Madre protectora, que avisas de la ira del Omnipotente. Y tu Corazón de Madre sufre, por tanta desobediencia; A la Justa Justicia del Creador. No, nos damos cuenta; De las almas qué van al Infierno, en número incontable. Y Tú Madre buena, te apareces a tres niños inocentes; Guiada, por tu caridad de Madre del Redentor. Te aflige la suerte de nuestras almas y nos mandas rezar El rosario, como arma insondable de la Misericordia; Qué el buen Padre, y su Hijo; te encomiendan. Es de tal urgencia éste mensaje, que no ha dejado indiferentes a ningún Pontífice; Oremos, Recemos... Por nosotros mismos, y los pecadores; por los amigos Y los enemigos; la Virgen de Fátima, nos acompañe En este peregrinar, nos llene de bendiciones y en la hora de la muerte... cuando ya se acabe nuestro tiempo; Nos tienda su mano graciosa, y con ella nos lleve a la gloria.
Llego ante Ti Madre Mía
a dejarte con mis flores, el caudal de mis amores, porque Tú eres luz y guía de mi oscura travesía.
Y bajo esta advocación,
eres Tú mi adoración, Virgen de Fátima bella, la divina y eterna estrella que vive en mi corazón. POESÍA A LA VIRGEN DE FÁTIMA Sobre los arbustos en cava de IríaBajó de los cielos la Virgen maría.Un feliz domingo, un trece de mayoBrilló en el paisaje su luz como un rayo.Los tres pastorcitos vieron en la colina lucir,Como un sol su emisión divina.Su túnica es blanca, señal de pureza.Su rostro refleja celestial belleza.¿Iremos al cielo? Pregunta Lucía.Responde que sí, la Virgen María.Les encargó rezar el Santo Rosario y hacerlo a diario.Se elevó la Virgen como luz del cieloY esperamos pronto su celestial regreso.
Arrastrando llevan los bueyes
La carreta de la Divina Pastora Entre palmas y cantos le rezan A la madre y señora.
Para llevarte al chaparral
Donde se agolpa el gentio Y poder bajarte a hombros Entre todos tus hijos.
Cuanta gente te veneran
Viniendo a pedir promesas Todo el que te necesita Bajo tu manto te reza.
Te pido que me concedas
Para vivir otro año Para recorrer el camino Al lado de tu carreta.