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CAPITULO I

CAPITULO I

EL PROBLEMA

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El contexto procesal penal a nivel mundial, es entendido como el cuerpo

normativo que regula los tipos de actos delictivos, a través del establecimiento

de reglas de imputación y sanciones penales (Código Penal), así como la

formación y establecimiento de procedimientos para aplicar las imputaciones

y sanciones (Código Orgánico Procesal Penal), las cuales constituyen, junto a

la Constitución, la base del sistema penal, en cualquier parte del mundo.

En este sentido, los diferentes actos delictivos, son guiados a través de

sentencias, definidas como aquella por la cual el juez resuelve determinado

proceso, la que, con vista de todo lo alegado y probado, pone fin a la

controversia suscitada ante el juzgador. (OSSORIO, M. 1999. p, 234). Lo que

destaca entonces, que el imputado es considerado bajo una resolución estelar

dentro de este proceso, es decir, en la que se decide la situación y calidad

jurídica del procesado, bien sea bajo la presunción culpable o no culpable

penalmente.
Consecuentemente, durante esta fase el imputado puede estar bajo prisión

preventiva o por el contrario puede encontrarse en libertad, en ambos casos,

el proceso es guiado bajo la exigencia normativa de notificaciones o

comunicaciones que sirvan como instrumentos de carácter absoluto

establecido y notificado al imputado en comparecencia, la cual llevará al

desarrollo de las decisiones en audiencia del proceso del mismo.

Por lo tanto, cuando se habla de que el imputado puede estar bajo prisión

preventiva, debe entenderse como el ingreso del imputado a un centro

penitenciario para evitar que evada a la acción de la justicia o produzca

entorpecimiento o destrucción de la actividad probatoria. (REYES A. 2007. p,

187). A esta argumentación, se le puede acotar que en este caso no cabe la

finalidad requisitoria de dictar órdenes para su ubicación y captura, puesto

que ya está bajo prisión preventiva, lo cual lo obliga a estar presente en la

actuación procesal.

Atendiendo a estas argumentaciones, (HORVTIZ y LÓPEZ. 2005. p, 389),

señalan que la prisión preventiva consiste en la privación temporal de la

libertad ambulatoria de una persona o imputado, mediante su ingreso a un

centro penitenciario, durante la sustanciación de un proceso penal con el

objeto de asegurar los fines del procedimiento. Es decir, es una medida

coercitiva de carácter personal, provisional y excepcional, que dicta el Juez de

la investigación preparatoria en contra del imputado en virtud de la cual se

restringe su libertad individual ambulatoria, para asegurar los fines de la

investigación.
Por otro lado, en aquellos casos donde el procesado se encuentra en

libertad, existe la posibilidad que no asista a la audiencia, lo que genera el

quiebre del juicio y se le revoque la comparecencia. A esto (FERRAJOLI.

1995. p, 559), sostiene que en un proceso sin prisión provisional, existe la

posibilidad que el imputado libre altere las pruebas, al cual se le deberá dictar

detención preventiva, para poder determinar el desenlace de su proceso

condenatorio. En concordancia con el autor citado, la doctrina considera que

las medidas coercitivas sólo se aplicarán para asegurar la comparecencia del

imputado en el proceso, evitar que se obstaculice la investigación del delito y

la actividad probatoria, y asegurar el cumplimiento de la pena probable a

imponerse, así como de sus consecuencias civiles.

Sin embargo, es importante acotar, que es la Ley quien establece el

procedimiento y las medidas cautelares para aplicar las condiciones en las

que ha de realizarse el juicio para ambos casos, bien sea del imputado bajo

prisión preventiva o si el procesado se encuentra en libertad, para la

verificación de la verdad de los hechos y la notificación de la norma penal que

regulará el caso del procesado. Por lo tanto, todo imputado debe comparecer

para la realización del proceso penal y comparecer antes de la hora señalada

para la iniciación de la audiencia y efectivización de su derecho a la defensa.

Hasta ahora, todo lo expuesto, conlleva a la descripción del panorama

procesal penal, denominado contumacia, donde la ausencia del imputado lo

coloca en una posición relativa de contumaz al ser citado a declarar, lo cual

tendrá efectos mucho más perjudiciales para él, ya que el juzgador le coloca
como falta absoluta de comparecencia, y donde este pasa a manejar esta

situación como contumacia o rebeldía que se manifiesta en el imputado a la

falta de incomparecencia que se da al no presentarse al juicio.

En este caso, el juez, previa constatación declarará contumaz cuando el

imputado es requerido y no se presenta voluntariamente a las actuaciones

procesales; fugue estando detenido; no obedezca pese a

tener conocimiento de su emisión ante una orden de detención u orden de

prisión.

Por otro lado, si se ignora el paradero del imputado y aun cuando no

aparezca en autos evidencia que tuviera conocimiento del proceso, el juez,

previa constatación, declarará ausente al imputado. Es así que haciendo

referencia a la posición del sujeto contumaz, este es considerado como el

procesado que no concurre al juzgado a absolver los cargos delictuosos que

se le formulan. (EZAINE, A. 2006.P, 204).

Bajo este sentido, para que pueda darse la contumacia, el imputado deberá

estar enterado de estar sometido a procesamiento, y a pesar de lo cual

desobedece los mandatos judiciales y no concurre al juzgado penal.

Por lo tanto, se habla de estado calificado del imputado a la oposición de

realización de los fines que se han asignado al proceso. Es allí donde se da

origen a la contumacia la cual implica la voluntad del procesado, de alejarse

del proceso, impidiendo así su juzgamiento efectivo, para que la justicia logre

concretar sus fines, o si por el contrario, no estando presente y evadiendo su

conocimiento del proceso, quedara declarada contumacia.


De esta manera, la contumacia es la respuesta del ordenamiento, que

determina que quien sea declarado contumaz, puede ser detenido como una

forma de ser conducido al proceso. (OVALLE, J. 2003). En otras palabras, es

el estado actual del imputado que ha sido aprehendido y que por encontrarse

ausente, la ley lo declara rebelde. Por lo que, se habla de contumacia y

contumaz, como un medio de recalcar que es el sujeto, el procesado quien

asume tal actitud frente al proceso.

Para MARCANO, L. (1997), la contumacia, es también llamada rebeldía, y

esta consiste, en la incomparecencia del imputado al litigio judicial. En este

sentido, se debe evaluar o examinar las causas por las cuales se produce la

ausencia, a efectos de verificar si la conducta corresponde simplemente a la

del ausente, o a la del contumaz, sujeto capaz de asumir la responsabilidad

penal, quien en una decisión libre y meditada, se aleja del proceso, asumiendo

las consecuencias de su conducta.

Desde este enfoque, la contumacia ha sido adjudicada a la regulación de

las legislaciones a nivel internacional, como la Constitución, el Derecho Penal

y el Derecho Procesal Penal, y específicamente en Venezuela, también se

regula la contumacia de un imputado bajo los preceptos legales y

constitucionales, teniendo como garantías de la administración de justicia,

consagrada en la Constitución, en el Código Orgánico Procesal Venezolano,

y en los textos internacionales sobre los derechos humanos, tal cual reza que

“nadie debe ser condenado en ausencia”.


De esta forma, en Venezuela, a través del Código Procesal Penal

Venezolano, se aplican en forma paulatina por todo el territorio nacional,

cuáles son los delitos de los imputados que tienen relevancia penal y se

señalan las sanciones a imponerse, pero lo cual no puede cumplirse

inmediatamente de materializada la infracción penal o hecho delictuoso, sino

que requiere de un procedimiento para ello.

En base a lo expresado en el párrafo anterior, es importante traer a citación

el artículo 124 del Código Orgánico Procesal Penal (2009), quien define al

imputado como: Se denomina imputado o imputada a toda persona a quien se

le señale como autor o autora, o partícipe de un hecho punible, por un acto de

procedimiento de las autoridades encargadas de la persecución penal

conforme a lo establecido en este Código. Con la admisión de la acusación, el

imputado o imputada adquiere la condición de acusado o acusada. La

denominación de imputado o imputada podrá utilizarse indistintamente en

cualquier fase del proceso. PARRAFO NUEVO. (Código Orgánico Procesal

Penal Venezolano. 2013)

Cabe señalar que el Código Orgánico Procesal Penal vigente, se insertó

dentro de un proceso de reforma procesal penal en América Latina, la cual dio

origen al estudio y reforma de las normas procesales penales hoy en vigencia

y poniendo en práctica el moderno sistema acusatorio que señala: que

mientras una persona no sea condenada como reo de delito se presume su

inocencia y de acuerdo a lo pautado en el artículo 125, ordinal 12 del Código

Orgánico Procesal Penal Venezolano.


Bajo este contexto, en Venezuela no es posible el juzgamiento en ausencia

de los ciudadanos, por ser violatorio del debido proceso que impone la

necesidad de que el investigado sea notificado de los cargos, de asegurarle la

asistencia de abogado, de ser oído, de obtener un pronunciamiento motivado

y poder recurrir contra él, pero que también exige su presencia en

determinados actos del proceso. (PEÑA, F. 2012)

En este sentido, la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia ha

establecido que existen una serie de actos que necesariamente requieren la

presencia del imputado, no siendo delegable en mandatarios la facultad para

representarlos en esos actos, ello como garantía de sus derechos

constitucionales. Por lo tanto, es imperioso acotar que el proceso penal

venezolano, se caracteriza por ser un mecanismo en el que se juzga a un

individuo, cuya presencia se hace necesaria, y corresponde a la situación

normal y ordinaria, disponiéndose para asegurarla de medios coercitivos tales

como la orden de comparecencia o la detención, a fin de evitar que el hecho

delictivo quede impune.

Es por ello, que es importante traer a la luz, algunas acotaciones de estudios

realizados en este campo, donde argumentan que después de más de

cuarenta (40) aproximadamente desde 1964, bajo un sistema procesal penal

inquisitivo, el legislador venezolano optó por un cambio de avanzada,

demoliendo por completos los cimientos del proceso penal venezolano y

trasladando un sistema adjetivo implementado no solo en Europa sino también

en América, que ha demostrado ser completamente garantista y de una mayor


celeridad procesal que beneficia no solo a las partes involucradas en el

proceso penal, sino también a la sociedad que puede palpar la eficacia del

sistema judicial penal.

Han habido en Venezuela diversas leyes especiales, orgánicas y hasta

reformas parciales del Código Penal que han sido influidas por la fluctuación

de las circunstancias sociales, políticas, culturales, económicas y aun

religiosas, tanto en el plano nacional como internacional. El inconveniente fue

que se legisló de modo desordenado y se fueron superponiendo leyes penales,

creando una legislación penal anárquica pues favorece la impunidad e

inseguridad jurídica.

Sin dejar de mencionar, que en la implementación de dicho Código, se

crean diversos criterios y opiniones por parte de los profesionales del derecho

y de la sociedad misma, en cuanto a las detenciones y las libertades que

durante el proceso penal se decretan; estas críticas que poseen fines

constructivos y a veces destructivos, generan y demuestran la falta de

información que se debe manejar en torno a la aplicación de dichas medidas

en concordancia con los principios garantistas establecidos en el Código

Orgánico Procesal Penal Venezolano.

En este orden de ideas, es preciso mencionar que en la actualidad en

Venezuela no existen procesos en ausencia, por cuanto éstos fueron

derogados por la Carta Magna, al considerarse violatorios de garantías

relativas a derechos humanos, previstas en tratados, convenios y acuerdos

internacionales suscritos y ratificados, tales como el debido proceso, el


derecho a la defensa y la garantía del juez natural (artículo 10 de la

Convención Americana de los Derechos Humanos; artículos 9, numeral 3 y 14

del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos).

Haciendo la salvedad, que estos artículos mencionados anteriormente,

están previstos hoy en el artículo 49 de la Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela, donde se prevé que a quien se le impute la comisión

de un hecho delictivo, tiene derecho a ser oído directa y personalmente en el

transcurso del proceso penal, en la que debe igualmente preservarse esta

garantía constitucional y fundamental.

Lo expresado anteriormente, se fija en el artículo 327, que establece: En el

día y hora fijados, el Juez o Jueza se constituirá en el lugar señalado para la

audiencia de imputado. Después de verificar la presencia de las partes,

expertos o expertas, intérpretes o testigos que deban intervenir, el Juez o

Jueza declarará abierto el debate, advirtiendo al acusado o acusada y al

público sobre la importancia y significado del acto. (Código Orgánico Procesal

Penal Venezolano. 2013. p, 132).

En caso que el acusado o acusada en estado contumaz se niegue a asistir

al debate, se entenderá que no quiere hacer uso de su derecho a ser oído en

el proceso, por lo que se procederá a realizar el debate fijado con su defensor

o defensora, si asiste, o en su defecto con un defensor o defensora pública

que se le designará a tal efecto. De igual manera se procederá en caso que

el acusado o acusada que esté siendo juzgado o juzgada en libertad o bajo

una medida cautelar sustitutiva, no asista al debate injustificadamente,


pudiendo el Juez o Jueza, de oficio o a solicitud del Ministerio Público, revocar

la medida cautelar. (Código Orgánico Procesal Penal. 2013. p, 132).

Sin embargo, los casos como la contumacia del imputado de la relación

procesal, frente a la ausencia del justiciable, no se puede proseguir a el

conocimiento de los hechos, muy especialmente por no tener legitimidad los

defensores, ello sobre la base de que no existe el juicio en ausencia, a tenor

de lo previsto en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana

de Venezuela, toda vez que se podría vulnerar el derecho a ser oído. Así lo

dictamina la siguiente máxima jurisprudencial: (Omissis) la prohibición del

juicio en ausencia es una garantía que se dispuso en favor del acusado o

imputado, del derecho al debido proceso y de la manifestación específica de

éste, de manera tal de evitar que se juzgue a un ciudadano a sus espaldas.

Ante esta expectativa del sistema procesal penal, surgen ciertas

interrogantes de carácter importante ¿Qué sucede cuando el imputado no

está presente?, ¿Se convierte su ausencia en contumacia?, ¿Constituye esta

negación de comparecencia un obstáculo en las actuaciones penales para el

descubrimiento de la verdad de los hechos ocurridos o es amparado por la

ley? Al respecto, (MONTERA, J. 2013), señala que la presencia del imputado

- acusado en el proceso penal es para el órgano jurisdiccional un deber

ineludible, y para aquel un derecho no renunciable, y por lo tanto puede

calificarse como un derecho - deber.


2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. OBJETIVO GENERAL:

 Analizar la Contumacia del imputado en el acto de imputación en el

proceso de delitos menos grave previstos en el Código Orgánico Procesal

Venezolano.

2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS:

 Describir los tipos de Contumacia del imputado en el acto de imputación

en el proceso de delitos menos graves.

 Analizar el cómputo o calidad del plazo en casos de Contumacia del

imputado en el acto de imputación en el proceso de delitos menos graves.

 Identificar los delitos menos graves del imputado previstos en el Código

Orgánico Procesal Venezolano.

 Analizar los requisitos para que el imputado sea considerado en acto

de Contumacia.

 Analizar las obligaciones del imputado en el proceso de delitos menos

grave previstos en el Código Orgánico Procesal Venezolano.


3. JUSTIFICACION DE LA INVESTIGACION.

El derecho procesal penal a nivel nacional como internacional, regula y

determina las conductas atentatorias contra un interés social y cuya protección

exige su tipificación como delitos y la aplicación de penas impuestas, ya que

el delito constituye un supuesto de hecho previamente tipificado que infringe

un bien jurídico o interés considerado esencial por el ordenamiento penal.

Desde el punto de vista social, el desarrollo de este trabajo de investigación,

aportará el panorama que refleja la justicia en su rango constitucional, al otorga

las previsiones de asistencia gratis al imputado, procesado o acusado de un

delito, como una manera de equilibrar la desventaja socioeconómica y ofrecer

igualdad de oportunidad en la defensa de los derechos de los mismos.

A nivel teórico, la presente investigación aportará el conocimiento necesario

sobre las garantías establecidas en los principios constitucionales del Código

Orgánico Procesal Penal Venezolano, directamente referidos al acceso y la

administración de la justicia, como principio del estado democrático y derecho

sustancial que amerita una organización y la estructura adecuada para su

realización, la defensa de los derechos asume una importancia significativa,

con libertad e incondicionalidad y con la necesaria igualdad procesal, un juicio

imparcial, oral, público y revestido de garantías para el acusado o imputado,

sin llegar a restarle importancia a la víctima del delito. Así como las

atribuciones que por vía constitucional y legal le han sido encomendadas a


otros órganos como el Ministerio Público y los cuerpos de investigaciones

científicas, penales y criminalísticas.

Desde el punto de vista práctico, la misma aportará el análisis sobre la

perspectiva del modelo constitucional venezolano, a través del Código

Orgánico Procesal Venezolano, que ayude a describir, identificar y determinar

la contumacia del imputado en el acto de imputación en el proceso de delitos

menos grave previstos en el Código Orgánico Procesal Venezolano. Es por

ello, que se hace necesario analizar la Contumacia del imputado en el acto de

imputación en el proceso de delitos menos grave previstos en el Código

Orgánico Procesal Venezolano. Ya que es el imputado, la persona contra

quien se dirige la acción penal por considerársele autor o partícipe de un

hecho punible, igualmente goza de derechos, como la libertad provisional o la

prisión preventiva la los cuales abarcan todas las formas posibles de

manifestación del derecho a la defensa.

Por lo tanto, desde el punto de vista teórico y práctico, la investigación

permitirá vislumbrar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas

que están inmersas en el Código Orgánico Procesal Penal Venezolano.

De esta manera, artículos 124 al 129 los derechos del imputado, quedan

establecidos en el Ordenamiento Jurídico Venezolano, a fin de realizar las

actuaciones en la etapa preparatoria del proceso penal, apegándose a la

normativa procesal penal venezolana en aras de evitar posibles lesiones a los

derechos de los imputados. Bajo este contexto descrito, el presente trabajo

de investigación tiene una gran relevancia, con relación con los criterios de
aplicación los procedimientos estipulados para identificar los delitos menos

graves del imputado y los requisitos para que el imputado sea considerado en

acto de Contumacia, establecidos en el Código Orgánico Procesal Penal

Venezolano.

Finalmente, este estudio, permitirá, el apoderamiento de conocimientos

teóricos, prácticos y sociales, a partir de análisis y reflexiones a un grupo

multidisciplinario de estudiantes de la rama del derecho, así como como al

jurista, para reconocer los criterios de aplicación del derecho, por lo que puede

resultar en beneficio a su ejercicio legal.

4. DELIMITACIONES DE LA INVESTIGACION.

La presente investigación se ajustará dentro del ámbito espacial del

Territorio de la República Bolivariana de Venezuela. Y temporalmente estará

comprendida desde Enero a Julio del 2014, tiempo en el que se recogen los

datos sobre la contumacia del imputado en el acto de imputación en el proceso

de delitos menos graves previstos en el Código Orgánico Procesal Penal

Venezolano, para posteriormente emitir resultados y dirigir las conclusiones

válidas del estudio.

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