Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
EJECUCIÓN DE SENTENCIAS
§ I
10
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE.i SENTENCIAS
a) Se dijo, en su momento ( supra , nº 37), que el proceso de ejecución es aquel que tiene por objeto asegurar la
eficacia de las sentencias de condena , es decir de los pron u nciamientos judiciales que i mponen el cumpli m iento de
I Q.j ALSINA. Tralado, v. pág. 1 10; AYARRAGARAY. Introducción Cl la ejecución de sentencia; COJ.ü IBO, Código. 111, pág. 773: FALCÓN,
Cúcligo, 111. pág. 479: FE:'JECH. Derecho pr'.icesa/ civil, pág. 53 J ; FER N,\NDEZ, C15dif;O. pág. 49 ]; i\!ONTFRO AROCA-ÜRTELLS RA10S- GOJEZ
CoLm1ER-MONTÓN REDONDO. Derecho jurisdiccional, 11, 2. pág. 39; MclR.EI.LO-SOSA- BERIZONCE, Cúdiios. VI-A. pág. 71 ; PALACIO. Derecho
procesal cii·i!, V I L p:ig. 261; PODETTI. Tratado ele las e;ecucio11es, Yl l-B. pág. 253: RODRÍG UEZ. Comentarios, 111, piig. 7; YllERBO. "Del
cumplimiento o ejecución de las sentencias judiciales ci vi les". en RDP, I 947, J. p,íg. 1 50.
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIAS 68
0
alguna prestación (de dar, de hacer, o de no hacer). Pero ello significa, simple-
mente, que sólo respecto de esa clase de sentencias ri ge el procedimiento espe-
cífico que se ha de exami nar en este capítu lo, y no excluye, por lo tanto, l a
posi bilidad de que también las sentencias declarativas y determinativas se eje-
cuten, en sentido ampl io, mediante el cumpl imiento de los actos que general-
mente las complementan (v.gr. i nscri pción, en el Registro de las Personas, de la
sentencia de adopción).
b) De acuerdo con los térmi nos de l a norma transcri pta, consti tu ye pri-
mer presupuesto para la ejecución de u na sentencia el de que ésta se encuentre
consentida o ejerntoriada. Ocu rre lo pri mero cuando las partes, J uego de not i-
ficadas, dejan transcu rri r los plazos sin i nterponer recurso al gu no; cua ndo, pese
a haberse ded ucido y otorgado u n recu rso, se lo declara desierto en virtud de no
haberse cu m pl ido con la carga de expresar agravios o de presentar el memorial;
o cuando se opera la cad uci dad de la segu nda i nstancia. Una sentencia se en-
cuentra ejecutoriada, en cambio, cuando ha med iado confi rmación, por el tri-
bu nal superi or, de u n fal lo condenatorio de pri mera i nstancia, o cuando, siendo
éste absol utorio, ha sido revocado en segunda instancia.
e) Prescribe finalmente el art. 499 CPN ( párrs. 2º y 3º) que "podrá eje-
cutarse parcialmente la sentencia aunque se hubiere interpuesto recurso ordina-
rio o extraordi nario contra ella, por los impottes correspondientes a la parte de
la condena que h u biere quedado firme. El títu lo ejecutorio consisti rá, en este
caso, en testi monio que deberá expresar que ha recaído sentencia firme respec-
to del rubro que se pretende ejecutar por haber sido consentido. Si hu biere duda
acerca de la existencia de ese requ isito se denegará el testi monio; la resolución
del juez que lo acuerde o, en su caso, l o den iegue, es irrecu rri ble".
Esta norma, como se advie1te, contempla la posibilidad de que, habiendo re-
caído sentencia que condena al cumpl imiento de u na obligación de carácter divisi-
ble, y mediando recurso del demandado tendiente a la modificación parcial del
pronunciamiento, éste se ejecute de i n mediato con relación a la parte de la con-
dena que adquirió carácter firme a raíz del alcance li mitado de la impugnación.
Au nque el precepto al ude a "los i mportes correspond ientes a la parte de
la condena que hubiere quedado firme", debe entenderse que aquélla es aplica-
ble respecto de los fallos que i mponen el cumpl i miento de obligaciones de en-
tegar cosas o de hacer, siempre, desde luego, qu. e és!e sea suscepti ble de frac-
c10narse.
La misma solución es extensiva al caso de que la sentencia imponga el
cumpli miento de prestaciones de distinta nat u raleza (de dar, de hacer y de no
hacer), y el demandado impugne una sola de ellas.
398. Cm 1 l'ETENCIA
b) Dice el último apartado del art. 502 CPN que "si la sentencia conde-
nare a u na misma parte al pago de cantidad líqu ida y de otra i l íqu ida, pod rán
procederse a la ejecución de la primera, sin esperar a que se l iqu ide la segu nda".
La norma, por lo tanto, confiere al vencedor el derecho ele ped i r la ejecución i n-
mediata de la condena de i mporte líqu ido si n necesidad de aguardar l a term i na-
ción de l os trám i tes procesales te n d ien tes a la l iqu idación de las resta n tes
condenaciones. De la misma manera podrá procederse en la hipótesi s de que la
sentencia imponga el cu m pl i miento de obligaciones distintas (de dar, hacer o
no hacer): el acreedor pod rá ejecutar una de ellas y solicitar con posterioridad
la ejecución de las otras.
400. EMBARGO
c) Di spone el art. 508 CPN que "vencidos los cinco días sin que se de-
dujere oposición, se mandará cont i nuar l a ejecución si n recu rso alguno. Si se
h u biese deducido oposición, el juez, previo traslado al ejecutante por cinco
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIAS 68
7
d ías, mandará conti nuar la ejecución o si declarase procedente la excepción
opuesta, levantará el embargo".
La sentencia pronunciada en el procedi miento de ejecución de sentencia
carece de eficacia de cosa juzgada material con respecto a las defensas que se
hallen sujetas a l imitaciones probatorias; pero en el proceso de conocimiento
posterior es i nadmisi ble el debate y decisión acerca de cualquier defensa funda-
da en hechos anteriores al pronunciamiento de la sentencia que fue objeto de
ejecución o ajena a las excepciones enunciadas en el art. 506 CPN.
Con respecto a los recu rsos, establece el art. 509 CPN que "la resol ución
que desestime las excepciones será apelable en efecto devol utivo, siempre que
el ejecutante diese fianza o caución suficiente. Todas las apelaciones que fueren
admisibles en las diligencias para la ejecución de la sentencia, se concederán en
efecto diferido". Corresponde sin embargo aclarar, como ahora lo hace el art.
247 CPN, que sólo deben concederse en efecto diferido las apelaciones deduci-
das respecto de resol uciones anteriores a l a mencionada en el art. 508.
Como se indicó oportu namente ( supra , nº 284 bJ), el art. 165 CPN d ispo-
ne que cuando la sentencia contenga condena al pago de frutos, intereses, daños
y pe,ju icios, fijará su i m porte en cantidad l íqu i da, o establecerá por lo menos
las bases sobre que haya de hacerse la liquidación.
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIAS 68
8
Por consiguiente, establecidas por la sentencia dichas bases, que repre-
sentan el wz debeatur, resu l ta necesario determi nar, a través de la liqu idación,
la suma que específicamente debe abonar el vencido al vencedor ( quantum de-
beatur), a cuyo fin se requiere una estricta correspondencia entre dicho acto y
el contenido del fallo.
"Cuando la sentencia -dispone el art. 503 CPN- condenare al pago de
cantidad i l íquida y el vencedor no hu biese presentado la l iquidación dentro de
diez d ías contados desde que aquella fuere ejecutable, podrá hacerlo el venci-
do. En am bos casos se procederá de conformidad con las bases que en la sen-
tencia se h u biesen fijado. Presentada la l iquidación, se dará traslado a la otra
parte por cinco días".
De tal modo la ley concede al acreedor un pl azo de diez d ías para que
practique l a l iqu idación y sólo después de haber transcurrido dicho plazo sin
que l a hubiere efectuado, el cumpl i miento de esa carga se desplaza hacia el
deudor. En cualquiera de los dos supuestos, se confiere traslado de la liquida-
ción a la otra parte.
Prescribe el art. 504 CPN que "expresada la conformidad por el deudor, o
transcurrido el plazo sin que se hubiese contestado el traslado, se procederá a la
ejecución por la suma que resultare, en la forma prescri pta por el art. 502", es
dec i r. como si se tratare de sentencia que contiene condena al pago de cantidad
l íqu i da y determ i nada. Agrega el mismo artículo que ''si mediare impugnación
se apl icarán l as normas establecidas para los incidentes en los arts. 178 y si-
gu ientes". La norma es obviamente extensiva al caso de que la liquidación hu-
biese sido presentada por el deudor, y la consecuencia de la conformidad o el si-
lencio (aunque éste no vi ncula al juez en virtud de lo dispuesto en el art. 150,
párr. 2º CPN) consiste en que debe procederse a librar mandamiento de embar-
go por la suma resultante y a citar de venta al deudor u na vez que aquel la me-
dida ha sido trabada.
b) Esta norma coi ncide con el pri nci pio recordado preceden temente
(supra, nº 388), de que las obl igaciones de hacer pueden ejecutarse forzada-
mente siempre que no fuere necesario emplear violencia contra la persona del
deudor, pues en tal caso el acreedor puede pedir autorización para ejecutar el
hecho por cuenta del deudor, por sí o por u n tercero (salvo que la persona del
deudor hu biese sido elegida para hacerlo por su i nd ustria, arte o cual idades per-
sonales), o bien que la obligación se resuelva en el pago de daños y perju icios
(Cód. Civ., arts. 626, 629, 630 y concordantes).
En el supuesto de que el acreedor opte por la ejecución a través de la ac-
tividad de un tercero no sólo debe, con carácter previo, requeri r autorización ju-
dicial (Cód. Civ., art. 630), sino también proceder a la determi nación del costo
de la obra, ya que éste corre por cuenta del deudor (norma citada) y no puede
imponérsele el pago de erogaciones desproporcionadas a la naturaleza del he-
cho que se comprometió a realizar.
forma que establece este artículo (resarci miento de daños y perju icios), cuando
no fuere posi ble el cu mpl imien to por el deudor".
§ lJ
1 05
EJ F CU C/ ÓN D E SENT ENCIAS EX TRAN J ERAS
a) Por razones de conven iencia y de sol idaridad, casi todas las leyes pro-
cesales vi gentes en el mu ndo, entre las cuales se encuentran 1as argent inas, re-
1 os ALSINA. Tratado. V. pág. 1 61: BOGGI A NO. Derecho i111emacio11al prirndo. Buenos
Aires. 1978. pág. 1 41 : CAPPELLETTI. Las sen /encías ,. las normas ex1ra11jcras en el proceso
cil'il ( trad. SENTÍS MELENDO): CoLml llO, Código. Ill. pág. 807: DE LA COLINA, Derecho y
lcgislacicín procesal. I L pág. 353; GOLDSCH IIDT. Suma del derecho i111ernacio11a / prirndo.
pág. 227: LAZCANO. Derecho in/ernacional ¡nfrado. pág. 647: LUGO. Mc111ucde. pág. 368:
MOR ELLI, DerC'Cho / Jrocesal ch·il illlenwcirmal. pág. 277: l\lORELLO-PASSI LANZA-SOSA-
BERIZONCE. Códigos. Vl-1, pág. 95: PALACIO. Derecho procesal civil. Vil. pág. 31 2: PODETTI,
Tralado de las ejernciones , V II, B, pág 293: Rüf\l!RO DEL PR.\DO, ""Ejecución de sentencias
extranjeras. El art. 559 del Código de Procedimientos de la Capital Federal". en L.L., t. 50.
pág. 965: SENTÍS MELENDO. La sentencia extranjern ( exeq11á1ur).
EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EXTRANJERAS 693
a) El art. 517 CPN establece que "las sentencias de los tribu nales ex-
tranjeros tendrán fuerza ejecutoria en los térmi nos de los tratados celebrados
con el país de que provengan". Y con referencia a los requisitos sustanciales
que cond ici onan la eficacia de tal es sentencias, el mi smo art ícu l o d i spone:
"Cuando no hubiere tratados, serán ejecutables si concu rriesen los sigu ientes
requisitos: 1 º) Que la sentencia con autoridad de cosa juzgada en el Estado en
que se ha pronu nciado, emane de tri bu nal competente según las normas argen-
t inas de jurisdicción internacional y sea consecuencia del ejercicio de una acción
personal o de una acción real sobre u n bien mueble, si éste ha sido trasladado a
la República durante o después del juicio t ram itado en el extranjero: 2º) Que la
parte demandada contra la que se pretende ejecu tar la sentencia hubiese sido
personal mente citada y se haya garanti zado su defensa; 3º) Que la sentencia
reú na los requisitos necesarios para ser considerada como tal en el lugar que
hu biere sido dictada y las condiciones de autenticidad exigidas por la ley nacio-
nal; 4º) Que la sentencia no afecte los princi pios de orden públ ico del derecho
argenti no; 5º) Que la sentencia no sea incompat ible con otra pron unciada, con
anterioridad o simultáneamente, por u n tribunal argentino".
EJECUCJÓN DE SENTENCIAS EXTRA NJERAS 695
c) De lo prescri pto en el i nc. !º del art. 517, se sigue que la concesión del
exequát ur o del reconoci miento de la sentencia extranjera, en su caso, depende
ante todo de l a ci rcu nstanci a de que el t ri bu nal que la d ictó se halle provisto de
competencia con arreglo a l as di sposiciones conten idas en el derecho argenti no
vigente al tiempo de su pron u nciamiento. Pero este req uisito no tiende a l a pre-
servación exclusiva de la propia jurisdicción internacional, de manera que el re-
chazo de l a eficacia extraterri torial de la sentencia extranjera no sólo procede
cuando se i nvade la ju risd icc ión de los t ri bu nales argent inos, sino también
cuando afecta la de u n tercer país cuya legislación coincide con la argenti na en
lo que atañe a la reglamentación de la jurisdicc ión internacional. En otras pala-
bras, la admisión de la eficacia de la sentencia extranjera depende del hecho de
que el t ribunal que la d ictó sea competente no sólo de acuerdo con l as normas
vigentes en el Estado a que perte nece, sino ta1]1bién de conform idad con l as
normas atri but ivas de competencia i nternacional co-i1tenidas en nuestra propia
legislación.
La cal idad de cosa juzgada material atri bu ida a la sentencia extranjera
debe juzgarse con arreglo a las normas vigentes en el Estado en que aquél la se
haya pronu nc iado. La prueba de esta circu nstancia debe surgir de la copia au-
téntica de la resolución que declare que la sentencia tiene el carácter de ejecu-
toriada o pasada en autoridad de cosa juzgada, así como de las leyes en que di-
cha resolución se funda (art. 6º del Tratado de Montevideo de 1940), o bien del
informe consular.
d) En el mismo inc. 1º del art. 5 17, el CPN requiere que la sentencia ex-
tranjera "sea consecuencia del ejercicio de u na acción personal , o de una acción
real sobre un bien mueble, si éste ha sido trasladado a la Repú blica durante o
después del juicio tramitado en el extranjero". La legislación anterior, en cam-
bio, li mitaba la exigencia a las pretensiones personales; y la restricción obede-
cía a la circu nstancia de que los bienes raíces situados en la Repú bl ica, así
EJ ECUCIÓN DE SENTENCI AS EXTRANJ ER AS 696
como los bienes muebles que tienen en ella situación permanente, se hallan ex-
clusivamente regidos por las leyes argenti nas (Cód. Civ., arts. 1O y 1 1) siendo
asimismo los jueces del país quienes tienen competencia para conocer de las
pretensiones reales que versen sobre tales bienes (CPN, art. 5, incs. 1º y 2º). Sin
embargo, como observa GOLDSCHMIDT, no se trata de u n pri ncipio absol uto,
pues existen por un lado pretensiones personales, como la de divorcio, a cuyo
respecto rige, en ciertas circunstancias, la competencia exclusiva de los jueces
argenti nos; y puede darse el caso, por otro lado, de que la situación de las cosas
sobre l as cuales versa u na pretensión real se haya modificado du rante o después
del proceso tramitado en el extranjero, hi pótesis en la cual no media inconve-
n iente en el otorgam iento del exequátur. Frente a la omi sión de que adolecía en
ese sent ido el régi men procesal derogado, el Congreso Nacional de Ciencias
Procesales reunido en Córdoba en 1939 aconsejó la ampliación de las normas
respecti vas al caso de pretensiones reales sobre bienes muebles trasladados a l a
Repúbl ica Argentina en las oportunidades precedentemente mencionadas. La
solución fue adoptada, pri meramente, por el código procesal civi l de la provi n-
cia de Jujuy, y l uego lo fue por el CPN y n u merosos códigos provi nciales.
g) Tanto el i nc. 5º del art. 517, como el art. 5°, inc. b) de los tratados de
Montevideo, disponen que l a ejecutoria debe reu n ir los requisitos necesarios
para ser considerada como tal en el lugar en que hubiere sido dictada, agregan-
do el CPN que tam bién debe reu n i r l as condiciones de autenticidad exigidas
por la ley nacional. El juez argentino ante quien se pide la ejecución de u na sen-
tencia extranjera debe, pues, exam i nar si concurren estas circunstanci as, las
que surgirán de los testi monios que el interesado exhiba, o, eventualmente, de
las constancias del informe consular.
405. PROCEDIMIENTO
JUICIO EJECUTIVO
SUMARIO: l. GENERALI DADES: 407. Concepto. nnturalcza y caracteres del juicio ejecu ti-
vo.- 408. Requisitos de la pretensión ejecutiva.- 409. Etapas del ju i cio ejecuti vo.-
II. TÍTULOS QUE TRAEN A PARt:J.4.DA EJ ECUC/(J N: 41 0. En u meración lcgal.-
41 1 . Estudio de los títulos cjccuti\'os en particular.- 41 2. Prcpar;:ición ele l a vía ejecu ti-
va.- III. INTIM ACIÓN DE PAGO, EM BARGO Y ClTACtáN PA RA f) fJ ENSA: 41 3.
Despacho del mandamiento.- 414. Forma y l ugar de la i nti mación de pago.- 41 5. El
embargo.- 41 6. Citación para defensa.- 41 7. Renu ncia a los trámi tes del juicio eje-
cuti vo.- 41 8. Ampliación ele la ejecución.- I V. OPOSICIÓN A LA PRLTFNS!C )N
EJ ECUTIVA: 41 9. Clase de oposiciones.- 420. Examen de las t:xcepciones en particu-
lar.- V. SUSTANCIACIÓN DI:' LAS EXCl:"PC!ONES: 421. Exa men prc,io y t r,tsl a-
do.- 422. Prueba de las excepciones.- 423. Sentenci a.- 424. Recu rsos.- 425. Cos-
tas.- VI. CUM PLIM!ENTO DE LA SENTl:'NCIA D{ Rf::J\1ATF: 425 bis. Cicneralidadc,.-
426. Caso de embargo de di nero. títulos o acciones.- 427. La subasta.- 428. El marti lle-
ro.- 429. Reglas comunes a la subasta.- 430. Subasta Je muebles o semm·icntes.- 431 .
Subasta de inmuebles.- 432. Liquidación. pago. fianza y prerercncia.
§ I
1 06
GENERA LI DAD ES
106 ALSINA, Tratado, V. pág. 1 84; COLOMBO. Código, III, pág. 830; COUTURE, F1111da111e:1-
tos. pág. 437: DE LA COLINA. Derecho y leg. procesal, II. pág. 266: FALCÓN, Código, 111, pag.
gación documentada en alguno de los títulos extrajudiciales (convencionales o
administrativos) legal mente dotados de fehaciencia o autenticidad.
591 : h NECH. Derecho ¡,roccsa/ cii'il. pág. 291 ; FENOCHIETTO-AR,\ZL Código. 2. pjg. 656;
FER NANDEZ. Cr5digo. 1 l. pág. 307: GUASP. Derecho proccrnl cii·i/. 11. p,íg. 130: L\SCANO.
Hacia un IIIU'l'O tipo de proceso. en R DP. 1942. l. pág. 80: L!F.B IAN. M wwulc. l. pág. 79:
I\IE,RCADER. Estudios ele derecho procesal. pág. 525: l\1üRALES MOLINA. Curso dc derecho
procesal cfril. ( Parte especial). pág. 1 51: MORELI.O. Juicios .111111arios. l. pág. 61 : MORELLO-
Sos.\-BERIZONCE. Códigos. Vl-1 . pág. 129: P,\L\CJO. Derecho procesal cfril. V I L pág. 331:
Estudio. pág. 303: PODETTI. Tratado de las ejecuciones. V II-A. pág. 99: R ..\h!OS l\1ÉNDEZ.
Derecho procescil ci1·il. 11. pág. 1 1 10.
GENERAL! DADES 703
§ ¡¡
1 07
TÍTU LOS QU E TRAEN A PAREJ A DA EJ ECU CIÓ N
a) Según el art. 523 CPN l os títu los q ue t raen aparejada ejecución .011
los si gu ientes: 1 ) El i nstru mento pú bl ico presentado en forma; 2) El i nstru men-
to pri vado suscri to por el obl i gado. reconocido jud i ci al men te o cu ya firma es-
tu viese certi ficada por escri bano con intervención del obl igado y regist rada l a
ce11iticación en el protocol o; 3) La confesión de deuda l íqu ida exigi ble presta-
da ante el juez competente para conocer en l a ejecución; 4) La c uenta aprobada
o reconocida como consecuencia del proced i m iento establecido en el art. 525;
5) La let ra de cambio, factura conformada, ,·ale o pagaré, el cheque y l a con:--
tanci a del saldo deudor de cuenta corrien te bancaria, cuando tuv iere n fuerza
ejecutiva de conformidad con las disposiciones del Cód. Com. o ley especial; 6) El
crédito por alquileres o an-endamientos de inmuebles; 7) Los demás títulos que tu-
vieren fuerza ejecutiva por ley y no estén sujetos a un procedimiento especial.
De acuerdo con l o dispuesto en el art. 524 CPN también constituye títu lo ejecutivo
el crédito por expensas comunes de edificios sujetos al régimen de l a
propiedad hori zontal.
c) Confesión (CPN, art. 523, inc. 3º). Debe serlo, según el texto de esa
. norma, de deuda líquida y exigible, y hecha ante juez competente. Éste no es
otro que el de la eventual ejecución, pues se trata de uno de los casos en que el
título ejecutivo se forma durante el trámite previo a aquélla, mediante la cita-
ción del presunto deudor con arreglo a las formas y requisitos previstos para la
absol ución de posiciones. Durante la vigencia del código derogado se conside-
ró, generalmente, que en razón de no hallarse expresamente contemplada por la
Jey, en este supuesto carecía de eficacia la confesión ficta. En la actualidad tal
conclusión carece de asidero frente a lo dispuesto por el art. 525 CPN, según el
cual la incomparecencia del demandado, o sus respuestas evasivas, autorizan a
tener por confesados los hechos.
En el caso de comparecer a la citación del tribunal, el reconocimiento de
]a deuda, así como de su liqu idez y exigibilidad, debe ser l iso y llano. La con-
fesión calificada no constituye, por lo tanto, título hábil para abrir la ejecución.
Tampoco la confesión extrajudicial, sin perjuicio de que, constando ella en i ns-
trumento público o privado, pueda ser hecha valer en los términos de los incs.
I º y 2º de la norma anal izada.
g) Otros títulos (CPN, art. 523, inc. 7º). El ordenamiento vigente somete
a sus disposiciones a aquel los títu los que t ienen fuerza ejecutiva en Yi rtud de
una prescripción legal, siempre que no estén sujetos a u n procedi miento espe-
cial (v.gr. \as regulaciones de honorarios no practicadas en concepto de costas,
ley 21.839, arts. 49 y 50).
h) Crédito por expensas comunes (CPN, art. 524). Tiene también fuerza
ejecutiva, de acuerdo con la norma citada, el crédito por expensas comunes de
edificios sujetos al régi men de propiedad horizontal. Establece, al respecto, el
párr. 2º del art. 524 que ''con el escrito de promoción de la ejecución deberán
acompañarse certificados de deuda que reú nan los requisitos exigidos por el re-
glamento de copropiedad. Si éste no los hu biere previsto, deberá agregarse
constancia de la deuda l íqu ida y exigible y del plazo conced ido a los copropie-
tarios para abonarla, expedido por el administrador o quien haga sus veces".
Aunque los cert ificados de deuda deben en pri ncipio remi ti r a las cons-
tancias de los libros rubricados del consorcio, en el supuesto de que el administra-
dor de éste sea una sociedad, configura título hábil para proceder ejecutivamente la
certificación extraída de sus libros de comercio (CNCiv., B, E.D., 40-383).
Mient ras algunos de los títu los enumerados por la ley, como los i nst ru-
mentos pú bl icos y los papeles de comercio, traen aparejada ejecución por sí
m ismos ( títulos completos ), los restantes requieren ser complementados o per-
feccionados, y aun formados, mediante el cu mpl imiento de ciertos trámi tes
previos a la apertu ra del juicio ejecutivo.
TÍTULOS QUE TRAEN APAREJADA EJECUCIÓN 711
b) La ley 22.434 agregó, como último apartado del art. 526, el siguiente:
"El desconocimiento de la firma por alguno de los coejecutados no impide que
se cu mpla con lo dispuesto por los artículos 531 y 542, respecto de los deudores
que la hayan reconocido, o a quienes se los haya tenido por reconocida".
Se trata de una aclaración plausible, pues no existe razón válida alguna
que obste a la intimación de pago y citación para defensa respecto de aquellos
coejecutados que, en virtud del reconocimiento expreso o ficto de la firma, po-
sibilitaron la integración del título ejecutivo.
En concordancia con lo dispuesto por el art. 1028 Cód. Civ., el art. 527
CPN prescribe que "reconocida la firma del instrumento quedará preparada la ac-
ción ejecutiva, aunque se hubiese negado su contenido". Por consiguiente, si el
deudor reconoce la firma del instrumento, pero aduce que su contenido ha sido
adulterado, tal manifestación no impide la ape1tura del juicio ejecutivo, sin perjui-
cio de que se haga valer oportunamente mediante la excepción de falsedad, en
cuyo caso incumbirá al ejecutado excepcionante la prueba de la adulteración.
De acuerdo con el régimen establecido por el código derogado, la negati-
va del deudor sobre la autenticidad de la firma no autorizaba la ape1tura del jui-
cio ejecutivo, debiendo el acreedor reclamar su derecho en juicio ordinario. El
CPN, en cambio, en consonancia con los propósitos de economía procesal y de
moralidad que fundamentalmente lo inspiran, dispone, en el art. 528, que "si el
docu mento no fuere reconocido, el juez, a pedido del ejecutante, previo dicta-
men de un perito designado de oficio, declarará si la firma es auténtica". Si lo
fuere se procederá a librar mandamiento de embargo y se impondrá al ejecuta-
do las costas y una multa equivalente al 30% del monto de la deuda. Para que el
ejecutado pueda oponer excepciones y como requisito de admisibilidad de és-
tas, aquél debe dar a embargo el importe de dicha multa. Si no opone excepcio-
nes, dicho importe integra el capital a los efectos del cumplimiento de la sen-
tencia de remate. La resolución que declara la autenticidad de la firma y aplica
la sanción prevista es apelable en efecto d iferido.
El art. 530 CPN se refiere finalmente a los documentos firmados por au-
torización o a ruego del obligado y distingue según la forma en que la autoriza-
ción se confirió. Si ésta resulta de documento privado o no se encuentra docu-
mentada, l a vía ejecutiva queda preparada si, citado el deudor, reconoce la
firma del documento o bien declara que otorgó la autorización o que es cier-
TÍTULOS QUE TRAEN APAREJADA EJECUCIÓN 713
haya sido ficto, el plazo mencionado corre desde que la resolución que lo decla-
re haya quedado firme (art. 529).
§ 111
capital reclamado, del esti mado por el juez en concepto de intereses y costas, y
de la multa establecida por el art. 528, en su caso, dicho funcionario procederá
a embargar bienes suficientes, a su ju icio, para cubrir la cantidad fijada en el
mandam iento. El d inero deberá ser depositado dentro del primer día hábil si-
guiente en el banco de depósitos judiciales" (CPN, art. 531 , inc. 1º).
En el mandamiento debe constar la cantidad cuyo pago se exige al deu-
dor, más otra que el juez fija provisional mente para responder a i ntereses y cos-
tas. Tam bién debe contener autorización para req ueri r el auxi l io de la fuerza
pública y allanar el domici lio del deudor en el caso de que éste se resista a la di-
ligencia (CPN, art. 214). Asimi smo, pueden individuali zarse en el mandamien-
to los bienes sobre los que se trabará el embargo.
El CPN mantuvo el régi men introducido por la ley 14.237, según el cual
la intimación de pago, el embargo y la citación para oponer excepciones se di-
ligencian en u n mismo acto (CPN, art. 542).
d) El art. 532 CPN dispone que la resolución que den iega la ejecución es
apelable. No obstante, y en razón de que dicha resol ución reviste el carácter de
u na providencia simple, también procede contra ella el recurso de reposición o
revocatoria.
415. EL EMBARGO
b) Dice el art. 542 CPN que la i nti mación de pago importará la citación
para opone r excepciones, y que corresponde dejar al ejecutado copia de la di-
ligencia, del escrito de iniciación del ju icio y de los docu mentos acompañados.
Es innecesario, sin embargo, que en el mandamiento se transcriba la providen-
cia que dispone l a citación para defensa.
renu ncia contractual a los trámites del ju icio ejecutivo. Algu na ju risprudencia,
en efecto, se incl inaba a favor de la val idez, aunq ue dejando general mente a sal-
vo el derecho de oponer cie1ias excepciones como las de pago y prescri pción.
Otros precedentes, en cambio, consideraron que la ren uncia a la citación de re-
mate comportaba la el imi nación de u n trám i te esencial de la ejecución, d irecta-
mente vinculado al derecho de defensa. El art. 58 de dicha ley. en tanto dispon ía
que "son i rrenunciables l a i nt imación de pago, la citación para oponer excep-
ciones y la sentencia", vi no a el i m i nar toda duda al respecto, y el CPN reprodu-
ce esa norma en el art. 543.
b) Por otra parte, en l os casos en que de conformidad con el cód igo co-
rresponde u n proceso de ejecución y el actor opta por u n proceso de conoci-
miento, aquél acuerda al demandado el derecho de oponerse al trámite elegido,
pero establece que es el juez qu ien, en caso de oposición, debe resol ver, aten-
diendo a las circunstancias y si n recurso, cuál es la clase de proceso aplicable
(CPN, art. 521).
41 8. AMPLIACIÓN DE LA EJ ECUCIÓN
dencia resol vió que en tal supuesto era necesaria la iniciación de un nuevo jui-
cio, aunque, por razones de economía procesal, se admitió que éste tramitara en
el mi smo expediente. Tal solución se fundaba en la inexistencia, en nuestra le-
gislación, de la llamada condena de futuro, pero es menester señal ar que en
algunos casos se decidió que, demandándose por cobro de alqu ileres desde de-
termi nada fecha hasta la desocupación del inmueble arrendado, procedía apro-
bar l a l iqu id ac ión que i nclu ía cuotas devengadas con posterioridad a la
sentencia, aunque la ejecución no se hubiera ampliado en su oportu nidad.
El CPN contempla expresamen te, con carácter general, el caso de am-
pl iaci ón de la ejecución posterior a l a sentencia, y al respecto dispone el art.
541 que "si durante el juicio, pero con posterioridad a la sentencia, vencieren
nuevos plazos o cuotas de la obligación en cuya virtud se procede, la ejecución
podrá ser ampl iada pidiéndose que el deudor exhiba dentro del quinto día los
recibos correspondientes o documentos que acred iten la extinción de la obl iga-
ción, bajo apercibimiento de hacerse extensiva la sentencia a los nuevos plazos
y cuotas vencidos. Si el deudor no exhibiere recibos o documentos que fuesen
reconocidos por el ejecutante, o no se comprobase sumariamente su autentici-
dad, se hará efectivo el apercibimiento sin recurso alguno. En cada caso de am-
pl iación deberá cumplirse con la inti mación de pago". Agrega el mi smo artícu-
lo que tanto lo que en él se establece como lo dispuesto con respecto a la
ampl iación anterior a la sentencia, rige también en las ejecuciones por cobro de
alquileres y expensas comu nes, y concl uye dispon iendo que la facultad que
otorga no puede ser ejercida una vez terminada la tramitación del juicio (lo que
ocurre con el pago de la liquidación aprobada).
§ IV
109
OPOSICIÓN A LA PRETENS IÓN EJ ECU TIVA
a) Incompetencia (art. 544, inc. 1º). Son aplicables a ella los principios
oportu namente expuestos al tratar de esta excepción en el proceso ordinario
(supra, nº 175), con la salvedad, natural mente, de que en el juicio ejecutivo no
es una excepción de previo y especial pronu nciamiento. Si se trata de incompe-
tencia relativa, sólo cabe declararla en el caso de que el ejecutado oponga la co-
rrespondiente excepción. Pero cuando se trata de incompetencia absoluta (por
la materia o por el valor), puede ser declarada de oficio durante el trámite de las
di ligencias preli mi nares y en oportunidad de examinarse el título con que se
promueve la ejecución. En el supuesto de no haberse opuesto excepciones, la
incompetencia puede declararse hasta la oportunidad de la sentencia.
b) Falta de personería. De acuerdo con los térmi nos del inc. 2º del att.
544, sólo puede fundarse -corno en los procesos de conoci miento- en la falta
de capacidad de las partes, en la ausencia de mandato otorgado a favor de qu ie-
OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA 722
d) Falsedad e inhabilidad del título. Dispone el i nc. 4º del art. 544, que
la pri mera pod rá fu nd arse ú n icamen te en la ad ulte raci ón del docu men to, en
tanto que la segu nda se l imitará a las formas extrínsecas del títu lo, si n que pue-
da d iscuti rse la legiti midad de la causa. Agrega que el reconoci mien to expreso
de la firma no impide la admisi bilidad de la excepción de falsedad fundada en
la adulteración del documento y que estas excepciones son inad misi bles si no
se ha negado la existencia de la deuda.
De acuerdo con dicha norma, m ient ras que la excepción de fal sedad pro-
cede cuando el t ít ulo que sirve de base para la ejecución ha sido materi al mente
adulterado, total o parcial mente, la excepción de inhabilidad de título, en cam-
bio, procede cuando se cuest iona la idoneidad ju ríd ica del títu l o, sea porq ue no
figura entre l os mencionados por la ley, porque no reú ne l os requ i sitos a que
ésta condiciona su fuerza ejecutiva (cantidad liquida, exigible, etc.), o porque el
ejecutante o el ejecutado carecen de legitimación procesal, en razón de no ser
las personas que aparecen en el título como acreedor o deudor.
Es común a ambas excepciones la prohi bición de que, mediante ellas, se
discuta·Ja inexistencia, i legiti midad o falsedad de la causa. De allí que se haya
OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA 723
decidido, v.gr., que u na vez i ntegrado el tít u l o en u na ejecución por cobro de al-
quileres, no cabe cuest ionar en el proceso ejecuti vo l a \'al idez legal de la esti pu-
lación mediante la cual se convi no u na pena por la demora en resti tu i r el bien,
pues tal articu l ación no se refiere a los req u isi tos extrínsecos del tít u lo si no a la
licitud de la causa. Pero la al ud id a prohi bición cede cuando l a il icitud de la cau-
sa su rge del docu mento mismo, el origen y el conten ido de la deuda reclamada
comportan u n supuesto de n u l idad absol uta o la i nexistencia de la obli gación
resulte en forma man ifiesta de las constancias del ex pediente.
Se ha resuelto, ent re ot ros casos, q ue procede la excepci ón de falsedad
cuando se ha escrito sobren-aspado el nombre del tomador, sin sal varse la en-
mienda; el aval ista arguye q ue en el respectivo docu men to se han agregado su-
brepticiamente las pal abras que lo hacen aparecer corno obl igado en aquel ca-
rácter; en el cheque aparecen alteraciones no sal vadas en los térmi nos del a11.
211 Cód. Corn.; se n iega categóricamente la autentici dad de la firma del ejecu-
tado, etcétera. Con rel ación a este último supuesto, la jurisprudencia se hallaba
dividida en l o tocante a cuál de l as partes i ncu mbe la carga de la prueba. Algu-
nos precedentes, fundados en la circu nstancia de que el protesto del documento
no hace perder a éste el carácter de i nstru mento privado, consideraron que, i m-
pugnada de fal sedad la firma que en él aparece, pesa sobre el ejecutante la carga
de probar su autenticidad. Ot ros, en cambio, entendieron q ue corresponde al
excepcionante acred itar q ue la fi rma que suscri be el documento protestado no
le pe11enece.
Esta ú l ti ma solución es la que terminó por prevalecer y l a que debe repu-
tarse correcta, porque si bien no se concil ia estrictaltl.ente con los pri ncipios que
gobiernan la carga de la prueba, aparte de contar con fundamento en la regla ge-
neral contenida en el art. 549, párr. 2º CPN, at iende al hecho de que l os títulos
ejecutivos cuentan con u na presu nción favorable acerca de l a certeza del dere-
cho del acreedor y a la razón práctica de que es el deudor, en el caso anal i zado.
quien se encuentra beneficiado por la disponi bi l idad de los medios probatorios
(EISNER, en L.L, 1 14-91 2).
Diversos precedentes resol vieron que la excepción de fal sedad es im pro-
cedente si se l a funda en l a alegada existencia de abuso de la firma en bl anco,
pues ello no sign ifica alegación de falsedad material de las fi rmas o inscripcio-
nes conten idas en el docu mento y que tampoco configu ra adulteración material
que justifique esta excepción la alegada existencia de d istintos tipos de letra o
de tintas en el docu mento que se ejecuta.
Con respecto a la excepción de i n habi l idad de títu lo se ha decidido q ue
procede, por ejemplo, cuando la ejecución se promueve sobre la base de u n do-
cumento que acred i ta u na obl i gación no exigible o i líqu ida; el documento apa-
rece firmado por u na sola de las dos personas cu ya fi rma conju nta se requiere
OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA 724
e) Prescripción (art. 544, inc. 5º). Procede cuando han transcurrido los
lapsos a que la legislación de fondo supedita el ejercicio jud icial de los dere-
chos. Debe tenerse en cuen ta, asi m ismo, que la prescri pción se interru mpe
como consecuencia de las di ligencias preparatorias del juicio ejecutivo.
f) Pago. El inc. 6º del a1t. 544 establece que el pago debe ser documenta-
do. Debe acompañarse a tal fin el documento original, no pudiendo ser suplido por
fotocopias de éste, por constancias de los l ibros de comercio, por la invocación de
la entrega de cheques al ejecutante, etcétera. Tampoco es fundamento suficiente de
esta excepción la existencia de un ju icio de consignación promovido por el ejecu-
tado, pues el pago por consignación sólo puede ser eficazmente invocado cuando
ha sido aceptado por el acreedor o declarado válido por sentencia firme; ni la
existencia de un depósito judicial hecho en calidad de embargo.
El i nciso anal izado autoriza también el pago pa rcial, lo que constituye
una innovación con respecto al régi men anterior, durante cuya vigencia se de-
cidió que dicha modalidad de pago no podía aducirse como fundamento de esta
excepción, sin pe1juicio de que se la hiciese valer en el procedi miento de cum-
pl i miento de la sentencia de re mate. En el caso de prosperar la excepción de
pago parcial, las costas deben imponerse respecto del saldo.
g) Compensación (art. 544, inc. 7º). Debe reu n ir las cond iciones que de-
term ina el art. 819 Cód. Civ. y resul tar, el crédito respectivo, de documento que
traiga aparejada ejecución. De all í que la excepción no proceda, por ejemplo,
fundada en la existencia de un fa] lojudicial pendiente de recurso, o en obligaciones
legales contraídas como agente de retención que no se cumplieron en el momento
opo1tuno, o en la mera referencia a las cuentas existentes entre las pmtes.
OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA 725
i) Cosa juzgada (art. 544, inc. 9º). Esta excepción tiene por objeto i m-
pedir la inútil tramitación del proceso ejecutivo cuando media sentencia dicta-
da en u n proceso anterior sustanciado entre las m ismas partes y en vi rtud del
mismo título.
El CPN, finalmente, autori za a solicitar la n ulidad de la ejecución por vía
de excepción o de incidente , disponiendo en el art. 545, que sólo puede fundar-
se en: 1º) No haberse hecho legalmente la inti mación de pago, siempre que en
el acto de pedir la declaración de nulidad, el ejecutado deposite la suma fijada
en el mandamiento u oponga excepciones; 2º) Incumpl imiento de las normas
establecidas para la preparación de la vía ejecutiva, siempre que el ejecutado
desconozca la obligación, niegue la autenticidad de la firma, el carácter de lo-
catario, o el cumpli miento de la condición o de la prestación. La ley 22.434 in-
trodujo a este inciso u n párrafo en cuya virtud "es inadmisi ble el pedido de nu-
lidad si el ejecutado no mencionare las excepciones que no ha podido deducir,
en términos que demuestren la seriedad de su petición". Se trata, empero, de un
agregado i njustificado ya que, por u n lado, las manifestaciones que el i nc. 2º)
del art. 545 exige del ejecutado dem uestran la existencia de i nterés jurídico su-
ficiente para articular la nulidad, y, por otro lado, en razón de que la norma par-
te de la base de que, a raíz de l a irregulari dad de que adolecen l as d i l i gencias
preparatorias no existe un t ítulo ejecutivo completo o integrado, no alcanza a
comprenderse el requisito de que el ejecutado mencione las excepciones q ue no
pudo oponer, pues esta i mposibi lidad deriva, precisamente, de tal i nexistencia.
OPOSICIÓN A LA PRETENSIÓN EJECUTIVA 725
§ V
42 \ . EXAM EN PR EV IO Y TRASLA DO
b) Si, en cambio, se hal lan cu m pl idos l os req uisitos perti nentes, el juez
dará traslado de las excepciones al ejecutante por el plazo de cinco días y éste, al
contestarl o, debe ofrecer la prueba de que intente valerse (CPN, art. 547, párr. 2º).
423. SENTENCIA
opuestas; 4º) Cuando versare sobre pu ntos ajenos al ámbito natu ral del proceso
O causare gravamen irreparable en el juicio ordinario posterior (lo que ocurre,
v.gr., respectivamente, si l a sentencia se pronu ncia sobre la subsistencia del
mandato otorgado por el ejecutante, o el recurrente limitó su agravio a la cues-
tión referente a la aplicación de una tasa incrementada de interés). Son asimismo
apelables las regulaciones de honorarios conten idos en la sentencia de remate o
que sean su consecuencia, aunque ella en el caso no lo sea.
d) "La fianza -agrega el art. 556 CPN- sólo se hará extensiva al resul-
tado del juicio ordinario, cuando así lo requ iriere el ejecutado en los casos en
que, conforme al art. 553, tuviere la facultad de promover el juicio ordi nario
posterior. Quedará cancelada: 1º) Si el ejecutado no promoviere el juicio dentro
de los quince días de haber sido otorgada. 2º) S i habiéndolo deducido dentro de
dicho plazo, la sentencia fuere confirmada". Como se verá más adelante, el
CPN concede al deudor el derecho de pedir, u na vez aprobada la liquidación,
que antes de que el acreedor reti re los fondos correspondientes, éste preste fian-
za a las resultas del juicio ordi nario de repetición (art. 591). La norma prece-
dentemente transcri pta, a su vez, le acuerda el derecho de solicitar, den tro del
plazo de cinco días desde la concesión del recu rso, que la fianza prestada por el
acreedor para obtener el in mediato cumpli miento de la sentencia de remate se
extienda al resul tado del mencionado juicio ordinario. Pero el hecho de que el
SUSTA NCIACIÓN DE LAS EXCEPCI ONES 730
;.
425. COSTAS
,l •
a) "Las costas del juicio ejecutivo serán a cargo de la parte vencida, con
excepción de las coITespond ientes a l as pretensiones de la otra parte que hayan
sido desesti madas". Tal lo que di spone el art. 558, párr. 1 º CPN que adopta, en
esta materia, el pri nci pio general de la i m posición de costas en virtud del hecho
objetivo de la derrota ( supra , nº 1 1 8). La norma, sin embargo, no ad mite la po-
si bi l idad -contemplada por el ai1. 68 CPN-de q ue el juez exima del pago de
l as costas al vencido ·'siempre q ue encontra re mérito para ello".
En el ju icio ejecut ivo sólo cabe, por lo tanto, la eximición de costas rela-
cionadas con pretensiones de la otra parte que no prosperan.
Si, por ejemplo, se rechaza en parte la ejecuci ón con respecto a pagarés
no vencidos y a u na cláusula penal , el ejecutante debe soportar el pago de las
costas referentes a ta les cuestiones.
b) Cuando la excepción de pago parcial es procedente, sólo cabe impo-
ner al ejecutado el pago de las costas correspondientes al monto admitido en la
sentencia (CPN, art. 558, párr. 2º).
Tal solución es coherente con la admisión de aquel l a modalidad del pago
como defensa opon ible contra l a pretensión ejecut iva.
§ Vf
111
CUM PU M !EN TO DE LA SENTENC IA DE REM AT E
1 1 1 r\ partc de la bibliograffa citada en la nota 105. Busros BER RONDO. Juicio ejec11ti1,o, 3ª
ccL. La Pl ata. 1981 , p,íg. 259: l\1ARTÍNE7. La suhasta judicial. La Plata. 1972,
CUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA DE REMATE 73 1
Así como, a d iferencia ele lo que ocu rre en las pri meras etapas del ju icio
ejecuti vo, en el proceso de ejecución de senlencia d ictada en proceso de cono-
cimiento el embargo constituye u n trám ite esencial y necesariamente previo a
la citación ele venta (CPN, art. 502) ( supra , nº 400), d icha med ida reviste el
mismo carácter en el trámi te del cumpl im iento de la sentencia de remate, pues
en ambos casos se cu mple, excl usivamente, con vi stas a la real ización de l os
bienes necesarios para satisfacer et crédito reconocido en la sentencia de con-
dena o por cuyo monto se ordenó l levar adel ante la ejecución. De a l lí que el art.
561 , párr. l º CPN presc ri ba que "es requ isi to del trám ite de cumpli miento ele la
sentencia de remate, la traba del embargo".
427. LA SUBASTA
428. EL MARTILLERO
d ) El mart i l lero tiene el derecho de perci bir u na remu neración por sus
t rabajos, comú n mente l l amada comisión, y que debe ser pagada. conforme con
l a cost umbre (Cód. Civ., art. 1 7, y Cód. Com., ap. 5, títul o prel imi nar) por el ad-
quirente de l os bienes subastados.
A l respecto d ispone el an. 565 CPN que el "'marti llero perci bi rá l a com i-
sión que corresponda conforme al bien subastado, etablecida por la ley o, en su
caso, l a cost u m bre'". En el orden naci onal dicha comisión no ha sido l egal mente
fijada. de manera que corresponde atenerse a la cost u mbre con arreglo a la cual
aquélla es del 1 00é sobre el total del precio de venta en materia de bienes mue-
bles y del Yk cuando se trata de bienes i n muebles.
Si el remate se suspende o fracasa sin culpa del martil lero, el monto de la
comisión debe ser fijado por el juez, de acuerdo con l a i m portanci a del trabajo
real i zado; si se anu la, también sin su cu l pa, tiene derecho a perci bi r la comisión
que corresponda. Si el rnismo manillero vende el bien en u n remate posterior,
CUMPLll\'IIENTO DE LA SENTENCIA DE REMATE 735
su retri bución debe determinarse atend iendo al efect ivo trabéjo que le haya de-
mandado esa tarea (CPN, art. 565, párr. 2º). En esta ú l ti ma hi pótesi s el juez
debe atenerse a l t rabajo integral real i zado por el mart i llero. compu ta ndo. en
consecuencia, la tarea cumpl ida con moti vo del remate fracasado o an u l ado y l a
desarrollada en la subasta efect i vi zada o vál ida, sin rem unerar a esta úl ti ma con
una comisión autónoma.
En el caso de que el remate se an u ie por culpa del marti l lero, éste debe
rei ntegrar el i m porte de la com isión perci bida dentro del tercer d ía de notifica-
do por cédula de la resol ución que decreta la n u l idad (norma citada, páIT. 3º).
El martillero, asim ismo, tiene derecho a que se le rei ntegre el i mporte de
los gastos que corrientemente insu me la real ización de la subasta ( v.gr. publici-
dad comú n , depósi to y secuestro de bienes muebles, movi l idad ) e inc l uso de
aquellos de carácter extraordinario a cuyo respecto haya med iado oportu na au-
tori zación jud ici al. Por lo demás, cuando el mart i llero l o sol i cita y el juez l o
considera procedente, las paties deben adelantar los fondos que se estimen ne-
cesarios para la realización de la subasta (CPN, art. 565, páITafo final).
e) Aparte del deber genéricamente impuesto al mart i l l ero por el a1i. 563
CPN en el sentido de ajustar su comet i do a las i nstrucciones que le imparta el
juez, incumbe también a aquél el deber de deposi tar el i m porte perci bido en la
subasta y el de rend ir cuentas sobre el resu ltad o de ésta. Le corresponde hacer-
lo, de acuerdo con l o prescri pto en el art. 564 CPN, dentro de los t res d ías de
real izado el remate, y si omite l a real i zación de ese acto sin justa causa, carece
de derecho a cobrar comisión.
De la rend i ción ele cuentas presentadas p6r el -martillero debe conferi rse
traslado a l as partes por el plazo ele cinco d ías (CPN, art. 1 50), el cual se notifica
por cédula en razón ele ser sustancial mente equ i parable a u na l i qu idación (id.,
art. 1 35, inc. 9º). Transcu rrido e l plazo sin que med iara n objeci ones el juez
debe aprobar la venta y l a rend ición ele cuentas, au nque en vi rtud ele l a cal idad
que revi ste el martillero en la ejecuci ón forzada, puede aquél rechazar o mod i-
ficar las cuentas. En el supuesto de medi ar objeciones de cual q uiera de las par-
tes, corresponde apl icar el trámite de l os i ncidentes regu l ado por l os arts. 1 75 y
sigu ientes CPN.
Además ele la prohibición de delegar sus funciones sin contar para el l o con
autorización judicial, pesa sobre el marti llero la ele mencionar en la propaganda, o
subastar en un mismo remate, bajo pena ele perder su comisión, bienes distintos dt.'
aquel l os cuya Yenta fue orclenacl a jucl ici al rnente (CPN, art. 567, párrafo 2º).
f) El marti l lero, por últ i mo, no es parte en los trám i tes de cumpl i m iento
de la sentencia ele re mate y sólo puede tener interYención en l o que se refiere a
su actuación en los térmi nos establecidos en el CPN o en otra ley (CPN, art.
563, ap. final).
CUM PLIM I ENTO DE LA SENTENCIA DE REMATE 736
d) Prescribe el art. 572 CPN que "si existieren motivos fundados y sin
perjuicio de la facultad del juez para disponerlo de ofü:io, el ejecutado o el mar-
tillero podrán solicitar al juzgado la adopción de las medidas necesarias para
proveer a la regu laridad del remate y al manten imiento del orden que asegure la
libre oferta de los interesados".
A fin de preservar la seguridad de la subasta e impedi r que se alteren sus
resultados normales, el juez, en los térmi nos de la norma citada, puede dispo-
ner, entre otras medidas, la vi gi lancia del acto por personal pol icial o su fisca-
lización por u n veedor, por auxiliares internos del juzgado e incluso por el pro-
pio magistrado.
Complementaria de la norma precedentemente transcripta es la conteni-
da en el art. 570 CPN, en cuya vi rtud "cualquiera sea la naturaleza de los bienes
a subastar, a pedido de parte o de oficio el juez podrá disponer que se admitan
post uras en sobre cerrado, en las condiciones que fije, que deberán indicarse en
los edictos y, en su caso, en la propaganda. La Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción o las cámaras podrán establecer las reglas u niformes de aplicación de la
expresada modalidad del remate. Si se tratare de subasta de muebles que se rea-
lice por intermedio del Banco de la Ciudad de Buenos Ai res u otras institucio-
CUM PLIM I ENTO DE LA SENTENCIA DE REMATE 738
nes oficiales que ad m itan posturas bajo sobre, se aplicará esa modal idad en los
términos que establezcan las respectivas reglamentaciones".
Este precepto, en tanto posi bil ita la adjudicación de los bienes a quienes
no estén presentes en el acto de la subasta proporciona, lo mismo que el ya ci-
tado art. 572, u n arbitrio idóneo para desbaratar las actividades ilícitas de las
tristemente célebres "ligas de compradores".
2º) Requeri r al deudor para que, dentro del plazo de cinco días, manifies-
te si los bienes están prendados o embargados. En el primer caso, aquél debe i n-
d icar el nom bre y domicilio de los acreedores y el monto del crédito y en el
segundo, el juzgado, secretaría y la carátula del expediente. El requerimiento
debe diligenciarse personalmente con el ejecutado por cuanto, de lo contrario,
en virtud de las consecuencias que la ley imputa al silencio del intimado, la su-
basta realizada con esa omisión puede hallarse afectada de nu lidad.
c) Expresa final mente el art. 574, párr. l º CPN que "al adjudicatario que
planteare cuestiones manifiestamente improcedentes que demoraren el pago del
saldo del precio, se le impondrá la multa que prevé el art. 581'' (inji-a, nº 431 ).
43 1. SUBASTA DE I NM UEBLES
g) Como arbi t rio tend ien te a preservar el cumpli miento del deber de
l ealtad y buena fe, dispone el art. 581 CPN que "al adjudicatario que planteare
cuest iones ma n ifiestamente i mprocedentes que demoraren el pago del saldo
del precio, se le i mpond rá una mul ta que podrá ser del cinco por ciento al diez
por ciento del precio obtenido en el remate".
m) Si por culpa del postor cuya oferta fue aceptada como defin itiva en el
acto del remate la venta no se formal i za, debe ordenarse u na n ueva subasta. Di-
cho postor será responsable de l a d i smi n ución real del precio que se obtenga en
el nuevo remate, de los intereses acrecidos, de los gastos ocasionados y de las cos-
tas causadas con ese motivo. El cobro del importe que resulte. previa I iquidación,
debe tram i tar por el procedim iento de ejecución de sentencia, quedando embar-
gada a ese efecto la suma que el postor hubiere entregado (CPN, art. 584).
La responsabilidad del postor remiso comprende, en pri mer l ugar, el i m-
porte correspondiente a la dismin ución real del precio obten ido en el segu ndo
remate, lo cual excl uye la posibi l idad de computar valores meramente nomi na- l
es que sól o se hallan determ i nados por factores monetarios y no trad ucen l as
modificaci ones experi mentadas en el mercado i nmobi l i ario. En segu ndo l ugar,
los "intereses acrecidos" deben liqu idarse sobre la total i dad del precio de com-
pra, y los gastos y costas, final mente, son los que corresponden al remate que
no l legó a real izarse a raíz de la cond ucta cul posa del postor rem iso.
tados med iante el depósi to del i m porte del capi tal, i ntereses y costas y de u na
indem n ización a favor del comprador, siempre que d icho depósito se efect úe
antes de que aquél haya cancel ado el saldo del precio, o sea l a parte de éste que
conesponde abonar al contado.
La ley 22.434 ma nt u vo la inst itución, rcgl amen tándol a con mayor ampl i-
tud y en forma acorde con las concl usiones de l a ju risprudencia predomi nante
con anterioridad a su prom ulgación.
Al respecto dispone el a11. 583, párrs. 1 º y 2º CPN, de conformidad con la
versión resu ltante de la citada ley, que "el ejecutado sólo pod rá l i berar l os bie-
nes depositando el i m porte del capital y de l o presu puestado en concepto de i n-
tereses y costas, si n pe ju icio de la l iq uidación que u lteriormente correspond ie-
re; asi m ismo, u na su ma a favor del com prador, i ntegrada por l a comi sión del
marti llero, sellado de boleto y el equ ivalente a u na vez y media del monto de la
seña. Los i mportes deberán ser satisfechos au nq ue el ma rtillero hubiere des-
contado l os gastos del remate de la cantidad correspondiente a seña". De esta
norma surge, y lo reafirma l uego su párrafo cuarto, que el depósito no se hal la
supeditado a u na l i qu idación previa. Si practicada ésta, arroja di ferencia en me-
nos, el ejecutado debe completar el depósito dent ro del plazo que le fije el juez;
si, en cam bio, media exceso en el depósito, el re manente puede ser retirado por
el deudor.
"La indem n ización estableci da sobre la base del va l or de la sefia es si n
perjuicio de otras que pudieren corresponder en concepto de responsabil idad
civil" (norma citada, pán. 3º), debiendo tenerse ésta por configurada si se com-
prueba que medió dolo, culpa o negl igencia en l-0s teymi nos del Cód. Civ., arts.
1067, 1 109 y concordantes.
"La si mple promesa de pago -dice el párr. 4º del art. 583- no autoriza
a pedir el sobresei miento; tam poco pod rá suped itarse el pago a l a exi gencia de
una l iqu idación previa". Las cond uctas excl uidas por la norma sólo generan,
como es obvio, i ndeseables efectos d ilatorios y son suscepti bles de provocar i n-
cidentes i ncom pati bles con la cel eridad que debe caracterizar a esta modal idad
excepcional de conclusión del ju icio ejec uti rn.
Agrega el párr. 5º del art. 583 que "el ejecutado no podrá requeri r el sobresei-
miento si el comprador hubiese depositado en pago el saldo del precio dent ro de
los plazos a que se refiere el art. 580, o antes. Por saldo de precio se entiende el que
debe abonarse al contado". Esta disposición aventa toda duda sobre el l ímite tem-
poral a que se halla suped itado el sobreseimiento, pues cancela la facultad de sol i-
citarlo si el comprador depositó el saldo del precio dentro del plazo previsto en el
art. 580 o antes, es decir, con anterioridad a la aprobación del remate.
"La facu l tad de solicitar el sobresei miento -d ispone el párr. 6º del art.
583-, sólo pod rá ser ejercida por el ejecutado o, en su caso, sus herederos",
con lo que, implícitamente, resulta descartada la legiti mación de los terceros
que pretenden subrogarse en los derechos del deudor.
Prescribe el párr. 7º del art. 583, que "si el adquirente fuere el acreedor
autorizado a compensar, el ejecutado podrá requerir el sobreseimiento antes de
que se tenga por oblada o compensado el precio de venta con el crédi to del ad-
quirente", consagrando u n criterio que guarda, como se ad vierte, sustancial
coincidencia con el adoptado por el párr. 5º.
El párrafo final del art. 583 dispone que "en las cuestiones que se plantea-
ren acerca de la suficiencia del pago reali zado por el ejecutado, el comprador
sólo es parte en lo que se refiere a las sumas que podrían cotTesponderle de con-
form idad con lo establecido en el párrafo primero". Debe empero entenderse
que no cabría desconocer la legitimación del comprador para debat i r l a cues-
tión atinente a l a admisibi lidad del sobresei miento, en la cual es el principal i n-
teresado.
a) Dentro de los cinco días contados desde que se pagó el precio (cuan-
do se trata de subasta de muebles o de la hipótesis de sobresei miento) o desde
la aprobación del remate (en el caso de subasta de i n m uebles), el ejecutante
debe presentar la liqu idación del capital, intereses y costas, de la que corres-
ponde dar traslado al ejecutado (por cinco días, art. 150). Si el ejecutante no
presenta oportu namente l a liqu idación, puede hacerlo el ejecutado, en cuyo
caso debe conferi rse traslado a aquél. Contestado dicho traslado o vencido el
plazo para hacerlo, el juez debe resol ver (art. 591, párrs. I º y 2º), correspon-
diendo que las eventuales objeciones que ambas partes pueden formular contra
las l iquidaciones efectuadas por su contraria se ventilen por el trámite de los i n-
cidentes.
La falta de impugnación no obliga a aprobar la liquidación en cuanto ésta
no se ajuste a derecho (norma citada, párr. 3º), de modó,que el juez, de oficio,
puede disponer l a corrección de aquélla cuando adolece de errores numéricos o
contraría princi pios corno los contenidos en el art. 953 y concordantes del Có-
digo Civil.
podrá exceder del vei ntici nco por ciento del importe de la fianza, y que será a
favor del ejecutante". La suficiencia de la fianza a que alude esta norma queda
librada a la apreciación del juez, quien debe computar el hecho de que aquélla
comporte garantía idónea para responder, eventualmente, a la restitución de lo
percibido por el acreedor, pud iendo ser personal o de u n tercero en los térmi nos
del art. 1998 Cód. Civ., o consi st ir en una caución real sobre títulos o bienes
muebles o inmuebles.
EJECUCIONES ESPECIALES
§ l
112
GENERALI DADES
433. CONCEPTO
l l 2 ARAZ! - ROJAS, Código, III, pág. 1 1; FALCÓN, Código, lll, pág 821; FENOCHlETTO-
ARAZJ, Código, 3, pág. 97; MORELLO, Juicios sumarios, l, págs. 363, 41 1 y 424: MüRELL<?-
PASSJ LANZA-SOSA-BERIZONCE, Códigos. Vl-2, pág. 977; PALACIO, Derecho procesal cm/,
VII, pág. 678: PODETTI, Tratado de las ejecuciones. Vll-B, pág. l l 9.
EJ ECUCIÓN HIPOTECARIA 752
434. CLASES
c) El CPN dedica el Título III del Libro III a las ejecuciones especiales,
las que están reguladas en dos capítulos.
Con el carácter de disposiciones generales establece, en primer término,
que los títulos que autorizan esta clase de ejecuciones son únicamente aquellos
que se mencionan expresamente en el código o en otras leyes (CPN, art. 595).
En segundo lugar, prescribe el art. 596 que en ellas se observará el procedi-
miento establecido para el juicio ejecutivo, con las siguientes modificaciones:
1º) Sólo procederán las excepciones previstas para cada tipo de ejecución o en
la ley que crea el título, y 2º) Sólo se admitirá prueba que deba rendirse fuera de
la circunscri pción territorial del juzgado cuando el juez, de acuerdo con las cir-
EJ ECUCIÓN HIPOTECARIA 753
§ 1/
113
EJ ECU CIÓN H I POT ECA RIA
I l 3 COLOhlBO. Cádigo. IV. pág 280; DE LA COLINA. Derecho y legislación procesal, ll. pág.
43; FALCÓN. Código, JII, pág. 825; Fl:NOCHIETTO-ARAZI. Código. 3, pág. 597; MORELLO, El
Juicio hipotecario en el Código Procesal de Buenos Aires; las excepciones de jálta de acción,
pa go y cosa ju::.gada. en J.A. J 962-111-488: Juicios sumarios, l. pág. 363; l\10REU.o-SosA-
BERlZONC.E, Códif;OS. Vl-2, pág. 980; PALACIO. Derecho procesa/ civil. V I I. pág. 684;
PODETTI. Tratado de las ejecuciones, Vlf-8, pág. 151.
EJ ECUCIÓN HIPOTECARIA 754
436. PROCEDIMIENTO
b) La ley 24.441 introd ujo al art. 598 CPN diversas modificaciones que
si bien aparecen destinadas a simplificar al trámite de la ejecución hipotecaria
a partir del d ictado de la sentencia de remate entrañan, en importante med ida,
como se verá, u na ostensi ble incongruencia con normas no derogadas que rigen
dicha ejecución, al par que acuerdan al ejecutante facultades suscepti bles de
afectar derechos de terceros y de otros eventuales acreedores.
De acuerdo con el mencionado art. 598 en su act ual versión, d ictada l a
sentencia de remate el juez debe ordenar la verificación del estado físico y de
ocupación del i n mueble, y designar a tal fin al escribano propuesto por el acree-
dor. Si de tal diligencia resulta que el inmueble se encuentra ocupado, debe in-
timarse su desocupación en el plazo de diez días bajo aperci bi miento de lanza-
m ien to, y no verificada aquélla en ese pl azo, con intervención del referido
notario y auxilio de la fuerza pública debe procederse (salvo que se acredite la
existencia de contratos de locación con fecha cierta anterior a la constitución
EJ ECUCIÓN HIPOTECARIA 755
a) Dice el art. 3162 CPN que "si el deudor enajena, sea por título oneroso
o lucrativo, el todo o una parte de la cosa o una desmembración de ella, que por sí
sea susceptible de hipoteca, el acreedor podrá perseguirla en poder del adquiren-
te, y pedir su ejecución y venta como podría hacerlo contra el deudor".
La aplicación de esta norma supone que el i n mue ble ha salido del patri-
mon io del deudor med iante la correspond iente escritu ra públ ica, tradición e
inscripción en el Registro de la Propiedad. En consecuencia, sólo revi ste el ca-
rácter de tercer poseedor contra quien puede dirigirse la ejecución, el propieta-
rio del in m ueble hi potecario, no siéndolo, por ejemplo, qu ien sólo tiene a su fa-
vor u na promesa de venta.
§ 111
1 14
EJ ECUC IÓN PREN DARIA
1 14 ALSINA, Tratado, V. pág. 383: C:\MARA, Prenda con registro o hipoteca mobiliaria:
CUll,IBO, Código. I V. pág. 323: FALCÓN. Código. JJ L pág. 832; MüRELLO, Manual. pág. l;
Jwcws s11111arios. 11. pág. 424: MORELLO-PASSI L\ NZA-SOSA-8ERIZONCE. Códigos. Yl-2. pag.
1081 : PAI.AClO. Derecho procesal civil, V II. pág. 713: PODETTI. Tratado de las ejecuciones.
YII-8. pág. 1 89.
EJECUCIÓN PRENDARIA 75
u na ejecución ext rajud icial o pri vada para l os casos en que el acreedor sea el 8
Estado o u na i nst i tución bancaria o financiera (art. 39).
440. PROCEDlMIENTO
con presci ndencia de los trámites judiciales que se han analizado, pues la inter-
vención de los jueces se limita a.facilitar, mediante la perti nente orden de se-
cuest ro. l a ve n ta de d ich os bienes. Pero las ent idades favorecidas por este
privi legio pueden renu nciar a él y optar por el proced imiento judicial.
dado durante l a \'i gencia de l a prenda; 2º) Pago de l os i m puestos fiscales que
gravan l os bienes dados en prenda; 3º) Pago del arrendamiento del predio si el
deudor no fuera propietario del m ismo, en los térm i nos del a11. 42. Si el arren-
damiento se h u biera est i pu l ado en especie, el locador tend rá derecho a que le
sea ent regado en esa forma: 4º) Pago del capital e i ntereses adeudados del prés-
tamo garant izado; 5º) Pago ele l os sal arios. suel dos y gastos de recol ección, t ri -
lla y desgranado q ue se ade uden con an teri oridad al contrato, siempre q ue el
Cód igo ci vi l le reconozca privi legio".
§ IV
1 15
EJECUCICJ N COMERC/1\ L
444. PROCEDENCIA
El CPN regula l a denomi nada ejecución comercial en los ai1s. 602 y 603,
normas éstas que contem pl an el proced i m iento a seguir en determi nados casos
I I :\ PA!.ACIO. Dr.:rec/w procesa/ civil. V I l. pág. 752: PODETTI. Trntodo de /us cjec11cio11es.
Vll-B. pág. 237.
que con anterioridad a la promulgación de dicho ordenamiento estaban previs-
tos en la ley 50 (art. 308).
Dispone el pri mero de esos preceptos que procede l a ejecución comercial
para el cobro de: 1º) Fletes de los transportes marítimos, terrestres y aéreos
acred itados con l a póliza de fletamento o conoci miento o carta de porte o docu-
mento análogo en su original, y en su caso, el reci bo de las mercaderías, a cuyo
fin corresponde atenerse a lo dispuesto en los arts. 589 y 590 de la ley 20.094,
167 del Cód. Com. y 1 19 del Cód. Aeronáutico; 2º) Créd i to por las vi tuallas su-
min istradas para la provisión de los buques (o sea el emergente de la venta de
las cosas destinadas a la al imentación de los tripulantes del buque y de las per-
sonas que éste transporta a raíz de u n contrato de pasaje), justificado con las
respecti vas facturas valoradas, aprobadas por el capitán, consignatario o carga-
dor por cuya orden las haya entregado el acreedor.
§ V
116
EJ ECUClÓ N FI SCAL
446. CONCEPTO
c) Asi mismo, nu merosas leyes nacionales d ispon ían que los créditos
en ellas contempl ados (especial mente los derivados de impuestos y multas),
debían percibirse judicial mente por la vía del ju icio de apremio, remitiendo,
algunas, en cuanto al procedi miento apl icable, a l as normas de la ley 50. En
la actual idad, en cambi o, env ían al t ipo de ejecución reglamentad o en los
arts. 604 y 605 CPN (v.gr. leyes 1 1.683 f t.o. en 19781 lD.G.I.]; 19.782 lMu-
nici pal i dad de la Ciud ad de Buenos Aires]; 20.324 [Obras Sanitarias de l a
Nación]).
d) En cuanto a la forma del títu lo y a su fuerza ejecutiva, el art. 604, párr.
2º CPN rem i te a l o que en cada caso determi ne la legislación fiscal.
Tratado, 1, pág. 161:(OLO IRO, Código. [V, p,íg. 359: MüRELLO, Manual, 111. pág. 81 : Juicios
sumarios, l. pág. 41 1 : PALACIO. Derecho pmc{'sa / cil'il, VIL pág. 757: PODETTI. !ratado de
las ejernciones. Yll-B. pág. 21 3: SARTORIO, La Ley 50, p:1g. 697; \VJTTH.\US, U _¡1ucw de
apremio, Buenos Aires, 1966.
447. PROCEDIMIENTO
a) Di spone el art. 605, párr. l º CPN que "la ejecución fiscal tramitará
conforme a las reglas que estableciere la ley que específicamente regula la ma-
teria i mposi t iva u ot ro tít u lo al que también por ley se haya atribuido fuerza eje-
cutiva".
Mientras que algunas leyes tributarias y previsionales remiten, sin más, al
trámite de la ejecución fiscal reglamentado por el CPN --que es el establecido en
el art. 596 de ese ordenamiento con respecto a todas l as ejecuciones especiales-,
ot ras, si n perjuicio de hacer i gual rem isión, i ntroducen ciertas modificaciones
que, sin embargo, no afectan la est ructura básica del proceso anal i zado.
b) El art. 605 CPN agrega, en su segundo párrafo, que "a falta de tales
d i sposiciones o en lo que el l as no previeren procederán las excepciones autori-
zadas en los i ncs. 1 º, 2º, 3º, y 9º del art. 544 y en el art. 545 (vale decir las de i n-
competencia. falta de personería, 1it ispendencia, cosa juzgada y nulidad de
ejecución) y las de fal sedad material o inhabil idad extrínseca del título, falta
de legi t i mación para obrar pasi va en el ejecu tado, pago total o parcial, espera y
prescri pción''. Agrega el párrafo final de dicha norma que "las excepciones de
pago y espera sólo pod rán probarse con documentos".
Este precepto, como se ad vierte, contempla dos situaciones: que la ley
es- pecífica no contenga u na enumeración de excepciones, o que, con
teniendo talenumeración, ésta no incl u ya l a total idad de las previstas en ella.
Frente a la pri mera situación, es claro que son admisi bles todas las
excep- ciones que contempla el art. 605. Cuando concurre l a segund a
situación, en cambio, corresponde formul ar u na disti nción fundada en la
naturaleza de las excepciones.
Si se trata de aquellas que, como las de incompetencia, falta de persone-
ría, l itispendencia, cosajuzgada, n ul idad de la ejecución, falsedad e inhabi l
idad de título y falta de legi ti mación procesal del ejecutado, se hallan
referidas a laaptitud del tít u lo ejecuti vo y a la regu l aridad del proceso,
deben reputarse admi- sibl es aun cuando la ley específica no las prevea e i
ncl uso las prohíba. Si se tra-ta, en cambio, de aquel l as excepciones que
hacen a l a subsistencia o exigibi l i-dad act ual del créd i to, debe pri var,
por razones de prelaci ón normativa, l o d ispuesto en la ley específica. §
VI
b) Al t ratar el ju ici o ejecut ivo se recordó que según el art. 591 CPN
aprobada la liqu idación en dicho juicio, se hará el pago de su i m porte, prestan-
d o.fianza el ejecutante, si el ejecutado lo pidiere, a las resultas del juicio de co-
noci miento que puede promover el último. Esta fianza, que debe ser apreciada
por el juez (normas citadas y sus remisiones), y cuyo objeto consiste en garan-
l !7 ACUÑA ANZORENA, Juicio ejeculim y cosa ju::,gada. en J.A .. 65-762; ALSINA. Tmtudo.
V, pág. 372: COLOMBO, Código, IV, pág. 191 : FERN,\ NDEZ. Juicio ordinario posterior uf
ejerntivo. en J.A., 53-185: GONZi\LEZ. Atilio C., "El allan.1micnto a la pretensión ejecu tiva Y
jujcio posterior", en Estudios de derecho procesal. ed. Ad-Hoc. pág. 91 : JornL Mu;uwl. -L
pag. 69: MORELLO. M anual. III. pág. 87: PALACIO. Derecho procesal ch·if . V i l. pag. 773:
PODETTI. Tratado de !as l'.iecuciones. VII-A, pág. 41 5.
768 EJECUCIONES ESPECJ ALES
449. ALCANCE
sido objeto de alegación y de prueba idónea en el juicio ejecutivo. Sin men gua
de u n elemental pri ncipio de economía procesal , resu lta inadmisi ble, como 'ie-
ñala COLOMBO, la existencia de dos ju icios contrad ictorios plenos sobre u na
misma cuestión. Tampoco resulta concil iable con la seguridad jurídica l a posi-
bilidad de supeditar el proceso de conoci miento a la volu ntad del deudor om iso
o negligente.
f) Fi nalmente, cabe señalar que la ley 22.434 introdujo al texto del art.
553 dos párrafos. ·
El pri mero dice que "la falta ele cumpl imiento ele las condenas i mpuestas
podrá ser opuesta como excepción de previo y especial pronunciamiento". Esta
PROCESO DE CONOCI MIENTO POSTERIOR A LA EJ ECUCIÓN 770
norma, que reconoce como antecedente la disposición contenida en el deroga- do art. 173, i nc. 6º
del códi go de Mendoza, guarda estricta coherencia con el pátTafo i nicial del art. 553 CPN, que
eleva a la categoría de requisito de admi- sibil idad de la pretensión de conoci miento ulterior al
juicio ejecutivo, el cum- pli miento de las condenas i mpuestas en éste al ejecutante o al ejecutado (o
sea, respectivamente, el pago de las costas o el de la liqu idación de capital, intereses y costas
aprobada en l a ejecución).
Corresponde empero reparar en la circu nstancia de que l a excepción de que se trata no puede
oponerse como de previo y especial pronu nciam iento si el proceso trami ta de conformidad con las
reglas del juicio sumarísi mo (art. 498,i nc. 1 º).
El segundo de l os referidos párrafos prescri be, final mente, que el "'ju icio ordinario promovido
mientras se sustancia el ejecutivo no prod uce l a parali za-ción de este últi mo".