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Emisor: Pleno
Link: http://vlex.com/vid/sentencia-ejecutoria-pleno-contradiccion-26827125
Resumen
Texto
Contenidos
PRIMERO
SEGUNDO
QUINTO
TERCERO
SEXTO
CUARTO
QUINTO
SEXTO
SEXTO
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CONSIDERANDO:
PRIMERO
Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer
de la presente denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197-A
de la Ley de Amparo, y 10, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación,
pues versa sobre la aplicación retroactiva de la jurisprudencia, tema que no es exclusivo de una
materia, sino que es común a todas, y que se encuentra regulado en el título cuarto de la
Ley de Amparo.
previsto por el artículo 11, fracción X, de la ley orgánica citada, corresponde al Pleno de la
Suprema Corte conocer y resolver las contradicciones de tesis sustentadas por Tribunales
Colegiados de Circuito sobre cuestiones ‘que no sean de la competencia exclusiva de las
Salas’."
SEGUNDO
El texto de la tesis sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, dictada en el amparo directo 5703/96, promovido por Fianzas México, S.A.,
Grupo Financiero Prime Internacional, no fue publicada por resultar similar a la jurisprudencia de
la Cuarta Sala cuyo rubro es: "JURISPRUDENCIA, CONCEPTO DE LA. SU APLICACIÓN NO
ES RETROACTIVA.", sin embargo, se transcribe dicha tesis para estar en posibilidad de
determinar la posible contradicción que se presenta:
QUINTO
Los conceptos de violación propuestos son jurídicamente ineficaces para demostrar la ilegalidad
del acto reclamado. De manera contraria a lo que expone el quejoso, la Sala Fiscal responsable
al aplicar la jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no
violó en su perjuicio la garantía de irretroactividad de la ley consagrada en el artículo 14 de la
Constitución Federal. La jurisprudencia no es sino la interpretación de la voluntad de la ley; no
crea una norma; fija el contenido y alcance de la que ya existe. La Suprema Corte y los
tribunales federales, al establecer un criterio en una tesis jurisprudencial, estudian y delimitan
aquellos aspectos que el legislador no precisó, mas no crean una ley. La concepción antigua de
la jurisprudencia entendía a la ciencia jurídica con el único fin de actualizar el derecho a través
de las nociones sistemáticas y orgánicas en él contenidas; por ello, la jurisprudencia constituía
un principio rector en la ordenación de la comunidad. Ulpiano definió a la jurisprudencia en
general como la divinarum atque humanarum rerum notitia justi atque, injusti scientia; esto es, el
conocimiento de las cosas humanas y divinas, la ciencia de lo justo y de lo injusto. Para la
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establecimiento, reforma o revisión, el cual aparece detallado en los artículos 192 al 197-B de la
Ley de Amparo, cuyo texto prevé: ‘Artículo 192. La jurisprudencia que establezca la Suprema
Corte de Justicia, funcionando en Pleno o en Salas, es obligatoria para éstas en tratándose de
la que decrete el Pleno, y además para los Tribunales Unitarios y Colegiados de Circuito, los
Juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del
Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales. Las resoluciones
constituirán jurisprudencia, siempre que lo resuelto en ellas se sustente en cinco sentencias no
interrumpidas por otra en contrario, y que hayan sido aprobadas por lo menos por catorce
Ministros, si se trata de jurisprudencia del Pleno, o por cuatro Ministros en los casos de
jurisprudencia de las Salas. También constituyen jurisprudencia las resoluciones que diluciden
las contradicciones de tesis de Salas y de Tribunales Colegiados.’. ‘Artículo 193. La
jurisprudencia que establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito es obligatoria
para los Tribunales Unitarios, los Juzgados de Distrito, tribunales militares y judiciales del fuero
común, de los Estados y del Distrito Federal, y los tribunales administrativos y del trabajo,
locales o federales. Las resoluciones de los Tribunales Colegiados de Circuito constituyen
jurisprudencia siempre que lo resuelto en ellas se sustente en cinco sentencias no interrumpidas
por otra en contrario, y que hayan sido aprobadas por unanimidad de votos de los Magistrados
que integran cada Tribunal Colegiado.’. ‘Artículo 194. La jurisprudencia se interrumpe dejando
de tener carácter obligatorio, siempre que se pronuncie ejecutoria en contrario por catorce
Ministros, si se trata de la sustentada por el Pleno; por cuatro, si es de una Sala, y por
unanimidad de votos tratándose de la de un Tribunal Colegiado de Circuito. En todo caso, en la
ejecutoria respectiva deberán expresarse las razones en que se apoye la interrupción, las
cuales se referirán a las que se tuvieron en consideración para establecer la jurisprudencia
relativa. Para la modificación de la jurisprudencia se observarán las mismas reglas establecidas
por esta ley, para su formación.’. ‘Artículo 194 bis. Derogado.’. ‘Artículo 195. En los casos
previstos por los artículos 192 y 193, el Pleno, la Sala o el Tribunal Colegiado respectivo
deberán: I. Aprobar el texto y rubro de la tesis jurisprudencial y numerarla de manera progresiva,
por cada uno de los citados órganos jurisdiccionales; II. Remitir la tesis jurisprudencial, dentro
del término de quince días hábiles siguientes a la fecha de su integración, al Semanario Judicial
de la Federación, para su publicación inmediata; III. Remitir la tesis jurisprudencial, dentro del
mismo término a que se refiere la fracción inmediata anterior, al Pleno y Salas de la Suprema
Corte de Justicia y a los Tribunales Colegiados de Circuito, que no hubiesen intervenido en su
integración; y IV. Conservar un archivo, para consulta pública, que contenga todas las tesis
jurisprudenciales integradas por cada uno de los citados órganos jurisdiccionales y las que
hubiesen recibido de los demás. El Semanario Judicial de la Federación deberá publicar
mensualmente, en una Gaceta especial, las tesis jurisprudenciales que reciba del Pleno y Salas
de la Suprema Corte de Justicia y de los Tribunales Colegiados de Circuito, publicación que
será editada y distribuida en forma eficiente para facilitar el conocimiento de su contenido. Las
publicaciones a que este artículo se refiere, se harán sin perjuicio de que se realicen las
publicaciones mencionadas en el artículo 197-B.’. ‘Artículo 196. Cuando las partes invoquen en
el juicio de amparo la jurisprudencia del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte o de los
Tribunales Colegiados de Circuito, lo harán por escrito, expresando el número y órgano
jurisdiccional que la integró y el rubro y tesis de aquélla. Si cualquiera de las partes invoca ante
un Tribunal Colegiado de Circuito la jurisprudencia establecida por otro, el tribunal del
conocimiento deberá: I. Verificar la existencia de la tesis jurisprudencial invocada; II. Cerciorarse
de la aplicabilidad de la tesis jurisprudencial invocada, al caso concreto en estudio; y III. Adoptar
dicha tesis jurisprudencial en su resolución, o resolver expresando las razones por las cuales
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TERCERO
El Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito en el amparo en revisión 346/95, promovido por
Raúl Tecuapetla Tecuatl, sostuvo la tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, Tomo III, marzo de 1996, sección Tribunales Colegiados de Circuito,
página 964, del texto siguiente:
SEXTO
Es esencialmente fundado y suficiente para revocar la sentencia sujeta a revisión, el agravio
que hace valer el inconforme relativo a que el artículo 79, fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, es inconstitucional porque infringe el precepto 17 de la
Constitución Federal de la República, aunque para estimarlo así se supla a su favor la
deficiencia de la queja como señala la fracción I del artículo 76 bis de la Ley de Amparo. Previo
al estudio de la inconstitucionalidad del numeral de que se trata, debe precisarse que el
quejoso, hoy recurrente, en su demanda de amparo señaló como acto reclamado, entre otros, la
iniciativa, discusión, aprobación, promulgación, publicación e inicio de vigencia del Código de
Procedimientos (sic) para el Estado de Puebla, concretamente en lo que se refiere a la
inconstitucionalidad de su artículo 79, fracción III, así como por lo que hace a su acto de
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aplicación relativo a la orden de arresto que por el término de diez días le decretó la Juez Octavo
de lo Civil de esta ciudad en el expediente 370/94, relativo a un juicio ejecutivo mercantil,
generador de los actos reclamados. En relación con la inconstitucionalidad del artículo 79,
fracción III, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, el Juez Tercero de
Distrito en el Estado negó el amparo y protección que solicitó el hoy inconforme, habiendo
considerado, entre otras cosas, que la naturaleza jurídica del arresto que establece el artículo
cuya constitucionalidad cuestiona el aquí recurrente, no es el de una pena sino un medio de
apremio que los Jueces o tribunales pueden emplear para hacer cumplir sus determinaciones,
teniendo por objeto obligar a la parte procesal desobediente al cumplimiento de sus mandatos,
razón por la cual no puede aceptarse que dicha medida provenga de la existencia de una deuda
de carácter civil, citando en apoyo de su dicho la jurisprudencia bajo la voz: ‘ARRESTO COMO
MEDIO DE APREMIO. NO TIENE CARÁCTER DE PENA DE PRISIÓN POR DEUDAS DE
CARÁCTER CIVIL.’. El hoy inconforme interpuso ante el Juez Federal el recurso de revisión
que nos ocupa y al advertir éste que se tildaba de inconstitucional el artículo 79, fracción III, del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla y, por ende, violatorio de las
garantías individuales del hoy recurrente, ordenó remitir los autos a la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para que se abocara a su conocimiento y resolviera conforme a derecho
correspondiera. Por proveído de cinco de junio de mil novecientos noventa y cinco, emitido por
el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y de conformidad con lo dispuesto
en los artículos 94, párrafo sexto, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
11, fracción VI, 37, fracción IV y 5o. transitorio de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y cinco, se ordenó la remisión del
presente asunto al Tribunal Colegiado del Sexto Circuito en turno, para que se aboque a su
conocimiento, toda vez que en relación al artículo 79, fracción III, del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Puebla, impugnado de inconstitucional, existe la jurisprudencia del
Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, identificada con el número P./J.
9/94, bajo la voz: ‘ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO. NO TIENE CARÁCTER DE
PENA DE PRISIÓN POR DEUDAS DE CARÁCTER CIVIL.’. Previamente al análisis de los
agravios vertidos en torno a la cuestión de inconstitucionalidad planteada, este órgano
colegiado estima que no es el caso de aplicar la jurisprudencia adoptada por el Tribunal Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, identificada con el número P./J. 9/94, bajo la voz:
‘ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO. NO TIENE CARÁCTER DE PENA DE PRISIÓN
POR DEUDAS DE CARÁCTER CIVIL.’, en mérito de las consideraciones siguientes. En la
fecha en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación remitió los presentes autos al Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito en turno, es decir, el cinco de junio de mil novecientos noventa y
cinco, estaba vigente la jurisprudencia anteriormente precisada. Empero, mediante
jurisprudencia número 23/95, bajo la voz; ‘ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO. LAS
LEYES O CÓDIGOS QUE LO ESTABLECEN POR UN TÉRMINO MAYOR AL DE TREINTA Y
SEIS HORAS, SON VIOLATORIOS DEL ARTÍCULO 21 CONSTITUCIONAL.’, emitida por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aprobada en sesión privada de treinta y
uno de agosto de mil novecientos noventa y cinco por unanimidad de once votos, se cambió el
criterio que había sustentado en relación al artículo 79, fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, pues declaró inconstitucional todas aquellas
leyes o códigos que establecen un arresto como medida de apremio mayor al de treinta y seis
horas, porque infringen el artículo 21 de la Constitución Federal. Es decir, en la época en que se
impuso el arresto al hoy recurrente o en la que se dictó la sentencia en el amparo indirecto
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promovido contra esa medida de apremio, que dio origen a la presente revisión, se encontraba
vigente la tesis jurisprudencial en primer término mencionada; sin embargo, a partir del día tres
de julio de mil novecientos noventa y cinco, fecha en la cual se fallaron los amparos en revisión
que integraron la jurisprudencia precisada en segundo lugar, el más Alto Tribunal del país
cambió el criterio que sobre el particular había sustentado con anterioridad. Atento a lo anterior,
este órgano colegiado considera que el caso concreto materia de esta revisión debe resolverse
de conformidad con la última tesis jurisprudencial en alusión. Debe señalarse que las entonces
Primera y Cuarta Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación establecieron las tesis
jurisprudenciales números 1062 y 1063, consultables en las páginas 1695, 1696 y 1698,
Segunda Parte, Salas y tesis del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1988,
que respectivamente son del tenor literal siguiente: ‘JURISPRUDENCIA, CONCEPTO DE LA.
SU APLICACIÓN NO ES RETROACTIVA. Es inexacto que al aplicarse jurisprudencia surgida
con posterioridad a la comisión del delito y a la ley entonces vigente, se viole en perjuicio del
acusado el principio jurídico legal de irretroactividad, pues la jurisprudencia no constituye
legislación nueva ni diferente, sino sólo es la interpretación correcta de la ley que la Suprema
Corte de Justicia efectúa en determinado sentido y que se hace obligatoria por ordenarlo así
disposiciones legales expresas, de suerte que su aplicación no es sino la misma de la ley
vigente en la época de realización de los hechos que motivaron el proceso penal.’, y
‘JURISPRUDENCIA, CONCEPTO DE LA. SU APLICACIÓN NO ES RETROACTIVA. Es
inexacto que al aplicarse la jurisprudencia fijada por esta Cuarta Sala de conformidad a lo
dispuesto por el artículo 192 de la Ley de Amparo, y formada con posterioridad a la fecha del
acto reclamado en el juicio de garantías, y que interpreta la ley que rige a dicho acto, se viole en
perjuicio del quejoso el principio contenido en el artículo 14 constitucional, en el sentido de
prohibir la aplicación retroactiva de la ley, ya que la jurisprudencia no constituye legislación
nueva ni diferente a la que está en vigor, sino sólo es la interpretación de la voluntad del
legislador. La jurisprudencia no crea una norma nueva, sino únicamente fija el contenido de una
norma preexistente. En consecuencia, si la jurisprudencia sólo es la interpretación de la ley que
la Suprema Corte de Justicia de la Nación efectúa en determinado sentido, y que resulta
obligatoria por ordenarlo así las disposiciones legales expresas, su aplicación no es sino la
misma de la ley vigente en la época de realización de los hechos que motivaron el juicio laboral
del que emana el acto reclamado en el juicio de garantías.’. Como se advierte del texto de las
tesis jurisprudenciales anteriormente reproducidas, en las mismas primordialmente se sostiene
que la jurisprudencia no constituye legislación nueva ni diferente, sino sólo es la interpretación
correcta de la ley que la Suprema Corte de Justicia de la Nación efectúa en determinado sentido
y que se hace obligatoria por ordenarlo así las disposiciones legales expresas, es decir, que la
jurisprudencia no crea una norma nueva, sino únicamente fija el contenido de una norma
positiva; que si la jurisprudencia sólo es la interpretación de la ley que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación efectúa en determinado sentido, y que resulta obligatoria, su aplicación no
es sino la misma de la ley vigente en la época de realización de los hechos que motivaron el
juicio del que emana el acto reclamado en el juicio de garantías; y que es inexacto que al
aplicarse la jurisprudencia formada con posterioridad a la fecha del acto reclamado en el juicio
de garantías, y que interpreta la ley que rige a dicho acto, se viole en perjuicio del quejoso el
principio contenido en el artículo 14 constitucional en el sentido de prohibir la aplicación
retroactiva de la ley. Expresado en otra forma, como se hace en el criterio sustentado en la tesis
visible en la página 482, Tomo CXXX, Cuarta Sala, Quinta Época del Semanario Judicial de la
Federación, bajo el rubro: ‘JURISPRUDENCIA, APLICACIÓN RETROACTIVA DE LA.’. El
artículo 14 constitucional, prohíbe únicamente la aplicación retroactiva de las leyes, pero no la
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determinaciones, medidas entre las cuales puede incluirse el arresto; sin embargo la duración
de éste, no puede quedar al arbitrio del legislador, sino que debe sujetarse, como máximo, al
término de treinta y seis horas que prevé el artículo 21 constitucional para infracciones a
reglamentos gubernativos o de policía, pues si bien es cierto que la medida de apremio
encuentra su fundamento en el artículo 17 constitucional y no se impone con objeto de castigar a
un infractor, como sucede tratándose del arresto administrativo, sino como un medio para hacer
cumplir las determinaciones judiciales, igualmente cierto resulta, que a través de ambas figuras,
se priva de la libertad al afectado fuera de un procedimiento penal, por lo que si el artículo 17
constitucional no establece el límite temporal de dicha medida de apremio, debe recurrirse, por
interpretación extensiva, al límite establecido por el artículo 21 constitucional para el arresto
administrativo. En consecuencia, si alguna disposición de una ley o código establece el arresto
como medida de apremio por un término mayor al de treinta y seis horas, es inconstitucional.’.
En consecuencia, si resulta inconstitucional el artículo 79, fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, por contener un arresto como medida de
apremio por más de treinta y seis horas, siendo dicho precepto en el que se fundó el Juez
responsable para imponer la medida de apremio al quejoso, aquí inconforme, es incuestionable
entonces, que también resulta inconstitucional el acto concreto de aplicación del artículo
declarado contrario a la Constitución Federal, es decir, el arresto que por diez días se le impuso
al recurrente. Por tanto, dado lo anterior, lo procedente en el caso es revocar el punto resolutivo
segundo de la sentencia que se revisa y conceder la protección constitucional en contra de la
referida orden de arresto. Tiene aplicación la tesis sustentada por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 9, Volúmenes 217-228, Tercera
Parte, Séptima Época, del Semanario Judicial de la Federación, que textualmente dice: ‘ACTO
DE APLICACIÓN INCONSTITUCIONAL. LO ES EL FUNDADO EN LEY INCONSTITUCIONAL.
La inconstitucionalidad de la ley que funde un acto de aplicación, trae como consecuencia la
inconstitucionalidad del acto que se apoya en esa ley. Cuando el acto reclamado se funde en
leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte, se deberá suplir
la deficiencia de la queja.’."
CUARTO
Previamente al estudio de la cuestión planteada, por razón de método, debe determinarse si en
el caso existe la contradicción de tesis entre los Tribunales Colegiados de Circuito de que se
trata.
La anterior Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sostuvo que para que
existan tesis contradictorias se necesita que concurran varios elementos:
c. Que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos.
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito sostiene, en síntesis
que la aplicación de la jurisprudencia no viola la garantía de irretroactividad de la ley, pues ésta
es la interpretación que los tribunales hacen de la ley, y no constituye una norma jurídica nueva,
ya que no cumple con las características de generalidad y abstracción absoluta; por tanto, al
aplicarse, no viola el principio de irretroactividad consagrado en el artículo 14 constitucional.
Este órgano colegiado consideró aplicable al caso la tesis de jurisprudencia con el rubro:
"JURISPRUDENCIA, CONCEPTO DE LA. SU APLICACIÓN NO ES RETROACTIVA.".
Por su parte, el Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito consideró que la jurisprudencia es
la creación de una norma general, es decir una norma positiva, y debe equipararse a una ley,
por ende, es lógico sostener que se encuentra condicionada por la garantía prevista en el
artículo 14 constitucional.
Como puede advertirse, existe la contradicción de tesis denunciada, pues los órganos
involucrados analizaron cuestiones jurídicas esencialmente iguales, tomaron en consideración
los mismos elementos y llegaron a conclusiones distintas. Llegado a esta conclusión procede
analizar los criterios sustentados para establecer cuál de éstos es el que habrá de prevalecer.
QUINTO
Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determina que la tesis que
debe de prevalecer es la que aquí se sustenta y que coincide en lo esencial con la sostenida por
el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.
El vocablo jurisprudencia proviene del latín "iurisprudentia: f. Ciencia del derecho. 2. Conjunto
de sentencias de los tribunales, y doctrina que contienen. 3. Criterio sobre un problema jurídico
establecido por una pluralidad de sentencias concordes." (Diccionario de la Lengua Española;
Real Academia Española; Tomo A-Zurrón; España; 1984; página 805).
Del latín: iurisprudentia, que proviene de ius y prudentia, y significa prudencia de lo justo."
(Diccionario Jurídico Mexicano; Instituto de Investigaciones Jurídicas; Ed. Porrúa; 10a. ed;
México; 1997; página 1891).
Como antecedentes del derecho romano, resulta necesario mencionar el concepto que de
jurisprudencia emitió el jurisconsulto Ulpiano, quien la define como la divinarum atque
humanarum rerum notitia, iusti atque, iniusti scientia, esto es, el conocimiento de las cosas
humanas y divinas, la ciencia de lo justo y de lo injusto.
Como virtud intelectual, la jurisprudencia implica que la inteligencia adquiera los criterios
formulados por los jurisprudentes para distinguir lo justo de lo injusto (es decir que conozca las
reglas jurídicas o normas), y además que la inteligencia aprenda el modo de combinar esas
reglas a fin de juzgar sobre cuál es la solución justa en un caso determinado, es decir, que
aprenda a razonar jurídicamente, que adquiera ese criterio." (Diccionario Jurídico Mexicano;
obra citada; páginas 1890-1891).
Durante la República Romana se entendía por jurisprudencia: "... a aquellas opiniones emitidas
por los jurisconsultos sobre las diversas cuestiones que se les planteaban, ya fuesen
presentadas por particulares, o por los propios Magistrados. Fueron pues, los jurisconsultos los
que al interpretar el derecho le otorgaron a éste un carácter doctrinal ... Los primeros
jurisconsultos fueron los sacerdotes y de ellos los pontífices quienes, además de tener el
monopolio de las fórmulas procesales, se dedicaron a interpretar el derecho, fijando el contenido
y alcance de la Ley de las XII Tablas, primera gran ley escrita del derecho romano." (Morineau
Iduarte Marta, Iglesias González Román; Derecho Romano; Ed. Harla; 3a. ed; México; 1993;
páginas 15-16).
Rodolfo Sohm, señala que: "la jurisprudencia romana tuvo su origen en el colegio de los
pontífices, asesores técnicos, primero de la justicia real y más tarde de los cónsules y los
pretores. Sus conocimientos del derecho estaban relacionados con la ciencia de la religión y la
astrología. Su misión era interpretar la voluntad divina, clave, para los antiguos, de todo el orden
jurídico." (Sohm Rodolfo; Instituciones de Derecho Privado Romano; Ed. Gráfica Panamericana;
México; 1951; páginas 49-50).
Por su parte Rodolfo Sohm nos dice que: "a fines de la República, ya generalizado y
secularizado el conocimiento del derecho, empiezan a emitir libremente dictámenes juristas
profanos, que no pertenecen al alto colegiado sacerdotal, y que, naturalmente, carecen de la
autoridad oficial necesaria para atribuir a sus opiniones fuerza obligatoria." (Sohm Rodolfo; obra
citada; página 52).
La vida profesional de los jurisconsultos romanos cumplía varias funciones: respondere, cavere,
agere y scribire. ... La primera de ellas consistía en dar consultas verbales sobre casos prácticos;
el cavere en redactar documentos jurídicos; el agere en asistir a las partes durante el litigio y,
finalmente, el scribere, en elaborar obras doctrinales de derecho, además de la labor docente
que también desempeñaban." (Morineau Marta; obra citada; página 16).
Durante la República ya nos encontramos con grandes jurisconsultos: Quinto Mucio Escévola,
el primero que realizó una compilación del derecho de la época en su obra Ius Civile, de 18
libros; Aquilio Galo, alumno del anterior, quien escribió numerosas obras y Servio Sulpicio, el
primer comentarista de los edictos del pretor." (Ibidem).
Por otra parte, en esta época surgen como fuente del derecho los edictos de los Magistrados;
sobre esta cuestión Marta Morineau y Román Iglesias, señalan: "al referirnos a los Magistrados,
en este caso lo hacemos en relación con aquellos cuya labor era la de administrar justicia; esto
es, los pretores y ediles en la ciudad de Roma y los gobernadores en las provincias ... Cuando
uno de estos Magistrados entraba en funciones generalmente por el término de un año, era
usual que publicase un edicto; es decir, una especie de programa en el que exponía la forma en
que iba a desarrollar su magistratura ... De esta manera al aplicar el derecho de acuerdo con las
situaciones que se iban presentando, los Magistrados creaban derecho al administrar justicia,
aplicaban el derecho civil iuris civilis adivuandi, pero también lo complementaban cuando así se
requería iuris civilis supplendi y, finalmente si era necesario corregían el propio derecho civil
iuris civilis corrigendi causa ... Por lo tanto, se advierte que a partir de medios procesales, de la
acción para aplicar y completar el derecho civil y de la excepción con el objeto de corregirlo, se
está creando derecho ... Este derecho creado por los Magistrados se llama derecho honorario -
ius honorarium- y como dice Kunkel (Historia del Derecho Romano ...), no constituyó un cuerpo
cerrado frente al derecho civil, con el que sólo excepcionalmente se contrapone, como en el
caso de la propiedad o de la herencia en donde incluso existe una doble reglamentación. En la
mayoría de los casos, sin embargo, el derecho honorario se limitó a ayudar, completar o corregir
al derecho civil, partiendo de él para conformar juntos un todo armónico: el sistema jurídico
romano." (Idem; página 15).
Es en el principado cuando aparecen medios legales a favor del emperador conocidos como
constituciones imperiales, entre ellos la decreta que "eran decisiones judiciales tomadas por el
emperador como magistrado supremo de un juicio." (Idem; página 17).
Los edictos de los Magistrados "con el tiempo van siendo prácticamente repetitivos, debido a lo
cual en el año 730 y por orden del emperador Adriano, se publica en colección con el nombre de
Edicto Perpetuo, también conocido como Edicto Adriano o Edicto Salvio Juliano." (Idem; página
17).
En relación con la jurisprudencia, probablemente éste sea el periodo de mayor esplendor, entre
otras razones debido al apoyo y confianza que Augusto y sus sucesores le conceden a los
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jurisconsultos. Es así como a las opiniones emitidas por algunos de ellos, el emperador les
otorga el ius publice respondendi, es decir, que llegase a tener fuerza de ley." (Idem; página 8).
Massini, refiriéndose al emperador Augusto nos explica: "... otorgó, en los comienzos de la era
cristiana, el ius publice respondendi ex auctoritate principis a los más notables juristas de la
Roma Imperial, lo hizo en virtud de su reconocida calidad de iuris prudentis, es decir, de
poseedores, en grado eminente, de una especial forma de conocimiento jurídico: el ‘prudencial’.
Papiniano, Ulpiano, Gayo, Paulo y Modestino, se destacaban entre los hombres de derecho
romano por su especial aptitud para investigar cuál era la solución justa para cada uno de los
casos concretos sobre los que se les consultaba. Ese conocimiento acertado de lo que era
derecho en cada situación singular -llamado iuris prudentia- dio posteriormente el nombre, por
una derivación lingüística, a la ‘ciencia del derecho’ y a las normas que tienen su origen en las
sentencias de los tribunales. Pero con el transcurso del tiempo, el uso de la palabra se fue
restringiendo a estas dos acepciones derivadas, sobre todo a la última, sin que el conocimiento
de lo justo concreto conservara el clásico apelativo de ‘prudencial’. Lo que es más, la misma
palabra ‘prudencia’ fue objeto de un paulatino descrédito, pasando a significar la simple cautela
o una actitud de apocamiento o de temor excesivo; para el lenguaje vulgar, el ‘prudente’ se
transformó de un virtuoso en un timorato, siempre dispuesto a evitar cualquier riesgo o aventura.
Resultaba difícil, por ello, hablar de ‘prudencia jurídica’ como de un modo especial e
indispensable de conocimiento del derecho, por lo que pasó al olvido la acepción primera del
término, que designaba al conocimiento de lo justo en su máxima concreción." (Massini, Carlos
Ignacio; La Prudencia Jurídica; Abeledo-Perrot; Argentina; 1983; páginas 21-22).
En este sentido, Rodolfo Sohm expresa: "es práctica constante, desde el emperador Tiberio, que
los juristas más eminentes reciben del emperador el ius respondendi, o sea el derecho a emitir
dictámenes obligatorios para el Juez, para el iudex privatus nombrado en el proceso y para el
Magistrado." (Sohm Rodolfo; obra citada; página 52).
Es en la época del derecho clásico cuando el derecho romano alcanza su mayor grado de
evolución ... con las bases adquiridas en los últimos años de la República, el derecho se
desenvuelve con rapidez y, principalmente a través de la jurisprudencia, se constituye una
verdadera ciencia jurídica." (Morineau Marta; obra citada; página 19).
La jurisprudencia clásica no es precisamente eso que con frase feliz alguien ha llamado una
matemática de conceptos, sino algo muy distinto: el tacto práctico y el fin sentido de la realidad,
que no necesita entrar a dilucidar la esencia de los conceptos para fallar a tono con ellos y
encontrar la ley propia en cada caso, implícita en él y en todos los del mismo género." (Idem;
página 58).
En la época del imperio se dijo que: "Durante los reinados de Valentino III en occidente y
Teodosio II en oriente, en 426 se publicó una colección de jurisprudencia, la famosa Ley de
Civitas, que señala a las opiniones de Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y Modestino como
vigentes y susceptibles de ser aducidas en juicio. Si los pareceres de estos jurisconsultos no
eran unánimes prevalecía la opinión de la mayoría, y en caso de empate, la de Papiniano ...
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También bajo el reinado de los emperadores mencionados, se publicó una codificación (año
438), ésta de carácter oficial, llamada Código Teodosiano. La obra consta de 16 libros y
contiene, ordenadas y clasificadas, las Constituciones emitidas desde la época de Constantino
hasta ese momento." (Morineau Marta; obra citada; página 20).
Desde fines del siglo III deja de otorgarse el ius respondendi. El emperador se reserva el
derecho de resolver personalmente las consultas, por medio de rescriptos: la única misión que
se le ofrece todavía a la jurisprudencia es animar con su soplo científico, aún vital, los
numerosos rescriptos de Diocleciano y sus sucesores." (Sohm Rodolfo; obra citada; página 58).
Respecto del Digesto de Justiniano conocido como Pandectas se ha opinado que: "... es una
colección compuesta por citas de los escritos de los grandes jurisconsultos clásicos. La obra fue
encargada a una comisión de juristas bajo la dirección de Triboniano y se compone de 50 libros.
Éstos se subdividen en títulos y fragmentos, que constan de parágrafos numerados. Cada
fragmento se inicia con el nombre del autor correspondiente y la indicación de la obra citada ...
Los redactores del Digesto se dividen en tres subcomisiones, cada una de las cuales debe
seleccionar un conjunto determinado de obras. La primera se encargó de revisar todo lo
referente al derecho civil, y a integrar lo que se conoce como fondo sabinianeo, que está
conformado básicamente por obras de Sabino y sus seguidores ... Por su parte, la segunda
comisión revisó las obras relacionadas con el derecho honorario contenido en los edictos de los
Magistrados e integró el fondo edictal. Finalmente, el tercer grupo se dedicó a analizar
principalmente los escritos de Papiniano y otros grandes jurisconsultos y produjo el fondo
papinianeo ... Las comisiones tuvieron plenos poderes para corregir y modificar los textos
estudiados en las diversas compilaciones, así como la facultad de adaptar las obras clásicas a
las necesidades del derecho vigente; estas adaptaciones y modificaciones se conocen con el
nombre de interpolación o Emblemata triboniani." (Morineau Marta; obra citada; páginas 22-23).
Por otra parte, para el maestro español José Castán Tobeñas la jurisprudencia es: "la doctrina
sentada por los tribunales, cualquiera que sea su clase y categoría, al decidir las cuestiones
sometidas a ellos." (Castán Tobeñas José; Derecho Civil Español, Común y Foral; Tomo I; Vol.
I; 12a. ed; España; 1988; página 581).
Por otra parte, el Ministro Arturo Serrano Robles conceptualiza a la jurisprudencia como: "el
conjunto de reglas o normas que la autoridad jurisdiccional, que cuenta con atribuciones al
respecto, deriva de la interpretación de determinadas prevenciones del derecho positivo, que
precisan el contenido que debe atribuirse y el alcance que debe darse a éstas, y que, al ser
reiteradas cierto número de veces en sentido uniforme, no contrariado, son obligatorias para
quien debe decidir casos concretos regidos por aquellas prevenciones." (Suprema Corte de
Justicia de la Nación; Manual del Juicio de Amparo; Ed. Themis; 2a. ed; México; 1994; página
175).
Para Cabanellas la jurisprudencia es: "La ciencia del derecho. El derecho científico. La ciencia
de lo justo y de lo injusto, según parte de la definición justiniana, que luego se analiza. La
interpretación de la ley hecha por los Jueces. Conjunto de sentencias que determinan un criterio
acerca de un problema jurídico u oscuro en los textos positivos o en otras fuentes del derecho.
La interpretación reiterada que el Tribunal Supremo de una nación establece en los asuntos que
conoce. La práctica judicial constante. Arte o hábito de interpretar o aplicar las leyes."
(Cabanellas Guillermo; Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual; Edit. Heliastra; Argentina;
1981; Tomo V; página 55).
Por último, para José Alberto Garrone la jurisprudencia tiene el siguiente sentido: "El concepto
de jurisprudencia es multívoco: etimológica e históricamente designó las opiniones de los
autores, pero paulatinamente se la ha transformado en la opinión de los tribunales a través de
sus decisiones judiciales. Como fuente de manifestación del derecho y en especial del derecho
procesal, la acepción más aceptable es la que considera a la jurisprudencia como la reiterada y
habitual concordancia de las decisiones de los órganos jurisdiccionales del Estado sobre
situaciones jurídicas idénticas o análogas." (Garrone, José Alberto; Diccionario Jurídico
Abeledo-Perrot; Argentina; 1986; Tomo II; página 389).
Los artículos 192 a 197, A y B de la Ley de Amparo, regulan la jurisprudencia y reconocen como
materia de ella, la interpretación de la ley, le atribuyen de manera expresa la característica de
obligatoriedad y exigen que los criterios que la integren sean firmes y reiterados.
En efecto, el citado precepto constitucional y los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo
establecen que la materia de la jurisprudencia es la interpretación de las leyes y reglamentos
federales o locales y de los tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano.
Constitución Federal
La ley fijará los términos en que sea obligatoria la jurisprudencia que establezcan los tribunales
del Poder Judicial de la Federación sobre interpretación de la Constitución, leyes y reglamentos
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federales o locales y tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, así como los
requisitos para su interrupción y modificación."
Ley de Amparo
También constituyen jurisprudencia las resoluciones que diluciden las contradicciones de tesis
de Salas y de Tribunales Colegiados."
Artículo 193. La jurisprudencia que establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de
Circuito es obligatoria para los Tribunales Unitarios, los Juzgados de Distrito, los tribunales
militares y judiciales del fuero común de los Estados y del Distrito Federal, y los tribunales
administrativos y del trabajo, locales o federales.
Artículo 194. La jurisprudencia se interrumpe dejando de tener carácter obligatorio, siempre que
se pronuncie ejecutoria en contrario por ocho Ministros, si se trata de la sustentada por el Pleno;
por cuatro, si es de una Sala, y por unanimidad de votos tratándose de la de un Tribunal
Colegiado de Circuito.
En todo caso, en la ejecutoria respectiva deberán expresarse las razones en que se apoye la
interrupción, las cuales se referirán a las que se tuvieron en consideración para establecer la
jurisprudencia relativa.
Para la modificación de la jurisprudencia se observarán las mismas reglas establecidas por esta
ley, para su formación."
Artículo 195. En los casos previstos por los artículos 192 y 193, el Pleno, la Sala o el Tribunal
Colegiado respectivo deberán:
II. Remitir la tesis jurisprudencial, dentro del término de quince días hábiles siguientes a la
fecha de su integración, al Semanario Judicial de la Federación, para su publicación
inmediata;
III. Remitir la tesis jurisprudencial, dentro del mismo término a que se refiere la fracción
inmediata anterior, al Pleno y Salas de la Suprema Corte de Justicia y a los Tribunales
Colegiados de Circuito, que no hubiesen intervenido en su integración; y
IV. Conservar un archivo, para consulta pública, que contenga todas las tesis
jurisprudenciales integradas por cada uno de los citados órganos jurisdiccionales y las
que hubiesen recibido de los demás.
Las publicaciones a que este artículo se refiere, se harán sin perjuicio de que se realicen
las publicaciones mencionadas en el artículo 197-B."
Artículo 196. Cuando las partes invoquen en el juicio de amparo la jurisprudencia del
Pleno o de las Salas de la Suprema Corte o de los Tribunales Colegiados de Circuito, lo
harán por escrito, expresando el número y órgano jurisdiccional que la integró, y el rubro y
tesis de aquélla.
III. Adoptar dicha tesis jurisprudencial en su resolución, o resolver expresando las razones
por las cuales considera que no debe confirmarse el criterio sostenido en la referida tesis
jurisprudencial.
Artículo 197. Cuando las Salas de la Suprema Corte de Justicia sustenten tesis
contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, cualquiera de dichas Salas o
los Ministros que las integren, el procurador general de la República o las partes que
intervinieron en los juicios en que tales tesis hubieran sido sustentadas, podrán denunciar
la contradicción ante la misma Suprema Corte de Justicia, la que decidirá funcionando en
Pleno cuál es la tesis que debe observarse. El procurador general de la República, por sí o
por conducto del agente que al efecto designe, podrá, si lo estima pertinente, exponer su
parecer dentro del plazo de treinta días.
La resolución que se dicte no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de los
juicios en los cuales se hubiesen dictado las sentencias que sustentaron las tesis
contradictorias.
Las Salas de la Suprema Corte de Justicia y los Ministros que las integren y los Tribunales
Colegiados de Circuito y los Magistrados que los integren, con motivo de un caso concreto
podrán pedir al Pleno de la Suprema Corte o a la Sala correspondiente que modifique la
jurisprudencia que tuviesen establecida, expresando las razones que justifiquen la
modificación; el procurador general de la República, por sí o por conducto del agente que
al efecto designe, podrá, si lo estima pertinente, exponer su parecer dentro del plazo de
treinta días. El Pleno o la Sala correspondiente resolverán si modifican la jurisprudencia,
sin que su resolución afecte las situaciones jurídicas concretas derivadas de los juicios en
las cuales se hubiesen dictado las sentencias que integraron la tesis jurisprudencial
modificada. Esta resolución deberá ordenar su publicación y remisión en los términos
previstos por el artículo 195."
La resolución que se dicte no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de los
juicios en los cuales se hubiesen dictado las sentencias contradictorias.
La Suprema Corte deberá dictar la resolución dentro del término de tres meses y ordenar
su publicación y remisión en los términos previstos por el artículo 195."
Artículo 197-B. Las ejecutorias de amparo y los votos particulares de los Ministros y de los
Magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito, que con ello se relacionen, se
publicarán en el Semanario Judicial de la Federación, siempre que se trate de las
necesarias para constituir jurisprudencia o para contrariarla, además de la publicación
prevista por el artículo 195 de esta ley. Igualmente se publicarán las ejecutorias que la
Corte funcionando en Pleno, las Salas o los citados tribunales, acuerden expresamente."
Para Philipp Heck el derecho realmente importante para la vida es aquel que se realiza en
la sentencia judicial.
Una ley de la que todo el mundo supiera que los tribunales no la aplican perdería toda su
importancia para la vida. Los principios de la decisión judicial son un objeto de la ciencia
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Según este autor, el legislador quiere sentar preceptos para el futuro. Pero el futuro no es
absolutamente previsible, perceptible. La complejidad de la vida moderna es casi infinita.
Las condiciones y los problemas de la vida están sometidos a un cambio constante. Los
medios expresivos del legislador son limitados. La consecuencia de estas dificultades es
que incluso la mejor ley presenta innumerables lagunas que el Juez se encuentra con
situaciones que debe solucionar concorde con las necesidades vitales y con las
intenciones generales del legislador, pero para las cuales no cuenta con ningún precepto
legal y el problema radica en estos casos en el comportamiento del Juez, el cual debe
seguir un procedimiento al que este autor denomina la complementación coherente de la
norma, el cual no limita al juzgador a la realización de la norma reconocida, sino que le
permite completar o suplir las normas insuficientes y dar a las imprecisas la determinación
de que carecen. No obstante, al hacerlo no debe proceder sin propias valoraciones, sino
que tiene que estar vinculado por las intenciones del legislador, por la valoración de los
ideales e intereses vitales que están en el fondo de la norma legal.
Por su parte, el señor Ministro Genaro David Góngora Pimentel considera que: "no existe
contradicción alguna al sostener que la jurisprudencia no debe considerarse como medio
creador de normas formalmente legales y en otro aspecto, sostener la función creadora de
la misma institución citando el caso de un criterio que se convirtió posteriormente en
precepto legal, pues es evidente que el citado criterio fue adoptado como norma
formalmente legal por medio de un acto del Congreso de la Unión acaecido
posteriormente a la sustentación de dicha opinión, o sea que la jurisprudencia en cuestión
no constituyó una regla de conducta formalmente legal, hasta que fue sancionada por el
Poder Legislativo." (Góngora Pimentel; Genaro; Introducción al Estudio del Juicio de
Amparo; Ed. Porrúa; 5a. ed; México; 1995; página 532), concluyendo que "la
jurisprudencia sí es una fuente material del derecho en México, tanto por llenar las
particularidades técnicas que caracterizan a dichas fuentes, como por contar con los
atributos de generalidad, abstracción y obligatoriedad antes mencionadas, en su aspecto
de interpretación de la ley." (Idem; página 533).
... En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho."
A manera de ejemplo, el artículo 19 del Código Civil del Distrito Federal en materia común,
y federal en toda la República, previene:
Artículo 19. Las controversias judiciales del orden civil deberán resolverse conforme a la
letra de la ley o a su interpretación jurídica. A falta de la ley se resolverán conforme a los
principios generales del derecho."
El caso de excepción en que los Jueces pueden integrar el derecho es mediante "los
principios generales del derecho" los cuales han sido definidos por el Poder Judicial
Federal en los términos siguientes:
base la justicia garantizada por el Estado, y por ello es que la Constitución Federal, en su
artículo 17, establece como garantía individual, la de que los tribunales estén expeditos
para administrar justicia, en los plazos y términos que fija la ley, y los códigos procesales
civiles, en consecuencia con este mandato constitucional, preceptúan que los Jueces y
tribunales no podrán, bajo ningún pretexto, aplazar, dilatar ni negar la resolución de las
cuestiones que hayan sido discutidas en el pleito; pero las legislaciones de todos los
países, al invocar los ‘principios generales del derecho’, como fuente supletoria de la ley,
no señalan cuáles sean dichos principios, qué características deben tener para ser
considerados como tales, ni qué criterio debe seguirse en la fijación de los mismos; por lo
que el problema de determinar lo que debe entenderse por ‘principios generales del
derecho’, siempre ha presentado serios escollos y dificultades, puesto que se trata de una
expresión de sentido vago e impreciso, que ha dado motivo para que los autores de
derecho civil hayan dedicado conjuntamente su atención al estudio del problema, tratando
de definir o apreciar lo que debe constituir la esencia o índole de tales principios. Los
tratadistas más destacados del derecho civil, en su mayoría, admiten que los ‘principios
generales del derecho’ deben ser verdades jurídicas notorias, indiscutibles, de carácter
general, como su mismo nombre lo indica, elaboradas o seleccionadas por la ciencia del
derecho, mediante procedimientos filosófico-jurídicos de generalización, de tal manera que
el Juez pueda dar la solución que el mismo legislador hubiere pronunciado si hubiere
estado presente, o habría establecido, si hubiere previsto el caso; siendo condición
también de los aludidos ‘principios’, que no desarmonicen o estén en contradicción con el
conjunto de normas legales cuyas lagunas u omisiones han de llenarse aplicando
aquéllos; de lo que se concluye que no pueden constituir ‘principios generales del
derecho’, las opiniones de los autores, en ellas mismas consideradas, por no tener el
carácter de generalidad que exige la ley y porque muchas veces esos autores tratan de
interpretar legislaciones extranjeras, que no contienen las mismas normas que la nuestra."
(Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, instancia: Tercera Sala, Tomo LV,
página 2642).
Ahora bien, de los criterios aludidos se desprende que la posición de este Alto Tribunal es
ecléctica, puesto que adopta las cuatro clases de principios generales del derecho que se
deducen de las corrientes mencionadas y que se diferencian por su contenido y alcances.
Estas clases de principios generales son, a saber:
El rasgo distintivo de estos principios lo constituye el camino al que hay que recurrir
para descubrirlos, al margen de la generalidad que posean y el carácter de
particulares se logra en oposición a los principios sistemáticos, dado que su amplitud
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b. Principios jurídicos positivos sistemáticos. Son las bases sobre las que se construye
el ordenamiento. Están contemplados en la base misma del sistema jurídico desde
su inicio, y por ello, se presentan en la totalidad de éste. Son los grandes fines que
persigue el derecho positivo, y en cuanto a su contenido son menos técnicos y más
filosóficos en relación con los principios particulares.
La aplicación de los principios generales del derecho nunca debe oponerse a las
disposiciones contenidas en la propia ley, por lo que es condición también que
dichos principios no desarmonicen o estén en contradicción con el conjunto de
normas legales cuyas lagunas u omisiones han de llenarse aplicando aquéllos.
Lo anterior nace de la necesidad que hay de resolver las contiendas judiciales sin
aplazamiento alguno, aunque el legislador no haya previsto todos los casos posibles
de la controversia.
Los órganos que cuentan con atribuciones para sustentar tesis que sienten
jurisprudencia son:
c. Las partes que intervinieron en los juicios en que tales tesis hayan sido sustentadas,
podrán también, denunciar la contradicción ante la misma Suprema Corte, la que
decidirá funcionando en Pleno cuál es la tesis que debe observarse.
El mencionado procurador, por sí o por conducto del agente que al efecto designe,
podrá, si lo estima pertinente, exponer su parecer dentro del plazo de treinta días. El
Pleno deberá dictar la resolución correspondiente dentro del término de tres meses,
resolución que no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de los
juicios en que se hubiesen dictado las sentencias contradictorias, y ordenar que se
publique y sea remitida, dentro del término de quince días, al Semanario Judicial de
la Federación, para su publicación inmediata (artículos 197 y 195, fracción II).
Lo anterior no impide que las Salas o los Ministros que las integran pidan al Pleno
posteriormente, con motivo de un caso concreto que les hubiese tocado resolver, que
modifique la jurisprudencia ya establecida, expresando las razones que justifiquen la
modificación. El procurador general de la República, por sí o por conducto del agente
que al respecto designe, podrá exponer su parecer dentro del plazo de treinta días, y
el Pleno o la Sala correspondiente resolverán si modifican o no dicha jurisprudencia.
Aunque las situaciones jurídicas concretas falladas conforme a la tesis
jurisprudencial cuya modificación fue solicitada no son afectadas por dicha
modificación (197) el procedimiento indicado, establecido en el artículo 196, evita
e. Las partes que intervinieron en los juicios en que tales tesis hayan sido sustentadas.
El procurador general de la República, por sí o por conducto del agente que designe,
podrá exponer su parecer dentro del plazo de treinta días. La Suprema Corte deberá
dictar la resolución correspondiente, que no afectará las situaciones jurídicas
concretas derivadas de los juicios fallados con sentencias contradictorias, dentro del
término de tres meses y ordenar su inmediata publicación en el Diario Oficial
(artículos 192 y 195). Pero, no obstante que al resolver una contradicción al Alto
Tribunal corresponde establecer qué tesis debe prevalecer, es factible que considere
que ambas son incorrectas o jurídicamente insostenibles y que acoja un tercer
criterio. Ciertamente, al resolver las contradicciones 1/91 y 45/92, la Cuarta Sala
estimó que:
La finalidad perseguida por los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Federal
y 197-A de la Ley de Amparo ... de preservar la unidad en la interpretación de las
normas que integran el orden jurídico nacional, fijando su verdadero sentido y
alcance, lo que, a su vez, tiende a garantizar la seguridad jurídica ... se tornaría
inalcanzable si se llegara a concluir que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
está obligada, inexorablemente, a decidir en relación con el criterio que se establece
en una de las tesis contradictorias, a pesar de considerar que ambas son incorrectas
o jurídicamente insostenibles. Por consiguiente, la Suprema Corte válidamente
puede acoger un tercer criterio, el que le parezca correcto, de acuerdo con el examen
lógico y jurídico del problema, lo que es acorde, además, con el texto de las citadas
disposiciones en cuanto indican que la Sala debe decidir ‘... cuál tesis debe
prevalecer’, no cuál de las dos tesis debe prevalecer."
Señala el Ministro Arturo Serrano Robles que: "... la jurisprudencia que establezca la
Suprema Corte de Justicia, funcionando en Pleno o en Salas, es obligatoria para
éstas si es la decretada por el Pleno, y además para los Tribunales Unitarios y
Colegiados de Circuito; Juzgados de Distrito; tribunales militares; tribunales
judiciales del orden común, de los Estados y del Distrito Federal; y tribunales
administrativos y del trabajo, federales y locales ... En cuanto a la jurisprudencia que
establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito, es obligatoria para
los Tribunales Unitarios; Juzgados de Distrito; tribunales militares y judiciales del
fuero común, de los Estados y del Distrito Federal; y tribunales administrativos y del
trabajo, locales y federales (artículo 193)." (Suprema Corte de Justicia de la Nación;
obra citada; páginas 178-179).
Sin embargo, muchas son las tesis jurisprudenciales establecidas por la Suprema
Corte de Justicia que han perdido su vigencia y por lo mismo, su obligatoriedad para
los Tribunales Colegiados de Circuito, que pueden interrumpirlas y modificarlas ...
Efectivamente, al entrar en vigor el 15 de enero de 1988, las reformas a la
Constitución y a la Ley de Amparo, que dejaron a la Suprema Corte la facultad de
conocer solamente de problemas de constitucionalidad y a los Tribunales
Colegiados de Circuito la de resolver todos los juicios en que se planteen problemas
de legalidad, obviamente confirieron a los segundos, en exclusiva, atribuciones para
sentar tesis relacionadas con dichos problemas de legalidad, por lo que ya no
resultan obligados a ceñirse a los criterios sustentados por el Alto Tribunal en
relación con cuestiones que ya escapan a su competencia. Sin embargo, es tanta la
fuerza moral de tales tesis puesto que provienen del máximo intérprete de la
Constitución, es tanta la respetabilidad de los criterios cuidadosamente estructurados
por quienes disfrutan del prestigio de que los invisten su experiencia, sus
conocimientos y la tradición, que nada impide que influyan en el ánimo de los
juzgadores que integran los Tribunales Colegiados de Circuito." (Idem; página 179).
A partir de agosto de mil novecientos noventa y seis, el Tribunal Electoral forma parte
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La jurisprudencia que emite el Tribunal Electoral será obligatoria en todos los casos
para las Salas y el Instituto Federal Electoral, asimismo lo será para las autoridades
electorales locales, cuando se declare jurisprudencia en asuntos relativos a
derechos político-electorales de los ciudadanos o en aquellos en que se hayan
impugnado actos o resoluciones de esas autoridades.
Por otra parte, el señor Ministro Genaro David Góngora Pimentel, en relación con
este punto expresa lo siguiente: "Si en el caso se trata de la reforma de una
disposición legal, la nueva no sería aplicable en perjuicio de persona alguna a los
casos acaecidos con antelación a la fecha en que se inició su vigencia ... Sin
embargo, dentro de lo previsto por las disposiciones legales vigentes, cuando se
trata del cambio de jurisprudencia no sucede lo mismo, toda vez que ésta sólo
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El vocablo ley deriva de la voz latina lex, la cual a su vez, según la opinión más
generalizada, tiene su origen en la palabra legere por referencia al precepto o regla
que se lee.
Con este sentido, la lex representaba para los romanos el ius scriptum o derecho
escrito por oposición al derecho consuetudinario o no escrito.
Desde el punto de vista jurídico se habla de ley en un doble sentido: uno amplio para
designar a toda norma jurídica instituida en determinado tiempo y lugar; y uno
estricto, para denominar a las normas jurídicas elaboradas por órganos estatales con
potestad legislativa.
Ahora bien, conforme a los artículos 71 y 72 de ésta, en relación con el artículo 3o. y
4o. del Código Civil, las etapas del proceso legislativo son las siguientes: iniciativa,
discusión, aprobación, sanción, promulgación, publicación e iniciación de vigencia.
Características de la ley.
obligatoriedad y la irretroactividad.
El Código Civil para el Distrito Federal, en su artículo 5o. dispone, de acuerdo con el
artículo 14 constitucional, que a ninguna ley ni disposición gubernativa se dará
efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. La interpretación de este precepto
permite concluir que la retroactividad puede tener efecto cuando no exista perjuicio
para persona alguna.
legislativo.
La Primera Sala de este Alto Tribunal sostuvo, en las dos tesis que adelante se
invocan, que la jurisprudencia no es ley, sino interpretación de la ley:
SEXTO
Con base en los elementos antes destacados, y como se anticipó en el considerando anterior,
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debe prevalecer la tesis sustentada por este Tribunal Pleno, pues la jurisprudencia no se rige
por la garantía de irretroactividad de la ley prevista en el artículo 14 constitucional.
En efecto la jurisprudencia no es ley, en sentido formal, ya que no nace del órgano legislativo.
La jurisprudencia no es una norma general, ya que se aplica a los casos particulares mediante
la vía del proceso.
Ilustra esta consideración la tesis que este Tribunal Pleno comparte, que aparece publicada en
el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, de la Cuarta Sala de la anterior
integración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tomo 151-156, Quinta Parte, página
149, la cual es del tenor literal siguiente:
Ahora bien, en debido análisis de los argumentos expuestos por los tribunales cuyas tesis se
contraponen, conviene precisar lo siguiente:
Sostuvo el Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito que era correcto apoyar su resolución
en la tesis cuyo rubro es: "ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO, LAS LEYES O CÓDIGOS
QUE LO ESTABLECEN POR UN TÉRMINO MAYOR AL DE 36 HORAS, SON VIOLATORIOS
DEL ARTÍCULO 21 CONSTITUCIONAL." y que correspondía al caso, y no la que se encontraba
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En primer lugar, debe decirse que la anterior Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la misma línea, estableció que la jurisprudencia es la interpretación de la ley, y debe
dar a conocer dicha interpretación para que sea observada por las autoridades judiciales, las
cuales no se encuentran obligadas a aplicar jurisprudencia en desuso, por encima de las
consideraciones de tiempo en la ejecución del ilícito; sobre todo, si no ha sufrido modificación
alguna el artículo que se interpreta.
Así lo dijo en la tesis que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima
Época, tomo 1, Segunda Parte, página 47, que es de los siguientes rubro y texto:
Por último, por lo que respecta al precedente del Tribunal Pleno invocado por el Cuarto Tribunal
Colegiado, en éste se estableció lo siguiente:
SEXTO
El tercer agravio señala que el Juez a quo incorrectamente negó la protección federal solicitada
aplicando la jurisprudencia número 132, del Apéndice de mil novecientos ochenta y cinco,
Primera Parte, que se refiere al artículo 451 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Nuevo León ya reformado.-
Agrega el recurrente que ‘en estricto rigor legal no existe criterio jurisprudencial que califique a
los nuevos preceptos de dicha ley como constitucionales por lo que la jurisprudencia de mérito
no es válida.’.-
Es ineficaz el argumento pues este Tribunal Pleno considera que la jurisprudencia se forma
mediante criterios que se plantean ante los órganos del Poder Judicial de la Federación a
quienes constitucional y legalmente se encuentra encomendada la función jurisprudencial, con
independencia de que los preceptos se refieran a la misma ley o a distintos ordenamientos
siempre y cuando sean de contenido idéntico y las consideraciones en que se apoyaron las
ejecutorias sean similares.-
No le asiste la razón al Tribunal Colegiado, por tales motivos, el criterio que debe prevalecer es
el sustentado por este Tribunal Pleno, que coincide con el del Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, con algunas precisiones que aquí se agregan; por lo
que, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 195 de la Ley de Amparo, la tesis
correspondiente debe quedar redactada con el siguiente rubro y texto:
Por lo expuesto y fundado, y con apoyo además en los artículos 197-A de la Ley de Amparo y
1o., fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve:
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PRIMERO
Sí existe contradicción entre las tesis sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, al fallar el amparo directo 5703/96; y la sustentada por el
Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, al fallar el amparo en revisión 346/95.
SEGUNDO
Se declara que debe prevalecer la tesis sustentada por este Tribunal Pleno.
TERCERO
Remítase de inmediato la tesis que se sustenta en la presente resolución a la Coordinación
General de Compilación y Sistematización de Tesis, para su publicación en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, a las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Tribunales Colegiados de Circuito y Jueces de Distrito, en acatamiento a lo previsto en el
artículo 195 de la Ley de Amparo. Remítase, asimismo, a la propia coordinación la parte
considerativa de la resolución para su publicación íntegra en el Semanario.
Así lo resolvió el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de diez votos de los señores Ministros: presidente Genaro David Góngora Pimentel, Sergio
Salvador Aguirre Anguiano, Mariano Azuela Güitrón, Juventino Víctor Castro y Castro, Juan
Díaz Romero, José Vicente Aguinaco Alemán, Guillermo Iberio Ortiz Mayagoitia, Humberto
Román Palacios, Olga María Sánchez Cordero de García Villegas (ponente) y Juan
Nepomuceno Silva Meza. Ausente por estar disfrutando de vacaciones José de Jesús Gudiño
Pelayo.
Nota: El rubro a que se alude al inicio de esta ejecutoria corresponde a la tesis P./J. 145/2000,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XII,
diciembre de 2000, página 16.
Tesis:
Localizacion: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XIII, Abril de 2001; Pág. 76; [J];
Localizacion: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XII, Diciembre de 2000; Pág. 16; [J];