en 1970, presenta una revisión de lo hecho hasta entonces en horas de sesiones y los honorarios correspondientes, aunque no fuera
el campo del psicoanálisis de niños. Algunos enunciados reafirman un dinero propio. En lo que llamaría la técnica actual, "la función
el lugar que el psicoanálisis de niños pretendía ocupar en la relación del padre se limita a enviar al hijo al análisis y pagar su tratamiento"
infancia-sociedad como portador de un saber privilegiado: era un (1962: 139)
saber al que no podían acceder los padres. Uno de esos enunciados Sin embargo, ya pesar de este lugar adjudicado al niño, Aberastury
refiere al secreto en el encuadre analítico; debía producirse un "secre- comienza a revisar ciertos mitos sobre la libertad infantil, que la difu-
to absoluto" entre el analista y el niño, y concederse pocas entrevistas sión pedagógica del psicoanálisis había colaborado en instalar. Si en
a los padres para no revelarles "ningún detalle de las sesiones" por- sus comienzos el psicoanálisis había favorecido cierta desmistificación,
que el niño "es capaz de dar información sobre el proceso analítico" luego habría propiciado la instalación de nuevos mitos, entre otros
(1991d: 17). el de la libertad absoluta del niño, en buena medida vinculados con
Ese secreto suponía un cambio de posiciones de los padres en la expansión de un modelo psicológico de crianza durante los años
relación con el niño y una interposición del analista en ese vínculo, sesenta en las clases medias (Cosse, 2010).10 En "La libertad y sus
que llegaba a provocar -según destacaba la propia Aberastury- la límites en la educación", texto posterior a 1969, Aberastury revisa
reactivación de fantasías en los padres sobre el robo de los hijos por críticamente la relación entre libertad, instintos y mundo exterior,
parte del analista (1991 c: 16). El cajón con juguetes cerrado herméti- basándose en los conceptos de maduración y desarrollo de la teoría
camente con el que se encontraba el niño al comienzo de la sesión se
presentaba como "símbolo de la situación de secreto íntimo" (1991c:
17). Secreto entre analista y niño, y secreto del inconsciente, del que
10. En otro capítulo de este libro, nos detenemos en la indagación de la expansión de las
solo podía ser testigo el analista. pedagogías "psi" en las clases medias urbanas.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

piagetiana. Cuestiona a partir de entonces la idea de "permisibilidad cuestión era cómo pensar una idea de libertad infantil regulada por el
sin límites", de "mundo ficticio de libertad instintiva" (1991f: 77), adulto. Mientras en los inicios del psicoanálisis de niños se excluyó a
que habría saturado muchas experiencias educativas con impronta los padres de la díada niño-analista, siguiendo el leitmotiv kleiniano,
psicoanalítica -y suponemos muchas prácticas de crianza y sesiones con un gesto de afirmación de un discurso profesional, en esta etapa
analíticas-, y comienza a postular la necesidad de un "equilibrio entre se planteaba un nuevo acercamiento a ellos a partir del consejo que
el permitir y el prohibir", evidenciando cierto pasaje de la fascinación formulaba Aberastury de no provocar un descentramiento del adulto
pulsional a la estructuración piagetiana: con consecuencias negativas sobre el niño. Peligro del niño tirano, de
un narcisismo infantil exacerbado, como resultado de los desbordes
La técnica analítica para tratar niños trató de dar libertad dentro de comprensivos y analíticos o de la divulgación psicoanalítica.
un encuadre, que si bien no era rígido, tendía a crear un continente Entre fines de los años cincuenta y fines de los años sesenta, se produjo
seguro y estable para las sesiones analíticas. Es este clima el que bus- en el discurso del psicoanálisis de niños un pasaje del centramiento en el
camos también en la crianza de un niño. niño -en el marco de un dispositivo y una técnica, así como la emergen-
En cuanto a la educación, los aportes del psicoanálisis a la psicolo- cia de la figura profesional del psicoanalista de niños- al descentramiento
gía evolutiva hicieron posible que se encontrasen límites, normas del niño -en un contexto de diálogo interdisciplinario que propicia una
y estabilidad en el otorgamiento de la libertad, adecuándolos a lo revalorización de los padres como interlocutores-. Ese pasaje traduce un
que ya se conoce sobre maduración y desarrollo (1991f: 78). cierto balance sobre los efectos de la circulación del psicoanálisis en el
terreno familiar, social y cultural, pero también un balance profesional de
Según Fendrik, una de las contradicciones de Aberastury fue "cae[r] Aberastury. Se verifica una revisión crítica de la divulgación mediática del
inevitablemente en criterios evolutivos normativos y pedagógicos", psicoanálisis y de su implementación dogmática.
utilizando, desde una perspectiva empirista y pragmática, un "mix" de Hacia los años setenta, Aberastury alertaba:
conceptos psicoanalíticos, de la psicología evolutiva, pautas normativas
e ideales culturales (2006: 33). Sin embargo, debemos preguntarnos por La vida de un hijo no puede anular la de los padres y tan peligroso
las razones de esa mezcla de conceptos de distintos campos (teoría del como el abandono es someter la vida entera a un cuidado obsesivo
desarrollo, psicología evolutiva, ordenadores del trabajo pedagógico en y ansioso del bebé. [ ... ] No es posible que el mundo del juego y los
el jardín de infantes) y la propia interlocución del psicoanálisis con otros juguetes del niño invadan toda la casa del adulto, porque enton-
discursos. Superado el momento de afirmación de la "originalidad" del ces este deja de tener su propio ámbito y se crea un consciente e
psicoanálisis, podemos suponer que Aberastury comenzaba a reconocer inconsciente mundo de hostilidad (1991f: 78-79).
en una especie de balance crítico que la mirada del crecimiento del niño
se producía en una intertextualidad o en una constelación de discursos Hay aquí un fuerte cuestionamiento a la precocidad del hijo estimula-
sobre la infancia; en palabras de Cifali, en una "confusión de lenguas". da por los propios padres -que podríamos poner en relación con la pre-
Si en un primer paso, en el momento de fundación del psicoa- coz intervención del psicoanálisis en la vida del recién nacido-, alertando
nálisis de niños en el país, la operación había sido distinguirlo de la sobre la amenaza que significa la inversión del vínculo entre generaciones
educación descalificada por su dimensión represiva, en esta etapa la y el peligro de infantilización del adulto y de adultización del niño.
educación comenzaba a ser reconsiderada como interlocutora para Este fenómeno, prototípico de la burguesía profesional, recuerda
pautar la libertad, para establecer una graduación, un equilibrio. Se la impugnación de Sarmiento en el siglo XIX a las elites de su época
estaba produciendo un reconocimiento de los elementos comunes, respecto de la crianza de los hijos con el manual Emilio, de Rousseau.
de identidad, entre psicoanálisis, crianza y educación; en suma, la Las nuevas elites que incorporaron el psicoanálisis de niños modifi-

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA
LA INFANCIA COMO VERDAD

caron SU modalidad de ejercicio de la paternidad y de la maternidad las experiencias educativas de orientación psicoanalítica, estaban en
(Cosse, 2009, 2010), convirtiéndose en "espectadores" de un niño la base de esta reflexión sobre la libertad del niño, pero seguramente
que dejaba tirados sus juguetes, que dormía cuando quería y que no también lo estaba el balance de la labor profesional de Aberastury ante
tenía horarios. Aberastury sostenía entonces: la desorientación de los padres que habían llevado adelante una crianza
de los hijos imbuida de ideas psicoanalíticas. 12 Delia Etcheverry, en un
La libertad está dada por una norma esencial de convivencia: los comentario bibliográfico publicado en 1964 en el periódico Educación
derechos de comunicación del niño no tienen que interferir con Popular por la edición del texto Summerhill, de A. S. Neill, alertaba que
los derechos paralelos del adulto. Así como no es posible que este esa experiencia debía ser meditada y ubicada en su contexto, pregun-
se desentienda por completo de lo que el niño trata de expresar, tándose en particular por el supuesto divorcio entre la libertad del niño
tampoco es posible que la maternidad y paternidad los transforme y la formación e inculcación de hábitos en la familia y en la escuela. 1I
en meros espectadores ansiosos, gozosos, vanidosos, entusiastas En una primera etapa, Aberastury insistió en marcar la diferencia
de los logros que va realizando el niño y que la vida mental de los específica del psicoanálisis de niños respecto del de adultos, que con- 11
adultos en vez de ir progresando en su nivel de adulto se reduzca dujo a la construcción de una serie de equivalencias y a la modulación
al mundo del niño (1991f: 86). de otro orden discursivo. Sostuvo entonces que "para juzgar la neuro-
sis de un niño no nos podemos valer de las mismas pautas que usamos
La antinomia entre libertad y autoridad, clásica ya en la historia al valorar la neurosis del adulto" (1991 c: 43). Esas diferencias permi-
de la pedagogía, en el psicoanálisis encuentra una nueva inflexión y tieron la delimitación de un espacio propio, de un saber específico y
deja sus huellas en la obra de Aberastury. Pero mientras que en los de una modalidad de intervención: la diferenciación del niño respecto
años cuarenta el psicoanálisis impugnaba los efectos nocivos de una del adulto, la distinción de sus respectivas neurosis y la creación de los
escuela y una familia de tipo tradicional, con rasgos autoritarios, en especialistas encargados de abordarlas.
los sesenta debía abrirse paso en un escenario donde la emergencia Pero en esa revisión de su obra que Aberastury realizó en 1970 se
de un tipo de familia moderna, los procesos de renovación pedagógica destacaron las similitudes con el psicoanálisis de adultos, como una
en las escuelas y el clima político radicalizado favorecían modalidades especie de inversión del momento inicial. Si bien la técnica del análisis
más permisivas de crianza y educación. Si bien se asistía a una época de niños era específica, se planteaba que el encuadre terapéutico era
en la que "ya no se tiene el derecho, como en las edades oscuras, de "similar al del adulto". El psicoanálisis de niños, que comenzó como
malograr a los hijos" (Vitia Hessel, cit. en Donzelot, 1990: 22 era n un nicho dentro de un núcleo teórico y profesional dominado por
preciso establecer ciertos límites en lo que respecta al protagonismo hombres y hombres médicos, se encontraba a esa altura en un lugar
del niño en la escena familiar. El "proceso de responsabilización psico- de mayor legitimidad y reconocimiento. La experiencia de las mujeres,
pedagógica de los padres" (Donzelot, 1990: 220) había generado psicoanalistas de niños, ya tenía más de una década.
efectos impredecibles, entre otros, la pérdida del rumbo en cuanto a
las posiciones de autoridad frente a los niños.
Una dura herencia de fracasos pedagógicos y la polémica generada
de la escuela en el sistema capitalista, la influencia de Wilheim Reich, el rechazo a la represión
por la experiencia de Summerhill,11 así como el rechazo de Freud de de la sexualidad infantil a favor de las ideas de comprensión, amor y libertad. Consistió en un
Internado de cincuenta a setenta niños de ambos sexos, de 4 a 17 años, con imposiciones
mínimas relativas a horarios de sueño y comida, además de la seguridad de los niños y con la
supresión de todo sistema de represión, predominando, en cambio, una autorregulación.
11. La experiencia de Summerhill, llevada adelante por Neill (1883-1973), puede ser situada,
12. No pocos testimonios de padres profesionales señalan que la crianza de sus hijos estuvo
según Palacios, como un ejemplo de reformismo pedagógico o como un paradigma de edu-
permeada por ideas psicoanalíticas y consultas tempranas a especialistas, lo cual tuvo efectos
cación antiautoritaria (1996: 183). Se caracterizó por la crítica a las posibilidades de reforma
paradójicos en la trayectoria posterior de dichos hijos.

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LA INFANCIA COMO VERDAD
LA MEMORIA DE LA INFA
....N:. .:.C.:.I.A
.....:................................

La expectativa del hijo: historia o destino duzca un sueño es necesaria una larga historia previa; también es
preciso que un hecho del día -resto diurno- ponga en movimiento
Los libros y artículos analizados hasta ahora eran para lectores toda esa historia del pasado y tenga así la fuerza suficiente para
cultos, profesionales. El texto de Aberastury El niño y sus juegos, cuya llegar a la creación.
primera edición es de 1968, estaba dirigido al lector profano. Texto de Así, en cierto modo, se hizo este libro. El resto diurno fue nuestro
divulgación que, según la autora, "debe llegar tanto al padre común diálogo: la historia, mis veintiséis años de trabajo con niños. Como
como al investigador del desarrollo del niño", pero a la vez texto en los sueños, trabajábamos con imágenes, pero era necesario
familiar relacionado con el propio mundo doméstico y con la mater- que estas se expresasen con palabras para que pudiesen llegar a la
nidad. Toma forma a partir de la demanda del hijo, lo cual posiciona conciencia (1981: 9).
a Aberastury no solo como autora intelectual, sino como madre. La
introducción del texto señala: El juego se plantea como lugar de elaboración de lo doloroso y de
lo traumático, pero también como espacio de evolución y maduración
Uno de mis hijos, Marcelo Pichon-Riviere, me preguntó qué podría de un niño. "La larga serie de experiencias" del niño que busca mos-
leer sobre actividad de juego y desarrollo. Necesitaba que no fuera trar Aberastury indica el gran aporte de su obra de tantos años: ese
muy técnico; debía preparar un programa de televisión sobre el sig- pequeñísimo niño tenía una larga historia, llena de sutiles y grandiosos
nificado del juego en cada edad y le parecía interesante transmitir a acontecimientos. Por ello el libro es el despliegue de una estética de la
los padres experiencias cotidianas o algo que les resultara útil para infancia que es también una ética.
comprender a sus hijos [ ... l. Pensé entonces que era muy poco lo Pero ese discurrir casi onírico del texto tiene un "resto diurno", que
que se había escrito sobre el tema, y que aun esas pocas obras son los veintiséis años de trabajo con niños de Aberastury y el peso de
.eran muy especializadas, y decidí dialogar con él y transmitirle mi la institución psicoanalítica. El texto comienza y culmina con una tesis
experiencia (1981 : 7). kleiniana, la "expectativa del hijo", el encuentro exitoso o fallido entre
la expectativa infantil y las posibilidades del adulto; expectativa que
Gesto inaugural que da pie a lo profano por dos vías: la divulgación parece determinar que haya historia o destino, y que puede ligarse
y la transmisión al hijo de un saber y de una experiencia. El libro fue con las críticas de Bleichmar (1993) a la perspectiva kleiniana como
dedicado" a mis hijos Enrique, Joaquín y Marcelo". Luego de la ope- endogenista, por partir de la tesis de un inconsciente infantil dado
ración de legitimación del psicoanálisis de niños de fines de los años desde los orígenes.
cincuenta, el discurso adquiere otro margen de libertad; la escritura de Dice Aberastury:
Aberastury es definitivamente otra, más flexible, más liviana. La propia
experiencia de armado del libro le permite al hijo reconocer su "auto- El niño trae al nacer la expectativa de qué tipo de madre le vendrá
biografía lúdica". Un libro escrito en colaboración, en el que participa al encuentro. Si se combinan ese hijo que necesita madre con
también la fotógrafa Andy Goldstein, y que descentra a Aberastury de una madre dispuesta a entregarse, se da la gozosa experiencia de
su lugar de analista, provocando el recuerdo vertiginoso de casos y la una maternidad feliz. Lo mismo ocurre con la paternidad, porque
aparición de imágenes: con la misma intensidad que el niño necesita una madre al nacer,
precisará del padre, cuando aproximadamente en el cuarto mes de
Los textos son deliberadamente cortos, casi los compararía un vida, se va separando de la madre y en especial de la relación única
poco con los sueños: al recordarlos su contenido manifiesto es con ella (1981: 5).
breve, a veces imágenes y algunas palabras. Pero para que se pro- El niño trajo al nacer la expectativa del tipo de padres que vendrían a

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA INFANCIA COMO VERDAD

su encuentro. La totalidad de sus experiencias con ellos y con el mundo de Investigaciones, n° XI, Facultad de Psicología, Universidad de
determinarán ahora su forma de anhelar y recibir a un hijo (1981: 86). Buenos Aires.
BLEICHMAR, Silvia (1993), La fundación de lo inconciente. Buenos
El final trágico de Arminda Aberastury13 dio un cierre imprevisto Aires: Amorrortu.
a una larga experiencia de trabajo en un momento de instituciona- BUCHBINDER, Pablo (1997), Historia de la Facultad de Filosofía y Letras.
lización del psicoanálisis de niños, en el que las articulaciones con la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires: Eudeba.
educación se resignificaban a la luz de nuevas producciones teóricas y CARLI, Sandra (1997), "Infancia, psicoanálisis y crisis de generaciones.
debates, pero en un momento también en el que nuevas tendencias Una exploración de las nuevas formas del debate en educación",
al interior del campo del psicoanálisis ponían en cuestión las lecturas en PUIGGRÓS, Adriana (dir.), Democracias, dictaduras y utopías en
vigentes de la herencia freudiana y sus límites sociales. la historia reciente de la educación argentina (1955-1983), t. VIII.
Buenos Aires: Galerna.
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132
En los años setenta, lo que llamaremos la "pedagogía del niño
pequeño" adquiere una configuración precisa, junto con la caracteri-
zación institucional del jardín de infantes como ámbito especializado
dedicado al cuidado y a la educación de la primera infancia. En un
escenario de modernización social y cultural de las clases medias,
de una notable presencia de la mujer en el mundo del trabajo, de
demandas de atención de los niños por parte de distintos sectores
sociales y de desarrollo de nuevos conocimientos sobre los primeros
años de vida, la educación de la primera infancia asume una relevan-
cia inédita y una expansión que se liga con tendencias internaciona-
les. En esa época, se utilizaba la expresión "educación preprimaria"
o "educación preescolar" para referirse a los años previos al primer
grado. En los ochenta, encontramos el comienzo de una identifica-
ción institucional y pedagógica del "nivel inicial" en sentido estricto,
con sus dos ciclos (de 45 días a 2 años y de 3 a 5 años) con pretensión
de autonomía y características propias dentro del sistema educativo.
¿Cómo relatar la construcción histórica de esa pedagogía del niño
pequeño, atenta a los sutiles y complejos detalles y acontecimientos
de la vida infantil en los convulsionados años setenta?; ¿cómo com-
prender la emergencia de una sensibilidad pedagógica y de una mirada
profesional?; ¿cómo acercarse al reconocimiento social que adquiere el
jardín de infantes como un ámbito necesario y confiable para la educa-
ción de los niños más pequeños? Hace más de diez años, en noviembre
de 1999, realizamos una entrevista 1 a una de las principales referentes

1. La entrevista fue realizada por las autoras de este texto en noviembre de 1999, en el marco
del proyecto de investigación "Instituto Superior del Profesorado Sara Ch. de Eccleston.
Orígenes e historia reciente (1939-1989)", Instituto de Formación Docente Sara Ch. de

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGfA DEL NIÑO PEQUEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDíN DE INFANTES

del nivel inicial, Hebe San Martín de Duprat, cuyo itinerario de vida primeros años de vida de un niño, que se desplegarán en el ciclo demo-
era una vía para comprender ciertas etapas, tendencias y debates de crático y que oscilan entre la asistencia, el cuidado y la educación.
la historia del jardín de infantes en la Argentina, así como un camino Tal como lo hacía Duprat con distintas colegas, este capítulo ha sido
para dar respuesta a algunas de estas preguntas. escrito en colaboración. Nos proponemos trazar un relato sobre los
Al releer hoy ese testimonio es necesario tener en cuenta, en primer fenómenos emergentes de los años setenta, en el campo del jardín de
lugar, el tiempo y el espacio. En aquel entonces se estaba produciendo infantes, a través del seguimiento de un itinerario biográfico. Entre esos
el cierre de un ciclo caracterizado por políticas de carácter neoliberal, fenómenos se encontraban, en los primeros setenta, la irrupción de
por la reforma del sistema educativo y por el cambio de la estructura una producción editorial especializada en el tema, las demandas de las
social de la Argentina, y se abría la expectativa de una nueva agenda clases medias de educación de los hijos y la construcción de una nueva
político-educativa a cargo del triunfante gobierno de la Alianza en las mirada política, social y pedagógica del niño pequeño. La dictadura
elecciones de octubre de 1999. Muchas cuestiones seguían pendientes militar produjo una clausura que, sin embargo, no suspendió el pensa-
en la educación del niño pequeño luego de una década marcada por miento sobre el nivel y buscó prolongar ciertos horizontes y abrir nuevas
algunos debates y polémicas curriculares e institucionales acerca del reflexiones y posibilidades de acciones y creaciones institucionales.
nivel inicial. Duprat estaba implicada en ese nuevo escenario que se Este itinerario biográfico corresponde a una figura que, como
comenzaba a perfilar, continuando con el estilo de participación activa tantas otras del campo de la educación, combina la producción
en el plano político que la había caracterizado en otros momentos intelectual, el desarrollo de prácticas en distintos ámbitos educativos
históricos; sin embargo, ya presentía que la conducción de esa nueva (públicos y privados), las intervenciones en la esfera del Estado, la par-
etapa no sería la esperada. 2 Entre las cuestiones pendientes, estaba ticipación en espacios y movimientos de la sociedad civil, la actividad
la falta de reconocimiento de la Ley Federal de Educación de 1994 académica. La historia intelectual destaca la importancia de estudiar
del nivel inicial como unidad pedagógica con sus dos ciclos; por otra los pasajes y la circulación de individuos, ideas, modelos institucio-
parte, la aplicación de dicha ley en lo que respecta a la obligatoriedad nales y formas de intervención (Neiburg y Plotkin, 2004). El itinerario
de la sala de 5 años había provocado el cierre de salas de 3 y 4 años de Duprat puede ser abordado desde esta perspectiva, aun cuando
en distintos lugares del país, lo cual era percibido como un retroceso. parecería no ajustarse a la clásica figura de "intelectual" que abordan
En segundo lugar, la relectura de ese testimonio diez años después los estudios históricos. No obstante, se trata de la trayectoria de una
permite reconocer las transformaciones de las visiones pedagógicas profesora de nivel inicial, de una pedagoga con un alto perfil político,
sobre el niño pequeño y, como correlato, del jardín de infantes y del que produce conocimiento social (pedagógico, profesional, político-
nivel inicial en sentido amplio, que se producen a partir de los años educativo) y que además está implicada en la circulación en distintas
setenta en adelante. Transformaciones que revelan la trama compleja de esferas, experiencias institucionales y proyectos de carácter colectivo,
actores y perspectivas existentes en torno al cuidado y la atención de los en la producción de ideas y en su transmisión.
El feminismo ofrece perspectivas teóricas para comprender ese
tejido complejo, en la historia de las mujeres, entre lo personal y lo
Eccleston-Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofia y
político, entre la vida privada y la intervención pública. El jardín de
Letras (UBA), 1999, bajo la dirección de Sandra Carli y con la participación de Patricia Miranda,
Laura Vasta, Susana Pires Mateus y Silvia González. Hebe San Martín de Duprat falleció en infantes parece ser, por otra parte, un "asunto de mujeres".3 El uso
abril de 2000.
2. Hebe Duprat tuvo continuada militancia en el Partido Intransigente. Luego de los polémicos
mandatos de Menem, el gobierno de Fernando de la Rúa designó a Juan José Llach como
ministro de Educación, una figura de la Fundación Meditarránea vinculada al sector privado 3. En uno de los folletos de un homenaje, una fotografía muestra a Hebe Duprat rodeada
sin trayectoria en el sector público. Llach fue autor del libro Educación para todos (1999), de mujeres, todas colegas del nivel inicial de distintas generaciones, como una verdadera
escrito junto con Silvia Montoya y Flavia Roldán. cofradía.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGIA DEL NIÑO

del apellido de casada que, aunque común en los sesenta y en el nivel privados. Luego de casarse con un economista brasilero, vivió en Brasil
inicial,4 ella conserva con posterioridad, parece un resto tradicional en varios años, donde tomó contacto con la pedagogía de la Escuela
la trayectoria de una figura que dista de ser tradicional, más cercana Nueva.
al gesto de ruptura, de innovación y de compromiso colectivo de los Cuando retornó en 1965, ya había tenido a su primera hija.
años setenta. Por otra parte, la producción de conocimiento asume Comenzó a trabajar como maestra en el Jardín de Infantes N° 1 de
rasgos propios, en esa peculiar combinación entre acción política y Vicente López, donde Cristina Fritzsche era directora. 6 En 1968, ambas
sensibilidad, entre intervenciones individuales y escritos en coautoría,5 publicaron Fundamentos y estructura del jardín de infantes. Para
que el feminismo ha destacado como modalidad particular del trabajo entonces Hebe tenía 38 años. Según Duprat, el libro fue resultado
intelectual de muchas mujeres. de la experiencia de renovación pedagógica en ese jardín, experiencia
La producción de Duprat sobre la pedagogía del niño pequeño que con anterioridad Fritzsche también había ensayado en Córdoba.
y sobre el jardín de infantes se despliega en una escena histórica La idea del libro había sido sugerida por Luis Zanotti,7 a quien conocía
donde se producen avances y retrocesos en numerosos aspectos: por haber sido ambos maestros en una misma escuela. Fue" escrito a
la inserción de la mujer en el trabajo y en la educación, las visiones escondidas", porque no estaba autorizado por la inspectora en plena
sobre las nuevas generaciones, los alcances y sentidos de las políticas Revolución Argentina.
educativas y sociales, las fronteras entre lo público y lo privado, las Pero ¿qué significa la publicación de ese libro?; ¿por qué dete-
configuraciones familiares, el reconocimiento al derecho a la educa- nernos en él? Porque ese libro -cuya primera edición fue en 1968,
ción. Su itinerario biográfico e intelectual revela la continuidad de la segunda en 1970 y la última que conocemos en 1977, cuando lo
un compromiso político que ahonda en un horizonte social de inclu- prohibió la dictadura militar- colocó en primer plano la cuestión de la
sión de los niños tanto desde el punto de vista institucional como renovación pedagógica del jardín de infantes. Hasta entonces se con-
pedagógico. taba con pocos libros sobre el tema, y los existentes habían quedado
desactualizados respecto del cambio cultural y de las ideas pedagó-
gicas de los años sesenta (Miranda y otros, 2006). La publicación de
La publicación de Fundamentos y estructura del jardín de Fundamentos y estructura ... inauguró una nueva presencia editorial
infantes en los años sesenta del tema: en 1969 se publicaron dos libros también relevantes, el de
Celia de Germani y colaboradoras, Teoría y práctica de la educación
Hebe A. San Martín de Duprat nació en 1930, en Neuquén. Luego preescolar, editado por Eudeba,8 y el de Martha Salotti, Jardines de
de estudiar magisterio, tuvo una primera experiencia en el sur del
país como maestra de primer grado en una zona desfavorable. Más
tarde, en 1949, ingresó en el Profesorado Sara Ch. de Eccleston, lo
6. Cristina Fritzsche había sido profesora de Duprat en el Profesorado Sara Ch. de
que le permitió acceder a sus primeros trabajos en jardines públicos y Eccleston. Luego participarían juntas en el centro de egresadas de la institución, en la OME?
(Organización Mundial de Educación Preescolar) y en la producción del libro, compartiendo,
según el testimonio de Duprat, una perspectiva crítica sobre la formación.
7. Director de la colección "Biblioteca de Ciencias de la Educación" de la editorial Estrada.
4. La Ley 18.248 de 1969 obligaba a las mujeres casadas a usar la preposición "de" para Fundamentos y estructura del jardín de infantes fue el primer volumen publicado en esa
anexar el apellido del esposo, aunque se hacían excepciones para las "mujeres conocidas", colección.
que empleaban solo el apellido de soltera (Barrancos, 2007: 237). 8. El libro de Celia de Germani compila textos de Ana María de Babini, Telma Reca, Frida
5. En tanto los textos publicados por Duprat son en muchos casos escritos en coa uta ría o de Mantovani, Patricia Stokoe, Susana Algarañaz, entre otras, y cubre el amplio espectro
contribuciones individuales en libros colectivos, otros itinerarios intelectuales entran en diá- de disciplinas y áreas de interés para el jardín de infantes. Tuvo cuatro ediciones. Celia
logo en este recorrido histórico centrado en una figura (entre otros, los de Cristina Fritzsche, Carpi de Germani fue profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de
Lydia P. de Bosch y Ana Malajovich). Buenos Aires.

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infantes,9 por editorial Kapelusz. Cabe destacar también la publicación situar la emergencia de la renovación (sus ámbitos y sus protago-
de enciclopedias, folletos, guías didácticas, que indican un corpus nistas). Los libros que se producían estaban ligados a experiencias
textual heterogéneo y la búsqueda de conformación de un público institucionales, ya que sus autoras eran en muchos casos directoras
lector integrado por estudiantes y graduadas de los profesorados de de jardines de infantes o maestras, pero también revelan tendencias
jardín de infantes, a la vez lectoras y usuarias de textos, materiales y históricas de la educación inicial en el país, que seguramente pueden
propuestas para el trabajo cotidiano en las salas. pensarse como tradiciones pedagógicas en germen. El libro de Salotti
Fundamentos y estructura... introdujo una primera polémica, (1969), por ejemplo, buscaba afirmar la existencia de una "didáctica
referida el lugar donde había comenzado la renovación pedagógica argentina" que se retrotraía a Rosario Vera Peñaloza en plena promo-
del jardín de infantes y los alcances que esta tenía; en suma, a cuál ción internacional del jardín de infantes por la Unesco, describiendo la
era la experiencia institucional que había dado lugar a la producción experiencia desarrollada en el Instituto Bernasconi. La polémica que se
del libro. El prólogo fue solicitado a Margarita Ravioli -rectora del lee entrelíneas, en el prólogo de Ravioli a Fundamentos y estructura ... ,
Profesorado Sara Ch. de Eccleston desde 1937 hasta su muerte, en excede las particularidades de la prologuista y de las autoras del libro,
1977-, quien reflexionó sobre la propuesta de renovación a través para referirse en cambio al impacto notable de una nueva produc-
de la mirada retrospectiva de la historia de la institución que presidía, ción intelectual sobre el jardín de infantes, que no había sido hasta
ubicando la primera experiencia desarrollada en una sección.'o Sin entonces objeto de demasiados trabajos sistemáticos o de un estudio
embargo, según el testimonio de Duprat, la experiencia de referencia adecuado y completo en el marco de la historia del sistema educativo
del libro había sido la desarrollada en el jardín de infantes de Vicente y de la pedagogía. Ese libro era contundente y marcaba un antes y un
López. El prólogo deja ver el proceso de discusión y de resistencias a después sobre el tema."
la ruptura que la renovación pedagógica provocaba, pero también El libro introduce, sistematiza y desarrolla los aspectos centrales
la cuestión de su autoría. Ravioli reconocía que "volvían a la cátedra de una institución como el jardín de infantes, con mayor legitimidad
graduadas por nuevos estudios y por experiencias maduras [ ... ] un internacional y reconocimiento en el sistema educativo, a la que se le
grupo fuerte, homogéneo, coordinado, de calidades técnicas nada adjudica el papel de ofrecer una ayuda especializada a la familia para
comunes, disciplinado en el estudio sistemático" (Fritzsche y Duprat, la educación y atención del niño. "La familia busca en la sociedad
1968: s/n). apoyo para la protección de sus hijos, pues los padres no alcanzan, a
En los años setenta comenzaba así un debate vinculado con la pesar de sus esfuerzos, para resolver por sí solos las necesidades de
necesidad de construir una genealogía histórica del jardín de infantes la infancia actual" (Fritzsche y Duprat, 1968: 1). En la misma línea
(con sus orígenes míticos, sus figuras fundadoras, su tradición) y de de reflexión de las autoras de Fundamentos y estructura ... , Celia de
Germani ahondaría en su libro en la importancia del jardín de infantes
para las familias modernas urbanas, vinculando la difusión de este tipo
9. El libro de Martha Salotti -quien había sido entre 1957 y 1964 directora general del de institución con los procesos de modernización y urbanización.'2 El
Instituto Félix Bernasconi y desde 1965 rectora del Instituto SUMMA, dedicado a la formación
de maestras jardineras- se caracteriza por fundamentar la existencia de una tradición argen-
tina en el nivel inicial.
10. "El grupo demasiado bullanguero que descubría un sapo en el jardín, la caída tremenda- 11. "Se transformó en la Biblia", recordó C. Fritzsche en un testimonio anterior (Carli, 1997:
mente ruidosa de una alta torre de bloques -deliberadamente alta para desatar tales ruidos-, 269).
las carreras desordenadas (de los niños, acostumbrados a filas y al orden), los lentos progresos 12. "La función del jardín de infantes en el proceso de individuación y socialización del niño es
en la formación de hábitos fundamentales y las fisuras en el proceso del ejercicio de la liber- doble: por un lado, proporciona esa sociedad infantil que es la condición indispensable para la
tad conmovían en sus bases el orden tradicional de la casa y amenazaban con la quiebra del experiencia y la práctica de la vida social; por el otro, asegura el tránsito adecuado del grupo fami-
esquema exacto de la carpeta didáctica, tan perfecto durante muchos años, que no requería liar a la sociedad extra familiar, otro paso fundamental en la formación psicológica del individuo.
ser modificado" (Ravioli, cit. en Fritzsche y Duprat, 1968: s/n).
Porque la superación de la dependencia del pequeño con respecto al grupo adulto, la adecuada

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jardín acompaña así el refuerzo de las responsabilidades maternas y El propósito del libro, afirman las autoras, no es "fundamentar una
paternas sobre los hijos en los años setenta (Cosse, 2010). teoría", sino "lograr hacer vivir al maestro la realidad de la interacción
En Fundamentos y estructura ... , se destaca: la importancia de una del pensar y el hacer pedagogía en el jardín de infantes" (Fritzsche y
"pedagogía interdisciplinaria" -cuestión que aparece en todos los Duprat, 1968: 2). Se enuncia así la aspiración a una mirada profesional
textos sobre el jardín de infantes de la época y que se vincula con la que introduzca principios ordenadores y una estructura en el trabajo
nueva relación de la pedagogía con las ciencias sociales, en un con- en el jardín de infantes, pero también una toma de conciencia sobre el
texto de creación de nuevas carreras y de afianzamiento de disciplinas proceso de aprendizaje infantil y sobre la forma de trabajo colectivo y
como la psicología y la sociología-;13 la referencia a la necesidad de teórico-práctico. El libro cuestiona la idea de método, ya que rechaza
un "enfoque prospectivo" que dé forma a una educación del niño el concepto del maestro imitador a favor de "un maestro que piensa
atenta al futuro, muy afín a las miradas sobre el futuro de la época; porque estudia y ejercita la reflexión ante todo planteo teórico, que
la valorización de la relación familia-institución-comunidad; el lugar recrea con su propia individualidad lo aprendido, que hace del funda-
central adjudicado a la Escuela Nueva y al juego-trabajo en el jardín de mento teórico y la aplicación práctica una relación estrecha y dinámi-
infantes; y el papel comprometido de la maestra jardinera, que debe ca, conoce el porqué, el para qué y el cómo de esa tarea" (Fritzsche
formar parte de un "grupo de trabajo, estudio e investigación" y tener y Duprat, 1968: 2).
vinculación con la sociedad de su tiempo a partir de una "toma de La utilización de la noción de estructura (estructura didáctica) pare-
contacto con la realidad". ce servir para construir un encuadre que organice y frene la dispersión,
Hasta ese momento, las actividades en el jardín de infantes eran espontaneidad o aleatoriedad del trabajo con niños, a favor de un tra-
una mezcla ecléctica de elementos de propuestas pedagógicas de bajo fundamentado, pero con capacidad de atender el juego creador
referentes tradicionales y renovadores (Frbbel, Montessori, Decroly, del niño. De allí también el recurso a los aportes de Viktor Lowenfeld,
Agazzi, entre los principales), que se organizaban en horario mosaico. Herbert Read y Jesualdo, entre otros. La definición de juego-trabajo
Lo que el libro presenta como" la nueva didáctica", en oposición a (Fritzsche y Duprat, 1968: 17) condensa esta tensión entre la mirada
la didáctica tradicional, comprende una teoría dada por los principios pedagógica del adulto y la libertad creadora del niño, ese equilibrio
de la Escuela Nueva (con sus bases filosóficas, sociológicas, psicoló- inestable, proclive tanto al exceso de regulación como a la ausencia de
gicas y biológicas) sobre la base de "una forma nueva y dinámica de objetivos pedagógicos y a la fascinación con la libertad e imaginación
reflexión pedagógica que hemos de llamar pedagogía del desarrollo, infantil:
como lo expresa M. Debesse en las etapas de la educación" (Fritzsche
y Duprat, 1968: 3). La bibliografía de referencia del libro combi- La combinación juego-trabajo, como forma didáctica, encierra
na distintos aportes (Piaget, Wallon, Winnicott, Dewey, Mialaret, un significado distinto dentro de la tarea educativa que realiza la
Elkin, Erikson, Jesualdo, Giberti, etc.), que indican la convergencia maestra de jardín de infantes, conserva del juego lo placentero
i nterdiscipl ina ria. y encierra dentro de sí una finalidad de la que solo participa la
maestra ya que el niño la plantea de manera creadora (Fritzsche y
Duprat, 1968: 17).
disolución de la unidad madre-niño, es la premisa indispensable para su desarrollo como indivi-
duo independiente y como miembro de la comunidad" (Germani y otros, 1969: 109). El juego-trabajo reconoce como antecedente el libro La vida en el
13. No es comprensible esa nueva didáctica sin ubicar la emergencia y la legitimidad de las
disciplinas (clásicas y de las ciencias sociales) que ofrecen nuevos conocimientos sobre el
jardín de infantes, de C. D. Wills y W. H. Stegman, de editorial Troquel,
niño. Como trasfondo está el proceso de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad cuya primera edición es de 1963, traducido por Cristina Frizstche. Si
de Buenos Aires, que con carreras como Sociología, Psicología y Ciencias de la Educación,
bien era un manual para docentes de jardín de infantes en Estados
ofrecían fundamentos científicos al trabajo con niños en el jardín de infantes.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGfA DEL NIÑO PEQlJEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDfN DE INFANTES

Unidos, fue objeto de distintas experimentaciones en la época, entre la renovación se hizo en forma paulatina, y llevó dos años que todas
las que se encontraban los ensayos de Fritzsche y Duprat (Carli, 1997). las salas de jardín trabajasen de acuerdo con las nuevas ideas.
El juego-trabajo, que Fritzsche y Duprat defienden en el libro, tiene La experiencia de la renovación ponía en cuestión la cultura
rasgos que aún hoy resultan interesantes al confrontar el núcleo duro escolar existente: que los niños no formaran filas, que fueran solos
del formato escolar moderno. El espacio físico de las salas organizado al baño, que el personal no moviera los materiales de los lugares
en escenarios lúdicos diferentes, llamados "rincones", posibilita expe- donde los chicos los dejaban, que la maestra no fuera interrumpida
riencias en el juego dramático, la construcción, la plástica, la biblioteca, por cuestiones formales o administrativas, que no hubiese obsesión
los juegos de mesa, la carpintería, entre otros; los niños eligen dónde por la limpieza. La introducción de la música y el humor para dar
ir y van armando sus juegos y actividades solos o en grupo según la indicaciones a los chicos, el contacto más estrecho con los padres,
edad y el deseo de cada uno. Esta posibilidad de elección y producción el rechazo al trabajo manual y la defensa del juego están presentes
de los niños, en el marco de escenarios ricos en recursos materiales y en el testimonio de Duprat, que también recupera su experiencia
simbólicos, así como la intervención del maestro en una forma distinta en Río Negro, estableciendo una filiación con la pedagogía de Luis
de la tradicional, hoy siguen vigentes en la estructura didáctica. En Iglesias.
Fundamentos y estructura ... , se recomienda implementarlo todos los Duprat se desempeñó primero como profesora en el Eccleston y
días. luego en el Normal N° 10. El clima social de los primeros setenta iba
En el testimonio de Duprat, encontramos el esfuerzo por distin- modulando una mirada crítica y una participación activa en las insti-
guir las tendencias y los enfoques existentes en los primeros setenta, tuciones en las que trabajaba. El Jardín Mitre ya no recogía a niños
cuyos tópicos centrales de discusión eran el juego-trabajo, las unida- pobres del bajo Belgrano, como cuando había estudiado (la creación
des didácticas y "el misterio de la globalización" de los contenidos. del Eccleston en 1937 tuvo como marca de origen la atención de
El campo del jardín de infantes era heterogéneo y no estaba exento estos niños que eran trasladados en micras), sino que reclutaba a
de polémicas. 14 Su diferencia estaba vinculada con la apuesta a la niños de sectores medios altos yeso era objeto de críticas por parte
renovación total del trabajo con niños en las salas de jardín yeso de algunos profesores. El derrocamiento de Salvador Allende en
constituyó un boomerang en instituciones de larga tradición, cuestión 1973 la llevó a organizar un homenaje en el patio del profesorado
que también se expresaba en la confrontación con la OMEP, en cuya al que solo asistieron ella y Margarita Ravioli. La participación en el
filial Argentina Fritzsche y Duprat dictaban cursos de capacitación Congreso de la OMEP, en la Facultad de Derecho de la UBA, los álgi-
(Carli, 1997). Cuando Duprat ingresó al Eccleston como profesora de dos debates sobre las unidades, el trabajo pedagógico en el Jardín
prácticas, luego de publicado el libro, su forma de trabajo distaba de Bichito de Luz de la Villa de Retiro y el acompañamiento a las maes-
las modalidades instituidas. Sus recuerdos revelan la transmisión de la tras practicantes son recuerdos que, durante aquellos años de gran
experiencia de la renovación a pesar de no estar extendida totalmente movilización en el jardín de infantes, Duprat recupera y comparte en
en las salas del Jardín de Infancia Mitre que funciona y pertenece al la entrevista.
Profesorado Sara Ch. de Eccleston. 15 El pasaje del trabajo tradicional a Se producían entonces interesantes debates acerca del papel de la
familia, de las instituciones y del Estado en la atención y la educación

14. En su testimonio, Duprat distinguía diversas líneas de trabajo: la del Instituto Bernasconi,
dirigido por Martha Salotti; la de juego-trabajo, llevada adelante por Ardiles de Stein de la
provincia de Tucumán; la del Jardín Mitre y del Instituto Eccleston, dirigida por Margarita a mis alumnas a las secciones experimentales, porque no estaba autorizada. Imaginate que yo
Ravioli, pero también referenciada en otras figuras como Beatriz Capalbo; por último, la del lo estaba haciendo en Vicente López; entonces les contaba a las alumnas todo. Yo les contaba
Jardín de Infantes N" 1 de Vicente López. a las chicas lo prohibido, lo que estaba haciendo en Vicente López, mientras escribíamos el
15. "Yo entro después del libro, como profesora de prácticas en el Eccleston y no puedo llevar libro y todo" (testimonia de Hebe San Martín de Duprat).

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de los más pequeños, que se radicalizaban en un clima de época N° 6, dependiente del Ministerio de Bienestar Social de la Nación).
caracterizado por la movilización juvenil, la emergencia de nuevas En su testimonio recuerda haber descubierto allí el jardín maternal, la
demandas sociales y la proyección de un horizonte de transformación consolidación de un grupo de trabajo que asistía en forma gratuita,
estructural. la participación de sus hijas en la ayuda escolar en la zona, la realiza-
ción de una pequeña investigación sobre el juego que concluía, entre
otras cosas, que había puntos de contacto entre el juego de chicos
Los alcances sociales del jardín y la politización de la pobres y de sectores altos, la presentación de espectáculos de títeres
educación infantil en los primeros setenta en la puerta de la capilla de Carlos Mugica (a quien recuerda como
"Carlitos"), la visita a la villa con Celia de Germani y el contacto con
Los jardines de infantes privados tuvieron gran crecimiento en la Julia Prieto, especialista en el trabajo con chicos internados. Duprat
década del setenta, y muchos de ellos se destacaron por las experien- alude a la labor en Bichito de Luz como un trabajo pedagógico desa-
cias pedagógicas que llevaron adelante, influenciados por una particu- rrollado en la trama de las tensiones de la época entre las políticas
lar combinación de tendencias psicoanalíticas y psicología piagetiana del Ministerio de Bienestar Social a cargo de José López Rega y las
(Carli, 1997; Caruso y Fairstein, 1997, entre otros). También aumentó demandas del movimiento villero encabezado por Carlos Mugica,
el número de profesorados privados. 16 El contexto de movilización asesinado en 1974.
social que se produjo en los primeros años de la década del setenta En segundo lugar, participó del movimiento que promovía la trans-
permitió finalmente la recuperación de la democracia, que se entendía formación de las guarderías en jardines maternales, asesorando en el
como un proceso de recuperación del Estado. Se buscaban nuevas Congreso uno de los proyectos de la Alianza Popular Revolucionaria 17
formas de asociación profesional, como el caso de la creación de la sobre jardines maternales. Hasta entonces las guarderías habían sido
Unión Nacional de Asociaciones de Educadores Preescolares (UNADEP), creadas en el sector privado y recién en 1971 se estableció un regla-
que llevaba adelante encuentros de maestras de jardines en distintos mento sobre el tema en la ciudad de Buenos Aires, pero sin imple-
lugares del país. En el ámbito estatal, la nueva didáctica se instalaba mentarse una supervisión pedagógica (Ponce, 2006). Las demandas
en los jardines de infantes, impulsada por instituciones de formación de transformación llegaron al Congreso de la Nación en 1973 con la
docente. En los nuevos planes de estudio de 1974, se incorporaba el presidencia de Cámpora, donde se discutieron los diferentes proyectos
ciclo maternal (de O a 2 años). sobre jardines maternales, con la intención de dar regulación al creci-
Entre 1973 y 1976, Duprat se desplazó por distintos ámbitos de miento indiscriminado de espacios institucionales para la atención de
la esfera privada y pública como una inquieta intelectual convocada los más pequeños. Finalmente se sancionó la Ley 20.582, que promo-
por el clima de movilización política y demandas sociales. Podemos vía la creación del Instituto de Jardines Maternales Zonales en el mes
identificar al menos tres ámbitos centrales de su actividad, en los que de noviembre de ese mismo año. Dicha ley nunca fue reglamentada
se articulan pensamiento y actuaciones originales. ni puesta en vigencia.
En primer lugar, el jardín de la Villa de Retiro. En 1973 comenzó Los principales puntos de la leyeran la definición de los jardines
a llevar a sus alumnas del Eccleston y del Normal N°10 a realizar maternales como instituciones que se encargarían del cuidado físi-
las prácticas en el Jardín Bichito de Luz (Centro de Acción Familiar co, moral e intelectual de los niños de las clases sociales más des-

16. Se crearon varios profesorados privados, entre otros, el del Instituto SUMMA, dirigido por
Martha Salotti; el del Belgrano Day School, dirigido por Lydia P. de Bosch; y el del Consejo 17. La Alianza Popular Revolucionaria estaba conformada por la Democracia Cristiana, el
Superior de Educación Católica (Consudec). Partido Intransigente y el Partido Comunista.

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DE _._LA INFANCIA
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LA PEDAGOGIA DEL NIÑO PEQUEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDIN DE INFANTES

favorecidas; el papel del Estado como principal responsable de su educación inicial y el trabajo pedagógico se planteaba como una de
financiamiento, coordinación y supervisión, el rol de coordinación a las principales demandas.
cargo de un instituto de jardines maternales, con participación de
los ministerios de Educación y Bienestar Social. El jardín maternal
se definía como servicio social y educativo, atendería a niños de 45 En la clausura de la dictadura. Hacia el jardín maternal y Un
días a 2 años, y se establecía la participación de la comunidad y de jardín de infantes mejor. Siete propuestas
los padres en el directorio. En un libro publicado con otras auto-
ras, en 1977, en plena dictadura militar, se aludiría a la ley nunca En su testimonio, Duprat recuerda su renuncia al cargo en el
implementada. Eccleston, poco antes de que dejaran cesante a Cristina Fritzsche
Por último, un tercer ámbito para considerar es el Jardín Maternal en 1976; más tarde su renuncia al Normal N° 10 en 1977, porque
de la Federación de Empleados de Comercio. Allí Duprat ejerció la habían pedido información sobre ella, en el marco de la intervención
coordinación e instaló el trabajo colectivo con el personal y un vínculo militar que sufrió la institución. 1B El clima de intimidación la llevaría a
estrecho con las familias, la alimentación en las salas, el cambiado y el renunciar a distintos trabajos en pocos años. Un ciclo histórico había
sueño como momentos relevantes de la tarea, los tiempos de juego, terminado, pero en las sombras de la dictadura seguiría trabajando a
las salidas, etcétera. favor de la defensa del jardín maternal. Este nuevo ciclo se caracterizó
Estas experiencias de trabajo pedagógico y político, junto con por el desplazamiento al ámbito privado, la publicación de dos libros
otras de la época, van modulando una pedagogía del niño peque- en colaboración y la organización de la asociación civil "Propuestas.
ño, pues incorporan la mirada sobre los niños de 45 días a 2 años, Equipos creativos para educación".19
hoy reconocidos en el ciclo maternal o jardines maternales. Hay un El libro Hacia el jardín maternal. Dilemas y propuestas, publicado
conjunto de causas que crearon las condiciones para esta mirada, en 1977 por Ediciones Búsqueda, y cuyas autoras fueron Hebe San
en particular la creciente inserción de la mujer en el mundo del Martín de Duprat, Silvia Wolodarsky Estrin y Ana María Malajovich,
trabajo y de la educación (Wainerman y Geldstein, 1994), y por lo debe leerse como una prolongación del ciclo histórico anterior. Las
tanto la necesidad social de contar con ámbitos institucionales para autoras señalan en la introducción del libro que "el plan de esta obra
la atención de los niños durante las horas laborales. Ello conduce a fue diagramado partiendo de problemas concretos, expresados y
un debate marcado por la tensión entre considerar el jardín maternal reproducidos en forma de diálogos entre protagonistas, en esta difí-
como una necesidad de la familia o como un derecho del niño, y por cil tarea de educar en instituciones que dedican su atención a niños
la construcción de cierta igualdad educativa para el conjunto de la menores de tres años" (Duprat, Wolodarsky Estrin y Malajovich, 1977:
población infantil, democratizando el acceso a una institución edu-
cativa desde los primeros años de vida. Cabe aclarar que cuando nos
18. Ana María González, alumna del Normal W 10, fue acusada de provocar la muerte del
referimos a los jardines de infantes privados en los primeros setenta, jefe de Policía, general Cesáreo Cardozo, cuya hija era compañera de estudios de Ana María.
se trataba de instituciones de muy variada organización y pertenencia De ahí que la institución fue intervenida.
19. "Propuestas" fue un proyecto privado que llevó adelante, junto con Silvia Wolodarsky y
(guarderías privadas, jardines comunitarios, jardines pertenecientes a Ana Malajovich, en una casona antigua de Palermo. El formato de capacitación que habían
obras sociales o sindicatos, a organizaciones sociales, a organismos diseñado era novedoso: la psicología social con los grupos operativos y las técnicas de diná-
mica grupal como el roll playing permitían a las jóvenes maestras y directoras que concurrían
gubernamentales como los ministerios de Educación y de Desarrollo
una experiencia de pensamiento, de análisis de las prácticas, de debates político-educativos
Social). La participación de Duprat y otras figuras se inscribió en un que no eran habituales en los profesorados ni en los cursos de capacitación de la época. La
amplio movimiento de transformación de las guarderías en jardines concurrencia era semanal, ya que estaban planteados como cursos anuales. Esta experiencia
de capacitación y formación se terminó cuando Duprat fue vinculándose, a partir de la demo-
maternales, donde la función educativa en manos de profesores de cracia, nuevamente con la educación pública estatal.

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11). Así, a través de diálogos, debaten sobre los problemas relaciona- del jardín maternal, los aspectos relacionados con la institución y la
dos con el desempeño del rol de coordinación en instituciones mater- comunidad, las características de la salas de lactarios y de 2 años, y
nales, sobre la formación y capacitación del personal y sobre los facto- las cuestiones vinculadas con la historia, la legislación y la reglamen-
res que inciden negativamente en la tarea; en los dos últimos diálogos, tación, repasando los antecedentes históricos en otros países y en
participan seis maestras de dos instituciones. Luego de la transcripción la Argentina, la ley de creación de instituto de jardines maternales
del diálogo, y como conclusión se sistematizan las reflexiones que zonales y la situación de entonces de los jardines maternales. Es una
atraviesan el libro. La forma elegida en la primera parte parece querer obra relevante en la historia del nivel, que visibiliza al niño pequeño
conservar el espíritu del trabajo en equipo de los años anteriores, así en función de su derecho al crecimiento y muestra aspectos de la
como la tensión teoría-práctica anunciada en Fundamentos y estruc- "cocina" de la tarea. A su vez, amplía el foco y permite el análisis y
tura ... , y reforzada con la adhesión a la psicología social y al trabajo la reflexión de un grupo de profesionales que conciben las prácticas
en grupos operativos. 2o docentes como producción colectiva y reconocen la dimensión políti-
El autor del prólogo, Fidel Moccio, un médico psicoanalista intro- ca del trabajo en salas e instituciones que atienden a los niños más
ductor del psicodrama en la Argentina y especialista en el trabajo con pequeños, así como también la importancia de una política pública
grupos institucionales, rescata la modalidad intelectual del diálogo, sobre el tema.
pero también el hecho de que el libro ofrece una mirada sobre el jar- Fundamentos y estructura... fue prohibido por la dictadura
dín maternal con información exhaustiva, desconocida para los padres militar,21 no sabemos si antes o después de la publicación de Hacia
o para otros profesionales. Es un libro de difícil lectura, denso, de fac- el jardín maternal ... , que parece sortear la situación e insistir a pesar
tura colectiva. De alguna manera, Maccio parece sorprenderse de que de todo. Se trata de un libro que evita dar referencias institucionales
un libro "sobre jardín maternal" tenga semejante complejidad. (no se mencionan nombres de instituciones), sin renunciar al registro
Los diálogos del libro sobre las prácticas docentes permiten apre- histórico de las iniciativas anteriores a la dictadura militar, y busca
ciar numerosos aspectos: las tensiones existentes, en el plano institu- trazar un tejido reflexivo entre el pasado tan reciente, el presente
cional, entre formatos más o menos autoritarios de coordinación; las y el futuro. Así como el primero fue" escrito a escondidas", según
carencias de la formación docente para el trabajo con bebés, suplidas Duprat, durante la dictadura de Onganía, el segundo se escribe en
con el aprendizaje en la sala; la lucha contra la descalificación del pleno Proceso militar.
docente de maternal; las dificultades de la relación con los padres, en El libro, que argumenta acerca de la importancia y de la necesidad
particular madres que trabajan muchas horas; el peso de lo asistencial del jardín maternal como institución para la atención de los niños más
en detrimento de la tarea pedagógica en muchas instituciones; el des- pequeños, iba a contrapelo del discurso de la dictadura militar, carac-
gaste provocado por las bajas remuneraciones de las maestras, entre terizado por el retorno a la idea de familia tradicional y la defensa de la
otras cuestiones. El libro desarrolla con detenimiento los fundamentos reclusión de esta en las fronteras del hogar, buscando su retirada del
espacio público (Filk, 1997). Las autoras prolongan y se alinean en las
concepciones renovadas sobre la familia de los primeros años setenta,
que para entonces había dejado de ser una institución total (Jelin,
20. Las autoras aluden a "una permanente actitud crítica, reflexiva, autocrítica, con el
objeto de rectificar o ratificar permanentemente la acción" (Duprat, Wolodarsky Estrin y
Malajovich, 1977: 21). En su testimonio, Duprat recuerda del trabajo en "Propuestas ... ":
"La concepción fue juntar la formación de nivel inicial con la escuela de psicología
social, por eso implementábamos mucho los grupos operativos. Fuimos mucho al inte-
rior. Nosotros en general dábamos un teórico y luego se hacía un grupo operativo. 21. La infiltración marxista en la literatura infantil era el argumento esgrimido por las auto-
Yo he hecho mucha técnica de esas en el Washington, y hemos tenido muy buenas ridades de entonces para la censura de libros dirigidos al público más pequeño (Pineau,
experiencias" . 2006: 8).

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1994), para defender el jardín maternal como un dispositivo institucio- Para Duprat, ese diagnóstico crítico se vinculaba con la contra-
nal que debía expandirse y multiplicarse en el espacio público. dicción entre la teoría y la práctica, y su visión pretendía poner freno
Dos años después, en 1979, participó con otras autoras en la a ciertos "estereotipos" que visualizaba como tendencia a futuro.
publicación de un nuevo libro, Un jardín de infantes mejor. Siete pro- Consideraba que la falta de generalización de prácticas asentadas
puestas, en la editorial Paidós. El texto comprende siete contribuciones en una nueva didáctica se debía a la internalización, por parte de las
de referentes destacadas del nivel inicial, del sector público y privado, jóvenes maestras, de imágenes vinculadas con las estructuras tradi-
muchas de ellas ex profesoras de la universidad, y mantiene el estilo cionales de las instituciones de formación en las que se transmitía el
de las publicaciones anteriores, con un prólogo colectivo y un diálogo nuevo "bagaje teórico", pero no su vivencia ni su aplicación. A su vez,
de cierre y apertura. El objetivo era ofrecer propuestas sobre temas Duprat también sostenía que la política educativa estaba indefensa
específicos, conservando una perspectiva interdisciplinaria. en relación con el nivel inicial, lo cual provocaba "una tendencia alar-
La contribución de Duprat, titulada" Planificación: análisis y replan- mante", consistente en "pretender articular el ciclo preescolar con el
teos", resulta sumamente interesante porque declara hacia fines de la primario intensificando la sistematización y la información en la última
década de 1970 los límites de la modernización del jardín de infantes sección de jardín" (1985: 81). Esto conllevaba a la eliminación de los
y el escaso alcance de la Escuela Nueva, señalando la persistencia de momentos de juego-trabajo.23
"formas tradicionales" y el hecho de que "la nueva didáctica sigue Ante la "confusión" de visiones sobre el juego trabajo existen-
imponiéndose con la misma rigidez que la metodología tradicional" tes, reafirmaba "la concepción del juego como medio educativo por
(1985: 76). Según la autora, la Escuela Nueva se había tornado excelencia del jardín de infantes" (1985: 86). En un libro que reunía
indiscutible, pero sus principios no se concretaban en las prácticas también otros trabajos sobre el juego (de Hilda Cañeque y de Susana
docentes y persistía la transmisión verbal y abstracta, motivo por el Galperín), Duprat insistía en una perspectiva pedagógica. Sin embargo,
cual surgían incoherencias. Estas incoherencias, que interpretaría con ya avizoraba cierta interpretación errada de los principios de la Escuela
más precisión años después,n pueden reconocerse como un verda- Nueva, para lo cual se referenciaba en los planteos de Risieri Frondizi
dero diagnóstico de las tendencias educativas de la dictadura militar. en Las nuevas ideas pedagógicas y su corrupción, y años más tarde
Recordemos que la dictadura se caracterizó no solo por una estrategia profundizaría sus críticas a las orientaciones psicológicas en el jardín
represiva que combinó tradicionalismo y oscurantismo, sino por una de infantes. En el diálogo final del libro, las intervenciones de Duprat
estrategia discriminadora en la política educativa que se asentaba en marcan un claro recorrido: la preocupación por construir la especifi-
componentes tecnocráticos, modernizadores y disciplinadores (Pineau, cidad y la autonomía del nivel; la sensibilidad hacia las maestras de
2006). El diseño curricular de la ciudad de Buenos Aires de 1981 y jardines por su inexperiencia y por la sobrecarga del trabajo docente;
el de nivel preescolar de 1982 expresan estas tendencias (Caruso y el reconocimiento de las limitaciones de los jardines, en muchos casos
Farstein, 1997). aislados en estructuras institucionales del nivel primario. Se nota la
madurez de una educadora que, con capacidad diagnóstica y mirada
crítica, identifica el horizonte de cambios que se debían producir en la

22. Entre otras, mencionaba: el auge de las miradas sobre la planificación sin pensar el para
década siguiente.2 4
qué de la educación inicial; el nuevo lenguaje centrado en el currículum y no en la idea de
programa; la falta de comprensión del proceso de socialización del niño que lleva adelante
el jardín de infantes; la delimitación de temas divorciados de los intereses del niño; la orga-
nización didáctica centrada en cuestiones fragmentarias o parciales; el recurso a Piaget pero 23. "Se hace exactamente lo contrario de lo que siempre se ha sostenido con argumentos
también su falta de aplicación; el énfasis en el lenguaje psicoanalítico y el borramiento de la fundamentados. Parece que se buscara el reconocimiento y la valorización del ciclo haciéndo-
acción educativa; la negación de la participación del niño en sus elecciones en el juego-trabajo se cargo de las funciones de la escuela primaria" (Duprat, 1985: 81).
(Duprat, 1985). 24. En el cuadro cronológico de la preescolaridad en la Argentina que recorre desde 1866

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En la apertura democrática: el debate sobre la estructura y el pedagógico, vinculado también con el desigual acceso de la población
currículo del nivel inicial infantil. Adjudicaba a la dictadura haberle cortado las alas al jardín de
infantes, pero sobre todo haber puesto "lo social" afuera, en institu-
El retorno a la democracia permite entrever en varios textos de ciones "para pobres", profundizando la diferenciación.
Duprat un esfuerzo por introducir una perspectiva histórica sobre la En ese texto ya se enuncia una crítica abierta a los "psicologismos"
infancia, la mujer y la familia, para comprender el papel del jardín de como verdaderos "cantos de sirena" en la didáctica del juego. La
infantes y, en particular, del jardín maternal, así como el intento de visión de la Escuela Nueva sobre el juego-trabajo había sido atacada
realizar un balance crítico sobre su trayectoria hasta ese momento. por las corrientes no directivas, asentadas en sectores privados y uni-
Cierto escritos 25 revelan una lectura crítica del pasado reciente y versidades, y por la didáctica tecnicista de la dictadura. "Confunden
dan indicios de una nueva etapa de su pensamiento pedagógico. En la tarea del docente con la un psicoterapeuta", afirmaba, para argu-
"El jardín maternal como hecho histórico", fechado en 1983, realiza mentar en cambio a favor de "la didáctica del juego que corresponde
una reconstrucción de las etapas de las instituciones de atención de a la pedagogía crítica que revaloriza y destaca la importancia de los
niños entre el nacimiento y los 2 años, auxiliada por la lectura del ita- contenidos", entendidos como "saberes instrumentos" (1984a: 9).
liano Franco Frabboni. Desde allí traza su propio itinerario en el tema, Registramos entonces un primer giro conceptual en su pensamiento
recordando como hecho inaugural el seminario dictado en el Eccleston pedagógico que tiene como condiciones de producción históricas el
por Julia di Prieto, las experiencias "pilotos" de jardines maternales, desgaste de la renovación pedagógica propiciado por la dictadura
presentadas con anterioridad, y la ley de jardines maternales zonales militar y los usos elitistas de las perspectivas psicológicas en las insti-
que, señala, "se trató de desempolvar pero no se pudo". tuciones privadas.
En "Educación inicial y desigualdades sociales", de 1984, Duprat En los años ochenta, Duprat circuló por distintos ámbitos. En 1985,
realiza un balance crítico sobre la historia del jardín de infantes desde junto con Lydia Bosch y Jorge Fasce, trabajó en la universidad, a cargo
una perspectiva social, que incluye una revisión de sus propios aportes, de la materia Didáctica de Jardín y Primaria de la carrera de Ciencias
algunos de ellos colectivos. Respecto de Fundamentos y estructura ... , de la Educación de la Universidad de Buenos Aires, en plena transición
sostiene que "estábamos metidas de las puertas del jardín para aden- democrática. Pero también participó en la Secretaría de Educación del
tro" (1984a: 5). Agregaba que" lo social, la realidad, el chico comple- Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en dos etapas: la primera,
to nos había llegado a través del jardín maternal. Parecía que llegá- contratada por el gobierno radical para realizar, junto con Lydia Bosch,
bamos a la síntesis superadora de la antinomia asistencial-educativa" el marco teórico de la investigación sobre la situación del nivel inicial
(1984a: 6). La visión completa del ciclo de O a 6 años se afirmaba, en la Capital Federal y para elaborar el diseño curricular; la segunda,
pero también el diagnóstico acerca de la heterogeneidad de la oferta entre 1989 y 1991, como directora del área de Educación Inicial
institucional del nivel, tanto desde el punto de vista asistencial como durante la gestión de Daniel Filmus en la Secretaría de Educación,
etapa en la que se concretó la elaboración del diseño curricular y el
Proyecto de Escuelas Infantiles.
En 1987 publica Pedagogía del nivel inicial, junto con Ana
hasta 1982, publicado en el libro de Beatriz Capalbo (1982) no figuran Hebe San Martín de
Duprat ni Lydia Bosch. Estimamos que sus posiciones de vanguardia provocaban resistencias. Malajovich, en la editorial Plus Ultra, donde adopta, de acuerdo con
Capalbo fue profesora del Eccleston, presidenta de la OMEP en 1977 y, en 1979, directora de las recomendaciones de la Unesco, la denominación de Nivel Inicial
Educación Preescolar de la Municipalidad de Buenos Aires.
25. Algunos de esos textos estaban en la caja de materiales de la asignatura Historia y Política
como primer nivel educativo dentro del sistema formal, y la de Escuela
del Nivel Inicial, que dictaba en la Universidad Nacional de Luján y que asumió Sandra Carli Infantil para designar a las instituciones que contemplen los dos ciclos
con la colaboración de Patricia Miraude y Rosana Ponce,durante un año, luego de su falleci-
de este nivel. La fundamentación pedagógica despliega las ideas de
miento. Se trata de textos inéditos.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGIA DEL NIÑO PEQUEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDíN DE INFANTES

Dermeval Saviani,26 que postulaba como pedagogías no críticas tanto El libro ofrece una enunciación de objetivos, contenidos, orienta-
a la pedagogía tradicional como a la Escuela Nueva, señalando que: ciones didácticas y actividades para cada sección o sala de la escuela
infantil, al estilo de los manuales de didáctica, organizados por áreas. La
De la pedagogía nueva rescatamos el rol activo que le asigna al adhesión de las autoras a una pedagogía más atenta a los contenidos
alumno, el papel fundamental que le otorga al grupo y el reco- lleva a abandonar el estilo de producción intelectual de publicaciones
nocimiento de las diferencias. Sin embargo, cabe advertir que anteriores para dar prioridad en cambio a las inquietudes curriculares.27
estas diferencias fueron consideradas por la pedagogía nueva de Se dejan atrás las concepciones pedagógicas de la Escuela Nueva, que
carácter individual y como tales de raíz psicológica y no como dieron armazón a la tarea en el nivel inicial plasmado en los libros ante-
resultantes de los condicionamientos socioeconómicos (Duprat y riores que hemos comentado, y se advierte una concepción del tema
Malajovich, 1987: 19). en correlato con los estudios pedagógicos y teorías del currículo de los
años ochenta, que focalizan su interés en la enseñanza y en los objetos
Esa pedagogía sociopolítica se enmarcaría en la pedagogía crítico- del conocimiento. La apertura del debate democrático en el campo
social de los contenidos, en la que "el énfasis [ ... ] está puesto en los educativo conlleva la confrontación, muchas veces polarizada, entre
contenidos y en la distribución igualitaria de los mismos" (Saviani, propuestas y enfoques pedagógicos, por parte de distintos actores, así
1987: 20). Se profundizan así los argumentos esbozados por Duprat como también la transferencia de miradas críticas elaboradas en otros
en textos anteriores para consolidar una perspectiva sociopolítica, que contextos nacionales, en un período caracterizado por la ampliación
tiene ahora como telón de fondo una reacción crítica contra ciertas de la base institucional de agencias productoras de conocimiento en
tendencias en curso de perfil democratizador y antiautoritario en el educación (Suasnabar y Palamidesi, 2007: 32).
campo de la educación (Pierella, 2006). Durante la gestión de Duprat como directora del área de Educación
Si comparamos la definición de juego-trabajo que sigue con la que Inicial, se encomendó la elaboración del currículo para el nivel inicial
se utilizaba en Fundamentos y estructura ... , reproducida en páginas en la ciudad de Buenos Aires a Ana Malajovich, coordinadora del equi-
anteriores, detectamos como elemento nuevo la crítica a la dimensión po de nivel inicial, de la Dirección de Planeamiento. El nuevo currículo,
psicológica y el recurso a la realidad: con sus primeros documentos de 1989, retoma la fundamentación
explícita en la pedagogía crítica y está escrito por especialistas de
Entendemos por juego-trabajo la actividad que intenta aunar el distintas áreas; en él, aparece una breve mención al juego-trabajo. Se
juego y sus aspectos placenteros y creativos, con el esfuerzo y la insiste en la perspectiva sociopolítica que considera que los contenidos
finalidad. El niño no juega por jugar y la escuela infantil no es el de la enseñanza (en particular aquellos relacionados con la realidad o,
ámbito específico de la elaboración de conflictos [ ... ]. El juego-tra- en otras palabras, los conocimientos "válidos") permiten democratizar
bajo se estructura a partir de situaciones conectadas con la realidad la escuela y, en este caso, el jardín de infantes. 28
-de ahí su relación con las unidades didácticas-, en las que el niño,
en su interacción con los otros, anticipa, concreta, reflexiona sobre
su actividad y la evalúa (Duprat y Malajovich, 1987: 41).
27. El paso de Duprat por la Maestría en Educación y Sociedad de FLACSO, así como su amis-
tad con Vanilda Paiva, le permitieron profundizar en la lectura de autores brasileños (Savini,
liba neo, entre otros) y en su visión de la pedagogía crítica. De la misma época corresponde
el debate planteado en el terreno de la enseñanza de la lectoescritura entre perspectivas pia-
26. Cabe destacar dos publicaciones de Dermeval Saviani en esta etapa que incidieron en este getianas (E. Ferreiro) y perspectivas vygotskianas (B. Braslavsky), fuertemente ligado con las
giro conceptual, publicadas en la Revista Argentina de Educación: "Las teorías de la educación apropiaciones didácticas de estas teorías durante y después de la dictadura.
y el problema de la marginalidad en América Latina" (1983) y "Escuela y democracia o la 28. "Esta es la pedagogía que valoriza el proceso en función de los resultados, que respeta
teoría de la curvatura de la vara" (1987). las diferencias individuales en el punto de partida, pero que está fuertemente comprometida

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGIA DEL NIÑO PEQUEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDIN DE INFANTES

Esta reforma, cuyo documento curricular sigue vigente hoy, cerró tura infantil, propiciaron interpretaciones nuevas sobre las formas de
un ciclo de formulaciones curriculares para el nivel inicial planteadas democratización del nivel. Si los textos de Saviani cuestionaban en los
en las áreas del desarrollo del niño, y abrió otro que "tendería a anti- años ochenta la educación compensatoria, a favor de una perspectiva
cipar al nivel inicial no solamente contenidos que tradicionalmente igualitarista que tomaba como lema la transmisión activa de los con-
han sido propios de la escuela elemental, sino además la temprana tenidos, las políticas educativas de los años noventa en la Argentina
clasificación de conocimientos que comunican los curriculum de la incluyeron políticas y programas sociales focalizados, al mismo tiempo
escuela primaria, en una especie de 'isomorfismo' con la escolariza- que se diseñaba una sofisticada política curricular cuyo argumento
ción primaria" (Terigi, 2002: 11). Desde la política nacional, cuando tenía como base el vaciamiento de contenidos que se había diagnós-
en los años noventa se formularon los contenidos básicos comunes ticado a pocos años del retorno a la democracia (Tedesco, Bravslavsky
(eBe) para el nivel inicial, manteniendo la organización por disciplinas y Carciofi, 1985). El alcance "pedagógico-crítico" de esa política curri-
y áreas, la ciudad realizó ajustes a su diseño según los lineamientos cular nacional generaría algunas dudas en Duprat.
nacionales. Para entonces, algunas críticas denominaron como "pri- Respecto de la Ley Federal de Educación, Duprat manifestó públi-
marización del nivel inicial" a las consecuencias de estas políticas. camente una postura crítica, ya que, si bien se explicitaba en la ley
Si toda norma curricular hace opciones políticas y no es neutral, la la obligatoriedad de la sala de 5 años, no reconocía el nivel inicial
opción por un formato más cercano a la escuela primaria contrasta en su unidad pedagógica con sus dos ciclos, y quedaba desdibujado
con las posiciones de Duprat durante la dictadura, cuando insistía en el maternal. Según su experiencia previa como directora del área de
que era necesario mantener las características específicas del nivel, Educación Inicial, se había mostrado interesada en la creación de las
invariablemente ligadas a la didáctica del juego. 29 El debate sigue escuelas infantiles como espacios pedagógicos para la atención de
abierto.3 0 niños entre 45 días hasta los 5 años, con sus equipos de conducción.3 1
Como telón de fondo de esa época, se puede distinguir el esce- Había concretado la creación de la primera escuela infantil, con los dos
nario social de la década del noventa, los procesos de feminización ciclos del nivel, destinada a niños de la Villa 20 en Lugano, la Escuela
e infantilización de la pobreza, el aumento de la brecha social entre N° 5 del distrito escolar 21, con edificio propio, fuera de edificios de
ricos y pobres, el descenso de los sectores medios, pero también la establecimientos primarios. Su rechazo a la ley se asienta entonces en
notable heterogeneidad de las instituciones de educación inicial. La esta pasión por dar forma institucional al ciclo completo (maternal y
promoción de la educación básica a través de las políticas de reforma de infantes).
educativa en América Latina, así como las transformaciones de la cul- El otro ámbito relevante de intervención intelectual en el que
Duprat participó fue el universitario. Convocada por la Universidad
Nacional de Luján, llevó adelante la creación en 1989 de un profeso-
a enseñar a todos los niños los conocimientos válidos y adecuados en su momento evolutivo rado para la formación docente del nivel inicial -por el que pasaron
a los que todos los niños tienen derecho a acceder" (MeBA, 1989: 48).
29. Las experiencias en todos los formatos de juego posibles, como el arte y sus lenguajes, tres cohortes-, lo coordinó y tuvo a su cargo la materia Pedagogía del
son motivo de preocupación de actores del nivel inicial que consideran juego, arte y ficción Nivel Inicial. También propició la creación de la escuela infantil, que
como aspectos nada les de la experiencia infantil y de la constitución subjetiva de la primera
infancia en las instituciones educativas, aspectos que la escuela moderna tiene poco en
hoy lleva su nombre, inaugurada en 1995. El diseño de la Licenciatura
cuenta.
30. Un aporte importante es el que plantea Ana Malajovich (2006), quien postula la necesidad
de ir más allá de dilemas y polémicas propios del nivel inicial (entre otros, el carácter universal
o no del nivel inicial, su función asistencial o educativa, y el lugar del juego). Respecto del 31. Una de las preocupaciones de Duprat, que se registró tanto en sus libros como en su
juego, distingue entre aprendizaje y enseñanza, para plantear que "mientras se ponga el gestión, fue el personal directivo y docente, porque su rotación, acorde con marcos normati-
acento en enseñar todo a través del juego, se seguirá desconociendo que son los contenidos vos generales para toda la docencia, no permitía la conformación de verdaderos equipos de
los que determinan la forma más adecuada de enseñarlos" (Malajovich, 2006: 124). trabajo con continuidad en el tiempo.

158 159
LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGIA DEL NINO EN LOS DERROTEROS DEL JARDIN DE INFANTES

del Nivel Inicial, en 1996, cerró el breve ciclo del profesorado. Tuvo a Si en los setenta Duprat recorre desde el punto de vista intelectual una
su cargo la materia Historia y Política del Nivel Inicial. Duprat fue deca- etapa más exploratoria, en la que pregunta, inventa, ensambla ideas,
na del Departamento de Educación entre 1994 y 1997; en ese ámbito duda, en la transición democrática -y luego del impacto de la dictadu-
institucional trabajaba cuando falleció, en el año 2000. ra- se desencanta con muchas experiencias. El contacto con la gestión
En cuanto a su producción intelectual, en 1995 dirigió una colec- estatal y con nuevos enfoques de la pedagogía crítica la hace abando-
ción en la editorial Colihue, en la que publicó con Lydia Bosch El nivel nar el diálogo con el psicoanálisis y ubicar en primer plano la agenda
Inicial. Estructuración. Orientaciones para la práctica. Con los marcos político-institucional y curricular. Entendemos que su creencia en el valor I

conceptuales de esta etapa se publicaron varios libros de autoras que político-cultural de la escuela pública como espacio de inclusión social.
trabajaron muy cerca de Duprat, como La organización de los conteni- donde milita activamente en sus últimos años, la lleva a radicalizar algu- I1
dos, de Carmen Figueras, Clarisa Label y Elisa Spakowsky, entre otros. nos planteos y a abandonar o a dejar en segundo plano otros, como 1

Una de sus últimas publicaciones fue en 1999: Educación y modelo de aquellos referidos a la constitución subjetiva del niño, las cuestiones
sociedad: reflexiones de la Carpa Blanca, junto con Adriana Puiggrós, vinculares, el juego y el papel de las culturas institucionales.
Marta Maffei y Ana Lorenzo, donde adhirió a la iniciativa de CTERA, Su circulación y desempeño en distintos ámbitos y esferas (sector
que había reabierto el debate político y cultural sobre la educación privado, estatal, universidad, organizaciones civiles, partidos políticos,
pública en la Argentina. sindicatos, etc.) da cuenta de una figura singular que batalló con posi-
ciones propias en un ciclo histórico complejo, a favor de una mirada
política y pedagógica de la educación de los niños pequeños. Esos
A modo de cierre niños que Duprat terminó de comprender cuando se encontró con
los bebés recién nacidos en las salas maternales de la villa en los años
Hemos intentado trazar un relato sobre los fenómenos emergentes setenta y que en los noventa consideró que debían acceder al cono-
desde los años setenta, sobre la configuración de una pedagogía del cimiento desde el jardín de infantes para sortear las fatales brechas
niño pequeño y sobre los debates y acontecimientos institucionales sociales existentes en la Argentina de fin de siglo.
vinculados con el jardín maternal y de infantes, a través del segui-
miento de un itinerario biográfico, el de Hebe San Martín de Duprat.
Su historia intelectual y profesional indica ciertas constantes, como Bibliografía
la pugna en distintos ámbitos por el reconocimiento del derecho a la
educación del niño pequeño, la construcción de un espacio institucio- BARRANCOS, Dora (2007), Mujeres en la sociedad argentina. Una his-
nal de calidad que lo reciba desde el nacimiento, la formación profe- toria de cinco siglos. Buenos Aires: Sudamericana.
sional de las maestras de jardines y la consolidación de una perspectiva BOSCH, Lydia Penchansky y DUPRAT, Hebe San Martín de (1995), El
pedagógica. nivel inicial: estructuración. Orientaciones para la práctica. Buenos
Sin embargo, en ese derrotero también hay momentos de clivaje, Aires: Colihue.
como el pasaje de la construcción de una pedagogía del jardín de infan- CAPALBO, Beatriz Capizzano de y GONzALEZ CANDA, Matilde Larisgoitia
tes centrada en la Escuela Nueva y en la didáctica del juego en los años de (1982), La mujer en la educación preescolar. Buenos Aires:
setenta a la defensa, en los noventa, de una perspectiva centrada en la Latina. 1
11
pedagogía crítica y en los contenidos. Este clivaje se reconoce en el estilo CARLI, Sandra (1997), "Infancia, psicoanálisis y crisis de generaciones. !'
de la producción intelectual de sus libros, que van de formas dialógicas Una exploración de las nuevas formas del debate en educación",
entre colegas a otras más centradas en las prescripciones curriculares. en PUIGGRÓS, Adriana (dir.) (1997), Dictaduras y utopías en la his-

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA LA PEDAGOGIA DEL NIÑO PEQUEÑO EN LOS DERROTEROS DEL JARDIN DE INFANTES

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.1-;

164
1./
'1
3

Construir una mirada del pasado reciente supone establecer una


perspectiva. A partir de una serie de imágenes, intentaremos ensayar
un análisis de la crisis del año 2001 en la Argentina. Como señala
Susan Sontang, "el conocimiento de determinada fotografía exige
nuestro sentido del presente y del pasado inmediato" (2003: 99). Casi
como ideas-recuerdos, las fotografías de niños en el escenario de fines
del siglo xx nos permiten elaborar una serie de hipótesis sobre las nue-
vas generaciones en un contexto dominado por la crisis económica. En
ellas podemos reconocer ciertos elementos epoca les de la experiencia
infantil (globales y locales), poner en tensión circunstancias históricas
de larga data y fenómenos emergentes, e identificar construcciones
culturales y políticas de diversa escala.
Pero si la fotografía" es literalmente una emanación del referente",
como insiste Roland Barthes (2004: 126), también es posible experi-
mentar e imaginar otras posiciones de los niños y otras miradas de los
espectadores-adultos. Mirar imágenes de niños que circularon en un
contexto de crisis social como el del año 2001 evoca problemáticas
comunes a toda América Latina. La difusión internacional de imáge-
nes de la crisis argentina dio lugar a miradas desde otros ámbitos, en
cuanto ser "espectador de calamidades que tienen lugar en otro país
es una experiencia intrínseca de la modernidad" (Sontang, 2003: 27).
En suma, la pregunta es qué provoca esa experiencia, qué recuerda,
qué activa en el presente, qué olvida.
El registro fotográfico se ha planteado como potencial documento
para la investigación social y en particular para la investigación histó-
rica. En tiempos de construcción visual de lo social (Barbero, 2003),
Este texto es una elaboración posterior de la conferencia dictada en las Jornadas de Cultura las imágenes son un modo de certificar la experiencia, de reconstruir
Visual y Educación, organizadas por la Universidad de Barcelona, en enero de 2003. y narrar la historia. Sin embargo, mucho se ha debatido acerca de

167
LA MEMORIA DE LA INFANCIA INFANCIA, CRISIS SOCIAL Y MEMORIAS CULTURALES

la relación entre lo real (referente) y la representación (miradas) en periodista Miguel Bonasso para testimoniar los hechos de diciembre
la fotografía. Joly (2003) alude a la tensión entre el enfoque de la ~. del año 2001- expresó la inestabilidad y la precariedad de un sistema
\4
semejanza con la realidad y el paradigma indiciario con su atención económico y político que mostraría en forma trágica los límites de los
a la huella que deja la foto; Barthes (2004) insiste en una perspectiva modelos neoliberales implementados durante la década del noventa
realista para sostener que la fotografía es un certificado de presencia, en América Latina. Los escenarios y los contextos de la infancia en
que ratifica lo que representa; Sontag (2003) pone en discusión "la
transparencia de lo sucedido" para destacar que siempre en la foto- 1
\{

esas imágenes permiten relatar las transformaciones históricas, com-
prender las condiciones de producción de la crisis y reconocer las
grafía se juega una elección y un encuadre determinado. En suma, huellas que dejaron en el escenario social y cultural de la Argentina
cuando se trata de imágenes de niños, habrá que detenerse en esa del siglo XXI.
tensión entre la realidad infantil y su construcción visual, entre la niñez Por último, si aceptamos la idea de que "la lectura de fotografías
y su representación. públicas es siempre en el fondo una lectura privada" (Barthes, 2004: I
"11
En el caso de las fotografías de niños, el debate se extrema en la 149), el análisis que presentamos es personal, en el sentido de haber
medida en que son objetos por excelencia para retratar guerras, ham- sido testigo de ese convulsionado pasado reciente.
brunas y violencias. Ese debate resulta complejo también si nos detene-
mos en el espectador de imágenes de niños. Si recuperamos la pregun-
ta de Sontag acerca de qué significa ser espectador de calamidades, Un niño con delantal blanco: emblema y apariencias
la cuestión sería: ¿qué significa ser espectador de imágenes de niños,
cómo se ubica el espectador-adulto, qué conlleva esa mirada, solo se Nuestra primera imagen corresponde a un niño con delantal blanco
trata de contemplación o implica algún tipo de responsabilidad? y formó parte de una colección de fotos sobre el guardapolvo blanco
Algunas de estas imágenes de niños, o la combinación de todas realizada por la fotógrafa Verónica Carman, expuesta en el fotogalería
ellas, trazan una especie de cartografía de la crisis. Alberto Manguel de una universidad pública. 2 Ese niño ya no es la imagen impecable
señala que "cuando leemos imágenes -de hecho, imágenes de de un disciplinado alumno de la escuela pública de la primera mitad
toda clase, sean pintadas, esculpidas, fotografiadas, construidas o del siglo XX, retratado en fotos escolares oficiales. Este niño viste un
actuadas-, les agregamos la temporalidad propia de la narrativa" delantal que no está tan limpio, lleva un buzo atado a la cintura y
(2002: 25). La narración que ensayaremos de estas imágenes está una cartuchera y un cuaderno bajo sus brazos, está inquieto, descon-
permeada por el registro de la situación de emergencia de la época, tracturado, a la vez relajado. Podemos imaginar que en ese delantal
el estallido de la relación entre poder (político, económico, financie- hay marcas de biromes y tatuajes, yen su cabeza "peinados nuevos"
ro) y sociedad civil, la percepción del cierre de un ciclo histórico.' La (como en las letras de Charly García). En esta foto no hay rostro, la
tensión violenta entre el palacio y la calle -figuras utilizadas por el cabeza está fuera del encuadre.
El delantal blanco es el uniforme utilizado por los alumnos de
las escuelas públicas en la Argentina desde principios del siglo xx.
1. La percepción del fin de un ciclo histórico de la Argentina dio lugar a eventos artísticos, La ausencia en la foto de la cabeza del niño revela que el foco está
publicaciones, debates. Uno de los escenarios de ese debate fue el Primer Simposio de puesto en el delantal, como un signo universal, un traje que viste a
Estudios sobre la Argentina, titulado "Interpretaciones sobre el pasado, análisis del presente
e hipótesis sobre el futuro", que organizamos desde la Secretaría de Posgrado de la Facultad
de Ciencias de la Universidad de Buenos Aires, y que se planteaba "reinstalar las preguntas
por el país, la lengua, el territorio, las tradiciones, la sociedad, la política, los contemporáneos, 2. Esta serie de fotos fue expuesta en el primer piso de la Facultad de Ciencias Sociales de la
los antepasados y las generaciones venideras, en el marco de un reconocimiento de cortes Universidad de Buenos Aires en el año 2002. Para acceder a las fotos véase <http://editorcv.
traumáticos producidos en la historia argentina de las últimas décadas". blogspot.com>. En archivo de septiembre de 2010.

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA ........ _.. CRISIS SOCIAL Y MEMORIAS CULTURALES ~~~.~~~. ~ .... ~..............

numerosos chicos anónimos de las escuelas del país. Delantales que relativamente barato, que opera como símbolo de austeridad, de
quedan holgados y cómodos en los primeros años de escuela y que homogeneidad y de inclusión social (Dussel, 2000). El delantal blanco
luego se ciñen a cuerpos en crecimiento, que son largos en los más es a la vez símbolo local y universal.
pequeños y que se acortan a medida que las adolescentes buscan El niño con delantal blanco que nos muestra la foto indica una
mostrar sus piernas; delantales remendados por las roturas provo- tradición, la de la escolaridad pública en la Argentina, construida a
cadas por la brusquedad de los juegos masculinos, a pesar de estar partir de la instalación en las últimas décadas del siglo XIX de un sis-
hechos con telas más resistentes; objeto de publicidades de jabón en tema de educación nacional a cargo del Estado y, por lo tanto, de un
polvo, cada vez más obsesionadas por transmitir su eficacia para la dispositivo de escolarización de las nuevas generaciones en un país de
tan deseada blancura. inmigrantes. Intenta indicar una especie de memoria nacional a pesar
Si, retomando a Barthes, el studium de la foto, entendido como de las diversas transformaciones sociales y culturales del siglo xx.
aquello que se liga con mi saber y me resulta familiar, es el guarda- Esa escuela pública fue objeto de distintas interpretaciones en la
polvo como símbolo cultural que condensa la historia escolar y sus década del noventa, de la mano de las acciones públicas de los gremios
transformaciones; el punctum, como aquello que "sale de la escena docentes 3 y en el marco de álgidos debates intelectuales. Considerada
como una flecha y viene a punzarme" (2004: 58), es la ausencia de la como dispositivo de disciplinamiento social (Puiggrós, 1990) o como
cabeza. En la lectura entonces se restituye lo que falta (la cabeza) y es máquina cultural de imposición de identidades homogéneas (Sarlo,
posible retomar ese indicio para dar forma a otra interpretación. 1998), la escuela pública devenía en objeto histórico, añorada por su
Berger recomienda leer una foto desde una memoria radial que pasada eficacia simbólica, por ser representativa de otro ciclo cultural
reconstruya un "ahora" y que dé apertura a una cadena de asociacio- del país o cuestionada por sus efectos estigmatizantes, homogenei-
nes (1998: 84). La ausencia de la cabeza del niño me trae la imagen zantes y autoritarios, confrontada dicotómica mente con los aspectos
del documental El hombre sin cabeza, de Juan Solanas, realizado en nuevos de la cultura contemporánea (Carli, 2003a).
2003, pero también del documental Nordeste, en el que retrató el Esta imagen de un niño con delantal blanco i'hdica la crisis y el
tráfico de niños en la Argentina. Aunque también la imagen evoca las debate en torno a una tradición, pero también sus transformaciones
reflexiones de Silvia Bleichmar en Dolor país, cuando afirmaba que "la en los años noventa: mostró por un lado la persistencia de ideales
educación argentina se constituyó como denegación de la pobreza igualitarios en la sociedad argentina que la escuela pública encarna
de origen" (Bleichmar, 2002: 84). Si hay un cuerpo con delantal, sin por excelencia, pero también sus límites materiales y simbólicos, y
cabeza, se trata de la predominancia de un traje, de una máscara, de sobre todo los límites de los actores políticos, porque su pervivencia
un artificio que puede vestir y ha vestido a millones de niños. El refe- renovada dependió siempre de la política. Ese delantal es un "adorno
rente niño está ausente, solo vemos su representación escolar. Pero en relieve": debajo de ese adorno superficial, había un niño desco-
¿de qué niño se trata?, ¿qué pobreza oculta en este fin de siglo? nocido, atravesado por el aumento de las desigualdades sociales que
El delantal constituye un emblema. Según el diccionario, el emble- distanciaban cada vez más a pobres y ricos, por la fragmentación
ma es un jeroglífico o símbolo acompañado de una sentencia o lema. creciente del tejido social y del modelo de sociedad integrada. Ese
En el caso argentino, el delantal blanco es el símbolo de la escuela delantal no simbolizaba lo mismo que antes, vistiendo a una población
pública que indica el acceso igualitario y gratuito a la educación
estatal. La adopción de un uniforme común, en este caso el delantal
blanco, se llevó a cabo en nuestro país siguiendo el ejemplo de las 3. La Carpa Blanca instalada frente al Congreso de la Nación por CTERA y el inicio de un
ayuno docente en 1997, como forma de protesta contra el deterioro y el desfinanciamiento
escuelas francesas, pero en lugar del blusón negro, gris o azul, se
de la educación pública en la Argentina, constituyeron modos de reactivar el debate político
optó por el uniforme blanco, por considerarlo un elemento accesible, y cultural sobre el valor histórico de la escuela pública.

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LA MEMORIA
.........................................•...... DE LA INFANCIA .1~~~~CI~,S~I?I??~SI:"\L.xf\;1~f\;10RIAS CULTURALES

infantil cuyas familias estaban jaqueadas por la crisis, hecho que en Los niños de la escuela del country y la iconografía del no
alguna medida vincula la realidad actual con las imágenes del país de sufrimiento
inmigrantes de principios del siglo xx.
Pero si las fotografías "conservan las apariencias instantáneas" Las siguientes imágenes que analizaré muestran a grupos de niños
(Berger, 1998: 71), esas fotos de escolares sin cabeza muestran tam- que asisten a una escuela de un barrio cerrado o country. Publicadas
bién la experiencia contemporánea infantil: ese delantal viste en este en el suplemento de un diario de gran tirada dedicado al tema, ilus-
"ahora" a otro tipo de niño. tran notas que promueven escuelas de la zona norte de la provincia
Berger estudia, en el texto "El traje", una fotografía de August de Buenos Aires. En las fotos los rostros sonrientes revelan la alegría
Sander sobre tres jóvenes campesinos que al atardecer se dirigen al infantil y un estado de bienestar. En una de ellas, los chicos visten
baile vestidos con trajes formales (típico traje creado por el gentle- uniformes y están en movimiento jugando a la soga, en la otra usan
man inglés). Comparándola con otras fotos, advierte cómo el uso del buzos, pantalones o polleras deportivas y realizan un deporte. Ambos
traje por parte de los campesinos revela la contradicción física de los grupos de niños están en espacios verdes, abiertos, y en el fondo de
cuerpos identificados con el esfuerzo y el movimiento, y ropas "que las fotos se ve el horizonte y el cielo. Debajo de las fotos, las frases
idealizan lo sedentario, lo discreto, la ausencia de fuerza" (1998: 51). "Cerca de casa" y "Pura adrenalina" condensan el mensaje que se
pero también la hegemonía de una clase a la cual los campesinos quiere transmitir. Se trata de una iconografía del no sufrimiento, pero
se adaptaron. Y agrega que "esas ropas eran una forma de capital también los signos de una educación exclusiva.
transmitido de generación en generación, yen el mundo de hoy, en el Distintas fotos de este tipo se publicaban y se siguen publicando
que todo está dominado por el mercado, tal principio es anacrónico" en los ejemplares semanales del suplemento, en el que a fines y prin-
(1998: 51-52). cipios de cada año se promocionan las escuelas privadas dirigidas a la
El estudio de Berger nos permite pensar, en primer lugar, en el ana- población que vive en barrios cerrados. Esas propagandas tienen un
cronismo del delantal blanco de la foto, en cuanto la idea hegemónica lema 4 definido en las investigaciones como un "estilo de vida verde"
de la escuela pública como lugar de convergencia de distintas clases (Svampa, 2001). Se busca transmitir el imaginario de una educación
sociales, entró en abierta crisis en los años noventa. Dejó de vestir a exclusiva, para grupos selectos, en un hábitat casi rural, lejano a la ciu-
todas las clases sociales, como muestran las fotos del siglo xx que dad, promoviendo otro tipo de enseñanza, distinta de la tradicional,
termina, aunque también el uso público de las imágenes de la escue- un modelo de escuela que se vende y promociona como diferente.
la pública (en la crónica periodística o en la publicidad) en muchos Los nombres de las escuelas, algunas de más larga data y otras de
casos busca quedar fijado a ciertas clases sociales, con la intención de reciente creación, son prototípicos, revelando extrañas combinacio-
responsabilizarlas por el deterioro del sistema educativo público. Pero nes de nombres de próceres nacionales, santos ingleses y héroes
además es posible pensar en esa contradicción física notable entre un norteamericanos.
traje creado a principios de siglo, vestido por niños en tiempos globa- Los rostros de bienestar de los niños -más allá de que responden a
les caracterizados por el relajamiento de la disciplina escolar, la cadu- un estereotipo publicitario y a una estrategia de marketing y de pro-
cidad de la cultura higienista, el crecimiento de la violencia escolar y moción de las escuelas en los suplementos dedicados al tema de los
nuevas formas de conexión y sujetamiento a los aparatos tecnológi- dos diarios más importantes del país- refieren a un bienestar infantil
cos. Debajo de ese delantal, hay un niño con libertad de movimientos,
incómodo, con un traje que busca inculcar una adaptación sedentaria,
más improbable en 2002 que nunca antes.
4. Entre otros, "el contacto con el verde le cambió la cara a la forma de enseñar", en la nota
"Propuestas para todos los gustos" (Clarín, 30/12/2002).

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LA MEMORIA DE LA INFANCIA INFANCIA, CRISIS SOCIAL Y MEMORIAS CULTURALES
..........................................•...................

privatizado que no era resultado del Estado de bienestar, sino preci- des del pasado, el uniforme de la escuela del country varía, condensa
samente de la crisis del Estado de bienestar. Predominan entonces los la novedad, puede ser reemplazado, viste y construye una unidad
signos visuales de pertenencia a un sector privilegiado económica- emergente entre aquellos que habitan una zona común, homogénea,
mente durante la década del noventa, que propició el surgimiento de de iguales desde el punto de vista del estatus económico.
formas de urbanización en zonas alejadas de la ciudad a partir de la Los niños de las fotos pueden ser mirados como parte de un espa-
demanda de seguridad, un estilo de vida propio y un tipo de educa- cio virtual transnacional, que se desmarca del territorio geográfico
ción centrado en un modelo de socialización cerrada y de autonomía cerrado y segregado, para identificar las huellas de una experiencia
protegida (Svampa, 1991). Las escuelas están "cerca de casa", en el infantil común en distintos países de América Latina. Si bien en la
interior del barrio cerrado en algunos casos, y ello parece obviar su Argentina los barrios cerrados son un fenómeno relativamente tardío,
corta existencia y escasa tradición. 5 en América Latina es un fenómeno de larga data en el cual se ha
Esos gestos de libertad y felicidad de los niños de las fotos, sobre consolidado la tradición de la escuela privada de elite. El crecimiento
el trasfondo rural de algún espacio de la provincia de Buenos Aires, desmesurado de las grandes ciudades latinoamericanas como México,
retrotraen a las fronteras de la estancia del siglo XIX. Vuelven a demar- Caracas, San Pablo o Buenos Aires, tan estudiadas por antropólogos
car el territorio a fines del siglo xx y a simbolizar sus límites sociales, urbanos y sociólogos, dio lugar a la cercanía del country con la villa o
en suma, a indicar la imposibilidad de mezclarse con otros niños el barrio pobre, del empresario que sale con su coche último modelo a
diferentes. Siguiendo la invitación de Berger de construir cadenas trabajar al corazón de la city por la misma ruta cortada por piqueteros
de asociaciones, esas imágenes del bienestar infantil en el espacio desocupados. En esa escena suburbana, los contrastes se agudizan, y
privado-público del barrio cerrado pueden ser contrastadas con las las fotos publicitarias de las escuelas de los countries los ocultan.
fotos oficiales de las políticas peronistas de los años cincuenta. En las
fotos de los campeonatos deportivos, las vacaciones en la costa, los
juegos en las plazas públicas, también los niños trasuntaban felicidad y La desnutrición infantil: conmoción y representación de la
bienestar, estaban en movimiento, se reían, disfrutaban. ¿Tiene algu- vulnerabilidad
na resonancia aquel pasado en este" ahora" de las fotografías?, ¿esa
ausencia de los "niños privilegiados" está ligada con esta presencia de La tercera imagen se refiere a la desnutrición infantil. Las fotos de
una infancia privatizada?6 niños desnutridos de la provincia de Tucumán, ubicada en el norte
A diferencia del delantal blanco de las escuelas públicas, el unifor- del país, en la que quizás sea la zona más pobre de la Argentina,
me que visten los niños en las fotografías, generalizado en las escuelas estallaron como reguero de pólvora en 2002: imágenes de bebés y
privadas, es portador de diferenciación y de distinción. Es un uniforme niños en cunas de hospital o en brazos de padres o hermanos nos
que se aggiorna a los nuevos tiempos, al cambio en las telas, los tejidos muestran cuerpitos con el crecimiento retrasado o detenido, de edad
y los modelos, a los usos más libres del cuerpo en el ámbito escolar. A inestimable, en los diarios y en la televisión. Elegir una imagen de un
diferencia del delantal blanco, que persiste, prolongando temporalida- niño desnutrido para analizarla puede resultar obsceno: los medios
de comunicación han oscilado entre el testimonio del fenómeno y su
estetización, entre la denuncia y la naturalización del hecho. Tal vez el
ejercicio que se deba hacer consista en explorar qué significa recurrir
5. En la nota "Barrio con múltiples propuestas" (Clarín, 17/8/2002), se alude a una escuela
con nombre inglés creada en el año 2000, aunque priman los argumentos acerca del carácter a estas imágenes.
tradicional de los clubes de campo de la zona. La publicación de fotos de niños desnutridos se alinea con la
6. El título del libro de Carla del Cueto Los únicos privilegiados (2007) juega con esa
paradoja.
denuncia social, pero se trata también de fotos-espectáculo, de fotos

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para ser vistas. En este sentido, "la imagen como conmoción y la ima- el comedor escolar, anatemizado por haber provocado el desplaza-
gen como clisé son dos aspectos de la misma presencia" (Sontang, miento de la escuela hacia tareas asistenciales. Ante 105 datos de la
2003: 33). Se cuela allí una retórica delicada y fronteriza, en la que desnutrición, el diario informaba que se prolongaba el funcionamien-
el niño es portador de un cuerpo débil y disminuido para ser mirado, to del comedor escolar en vacaciones. Mientras tanto se multiplica-
para exponer lo oscuro. ban las iniciativas en barrios pobres y villas de emergencia para paliar
Sontang sostiene que "no debería suponerse un 'nosotros' cuando el hambre. 8
el tema es la mirada al dolor de 105 demás", admitiendo que "la ico- La cultura política de las décadas del ochenta y del noventa en
nografía del sufrimiento es de antiguo linaje", pero que, sin embargo, la Argentina estuvo marcada por el pasaje abrupto de la transición
esas fotografías son al mismo tiempo un medio para "dotar de reali- democrática a la videopolítica, por la crisis de representación y la
dad" (2003: 15, 51). "Algo se vuelve real al ser fotografiado", insiste creciente corrupción de 105 partidos políticos tradicionales, por la
(2003: 31). Ese niño desnutrido, casi como una pieza antropológica, internacionalización de las políticas nacionales y por la subordinación
como un resto que sobrevivía en la Argentina de fines del siglo xx, se de la política a la economía del mercado (Portantiero, 2000). La crisis
volvió real, encarnó descarnada mente -si vale la paradoja- el aumento de representación conllevaba la inquietud por la crisis de representa-
de la pobreza extrema que las estadísticas revelaban. Las fotos tuvieron ción del niño. Si, como señalamos en otro texto, siguiendo a Laclau,
fuerza probatoria para ser vistas por sujetos indemnes o indiferentes; la relación de representación nunca es transparente sino impura y 105
las notas periodísticas insistían en que parte de esas imágenes eran de representados se encuentran siempre ausentes del sitio de la repre-
niños que vivían a pocas cuadras de la sede del gobierno provincial. sentación, y además la relación entre adultos y niños está marcada
Es decir, eso invisibilizado fue puesto a la luz, se instaló la cámara allí, por la asimetría (Carli, 2003b), ¿cómo leer entonces la representación
para que se viera lo que no se veía. de la desnutrición infantil en el año 20027, ¿la tensión entre la repre-
Sin embargo, la foto publicada en la tapa de Páginal12 de un niño sentación fotográfica (el niño desnutrido o la desnutrición) y ese refe-
con su cabecita inclinada sobre una almohada en la cama de un hos- rente real (un niño)?, ¿qué cuidados tener frente a 105 usos sociales y
pital públic0 7 es anónima, y se torna pieza de un discurso genérico. políticos de esas imágenes, considerando tanto su evidencia como su
Se reconoce la ternura del chico, su sueño suave, mientras el chupete opacidad?9
se cae de su boca y el respaldo de la cama tiene colgada una figurita Las políticas de infancia buscan persuadir a 105 otros de sus alcan-
de la época. El titular del diario dice: "Los únicos privilegiados". Ese ces, de su eficacia, de sus buenos deseos y aspiraciones. La década del
texto ubicado arriba de la cabecera de la cama semeja un rezo, una noventa ha sido la década de 105 derechos del niño, pero las imágenes
parodia que sin embargo dice muchas cosas. En el lugar de la tradicio- de niños tienen su retórica, su pretensión de verdad, de transparencia.
nal cruz a la cabecera de la cama de hospital, figura la frase emblema La denuncia social de una realidad incontrastable de vulnerabilidad
del primer peronismo. social no genera necesariamente efectos de reconocimiento.
La desnutrición infantil es una construcción histórica de culturas
políticas en decadencia, cuyas imágenes irrumpen en el escenario
global de 105 años noventa. Si la crianza y educación son ámbitos 8. Se destacó en la época la experiencia del comedor Los Pi letones, organizado por Margarita
prepolíticos, como sostenía Hannah Arendt, se trata entonces de la Barrientos en Villa soldati. En los diarios se multiplicaron notas sobre emprendimientos colec-
tivos que buscaban remontar los tremendos efectos de la crisis económica. Pero también las
política del genocidio silencioso. La contracara de la desnutrición fue reacciones de sectores de la clase media contra experiencias ubicadas en barrios residenciales
(véase "Un barrio de clase media rechaza la presencia de chicos pobres en el lugar. La batalla
del comedor", por Alejandra Dandan, Página/12, 5/12/2002).
9. Una común reflexión sobre las formas de lo visual, sobre qué mostrar, frente a sucesos
7. Véase en tapa de Páginal12, 14/11/2002. trágicos como el de Cromañón, se encuentra en Arfuch (2006) y Carli (2006).

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Se ha señalado el predominio en los años noventa del modo decla- La principal consigna de la movilización fue "detrás de cada chico
rativo de los derechos del niño, en el que la acción es enunciada (en de la calle hay un padre desocupado", que constituía toda una inter-
publicidades, afiches, actividades de diverso tipo) en detrimento de un pretación de la emergencia de los "niños de la calle" en la Argentina,
modo performativo, en el que el enunciado hace lo que dice y produce y se retrotraía a los años ochenta como nefasta herencia de la dicta-
subjetividad (Corea, 2001). Las fotos de la desnutrición "declararon" dura militar. En la nota del diario, uno de los organizadores de la mar-
un sufrimiento, pero no tuvieron per se un impacto transformador de cha, el educador Alberto Morlachetti,12 señalaba que la movilización
la realidad. No es posible suponer un "nosotros" detrás del que mira la era "trascendente, y transformadora, un elemento de organización
foto, se trata en todo caso de una construcción política necesaria. En y de conciencia, la posibilidad de preguntarse qué le pasó al país
iniciativas surgidas durante la época -como el FRENAPO (Frente Nacional para empezar a comprender sus propios abandonos y ausencias".
contra la Pobreza), la propuesta de un seguro de empleo, de formación Sus reflexiones sobre la movilización me traen el recuerdo del cuadro
para jefes de hogar desocupados y de un subsidio para hijos menores de colgado en uno de los salones de la Escuela de Educadores Populares
18 años-, orientadas por el lema "ningún hogar pobre en la Argentina", de la Fundación de Pelota de Trapo: me refiero a la reproducción de
se trazaba un camino político de carácter necesariamente litigioso para la obra El Cuarto Estado (1901), de Giuseppe Pellizza da Vol pedo
la redistribución de los recursos públicos, alentando la posibilidad de (que fue la imagen central de la película Novecento, de Bernardo
transformar el problema de la desnutrición en la Argentina. Bertolucci), imagen de la marcha hacia la huelga de trabajadores de la
clase proletaria europea, entre la que hay niños y mujeres que luchan
por el derecho al trabajo.
Los "chicos del pueblo" y la estética política de la
movilización En esta marcha, que contó con el acompañamiento de gremios
docentes y estatales, en una alianza de sectores que iban desde los
La cuarta imagen muestra a un grupo de niños del Movimiento gremios de los educadores hasta los organismos de derechos huma-
Nacional de los Chicos del Pueblo descansando en el marco de una nos, los niños fueron portavoces del reclamo por el derecho al trabajo
movilización denominada" Marcha por la vida", realizada en defensa vulnerado de sus padres. Los chicos estaban acompañados por adul-
de los derechos del niño en noviembre de 2002. 10 En ella participaron tos, pero, en los actos que se hacían en cada localidad, también eran
300 chicos que recorrieron el interior del país y tardaron once días en oradores.
llegar a Buenos Aires, a la histórica Plaza de Mayo. En la imagen, que Esta imagen puede ser leída en diálogo con las fotos sobre la
acompaña una nota sobre el tema publicada en un diario,11 dos nenas desnutrición infantil. Se trata de una foto-militante, pero a diferencia
sonríen con complicidad contagiosa, visten un chaleco sin mangas que del tono épico que caracteriza a las fotos de movimientos políticos,
identifica a grupos piqueteros y de desocupados. En el fondo de la en esta los niños se ríen. Sontang señala que "para los militantes la
foto, un cartel reza: "Queremos un país para todos". En el tope de la identidad lo es todo", analizando el caso de las fotos de niños israe-
caravana, el cartel principal señala: "En este país hay más funcionarios líes y palestinos asesinados porque "todas las fotografías esperan su
felices que niños felices".

12. En una entrevista que realizamos a Alberto Morlachetti (2002), pudimos comprender las
distintas etapas transitadas desde los años setenta hasta la actualidad en el trabajo con niños
1O. Se trata de la Marcha de Misiones a Buenos Aires, que comenzó el 28 de octubre de 2002 de la calle. Reconocía que, en la última década del siglo xx, las dificultades crecieron por el
y culminó el 8 de noviembre. La primera marcha de este movimiento se realizó en 2001 y la aumento de la pobreza y el desempleo, pero también por la creciente presencia de la droga
última en 2005. y la naturalización de la violencia en los jóvenes. La creación de una imprenta en 1987 y de
11. "Hay más funcionarios ricos que niños felices", por Laura Vales, en Página/12, una panadería en 1991 se plantearon como alternativas para la formación de los jóvenes en
8/11/2002. oficios y para la continuidad de la vida frente a la cultura de la muerte.

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explicación o falsificación según el pie" (2003: 18). En la foto que Una movilización infantil de alcance nacional tiene entonces dos
estamos analizando, en cambio, los niños participan de un colectivo dimensiones: una organizativa y otra de difusión/iluminación. Según
social: los chalecos que usan son signos de identidad, de pertenencia De Ipola, el concepto de movilización designa un comportamiento
intergeneracional, los carteles de la foto revelan consignas políticas. En deliberativo y de intervención activa a través de distintos mecanismos
esta imagen hay que leer entonces una política de la representación, en la vida política (1989: 43). La movilización de los niños reconstruía
que es también una pedagogía de la representación, modulada en imaginariamente lo que las políticas neoliberales destruyeron por efec-
la relación estrecha entre estética y política (Giroux y Simon, 1996). to de las privatizaciones y de las medidas económicas de la década del
Esta se construye en la trama de luchas sociales que se expresan en el noventa, en particular el cierre de ferrocarriles que unían las diversas
espacio público, en las diversas manifestaciones que distintos sectores localidades de un país extenso y la apertura económica desregulada
protagonizan en la calle y en las plazas. que generó la crisis de la producción nacional. Construía también
En este caso la movilización, la larga marcha de los niños, consti- una escena política, una esfera pública democrática donde se podía
tuía una forma de representación de un colectivo social que se despla- debatir sobre el futuro de los niños como posibilidad de existencia de
zaba por un territorio desmembrado e imaginariamente vuelto a unir un futuro para el país.
por el paso de los niños, que recreaba el sentido de movilizaciones Hay una estética política de la infancia que se moduló en esa expe-
históricas. Ese paso de los chicos por cada pueblo o ciudad del interior riencia, representativa de la importancia que la movilización tiene en
del país buscaba transmitir algo, ligando a organizaciones sociales de América Latina como espacio de construcción de identidad. El zapa-
distintos lugares en una tarea común y, en el mejor de los casos, en tismo en México, la experiencia de Lula en Brasil, las manifestaciones
una imagen que los medios de comunicación devolvían a la sociedad antiglobalización de Porto Alegre, las propias manifestaciones argenti-
en su conjunto. Como esas imágenes no siempre encontraban cabida nas en las calles mostraron el sentido ético de la manifestación pública
en diarios locales y nacionales o en la televisión, los organizadores en contextos de fuerte crisis económica y de exclusión social. Los niños
buscaron sus propias estrategias para narrar esa experiencia, para participaron de diversas maneras de esa experiencia pública.
darle visibilidad (a través de Internet, etc.). Así como las exposiciones
anuales de los reporteros gráficos fueron un material insoslayable para
retratar la gravedad del proceso económico, 13 para acceder a un relato Las niñas de Bandana de la cultura infantil global y las
visual sobre el estallido de 2001 y sobre los gestos colectivos para la memorias locales
recomposición de un "nosotros" en la escena pública,14 las imágenes
de la movilización trazaron también un relato posible del futuro. 15 Nuestra última imagen corresponde a una foto de estudio, entre
tantas otras que se encuentran en Internet. Se trata de un grupo de
niñas vestidas con banda nas de distintos colores en la cabeza, sus
13. Se destacó la muestra fotográfica Negocios cerrados (2004), de Geraldine Lanteri, que
mostraba el paisaje urbano entre 2001 y 2004. Según la fotógrafa: "Todos los domingos,
cabezas se tocan sonrientes como formando un caleidoscopio. Solo
durante tres años, salí a caminar buscando negocios cerrados. Esta obra registra el cierre es una pieza más de una serie de imágenes en diversos soportes para
sistemático de negocios en la Capital Federal y el área suburbana, en una época en la que se
la promoción de un grupo musical, que se reproducen en distintos
aproximaba el estallido de diciembre de 2001. Mi intención es registrar, casi en 'tiempo real',
un proceso social y económico en decadencia. Lejos está de ser, entonces, un archivo anóni-
mo, sino que la sumatoria de imágenes da cuenta de un momento socioeconómico grave" .
Véase: <http://boladenieve.org.ar>.
14. Se destaca la serie Días de furia, organizada por Reporteros Gráficos de la República que esta última estaba desarticulada de la subjetividad, que no encontraba identificación en
Argentina. una narración duradera, pero que sin embargo también tenía contradicciones, como el refuer-
15. Enrique Carpintero, en "Triunfo de las pasiones alegres" (Página/12, 7/11/2002), señaló zo del sentimiento de comunidad: "La incertidumbre, el aislamiento, la desindentificación han
entonces que el capitalismo instalaba un conflicto entre la subjetividad y la experiencia, por- traído como resultado la búsqueda de un 'nosotros'''.

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materiales (carteles, pósteres, imágenes de Internet, tarjetas), siguien- finalizar el espectáculo, salían del teatro para comprar los productos
do la reproductibilidad técnica de la imagen avizorada por Walter de la banda, aquellos más económicos elaborados en los talleres
Benjamin. La imagen de las niñas es un signo que remite al grupo pop clandestinos de la ciudad y ofrecidos por vendedores ambulantes en
Bandana y no puede ser leída por fuera del mundo visual y musical la vereda, o los productos "legítimos" y costosos del merchandising
que se expandió a través de todos los medios tecnológicos (televisión, que se ofrecían en el local de al lado del teatro. La calle Corrientes era
PC, radio, CD, etc.). escenario para el menudeo o para la negociación entre madres e hijas
Bandana se formó en 2001 como resultado de un reallíty show sobre qué producto comprar.
denominado PopStars al que se presentaron 2.500 chicas bajo la con- En plena crisis de 2001 se combinó así el aumento de la pobreza
signa "Un sueño es posible". Compuesto por cinco jóvenes nacidas extrema con la aparente riqueza del consumo simbólico massmediá-
a principios de los años ochenta, con un promedio de 20 años, lan- tico, dando lugar a articulaciones aparentemente contradictorias. El
zaron su primer CD a fines de 2001. Fue una particular combinación sueño del ascenso a la fama se promovía en contextos de exclusión
de talentos locales, jóvenes con historias disímiles, algunas de ellas con resonancias particulares. La fuerte selección y competitividad de
marcadas por la pobreza, que luego de ser seleccionadas accedieron los programas que dieron lugar a la formación de grupos musicales, y
a la fama. Grupos de este tipo, que resultaban de una estrategia de que se verificó también en otros similares referidos a aspirantes a fut-
producción de empresas de espectáculos, se replicaron en el escena- bolistas, generaba en la Argentina una combinación de satisfacción y
rio global, dando forma a una audiencia infantil y adolescente que malestar, de alegría y dolor, si solo nos detenemos en los sentimientos
emergía como público consumidor. Participar del mundo Bandana, expresados en la televisión. Se reforzaba mediáticamente, convirtién-
cuyo grupo duró apenas dos años, suponía una mezcla de identifi- dola en espectáculo, la experiencia de exclusión de muchos jóvenes,
caciones transitorias, de entretenimiento, consumo de mercancías, al mismo tiempo que se construía la ficción ampliada de la "gran
cultivo de música liviana y bailes grupales. Ese mundo expresó, entre oportunidad", necesariamente restringida para pocos.
otros fenómenos, el proceso de culturalización de la economía y una Por otra parte, se produjo entonces la eclosión de un mercado de
nueva episteme basada en la fuerza constitutiva de los signos (Yúdice, productos para niños que conllevaba nuevas concepciones sobre la
2002: 46). infancia y que encontró en la publicidad un canal privilegiado (Minzi,
Una etnografía del primer recital que realizaron en un teatro cén- 2006). En torno a estos grupos musicales, una cultura infantil comer-
trico en 2001 16 revela las particularidades de un fenómeno que com- cial comenzó a ofrecer una combinación de placer y marketing difícil
binó signos globales y locales. El recital convocaba a miles de niñas, de resistir para el público infantil. Esta cultura formó parte de lo que
de no más de 12 años, que asistieron con banda nas (pañuelos) en Renato Ortiz (1997) ha denominado cultura internacional-popular,
sus pequeñas cabezas, no medían mucho más de un metro, iban en caracterizada por la dimensión planetaria, por desempeñar funcio-
grupo con sus madres, o en algunos casos ellas esperaban a sus hijas nes pedagógicas antes centralizadas por la escuela y por proveer
a la salida del teatro porque las entradas resultaban costosas. Las niñas símbolos que corresponden a la esfera del mercado. Se trata de una
aplaudían o golpeaban el piso cada vez que nombraban a su cantan- verdadera pedagogía cultural propiciada por las empresas comerciales
te preferida, coreaban todas las canciones, se movían y bailaban. Al (Steinberg y Kincheloe, 2000), que encuentra en la población infantil
un público clave, dócil, moldeable, aunque fugaz, sin una fidelidad
permanente.
16. Apenas algunos retratos por haber compartido con mi hija la asistencia al recital en el Aníbal Ford ha estudiado el crecimiento y el avance de las empre-
teatro Gran Rex. Más detalles sobre la experiencia del teatro, sobre el grupo y sobre el reallity sas de entretenimiento por encima de las empresas de información,
show se encuentran en varias notas publicadas por Julián Gorodischer en el diario Páginal12
durante 2002. conformando lo que él llama una "sociocultura del infoentretenimien-

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INFANCIA, CRISIS SOCIAL Y MEMORIAS CULTURALES

to". Esta se caracteriza por el principio de sinergia y el merchandising, masiva. En contextos de crisis social, sin embargo, la cultura prolifera
es decir, por los usos distintos de un mismo producto o la utilización en la Argentina, se expande apelando a recursos imaginativos que
de los mismos factores de producción para realizar bienes diferentes, suplantan la escasez material, y se modulan nuevas narraciones que
así como por el cruce en un mismo producto de distintos géneros disputan terreno con el relato globalizante. 18 Entre otras narraciones,
(televisivos, publicidad, bandas de sonido, etc.) (Ford, 1999: 106). Esa la de Hugo Midón en la obra teatral Huesito Caracú exploraba la mítica
sociocultura instala, entre otros fenómenos, la cuestión del "derecho vida rural del campo argentino, con figuras que retomaban a persona-
a ser visto" del receptor. jes de historietas y diálogos que desmitificaban el folclore, pero a la vez
La cultura infantil en torno al grupo Bandana estuvo vinculada transmitía historias sobre personajes del siglo XIX y coyunturas críticas
al consumo televisivo en el hogar. Como ha señalado Silverstone, del siglo xx, propiamente argentinas. Las narraciones procedentes de
la televisión es un medio doméstico y participa en la experiencia del la literatura infantil que tenían lugar en la biblioteca La Nube en plena
consumo en las que predominan los sentidos visibles (1996: 51). El crisis, con Pablo Medina persistiendo en la transmisión oral del valor
intercambio de mercancías que pone en juego tiene sentidos com- de la cultura letrada, prolongaban de maneras extrañas memorias de
plejos en la medida en que "los objetos pueden ser simultáneamente décadas anteriores, a contrapelo de las tendencias globales. 19
(y lo son) mercancías y no mercancías" (1996: 210). Ese consumo es Sin embargo, ese referente de la foto, las niñas con bandana, ¿es
audiovisual, de signos que refuerzan la pertenencia a una cultura. Se menos real en la escena global? Los personajes-niños de Midón, ins-
produce así un proceso de globalización de la infancia que da lugar criptos en la larga estela de la historia del teatro argentino, ¿son más
a procesos de identificación que buscan sortear la desigualdad de las reales?, ¿persisten obstinados, como insiste Barthes, o resultan tam-
situaciones sociales y generar una experiencia de disfrute universal, bién una construcción mítica en el escenario de crisis de fines del siglo
nucleando en una experiencia común a niños de distintos extractos XX y de añoranza de un pasado más pleno? Las escenas de lectura
sociales y territorios. Como han señalado Steinberg y Kincheloe, la de los niños en la librería La Nube, ¿excluyen los gustos global izados
cultura infantil se trata de una pedagogía del placer. infantiles en el consumo hogareño? Un mosaico complejo se teje
Pero estas imágenes, retomando a Berger, ¿pueden ser leídas en la experiencia infantil, que excede las pretensiones clasificatorias
desde una memoria radial? ¿Qué cadena de asociaciones habilitan? de los adultos, atadas a los sedimentos de los tiempos históricos en
¿Permiten la asociación o la obturan? Una primera asociación conduce las experiencias vividas. En todo caso, la mirada del pasado reciente
a los dormitorios infantiles donde los signos se replican en imágenes, evoca inquietudes políticas vinculadas con los recursos disponibles y
música, pósteres, vestimentas, pero su permanencia parece estar liga- las voluntades existentes para sostener, entonces y ahora, memorias
da al gusto cambiante de las edades.
Ford señaló que las diferencias infocomunicacionales provocan la
marginación de culturas y memorias (1999: 117), lo cual implica que 18. Cabe mencionar la iniciativa MAR (Movimiento Argentina Resiste) en defensa de la cultura
argentina, promovida por Mario Rapoport y Silvia Bleichmar, entre otros, lanzado en junio
las batallas deben librarse también en el terreno de la cultura y del de 2002, que contó con el apoyo de intelectuales, científicos, periodistas y artistas. El lema
espectáculo. Sin embargo, las condiciones son desiguales, en cuanto planteado era "pensar el país necesario".
19. En una entrevista realizada en 2001 al educador Pablo Medina, conocimos las distin-
los actores sociales, yen particular los creadores culturales, 17 no tienen
tas etapas de su itinerario biográfico, que permite comprender la persistencia de La Nube
las mismas condiciones para instalar sus imágenes para la circulación luego de la década del noventa. Maestro rural nacido en Corrientes, docente de la Escuela
Bernasconi en los años sesenta, donde conoció al titiritero Javier Villafañe, metido de lleno
en el intenso mundo de la literatura infantil en los años setenta y devenido más tarde en
coleccionista de libros infantiles y creador de la librería La Nube, su experiencia representa el
derrotero complejo de ciertas figuras del campo de la cultura infantil, que no siempre cuen-
17. La creación de canales culturales como Canal (á) o de canales públicos como el más tan con suficientes apoyos públicos y cuyo trabajo no es considerado habitualmente en los
reciente canal Encuentro abrieron posibilidades notables para los creadores culturales. ámbitos académicos.

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filiadas con la historia cultural argentina y reactivadas en la escena ron la vida de los niños en el pasado reciente y también en el tiempo
pública, en un mundo invariablemente global. presente, ya sea en la Argentina o en cualquier otro lugar en el mundo,
constituye un desafío para todos los educadores que, de una u otra
manera, estamos enfrentados a la crítica y a la redefinición de nues-
A modo de cierre tra tareas y de nuestra identidad como trabajadores culturales en las
instituciones educativas. Esa exploración se vincula con la importancia
Las imágenes de la infancia en la Argentina indican formas de de analizar los procesos de hibridación de las identidades de los niños
presencia de los niños, algunas de ellas de larga data y otras inéditas. y de comprender las interacciones creativas y plurales que se modu-
Algunas son el síntoma oscuro de los procesos de globalización y ajuste lan en la cultura infantil entre lo global y lo local. Pero también con
que han arrasado a los países latinoamericanos en las últimas décadas la urgencia de introducir en la agenda de la política pública miradas
del siglo xx, y otras son resultado de la persistencia de tradiciones, sensibles hacia el pasado cultural y polémicas que radicalicen el debate
luchas e ideales colectivos. En todos los casos se registra la interacción sobre los horizontes de inclusión social, luego de haber pasado por
de marcas globales y locales, dando cuenta de la particularidad histórica coyunturas traumáticas cuyas huellas quedan en la memoria social.
de los procesos educativos y culturales contemporáneos, así como de
las representaciones sobre la infancia, que distan de ser homogéneas.
En la década del noventa, diferencias y desigualdades crecientes Bibliografía
atravesaron la población infantil y dejaron huellas en las experiencias,
en los cuerpos y en las memorias de los niños. Volver a indagar esas ARFUCH, Leonor (2006), "Las subjetividades en la era de la imagen:
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alcance comercial y no comercial, fue un reservorio de modelos comp.), Estudios sobre comunicación, educación y cultura. Una
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