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 UNIVERSIDAD TANGAMANGA

 CLAUDIA DELIA CASTILLO HERNANDEZ


 ¨DUELO QUE VIVEN LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD
RENAL¨
Introducción:

El presente artículo pretende abordar uno de las principales problemáticas de la


psicología de la salud actual en relación a las enfermedades crónicas, motivado
por la carencia de reportes científicos que permitan conocer como se modifican,
influyen y expresan los factores psicológicos en las personas patológicas tales
como la enfermedad crónica renal (ERC). Este estudio se oriento hacia el análisis
de los estados de análisis de los estados emocionales que acompañan a la
evolución de esta enfermedad, el objetivo general esta centrado en compararlas
características emocionales en su relación con la evolución de la enfermedad de
pacientes con Enfermedad Renal Crónica en los estadios tres, cuatro y cinco de la
enfermedad se ha comprobado que en los pacientes con Enfermedad Renal
Crónica en estadios tres y cuatro y cinco manifestaciones patológicas de
ansiedad, depresión, ira y frustración que forma parte del cuadro clínico de la
enfermedad, se vinculan con las características de la etapa de enfermedad de
transita.
Marco Teórico:

En el área de la salud, hoy se incluyen desde los intereses estudios del genoma
humano y fertilización artificial hasta la creación de órganos y tejidos sustituidos
con el objetivo de prolongar la vida humana y propiciar una mejor calidad de la
misma. En alternativas terapéuticas que aumentan la esperanza de vida de las
personas que padecen una enfermedad y le ayuda a alcanzar mayor bienestar.

Cada etapa tiene una manera de llevarse a cuestas y de padecerse, si vale


expresarlo así. Los mismos de la infancia no son los mismo de la niñez ni en la
adolescencia, son distintos n la pubertad, cambiantes en la juventud y ya firmes en
la madures, pues ahí se concentran todos los sentimientos ya fraguados por el
conocimiento y la experiencia adquirida por estudio o por enseñanza de la vida.

Los sentimientos no son ni buenos ni malos, sonde aceptación o rechazo, según


los efectos que produzcan en la persona. Por tanto, no agradables o
desagradables orientados hacia el pasado, presente o futuro. Y sirven para
detectar nuestras necesidades y pueden ser, cuando minimizamos lo que
sentimos, no les damos importancia, cuando esto sucede, generalmente lo que se
encuentra detrás de la situación puede ser que un sentimiento tape a otro.

Desafortunadamente somos analfabetas emocionales, no sabemos expresar lo


que sentimos, vamos por la vida diciendo, cosas que alomejor no sentimos y
expresándonos de una manera no adecuada.

Los sentimientos no solo se dicen, se muestras, de ahí la importancia detectar


como se expresa verbalmente una persona, ya que cuando existe un sentimiento
intenso, este manifiéstalo que la persona siente en el momento de expresarlo.
Cómo y cuando son buenos indicadores de cómo y cuanto se siente, incluso se
juzgue la permanencia del sentimiento a través del mantenimiento a través del
mantenimiento de la expresión.
Si logramos establecer cómo y cuanto de la expresión del sentimiento del
sentimiento de identificar y distinguir si la persona nos habla de sentimientos o lo
está racionalizando

A través e los sentimientos percibimos lo que nos afecta y lo que nos interesa,
cuando lo que nos rodea no nos importa, no produce sensaciones, nos resulta
indiferente. Por tanto, los sentimientos son experiencias consientes en las que las
personas se encuentran interesada o involucrada, nos informa como nos afecta
las cosas que sucedan a nuestro alrededor.

Los sentimientos preparan para la acción, es decir, alistan al cuerpo para actuar
acorto plazo. Si se llegan a inhibir la acción, el cerebro sigue produciendo
hormonas y esto refleja en el cuerpo que se encarga de deprimir la energía.

Podemos cuestionamos si existe una clasificación de sentimientos si existe una


clasificación de sentimientos normales y anormales, la respuesta es no, por tanto,
podemos decir que los sentimientos normales son útiles y benefician al sujeto, los
anormales, inútiles y lo perjudican.

Los sentimientos son normales siempre y cuando lleven a la persona a la


satisfacción de una necesidad que se encuentra detrás, y son anormales cuando
no conducen a esa satisfacción de una necesidad que se encuentra detrás, y son
anormales cuando no conducen a esa satisfacción y llevan al sujeto a la
perturbación de todo sistema.

Los sentimientos están influidos por dos factores:

1.- circunstanciales, cambian contantemente, tales como perdida e intereses


momentáneos.

2.- heredados, como el temperamento, estos son más aceptables.

Al estudiar el comportamiento humano, los psicólogos generalmente definen el


comportamiento como el intento de satisfacer una necesidad.
Una necesidad es un estado de tención o de desequilibrio derivado de una
carencia, de una ausencia que sentimos. Cuando la persona experimenta esa
ausencia o carencia, entra en un estado de desequilibrio e intranquilidad y se
apresura a satisfacerla para liberarse de ese sentimiento y alcanzar un estado de
satisfacción y equilibrio.

Maslow identifico cinco necesidades fundamentales, frecuentemente se piensa


que, el crecer, el ser humano se piensa que, al crecer, el ser humano podrá
enfrentarse a cualquier situación sin que esta le produzcan dolor, nada mas
erróneo, ya que ante diversas situaciones podemos experimentar heridas
profundas.

Ante las situaciones más difíciles a las que podemos enfrentarnos cuando somos
adultos suelen relacionarse directa o indirectamente con alguna o alguna de las
necesidades.

Cada etapa tiene una manera de llevarse a cuestas y de parecerse, si vale


expresarlo así. Los sentimientos de la inflación o son los mismos en la niñez ni en
la adolescencia, son distintos en la pubertad, vemos que, que la experiencia no
vale, no cuenta para los empleadores, ya que estos quieren ver caras estiradas,
no arrugadas, juventud perfumada y no viejos con olos a naftalina. Exigen que
estos jóvenes y jovencitas tengan experiencia, pero lo extraño. Crecemos sin
notarlos, pero los únicos que los advierten son los mayores, principalmente los
padres. Luego bien la etapa de los descubrimientos de las funciones naturales, el
acomodamiento del cuerpo, ese dejar de crecer por fuera. Es ese proceso cuando
dejamos atrás modos, modas, gustos, gestos y vamos adquiriendo sin sentir, una
forma de ser.

La madurez es producto de un proceso en el que el tiempo es el ingrediente


principal, el mismo que necesita el vino para ser consumido en su punto y, por lo
mismo, está sujeto a una detenida investigación.

En el transcurso de la existencia, muchos de los sucesos que crean significativos


problemas emocionales son transiciones normales de un periodo a otro, pero nos
afectan profundamente debido a los cambios que producen. Los llamamos crisis
porque requieren de un largo periodo de introspección y revaloración de la propia
identidad, valores y convicciones, como ejemplos, un cambio de carrera, las
alteraciones propias de la mitad de la vida, incluyendo de menopausia y climaterio
y la jubilación de todos los periodos de conflicto y cambios mayores, las crisis
suelen ser un punto decisivo en la vida cuando formulamos nuevas respuestas y
prioridades. Asimismo, la vida presenta otras crisis en forma de muerte o divorcio,
secuestro, violación etcétera.

Cuando en nuestra vida ocurre un acontecimiento critico, tendemos ala negación y


nos resistimos a aceptarlo. La incertidumbre de la vida después del cambio con
frecuencia provoca resistencia y ansiedad.

Es natural y muy normal que con la edad vayamos teniendo huecos en nuestra
vida.

Según o´Connor, la pérdida más absoluta y contundente es la muerte de uno


mismo, o un cambio radical en el cuerpo por enfermedad o mutilación.

Duelo crónico: Este tipo de duelo es aquel que tiene duración excesiva y nunca
llega a una conclusión satisfactoria, este tipo de duelo es fácil de diagnosticar
porque la persona que lo sufre está consciente de que no consigue acabarlo;
existe la intención -más o menos confesada- de mantenerlo. En tales casos es un
duelo cultivado, en donde el sujeto se opone voluntariamente a liquidarlo. Cobo
(1999) llega a decir que existen personas estructuradas existencialmente por el
duelo, en el que éste determina el núcleo constructivo de su existencia, de su ser y
de su hacer, de su vida cotidiana y de su vida creativa.

Los síntomas de un deterioro de la función renal son inespecíficos y pueden incluir


una sensación de malestar general y una reducción del apetito. A menudo, la
enfermedad renal crónica se diagnostica como resultado del estudio en personas
en las que se sabe que están en riesgo de problemas renales, tales como aquellos
con presión arterial alta o diabetes y aquellos con parientes con enfermedad renal
crónica. La insuficiencia renal crónica también puede ser identificada cuando
conduce a una de sus reconocidas complicaciones, como las enfermedades
cardiovasculares, anemia o pericarditis.

Problema: Las personas suelen experimentar reacciones dolorosas como "olas"


que van y vienen. En ocasiones, cuando la pérdida es muy reciente, el dolor es
muy intenso. Pero algunas personas no sienten ese dolor de inmediato. Se sienten
paralizadas, en shock o niegan lo sucedido.

Elaborar un duelo significa la posibilidad de expresar la emoción del dolor por una
pérdida, que si no se manifiesta quedará latente como una herida sin curar, que
volverá a sangrar cada vez que una nueva situación de pérdida se produzca en la
vida.

Variables tienen que ver en un principio con la edad y el género. En cuanto a la


edad, la infancia y la primera infancia así como la tercera y cuarta edad, hacen
más compleja la elaboración de los duelos, posiblemente por la menor capacidad
de los sistemas de contención. En la senescencia, se afectan las capacidades
yoicas, pero también la contención a través del cuerpo, la familia y las redes no
profesionalizadas o redes sociales.

Se trabajara con las personas que sufren la pérdida de su riñón pero al igual con
las personas que están en su entorno para evitar la desintegración familiar,
abandono y depresión en el usuario que presenta la perdida, se trabajaran la
clínica IGSA de hemodiálisis que está ubicada en col los Gómez 1580 car. Rio
Verde Soledad de Graciano Sánchez.

Esta población padece la enfermedad renal desde años o bien meses este,
problema no es actual, pero es un procesos de duelo crónico por qué no podrán
recuperarlo a menos de un trasplante, siguiendo un pro tocólogo donde será
costoso en la economía, moral, y principal encontrar la persona que pueda ser
compatible.

Duelen las perdidas. La vox populi tiene un refrán que dice más o menos ¨ dicen
que las pérdidas no duelen. Dile a quien te lo dijo que se despida.

Stephan A. Tobin (1996) escribe sobre una serie de motivos que se originan
durante las perdida, y a la reacción emocional que se produce la llama ¨agarrarse¨.
El verbo agarrar significa sujetar, asís, pillar. Para Tobin esa reacción se
representa en la despedida de una persona emocionalmente significativa. Vemos
muy natural las consiguientes reacciones producidas por las despedida y sabemos
que no todas tienen el mismo efecto, la misma intensidad, esta depende de la
relación emocionaron persona que se despide o a la que se despide.

Es imposible vivir sin experimentar dolor. La vida y el dolor van de la mano.


Forman parte de las dicotomías de la vida, blanco-negro, día-noche, vida. Muerte,
amor-dolor.

La elaboración de duelo por perdida nos brinda la libertad de liberarnos de las


antiguas formas de pensar y de ser, y de esa manera permitimos que surjan
nuevas formas.

Cada uno de nosotros se aleja gustosamente de sus problemas, i es posible no


deben mencionarse, o mejor aún, negamos esa experiencia. Deseamos que
nuestras vidas sean sencillas, seguras y tranquilas, por esa razón los problemas
son tabú. La artificiosa negación de un problema no producirá convicción, por el
contrario se requiere una conciencia más extensa y elevada para darnos la
certidumbre y la claridad que necesitamos.

Justamente aquí radícala importancia e que los seres humanos conozcamos que
nose pueden eliminar los sentimientos que producen el dolor sufrimientos con solo
negarlos o ignorarlos, lo que se tiene que hacer es vivir el duelo mismo, decir
¨estoy de luto¨, implica precisamente afirmar: ¨soy doliente y necesito vivir este
proceso para más tarde salir fortalecido¨.
Es justamente psicoafectivo y el espiritual que conlleva al sufrimiento,
considerando, como lo hace Viktor Frankl ( 1990), como ese dolor consentido.

Desafortunadamente, a lo largo de nuestra vida nadie nos a enseñado que el dolor


y el sufrimiento existe, y mucho menos nos han dicho, que hacer ante estos.

Hemos tenido a través de la experiencia ya que lo único que se escucha decir en


medios de comunicación es: ¨vive, goza, disfruta, y ten éxito¨, pero jamás hemos
escuchado: ¨cuando te toque disfrutar hazlo, pero prepárate por que el dolor y el
sufrimiento existe¨.

En la sociedad light el tabú era hablar sexo, actualmente está vetado es hablar,
como muerte, es de dolor, enfermedad, y sufrimiento. En tanatologia, las
personas por lo general nos dicen ¨ya bastantes problemas hay en la vida, para
mas complicarse con esas cosas¨. Lo que desconocen estas personases que
justamente al establecer un contacto cercano con la muerto, y el sufrimiento se
valora más, pues lo que han sentido es justamente la muerte, saber que somos
seres finitos que tenemos fecha de caducidad y que no disponemos, si no que
somos de paso y por tanto, tenemos que aprovechar la vida, lo cual nos llevara a
vivirla.

El dolor y el sufrimiento no brinda de crecer y valorar, desafortunadamente,


cuando todos nos sale bien al ser humano no tiene la oportunidad de aprender,
porque todo marcha ¨sobre ruedas¨.

Con todo esto nos pretendemos decir que buscamos ¨el dolor¨ pero que si que
tenemos que estar consientes de que existe en la vida y como dice FRANKL, ¨el
sufrimiento que puedas evitar evítalo, pero el que no asúmelo¨.

Hay sufrimientos que se puedan evitar, que se puedan hacer algo para
cambiarlos. A diferencia del dolor y sufrimiento necesario ante el cual lo único que
podemos hacer es enfrentarlos, como puede ser la muerte, la enfermedad,
etcétera. Será mejor guardar la fuerza para las circunstancias para las que
tengamos que enfrentar un sufrimiento necesario, y no emplearla en las
circunstancias que son innecesarias.

El dolor y el sufrimiento son un misterio, son una experiencia, que todos los seres
humanos tenemos que, sensaciones que nos producen respeto, que nos sacan en
la indiferencia en la cual nos invitan actuar, porque ante estos tenemos quehacer.
El dolor y el sufrimiento y el dolor nos acogen, e invitan a la solidaridad. Por eso
cuando vemos al doliente quisiéramos ayudarlo, a pesar de que nuestra intención
es buena, no sabemos cómo hacerlo y vamos diciendo frases como ¨solo se nos
adelanto¨, ¨esta mejor que nosotros¨, ¨tienes que ser fuerte aun te quedan 3 hijos¨.

Según Frankl: ante el sufrimiento la persona puede adoptar las siguientes


actitudes negativas:

Masoquismos: la persona se abandona al sufrimiento necesario, o sea, aquel que


en un momento dado puede evitar, nomas hacer nada. Se queda ¨pegado al dolor
y el sufrimiento y los disfruta.

Escapismo: se presenta cuando la persona huye del dolor necesario. Se puede


evitar a través del activismo, el alcohol o las drogas.

Apatía: cuando la persona no puede evitar el sufrimiento, se queda atrapada en la


insensibilidad, hay una especia de anestesia, donde predomina el desinterés.
Autocompasión: consiste en vivir el dolor y sufrimiento, como algo injusto para
algo injusto para sí mismo. Esta actitud puede conducir, a la depresión patológica
y un gran enojo contra sí mismo.

Autismo: esta actitud se adopta cuando la persona de manera consciente, se


aleja de su entorno para hacer notar que no habla, no sale, en otras palabras, para
que la sociedad vea cuan desafortunada es.

Esas actitudes no nos ayudan a elaborar procesos de duelo y la persona puede,


quedar en duelos no sanos patológicos, ¿a caso alguien puede decir que no sabe
que va morir? Todos lo sabemos pero lo vemos como algo alejado en el
momento, que la enfermedad, la muerte, la perdida, el dolor, y el sufrimiento, llega
a nuestra puerta, no sabemos qué hacer con ese cumulo de sentimientos, que nos
produce dicha perdida. Así mismo los que estamos entorno al dolor y el
sufrimiento no sabemos que decir y qué hacer para acompañar o acompañar a los
moribundos a elaborar un buen trabajo de la muerte.

Las emociones y sentimientos están mal visto que tratamos de toda costa de
disimularlos. Con frecuencia contenemos las lágrimas hasta atragantarnos y no
poder articular palabras. Ante el miedo podemos esbozar una sonrisa o ante el
enojo, sentir como nuestro estomago o cabeza explotan, lo cual genera lo que
estamos sintiendo, se presentan reacciones fisiológicas ante las cuales no
podemos hacer nada, por ejemplo, la aceleración sanguínea, presión arterial,
temperatura del cuerpo, ritmo cardiaco, etc. Es algo que no podemos disimular,
simplemente ocurre como un proceso natural.

Gritar, correr, brincar, besar, abrazar, pegar, etcétera, son manifestaciones que nos
resultan desagradables, no podemos hacerlo porque es una proceso natural,
simplemente lo tenemos que aceptar. Sentir es tan natural como la vida misma.

Dentro de las maneras de que podemos reprimir nuestras emociones y


sentimientos encontramos:

- Disminuir la capacidad respiratoria al mínimo de esta manera entra menos


oxigeno al cuerpo, que tenemos menos energía y por tanto ocultamos lo
que sentimos. Nosotros sentimos a través de la respiración, en el momento
en el que la disminuimos, también disminuye el sentimiento. Esta actividad
puede llevarnos a experimentar angustia y, en algunos casos extremos
crisis de pánico.
- Tensar nuestros músculos, de manera permanente o crónica y de esta
manera sentir menos nuestro cuerpo. Casi todas las contracturas
musculares dolorosas y las tenciones del cuerpo tienen su origen en la
represión emocional.
- Activismo: realización frenética de actividades. Es una manera de evadir lo
que nos ocurre: tratamos por todos los medios de no sentir lo hacemos
manteniéndonos ocupados y llenos de compromisos y actividades.
- Actividades varias. Aquí se encuentran cualquier actividad que pueda ser
empleada para reprimir o evadir:

Definitivamente los sentimientos que se viven en un proceso de duelo son fuertes


y si no actuamos de manera asertiva es probable que nos quedemos atrapados en
el proceso.

Al ser humano le duele lo que ama y cuando pierde su objeto, situación, o sujeto
de su amor, elabora un proceso doloroso, el duelo duele, por tanto, la manera, de
salir avante es viviendo ese proceso. No se trata de evadirlo, si no de enfrentar el
dolor y sufrimiento que esto conlleva. ¨mientras más te amo más me duele
perderte¨.

En relación con la curación, es importante ver los casos de manera individual, ya


que cada persona vive su duelo de diferente manera, algunas viven sus procesos
más lentos, y otras más rápidamente, la duración del duelo depende también de
otros factores. Existen casos verdaderamente difíciles: ver como la muerte y las
perdida que esta conlleva afecta, a todo un sistema familiar, observar que algunos
integrantes en lo que denominamos la conspiración del silencio, en el cual cada
una de las dolientes seba a un rincón a ¨la merse las heridas¨, solo sin compartir
ni buscar ayuda ni apoyo de otros familiares o amigos.

Y no lo compartimos por que tenemos la falsa creencia que al hacerlo vamos


hacer sufrir a los otros con lo que nos pasan, como si lso sentimientos fueran una
enfermedad contagiosa, y en ese procesos nos perdemos de la escencia del
comportar, demostrar internamente y que los demás aprendan a separar, entre lo
que es suyo y lo que no. Por tanto tenemos a negar lo que sentimos, cuando
nuestros hijos o seres queridos nos preguntan ¨estas triste¨: respondemos ¨no, se
me metió una basurita en el ojo, por eso lloro¨.

Desafortunadamente, en nuestra sociedad todo está arreglado para evitar que nos
enfrentemos a la realidad. Otra acción muy recurrente es recetar calmantes para
que los deudos no sufran y, de ser posible, que ni se enteren de lo que está
sucediendo. Si alguien suelta en llanto, lo alejan de féretro o la tumba.
Si logramos recuperar nuestras emociones y sentimientos, podremos recobrar
nuestra libertad, ya que si podemos manejarlas sin negarlas y sin que salgan de
control, nos proporcionaran autonomía. Lo más sano es experimentar nuestras
emociones y sentimientos dentro de una zona de tolerancia emocional, de manera
proporcionada sin irnos a los extremos.

Los sentimientos no son buenos ni malos, son agradables o desagradables. Por si


los que experimentamos en el duelo son desagradables, trataremos a toda costa
de evitarlos, lo único que lograremos es gastar gran parte de nuestra energía en
mantener nuestros efectos inhibidos en el inconsciente.

Con base a la experiencia, los dolientes preguntan cuando deben llorar, ojala
tuviésemos la receta para decirles que, dependiendo de la perdida, tendrían que
llorar dos, tres cuatro, 20 cubetas de lagrimas y que con eso el duelo estaría
terminando y elabaroando, pero esas receta maginas no existen. Cada proceso de
duelo es único e individual, por tanto, lo que aquí se presenta son algunas
recomendaciones que ayudaran a cercarnos a los dolientes.

Las personas también preguntan cuándo tiempo duraran la elaboración de su


duelo, y la respuesta es la misma, se trata de un proceso personal que está
influido por el temperamento, el carácter y la naturaleza de la perdida.

A un doliente se le hace comparación de quela naturaleza humana es tan sabia


que las heridas físicas sanan de igual manera que las emocionales o espirituales,
si tenemos una herida profunda en nuestro cuerpo, el primer paso que ha de
seguirse es desinfectar la herida, y esto produce dolor. Lo mismo ocurre con las
heridas emocionales o espirituales, el proceso de desinfección duele. Ante tales
situación y por la educación recibida, es muy común que tapemos un sentimiento
con otro, y a que existen algunos que son mas aceptados hasta que llega el
momento en que ya no sabemos ni que estamos sintiendo y vamos creando lo que
denomina mas meta sentimientos, donde ya no podemos detectar realmente que
es lo que está sucediendo y para descubrirlo necesitaremos ayuda especializada.
Según Carol Stadancher (1987) existen 3 fases en el proceso de duelo:
Fase I: manejar temporalmente el dolor, la ansiedad, la confusión inicial.
Fase II: Elaborar, trabajar en si mismo por medio del fortalecimiento y de la
confrontación con la nueva realidad, teniendo una gama de respuestas como
llorar, hablar, escribir, y reconocer que la vía esta desorganizada.
Fase III: Consiste en resolver, reestructurar y reorganizar, se requiere del
pensamiento.

El precio que se paga por esconder los afectos es una enorme tensión interna,
una persona fría,, al igual que todo el mundo, desea ser feliz. Para calmar la
quemazón del sufrimiento, ha optado por enterrar su dolor bajo una capa de hielo,
tanto más gruesa cuanto mayor es la angustia interior.

Si logramos expresarlo tendremos relaciones más sanas y podremos salir


fortalecidos de nuestras crisis.

Una de las técnicas empleadas para el rechazo de nuestras emociones consiste


en la ridiculización, la cual nos obliga a negar nuestros sentimientos con tal de
tener un lugar en un grupo y ser aceptado por los demos.

El desarrollo de la inteligencia emocional puede hacerse en cualquier etapa de la


vida, no es exclusiva de la niñez o de la adolescencia, si nos interesa vivir en
plenitud, debemos desarrollar inteligencia emocional.

La persona que se decía a ayudara dolientes con mayor razón tiene que
desarrollar inteligencia emocional.

Un requisito indispensable para las personas que estamos en contacto con


moribundos, enfermos terminales o sus familiares es desarrollar empatía y, por
tanto, inteligencia emocional para poder acompañarlos en su proceso de duelo.
Recordemos que la sensibilidad es diferente de la sensiblería.

A raíz de lo difícil que es pasar una persona por una enfermedad como es algo
crónico degenerativo (ERC), surge una disciplina que se encarga del estudio de la
muerte y de los procesos de duelo generados por las pérdidas significativas en la
vida.

La finalidad de la tanatologia es humanizar el proceso de la muerte y proporcionar


a la persona una muerte digna, así como ayudar a los dolientes a elaborar
procesos de duelo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la salud es un estado de


completo bienestar físico, mental y social y no simplemente la ausencia de males
físicos o invalidez. De aquí la importancia de conducir a los dolientes en todas sus
áreas para ayudarles a encontrar bienestar.

Desde el punto de vista tanatologica, la muerte lenta es la que mas favorece el


trabajo de muerte y duelo, ya que permite concluir asuntos pendientes y
despedirse.

Cuando representa una muerte súbita el duelo se dificulta, puesto no se conto con
tiempo para prepararse y despedirse. Debemos brindar atención a un paciente en
fase terminales las siguientes áreas:

Físicas o corporal: proporcionar al enfermo bienestar físico, brindarle alimento,


higiene, descanso, atención médica, visitarlo, tocarlo, que nos vea. Mantener al
paciente sin dolor físico, dentro de los posibles.

Psicología o afectiva: en este cuadrante debe buscarse satisfacerla necesidad


del paciente de sentirse amado, querido. Decirle ¨te quiero me has enseñado
mucho¨, etcétera.

Social: el paciente necesita estar rodeado por sus seres queridos. ¨El lugar ideal
para nacer, en familiar, el lugar ideal para morir, en familia¨

Espiritual – inteligencia y voluntad: la persona busca la verdad, saber cuál es el


diagnostico y el pronóstico de a enfermedad, cual es su expectativa de vida.
Quiere saber que es normal y que no. Aquí, el paciente en fase terminal tiene el
derecho a conocer la verdad en relación con su estado de salud. Conocer le
ayudaras a cerrar asuntos pendientes y a elaborar su proceso de despedida y
duelo. Por otro lado, conocer la verdad le ayudara a tomar decisiones en cuanto a
su tratamiento ya decidir cómo quiere morir, no olvidaremos de que la facultad de
la libertad para elegir si de a someterse a un tratamiento o no lo quiere llevar a
cabo. En esta área es importante que la familia respete la decisión del enfermo, ya
que lo llevara a una muerte digna.

Espiritual- teológica: Esta área depende de las creencias del moribundo en


relación con lo que existe después de la muerte y también lo que quiere con su
destino postmortem. Debemos proporcionarle el medio necesario par que se
sienta reconfortado. El paciente lo que necesita es tener la certeza de que se van
a respetar sus creencias.

Transcendencia: el moribundo necesita salir de si mismo y dejar huella en los


demás. Rwquiere saber que fue significativo y que trascendió en otros.

Los moribundos necesitan morir, así como el sediento necesita beber y el


hambriento necesita comer.

Debemos estar consientes de que nuestra labor con el paciente terminal consiste
en ayudarlo a hacer un buen trabajo de muerte, así como acompañar a los seres
queridos y facilitar la elaboración del proceso de duelo.

En ambos casos los pacientes necesitan ser escuchados y el trabajo de


tanatologo es hacerlo y estar a su lado en sus procesos.

El ser humano por lo general muere como ha vivido. Por tanto no debemos olvidar
el desarrollo de las actitudes que se mencionan más adelante para poder
acompañar empáticamente a los moribundos y sus familiares. Recordaremos que
las personas somos, más que historia, una biografía, una historia de vida, y como
hemos vivido se va a reflejar en el cómo vamos a morir.

El paciente en fase terminal necesita ser atendido y cuidado con:

- Capacidad: debe confiar en la capacidad de quien lo atiende.


- Comprensión: es importante llorar con el si así lo requiere, pero con
sinceridad. No debe fingirse.
- Comodidad: debe procurarse la comodidad del paciente.
- Integración familiar: evitar la conspiración del silencio, a pesar de que la
situación es dolorosa, el dolor puede ser un medio para unir a la familia.
- Visitas de los niños: no hay que obligarlos si no quieren asistir.
- Buen humor: sirve para romper la tensión. Recordar que se trata del
sentido del humor, no de la ironía o el sarcasmo.
- Perseverancia y constancia en las visitas: es mejor hacer una visita
corta que no hacerla, asimismo, es mejor varias visitas cortas, que una
larga.
- Tranquilidad: estar tranquilo y calmado no significa ser insensible, cuidar
nuestro nerviosismo ya que este es contagioso.
- Empatía: poniéndose en su lugar.

Cuando en un sistema familiar se presenta la enfermedad de uno de sus


miembros, todo se afecta, se rompe el equilibrio, por tanto, es recomendable
mantener la normalidad dentro de lo posible. Un aspecto primordial que hay
que trabajar con la familia es que los miembros se involucran y acepten las
decisiones del enfermo.

Cuando trabajamos con personas que están enfermas en una etapa terminal
toda la atención debe estar enfocada a ellos, ya que tiene el papel protagónico.
Todas las personas que se encuentran en torno a el necesitan ayuda, pero él
es quien la necesita urgente, ya que no sabemos cuánto tiempo estará en este
proceso de duelo.

Bibliografía:

libro, tanatologia, la inteligencia emocional y el proceso de duelo.


El dueloy los sentimientos.

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