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UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD

UTE

Licenciatura en Derecho

Tema:

La Contraescritura

Asignatura:

Derecho de las Obligaciones

Participantes:

Carlixta Suriel Mat-St 2016-1643


Domingo Antonio Toribio Mat-St 2014-1299

Facilitador:

Francisco González M.A.

Abril del 2018


Santiago de los Caballeros, Rep. Dom.
ÍNDICE

Introducción
Objetivo General:
Objetivos Específicos
1.LA CONTRAESCRITURA………………………………………………………………
06
1.1 Partes contratentes. ……………………………………………………………………..
06
1.1.1 Actos ficticios. …………………………………………………………………………
06
1.1.2 Actos ocultados ………………………………………………………………………..
09
1.1.3 Valor probatorio de las contraescrituras:…………………………………………….
09
1.1.4 Análisis de la validez jurídica:………………………………………………………..
10
2. Simulación y contraescritura……………………………………………………………
10
2.1 Conceptos………………………………………………………………………………..
10
2.2 Los elementos constitutivos de la contraescritura………………………………………
10
2.3.- las finalidades de la simulación por contraescritura…………………………………..
11
2.4.- las sanciones de la simulación por medio de contraescritura…………………………
11
2.5.- efecto y oponibilidad de la contraescritura……………………………………………..
11
2.6.- las partes contratantes…………………………………………………………………..
12
2.7.- casos excepcionales en que la simulación modifica los efectos del contrato entre las
partes…………………………………………………………………………………………. 12

2.8.- disimulación del precio para defraudar al fisco……………………………………….. 12

2.9.- los causahabientes universales………………………………………………………… 12

2.10.- los terceros……………………………………………………………………………. 12

2.10.1.- los causahabientes singulares……………………………………………………….. 13

2.10.2.- los acreedores quirografarios………………………………………………………. 13

2.10.3 los “penitus extranei”……………………………………………………………….. 13

2.11.- requisitos que deben reunir los terceros del artículo 1321 del código civil…………. 13

2.12.- opción dada a los terceros…………………………………………………………….. 13

2.13.- conflictos entre terceros………………………………………………………………. 13

2.14.- la declaración de simulación………………………………………………………….. 16

2.14.1.- planteamiento de la cuestión………………………………………………………. 17

2.14.2.- la acción declarativa de simulación…………………………………………………


2.14.3.- consecuencias de la acción………………………………………………………..
2.14.4.- prueba de la simulación……………………………………………………………
2.15.- la contraescritura en la jurisprudencia dominicana…………………………………
Conclusión……………………………………………………………………………………
Recomendaciones…………………………………………………………………………….
Bibliografía…………………………………………………………………………………...
Anexos
INTRODUCCIÓN

La contraescritura es, pues, un contrato mantenido en secreto y que las partes celebran antes
o al mismo tiempo que un acto aparente, el cual no corresponde a su voluntad, y que tiene
por única finalidad disimular la realidad.

OBJETIVOS

OBJETIVOS GENERALES:

 Indagar sobre la importancia de los contratos en las sociedades para un mejor


entendimiento del tema.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

 Formular preguntas para abundar y conceptualizar los tipos de contratos existentes.


 Explicar las condiciones y obligaciones del contrato.
 Identificar los requisitos de la formulación de los contratos.
1.LA CONTRAESCRITURA

Es un contrato mantenido en secreto, en el cual, las partes conciertan antes o al mismo


tiempo que un acto aparente, que no corresponde a su voluntad y con la finalidad exclusiva
de disimular la realidad. A fin de proteger a las personas engañadas por el acto aparente y
para impedir que las partes recuran al procedimiento de la contra escritura, en fraude de
la ley,

En la actualidad existen dos tesis en cuanto a la extensión que debe darse


al concepto de contraescritura; una que estima que éste es de carácter restringido y otra que
le otorga un ámbito más amplio.

Sentido restringido: Según esta teoría, el término contraescritura está considerado como
todo escrito en el cual las partes en forma ostensible contradigan estipulaciones contenidas
en una escritura anterior y que esté destinada a permanecer en secreto frente a terceros.;
serían el medio que tendrían las partes para demostrar cuál fue su real intención al celebrar
el acto o contrato original.

Sentido amplio: Conforme a esta posición dentro de la expresión contraescritura quedan


incorporadas todas aquellas que modifiquen o alteren en todo o parte una escritura anterior,
sea para dejarlas totalmente sin efecto, sea para introducirles modificaciones.

Naturaleza jurídica de la contraescritura. La contra escritura, es un Documento privado que


otorgan a las partes para anular los efectos de un contrato o negocio jurídico anterior.
Generalmente se utiliza cuando el negocio es simulado, cuando con la apariencia de un
contrato se quería cubrir una realidad jurídica distinta, con la contraescritura se hacen valer
los verdaderos efectos del contrato. Su naturaleza es dolosa e ilícita que pretende defraudar
la Ley Civil y la Ley Fiscal. A fin de proteger a las personas engañadas por el acto
aparente, y para impedir que las partes recurran al procedimiento de la contraescritura, en

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fraude de la ley, el legislador establece, por una parte, algunas excepciones a las reglas del
efecto y de la oponibilidad de los contratos; por otra parte, permite que se haga aparecer,
por la acción declarativa de simulación, la situación verdadera.

Los efectos y oponibilidad de la contra escritura. Los redactores del código civil francés,
organizaron la protección de las personas engañadas con la simulación: la contra escritura
no puede surtir efecto sino entre las partes contratantes. Según nuestro código civil, en su
Art. 1321.- Los contraescritos no pueden surtir su efecto sino entre las partes contratantes;
no tienen validez contra los terceros. Sus efectos son:

1.- Sólo surte efecto entre las partes contratantes;

2.- No produce efectos a terceros;

3.- El Comprador puede limitarse a pagar el precio ficticio o declarado en el acto aparente;

4).- Los Causahabientes Universales como representantes de las partes están obligados por
la Contra-escritura otorgada por su autor; y

5).- Presentan interés por la derogación que aporta a reglas generales. El Art.1321 del
Código Civil, "Los contraescritos no pueden surtir su efecto sino entre las partes
contratantes; no tienen validez contra los terceros". Es importante señalar, que los terceros a
los que se refieren el Art. 1321, son: Los Causahabientes Singular: es decir, aquellas
personas que han adquirido de su autor uno o varios derechos determinados. Ejemplos: El
comprador, el Donatario, etc. Los Acreedores Quirografarios: son aquellos cuyo crédito no
se hayan garantizado con ninguna seguridad especial, es decir aquellos que
realizan negocios sin garantía especial. Y por último los; Los Penitus Estranei: que son
aquellos terceros completamente extraños a dichas convenciones.

Entre las partes contratantes, el único acto que produce efecto es la contraescritura por ser
el único que han querido. Las partes están vinculadas por el acto ostensible cuando han
querido disimular el precio; por lo tanto, el comprador podrá limitarse a pagar el precio
ficticio declarado en el acto aparente.

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Los Causahabientes Universales: a diferencia del Singular, es la persona que ha adquirido
de su autor la universalidad de los bienes de este, o una cuota parte. Ejemplo: El Heredero
Legítimo, el Legatario a título oneroso, etc. Como representantes de las partes, están
obligados por la contraescritura otorgada por su causante.

1.1 Partes contratentes.

En principio la simulación no entraña por si misma una nulidad de un contrato: salvo


excepción, no está vedado ocultar un contrato valido tras un acto aparente. Entre las partes
contrastantes, el único acto que produce efecto, es la contra escritura. Cuando reúne los
requisitos legales, permanece como válida, por lo tanto como lo hubiera sido, sino hubiera
habido simulación.

Análisis de la validez jurídica:

1.1.1 Actos ficticios.

Son aquellos que en que las partes no han querido contratar sino solo crear la ilusión de que
estaban unidas por una convención. El acto aparente es puramente ficticio.

1.1.2 Actos ocultados

En esta las partes han concluido una convención, pero desean que permanezcan minoradas
para lograrlo, la disfrazan bajo la apariencia de otro contrato. La simulación es total cuando
recae sobre la naturaleza misma del acto.

-Interposición de personal. Es cuando a veces, para ocultar la verdad las partes utilizan la
intervención aparente de un tercero. Ejemplo: El donante deseoso de favorecer a una

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persona incapaz de recibir, hace una supuesta donación para favorecer a una persona,
incapaz de recibir, la donación.

1.1.3 Valor probatorio de las contraescrituras:

Entre las partes: Ellas producen pleno efecto probatorio, ya que o que debe primar entre
ellas es su verdadera intención al contratar. En todo caso, tratándose de contraescrituras
privadas, deberá otorgarse su reconocimiento en alguna de las formas que señala el artículo
346 del Código de Procedimiento Civil.

Frente a terceros: Las contraescrituras que consten en instrumento privado y que estén
destinadas a alterar lo establecido en un documento público, no producen efecto alguno
respecto de terceros.

Las contraescrituras que consten en un instrumento público, para que puedan ser eficaces
respecto de terceros que requieren que se haya tomado nota de ella en la matriz del
instrumento original y de la copia en virtud de la cual ha actuado el tercero.

En todo caso, los terceros si toman conocimiento de la existencia de alguna contraescritura


que no haya cumplido con alguno de los requisitos precedentemente indicados, podrán
valerse de ella frente a las partes. Lo anterior, por cuanto la ley dice que no producirán
efecto "contra terceros" y nada señala en cuanto al valor de ellas a favor de terceros.

Es un Documento otorgado para protestar o anular otro anterior.

A).- Consiste en un Contrato mantenido en secreto y que las partes conciertan antes o al
mismo tiempo que firman un acto aparente, el cual no corresponde a su voluntad, con la
finalidad exclusiva de disimular la realidad.

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B).- Es la designación de un Contrato verdadero que disimula el acto ostensible o acto
aparente.

El verdadero Acto va "Contra-escritura" de la convención aparente. Pueden presentarse


varias situaciones: el acto aparente será en unos casos un: Acto Ficticio: Las partes no han
querido contratar sino solamente crear la ilusión de que estaban unidas por una convención,
el acto aparente es puramente ficticio. Acto Ocultado o Disfrazado: Las partes han
concluido una convención, pero desean que permanezca ignorada; para lograrlo la disfrazan
bajo la apariencia de otro contrato.

La simulación es total cuando recae sobre la naturaleza misma del acto: una donación se
disfraza de venta. Interposición de Personas: a veces, para ocultar la verdad, las partes
utilizan la intervención aparente de un tercero. El donante, deseoso de favorecer a una
persona incapaz de recibir, hace una donación aparente a un tercero, que restituye
secretamente el importe de la liberalidad al verdadero beneficiario.

1.1.4 Análisis de la validez jurídica:

El Art.1397 del Código Civil, establece que "Todos los cambios y contra-escrituras aún
revestidos con las formalidades prescritas por el Artículo precedente, serán nulos con
respectos a los terceros, si no han sido extendidos, a continuación de la minuta del contrato
del matrimonio; y no podrá el notario, bajo pena de daño y perjuicio a las partes, y bajo
mayor pena si hubiera lugar, dar primera ni segunda copia del contrato matrimonial, sin
transcribir a continuación el cambio a la contraescritura". Los terceros tienen el derecho de
averiguar la realidad tras la apariencia, es la acción declarativa de simulación.

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2. Simulación y contraescritura.

2.1 Conceptos.

La simulación es la operación por la cual se crea una situación jurídica aparente que difiere
de la situación jurídica verdadera. Se trata así de ocultar la verdadera situación jurídica tras
la fachada de una situación aparente.

Una noción tan amplia de la simulación rebasa el marco de los actos jurídicos
patrimoniales: unas personas que viven en concubinato y se crean la posesión de estado de
conyugues, se entregan a una simulación lato sensu. Pero generalmente se reserva el
nombre de simulación para la creación de una apariencia en el ámbito de las obligaciones.
Supóngase dos contratantes que quieren ocultar la convención real que concluyen; y que,
para lograrlo, la disimulan tras una convención puramente aparente.

Se dice entonces que existe una contra escritura. La contraescritura designa el contrato
verdadero que disimula el acto ostensible o acto aparente; el verdadero contrato va “contra
la escritura” de la convención aparente.

Pueden presentarse varias situaciones: el acto aparente será en unos casos un acto ficticio;
en otros, un acto disfrazado; o también, un acto que incluya interposición de personas.

Acto ficticio.- Las partes no han querido contratar, sino solamente crear la ilusión de que
están unidas por una convención. El acto aparente es puramente ficticio. Un deudor, para
librar a un bien de un embargo de sus acreedores, lo vende por una acto ostensible a un
amigo complaciente, cuando está convenido (contraescritura) que ese acto es ficticio y que
no se ha transmitido la propiedad del bien. Hay que aclarar que si se transmite la propiedad
ya no es un acto ficticio.

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Acto ocultado.- Las partes han concluido una convención, pero desean que permanezca
ignorada; para lograrlo, la disfrazan bajo la apariencia de otro contrato. Para lograrlo. La
simulación es total cuando recae sobre la naturaleza misma del acto: Una donación se
disfraza de venta. La simulación es parcial cuando las partes, aún no ocultando en su interés
el acto celebrado, disimulan uno de sus elementos, por ejemplo, el verdadero precio de una
compraventa.

Interposición de personas. A veces, para ocultar la verdad las partes utilizan la intervención
de un tercero. El donante deseoso de favorecer a una persona incapaz de recibir, hace una
donación aparente de un tercero, que restituye secretamente el importe de la liberalidad al
verdadero beneficiario.

Hay que distinguir la interposición de persona propiamente dicha y a la convención con un


presta nombre. La interposición de persona lleva consigo un acto aparente (donación a una
persona que no es sino un comparsa) y un cato real (donación al verdadero beneficiario); el
acto aperote tiene como finalidad ocultarle la situación real a las partes, sino a los terceros.

En un contrato concluido por un “presta nombre”. Éste interviene como si fuera parte
contratante, cuando no es, sino un mandatario que trata en nombre de su mandante. No
existe simulación, porque la simulación es la obra de las dos partes que se ponen de
acuerdo para ocultar el acto que celebran. Salvo fraude la intervención de un presta nombre
no es una causa de nulidad del contrato. Pero el contrato no produce sus efectos sino con
respecto al presta nombre; solo él es acreedor del deudor; solo él adquiere el derecho
cedido. Para transmitir a su mandante el beneficio del contrato que ha concluido, el presta
nombre deberá celebrar con aquel un nuevo acto, lo cual no carece de inconvenientes, sobre
todo por los derechos reales que se pagan por los inmuebles. Por eso, tan solo se encuentran
en materia mobiliaria algunas compraventas en la que interviene un presta nombre, ya sea
por el comprador ya sea por el vendedor, ya sea incluso por ambas partes.

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Además, el contratante que quiere que se ignore su identidad, sin hacer que intervenga un
presta nombre, puede encargar al mandatario que celebre el contrato, en carácter de
representante, pero con la orden de no revelar el nombre del mandante sino luego de la
conclusión del acto; así suele suceder cuando el contrato s concluye por un comisionista
(art. 94 de comercio); por lo general, este indica su carácter, sin revelar la identidad de su
comitente. Por el contrario, el comisionista es un prestanombres cuando no declara que
obra por nombre de otro.

2.2 Los elementos constitutivos de la contraescritura.

La simulación supone que las partes han querido crear una situación aparente contraria a la
realidad. En caso de contraescritura, esa apariencia se realiza por medio de una convención
ostensible contraria al contrato real.

El acto aparente no debe haber sido, pues, en el espíritu de las partes, más que un simple
biombo destinado a ocultar el verdadero acto. De ello resulta que le acto real no es una
contraescritura más que si es anterior al acto aparente o contemporáneo de él. Un acto
posterior en el que se encuentran modificados los requisitos del acto original seria un
nuevo contrato, que pondría fin al primero, y no a una contraescritura.

El acto aparente no debe anunciar otro acto que las partes indicaran expresamente no querer
revelar. En tal caso, en efecto, las partes no han engañado a los terceros; por el contrario,
aquellas han advertido a estos la existencia del acto verdadero.

La contraescritura es, pues, un contrato mantenido en secreto y que las partes celebran antes
o al mismo tiempo que un acto aparente, el cual no corresponde a su voluntad, y que tiene
por única finalidad disimular la realidad.

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Tomada en ese sentido, la palabra “contraescritura”. Se refiere al acto jurídico, al negotium.
Se emplea igualmente en ese término para designar el escrito, el instrumentum, redactado
por las partes, a fin de dejar constancia de su verdadera convención. Semejante documento
no es necesario para la validez del contrato; sin embargo casi siempre se redactará; es una
útil precaución para aquella de las partes que corre el riesgo de ver que la otra pretenda
atenerse al acto aparente: para probar contra el contenido del acto aparente, le será
necesario un documento.

2.3.- las finalidades de la simulación por contraescritura.

Son múltiples los fines perseguidos por las partes que proceden a una simulación.

Unas veces se trata de defraudar a la ley. Ya sea la ley fiscal: así, indicando en un acto
aparente de compraventa un precio inferior al precio convenido realmente o presentando
como compraventa lo que, en realidad, no es sino una donación, a fin de pagar derechos
reales menos elevados. Ya sea la ley civil: así, disimulando tras la apariencia de una
compraventa una donación que sería nula por hecha a una concubina, o que sería reducible
por rebasar la parte de libre disposición; así también, realizando ostensiblemente una
liberalidad a una persona que no es el verdadero beneficiario, para burlar la incapacidad de
recibir que pesa sobre éste.

Otras veces se trata tan solo de impedir que sea conocido un acto que es valido. Pero las
razones que pueden llevar a ello son muy diferentes. Unas son confesables: algunos
comerciantes pueden tener interés en que sus competidores ignoren los tratos que celebran;
una persona caritativa puede no querer que sean conocidas sus liberalidades. Las otras no lo
son y constituyen verdaderos fraudes contra terceros: para dejar que ignore un comprador
eventual la verdadera duración del arriendo consentido sobre su inmueble, el propietario
concierta con el arrendatario un arrendamiento aparente; para impedir que sus acreedores le
embarguen un bien, un deudor procede a una venta ficticia.

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2.4.- las sanciones de la simulación por medio de contraescritura.

La diversidad de finalidades perseguidas por las partes que proceden a una simulación de su
convención explica las diferentes sanciones que se aplican contra ellas.

Cuando han querido, por medio de la contraescritura defraudar a la ley civil o a la ley
fiscal, o también a sus acreedores lo cual es defraudar además a la ley, que hace del
patrimonio del deudor la garantía de sus acreedores, será suficiente con restablecer la
verdadera situación para verificar la nulidad del contrato concluido, la cuantía de los
derechos reales pagaderos, el derecho de embargo de los acreedores. Toda persona
interesada puede demostrar la simulación probar la existencia de una contraescritura. Para
conseguirlo dispone de la acción declarativa de simulación. Pero no se trata, hablando
propiamente, de una sanción unida al hecho de la simulación; existe una simple aplicación
de las reglas generales que rigen el contrato que se haya querido realmente. Sin embargo, a
veces, el legislador para luchar contra la simulación, siempre peligrosa porque expone a
que no sea descubierta, pero que en ciertas esferas estima particularmente temible, decide
que el acto aparente es el que se impondrá contra la voluntad de las partes a estos mismos.
Ahí existe, entonces, una verdadera sanción de la simulación.

Cuando los contratantes hayan celebrado una convención valida, y no hayan tratado de
defraudar ni al fisco ni a sus acreedores, parece que la simulación no debería llevar consigo
ninguna sanción: ¿Cada cual no es libre para guardar secretas las operaciones jurídicas
regulares a la que se entrega? Razonar así sería olvidar que las partes no se limitan a no
revelar el contrato; hacen algo más: para asegurar el secreto del acto crean una apariencia
mendaz, celebran un acto ostensible, que es falso; engañan a todas las personas que tengan
conocimiento de ese acto simulado: el comprador de un inmueble que cree encontrarse
frente a un arrendatario que no dispone sino de un arriendo de corta duración; el acreedor
de un comprador ficticio que ha concedido crepito a su deudor porque creía que se había
convertido en propietario; etc. El legislador los protege: las personas que hayan creído en la

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exigencia del acto puramente aparente, y que tengan interés en alegar esa existencia, están
en su derecho de hacerla: pueden desconocer el verdadero contrato.

Se advierte así por qué y cómo lucha el legislador contra la simulación.

1.- Deroga las reglas normales de los efectos y de la imposibilidad de los contratos: de un
lado, al declarar que en ciertos casos, las partes están obligadas a cumplir no el contrato
verdadero que hayan concluido, sino el acto aparente; por otro lado, al permitirle a todas las
personas que hayan sido engañadas por el acto aparente que aleguen ese acto y que
desconozcan el verdadero contrato cuando tengan interés e ello. En todos esos casos, el acto
aparente prevalece sobre el acto real; las reglas de la contra escritura constituyen una
aplicación de la teoría general de la apariencia.

2.- permite a toda persona interesada que restablezca la situación verdadera, que haga
verificar la simulación, intentando la acción de declaración de simulación. En tal supuesto,
el acto real es el que prevalece sobre el acto aparente.

2.5.- efecto y oponibilidad de la contraescritura.

El artículo 1,321 del código civil.

Los redactores del código civil francés organizaron la protección de las personas engañadas
con la simulación: “las contraescrituras no pueden surtir efecto sino entre las partes
contratantes; no producen efectos contra terceros” (art.1321). a consecuencia de un error,
por haber considerado la contraescritura como un instrumentum, los redactores colocaron
esta disposición en el capítulo de la prueba. En realidad, se refiere al efecto del contrato. Un
contrato no produce efectos con respecto a verdaderos terceros, se haya realizado o no se
haya realizado por contraescritura. Pero el contrato, de un lado, es oponible a los terceros;
y, de otro, es susceptible a veces de crear obligaciones, de surtir efecto con respecto a

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algunos causahabientes singulares; desde ese doble punto de vista, la regla establecida por
el art. 1321, “Los contraescritos no pueden surtir su efecto sino entre las partes
contratantes; no tienen validez contra los terceros.” Presenta interés por la derogación que
aporta a las reglas generales.

2.6.- las partes contratantes.

En principio, la simulación no entraña, por sí misma, la nulidad de un contrato: salvo


excepción, no está vedado ocultar un contrato válido tras un acto aparente. El acto secreto –
la contraescritura-, cuando reúne lo requisitos legales, permanece como válida, por lo tanto,
como lo hubiera sido de no haber habido simulación. Esa solución, que es la del derecho
francés, debe ser aprobada: indudablemente, la sanción de la nulidad, adoptada por algunos
derechos extranjeros, es de cierta eficacia; pero es sabido que no toda simulación es
condenable: las partes pueden disimular para no poner a los terceros al corriente, y no para
perjudicarlos. Por añadidura, por ser ajena la disimulación a las relaciones entre las partes y
estar dirigida por completo contra los terceros, la sanción de la inoponibilidad parece
adaptarse mejor a las necesidades que el derecho debe satisfacer. Así, el acto secreto, la
contraescritura, obliga a las partes; la simulación carece de efectos en las relaciones entre
los contratantes.

2.7.- casos excepcionales en que la simulación modifica los efectos del contrato entre
las partes.

Al principio según el cual la partes deben cumplir la contraescritura se le ha inflingido un


doble atentado. En dos series de casos, la ley constriñe a las partes a cumplir no la
contraescritura, sino el acto aparente. Se trata, en ambos supuestos, de una disimulación del
verdadero precio.

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2.8.- disimulación del precio para defraudar al fisco.

El código tributario de la República Dominicana establece: Art. 204.- DELITOS


TRIBUTARIOS.

Constituyen delitos tributarios las siguientes infracciones:

1.- La defraudación tributaria.

2.- La elaboración y comercio clandestino de productos sujetos a impuestos.

3.- La fabricación y falsificación de especies o valores fiscales.

Art. 205.- FALTAS TRIBUTARIAS.

Constituyen faltas tributarias sancionadas pecuniariamente las siguientes:

1.- La evasión tributaria que no constituyen defraudación.

2.- La mora.

3.- El incumplimiento de los deberes formales de los contribuyentes, responsables y


terceros.

4. El incumplimiento de los deberes formales de los funcionarios y empleados de la


Administración Tributaria.

5.- El incumplimiento de los deberes formales de los funcionarios públicos, ajenos a la


Administración

Tributaria.

Podemos ver claramente como en estos dos artículos existen tipos penales que pueden
originarse a través de un acto simulado tendente a la evasión impositiva de parte de los
contratantes, tanto en la simulación del precio (con el objeto de pagar una tasa menor de

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impuestos) como por el objeto del contrato mismo (una donación disfrazada de un acto de
venta). El mismo código establece lo atinente a la sanciones al prescribir:

Art. 219.- Corresponde a los tribunales penales ordinarios, la instrucción, juzgamiento y


aplicación de las penas en los delitos tributarios.

Art. 221.- Las sanciones aplicables a las infracciones tributarias son:

1.- Privación de libertad. 2.- Recargos, intereses y otras sanciones pecuniarias. 3.- Comiso
de los bienes materiales objeto de la infracción o utilizados para cometerla. 4.- Clausura de
establecimiento. 5.- Suspensión y destitución de cargo público. 6.- Inhabilitación para el
ejercicio de oficios y profesiones. 7.- Pérdida de concesiones, privilegios, franquicias e
incentivos. 8.- Cancelación de licencias, permisos e inscripción en registros públicos.

Fuera de esos casos excepcionales, la contraescritura produce sus plenos efectos entre las
partes; el acto aparente es inexistente a su respecto.

2.9.- los causahabientes universales.

A las partes contratantes hay que asimilar sus causahabientes universales y a titulo
universal; porque continúan la persona de las partes y las representan.

A consecuencia de una confusión, el heredero legitimario ha sido considerado como un


tercero que puede “protestar contra el acto ostensible”. El heredero que defiende su legitima
no se queja nunca del acto aparente; por el contrario, intenta probar la existencia de una
contraescritura que perjudique a sus derechos; sostiene, por ejemplo, que una compraventa
oculta una donación, cuya reducción demanda. Así pues, lo que quiere establecer desde
luego es la contraescritura.

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2.10.- los terceros.

El art. 1321 del código civil dispone: “Los contraescritos no pueden surtir su efecto sino
entre las partes contratantes; no tienen validez contra los terceros.” ¿Cuáles son los terceros
protegidos por esa disposición? La dificultad provine del sentido impreciso de la palabra -
tercero- en el lenguaje jurídico. Fuera de las partes y de sus causahabientes universales o a
titulo universal, hay tres categorías de personas susceptibles de estar interesadas, en grados
diversos, por un contrato: los causahabientes singulares, los acreedores quirografarios de
las partes, los penitus extranei. ¿Comprende el art. 1321 del código civil esas tres categorías
entre los terceros?

2.10.1.- los causahabientes singulares.

No resulta dudoso que los causahabientes singulares son terceros en el sentido del artículo
1321 del código civil. Todo el mundo está de acuerdo en reconocer que los redactores del
código civil usaron la palabra “tercero” en el art. 1321 como lo hicieron en el 1328, relativo
a la fecha cierta para designar a los causa habientes singulares.

Los causahabientes singulares deben ser protegidos por un doble titulo. Por una parte, en
algunos casos excepcionales, están obligados por el acto concluido por su causante; por
ejemplo, el adquiriente de un inmueble está sujeto a cumplir las obligaciones resultante de
los arrendamientos celebrado por su vendedor; por lo tanto, debe estar prevenido por el
fraude consistente en modificar los alquileres o la duración del arriendo con un acto
aparente. El art. 1321 niega, pues, todo efecto a la contraescritura frente a los
causahabientes singulares.

Por otra parte, los contratos celebrados por su causante, aun cuando no obliguen a sus
causahabientes singulares, les son oponibles. Es preciso, pues, que un causahabiente

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singular, un adquiriente por ejemplo, no pueda ser engañado a cerca de la existencia de
tales contratos.

La venta de una cosa o la constitución de un usufructo sobre esa cosa podrían disimularse
tras un acto aparente de arriendo; al adquiriente, creyendo en un simple arrendamiento,
tropezaría con el comprador precedente o con el usufructuario. También aquí era preciso
asegurar la protección del causahabiente singular. Se observará tan solo que el interés de
esa protección no es considerable en la práctica, porque el causahabiente singular se
beneficia ya del juego de las reglas de la publicidad inmobiliaria; estas hacen inoponibles
los actos relativos a un inmueble cuando no hayan sido publicados; si el adquirido ha sido
un mueble, podrá conservarlo gracias al art. 2.279 del código civil “Art. 2279.- En materia
de muebles, la posesión vale título; sin embargo, el que haya perdido o a quien le haya sido
robada alguna cosa, puede reivindicarla durante tres años, contados desde el día de la
pérdida o del robo, de aquél en cuyo poder lo encuentre, salvo el recurso que éste tiene
contra aquel de quien la hubo”. Cuando haya tomado del mismo posesión de buena fe.

En todo caso, la protección concedida por el artículo 1321 a los causahabientes singulares
está perfectamente justificada. Han pactado y fijado las condiciones de su acuerdo teniendo
en cuenta la situación aparente. No deben tener que sufrir las consecuencias de un acto que
se les ha disimulado, incluso si la finalidad de la simulación no fuera fraudulenta a su
respecto. Las partes que hayan creado la apariencia deben ser las únicas que sufran por una
situación de la que son responsables.

2.10.2.- los acreedores quirografarios.

Los acreedores quirografarios no están obligados jamás por los contratos concluidos por su
deudor; pero esos contratos, le son oponibles; y esa oponibilidad tiene para ellos graves
consecuencias, puesto que los actos de su deudor se reflejan sobre su patrimonio, que
constituye su única garantía: los acreedores se benefician o se perjudican indirectamente

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por los contratos celebrados por su deudor, según que tales contratos aumente el activo o el
pasivo de su patrimonio.

No se considera aquí el supuesto en que los acreedores tengan interés en alegar la verdadera
situación; por ejemplo, cuando el deudor, para librar del embargo a uno de sus bienes, a
hecho él mismo una venta ficticia. Se supone que los acreedores tienen interés en alegar el
acto aparente. ¿Pueden hacerlo?; ¿Son terceros en el sentido del artículo 1321del código
Civil?

Está permitido dudar. Por tener un derecho sobre el conjunto del patrimonio de su deudor,
son en cierta medida, causahabientes universales, y esa situación le permite representar al
deudor cuando utilizan la acción oblicua. Por esa razón, la Cote de Casación Francesa, al
definir los terceros del artículo 1.328 del código civil, que pueden alegar una falta de fecha
cierta en un documento, niega a los acreedores quirografarios ese carácter. Por otra parte,
por ser oponible a los acreedores quirografarios todos los actos de su deudor, ¿No es
indiferente que tales actos sean ocultos u ostensibles?

Sin embargo, la Corte de Casación francesa comprende a los acreedores quirografarios


entre los terceros del artículo 1321; la contraescritura no le es oponible. Esa jurisprudencia
debe ser probada. Cuando el acto el acto del deudor sea fraudulento el acreedor
quirografario dispone de una acción la acción pauliana en la que no representa al deudor:
demanda por su propia cuenta, a fin de que el acto no le sea oponible. Ahora bien, en
materia de simulación, la situación es muy parecida; en cierto modo, el fraude se presume;
si el deudor ha disimulado su acto, desearía que sus acreedores lo ignoraran, tal vez
justamente para evitar que ejercitaran la acción pauliana; por otro lado, los acreedores ha
podido ser llevados a tratar con el deudor, o a no exigir garantía, o también a diferir el
cumplimiento, porque la simulación lo ha incitado a imaginar una solvencia que no existía
en el deudor.

22
Por consiguiente, la palabra tercero está tomada en dos sentidos diferentes por el artículo
1321 y por el artículo 1328 del código civil. Esa diferencia se explica por la presunción de
fraude que alcanza el acto secreto.

2.10.3 los “penitus extranei”.

En el artículo 1321 del código civil no presenta gran interés práctico para los verdaderos
terceros o penitus extranei; porque son ajenos al contrato como a los contratantes. Sin
embargo, los penitus extranei deben estar protegidos en las raras hipótesis en que le sea
oponible el contrato. Entonces figuran en el rango de los terceros del artículo 1321 del
código civil.

2.11.- requisitos que deben reunir los terceros del artículo 1321 del código civil.

Los terceros no tienen que justificar un perjuicio. Pueden invocar el acto aparente, incluso
cuando la simulación no les haya causado ningún perjuicio; es suficiente con que tengan
interés en invocar el acto ostensible.

Pero, para ser tercero del artículo 1321 del código civil, es necesario haber sido engañado
por el acto ostensible. Si tenía conocimiento de la contraescritura el litigante que pretenda
desconocerla, no hay ya apariencia, y no existe ya razón para protegerlo. Desde luego no es
necesario requisito exigido, por el contrario, para intentar la acción pauliana que el engaño
haya sido dirigido contra aquel que lo alega; incluso si el acto aparente no ha sido dispuesto
para engañar al demandante, este tiene derecho a atenerse al acto aparente.

La existencia de un acto aparente lleva a presumir que el tercero ignoraba la convención


verdadera; pero esa presunción, se destruye cuando las partes demuestran que el tercero
tenía conocimiento de la contraescritura. la simulación es, pues, relativa para cada uno de
los que la invoca; no existe de una amanera absoluta por el solo hecho de que se haya

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fraguado un acto aparente; el mismo acto será contraescritura contra una persona y no lo
será para otra distinta. Así mismo, en materia de posesión, el vicio de clandestinidad es
relativo.

¿Resulta suficiente el hecho de que se haya registrado una contraescritura para impedirle a
un tercero que alegue el acto aparente? La inscripción en el registro le da fecha cierta al
documento, pero no le confiere ninguna publicidad al acto; el acto registrado se mantiene
secreto; por eso, el registro de la contraescritura no es suficiente para destruirla presunción
que resulta a favor de los terceros sobre la existencia de un acto aparente. Sería de otro
modo por la publicación del acto en los registros del Conservador de Hipotecas; en efecto,
incumbiria a los terceros consultar los libros del registro.

2.12.- opción dada a los terceros.

El artículo 1321 del código civil da a los terceros una facultad que les permite, si lo
prefieren, evitar los efectos o la oponibilidad del contrato verdadero celebrado por las
partes. Pero aquellos no están obligados a usar de ese derecho. Las contraescrituras, según
los términos del artículo 1321 del código civil, “no producen efectos contra terceros”; la
regla está dictada únicamente a su favor; y, si estiman oportuno excluirla, pueden situarse
bajo el imperio del derecho común y reclamar frente a la contraescritura; así pues, gozan de
una opción.

Suele suceder que los terceros invoquen la contraescritura; así, el adquirente de un


inmueble que se entera que su vendedor ha consentido un arrendamiento por un precio
superior al precio aparente establecido en el acto. Deben demostrar entonces, cuando sea
negada la simulación por las partes, que el acto que se les opone disimula un acto real.
Disponen, para tal finalidad, de la acción declarativa de simulación.

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2.13.- conflictos entre terceros.

Algunos terceros pueden tener interés en invocar la contra escritura; otros, el acto aparente.
Un tercero compra un inmueble alquilado, cuyo precio de arrendamiento ha sido
aumentado por un acto aparente; el adquiriente tiene interés en invocar el acto aparente; los
acreedores del inquilino la contraescritura.

El tercero que invoque el acto aparente debe prevalecer sobre aquel que alegue la
contraescritura. en efecto, si cada uno tiene la posibilidad de renunciar al beneficio del
articulo 1321 del código civil, nadie puede ser compelido a esa renuncia, se encuentra así
consagrada claramente la teoría de la apariencia: la situación aparente se prefiere a la
situación real.

2.14.- la declaración de simulación.

2.14.1.- planteamiento de la cuestión.

En los más de los casos que acaban de ser examinados, son las partes la que alegan la
contraescritura: invocan el acto verdadero que han celebrado, a fin de que ese acto
produzca efecto o sea oponible a los terceros que pretendan atenerse al acto aparente. En
tales supuestos, la prueba de la simulación está hecha.

Sin embargo, se han encontrado algunas situaciones en las que las partes niegan la
simulación afirman que no existe contraescritura, sostienen que el acto ostensible contiene
su voluntad real. Así, cuando han disimulado una fracción del precio en la cesión de un
oficio ministerial o para defraudar al fisco. Así también, cuando un tercero tiene interes en
alegar la contraescritura y en rechazar el acto aparente. Entonces se plantea la cuestión de la
prueba de la simulación.

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Se plantea igualmente siempre que una persona que tenga interés en ello quiera demostrar
que el acto aparente ha sido fraguado para disimular la nulidad parcial o total del acto real.
Y en tal caso se verá no sólo a un tercero, sino a una de las partes alegar la simulación.

En todos esos casos, se trata de probar, contra las partes contratantes o contra una de ellas,
la existencia de una contraescritura. se impugna un acto por simulación; se quiere conseguir
que se declare la simulación.

La ley lo permite. Junto con la derogación introducida en el efecto y en la oponibilidad del


contrato, es otro medio de luchar contra la simulación impedir a las partes que logren la
finalidad que esperaban alcanzar procediendo con la contraescritura.

2.14.2.- la acción declarativa de simulación.

La acción por la cual trata un litigante de restablecer la verdad, de hacer que desaparezca la
contraescritura, es la acción declarativa de simulación.

Toda persona que encuentre un interés en ello puede ejercitar la acción: la parte deseosa de
probar la existencia de una contraescritura. Por ejemplo, un donante cuya liberalidad ha
sido disfrazada tras una compraventa, y que quiera revocar la donación por causa de
ingratitud: los herederos legitimarios de las partes, a fin de hacer que se pronuncie la
nulidad de la liberalidad o para obtener la reducción; los terceros, en la hipótesis en que
quieran invocar los términos de la contraescritura.

2.14.3.- consecuencias de la acción.

La sanción de la simulación no es, en principio, la nulidad del contrato. Sin embargo,


existen en derecho civil algunas excepciones a ese principio: así, las donaciones entre
conyugues, disfrazadas o hechas a través de personas interpuestas, son nulas por aplicación

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del artículo 1099 del código civil que estipula: “Art. 1099.- Los cónyuges no podrán
donarse indirectamente más de lo que les es permitido por las precedentes disposiciones.
Toda donación simulada o hecha a personas interpuestas, es nula.”

La acción declarativa de simulación no conduce, pues, salvo excepción, a que se pronuncie


la nulidad del contrato; sino tan sólo a probar su realidad. Con mucha frecuencia, en
verdad, a la acción declarativa de simulación va unida una acción de nulidad: el heredero
que demostrara que el de cujus ha disfrazado, tras una compraventa, una donación a una
concubina, demandaría la nulidad de esa donación.

2.14.4.- prueba de la simulación.

¿Por qué procedimiento se prueba la simulación? Interesa distinguir entre las partes del acto
y las personas que no han intervenido en el mismo.

Cuando una de las partes quiera demostrar la existencia de una contraescritura, intenta
probar “contra el contenido o más allá del mismo” del acto aparente. Se aplicarán, pues, las
reglas restrictivas del artículo 1341 del código civil: (Art. 1341.-Debe extenderse acta ante
notario o bajo firma privada, de todas las cosas cuya suma o valor exceda de treinta pesos,
aun por depósitos voluntarios; y no se recibirá prueba alguna de testigos en contra o fuera
de lo contenido en las actas, ni sobre lo que se alegue haberse dicho antes, en, o después de
aquellas, aunque se trate de una suma o valor menor de treinta pesos. Todo esto, sin
perjuicio de lo que se prescribe en las leyes relativas al comercio.), el demandante deberá
probar la contraescritura por un documento o por un medio de prueba perfecto; lo cual le
resultará, casi siempre, imposible, porque el contratante que tenga interesen conservar
secreto el acto verdadero no consiente apenas en dejar una prueba escrita a la otra parte. Sin
embargo, la jurisprudencia francesa admite que la prueba es libre cuando la finalidad de la
simulación ha sido defraudar la ley. En efecto, el fraude se prueba por todos los medios.

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La situación de los causahabientes universales es idéntica a las de las partes. Cuando la
simulación ha tenido por objeto frustrar los derechos de los herederos forzosos infligiendo
atentado contra la legítima, la prueba es libre; puesto que, para los herederos, se trata de
probar un fraude a la ley.

La prueba que han de hacer los terceros, para los que el contrato no es sino un hecho, y que,
en todo caso, se encuentran en la imposibilidad de procurarse una prueba escrita articulo
1348 primera partes (Art. 1348.- Tienen también excepción, siempre que no haya sido
posible al acreedor el procurarse una prueba literal de la obligación que se ha contraído
respecto a él. Esta segunda excepción se aplica: 1o. en las obligaciones que nacen de los
cuasicontratos y de los delitos o cuasidelitos.), no está sometida a ninguna restricción: “la
simulación, cuando es invocada por todos los medios de prueba y especialmente por
simples presunciones”. Entre los terceros hay que colocar al fisco.

Existen incluso algunas presunciones legales de simulación, sobre todo en materia fiscal.
En derecho civil, cuando se efectúa una liberalidad al padre o a la madre, a los hijos u otros
descendientes o al cónyuge de una persona incapaz de recibir, se presume la interposición
de personas, y esa presunción es irrefragable (Art. 911.-Se reputan personas interpuestas,
los padres, los hijos y descendientes, y el cónyuge del incapacitado.)

2.15.- la contraescritura en la jurisprudencia dominicana.

La simulación es de la apreciación soberana de los Jueces de fondo. Es una cuestión de


hecho, que escapa a la censura de la casación. La acción para declarar la simulación
prescribe a los 20 años.

Si el Juez estima válido el contraescrito, no es necesario que examine los motivos que las
partes pueden haber tenido para simular.

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La prueba de la simulación entre las partes, por testigos o presunciones, es admisible
solamente cuando existe un principio de prueba por escrito. En caso de fraude, la
simulación puede ser probada por todos los medios, aun entre las partes o sus herederos.
Asimismo, los terceros pueden hacer la prueba de la simulación por todos los medios.

El derecho que el artículo 1421 del Código Civil acuerda al marido como administrador de
la comunidad supone que la venta que otorga de los bienes comunes sea de buena fe y a
título oneroso. Pero cuando la venta se hace a favor de un pariente seis días antes de la
instrumentación del acto de divorcio, existe un elemento para dejar sentada la simulación
para causar perjuicio a la mujer. La simulación es común y corriente en las personas
casadas que ya tienen el deliberado propósito de divorciarse y pretenden retener en su
exclusivo provecho algún bien de la comunidad.

Los herederos reservatarios intentaron probar con fotocopias de un contraescrito la


simulación de un acto de venta hecho por su causante. Por rechazar la acción en simulación
únicamente sobre el fundamento de que las fotocopias no podían servir como prueba por
escrito, cuando la simulación puede probarse por todos los medios, la sentencia debe ser
casada.

El vendedor de un inmueble apoderó la Cámara Civil, alegando que su contrato de venta


era en realidad un préstamo y solicitando que se le declare como verdadero propietario.
Este asunto es de la competencia del Tribunal Superior Tierras, porque se discute sobre la
propiedad de un terreno registrado.

La simulación es una cuestión de hecho que los Jueces de fondo aprecian soberanamente.
Se probó la simulación de la venta de un inmueble por un padre a sus hijos por el hecho de
que 3 meses después de la venta el padre arrendó el inmueble y de que en un juicio
posterior los hijos afirmaron que no estaban enterados de que su padre había arrendado la
parcela. El hecho de que las firmas fueran legalizadas por notario público no constituye un
obstáculo para la impugnación de la venta.

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Cuando se presenta un acto de venta con toda la apariencia de un acto válido, es a la parte
que lo impugna a quien corresponde probar la condición de acto ficticio o de acto
disfrazado.

Aunque los Jueces del fondo gozan de un poder soberano para interpretar las convenciones,
incurren en desnaturalización cuando modifican las disposiciones claras y precisas de un
acto, para declarar, bajo pretexto de interpretación, que un contrato de venta de un
inmueble a favor del hijo, no es tal, sino un acto de donación y reducir en un 50% la
porción transferida.

La hipotética simulación no bastaría para declarar la nulidad del contrato si no se


comprueba la existencia de un fraude.

El poder soberano de los Jueces del fondo para determinar la simulación queda fuera del
control de la Suprema Corte de Justicia, a menos que lo decidido se haya realizado con
desconocimiento de actos jurídicos que hubieran conducido a una situación diferente, o con
desnaturalización de los mismos.

En la simulación se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o con


cláusulas que no son sinceras, o cuando se transfieren derechos a personas interpuestas.

Forma

El hecho de que un documento sea perfecto en su forma no significa que no sea simulado.

El contraescrito, destinado como lo está a permanecer secreto, no está sujeto a la


formalidad del Artículo 189 Ley Registro Título No es traslativo, sino declarativo de la
nulidad de la transmisión aparente.

La contraescritura de una venta simulada de un inmueble registrado debe ser legalizada


para producir efectos (Artículo 189 Ley Registro Título). No puede servir de principio de

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prueba por escrito que permitiría el uso de testigos y presunciones, porque se trata de una
litis sobre terreno registrado, no de un saneamiento.

La venta de un inmueble registrado que real y efectivamente es una donación es eficaz, aún
cuando no revista la forma auténtica que la ley exige para las donaciones.

Al no estar destinado el contraescrito a recibir publicidad, no se requiere que las firmas de


las partes sean legalizadas (interpretación del Artículo 189 c) Ley Registro Título).

Prueba

Los siguientes elementos pueden formar la convicción de que un hombre que pensaba
divorciarse estaba defraudando a su mujer: retención en sus manos del acto de venta y su
posterior depósito en el Tribunal de Tierras para reclamar el terreno y existencia de un
contraescrito.

Para probar que la venta hecha por el padre a uno de sus hijos fue obtenida mediante
captación y en fraude de los derechos de la comunidad, es admisible la prueba testimonial y
la prueba por presunciones. No se trata de una simulación entre partes en que es necesario,
para probarla, que el vendedor exhiba un contraescrito.

La prueba de la existencia de un contraescrito debe ser hecha con la presentación del


mismo contraescrito.

La simulación de la venta de un solar de la comunidad a un amigo, hecha después de


interpuesta la demanda de divorcio, se demuestra con presunciones graves, precisas y
concordantes.

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Cuando el particular reconoce por varios escritos, uno de los cuales tiene su firma
legalizada, que compró un terreno a nombre de la compañía y usó para pagarlo fondos
aportados por ella, puede la compañía obtener el registro del terreno a su nombre.

Para establecer su convicción de que el contrato de venta era en realidad un préstamo


simulado, el Tribunal Superior Tierras tomó en cuenta los siguientes factores: (a) la falta de
registro del contrato prevista por los Artículos 189 y 197 de la Leys Registro Título, (b) la
conducta de la alegada vendedora que evidenciaba trastornos mentales, (c) la frecuencia
con que los prestamistas emplean este método, para cubrir intereses ilegales y garantizar la
recuperación de la suma prestada.

Si bien la prueba de la simulación debe hacerse mediante un contraescrito, es posible que


un acto de venta que cumpla con los requisitos de ley se declare simulado y hecho en
fraude de la persona impugnante, si así se deduce de los hechos y circunstancias de la
causa.

Ejemplo de lo anterior es la apreciación del Tribunal a quo respecto a la venta convenida


entre padre e hijo presumiendo una donación, a falta del hijo demostrar solvencia
económica para justificar dicha adquisición, situación en la cual todos los medios de prueba
son admisibles.

Terceros

Cuando el padre pone determinados bienes a nombre de su hijo, la esposa del hijo no puede
reclamar estos bienes como pertenecientes a la comunidad.

El hecho de que la primera venta sea simulada no afecta al subcomprador, si al comprar a


su vez el subcomprador ignoraba la simulación y actuaba de buena fe, pagando un precio.

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La Ley Registro Título, al hacer posible la anulación de ventas fraudulentas, exige
actuación fraudulenta del subcomprador.

La acción en declaratoria de simulación es distinta a las acciones paulina y oblicua,


pudiendo ser ejercida por cualquier persona; no está reservada a los terceros o extraños al
acto impugnado.

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CONCLUSIÓN

En principio la cantidad de contratos que puede existir es casi infinita, como casi infinitos
son los derechos y obligaciones que pueden crear las partes, incluyendo el hacerlo de
manera pura y simple, o sometida a alguna modalidad. Sin embargo, la legislación civil de
la mayoría de los países ha regulado los más importantes de éstos, bien sea en sus
respectivos Códigos Civiles, o bien en leyes especiales.

El pago es el cumplimiento de lo que uno se ha obligado a dar o hacer. Cuando la


obligación es de hacer consiste en hacer la cosa que uno se ha obligado hacer. Cuando la
obligación es de dar consiste en la traslación de la propiedad de esta cosa.

El que ejerce el derecho desconoce las fuentes, las características, los efectos y las formas
de extinción de las obligaciones tendría una gran laguna para el ejercicio de la profesión
por ante los tribunales civiles. Existe una gran similitud en la teoría de las obligaciones en
el Código Civil Dominicano, con el Derecho Francés y este a su vez con el Derecho
Romano.

Requisitos para la formación de los contratos. Conforme el artículo 1,108 dl Código Civil
de la República Dominicana, estable cuatro condiciones esenciales para la validez de una
convención; los cuales son a saber:

1. El consentimiento de la parte que se obliga.

2. Su capacidad para contratar.

3. Un objeto cierto que forme la materia del compromiso.

4. Una causa licita en la obligación.

Esperando que este trabajo investigativo sirva de referencia a aquellos participantes que
tengan la oportunidad de aprender, investigar y de depurar los Contratos en La Republica
Dominicana.

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RECOMENDACIONES

 Reconocer que las cantidades de contratos existentes no son suficientes aunque


están plasmado la esencia de los contratos como ley.
 Establecer diferencias entre los diferentes tipos de contratos para conocer su
condición, modo y adecuación.
 Practicar en debates sobre crear los diferentes tipos de contratos según la ley del
código civil dominicano.

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BIBLIOGRAFÍA

 Recuperado: 04/04/2018

http://www.monografias.com/trabajos104/analisis-contraescritura-y-dacion-pago-republica-
dominicana/analisis-contraescritura-y-dacion-pago-republica-
dominicana.shtml#ixzz5CrQS1GZ1

 Recuperado: 04/04/2018

http://raykenyrodriguez.blogspot.com/2014/08/la-contraescritura.html
 MAZEAUD HENRY, LEÓN Y JEAN. LECCIONES DE DERECHO CIVIL.
PARTE 2, VOLUMEN III. BUENOS AIRES, 1974.
Recuperado: 04/04/2018

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https://www.google.es/search?safe=off&source=hp&ei=CjXVWubOEpCE5wKCrpD4AQ
&q=la+contra+escritura+derecho+de+las+obligaciones&oq=la+contra+es&gs_l=psy-
ab.3.0.35i39k1j0l6j0i22i30k1l3.1111.3149.0.5179.13.12.0.0.0.0.168.1426.0j10.10.0....0...1
c.1.64.psy-ab..3.10.1426.0..0i131k1j0i10k1.0.5nb8fM2yj0s

 Recuperado: 04/04/2018
http://rincondefelucho.blogspot.com/2012/01/la-contraescritura.html

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ANEXO

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