Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Es la capacidad que nos permite inhibir o controlar de forma deliberada conductas, respuestas
o pensamientos automáticos cuando la situación lo requiere. Así pues, a los niños a los que les
cuesta inhibir los impulsos responden sin reflexionar, buscan recompensas inmediatas o tienen
dificultades para proponerse objetivos a largo plazo, por ejemplo. En la práctica, será más fácil
para el alumno comprometerse en una tarea o finalizarla si entiende las opciones que tiene
antes de decidirse a actuar, reconoce cómo le afecta esa acción o puede visualizar la opción
correcta para esa tarea
Un buen control inhibitorio del niño aparece cuando es capaz de mantener la atención en la
tarea que está realizando sin distraerse (atención ejecutiva), tal como ocurre cuando participa
en una canción grupal, interviene en una obra de teatro, realiza una construcción de bloques o
intenta andar sin que se le caiga el huevo que sostiene con una cuchara en la boca. Ejemplos
claros de la importancia del juego, de las artes y del movimiento a través de actividades
tradicionales que facilitan el desarrollo de las funciones ejecutivas del niño. Y en cuanto al
componente conductual de la inhibición (autocontrol), qué importante es que el niño disponga
del tiempo necesario para reflexionar.
Memoria de trabajo
Es una memoria a corto plazo que nos permite mantener y manipular información que es
necesaria para realizar tareas cognitivas complejas como razonar o aprender. Cuando el niño
manifiesta déficits en su memoria de trabajo tiene dificultad para pensar en varias cosas a la vez
u olvida el significado de lo que va escribiendo, por ejemplo. Por ello, resulta útil para estos niños
subrayar, apuntar todo lo necesario, desarrollar ciertos automatismos al leer o escribir o
clarificar los objetivos de aprendizaje.
La narración de historias constituye una estupenda forma de ejercitar la memoria de trabajo del
niño porque focaliza la atención durante periodos de tiempo prolongados y necesita recordar
todo lo que va sucediendo -como la identidad de los distintos personajes o detalles concretos
de la historia- e integrar la nueva información en lo ya sucedido. Y como una muestra más de la
naturaleza social del ser humano, se ha comprobado que cuando se le narra una historia al niño
mejora más su vocabulario y el recuerdo de detalles de la misma que cuando la lee simplemente,
siendo muy importante la interacción entre el adulto que cuenta la historia y el niño. Asimismo,
cuando el niño cuenta una historia al compañero que previamente ha escuchado, intenta
memorizar la letra de una canción en la que interviene o participa en un juego que consiste en
realizar movimientos concretos asociados a imágenes aparecidas, también ejercita su memoria
de trabajo.
Flexibilidad cognitiva
Es la capacidad para cambiar de forma flexible entre distintas tareas, operaciones mentales u
objetivos. Conlleva el manejo de estrategias fluidas que nos permiten adaptarnos a situaciones
inesperadas pensando sin rigidez y liberándonos de automatismos poco eficientes. Como, por
ejemplo, cuando el niño participa en una actividad en la que en unas situaciones ha de hablar y,
en otras, ha de escuchar. O cuando tiene que elegir entre diferentes estrategias para resolver
un problema y existe la necesidad de ser creativo. Es por ello que el desarrollo de la flexibilidad
cognitiva se puede facilitar si utilizamos analogías y metáforas, planteamos problemas abiertos,
permitimos diferentes opciones para la toma de decisiones o asumimos con naturalidad el error
en el proceso de aprendizaje. Tareas como llevar una cometa, jugar a fútbol o caminar por un
entorno natural conllevan un uso adecuado de la flexibilidad mental, porque se han de ir
ajustando las decisiones a las circunstancias que se van dando.
En la práctica, estas funciones básicas pueden intervenir relacionadas. Así, por ejemplo,
mediante el juego simbólico -una estupenda forma de fomentar el pensamiento creativo o la
conciencia emocional-, los niños deben mantener su rol y recordar el de los compañeros
(memoria de trabajo), actuar según el personaje elegido (control inhibitorio) o ajustarse a los
cambios de roles (flexibilidad cognitiva). Y qué importante es no subestimar la capacidad de los
niños y fomentar su autonomía, lo cual es posible si los adultos somos capaces también de
controlar nuestros impulsos y no intervenir de forma prematura. En el siguiente video se
muestra cómo un niño de 3 años es capaz de no distraerse ante los estímulos externos en el aula
y de resolver una tarea con bloques focalizando la atención y perseverando ante la misma.
Juega, disfruta y aprende.
Establecimiento de objetivos:
Iniciativa:
habilidad para iniciar una tarea o actividad sin ser incitado a ello. Incluye aspectos tales como la
habilidad de generar ideas, respuestas o estrategias de resolución de problemas de modo
independiente.
Organización y Planeación
Esta es la habilidad de descubrir los pasos necesarios para alcanzar un objetivo y decidir su orden
de importancia. Los niños con debilidad en las capacidades de planear y priorizar no pueden
saber cómo comenzar a planear un proyecto. Fácilmente se pueden encontrar abrumados
intentando descomponer las tareas en pequeños pasos o tener problemas para ver la idea
principal.
Control conductual
Conducta social
Durante el desarrollo, los niños tienen que asimilar, aprender y desarrollar diversos sistemas de
reglas cognitivas y sociales, las cuales cuando adultos, les permitan interactuar
propositivamente con su medio. Esta serie de capacidades se ha denominado: implementación
de reglas, permitiendo que de forma flexible se alterne, seleccione, actualice y se ejecuten
procedimientos efectivos de conducta en base a situaciones sociales determinadas.
Cognición social
La capacidad de cognición social se ha propuesto para definir los procesos cognitivos que
incluyen al sujeto (con sus motivaciones y valores) en un contexto social en donde hay que tomar
decisiones personales (Stuss & Levine, 2000). Cada sujeto tiene intereses personales,
profesionales y sociales los cuales intenta desarrollar en dependencia de la evaluación de su
pertinencia social-ambiental. Se plantea que la cognición social requiere de un modelo mental
del sujeto (autoconocimiento) que le permita identificar su papel particular dentro de un
contexto familiar, laboral y social; de forma que pueda estimar, regular y planear cómo puede
lograr satisfacer sus intereses en un ambiente social complejo
En conclusión:
Actividades para el aula