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ENCAPSULAMIENTO
INMOVILIZACIÓN ENZIMÁTICA
La inmovilización es un proceso por el cual se confina a una enzima o célula en una determinada
región del espacio, de manera que su actividad catalítica se retenga y pueda ser reutilizada.
El tener la enzima unida a una matriz sólida, insoluble en el medio de reacción, facilita que al final
de la reacción pueda ser fácilmente recuperada y sometida a repetidos usos, lo que permite que la
disolución final no contenga la proteína indicada. Además, esta unión puede aumentar la estabilidad
de la enzima. También aumenta la productividad de la enzima, la facilidad de operación y control de
procesos. Sin embargo, también presentan algunas desventajas, como la disminución de la actividad
enzimática, el aumento de problemas difusionales o el aumento de los costos del proceso.
MÉTODOS DE INMOVILIZACIÓN ENZIMÁTICA
Métodos químicos
Enlaces covalentes.
Entrecruzamiento intramolecular.
Copolimerización de la enzima modificada con un monómero insaturado en un gel
3D.
Métodos físicos
Adsorción iónica.
Micela inversa.
Adsorción no covalente.
Atrapamiento en fibras.
Atrapamiento en gel polimérico.
Atrapamiento en liposomas.
Atrapamiento en fibras huecas.
Atrapamiento en láminas de un polímero semipermeable.
Microencapsulamiento.
En los métodos químicos la unión al soporte se lleva a cabo mediante enlaces covalentes a grupos
activados de la matriz sólida. El entrecruzamiento intermolecular de la enzima mediante reactivos
bifuncionales puede dar lugar a incrementar la insolubilidad del catalizador en el medio de reacción.
Esta estrategia también se puede utilizar mediante el entrecruzamiento entre distintas moléculas de
proteína o por copolimerización de la enzima modificada con un monómero insaturado en un gel de
estructura tridimensional; la modificación química consiste en la unión de una molécula de tamaño
variable a la superficie de una enzima a través de un residuo aminoacídico, modificando alguna
propiedad de la enzima.
En general la unión a soportes mediante métodos físicos puede conseguirse mediante interacciones
iónicas (adsorción), fuerzas hidrofóbicas, de van der Waals, etc. Por otra parte, ciertos polímeros
naturales, celulosa, colágeno y otros, forman geles, en cuya estructura tridimensional la enzima puede
quedar ocluida o confinada en microcápsulas de un polímero orgánico, o retenidas en fibras huecas
de una membrana polimérica o en láminas de un polímero semipermeable.
ENTRECRUZAMIENTO
También se conoce como reticulado, el mismo utiliza reactivos bifuncionales de cristales
provenientes de enzimas puras que van a originar uniones intermoleculares. Entre los más comunes
se encuentra el glutaraldehído, los dialdehídos, diminoésteres, entre otros.
También llega a utilizar agregados de enzimas, ambas opciones van a originar uniones irreversibles
en sus moléculas (unión covalente), lo que les va a permitir resistir condiciones extremas de pH y
temperatura, lo que comúnmente ocurrirá con enzimas insolubles en agua.
CORETICULADO
El mismo es el cruzamiento de una enzima con proteínas que no tienen actividad enzimática, sin
embargo, deben de tener como característica el ser sumamente ricas en lisina (Lys), específicamente
utilizando albúmina, la cual les va a permitir que no se pierda la actividad por efecto de la difusión
del sustrato.
Métodos novedosos
Se cristalizarán enzimas y se reticularan las mismas con glutaraldehído, el cual es un reactivo
bifuncional, con el fin de obtener una estructura que tendrá como característica poseer canales (20-
50Å) que le permitirán al sustrato llegar al centro activo de la enzima, catalizando así la reacción.
Además de aumentar la estabilidad, ya que las moléculas de enzima se rodearán de moléculas de
proteína, actuando así como soporte.
Los cristales podrán así soportar temperaturas sumamente altas, pH elevados y acción de proteasas.
Aplicación
Síntesis de péptidos.
Obtener compuestos que son enantioricamente puros.
Ventajas
Aumenta estabilidad.
No es necesario un soporte.
No habrá enzima en la solución.
Aumenta la productividad de la enzima.
GELES POLIMÉRICOS
Se suele definir un gel como una red entrecruzada de polímeros, que puede absorber disolvente pero
que es insoluble en él y cuyo peso molecular se puede considerar infinito. Las interacciones
responsables de esta absorción de disolvente corresponden a fuerzas de capilaridad, ósmosis e
interacciones moleculares polímero/disolvente entre otras, y son lo suficientemente fuertes como para
ejercer una influencia considerable en la estructura del gel.
Durante los últimos treinta años se ha desarrollado un interés creciente en los geles y sus aplicaciones.
Las propiedades de los geles permiten su aplicación en numerosos campos, destacándose:
1. Aplicaciones biomédicas
2. Soportes para la inmovilización de enzimas y células
3. Procesos de separación
Los geles hidrofílicos presentan interés en aplicaciones biomédicas debido a su elevado contenido de
agua y algunas características físicas, similares a las de los tejidos vivos, que hacen que sean
compatibles con ellos. Por ello, se han utilizado para recubrir prótesis, en la construcción de lentes de
contacto, en membranas de hemodiálisis, e incluso, en la construcción de tejidos sintéticos como
cartílagos.
Otro campo de aplicación es la inmovilización de células y enzimas o algún otro tipo de molécula. El
carácter hidrófilo del gel, lo hace compatible con las especies inmovilizadas y la estructura porosa de
la red permite el paso fácil de los reactivos hasta las especies inmovilizadas. Se ha demostrado que la
actividad de las enzimas inmovilizadas en geles hidrófilos, en los que se ha variado clínicamente la
temperatura, es mayor que en los soportes tradicionales.
Debido a su propiedad de absorber agua y otras moléculas de tamaño reducido cuando se expanden,
pueden utilizarse también como agentes auxiliares en procesos de separación, bien sea para concentrar
disoluciones o para extraer selectivamente algún soluto de las mismas y recientemente, se ha
investigado el uso de estos materiales como vehículos para el transporte de drogas o pesticidas. La
posterior liberación de estas sustancias se produce de forma homogénea y controlada.
Los geles se pueden clasificar en dos tipos, en función de la naturaleza de las uniones de la red
tridimensional que los constituyen:
Geles físicos. Presentan una red tridimensional formada por uniones que no son
completamente estables a ciertos cambios físicos (pH, temperatura, etc.), sino que están
asociadas a una formación y disociación de enlace, que se puede dar en los dos sentidos.
Generalmente, las uniones son del tipo de van der Waals y puentes de hidrógeno, estos tipos
de uniones son mucho más débiles que las uniones covalentes.
Geles químicos. Son aquéllos en los que la red está formada a través de enlaces covalentes.
Este tipo de enlace es muy fuerte y su ruptura conduce a la degradación del gel. Por este
motivo se dice que los geles químicos no son reversibles con la temperatura, una vez rotos
los enlaces no se pueden volver a formar. Este tipo de enlace da lugar a un proceso conocido
como gelación fuerte.
La red polimérica de un gel puede ser formada por varios caminos; entre los que se encuentran, la
formación del entrecruzamiento a partir de la polimerización del monómero, donde la red es formada
por polimerización de unidades bifuncionales y unidades polifuncionales como se muestra en la
Figura 1.
Figura 1. Formación de la red; a) Entrecruzamiento a partir de la polimerización del monómero, b)
Entrecruzamiento del polímero.
ENCAPSULAMIENTO
MICROENCAPSULAMIENTO
En la actualidad, la industria requiere gran cantidad de enzimas con el fin de obtener productos con
mejores características y menor costo. Por ello, la implementación de procedimientos que aumenten
la estabilidad de las enzimas y permitan su reutilización ha sido por muchos años el objetivo de
diversos laboratorios alrededor del mundo. La preparación y estabilización de enzimas ha sido un
tema de estudio desde hace casi 50 años (Piug- Muset, 1964) y es de interés tanto científico como
económico.
La inmovilización combina la actividad elevada y específica de las biomoléculas activas, como las
enzimas o anticuerpos, con la estabilidad química y mecánica del soporte. Consiste en mantener la
biomolécula unida o atrapada en un soporte físico, conservando su actividad catalítica y permitiendo
el flujo de sustratos y productos. Las enzimas pueden ser inmovilizadas en sustratos naturales y/o
sintéticos por medios químicos (uniéndolas al sustrato mediante enlaces covalentes) o físicos (fuerzas
electrostáticas o membranas), y pueden además ser encapsuladas mecánicamente la adición de
agentes que formen una película protectora alrededor de la enzima inmovilizada, permitiendo el paso
de reactivos y productos de pequeño tamaño, pero no de proteínas (Heering et al., 2004; Wang y
Caruso, 2005).
Las enzimas inmovilizadas presentan varias ventajas sobre su contraparte en solución. Permiten un
uso continuo, reutilización y control de las concentraciones de proteína empleada. Asimismo, es
viable mejorar la estabilidad y actividad de la enzima en función del pH y la temperatura, además, al
ser inmovilizadas quedan protegidas ante enzimas proteolíticas, aumentando así la eficiencia del
sistema. Sin embargo, la inmovilización también puede presentar ciertas desventajas, por ejemplo, la
actividad de la enzima puede verse afectada por el proceso de inmovilización, además, la velocidad
de reacción puede estar limitada por la velocidad de difusión de sustratos y productos hacia dentro y
fuera del sistema.
Atrapamiento por micro-encapsulación. El método puede ser de dos tipos: por microencapsulación
en soportes porosos (con un diámetro de 2-50 nm), que posteriormente pueden ser recubiertos con un
revestimiento nanocompuesto, atrapan la enzima en su interior y permiten el paso de sustratos y
productos (Figura 4A); por microemulsión o liposomas, combinando la enzima con agentes
emulsificantes y agitando para formar micelas que la protegen de medios ácidos/alcalinos, proteasas
y durante los periodos de almacenamiento (Chen et al., 1999; Kuiper et al., 2008) (Figura 4B).
La microemulsión tiene la ventaja de ser muy sencilla, suficientemente porosa para permitir que la
enzima funcione en un sistema en solución, pero al mismo tiempo protegida del ambiente degradante.
También puede llevarse a cabo repetidas veces (emulsión múltiple), agregando agentes emulsificantes
secundarios y espesantes (ej. goma arábiga, Tween 80, polestireno40-b-poili(isocianoalanina(2-
thiophen-3-il-etil)amida)50, entre otros), para proporcionar una mayor protección. Además, por la
naturaleza de los reactivos utilizados, puede tener uso farmacológico en la administración oral de
inmunoglobulinas. La desventaja de este método radica en la pérdida de actividad ante la inmovilidad
de la proteína al quedar atrapada en la interface agua/aceite, o al ser desnaturalizada por el esfuerzo
de corte generado durante la preparación de las micelas (Chen et al., 1999; Kuiper et al., 2008). El
diámetro de las micelas puede variar de 100 a 250 nm, dependiendo de los emulsificantes utilizados,
de la fluidez del copolímero y de la habilidad de la enzima para ser adsorbida en la membrana.