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ANTIIMPERIALISMO Y EL APRA

El programa máximo del APRA consta de 5 puntos generales:


Contrarrestar el imperialismo yanqui.
Unificar políticamente América Latina
Nacionalización de tierra e industrias
Internacionalización del canal de Panamá
Por la solidaridad de todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.
El imperialismo yanqui puede ser analizado desde el enfoque del conflicto, que existía
entre la clase gobernante que eran aliados de los planes imperialistas y la clase obrera.
Las clases dominantes domina el país a cambio de una política de concesiones,
operaciones que los latifundistas burgueses o comerciantes negocian con el imperialismo.
Esto causa que las grandes riquezas de nuestro país sean hipotecadas, muchas veces sin
debida legalidad.
Esto problema trae consigo la pérdida de soberanía nacional, invasiones armadas de los
soldados y marineros del imperialismo en muchos de los países latinoamericanos.

El APRA nace como un partido un tipo de frente único latinoamericano, que busca librarse
de las manos opresoras de las gobiernas capitalistas, librándose de las compañías yanquis
que radicaban en suelos latinoamericanos extrayendo materia prima, valiéndose de su
propiedad por un tema netamente histórico de posesión de tierra o por ser colonia. Tal es
el caso de la International Petroleum Company que erradicaba en la Breas y Pariñas de
nuestro país.
Para ello un grupo de jóvenes de centro-izquierda plantea la solución que el imperialismo
yanqui debe y solo puede ser afrontado con la unidad de los países latinoamericanos, que
luches con la fuerza opresora(extranjero), y con los cómplices de los yanquis.
Asimismo afirma, de forma muy clara y lucida, que ese imperialismo que podía ser
flagrante por la ocupación soberana de tierras extranjeras también podía tener etapas,
siendo la primera de ellas el colonialismo económico o neocolonialismo. Hoy justamente
estamos en ese punto, en muchos de nuestros Estados (Ecuador, Perú, México) se
provocó la destrucción de las clases medias, en otros más renuentes la destrucción es más
lenta (Costa Rica, Chile). Pero el resultado es el mismo, el pequeño industrial, propietario
rural, el empleado, el que ejerce una profesión liberal, etc. está condenado a ser
erradicado porque sus intereses unidos atacan y contrarrestan a los del imperio, por ello
es que minando a los Estados desde el interior se provoca que estos se adecuen a la
política mercantil que beneficia al imperio a cambio de migajas e incipiente inversión
(influenciando, comprando, poniendo o quitando a gobiernos). Así, Estados Unidos
compra empresas estratégicas para su implantación, hace ofertas para compra de
terrenos y pequeñas industrias que se suman a sus holdings (que son montajes jurídicos
para concentrar la propiedad).
Se plantea primero en el discurso una doble constatación, la primera concierne al interior
de los países indoamericanos con formas de economías primitivas, patriarcales y feudales
en donde la esclavitud moderna predomina como base para una producción y extracción
de elementos agrícolas y mineros. La segunda, se basa en contraposición con la primera,
en la progresión y agilidad en la economía que se tiene para con el exterior. Así, esta
economía a dos velocidades tiene como origen a la desigualdad entre los Estados ricos y
pobres que se refleja entre las relaciones económicas internas y externas de los Estados
indoamericanos. Por ello, está de más aplicar teorías importadas desde realidades
distintas aquí y es más fructífero trabajar en beneficio de la equidad en el pueblo y la
libertad para el pueblo atacándose a dos canteras que cambien ese desarrollo desigual.
Para ello, Haya da como respuestas: en primer lugar, al ataque frontal contra la pobreza
en las zonas en donde la economía se ve más atrasada y empoderada por sistemas
cavernarios de sometimiento del humano. En segundo lugar, al rechazo definitivo y
tajante contra el imperialismo. Ya sin tardarnos en este último punto, concretamente lo
que Haya proponía con respecto al impulso de la economía nacional esta relacionado con
la nacionalización de industrias y con una “reforma agraria” que devuelva al pueblo lo que
es del pueblo por derecho equitativo más que por la fuerza obligatoria del sistema. Haya
en este punto clama al ejemplo en la Revolución Mexicana y hace un llamado eterno a
todas las fuerzas diseminadas por la desunión a formar un Frente Único que más allá de
una coyuntura pueda capturar el poder, primero por la propaganda y luego por el
conocimiento doctrinario agrandar el campus de la nueva generación revolucionaria
indoamericana.

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