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Efesios 6
En un ejército de los EEUU. El capitán entrenaba a los reclutas, tenía que disciplinar, y los reclutas eran
muy disciplinados; tan solo con un: A dormir y hacer sonar el dedo; 300 reclutas, instantáneamente se
tiraban en sus camas, asumían esa posición para dormir y cantaban el himno de los Morris. Y ahora
que uno es padre en algunas noches me toma dos horas lograr que mis dos hijas que jugan a ser
princesas se duerman. La paternidad o es fácil.
Una historia que escribió Robert Louis Stevenson que fue el autor de “la isla del tesoro”; antes de
escribir ese libro, él fue criado en la familia cristiana, sus padres eran evangélicos reformados, y el leía
cuando era joven “el progreso del Peregrino” y la biblia, cuando fue a la universidad, él renunció su fe.
Durante toda su vida, su padre le mandaba dinero, y le escribiera cartas y le rogaba que volviera a la
fe.
Ser padre es difícil; porque para un cristiano dependemos de que Dios interceda en la vida de nuestros
hijos a través del Espíritu Santo.
Llama la atencion lo que dijo Jesús en Jn. 17:3 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” Jesús define la vida eterna diciendo
que consiste en conocer a Dios.
Muchas personas conocen a Dios de la misma forma que conocemos al presidente de los EEUU; yo lo
vi saludando al Papa recientemente. Hace una semana pase por su casa antigua en Chicago; uno dirá:
tú no conoces al Presidente, conoces algunas cosas sobre él. Así es que muchas personas conocen
algunas cosas sobre Dios, pero no tiene un íntima relación a Dios.
En Gn. 3 dice que Adán conoció a su esposa y tuvieron un hijo. El conocimiento ahí se refiere a
intimidad. Es una verdadera relación con Dios, un deseo de estar en la presencia de Dios; y eso tiene
que comenzar ahora; la vida eterna no es algo en el futuro, es conocer a Dios ahora.
Agustin el teólogo decía: tráeme una dulzura que supere todas las cosas que yo he persegido;
permíteme amarte con todas fuerzas y aférrame a tus manos.
Muchos de nosotros no sentimos que tenemos una relación con Dios de ese tipo. Pero el punto crucial
del cristianismo es este. Es que no es algo que hacemos, es alguien a quien conocemos.