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Al agotarse el metal aurífero y mano de obra indígena asociada, sumado a los acuerdos
limítrofes con la Nación mapuche fijados en el río Bío Bío –con la consecuente pérdida de
los yacimientos del Sur- la proyección económica se destinó al mundo agropecuario,
desplazando a la minería a un lugar secundario; esto no quiere decir su desaparición, pero si
manifestó un claro giro en las políticas económicas que privilegiaron las clases dominantes
a fin de mantener su estatus señorial asociado a la posesión de tierras y trabajo rural, como
clara herencia del pasado feudal europeo. La minería quedó en territorios lejanos y aislados,
y la legislación permitió su explotación sin mayores trabas, dejando un espacio de trabajo a
españoles pobres y a la creciente población mestiza que estaban fuera de las posibilidades
de adquirir terrenos agrícolas y vieron en la minería y su historia un perfil de desarrollo
económico, ahora con un carácter de minería y no de lavaderos, trasladándose a la Zona
Norte (Andacollo, Copiapó y Petorca principalmente).
Hay que recalcar que esto NO significó el abandono del trabajo minero, pero si determinó
un grado de estancamiento en el desarrollo de los métodos y tecnologías de las actividades
mineras. El cobre, la plata y el oro siguieron siendo explotados pero en menor proporción y
peso estratégico a nivel económico.
Es así como la normativa legal empieza a fijar nuevos parámetros en torno a la industria
minera, y se comienzan a articular normativas y codificaciones legales que permiten un
mayor orden y eficiencia en las exploraciones, manifestaciones y explotaciones.
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secundado por el cobre -exportado principalmente a Inglaterra- y el carbón que se convirtió
en el combustible de uso nacional.
Avanzado el siglo XIX, y en la dinámica del alto consumo que demandaba Europa,
capitalistas chilenos y extranjeros comenzaron a explotar el salitre, que alcanzó durante
décadas un protagonismo económico que hizo depender al país de regiones salitreras y
condujo, por la presión de empresarios ingleses, a tomar territorios de Perú y Bolivia,
consiguiendo una alta tasa de exportaciones que, a pesar de estar bajo control privado, sólo
por conceptos de tributos (el 5% de la ganancia) nuestro país logró grandes avances en
obras de infraestructura. A este periodo, caracterizado por bonanzas que dejaban los
ingleses se le sumo, avanzado el siglo XX los grandes préstamos otorgados por Estados
Unidos, ahora potencia comercial que desplazaba a Inglaterra luego de la I Guerra Mundial.
Entrado el siglo XX el salitre y el cobre constituían, en ese orden, las exportaciones
minerales más importantes de Chile y ya eran parte de la piedra angular de la economía
chilena. Después de algunas décadas, Chile perdió la rentabilidad del salitre producto de la
alternativa sintética generada por los alemanes y, por sobre todo, la caída de los mercados
norteamericanos en 1929 con la llamada Gran Depresión. Ante esta situación y en suma a la
dependencia del que era el principal comprador para Chile -Estados Unidos- la economía
chilena colapsa y se ve en medio de una profunda crisis.
Antes esta grave situación se redefinen las políticas del capitalismo liberal y se inician
reformas que permitieron la instauración de medidas de protección económica e
industrialización, en conjunto con una inversión social que a la larga logró ciertos avances
en bienestar y equilibrios sociales.
Durante este período la explotación del cobre se había tecnificado gracias a los aportes de
capitales y empresarios extranjeros, principalmente de Estados Unidos, con los que los
rangos de producción se habían visto en un claro incremento de producción y eficiencia.
De la mano con una creciente demanda social y política por el control de las riquezas
nacionales, sumado a un fuerte sentimiento de recuperación y autonomía económica para
resolver sus graves desequilibrios, en 1964 se inicia el proceso de Chilenización del cobre
en el que el Estado se convierte en accionista mayoritario de los yacimientos más
importantes del cobre chileno, sentando las bases de un nuevo concepto de propiedad
nacional en lo que respecta al papel del Estado. Llegada la década de los 70, se abre camino
un nuevo avance en lo que respecta a la propiedad del mineral: de la propiedad mixta
(Estado de Chile y capitales privados) se avanza hacia el control total por parte de la
economía pública chilena de los grandes yacimientos de cobre. En 1971 se declara la
propiedad estatal del cobre chileno y con ello se establece la Nacionalización del cobre.
Luego del Golpe Militar se descartan las políticas de estatización derivando en ‘la La ley
18.097 llamada ‘Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras’, -que como hemos
dicho es anticonstitucional e impuesta en Dictadura-, fue elaborada por José Piñera y
Hernán Büchi Con ella, se transforman las Concesiones Mineras en ‘Concesiones Plenas’.
Definiéndose las ‘Concesiones Plenas’ con las mismas características de la propiedad
privada. De esta manera, los yacimientos mineros de cobre, oro y otros recursos naturales -
agua-, pasan a ser propiedad privada de quien obtiene esas Concesiones. Quienes obtienen
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esta propiedad privada de los yacimientos no pagan nada por el valor de los recursos en el
yacimiento.’
Bajo este panorama, la instauración del Royalty, anunciado con gran entusiasmo, no
alcanza a ser más que un 4%, mientras que en otros países alcanza el promedio un 10%.
Esta suma de elementos y variables permiten que la minería en Chile sea un territorio
óptimo para la inversión privada ya que se cuenta con grandes libertades y exenciones
tributarias.
Siglo XVI
Durante la conquista, las principales ciudades que fundaron los españoles, tanto en el norte
como en el sur del país -La Serena, Concepción, Valdivia, Imperial y Villarrica- se
erigieron cerca de terrenos auríferos.
El auge minero, sin embargo, fue tan espectacular como efímero. Hacia fines del siglo XVI
la actividad aurífera entró en decadencia, en razón del agotamiento de los lavaderos y la
disminución de la mano de obra indígena.
Siglo XVII
Las reformas comerciales introducidas por la corona española en el siglo XVIII, tuvieron
profundas consecuencias económicas. El intenso comercio con las colonias tuvo como
objetivo favorecer a la industria española, principalmente a través de la obtención de
materias primas, siendo las más importantes los metales preciosos. Tal política selló el
destino minero de las colonias como Chile que, por condiciones naturales, contaban con
ventajas para adaptarse a ella. La minería adquirió un impulso espectacular mientras que la
agricultura pasó a un lugar secundario y la artesanía se extinguió prácticamente.
En el siglo XVIII, la producción de oro se decuplica, la de plata aumenta más de 400 veces
y la de cobre 20 veces. A fines del siglo, el cobre representaba, en el comercio de
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exportación a Lima, una cantidad similar a la del trigo. La producción de cobre durante la
colonia se calcula entre 1.500 y 2.000 toneladas por año, utilizadas para fines decorativos,
fabricación de utensilios, moneda, artillería y otros.
Por causa de un mercado inestable, alto precio de los fletes, una cadena de intermediarios
que encarecían su precio, el país lograba exportar sólo unas 500 toneladas anuales de cobre.
La situación cambiaría en el siglo XIX, al incorporarse el cobre al uso tecnológico derivado
de la revolución industrial europea.
La creación del tribunal puede ser entendida, en términos generales, como la preocupación
de la Corona por proteger y fomentar las actividades mineras que le proporcionaban
metales preciosos vitales para su economía.
Siglo XIX
En los años de la emancipación (1810-1818), la minería fue una de las pocas actividades
económicas que se mantuvo más o menos intocada por los acontecimientos bélicos, dada la
lejanía de los yacimientos de los escenarios donde se desarrolló la lucha armada, y la
política de las autoridades de atenuar el reclutamiento masivo de la población minera, que
proporcionaba recursos indispensables en momentos críticos.
En la minería, lo más relevante fue el aumento de la producción de plata, el auge del cobre
y el surgimiento de la producción de carbón. El período que va desde 1830 a 1880, es
conocido como el ciclo de la plata, el cobre y el carbón de piedra.
El Cobre
Hacia mediados del siglo, la producción chilena de cobre adquirió importancia mundial. El
creciente uso del metal aumentó el consumo internacional, de unas 15.000 TM por año a
principios del siglo, a 25.000 TM en la década de 1820 y a un promedio de 44.000 TM por
año en la década de 1840. En esta Época, Chile ya producía unas 10.000 TM por año y, más
tarde, se convertiría en un exportador de primera importancia.
Durante los primeros veinte años del siglo, el cobre era exportado en forma de relaves y
ejes hacia Swansea, Inglaterra, lo que implicaba castigos en el precio, porque se trataba de
un producto de muy pobre elaboración. Un avance fundamental en el tratamiento del cobre
fue el reemplazo de los antiguos hornos de manga por hornos de reverbero, aporte logrado
gracias al químico alsaciano Carlos St. Lambert, quien había llegado en 1897 como gerente
a la Compañía Minera Sudamericana.
El primer horno fue instalado en 1831 y su uso se difundió ampliamente a partir de 1841.
Otro espectacular aporte a la producción de cobre se debió al esfuerzo de José Tomás
Urmeneta que, tras 20 años de excavaciones en 1852 descubrió la veta principal de la mina
Tamaya, que alcanzó niveles considerables y fue altamente redituable en corto plazo.
Urmeneta más tarde se lanzó a la creación de la industria fundidora de cobre. Instaló las
grandes fundiciones de Guayacán y Tongoy, unida esta última a Tamaya por un ferrocarril
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construido a sus expensas, y habilitó modernas instalaciones portuarias. Nuevos hornos de
fundición se levantaron en Tongoy, Lirquén y Lota.
La mayor producción chilena de cobre del siglo se registró en 1876, con 52.308 TM. A
partir de 1870 se inició un largo período depresivo de la economía internacional, que se
reflejó en una baja general de los precios, afectando en forma directa al cobre chileno, que
sufrió una caída vertical de la que no se recuperaría hasta comienzos del siglo actual. Esto
coincidió con el agotamiento de los minerales más ricos de Chile y la explotación de
grandes depósitos cupríferos en España y en EE.UU., donde comenzaba el empleo de
técnicas más avanzadas.
El Salitre
El salitre fue, sin duda, el principal producto minero del siglo XIX. Las décadas del 30 y
del 40 marcan el inicio de la conquista del mercado europeo, en Alemania e Inglaterra. La
demanda del salitre se apoyaba entonces en su aplicación a la producción de explosivos.
En los inicios de la década del 70 ingresan nuevos capitales, se mejoran las técnicas de
elaboración y de transporte con el surgimiento de líneas férreas. El químico e ingeniero
inglés Santiago Humberstone, por ejemplo, adaptó el sistema Shanks -inventando para
fabricar carbonato de calcio- a la elaboración del mineral.
Pero sólo en 1879 el salitre adquiere su real importancia, desde la Guerra del Pacífico,
cuando Chile empieza a explotar las salitreras de Tarapacá y Antofagasta, como lo
demuestran las cifras de la Época: entre 1879 y 1900, la producción crece sostenidamente,
desde unas 600.000 a 1.460.000 toneladas anuales, fruto del trabajo de 80 oficinas salitreras
que ocupaban 25.000 personas en sus faenas.
El período 1830-1880 es conocido históricamente como el ciclo de la plata, el cobre o el
carbón de piedra.
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Carbón de Piedra
En 1847, fueron realizadas las primeras experiencias de fundición de cobre con carbón de
piedra por Jorge Rojas Miranda, administrador del establecimiento de fundición de cobre
de Lirquén, propiedad de JoaquÍn Edwards. El carbón provenía de las minas de Cerro
Verde. Los resultados de la experiencia fueron excelentes y, más tarde, Rojas Miranda se
convertía en exportador con autorización del gobierno. En 1852, Matías Cousiño compró la
hacienda Colcura junto a su socio Tomás Bland Garland y organizaron el mismo año la
Compañía de Lota.
A mediados del siglo se trabajaban otras minas de carbón como Playa Negra, por Ramón
Rojas, y Puchoco, por Guillermo Délano y Agustín Edwards. En Lebu se instala José
Tomás Urmeneta, y desde 1871 empieza a funcionar la Compañía de Maquehua, que
explotaba carbones de Colico. También había trabajos en la mina Dichato, en Coelemu. Las
minas de Arauco proporcionaron gran cantidad de carbón que servía como combustible a la
industria del país, así como a los barcos que navegaban por la costa del Pacífico. Hacia
1854 la exportación llegaba a 22.000 toneladas, volumen que casi se había duplicado al
terminar el siglo.
Más tarde, las familias acaudaladas enviaron a sus hijos a completar su educación, tanto a
la Península, como a Francia e Inglaterra, captando ellos, conceptos filosóficos distintos de
libertad e institucionalidad que les permitieron, a comienzos del siglo XIX, hacerse cargo
del gobierno de la Colonia con motivo de la invasión napoleónica en España, y, después,
declarar la Independencia, en 1818, originándose una guerra de liberación que culminó con
el triunfo de las armas chilenas en abril de 1818.
Desde 1818, fecha de la derrota española en Chile, hasta 1830, se suceden los gobiernos de
los generales O’Higgins, Freire y Prieto, entre los cuales se producen revoluciones propias
de una nacionalidad no consolidada aún. La lucha entre españoles y criollos, de aristócratas
y liberales, entre unionistas y federales, crea un confuso período de anarquía política que
termina con el presidente Prieto, quien con su ministro Portales, establece una segunda
constitución que dio al país una estabilidad política que duraría largo tiempo. La
Constitución de 1933 establecía un gobierno presidencial fuerte, independiente de los
poderes legislativo y judicial, mediante el cual Chile pasó a ser una isla institucional en
América Latina. En este período de estabilidad, se suceden cuatro gobiernos, de 10 años de
duración cada uno, régimen que es cambiado en 1871 por períodos de cinco años.
Durante toda esta larga etapa histórica de la república, caracterizada por la estabilidad
política, la reconstrucción económica y el reconocimiento del territorio nacional, resaltan
varios hechos dignos de mencionar: se explotan importantes yacimientos de plata y cobre,
como también de carbón y salitre natural, que darían gran riqueza al país; se construyen los
primeros grandes canales de regadío, que permitirán la expansión de la agricultura; se
construye el primer ferrocarril, uno de los tres primeros de Sudamérica; se instala el primer
telégrafo del continente; se introduce la navegación a vapor; se funda el Diario El Mercurio
de Valparaíso, vigente hasta la fecha, con 173 años ininterrumpidos de existencia, que lo
convierten en el periódico más antiguo de habla hispana; y finalmente como otro hito
importante, se manifiesta su soberanía en el Estrecho de Magallanes.
Muchas fueron las eminencias extranjeras que llegaron a Chile a contribuir con su talento al
desarrollo cultural, contándose entre ellos a varios argentinos que huían de su patria
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gobernada por el dictador Rozas. Pequeños grupos de inmigrantes europeos fueron
determinantes en el desarrollo económico que, gracias al comercio marítimo, trascendió a
otros países dando a conocer las posibilidades económicas que ofrecía nuestro país en el
campo de la agricultura, de la minería y del comercio. La Marina Mercante recorría el
Pacífico distribuyendo nuestros productos y nuestra moneda era cotizada en esos países
ribereños.
Siglo XX
El Salitre
La industria salitrera continuó a principios del presente siglo con el mismo empuje e
importancia que tuvo a fines del siglo XIX, llegando a producir 2.500.000 toneladas de
nitrato en 1910, cifra que se mantiene hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial. No
es exagerado afirmar que la economía chilena del período 1900-1930 giraba en torno al
salitre, exportando en grandes cantidades a Europa- Reino Unido, Alemania, Francia- y
Estados Unidos, donde era usado principalmente como fertilizante.
El Cobre
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Por otra parte, es preciso destacar que hasta 1920 el capital extranjero siguió dominando la
industria del salitre tanto en lo que se refiere a su producción como a su comercialización y
transporte. Pero no sólo en el salitre y el cobre dominaba el capital foráneo. En 1915 un
tercio de los establecimientos manufactureros, según estadísticas oficiales, declararon que
su capital era extranjero.
El colapso del año 30 baja la demanda y el precio del cobre, llevando la producción a sólo
103.000 ton. el año 1932. La situación anterior se superaría con el advenimiento de la
Segunda Guerra Mundial, durante la cual la producción chilena sube hasta 498.000 ton. el
año 1944. Debe anotarse que la contribución del cobre chileno fue del 18% del total
consumido en el conflicto bélico. Por estos años, ya Chile es el segundo productor de cobre
del mundo.
En los años siguientes, el Estado chileno pone en práctica nuevas políticas en cuanto a la
actividad minera especialmente en la gran minería del cobre, para favorecer el interés
nacional. Así es como, en 1955, se formula la llamada Política del Nuevo Trato, que busca
aumentar las inversiones de las empresas de la Gran Minería, a partir de menores impuestos
y del aumento de la producción, la cual sube de 355.400 ton. al año, en 1954, a 488.400, en
1956.
Más tarde, en el año 1964, bajo el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, se
perfecciona dicha política con la llamada “Chilenización”, en que Chile se asocia
mayoritariamente al capital norteamericano, toma en sus manos la comercialización del
cobre y se realizan importantes inversiones para expandir la producción. Posteriormente, en
1971, bajo el gobierno del Presidente Salvador Allende y mediante una reforma
constitucional aprobada unánimemente en el Parlamento, se completa el proceso de
nacionalización total de las empresas de la Gran Minería.
Otra institución clave para el desarrollo de la minería y, más que eso, para el estímulo de la
actividad productora nacional, ha sido la Corporación de Fomento de la Producción,
CORFO, creada en 1939, en respuesta inmediata a la emergencia de un terremoto acaecido
ese año, y como expresión, sobre todo, de un modelo de desarrollo que pretendía consolidar
al Estado como promotor y gestor de un proceso de industrialización, con dos objetivos: la
“sustitución de importaciones”, a través de un desarrollo técnico-económico estable; y la
generación de un proceso de mejoramiento de los niveles de vida y de reducción de los
altos índices de cesantía, generados por la crisis del año 30.
El gobierno de la época, llamado del Frente Popular, estaba convencido que los recursos
naturales del país eran más que suficientes para acrecentar la capacidad industrial y al
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mismo tiempo sostenía que esto no sería posible sin elaborar un plan general de fomento de
la producción, que pudiera hacer frente, además a problemas como los de la balanza de
pagos, la escasa capitalización nacional, el insuficiente crecimiento de la producción
agrícola, la pequeñez del mercado interno, la escasa formación técnico profesional, entre
otros. Emprender esta tarea requería de una solución global, que sólo podía encarar el
Estado y no la iniciativa privada, cuya capacidad de capitalización había sido hasta
entonces insuficiente.
Otros Minerales
Volviendo a la historia de la minería en el presente siglo, más allá del salitre y del metal
rojo, cabe también referirse a otros productos, como el molibdeno, el hierro, el carbón y el
petróleo.
La minería del hierro, muy poco desarrollada en el siglo anterior, alcanzó una mediana
importancia al ponerse en trabajo el mineral de El Tofo, en la provincia de Coquimbo. Su
producción anual era de 2.000.000 ton. de mineral de hierro con ley mayor de 60%. Con
posterioridad y el año 1950 comenzó a operar la industria siderúrgica Compañía de Acero
del Pacífico, CAP, que adquirió el mineral de El Algarrobo y luego el de El Tofo. A partir
del año 1950 se intensifica la exportación de mineral de hierro, alcanzándose exportaciones
que llegaron a 12 millones de toneladas de mineral por año. Más tarde, las exigencias de
calidad impuestas por los compradores han hecho disminuir la exportación de mineral bruto
y exportar una materia prima más enriquecida como es el pellet. La planta pelletizadora de
Huasco tiene una capacidad de producción de 3.500.000 toneladas de pellets anuales.
Últimos años del siglo XIX: los habitantes de la ciudad de Lota están consternados; el
pabellón donde se alojan los técnicos de la mina de carbón se llena de luces sin que nadie
pueda explicárselo. Cada atardecer las personas se acercan al "pabellón de los brujos" para
ver, aunque sea de lejos, el milagro. No hay velas, no hay antorchas ni candelabros, la luz
llega como por encanto... Esto y mucho más es posible de ver en Lota, donde se puede vivir
un verdadero viaje al centro de la tierra.
La sustitución de la vela por la ampolleta fue a todas luces un hecho dramático, una
verdadera revolución. Imaginemos la cara de nuestros tatarabuelos, acostumbrados a
iluminarse con faroles, mirando ese nuevo invento, y entenderemos por qué los ciudadanos
de Lota (VIII Región) se asombraban tanto al ver el "pabellón de los brujos".
Pero Tomás Alva Edison tendría más razones para ser llamado brujo por los lotinos. Y es
que la llegada de estos adelantos a Lota no habría sido posible sin la construcción de la
central Chivilingo en 1897, primera hidroeléctrica de Chile y segunda a nivel
latinoamericano, diseñada precisamente por... Edison.
La anécdota del comienzo da cuenta también de las amplias desigualdades sociales entre
los lotinos de la época. El acceso a la energía eléctrica no era lo único que estaba
restringido a los ejecutivos y dueños de los recursos mineros. Las mansiones suntuosas y
los grandes parques privados coexistían con las viviendas miserables de los mineros; se
trataba de una situación que se convertiría en fuente permanente de malestar social.
Fue justamente en esos años que escribió Baldomero Lillo "Sub terra", que constituye un
testimonio de primera mano acerca de la vida de los trabajadores del carbón.
Lota había surgido a mediados del siglo XIX como consecuencia del requerimiento de
mano de obra para trabajar en las minas de carbón de la zona.
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Cien años más tarde, con el auge de la utilización del petróleo y la energía eléctrica, la
demanda de carbón disminuyó drásticamente, llegando a obligar el cierre de las minas de
este mineral en 1997. Fue así como quedó desocupada la única mina con ventilación
natural, del mundo, y que se interna más de 850 metros bajo el mar.
Hoy día las antiguas instalaciones mineras, así como la central Chivilingo, y el parque
botánico, son parte de un gran complejo histórico visitado por muchos turistas al año.
Tras conmovernos por la noticia de que los 33 mineros atrapados están bien, te invitamos a
saber más acerca del cobre y la importancia de la edad histórica que recibe su nombre.
“… éste, que llevaba una reluciente armadura de bronce, se abrió paso por los combatientes
delanteros”. ¡Tremenda pelea se va a armar!: Eneas se aproxima a entablar combate con
Aquiles, en La Ilíada. Quienquiera que haya leído el libro sabrá que la palabra “bronce” se
repite muchas veces allí, porque está ambientada en la época en que las espadas y
armaduras se confeccionaban con ese metal (siglo XII a.C. aproximadamente).
Aquiles, Eneas, Héctor y los demás guerreros homéricos (se les dice homéricos porque el
autor del libro se llama Homero), se habrían sentido muy interesados en tener relaciones
comerciales con nuestro país, porque el bronce es básicamente cobre, mezclado con un
poquito de estaño.
Al período de tiempo en que el bronce se usó más asiduamente, se le conoce como “edad de
bronce”, y se ubica aproximadamente entre los años 3000 y 800 antes de Cristo, aunque no
hay acuerdo total respecto a esas fechas. La edad de bronce no ocurrió al mismo tiempo en
todas las regiones del mundo, sino en épocas diferentes. Y en cada región, primero hubo
una edad de piedra, luego una de cobre, luego una de bronce, y luego una de hierro. De
modo que las edades se suceden por lo general en el siguiente orden:
Edad de piedra -> Edad de cobre –> Edad de bronce –> Edad de hierro
Estas edades se caracterizaron por el uso masivo del material que les da nombre. Como
decíamos, los límites de tiempo entre estos períodos son difusos y están en constante
revisión, en acuerdo con los nuevos hallazgos. Claudio Canut de Bon, asesor del museo
mineralógico Ignacio Domeyko, de La Serena, lo ratifica: “en 1991 descubrieron un
hombre congelado hace varios miles de años, que la prensa llamó Otzi, el hombre del hielo;
entre sus pertenencias se encontró un hacha de cobre, muy anterior a la fecha en que se
suponía que se trabajaba este mineral, lo que hizo retroceder considerablemente los límites
de la edad de cobre en Europa”.
El cobre, al igual que el oro y la plata, se puede encontrar en estado “nativo” (puro) en la
naturaleza. “Su color rojizo debe haber llamado la atención de las personas, que vieron
además que los trozos de cobre al ser machacados se alargaban y no se rompían como las
piedras comunes”, continúa Claudio Canut de Bon. El cobre se masificó cuando se
descubrió cómo obtenerlo a partir de rocas mezcladas, y esto fue posible sólo cuando las
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comunidades lograron fabricar hornos que alcanzaban una temperatura capaz de fundir el
metal, dando inicio a la metalurgia. El nombre “cobre” viene del latín “cuprum” y se
relaciona con la isla de Chipre, donde se ubicaban los yacimientos más conocidos de la
antigüedad europea.
Se cree que el bronce se inventó por casualidad; alguien debe haberse dado cuenta de que
añadiendo una pequeña cantidad de estaño al cobre, se obtenía un metal más duro y
resistente. Lo cierto es que dicho descubrimiento ocurrió primero en Asia (Egipto,
Mesopotamia, Irán y la India) y después en Cornualles, Inglaterra, donde hay yacimientos
de cobre y estaño muy juntos. El bronce resultaba ideal para fabricar armas y herramientas.
Alrededor del año 1200 a. C. algunos pueblos de oriente, entre los que se contaban los
hititas, lograron trabajar el hierro, mucho más duro y resistente que el bronce, con lo que
fabricaron armas más poderosas. Se piensa que el hierro es una de las razones por las que
los dorios, que venían desde Europa, lograron devastar a la Grecia del siglo XII a.C. ya que
sus armas eran de hierro, mientras que las de los griegos eran de bronce. Cierta o no esta
hipótesis, los historiadores están de acuerdo en que hubo una época oscura en Grecia, con
posterioridad a la llegada de los dorios, en que la gente pasaba hambre y vivía pobremente.
Pero los griegos nunca olvidaron que en un tiempo remoto habían tenido grandes palacios;
por eso un poeta llamado Homero, en el siglo VII a.C. quiso recordarlo en un libro
ambientado en aquella época gloriosa, donde héroes como Aquiles, Héctor y Eneas
combaten incansablemente.
Según nos cuenta Claudio Canut de Bon, en nuestro continente se conocía el cobre, pero se
usaba como ornamento. “Los incas lo usaron junto al oro y la plata, metales que al igual
que el cobre, se presentan puros y yacimientos a flor de tierra”, dice el académico. “Acá en
chile encontramos en tumbas del año 1200 en la plaza de armas de Coquimbo, con trozos
de minerales de cobre en una bolsita y algunos objetos de cobre trabajado. Los incas
introdujeron metalurgia en chile aunque ya existía algo”. Y más al norte, en Groenlandia,
los esquimales conocieron el hierro, aunque no la metalurgia. Obtuvieron hierro golpeando
grandes meteoritos caídos hace miles de años, y así pudieron elaborar anzuelos y pequeños
utensilios.
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1840 Comienza la explotación sistemática del Carbón.
1841 Se extraen más de 4.000 toneladas de Carbón.
1844 Se explotan tres Yacimientos de Carbón.
1847 Primeras experiencias de Fundición de cobre con Carbón.
1850 El apogeo del Cobre.
1850 Empleo del nitrato aumentó la demanda del Salitre
Mediado de Siglo XIX La producción de Cobre nacional adquiere importancia mundial.
1851 Construcción Ferrocarril entre Caldera y Copiapó.
1852 Descubrimiento del Yacimiento de Cobre Tamaya.
1852 Se crea la Compañía de Lota.
1867 – 1890 Aumento de la producción de Plata.
1870 Descubrimiento del Yacimiento de Plata, Caracoles.
1870 Impulsan la industria del Salitre.
1870 Inicio de un largo periodo de recesión en la economía internacional.
1871 Inicia sus actividades la Compañía de Maquehua
1876 Mayor producción chilena de Cobre.
1879 El Salitre adquiere una gran importancia a nivel mundial
1887 Mayor producción de Plata del Siglo XIX.
1890 – 1990 La producción de Plata se reduce a la mitad.
1902 Yacimiento El Teniente.
1906 Yacimiento de Chuquicamata
Comienzo de los 1900 La debacle del Salitre Nacional.
1910 Se producen 2.500.000 toneladas de Salitre.
1920 Las grandes inversiones extranjeras.
1929 Se inician las exploraciones para el descubrimiento de Petróleo
1930 La Crisis Económica de 1930.
1939 Se crea CORFO.
1939 Se inicia la recuperación del Molibdeno.
1944 Se crea ENDESA
1946 Se crea la Compañía de Acero del Pacífico (CAP)
1952 Se crea ENAP
1953 Se crea el Ministerio de Minas.
1955 Se formula la llamada Política del Nuevo Trato.
1960 Se crea la ENAMI
1964 Se inicia la “Chilenización” del Cobre.
1971 Se promulgó la Ley de Nacionalización del Cobre.
1974 Se promulga Estatuto de Inversión Extranjera o DL 600
1976 Se crea CODELCO
1983 Se promulgó el actual Código de Minería
1988 Se inicia la construcción de la mina Escondida
Década de los 90 Se triplica la producción chilena de Cobre
2002 Chile ocupa el primer lugar como el país más atractivo del mundo
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para la inversión minera.
SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN
Los minerales de interés económico presentes en los yacimientos se pueden hallar en estado
nativo o, lo que es más frecuente, combinados químicamente con otros sin valor comercial.
Los distintos yacimientos se encuentran a diferentes profundidades, poseen formas diversas
y son de variados tamaños y distintas calidades. En consecuencia la explotación de un
yacimiento no puede hacerse de modo arbitrario, siendo necesario proceder
sistemáticamente. A la forma y manera en que aquella se efectúa, le damos el nombre de
método de explotación.
Todo yacimiento puede extraerse mediante alguna de las dos formas básicas de explotación
existentes: explotación en superficie y explotación en forma subterránea.
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Es evidente que los depósitos minerales tales como aluviones, placeres y yacimientos en
general que afloran a la superficie, pueden beneficiarse con preferencia mediante una
explotación de superficie. Los estratos y filones de buzamientos muy fuerte sólo pueden ser
explotados ventajosamente por métodos superficiales, cuando son de gran potencia. Los
depósitos horizontales extensos, bajo recubrimientos de poco espesor, o que directamente
afloran, son los más indicados para ser explotados de esta manera. Grandes masas
mineralizadas pueden ser explotadas total o parcialmente por métodos de superficie, los
espesores del recubrimiento y las características del yacimiento determinan la posibilidad o
imposibilidad de hacerlo.
Una mina subterránea exige una planificación cuidadosa y extensiva de tales excavaciones,
a objeto de que la misma funcione adecuadamente. Tales excavaciones reciben el nombre
de trabajos de desarrollo y/o trabajos de preparación, según el caso.
En los trabajos de desarrollo se incluyen las labores principales de acceso (pique, socavón o
rampa) que conectan la parte subterránea con la superficie, las galerías que se extienden de
los accesos principales al yacimiento así como las chimeneas que sirven para delimitar las
unidades de explotación, cámaras o caserones. Es decir, contempla las galerías principales
de la mina que servirán para el tráfico de personal, el transporte de minerales y el
abastecimiento de materiales en general. Además, en esta etapa de desarrollo se debe
efectuar el habilitamiento de las galerías y de la mina con todos los servicios anexos o
generales que sean necesarios, tales como sala de bombas, depósitos de agua, plantas de
aire comprimido, etc. La disposición de las labores mineras de desarrollo depende del
yacimiento, de las condiciones del terreno y de la manera de abordar la explotación,
factores que son distintos de una mina a otra.
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Etapas de la explotación de minas
Corresponden a:
- Arranque: - Perforación - Tronadura
- Manejo de materiales: - Carguío- Transporte
- Operaciones auxiliares: - Ventilación – Acuñadura - Fortificación
MINERÍA Es el arte de explotar en forma remunerativa (bajo costo, menor tiempo) los
recursos minerales existentes en la corteza terrestre.
MENA Conjunto de minerales metálicos unidos químicamente, unos a otros, entre los
cuales se encuentra nuestro metal o "mineral" deseado. Sólo se usa para yacimientos
metálicos.
GANGA Materia rocosa y/o minerales no metálicos que acompañan la mena mineral.
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MINA Conjunto de trabajos, instalaciones y labores de excavación (de superficie y/o
subterráneas) que se efectúan en un yacimiento con el objeto de reconocerlo, desarrollarlo y
explotarlo en forma económica.
VETAS Yacimientos de forma tabular, de gran corrida y profundidad, que suelen tener
fuertes inclinaciones (mayores a 45º) y generalmente cortan las estratificaciones del
terreno.
MANTOS Yacimientos tabulares de gran extensión horizontal, de poca inclinación y que
siguen las estratificaciones del terreno.
RUMBO Es el ángulo formado por la dirección del N-S magnético o astronómico con la
corrida del yacimiento.
MANTEO Angulo diedro formado por el plano del yacimiento con un plano horizontal
cualquiera. También se le denomina buzamiento. Se mide por el ángulo formado por la
línea de máxima pendiente y su proyección horizontal.
POTENCIA Ancho del yacimiento medido normalmente a las cajas o planos que lo limitan.
En depósitos masivos la potencia es la zona de los minerales comerciales, medida en la
dirección del eje menor del yacimiento.
CAJAS Son los planos o superficies que limitan al yacimiento de la formación rocosa en la
cual yace. La caja de techo o del pendiente es el plano que limita al yacimiento separándolo
del pendiente, y la caja de piso o del yacente que es el plano que limita al yacimiento
separándolo del yacente.
YACENTE Formación geológica que queda bajo la caja de piso (“patilla”), es decir sobre
la cual descansa el yacimiento.
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AFLORAMIENTO Es la intersección con la superficie del terreno de un yacimiento que se
extiende hasta ella. Puede ser perfectamente visible o estar parcialmente encapado.
DEPOSITO MINERAL
YACIMIENTO
MINA →VENTA
CONCENTRACIÓN → VENTA
FUSIÓN → VENTA
REFINACIÓN → VENTA
Las etapas o fases más importantes en la historia de una explotación minera, en general, son
las siguientes:
PREPARACIÓN: Se preocupa de efectuar todas las labores y trabajos necesarios para dejar
las unidades de explotación o sectores desarrollados en condiciones de ser prontamente
explotados.
TERMINOLOGÍA MINERA
PIQUE MAESTRO: Pique principal de la mina que se emplea para la extracción del
mineral explotado a superficie, el acceso del personal y la entrada de los servicios generales
(agua, aire comprimido, electricidad y ventilación).
RAMPA: Galería inclinada sobre o bajo la horizontal, con cierto radio de curvatura, que
sirve de acceso a algún sector del yacimiento.
PIQUE DE TRASPASO: Pique o chimenea que comunica dos o más niveles y sirve para el
paso de mineral.
NIVEL: Conjunto de galerías ubicadas a una cota similar. También, a veces, se da este
nombre a la galería principal del conjunto de labores mineras que conforman el nivel.
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Resúmen
¿Qué son la minería y la metalurgia?
En la naturaleza son muy escasos los metales puros, casi todos se encuentran asociados
químicamente con otros elementos formando compuestos conocidos como minerales. El
mineral o conglomerado de minerales útil para la obtención de metales se conoce con el
nombre de mena y se llama yacimientos a los sitios donde se encuentran acumuladas las
menas.
En las menas los minerales se encuentran combinados con elementos como azufre, cloro u
oxígeno para formar sulfuros, silicatos, cloruros, carbonatos u óxidos. Los carbonatos de
cobre, por ejemplo, son verdes vistosos (malaquita) o azules (azurita) o de color rojo fuerte
(cuprita). Al estar expuestos en la superficie son fácilmente visibles.
Dentro de la minería de superficie algunos técnicos ubican las minas de placer. Los
placeres son depósitos de minerales mezclados con arena o grava. Suelen estar situadas en
los lechos de los ríos o en sus proximidades, en terrenos aluviales, de ahí que también se le
conozca como minería de aluvión. La naturaleza de los procesos de concentración que dan
lugar a los placeres, permiten que en estos depósitos se obtengan materiales densos y ya
liberados de la roca circundante. Esto permite un proceso de extracción y limpieza
relativamente sencillo que se limita al movimiento de tierras y al empleo de sistemas
sencillos de recuperación física del metal. Los ríos y arroyos pueden recuperar sus niveles
de agregados siempre y cuando las condiciones geológicas y medioambientales no cambien
río arriba.
Los placeres se explotan de forma industrial mediante el dragado con máquinas mecánicas
pero suelen ser explotados artesanalmente con el uso de una batea de madera para recoger
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la arena y la grava y limpiarla. Al hacer girar agua, arena y pequeños granos de oro, éstos
por ser más pesados tienden a quedar en el fondo de la batea y son detectados por el
minero.
Los metales obtenidos por los diferentes métodos de metalurgia extractiva por lo general
contienen impurezas tales como otros metales, elementos no metálicos, pequeños restos de
escoria y gases disueltos. La remoción de tales impurezas es el refinamiento o beneficio de
los metales y es necesario para permitir que el metal sea trabajado posteriormente. Muchas
de las propiedades de los metales importantes para el orfebre (maleabilidad, ductilidad,
brillo, color, dureza, etc.) se ven afectadas o favorecidas por las impurezas. El oro
recuperado en los procesos extractivos generalmente contiene cantidades significativas de
cobre, plata y trazas de metales del grupo del platino; para la refinación de cierto punto en
adelante, se necesitan procesos más complicados como la electrólisis.
Las menas más profundas formadas por sulfuros requieren procesos más dispendiosos. Los
sulfuros deben ser sometidos a tostación o calentamiento al aire. Por acción del calor el
azufre de los sulfuros se desprende y pasa a formar óxidos de azufre (anhídrico, sulfuroso y
sulfúrico), mientras que el cobre se oxida y forma óxidos de cobre como la cuprita y
tenorita. La tostación debe seguir hasta que se desprendan todos los gases y entonces los
óxidos resultantes se pueden reducir al mezclarlos con carbón y someterlos a calor, en un
proceso igual al de la reducción de carbonatos.
Para fundir y separar los metales de la ganga o materiales adicionales considerados como
inservibles, es necesario lograr las temperaturas suficientes para derretir los metales
deseados. En la actualidad, las menas se calientan (calcinan) en hornos en presencia de
carbón (coque) y es usual el uso de fundentes como la piedra caliza para facilitar la
fundición.
Con el estricto cumplimiento de la serie de “contratos éticos” sociales y políticos –no sólo
económicos– que la empresa establece en una sociedad dada, con arreglo a la moral y
costumbres que en ella prevalecen.
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Tercero, la empresa espera de la gestión en RSE beneficios racionales –medibles– que
colaboren con la materialización de los objetivos básicos de la empresa –función motivo
del emprendimiento–.
El proceso de globalización del comercio, la integración de una cada vez mayor cantidad de
personas en el mundo al modelo de sociedad libre y pluralista, la consolidación del sistema
democrático y el consecuente aumento de la participación de los ciudadanos en las
decisiones de gobierno.
Han generado un nuevo estado de relaciones sociales que están impulsando a las empresas
a una reformulación de sus conductas respecto de la comunidad y naciones en las que
operan.
Generar valor para el accionista en una etapa de altos niveles de competitividad, violentos
ajustes mundiales de precios y costos, producto de los saltos tecnológicos, de la circulación
de grandes masas de capital a la velocidad de la luz y la cada vez más compleja y
fragmentada estructura de los mercados, todos hechos que aumentan el riesgo y la
incertidumbre económica internacional.
"Tenemos el privilegio de tener a Codelco a bordo como miembro del ICMM. Esto
demuestra el compromiso de la compañía por trabajar con sus pares para hacer avanzar el
desempeño del sector en materia de desarrollo sustentable de manera abierta y
colaborativa," sostuvo Marius Kloppers, CEO de BHP Billiton, quien fue nombrado hoy
Presidente del Directorio del ICMM en reemplazo de Richard Adkerson, CEO de Freeport
McMoRan Copper & Gold,
Por su parte, Diego Hernández, Presidente Ejecutivo de Codelco, aseguró que "la
Corporación busca ser líder en el cuidado medioambiental y de las comunidades cercanas a
nuestras operaciones. Ya no basta con entregar recursos que benefician a todos los chilenos,
debemos jugar un papel activo en mejorar los estándares internacionales en materia de
sustentabilidad. Este es nuestro desafío al ingresar a este prestigioso organismo".
El ingreso de Codelco como nuevo miembro del Consejo fue aprobado por un panel
independiente de expertos, bajo el entendimiento de que será capaz de cumplir con todos
los compromisos de la membrecía en un período de dos años. Es la tercera compañía en
ingresar al ICMM empleando el nuevo proceso de ingreso lanzado en mayo de 2010.
Los miembros del ICMM se reúnen tres veces al año para discutir los desafíos de desarrollo
sustentable enfrentados por la industria.
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Anthony Hodge, Presidente del ICMM, sostuvo que "en los últimos años, nuestra
organización ha crecido a medida que las compañías líderes han ido adoptado los
compromisos de la membrecía. Esperamos seguir trabajando con nuestros miembros a
medida que continúan siendo pioneros en las mejores prácticas de la industria".
El International Council on Mining and Metals (ICMM) fue establecido en 2001 para
actuar como un catalizador para mejorar el desempeño en la industria minera y metalúrgica.
Hoy, la organización reúne a 21 compañías mineras y metalúrgicas, así como a 32
asociaciones mineras nacionales y regionales y asociaciones globales de commodities para
enfrentar los principales desafíos en desarrollo sustentable de la industria.
El ICMM es un agente que busca un cambio -no en aéreas que afectan el posicionamiento
competitivo, sino relacionado a las responsabilidades sociales y ambientales de los
miembros en las que la colaboración es relevante-. El Consejo tiene una visión de
compañías líderes que trabajan en conjunto para fortalecer la contribución de la minería, los
minerales y metales al desarrollo sustentable en el mundo.
Industria minera discute estrategia para innovar en la gestión del capital humano
“En el escenario actual, en que no sólo hemos vivido importantes crisis económicas, sino
que innumerables cambios en diversas perspectivas, la minería se ha mantenido
sostenidamente como el principal sector productivo de nuestro país, aportando con
importantes divisas al mundo público y privado de Chile. Esta condición no sólo ha sido
producto de la valorización que el cobre ha alcanzado en los mercados mundiales, sino que
en una muy importante medida, se debe a los significativos esfuerzos que las diversas
empresas han realizado en términos de su productividad, sustentabilidad, excelencia
operacional y crecimiento”, señala Hernán Araneda, gerente del Centro de Innovación en
Capital Humano de Fundación Chile, quien expondrá sobre las brechas de capital humano
en el sector minero.
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“Hoy, prácticamente, la totalidad de las grandes mineras están desplegando importantes
proyectos de expansión y desarrollo; asimismo, el escenario geológico minero de nuestro
país indica que las alternativas de aparición de nuevos proyectos mineros serán en
contextos de alta complejidad productiva. Esto genera nuevos desafíos para la
incorporación de nuevas tecnologías de producción y competencias en las personas”,
agrega.
El lunes 15 se abarcarán las temáticas Capital Humano, Necesidades e Iniciativas del Sector
Minero, Innovaciones en la Formación de Profesionales y Técnicos para el Sector Minero,
Modelos de Desarrollo de las Personas y de la Organización, sesión donde se hará presente
la delegación australiana, e Innovaciones en Gestión del Capital Humano.
En tanto, el martes 16, contará con las materias Innovaciones en la Gestión del Capital
Humano en los Nuevos Proyectos Mineros, Visiones, Experiencias y Modelos de
Desarrollo del Capital Humano, Innovaciones en Gestión del Capital Humano y Nuevas
Visiones. Al final de la jornada se realizará un balance de lo presentado en ambos días de
trabajo.
http://www.fundacionchile.com/noticias/industria-minera-discute-estrategia-para-innovar-
en-la-gesti%C3%B3n-del-capital-humano/
Estos microorganismos, varios de los cuales son autótrofos por ser capaces de sintetizar sus
componentes celulares a partir del anhídrido carbónico del aire, son denominados
quimiolitoautotróficas por ser bacterias que comen piedras, destacándose entre todos ellos
el “Acidithiobacillus ferrooxidans”, la que fue aislada en 1957 de agua obtenida de
filtraciones que presentaba una mina de carbón abandonada en Virginia Oste, Estados
Unidos. El nombre de este microorganismo no es por azar, sino que refleja sus
características: Acidithiobacillus, es acidófilo, porque crece en pH ácido; es thio, es decir,
capaz de oxidar compuestos de azufre; es un bacillus, porque tiene forma de bastón, y
ferrooxidans, porque además puede oxidar el Fierro. Además, son denominados
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extremófilos por vivir en condiciones extremas, que son normales en el caso de los
minerales: pH ácido, altas temperaturas y concentraciones de metales.
En la actualidad, junto con buscar la manera de hacer más eficiente los procesos de
biolixiviación que realizan estas bacterias “mineras”, los investigadores han centrado sus
esfuerzos en lograr una solución para uno de los efectos negativos que causa la labor de
estos microorganismos: la producción de ácido. En el noroeste de Estados Unidos existen
diversas minas de carbón, en donde la presencia de estas bacterias en las aguas que fluyen
por grietas y filtraciones ha producido problemas de acidificación de suelos fértiles, un
inconveniente que tal vez más temprano que tarde pueda ser resuelto gracias a la ingeniería
genética.
La clave del éxito está en usar los microorganismos que están presentes naturalmente en las
minas. “Estas bacterias no necesitan mucho para hacer su trabajo. Usan aire, oxígeno y
CO2, y usan el mineral mismo como fuente de energía”, explica Pilar Paddar, directora de
Investigación y Desarrollo de Biosigma. Si dejas una mina sola, los microorganismos
eventualmente liberarían el cobre de las rocas, pero eso llevaría cientos de años, añade.
Para acelerar el proceso, los científicos usan la biolixiviación. Las rocas que contienen
cobre se colocan dentro de una fuente con ácido. Después se le añaden las bacterias que
cambian esta solución que desarma la roca y libera el cobre en forma líquida. Después de
un proceso electroquímico especial, se lo transforma en metal sólido para que pueda usarse
en las distintas aplicaciones industriales.
La minería del futuro
Algunos llaman a la biominería la minería del futuro. De hecho, es mucho más económica
y verde que la minería tradicional: genera menos emisiones de CO2 y consume menos agua
que la tecnología convencional.
Además, las sustancias químicas tóxicas utilizadas en la minería tradicional pueden ser muy
dañinas para el medio ambiente. Mientras que con la biomninería no hay riesgo de
accidentes ya que las bacterias están presentes en los minas y no son patogénicas. La
biominería ya se practica en varios países, incluyendo Sudáfrica, Brasil y Australia. En
total, cerca del 20% de la producción mundial de cobre se obtiene mediante la
biolixiviación.
Esta técnica no se limita al cobre, también se emplea para extraer oro y uranio. También
tiene otras aplicaciones: los científicos están investigando cómo usar microbios para
limpiar la contaminación que produce la minería.
“Todavía no hay suficientes microorganismos para hacer el trabajo. Hace falta más
investigación”, afirma.
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“Esa es la apuesta que Chile ha estado haciendo en los últimos años. Pero también estamos
exportando esta tecnología, para que el mundo pueda pasar de explotar recursos naturales a
añadirles valor con su ayuda”.
Si funciona, un día será posible extraer cobre sin necesidad de hacer grandes excavaciones.
Sólo hará falta que los mineros perforen dos agujeros para inyectar la solución llena de
microbios, y recolectar luego el líquido que contiene el cobre.
Esta alternativa también permitiría salvar vidas. Según estimados, unas 12.000 personas
mueren al año en accidentes mineros. Los 33 mineros que pasaron 69 días atrapados a 700
metros de profundidad en la mina de cobre y oro de Copiapó en 2010 tuvieron suerte en
salir con vida. Pero no todos los accidentes encuentran un final feliz.
Bibliografía:
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