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Clasificación por tipos:

Tragedia: Es el género dramático tradicional, donde el argumento versa sobre un asunto


desgraciado con un desenlace fatal. En este género intervienen personajes nobles o heroicos.

Comedia: Es un género teatral tradicional contrapuesto al de la tragedia, donde el desenlace


es alegre y optimista. Está destinado a despertar la risa del espectador y está asociado con
las clases bajas.

Drama: Es el género donde se representan acciones de la vida, tratando asuntos serios y


profundos por medio del diálogo. Este género puede dividirse en: drama histórico, drama
isabelino, drama lírico, drama social, drama litúrgico, drama satírico.

Tragicomedia: Es la obra que combina el género trágico con la comedia. Se desarrolló a


partir del Renacimiento. No marca diferencias sociales y emplea diversos lenguajes.

Paso: Es una obra dramática corta que trata un hecho sencillo de tratamiento cómico
empleando un lenguaje realista. Se considera el precursor del entremés.

Entremés: Es una pieza teatral cómica en un único acto, surgida en España en el siglo XVI.
Solían representarse en los intermedios de las obras dramáticas y de allí su nombre.

Auto sacramental: Son obras que representan episodios bíblicos, temas morales o religiosos.
Solían representarse en los templos o en los pórticos de las iglesias.

Monólogo: Es una obra dramática interpretada por un solo autor, aunque pueden intervenir
varios personajes. Se trata de un parlamento único que puede ser pronunciado en soledad o
frente a otros personajes.

Farsa: Es una obra cómica que a diferencia de la comedia, no necesita tratar sobre un asunto
verosímil o realista.

Vodevil: Es una comedia en la cual se entremezclan canciones y bailes, con carácter alegre,
frívolo y amoroso. Ganó popularidad en Francia en los siglos XVIII y XIX.

Ópera: Es una obra teatral donde los diálogos se desarrollan a través del canto
fundamentalmente. Originada en Italia a fines del siglo XVI, puede dividirse en : ópera seria,
romántica, bufa, legendaria, etc.

Zarzuela: Obra dramática y musical que alterna parlamentos dialogados con canciones. Es un
género español creado por Calderón de la Barca en su pieza “El jardín de Farelina” (1648) o
por Lope de Vega en “La selva sin amor” (1629).

Sainete: Obra breve y jocosa de carácter popular, donde se ridiculizan costumbres y vicios
sociales. Es un heredero del entremés.

Género chico: Es un género español de argumento simple y de poco contenido, que se


desarrolla en menos de una hora en un escenario con un único decorado.
Pantomima: Es el tipo teatro físico que se representa sin utilizar la palabra y empleando el
gesto en su sustitución. Para expresar las distintas situaciones de manera comprensible, este
tipo de teatro emplea códigos muy estrictos en los movimientos. Este tipo teatral es heredero
del teatro de pantomima clásico.

Teatro de títeres y marionetas: Estos tipos de teatro emplean muñecos en lugar de actores y
representan situaciones humanas o animales de forma análoga a cómo lo harían los actores.
Este tipo de teatro generalmente está destinado al público infantil.

Teatro de sombras: Este tipo teatral originado en China e India también emplea muñecos en lugar
de actores, con la particularidad de que el público jamás observa directamente a los muñecos, sino
sus sombras que se proyectan sobre una pantalla que está frente al espectador. Está considerado
como uno de los antecedentes del cine.

Teatro negro: Este tipo de teatro se sirve de los efectos visuales para lograr la ilusión de objetos
animados. El ojo humano no es capaz de distinguir objetos negros sobre negro y este es el
fundamento del teatro negro. Es un teatro de manipulación de objetos donde los “titiriteros”
están completamente vestidos de negro y manipulan objetos que son expuestos a luz negra y que
parecen virtualmente levitar por sí mismos. La compañía más famosa en este tipo de teatro es el
Teatro Negro de Praga.

Teatro callejero: Es una forma de teatro que trata de acercar el espectáculo teatral a las masas. Es
un teatro que se representa en espacios públicos al aire libre y que puede tener alguna clase de
escenografía o prescindir de ella totalmente. El estilo de representación es diferente al que se
emplea en el teatro en sala debido al entorno. En estas obras se suele aprovechar el espacio como
parte de la obra y suele ser interactivo. Una de las variantes del teatro callejero es el teatro
invisible, donde el público no tiene conocimiento de que está presenciando una obra teatral.

TEATRO OCCIDENTAl:
Aunque los orígenes del teatro occidental sean desconocidos, la mayor parte de las teorías lo sitúan en ciertos
ritos y prácticas religiosas de la antigüedad; aún hoy día ese tipo de rituales sigue cargado de elementos
teatrales. Las diferentes teorías atribuyen los orígenes a múltiples prácticas: ritos antiguos de fertilidad,
celebración de la cosecha, chamanismo y otras fuentes similares.

teatro clasico:
El primer periodo en teoría teatral occidental se denomina clásico, porque comprende el teatro de las
civilizaciones clásicas, de las antiguas Grecia y Roma, y las obras están escritas en las lenguas clásicas,
griego o latín.

Teatro griego:
Los primeros datos documentados de literatura dramática son del siglo VI a.C.; la primera obra crítica sobre la
literatura y el teatro es Poética(330 a.C.) de Aristóteles. Aristóteles sostenía que la tragedia griega se
desarrolló a partir del ditirambo, himnos corales en honor del dios Dioniso que no solamente lo alababan sino
que a menudo contaban una historia..

Teatro romano: Con la expansión de la República de Roma en el siglo IV a.C., se absorbieron territorios
griegos y con ellos, naturalmente, el teatro y la arquitectura teatral griegas. El teatro propiamente romano no
se desarrolló hasta el siglo III a.C. Aunque la producción teatral se asociara en principio con festivales
religiosos, la naturaleza espiritual de estos acontecimientos se perdió pronto; al incrementarse el número de
festivales, el teatro se convirtió en un entretenimiento.
teatro medieval:
Irónicamente, el teatro en forma de drama litúrgico renació en Europa en el seno de la Iglesia católica romana.
Con idea de extender su influencia, la Iglesia católica adoptó con frecuencia festivales que tenían un marcado
carácter pagano y popular, muchos de los cuales tenían elementos teatrales. En el siglo X, los diferentes ritos
eclesiales ofrecían posibilidades de representación dramática; de hecho, la misa misma no estaba lejos de ser
un drama.

Teatro religioso: El drama litúrgico se fue desarrollando en el transcurso de los doscientos años siguientes a
partir de varias historias bíblicas en las que actuaban monaguillos y jóvenes del coro. Al principio bastaban las
vestiduras propias para la celebración de la misa y las formas arquitectónicas de la iglesia como decorado,
pero pronto se organizó de modo más formal. El escenario se dividió en mansión y platea. La mansión
consistía en una pequeña estructura escénica, un tabladillo, que sugería de forma emblemática un lugar en
concreto, como el jardín del Edén, Jerusalén o el Cielo.

Teatro medieval profano:


En el siglo XIV, el teatro se emancipó del drama litúrgico para representarse fuera de las iglesias
especialmente en la fiesta del Corpus Christi y evolucionó en ciclos que podían contar con hasta 40 dramas.
Algunos estudiosos creen que, aunque similares a los dramas litúrgicos, los ciclos surgieron de forma
independiente. Eran producidos por toda una comunidad cada cuatro o cinco años.

teatro del renacimiento:

La Reforma protestante puso fin al teatro religioso a mediados del siglo XVI, y un nuevo y dinámico teatro
profano ocupó su lugar. Aunque los autos y los ciclos con su simplicidad parezcan estar muy lejos de los
dramas de Shakespeare y Molière, los temas de la baja edad media sobre la lucha de la humanidad y las
adversidades, el giro hacia temas más laicos y preocupaciones más temporales y la reaparición de lo cómico
y lo grotesco contribuyeron a la nueva forma de hacer teatro.

Teatro neoclásico:
Las primeras muestras de teatro renacentista en Italia datan del siglo XV. Las primeras obras eran en latín,
pero acabaron por escribirse en lengua vernácula. Solían estar basadas en modelos clásicos, aunque la teoría
dramática derivaba del redescubrimiento de la Poética de Aristóteles. Este teatro no fue una evolución de las
formas religiosas, ni siquiera de las prácticas populares o dramáticas ya existentes; se trataba de un proceso
puramente académico.

Teatro del siglo XVIII:


El teatro del siglo XVIII era, básicamente, y en gran parte de Europa, un teatro de actores. Estaba
dominado por intérpretes para quienes se escribían obras ajustadas a su estilo; a menudo estos
actores adaptaban clásicos para complacer sus gustos y adecuar las obras a sus características.
Las obras de Shakespeare, en especial, eran alteradas hasta no poder ser reconocidas no sólo
para complacer a los actores sino, también, para ajustarse a los ideales neoclásicos.

Teatro del siglo XIX :


A lo largo del siglo XVIII ciertas ideas filosóficas fueron tomando forma y finalmente acabaron
fusionándose y cuajando a principios del siglo XIX, en un movimiento llamado romanticismo

Teatro romántico:
En su forma más pura, el romanticismo proponía en el plano espiritual que la humanidad debía
trascender las limitaciones del mundo físico y el cuerpo alcanzar la verdad ideal. La temática se
extraía de la naturaleza y del hombre natural. Quizá uno de los mejores ejemplos de teatro
romántico sea Fausto (Parte I, 1808; Parte II, 1832) del dramaturgo alemán Johann Wolfgang von
Goethe. Basada en la clásica leyenda del hombre que vende su alma al diablo, esta obra de
proporciones épicas retrata el intento de la humanidad por controlar conocimiento y poder en su
constante lucha con el Universo.

Precursores de vanguardia del teatro moderno:


Muchos movimientos, normalmente agrupados bajo el término vanguardia, intentaron sugerir
alternativas a la producción y al teatro realista. Varios teóricos pensaron que el naturalismo
presentaba solamente una visión superficial y por tanto limitada de la realidad, que podía
encontrarse una verdad o realidad más importante en lo espiritual, en el inconsciente. Otros
sentían que el teatro había perdido el contacto con sus orígenes y no tenía sentido para la
sociedad moderna más que como forma de entretenimiento. Alineándose con los movimientos
artísticos modernos, se dio un giro hacia lo simbólico, la abstracción, lo ritual, en un intento de
revitalizar el teatro.

Teatro simbolista:
El primero en adoptar las ideas de Wagner fue el movimiento simbolista en Francia en la década
de 1880. Los simbolistas hicieron una llamada a la "desteatralización" del teatro, que se traducía en
desnudar el teatro de todas sus trabas tecnológicas y escénicas del siglo XIX, sustituyéndolas por
la espiritualidad que debía provenir del texto y la interpretación. Los textos estaban cargados de
simbología de difícil interpretación, más que de sugerencias. El ritmo de las obras era en general
lento y semejante a un sueño.

Teatro expresionista : El
movimiento expresionista tuvo su apogeo en las dos primeras décadas del siglo **, principalmente
en Alemania. Exploraba los aspectos más violentos y grotescos de la mente humana, creando un
mundo de pesadilla sobre el escenario. Desde un punto de vista escénico, el expresionismo se
caracteriza por la distorsión, la exageración y por un uso sugerente de la luz y la sombra.

Teatro contemporáneo:
Aunque el realismo puro dejó de dominar la escena popular después de la I Guerra Mundial, el
teatro realista continuó vivo en el ámbito comercial, sobre todo en Estados Unidos. Sin embargo, el
objetivo parecía ser el realismo psicológico, y se emplearon para este fin recursos dramáticos y
escénicos no realistas.
El teatro europeo no se hallaba tan mediatizado por el realismo psicológico y su preocupación se
centraba más en los juegos de ideas.

El Teatro del Absurdo:

es un término empleado por el crítico Martin Esslin en 1962 para clasificar a ciertos dramaturgos
que escribían durante la década de 1950, principalmente franceses, cuyo trabajo se considera
como una reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental.
El teatro del absurdo no es un movimiento y los autores no tienen contextos homogéneos. Lo que
tienen en común es el rechazo generalizado del teatro realista y su base de caracterización
sicológica, estructura coherente, trama y confianza en la comunicación dialogada.
Cada obra crea sus propios modelos y características implacables de lógica interna: cómica, triste,
patética, macabra, humillante, angustiosa o violenta.
Una de las fuentes teóricas más potentes del Teatro del Absurdo fue el "Teatro y su doble", obra de
Antonin Artaud, originalmente publicada en 1938.

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