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Pilar Rojas Gaviria

Senior research fellow, Solvay Brussels School of Economics and Management

¿Cuáles son las tendencias de la actividad del márketing?, ¿cuáles


los desafíos que deberá enfrentar en los años por venir?, ¿cuáles las
oportunidades y responsabilidades por asumir? Este artículo explora
el mundo del márketing en su transcurso histórico a fin de elucidar
las tendencias incluyentes y expansivas de una actividad que se des-
empeña en un contexto altamente cambiante; un contexto donde el
consumidor adquiere cada vez más poder, al tiempo que la actividad
del consumo se transforma en fuerza social y cultural.

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B asta una pequeña mirada retrospecti-


va al mundo del márketing para notar
hasta qué punto se ha transformado en las
conocido como la época motivacional, el
márketing se preocupó por entender el
comportamiento del consumidor en su
últimas décadas nuestra percepción acer- toma de decisiones, muy encaminado aún
ca de lo que es el márketing. En un lapso a descifrar las variables que influyen en el
muy corto, nos hemos dado cuenta de que nivel del proceso de compra. El consultor
la práctica del márketing es inseparable Ernest Dichter, a través de sus denomina-
del contexto social, cultural, económico y das teorías motivacionales, fue, sin lugar a
ambiental con el cual se halla en continua dudas, la personalidad del momento. Esta
interacción. Este contexto no constituye un época histórica, tanto en el contexto esta-
paisaje externo al márketing dentro del dounidense como en el europeo —ambas
cual este se mueve; más bien, el márketing cunas influyentes de nuestra conceptuali-
forma parte del paisaje: es una fuerza cul- zación y aplicación del márketing—, se ca-
tural y social que impacta y es impactada, racterizó por un despertar de posguerra.
a su vez, en el proceso de construcción De hecho, después de la Segunda Guerra
conjunta de la “realidad” social en la cual Mundial, surgió en ambos contextos occi-
vivimos. dentales un deseo de encontrar, con fre-
cuencia a través del consumo, la capacidad
En 1935, la Asociación Americana de de olvidar los tiempos difíciles y violentos de
Márketing (AMA) definió esta actividad la guerra. Los principios de belleza, armonía
como “el desarrollo de actividades de y confort reinaban, acompañados por un po-
negocio encargadas de dirigir el flujo de der adquisitivo que se incrementaba con el
bienes de los productores a los consumi- tiempo. Las empresas se enfrentaban, de
dores”. El márketing, en ese entonces, era esta manera, en una ruda competencia en-
visto como un asunto que le competía de tre las diferentes alternativas ofrecidas al
manera exclusiva al rubro de los negocios; consumidor.
su esencia consistía en conducir los bienes
materiales de la fábrica al consumidor. Este ambiente más competitivo, junto
Este flujo era no solo unidireccional, de la con el deseo de aprovechar una demanda
empresa al consumidor, sino también je- en plena expansión, llevó a un creciente
rárquico, ya que poco era el poder que interés de los empresarios por aquellos
por entonces se le reconocía al consumi- motivos para el consumo que iban más allá
dor, tanto para influir o participar en el de lo obvio, de las simples necesidades co-
proceso de diseño, producción y comer- munes del ser humano. Se buscaba activa-
cialización de los bienes ofrecidos como mente descifrar los deseos conscientes e
para aportarles a estos un valor adicional inconscientes que impactaban en las pre-
o personalizarlos. Como consumidor, la ferencias de los consumidores. Entender al
principal función del individuo, en cambio, consumidor, sus necesidades, deseos y te-
consistía en efectuar decisiones de com- mores fue una preocupación que se exten-
pra. Estos postulados cambiarían funda- dió con gran entusiasmo entre los actores
mentalmente en las décadas siguientes, del márketing hasta llegar a proclamar al
cuando el periodo de posguerra y las dé- cliente con el título de rey (Britt, 1960).
cadas de los sesenta, setenta y ochenta
despertaron un gran boom transformacio- Con el fin de mostrar esa parte más es-
nal tanto a nivel social como tecnológico. pontánea del comportamiento del consu-
midor, insuficientemente explorada por las
encuestas, los métodos de investigación
motivacional se centraron, fundamental-
De la teoría motivacional a una mente, en complementar los métodos es-
lectura matemática del tadísticos tradicionales hasta entonces
consumo disponibles (Tadajewski, 2006). De este
modo, la actividad del márketing comenza-
En los años cincuenta, el márketing partici- ba a interesarse cada vez más por el con-
pó plenamente de lo que podríamos llamar texto de vida de sus consumidores; al
el boom de las teorías psicológicas y psi- tiempo que buscaba fortalecer sus capaci-
coanalíticas. Durante este periodo, más dades para influir sobre las preferencias y

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los estilos de consumo, se incrementaba la conquistar el terreno de la investigación
inversión en el mundo de la publicidad. del márketing en un intento por hacerlo
más objetivo, riguroso y, finalmente, más
Los años sesenta y setenta mostraron científico. Se buscaba poder segmentar los
la decadencia de la era motivacional, lo mercados en grupos homogéneos de con-
que se reflejó en una pérdida de populari- sumidores que compartiesen característi-
dad de los métodos de investigación cua- cas similares, principalmente en términos
litativa que se solían utilizar con miras a de variables demográficas, pero también en
captar las características más íntimas de materia de hábitos de consumo y personali-
un alto número de consumidores. El inte- dad. Aumentó la utilización de códigos de
rés del márketing por conocer en profundi- barra, lo cual facilitó que un elevado porcen-
dad a sus consumidores parecía ofrecerle, taje de empresas comenzaran a acumular
irónicamente, una menor capacidad de ac- importantes cantidades de información
ción, al impedirle generalizar estos insights acerca de los hábitos de compra de sus
al resto de la población. Sin duda, influye- consumidores, información transformada
ron también las ambiciones desmedidas de en impresionantes bases de datos disponi-
Dichter, uno de los principales defensores bles para ser analizadas por técnicas esta-
de las técnicas de investigación motivacio- dísticas especializadas. El creciente interés
nales, quien ofrecía mucho más de lo que del momento era tener un absoluto control
realmente podía conseguir (Tadajewski, del consumidor y saber anticipar sus pasos
2006). A finales de la década del sesenta y en el punto de venta.
durante los años setenta, los avances tec-
nológicos de la época en materia de mode- Si bien el conocimiento estadístico
los matemáticos, estadísticas complejas, o despertó un gran entusiasmo e inspiraba
investigación experimental comenzaron a sobre todo bastante tranquilidad a acadé-

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sumidores— y los mismos consumidores,


quienes a través del consumo definían su
Sabemos, por ejemplo, identidad y se posicionaban socialmente.

que actividades tan En 1985, la AMA reconoce, en efecto,


una complejidad mayor a la noción de már-
mundanas como keting, la cual define como: “el proceso de
un corte de cabello planeación y ejecución del diseño, del pre-
cio, de la promoción y de la distribución de
dependen de un ideas, bienes y servicios con el fin de crear
proceso de creación intercambios que satisfagan objetivos indi-
viduales y organizacionales” .
conjunto de la mano
La noción de márketing adoptada en
del peluquero y de 1985 trajo consigo grandes avances. Frente
su cliente, y de la a un posicionamiento puramente empresa-
rial, en los años ochenta se reconoció la
relación de confianza existencia de objetivos individuales a la par
mutua que han con los objetivos organizacionales; actores
como los consumidores, por ejemplo, fue-
construido a lo largo ron reconocidos como personas que conta-
ban con objetivos de vida más sofisticados
del tiempo. que la pura satisfacción de necesidades bá-
sicas: utilizaban productos y servicios para
posicionarse socialmente, para relacionarse
y para trazar su identidad personal. Igual-
micos y hombres de negocios con respec- mente, ya no se hablaba de un flujo unidi-
to a la objetividad de sus procedimientos reccional que iba de la empresa al consu-
analíticos, los empresarios, sin embargo, midor, sino más bien de un intercambio que
no pudieron acompañar completamente a satisfacía los objetivos de ambas partes.
los académicos en esta tarea matemáti- También en la nueva definición, el márke-
ca. Un inmenso vacío parecía haberse ido ting era visto como un proceso que no es-
creando poco a poco entre la academia y taba siendo ejecutado exclusivamente por
la empresa. Gran parte de estos estudios actores empresariales o con ánimo de lu-
no fueron capaces de producir los insights cro. Asimismo, se introdujeron por primera
requeridos en relación con el funciona- vez las ideas y los servicios como objetos
miento del mercado y el comportamiento que competían al márketing al mismo nivel
del consumidor (Tadajewski, 2009). Al mis- que los bienes tradicionales. Esto último
mo tiempo, en respuesta a esta sensación iba a cambiar fundamentalmente la visión
de vacío, surgió poco a poco un movimiento que se tenía del márketing, puesto que las
en el que muchos empresarios y académi- ideas y los servicios tienen por naturaleza
cos se dieron cuenta de las motivaciones una lógica más relaciónal y experiencial; el
hedónicas, estéticas y emocionales de sus intercambio entre el consumidor y el pres-
consumidores, que no parecían ser fácil- tatario del servicio es parte fundamental
mente modelables matemáticamente. Di- del acto de consumo: hay una implicación
versas actividades de consumo fueron re- personal mucho más importante de ambas
conocidas como experiencias que ofrecían partes. Sabemos, por ejemplo, que activi-
a los consumidores medios para divertirse, dades tan mundanas como un corte de ca-
explorar y expresar sus emociones y fanta- bello dependen de un proceso de creación
sías (Holbrook & Hirschman, 1982). Algu- conjunto de la mano del peluquero y de su
nos académicos retomaron, entonces, un cliente, y de la relación de confianza mutua
espíritu más interpretativo del consumidor que ellos han construido a lo largo del
y sus motivaciones; para ellos, la “reali- tiempo. El trabajo conjunto del cliente y su
dad” del mercado era un constructo social peluquero influye también en la visión que
en el que se hallaban juntos los agentes de ambos tienen acerca de lo que debería ser
márketing—como intérpretes de los con- un look apropiado dentro de la moda actual

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y los deseos de un consumidor de parecer son, en efecto, fuerzas culturales que es-
único y atractivo. En este sentido, el con- tán continuamente construyendo significa-
sumo es también una fuente de aprendiza- dos de la mano de los consumidores. No
je y un intercambio de ideas. Entonces, el existe un contexto cultural despojado de
márketing se ha transformado, con el paso actividades comerciales que influyan en él,
del tiempo, en una fuerza cultural que im- sino, más bien, es el mercado el que se
pacta los valores que tenemos acerca de constituye también como un agente cons-
quiénes somos y acerca de qué puede ser tructor de cultura.
considerado como bello o deseado.
Lo que se encuentra disponible en el
mundo del mercado, los valores que ali-
menta e incentiva, la presión social que lo
Márketing inmerso en lo envuelve, los aprendizajes que involucra al
cultural enseñarnos, por ejemplo, a diferenciar cá-
nones de belleza específicos o a adoptar
Tradicionalmente, el márketing ha recono- estilos de vida basados en formas de con-
cido la influencia de factores culturales en sumir son todos muestras de un mercado
la manera cómo las personas consumen y que hoy en día es reconocido como parte
las empresas compiten en determinados esencial de la formación cultural global y
contextos; sin embargo, en las últimas dos local. Las decisiones de consumir y poseer
décadas, los avances en términos de tec- productos y servicios individualmente o
nología y de globalización han hecho visi- compartidos con la familia o la comunidad
ble de qué manera las actividades que se están influidas por una cierta práctica del
desarrollan en el contexto del mercado consumo mayoritaria o marginal y que, a

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otros buscan más y más vínculos, y se dife-


rencian de los demás por su increíble ca-
pacidad de convocatoria y su red personal
Crece la percepción de contactos; otros, por sus competencias
de los objetos de tecnológicas y capacidades personales
para hacer diversas cosas. Con respecto
consumo como a este último punto, observamos un
recursos simbólicos constante aumento del número de jóve-
nes empresarios que, gracias a las nue-
a través de los cuales vas tecnologías, han probado que sus
ideas podían transformarlos en ejecuti-
los consumidores vos de éxito partiendo frecuentemente
reivindican o de una posición tradicional modesta.
seleccionan una o Crece la percepción de los objetos de
múltiples visiones del consumo como recursos simbólicos a
través de los cuales los consumidores
mundo ofrecidas. reivindican o seleccionan una o múltiples
visiones del mundo ofrecidas. Abundan
los rituales basados en actos de consuma-
ción que colorean la vida de los consumido-
res: despertarse en la mañana, una buena
ducha, un desayuno casero en familia, el
vestirse según los compromisos del día, el
su vez, pueden perpetuar o desafiar el con- transporte, la música, un buen café, la comi-
texto histórico que las posibilita. da en familia los domingos, el paseo en la
ciclorruta, la organización de eventos fami-
Igualmente, en el mercado global ve- liares, como fiestas infantiles, etc. Fuerzas
mos más y más iniciativas que buscan re- culturales tales como mitos, ideologías, ma-
cuperar ideas locales frente a lo que tanto neras tradicionales —muchas veces mági-
temíamos: la posibilidad de que se instaure cas— de ver y sentir el mundo donde se
un mercado homogéneo global. Actual- vive llenan de significado la diversidad de
mente, surgen movimientos como el márke- rituales de consumo que a simple vista pa-
ting mediterráneo, celta o vikingo, además recen ser meras actividades mundanas (Ar-
de iniciativas como la marca país, que recu- nould & Thompson, 2005).
peran ideologías locales, valores y creen-
cias, recursos y perspectivas culturales que
enriquecen el espectro no solo económico
sino también cultural y social. El márketing y su realidad
social
El mercado es igualmente productor de
recursos simbólicos a través de los cuales Igualmente, las nuevas tecnologías, en es-
los consumidores se representan social- pecial Internet, hacen que los consumido-
mente, pues se trata de mecanismos que res tengan más poder y hayan aumentado
les permiten distinguirse unos de otros. Al- su interacción mutua de forma exponen-
gunos se diferencian, por ejemplo, en su cial. Hoy en día, los consumidores pueden
acumulación de riquezas: los que más tie- “autoinformarse, autoevaluarse, autoseg-
nen de los que menos tienen; este ha sido mentarse, autoayudarse, autoorganizarse,
el funcionamiento de las tradicionales cla- autopublicitarse, autocontrolarse, y auto-
ses sociales basadas en la capacidad de programarse” (Sheth & Sisodia, 2005). Un
compra, ocupación, educación y tradición importante número de las marcas ícono o
familiar. Hoy en día, en cambio, el espectro marcas de culto, tales como Mini Cooper o
de diferenciación se reconoce mucho más Harley Davidson, obtienen gran parte de
allá de la clase social. Hablamos, por ejem- su valor de marca gracias a su capacidad
plo, de aquellos que se distinguen de otros para generar interacción entre sus consu-
en sus preferencias orgánicas o green; midores, por su capacidad para generar

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comunidades de marca. Con una frecuen- las empresas y los organismos públicos los
cia creciente, el valor de vínculo (Cova, productos y servicios que quisiéramos
2005) es en nuestros días un valor funda- adoptar y promover en el mercado. Somos
mental en el terreno del márketing. Proba- embajadores de marca, defensores y pro-
blemente sea esta la gran revolución del tectores de los derechos del consumidor,
márketing de las últimas décadas: por podemos transformarnos en agentes de
primera vez en su historia se reconoce cambio con más facilidad. Las redes socia-
ampliamente la importancia que tiene la les facilitan los encuentros cuando una re-
interacción entre consumidores. Esta idea unión física de todos los miembros de un
contrasta principalmente con la perspecti- grupo resulta difícil: los consumidores es-
va clásica del segmento, según la cual un tán inevitablemente interconectados. Es
grupo de personas compartía característi- así como el márketing pasa de su tradicio-
cas similares, pero no tenía un poder de nal lógica de trabajar para el consumidor a
interacción al interior del grupo y carecía trabajar con el consumidor.
de poder de convocatoria. Actualmente, a
través de las múltiples tribus de consumi- La preocupación de académicos y em-
dores a las que pertenecemos (Cova, Kozi- presarios —que suele llegar a la obsesión—,
nets & Shankar, 2010) —los Perú runners, con técnicas avanzadas de modelización ma-
los hinchas de la selección, los peruanos y temática y con la maximización de los bene-
la marca país, la Asociación de Empresa- ficios financieros de corto plazo, parece ser
rios de Trujillo, las chicas skate, etc.— po- más y más criticada por los consumidores,
demos convocarnos, asociarnos y trabajar las asociaciones de protección de consumi-
en equipo para consumir, protestar, boico- dores, los sociólogos, los expertos en econo-
tear e incluso para cocrear de la mano de mía internacional, los gobiernos nacionales,

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eBay; el consumo como desprendimiento:


los regalos, el reciclaje, el abandono total
de objetos materiales, las herencias fami-
Las empresas se liares. Asimismo, actualmente el contexto
ven involucradas en social, cultural y económico que influye en
el consumo y las tendencias de consumo
conceptos de negocio en diferentes lugares en el mundo, al mis-
mo tiempo que en el mercado global, es
que no tienen sentido cada vez más tenido en cuenta en nuestras
en una lógica unilateral interpretaciones acerca del comporta-
miento del consumidor.
de producción de valor;
un mayor valor privado Del lado empresarial, se llevan a cabo
iniciativas similares; incluso autores trans-
va de la mano con el nacionales miran ahora con otros ojos las
prácticas y tradiciones locales en las que
valor social (Porter & frecuentemente son los mismos consumi-
Kramer, 2011). dores, expertos en sus tradiciones, quienes
los guían en el proceso, por ejemplo en la
reanimación de marcas o productos que
plasmaron la historia de sus comunidades.
Tales son, por ejemplo, los casos en el Perú
de Nestlé con Sublime o de Kraft con Field.
los propios empleados, los organismos Las empresas se muestran más inclinadas
protectores del medio ambiente, etc. Las —y algunas de pronto obligadas— a enten-
empresas han comenzado a notar esos der la lógica de las comunidades locales y
cambios y sus inquietudes giran de manera globales en las que se desempeñan. Las
creciente en torno a la construcción de una empresas se ven involucradas en concep-
red de consumidores, frecuentemente bajo tos de negocio que no tienen sentido en
la forma de comunidad de marca, que una lógica unilateral de producción de va-
construyen valor de marca junto con la em- lor; un mayor valor privado va de la mano
presa o definen estilos de vida alternati- con el valor social (Porter & Kramer, 2011).
vos. Los mercados son hoy más que nunca
construcciones sociales (Peñalosa & En el 2007, la AMA consideró conve-
Venkatesh, 2006). niente actualizar nuevamente la noción de
márketing con el fin de reflejar la realidad
Desde el mundo de la academia, se in- del terreno en el cual la actividad del már-
crementa la investigación del márketing keting se integraba cada vez más dentro
desde el punto de vista de nuestras preocu- del contexto social al que pertenece. El
paciones sociales; prueba de esto son los márketing fue, entonces, definido como “la
movimientos tales como el macromárketing actividad, el conjunto de instituciones y
o la Transformative Consumer Research. procesos para crear, comunicar, entregar e
En términos de investigación, estamos vien- intercambiar ofertas que tienen valor para
do, en efecto, desde finales de los años los clientes, los consumidores, los socios y
ochenta una preocupación emergente por la sociedad en general”. Esta definición re-
estudiar personas, no necesariamente coge de manera explícita las tendencias
clientes o consumidores (Tadajewski, centrales de estas dos últimas décadas en
2009). Igualmente, la investigación cubre márketing: de una parte, integra claramen-
un espectro más largo y se refiere al ciclo te los múltiples actores que hoy en día par-
de consumo que va más allá de la compra, ticipan o interactúan a través del márketing,
para incluir aspectos como el consumo como por ejemplo instituciones públicas,
mismo del producto en la forma, por ejem- asociaciones de consumidores, los propios
plo, de rituales familiares o de una eventual consumidores, empresas, medios de comu-
segunda vida o transformación de produc- nicación, organismos internacionales, etc.; y
tos: la venta en mercados de segunda de otra parte, especifica que la creación y el
mano o en línea a través de portales como intercambio de ofertas de valor no solamen-

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te satisfacen objetivos individuales u orga- de un contexto histórico en el que el már-


nizacionales, sino que, a su vez, generan un keting se ha convertido en una fuerza
valor compartido no solo por el empresario, social y cultural con las ventajas y las
sino también por todos los diferentes acto- responsabilidades que esto implica. Está
res que participan del proceso, y en una mucho más en juego que la simple venta
perspectiva más amplia, por toda la socie- del stock acumulado en la fábrica: un co-
dad. El márketing de estas últimas dos nocimiento más profundo de las raíces
décadas se muestra así: expansivo e in- culturales y una aproximación sistémica
cluyente en su conceptualización. empresarial (Schultz, 2007) es, muy pro-
bablemente, la tendencia que se impone
En espacios de tiempo relativamente para los años por venir.
cortos, la actividad del márketing ha debi-
do replantearse constantemente; existen
ediciones especiales en los principales
periódicos académicos, en la prensa es-
pecializada, en los foros académicos y
empresariales dedicados exclusivamente 1
Traducción libre de la definición en inglés: “Marke-
ting is the performance of business activities that
a investigar por qué el márketing debe re-
direct the flow of goods from producers to consu-
pensarse. Este deseo de autorreflexión es mers” (AMA, 1935).
característico de una concientización de
que la actividad del márketing participa 2
Traducción libre de la definición en inglés: “Marke-
activamente de fenómenos como la glo- ting is the process of planning and execution the
conception, pricing, promotion, and distribution of
balización, la crisis financiera mundial, los ideas, goods, and services to create exchanges that
avances tecnológicos —en especial, In- satisfy individual and organizational objectives”
ternet—, las desigualdades sociales — (AMA, 1985).
que adquieren mayor visibilidad frente a la 3
Traducción libre de la definición en inglés:“Marketing
opinión pública mundial— o la problemáti- is the activity, set of institutions, and processes for
ca medioambiental. Las tendencias ex- creating, communicating, delivering, and exchanging
pansivas e incluyentes de las últimas dé- offerings that have value for customers, clients,
cadas no parecen ser más que el reflejo partners, and society at large” (AMA, 2007).

Referencias bibliográficas

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