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Las psicosis (continuación)

En la neurosis tenemos el retorno de lo reprimido en las formaciones del icc. En la


forclusión, lo no inscripto en lo simbólico retorna en lo real.

Lacan toma el caso del hombre de los lobos. El rechazo del acceso de la castración al
registro de la función simbólica tiene un vínculo muy estrecho con un episodio de la
infancia, un episodio psicótico, una alucinación del dedo cortado. Se corta el dedo jugando
con su cuchillo y le queda colgando de un hilo de piel, se siento al lado de la nodriza y no
puede decirle lo que le está pasando, a pesar de ser ella su confidente. No se lo relata a su
nodriza a pesar de lo angustiante de la situación. hay una suspensión de la palabra, un
corte en el que no puede hablar luego del cual todo está bien, nada pasó. Freud refiere
que es un no saber nada de la cosa ni siquiera en el sentido de lo reprimido. Se traduce
como que lo que es rehusado en el orden simbólico (la castración) vuelve a surgir en lo
real.

Hay una estrecha relación entre por un lado la denegación y la reaparición en el orden
puramente intelectual de lo que no está integrado por el sujeto (esto es la negación y es
post edípico) y por otro lado, entre la verwerfung y la alucinación, que implica la
reaparición en lo real de lo rehusado por el sujeto. (la reaparición en lo real (la
alucinación) de lo no inscripto en el orden simbólico)

El fenómeno alucinatorio (para el psicoanálisis es un fenómeno no un síntoma) tiene su


fuente en la historia del sujeto en lo simbólico. La distinción esencial es: el origen de lo
reprimido neurótico no se situa en el mismo nivel de historia en lo simbolico que lo
reprimido en juego en la psicosis. La historia es la historia simbólica, en la historia del
sujeto psicótico no hay inscripción simbólica de la castración, hay una historia simbólica
distinta que la del neurótico. En el psicótico al no haber inscripción hay un agujero en lo
simbólico. Lacan pasa esto al esquema landa para marcar aún mas la diferencia entre las
neurosis y la psicosis.

El psicótico, sobretodo el paranoico se sostiene en el plano imaginario de la relación con el


otro especular, donde el otro adquiere el estatuto del Otro (con mayusucla)

En el neurótico el discurso es el discurso del Otro, solo que el neurótico no lo sabe, se cree
dueño de su discurso. En el psicótico se ve como el sujeto es hablado por el Otro, una voz
por ejemplo le dice criminal, hay un retorno de una voz acusadora.

25´ El esquema landa muestra como la palabra plena se encuentra interrumpida entre el
sujeto y el Otro por el eje imaginario. Esto indica una triplicidad en el sujeto
El sujeto habla con el yo, habla con otro yo, pero está determinado por el Otro.

En el sujeto normal toda asunción del yo es revocable. cuando el neurótico dice yo no


pude haber dicho eso. Cuando el yo se asume como quien maneja el discurso, esto es
revocable, basta que cometa un fallido para que esto sea revocable. El yo no es dueño de
su decir.

En el psicótico la alucinación verbal nos muestra al sujeto totalmente identificado a su yo


con el que habla. Hay una relación de pegoteo entre los elementos del esquema es como
si no existiera esta distinción entre el yo, el otro, el sujeto y el Otro. Entonces cualquier
cosa que haga el otro le está dirigida. Hay una relación con el otro sin distancias, sin esta
distancia que pone lo simbólico. En el fenómeno de la alucionación verbal el yo habla del
sujeto del icc. El Sujeto literalmente habla con su yo y es como si un tercero, el doble
hablase y comentase su actividad. Este es el fenómeno de la enunciación de los actos. Una
voz, su voz, su doble habla y comenta su actividad.

34´paranoia krepelin

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