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Introducción.
La necesidad de este estudio, pone al día una serie de aspectos ligados a la forma de
organización de la producción en México, que contribuye hoy en día con cerca de la mitad
del valor de las exportaciones que se generan. Si bien, se rescatan mayormente datos en
referencia a la cuestión laboral, las condiciones de vida, las condiciones de la fuerza de
trabajo, sus salarios y sus prestaciones; el grueso de nuestra análisis se centrará en
aquellos factores que favorecen un contexto de violencia, específicamente la violencia de
género, lo cual no puede ser ajeno a este sistema particular de producción.
La maquila en México.
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Nos referimos principalmente al trabajo de la investigadora María Eugenia de la O Martínez. Estudió sociología en la
Universidad Autónoma Metropolitana, y posteriormente realizó una maestría en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de
la Universidad Nacional Autónoma de México. Se mantiene como una de las principales referencias en sociología del trabajo
en las actividades de ensamble y maquila. Departamento de Estudios Culturales, Colegio de la Frontera Norte.
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Las mujeres en la maquila mexicana
Medina Islas Gabriela
Surge así un nuevo nicho que se caracterizó por el uso intensivo de la fuerza de trabajo
en la actividades de ensamble, debido principalmente a un esquema de ventajas
comparativas que tenían como principal aliado el bajo costo de la mano de obra, como
consecuencia, estas empresas se dedicaron a emplear especialmente a mujeres
jóvenes3.
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Los vínculos productivos que se generaron con las empresas locales fueron bastantes escasos, los niveles tecnológicos
utilizados eran en su mayoría atrasados, así como la preparación de la mano de obra relativamente nula. (Carrillo y Hernández:
1985)
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Seguido de la supresión del programa bracero, la implementación de la primera maquila en Ciudad Juárez se acompaña de
una de las primeras crisis alimentarias de México. Apoyándonos en la realización de un documental titulado “Una historia de
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Las mujeres en la maquila mexicana
Medina Islas Gabriela
Hacia finales de los años 80, el gobierno mexicano aumentó el número de programas que
facilitaban las actividades exportadoras, diversificando de esta forma la acción legal para
la inversión internacional. Se trajo a México el uso de tecnologías de punta y procesos
automatizados en aquellas plantas que estaban en sociedad con las firmas líderes a nivel
mundial. Esto abrió nuevas posibilidades para la flexibilidad de los trabajadores así como
una importante desregulación en materia laboral.
En este periodo, también se observó una gran movilidad de las maquiladoras hacia
nuevas ciudades, debido a la modificación de los programas exportadores por parte del
gobierno mexicano. Esto permitió que las plantas ensambladoras se ubicarán en casi
cualquier parte del país, ahí donde se encontraran las ventajas comparativas en salarios e
infraestructuras. Estas ventajas permitirán diversificar las estrategias de las principales
firmas internacionales5.
La movilidad de las plantas maquiladoras significó para las nuevas ciudades un declive
general de sus actividades económicas tradicionales, entre las que destacaban: el cultivo
de algodón, la extracción de minerales y recursos carboníferos, la producción artesanal,
etc. Esto permitió la disposición de grandes contingentes de población en condición de
desocupada.
dos Mexicos” Víctor Quintana, economista, miembro del PRD en Ciudad Juárez. Comenta: “Por primera vez, el país tiene que
importar maíz de Estados Unidos. El precio del maíz se había mantenido muy bajo, para que la industria pudiera tener materias
primas y la mano de obra barata. El campo estuvo subsidiando a la industria desde los años 30, pero ahora el precio de maíz
es un desestimulo no un incentivo.”( Saúl y Angulo:2000)
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La expansión de estas fábricas propició en México el surgimiento de patrones de especialización en la producción total de
estas ciudades emergentes, destacan las actividades de confección y de electrónica, que aportaron la mayoría de los empleos
de esta actividad a nivel nacional con un 73% y un 54. 3% en los establecimientos respectivamente. (INEGI: 1989)
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Algunos de los programas que dan apoyo a la maquila son: el Programa de Fomento Integral de las Exportaciones, el
Programa de Importación Temporal para Producir Artículos de Exportación y el Programa de Apoyo a Empresas Altamente
Exportadoras. (De la O Martínez: 1995)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Cuadro 1.
Como puede observarse en el cuadro siguiente, se distinguen tres ciclos del empleo
femenino en las maquiladoras. En el primero se observara propagación de empleos
femeninos con bajos salarios en la frontera norte durante los 70 y 80. En un segundo
momento, se puede observar la des-feminización de la ocupación de mujeres en la
maquila mexicana, a detalle se aprecia con mayor dinamismo la contratación de varones
con respecto a las mujeres en casi todo el país durante los 80 y 90. El tercer momento
muestra un proceso de re-feminización en las maquiladoras del centro y sur del país. Se
puede agregar también un cuarto momento el cual se caracteriza por una desaceleración
económica en las maquiladoras a partir del año 2000, lo que significó la pérdida de
empleo para miles de mujeres.
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Entre los años 2000 y 2003 las mujeres perdieron cerca de 122,000 empleos, lo que
equivale al 21. 2% del empleo fabril, los hombres por su parte perdieron cerca de 82,000
plazas, lo que equivale al 17. 6% del empleo obrero para maquila7.
Cuadro 2.
Fuente: Revista de Antropología Mexicana, Volumen 1, numero 3. Agosto-Diciembre de 2006. pp. 404
Las condiciones laborales en la frontera han rebasado los límites de lo doméstico y se han
establecido en un sistema productivo actual. Las mujeres se encuentran vulnerables y en
condiciones de completa adaptabilidad y flexibilidad horaria, lo cual le permite realizar
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Datos de INEGI. Estadísticas de ocupación y empleo.
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Las mujeres en la maquila mexicana
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De esta forma, el género ha sido usado convenientemente para disminuir las condiciones
laborales, así como para producir sujetos de fácil control, condenados a permanecer en
una misma posición laboral durante toda su estancia productiva.“El concepto de feminidad
productiva es la encarnación de aquel viejo discurso: la utilización de trabajo barato
representado por la mano de obra femenina, a la cual se le agrega una constante
dominación patriarcal, lo cual denota que la línea de producción de las trasnacionales
encaja de manera idónea con el capitalismo y el patriarcado”. (Salzinger: 1992)
Con estos hechos en contexto, podemos hacer a manera de balance que las mujeres
enfrentan a un proceso de segmentación ocupacional en las maquiladoras con respecto a
las oportunidades de acceso al trabajo, así como las garantías laborales a las que se
enfrentan debido a los nuevos modelos de contratación. La vulnerabilidad generada se
incrementa debido a la ocupación de trabajos temporales, inestables y con menores
beneficios. Los miembros con mayores desventajas en las actividades de ensamble y
maquila aparecen como resultado de unidades desiguales, debido principalmente a las
condiciones estructurales que impone la misma maquila, en cuanto a políticas de
contratación local y el deterioro generalizado de las condiciones de trabajo en el país9.
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El carácter femenino de la maquila no se refiere al uso cuantitativo de mujeres en una línea de producción, por el contrario, el
discurso genérico por lo cual las grandes firmas administran el proceso productivo y proponen la creación de un mercado
laboral dominado por las características que ofrecen las mujeres se refiere a la mano de obra barata, flexible y por mucho dócil.
(Quintero: 2004)
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El estudio del trabajo de las mujeres cobra importancia debido a las implicaciones que presenta para las economías
subdesarrolladas, por ello el interés para abordar este fenómeno a través de estudios comparativos en distintas zonas
marginadas a lo largo del mundo. El proletariado femenino en México, es un ejemplo del proletariado periférico a nivel mundial,
y denota los procesos de internacionalización en algunas empresas trasnacionales situadas en los países en vías de
desarrollo. (Sassen: 1998)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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De acuerdo a Sassen, podemos identificar tres ejes de análisis para abordar la cuestión
femenina en la maquila. El primero de ellos corresponde a los estudios realizados en los
años 60 y 70, y que se centran en el impacto de las empresas extranjeras en países con
una enorme producción doméstica, también aborda la economía de subsistencia en la
cual atiende a la desarticulación de los sistemas de economía tradicional frente al avance
de la empresa capitalista. A las mujeres se les concede un doble error, ya que son
encargadas de la subsistencia de la fuerza de trabajo y también se presentan como mano
de obra barata para las empresas.
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Entre los que destacan: Linda Lim (1980), Helen Safa (1981), Patricia Fernandez-Kelly (1980), Saskia Sassen (1993), entre
otros. (De la O Martínez: 2006)
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A este último eje se le suman el impacto del capitalismo global en las sociedades tradicionales, la vinculación del papel de
las ciudades y la incorporación del trabajo de mujeres pobres, así como de inmigrantes en actividades trasnacionales. Como
resultado se ha observado la formación de una nueva clase inserta en las grandes metrópolis, la cual está compuesta por
grandes masas de mujeres jóvenes inmigrantes. (Sassen: 2000)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Algunos de los estudios que se refieren a esta década 12, hacen referencia al fenómeno de
la internacionalización de la producción. El esquema de las ventajas comparativas explica
el uso intensivo y excesivo de la fuerza de trabajo femenina, la cual se caracteriza como
de bajo costo, abundante y sin mucha experiencia. Estas son las características de la
población femenina en la frontera norte de México. En un principio la localización de las
maquiladoras era una estrategia para generar empleo entre los inmigrantes mexicanos, lo
cual supuestamente significaría un retorno masivo de varones. Por el contrario ocurrió un
fenómeno inverso, la investigación tuvo entonces un carácter retórico hacia la importancia
del patriarcado.
Hacia esta última cuestión destaca el dominio masculino sobre las mujeres y la ampliación
de las relaciones de trabajo en la sociedad. La subordinación de las mujeres en las
fábricas tildó su trabajo como poco calificado frente a una mejor valoración del trabajo
masculino. Como forma de ocultar esta situación, otros estudios plantearon la inserción de
las mujeres en la maquila como una liberación del régimen patriarcal, y la oferta de
nuevas oportunidades laborales.
Las mujeres como sujeto económico son calificadas como débiles y pasivas: mucho se
atiende en el habla popular acerca de las manos finas y hábiles de las mujeres, lo cual
apunta a esta característica tan marcada en la maquila mexicana: las mujeres son
muchas, son bonitas y son baratas.
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Entre los cuales mencionamos los estudios de: Murayama y Muñoz, 1979; Fernández-Kelly, 1980 y 1983; Gambrill, 1981;
Carrillo y Hernández, 1982 y 1985; Hernández, 1988; Barrera, 1990, entre otros.
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Hacia finales de esta década, la contratación de mano de obra masculina para puestos
técnicos principalmente, de almacenamiento, reparaciones y actividades de operación se
hallaba en aumento. Ensayos posteriores se centran en las condiciones acarreadas
debido al estilo de trabajo económico de cada región, así como las opciones de empleo
predominantes, los perfiles social-demográficos y las características predominantes en
cada maquiladora. Se concluyó que principio de los 90 los hombres en los espacios de
maquila resultaban más jóvenes que las mujeres. El espacio fabril presenta una débil
capacidad para ofrecer trabajos estables y de larga duración, lo cual afectaba tanto a
hombres como mujeres, aun así los hombres tenían mayor acceso a mejores
oportunidades de empleo.
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En la década de los 80, algunos sectores de empleo tradicional para la fuerza de trabajo masculina como lo son la agricultura
y la industria de transformación, manifestaron una incapacidad para generar nuevas ocupaciones. La reorganización del trabajo
masculino en el comercio y los servicios se ubica geográficamente en la Ciudad de México y Guadalajara principalmente.
(Rendón: 1993)
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El argumento más fuerte que sustenta la recomposición del empleo femenino en esta década se apoya la incorporación de
cambios tecnológicos y la organización eficaz del trabajo en las industrias maquiladoras. Esto propició la demanda de nuevos
perfiles laborales, más afines a las actividades masculinas. Las actividades de ensamble de autopartes y piezas electrónicas se
definieron así afines a las destrezas masculinas. (Barajas y Rodríguez: 1992)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Para el caso concreto de los estudios del proletariado, las formas inserción laboral en el
nicho de la maquila hacen surgir valores diferentes entre hombres y mujeres,
principalmente en la decisión de su ingreso a los mercados de trabajo. Es bien sabido que
las mujeres prefieren las condiciones de trabajo estables, con una activa cooperación
laboral y un ambiente que les permita el acceso a servicios sociales. En este sentido,
existen trabajos verdaderamente enriquecedores respecto al significado social de género
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Como parte de la consolidación de la industria maquiladora del país durante los años 80, el trabajo femenino adquiere una
realidad más compleja, indicando la importancia de algunos fenómenos económicos en el devenir mexicano. Las relaciones de
clase, sexo y patriarcado son los puntos para explicar la opresión del trabajo femenino en la maquila. En algunos estudios, se
considera al trabajo femenino como secundario y a su vez, ejercido por un sujeto débil y pasivo. (De la O Martínez: 1995)
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Algunos estudios se centran en la dinámica de las ciudades fronterizas y específicamente en aquellas regiones donde
prolifera la actividad maquiladora. Se encuentran evidencias acerca de los nuevos horarios de trabajo, jornadas más flexibles y
distintas formas de remuneración asociadas con la productividad. (Salzinger:1992)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Dicho lo anterior, podemos comenzar a determinar los espacios reales que proliferan en
las franjas que constituyen los vastos terrenos de maquila. La afluencia de mujeres en
estos espacios se consideró muchas veces como un atentado contra la moralidad
tradicional. Las mujeres cuentan con recursos económicos propios, así como dispone de
una dotación de tiempo libre fuera de las fábricas. En estos espacios (fronterizos), por
tanto, el sistema patriarcal está amenazado y como respuesta, la visión de la mujer,
cualquiera que sea su inclinación, vicios o asociaciones es equivalente a una prostituta18.
Comenzamos a descubrir los hilos que nos conducen hacia las conductas de crueldad y
crimen de odio contra las mujeres. La “mujer” que trabaja en la maquila es una pieza
cualquiera del gigantesco mecanismo que abastece de miseria y que no tiene fin. De
ninguna manera pueden esperar ser tratadas como seres humanos, por el contrario sí lo
son como productores en masa y como consumidores en masa. A este nivel, los
fenómenos de inseguridad y poco desarrollo personal trascienden más allá de los muros
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En este sentido se rescata el trabajo de Salzinger (1992), quien aporta un estudio de caso en Ciudad Juárez, el cual arroja
que la mayoría de los trabajadores de línea eran mujeres, en las que los hombres estaban segregados en actividades de
empaque o repartición, debido enteramente a sus características físicas. Las prácticas de control otorgan preferencia a los
trabajadores femeninos que los masculinos
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La asociación psicológica que establecen muchos mexicanos entre los espacios de trabajo y los locales de entretenimiento
(entendidos como clubs o cantinas) tienen una relación simbólica entre el hecho de abastecer a los Estados Unidos… no sólo
de mano de obra barata durante el día, sino también abastecerle de placeres sexuales durante las horas nocturnas. (Villa:
1993)
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Las mujeres en la maquila mexicana
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Extensos son los recursos documentales en los cuales se lanzan acusaciones contra la
extensa red de tráfico sexual y tráfico humano que se ha establecido en la frontera norte
de México desde los años 60: perspectivas escalofriantes, como que se hace una
selección de las víctimas por medio de fotografías, miles de extensos catálogos que
llegan a manos de importantes directivos, militares y enfermos sin escrúpulos en la
frontera norte y en todo el mundo.
Bibliografía.
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9. Sassen, Saskia 1998 Globalization and Its Discontents (New York:New Press).
Documental:
11. Saúl Landau y Sonia Angulo, Maquila: Una historia de dos México, 2000, Estados
Unidos.
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