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UJifiVBIUIIDAD NACIONAL AUTOJIOIIA DB IILXIOO

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DBPARTAIIB!f'ro DE ACTIVIDADBS CDIEIIATOOitAPICM
José Revueltas
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
Y SUS PROBLEMAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AuTÓNOMA DE MÉxico


Rector: DR. IGNACIO CHAVEZ
Secretario General: DR. ROBERTO L. MANTILLA MOLINA
DIRECCIÓN GENERAL DE DIFUSIÓN CULTURAL
Director: JAIME GARCIA TERRES
DEPARTAMENTo DE AcTIVIDADES CINEMATOGRÁFICAs
Jefe: MANUEL GONZALEZ CASANOVA
El conocimiento
cinematográfico
y sus problemas
JOSE REVUELTAS

TEXTOS DE CINE 1
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO
DIRECCION GENERAL DE DIFUSION CULTURAL
DEPARTAMENTO DE ACTIVIDADES CINEMATOGRAFICAS
IN DICE
Primera edición: 1965

Lugar del cine en el arte 9


Problemas del guión cinematográfico
I. Concepto y métodos del guión 36
II. Método del guión 59
Cómo procede la película 68
La integración cinematográfica en
el montaje a partir del fotograma 75
El guión cinematográfico y los actores 85
Las categorías de la construcción
dramática en el libreto del cine 104
Problemas del análisis cinematográfico
Sexo y enajenación. Sobre La aventura
de Antonioni 114
Gesto y comunicación. A propósito del
lenguaje de Charles Chaplin 129

APENDICE

Derechos reservados conforme a la ley El autoanálisis literario 139


© 1965, Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad Universitaria. México 20, D. F.
Libertad del arte y estética mediatizada 160
DIRECCION GENERAL DE PUBLICACIONES
Filmografía 181
Impreso y hecho en México
Printed and made in M exico
LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

A diferencia de las demás, y con ventaja respecto a ellas,


el cine ha podido alcanzar categoría de arte en un tiempo
incomparablemente más breve que el empleado por la poe-
sía, la música, la escultura, la arquitectura y la pintura.
Mientras éstas se desenvolvieron a través de largos siglos
de autoelaboración y autodescubrimiento, el cinematógrafo
apenas necesitó de media centuria para encontrar sus pro-
pias leyes autónomas y convertirse en un modo específico
de expresión estética.

Puede decirse que el arte lo es en tanto condensa en una


síntesis armónica la realidad de donde nace. Sin embargo,
la síntesis que el arte conjunta jamás puede concebirse
como un puro proceso de comprensión o como una suma
aritmética de cantidades homogéneas. En este sentido el
arte es un fenómeno de transformación de la cantidad en
calidad. "Sin duda nadie olvida -dice Eisenstein- que
cantidad y calidad no son diferentes propiedades de un
fenómeno, sino simplemente aspectos diferentes del mismo
fenómeno". Y agrega, para ilustrar sus palabras, lo dicho
por un profesor de psicología en torno del mismo proble-
ma: "Se ha afirmado que el todo es algo más que la suma
de sus partes, porque sumar es un procedimiento que no
significa nada, mientras que la relación entre el todo y la

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

parte, significa mucho". En este sentido puede decirse que 'lar. De tal suerte podemos decir que el cine, como las .de-
la síntesis que el arte representa implica la combinación . más artes, según lo expresó San Agustín, consiste "en la
de lo opuesto, la fusión de valores encontrados. unidad como todo lo Bello".
Al intentar una definición de lo que es poesía, San Agus- Pero aún hay más: dice Fouillée en su Historia de la
tín tuvo una verdadera "revelación" dialéctica cuando dijo filosofía que: "Heráclito en · sus principios llega a dos
que "consiste en la Unidad, como todo lo Bello". Natural- puntos: inestabilidad eterna· y estabilidad de esa inestabi-
mente que las palabras de San Agustín están referidas al lidad misma". O en otras palabras, que el equilibrio de la
principio teológico del Dios Uno, rival del politeísmo pa- naturaleza es relativo y el reposo puramente aparencia!.
gano; Dios, Trino y Uno, Dios síntesis de las Tres Per- Que, "todo se mueve, nada pem1anece." El cine, luego,
sonas distintas en Una Sola Verdadera. La unidad es la puede tomarse como esta "estabilidad de la inestabilidad"
belleza para la estética agustiniana, puesto que Dios, la de que nos habla Heráclito, la estabilidad móvil, el reposo
Belleza suprema, es la Unidad por antonomasia. Se antoja, en movimiento. Bastaría examinar tan sólo el principio
sin embargo, que las palabras de ·San Agustín podrían mecánico en que el cine se basa: la sucesión intermitente
tener un alcance mucho mayor, más complicado, más· com- de imágenes estáticas, para comprobar en forma plena el
pleto y sobre todo menos teológico. hecho. Así desde el momento en que nace desde el mo-
Y cuando habla de unidad, el Obispo de · Hipona nos mento en que se descubre, el cine es ya, en sí mismo, una
induce a la sospecha de si no se inclinó hacia el río de síntesis dialéctica. De dos valores opuestos: inmovilidad-
Heráclito para beber en las refrescantes aguas de la iden- movilidad, hace surgir un valor nuevo dentro del cual
tidad de los contrarios, así como cada quien tiene derecho están condensados, identificados, los contrarios: La direc-
a sospechar si Hegel no bebió la santísima trinidad· de su ción del movimiento.
dialéctica eh las propias aguas de Plotino y San Agustín. Sin embargo no es ésta la única síntesis que ofrece el
Lo que intento decir, es que el concepto de unidad como cinematógrafo. A medida que el cine se ha desarrollado
atributo definidor de la belleza debe tomarse en su acep- para dejar de ser tan sólo un instrumento mecinico y
ción antónima, esto es, como síntesis monística de enti- "curioso" para convertirse en un instrumento artístico, des-
dades adversas entre sí, como condensación unitaria que cubre y cconquista nuevas categorías de síntesis, nuevas ca-
hace interpenetrarse los valores opuestos y reduce las cate- tegorías de condensación, hasta llegar a su estado actual.
gorías contrarias a lo Uno. "Unidos el todo y el no todo, Hace algunos años hubiese parecido sacrilegio comparar
lo que· se junta y se separa, lo consonante y lo disonante al cine con la poesía, con la música o con la pintura, pues
-dice Heráclito, en una cita de Fouillée- hácese con el era obvio que no tenía ni el linaje, ni la prosapia, ni la
todo Uno, y ·con el Uno, todo". Este postulado dialéctico legitimidad de tales artes. Ahora, no obstante, sería impo-
no puede ser más exacto para definir la naturaleza interna sible negar al cinematógrafo el pie de igualdad que ha con-
del arte en general y del arte cinematográfico en particu- quistado junto a la música, la pintura, la novela, la arqui-

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

tectura o el teatro, aun cuando se ayude de todos ellos. evocar y esclarecer el mundo verdadero". Este mundo
Las "imágenes" del cinematógrafo, si se toma la palabra verdadero que el arte revela, según Maurois, es ese que,
imagen en su sentido más general y abstracto, como un sin decirlo, sin pronunciarlo, sin oírlo, se escucha con los
cierto género de representación del conocimiento, no son puros sentidos del corazón, porque el arte usa las cosas
diferentes, en esencia, desde el punto de vista de la Es- visibles y audibles para mostrar las cosas invisibles e inau-
tética, a las imágenes de la poesía, la pintura o la novela. dibles.
El procedimiento ordenador es el mismo; el sistema, di-
gamos, de transubstanciación de los elementos, no difiere: Decir puede este río,
el pan y el vino se convierten en cuerpo y sangre merced si hay quién diga en favor de un desdichado,
a un idéntico milagro emocional. el tierno llanto mío ...
Tomemos al azar unos versos de Quevedo:
El río de Quevedo es un río de lágrimas y su silencio
Decir puede este río, la soledad irremediable de aquél que duda de que pueda
si hay quién diga en favor de un desdichado existir, siquiera, alguien que "diga en favor de un desdi-
el tierno llanto mio ... chado". Lo que estaba oculto y escondido sale a la super-
ficie y el visible río del poema ha descubierto el invisible
Hay en estos versos, como en toda obra de arte, esa río del llanto del poeta. Milagro puro. Dice Pascal: "Las
misteriosa dualidad que el talento creador imprime a todo palabras, diferentemente ordenadas, tienen diferentes sen-
lo que toca, esa mágica dualidad de carne y espíritu que tidos; y estos sentidos, diferentemente ordenados, producen
cobran las cosas cuando las encanta la varita de virtud del diferentes efectos".
arte. La yuxtaposición de imágenes y de términos espaciales
Quevedo ha escrito palabras, pero el encanto, la magia, que la poesía usa, no es diferente a la que aplica el cine-
la verdad en suma, radican no en las palabras dichas, sino matógrafo. Si se descompusieran cinematográficamente los
en las escuchadas, en las que el artista no escribió pero tres versos de Quevedo, se tendrían, tal vez un clase u P
que nuestro espíritu oye al leer sus versos. Aquí entonces, del poeta, el rostro entristecido y nostálgico, al aire los
como en el cine moderno -nada importan los tres siglos cabellos, la mirada fija en la lejanía, y combinado con
que nos separan de Quevedo--, una imagen nos insinúa, éste, un shot del río reptante y silencioso, como contra-
nos descubre otra, la imagen secreta, la imagen verdadera, punto del dolor humano del instante anterior. Esto sería,
la que en su literalidad no pueden darnos los vocablos. naturalmente, una reducción simplista de la imagen poética
"Los grandes escritores -ha dicho Maurois, y habría a sus términos literales; de aquí que el cine deba tomarse
que extender el concepto a todos los artistas-, emplean como otra forma de la poesía, como recreación poética de
palabras no para bosquejar mundos imposibles, sino para lo que en sí mismo ya es un fenómeno poético objetivo.

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

Examinemos otro ejemplo en el siguiente poema de Y o camino en silencio por donde lloran piedras
Antonio Machado:· que quieren. ser palomas, o estrellas,
o éana.rios; voy por entre las éampanas;
La tarde está muriendo escucho los sollozos de los cuervos que mueren;
como un hogar humilde que se apaga. de negros perros semejantes a tristes golondrinas.
Allá sobre los montes
quedan algunas brasas. Con unos cuantos versos -con unos cuantos shots poé-
Y ese árbol roto en el camino blanco,
ticos--, Efraín realiza el "montaje" terrible, terco, abru-
hace llorar de lástima.
¡ Dos ramas en el tronco herido, y una
mador, en que desnuda un pedazo vivo de la vida de la cual
hoja marchita y negra en cada rama! él rechaza todo aquello inútil para la expresión cabal, recta
¿Lloras?. . . Entre los álamos de oro, lejos, y pura, de su poesía. El burgués y el timorato, pueden
la sombra del amor te aguarda. asustarse, o encolerizarse, de que los perros semejen "tristes
golondrinas", o que ·las piedras aspiren a palomas; pero
La suave melancolía que se respira en este poema, la esas mismas gentes se asustarían o irritarían en igual forma
aromada tristeza, la congoja, y finalmente, la tibia y dis- ante la ·vista de una película que les mostrara, con la misma
creta esperanza, todo el conjunto de viva y angustiosa plas- aspereza y realismo, la hondura del dolor y la desesperada
ticidad, lo logra Machado apenas con dos elementos: el soledad del hombre rodeado de frustraciones, de caídas,
crepúsculo, con las derivaciones metafóricas que sugiere de desamparos, que es lo que plantea Efraín ·Huerta en
al poeta, y ese alucinante "árbol roto" que incita a "llorar su poema.
de lástima". Escasamente se descubren aquí tres shots~ La relación que existe entre el cine y las demás artes,
o tomas cinematográficas que, a la vez, corresponden a los entonces, no es una incidencia, no es un producto de afi-
elementos visibles usados en el poema: el crepúsculo, el nidades fortuitas y parciales. En otras palabras: El cine,
árbol y el llanto. Un paralelo, sin embargo, entre la poesía no se "parece", digamos, a la novela, porque ésta como
y el cine, no quiere decir en modo alguno que la metáfora aquél tenga una trama y un argumento; ni se "parece" a
sea el punto de contacto fundamental entre una y otro. la pintura porque ésta tenga, como él, una plástica y un
Si bien el cine usa metáforas, · su relación con la poesía movimiento. La relación del cine con las demás artes es
estriba en esa comunidad que denomina a todas las artes una relaci6n de identidad y sus diferencias radican única-
como procedimiento para interpretar y transformar lo ment.e en la diversidad natural de las artes por cuanto a
real que se ofrece a su respectivo tratamiento. T amemos sus formas y sus principios de expresión propios.
a Efraín Huerta, ese gran poeta de hirientes abstracciones,
de áspera piel poética, de encarnizada y violentísima poesía, Eisenstein en su libro El sentido del cine pone como ejem-
cuyas metáforas distan mucho de ser "objetivas", o sea plo entre otros, el cuadro· de Sassetta, Encuentro de San
"cinematográficas": Antonio y San Pablo) para ilustrar sus opiniones acerca
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

del contacto que el cine tiene con las demás artes y en tura exista movimiento, sino que éste es uno de los
este caso la pintura. No obstante, este ejemplo está utilizado elementos constitutivos de la síntesis que realiza el arte al
muy unilateralmente., pues se reduce a mostrar una de condensar, en una sola Unidad, el Tiempo y el Espacio.
tantas comprobaciones de la "trayectoria de la vista" y También Eisenstein, aunque apenas para reforzar su no
del movimiento en la plástica. El cuadro, en el primer por eso menos exacta teoría de la trayectoria de la vista,
término, tiene a San Antonio y San Pablo, uno en los se detiene en torno de la obra de Domenico Ghirlandaio
brazos del otro, al encontrarse. La disposición de los otros La adoración de los pastores_, y da un ejemplo de cómo
planos mediante el aprovechamiento de un bosquecillo, un este cuadro consuma una síntesis del Tiempo y del Es-
camino y unas colinas, permite, en efecto, darse cuenta que pacio. "El niño rodeado por los pastores, explica Eisenstein,
la composición avanza, que es dinámica y que la vista le ocupa el primer plano y por un camino que avanza ondu-
imprime movimiento. Sin embargo, en relación con el cine lante desde el fondo, aparecen los Magos; es decir, que el
este hecho es secundario. Se pueden encontrar composi- camino une acontecimientos que en el tema están separa-
ciones de este tipo en cosas que no son un producto cons- dos por trece días". En efecto, aquí estamos ante un buen
cientemente artístico, por ejemplo en una ciudad o en un ejemplo de síntesis. Empero se trata de una síntesis dema-
paisaje. La ciudad de Taxco, que Eisenstein debió cono- siado elemental y primitiva, sin que-esto demerite la belleza
cer cuando estuvo en México, con sus callejuelas, con sus intrínseca de la obra de Ghirlandaio. Lo que intento re-
planos superpuestos, con las líneas de sus casas, tiene tam- petir al decir esto, es que la síntesis no consiste en una
bién, mucho mejor que el cuadro de Sassetta, movimientos suma aritmética sino en una verdadera trasmutación de
de avance y retroceso, de lento vaivén y misteriosa osci- calidades, y así es, en realidad, a medida que el arte se
lación, combinados en una de las más espléndidas síntesis. desarrolla o que, con el mundo moderno, aparecen artes
El Valle de México, desde cierta altura y merced a sus nuevas como la fotografía y la cinematografía.
montañas, a sus volcanes que siempre están como en un Hasta hace muy poco tiempo la fotografía no fue con-
primer término en los días más diáfanos, a la equilibrada siderada como un arte. Se le juzgó demasiado "artesanal"
posición de sus cerros del Sureste y a las líneas suaves de y mecánica como para que pudiera despertar emociones
sus colinas, tiene un cadencioso, apenas aprehensible, estéticas. 'Los hechos se han encargado de rectificar tan
lentísimo y rítmico movimiento circular que han sabido torpe error. Si detrás de una cámara fotográfica se en-
reproducir con maestría, primero el pintor Velasco y luego encuentra un artista, la relación que existe entre esa cá-
el Doctor Atl. mara y la realidad no es diferente a la relación que existe
entre cualquier otro instrumento y esa misma realidad.
El cuadro de Sassetta, así, tiene importancia para el cine- La cuestión es absolutamente obvia: la realidad será tra-
matógrafo, es decir, por lo que toca a descubrir la esté- tada artísticamente con una cámara, con un pincel o con
tica del cine, en tanto que demuestra no que en la pin- una máquina de escribir.

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

Bastaría tan .sólo citar a Manuel Alvarez Bravo. En este como si, de pronto, nos encontráramos, antes del mundo,
artista extraordinario, la sensación de compacta sobriedad, con la primera voz humana, que apenas tendría palabras;
de estremecido recato (por otra parte tan indígenas) , y de o como si, en medio de inaudita e inconcebible sorpresa
iluminados descubrimientos se apodera inmediatamente del descubriéramos nuestro propio espíritu, desnudo de sus
espíritu, trasladándose, del propio creador al contemplador relaciones, sin pecado original concebido. La explicación
de su obra. "Este hombre delgado y enjuto -dice Xavier del milagro no es difícil: atrás de la cámara de Manuel
Villaurrutia sobre Alvarez Bravo- este hombre de apa~ Alvarez Bravo está un artista, y un gran artista, es preciso
riencia y esencia ascética e invernal, que parece despo~ confesarlo.
jado, como voluntariamente lo ha hecho, a su vez, en sus A propósito de la fotografía, algunos han querido esta~
obras, de todo lo accesorio y mudable, de todo lo que no blecer una barrera infranqueable entre lo que se denomina
es necesario para mantener su frágil humanidad en pie; fotografía fija y fotografía en movimiento. Cuando se
este hombre que parece consumirse en el fuego frío de la habla de obras de arte, sin embargo, esta barrera no puede
inteligencia y de la sensibilidad mejor concentradas y más existir. Es elemental, desde luego, que la fotografía fija
despiertas, es uno de los grandes poetas contemporáneos tiene movimiento en la misma medida en que la fotografía
de México". Como lo observa Villaurrutia, la obra de Al- cinematográfica tiene quietud. Al revés de lo que dice el
varez Bravo, en efecto, tiene ese atributo que define y cali- aforismo, aquí el movimiento no se demuestra andando,
fica al arte: el de prescindir, el de despojarse de todo lo sino que se demuestra en el reposo. Tan "fijo" es un cua-
accesorio, para ofrecer el signo puro, la ecuación lírica dro aislado de película cinematográfica, un fotograma,
precisa, la síntesis heroica y acabada. como lo es la propia fotografía llamada fija. Ambas son
Hay una fotografía de Alvarez Bravo que el artista, con una fracción del movimiento y no obstante las diferencias
ternura casi completamente angélica ha titulado con el de sus técnicas respectivas, como obras de arte responden
nombre de Un poco alegre y graciosa. Se podrían citar a las mismas leyes est~ticas.
otras obras del gran fotógrafo; pero ésta puede ser un Se ha hablado en párrafos anteriores del "movimiento"
buen ejemplo. La conmovedora fotografía muestra la su- en las obras pictóricas. Los horizontes, las perspectivas, las
perficie, perfecta y anatómicamente descrita, de una azo- profundidades, los volúmenes, los planos y una adecuada
tea; el corpiño blanco de ·una niña, tendido al sol; un "trayectoria de la vista", hacen de una pintura algo más
comal de redonda sombra y las piernas, "un poco alegres o menos en movimiento, según la destreza y capacidad
y graciosas" de una mujercita que se aleja. Con una eco- personales del pintor. La fotografía, como arte plástica, no
nomía tan rigurosa -no sin embargo, sino a causa de es ninguna excepción a la regla, pues tiene frente a sí
esa economía- Alvarez Bravo obtiene una dimensión las mismas libertades y las mismas limitaciones, es decir,
emocional alta y profunda a la vez. Es aquello tan senci- iguales problemas y recursos de horizonte, perspectivas y
llo y tan grave, tan asombroso y tan natural, que parece profundidades, e iguales problemas en la composición de

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LUGAR DEL CINE EN EL ARTE
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
más que sus partes, es decir, un todo que sea un resultado
los planos y los volúmenes, naturalmente que para ser
cualitativo general diferente al valor cuantitativo particu-
tratados con la técnica específica que corresponda.
lar de los elementos que lo integran. Reiner María Rilke,
Es muy probable que la pintura, ese Adán del arte
sea el origen más claro de la cinematografía. El cine nac~
antes del cinematógrafo, ya encontró, por propia observa-
ción al lado de Rodin, cuales son los principios del mon-
del matrimonio entre la pintura y er drama, pero cuando
taje. Dice Rilke lo siguiente: "Del mismo modo que el
crece descubre con asombro que no es un hij'o aislado sino
. '
que t1ene una hermana melliza en la novela. El hecho es
cuerpo humano sólo es para Rodin un todo mientras una
acción común (interior o exterior) mantiene en movi-
que el cine no puede prescindir de un estudio e investi-
miento todos sus miembros y todas sus fuerzas, así tam-
gación permanentes por lo que hace a los problemas de la
bién para él se ordenan en un organismo, por sí mismas,
pintura, el teatro y la novela.
las partes de cuerpos diferentes que se adhieren las unas
La pintura mexicana contemporánea, Siqueiros, Orozco,
a las otras por una íntima necesidad. Una mano que se
Riv~ra, Atl, Castellanos, encierra grandes enseñanzas para
posa sobr~ la espalda,. o el muslo de otro cuerpo no perte-
la cmematografía, no sólo de México, sino del mundo. Aun-
neGe y~ a aquel qe que provie.ne: . ella y el obj.eto que toca
que quizá no lo reconozcan ellos mismos, la técnica de
o agarra forman juntos una nueva cosa, una cosa más que
nuestros grandes pintores es una técnica cinematográfica.
no tiene nombre y que no pertenece a nadie; y se trata
S~queiros, probablemente más que ninguno, aplica a la
ahora de esta cosa particular y que tiene sus límites defi-
p:ntura, en forma patente, los principios del "montaje"
nidos". Esta definición no puede ser más brillante ni más
cmematográfico, en la acepción que Pudovkin otorga a la
justa. Esa cosa "que no tiene nombre", es, ni más ni
palabra "montaje". No cabe plantear aquí· si los princi-
meno$, el res~ltado de un montaje, es decir, el resultado
pios del "montaje" son anteriores al propio cine; sin duda
de una. combinación, .de una yuxtaposición de valores di-
el arte se ha valido del ·montaje desde los más remotos
ferentes que, unidos, arrojan un valor nuevo. En el cine,
tiempos, pero el hecho es que no hay nada como la
donde las condiciones físicas de la producción obligan a
c!~ematografía, excepto tal vez la novela, que se iden-
ello, el proceso del mqptaje aparece mucho más claro y
tifique tan plenamente con sus inagotables recursos y posi-
simple que en las demás artes. "Dos trozos de película de
bilidades.
cualqt,l.ier clase -vuelvo con Eisenstein-, colocados juntos;
Según Eisenstein, el montaje' desempeña "el papel que
se combinan inevitablemente en un nuevo concepto, en
toda obra de arte se señala· á sí misma, la necesidad de la
uha nueva cualid~d, que surge de· la yuxtaposición". Las
exposición coordinada y orgánica de tema, contenido tra-
ma y acción". A su vez, la estructura interna del mo~taje,
demás artes no, trabajan con trozos de película, es cierto,
pero encuentran el equivalente de esos trozos. en los colo-
por lo ·que a elhi respecta, consiste en la combinación'
res, los. sonidos,: l9~ versos,_ las Pr?porciones, ·los volúmenes.
yuxtaposición e interpenetración de valores diversos .~
Cada· JJ.no de est<?S :~l@me~tos es. 1:111..f~c~or del :mont~je y
efecto de obtener un todo armónico que represente ~lgo
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

su ordenación sistemática está regida por leyes precisas, por el movimiento lo condujo inevitablemente a hacer una
pues dentro del montaje no cabe el axioma aritmético de obra formalista y en el fondo neoacadémica, en la misma
que el orden de los factores no altera el producto, sino forma que esa preocupación banal, lo llevó, en sus muros
precisamente al contrario. de Bellas Artes, pese a la grandiosidad y fuerza del con-
Es po~ible decir entonces, que el montaje tiene su propia junto, a la vulgar reiteración, a modo de simple pretexto
gramitica. En cinematografía los ejemplos son numerosos: oratorio, de símbolos gastados por el uso, tales como el
la preposición puede expresarse en lo que se llama un gorro frigio, la libertad y las cadenas rotas, que ya no
stablishing shot; la conjunción, en un fade out u oscure- tienen sino una significación circunstancial y pobre, aún
cimiento, o en una "disolvencia", o sea la fusión de dos en el sentido político. No obstante, cuando la obra de Si-
escenas distintas; y en la misma forma, con su correspon- queiros logra vencer esta limitación, que por otra parte no
diente expresión plástica y dramática, el adverbio, el verbo, es obstáculo para su indudable genio, alcanza alturas in-
el adjetivo, el sustantivo y demás. El uso adecuado, que sospechadas y un tono ép~co mayor verdaderamente por-
puede ser todo lo libre que se quiera y como caso puede tentoso. Ahí está su Cuauhtémoc contra el Mito donde el
citarse Ulysses de Joyce, de la gramática del montaje, dará movimiento de la pintura no se muestra aislado, ni como
como fruto o una película, o un cuadro, o un poema, o un simple alarde técnico, sino como parte de un conjunto
una sinfonía, o una novela, también adecuados. a la vez dramático y lleno de ideas.
Entre los pintores mexicanos Siqueiros es el que en una Cuauhtémoc contra el Mito es la síntesis de un destino
forma más consciente aplica a su pintura los principios del humano profundo y cósmico. El caballo monstruoso; la
"montaje" cinematográfico. Empero, la naturaleza de su lanza sangrienta en el costado de un inconcebible Cristo
montaje podría clasificarse, tan sólo, como un montaje de trágico y lleno de furia, sólo Cristo por la herida; la cruz
movimiento. Todos los factores de su pintura están des- católica cargada de augurios tenebrosos; el cielo violento,
tinados a crear la impresión de movimiento, o el movi- pero aquí y allá con la iluminación casi romántica de una
miento mismo, si se quiere, y se despreocupan del problema inesperada poesía; y, finalmente, la tierra, redonda y de-
vital, que es la creación de una -síntesis del Tiempo y del finitiva como una sorprendida matriz llena de asombro y
Espacio. Podría decirse, sin embargo, que el movimiento amargura: todo el cataclismo de la Conquista, pero, no
ya constituye, en sí mismo, tal síntesis; pero en todo caso obstante, siempre algo más. Algo más que no es la con-
es una de las síntesis más elementales cuando se le aban- quista, ni el despojo, ni la ruina de un pueblo. El epi-
dona a su condición de fenómeno mecánico y no se le sodio histórico de pronto se reduce a un simple punto de
convierte en lo que debe ser, esto es, fenómeno emocional arranque; un pretexto más o menos grandioso; se olvida
e intelectivo. y entonces nace lo eterno: ya no es Cuauhtémoc, ahora
Lo unilateral de Siqueiros en este sentido es evidente en es el Hqmbre.
su Autotretrato. La preocupación anecdótica de Siqueiros El circo contemporáneo, muro de Clemente- Orozco en

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

el Palacio de Guadalajara, ilustra, como en el caso del es artista honrado, poco a poco y a pesar suya, se ve obli-
Autorretrato de Siqueiros, sólo que en otro sentido, cómo gado a modificar las líneas del severo retrato que había
no se puede obtener una síntesis estética sobre la base de premeditado". No se repite el caso de Lytton Strachey en
un único componente. La: reducción a la unidad implica el muro de nuestro gran artista jalisciense. José Clemente
la existencia previa de los elementos reductibles a tal uni- miró la tragica función del circo a través de un solo agu-
dad, pues es obvio que ésta no se conciba de otro modo. jero. Quiso tocar el violín en una sol;:t de sus cuerdas.
Parece ser que Orozco intentó en El circo crear una ima- Naturalmente que el Orozco de El circo contemporáneo
gen del desorden y la confusión que traen consigo las lu- y otros desdichados intentos por el estilo, no es el Orozco
chas ideológicas. La intención es ambiciosa y digna del ta- del resto de sus obras, de su obra misma. Cualesquiera de
lento de José Clemente, pero Orozco tomó de la realidad sus producciones que se tome, ya sean las del Hospicio
del desorden .y de la confusión, sólo el aspecto amañado, Cabañas, las de la Preparatoria, las de la S~prema Corte
negativo e incompleto. Es decir, no representó al desorden o las de muchos de sus trabajos de caballete (¿por qué
verdadero, como lo es en la Historia y en la vida, con su no el extraordinario retrqto del Arzobispo de México?).,
magnífica fuerza bárbara, pero a la vez con su antinomia indican al. genio adivinador y profético, al maestro que sa-
germinal y creadora, sino que reprodujo un fragmento, be descubrir el símbolo preciso y la significación oculta y
apenas, de ese desorden. Así, lo que pudo convertirse en verdadera de las cosas a través de una férrea honestidad
una abrumadora profecía se redujo a grotesca caricatura, y una gran rectitud.
no obstante la belleza intrínseca que pueda tener, que en U no imagina el desgarramiento sobre-humano que debió
todo caso será una belleza sin integridad. Este juicio, que sufrir el artista, con dolor o con goce, esto es su misterio,
en última instancia tiene implicaciones políticas, pues el al crear la impresionante, 1~ desorbitada Alegoría de la
arte no es ajeno a la política, se reduce, empero, al estricto mexicanidad en Jiquilpan. El México puro e impuro está
terreno del arte, al terreno de cómo debe proceder un ar- ahí; el México espantoso retorciéndose en la dolorida sen-
tista en relación con los elementos que le brinda la rea- sualidad de su cúpula con la muert~: "La muerte es in-
lidad. finitamente un acto amoroso", dijo Quintero Alvarez, y
El circo contemporáneo de José Clemente da la impre- México también es ese acto infinitamente amoroso, e in-
sión de que su autor no quiso proceder con honradez hacia amoroso y terrible, más allá de todo límite: incasto, grave
la realidad. "Esta honradez, este respeto ·a la verdad, no y celeste, sin peso ya p()r obra de su ternura mágica que,
son siempre fáciles", dice Mau~ois er;t relación con un como la de los mártires· se erige sobre espinas en el muro
problema parecido. "Somos hombres -agrega-, y em- de Orozco. Ahí está el águila fundadora,. que duerme o
prendemos nuestra tarea con pasiones humanas. Lytton muere, _no lo sabemos, !lmortajada con la viva túni~a de
Strachey empieza la biografía de la Reina Victoria con la serpiente; ahí. el án.gelc;~íqo ql;!~, traspuesta la frcmte:t;'a
muy violentos prejuicios acerca de su heroína. Pero como del cielo, se convierte en -·leopardo; y, como impiadoso

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

sustento, fuera ya del Paraíso, desnudo de sus fingidas torna los símbolos haciéndolos decir más de lo que solos
rosas, el tálamo de Cuauhtémoc que siempre estuvo estoi- y por ellos mismos pueden decir o lo han dicho demasiado.
camente formado por una torturante estera de nopales. En la Alegoría, la bandera nacional ocupa todo el cielo;
Nada más valiente y terrible que la interrogación que el águila mexicana está casi en derrota frente a la impa-
se formula esta monstruosa y mesiánica obra de José Cle- sible acometida de I{ serpiente; una mujer, extrañada-
mente. ¿Morirá México?· ¿Desaparecerá la Patria? ¿No mente plácida e irreal, al pie mismo de la serpiente, ca-
tenemos salvación alguna? ¿Nuestro paso por el mundo balga sobre un tigre con tan espantoso amor como si
sólo será el recuerdo de una desesperada huella que no tuviese hacia la bestia una absurda y escalofriante rela-
tuvo tiempo de asentarse?. . . Los enloquecidos ojos de ción de maternidad; los nopales ocupan toda la tierra y de
Orozco parecen haber mirado el porvenir hacia mil años. lo alto se despeña .un leopardo, tal vez castigo del dios
Mas en el momento mismo en que la pregunta nace, deja Tláloc, mientras tres mujeres, acaso sarcásticamente las
de pertenecernos para volverse pregunta de la tierra entera. Tres Garantías, ocupan la derecha del ábside.
Todos interrogan con las mismas palabras, en cada uno Intranquiliza, desasosiega, contagia de aprensión y os-
de los puntos cardinales, acerca de su propio destino. Si curo miedo la Alegoría orozquiana, como si uno mismo
el águila de México tiene los ojos apagados y su respira- pudiera ver, estremeciéndose, lo que su creadór ha visto
ción no se escucha, mientras la serpiente la rodea con un más allá de nuestros ojos mortales. Queremos saber si la
cálido abrazo de muerte, hay también, en todos los hom- siniestra águila de México duerme o muere, nace o ter-
bres de la tierra, la misma caricia fúnebre que los amenaza. mina, pues de dormir sería como si se hubiese entregado
La esencia de nuestra alegoría patria es la misma de la a la serpiente desplJés de una gran y turbia noche nupcial;
alegoría del Hombre. Todos interrogan, interrogamos, pero y de agonizar, como si el naufragio pudiera sobrevenir
no hay respuesta alguna. mañana para que comenzara el reinado de todo lo que
¿Cómo ha sido posible que esta obra de Clemente Oroz- repta. ¿Quién entonces vence a quién? ¿Qué es México?
co haya logrado obtener una emoción tan universal y tan ¿Es el matrimonio de lo que vuela con lo que se arras-
humana, tan no localista pese a las circunstancias de que tra? ¿O es únicamente la negación de todo vuelo? Inútil
parte de un símbolo nacional? La solución se encuentra preguntarlo. El hecho es que la genial combinación de
en el milagro del arte cuando sabe descubrir las síntesis estos elementos enemigos, su uso audaz y profético, han
más acabadas y expresivas mediante la yuxtaposición, el permitido a Orozco descubrir y expresar un concepto hu·
"montaje", de valores fundamentales. En la Alegoría de la mano general, antiguo y moderno, presente a través de
mexicanidad, Orozco soluciona la contradicción Tiempo los siglos: el concepto de la inexorable destrucción y acaba-
y Espacio, no por medio de la supresión de alguno de sus miento de los hombres y de su habitación sobre la tierra.
términos, sino por la interrelación de ellqs hasta obtener En El sepulturero, muro pintado en 1926, o -sea catorce
una nueva calidad, uhitária, monística. Orozco, así, traS· años antes de inicim~ la obra de Jiquilpan, Orozco ya aplica

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LUGÁR DEL CINE EN EL ARTE

su asombrosa capacidad de síntesis para descubrir nuevos hombre y su olvido; el hombre con su vida y con su muerte,
valores de universalidad. Cabe afirmar, al margen de esto atado a sus propios pies que terminan y comienzan en la
último, que la pintura mexicana, primera de las artes de última morada; "¡Quién sabe, decía Eurípides, puede ser
México que se universaliza, si descontamos la escultura y que la vida sea la muerte y la muerte la vida!". ·
arquitectura precolombinas, ofrece la experiencia más rica
Por la claridad de su composición interna y la profunda
y aleccionadora con respecto a cuál~s son los verdaderos
sencillez de sus elementos, esta obra de Orozcq puede con-
caminos de esa universalidad. Los grandes pintores de
siderarse como clásica por cuanto a demostrar la doble
México han recogido en muchas de sus obras el momento naturaleza del montaje, primero como procedimiento, es
esencial del hombre mexicano, de donde encuentran la decir, como método; y segundo como resultado, es decir,
vetq. eterna del Hmnbre mismo, del :Hombre sin fronteras. como síntesis. Por lo que hace al método Orozco ha unido
Ese momento esencial del hQmbre mexicano, que debe
las piezas del morttaje, en tanto que representaciones para
expresarse, natp.ralmente, con los ·recursos nacionales pro-
obtener una imagen: fosa más pala, más hombre, más
pios, es el que nos hermana con la Espe~ie y con los pro-
colina, igual a sepulturero; por lo que hace a la síntesis,
blemas eternos y cósmicos de la Especie, con su permanen-
las piezas del montaje fueron reunidas por cuanto a su
cia, sus interrogaciones, su destino y la lucha contra su valor conceptual : sueño más pies que cuelgan sobre la
misterio. tumba igual a Vida y. Muerte. La cámara cinematográfica
El sepulturero de Orozco nos muestra un hombre que daría ~u propia versión ele El sepulturero por medio de
duerme recostado en la tierra que ha extraído de la fosa; una yuxtaposición aproximadamente como la que sigue:
la tierra forma una colina sombría y apagada como el sordo
n,n;nor de lo~ contrabajos en. una orquesta; la pala, vencida A. Medio alejamiento de un hombre recostado a la
y en descanso, cae sobre el torso del sepulturero mientras orilla de una tumba una pala apoyada contra su
'
torso y los pies colgando sobre la) fosa, 1gua
. 1 que
éste abandona las piernas en el interior de la tumba abierta.
en la pintura de José Clemente. . ·
Esto es todo. ¡Pero cuán difícil encontrar una economía B. -La cámara avanza hasta un acercamiento de la pala.
de dicción semejante, una sintaxis tan depurada y carente C. Cámara alta. Medio acercamiento de la fosa. Suges-
de artificio! La imagen sustantiva del montaje está com- tión de la pala y el cuerpo recostado del hombre, en
puesta, rigurosa,. simple y precisa, por dos elementos com- un primer término. . .
pre)Jdidos dentro de uno solo; el primero es el hombre D. Acercamiento de la pala, como ~n B, y luego el mo-
vimiento necesario de la cámara (en panorámica)
que duerme y el · segundo los pies de ese mismo hombre
para recorrer el cuerpo del hombre, hasta· ~ncu.::drar,
que caen sobre la fosa abierta. En torno se encuentran las en MCU, su pecho y ·su rostro. La respuac10n es
piezas complementarias: tierra, colina, fosa, cielo. ¿ Repre- pausada; el hombre duerme. . _ .
senta. estll! ·p!ntp.r~la vid~ o l.a mue;fte? ¿El descanso del E. Reverso o contraplano.. Angt;Ilo .de la ·tum'Qa. Por
sueño o el- suefio et~rno?- Todo eso. Vi9a · y Muerte. El . p'rimera vez aparecen lo.s pies que· cuelgan,· e~traños,
irier'tes y coino' autónomos, sobre el negro vaciO.
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO -LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

Aunque es posible emplear diferentes modos de expre- ¿Cuál es el camino engañoso y cuál es el que conduce a la
sión, aquí se ha procurado seguir el orden empleado por meta? La realidad es abigarrada, múltiple, contradictoria
Orozco. A, establece el conjunto, mientras B, e, D y E, lo y confusa. Para orientarse en la selva de los hechos y las
analizan al mismo tiempo que construyen el montaje. Como cosas, aparte el instinto, la intuición, se necesita un mé-
en la pintura de Orozco la trayectoria de la vista sigue todo que obre como reactivo químico para mostrarnos
una curva que parte del ángulo inferior izquierdo y ter- cuál es metal precioso y cuál burda falsificación. A veces,
mina en el ángulo superior derecho, B y D desempeñan, en pocas ocasiones, es cierto, el artista descubre una mina
aparte su función dramática, el papel de realizar objetiva- de oro; pero aún ahí mismo tiene que seleccionar y de-
mente esa trayectoria. La intercalación de e, entre B y D, purar, porque el arte lo obliga no a la transcripción servil
sirve para preparar la aparición de E, que es la culmina- de la realidad, sino a la creación de una realidad nueva.
ción del montaje, la síntesis del total de la yuxtaposición. Tomemos, por ejemplo, el mito de Quetzalcóatl, que
Como se ha visto a través de los ejemplos citados, el no obstante mito es una realidad viva e indudable. El dios
salto milagroso ~ la materia al espíritu, de la imagen al abandona a sus hombres y parte para siempre ante la
concepto, sólo puede darlo el arte en tanto se apoya en dolorosa expectación de las tribus que quedan como huér-
los hechos esenciales de la realidad. N o en toda la rea- fanas con su ausencia. "En ninguna manera podéis im-
lidad, sino únicamente en lo más significativo y válido de pedir mi ida, de por fuerza tengo que irme; vinieron a
la realidad. "Cuando en el Gil Bias se dice que el señor X llamarme y llámame el sol", grita Quetzalcóatl con las pa-
era un gran escudero seco y delgado con maneras precavi- labras que Fray Bernardino pone en sus labios, antes de
das -dice Delacroix en su Diario--, no se entretiene el hacerlo partir en su fatídica "balsa de serpientes". Aquello
autor en describirme sus ojos, su traje, con todos sus deta- debió ser como la súbita aparición de un abismo a la mitad
lles, o, si se olvida de uno de esos detalles, hay uno que de la tierra. Eran tan despreciables los hombres y tan
es tan característico, que pinta a todo el personaje, hasta grandes sus culpas, que no merecían la presencia entre
el punto que todas las descripciones accesorias que se aña- ellos de un dios vivo. "Tremenda cosa es estar en manos
dan a ésta tendrían como único defecto el impedir que del Dios vivo", dice el Evangelio. Quetzalcóatl se marcha;
el espíritu aprehendiese claramente el rasgo que comunica vuelve otra vez a la entraña original y enigmática de
la impresión de toda la fisonomía". En éste como en casi donde vino. Cristo asciende a la cruz para--- tornar también
todos sus juicios sobre el arte, Delacroix tiene razón de a su propio misterio. No importan la distancia ni el
sobra. El arte es una discriminación continua de elemen- tiempo que separan a los dos grandes acontecimientos. El
tos inútiles. Justamente la duda más dolorosa del artista momento de ambos es avasallador y solemne, oscuro y
es aquella que se le presenta en los momentos de elegir pavoroso, presagio de las amargas tempestades que se desa-
sus materiales. ¿Cuáles deben ser tomados y cuáles supri· tarán sobre la tierra. "Padre, en tus manos encomiendo
mi dos? ¿Cuáles son los falsos y cuáles los verdaderos? mi espíritu", dice Cristo antes de expirar. "En ninguna

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manera podéis impedir mi ida. . . Vinieron a llamarme", Este es el Quetzalcóatl de Orozco, su recreación palpi-
clama Quetzalcóatl. Ambos parten en virtud de lo inexora- tante. El artista ha tomado de la realidad del Mito no
ble; ambos han sido llamados a desaparecer. Y así, como sólo lo más significativo, sino también lo más genérico,
en torno del Calvario el cielo se cubrió de tinieblas, en aquello que lo deslocaliza lo suficiente como para volverlo
derredor de Quetzalcóatl debió hacerse la noche y los bár- un concepto general, inteligible en todas las latitudes. No
baros templos debieron temblar mientras el antiguo padre obstante, su procedimiento no ha sido caprichoso ni arbi-
abandonaba a su grey. trario. Ha podido orientarse en la selva de los hechos con
No puede ofrecerse una realidad más seductora, más un método preciso y riguroso que corresponde con exac-
tentadora para el artista. Pero al mismo tiempo tampoco titud, iluminado por la chispa del genio, al proceso inte-
una realidad tan nutrida de elementos múltiples, de ca- lectivo del ser humano superior. De una combinación
minos tan diversos y de posibilidades tan opuestas. ¿Cómo adecuada de sus representaciones, ha hecho imágenes; y
crear la obra de arte? ¿Cuál materia de la gran catástrofe de una combinación adecuada de las imágenes ha hecho
podrá ser utilizada? ¿Con qué instrumentos consumar esa concepto.s, por el mismo camino que en El sepulturero.
bella, monstruosa, sobrehumana y patética unidad que En sí, el rostro de Quetzalcóatl, figura sustantiva del fres-
sería Cristo-Quetzalcóatl? co, es un todo; y es una parte del todo si se mira el con-
Nuevamente encontramos la respuesta en José Clemente. junto y el resultado de ese conjunto, o sea la síntesis obte-
Orozco toma a Quetzalcóatl en la forma más inesperada: nida por el pintor. Las arrugas verticales en la frente de
los claros ojos del dios blanco vueltos al cielo, graves, po- Quetzalcóatl y los ojos vueltos al cielo, son representa-
seídos de una extraña y arrebatadora piedad; la melena y ciones aisladas, cólera y piedad, que unidas producen una
barba tempestuosa, la frente marcada por profundas arru- imagen unitaria: "llámame el sol", el destino, lo inexo-
gas verticales; la túnica lineal y vigorosamente mortuoria; rable. El brazo extendido del dios responde, por su parte,
el brazo extendido que señala hacia las líquidas y petrifi- a una representación que convencionalmente sugiere la
cadas montañas del mar; las serpientes fieles y angustia- idea de rumbo. Pero como el brazo señala hacia el mar,
das, tristísimos los ojos, que rodean al dios como espantosas y este es un mar tempestuoso, sombrío y sin remedio, un
madres desposeídas; y, enfrente, el templo irremediable, la mar de piedra, la unidad de las dos representaciones, brazo
tribu empavorecida que maldice o se maldice, los brazos en y mar, produce una imagen monística: la de la partida.
alto, los rostros o muertos o venidos de la muerte o nacidos U nanse ahora las dos imágenes que sugieren el rostro y
de la piedra o frenéticamente vivos y espesos de resenti- el brazo de Quetzalcóatl y el resultado será la aparición
miento: un conjunto de cólera, impotencia, predestinación, del concepto concluido, de la locución completa: " ... en
desencanto, castigo, inmisericordia y desesperanza: Quet- ninguna manera podéis impedir mi ida, de por fuerza tengo
zalcóatl redivivo, Quetzalcóatl vuelto palabra, mensaje y que irme; vinieron a llamarme y llámame el sol".
profecía. Este procedimiento de síntesis es el mismo que ,aplica

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LUGAR DEL CINE EN EL ARTE

el cine a problemas de su propia creación. De las represen- obra. ¿Qué e.s, entonces, lo que determina el ritmo cine-
taciones que obtiene la cámara, la cinematografía hace matográfico? La voz latina "rhytmus", quiere decir, pre-
imágenes y de las imágenes hace un todo armónico en el cisamente, "fluír". Puede decirse entonces que la "fluen-
cual se expresa "la exposición coordinada y orgánica de cia" de una obra cinematográfica es lo que constituye su
tema, contenido, trama y acción", para decirlo con Eisens- ritmo. Basta una representación o una imagen falsas para
tein. que la película "brinque", como se dice en el "argot" cine-
La síntesis que cada una de las artes ofrece, se mani- matográfico, o sea para que se interrumpa la "fluencia",
fiesta, sin embargo, a través de vehículos privativos, es y el ritmo se rompa.
decir, a través de un lenguaje propio y específico, En la El gran desarrollo del arte cinematográfico presagia una
pintura por medio del color, en la poesía por la palabra, cada vez más alta depuración del ritmo. Es realmente en
en la música por el sonido, en la arquitectura por el es- este principio ordenador donde radica la fuerza creadora
pacio, en la escultura por el volumen y en el cine por el del cine. El ritmo representa ese sentido mágico que per-
ritmo. mite al artista inventar sus materiales antes de comenzar
Generalmente se confunde la noción de ritmo cinema- la realización de la obra y tener esos materiales dispuestos
tográfico con la noción de tiempo, esto es, lentitud o ra- para que desempeñen su cometido en la concepción gene-
pidez de la acción, brevedad o extensión de las tomas. ral, en el gran todo armónico que se ha propuesto. El
Este error se debe quizá a un traslado excesivamente mecá- ritmo ha sido creado por los dioses.
nico de la acepción que en música tiene la palabra. En mú- La gran ventana de la Vida está abierta para el cine.
sica el ritmo significa más o menos la proporción que se Estamos seguros que el arte cinematográfico alcanzará y
guarda entre el tiempo de un movimiento y el de otro dife- sobrepasará sus propias metas.
rente, o sea que para el ritmo musical el tiempo es una no-
ción substantiva e importantísima. La relación que hay en-
tre un allegro o un scherzo, digamos, es una relación de
tempo) aparte su estructura, por lo que entonces el tiempo
representa para el ritmo musical un principio básico e im-
prescindible. En el cine ocurre de modo diferente. Si bien
es cierto que el ritmo cinematográfico no puede prescindir
del tiempo -movimiento de los personajes y duración
de las tomas-, no está, en modo alguno, determinado
por él; en cambio el movimiento de los personajes y la
duración de las tomas sí están determinadas por el ritmo
a la vez que por el tema, la trama y el contenido de la

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PROBLEMAS DEL GUION

Comenzaremos por tomar no importa qué ejemplo sim-


ple de definiciones: el de lo que significa la sastrería, pon-
gamos por caso. La sastrería se define como el oficio (o
arte) de "cortar y coser vestidos", según el diccionario.
Aquí tenemos un concepto bastante preciso: cortar y coser
PROBLEMAS DEL GUION CINEMATOGRAFICO vestidos. Cortar y coser cualquier otra cosa que no sea
vestidos en la acepción exacta de la palabra -aunque
sirva, en un caso dado, para vestir- vgr., cortar y coser
l. CONCEPTO Y METODO DEL GUION costales, paracaídas, carpas de circo, tiendas de campaña,
no entra dentro del concepto sastrería. Pero si la defini-
Cuando se trata de abordar el conocimiento de cualquier ción, en lugar de la palabra vestidos, establece que se trata
materia, lo primero que se necesita, naturalmente, es una de "cortar y coser telas para cubrir el cuerpo humano",
definición de la materia misma que se pretende conocer. el concepto sastrería se extiende de inmediato a un sin-
Tal definición puede referirse a las características gene- número de actividades que ya no son, en exclusiva, las de
rales o estar circunscrita a un aspecto particular, a una cua- cubrir el cuerpo humano de un modo específico, deter-
lidad específica de la materia, pero en ambos casos cons- minado y concreto. En cambio, limitada a los vestidos, la
tituye un límite indispensable por cuanto al método del sastrería podrá aplicar las demás formas peculiares de su
conocimiento y la necesidad de comprobar los conceptos conocimiento a la sastrería militar, a la teatral, a la de
de éste dentro de una práctica concreta, que sea precisa- señoras. . . etc.
mente la que le corresponda y no ninguna otra. Elegir, Lo que hemos querido decir con esto es que toda defi-
entonces, la definición necesaria, en los términos más ab- nición tiende a encontrar lo específico de su práctica, sin
solutos posibles, al conocimiento que se busca, resulta así lo cual, repetimos, será una definición abstracta, incom-
la condición esencial para que dicho conocimiento no sea probable. La definición consiste entonces, primero en la
impreciso, indeterminado, inespecífico, ajeno al objeto de suma de cualidades de la cosa definida, y luego, en el
la materia. aspecto particular en que se tomen dichas cualidades, como
La nuestra es el conocimiento de los problemas del guión en el caso concreto de la sastrería militar, de personajes
cinematográfico y para esto necesitamos una definición teatrales, de señoras, etc., etc.
clara del mismo. Sin embargo, antes de entrar a ello se Ahora bien; examinemos el problema en lo que se re-
hacen imprescindibles ciertas consideraciones previas, sin fiere al guión cinematográfico. Hemos visto que la sastre-
las cuales no podremos comprender los alcances, el con- ría se define como una acción de aplicaciones diversas den-
tenido ni las implicaciones, teóricas y prácticas, de tal tro de la práctica de "cortar y coser vestidos" para esto o
definición. aquello .. O sea, que de. un lado se encuentra el concepto
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

y del otro su aplicación, que es donde el concepto coincide de estas cosas, no sería necesario imprimirlo en celuloide
o se ajusta a la práctica. Con el guión cinematográfico, y hacerlo película: tendría una existencia autónoma e in-
sin embargo, no ocurre lo mismo. El guión cinematográfico dependiente como la tienen las obras comprendidas dentro
ya es, en sí mismo, la aplicación del concepto, ya no nece- de esos tipos de creación literaria. Cierto que algunos
sita de una práctica que lo defina porque ya es el resul- guiones cinematográficos han sido editados como libros,
tado de una práctica anterior, al grado de que podría es decir, como objetos de lectura y no como imagen pro-
decirse que es al Cine lo que el traje a la sastrería, yectada en la pantalla, y cierto ta1nbién que algunos es-
aunque en el sentido en el que lo veremos más adelante. critores, como Sartre, han escrito y publicado relatos
En suma: el guión cinematográfico se define por su ob- novelísticos bajo la forma aproximada de guiones cinema-
jeto: la película, y no admite ninguna otra definición ni tográficos. En efecto, a través de la lectura de un guión
aplicación fuera de estos límites específicos y estrictos de cinematográfico se puede ver una película, del mismo modo
necesidad. que con leer una partitura musical se puede oír la música,
Desde luego que, en tanto el guión es al Cine lo que el pero aquí el asunto ya entra en el terreno de los espe-
traje a la sastrería, también debe, como este último, ajus- cialistas, aunque su posibilidad no esté en absoluto más
tarse al estilo y las medidas para las que fue hecho. Pero allá del alcance de los profanos. Pero estos hechos no son
este problema, de ningún modo secundario sino muy im- los que informan el concepto y la teoría generales del
portante, ya no forma una parte intrínseca del proceso del guión cinematográfico, cuya naturaleza y cuya práctica
guión cinematográfico propiamente dicho: se refiere al son únicas y específicas.
género y a las leyes concretas que lo rigen según de lo ¿Por qué el novelista, digamos, va a sacrificar los re-
que se trate, para no hablar, por supuesto, de las medidas cursos y la técnica de la novela, en aras de las limitaciones,
y estilo que exige "el cliente", es decir, ese Proteo mons- restricciones y sustituciones a que lo obliga el escribir un
truoso de la cinematografía que es el productor. guión cinematográfico al que no destina, como su objetivo
Cuando decimos entonces que el guión cinematográfico fundamental y más importante, a que se convierta en
es lo que su objeto, o sea la película, se desprende que película? O a la inversa ¿por qué ese mismo novelista va
estamos, de tal suerte, ante una materia autodefinida. Sin a trasladar a un guión cinematográfico los recursos y la
embargo esto no pasa de ser otra cosa que un punto de técnica específicos de la novela, con lo cual ese guión no
arranque para entender la totalidad del problema, bien podrá servir para una filmación adecuada? En ambos
que un punto de arranque esencial. casos la alternativa no ofrece la menor duda: o se escribe
El guión cinematográfico no es una nueva forma de la un guión cinematográfico o se escribe otra cosa, novela,
novela, no es un género literario nuevo -como pretende- poema, drama, pero no una película. Esto no quiere decir
rían algunos-; no es un poema, ni es, por último, con que la película no participe de todos ellos, sin ser ninguno
parecérsele tanto, un libreto dramático. De ser cualquiera en particular, como tampoco que la novela, el poema, el

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

drama, no sean susceptibles -y muy a menudo en con- Hasta aquí el trozo literario con que comienza la refe-
diciones ópimas- de hacerse películas, de transformarse rida novela de Camus. El procedimiento que seguiremos
en una obra cinematográfica. será, primero, someter dicho trozo a un análisis literario,~,
Examinemos el carácter específico del guión cinemato- no cinematográfico; segundo, "tratarlo" después, mediante
gráfico en relación con su propio método y con el de la un proceso simple de descomposición cinematográfica ele-
novela,. considerados ambos, para este propósito, dentro de mental, que nos sirva para establecer la diferencia que
uno solo de sus aspectos: el de sus recursos descriptivos. existe entre el método novelístico y el propio método de
(O sea, sin considerar en este caso otras peculiaridades que se sirve el guión.
comunes a los dos, como la construcción dramática, la con- Para el primer propósito será preciso dividir el frag-
tinuidad, etc.) . Se trata de que estudiemos entonces, en el mento de Camus en los componentes que lo integran, de
sentido que indicamos, un fragmento de Albert Camus, acuerdo con la intención literaria que a cada uno de ellos
casi tomado al azar, de su novela corta La mujer adúltera. le corresponde dentro de la finalidad principal del frag-
Escribe Camus: mento mismo; que a su vez deberá estar al servicio del
propósito de conjunto que la novela se plantea, pero que
Hacía rato que una mosca flaca revoloteaba en el interior no tendremos necesidad de tocar puesto que nuestro tra-
del ómnibus que sin embargo . tenía los vidrios levantados. bajo se limita únicamente al trozo transcrito, sin ir más
Insólita, iba de aquí para allá sin ruido, con vuelo exte- allá de lo que el propio material expone. El criterio para
nuado. J anine la perdió de vista, luego la vio posarse sobre
la mano inmóvil de su marido. Hacía frío. La mosca se
dividir los componentes, se normará, de tal modo, por el
estremecía a cada ráfaga de viento arenoso que rechinaba siguiente método: Primero, establecer cuál es el Sujeto
contra los vidrios. A la débil luz de la mañana de invierno, del fragmento, o sea la intención sustantiva a la cual se
con gran estrépito de hierros y ejes, el coche rodaba, cabe- digire el resto de los demás componentes. Segundo: como
ceaba, apenas avanzaba. Janine miró al marido. Mechones resultado de lo anterior, definir el valor de los componen-
de pelo grisáceo en una frente estrecha, la nariz ancha, la
boca irregular, Marcel tenía el aspecto de un fauno mohíno.
tes, por la situación· de su convergencia hacia el Sujeto,
A cada desnivel del camino J anine sentía que se echaba conforme a un esquema que, para· los fines de nuestro
sobre ella. Luego Maree! dejaba caer el pesado vientre análisis formularíamos del modo que sigue:
entre las piernas separadas, con la mirada fija, de nuevo
inerte y ausente. Sólo sus grandes manos sin vello, que pa- Convergencia A= lOO; B = 75; C =50; y D == 25.
recían aún más cortas a causa de la. franela gris que le Abordaremos la tarea de establecer primeramente, en-
sobrepasaba las mangas de la camisa y le cubría las muñecas,
tenían el aire de estar en acción. Apretaban tan fuerte-
tonces, cuál es el sujeto del material literario de que dis-
mente una valijita de tela que él llevaba entre las rodi- ponemos, o sea, en qué parte de éste aparece, y por qué
llas que no parecían sentir el ir y venir vacilante de la· razones; la intención sustantiva que rige al conjunto del·
mosca. material elegido.
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

El procedimiento más simple que desde luego se nos esas manos que no se mueven, nos introducen a un inad-
ocurre, es el de servirnos del visible sujeto humano de la vertido circuito emocional que termina por apresarnos en
narración: el hombre y la mujer que ahí aparecen. Ac- sus intenciones: alguien comienza a precisarse vivamente
ción que desempeñan: viajan en un ómnibus; relaciones cada vez más, alguien dibuja sus propios contornos con
que los unen: esposos; nombres : ella, J anine; él, Maree!. un desencanto cada vez más solitario y desesperanzado.
La ordenación por nuestra propia cuenta -al margen ¿Quién? ¿Marcel? Maree!, en efecto, cobra a cada ins-
de Camus- de los elementos anteriores, arrojaría más tante mayor singularidad, se instala a cada momento con
o menos el siguiente resultado: "los esposos Marcel y J a- más legítimos derechos dentro de sus groseros límites. Pero
nine viajan en un ómnibus" ¿Son entonces -nos pregun- no es él quien se precisa, no es él quien se dibuja, ni el
taríamos aún- Maree! y Janine, el Sujeto del relato? Si que sufre, y ya sabemos que tampoco, siquiera, el que sien-
la pregunta se refiriera a la frase obvia que acabamos de te.
escribir, sin duda Maree! y Janine serían, en efecto, el La que se dibuja, la que se precisa al verlo, al precisar,
Sujeto de esa oración. Pero no se trata de tal cosa sino de al dibujar a ese hombre que es su marido, resulta ser Ja-
encontrar el Sujeto literario, la intención sustantiva -ni nine. J anine apenas aparece; no puede verse así misma
siquiera la persona o las personas- dentro de la narración sino en el otro: ella es la que observa. Es la que mira el
determinada que tenemos a la vista, y donde su autor ha vuelo de la mosca, los vidrios golpeados por las rachas de
querido trazar, evidentemente, algo más lleno de sugestio- arena, los mechones de pelo grisáceo sobre la frente estre-
nes, de implicaciones, de hallazgos, que unos inocuos es- cha de Marcel, su aire de fauno, su vientre que él deja
posos, Marcel y Janine, cuando viajan en el ómnibus. caer pesadamente entre las piernas separadas. Janine es
¿Dónde se encuentra, pues, ese "algo más" que deberá la testigo, su propia testigo. Janine es la que resiste el
estar contenido, a no dudarlo, en el fragrnento de la novela cuerpo de Marcel cada vez que éste se le echa encima a
de Camus? cada tumbo del camión. Y es Janine, por último, la que
Ya hemos visto que no está, de ningún modo, en el descubre los sorprendentes, los extraordinarios elementos
hecho simple y por sí mismo vacío, de que Janine y Marcel que vienen enseguida y con los que concluye este breve
viajen. Pero ¿en qué lugar entonces? fragmento novelístico que nos ha servido de ejemplo. He
La parte de la novela que estamos examinando comien- aquí de nuevo estos elementos:
za con la descripción del vuelo de una mosca y termina
con esa misma mosca encima de unas extrañas manos in- Sólo sus grandes manos sin vello, que parecían aún más
móviles, insensibles: las manos de Marcel, el marido de cortas a causa de la franela gris que le sobrepasaba las
mangas de la camisa y le cubría las muñecas, tenían el aire
J anine. Estos Marcel y J anine, aquí, ya no son la misma de estar en acción. Apretaban tan fuertemente una vali-
pareja inocua a qu~ los. redujera nuestra primitiva des- jita de tela que ·él llevaba entre las rodillas que no pa~e·
cripción de los esposos viajantes. Ese vuelo de la mosca, cían sentir el ir y venir vacilante de la mosca.

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

Ahora el relato, para nosotros, ya tiene un sentido dife- ya tenemos, en cambio, un primer compuesto psicológico
rente: hemos descubierto, por fin, cuál es el Sujeto lite- básico de la construcción literaria que requerirá el conocer ·
rario que lo condiciona, la intención sustantiva que con- (por el lector) la naturaleza específica que tengan las
dujo a sus componentes, como el hilo de Ariadna, a través interacciones entre Janine y Marcel, compuesto psicológico
del acechante laberinto de las palabras. que .exactamente constituye el Sujeto literario mismo que
Véase que la expresividad máxima del fragmento, por buscábamos.
cuanto a dicha intención, por cuanto a dicho Sujeto (la Aquí queremos hacer una observación incidental res-
naturaleza real de Maree! vista por J anine, tamizada por pecto a cierto número de posibilidades, aunque no sea
su desencanto y por su inmóvil protesta) , llega a su punto sino a título de otro ejemplo para subrayar la importancia
culminante por medio del efecto emocional que produce de lo logrado por el autor hasta el punto donde nos ha
una visión contradictoria, cuyo juego se había venido pre- conducido. Es tan esencial este punto, que de aquí en
parando de antemano en forma que casi podría decirse adelante el desarrollo de la novela podría tomar las di-
furtiva y cuidadosa: . recciones más inesperadas, sin que por eso traicionara lo
"Sólo sus grandes manos sin vello . . . tenían el aire de que ya lleva expuesto. Se trata de la pequeña valija que
estar en acción", leemos; saltándonos la parte intermedia Marcel sujeta entre las manos. Probablemente otro autor
que describe otro aspecto de esas mismas manos. Y bien, hubiese cedido a la seductora, violenta tentación de jugar
¿por qué sólo las manos "tenían el aire de estar en ac- con la curiosidad del público: si la valija contuviera docu-
ción", a pesar de todo lo demás que también es movi- mentos secretos, la línea del desarrollo dramático del per-
miento? ¿A pesar de que "a cada desnivel del camino J a- sonaje tomaría el rumbo en consecuencia con el hecho; y
nine sentía que (el cuerpo de su marido) se echaba sobre un rumbo distinto si contuviera un puñado de perlas, dro-
ella", y a pesar de que "luego Marcel dejaba caer el pe- gas heroicas, o simplemente cartas o dinero. Lo curioso
sado vientre entre las piernas separadas"? -o lo significativo, mejor, por cuanto al método que si-
La respuesta nos viene enseguida: porque esas manos gue una novela- es que Camus no se ve obligado en
" ... apretaban tan fuertemente una valijita de tela que ningún momento a revelarnos ese contenido de la valija
él llevaba entre las rodillas que no parecían sentir el ir en parte alguna de su relato, leído de principio a fin. La
y venir vacilante de la mosca". O sea, que las manos de explicación salta a la vista: no lo necesita. Le bastó trazar
Maree! resultan activas~ accionantes, son las únicas partes el rasgo de la forma en que Marcel sujetaba la valija, para
de su cuerpo que parecen actuar, a causa precisamente "desvalijado", para quitarle todo lo que tenía dentro, es
de su inactividad, de su inacción, que llega al extremo de decir: la necesidad de explicar qué era aquello. Cumplida
hacerlas insensibles al "ir y venir vacilante de la mosca". su misión, la valija y su contenido se convierten en un de-
H~st.a ahora· ignoramos el contenido de la valija que talle superfluo, carente, para el desarrollo novelístico que
las manos de Marcel "apretaban tan fuertemente",. pero le sigue, de la menor utilidad psicológica.

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EL CONOCIMIENTO CINEMA'TOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

Ahora examinemos, de acuerdo con nuestro plan, la ... J anine miró al marido. Mechones de pelo grisáceo en
forma en que "trabajaron" los demás componentes lite- una frente estrecha, la nariz ancha, la boca irregular, Mar-
ce! tenía el aspecto de un fauno mohíno ...
rarios del texto en la medida de su convergencia emotiva
y estructural hacia el Sujeto. Aquí parece evidente que el autor quiso "aprovechar
Resulta obvio decir que los elementos integrantes del el viaje", como quien dice -no sólo el viaje en ómnibus
párrafo analizado más arriba se mueven y "actúan" dentro de sus personajes, sino su propio viaje literario-, para
de la línea de convergencia A_, o sea aquella cuyo valor describir algunos rasgos físicos sobresalientes del rostro de
equivale a 100 según nuestra convención. Marcel y de paso hacernos conocer su nombre, no con el
"Sólo sus grandes manos, etcétera ... " En el cuerpo de triste recurso de que nos valimos nosotros, "se llamaba
este párrafo, sin embargo, hay un componente cuya con- Marcel", sino mediante la propia "acción" del personaje
vergencia hacia el Sujeto es indirecta, pero no por eso en funciones del acontecer novelístico: o sea, desde el
menos activa. N os referimos a "las manos sin vello, que punto de vista de Janine que lo mira, "movimiento", di-
gamos, que tiene una inmediata "influencia en retorno"
parecían aún más cortas a causa de la franela gris que le
sobre la propia J anine, al mirarlo ésta bajo el aspecto de
sobrepasaba las mangas de la camisa y le cubría las mu-
"un fauno mohino".
ñecas", (párrafo cuya convergencia podría clasificarse en
En seguida tenemos los componentes de convergencia
e, igual a 50). C. (Igual a 50) :
Estos componentes de convergencia indirecta, si bien es-
tán un poco más alejados, en el espacio novelístico (que ... J anine la perdió de vista (se refiere a la mosca), luego
no hay qué confundir en ningún momento con el espacio la vio posarse sobre la mano inmóvil de su marido... A
gramatical), del Sujeto, no desempeñan un trabajo menos la débil luz de la mañana de invierno, con gran estrépito
esencial que los que se encuentran en una relación inme- de hierros y ejes, el coche rodaba, cabeceaba, apenas avan-
zaba ... A cada desnivel del camino Janine sentía que se
diata y estrecha con el Sujeto mismo. No se trata, por echaba sobre ella. Luego Maree! dejaba caer el pesado
ende, de atribuirles un valor literario menor, y de su be- vientre entre las piernas separadas ...
lleza artística puede darnos un testimonio inmejorable el
estilo de Marcel Proust, tan abundante en ellos. Sin em- Todos los elementos del párrafo anterior trabajan colate-
bargo este es un problema distinto al que ahora nos ocupa, ralmente, al servicio del efecto preconcebido como culmi-
que se limita al problema de la ordenación de los mate- nación del propósito psicológico, en la forma que puede
riales literarios por lo que hace a la tarea que desempeñan apreciarse enseguida:
en la obtención de un compuesto psicológico determinado. 1] J anine, que ha seguido con la mirada el vuelo de
Sigamos ahora con los componentes de convergencia R, la mosca, la pierde de vista y luego la reencuentra al
respecto a los que convenimos darles un valor de 75. "posarse sobre la mano inmóvil de su marido".

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO

2] En seguida, el .observador literario (que da la im-


presión de ya no ser J anine, pero que podría· seguir siendo
ella, puesto que el párrafo parece estar escrito, en ese
aspecto, con una intencionada anfibología), el observador
literario, decíamos, "se sale" del ómnibus para obtener una
visión de conjunto, que casi parecería autónoma, a saber:
" ... A la débil luz de la mañana de invierno, con gran
estrépito de hierros y ejes, el coche rodaba, cabeceaba,
apenas avanzaba ... " Sin embargo no se trata de un pá-
rrafo arbitrario, sino que se encuentra en relación íntima
con las consecuencias que le siguen, en la forma siguiente:
3] "A cada desnivel del camino J anine sentía que se
echaba sobre ella ... " etc. El conjunto de todo este "mo-
vimiento", la mosca que termina por posarse en la mano
de Marcel, los tumbos del vehículo, la forma de echarse Eisenstein dirigiendo 1 ván el terrible y dando explicaciones a sus
encima de ella el cuerpo de su marido a cada tropiezo del alumnos. "Dos trozos de película de cualquier clase colocados
camión y luego ese "pesado vientre" que Marcel deja caer juntos, se combinan inevitablem~nte en un nuevo concepto, en
una nueva calidad, que surge de la yuxtaposición."
"entre las piernas separadas", fortalecen con extraordi-
nario vigor la imagen final de las manos insensibles e in-
móviles, tercamente aferradas a la valija y que "parecían
no sentir. el ir y venir vacilante de la mosca". ·
Adviértase que en el párrafo que hemos transcrito, desde
"Janine la perdió de vista ... ", hasta "piernas separa-
das ... ", se han suprimido los componentes de convergen-
cia B, que ya hemos visto ("Janine miró al marido. Me-
chones de pelo grisáceo ... " etc.) . Esto tiene el propósito
de señalar que la progresión de los componentes hacia su
meta no obedece a un simple ordenamiento lineal, que
iría del uno al dos, del dos al tres, del tres al cuatro, en
forma sucesiva, sino que se integra dentro de una combi-
nación alterna, de valores cuantitativamente diferentes,
yuxtapuestos del modo más eficaz para que produzcan,

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Sasseta: Encuentro de San Antonio y Sa.n Pablo. "Se
pueden encontrar composiciones de este tipo en cosas
que no son un producto conscientemente artístico, por
eJemplo en una ciudad o en un paisaje." ·

Estudio de Eisenstein para la batalla en la nieve de Alejandro


Nevsky.
Manuel Alvarez Bravo: Un poco alegre y graciosa. será tratada artísti<(amente
con una cámara, con un pincel o con una máquina

José Clemente Oro_7:co: Alegoría de la mexicanidad. " ... el milagro del arte cuando sabe
descubrir las síntesis más acabadas y expresivas mediante ·la yuxtaposición, el montaje de va-
lores fundamentales."
José Clemente Orozco: El circo conterr;poráneo . ." ... lo que pudo David Alfaro Siqueiros: Autorretrato ("El córonelazo"). "La preo-
convertirse en una abrumadora profec1a se reduJO a grotesca ca- cupación anecdótica de Siqueiros por el movimiento lo condujo
ricatura no obstante la belleza intrínseca que pueda tener, que inevitablemente a hacer una obra formalista y en el fondo neo-
en todo' caso será una belleza sin integridad." académica ... "
PROBLE:MAS DEL GUION

cuando se requiera, el cambio cualitativo que sobreviene en


el m01nento culminante del Sujeto de la intención sustan-
tiva, del compuesto psicológico que se buscaba.
Para completar el cuadro y enseguida darnos cuenta de
la forma en que progresa el ordenamiento de los compo-
nentes, nos referiremos, por último, a los factores que con-
sideramos como de una convergencia D. (O sea la que
equivale a 25 puntos y que desempeñaría en el contexto,
aparentemente, una función neutral) .

. . . Hacía rato que una mosca flaca revoloteaba en el inte-


rior del ómnibus que sin embargo tenía los vidrios levan-
tados. Insólita, iba de aquí para allá sin ruido, con vuelo
extenuado ..•

Aquí nos detenemos para saltar de un punto seguido


al otro, suprimiendo el párrafo intermedio (que ya he-
mos visto comprendido en la convergencia C) , para con-
tinuar:

Hacía frío. La mosca se estremecía a cada ráfaga de vien-


to arenoso que rechinaba contra los vidrios ...

Otra vez hacemos alto para saltar cuatro puntos ~eguidos


hasta la coma del párrafo inmediatamente posterior, cuya
primera mitad ya hemos visto también dentro de la con-
vergencia e ("entre las piernas separadas"': aquí la coma) '
para seguir:

... con la mirada fija, de nuevo inerte y ausente.

Esta cláusula es singularmente interesante porque nos


David Alfaro Siqueiros: Cuauhtémoc contra el Mito. "Entre los
pintores mexicanos Siqueiros es el que en una forma más cons-
ciente aplica a su pintura los principios del montaje cinemato- 49
gráfico."
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
PROBLEMAS DEL GUION
depara una alternativa imprevista, cuyas premisas no es- novela de Camus que se ha analizado, tendríamos, en lu-
taban contenidas en ninguno de los párrafos precedentes. gar de una secuencia sucesiva: A-B-C-D, un cuadro de
¿Qué es lo que ocurre? Que hasta este momento el autor desarrollo alterno que vendría a tener la siguiente confi-
no nos había hablado de la mirada de Marcel. Ignorába- guración aproximada:
mos qué clase de mirada fuese pero, inesperadamente se
nos aparece "de nuevo" (o sea, como si ya la conociéra- D(l) - C(2) - C(3) - C(4) - B(S) - B(6) - B(7) -
mos) en la condición de una mirada "inerte y ausente". B(B) - D(9) - C(JO) - A(ll).
Véase hasta qué grado estas dos palabras, "de nuevo",
contribuyen a enriquecer el compuesto psicológico que se Volvamos, entonces, al punto de partida, o sea las radi-
entreteje .en torno de la interacción Janine-Marcel. Sin cales diferencias existentes entre el método novelístico y el
saberlo nosotros de antemano, Janine ha visto la mirada método del guión cinematográfico.
de Marcel y la encuentra ((d e nuevo mer . t e y ausen t e" .
Se habrá notado, en el análisis literario que hemos
¿Quién si no ella podía sorprender esa mirada en una
hecho sobre el fragmento de Camus, una circunstancia ca-
forma que se presupone desconocida del lector, pero como
racterística fundamental: la de que todos los factores com-
si se repitiese de nuevo? La inercia y la ausencia que tiene
ponentes, al margen del grado de su convergencia, desem-
la mirada de Marcel se proyectan así, con espléndida efi-
peñan un papel determinado al servicio del Sujeto, esto
cacia, sobre la pasividad, la insensibilidad física de sus
es, de la intención sustantiva del material, lo que significa
manos, a las que el autor adjudica la virtud excluyente de
que ninguno de ellos es gratuito desde el punto de vista
ser sólo ellas las únicas que daban la apariencia de estar
literario, ni necesita, tampoco, que se le añada ningún valor
activas, dentro de los límites de esa quieta acción subte- nuevo.
rránea de sujetar "fuertemente" la valija.
Para el análisis cinematográfico, en cambio, el problema
Lo anterior pone de relieve, con claridad absoluta, el
es radicalmente distinto.
papel que desempeñan los componentes que hemos consi-
La primera tarea del análisis cinematográfico consiste
derado como de convergencia neutra. Hemos dicho por
en dejar establecido si su método propio coincidirá con el
ello, que su neutralidad es aparente, puesto que su función
mismo material que en la fuente literaria (argumento,
tiene un carácter oculto, escondido bajo cierta indetermi-
novela, obra de teatro) constituye el Sujeto, la intención
nación que parecería no estar destinada a converger con
básica que se propuso ese material y que también se pro-
el sujeto, pero que, como las bombas de tiempo, no hace
pone, con otros recursos, el guión de la película.
sino reservar los efectos de su presencia para el momento
De modo que la primera diferencia con que nos encon-
más oportuno.
tramos entre el método cinematográfico y el novelístico
Así pues, si trazamos el esquema de progresión en el or-
radica en el análisis, en sus recursos diferentes, en lo que
denamiento de los componentes que integran la parte de la
se toma y lo que desecha.
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PROBLEMAS DEL GUION
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
3. . .. la mano inmóvil. de 3. GRAN ACERCAMIENTO.
Para comprender entonces los problemas del análisis y La mosca (como en 1 ) .
su marido ...
del método cinematográficos emprenderemos a continua- Revolotea con "vuelo
ción dos tareas. extenuado" unos mo-
La primera, elaborar un guión sobre la base del material mentos más y luego des-
literario que hemos visto, sin someterlo a ningún análisis aparece sobre un fondo
neutro.
cinematográfico previo y sin introducirle modificación al-
guna, a fin de obtener lo que sería una transcripción di- 4. ACERCAMIENTO MEDIO.
(Como en 2) . J anine,
recta, simple y literal del trabajo de Camus. cuyos ojos siguen el vue-
La segunda, someter ese guión al análisis cinematográ- lo de la mosca y de
fico correspondiente con el propósito de adecuarlo a lo pronto lo pierden. Lue-
que sería un guión cinematográfico correcto. go vuelve la vista hacia
En el primer caso y para confrontar los materiales de un punto determinado,
ángulo bajo.
Camus con su transcripción cinematográfica, los ordenare-
mos, unos y otros, en dos columnas. A la izquierda los 5. GRAN ACERCAMIENTO.
Las manos del marido
párrafos del texto literario y a la derecha las indicaciones de J anine. La mosca es-
de cámara correspondientes a dichos textos, ambos bajo tá parada sobre el dorso
la misma numeración progresiva. de una de las manos.
Examinemos pues los resultados de nuestro guión.
4. . .. Hacía frío. La mos- 6. ACERCAMIENTO MEDIO.
Texto Literario: 1ndicaciones de cámara: Los vidrios de una de
ca se estremecía a ca-
lnt. Camión. Día. las ventanillas. Ráfaga
da ráfaga de viento
arenoso contra los vi- de "viento arenoso" que
1. Hacía rato que una l. GRAN ACERCAMIENTO,
golpea desde afuera el
drios ...
mosca flaca revoloteaba La mosca que revolotea vidrio.
en el interior del ómni- dentro de un ángulo vi-
bus que sin embargo te- sual en que los vidrios 7. GRAN ACERCAMIENTO.
nía los vidrios levanta- de las ventanillas se ad- Mosca sobre el dorso de
dos. Insólita, iba de aquí vierten levantados, al una mano. Se estreme-
para allá sin ruido, con fondo. ce como si el viento qui-
vuelo extenuado. siera arrancarla de en-
2. "Janine la perdió de 2. ACERCAMIENTO MEDIO.
cima de la superficie de
vista ... " Rostro de Janine cuyos aquella mano. (Efecto
... luego la vio posarse ojos siguen el vuelo de especial de pegamento
sobre ... la mosca. sobre la piel y acción de

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
PROBLEMAS DEL GUION
un ventilador sobre la caer su cuerpo, como
mosca). con un impulso inerte,
5 .... A la débil luz de la sobre J anine. Ésta ape-
EXT. CAMINO O CARRETERA,
mañana de invierno, SEMIABANDONADO. DIA. nas se evade ligeramen-
con gran estrépito de te, con molestia.
hierros y ejes, el coche 8. ALEJAMIENTO MEDIO. El
rodaba, cabeceaba, ape- camión (visto d e s d e
nas avanzaba ... fuera) que apenas avan- 8. . .. Luego Maree! de- 11. ACERCAMIENTO. El torso
za, dando tumbos muy jaba caer el pesado y muslos de Marcel, con
marcados a cada desni- vientre sobre las piernas las piernas abiertas y
vel del camino. separadas ... una pequeña valija que
sujeta entre las manos.
6. . .. J anine miró al ma- INT. CAMION. DIA. La cámara permanece
rido ... unos instantes sobre el
9. ACERCAMIENTO MEDIO. torso de Maree!.
('Otro ángulo) Janine
que mira hacia un pun-
to equis. Panning. La 9 .... Con la mirada fija, 12. GRAN ACERCAMIENTO,
cámara sigue la trayec- de nuevo inerte y au- Los ojos de Marcel, que
toria de la mirada de sente ... miran de un modo im-
J anine hasta poner en preciso, opacos, sin ex-
cuadro, en un ACERCA- presión.
MIENTo MEDIO, el rostro
de Maree!.

6. Cont. 1O. . .. Sólo sus grandes 13. ACERCAMIENTO. Las ma-


... mechones de pelo manos sin vello, que nos de Maree!; no se
grisáceo en una frente parecían aún más cor- mueven en ningún sen-
estrecha, la nariz an- tas a causa de la fra- tido, pero oprimen de
cha, la boca irregular nela gris que le sobre- un modo tan tenaz la
Marcel tema, el aspecto' pasaba las mangas de pequeña valija, que esto
de un fauno mohíno. la camisa y le cubría origina en ellas un tem-
las muñecas, tenían el blor convuJso, apenas
7.... A cada desnivel del aire de estar en acción. perceptible, de los mús-
10. ACERCAMIENTO MEDIO. Apretaban tan fuerte- culos en tensión. Puede
camino J anine sen tía (o two-shot) Marcel
que se echaba sobre mente una valija que verse, sobre el dorso de
Janine. A un tumbo del él llevaba entre las ro- una de las manos, la
ella ... camión Marcel deja dillas ... mosca que camina de
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

aquí para allá, torpe, cativo. A pesar de que nuestro guión se ciñe del modo
vacilante. más estricto al texto de Camus, hemos tenido que valernos
de 5 tomas para realizar los tres primeros párrafos del
propio texto: los párrafos 1], 2] y 3], con las tomas 1],
2], 3], 4] y 5]. ¿A qué se debe esto?
11 .... que no parecían 14. GRAN ACERCAMIENTO.
sentir el ir y venir vaci- Mano de Marcel sobre A que no obstante nuestro empeño en transcribir lite-
lante de la mosca ... la que está la mosca ralmente a Camus, el método del guión cinematográfico
(como análisis del shot terminó por imponer sus legítimos fueros. Para describir
anterior) . Se advierte cinematográficamente los párrafos cuyo contenido era: 1]
con toda claridad el
movimiento torpe de la mosca que vuela, y 2] J anine la perdió de vista, tuvimos
mosca, su caminar vaci- que usar dos tomas iniciales: 1] GRAN ACERCAMIENTO. La
lante. mosca en vuelo, y 2] ACERCAMIENTO MEDIO. Rostro de J a-
nine, cuyos ojos siguen el vuelo de la mosca.
Como ya lo habíamos advertido, este ejemplo es bastante
Pero aquí se nos presentaba el primer problema: entre
primitivo, aunque para los fines limitados que por lo
las tomas 1] y 2] ya el texto literario se nos había adelan-
pronto nos proponemos: una introducción al conocimiento
del análisis y del método cinematográficos, tenga cierta tado. N o bien habíamos terminado de leer en el texto que
utilidad. Tómese en cuenta ante todo -repetimos una vez la mosca, "insólita, iba de aquí para allá. . . con vuelo
más- que el guión precedente no es sino una transcrip- extenuado ... ", cuando en las palabras inmediatamente
ción cinematográfica literal del fragmento novelístico de siguientes nos encontramos, de pronto, con que "Janine (la
Camus. había perdido) de vista ... ". ¿Cómo solucionar el proble-
Pero ¿qué clase de resultados hemos obtenido? Antes ma? ¿Cómo "cubrir" ese elemento faltante? Si hacíamos
de responder a la pregunta, el único medio de que dispo- que la mosca desapareciera en la toma 1], la toma 2]
nemos para dar la respuesta adecuada, exacta y técnica- resultaría fuera de tiempo, de timing. Pero ¿qué quiere
mente justa, es el de someter nuestro trabajo al prometido decir esta palabra extranjera, que por desgracia es tan
análisis cinematográfico del que voluntariamente habíamos elocuente que no encontramos otra en castellano para de-
prescindido. cir la misma cosa? Estar, resultar, "fuera de timing", sig-
Primera cuestión. ¿Qué es lo que tenemos entre ma- nifica que entre una toma y otra, entre una secuencia y
nos? otra, no existe o se ha roto la relación de tiempo corres-
Tenemos 14 tomas o shots cinematográficos correspon- pondiente, la correlatividad del tiempo cinematográfico, o
dientes a 11 elementos que integran el fragmento de la sea, no del tiempo. real, cuyo minuto se divide en 60 se-
novela de Camus. Hagamos notar aquí un hecho signifi- gundos; sino del tiempo interno donde radica el ritmo> la

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

fluencia, el fluir sin tropiezos de una película, lo que cons- un nuevo agregado: el hecho de que en la toma 3] la
tituye uno de los principios esenciales del cine. mosca desaparece, sale de cuadro, y en la toma 4] volve~
Examinemos esto en relación con las tomas 1] y 2] de mos a J anine cuyos ojos, ahora sí, ya han visto desaparecer
nuestro script o guión cinematográfico. Si en la toma 1] a la mosca y se dirigen a otro punto, el punto que liga
la mosca desapareciera, en la toma 2] donde los "ojos de la mirada de esos ojos con el contenido de la toma si-
J anine siguen su vuelo" ya no tendría sentido esa actitud. guiente: 5] las manos del marido de Janine con la mosca
¿Qué es lo que ahora miraría J anine? Bien; si en lugar de encima. Adviértase aquí que en esta última toma la mosca
que siga con la mirada el vuelo de la mosca, en la toma ya está sobre las manos del marido, mientras en el texto de
2] hacemos que Janine parezca que ya la perdió de vista, Camus, J anine "la ve posarse". Seguir esta indicación de
conforme al cambio introducido en la toma 1] ( desapari- Camus hubiera significado ver entrar a cuadro a la mosca
ción de la mosca del cuadro), el resultado aparecerá toda- en la toma 5]. Para esto habría sido necesario añadir una
vía más confuso, gratuito y contradictorio puesto que l9s acción más al contenido de la toma 4], o sea que Janine,
ojos de Janine deberán tener cierto movimiento que in- después de haber perdido de vista el vuelo de la mosca lo
dique, no ya el instante en que todavía estaban mirando reencuentra y lo vuelve a seguir con la mirada hasta que '
a la mosca, sino precisamente el segundo en que la per- el insecto se posa sobre una mano de Marcel, lo que hu-
dieron de vista. biera alargado innecesariamente la toma, cuyo timing ya
¿En relación con qué los ojos de Janine tendrían esta estaba cubierto por medio de una condensación del tiem-
actitud, si no han visto antes> no han seguido antes el po cinematográfico.
vuelo de la mosca, que salió del cuadro en la toma ante-
rior? En relaCión con nada y este nuevo contenido de la
toma número dos es absolutamente tonto y absurdo. Se JI. METODO DEL GUION
trata entonces de dejar las tomas 1] y 2] en el estado en
que. se encuentran, no tocarlas, no hacer ningún retake. ¿Qué es lo que veríamos en la pantalla de acuerdo con el
¿Con qué objeto? Con el objeto de retrasar> con otras to- guión que hemos elaborado? Trataremos de hacer la des-
mas complementarias, yuxtapuestas a las que ya se tienen cripción del espectáculo. U na mosca revolotea en el aire
el instante en que J anine pierda de vista a la mosca, para moviéndose de un lado a otro con notoria fatiga y tor-
que así no se pierdan los fragmentos de tiempo indispen- peza, dentro de un recinto que no acertamos a precisar
sable que constituyen el conjunto intangible de este pe- muy bien, pero que podría ser el interior de un camión de
queño proceso trascendental. La solución del problema con- pasajeros. Los ojos de una mujer siguen atentos el vuelo de
siste en que después de que en la toma 2] se ven los ojos la mosca, pero de pronto la mosca desaparece a favor de
de J anine que siguen el vuelo de ·la mosca, en la toma 3] un fondo donde su cuerpo se confunde. La mujer que se-
se vuelve al contenido de ·la toma 1], solamente que con guía con la mirada el vuelo del insecto, también lo ha

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

perdido de vista y sus ojos giran en otro sentido para de- társele encima y que enseguida aparece muy cerca, pues
tenerse sobre unas manos desconocidas encima de cuya piel las manos ocupan toda la pantalla. Visto a esta distancia
camina la que nos parece una mosca más, pero que podría se advierte con toda nitidez el ir y venir de la mosca encima
ser la misma que ya se ha visto al principio. Sobre el vi- de la piel de las manos y con este shot termina nuestro
drio de una ventanilla golpea el viento cargado de arena breve guión "experimental".
y encima de la piel de aquellas manos desconocidas las Recapacitemos de un modo objetivo y analítico en la
alas de la mosca se estremecen. Súbitamente en la pan- impresión que todo esto nos causa. Lo primero es que no
talla aparece un camión de pasajeros que se mueve y avan- sabemos en absoluto lo que quieren decirnos las imágenes
za a duras penas sobre un camino pedregoso en medio del vistas en la pantalla; no hay una intención coordinada que
paisaje desértico, donde el viento levanta oleadas de arena las una y podemos conjeturar libremente cuanto se nos
que azotan con intermitencia la lenta masa del camión, ocurra respecto a lo que están haciendo ahí los dos per-
que jadea, rechina y da tumbos de un lado a otro a cada sonajes que desde el principio aparecen en circunstancias
tropiezo del camino. La misma mujer que ya había apa- tan confusas. Esta es nuestra impresión general, o sea, la
recido en la pantalla reaparece nuevamente y mira a la que nos hemos hecho después de haber visto el conjunto
persona que está junto a ella, que es un hombre un poco de lo proyectado; pero cada trozo de película, por su
más que maduro, de cabello entrecano que mira hacia parte, .suscitó en nosotros idéntica perplejidad y descon-
adelante con indiferencia y lleva un pequeño bulto entre cierto. Antes de la aparición del camión, pensábamos que
las manos. Ahora nos damos cuenta que esta pareja ha de las cosas podrían estar ocurriendo en el interior de un
ir en ese viejo camión que avanzaba a duras penas, o más camión, pero sin estar seguros de ello. Lo mismo ocurría
bien, que avanza} porque este hombre que va junto a la con otras informaciones: ¿se trataba de una sola mosca o
mujer, al bambolearse con uno de los tumbos del camión, de varias? ¿Quién era la mujer y quién el hombre? ¿Qué
se ha echado con todo el cuerpo encima de su compañera. clase de vínculos eran los existentes entre ambos persona-
Ésta tolera la grosería de su vecino con cierto aire de pro- jes? ¿Por qué la mosca permanece inmóvil a pesar del
testa resignada y sumisa, lo que parece indicar que estas ajetreo del vehículo y de que éste lanza al hombre encima
dos personas se conocen entre sí y que, tal vezJ exista entre de su acompañante? Examinemos esta pregunta, que viene
ambas un vínculo determinado. El cuerpo del hombre a ser tan significativa después del análisis literario a que
regresa a su primitiva posición en el asiento, después de sometimos el fragmento de Camus. En el original de
que sus ojos miran con indiferencia, y, ahora sí se hace Camus lo sorprendente, lo que encerraba mayores elementos
perfectamente visible lo que llevaba entre las manos, que de elocuencia, lo que nos decía másJ era esa extraña inmo-
resulta ser una valijita que el hombre sujeta con una fuer- vilidad de las manos, que permanecían quietas, indife-
za convulsiva.. Sobre sus manos se advierte otra vez una rentes, a pesar de la molestia de tener encima una mosca.
mosca, que pudiera ser la mosca anterior que volvió a p~.~ En nuestra versión cinematográfica ocurre lo contrario:

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PROBLEMAS DEL GUION PROBLEMAS DEL GUION

lo que nos sorprende es la inmovilidad de la mosca, que ma en que mutuamente se condicionan entre sí a lo largo
se presta a toda clase de hipótesis risibles. Salta pues a de su trayecto hacia e~ punto culminante. (vgr., en el ma-
la vista lo lamentablemente pobre y confuso de nuestro terial de Camus: Vuelo de la mosca-Janine-Manos de
Marcel-Valija) .
trabajo, junto a la lucidez, la exactitud, la diafanidad de
procedimientos en el trabajo de Camus. En fin, lo único Tercera. Resuelto ya el análisis literario, la siguiente
que nos queda por decir es que hemos fracasado. etapa del trabajo deberá ser el análisis cinematográfico
Sin embargo, este fracaso arroja cierto número de ense- del mismo texto, sobre la base de los resultados obtenidos
ñanzas que en lo sucesivo debemos tomar en cuenta cada en el análisis anterior, a fin de descubrir las equivalen-
vez que nos propongamos escribir un guión cinematográ- cias que deben proyectarse en la pantalla. Este análisis
fico. Tratemos de formular tales enseñanzas dentro de las comprende las siguientes operaciones básicas:
conclusiones más claras que nos sea posible. a] Exclusión de los elementos innecesarios, transforma-
ción adecuada de los demás y creación de elementos nue-
Primera. La versión cinematográfica de un material no vos, ya sea que éstos se encuentren implícitos en el texto
cinematográfico (es decir, no escrito específicamente para original o que no existan y deban ser inventados.
el cine), no puede someterse literalmente a éste, sino que b] Ordenación de los elementos dentro de un rígido
ha de ser, en todos los casos, una re-versión del mismo al principio de unidad de propósitos y sujetos de modo in-
lenguaje propio y privativo del· cine. variable a una progresión ascendente hacia el punto donde
Segunda. El procedimiento de que se dispone para evi- debe culminar la intención sustantiva.
tar una versión cinematográfica estrecha e inimaginativa, Cuarta. La información que proporcione la pantalla al
literalmente sujeta al texto no-cinematográfico del que espectador deberá ser siempre estricta e invariablemente
deberá salir, es el de someter dicho texto a un análisis lite- unívoca, es decir, no sujeta a ninguna otra clase de inter-
rario que ponga al descubierto las implicaciones fundamen- pretaciones fuera· de la única necesaria, forzosa por sí mis-
tales contenidas en el mismo, a saber: ma. Este es un principio fundamental que jamás puede ser
a] Cuál es la intención sustantiva que se propone ese alterado y que deberá observarse en todas y cada una de
mateFial y cuáles son los elementos convergentes que con- las instancias del proceso de una película, desde los indi-
tribuyen a realizar dicha intención. cios que originan una percepción, las percepciones que
b] En qué punto culmina la intención sustantiva y cuál forman una imagen y las imágenes que dan una noción,
es el grado de convergencia hacia ella de los elementos o hasta las nociones que forman un concepto. (V. Sergio
factores componentes que contribuyen a realizarla. Eiseinstein. El sentido del cine. Cap. I, Palabra e imagen).
e] Cuál es la ordenación en que están dispuestos los Esto no quiere decir que la película, por ello, deje de pro-
elementos convergentes por cuanto al grado de su conver- porcionar informaciones destinadas, deliberadamente, a
gencia respecto a la intención sustantiva, y cuál es la for- suscitar diversas conjeturas, cuando la intención sustantiva

62 63
EL CONOCil\:IIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL GUION

así lo reclama, como en el caso de las películas de sus- narrativa descubierta por el cinematógrafo. Ya ningún
penso. Pero estas conjeturas, a su vez, deberán estar pre- novelista se atrevería a poner en uso, por ejemplo, los pro-
determinadas con vistas a un propósito también unívoco, cedimientos transitivos empleados por Balzac cuando nos
de cuyos límites no pueden salirse en ningún caso. trasladaba de un capítulo a otro con palabras .(la cita es
más bien inventada por quien esto escribe, pero es una
Tomadas en cuenta estas observaciones, el material cine- cita real) ; con palabras, repito, de esta guisa: "Como
matográfico obtenido por nuestro guión tendría que sufrir recordará el amable lector, dejamos a la primer Lizbeth
cambios fundamentales todavía. Para no ocuparnos aquí · en los instantes en que ... ", etcé~era. La novela moderna
de una fatigosa reestructuración de las tomas una por se ajusta cada vez más a una técnica que excluye el des-
una, señalaremos estos cambios de un n1odo general. arrollo lineal característico del siglo XIX. Ahora el nove-
Ante todo, la primera exigencia sería la de establecer lista busca la simultaneidad del acontecer, donde todos los
desde un principio, en forma que no admita dudas, el sitio elementos están al servicio de ese acontecer sin que, desde
de la acción. Para esto, lo primero que deberá verse en la luego, tal hecho se advierta. Una descripción carece ahora
pantalla será el ómnibus en los momentos en que avanza de la vieja autonomía de que gozaba en otros tiempos,
en medio de las dificultades del camino. Enseguida esta- cuando las primeras líneas de una novela trataban ante
bleceríamos a Janine y a Marcel, juntos en un mismo asien- todo de colocarnos en la época, las costumbres, la estación
to en el interior del autobús, de donde continuaríamos del año, en que se iba a desenvolver la trama: "Corrían
con la serie de particularizaciones adecuadas al cumpli- los tiempos en que las mal alumbradas calles de París eran
miento de los propósitos que pudimos descubrir mediante sitio propicio para toda clase de malos encuentros, ace-
el análisis literario del material. chanzas y sorpresas desagradables ... ". Etcétera. Hoy la
He aquí entonces, delimitadas dentro de sus respectivos primera página de una novela comienza por la inserción
campos, las diferencias que existen entre el método lite- de un cable: "En Honk Kong ha estallado la huelga ge-
rario y el cinematográfico en lo que se refiere a sus proce- neral". Enseguida sabemos que aquello es un buque
dimientos para narrar una cosa determinada. En otros y que los viajeros acuden con enorme inquietud al tablero
aspectos hay también diferencias importantes que cono- donde se están colocando los boletines con las noticias del
ceremos de un modo funcional cuando incidan con las día, de la hora anterior, del minuto que apenas ha trans-
demás particularidades del guión y lleguemos al punto en currido. Cito Los conquistadores, porque precisamente
que este trabajo deba abordar su estudio. André Malraux fue de los primeros, en la moderna novela
Ahora, unas palabras sobre el estilo cinematográfico en del siglo XX, que despejaron al estilo novelístico de sus
la novela contemporánea. trabas funcionales, liberando el material literario en la di-
Es evidente que la novela de nuestro tiempo está pode- námica del impulso interno de su propio desarrollo.
rosamente influida por la cinell)latografía, por la técnica Sin embargo, una cosa es la metodología cinematográ-

64 65
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
PROBLEMAS DEL GUION

fica de una novela y otra muy distinta la "novela cinema- gura de ser correspondida y pagada en la misma moneda.
\ tográfica", esa obra ecléctica, ambigua, oportunista, que Hasta aquí el espectador es un ser libre que elige su propia
se escribe con la intención expresa o subyacente de que sumisión, pero que deja de ser libre en cuanto se con-
sea llevada al cine, o de que sea comprendida por el pú- vierte en público: es decir, en cuanto se transforma en un
blico "como si estuviera viendo una película". En el pri- amo que no puede dejar de mandar, que está obligado a
mer caso estamos ante una influencia legítima de la época, mandar, que se enajena al acto esclavista de mandar.
\ y en el segundo ante una grosera perversión del género
El cine tiene un espectador que siempre está en trance
\ literario y del trabajo creador del novelista.
de convertirse en público: me refiero a la cámara, que es
Decimos esto para estar prevenidos respecto a la hon-
el único testigo del cine. Decíamos que el guión cinema-
radez que debe mantenerse ante el oficio: aquí ya no se tográfico (el libreto considerado como una obra literaria
trata de un problema que se refiera a la técnica, sino del perteneciente a un género específico) es ya, en sí mismo,
hecho de que en toda actividad, apenas con un poco de la película (su prefiguración) ; pero se puede añadir algo
indebida malicia, lo de menos es introducir la trampa y más: el guión es el espectador, el espectador ya condi-
hacer pasar una cosa por la otra. El novelista y el escritor cionado y sin escapatoria posible. El espectáculo que ofrece
de cine, desde luego, sirven al público: pero servirlo no el cine ya ha sido visto por la cámara antes de proyectarse
es, ni engañarlo ni simular que nos dejamos engañar por en las salas de exhibición; ya está hecho, construido por
él, arguyendo que la cosa ya no tiene remedio y que así la cámara y el guión cinematográfico a que la cámara
debemos hacerlo "porque el público lo pide". Cuando el tuvo que someterse (por supuesto y ante todo, tomado
público pide algo con exceso esto se vuelve sospechoso y en cuenta el trabajo del director). En este punto es donde
hay que darle cuanto antes las espaldas. se decide entonces si la cámara -es decir, el guión y todo
Hagamos entonces una distinción que tiene una im- lo que constituye la película~, sirven a un amo irracional
portancia más grande de lo que parece, pero que, además, y despótico, el público, o si seleccionan, construyen y con-
encierra implicaciones técnicas concretas: público y espec- dicionan, ellos mismos, al espectador de selección, al es-
tador. El público es una entidad incondicionada que pre- pectador que elije.
tende una sumisión absoluta del espect~culo a sus exigen- Y aquí es donde radica el contenido esencial del cine
cias, en los toros, en el box, en el teatro, en el cine: es la y de su razón de ser.
gente que busca divertirse de algún modo. El espectador
es una entidad condicionada por su propia elección (y aquí
considero espectador incluso al que escucha música) y que
acude al espectáculo -aún si se trata de una novela-
con una cierta predeterminada sumisión, que no excluye
la crítica porque es una sumisión inteligente que está se-

66
COMO PROCEDE LA PELICULA

el comportamiento de la película, se expresa (debe expre-


sarse) en su guión.
Pero ¿en qué consiste ese modo de ser, ese comporta-
miento de la película? Con esta pregunta entramos en el
punto medular del problema.
COMO PROCEDE LA PELICULA La película es una integración determinada que se pro-
duce a lo largo de un proceso de agregaciones también de-
terminadas. N o hablamos del hecho físico de la película,
Hemos dicho que el gmon cinematográfico, el libreto de que se da por establecido: emulsión sensible, fotografía,
filmación, es la película misma prefigurada en sus térmi- actuación fílmica, revelado, edición, hasta que la película
nos más exactos posibles. Por supuesto se trata de una se da por concluída como producto industrial. Este es un
afirmación teórica ya que, por lo general, el guión sufre problema tan diferente al ángulo en que nosotros abor-
modificaciones aún hasta en los momentos inmediata- damos la cuestión, como lo son la factura de un libro, el
mente anteriores a ser filmado. Pero tales modificaciones papel en que se imprime, la encuadernación, respecto a
siguen siendo el guión; son, pues, la película. Tomemos lo que es el libro mismo independientemente de la forma
la cosa, sino, por el lado opuesto. Supóngase que una en que fue editado. Si se nos prgunta qué leemos cuan-
película se transcribe por alguien en el momento mismo do alguien nos sorprende con un libro bajo el brazo, no
de estarla viendo en la pantalla, al modo como un locu- le contestamos que un volumen en octavo, porque no es
tor de radio trasmite un encuentro de fútbol, sin que se le eso lo que leernos sino en lo que leemos. Así, cuando ha-
escape uno solo de sus detalles. El locutor de radio, de blamos de la película como una· integración determinada,
hecho, nos está haciendo ver ese evento deportivo por me- nos referirnos precisamente a la obra cinematográfica y
dio de la palabra hablada y, con ello, no hace otra cosa no a ningún otro aspecto particular del fenómeno. Pero
que darnos el guión de tal espectáculo. La diferencia ra- ¿por qué una integración, primero, y luego, una integra-
dica aquí en que el locutor trasmite un espectáculo cuyo ción determinada?
desarrollo es imprevisible e inesperado, mientras que aque':' En realidad, toda obra de arte es una integración deter-
lla persona que se ocupó en transcribir la película nos minada que está constituída por elementos que se com-
dará un guión concluído, exacto, inmodificable, que se ponen, se combinan, se armonizan, se integran dentro de
proyecta en la misma forma en que fue escrito cada vez una forma, a la que definen sus determinaciones especí-
que se exhibe la película. Esta es la causa por la que afir- ficas: los sonidos a la música; los colores y las formas a
mamos que el guión cinematográfico no es ni puede ser la pintura; los volúmenes y los espacios por igual a la
otra cosa diferente a la película y que entre ambos existe escultura y la arquitectura, las palabras a la poesía. La
una identidad absoluta, total, completa. El modo de ser, integración no es sino el movimiento de la cosa artística,
68 69
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO COMO PROCEDE LA PELICULA

y las determinaciones que la definen no son sino su con- y yo y que esa persona descubre, mientras a mí se me es-
tenido. Movimiento, en consecuencia, sujeto a las leyes capa de los ojos porque no lo supe ver. Saber ver: he aquí
del movimiento en general adecuadas a su determinación una virtud no muy frecuente. Wilde se refería a ello con
específica, problema sobre el que tendremos que volver menos comedimiento que el de Somerset Maugham.
más adelante. Donde el artista percibe un efecto -decía, y tampoco ga-
La primera de las determinaciones de la película es el rantizo la exactitud literal de sus palabras-, el pequeño-
tema: la película se integra primeramente en el tema, burgués pesca un resfriado.
comienza a integrarse en el tema cuyo movimiento, cuyo Pero ciñámonos al tema. Pudovkin encuentra un tema:
desarrollo busca. Podemos decir, entonces, que el tema es "la alegría del encarcelado" -es decir, una abstracción
la película inconcreta, la película en estado de idea, del bastante difícil - y se apresura a realizarlo cinematográ-
mismo modo en que el tema de Colón es la redondez de ficamente. Veamos cómo lo hace, según su conocidísimo
la tierra y la determinación inicial de su viaje. No hay ejemplo. Escribe Pudovkin sobre el particular:
nada, apenas la idea, pero si la idea es real por cuanto a
que exista objetivamente como una necesidad expresable, En mi película anterior, La madre} me había propuesto
será tan poderosa que dé vuelta a la tierra. Bien; parecería conmover al público, no mediante la interpretación sico-
que exageramos, pero aún reducida a los límites y a la lógica de los actores, sino por los medios ele creación propios
magnitud del cine, ésta es una ley: la idea como el reflejo del montaje. El hijo se haya en la cárcel. Repentinamente
de la realidad, de una realidad que se dirige al-encuentro le pasan un papelito con un mensaje secreto según el cual
de su forma. será libertado al día siguiente. Se trataba de mostrar cine-
matográficamente la expresión de su alegría. El efecto de
La primera fase en que se comienza a fom1ular el tema
una fotografía de la ca~a, emocionada por la alegría, se
para la película, de este modo, es una abstracción, una hubiera disipado sin dejar huellas. Por lo tanto mostré el
generalidad: lo que la película quiere decir, su deseo, la juego de las manos y, en un gran primer plano, la mitad
concesión de un deseo, como en los cuentos de hadas, inferior de la cara, la boca sonriente. Estas tomas las armé
porque el cine maneja precisamente esa magia, esa mila- junto con otro material diferente. Eran tomas de un arro-
grería realista y veraz. ¿Qué tema elegir, dónde está el yuelo primaveral, saltando impetuosamente entre las pie-
tema? dras, el juego de los rayos del sol que se reflejaban en el
En algún libro Somerset Maugham expone ideas muy agua, pájaros jugueteando en la charca del pueblo y, final-
mente, un niño que ríe. Con esto me parecía haber dado
exactas en este sentido. El tema, la fábula, el cuento -ex-
forma artística al concepto "alegría del encarcelado". No
plica aproximadamente- está en cualquier lugar, en todos
se qué reacción tuvieron los espectadores frente a mi expe-
los lugares. Está -añade, y como cito de memoria no rimento; por mi parte, estoy profundamente convencido de
garantizo la fidelidad estricta de mi versión- en ese esca- su eficacia. (V. Pudovkin. Argumento y montaje: bases de
parate que contemplamos al mismo tiempo otra persona un film. Prefacio)

70 71
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO COMO PROCEDE LA PELICULA

El ejemplo de Pudovkin, que se refiere a un momento cual prometimos abordar: la integración como movimien-
de la película y no a su integración total, nos ofrece, sin to de la cosa artística y, en consecuencia, como parte del
embargo, el principio básico en que se sustenta esa integra- movimiento de la materia en su conjunto y sometido a las
ción: el montaje. El tema se irá integrando mediante agre- leyes que lo rigen.
gaciones sucesivas; se convertirá en argumento, luego en Esto quiere decir que la integración de la obra artística
una versión cinematográfica más aproximada y, finalmen- no puede ser ajena, ni puede sustraerse a los principios ge-
te, después de su máxima depuración (de su análisis ex- nerales de que los cambios cuantitativos se transforman en
haustivo), en pre-encuadre y guión cinematográfico. cualitativos; de que en cada cosa residen, unidos dentro
Pero mucho más importante que todo este proceso son de un equilibrio transitorio, los elementos contrarios de la
las leyes que lo rigen y con cuyo conocimiento nos habre- cosa misma y, finalmente (visto el proceso del modo más ge-
mos adentrado, en verdad, a la esencia misma del cine. neral) que la ruptura inevitable de tal equilibrio supera
¿Qué es el montaje? Tomemos la definición que hace el estado precedente de la cosa dentro de una integración
Eisenstein en su libro El sentido del cine. superior, que niega lo que negaba a la propia cosa en la
fase anterior de su desarrollo. Insistimos en presentar este
El montaje se ha definido anteriormente así: aspecto del problema, porque para muchos cineastas -cu-
La parte A, derivada de los elementos del tema que se
yo desdén por los conocimientos ajenos (o que les parecen
desarrolla, y la parte B, derivada de la misma fuente, en
yuxtaposición, dan origen a la imagen en la cual el tema serlo) al oficio, es proverbial- el montaje resulta ininte-
está más claramente encarnado. legible a causa de su ignorada de las leyes de la dialéctica
0: y reducen los principios de aquél a sus aspectos más rudi-
La representación A y la representación B deben ser esco- mentarios y artesanales, incluso el de no considerar que
gidas entre todos los aspectos posibles del tema que se des- exista otra forma de montaje fuera del montaje en el cuaa
arrolla y estudiadas de tal manera, que su yuxtaposición dro, es decir, las sobreimpresiones de película que apare-
-la yuxtaposición de esos elementos y no de otros alter-
nados- evoque en la percepción y sentimientos del espec-
cen en la pantalla como imágenes yuxtapuestas una encima
tador la más completa imagen del tema. de la otra.
Nosotros vamos más lejos: el montaje no es sino la ex-
Aunque el mismo Eiseinstein al principio de su libro presión concreta de los principios generales de la dialéc-
expone una definición más general y completa del monta- tica, expresados dentro de las determinaciones específicas
je, nos serviremos de la anterior por el carácter que tiene de la obra cinematográfica, de la película. Y a dijimos
como relación inmediata con la organización, con la inte- que la primera de estas determinaciones es el tema, en re-
gración específica de los trozos de película, a partir de las lación con el cual citamos el ejemplo de Pudovkin, "ale-
tomas individuales. Pero antes de proseguir tenemos que gría del encarcelado".
volver a un punto que dejamos pendiente más arriba y el A la distancia de los años que nos separan de esa gran
72 73
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAF~CO

obra maestra que fue La madre, de Pudovkin, el tipo de


montaje, o el método de montaje, mejor dicho, elegido
por él, nos parece primitivo, empero lo cual no le resta
méritos, ni belleza, ni verdad. Lo que ocurre es que ese
método de montaje no puede usarse sistemáticamente en
todos los casos, porque no es sino una forma concreta y LA INTEGRACION CINEMATOGRAFICA EN
particular, ante circunstancias también concretas y parti- EL MONTAJE A PARTIR DEL FOTOGRAMA
culares. Tal forma será válida de nuevo, entonces, sólo
cuando la naturaleza de la materia elegida imponga, por
su propio impulso interno, tal método de obtener una ex- Repitamos: la película es una integración determinada que
presión emocional. Lo demuestra, por ejemplo, la película se produce a lo largo de un proceso de agregaciones tam-
Hiroshima) mi amor) donde este tipo de montaje es apli- bién determinadas. El punto de partida de estas agrega-
cado con gran talento y nobleza. Pero detengámonos en ciones es el tema, y el modo de proceder de dichas agre-
un detalle singular en la cita de Pudovkin. "En mi película gaciones es el montaje. La definición más general, y de
anterior, La madre) me había propuesto conmover al pú- la que hasta ahora no nos habíamos servido, que Eiseins-
blico, no mediante la interpretación sicológica de los ac- tein propone del montaje, es la siguiente: "la necesidad
tores, sino por los medios de creación propios del mon- de la exposición coordinada y orgánica del tema, conte-
taje". nido, trama, acción, el movimiento dentro de la serie fíl-
Si nos atuviéramos a esta frase de Pudovkin, podríamos mica y su acción dramática como un todo".
pensar que el gran director soviético no consideraba al Cuando Eisenstein revierte este concepto general a la
montaje como un principio universal, que preside todo el práctica nos habla entonces -como ya se ha visto- de
proceso de la integración cinematográfica, ya que Pudov- las representaciones y de su yuxtaposición adecuada al
kin excluye "la interpretación sicológica de los actores". propósito de evocar en "la percepción y sentimientos del
En efecto, hay algo de eso y que se puso de relieve, por espectador, la más completa imagen del tema". Hasta
la década de los veintes, entre los cineastas rusos, cuando aquí, dentro de límites sumamente comprimidos, el pro-
se suscitó la polémica sobre los alcances del montaje.· Nos blema de la integración cinematográfica y su modo de
ocuparemos de esta cuestión en el capítulo que sigue. ser, o sea el mont?J,je.
Con esto reafirmamos nuestro punto de vista ,.en el sen-
tido de que el montaje es un principio válido, no sólo para
la obra cinematográfica sino para cualquier obra de arte,
y. que, por ende, debe considerársele como un principio
universal. Se puede juzgar, de este modo, que la obra

75
LA INTEGRACION ClNEMATOGRAFICA
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO

D. De la combinación de D'. Combinación de secuen-


cinematográfica es un conjunto de montajes parciales que
conceptos parciales o co- cias dentro del todo de la
se ordenan dentro de una línea de desarrollo que asciende, adyuvantes, a la imagen película.
desde las formas niás elementales hasta las más compli- completa del tema.
cadas a partir del montaje de composición simple que nos
ofrece el fotograma. Este ordenamiento del montaje está Este tipo de ordenación corresponde a la estructura.
presidido, a su vez, por la forma que reviste el proceso de
Pero hay otra línea directriz a la cual deben estar some-
evocación (o en un sentido más amplio de ideación) en
tidos los elementos anteriores y, sin la cual tampoco puede
el ser humano, desde la percepción cognocitiva, también
existir una película. Nos referimos a la construcción dra-
simple, que continúa con las rejJresentaciones como resul-
mática, cuyos principios son anteriores al cine. La cine-
tado de las percepciones combinadas entre sí y finaliza con
matografía no supera los principios en que se funda. bá-
"la más completa imagen del tema", sobre la base ele unir sicamente la dramaturgia, pese a lo que se pueda dec1r en
y combinar las representaciones. De acuerdo con tal m·de-
contrario. He aquí, vgr., las siguientes palabras del teórico
namiento, tendríamos el esquema de una doble "pista" (un Timoschenko, con las cuales no podemos estar de acuer-
doble track~ dos carriles paralelos) a seguir simultánea-
do; dice:
mente: de un lado la "pista" correspondiente al proceso
cognoscitivo, y del otro la correspondiente a los materiales La película como producto de arte, existe desde el momen-
cinematográficos, ambas dispuestas en la forma correlativa to en que la palabra fue sustituida por la visión, cuando
siguiente: fue rota la unidad del tiempo, del lugar, de la acción,
cuando surgieron los métodos más diversos para combinar
A. De la percepción simple A'. Del fotograma a los cam- el orden sucesivo de las escenas, cuando dentro del mismo
a las percepciones combi- bios de contenido dentro marco fue posible variar el campo de visión de la cámara.
nadas. de un mismo trozo de pe-
lícula y su unión con otro A mi modo de ver, Timoschenko se equivoca dejándose
trozo de película diferen- llevar por el entusiasmo que despiertan la~ posibilidades
te. (Unión de los trozos
1-2). de la cinematografía y tomándolas de un modo excluyente
respecto a otras expresiones artísticas, como posibilidades
B. De las percepciones com- B'. La unión de los trozos que anulan determinados principios de la materia o ~ca­
binadas, a la imagen. 1-2, agregados a otra com-
binación distinta de frag- lidad estética, principios, por otra parte, de los que es 1m-
mentos 3-4. posible prescindir. Desde luego se adviert~ que las pala?r~s
de Timoschenko están escritas en una c1erta etapa prtml-
C. De la imagen al concep- C'. Secuencia ( 1, 2-3, 4) tiva del desarrollo de la cinematografía: antes del sonido.
to. unida a secuencia ( 5, 6-
Así, de la prescindencia de la palabra, a Timoschenko le
7, 8).
76 77
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LA INTEGRACION CINEMATOGRAFIC<\

pareció fácil barrer con todo lo demás: unidad de tiempo, expresado en la pantalla y que el espectador está obligado
espacio y acción, mientras simultáneamente erigía la plu- a aceptar entonces corno pistas falsas, deliberadas e inú~
ralidad de recursos para ordenar las escenas y los cambios les. Citizen Kane, con todo, logra momentos aislados de
de ángulo visual dentro del mismo cuadro: en principios gran belleza y de gran eficacia expresiva, pero en su
rectores del modo de ser de la obra cinematográfica, cuan- conjunto no cumple la tarea que se impone toda obra
do no son otra cosa que formas subordinadas a principios cinematográfica, de ser una unidad "coordinada y orgá-
permanentes que existen con anterioridad y al margen de nica de tema, contenido, trama y acción". No obstante,
la cinematografía ~isma. por aquel entonces no faltaron gentes que se apresuraran
Los métodos para "combinar el orden sucesivo de las a equiparar dentro de un mismo cuadro estilístico al
escenas" y para "variar el campo de visión de la cámara" Ciudadano Kane y al Ulysses de James Joyce, cosa que no
dentro del mismo marco, pueden ser todo lo enormemente podía ser sino el fruto simultáneo de esa ignorancia sin
variados que se quiera, pero no constituyen la determina- límites y esa irredenta pedantería, donde el no entendi-
ción del cine. Los principios fundamentales de la cinema- miento lógico de Citizen Kane parecía absolverlos de su
tografía radican en el montaje y en la construcción dra- incapacidad para comprender el Ulysses) pese a lo cual ha-
mática. Cuando cualquiera de estos dos principios no se blaban de ambos con el mismo tono suficiente y profundo.
corresponde en la forma adecuada uno con el otro, ni No; desde luego que ninguna de estas obras es compren-
ejerce, dentro de la obra cinematográfica de que se trate, sible al primer intento, con la única diferencia que en el
la función de cada uno de los elementos que la integran, caso de Citizen Kane se está frente a una obra delibera-
la obra resulta mal, incompleta, confusa· o singularmente damente abstrusa desde el principio, mientras que el con-
jactanciosa y pedante. Recordemos las palabras de Eisens- tenido de Ulysses se puede despejar, mediante la aplicación
tein: "La representación A y la representación B deben de determinados conocimientos filológicos y literarios
ser escogidas entre todos los aspectos posibles del terna que -por quienes los posean en grado apreciable- respecto
se desarrolla y estudiadas de tal manera que su yuxtapo- a ciertas partes de la obra de J oyce en que sin ellos sería
sición -la yuxtaposición de estos elementos y no de otros imposible comprender nada.
alternados-, evoque en la percepción y sentimientos del En resumen, podemos formular nuestras conclusiones
espectador la más completa imagen del tema". por lo que se refiere a la obra cinematográfica, hasta este
Por ejemplo, ¿qué es lo que hace, en cambio, Orson momento, en la forma siguiente:
Welles en Citizen J{ane) su famosa pelicula? Precisamente Primera. El montaje es la forma específica que reviste
en lugar de "elegir entre todos los posibles aspectos del la integración cinematográfica a través del proceso que
tema", las representaciones adecuadas, precindió de éstas · unifica sus elementos y, a) transforma sus cantidades en
para exponer "todos los aspectos posibles", incluso median- una cualidad diferente; b) conserva el equilibrio de los
te el procedimiento de "rechazar" aspectos que ya había elementos opuestos dentro de una unidad transitoria que,
78 79
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
LA INTEGRACION CINEMATOGRAFICA
en su momento, deberá romperse para dar paso a una fase
que ahí está contenido, dicho fotograma tiene una sucesión,
superior de la expresión dramática y, finalmente, e) con-
se repite a sí mismo un determinado número de veces, se
suma la síntesis cognoscitiva en la cual se cifra el total
sucede en el tiempo y en el espacio dentro de un trozo de
de los propósitos emotivos de la obra.
película. Este sucederse del cuadro sin alteración a~gu~a,
Segunda. El montaje procede con el mismo método que
perdería sentido, gastaría en vano su suceder, de no anadir-
el intelecto humano al formar, a) las percepciones, sobre
sele otro determinado número de fotogramas que revelen
la base de una primera impresión o dato sensible; b) las
"su movimiento, aunque éste no sea visible en el foto-
imágenes, sobre la base de un conjunto determinado de
grama aislado. Supongamos un primer número de foto-
percepciones y e) la imagen total del tema, el concepto
gramas que muestran la imagen inmóvil e inalterable de
acabado del mismo, sobre la base de un conjunto combi-
un teléfono. De pronto una mano entra en el fotograma
nado de imágenes.
cuya siguiente serie de sucesiones nos muestra el momento
Tercera. El montaje cinematográfico está subordinado a
en que esa mano retira el audífono y lo saca de cuadro
la necesidad de ser "la exposición coordinada y orgánica
mientras comienza a escucharse, enseguida, una voz. La
del tema, contenido, trama (y) acción", o sea, la necesi-
primera serie de fotogramas, que est,aban fij~s .en el cua-
dad de expresarse dentro del principio fundamental de
dro nos revelan súbitamente que teman movzmzento y que
toda construcción dramática, que es el de la unidad de
su ~ucesión a lo largo de un trozo de película sólo estaba
tiempo, espacio y acción.
preparando el acto, la acción de complementarse c~n lo
Decíamos más arriba que el montaje arranca de las
que le faltaba de movimiento para abandonar s~ mmo-
combinaciones más simples que ofrece su núcleo básico,
vilidad aparente, tanto más aparente cuanto se 1b~ ac~­
o sea el fotograma. Detengámonos en este punto, que re-
mulando en una sucesión cuyo límite no podía ser mdefl-
viste una extraordinaria importancia.
nido, a riesgo de convertirse en absurdo. En este ej~mplo
¿Qué es el fotograma? El fotograma es el pequeño cua-
tenemos dos series sucesivas de fotogramas donde el tiempo
dro aislado cuya sucesión forma un determinado trozo o
y el espacio sufren un cambio de dirección muy si~n~fi­
fragmento de película.
cativo. La primera serie contiene un aparato telefomco
A primera vista esta descripción del fotograma no en-
inmóvil. La segunda serie, los fotogramas a_ través de los
cierra nada de particular. Sin embargo tiene una caracte-
cuales una mano entra en el cuadro y retira la bocina tele-
rística muy importante: se trata de un cuadro, repetimos,
fónica. En la primera serie, el movimiento del fotograma
cuya sucesión constituye un fragmento de película.
es el mismo movimiento que tiene la película en los ins-
Entre un cuadro aislado perteneciente a un fragmento
tantes de ser proyectada, es decir, el tiempo y el espacio se
de película y una fotografía fija no habría diferencia al-
desplazan verticalmente con idéntica velocidad que la" pe-
guna a no ser la sucesión del primero. Es decir, que aun
lícula: 24 .fotogramas o cuadros por segundo. En la se-
si suponemos que en el fotograma no se mueve nada de lo
gunda serie, por supuesto, la velocidad de proyección de
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EL CONOCIMIENTO CINEMATQGRAFICO LA INTEQRACION CINEMATOGRAFICA

los fotogramas no se altera; .sigue siendo de 24 cuadros o ejemplo número uno, lo dejamos tal como se encuentr.~
fotogramas por segundo, pero el tiempo y el espacio del entonces este movimiento explícito de nuestro ejemplo
cuadro se desplazan en otra dirección distinta, indepen· número dos quedaría en la fase de ·una acción indeter-
diente de la dirección vertical de la película: ahora tienen minada por cuanto ignoramos a donde se dirige, cuál es
un movimiento de traslación, que puede combinarse y el móvil que la guía. Lo mismo ocurriría si a nuestro
expresarse de diversas maneras, pero cuyo rasgo sobre- ejemplo número uno lo despojáramos del fragmento 3-4.
saliente radica en ya no estar constituido tan sólo por el En tal caso sería imposible la yuxtaposición del ejemplo
movimiento intrínseco de la película, sino por el movimien- número dos y del uno. De aquí podemos deducir, en con-
to, las alteraciones y los cambios de su contenido. Ahora secuencia, el primero de los principios elementales que
tomemos otro ejemplo, pero no ya de un objeto inmóvil, norman el montaje: unir solamente aquellos fragmentos
sino de un personaje que, a través de un cierto número de película .cuyo contenido exprese una acción determi-
de fotogramas, aparece en la pantalla en los momentos de nada (ejemplo número uno), o un fragmento determinado
ir de izquierda a derecha del cuadro y detenerse en este de la acción (ejemplo número dos) cuando éstos puedan
último punto sin salir del mismo. En el primer ejemplo correlacionarse de un modo adecuado y unificarse en una
tenemos un caso de movimiento implícito, cuyo· contenido forma homogénea.
concreto se nos revelará con la siguiente serie de fotogra- Pero aquí aparece un principio de enorme importancia.
mas donde la mano toma el aparato telefónico. En el Nuestros dos ejemplos demuestran una cosa: que el movi-
segundo ejemplo tenemos un caso de movimiento explí- miento no es la acción; o mejor dicho, que la acción debe
sito y visible, la· claridad de cuyo contenido se nos reve- ser el contenido del movimiento y jamás confundirse una
laría, digamos, si le añadiéramos el material de nuestro con el otro en cinematografía. En el tiempo y el espacio
primer ejemplo: el teléfono inmóvil y enseguida la mano objetivos, "naturales", exteriores al hombre, acción y mo-
que lo toma, a la cual el montaje haría corresponder, de vimiento se confunden, son idénticos. En cambio en cine-
este modo, la .mano del personaje de nuestro ejemplo matografía suele ocurrir que un movimiento se produzca
número dos. Distingamos entonces, en ambos ejemplos de al margen de la acción, no esté coordinado ni integrado
fotogramas, los siguientes caracteres: dentro de una acción, o sea, dentro de una serie de movi-
Ejemplo número uno: Fragmento 1:-2: te1éfono inmó- mientos dirigidos a un fin, encaminados a un propósito,
vil; fragmento 3-4: mano que entra a cuadro y toma el ya se trate de una acción concreta y simple: tomar o
audífono. Resultado total: una acción determinada. dejar una cosa, ir o venir de un punto a otro; o ya se
Ejemplo número dos: Movimiento explícito y visible del trate de la acción dramática a cuyo servicio está el con-
contenido: el personaje se traslada de izquier.da a dere.cha junto de la película. Este dirigir e integrar los movimientos
del cuadro. Ahora bien-: si en lugar de completar. esta serie dentro de una acción y las acciones dentro de un acon-
de fotogramas añadiéndoles el fragmento de película del tecer dramático determinado, es lo que constituye el ritmo

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO

de una película, su ritmo cinematográfico, su fluencia ex-


jJresiva.
Sin embargo, uno de los errores más frecuentes es · el
de confundir, por una parte, movimiento y acción, y por
la otra, velocidad y ritmo. Hemos visto que esta confu-
sión se puede evitar desde el momento en que se plantea EL GUION CINEMATOGRAFICO
el análisis del fotograma, análisis que se realiza antes de Y LOS ACTORES
llevar a cabo la toma, y también considerablemente antes
del momento mismo de hacerlo: esto es, cuando se escribe
la película. Desde luego que si no se realiza este análisis Desde el punto de vista en que aquí hemos estudiado el
correremos el riesgo de tener qué desechar la toma o resig- guión cinematográfico, no podíamos dejar de plantearnos
narnos a sufrir una película irregular y mal dicha. uno de los aspectos esenciales de la película con el que
está íntimamente relacionado: nos referimos a la actuación
c-inematográfica. En el presente trabajo, para nosotros el
guión no ha sido el simple libreto donde se señalan los
emplazamientos de la cámara, el contenido de las tomas, el
sonido de las mismas y el diálogo de los personajes. Este
es, en última instancia, tan sólo el aspecto físico del guión.
Nosotros hemos resumido en el guión el todo de la película,
desde su concepción más o menos abstracta hasta la forma
final con que aparece en la pantalla. Dentro de este orden
se comprenden los problemas del decir cinematográfico
?(fotograma, frases de montaje, escenas, secuencias) y los
de su dramaturgia: construcción, desarrollo y autointegra-
ción del tema, elementos que se rigen por el común deno-
minador del montaje, tomado éste como una expresión de
las leyes del· movimiento: transformación de los cambios
cuantitativos en cualitativos, coexistencia de los elementos
opuestos o contrarios dentro de una misma unidad, y supe-
ración de ésta mediante una unidad nueva donde se nie-
gaQ t;:tles contrarios, tod? ·sea dicho en un.a forma notoria-
mente esquemática.-·

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

Un ejemplo del funcionamiento de estas leyes en la obra tallar o no, de acuerdo con las leyes del movimiento pues-
'dramática puede encontrarse en la tragedia Romeo y Ju- tas al servicio de la emoción que buscamos trasmitir a los
lieta, de Shakespeare, visto también dicho ejemplo a tra- espectadores. Dentro del conjunto de elementos que cons-
vés de un simple esquema formal, por razones de conden- tituyen nuestro material dramático, de tal suerte, tendrá
sación. Examinémoslo: A. O posición de los contrarios: el una importancia decisiva descubrir y establecer los puntos
odio tradicional entre las familias de Montescos y Capu- del desarrollo donde una fase debe suceder a otra, ceñida
letos; B. Coexistencia de los contrarios dentro de una mis- a la más rigurosa cuantificación. Si la persona que fuma
ma unidad: amor de Romeo y Julieta; C. Acunwlación permanece demasiado tiempo sobre el barril de pólvora
de cambios cuantitativos: acrecentamiento del amor entre sin que ocurra nada, la acción en su conjunto perderá su
Romeo y Julieta, (escena de la ventana); D. Transforma- contenido, aunque de súbito sobrevenga la explosión. La
ción de estos cambios cuantitativos en cualitativos: apa- cantidad de tiempo acumulada produjo el cambio cuali-
rente muerte de Romeo y suicidio de Julieta; y F. Nega- tativo que era de esperarse (la explosión) ' pero ésta sobre-
C'ión de la negación que integra una unidad o síntesis vino demasiado tarde y de un modo harto simplista como
nueva: reconciliación entre las familias de Montescos y para producir en los espectadores los cambios cualitativos,
Capuletos. las emociones deseadas. Otra cosa ocurriría si en lugar de
Esta forma del movimiento, en sus fases y proporciones servirnos de un solo elemento cuantitativo, usado en una
correspondientes, rige para cada una de las instancias del sola dirección lineal (la espera de alguien que fuma sobre
desarrollo cinematográfico, a partir del fotograma. Tal un barril de pólvora), lo interpolamos con otros elementos
cosa no quiere decir que sus componentes deban darse cualitativos, yuxtapuestos en la forma más adecuada. V gr.,
todos de una vez y forzosamente en cada instancia, sino que cuando la persona que fuma está a punto, distraídamente,
aparecerán de acuerdo con las determinaciones previstas de prender fuego a la mecha del barril con la lumbre del
y la índole concreta del montaje en cada relación parti- cigarro, una mosca que se le detiene en la punta de la nariz
cular del mismo: preparación de una emoción, fragmentos la obliga a darse un manotazo y a retirar, del punto donde
graduados de la emoción, conflictos, situaciones, etcétera, la mecha se encuentra, la mano en que lleva el cigarrillo.
conforme a su turno deban proyectarse en la pantalla de Dentro de nuestro ejemplo se pueden imaginar numerosas
acuerdo con la estructuración total decidida. combinaciones, pero donde deberán estar siempre implí-
Para ilustrar el proceso anterior, tomemos la escena tan citas las leyes del movimiento, expresadas conforme a su
conocida y obvia, del barril de pólvora. Alguien se sienta ritmo y dentro del orden y la medida en que se necesiten.
sobre el barril de pólvora y muy próximo a la mecha, para Ahora bien: a lo largo del proceso que constituyen el
fumar un cigarrillo. Aquí la situación, desde el primer . decir cinematográfico y su dramaturgia, se mueve un agen-
momento, naturalmente, está ·cargada de· materias explb:- te humano, el actor, cuyas relaciones. de montaje. no pue-
sivas. Habrá que conducirnos entonces, para hacerlas es .. den ser ignoradas. Mas para entender el -problema de las

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

relaciones de montaje del actor dentro del libreto cine- y sostenerse en una forma leal y recíproca, para que el
matográfico o guión de la película, será preciso que exa- resultado sea una obra de arte armónica, equilibrada y
minemos, de un modo general, las características que re- lo más perfecta posible.
viste la actuación en el cine. Sin embargo, para el mejor entendimiento del problema
La actuación cinematográfica plantea problemas total- resulta obligada una comparación entre teatro y cine y lo
mente nuevos para el arte de ~ctuar en general. Es decir, que constituye el arte de actuar en el uno y en el otro.
no podemos aproximarnos al conocimiento de lo que es ¿En qué consiste la actuación tomada en sus términos
la actuación cinematográfica con el mismo criterio y las más generales? La actuación dramática consiste en expre-
mismas normas con que se aborda el conocimiento de la sar -y proyectar hacia el espectador- emociones y sen-
actuación en otras ramas del arte escénico como el teatro, timientos, estados de ánimo e ideas derivadas de las
la ópera, el ballet, el circo. En rigor, puede decirse que la anteriores percepciones, por medio del gesto, de la fisono-
actúación cinematográfica es un nuevo tipo de actuación, mía, la palabra y la acción. Este acto de proyectar senti-
o más aún, no una forma distinta de la actuación en ge- mientos y_ emociones es una simulación convenida de
neral, sino sencillamente un arte nuevo, para el cual to- acuerdo con determinadas exigencias. de las emociones y
davía no tenemos nombre. Afirmar esto parecería radical de los sentimientos mismos (que son exigencias que se
en extremo si los hechos no vinieran a demostrar que no derivan fatal, inexorablemente, de la naturaleza concreta
hay exageración en decirlo. de tales sentimientos y su contexto social), una simula-
La actuación ante las cámaras tiene características muy ción, por ello, artística, que se realiza a través del per-
. propias, que le pertenecen de derecho. a ella sola, una sonaje~· cuyo instrumento y vehículo es el personaje, cual-
estructura interna peculiar y específica y un modo de ex- quiera que éste sea.
presarse que no comparte con la actuación teatral ni con El personaje, en consecuencia, es una creación, es una
ninguna otra. obra de arte autónoma, independiente, que tiene una vida
La causa de lo anterior no hay que ir a buscarla muy propia al margen de la obra escrita donde se encuentra
lejos: la cuestión es que en el cine el actor no lo es todo, su origen. Aquí entramos de lleno en la distinción que
ni siquiera lo más esencial. En el cine el actor es una parte existe entre el actuar del teatro y el actuar del cine: el
tan indispensable como las demás, pero, solamente eso. personaje, quién lo crea y cómo lo crea.
Se dirá que sin actor -sin actores- no hay una película. El públko de teatro ~cuele a la .representación teatral
Cierto. Pero es precisamente esta circunstancia lo. que hace para conocer a un personaje hecho, c.ompleto, prefigu-
del cine un arte único, donde sin cualquiera de sus partes rado, construido, a quien el actor irá perfeccionando a
la película no existe, no _se puede concebir. En el cine todo medida que avancen las representaciones, si t.al ·es. el
es igual e important~~- ninguna. cos.a e$tá _por encima de caso- --como. sucede .generalmente-~-=) .'per.o que·.~:es un. pe1:~
la otra y todo tiene la misión de combinarse, conjugars~ sonaje que el actor ya elaboró de antemano;·

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

Por mayor que sea el perfeccionamiento que el actor que se acepta algo que no admite reparos ni rectifica-
obtenga de su personaje en las actuaciones sucesivas -si ciones.
prescindimos de que el primero que lo concibió fué el Se establece de este modo una ecuación determinada,
dramaturgo-, el actor lo ha creado por sí mismo desde cuyos términos están compuestos de los siguientes factores
antes, no una segunda vez en relación con el trabajo que de relación, que se resuelven a través de dos fases.
hizo el dramaturgo, sino también por primera vez, ya Primera fase: el actor como sujeto del conocimiento
que la tarea de darle corporeidad y vida le corresponde del personaje-objeto.
única y exclusivamente -a· él solo, al actor, y el personaje El actor (o la actriz) se coloca ante su personaje, fren-
le pertenece, es suyo, es carne de su carne y sangre de te a su Hamlet (o su Ofelia) como ante un objeto que
su sangre con igual legitimidad que lo es para el drama- deberá pertenecerle por completo en una forma tan pe-
turgo. El actor creó su personaje desde el momento en culiar y- suya que no acepte haber sido la misma en que
que terminó de conocerlo en todas sus características, ya perteneció con anterioridad a otros actores o actrices,
peculiaridades y detalles, y tuvo así la concepción acabada aunque dicha forma coincida en la mayor parte de los
del personaje en cuestión. Cuando acude a la escena, el rasgos básicos (determinados por la índole concreta del
personaje ya existe dentro de él y sólo le falta irlo ex- personaje trazado por el dramaturgo) donde todos los ac-
presando e ir trasmitiendo las emociones y sentimientos tores que interpreten a Hamlet tendrán forzosamente que
requeridos por los propósitos dramáticos de la obra, ante coincidir. Este apropiarse de su personaje por el actor es
los ojos y los oídos del público. La creación del personaje un- acto individual de su conocimiento estético, esto es,
por el ~ctor fué un proceso del conocimiento en que el de su capacidad creadora, de su memoria interpretativa,
actor desempeñó el papel de sujeto, mientras el personaje mediante las cuales reconstruirá emociones, sentimientos
fue el objeto, de tal modo que el público no asiste sino no vividos por él (aunque pudiera haberlos vivido en
a la realización de este conocimiento previo ya consu- casos determinados) pero que intuye sirviéndose de ana-
lTtado con anterioridad. logías y trasposiciones. El instrumento de trabajo más
El actor de teatro es lo cognoscente en relación con el valioso con que cuenta el actor es el de la intuición, esa
personaje, que es lo cognoscible; quiere decir que en la especie de sexto sentido que lo pone sobre la pista de sus
escena, él, el actor, o sea, un ser humario que se dedica a más exactos y eficaces descubrimientos artísticos, en re-
representar personajes, seguirá siendo sujeto de aquél per- lación con el personaje que le corresponda re-crear. Así
sonaje y éste su objeto~ pues la actuación del actor es la pues, esta primera fase del proceso de la actuación tea-
concepción que se ha formado del personaje, concepción tral se integra por diversas y sucesivas etapas de trabajo
que deberá ser -que está obligada a ser- la misma del cognoscitivo, desde la aprehensión del personaje, su· aná-
· público; en~ tanto:- ~1 público la -acepte· como el.aetor- -se lisis;.la valoración y· ordenación de sus_ caract~rísticas, :los
la muestra y trasmite, sin objetarla, con la naturalidad apoyos y los recursos para su montaje, hasta el concepto

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINElV!ATOGRAFICO

total del mismo. El concepto total, acabado, del personaje, conocimiento al público, el actor a su yez se habrá con-
representa, así, la unidad indivisible entre actor y perso- vertido en objeto de aquél; el público estará tratando
naje. Esta unidad determina la aparición de la segunda de interpretar al actor (¿será ésto o lo otro?) en la misma
fase del proceso del trabajo escénico del comediante. medida en que el actor haya dejado ·de interpretar al
Segunda fase: La unidad personaje-actor se convierte personaJe.
ahora en objeto de un sujeto de diferente condición y En otras palabras, si los términos de relación de sujeto
calidad que el de la fase anterior pero que, en todo caso, a objeto que existen entre actor y personaje se alte~an,
deberá ser el mismo: o sea, el propio actor. Este sujeto no y el actor no se identifica con el público como SUJeto
es otro que el actor-espectador. Al obtener la unidad sino que se convierte en el objeto del mismo público, en
jJersonaje-actor, el actor se desprende de sí, se objetiviza lugar de conocer juntos y al unísono el mismo objeto co-
ante sus. propios ojos, ha dejado de ser una cosa en sí para mún, o sea al actor-personaje, entonces la concepción del
convertirse en ·una cosa para sí; quiere decir que el actor personaje se dispersa (una será la del actor y otra será
se ha autoestableciclo como su propio público: ha creado la del espectador) y aparecerán nociones múltiples y en-
también al públicó que deberá verlo desde las butacas, contradas donde el personaje se desdibujará en formas
en la representación teatral, y que, incondicionalmente, cada vez más imprecisas hasta perder por completo su
si la primera fase del proceso ha sido consumada ele un realidad dramática.
modo correcto, sentirá, deberá sentir, comprender, asimi- Ser objeto cognoscible para el público equivale para el
lar y asumir al personaje, en idéntica forma en que el actor a no actuar en ese momento. En una situación tal,
actor lo ha hecho . ya a través del estudio de la obra y el actor deja que el público, por impulso propio, no in-
en los ensayos. ducido mediante los recursos del arte dramático, conjeture
La unidad personaje-actor ha creado, aquí, una uni- por su cuenta respecto a lo que el actor quiso expresar
dad nueva: actor-espectador. Si las relaciones internas y trasmitir, cuando la actuación teatral se propone exac-
de cualquiera de estas unidades se altera, la actuación tamente lo contrario, esto es, no dejar sitio a imprecisio-
habrá fracasado. El personaje-actor ha sido el objeto del nes de ninguna especie, sino ser una actuación unívoca,
actor-espectador como sujeto,· esto significa que ya no que no se interprete sino en el sentido en que se propone
debe ser tal cosa para· el público, puesto que el actor ha ser interpretada. La actuación teatral, como actividad ar-
trabajado previamente por' el público, ha ·conocido su tística creadora, se obliga a dar su concepto ( un concep-
objeto a nombre ·del público, ·antes de presentarse en to justo, naturalmente) como algo ya elaborado y comple-
escena. El público delega su conocimiento del personaje to, pues no es el público el que crea, · el artista de ese
en el. acto'r-espectador y si esto no ocurre . será entonces momento no ~§,el espectador de la butaca, sino la per-
q.tie la. relación .interna· de la unidad actór"iespectado~ se sona que se encuentra en .~1 tabl_~qo :, ~1 actor-espectador
habrá· roto y en 'lugar de ser el su jeto· que · tl~asmite su que hace :al público coincidir con· :el, C91) sus sentimientos,
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

con sus emociones, con su forma de · conocer estética- En tanto el espectador de .teatro es una enti~ad pasiva,
mente al personaje. El público es un receptor pasivo, que no interviene en la creación del personaje, el espec-
mientras el artista es un trasmisor activo, y cuando deja tador de la actuación cinematográfica es todo lo con-
ele ser esto último el actor no cumple su misión. trario.
Repitamos en distintos términos un concepto ya im- El público de teatro contempla una actuación que se
plícito en párrafos anteriores, cuando nos referíamos a desenvuelve ante su vista, que se desarrolla en el instante
la forma de apropiarse su personaje el actor de un modo mismo en que la contempla. En cambio el público de
que siempre deberá serie peculiar y en considerable me- cine no es el espectador de la actuación cinematográfica.
dida sin precedentes. Los actores siempre darán una ver- La actuación cinematográfica ya ocurrió antes de que él
sión suya de aquello que han escogido corno su personaje. pudiera verla. Lo que se presenta ante sus ojos es una
Una Fedra de Sara Bernhardt sin duda habrá sido di- actuación terminada, resuelta, hecha. En el teatro lo
ferente y aún opuesta -se trata tan sólo de un ejemplo- que está hecho, resuelto, es únicamente el personaje no
a una Fedra de Eleonora Duse, pero en ambos casos, actuado, de quien el actor se apropió y al que crea y
con toda seguridad, ambas actrices concebirían y trans- realiza con su actuación, después de haberlo concebido
mitirían un trazo absoluto del personaje elaborado por en la mente. En el cine sucede al revés: el personaje ya
ellas ( y de ningún modo nada que se prestase a que el está actuado, ya se consumó, por lo que entonces aquello
público supusiera una F edra relativa, es decir, no re- que se· contempla en la pantalla no es una actuación, no
suelta en su totalidad) a su manera y aún al margen de es un proceso de .realización del personaje, sino que es
Racine, en una forma inalienable, como sujetos del co- el personaje· visto a posteriori.
nocimiento que habrían recreado aquel objeto, aquella ¿En qué momento se desarrolló la actuación cinema-
Fedra de la que cada una de dichas actrices habrá tras- tográfica y ante· qué espectador, antes de ofrecerse al
mitido al público su concepto singular, para convertirlo público? La respuesta es muy sencilla: en el momento
en concepto del público mismo. de la filmación y ante un espectador muy particular que
En sus líneas más generales esto es lo que acontece es la cámara cinematográfica.
en el terreno de la actuación teatral. El actor ya ha crea- Por el contrario de lo que ocurre en el teatro, donde
do su personaje y el público lo recibe tal como el artista el actor es el responsable, el encargado de trasmitir el
se lo ofrece, sin intervenir, sin alterar sus rasgos, acep- concepto del personaje sin que el espectador intervenga,
tándolo en una forma pasiva como la simiente de que en el cine es precisamente el espectador -la cámara-
germinarán sus emociones. el instrumento que crea un concepto determinado del
Es a partir de este punto exactamente de donde arranca la personaje. El papel del actor cinematográfico es el inver-
oposición qtie existe entre la actuación teatral y la actua- so del que .desempeña .el actor teatral. .. EJ. actor de cine
ción cinematográfica. Examinemos enseguida las razones. comparece ante la cám'ara para que· ésta construya el
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

personaje que él deberá encarnar; en cambio el actor tea- caciones del libreto y la cámara, a su vez, se ajusta a lo
tral coÍ:nparece en la escena con su prsonaje ya construí- que señala el guión técnico para "mirar", para empla-
do (aunque continúe perfeccionándolo) y él mismo e5, zarse desde el punto de vista adecuado, de acuerdo con
digamos, su propia cámara. lo previsto y ordenado por el director.
La cámara son los ojos de un espectador -en sentido Lo que reviste una enorme importancia y define en
figurado, el único testigo de la acción cinematográfica esencia el problema de la actuación cinematográfica, es
durante su desarrollo- que mira por y para el público, aquello que se refiere, de una parte, a las correlaciones
lo que significa que en su forma de mirar y con el propio entre cámara y actor; y de otra, a las correlaciones entre
acto de mirar, debe construir, debe crear las emociones, uno y otro de los fragmentos que la cámara ha fotografiado.
por lo que, en consecuencia, la actuación cinematográ- Existen fundamentalmente dos tipos de correlaciones
fica se comparte, ya no corresponde en exclusiva al actor entre cámara y actor: a) Las correlaciones de concep-
(como en el teatro), sino que ahora corresponde también ción (es decir, quién es el que concibe y qué es lo con-
a la cámara y a la manera peculiar que la cámara tiene cebido) ; y b) las correlaciones de tiempo y espacio, o
de ver. sea: lugar que ocupa el que mira; lugar que ocupa lo
Examine1nos los elementos que .. integran la actuación mirado; y momento en que se mira.
cinematográfica para entender de este modo sus peculiari- Por cuanto a lo primero, el actor cinematográfico no
dades y el papel que juegan las relaciones de montaje es quien concibe a su personaje sino que se limita a ser
del actor dentro de una película. De una manera esque- un instrumento para que dicha concepción se obtenga.
mática pueden señalarse cuatro elementos principales que Esto no quiere decir que el actor de cine deba carecer
constituyen la actuación cinematográfica, sin contar con de una idea completa, integral, de lo que será su traba-
la técnica propiamente dicha de la actuación en general. jo -y el de los demás actores -ante la cámara. El pro-
l. El personaje, tal como está trazado en el libreto blema es distinto. El actor no es el sujeto aquí, como en
o guión cinematográfico; e] teatro. El actor cinematográfico no puede elaborar,
2. La "mirada" de la cámara; mediante la actuación, la concepción absoluta de su per-
3. Las diversas correlaciones existentes entre cámara y sonaje, porque esta concepción absoluta ho depende de
actor; y finalrt1ente, él. Si el actor de cine tratara de dar la concepción ab-
4. Las correlaciones entre uno y otro fragmento de lo soluta de su personaje, podría prescindir de la cámara,
que la cámara ha fotografiado (montaje). pues estaría haciendo cualquier otra cosa menos actua-
Respecto a los dos primeros elementos: el personaje ción cinematográfica. Esto significa que la actuación ci-
tal como lo concibe el libreto, y la forma como la cámara nematográfica es tan sólo una contribución para crear el
mirará a dichó- ~personaje, la .cuestión· parecería bastante concepto del personaje, pero que en sí misma no consti-
obvia. La actuación- cinematográfica se ciñe a las indi- tuye el concepto. En la actuación cinematográfica el su-
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL GUION CINEIVIATOGRAFICO

jeto es la cámara, mientras el objeto es el actor, al con- concepc10n relativa del mismo y, por ende, una concep-
trario de lo que ocurre en el teatro, donde el actor es el ción inadecuada y falsa.
sujeto, el que aprehende al personaje, el que se adueña Frente a la cámara el actor no puede ser jamás el
de él, el que lo crea. La cámara es la que ve y oye, la sujeto, porque en este caso trastornaría la índole absoluta
que tiene por tarea unificar el oído y la vista de miles de la concepción de su personaje. El que un actor actúe
y miles de espectadores, haciéndolos afluir a un concepto como sujeto frente a la cámara y no como objeto, sig-
único, indubitable. Un mismo individuo, visto por dife- nifica que tal actor, aunque logre dar los rasgos com-
rentes personas, puede ser bueno o malo o torpe o vi- pletos de su personaje, habrá falseado de todos modos a
doso o haragán o lo que se quiera. Cada una de aque- dicho personaje. Su actuación, repetimos, no habrá sido
llas personas habrá observado un rasgo del individuo en cinematográfica, puesto que no actuó como la cámara
cuestión, pero ninguna tendrá un concepto absoluto del quiso mirarlo sino como él mismo se veía en su imagi-
propio individuo. La cámara por su parte se propone nación, desvinculado de las relaciones totales, de conjunto,
obtener un concepto total del individuo a modo de que, de su personaje, con todos los elementos restantes que
tal como ella lo mira (y por ello, tan sólo totalmente en constituyen la película.
este sentido), lo miren así todos de una manera convin- Lo anterior no quiere decir que el actor no deba pen-
cente sin que quepa a nadie la menor duda de que así sar como sujeto --en cierta forma como si él fuese el
es. Si en el teatro el personaje de un actor es cruel, el director de la película-, antes todo lo contrario. Un ac-
actor hace todo el esfuerzo porque el público lo vea tor está obligado a identificarse con la cámara, con los
realmente cruel y del actor depende que tal crueldad propósitos de la cámara, con la concepción que paso a
sea convincente. Pero en el cine la crueldad de este per- paso y a cada toma, la cámara está formando de su
sonaje no depende del actor, sino de la cámara, de si la personaje. El saber pensar como sujeto le permite al ac-
cámara sabe verlo cruel. La contribución del actor será tor cinematográfico actuar con mayor propiedad como
entonces la de facilitarle a la cámara que lo vea del modo objeto.
que ella -es decir, el director- quiere verlo. La concep- Al hablar en este trabajo de la cámara, lo hemos hecho
ción de un personaje por la cámara siempre es absoluta. antropomórficamente, esto es, dándole cualidades y atri-
La cámara no puede formarse un concepto relativo de butos conscientes, de inteligencia, comprensión y capa-
un personaje, porque entonces tal personaje será una cidad creadora. Con esto se ha querido expresar que la
cosa para unos y otra cosa para otros. El actor que trate cámara-espectador es el cerebro que concibe y ordena lo
por sí solo de formar el concepto de su personaje -por concebido en tal o cual forma peculiar, para que miles
sí solo entendemos que a base de querer convertirse él y millones de personas compartan el mismo concepto y
en el único instrumento para la expresión del p~rsonaje, de ningún modo algún otro diferente de aquél que se
como en el teatro- no podrá obtener nunca sino una haya querido expresar. Esto último es esencial. Insistimos

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EL CONOCI:MIENTO CINEl\'IATOGRAFICO EL GUION CINEMATOGRAFICO

en que se trata de crear un concepto absoluto; si este con- enseguida el actor girará sobre sus propios pies, volvién-
cepto no es absoluto (respecto a sus relaciones, claro está) , dose de espaldas a la cámara para alejarse hasta salir
significa que el cerebro pensante -la cámara- no supo del cuadro. Es todo; la toma ha terminado .. El director
concebir correctamente. Si en el teatro, por ejemplo, el no le pidió al actor nada espectacular ni grandioso, sino
actor comienza a improvisar apartándose del concep- tan sólo conducirse simplemente con la indiferencia y la
to del personaje (las consabidas "morcillas", tan predi- falta de expresión (el no expresar nada, en ocasiones, es
lectas de los incapaces) , es posible, con todo, que una forma de actuación) , tal vez el aburrimiento con el
en algunos momentos parciales, que en un segun- que camina por las calles en su vida cotidiana, cuando
do demasiado comprometido, obtenga ciertos resulta- se siente cansado después de una jornada muy activa de
dos brillantes: pero la suma de la actuación, el total trabajo. Pero el director se ha propuesto fijar, con esta
que arroje la misma, habrá sido incorrecto en todo caso. toma, uno de los rasgos psicológicos del personaje. Al efec-
Desde luego que al actor de teatro no le está prohibido to cuenta con otra toma diferente en la que no aparece
improvisar -cuando esto resulta legítimo- y seguir, con- el actor, pero que desea combinar con aquélla. Examina
secuentemente, los impulsos de una inspiración súbita, el fragmento de película que imprimió con el actor y en-
pero todo esto siempre a condición de que sea dentro del tonces lo corta a la altura en que el actor llega a un
concepto del personaje. En el teatro el actor es el res- gran primer plano de su propio rostro y ahí se detiene para
ponsable único del personaje y por eso tiene toda la li- mirar· fuera de cuadro durante un lapso determinado.
bertad interpretativa de que se sienta capaz. A la inversa, Ya cortado en dos trozos el fragmento de película, el di-
en el cine esta libertad está absolutamente restringida. El rector intercala entre ambos trozos la toma que tiene fil-
actor de cine debe saberse objeto destinado a obtener un mada y cuyo contenido es la escena de un niño en los
resultado ulterior y no considerarse él mismo frente a la momentos en que es atropellado por un vehículo al cru-
cámara como el que está creando ese resultado por sí y zar la calle. U nidos los tres trozos de película el director
sin la concurrencia de otros factores tan importantes co- analiza el contenido del conjunto: un hombre camina
mo él. por la calle; se detiene; mira sin emoción hacia un pun-
Analicemos el ejemplo de una toma determinada cuyo to. Lo "que ve" el hombre es el atropellamiento del niño.
ejemplo ya hemos visto. Se trata de un actor a quien En la pantalla, después del atropellamiento, aparece nue-
el director de la película ha ordenado una acción suma- vamente el hombre. ¿Qué es lo que hace ante lo que
mente sencilla. El actor deberá caminar hacia la cámara, "ha visto"? Continúa mirando durante algunos segundos
desde cierto punto, hasta llegar a un primer plano. En más y enseguida se vuelve de espaldas, alejándose.
este primer plano se detendrá unos instantes para mirar El actor no ha "actuado" -o ha actuado con propie-
(fuera de cuadro) en equis sentido durante algún tiem- dad cinematográfica-, pero su personaje apareció con
po (el que haya ·considerado indispensable el directo~) ; rasgos muy precisos que acusan una personalidad bastante

100 101
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
EL GUION CINEMATOGRAFICO

definida por lo pronto: es frío, indiferente,· cruel, sin sen- de la película de que se trate. Sin embargo, menos que
timientos. Pues ¿qué otra cosa puede pensarse de un hom- un problema teórico éste es un problema práctico, que
bre que contempla en la calle el atropellamiento de un ni- se plantea siempre en términos concretos respecto a la
~o y ~o se conmueve, no da signos de emoción alguna ni película en filmación y el carácter de la misma. El actor
tiene Impulsos de hacer algo, antes por el contrario, se ale- sabrá en todo caso que un gran acercamiento de la cá-
ja impertérrito del lugar donde ocurrió el accidente? mara sobre su rostro, por ejemplo, le exigirá elementos
Si el actor hubiese querido "actuar" por su cuenta el diferentes de expresión de aquellos que le exigiría de su
personaje, el resultado habría sido evidentemente otro. cuerpo entero en un emplazamiento de la cámara en pla-
Pero se condujo como la cámara necesitaba que se con- no total. Desde el punto de vista de la técnica de la
dujera, como el director lo requería para combinar su actuación cada emplazamiento pone al servicio de di-
toma con aquella otra, ya filmada, del niño atropellado. cha actuación un número de recursos y elementos que
De aquí podemos deducir una conclusión general impor- deben nacer, brotar del propio actor, y la combinación
tant~, a sab:r: durante la filmación, los rasgos del per- adecuada de los cuales será lo que decida en lo que se
sonaJe se estan formando en el mismo momento, de acuer- refiere a la eficacia, la veracidad y a la carga emotiva
do con una ordenación previa elaborada por el escritor que contengan sus expresiones dramáticas. En un caso
Y el director. La actuación cinematográfica se limitará dado, supongamos, un gran acercamiento de los ojos
en consecuencia,. a encajar armónicamente dentro de este'
reducirá (cuantitativamente) los recursos de que el ac-
proceso prefigurado en el script.
tor dispone, pues aquí sólo tendrá como elementos expre-
Decíamos que el otro tipo de correlaciones entre cá- sivos las cejas, los párpados y la propia movilidad (o fi-
mara Y actor es aquel donde están comprendidas las jeza) de los ojos. Pero el gran acercamiento permitirá que
que se establecen entre el tiempo y el espacio de ambos. el actor acentúe determinadas notas de la escala dramá-
El. actor deberá tomar en cuenta, en este aspecto, los si- tica, que le hagan obtener, cualitativamente, un mayor
gmentes factores:
rendimiento por cuanto a su fuerza de expresión. El cómo
1] Distancia entre cámara y actor; 2] Cuando la cá- combine el actor estos recursos será cosa de lo que la
mara esté en movimiento y el actor inmóvil; 3] Cuando película le pida, mas de cualquier modo su tarea es la
el actor esté en movimiento y la cámara inmóvil; 4] Cuan- de extraer de ellos el máximo de buenos resultados.
do actor y cámara se desplacen simultáneamente y 5]
Hemos visto, pues, que el lenguaje del actor cinemato-
El lugar que ocupan las tomas aisladas. dentro del tiempo
de la película. gráfico es muy complejo y no se reduce a él mismo: ra-
dica, ante todo, en el análisis que sobre él, como objeto
Cada uno de estos factores exige algo diferente al ac- expresivo, realiza la cámara. El auto-análisis dramático
tor, exige una forma determinada de reaccionar o con- vjene a ser; ·entonces, el instrumento p<;>r excelencia del
ducirse, todo dentro de la línea general· y· el plan completo trabajo creador del actor ·de la pantalla.
102
103
LAS CATEGORIAS DE LA CONSTRUCCION

tigo que merece su vida egoísta, ruin e inútil. En sus mo-


tivaciones para cometer el crimen y sus razonamientos
después del mismo para justificarlo, Raskolnikov se hace
la reflexión siguiente. Si una orden militar de Napoleón
significaba la muerte de. decenas de miles de .seres huma-
nos y, empero, la historia no juzga como un asesino al
LAS CATEGORIAS DE LA CONSTRUCCION
DRAMATICA EN EL LIBRETO DE CINE que fuera Emperador de Francia y dueño de Europa,
¿por qué él, Raskolnikov, no tendría derecho a suprimir
(que no asesinar) a la vieja prestamista, un ente nulo,
Las categorías constituyen un tipo de generalización de despreciable, cuya vida y cuyo existir no significan abso-
los datos del conocimiento que nos permite descubrir las lutamente nada desde ningún punto de vista? Raskolni-
cualidades esenciales de la realidad inmediata sus cone-
)
kov -piensa él de sí mismo- tiene una justificación
xiones internas y sus relaciones· de interdependencia con mayor que la de Bonaparte: ¿cuántos poetas, cuántos
los demás aspectos del conjunto de una realidad mucho futuros hombres de ciencia, cuántos útiles artesanos, cuán-
más amplia y de contenido mucho más complicado, diver- ta gente de bien no habrá muerto en las guerras napo-
so y rico, y que es precisamente aquélla dentro de la cual leónicas y, como dice el sentido común más socorrido,
se mueve y actúa la realidad inmediata. La categoría por "el capricho de un sólo hombre"? Armado de estos
del conocimiento abstrae (descarta, discrimina) del he- justificantes morales, Raskolnikov no vacila en cometer
cho inmediato sus circunstancias ocasionales (las formas un crimen que, si bien estaba planeado para suprimir
concretas en que el hecho se produce), para derivar de a una sóla persona: la usurera, se complica inesperada-
ahí los principios generales en que ese mismo hecho puede damente y ha de consistir en el asesinato de otro sujeto
repetirse dentro de circunstancias diferentes o, incluso, más: la hermana de la prestamista..
circunstancias más favorables. Tomemos un ejemplo que A través del proceso de su crimen (de su planeamiento,
nos ofrece la realidad literaria) tan viva, tan existente su lucubración y su racionalización) , Raskolnikov ha rea-
y tan verdadera como cualquier otra realidad: la actitud lizado un cierto número de abstracciones. Su impulso ho-
y el comportamiento de Raskolnikov, el personaje cen- micida, adecuadamente racionalizado para el cumplimiento
tral de la no~ela Crimen y castigo) de Dostoyevski. de los fines que Raskolnikov se propone, le ha permitido
Raskolnikov, estudiante en la miseria, con una inte- crear, descubrir) diremos, para. ser más exactos, determi-
ligencia superior a la del nivel común, planea y ejecuta nadas categorías del conocimiento y no nos importe que
el asesinato de una vieja usurera que ante sus ojos no es este conocimien~o y su ·desarrollo hayan sido erróneos des-
sino un. despreciable parásito social, cuya muerte no cau- de- un principio_. Raskolnikov deduce· de. la realidad in·
sará perjuicio a nadie, antes por el contrario, será el cas- mediata que le toca vivir, las categorías éticas que le son

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LAS CATEGORIAS DE LA dONSTRUCCION

necesarias: su conocimiento de la realidad, entonces, re- La primera de estas categorías es la de relatividad por
sulta un conocimiento ético, por ello un conocimiento de cuanto a las nociones comunmente aceptadas del Bien y
naturaleza diferente al que usa Dostoyevski como autor del Mal. Lo que es criminal en Raskolnikov; resulta he-
de la novela, lo cual tiene una extraordinaria importancia roico en Napoleón: hay que buscar, entonces, una síntesis
metodológica que no debe olvidarse en ningún momento. que supere esta contradicción insufrible e injusta. El he-
Examinemos el método de que Raskolnikov se sirve para cho de suprimir la persona de un ser humano por medio
llegar a estas abstracciones, abstracciones que tendrían, a de la violencia consciente, debe considerarse, bien sea
nuestro modo de ver, un doble movimiento éncontrado, como un acto criminal o bien como un acto. heroico, tanto
primero como negación causal y segundo, como traslado en el caso de Raskolnikov como en el de Bonapárte. La
de circunstancias, transformación cualitativa de circuns- síntesis del acto la encontrará el conocimiento ético de
tancias. Raskolnikov en la categoría de circunstancialidad: la ruin-
A. De la realidad concreta e inmediatamente sensible dad, la inmisericordia de la vieja usurera hacen plau-
(es decir, que se percibe desde el primer contacto), o sea, sible, deseable y "moral" su supresión física. Pero ¿qué es
la vieja usurera inútil, parasitaria, abyecta, repugnante, lo que se hace evidente en esta elección de Raskolnikov?
Raskolnikov deriva una abstracción radical, suprema: la Que Raskolnikov equivoca el funciOnamiento de la ca-
supresión de las circunstancias de dicha realidad por me- tegoría escogida. Al abstraer lo con·creto de la circuns-
dio de la supresión misma de su sujeto, la vieja usurera, tancialidad, quiere obtener siempre los mismos ·resulta-
a la que resulta necesario asesinar. dos necesarios, cuando precisamente la circunstancialidad
B. Enseguida, Raskolnikov abstrae sus propias circuns- es la categoría de lo pasajero, de lo cambiante, esto es,
tancias como asesino para trasladarse a las circunstancias de lo concreto inmediato.
de Napoleón Bonaparte. La tarea de hacer notar esto corresponde a Dostoyevs-
La negación de un determinado complejo de situacio- ki, el autor de la novela. Es así que Dostoyevski realiza-la
nes (la usurera y todo lo que significa), conduce de modo crítica de las categorías de Raskolnikov, las enfrenta con
forzoso a que el conocimiento ético de que se sirve Raskol- sus categorías opuestas (papel que desempeña Sonia, la
nikov invente, se ·cree un complejo diferente de situacio- amante de Raskolnikov) y las coloca en su lugar, aunque
nes nuevas, pero donde deben operar, en la misma forma, tal cosa deba hacerla Dostoyevski ( y nadie le pide que
las mismas categorías. lo haga de otra manera), desde su punto de vista y de
¿Cuáles son, de este modo, las categorías qtte el perso- sus conceptos filosóficos y religiosos propios.
naje de Dostoyevski ha manejado? Las categorías en la construcción dramática deben con~
En términos generales, ha manejado dos categorías bá- siderarse, visto el ejemplo· anterior, como los puntos·· de
sicas O. entro de las exigencias ·de su propio desarrollo (no- apoyo internos para el desarrollo de· la ·trama ( circuns-
veHstico y humano) . · tancialidad), la integración del tema ·{ siliguláridad ). y

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F.L CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LAS CATEGORIAS DE LA CONSTRUCCION

consecuentemente, como resultado de la unidad armó~ de de la naturaleza de nuestros personajes y de la índole


ni ca de estos dos factores (tema y trama), para obtener de nuestro tema; por su parte, la ocasión misma nos ser~
una estructura funcional correcta y que cumpla su come- virá de instrumento para urdir la trama. Tomemos de
tido dentro de la obra de arte. Examinemos a continua- las Memorias del terrorista ruso de principios del siglo,
ción algunas de las categorías del conocimiento dramático Savinkov, su relato de cómo la organización de com-
que tienen mayor importancia, a saber. bate del partido de los Socialistas Revolucionarios, ejecu-
tó al Gran Duque Sergio. Aquí la categoría de causali-
la. Causalidad. dad se expresaba en el acuerdo adoptado por el Comité
Lo causal como aquello que, contenido en una cosa, Ejecutivo de suprimir al Gran Duque; de tal suerte, era
fenómeno o proceso, origina forzosa, necesariamente, la una causa en busca de su ocasión. Los terroristas que más
aparición de otro. Con frecuencia se confunde la causa adelante matarían al Duque Sergio "escribían" un tema y
de un fenómeno, de un hecho, con la ocasión en qué se desarrollaban una trama con su propia acción y con
produce. Por ejemplo, alguien que se expone a un agua- sus vidas; resuelto el asesinato en teoría, sólo restaba
cero y lo soporta, adquiere catarro. La causa del catarro encontrarse con las circunstancias mejores para consu-
no es la lluvia, puesto que la enfermedad estaba conteni- marlo. Entonces realizan una labor sistemática de espio-
da ya en los gérmenes que portaba el individuo; el naje respecto a cada uno de los movimientos del Gran
aguacero no fue sino un coadyuvante. Sin embargo, las Duque. Alguno se disfraza de cochero para estacionarse
circunstancias inmediatas, exteriores, del hecho, harán apa- en las proximidades de la casa donde vive la futura víc~
recer como si la lluvia hubiese sido la causa del catarro. tima y observar sus entradas y salidas, a efecto de esta-
Tales circunstancias, empero, no han sido sino la oca- blecer la regularidad de las mismas. Otros más, estacio-
sión que encontraron los gérmenes del catarro para des- nados en diferentes calles, día a día "corrigen" el trayecto
arrollarse en condiciones ópimas para ello. Resulta pues que en su coche sigue el Gran Duque hasta que, por fin,
esencial no confundir la causa con la ocasión) pero esto logran obtener el coeficiente máximo de probabilidad res-
no quiere decir que la ocasión debe ser relegada a un pecto al punto por donde, casi sin duda, deberá pasar el
término secundario. En la ocasión es donde se establece Gran Duque el día y a la hora en que se determine darle
la base de las relaciones dramáticas y su desarrollo. ¿ Có- muerte. Los terroristas han ido predeterminando la oca-
mo uniremos dos personajes que constituyen el eje de sión del atentado y, por supuesto, como es fácil advertir,
nuestra trama y el hilo conductor de nuestro tema? Los esta predeterminación no es arbitraria, sino que está su-
uniremos, les daremos una relación mutua, una interde- jeta a toda una serie de factores que se encadenan los unos
pendencia, una interacción recíproca, precisamente en la a los otros y se condicionan mutuamente dentro de cir-
ocasión más adecuada para ello. cunstancias, posibilidades, particularidades y singularida-
La búsqueda y el encuentro de la ocasión se despren- des concretas.
108 109
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
LAS CATEGORIAS DE LA CONSTRUCCION
2a. Realidad.
siste en la condición de un acontecer no-necesario, no
La categoría de realidad es aquella en que se expresa forzoso, pero que puede ocurrir en virtud del ·grado de
la relación que existe entre el tema y su trama con el sus relaciones o de la situación específica en que esté
mundo que los rodea o que quieren reflejar; es, enton- colocado, respecto a un acontecer o fenómeno que sí
ces, una relación en que se objetiviza una determinada sean necesarios. La prueba del acontecer, en este caso,
magnitud de identidad con dicho n1undo, de menos a la dará el acontecer mismo, circunstancia en la que jno-
más o de más a menos, pero que se propone como meta babilidad se distingue de posibilidad. En esta última las
una identidad absoluta. La veracidad viene a ser, de este premisas del acontecer ya están contenidas en el fenó-
modo, la forma de expresión dramática de la realidad, si meno, aunque todavía no maduren. En la probabilidad
se parte del principio de que la coincidencia del concepto no existen premisas específicas, porque el hecho puede
con lo concebido es lo que constituye el criterio de verdad. desenvolverse tanto en un sentido como en otro. Alguien
maneja su automóvil en estado de ebriedad; luego, puede
3a. Necesidad.
o no puede sufrir un accidente: es probable que lo su-
Necesidad es la categoría en que se expresa aquello fra. Pero si algún enemigo suyo planea, aprovechándose
que, sin impulso externo (a diferencia de lo causal) se de su estado, el provocar ese accidente, la posibilidad
desarrolla de modo inevitable hacia un acontecer forzoso de que tal accidente se realice casi puede asegurarse: de-
que no puede ser sino ese acontecer específico y no nin- terminada casualidad no prevista puede frustrar el pro-
gún otro.
pósito. El concepto de casi, podemos decir que consti-
tuye el campo de acción de lo posible) del mismo modo
4a. Posibilidad.
en que la noción de quizá constituye el campo de lo pro-
Es la condición en que se encuentra un fenómeno (o bable.
un acontecer) necesario) antes de que maduren las pre-
misas internas de su realización forzosa. Vgr., una per- 6a.Singularidad.
sona afectada de enfermedad necesariamente mortal, pero La singularidad está constituída por el conjunto de
que aún se encuentra en buenas condiciones físicas: su situaciones múltiples en que puede producirse un acon-
muerte, víctima de tal dolencia, puede asegurarse. Si tecer necesario, de acuerdo con su naturaleza propia. El
muere en un choque de automóviles, esta es una proba- atentado contra el Gran Duque Sergio, que poníamos de
bilidad con la que no se contaba. ejemplo, es un acontecer singular, porque, de acuerdo
con su naturaleza, crea situaciones propias, diferentes a
5a. Probabilidad.
cualquier otro acontecer, aunque éste último pueda ser
Vista la categoría anterior, la categoría de probabilidad análogo (vgr. también otro atentado político contra una
aparece como una noción concomitante a lo casual. Con- persona distinta) . Aquí el tema (atentado contra el Gran
110
111
EL CONOCIMIENTO CINE.l\IATOGRAFICO

Duque) es el acontecer necesario (y en dramaturgia el


tema siempre debe acontecer necesariamente), y las si-
tuaciones propias de su desarrollo, derivadas de su natu-
raleza específica, constituyen su singularidad.

7a. Particularidad.
La categoría de particularidad es más vasta que la de
singularidad. Dentro de la particularidad se produce un
mayor número de situaciones en las que puede desarro-
llarse un acontecer determinado, bien se trate de un acon-
tecer necesario y forzoso; o bien se trate de un aconte-
cer no-necesario ni forzoso.

8a. Circunstancialidad.
La árcunstancialidad es la forma concreta en que se
producen, dentro de una situación dada, las más diver-
sas combinaciones, enlaces e interacciones de las dife-
rentes categorías del conocimiento dramático. La riqueza
de la circunstancialidad reside en la mayor o menor carga
dramática de que esté provisto el tema. El conjunto de
circunstancias, la circunstancialidad en que se desarrolla
el acontecer dramático del atentado contra el Gran Du-
que, para seguir nuestro ejemplo, en el instante en que
deben ser arrojadas las bombas, dentro de un lapso donde
la tensión emocional llega a su nivel más alto, resume en
toda su fuerza la actividad de casi todas las categorías
del conocimiento dramático. Lo necesario se liga a lo
casual: el gran Duque pasará por el puente en cuyas
cercanías están apostados los terroristas. ¿Qué ocurri-
rá si en ese momento un niño cruza el puente? El coche
del duque cruza el puente (acontecer previsto como ne-
cesario) , pero al primer terrorista se le descompone el " . Cha lin se encuentran, nacidos el uno para el ot:o,
... efl <:I~e y 'depntidad los convierte en clásicos desde un prm-
y su uswn, su 1 ,
112 cipio."
"Cine y gesto se convierten desde entonces en una misma cosa
y lo seguirán siendo de aquí en adelante."

"La línea de Chaplin sigue un trazo que va desde el lenguaje del


gesto sin palabras hasta el lenguaje de las palabras con gesto."
Hiroshima, mi amor. "Un sucederse, para ser más precisos, que
depende menos de la acción visible que de un acontecer interno del
drama ... "

Ciudadano Kane. " ... no faltaron gentes que se apresuraron a


equiparar dentro de un mismo cuadro estilístico al Ciudadano
Kane y al Ulysses de James Joyce ... "
Hiroshima, mi amor. " ... del espantoso vacío y la atormentadora.
soledad que representa la negación del hombre." La aventura. "Su verdadera conciencia humana está imposibilitada
·en absoluto, de ser libre como tal conciencia humana."
LAS CATEGORIAS DE LA CONSTRUCCION

broche de su portafolio y no puede sacar la bomba a


tiempo (casualidad); el segundo terrorista (que no debía
intervenir sino como enlace para hacer señales) , nervioso,
saca su revólver y dispara (singularidad determinada por
el hecho de que lo casual -la falla del primer terrorista-,
se convirtió, de .pronto, en un acontecer inevitable, ya
necesario) ; el carruaje del Gran Duque escapa al ga-
lope de sus caballos (causalidad inevitable) ; entonces el
tercer terrorista arroja la bomba y· hace saltar el carruaje
con el Gran Duque muerto.
Hasta aquí algunas de las categorías más importantes
del conocimiento dramático. ·Su uso y aplicación en el
trabajo de escribir una obra cinematográfica, por supues-
to que no puede sujetarse a un formulario académico.
El análisis de los materiales que se elijan y las derivacio-
La aventura. "Para este ser irremediablemente trágico, tolo hu- nes de su contenido, debidamente estudiadas y combina-
mano lo será, en lo sucesivo, irremediablemente ajeno, en par-
ticular el amor ... " das, será lo que permita, en todo caso, el uso más .fecun-
do de las categorías.
PROBLEMAS DEL ANALISIS

mímico, todo ello resu~lto dentro de una simple fórmula


aritmética: novela más teatro (novelón más teatralidad
fotografiada) igual a "film cf arf'. D' Annunzio era el fa-
vorito entonces.
Pero no se crea que queramos cometer la misma injus-
PROBLEMAS DEL ANALISIS CINEMATOGRAFICO ticia comparativa contra el cine europeo contemporáneo.
Aquella primera vez en que el .cine iba detrás de los
requerimientos de la novela, para quedarse con D'An-
SEXO Y ENAJENACION. SOBRE "LA AVENTURA" DE ANTONIONI nunzio a través de Sara Bernhardt, la novela ya había
llegado a su madurez artística (y hasta en su género,
Si se trata de encontrar una característica común a las pe- D'Annunzio también) , por no hablar del teatro y de la
lículas europeas de los años más recientes (entre las que actuación dramática, ya no solo maduros sino hasta ve-
deberán contarse las de la ya antigua "nueva ola") tal ca- nerables y en pleno goce de su certificado de eternidad.
racterística podría ser la de su identidad cada vez mayor con El cine, en cambio, no era aún cine. Su matrimonio
la novela. Por supuesto la novela contemporánea, Mal- con la novela y el teatro era una combinación harto
raux, Celine (un poco el Gide de Los monederos y de prematura donde el cálculo y el interés de un "menage
Las cuevas o el Huxley de Contrapunto y en menor me- a trois" tan notorio no podía menos de saltar a la vista.
dida Butor), Camus, Sartre, Simone de Beauvoir, dicho Hoy por el contrario, las cosas resultan distintas, si
sea en forma más o menos aproximada. es que no nos equivocamos en el paralelo. El cine se iden-
Luego pues, el cine "ha vuelto" a necesitar de la no- tifica cada vez más con la novela a tiempo que ésta deja
vela. Pero sería necesario añadir que en la misma medida de ser novela. . . al modo del siglo XIX; mientras el
en que la propia novela se emancipa de sí misma, es cine -si se acepta formularlo así- se hace cada vez más
decir, en la misma medida en que la novela contempo- cinematográfico en tanto es menos el "film d'art" de los
ránea logra liberarse de su siglo XIX y de los límites for- años veintes. No importa que la novela venga siendo
males y conservadores a que de tan buen modo y tan más novelística con el transcurso del tiempo, lo que sim-
despejadamente la condujeran los novelistas franceses de plemente significa que cada vez logra más lo que como
la pasada centuria incluso los más iconoclastas y furibun- novela quiere ser. Los beneficios de una identidad entre
dos. cine y novela, en estas circunstancias, no son entonces
Ha vuelto a necesitar, dijimos. En realidad aquí hay una sino fecundos para ambos.
injusticia contra la novela. La primera vez que el cine Es posible de tal modo que en esto radique esa cosa
acudió en su busca lo que necesitaba, en el fondo, era dístinta, ese toque singular, ese aliento extraño que la
mucho menos de aquélla que del folletón y del teatro crítica no sabe discernir en la cinematografía moderna y

114 115
EL. CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL ANALISIS

que, a falta de una inteligencia adecuada del problema, forma cada vez; si los son más, es cosa de decidirlo. En
ha resumido en 1 expresiones supletorias tan jactanciosas todo caso las formas son más puras, más diferenciadas
y vacías como "neorrealismo", o cuando no puede más, en sí mismas, más certeras por cuanto a sus exigencias
tan estúpidas como "nueva ola", clasificación donde ya contemporáneas.
no se encuentra, en absoluto, ni siquiera la sombra de Existe, pues, un sucederse distinto, que si prescinde de
una idea. la acción tan sólo lo hace de sus viejas formas ("el ojo
Pero examinemos de cerca la cuestión. Identidad, o nuevo requiere una acción", dice aproximadamente Juan
si se prefiere, aproximación del cine a la novela. Bien. Gabriel Borkman en el drama de Ibsen) . Un sucederse,
Pero ¿en qué? ¿cómo? para ser precisos, que depende menos de la acción visi-
La respuesta implica proseguir con las consecuencias ble que de un acontecer interno del drama, o en otras
del doble paralelo: de una parte, novela moderna y palabras, donde las relaciones conflictivas se hacen me-
novela del siglo XIX (aunque ·el siglo XIX novelístico se nos visibles, menos subordinadas a la simplicidad formal
prolongue más allá de la terminación de la Primera y exterior de dicho acontecer. Esto nos explica la natu-
Guerra Mundial y no se diga en México, donde se pro- raleza común que tienen películas como La strada, Hiro-
longa más acá de Las buenas conciencias y de Agustín shima, mon amour, La aventura, a pesar de que sean
Yáñez) ; y de la otra, cine pre-cinematográfico de la época tan diferentes unas de otras.
del "film d'art" y cine-novela de la segunda posguerra En lo anterior, que parecería referirse a problemas pu-
del siglo XX. ra y exclusivamente formales, se agita, no obstante, una
Permítasenos, empero, que no hablemos sino en tér- cuestión de contenido que reviste importancia fundamen-
minos muy generales. Hay, en esto que llamamos cine- tal: el carácter de la problemática de la obra y de sus
novela una cierta, una determinada prescindencia de la vehículos expresivos, o sea, de sus medios, de sus ins-
acción, del mismo 1nodo que en la novela actual (no trumentos, de su modo de conocerse a sí misma y de dar-
digamos Ulysses de Joyce, naturalmente) el sucederse ya se a conocer.
no es lo mismo que fue en el pasado, en La Cartuja de Comenzaremos .entonces por un análisis tentativo de La
Parma, en Madame Bovary o en Balzac (aquellos deli- aventura y su problemática.
ciosos repasos: " ... como recordará el lector, en el ca- La problemática de La aventura -esto es, la esencia
pítulo XV dejamos a la prima Lizbeth cuando ... "). En conflictiva de la obra- radica en la idea de frustración
cambio tómese Mientras agonizo y Santuario de Faulk- como tendencia dominante de la misma, bien que re-
ner o Manhattan transfer de Dos Passos, por ejemplo. suelta en términos absolutos, circunstancia metodológica
No por ello -y será preciso tenerlo siempre en cuen- que habrá de considerarse en el momento oportuno. La
ta- la novela ha dejado de ser novelística, repetimos, ni frustración, en . tanto · qtie esencia conflictiva, comienza
el cine ha dejado de ser cinematográfico. Lo son en otra por . ser entonces una frustr.áción esencial.~ :sin escapatoria,
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL AN ALISIS

Su solución radicará de tal modo en ella misma, en la talento creador, genio qmza. Esta adivinación, sin em-
imposibilidad que constituye su naturaleza, en el no-poder bargo, es tan sólo una potencialidad de su conciencia,
de su propio impulso, así se dirija a donde sea: se re- una actitud incomprobada, un querer ser que se subsume,
suelve en que no puede resolverse de ningún modo, a que desaparece ante el hecho real de que Sandro no sea
menos que rompa su naturaleza, se salga de ella y trai- sjno un arquitecto que ha mercantilizado su talento y
cione al drama, se traicione. Dentro de esta problemá- que a cambio de ello recibe cuantas riquezas, comodida-
tica, el otro polo de la relación conflictiva no podía ser des y placeres puede anhelar. El grado de libertad de
sino el de la conciencia -como actividad, como recha- conciencia de que dispone Sandro no le permite, así, na-
zo-, pero una conciencia diabólicamente sometida a su da que pueda ir más allá de lo que necesita tan sólo
fatum., una conciencia condenada de antemano y sin para saberse mercancía, para autoconocerse como un ta-
remedio. lento enajenado a su cotización mercantil. Se contempla
Sandro, el ·protagonista, en efecto, se mueve en un entonces deformado a sí mismo en el espejo convexo de
mundo de relaciones frustradas:, ante todo por que él es la enajenación de su conciencia, de su no-pertenecerse y
el llamado a frustrarlas al solo contacto con ellas como no pertenecer a esa realidad verdadera, a esa otra reali-
una especie de rey Midas, a través de una acción' inerte dad no subvertida por la enajenación y que, como artista,
donde la apasionada búsqueda de lo humano, a que lo querría asumir con toda su alma, pero a la que no podrá
impulsa su conciencia, no lo conducirá en ningún caso jamás entregarse precisamente porque su alma no es toda
sino al encuentro subvertido de eso mismo que busca. suya, no le pertenece, no le está permitido disponer de
Porque todo se encuentra: al revés, desde un principio y ella sino dentro de los límites en que las relaciones socia-
necesariamente, en el mundo de Sandro: todo está a la les capitalistas la han condenado a no ser un alma libre.
inversa, toda su realidad no es sino una alucinante, vene- Se trata, así, de manejar dramáticamente la libertad
nosa, deleitosa subversión: su búsqueda es una subver..; mediatizada de Sandro y el impulso de esa libertad por
sión del buscar; su forma de ser conciente, .una subver- realizarse. Pero ¿en qué sentido puede luchar por reali-
sión de la conciencia; su encuentro de lo humano, las zarse esa libertad inválida, en qué dirección dentro de
relaciones humanas subvertidas. su invalidez?
La raíz de la problemática personal de Sandro -que Aquí es donde está todo el problema. La verdadera
al mismo tiempo constituye el conjunto de la problemá- humanidad de Sandro, su condición humana auténtica,
tica de la obra- arranca del grado de conciencia que reside en la conciencia de su Y o como artista, que, ade-
sus circunstancias le permiten ejercer y cuyos límites son más, lo es, cuando menos vocacionalmente. Su Y o ar-
-y deben ser- dramáticamente irrompibles. En su con- tístico, de tal modo, no viene a ser sino la presencia
dición de arquitecto; Sandro ·adivina, sospecha o tal vez del Yo genérico de la especie, ese reflejo de la concien-
hasta se encuentre convencido, de que tiene un enorme cia social sobre el individuo. que eleva de nivel al egoís-
118 119
EL CONOCIMIENTO_ CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL ANALISIS

mo propio, bajo una determinada forma de la vocacwn A falta de una realización genérica en el arte del amor
religiosa, política, filosófica, artística, etcétera y lo trans- a su Yo, Sandro, despojado de amor, no hace sino amar-
forma, de egoísmo no-humano (de amor al ego en sí) en se ferozmente a sí mismo con desprecio; con repugnancia,
un egoísmo más alto, como amor al Y o universal del con cólera, pero sin la menor consideración para nadie,
Hombre. El ejercicio pleno de esa conciencia, su reali- aunque esto le cause un sufrimiento indecible, cosa que,
zación objetiva, su hacerse real del propio Sandro, re- por otro lado, parece redimirlo ante sus propios ojos.
presentaría, al mismo tiempo, la conquista de su libertad; Su vida gira en el martirizante círculo creado por su
bastaría con que Sandro rompiera terminantemente, ra- propio infierno y no podrá menos ·de arrastrar en su ór-
dicalmente, con el mundo que lo enajena; con que dejara bita a todas aquellas relaciones amorosas que, sin darse
de ser una mercancía, un talento mercantilizado, lo cual, cuenta él mismo, estará sentenciado a confundir siem-
sin duda, es precisamente lo imposible. pre con el verdadero amor. Por ·ello, lo auténtico
Sin embargo -y porque Sandro no es capaz de dis- de su desesperación· lo hace tan convincente con las
pararse hacia la libertad en un gesto supremo de desena- mujeres, .y en seguida suscita en ellas una desesperación
jenación-, en esto último no radican las relaciones con- igualmente. espantosa: no es que mienta, simplemente
flictivas del cine-drama, en virtud de que tampoco ahí engaña con la sinceridad de una mentira que tampoco le
se encuentran, ni la naturaleza dramática ·de Sandro pertenece -que le fue impuesta___,_, lo ·que convierte sus
ni la de su tipo como naturaleza real extradramática. frustraciones en un reiterado delirio de subyugante sa-
Luego, la tipicidad de Sandro exige el desplazamiento del dismo, de donde no resultan sino víctimas, ante todo las
conflicto a una esf~ra diferente de las contradicciones mujeres en primer término, pero. Sandro también. Su
donde,; metodológicamente, como decíamos, los , términos caso no acepta salida, es. tenebroso, sin esperanza alguna
tendrán que plantearse -casi. por sí mismos-. en sus di- y Sandro, desde lo más profundo, solitario y desamparado
mensiones absolutas, cosa que hasta cierto punto, pero de su ser,·· sólo pide· la más inc~eíble piedad. Esa piedad
co:n. singular efkacia, es lo que hace La aventura. Sandro, que sólo Antonioni mismo podría· impartirle y que al
pues, está en 1(1.- trampa. Su verdadera conciencia huma':' fin ·le concede con. la. aparición de la mano de Claudia,
na está imposibilitada en absoluto, de ser -libre como cuando ésta, después. de una· duda prodigiosamente con-
tal conciencia humana. Entonces esta enajenación abso- movedora -la duda misma de Antonioni- acaricia la ca-
luta del Y o humano de Sandro se convertirá en la li- beza del culpable, ·segundos antes de que el último fade
bertad absoluta de lo no-humano de su Y o revertido a out cierre la toma final de la película.
las relaciones individuales enajenadas que constituyen su Se puede discutir desde las posiciones del criterio que
vida~ De aquí se desprenden todas las consecuencias am- se quiera la problemática de La aventura o de cinedra-
bientales, ·psicológicas, éticas, sociológicas y demás, en tor- mas análogos, pero, con todo, esta· película de Antoníoni
no a las que se desarrolla la problemática de La aventura. no podrá dejarse de· considerar como representativa·· de
120 121
EL CONOCIMIENTO. CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS' DEL ANALISIS

una tendencia avanzada dentro de la cinematografía componentes de lo que constituye el complejo ideológico
moderna, así no fuese sino por cuanto maneja nuevas re- en su conjunto, considerado este complejo como el todo
laciones de la conciencia que, sin duda, ensanchan el cam- de la ideología que el arte está llamado a conocer (esté-
po del análisis ideológico y de sus perspectivas. El punto ticamente hablando, se entiende, puesto que como fe-
de vista propio en que se coloca La aventura respecto nómeno social su tarea y su papel son distintos) en tanto
a dicho análisis . es una cuestión diferente, con la que que método particular y específico del conocimiento. Quiere
se puede estar o no de acuerdo. Por mi parte yo no estoy decir que~ por cuanto a esto último, el método del co-
de acuerdo, pero no tanto por lo que se refiere al aná- nocimiento estético (y naturalmente su particularidad ci-
lisis en sí mismo, sino por cuanto a que La aventura no nematográfica) se limita a sí mismo, se restringe y cir-
lo hace culminar, no lo remata, lo deja sin su progresión cunscribe a límites singulares, si la superficie de su acción
natural (su progresión no extrínseca, sino propia, "in- se considera, pongamos por caso, respecto al todo ideo-
ruante"), como análisis que se queda a solas sin la sín- lóo·ico que abarca la filosofía. El todo ideológico del ar-
b 1
tesis que le corresponde, problema en el que me de- te (y debe comprenderse que la palabra todo se usa aqm
tendré más adelante. Pero volvamos a .una premisa. no únicamente como separación metodológica) será, pues,
desarrollada del presente trabajo: La aventura ensan- un todo diferente si se le compara con el de otras disci-
cha el campo del análisis ideológico. Lo primero que plinas particulares cuyo método se destina a explotar otros
ocurre aquí (cuando sobre todo se trata de una película campos, igualmente diferentes, del conocimiento. Pero
a la que el ~riterio superficial y gazmoño se siente tentado con esto no se agota el problema. Si aceptamos que el
de inmediato a juzgar como "decadente") es preguntarse todo de la ideología que el arte está llamado a conocer
cuáles podrían ser en rigor y de modo expreso, los ele- tiene sus propios límites, comparado con el de otros
mentos ideológicos de La aventura. Está claro que dichos métodos, y además es distinto respecto a estos últimos, ten-
materiales ideológicos exjJresos -tal o cual intención sar- dremos .que aceptar entonces que ese todo ideológico
cástica, ésta o aquélla violenta .mordacidad, que las hay será al· mismo tiempo, más limitado y n1ás amplio, según
' • 1
magníficas- no son los determinantes del problema ni sea su situación de referencia, su punto de comparacwn
a los que nos referimos al hablar ·de un ·ensanchamiento con la filosofía, con la sociología, con la política, .con: la
del área ideológica del análisis. No; lo que aquí se en- ética:, y que, consecuentemente, sin que deje~ de ~ener
cierra -mejor dicho, lo que sugiere La aventura por todos entre sí un común denominador esencml e mex-
cuanto a la aplicación de un método~ es la posibilidad cusable y una reciprocidad de incidencias necesarias, el
de una perspectiva nueva, teórica y práctica, de mayores arte debé cuidarse d~ no invadir campos ajenos, así como
alcances y de mayor profundidad para el arte cinemato- de que no le sean invadidos los propios.
gráfico de nuestros :días. Ahora bien. Si La aventura) para repetirlo una ·vez
·Tal perspectiva se relaciona sustancialmente con los más, nos sugiere el ensanchamiento del análisis ideológko

122 123
PROBLEMAS DEL ANALIS!S
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
que la causa de un fenómeno en que la o~as~ó~ coincide.
a un campo más vasto ele las relaciones ele la conciencia, Individuo y ocasión, que para otras d1SC1plmas (por
no se vaya a creer, por ello, que pretendemos mostrarla ejemplo, la que se ocupa de las leyes estadístic.as ~, tienen
como ejemplo teórico de cómo deberán ser abordadas las una significación escasa o nula, para el conoc1m1ento es-
tareas ideológicas ele la cinematografía. La aventura es tético y su particularidad dramática adq~ieren, en cam-
un material cinematográfico del que tomamos las consi- bio, una importancia fundamental. Los mstrumentos de
deraciones y reflexiones que de él mismo se desprenden, trabajo de la expresión dramática, son en. ~fecto, el In-
en virtud de la naturaleza peculiar de su problemática, dividuo -las individualidades-, y la ocaswn en que el
de sus aciertos, de sus atisbos, de sus errores, de su uni- individuo se n1ueve, sus circunstancias. El uso adecuado,
lateralidad, ele su idealismo metafísico, de su nihilismo,
ef1'caz creador de dichos instrumentos, es entonces pro-
y también de su espléndida y furiosa cólera revoluciona- blema' que corresponde
' al método, pero no a . cua1~u.Ier.
ria, todo lo cual sin duda, representa una enseñanza. clase de método (digamos, el de la dramaturgia mtstlca
Cólera revolucionaria, para decirlo al paso, tan conmo- de Claudel, por ejemplo) sino al método realista . . Sin
vedora y · grave, tan incierta también, como la de los embargo tampoco basta el método simplemente reahsta,
terroristas justos al· colocar una bomba: mañana (es decir como nos lo demostrará el realismo espontáneo de La aven-
hoy en un país socialista) la sagrada bomba de ayer será tura.
contrarrevolucionaria. Y los terroristas habrán dejado de Antonioni plantea en su Individuo-Dramát~co (~an-
ser santos para convertirse en criminales. dro) descargándolas sobre él con toda su vw~enc1a Y
Esta circunstancia dramática de ser una cosa lo uno del :Uodo más brutal, las contradicciones ese~czales del
o lo otro, según su momento histórico, nos coloca ante hombre contemporáneo que lucha contra sí mismo, con-
otro enunciado que La aventura contiene: la lucha an- tra sus semejantes, en la imagen subvertida que éstos re-
tagónica que se libra entre la ecuación Individuo-Indivi· presentan de su propia forma moral, social, ele No-Ser
dualismo y .la ecuación Hombre-Individuo, vistas ambas humano. La última y más patética de las batallas de nues-
dentro de las tendencias contradictorias, de diferente ca- tro tiempo, en efecto se libra precisamente entre el No-Ser
l'ácter, de una misma problemática. Examinemos pues del hombre -la sociedad de clases, las guerras, la destruc-
dicho enunciado. ción atómica, la opresión de los pueblos- y el, digamos,
En tanto que lo singular es más rico que lo general, Sí-Ser humano del hombre que se rescata en el socia-
que lo universal, el Individuo constituye también, en sí lismo en el comunismo y en la paz.
mismo y dentro de sus relaciones, un campo de expresión Re~ertir, pues, la esencia de esta ect~ac!ó.n (la esen-
más variado, más pletórico. de circunstancias y de moda- cia, entiéndase bien, y no el proceso histonco general)
lidades que el Hombre, de la misma manera en que res- en sus proyectos sobre el indivicl~o, no pued: menos q~1e
pecto al su<;eder; la oca.sión tiene un carácter .más insólito, hacer surgir un incalculable cumulo de c1rcunstanctas
más. sorprendente, más ·lleno· de vicisitudes y peripecias, ·
dramáticas particulares de una nqueza enorme , y no· im-
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124
EL CONOCil\IIENTO GINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL AN ALISIS

porta entonces quién sea el inidividuo, ni la clase a que desde fuera, sino que está implícita en el proceso del aná-
pertenezca, ni la ideología que profese, ni la vida que lisis como cosa propia, pues nadie pretendería que el mé-
lleve, si el desarrollo de esa materia dramática particular todo realista consiste en introducir transformaciones cualita-
sabe mantenerse en una justa y lúcida disposición cog- tivas que no sean las que se desprenden de la progresión
noscitiva, realista y dialéctica hacia las relaciones esen- intrínseca del contexto dramático.
ciales en· que se expresa ·la ecuación Hombre-Individuo, Aquí es donde la perplejidad que acomete a Antonioni
pese a la increíble y despistadora variedad de contradic- lo hace detenerse y optar por la abstracción: quiere que
ciones en que ésta se mueve. el desarrollo dramático siga por su propio pie, sin que el
El Individuo-Dramático que Antonioni elige -San- director "se comprometa" con las fuerzas inductivas que
dro--, no tiene ninguna actitud específica ante los pro- están llamadas a desempeñar el papel hegemónico en el
blemas de nuestro tiempo;· ante lo único que Sandro tie- proceso dramático. La presunta "imparcialidad" a que
ne una actitud es ante su propia angustia privada, mala, Antonioni abandona el análisis de La aventura, de este
personal, viciosa, y que constituye la fuente de sus su- modo, en lugar de hacer más objetivos los datos reales
frimientos. Lo que Sandro no acierta a saber, ni le im- -como parecería ser el propósito-- lo único que logra
porta tampoco formularse -pero que la materia dra- es deformar la realidad. Esto se manifiesta precisamente
mática si "sabe" y "se formula"- es que su angustia indi- como un error "de tendencia"· en el manejo de los mate-
vidual no· hace sino reproducir, en su persona, como riales de la progresión conflictiva: a título de no intro-
reflejo, la condición de ser inhumano en que el hombre ducir tendencia alguna, se abre paso franco y libre a la
se encuentra. Hasta aquí, como vemos, Antonioni pro- espontaneidad arbitraria de los pi'opios materiales -como
cede como realista, pero de pronto parece detenerse, con fuerzas ciegas-- para que imponga sobre la tendencia
la mayor perplejidad, cuando se trata de aplicar la dia- real de la problemática y en su menoscabo, la tendencia
léctica. Veamos la forma en que esto sucede. "más apta" para ser . la dominante. El resultado es que
La aventura se sirve de un método realista hasta en la tendencia "más apta" para convertirse en la tendencia
tanto su análisis ideológico (el proceso descriptivo de la dominante, no viene a ser otra, por su propia naturaleza,
enajenación de los sentimientos humanos, realizado por sino inevitablemente la de las escenas sexuales. En segui-
Antonioni, no en una forma lineal y.. simplista, sino den- da diremos por qué.
tro de una elevada expresividad dramática), hasta en Hemos convenido en que la problemática de La aventura
tanto, repetimos, ese análisis es veraz. Empero dicho radica en la idea de frustración, que impregna por entero y
análisis ideológico se vuelva contra su propia veraci- en todos los sentidos al cinedrama. Este tipo de frustración,
dad, en el momento mismo en que no asume sus contra- por ello mismo, no es simple rii indirecto, ni secundario.
dicciones para superarlas en ·una síntesis de rango su- Precisamente se trata de una ·frustración esencial cuyo
perior. Síntesis;. por otra parte, que no puede ser más origen se encuentra en un nivel considerablemente más
legítima, que le pertenece, que no le será introducida elevado que otras relaciones conflictivas,. ya que éstas son
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO
PROBLEMAS DEL ANALISIS

las de la conciencia enajenada y, además en su situa- como insólitas islas de tregua donde lo humano reapare-
ción límite como relaciones en un estad; constante de ce, libre y dueño de sí mismo, extrañamente triunfal y
actividad dramática. La naturaleza superior de esta ena- jubiloso, divorciado por completo de los vínculos con la
jenación -claro que no patológica, sino social · aunque enajenación, como si el sexo ya hubiese dejado también
tenga sus derivaciones enfermizas- reside en su' carácter de ser su siervo envilecido y sumiso, no fuese ya la mercan-
altamente negativo, como enajenación de lo humano del cía esclava que es.
protagonista. Este ha enajenado, como mercancía, lo más Esta súbita ausencia de crueldad de La aventura -hasta
h~mano de su propio yo, su talento artístico, lo más en esa delicada, estremecedora capitulación que es la mano
d1gno y elevado de su ·propio ser; lo que más ama su de Claudia en la caricia final-, este grave error de prin-
sub~tancialidad humana misma. Esta enajenación en~je­ cipios, desvía la problemática de la película, así no se lo
nara a su vez todas sus demás relaciones individuales. haya propuesto nadie, hacia una gratuita voluptuosidad,
Para este ser irremediablemente trágico, todo lo huma- carente de cualquier contenido que no sea el de las esce-
no le será, en lo sucesivo, irremediablemente ajeno en nas mismas, que termina por imponerse como la tendencia
particular el amor, porque es el amor humano a sí mismo dominante, repetimos, al extremo de anular la tendencia
el ~mor a los demás hombres en la propia persona, im- real implícita en el desarrollo del cinedrama.
posible ya de ser para Sandro, lo que constituye su ya Compárese, en cambio, cómo Hiroshima, mi amor, re-
no-ser.
suelve este mismo problema de la tendencia implícita, en
Hasta aquí el problema. ¿En qué punto reside la fal- circunstancias singularmente análogas. Las relacionés se-
ta de síntesis, el hecho de que el análisis de La aventura xuales que Hiroshima plantea, independientemente de su
renuncie a integrar en una síntesis armónica su contra- verismo descriptivo -que la cámara no tiene porque seis-
dicción dramática esencial? layar, ni al que la cinematografía deberá renunciar en
Reside, contrariamente a lo que pudiera creerse en la ningún momento-- no son sino un trasunto crítico, dentro
belleza, en la plenitud, en la alegría de las relaci~nes se- de la profunda melancolía y tristeza de que están impreg-
xuales, tal como están vistas por La aventura. Así to- nadas, del espantoso vacío y la atormentadora soledad
mada~ por la película las relaciones sexuales, en su pure- que representa la negación del hombre.
za mas abstracta y acrítica, reivindican a un extremo tan
pode:oso Y libre su condición humana, que bastarían
por. SI solas para desenajenar .al protagonista, para liberar- GESTO Y COMUNICACION. A PRO PO SITO DEL
lo, para reintegrarlo a su propio ser, y con esto traicionan, LENGUAJE DE CHARLES CHAPLIN
entonces, la realidad ·conflictiva del drama.
Es por esta causa que las relaciones sexuales adquieren, De acuerdo, jóvenes cineastas "objetivos" de la más re-
en La aventura>· tma realidad autónoma como contradic- ciente generación -adversarios por igual del naturalis-
ción no asumida y .deforman con ello .la problemática. Son mo y del realismo--: Charles Chaplin es un sentimental.
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PROBLEMAS DEL AN ALISIS
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO

¡Ah!, pero no nos dejemos llevar por el desprestigio de cieron y no importa que antes de su encuentro cada uno
las palabras. Seamos iconoclastas razonables, sin perjuicio tuviese ya la existencia que se quiera, Mélies o el pequeño
de toda la furia que nos queramos permitir. Pongamos actor de números de vodevil en los teatros de Londres.
por caso, Beethoven no es menos sentimental aunque Esto no cuenta: cuenta tan sólo en el aspecto potencial,
Stravinsky -si tratáramos de oponérselo, rle incurrir como en el hidrógeno y el oxígeno, que ninguno es agua
en esa ligereza provinciana de las comparaciones ex- por separado. El agua "aparece" en la fórmula, nace con
cluyentes- mucho más que no ser sentim-2ntal en ab- ella de un golpe, de un salto violento, de pronto es agua,
soluto, simplemente lo es de otro modo que Beethoven, de pronto es Chaplin, d,e pronto es cine: y no hay sino
pertenece a otro sentimentalismo diferente. Brecht hace agua clásica desde un principio, después del Caos, a
decir al Papa Urbano VIII que la pasión de Galileo Gali- partir del segundo día del Génesis. .
lei por el pensamiento especulativo -valga decir, por la El cine fue una mueca indesbastada -antenor a la
teoría -no era sino pura sensualidad, cosa que no puede invención del lenguaje de los sordomudos- hasta que no
estar más penetrantemente dicha. Sentimentalismo e in- se une con Chaplin y se convierte en gesto) pero que tam-
telectualismo -ambos en la acepción no peyorativa de poco es lenguaje de sordomu~os, ni mu~ho :nenos eso a
la palabra- brotan de una misma fuente común la sen- donde la carencia de fa.ntasia de los h1stonadores con-
sualidad, la sensoreidad: esa patria nativa del cono~imiento fina al cine no-auditivo, bajo la calumniosa definición de
que es la percepción por los sentidos. ¿Por qué entonces, cine-mudo.
polarizar aquellos términos y tomar partido? Con Chaplin en realidad -en realidad de verdad,
Examinemos ante todo cuáles son los caminos de Cha- como dirían los escolásticos- termina el cine-mudo, si
plin y si la sentimentalidad a que -también- no siem- concedemos que alguna vez lo fuese del todo, y se pro-
pre lo conducen -la sentimentalidad y otras muchas co- duce uno de los acontecimientos más extraordinarios de
sas más -es legítima y hasta qué grado, o ilegítima y, la historia, sin que pueda llamarse exagerado ~1 d~cir~o:
por igual, en qué medida no le pertenece, lo traiciona o la universalización del gesto -de paso, Chaplm hqmda
le permite traicionarse. el esperanto. El cine inventa su sistema Braille para vi-
¿Punto de partida, diríamos? Se puede decir de todos o dentes: no se trata de mutismo o sordera algunos, se trata
casi todos los grandes artistas: se inicia en tal punto, llega de la unidad de los sentidos, de su humanización, de verse
a su madurez en tal otro. Lo notable, aquello, que preci- el hombre y sus emociones retratado en ellos, en los sen-
samente lo hace singular hasta un extremo de difícil com- tidos del otro) pero donde este otro de todos no viene a
paración, es que en Chaplin no hay ese punto de partida: ser indefectiblemente sino Carlos Cha.plin, el pequeño
el cine y Chaplin se encuentran, nacidos el uno para el Charlie del instrumento, del analizador multiseñorial en
otro, y su fusión, su identidad, los convierte en clásicos que se ha convertido la pantalla cinematográfica. .
desde un principio, No han recorrido una trayectoria Cine y gesto se convierten desde entonces en una mis-
previa de ajuste y depuración, son tal y como juntos na- ma cosa y lo seguirán siendo de aquí en adelante: el gesto
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL AN ALISIS

de nuestro tiempo, nada menos y, luego, un gesto que que en determinadas condiciones sociales ¿o acaso se ha-
tendrá voces y sonidos, lo que, empero, es más comple- bla aquí de un hombre que no sea histórico?)
mentario que esencial. Sin embargo no hay que apresu- Pero hacía falta el cine y éste aparece en la fase más
rarse a provocar malentendidos. Expliquémonos. a~·ucla y crítica de la deshumanización del hombre, pre-
Antes que la palabra, en el hombre nace la mueca cisamente cuando su necesidad lo reclama del modo más
-prima hermana del gesto- como el conjunto primitivo, lógico y "natural": la época contemporánea. Se explica
todavía no-humano, de los signos necesarios de comuni- que Chaplin se dé también así como necesario y que su
cación. Comunicación que apenas linda con el pensa- propio genio de Individuo, a su :vez, se identifique de
miento, que no llega aún a convertirse en pensamiento y igual modo con el genio mismo de la Historia.
que está condicionada, ante todo, por puros estados emo- El cine y Chaplin, Chaplin y su cine, han de compare·
cionales: temor, cólera, instinto de subsistir y demás. cer, a causa de todo esto, ante un hombre mudo. No era
La articulación del lenguaje viene después, el hom- el cine de los primeros tiempos el que no conquistaba aún
bre se convierte en palabra, la palabra se convierte en el uso de la palabra, sino los hombres quienes lo habían
hombre. Con todo, tal armonía no estaba destinada a perdido: el cine "mudo" de Chaplin aparecía únicamente
perdurar por mucho tiempo: los hombres trabajaban, me- como una forma de hablar mejor y la mueca y el gesto,
diante todos los recursos del propio desarrollo, a favor como una superación crítica del lenguaje enajenado del
del primer estallido de una bomba atómica, en el campo hombre; así pues, el cine se transformaba en un lenguaje
de la comunicación humana, con su Torre de Babel y nuevo. dentro de su esfera, incluso más allá ele Chaplin,
la consiguiente confusión ele las lenguas. El lenguaje, es decir, más acá del cine no-auditivo.
Lo que queremos afirmar es que el cine de Chaplin
pues, se había deshumanizado, sólo que al nivel de una
estaba destinado, predestinado a ser revolucionario desde
fase superior respecto a la mueca. Es de esta suerte, de
el primer momento y a seguirlo siendo hasta el último.
cualquier modo, como el hombre deja de ser palabra y
El instrumento de su crítica era de la misma mate-
l<:J, palabra deja de ser humana, hasta nuestros días. O
ria que lo criticado; el sujeto, de la misma naturaleza
sea, la forma en que se deshumaniza el hombre, o con
que el objeto: el proceso consistía en negar la deshuma-
mayor exactitud, en que queda establecida la lucha entre
nización contemporánea del hombre con lo que en otros
las dos fuerzas que se disputan el tiempo: lo humano y
tiempos fuera la mueca irracional del hombre primitivo
es decir, mediante una inhumanidad crítica llamada ~
lo no-humano de su existir, la lucha del hombre por la
unidad consigo mismo.
convertirse forzosamente en un lazo común, en una co-
A estas alturas, entonces, el gesto jJUede ya ser pen-
municación de todos y, por ende, una comunicación· más
samiento; resume en una síntesis más elevada a la mueca esencialmente humana, más libre y universal.
y al lenguaje articulado: el hombre se reencuentra en el
En lo precedente está implícita una especie de anacro-
gesto y el gesto se vuelve hombre (claro, claro, ya se sabe
nía, de superposición,. mejor dicho, de interpenetración de
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO PROBLEMAS DEL AN ALISIS

épocas, que Chaplin cuida siempre de revertir, a escala sino simplemente un par de zapatos donde el desvalido
de las necesidades expresivas de que se trate, a su propio y pequeño eharlie no se pertenece a sí mismo en la li-
lenguaje cinematográfico. Aunque digamos, más bien que bertad de poderlos tomar como objeto de su subsistencia:
interpenetración de épocas -si tomamos un ejemplo de- la carne cruda del oso sacrificado para alimentarlo, hace
terminado en la pantalla como método del conocimien- más libre al hombre de Neanderthal que al pequeño ehar-
to cinematográfico-- el montaje de momentos, valores y lie del siglo XX.
situaciones, distintos y adecuadamente contrapuestos, de El espectador sacará las consecuencias, pero éstas no
un mismo proceso fílmico. podrán ser muy diferentes de aquéllas a que el nwntaje
Recuérdese la maravillosa secuencia -tan verazmente lo ha inducido. Hay en la anterior escena de Fiebre de
gastronómica- en Fiebre de oro, cuando el pequeño oro, como en toda la obra de Chaplin, un entrecruzamien-
e harlie) a guisa de platillo delicioso, y atento a la más to de dos tipos de relaciones dramáticas, el trágico y el
insignificante de las buenas maneras, se come las suelas cómico. Tomemos el primero como ese choque, ese con-
de un par de zapatos viejos. Resulta casi ocioso citar los flicto que se produce entre dos tendencias encontradas
componentes de la dicción cinematográfica de esta se- pero que son, al mismo tiempo, igualmente racionales y
cuencia, pero no es por demás un somero análisis. Vea- potentes. Lo segundo, el tipo de relaciones cómicas, como
mos. la síntesis entre lo racional (que en determinadas situa-
1] El hombre reducido a su condición más primitiva de ciones también puede ser ilógico) y lo irracional lógico.
inferioridad ante la Naturaleza; ésta no le ofrece en ab- En la situación de eharlie (Fiebre de oro) es tan ra-
soluto el menor recurso para subsistir, es un hombre en cional el que tenga hambre como el que no haya qué
condiciones peores que el de Neanderthal. 2] Pero es un comer, del mismo modo en que es lógica la irracionalidad
hombre que tiene zapatos: se trata pues de un moderno de comerse la suela de sus zapatos conforme a las normas
hombre de Neanderthal. 3] Sueñá, el hambre le hace su- racionales de un sueño dentro de cuyos marcos se mueve
frir alucinaciones; sin embargo su sueño no es el de un un hombre real (dramáticamente real) como lo es el
habitante de las cavernas, no se imagina a sí mismo de- e harlie de la película. El resultado -sin salirnos de la
vorando la carne cruda de un oso al que acabara de ma- secuencia descrita- de esta combinación, de este montaje
tar: se sueña como es, en contemporáneo, y como las sue- de elementos diversos y contrarios, pero afines y homo-
las de sus zapatos, con todo rigor lógico, como debe ser, géneos, conduce a la victoria de uno de los dos extremos
después que las ha cocido, sobre un plato, ante una me- de la tragedia: la realidad insuperable del hambre y de
sa, con cubiertos y una blanca servilleta anudada al cue- que no exista medio alguno de satisfacerla. e harlie de-
llo; su delectación y sus modales no pueden ser menos viene en un ser trágico y aquí es donde reside el resorte
que los de un buen gourmet. 4] Despierta: su desdichada secreto de la risa; nada de lo demás resultaría cómico de
realidad es la de no ser un hombre primitivo; ·sus zapatos no existir esto. Que el producto sea o no sentimental ya
no son, por desgracia, la carne cruda de un oso muerto, es una cuestión de estilo, pero que no afecta de ningún

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO

modo a los principios de construcción dramática sobre


los que se sustenta la escena. (A menos que se simpatice
en exceso con los borregos voladores de Buñuel, si bien
nada "sentimentales", cuando menos no con la suficiente APENDICE
irracionalidad lógica que acaso pudiera series tan nece-
saria).
Todos lo sabemos. La línea de Chaplin sigue un trazo
que va desde el lenguaje del gesto sin palabras hasta el
lenguaje de las palabras con gesto. Del pequeño Charlie
(el Charlot de los franceses) a Monsieur Verdoux, a tra-
vés ele las transiciones que representan Luces de la ciu-
dad y El gran dictador; de la cautela que aún muestra
en Luces de la ciudad -la palabra como logomaquia
cómica y ¡cuán bella y certera!- al torrente discursivo
ele El gran dictador.
Mas permítasenos recordar la síntesis en que se superan
estas dos fases transitorias con M. Verdoux. "Mi asunto
no es con Dios, sino con los hombres", replica el respe-
table señor Verdoux cuando el capellán de la cárcel lo
requiere para impartirle la asistencia divina, momentos Como complemento al texto an-
antes de que el interpelado entregue su hermosa y ale- terior incluimos a continuación
gre cabeza al aparato de ese otro humorístico inventor dos trabajos: El autoanálisis lite-
que era Monsieur Guillotin, de ideas tan prácticas y efi- rario y Libertad del arte y estética
mediatizada, ensayos que consti-
caces como las ·del propio M. Verdoux. tuyen una aportación teórica al
Bien; el asunto de Charles Chaplin sigue siendo con conocimiento de los problemas del
los hombres y no con otras cosas. Ha de proseguirlos tra- arte desde el punto de vista del
tando -y sea por muchísimos años todavía- con la in- materialismo dialéctico. El estu-
comparable y aguda gracia y ternura de su lógica irra- diante de cine encontrará pues,
en este APENDICE, un material cu-
cional y de su racionalidad ilógica, tan suaves, tristes,
yos principios metodológicos le
divertidas y, ¡ay!, tan conmovedoramente sentimentales ... serán también útiles aplicados a
su propia especialidad.

El autor.
136
EL AUTOANALISIS LITERARIO

Conferencia dictada en la Universidad de N u evo


León, el 25 de Enero de 1965.

Cuando se habla de autoanálisis no hay que confundir


el término con el de la simple autocrítica o lo que se en"
tiende corrientemente como tal, esto es, una valoración
positivo"negativa de los materiales de que se trate. El
autoanálisis es la actitud objetiva que asume el pensamien"
te ante la tendencia o las tendencias del trabajo que se
propone; o sea, no es una actitud o inquietud en sí) sino
que se objetiviza, se emancipa de lo subjetivo ( retenién"
dolo, sin embargo) en cuanto traba conocimiento con el
trabajo. Entendamos aquí la palabra trabajo en su acep"
ción más universal como la transformación de la cosa por
el movimiento. Esta transformación del objeto, de la cosa,
tiene una tendencia objetiva en la cosa n1isma, al margen
del pensamiento, sin su intervención, tendencia que se
encuentra pre-inserta en las propias premisas contenidas
dentro de la cosa. Un arroyo tiende a convertirse en río
o tiende a secarse, según sus premisas. Su tendencia no
puede apartarse jamás de las premisas que contiene el
arroyo y nadie puede inventar dicha tendencia a su sim"
ple arbitrio; se trata pues de una premisa objetiva. La
identidad posible entre la actitud subjetiva del pensa-
miento y Ia·tendencia objetiva de la cosa hacia una trans-

139
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

formación predeterminada por sus premisas, da por re- otra no-quietud, esa inquietud que es el trabajo de la cosa,
sultado la unidad entre el trabajo natural no-humano y se identifican una con la otra en el autoanálisis y éste
el trabajo humano no-natural, con lo que este último se deviene a su vez en autoanálisis objetivo, en objeto real
emancipa de su condición subjetiva. independiente. De aquí que el concepto de autoanálisis
En teoría del conocimiento en general como en teoría no pueda reducirse al de la simple autocrítica, puesto
del conocimiento estético, de ningún modo se puede par- que, a un nivel mucho más elevado que aquélla, represen-
tir de una tendencia inventada, imaginaria, irreal, pues ta el movimiento, las formas de integración y el desarro-
el resultado no será nunca el conocimiento que se busca, llo de la cosa, contenidos de antemano en las premisas
sino su negación pura y simple, el agnosticismo nihilista no visibles del objeto y en la reflexión de éstas sobre el
ante la cosa que se pretende conocer. cerebro humano.
Dice Engels en su Ludwig F euerbach:
El autoanálisis literario es el método de que se sirve un
escritor, consciente o espontáneamente, para descubrir
El pensamiento no puede, sin disparar al aire, amalgamar
la · determinación de sus materiales, la tendencia de los
en unidad más que aquellos elementos de conciencia en
los que esa unidad, ya sea en ellos mismos o en los objetos mismos, antes y en el momento de organizarlos como
reales de que son proyección, exista previamente. No basta novela, como teatro, como cinedrama o como poesía.
que a mí se me antoje clasificar un cepillo de botas en la Examinemos en este aspecto el material que nos ofre-
unidad "animales mamíferos" para que en él broten como ce uno de los personajes de mi novela Los errores: Mario
por ensalmo glándulas mamarias. Cobián.
Este sujeto, Mario Cobián, ha tomado una resolución
Repetimos: hay pues un trabajo ele la naturaleza y un ética: cambiar de vida. El motivo que lo impulsa es una
trabajo humano que se unifican, que se objetivizan en la pasión noble, motivo que él mismo racionaliza -a su
tendencia real de la cosa y no en ninguna otra tendencia, manera-, sin duda en la forma más objetiva que le es
por más lógica que pudiera parecernos, pero que deven- posible. Nuestro personaje se dice entonces que aquel im-
dría forzosamente en irrealidad. O sea, subrayando el pulso "no podría ser sino amor, amor del bueno, de ese
pensamiento de Engels, que a una determinada unidad amor que hace cambiar a los hombres, que los eleva, que
de elementos de conciencia, a una determinada actitud los mejora y los induce a escoger otro camino, como ahora
del pensamiento frente a la búsqueda ele su unidad con el pasaba con él, con Mario Cobián".
objeto, deberá corresponder siempre una tendencia co- No existe la menor circunstancia para que podamos
mún y de la misma naturaleza, pre-existente tanto en el poner en entredicho lo valedero y justo de la definición
pensamiento como en el objeto del mismo. con la que este personaje de Los errores asume su amor;
Podemos afirmar así que esta inquietud, esta no-quietud es amor y no ninguna otra cosa, una pasión humana des-
del pensamiento y. su modo. real de comportarse ante esa enajenante respecto de las situaciones de su propia vida

140 141.
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

que Mario Cobián ha querido superar. :!VIario Cobián es, cipación inmediata de Lucrecia; esto es, para :~viario Cobián
repetimos, un ser ético y que adopta decisiones éticas. -y no podría ser de otra manera- no existe sino la des-
A Mario Cobián le repugna explotar la prostitución de enajenación posible dentro de sus circunstancias y no
la mujer que ama, le repugna el propio apodo que lleva la desenajenación imposible que negaría del todo tales
encima y todo lo que tal apodo -El 111u ñeco- repre- circunstancias, cosa que sólo está permitida hacer a los
senta de abyección y de vileza humanas. Quiere emanci- santos. Véase de este modo la naturalidad con que Mario
parse de sí mismo, convertirse en algo nuevo ante sus asume su tendencia sin que se dé cuenta de ello, como
propios ojos y lo único de que se conduele es de que su algo lógico y propio, inalienable en absoluto, cuando
propia madre, ya fallecida, no esté en condiciones de piensa en su porvenir junto a Lucrecia. "De aquí en
compartir las futuras bienandanzas que Mario espera de adelante -se dice- iban a estar solos el tiempo entero
este distinto género de existencia que se propone empren- de sus horas, de sus días, como dueños absolutos, en
der. Piensa pues en todo lo que significa entregarse por cuanto la librase de aquella existencia vil. :~viario pensaba
entero a Lucrecia, su querida, dentro de un orden mo- en algún negocio cómodo, donde pudieran estar siempre
ralmente superior. Aquello será " ... vivir una nueva vida juntos. Alguna cantina en la frontera norte, con mucha-
los dos, sin El Muñeco, olvidarse de El Muñeco, ya no chas que ficharan bajo la supervisión de Luque. Cierta
volverlo a ver ahí sentado, ante la solitaria mesa del ca- cosa así, cierto mostrador tranquilo ... "
baret, en acecho, la sonrisa turbia y aquella mirada ágil, Los escritores romántico-naturalistas del siglo XIX que,
translúcida a fuerza del minucioso cinismo con que era además, creían en la perfectibilidad incesante del ser
capaz de advertir hasta el último detalle de las transac- humano, no estaban en condiciones, por ello mismo, de
ciones que se fraguaban en su derredor". advertir la tendencia de los materiales y personajes con
Es precisamente en este punto donde nos encontramos los que trabajaban: sus nobles prostitutas de bellos sen-
con la tendencia real de Mario Cobián. Mario es un vi- timientos estaban condenadas irremisiblemente a redi-
vidor de las mujeres, un souteneur, un explotador de la mirse, sus ladrones se regeneraban y sus malvados recibían
prostitución y su desenajenación respecto a estas circuns- el castigo a que eran acreedores. En el siglo XX no otra
tancias no puede plantearse sino dentro del marco de cosa ha intentado hacer también el llamado realismo so-
ellas mismas: como una forma apenas diferente del estar cialista.
enajenado. Para "cambiar de vida" se propone robar y Hemos ele examinar, empero, otro aspecto del auto-
el producto del robo será lo que produzca el milagro de análisis en su conjunto, igualmente válido para la literatu-
tal cambio. Pero no existe ni existirá ese milagro: Mario ra. El autoanálisis ele ·la realidad -hemos dicho más arri-
Cobián está enajenado a su propia ética de souteneur y ba con otras palabras- se consuma a través de una ac-
tendrá que someterse -sin milagrería alguna- a la rea- ción diferenciadora del pensamiento sobre dicha realidad,
lidad natural de la tendencia objetiva de tal ética. Pien- acción diferenciadora que pennite descubrir la tendencia
sa en su propia emancipación únicamente como la eman- o tendencias inaparentes contenidas en los materiales de
142 ·143
EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

que se disponga. Hasta aquí podría decirse que, como situaciones, mas no pudo expresarlos. Este es el autoaná-
acción del pensamiento, el autoanálisis se queda en lo lisis propio de la obra, ante el cual deberá comparecer la
subjetivo, no ha roto los marcos de su interioridad. ¿Por crítica -y no un crítico cualquiera- como método de
qué entonces, en lugar de llamarlo simplemente análisis comprobación de la forma y contenido de la obra misma
lo denominamos, más aún, autoanálisis de la realidad? con lo que deben ser, o en el caso sean, la tendencia y
Las razones son esenciales. La naturaleza y la realidad los propósitos objetivos de su materia real. En última ins-
(tanto la realidad natural como la de la sociedad o de tancia la obra más acertada será aquélla en que la praxis
la historia) se piensan y son pensadas en el hombre. El se exprese más cabalmente.
modo de ser de este pensamiento humano subjetivo no El autoanálisisJ pues, impregna todo el proceso subje-
debe resultar diferente del modo de ser interno de la na- tivo -objetivo de la creación literaria, desde la actitud
turaleza y la realidad objetivas, si lo que se busca es la que asume el escritor frente a sus materiales hasta des-
identidad cognoscitiva entre Sujeto y Objeto. Obtenida pués de que la obra, ya terminada, ha conquistado su
esta identidad teórica, el pensamiento subjetivo se trans- independencia respecto al proceso creador y existe y se
forma en pensamiento objetivo: ya es la cosa real que mueve como una entelequia) en el sentido de autonomía
se piensa a sí misma, como tal cosa, en el cerebro del que daba Aristóteles a esta palabra cuando el concepto
hombre. Ahora se está, no ante el análisis indiferente, se inserta en la realidad objetiva y pasa a formar parte
sino ante el análisis predeterminado por las tendencias del de ella como su más legítima pertenencia.
movimiento, por el trabajo de la cosa, o sea, que ahora
la realidad objetiva se autoanaliza en el pensamiento hu- El fenómeno del autoanálisis debate en su esencia el pro-
mano y se convierte en praxis. blema mismo de toda la estética, es decir, de la Estética
De acuerdo con los conceptos anteriores, la praxis) como como tal. Define entonces a la Estética como un modo)
unidad cognoscitiva de Sujeto y Objeto, como la triws- como un método de conocimiento específico de la reali-
formación de éstos en tal unidad, se emancipa de inme- dad, el conocimiento emotivo. De esta suerte, la Estética
diato del pensamiento y conquista su propia autonomía no constituye un sistema cerrado de valores (lo Bello,
dentro del proceso del desarrollo. lo Sublime, lo Noble, etcétera), sino la reflexión histórica
Examinemos esto último en relación con la obra li- y socialmente cambiante, en el cerebro humano, de los
teraria o con la obra de arte en general, que viene a ser sentimientos y emociones objetivos que contiene la rea-
lo mismo. La obra terminada adquiere por sí misma un lidad exterior.
movimiento, un impulso autónomo de autoanálisisJ se Detengámonos, primero, en el hecho de que la Estética,
analiza de motu propio en el cómodo de su ser esto o aque- como la filosofía en general, no pueden ser encuadradas
llo en el cómo de su haber resultado tal o cual cosa. Una dentro de un sistema; y, segundo, en el examen del prin-
' fue escrita para ser novela o teatro, pero resultó
obra cipio de la existencia objetiva de un contenido estético en
algo diferente;' otra quiso expresar determinados climas o el mundo exterior.
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

Los idealistas objetivos y los materialistas metafísicos, cía progresiva representa la parte racional del proceso
consecuentes consigo mismos, han tratado, cada quien por histórico, el arte reflejará la victoria, o las premisas de
su parte, de reducir la Estética a ese inalterable sistema de la victoria, de lo bello sobre lo feo, de lo sublime sobre
valores del que hablábamos más arriba; los últimos, o sea, lo abyecto, de lo estimulante sobre lo desalentador y de
los materialistas metafísicos, desde las posiciones de lo que lo positivo sobre lo negativo. Como puede apreciarse, el
denominan realismo socialista) teoría que no puede encon- realismo socialista se contrae, así, a un puro sistema ex-
trarse ya en mayor descrédito. La "necesidad imperecedera" cluyente de antagonismos maniqueos: lo que no es bueno,
del espíritu humano -como más adelante veremos que lo es malo; lo Bueno y lo Malo carecen de contradicciones
dice Engels- de superar todas las contradicciones, lo im- internas, son, en consecuencia, verdades absolutas. Aquí
pulsa a buscar su satisfacción precisamente en la filosofía vemos que la necesidad imperecedera (pero inalcanzable,
considerada como un sistema concluído y como la susti- añadimos) de superar todas las contradicciones se ex-
tución, por tal sistema, de la incesante inquietud del pen- presa, por el realismo socialista, como la sustitución de
samiento en su concebir y transformar el mundo que lo lo real por lo absoluto) sin tomar en cuenta que, como
rodea. Al respecto Engels se expresa en la forma. siguiente: más adelante lo dice también Engels en el complemento
del párrafo citado.
El "sistema" es, cabalmente, lo más endeble en todos los
filósofos, y lo es precisamente porque brota de una nece- ..• la verdad absoluta, inasequible para el individuo ya no
sidad imperecedera del espíritu humano: la necesidad de
. '
mteresa, y lo que se persigue son las verdades relativas
superar todas las contradicciones. Superadas todas las con- asequibles para cualquiera por el camino de las ciencias
tradicciones de una vez y para siempre, hemos arribado a positivas y la generalización de sus resultados mediante el
la verdad absoluta, la historia del mundo se ha terminado pensamiento dialéctico.
y, sin embargo, tiene que seguir existiendo, aunque ya no
tenga nada que hacer; lo que representa, como se ve, una Pero no; a despecho de la dialéctica y de Engels, el rea-
nueva e insoluble contradicción. lismo socialista absolutiza la tendencia real hacia el socialis-
mo, contenida en las sociedades contemporáneas, transfor-
Según el realismo socialista) el arte deberá reflejar lo mándola en una tendencia irreal e irracional, donde no
bello, lo sublime, lo aleccionador, lo positivo, etcétera, de sólo se trata de superar artificialmente las contradiccio-
la tendencia histórica hacia· el socialismo y etapas supe- nes internas de dicha tendencia, sino que se las oculta del
riores del desarrollo, tendencia que, efectivamente, está modo más obvio. La necesidad imperecedera de superar
contenida en la realidad de los diversos conglomerados todas las contradicciones, que es una necesidad real pero
sociales contemporáneos. A la inversa, el arte reflejará imposible de satisfacerse, se subvierte por el realismo so-
lo contrario de esta tendencia hacia las formas superio- cialista en la falsa realidad objetiva de lo Bello, lo Bue-
res del desarrollo social, como lo ·feo, lo abyecto, lo des- no, lo Positivo. y demás, como valores absolutos en tanto
alentador y lo negativo. Por último, como dicha tenden- ouedan adscritos, de modo inalienable, a la tendencia
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO
socialista, cosa con la que, en los tiempos de Stalin -y en verdad, aspirar y tender a conservar aquello mismo cuya
los tiempos actuales también- se quiso disfrazar la in- pérdida teme, pero esa angustia no puede aplacarse: en
dudable existencia de un socialismo deformado por la fal- vano trata de fijarse en una inercia sin pensamiento.
ta de una democracia verdadera y de un libre ejercicio
de la conciencia colectiva. La teoría del realismo socia- Detengámonos en el carácter inmediato en que Hegel
hsta, que aparece y reaparece cada vez en la condición toma aquí la condencia. La conciencia "que se veda toda
de un peligroso síntoma· de otra enfermedad más honda, satisfacción limitada" y que, por ende, origina esa "angus-
pretende, de este modo, que, como por ensalmo, broten tia" que "puede muy bien retroceder ante la verdad", no es
de pronto glándulas mamarias en el cepillo para lustrar otra cosa que la necesidad "en (su) fmma inmediata",
zapatos del stalinismo y del neo-stalinismo de todos los o sea, esa "necesidad imperecedera" del espíritu humano,
matices. a la que Engels se refería, de autosatisfacerse en absoluto
Reducir la estética y el arte a las necesidades sociales y que, por eso mismo, convierte a la conciencia en acción
es caer en el pragmatismo más burdo y element~l. El pragmática, en utilitarismo, y termina por negar el cono-
arte, entiéndase bien, es un producto de la sociedad y de cimiento esencial y verdadero. Se establece entonces una
la historia; pero su contenido humano carece de clases y contradicción dialéctica entre la conciencia individual (no
de sociedad, está por encima de ellas. Lo inmediato de histórica), y la conciencia histórica, social. Sin embargo
la. necesidad social y de su satisfacción es un muro que los términos de la contradicción no se plantean de un
con frecuencia se interpone ante la realidad histórica me- modo tan simple en la realidad. La pura conciencia del
diata y nos aleja de los fines que del propio proceso his- individuo, del jefe o de los jefes, tiene también un deter-
tórico se desprenden. Bernstein, el padre del revisionismo, minado contenido histórico, del mismo modo en que la
condensa el contenido real de esta oposición en el prin- conciencia histórica de lo mediato carece, también en
cipio de que se le acusa: "el movimiento es todo, la fina- cierta medida, de tal contenido. Su tener o no tener
lidad no es nada". no son absolutos y esto es lo que permite a ambos extre-
Examinemos a este propósito un singular párrafo de mos de la contradicción el proyectarse en la sociedad, bajo
Hegel en la Fenomenología del Espíritu (citado por Mer- éste o aquel aspecto, como formas del pensamiento que
leáu Ponty en su ensayo sobre Existencialismo y M arxis- reclaman cada una su derecho a la existencia. Por lo
mo) . Dice Hegel: que se refiere a este doble carácter de la conciencia,
como conciencia inmediata y como conciencia mediata,
La conciencia es, en forma inmediata, el acto de superar se originan dos modos de ser del pensamiento: la metafí-
el límite, y cuando. ese límite le pertenece, el acto de
sica y la dialéctica. La conciencia metafísica es aquélla
superarse a sí misma. La conciencia sufre, pues, esa vio-
que no se supera a sí misma y no acepta la insatisfacción
lencia que le viene de sí misma, violencia po~ la que se
veda toda satisfacción limitada. En la impresión de esta sin límites que le sobreviene después de haberse adue-
violencia, la angustia puede muy bien retroceder ante la ñado del límite, es decir, de su objeto. Ella no quiere

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

que se le vede la "sastifacción limitada" con la que miti- protagonista de la novela. En este enunciado, así, cifra
la problemática entera de la obra. El mundo de la ena-
gará su "angustia", de aquí que "muy bien" pueda re-
jenación, el hombre que no se pertenece, viene a ser el
troceder ante la verdad, verdad que no sería otra que
alucinante paradigma de lo que, a contrario sensu deberá
su autonegación. Aspira de tal modo a "conservar aquello
ser algún día el mundo real. No se trata de ninguna
mismo cuya pérdida teme" y "trata (en vano) de fijarse
clase de errores particulares, sino del error. La novela
en una inercia sin pensamiento". El término más pró-
no se circunscribe a los errores políticos ni tampoco a
ximo a lo absoluto, de la metafísica, será, de esta suerte,
una criminalidad específicamente vista a guisa de docu-
esa "inercia del pensamiento" de que nos habla Hegel.
mento o de truculencia policiaca. Es el hombre erróneo el
Lo contrario, esto es, la dialéctica, será entonces el pro-
que hace la política y el que también comete los críme-
ceso que se consuma y se supera en la autonegación,
nes -políticos o de índole privada-. No se trata pues, en
en el automovimiento de la cosa hacia su "limite" y
Los Errores -como algunos críticos han creído- de
que, obtenido éste, realiza la negación de la negación
establecer un paralelismo mal o bien intencionado entre
que representa el superarse a sí misma en un devenir
la política y el hampa. El autor ha elegido las situacio-
incesante.
nes-límite en sus extremos opuestos y, ¿por qué no?,
El realismo socialista encarna precisamente esta meta- interpenetrables. De un lado, ciertamente, la vida sórdida
física, esta detención, este retroceso ante la verdad obje- de los lumpen-proletarios y, del otro, la lucha y las com-
tiva. La necesidad del realismo socialista es el ocultamiento plicaciones vitales de los militantes políticos.
y la deformación de las contradicciones reales que existen La criminalidad es un extremo radical donde las con-
en el ser humano y en el socialismo, de lo cual deriva tradicciones internas aparecen siempre a primera vista
su postulado básico: la no existencia de un · contenido o casi a primera vista: aquí no cabe discusión alguna,
estético objetivo en el mundo exterior al pensamiento. alguien se conduce como criminal y esto es todo. Con
Para el realismo socialista lo estético carece de una realidad la política ocurre algo distinto. Pero hay todavía más:
propia e independiente y no es otra cosa que una acti- el autor no elije una política cualquiera, sino aquélla
tud subjetiva que está, o debe estar subordinada a las cuya teoría se funda en la desenajenación humana, la
necesidades inmediatas. Oponemos pues, al realismo socia- política comunista. El problema de la enajenación, por
lista antidialéctico, conservador y reaccionario, el realismo cuanto a esta política, aparece -en su nivel más alto
dialéctico como método e instrumento de la apropiación y menos visible- dentro del proceso mismo de sus con-
auténtica de la realidad por el arte. tradicciones internas, el pertenecerse y el no pertenecerse,
Tomadas en cuenta las consideraciones precedentes, tanto dsde el punto de vista teórico como del de la práctica,
trataremos de poner al descubierto el autoanálisis de mi representado por sus respectivos personajes, Olegario Chá-
novela Los errores, vez, Jacobo Ponce, Eladio Pintos -entre lo~ más importan-
"El hombre es un ser erróneo", escribe Jacobo Ponce, tes- de una parte, como caminos hacia libertad, hacia la
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apropiación ele su yo humano, y ele la otra, los jefes po- Jacobo Ponce descubre y padece lo que más adelante, en la
líticos Patricio Robles, Ismael Cabrera, sujetos al poder, novela, se califica como "angustia de partido", una enfer-
esclavos del poder que ejercen y al que aman. medad aún no clasificada, que consiste en el miedo a ser
"El hombre es un ser erróneo -escribe Jacobo Pon ce dueño de la verdad en contra del determinado consenso
en su ensayo--; un ser que nunca terminará por estable- moral que a cada quien lo rige. Se dice en la novela:
cerse del todo en ninguna parte: aquí radica precisamente
su condición revolucionaria y trágica, inapacible. No as- Una ola de pánico espiritual invadió a Jacobo desde el fon-
do de su ser, como otra sangre. La insana, la delirante
pira a realizarse en otro punto -y es decir, en esto
sensación de llegar a encontrarse en el vacío más completo
encuentra ya su realización suprema-, en otro punto que del espíritu, desterrado, condenado por la justicia y la ver-
pueda tener una magnitud mayor al grueso de un cabello, dad concretas, por el odio y el desprecio de los mejores
o sea, ese espacio que para la eterna eternidad y sin que y los más puros. Se veía a sí mismo, muerto y atemorizado
exista poder alguno capaz de remediarlo, dejará siempre hasta la eternidad, con los ojos sórdidos y suplicantes como
de cubrir la coincidencia máxima del concepto con lo para corroer con la mirada, mientras los demás participaban
en la lucha entusiasta y jubilosa. Tal vez estuviese enfermo
concebido, de la idea con su objeto: reducir el error al hasta las propias raíces del alma de un mal diabólico y sin
grueso de un cabello constituye así, cuando mucho, la esperanzas. El padecimiento inconcreto y frío de su propia
más alta victoria que puede obtener; nada ni nadie podrá razón, de la meticulosa autocrueldad de su inteligencia y
concederle la exactitud. Sin embargo, el punto que ocupa de su búsqueda viciosa del más atroz y constante infierno
en el espacio y en el tiempo, en el cosmos, la delgadez de las ideas, espantosamente seguro, además, de que no
de un cabello, es un abismo sin medida, más profundo, habría nada que satisficiera en ningún momento su sedienta
intranquilidad. Tal vez estaría condenado a la p~oscrip­
más extenso, más tangible, menos reducido, aunque quizá ción sin medida y para la que no existe nombre, de aquél
más solitario, que la galaxia a que pertenece el planeta que se equivoca para siempre, hasta abajo, hasta lo último
donde habita esta extraña y alucinante conciencia que y sin apelación.
somos los seres humanos. Pero no por ello dicho espacio
deja de ser un error: es también el error de la materia, ¿Qué ha de hacerse en este trance unívoco y terrible?
y por ende, ahí nacerán, de modo inexorable, otros seres Nada menos que asumir todos los riesgos, lanzar el reto,
racionales de los que acaso lleguemos a saber algo, quién abrazar el partido de la otra verdad, acaso también erró-
sabe en qué remoto y desventurado día". nea, pero más alta.
El hombre extraño al hombre es el que se iristala en la Otro personaje; Olegario Chávez, poseído por las mis-
"inercia sin pensamiento" que señalaba Hegel. El político mas inquietudes que J acobo Ponce, se plantea ei pro-
burócrata, el dignatario estatal, d dogmático, el stali- blema en térriünos activos.
nista: esto es, la parte conservadora de la contradicción
humana, la que sustituye la ley universal por las verdades Queremos al Hombre-llamarada -:-Piensa Olegario-- en
locales, por los pactos y las astucias tácticas. Aquí es donde ardimiento infinito y no al infinito enardimiento sin Hom-

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

bre. Cada hombre un planeta y en cada uno la soberanía bre cada vez desde Giordano Bruno-- en el que unos comu-
y la dignidad sumas del fuego rescatado. Nu~st~: pre- nistas lo hacen arder mientras otros disimulan con su
historia contemporánea -entendida desde la extmcwn del ceguera voluntaria o su silencio cómplice, pues ya su con-
Pitecantropus hasta nuestros días, hasta el Pitecan:ropus ciencia está en pedazos. Para medir, pues, nuestro des-
del siglo XX- se caracteriza porque en ella proliferan, tino, nos queda todavía algo que no debemos olvidar:
medran, se desarrollan, todos aquellos que están al. otro cuando los comunistas callan -callamos- ante la injusticia
lado en la lucha contra el Infierno. Son los que rmden propia, ante los crímenes sacerdotales de los que han hecho
adoración a las llamas de Eróstrato ante las pavesas del del Partido una Iglesia y una Inquisición, cuando guar-
templo de Diana; los que continúan atizando la hoguera damos silencio precisamente en este tiempo que es el que
en que ardió la biblioteca de Alejandría; los que se cruzan menos lo merece entre cualesquiera otros tiempos de la
de brazos ante las llamas de los conquistadores Y de los historia, no es nadie sobre la superficie de la tierra, sino
guerreros ... el Hombre, quien junto a nosotros ha también enmudecido.

Y Olegario añade enseguida: ¿Por qué callan los mejores, los que siempre han estado
predispuestos al, martirio, los que no temen a nada, los
Pero mirémonos a nosotros mismos, a los comunistas, a que están obligados más que nadie a romper este nue-
los salvadores ... vo silencio que aprisiona al mundo? Callan por un fe-
nómeno de anestesia moral que se cifra en una especie
También tenemos entre nosotros nuestra diaria Biblioteca de razón de Estado: lo que no puede decirse sin perjudi-
de Alejandría que arde cada vez a manos de los ceñudos e car a la Causa, o aquello que se encierra en la fórmula
intangibles intérpretes de la Ley. De un tiempo a esta filistea de "no proporcionar armas al enemigo".
parte -¡ay! largo tiempo ya- hemos comenzado a con-
Mientras Jacobo aguarda, sentado en la banca de un
fundir la negación del infierno con la negación de nosotros
mismos como conciencia,· y ahora se condena, se suprime, parque, la hora en que podrá visitar a Magdalena, refle-
se calumnia y se aniquila a quienes se obstinan en man- xiona sobre la frialdad de la mañana y la forma en que
tener en alto esa conciencia. Mas ¿es acaso lo peor a que los demás experimentarán la rudeza de este frío. De in-
podríamos haber llegado? No; hay algo U:á~ .aún: el. sile~­ mediato llega a una extraña conclusión: las personas que
cio nuestro silencio de comunistas. Se Imcia un silenciO a esa hora transitan en su derredor, los obreros que se
nu~vo en el Orbe: el silencio de los salvadores, el silencio
de las llamas que no quieren ser infierno, anuncio entonces
dirigen en bicicleta a sus trabajos, no pueden sentir, en
del infierno puro, sin ningún humano fuego ni su esperanza estos momentos, lo mismo que él. El frío. de Jacobo es
quién sabe durante qué. tiempo . sin medida, que nadie po- otro frío, decide él mismo con ánimo desolado. Cierta-
dría pronosticar. La conciencia se oscurece Y muere -y mente, el frío del alma, esa anestesia moral que lo aisla.
aquí no importa el grado y la profundidad, pues en todo
caso ha dejado de ser una conciencia entera- con cada
Cloruro de etilo, musitó con ·un lig~ro· parpad~o de los la-
comunista justo que cae, no a manos del enemigo, sino
abrasado por el mismo fuego criminal -con distinto nom- bios. La memoria sensorial del cloruro de etilo, diminutas

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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

esferas de rocío espolvoreadas por el médico con el atomi- más alarmante resabio de la "razón de Estado" y de los
zador sobre su ingle derecha, cuando, años atrás, le fue disimulos ideológicos.
atendida la infección de una hernia recién operada. Pero
Aquí se plantea uno de los problemas cardinales de
hoy era todo el cuerpo, todo el cuerpo envuelto en la llo-
vizna del cloruro de etilo, una gasa que lo aislaba, que nuestro tiempo: el de la contradicción entre el Poder
hacía incompartibles sus pensamientos, aunque, en realidad, y la verdad histórica, contradicción que es posible en
este aislamiento moral tenía el sentido de una anestesia virtud de las razones que Jacobo Ponce arguye en su en-
aplicada al revés, no para salvarlo a él del sufrimiento, sino sayo de la novela Los errores: porque el hombre es un
a otros, para que otros comunistas pudieran escapar al ser erróneo.
espantoso dolor de muelas del raciocinio. Una frontera, un
Se trata, pues, de superar esta contradicción negándola
meridiano de angustia se tendía así entre J acobo y los de-
más. De una parte el mundo de sus camaradas de todos los con su propio movimiento: descubrir el error y llamarlo
países envuelto en el velo nebuloso del cloruro de etilo, y por su nombre; poner de relieve los errores y los críme-
aquí, en este otro hemisferio del vacío,. en la tierra de na- nes, convertir a la democracia en un instrumento cognos-
die donde Jacobo estaba encadenado, la empavorecida y cjtivo y no simplemente reducirla a una for¡na del poder,
sangrante minoría, también mundial, de los comunistas del forma que deriva, de necesidad, en una enajenación an-
silencio, seres automalditos que velaban sus armas, poco a
tjhumana, j;ese a que pueda persistirse en la lucha por
poco muertas, sin que pudieran compartir, con nadie más,
la verdad amarga y desgraciada de su dios, llameante en los objetivos finales del socialismo y del comunismo.
medio de las zarzas, el dios cuyo nombre, sin embargo, se Esta problemática es a la que se enfrenta Olegario
pronunciaba con la dulzura de un poema: Stalin. Chávez cuando analiza los procesos de Moscú de los
años treintas.
Esta anestesia moral fue impuesta a los comunistas del
mundo entero durante un largo y atroz período de per- Los procesos de Moscú planteaban... un problema del
todo nuevo ante la conciencia de los comunistas -razona
secusiones y calumnias dentro y fuera del propio partido, Olegario-: el problema del Poder y la verdad histórica.
pero, con todo, no ha sido eliminada; consiste tan sólo Dentro de determinadas circunstancias, el Poder y la ver-
en una simple connotación política: la falta de demo- dad histórica se separan, se alejan uno de otro, hasta que
cracia interna en el movimiento comunista mundial y llega el momento en que se contraponen y se excluyen vio-
la compulsión impuesta en contra de cualquier lucha de lentamente en el terreno de la lucha abierta. Entretanto
la verdad histórica, al margen del Poder, se halla desvalida,
tendencias en el seno de los partidos comunistas.
sin amparo, y no dispone de ningún otro recurso que no sea
Las divergencias chino-soviéticas que eluden por am- el poder de la verdad, en oposición a todo lo que repre-
bas partes precisamente el problema de una franca dis- senta como fuerza compulsiva, instrumentos represivos, me-
cusión democrática, sin persecusión de los adversarios, dios de propaganda y demás, la verdad del Poder. Entonces
sin coacci?nes. y sin deformar el pu!lto de vista contrario, hay que poner al descubierto, demostrar del modo que sea,
el hecho de que el Poder ha entrado en un· proceso de
constituyen todavía hoy, en la etapa post-stalinista, el
descomposición que terminará por envenenar y corromper
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO EL AUTOANALISIS LITERARIO

a la sociedad entera. Bajo el sistema capitalista la decisión mo podrán perfeccionarla hasta su más alto grado y, sin
del problema no ofrece duda por cuanto la lucha revolu- duda alguna, la perfeccionarán.
cionaria es el recurso natural para abrir el paso a la verdad
histórica. Pero ¿ cuál puede ser el camino en un país so-
Pero nos toca a nosotros, en el siglo XX, dejar estable-
cialista donde el Poder se ha deslizado, de modo inapa- cido su concepto y luchar por ella sin tregua, sin aneste-
rente pero efectivo, por la superficie inclinada de las de- sias morales, sin apartarnos de los fines últimos, intré-
formaciones degenerativas y de la corrupción? pidos de corazón y valerosos hasta más allá de la muerte.
Los representantes de la verdad histórica tendrían que
caminar sobre el filo de la navaja. Pues si la verdad his-
tórica -ya no representada en un país socialista por una
maquinaria del poder que se hubiese corrompido- sufría
una derrota decisiva para un largo período, esta derrota,
entonces, estaría llamada a condicionar la aparición de un
nuevo curso en las relaciones sociales -por más que se
conservasen el viejo lenguaje y las viejas apariencias ideo-
lógicas- nuevo curso que, sin embargo, en razón de su
origen, no se saldría (o no podría salirse, tampoco- de
los marcos socialistas, pero que haría del socialismo un
infierno tan despiadado como el que vivieron los construc-
tores de las pirámides y templos de Egipto.

Como puede verse, Olegario Chávez, personaje nove-


lístico, y el autor de la novela, se plantean abiertamente
el problema de nuestro tiempo: si podrá o no podrá
seguirse el camino de la desenajenación humana. El
mundo marcha hacia el socialismo, evidentemente. Pero
¿marcha también hacia la libertad?
Rechacemos a todos esos intrépidos de la Ley y falsos
sacerdotes que, frenéticos, tratarán de arrojarnos al ros-
tro la pregunta torpe y mañosa de costumbre: ¿qué
clase de libertad?
El concepto de libertad, en nuestro tiempo -y pre-
cisamente en nuestro .tiempo- ha conquistado ya un sen-
tido unívoco e incuestionable. N o existe sino una sola
libertad, la libertad humana. El socialismo y el comunis-

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LIBERTAD DEL ARTE Y ESTETICA MEDIATIZADA

Por supuesto que no se trata de un juego de palabras.


En el más benévolo de los casos nuestras luces del siglo
XX son luces apagadas desde hace ya cierto tiempo: el
blockout comenzó en Hiroshima y quien no tenga la pru-
dencia de cerrar las cortinas, estará a merced del primer
tirador que se sienta en el deber de advertirle su falta
LIBERTAD DEL ARTE Y ESTETICA MEDIATIZADA con el disparo de un balazo sobre su ventana.
Siglo de siglas: Las fugaces verdades y las seductoras
mentiras del XVIII y el XIX con su prefijada eternidad a
Ponencia ante el Primer Encuentro Americano de
Poetas. 14 de febrero de 1964. corto plazo, ya no son en el siglo XX, sino pragmatismo pu-
ro. La verdad, la Justicia, la Moral y demás escarapelas éti-
Por más que la "teoría de lo Bello" o de "la Belleza" cas de la centuria pasada, yacen bajo el inamoroso pero
como asunto ele la Estética -y hasta el hecho de que el muy práctico epitafio de las B-A, las B-H, las B-C, de
siglo XIX nos legara sus respetables mayúsculas- haya nuestra cada vez más confortable EGA, Edad Glacial
terminado por convertir la palabra en algo por igual de- Atómica. Siglo de Siglas) pues.
finitivamente sospechoso de candidez y anacronismo ca- Pero ¿no hubo ya una primera sigla horrenda en otros
lificados, no nos excusa de ignorar, con todo, que la Es- tiempos, aquel escarnecedor INRI colocado en lo alto de
tética existe. Y bien; dejémosla asimismo con mayúscula, un leño infamante, encima de un cerro de calaveras?
lo que siempre es un consuelo. Iesus Nazareus Rex in IudaeorumJ Jesús Nazareno Rey de
Las solemnes verdades eternas del siglo XIX expresa- los Judíos.
ban lo definitivo de su alcurnia histórica en las mayúscu- Aquel letrero había sido también un epitafio bastante
las de Industria, Progreso, Perfectibilidad del Individuo, práctico y que, en el buen sentido honorable de la baja
Libre Cambio y otras, a su vez herederas todas ellas de política humana, cumplía de modo satisfactorio la mi-
'
las entusiastas letras capitales con que la Razón, '
la Igual- sión que le confiriera un credo religioso . (y se puede
dad, la Libertad, hicieron su conmovedora entrada en el decir también, un partido político) con la suficiente
siglo XVIII. En cambio el riguroso ritmo de nuestra resistencia dogmática como para no tolerar en su seno
centuria prefiere la eufonía de consonantes y vocales uni- ninguna manifetsación del pernicioso escándalo de los es-
das en una, digamos, mayusculización generalizada, den- píritus que representaba Jesús. La cuestión de que ese hom-
tro de ciertas misteriosas combinaciones alfabéticas que bre crucificado en el madero, como delincuente y entre
parecen deslizarnos al oído, con un vago trasunto de ento- delincuentes, fuese el Rey de los Judíos -o cosa más grave,
nación zoológica, la advertencia que no conviene olvidar: igualmente de los gentiles- quedaba reducido así, a la in-
"señoras y señores, este ya no es el siglo de las luces) sino importancia de una sigla, es decir, de una abstracción irrea1,
el siglo de las siglas". pero que además era una burla.
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LIBERTAD DEL ARTE Y ESTETICA MEDIATIZADA

Quizá riuestro progreso radique en que el pragmatismo tiéndase bien, no otro que nuestro mundo de la segunda
del siglo XX renuncia desde un principio a ese sentido mitad del siglo XX, para el que, pese a todo, aún la exis-
de la burla con el que, cuando menos en lo que se refería tencia de un conjunto de paises socialistas no representa,
a la crucifixión de Jesús, aún pudo revestirse el pragmatismo ni con mucho, la conquista de la libertad.
del siglo I. Porque al contrario de las confusas y enrevesadas En el mundo contemporáneo se ha producido una
intenciones de los sacerdotes del Templo, que un hombre de curiosa y hasta cierto punto inesperada identidad de los
cultura occidental como Pilatos jamás pudo entender, los contrarios, que se expresa en lo que aquí llamamos cono-
propósitos de quienes gobiernan al mundo contemporáneo cimiento hierográfico., cuyo pragmatismo y dogmatismo
son tan demasiado evidentes o su juego es tan obvio -de esenciales constituyen el rasgo común con el que se ca-
uno y otro lado-, que ninguno puede prescindir de .que racteriza, tanto en los paises socialistas como en los ca-
sus actos vayan acompañados, al mismo tiempo, de la se- pitalistas. (¿Y no dijo alguna vez el propio Stalin que el
riedad más antihumorística de que se tenga memoria. estilo bolchevique de trabajo era la fusión del "ímpetu
Descubrimos entonces que dentro de la abstracción alu- revolucionario ruso con el practicismo norteamericano"?)
cinante que representan las siglas fundamentales de nues- La teoría pragmática del conocimiento, cuyo criterio
tra época (las siglas atómicas y las siglas de los órganos de verdad se sustenta en la comprobación práctica del jui-
represivos del Estado) se encuentre pues, más o menos cio como una obtención al cash de sus resultados, esto es,
impune, un contenido decidida y abiertamente concreto. una especie de pago al contado en monedas cognoscitivas
Nada de las verdades y mentiras "eternas" del pasado; de beneficio inmediato, apenas si difiere de la tendencia
estamos en el terreno de los hechos puros: hechos útiles utilitaria de la teoría del realismo socialista, como "apro-
o inútiles, lo demás no cuenta, y entre este "lo demás"~ vechamiento" político, táctico, propagandístico y partidista
mucho menos que ninguna otra cosa, la Estética, nues- del arte. Ninguno de ambos quiere ver más allá del puro
tra entrañable y aporreada Estética, sin siglas y todavía hecho concreto; del sirve o no sirve de la cosa. Esta grosera
con mayúscula. actitud epistemológica condiciona, también en ambos, un
Cierto, aquí la mayúscula no es sino una forma de sim- más o menos absoluto estado de indefensión ante el inexo-
bolizar algo; lo sabemos y la renuncia a su anticuado rable empuje de la necesidad que de ahí se deriva; necesi-
uso no ofrece el menor problema. A lo que no puede re- dad que aparece finalmente como una violenta transgre-
nunciarse, sin riesgo de renunciar a todo, es a ese algo sión de los principios éticos universales. Lo útil tendrá
que la mayúscula simboliza: el derecho de la Estética a entonces que alimentarse y sobrevivir a base de lo com-
la insumisión, su derecho a liberarse de la cárcel ·de los pulsivo., y la compulsión tratará a su vez de justificarse
sistemas del conocimiento hierográfico de las siglas -hie- en vano con la utilidad: el fin excusa los medios, en
rográfico en. el más exacto sentido del término, grafía esto consiste la moral de la compulsión.
sagrada., escritura sagrada., donde, junto a la Estética, se e·Nos podremos sorprender de que sea en este . punto
.
encuentra aprisionado el mundo de nuestros días. Y en- donde se borren las fronteras entre el pragmatismo capl-
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LIBERTAD DEL ARTE Y ESTETICA MEDIATIZADA
talismo y el pragmatismo socialista? Las siglas de la gue-
prefiguración teórica, sino la práctica misma del proble..
rra atómica y de los órganos represivos del Estado se com-
ma. Stalin -bien, el tipo particular ele reacción histórica
penetran y se funden -lo que en otros fenómenos de
que Stalin representa- invierte los términos del socialismo
análoga naturaleza no tiene nada de raro a través de la
Y aplica, por primera vez en la Historia, dentro de los
historia- en virtud de la dialéctica de su propio desarro-
límites de un solo país socialista -pues hasta entonces
llo. Digamos, sin que importe mucho el anacronismo pu-
la URSS era el único en la sexta parte de la tierra-
aplica por primera vez, repetimos, aunque en gran es~
ramente formal de nuestro ejemplo, que la NKDV stalinista
no se distingue, sino tan sólo en su aspecto cuantitativo,
cala, la socialización de los instrumentos de destrucción.
de la B-Al y de la B-A2 de Hiroshima y Nagasaki. La
Socializa las cárceles, los campos de trabajo forzado, las
guerra atómica imperialista y la NKVD de Stalin van
deportaciones, las ejecuciones y, sin ironía, los pone sin
la una hacia la otra en alas del respectivo impul;o de
reservas al alcance de las grandes masas.
sus afinidades electivas. De no haber algo que impida
En una vuelta a lo que representa el stalinismo -y no
de raíz su repetición, la simbiosis entre ambas se ha-
nada más aquello que ha tratado de circunscribirse a
brá convertido en una especie de autogénesis incesante
los elusivos términos del "culto a la personalidad"- nada
de un monstruo universal del pensamiento, triste y extra-
ni nadie podría garantizar que un país socialista no fuese
ño, con un único y uniforme contenido, sin pluralidades
el que tomara la iniciativa de desencadenar una guerra
ni contradicciones, pese a las antiguas apariencias de di-
con instrumentos de destrucción termonucleares. Esto se
versidad que pudieran haberse conservado en la su-
perficie. explica desde un punto de vista ético -el único válido
aquí en última instancia- por el hecho de que, en la
Mucho se ha escrito y dicho acerca del significado his-
realidad objetiva, el género radicalmente antihumano de
tórico de la socialización de los medios de producción. En
la violencia stalinista -y no cuenta que a este respecto
lo que no se ha meditado con el rigor y severidad que
se hable de guardar las proporciones- es cualitativa-
merece -sin duda porque se le considere descabellado 0
Inente idéntico a la inhumanidad misma de la guerra
cosa de locos- es en la posibilidad contraria, la sociali-
atómica. En la confluencia de estos dos términos de la
zación universal de los instrumentos de destrucción y lo
negación absoluta de lo humano, las contradicciones ele
que esto acarrearía para el género humano. Pero ¿no se
clase y de regímenes sociales diferentes, serían superadas,
m~dita en ello :caso porque no se hayan dado las pre-
no en la síntesis más alta de una socialización universal
misas de un fenomeno semejante o porque se carezcan de
de los instrumentos de producción, cosa ya imposible a
los datos empíricos necesarios para la prefiguración teó-
rica del problema? tales alturas, sino, como decíamos, en su opuesto: la ne-
cesaria e inevitable socialización de los instrumentos des-
No; no es por falta de ninguna de estas cosas precisa-
mente. Ahí tenemos al stalinismo que va más allá de lo tructivos.
-Pero ante todo .formulémonos la pregunta más impor·
que pudiera esperarse en ese sentido y representa, no la
tante -sea dicho así, categóricamente- de nuestro tiern-
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EL CONOCIMIENTO CINEMATOGRAFICO LIBERTAD DEL ARTE Y ESTETICA MEDIATIZADA

po. ¿El mundo contemporáneo -el socialista y el capi- fundo de la perspectiva inmediata de los treinta o cua-
talista, puesto que el fenómeno afecta por igual a uno renta años venideros, sin reconocer la existencia de dicha
y otro campo, así sea desde ángulos diferentes- ha deja- identidad por mucho que tal reconocimiento se encuentre
do atrás al stalinismo? Y por lo .que en exclusiva se refiere obstaculizado por toda clase de prejuicios. En virtud de
al campo socialista: ¿ha erradicado éste de su .seno los haberse dado esta identidad, el stalinismo dejó de ser un
vestigios stalinianos de un modo absoluto, y más aún, problema que pudiera confinarse a los límites de la Unión
se encuentra en la disposición crítica lo suficientemente li- Soviética y del seno del movimiento comunista de los
bre y renovada, aguda, perspicaz, certera y valerosa, que demás paises, para convertirse en un fenómeno de alcance
le permita descubrir el carácter recesivo de las "muta- universal en el que se encuentra comprometida, del modo
ciones biológicas" en que el stalinismo pudiera reapare- más grave, la suerte de todo el desarrollo histórico.
cer bajo formas nuevas? Visto así el problema, la cuestión no se constriñe tam-
Digamos esto: la respuesta nos corresponde. Los lla- poco a que nos satisfagamos con que el proceso de deses-
mados a contestar primero debemos ser nosotros, los es- talinización prosiga sin interrumpirse: en otro caso se
critores, los poetas de todos los paises, de todas. la ten- nos podría responder, del modo más legítimo, que esa es
dencias y de todos los credos. Nadie podrá adelantársenos una tarea nuestra, de los escritores marxistas y de los mar-
ni nadie podrá contestar mejor. xistas en general, por lo que resultaría no sólo de lo más
Parecería, sin embargo, que concedemos al stalinismo incongruente, sino una franca impertinencia, el que ape-
una dimensión colosal, que casi linda con las imágenes láramos al despertar y a la acción de ese gran número
del Apocalipsis, cuando, por otra parte, hay gentes que que constituyen los escritores que no comparten nuestro
se encogen de hombros y dan el asunto por liquidado an- credo filosófico.
te las tres o cuatro cosas .(no insignificantes, por cierto) Muchos marxistas -:-no. todos, y estas diferencias son
que se han hecho en el camino de la rectificación. Evtus- ya del doininio ·público- consideramos que la disyuntiva
chenko ya puede recitar sus poemas en las plazas públi- del mundo contemporáneo ha de decidirse entre guerra
cas. . . pero evidentemente no se trata tan sólo de que se atómica o paz y no entre guerra atómica y socialismo.
puedan recitar poemas en las plazas públicas de la Unión Si recurriéramos al método -poco recomendable y no
Soviética, sino de algo que nos corresponde enfrentar muy honesto, por lo demás_,. de "profetizar hacia el pa-
a todos y no nada mas a los escritores, poetas y artistas sado", podríamos decir que de no haberse producido es-
de la URSS, tas · o aquellas circunstancias malhadadas hace algunos
Decíamos más arriba que en el plano de las relaciones años, sin duda la disyuntiva real que se nos plantea en el
internacionales se ha producido una curiosa identidad presente, no sería la misma. Pero esto equivaldría, como
de los contrarios, cuyas causas hay que estt;tblecer y cu- en la conocida. pieza de Shakespeare, a los pérfidos re-
yas consecuencias es necesario, en lo absolut-o, conjurar. proches que sus. antiguos amigos de francachela hacían
No se podrá emprender ningún análisis responsable y pro.; a Timón de Atenas por haber dilapidado con ellos mis-
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mos su fortuna. Cierto que fue la política de Stalin la La política dictatorial de Stalin contra su propio pue-
que originó una serie de los más grandes reveses para la blo estaba condicionada por la necesidad de defender
causa del socialismo en escala mundial. Mas nada se ob- al país contra una inevitable agresión prevista como tal
tiene con lamentarlo: la posición correcta consiste en desde un principio. La agresión se produjo, pero a la pos-
precisar las proyecciones, las consecuencias contempo" tre como todos sabemos, la URSS resultó vencedora so-
' . ,. .
ráneas de dicho pasado y en saber asumirlas con el ma- bre su brutal enemigo hitleriano. Ahora b1en: ¿que tipo
yor realismo y objetividad. de guerra fue éste si lo consideramos desde el punto de
Nos vemos en el caso de repetir aquí, con otras pala" vista de la U nió1; Soviética, esto es, del país agredido?
bras, un concepto al que ya nos habíamos referido, a fin Fue en efecto, una guerra patriótica, defensiva y justa.
de colocarnos en las mejores condiciones de abordar, con Empero, no pudo ser una guerra revolucionar~a. aunq~te
la mayor precisión posible, el problema que verdadera- sería torpe pasar por alto .sus resultados pos1t1vos, sm
mente constituye nuestra inquietud más específica y nues" detenernos desde .luego en el gran significado histórico
tra preocupación más esencial como escritores, o sea el que tuvo la derrota del fascismo ale~án. La causa . de
problema de nuestra. libertad creadora y el de la lucha que la guerra soviética contra el hitlensmo no haya s1do
que hemos de librar todos por la emancipación de la revolucionaria se _explica por la dictadura personal de
Estética. Se convendrá entonces en que lo primero es Stalin y por el carácter conservador, antidemocrático de
conocer cuáles son las trabas singulares y concretas que esa dictadura, que ya no pudo permitirles ni al proleta-
se oponen a nuestra libertad y en qué consiste aquello de riado, ni al pueblo soviéticos, el plantearse el problema
lo que debemos emancipar al arte. A esto se debe, por de una guerra patriótica, totalmente justificada, en tér-
ende, la razón de nuestra insistencia en tópicos que apa- minos de Revolución Mundial. La historia no es avara
rentemente no están conectados con el tema. en la procreación de esta clase de absurdos: la ·dictadura
Decíamos, pues, que la política compulsiva del Estado staliniana incluso imprimió a la guerra un carácter cho-
contiene inevitablemente en su seno las premisas de una vinista, racial y religioso, al echar mano del papel mesiá-
guerra exterior. Un Estado policíaco -así se trate de un nico de la rediviva Rus entre los pueblos eslavos y el víncu-
Estado Obrero que haya sufrido semejante deformación, lo espiritual común que unía a éstos dentro del sacro-
como ocurrió con la dictadura stalinista- no hace otra santo seno de la Iglesia Ortodoxa Rusa, amenazada por
cosa, dentro de los límites de su propio territorio, que apli- el paganismo . teutónico.
car, a diferente. escala, una política de guerra. El concepto Ya no será preciso referirnos al carácter de las rela-
de Klausevitz de que la guerra no es sino la continuación ciones de la dictadura staliniana de la posguerra con los
de la política por otros medios, encuentra aquí su ejem- países liberados de· Europa Oriental. El stalinismo iba
plificación inversa: la •violencia organizada del Estado a .suscitar ahí_ nuevas y graves contradicciones;. pero· que
no es sino una. forma diferente de la guerra, que se halla en absoluto eran ni podían ser contradicciones revolucio-
preinserta en la política.
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narias, sino producto de la política dogmática, brutal, revolucionario en la historia de los seres humanos, del
inimaginativa y falta de capacidad creadora, seguida por mismo modo en que otras desempeñan el papel opuesto.
las respectivas dictaduras burocráticas de cada país. Re- Las guerras defensivas, de liberación nacional o de clase,
cordemos a Bierut en Polonia y a Rákosci en Hungría. desde este punto de vista son positivas, como negativas
Ahora bien; ¿cuál es la situación del presente? El XX son las guerras de conquista, de esclavización de los pue-
y el XXII Congresos del Partido Comunista de la Unión blos, etcétera, con lo que no hacemos sino repetir un lu-
Soviética, nadie lo duda, representan un gran paso ade- gar común.
lante. ¿Pero podemos estar satisfechos? De ningún modo. La guerra nuclear de nuestro tiempo, en cambio, ya
Todavía un fantasma recorre el mundo: el fantasma del no puede considerarse dentro de ninguna de las cate-
stalinismo.
gorías de las guerras anteriores. La guerra atómica es el
En un determinado momento, el stalinismo llega a re- absoluto de la guerra, la guerra absoluta, la negación
vestir a lo largo de su desarrollo, un aspecto doble: como de la negación de la guerra con la guerra misma, que se
stalinismo "socialista" y como stalinismo "burgués". Em- expresa en el máximo exterminio posible de las fuerzas
pero, lo que aquí denominamos stalinismo burgués no productivas de la sociedad humana. Dentro del contex-
podrá comprenderse sin un entendimiento previo del ca- to de la guerra atómica, todas las viejas contradicciones
rácter y la naturaleza que tiene, desde un punto de vista clásicas de las guerras anteriores se compenetran y se fun-
teórico, la guerra nuclear. den dentro de una sola unidad nueva que las resume a
La guerra nuclear es la guerra reaccionaria por ex- todas. Los aspectos defensivo u ofensivo de la guerra en-
celencia, la guerra más reaccionaria entre todas las gue- tre dos adversarios, que en el pasado, incluso el más in-
rras reaccionarias que registra la historia. mediato, se podían delimitar con .precisión, en la guerra
El hecho -dé que el hombre, tomado como pertenecien- atómica se identifican desde el primer instante en una ace-
te a una sociedad y a una historia no-naturales, tampoco lerada y violenta síntesis, donde la circunstancia _de en-
sea, por ello, un ser para sí) sino únicamente. en el espejo tablecer quién fue el agresor ya no se reduce a otra cosa
de su no-ser todavía humano, de su no-pertenecerse aún que a una simple cuestión académica. En el mismo 1110.-
a sí mismo como hombre natural, como hombre libre den- mento en que el agredido responde a su adversario con
tro de la Naturaleza, ha determinado, hasta el presente, un contragolpe de la ·misma o mayor magnitud, se con-
que en el transcurso de su devenir el hombre se afirme vierte él mismo en agresor: el poder. destructivo de la
a sí mismo con su propia contradicción. De tal · suerte, energía nuclear desatada por ambos adversarios y la idén-
afirma su humanidad con su inhumanidad; su ser, con tica inhumanidad absoluta del· acto de uno y otro, sus-
el no-ser de otros. Esto explica que numerosas. guerras y pende de un .modo automático. y fulminante la vjgencia
revoluciones -con· ser . inhumana la lucha del hombre del código ético..Los dos enemigos, digámoslo así, se dan
contra el hombre- desempeñen un papel progresista y la mano de agresores: · aquí .ya no rigen las viejas cate-
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gorías de justicia histórica o de impulso revolucionario super-violencia, aunque aún no se realice, existe como
~e la sociedad por medio de la violencia. El que se de- tal, como posibilidad de realizarse, y en esto radica lo
fiende es tan criminal como el que ataca; el revoluciona- más arduo, lo más complicado y amenazante de la cues-
rio se vuelve contrarrevolucionario; todas las distincio- tión.
nes de~aparecen: el.· hombre ·ya no afirma su propia Analicemos ahora el stalinismo a la luz crepuscular de
humamdad con· su mhumanidad como en los casos en este alucinante panorama histórico de la segunda mitad
que,. antes de la. aplicación de la energía nuclear, pudo del siglo XX. El stalinismo puede caracterizarse como una
hacerlo por medio de la violencia necesaria e histórica. práctica deformante de la teoría marxista del Estado, o
Ahora afirma su inhumanidad en el desdoblamiento de a la inversa, como una teoría espúrea y pragmática del
u~ ~e:· para sí inhumano, que lo arroja fuera del proceso Estado, que se expresa en la tendencia, incontenible e
h1stonco y lo convierte en la irrealidad misma del hombre. irrefrenable en virtud de su propio carácter, hacia la hi-
Las premisas · de este fenómeno están contenidas de pertrofia y el crecimiento canceroso del poder omnímodo
un modo objetivo,. en el hecho en sí de· la posesión d~ las de la violencia organizada. El desarrollo teórico del sta-
bombas atómicas y termonucleares, no importa cuál pue- linismo conduce directamente a la aparición del Estado
da ser el país que las posea. La posesión de la bomba Nuclear, es decir, del Estado que por su propia naturaleza
atómica representa la forma superior, la más elevada y orgánica no puede prescindir de la guerra atómica y des-
absoluta que puede revestir la violencia organizada; el emboca en ella de modo inevitable.
Estado se sobresatura de poder, se convierte en un su- El stalinismo de Stalin -después de muerto éste- fue
per-Estado, en una super-violencia organizada. ¿Qué es refrenado por el XX Congreso antes de que pudiera des-
lo. que ocurre entonces? Que la violencia se niega a sí arrollarse degenerativamente en la práctica, desde el Es-
misma en s.u superviolencia .organizada de la energía tado Soviético, hacia sus formas no socialistas, burguesas,
nucleaT Y deja de ser histórica, se convierte en anti-histó- contrarrevolucionarias y reaccionarias. La descomposición
rica e innecesaria. La violencia de la energía nuclear in- del Estado Soviético fue conjurada, .todavía a tiempo, por
t~oduce un cambio cualitativo en la noción -y en la prác- el PCUS y por los mejores de sus hombres, pero esto no
tica, por tanto- de la lucha de clases. Ya no se trata es obstáculo para que examinemos la traza que hubiera
únicamente del enfrentamiento de una clase contra la seguido el stalinismo en la URSS de no habérsele im-
o:ra,: . la polarización de los términos del antagonismo puesto un severo correctivo; examen por ello tanto más
lustonco ha llegado a su nivel supremo. El hombre ·ha importante, cuando está vista la insuficiencia de dicho
de decidirse ahora ·entre el ser-humano y entre el no-ser correctivo -e incluso la insuficiencia del XX Congreso-
humano de su. Especie. La violencia ya no puede reali- y cuanto el stalinismo continúa existiendo como peligrosa
zarse en· el mundo· del ·existir objetivo, porque su. realiza- y siniestra realidad en la propia Unión Soviética tanto
. ción sería la propia desrealización del .existir. Pero esta como en el seno de diversos partidos comunistas.
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No pasan de ser de una ingenuidad teórica y un cán- diente que ha de conducirlo a la pérdida de· su contenido
dido optinismo de buen corazón, los de aquellos dirigentes de clase, no se quedará sin contenido alguno, sino que
comunistas que se obstinan en defender a Stalin pre- terminará por identificar sus intereses con los de aquella
tendiendo que sus errores son "socialistas" y que no es- burguesía que sea la más poderosa en el concierto general
taban llamados a conducir a una catástrofe al Estado de los países capitalistas y la que lleve con más seguridad
Soviético y al socialismo en todo ef mundo. A Stalin no en sus. manos la batuta del director .. ¿Cuál sería el cami-
le alcanzó la vida para hundir más y deformar en forma no para que esto sucediera? El camino pragmático de
cada vez más brutal los principios de la Revolución de Stalin, dicho sea con el menor número de palabras.
Octubre, de lo contrario lo hubiera hecho sin vacilación O sea, el camino de hacer del Estado Proletario un
alguna, con la misma mano terca y pesada con que ha- Supra-Estado omnímodo en lugar de tender a su ex-
bía suprimido a la inmensa mayoría de sus antiguos diri- tinción por medio, entre otras cosas, del impulso a la
gentes. lucha revolucionaria del proletariado de otros países, en
El Estado stalinista se desarrollaba a firme y resonante particular los limítrofes, para la toma del Poder. "La con-
paso de carga hacia su conversión en un Estado no-pro- ciencia socialista no puede erigir al proletariado ni ·en
letario. El dogmatismo universal de los partidos comunistas Dios ni en absoluto de la sociedad", dice Marx. Pero ¿qué
no quiso y no quiere aún aceptar esto, porque parece era el Estado stalinista si no el falso endiosamiento del
que tal cosa entraría en contradicción, derribaría por tie- proletariado y su conversión, formal y mediante la .usur-
rra la teoría marxista del Estado, a más de constituir una pación de la clase por el jefe, en el absoluto de la so-
franca revisión de los principios. ciedad?
"¡ Cómo! -exclama el dogmatismo- ¿Es que puede El proletariado soviético comenzó a dejar de ser una
darse un Estado que no represente los intereses de algu- clase independiente. Alguien, me parece que fué Martov,
na clase de la sociedad? Si se acepta, sin conceder, que trazaba de la siguiente manera la línea de desenvolvi-
el Estado Soviético dirigido por Stalin representa el po- miento a la que por su propio impulso se tienen que ver
der de la burocracia ¿es lícito teóricamente, de cualquier lanzados el centralismo de la dirección política y la ab-
modo, decir no que se trata de una 'desviación' de la po- solutización de la autoridad. Primero, el Partido susti-
lítica socialista, sino que el Estado Soviético dejó de ser tuye a la clase; después, el Comité Central sustituye al
proletario? Entonces ¿qué es? ¿A qué clase representa? partido, y finalmente el jefe sustituye al comité central. "La
¿No equivale esto a proclamar el fracaso histórico del so- conciéncia socialista no puede erigir al proletariado ...
cialismo?" Tales eran -y siguen siendo retrospectiva- en el absoluto de la sociedad". No; claro está; pero no
mente- los argumentos en boga. sólo porque no deba hacerlo, sino porque no puede ha-
La respuesta a lo anterior, con todo, resulta bien sen- cerlo. Cuando se absolutiza a la clase proletaria en el
cilla. Un Estado Proletario que se desliza por la pen- Estado, es decir, cuando se fortalece al Estado y se au-

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mentan sus poderes "a non1bre" de la clase, lo que se tan sólo para el consumo de los tontos. "¿Cuántas divi-
absolutiza es el Estado mismo y no la clase, y lo que se siones tiene el Papa?", preguntó Stalin en la Conferencia
hace "a nombre" de ella, termina por hacerse en su con- de Yalta a Roosevelt y Churchill. En la pregunta se re-
tra. La supresión de la democracia interna del Estado, la trata por entero la política de Stalin.
falta de libertad de crítica y la violencia y la arbitrarie- La experiencia nos demuestra que la clase obrera hace
dad consiguientes a una absolutización del Poder, se con- la política de la burguesía cuando no sabe mirar otra cosa
vierten, por la fuerza de los hechos, en una mediatización que no sean sus intereses inmediatos, estrechamente gremia-
de la clase proletaria por los órganos de dominación de les y mezquinos. El stalinismo "socialista", con su polí-
lo que pretende ser el Estado que la representa. ¿Puede tica de usurpación de la clase por la camarilla y de ésta
hablarse en estas condiciones del contenido proletario de por el Jefe; con su conservadurismo estatal y la hiper-
clase que conservaría en su seno el Estado Stalinista? trofia de su poder represivo; con su oportunismo de gran
Evidentemente no. El Estado Stalinista actúa, en lo potencia, se convierte en su propio contrario: el stali-
interno, como una dictadura personal al margen de las nismo burgués. Esta identidad entre los contrarios inter-
masas y sobre ellas; en lo internacional, como una po- nos del stalinismo -si no se impide su reaparición en el
tencia política con intereses nacionales que no pueden ser contexto ideológico y político de las relaciones entre los
los del proletariado, sino, precisamente, los de "la Na- países socialistas- parece no tener otro destino que el
ción". En esta doble raíz se encuentra el punto de parti- de desembocar en la III Guerra Mundial. Aunque enten-
da de la degeneración de un Estado Proletario, primero, dámonos: no porque quiera esa guerra o intente provo-
en una dictadura autoritaria de una parte de la clase, carla, sino porque simplemente la acepta como una fa-
de una fracción de la clase sobre el resto de la misma y de talidad sin luchar en su contra.
los demás sectores de la población; segundo, en un Po- Si aceptamos que la democracia política -en sus tér-
der que pierde su contenido de clase y tercero, en un Es- minos más generales y no importa cuál sea el régimen so-
tado Nacional con intereses propios como potencia política, cial de que se trate- consiste en la vigilancia del Estado
al margen de los intereses universales de la clase pro- por los ciudadanos y no en la de éstos por aquél, ha-
letaria. No se trata pues, como lo querría la simplicidad bremos de convenir entonces en que la libertad del in-
de espíritu, de que el Estado Stalinista se hubiese trans- dividuo está comprometida -comprometida a no serlo--
formado, de golpe, en un Estado Burgués. N o; la clase entre la presión de dos fuerzas que actúan sobre ella, para
burguesa no necesitaba estar dentro del Estado Stalinista. neutralizarla primero y para aniquilarla después. Estas
Le bastaba tratar a dicho Estado como a una potencia dos fuerzas son la Razón de Estado, de una parte, y de
competidora con la que podía entenderse, pelear, transar la otra la guerra nuclear. La Razón de Estado excluye
o repartir las utilidades, sin romanticismo alguno y sin de un modo terminante la vigilancia ciudadana mientras
dar mayor importancia a la. palabrería doctrinaria hecha la guerra nuclear, a su vez, se erige en la causa esencial
de la Razón de Estado.
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No nos engañemos pues respecto a que la libertad tenga tad no es agredida de frente; se le da un rodeo especioso,
su refugio, su tierra de promisión, su paraíso terrenal, e incluso el ataque en su contra se presenta como un
en uno de los dos campos en que nuestro planeta se en- ejercicio distinto -aunque curiosamente antónimo-- de
cuentra dividido, mientras el campo opuesto no le ofre- esa misma libertad: la libertad de no ser libre J principio
ce la menor posibilidad de expresión ni aún de simple común que inspira por igual al pragmatismo capitalista
vida. N o; en todas partes -en el mundo socialista como que al realismo socialista.
en el capitalista- el hombre vive bajo el signo aplastante La cuestión se dirime, de esta suerte, en un nivel ' más
de un gran chantaje moral, que no accede a concederle alto, no en el nivel, digámoslo metafóricamente, de la
escapatoria alguna. Este chantaje se sustenta sobre las lucha callejera. La puntería de los adversarios de la
recíprocas intenciones siniestras que uno y otro campo libertad del artista dirige sus disparos en contra de la Es-
se atribuyen, bien sea el "peligro de la expansión comu- tética n1ucho más que en contra del poema o de la obra
nista" o bien la amenaza del dominio del mundo por el de arte aislados, porque la Estética ya es, en sí misma,
imperialismo: cada bando, naturalmente, apuesta a su libertad.
favor, pero el precio de dicha apuesta no puede ser otro Hemos de lanzarnos, pues, al rescate de la Estética, me-
que el de nuestra libertad, una libertad que se entrega diatizada por el utilitarismo y la Razón de Estado. Ya
en rehenes y a cuyo ejercicio debemos renunciar cada no debemos caer en la trampa que se nos tiende acerca
vez más, en holocausto de los incomunicables móviles y de que nuestras posiciones puedan servir "objetivamente"
de los altos designios misteriosos a que obedece en el ma- al enemigo. El arte es, por excelencia, la crítica de la
yor secreto la Razón de Estado. realidad: algo más, por ende, que la crítica en manos
Podemos deducir sin dificultades el por qué, entonces, de la ciudadanía; vale decir, algo más que la política.
la libertad del arte sea la que menos pueda ser tolerada Critiquen la realidad los artistas al modo en que se
por la Razón de Estado; en rigor, la que le resulta abso- los dicten su temperamento, su estilo, la escuela a que
lutamente intolerable. Porque la libertad del arte se des- pertenezcan o las tendencias sociales o estéticas que sus-
arrolla en proporción y en dirección inversas a la vigilan- tenten. Pero ante todo tenemos qué colocar a la Esté-
cia de los ciudadanos por el Estado; el Arte se hace más tica en el sitio que le corresponde como Libertad.
y más subversivo en la misma medida en que se hacen
menos y menos posibles las oportunidades de un control
del Estado por la ciudadanía.
Pero no debemos engañarnos tampoco en esta segunda
instancia de la comprensión del problema. No es en el
terreno de la subversión y de la simple protesta donde
radica el ejercicio de la libertad por el artista: esta líber-
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FILMOGRAFIA

DE LAS PELICULAS MENCIONADAS EN EL TEXTO

THE GOLD RUSH (FIEBRE DE ORO), 1925

Dirección: Charles Chaplin


Producción: First National
Director Técnico: Charles Hall
Fotografía: Charles Chaplin
Intérpretes: Charles Chaplin, Mack Swain, Torn Murray,
Malcolm White.

MATR (LA MADRE), 1926

Dirección: Vsevolod Illarionovitch Pudovkin


Producción: Mezhrabpom - Rus
Fotografía: A. Golovinia
Argumento: Natan Zarji, sobre la novela de Máximo Gorki
Intérpretes: Vera Baranovskaia, Nikolai Batalov, Ivan Koval
Samborski
Decorados : Serguei Koslovski

CITY LIGHTS (LUCES DE LA CIUDAD), 1931

Dirección: Charles Chaplin


Fotografía: Rollie Totheroth y Gordon Pollock
Música: Charles Chaplin arreglada por Arthur J ohnston
Intérpretes: Charles Chaplin, Virgina Cherrill, Florence Lee,
Harry Miers
Decorados: Charles Hall.

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FILMOGRAFIA FILMOGRAFIA

THE GREAT DICTATOR (EL GRAN DICTADOR), 1940 Intérpretes: Giulietta Masina, Anthony Quinn, Richard Basehart
Montaje: Leo Catozzo
Dirección: Charles Chaplin
Fotografía: Rollie Totheroth y Karl Struss L~AVVENTURA (LA AVENTURA), 1959
Música: Charles Chaplin, dirigida por Meredith Wilson
Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Godard, J ack Oakie, Henry Dirección: Michelangelo Antonioni
Daniell, Billy Gilbert, Carter de Haven. Asistentes: Franco Indvina y Gianni Arduini
Producción: Cino del Duca Produzioni
CITIZEN KANE (EL CIUDADANO KANE), 1940 Fotografía: Aldo Scavarda
Argumento y diálogos: Michelangelo Antonioni, Bartolini y Ta-
Dirección: Orson Welles nino Guerra, según historia de Michelan-
Dirección artística: Van N est Polglase gelo Antonioni
Producción: Orson Welles, Mercury, R.K.O. Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Gregg Toland Intérpretes: Gabrielle Ferzetti, Mónica Vitti, Lea Massari, Do-
Argumento: Orson W elles y Herman Mankiewickz minique Blanchar, Renzo Ricci
Música: Bernard Herman Montaje: Eraldo Da Roma
Intérpretes: Orson Welles, Joseph Cotten, Arnes Morehead, Escenografía: Piero Polletto
Everett Sloane, Georgia Backus, Buddy Swan V estuario : Adrianna Berselli
Montaje: Robert Wise y Mark Robson
Decorados: Darrell Silvera HIROSHIMA MON AMOUR (HIROSHIMA MI AMOR),
Vestuario: Edward Stevenson 1959

MONSIEUR VERDOUX (MONSIEUR VERDOUX), 1946 Dirección : Alain Resnais


Producción: Anatol Dauman. Argos Films, Como Films
Dirección: Charles Chaplin Fotografía: S. Vierny y Takahashki Michio
Fotografía: Rollie Totheroth y Cort Courant Argumento: Merguerite Duras
Música: Charles Chaplin Música: Georges Delerve y Giovanni Fusco
Intérpretes: Charles Chaplin, Martha Raije, Marilyn Nash, Intérpretes: Emmanuelle Riva, Eiji Okada, Stella Dasas
Robert Lewis, Isabel Elsom Montaje: Henry Colpi y J. Chasney
Montaje: Williard Nico. Escenografía: Esaka Mayo y Pe tri
Vestuario : Gerard Collery.
LA STRADA (LA CALLE), 1954

Dirección: Federico Fellini


Producción: Ponti-De Laurentiis
Fqtografía,: . Otello Martelli
Argumento: Federico Fellini, Tulio Pinelli y Ennio Flaiano
Música: Nino Rota

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Se terminó de imprimir el día
15 de julio de 1965, en los Ta-
lleres Gráficos de Librería Ma-
dero, S. A., Aniceto Ortega
1358, México 12, D. F. La
edición, de 2,000 ejemplares,
estuvo al cuidado de José Luis
Balcárcel.

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