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Revista Museos 08:Maquetación 1 1/12/08 11:38 Página 98

Un museo en la Favela
1
de la Maré : memorias
Mario Chagas2
Departamento de Museos y
Centros Culturales del IPHAN
Regina Abreu3
y narrativas en favor de
Universidad Federal del
Estado de Río de Janeiro la dignidad social
Mário Chagas es poeta, museólogo, posgraduado en
Memória Social (Unirio)y doctor en Ciencias Sociales Resumen: El Museo de la Maré trabaja con social dignity. The Museu da Maré challenges
(Uerj). Ha dirigido el Museo Joaquim Nabuco y el memorias, tiempos, identidades y representa- the logic of accumulating cultural assets and
Museo del Hombre del Nordeste, y ha sido jefe del
ciones simbólicas, reinterpretando el mapa the financial appreciation of monumental
Departamento de Dinámica Cultural del Museo Históri-
co Nacional, coordinador técnico del Museo de la cultural de la ciudad y mostrando a otras narratives, affirming itself as a major centre
República y director de la Escuela de Museología de la comunidades populares que es posible ejercer of interest, not to preserve but rather to pro-
Universidad Federal del Estado de Rio de Janeiro (Uni- el derecho a la memoria, al patrimonio y al mote the social life of Maré’s population and
rio). Ha participado en la renovación y creación de diver-
sos museos en Brasil y ha publicado numerosos libros museo, piezas claves en la construcción de the communication processes within and
y artículos entre los que destacan: Museália (1996), futuros con dignidad social. El Museo de la outside the favela (shanty town). The expe-
Memória e Patrimônio: ensaios contemporâneos Maré desafía la lógica de la acumulación de bie- rience of the museum as a communication
(2003), Há uma gota de sangue em cada museo
(2006) y Museus, coleções e patrimônios: narrativas nes culturales y de la valorización de las narra- and work tool helped to combat prejudices
polifônicas (2007). En la actualidad es editor de Musas: tivas monumentales, pues afirma como núcleo about museums – traditionally considered
Revista Brasileira de Museus e Museologia, consultor principal de interés, no la preservación sino la to be areas of interest reserved for the eco-
del Ecomuseo da Ilha Grande (RJ), del Museo de las
Missões (RS) y del Museo de la Maré (RJ), coordinador
vida social de los habitantes de la Maré y los nomic elites. It also contributed to increase
técnico del Departamento de Museos y Centros Cultu- procesos de comunicación dentro y fuera de la respect for favelas, which are generally treat-
rales del IPHAN (DF), profesor adjunto de la Escuela de favela. La experiencia del museo como herra- ed as areas of violence, savagery and misery
Museología y de Programas de Posgrado (Unirio), y
profesor visitante de la Universidad Lusófona de
mienta de comunicación y trabajo contribuyó that are void of all humanity. The Museu da
Humanidades y Tecnologías de Lisboa. a la lucha contra el prejuicio de los museos -tra- Maré presents itself as a universal museum,
dicionalmente considerados como dispositi- without losing sight of its national and
Regina Abreu es diplomada en Ciencias Políticas y
vos de interés exclusivo de las élites económi- regional importance and without forgetting
Sociales por la Pontifícia Universidad Católica de Rio
de Janeiro, especialista en Année Préparatoire à la cas- y también al respeto de las favelas, en the different parts of the favela – of the
Recherche en Sciences Sociales por la Ecole des general tratadas como lugares de violencia, de social life of over 130 000 people and in par-
Hautes Etudes en Sciences Sociales y especialista en
barbarie, de miseria, donde no hay humani- ticular of everyday rites that are steeped in a
Séjours Cultura (Ministère de la Culture et de la Com-
munication). Tiene una maestría en Antropología dad. El Museo de la Maré se afirma como un multitude of traditions, history, festivals,
Social por la Universidad Federal de Rio de Janeiro y museo universal, sin perder de vista su dimen- hopes, projects, dreams and reflections.
es doctora en Antropología Social por la misma Uni- sión nacional y regional y también sin dejar de
versidad. En la actualidad es profesora adjunta de la
Universidad Federal del Estado de Rio de Janeiro tratar las diferentes localidades de la favela, de Keywords: Museum, Favela da Maré,
(Unirio), miembro del consejo editorial de los Anales la vida social de más de 130 000 personas y, Social Museology, Memory, Heritage, Rio
del Museo Paulista y de Musas: Revista Brasileira de especialmente, de sus cotidianos inmersos en de Janeiro.
Museus e Museologia (Demu/Iphan). Tiene amplia
experiencia en la área de la Antropología, con énfasis historias, tradiciones, fiestas, esperanzas, pro-
en los campos de la teoría antropológica, los museos, yectos, sueños y reflexiones diversas. Un museo en la Favela de la
el patrimonio, la memoria social, la identidad cultural,
la literatura brasileña, colecciones y subjetividad. Maré: memorias y relatos a
Palabras clave: Museo, Favela de la Maré, favor de la dignidad social
1
El término «maré» en portugues, corresponde Museología social, Memoria, Patrimonio,
a la palabra «marea» en español. El término Río de Janeiro.
«favela» en portugues significa un conjunto «Rua Guilherme Maxwell, 26, atrás do
urbano de habitaciones populares (una espé-
Abstract: The Museu da Maré works with Sesi4. Esa es la localización del museo más
cie particular de barrio popular) que, inicial-
mente, ha hecho de modo independente la memories, times, identities and symbolic reciente de Brasil. No está situado en un
ocupación del territorio. La favela de la Maré representations, reinterpreting the cultural lugar cualquiera, está en el corazón del
és ubicada en una antigua zona de map of the city and showing other popular mayor conjunto de favelas de Rio, Maré,
manglares, afectada por la marea (NT).
communities that they can exercise the right y, según el Ministerio de Cultura, será el
2
Correo electrónico: pmariosc@gmail.com
3
Correo electrónico: abreuregin@gmail.com to memory, heritage and museums, key ele- primer museo del país que funciona
4
Servicio Social de Industria. ments in the construction of a future with dentro de una favela».

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1a. Grafiti en la pared interior del Museo Maré. Foto: Jorge Campana.

Con estas palabras, el periódico Folha de nacía con una misión hasta entonces des-
São Paulo anunciaba el 9 de mayo de 2006 conocida por los museos brasileños:
la inauguración del Punto de Cultura «Lejos de la suntuosidad de los museos
Museo Maré, celebrada el día anterior. Los más conocidos, se inauguró esta semana
periódicos de esa semana destacaron la el Punto de Cultura Museo Maré. Se trata
presencia del Ministro de Cultura Gilberto del primer museo concebido a través de la
Gil y de diferentes autoridades relaciona- historia de sus propios habitantes».
das con la política cultural de Brasil. Los Sin embargo, el carácter innovador de
periodistas acogieron con gran entusias- esta iniciativa no respondía al hecho de
mo esta iniciativa porque con ella, se estar ubicado en una favela. En 1996, se
anunciaba una gran novedad: ¡un museo creó, por ejemplo, el Museo de Limpieza
en la favela! Este acontecimiento sonaba Urbana, llamado Casa de Banhos Dom
poco común para una prensa que no está João VI, situado en el barrio favela de Caja
familiarizada con los debates museológi- (vid Chagas, 1998). Fue un proyecto que
cos, y auguraba un cambio significativo en el equipo del Museo Maré conoció, visitó y
el panorama de los museos brasileños, debatió. Asimismo, el ayuntamiento de la
una nueva dimensión artística que parecía ciudad de Río de Janeiro inauguró en el
distanciarse del imaginario de los suntuo- año 2005 el Museo al Aire Libre del Morro
sos, monumentales y palacianos museos, da Providência. Tanto en el caso del Museo
ornamentados con objetos de lujo o reli- de Limpieza Urbana, administrado por la
quias tan protegidos y que se exhiben Compañía de Limpieza Urbana (Comlurb),
como trofeos de los actos notables de éli- como en el proyecto Museo al Aire Libre
tes sociales y económicas. de Morro da Providência, administrado
El título del artículo, publicado en el por el ayuntamiento, no son las comunida-
periódico Carioca o Dia (09/05/07), lla- des locales quiénes se sitúan en el centro
maba la atención, algo diferente estaba de los intereses, los debates y las acciones
sucediendo: «La historia de la exclusión». administrativas y gerenciales. La prensa
El texto subrayaba que el nuevo museo destacaba esencialmente que no se trataba

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1b. Grafiti en la pared interior del Museo Maré. Foto: Jorge Campana.

de la primicia de un museo en una favela punto de vista de quien nació, creció y


sino de un museo situado en una mega vivió en alguna de las diferentes comuni-
favela, que había sido construido y admi- dades del Conjunto Maré (Vieira, 2006).
nistrado por la comunidad local, en el que Los testimonios que figuran a continua-
se ponen de manifiesto temas locales y ción están recogidos espontáneamente en
universales, con la mediación de una orga- un libro destinado a recibir «sugerencias,
nización no gubernamental y el apoyo del impresiones, ideas y opiniones de los visi-
Ministerio de Cultura, por la intermedia- tantes», que muestra la importancia del
ción del Departamento de Museos y Cen- museo para los habitantes de Maré:
tros Culturales del Instituto del Patrimonio «Viví en un palafito, hoy vivo en el Pin-
Histórico y Artístico Nacional y de la Secre- heiro, tengo 31 años y ya me han dispara-
taría de Programas y Proyectos Culturales. do. Fui agredido física y mentalmente.
Conviene destacar que esa iniciativa Pero esta visita hace que se note la evolu-
museológica se enmarca en un conjunto ción de un pueblo que no tenía ninguna
de acciones que permiten identificar la oportunidad, un pueblo que lucha, que
manifestación de la voluntad de memoria, sufre y que ciertamente, vence día tras día.
de patrimonio y de museo5 de diferentes Digo esto como un vencedor que tiene
grupos sociales. En este caso, se trata de mucho que hacer para seguir la lucha».
una necesidad vital de un grupo de jóve- Marcos Antônio A. Santos, visita realizada
nes habitantes del conjunto de favelas lla- el 5 de junio de 2006.
5
La voluntad de museo (mismamente cuando mado Maré que, ejerciendo el derecho a «Hoy visité el museo por primera vez:
el nombre que se utiliza es otro) sigue siendo la memoria y a la manifestación escrita de pasaba por aquí y decidí entrar. Fue una de
un fenómeno universal. En el carnaval de la historia, comienzan a crear relatos en las mejores experiencias que he vivido en
2007, o G. R. Escuela de Samba «Porto da
primera persona (del singular y del plural) estos últimos años. ¡Es increíble! Está bien
Pedra» presentó una carroza alegórico que
representaba el Museo de la Favela Vermelha, y a escribir una historia prácticamente des- saber que tenemos una historia, cultura y
en Sudáfrica. conocida, que tiene como referencia el tradición etc. No somos única y exclusiva-

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Se trata de una necesidad

vital de un grupo de jóvenes

habitantes del conjunto de

favelas llamado Maré que,

ejerciendo el derecho a la

memoria y a la manifestación

escrita de la historia,

comienzan a crear relatos

2. Vistas desde el CEASM. Al fondo, parte del Campus de la UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro) en primera persona
situada en la Ilha do Fundao. Foto: Jorge Campana.

(del singular y del plural)

3. Entrada principal al CEASM, sede del Morro do Timbau. Foto: Jorge Campana.

mente indicadores económicos de pobre- el tema de la apropiación cultural. Esta jor-


za; somos personas. Me complace saber nada posibilitó el encuentro y posterior
que hay gente que es consciente de ello y desarrollo de colaboraciones entre los orga-
nos hace recordar lo que a veces olvida- nizadores de la Red Memoria de Maré y algu-
mos. Gracias». Mónica Pereira, visita reali- nos miembros de la Universidad Federal del
zada el 10 de julio de 2006. Estado de Río de Janeiro (Unirio) (figura 2).
El proceso que culminó en la creación del Este partenariado contribuyó a la realización
Museo Maré (figura 1) se remonta aproxima- de talleres de museología en la sede del Cen-
damente a 1998, cuando se creó el proyecto tro de Estudios y Acciones Solidarias de
llamado Red Memoria de Maré. Dos años Maré (CEASM) en la localidad de Timbau
después se realizó en el seno de la Funda- (figura 3); a la inauguración del Archivo
ción Oswaldo Cruz una jornada para debatir Doña Orosina (2001); a la elaboración de

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El Museo Maré se alza como dos tesis doctorales (Oliveira, 2003 y Silva, El Museo Maré se alza como un museo
2006); a la realización de exposiciones tem- universal, sin perder de vista su dimensión
porales en el Museo de la República (2004), nacional y regional y sin olvidar las diferen-
un museo universal, sin en el Castelinho de Flamengo (2004) y en el tes localidades de la favela, la vida social de
Centro Cultural del Tribunal de Cuentas del más de 130 000 personas y, en especial, su
perder de vista su dimensión Estado (2004) y, por último, a la construc- día a día lleno de historia, fiestas, esperan-
ción del museo, que constituye en su esen- za, proyectos, sueños y diversas reflexiones.
nacional y regional y sin cia una «herramienta de comunicación con- ¿Cuántas veces nos detenemos y escu-
cebida y gestionada por el mismo grupo de chamos historias de la ciudad de Río de
habitantes que, años atrás, había creado la Janeiro dentro de ese espíritu de plurali-
olvidar las diferentes TV Maré, trabajando con videos comunita- dad y diversidad? ¿Cuántas historias que-
rios, grabando declaraciones de sus habitan- dan aún por contar? ¿De qué forma estas
localidades de la favela tes a partir de una metodología propia de la historias pueden desencadenar un pensa-
historia oral, con el fin de exhibir estos videos miento más amplio, comprensivo y gene-
en una plaza pública y celebrar un posterior roso de la ciudad, un pensamiento que
debate con los propios espectadores de la conduzca a prácticas y proyectos participa-
comunidad» (Chagas, 2007). tivos, capaces de articular los diferentes
El Museo Maré desafía la lógica orientada puntos del tejido urbano con la diversifica-
a la acumulación de bienes culturales y la ción de sus habitantes?
valorización de las grandes hazañas épicas Así, envueltos en estos pensamientos,
en la medida en que establece como volvimos a visitar el Museo Maré y, tras la
núcleo principal de interés la vida social de visita, llegamos a la conclusión de que se
los habitantes de Maré y los procesos de trata de un museo que extrapola las fron-
comunicación dentro y fuera de la favela. teras espaciales y geográficas, temporales
Parte del acervo iconográfico reunido en el e históricas. Se trata, en su totalidad, de un
museo consta por ejemplo de copias de otros museo impregnado de humanidad que
acervos esparcidos por la ciudad de Río de siendo propio de una comunidad, rompe
Janeiro. En este caso, la originalidad reside en con la lógica de un gueto, de un museo
el estilo establecido y en la cantidad de mate- con un valor simbólico de excepción, una
rial que se ha recogido. Hoy en día, el Museo capacidad notable de comunicación y que,
Maré es una de las principales fuentes de por este motivo, se convierte en expresión
estudio sobre la memoria y la historia de la viva de una utopía de museo de una ciu-
favela así como su acervo, que reúne más de dad que solamente será construida si
tres mil doscientos objetos. Está compuesto somos capaces de integrar los relatos que
por mapas, videos, fotografías, recortes de conforman su rico acervo: los relatos de
periódicos y otros documentos escritos, obje- las clases populares.
tos personales y de uso doméstico, símbolos
religiosos así como juegos y juguetes. Memorias del lugar6
La concepción del museo como herra-
mienta de comunicación y trabajo contribu- El museo está construido en el interior de
ye a la lucha contra el prejuicio asociado a una antigua fábrica de transportes maríti-
los museos (considerados tradicionalmente mos (la Compañía Libre de Navegación,
como dispositivos de interés exclusivo de cedida por un periodo de diez años, con
las élites económicas) y también, en rela- cerca de 800 m2 y una área construida de
ción con las favelas (comúnmente tratadas 668 m2). El museo está próximo al cruce
como zonas de violencia, barbarie, miseria y de la Avenida Brasil con la autovía Línea
degradación social). La polémica desatada Amarilla. Ésta es una zona de la ciudad de
por la creación de este museo señaló un gran movimiento y que tiene una situación
hecho que incluso siendo obvio, a menudo estratégica desde el punto de vista de los
no se tiene en cuenta: la favela como un flujos urbanos del municipio de Río de
lugar de cultura, de memoria, de poesía, de Janeiro.
trabajo y no únicamente, como una zona Muchos fueron los experimentos que
6
Cf. en www.ceasm.org.br informaciones donde predominan las balas perdidas o el numerosos gobiernos realizaron en esa
facilitadas por la dirección del Museo Maré
(Antônio Carlos Vieira, Cláudia Rose Ribeiro,
escenario de un teatro de guerra donde la zona, soterrando y construyendo vías de
Luís Antônio de Oliveira y Marcelo Pinto policía se enfrenta a los delincuentes y los acceso para desahogar el creciente núme-
Vieira). delincuentes a la policía. ro de vehículos en una ciudad con una his-

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toria que demuestra la precariedad de las


infraestructuras urbanísticas y la ausencia
de políticas públicas. La propia formación
del denominado Conjunto Maré es el
reflejo de esa historia. Este complejo,
alberga dieciséis comunidades7 de entre
las cuales, siete poseen orígenes diferen-
ciados e idiosincrasias muy complejas. El
barrio favela Maré aún está lejos de consti-
tuirse como un todo armónico.
En la favela Maré, la tensión está siem-
pre presente, siendo el escenario de
muchos y diferentes conflictos. Todo está
sometido a una dramaturgia muy particu-
lar. Las identidades son cambiantes, desli-
zantes e híbridas. El trabajo que se desa-
rrolla con la memoria de la favela no
constituye la excepción, es tenso, denso y
dramático. De este modo, el museo puede
utilizarse como un mecanismo para propi- 4. Palafito sobre la Bahía de Guanabara (Maré). Foto: Archivo Orosina Vieira, CEASM.
ciar la unión y lograr la cohesión social o
por el contrario, tensar las relaciones has-
ta el punto de fragmentarlas. nombre de «Mar de Inhaúma», formaba par-
El origen de la ocupación de Maré se te de la «Freguesia Rural de Inhaúma», con-
remonta al siglo XIX cuando todavía existían centrando un elevado número de feligreses
paisajes bucólicos como la Ensenada de de la orden jesuita e integraba una gran pro-
Inhaúma, donde algunos pescadores levan- piedad: la Hacienda del Ingenio de Piedra.
taron sus primeras viviendas. Este fenóme- Estos terrenos albergaban los actuales
no es fruto de las migraciones demográficas barrios de Olarias, Ramos, Bonsucesso y par-
que obligaron a un elevado número de per- te de Manguinhos. A finales del siglo XIX,
sonas de amplios sectores de las clases comenzaron a construirse barrios en torno a
populares procedentes del campo o del la línea férrea y a sus estaciones. Con la refor-
sertão8, fundamentalmente, de la región del ma urbana (1902-1906) del alcalde Pereira
nordeste y del estado de Minas Gerais a Passos, la región recibió un gran contingen-
emprender la aventura hacia la vida urbana. te de población de las clases sociales más
La zona era un rincón de la Bahía de bajas que habían sido previamente expulsa-
Guanabara que estaba formado por playas, das del centro de la ciudad. En esa misma
islas y manglares. Las playas eran de agua y época, la Ensenada de Inhaúma que se
arena limpia; la vegetación aún era frondo- extendía desde Caju hasta Timbau, vio sus
sa y los manglares fuente de alimentación terrenos poblados de manglares destruidos
de varias especies animales; había aves por diferentes soterramientos.
acuáticas, cangrejos y muchos peces y Sin embargo, la ocupación efectiva se
camarones. Por aquel entonces, existía ya dio a partir de los años cuarenta con la lle-
un intenso flujo comercial en la región por gada de los inmigrantes al Morro do Tim-
ubicarse en las proximidades del Puerto bau. Los años cuarenta estuvieron marca-
de Inhaúma que se había creado en los dos por el deseo de desarrollo industrial 7
Las diciséis localidades o comunidades que
tiempos del Brasil colonial para la comer- en la ciudad de Río de Janeiro. Durante forman el Conjunto de Maré son las siguien-
cialización de diferentes productos. El este período, la región de Leopoldina ya se tes: el Morro do Timbau (1940), a Baixa do
puerto estaba situado donde hoy termina había constituido como núcleo industrial. Sapateiro (1947), Marcílio Dias (1948), Parque
Maré (1953), Parque Roquete Pinto (1955),
la Avenida Guilherme Maxwell, en el cruce De este modo y dado que las mejores
Parque Rubens Vaz (1961), Parque União
con la calle Praia de Inhaúma. El puerto zonas de los suburbios se habían converti- (1961), Nova Holanda (1962), Praia de
desempeñó un papel económico crucial do en objeto de especulación inmobiliaria, Ramos(1962), Conjunto Esperança (1982),
para los suburbios de la ciudad y, a princi- las clases más pobres de la población úni- Vila do João (1982), Vila do Pinheiro (1989),
Conjunto Pinheiro (1989), Conjunto Bento
pios del siglo XX, acabó desapareciendo. camente pudieron ocupar las tierras
Ribeiro Dantas (1992), Nova Maré (1996) y
Esta zona y sus alrededores, que, durante húmedas y anegadizas de la Bahía de Gua- Salsa e Merengue (2000).
los siglos XVII y XVIII, fue conocida bajo el nabara (figura 4). 8
Vasta región semiárida del nordeste de Brasil.

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Timbau era una región rodeada por La construcción de la Avenida de Brasil,


terrenos anegadizos y manglares, con una concluida en 1946, fue decisiva para la
densa vegetación y árboles centenarios ocupación en la zona, que prosiguió en la
que al poco tiempo, se convirtió en un década de los cincuenta, dando como
área de construcción de casas hechas de resultado la creación de otras comunida-
barro y madera. Una antigua vecina de la des como Rubens Vaz y Parque União. En
zona, que se identifica como Hermana los años sesenta, con el proyecto de urba-
Elsa, en una visita realizada al museo, nización y modernización de la Zona Sur
entre los días 20 y 23 de octubre de 2006, de la ciudad de Río de Janeiro, durante el
corrobora esa crónica histórica con una Gobierno de Carlos Lacerda (1961-1965),
anotación manuscrita en el libro de «suge- surgieron otros polos de atracción para la
rencias, impresiones, ideas y opiniones», población que había sido desplazada. Uno
colocada en la salida de la exposición: «Me de ellos fue Nova Holanda. En un princi-
gustó la visita al museo, vine de Ceará en pio, era un lugar formado por casas y
el 54, primera habitante del morro do Tim- cobertizos, llamado «Centro de Habi-
bau = hija de Angelo Gustavo y Rosalía tações Provisórias» o «Centro de Viviendas
(abuelos de Marli)». Provisionales», destinado a la recepción de
De forma paulatina, los inmigrantes la población que llegaba de las favelas del
procedentes de la región nordeste de Bra- Esqueleto, Praia do Pinto, Morro da Formi-
sil, comenzaron a establecerse al pie del ga y Morro do Querosene.
Morro do Timbau, en la denominada «Bai- Lo que en un principio debía ser un
xa do Sapateiro». Se trataba de una zona fenómeno de carácter transitorio, rápida-
de tierras cubiertas de agua con abundan- mente se transformó en una realidad per-
te vegetación tropical. Los recién llegados manente. Las personas debieron adaptar-
se vieron obligados a construir sobre el se a esta nueva realidad y empezar a
lodo y comenzaron a fabricar los incon- relacionarse con familias procedentes de
fundibles palafitos (humildes casas de lugares diferentes. Comenzaba a esbozar-
madera soportadas por estacas). Millones se así, la historia del Conjunto Maré.
de personas que ocuparon esos terrenos Desde ese momento hasta el inicio de los
emplearon esa técnica y construyeron años ochenta, la «ciudad de palafitos» se
una comunidad sobre las aguas. Con el convirtió en el símbolo de la miseria nacio-
tiempo, la imagen de la Baixa do Sapatei- nal. Fue entonces, cuando el Gobierno
ro pasó a ser la de una ciudad fluctuante, Federal inició su primera gran intervención
de tal forma que comenzó la proliferación en la zona: el Proyecto Río, que preveía la
de este tipo de casa en la región. Era una erradicación de estas regiones anegadizas
vida difícil para los habitantes que se con la consiguiente enajenación de los
enfrentaban a toda clase de adversidades: palafitos cuyos habitantes abandonarían
el vaivén de las casas con las tormentas, para alojarse en casas prefabricadas.
las mareas altas dos veces al día inundan- Aquí encuentran su origen las comunida-
do el suelo de las chabolas con aguas con- des de, Vila do João, Vila do Pinheiro, Con-
taminadas de la bahía, las ratas, la insalu- junto Pinheiro y Conjunto Esperança. Dirigi-
bridad, los recuerdos de los niños que se do por el entonces ministro del Interior
hundían bajo las maderas podridas que Mário Andreazza, el Proyecto Río llevó a
unían las casas, y únicamente asomaban cabo una serie de importantes actuaciones
cuando la marea bajaba. Sin embargo, se en la región, entre ellas la expulsión de los
respiraba un ambiente festivo y alegre. habitantes de los palafitos y el soterramien-
Los inmigrantes aportaron a la ciudad to de la Baixa do Sapateiro. En 1988, se creó
sonidos, ritmos y creencias, las Fiestas la 30ª Región Administrativa que abarcaba la
Juninas, festejos del Día de Reyes «Folias zona de Maré. Se trata de la primera ciudad
de reis», cumpleaños, bodas, bautizos, que se instaló en una favela y el inicio del
fiestas religiosas, novenas, rezos y tradi- reconocimiento de la región como barrio
ciones culinarias. En el libro antes men- popular. En los años ochenta y noventa, se
cionado, Darlene Aparecida Guerra escri- construyeron las viviendas Maré y Bento
be (…) «solamente quien pasó por Maré y Ribeiro Dantas, para acoger a los habitantes
vivió en los palafitos sabe lo que represen- de las zonas de riesgo de la ciudad. La
ta el museo para nosotros». pequeña comunidad inaugurada en el año

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2000 por el ayuntamiento y bautizada por


los habitantes «Salsa y Merengue» era ya una
extensión de la Vila do Pinheiro.
En los últimos cincuenta años, la pobla-
ción de Maré no cesó de crecer y la ocupa-
ción siguió produciéndose de manera
anárquica. Desde la construcción de las
Líneas Roja y Amarilla, Maré pasó a ser
caracterizada como el nexo de la ciudad
de Río de Janeiro con otras regiones del
país. A finales del siglo XX, la favela Maré
presentaba el peor índice de desarrollo
humano de la ciudad.
En este contexto, algunos jóvenes de esta
zona que, a pesar de los bajos índices de
escolarización en la región, llegaron a la
universidad, organizaron una asociación
civil sin fines lucrativos, cuya finalidad últi-
ma era cambiar el rumbo de la historia de
Maré y crear una red de solidaridad. La igle-
sia del Morro do Timbau puso a disposición
de estos jóvenes una sala y así, fundaron el
Centro de Estudios y Acciones Solidarias de
Maré (CEASM). Una de sus primeras inicia-
tivas fue la realización de un curso preuni-
versitario con el fin de facilitar el acceso de
estos jóvenes de la favela a la universidad.
Al poco tiempo, fueron surgiendo otros
proyectos como el Cuerpo de Danza de
Maré, el periódico O Cidadão, el Grupo
Maré de Historias, la biblioteca, el laborato-
rio de informática, el taller de moda Marias
da Maré y la Red Memoria de Maré.
Esta labor basada en la cultura, la educación
y la memoria fue ganando consistencia con las
investigaciones en los archivos históricos de la
ciudad y el estudio de la documentación
sobre la historia de la región. El trabajo se fue
incrementando dando origen a una hemero-
teca y a un archivo de fotografías, de docu-
mentación impresa y de historia oral, que reci-
bió el nombre de uno de los primeros líderes
de Maré, Doña Orosina Vieira (figura 5). Para
algunos habitantes, Doña Orosina, encarna el
mito fundador de la favela. Sin embargo, esta
5. Cartel institucional del Archivo Orosina Vieira. Foto: Jorge Campana.
cuestión es objeto de polémica al igual que el
debate que suscita el origen de Maré. Con el tiempo, el CEASM adquirió dos
Uno de los visitantes del museo escribió sedes: una en Timbau y la otra en Nova
en el libro de «sugestiones, impresiones, Holanda. Más adelante, conquistó el espa-
ideas y opiniones»: «El museo es muy cio de la antigua Fábrica de Transportes
bonito, únicamente tengo que hacer una Marítimos. Se trata de una zona amplia y
puntualización. El primer habitante de de fácil acceso. Así, surgieron numerosas
Maré es el señor Otávio da Capivari, y la ideas para la ocupación de este espacio:
9
El comentario del visitante no está firmado ni
tiene una fecha. No obstante, debido al orden
primera comparsa de carnaval es la de los una casa de cultura, un cine, un teatro,
de los comentarios en el libro es posible
Tamanqueiros que después se transformó una escuela de danza, un museo, una comprender que la visita se realizó el día 26
en Cacique de Ramos»9. escuela de informática y otras. de mayo de 2007.

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El museo cuenta historias a Esta vocación hacia la realización de de modo diacrónico y sincrónico. Un
una obra, cuya referencia esencial se museo que dialoga con relojes, calenda-
partir de diferentes puntos de encuentra en la memoria histórica marcó rios, cronómetros y diferentes ritmos
definitivamente el destino de la antigua naturales y sociales.
fábrica. Desvelar los recuerdos de los El letrero situado a la entrada de la expo-
vista y, de alguna manera, el antiguos habitantes de la zona, incluso de sición permanente es de color naranja
los más jóvenes parecía la herramienta oscuro, alcanzando unos tonos ocre, que
visitante se siente identificado. adecuada para la construcción de mez- según Marcelo Pinto Vieira, residente en el
clas singulares, vínculos, nuevas relacio- Morro do Timbau y escenógrafo responsa-
Emociona, aconseja, acoge y nes más sanas y procesos de cohesión ble del proyecto museográfico, son «seme-
entre los habitantes de una región azota- jantes al color de la tierra del Sertão desde
da por la violencia y relegada al olvido donde llegaron los primeros inmigrantes».
permite al visitante interpretar por los poderes públicos. El equipo del La primera sala de la exposición es de
CEASM era conciente de que el Conjunto color azul, un azul intenso, vibrante. Es la
a su manera la narración, Maré tenía su propia historia, sus perso- expresión del color de las mareas, mareas
najes y sus tradiciones. Con la convicción que han condicionado durante años la
proyectando su memoria en de que el patrimonio y la memoria de vida de los habitantes de la región. Marea
esta comunidad contribuirían sustancial- baja, marea alta, señalando el tiempo de
mente al fortalecimiento de la dignidad llegar a casa y el tiempo de permanecer en
otros tiempos y espacios social de los vecinos de la favela, el equi- ella. Cuando había marea alta, se hacía
po del CEASM con la participación de la imposible caminar por los puentes que
comunidad local, la colaboración de pro- comunicaban los palafitos. Entonces, sólo
fesores universitarios y técnicos del quedaba esperar a que la marea bajase.
Departamento de Museos y Centros Cul- Una señal indica «Tiempo de Agua». Tiem-
turales del Iphan10, comenzó a concebir el po especial, caracterizado por la abundan-
Museo Maré. cia de pescado, cuando muchos pescaban
en las aguas de la Bahía de Guanabara.
Un museo en doce tiempos Tiempo de bonanza y de pobreza. Abun-
dancia de peces frente a un sistema de
«Como decía el poeta brasileño Mário saneamiento urbano insuficiente y unas
Quintana: “El tiempo es un punto de vis- precarias condiciones de vivienda y salud.
ta”. ¡Sigan así pues esta labor dará sus fru- En las paredes, hay expuestas fotografías
tos!». Estas son las palabras que, tras visitar antiguas, reflejo de un río de épocas pasa-
el Museo Maré, el 27 de mayo de 2006, das con toda su belleza natural. Otras foto-
escribe Vanesa en el libro «de sugerencias, grafías revelan las transformaciones que
impresiones, ideas y opiniones». Con una ha sufrido la región. Un inmenso manglar
notable sensibilidad, la visitante (que todo donde se eleva una espantosa ciudad de
indica estar vinculada al proyecto Punto de palafitos que a su vez, se transforma en un
Cultura denominado «O Som das Comuni- mapa de carreteras. En el humilde Morro
dades»), descubre y ofrece las claves para do Timbau encontramos una casita por
la interpretación y comprensión del aquí, otra casita por allá que aún conser-
museo. El museo cuenta historias a partir van una apariencia rural con sus corrales,
de diferentes puntos de vista y, de alguna gallineros y pequeños huertos. Otra foto-
manera, el visitante se siente identificado. grafía nos muestra el paisaje de Timbau
Emociona, aconseja, acoge y permite al completamente transformado y abarrota-
visitante interpretar a su manera la narra- do de edificaciones de albañilería que se
ción, proyectando su memoria en otros sobreponen unas a otras, ofreciendo así,
tiempos y espacios. una visión de la urbe en toda su plenitud.
Un museo concebido como doce tiem- Detalles de personajes que conforman
pos: Tiempo de Agua, Tiempo de Casa, una época pasada. Niños que juegan en los
Tiempo de Migración, Tiempo de Resis- puentes construidos con tablas de madera y
tencia, Tiempo de Trabajo, Tiempo de que sirven para acceder a los palafitos.
Fiesta, Tiempo de Feria, Tiempo de Fe, Mujeres que cargan garrafas de agua sobre
Tiempo de lo Cotidiano, Tiempo de Infan- la cabeza. Largas colas en los pequeños
10
Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico cia, Tiempo de Miedo y Tiempo de Futuro. canales Cerdas amamantando a sus crías
Nacional de Brasil. Un museo que concibe el tiempo a la vez, junto a niños jugando al fútbol. Una mujer

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Maré que llegó a ser símbolo de la miseria


nacional de los años ochenta, forzando la
huída de sus habitantes hacia otras favelas
del propio Conjunto de Maré tales como
Nova Maré y Bento Ribeiro Dantas. Al mirar
hacia abajo, lo entendemos todo: aquel es el
«Tiempo de casa» y allí está ella, la casa, con
sus inmensas piernas ancladas en el «Tiempo
de Agua». Resulta impactante, ver de nuevo
una casa que ya teníamos olvidada.
Entonces nos asaltan las dudas: ¿Qué
sentido tiene recordar los palafitos? ¿No
sería mejor dejar este recuerdo en el olvi-
do? ¿Por qué quiso el equipo del museo
resucitar este elemento?
El palafito que se expone en el museo nos
hace comprender la dimensión humana,
ancestral y arquetípica de este formato de
casa. Existe en el palafito una dimensión
universal. No es exclusiva de la memoria ni
de la historia de la favela de Maré, sino que
forma parte de la Humanidad, de nuestra
propia historia y por ese motivo, nos fascina
y nos hace pensar de esa manera.
Sobrecogidos por los sentimientos, los
pensamientos, las sensaciones e intuicio-
nes que suscita la visión de la casa de pala-
fitos, nos sorprende un grupo de cuenta-
cuentos que, desde lo alto del balcón de la
humilde construcción de madera, narra
una historia. Se trata de la historia de una
boda que se celebró en una casa de palafi-
tos. Es una historia divertida y sus protago-
nistas, los habitantes de Maré, se ríen al
relatar lo que podría haber desatado una
tragedia. Se trata de la celebración del enla-
ce matrimonial de un joven llamado Juve-
nal en un palafito. Los invitados se divertían
como nunca. Cantaban y bailaban sin parar
cuando el suelo, que ya no soportaba el
peso de los invitados, se desplomó sobre el
6. «Tiempo de Casa». Exposición de larga duración del Museo Maré. Foto: Jorge Campana.
lodo. El grupo parecía divertirse con lo ocu-
rrido y nosotros también. Lo que podría
que pasea de la mano con sus hijos geme- adornado con banderas y flores artificiales. haber acabado en tragedia, constituye una
los. La alegría que se manifiesta en el grite- En la proa se aprecia una imagen de San de las diversas anécdotas recogidas por el
río de los niños junto a mujeres paseando Pedro y en el lateral, un farolillo y una red equipo del museo que conforman el libro
con sus melenas alisadas. Estos son detalles de pesca. La red fue confeccionada por el Cantos y Leyendas de Maré. Al final de la
simbólicos de escenas del cotidiano. Esce- señor Jaqueta, antiguo pescador de Maré, historia, no hubo heridos. De alguna mane-
nas que conmueven y hacen al visitante fallecido en 2004. El barco fue fabricado ra, los invitados y los novios, incluso cubier-
exclamar: «La vida está llena de sentido, por su hijo Sergio. La linterna y la imagen tos de barro, consiguieron hacer del acci-
rebosa de imágenes, colores y sabores. ¡Feli- se utilizaban en las procesiones marítimas. dente, un episodio de risas y alegría.
cidades! ¡Este museo es especial! ¡Es precio- Este expresivo conjunto fue donado por la Nosotros percibimos el encanto poético
so! ¡Hay que verlo y vivirlo!». familia del señor Jaqueta con motivo de la del grupo y nos embarcamos en la alegría
En el centro del módulo «Tiempo de inauguración del museo. que consigue transformar el dolor y abre el
Agua», encontramos un barco de dos ¡Si miramos a lo alto, allí está ella, una casa, corazón revelando nuevas formas de afron-
metros y setenta centímetros de largo, un palafito! Máxima (figura 6) expresión de tar los accidentes e incidentes de la vida.

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¡El museo es la respuesta Los cuentacuentos destacan la felicidad de «Una pequeña chabola de madera que se
los novios y la abundancia de comida y sujeta sobre estacas. Icono de un paisaje
de una resistencia y una bebida en ese espíritu de fiesta. inexistente en el presente, imagen simbóli-
Al término de la historia, el grupo nos ca del pasado. Nos sorprende el equilibrio,
invita a visitar la casa. Es una casa sencilla. la estabilidad y la ubicación que ocupa en el
lucha de personas que Pero, ¿quién dijo que las casas sencillas no espacio. Ancla del recuerdo. Es de color
tienen una historia? ¿quién dijo que es azul pero no el azul monótono y frío propio
viven con mucha dignidad! necesario borrar la memoria de aquellos de las paredes lisas. Es un azul de muchos
que ocuparon durante tantos años aque- tonos, robado del color de las aguas, del
llas casas de apariencia tan frágil pero tan cielo y de la vida, cambiante según la clari-
resistentes al mismo tiempo? Resistentes dad de los días, los presagios de tormentas,
frente a las mareas, resistentes ante la las corrientes marítimas y los dramas de la
ausencia de políticas gubernamentales existencia. El espacio es escaso. Un peque-
que velaran por ese gran contingente de ño balcón es lo que ha quedado como par-
personas que llegaba a la ciudad buscando te del mundo exterior. La puerta se abre
mejores condiciones de vida y de trabajo. dos veces. Primero para avistar a quién se
Los palafitos recuerdan, de alguna mane- acerca, y después para invitarlo a entrar. En
ra, las casas de pequeñas localidades que su interior, la vida es rosa. Las paredes, con
han permanecido en la historia del país una clara estructura, selladas por tablas,
como fue el «Arraial de Canudos» donde se crean un escenario de muebles y objetos.
libró la conocida Revuelta de Canudos. En una única habitación se escribe la vida,
Casas que están construidas con lodo y tie- dividida en ambientes que sugieren alimen-
rra seca del Sertão pero que al mismo tiem- to y reposo. Aquí los objetos hablan. Están
po, son símbolo de la posibilidad creativa y hechos de metal, arcilla, madera, tejidos,
singular de sobrevivir en una región marca- papel, cuero y tienen vida propia. Esto nos
da por los grandes latifundios y la voluntad asusta, en la medida en que nos damos
impuesta por los coroneles. También encon- cuenta de la reflexión que allí se propone:
tramos la «Casa del Mestre Vitalino» ubicada mirarnos a nuestros propios ojos. Estos
en la Comunidad de Alto do Moura en el objetos no necesitan hablar porque son
estado de Pernambuco, hecha de barro don- portadores de vida. Una lamparilla, viejas
de nacieron extraordinarias obras de arte fotografías retocadas, y un calendario anti-
que quedaron repartidas y expuestas por el guo decoran las paredes. Cuadros, muchos
mundo o la pequeña Casa del conocido líder cuadros del Sagrado Corazón, San Jorge, El
sindical Chico Mendes, en la pequeña ciu- Niño Jesús de Praga, Nuestra Señora de la
dad de Xapuri, en el estado de Acre, como Concepción, todos sobre la vieja cama des-
símbolo de la lucha por la defensa de la Ama- cubierta, generalmente relegada a un
zonia, recuerdo que incomoda a quienes se segundo plano por la hamaca que cuelga
consideran dueños del poder en esa región. de un astil. A un lado, está el armario don-
Como en un cuento de una pequeña de encontramos vestidos de algodón, fal-
aldea perdida en la Rusia de Dostoievski o das, camisetas, pantalones y camisas usadas
en la película Dodeskaden de Kurosawa, el con sus rastros y olores. Sobre el armario,
palafito es un microcosmos que pese a maletas de cuero y cartón, deterioradas,
todo y todos, lucha por una existencia dig- estropeadas por innumerables viajes. Baú-
na. Sus personajes son guerreros que se les de recuerdos, que revelan que quienes
enfrentan a una vida realidad que les opri- allí viven, están siempre de paso. Hay una
me y sobrepasa las precarias condiciones mesilla de noche. En una chabola (...) una
de vida. Se asemejan a las bellas y perfu- vieja radio silenciada que fue del Señor Car-
madas flores de loto, con sus raíces ancla- los, una Biblia mugrienta y una pequeña
das en el barro. Al adentrarse en la casa, imagen de Nuestra Señora Aparecida, todo
nos dejamos llevar por el ritmo de un tex- ello, alcanzando las conexiones necesarias
to narrado por Antonio Carlos Pinto Vieira, en este ambiente dedicado a los sueños y la
uno de los responsables del museo. Se tra- fe. En la otra parte de la casa, nos sobreco-
ta de un relato con una profunda riqueza gemos. Encontramos una vieja cocinilla de
en imágenes poéticas que conducen nues- gas, de la marca Cosmopolita, una encime-
tra mirada y nuestras emociones. Merece ra ordenada, con sartenes relucientes, una
la pena reproducirlo a continuación: tetera y platos de ágata, tenedores, cucha-

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7. «Tiempo de Trabajo». Exposición de larga duración del Museo Maré. Foto: Archivo Orosina Vieira, CEASM.

ras y cuchillos que deteriorados por el uso, Esta referencia a la memoria no podría ser en el libro mencionado anteriormente:
despiertan una intensa sed en el alma (...). más acertada. En ella, no sólo se ponen de «¡Me encantó. El museo es la casita y mi
A un lado, una mesa revela que, en ocasio- manifiesto los recuerdos de los habitantes de nombre es Gabriela!» Al día siguiente, una
nes, se sustituye el gas por el queroseno los palafitos, sino que se alza ante nuestra adolescente de dieciséis años, también dejó
con el mítico hornillo Jacaré de los años mirada el universo de un Brasil rural y aún al sus impresiones: «Me gustó mucho la casi-
cuarenta. Ante la ausencia de una nevera, el margen del proceso de globalización. El pala- ta. Besos Aline. Besos en tu boca».
agua fría proviene de una destiladera. Y allí, fito expuesto en el Museo Maré es asimismo Al salir de la casa, bajando una escalera de
nos invade el pensamiento sobre el alimen- una casa asentada en nuestra memoria más madera nos encontramos otro letrero:
to ganado con el trabajo del día a día, de los remota, la de un Brasil más rural que urbano, «Tiempo de Trabajo» (figura 7). Algunas fotos
días en que no hay nada para comer. Enton- cuando muchos no éramos más que niños, revelan el trabajo cotidiano, muestran a las
ces, nos devora la percepción del hambre. cuando no existían televisores ni ordenado- personas con gestos de trabajo. Barriendo las
En ese pequeño lugar, todavía queda espa- res. Nos invade una intensa emoción cuando calles, haciendo la colada, realizando trabajos
cio suficiente para una mesa rodeada por vemos la casa porque «es de todos y no es de colectivos. El «Tiempo de Trabajo» se mezcla
tres sillas, diferentes entre sí, que forman nadie». Pertenece al Conjunto Maré pero con el «Tiempo de Resistencia» y es que
una curiosa combinación. Es el lugar de también a Brasil. Es el reflejo de una forma de muchos de los materiales de trabajo (ladri-
reuniones, de celebraciones donde se mez- vida local pero que al mismo tiempo no deja llos, arena, madera y cemento) han servido a
clan las singularidades de la casa. Sobre la de ser universal. Aquí es donde sentimos con su vez para la construcción de la resistencia.
mesa se exponen las angustias, se charla y mayor intensidad la fuerza del Museo Maré. En un pequeño expositor, se pueden leer
se permanece en silencio. Podemos ver a la Es un museo que habla de las favelas del noticias publicadas en periódicos artesana-
familia, a los amigos, a los vecinos y por la Conjunto Maré y al relatar la historia de estas les, documentos que tratan sobre la unión
tarde, se ve como toman café, un café pasa- comunidades, sugiere un trasfondo de ele- de algunos de sus habitantes en la lucha por
do por el colador de paño, acompañado de mentos que nos hacen recordar y nos llevan lograr mejores condiciones de vida en la
un pedazo de pan. Vemos también, a la hacia las reflexiones más profundas, que nos región. Hablan sobre las primeras asociacio-
abuela que cocina el capitão, mezcla de fri- afectan a todos en nuestras dudas más ínti- nes de vecinos, los reiterados intentos por
joles cocidos con carne seca y harina cruda mas, en nuestras necesidades más inmedia- resistir a la expulsión, la reacción de los líde-
de mandioca y a los padres felices en el día tas y fundamentales. La tetera de ágata, el res de la comunidad ante las visitas de las
del bautizo sirviendo el típico macarrão café colado con un paño, la cocina, la mesa autoridades. Tímidos y valientes intentos de
com galinha. El tejado es sólido, a dos para comer, la cama y la hamaca, rasgos cul- organización y difusión de la opinión de ciu-
aguas y con tejas de barro, tipo francés, con turales que conviven al mismo tiempo, singu- dadanos que se atrevían a hacer política en
un acabado irregular. No protege mucho lares a la par que universales. tiempos difíciles. Referencias a Doña Orosi-
del sol, ni de la lluvia. Se distinguen grietas Desde el palafito, vemos la ropa colgada na, mujer luchadora que defendía su territo-
y goteras. La fuerza del viento puede arras- en el tendedero y así, emocionados, mira- rio con un temible cuchillo y una garrucha
trar las tejas desatando los miedos. Esta mos hacia los otros «Tiempos». Muchos en mano. Líder que ha permanecido en el
casa es de todos y no es de nadie. Una cha- niños y jóvenes que visitan el museo se imaginario popular. Los visitantes parecen
bola de madera, razón de ser y símbolo de refieren de forma cariñosa al palafito como entender la dimensión concreta y el signifi-
la historia de miles de vidas. ¡Es más que un la «Casita». Una niña de nueve años que visi- cado simbólico de esos «Tiempos» que a su
lugar, es un lugar que está en la memoria! tó el museo el 30 de mayo de 2006 recoge vez se complementan: «¡El museo es la res-

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construcción, que necesitan un retoque


aquí, otro allá, como si la ciudad de Maré
nunca estuviese terminada y conviviera con
la fugacidad de los días, las noches, los veci-
nos y los paisajes. Claudia Rose Ribeiro da
Silva, directora del museo reconoce que «el
museo tampoco está totalmente termina-
do». Está en construcción al igual que las
comunidades de Maré, como sucede en las
favelas y en la vida misma. Y nosotros, reco-
rremos el museo con la sensación de que
pisamos sobre una obra. Todavía queda
mucho por hacer en este museo que está
en continuo desarrollo como sucede con el
«Tiempo de Migración» y el «Tiempo de
Ferias» que aún no se han desarrollado.
Si seguimos adentrándonos en el museo,
nos encontramos con el «Tiempo de Fe» o
de la religiosidad. No existe una religión pri-
8. «Tiempo de Infancia». Exposición de larga duración del Museo Maré. Foto: Archivo Orosina Vieira, CEASM.
vilegiada, sino una clara tendencia al hibri-
dismo, al mestizaje cultural. En un mismo
expositor vemos objetos relacionados con
puesta de una resistencia y una lucha de los cultos afro-brasileños, el espiritismo, el
personas que viven con mucha dignidad! catolicismo popular y los evangelistas pro-
Felicidades a todos los que han muerto y a testantes. La escultura de Nuestra Señora de
los que viven por esa lucha cotidiana». Estas los Navegantes que estuvo expuesta duran-
son las palabras de Bianca, vecina del barrio te un tiempo ya volvió a su iglesia. La ima-
de Engenho Novo, que visitó el museo el 5 gen de San Jorge, cedida por la parroquia,
de julio de 2006. está en exposición y podrá abandonar el
Más adelante, llegamos a otro «Tiempo», museo en cualquier momento para ser
el «Tiempo de Fiesta». Festejos, compar- devuelta a su lugar culto. La fe y la religiosi-
sas, carnaval. «Mataron a mi gato» es el dad están en movimiento.
nombre de una comparsa. Encontramos el Prosiguiendo nuestro camino, nos encon-
estandarte, el bombo, la cuica11 y el pan- tramos ahora frente a los juegos y juguetes
dero que son símbolos de las fiestas popu- que están esparcidos por el suelo, en cajas
lares brasileñas cuya máxima expresión es de arena cubiertas por resistentes placas de
el Carnaval. No sólo aparece esta festivi- vidrio (figura 8). Se puede caminar sobre
dad sino que se hace referencia a las estas placas experimentando una sensación
«Folias de Reis» que están ampliamente lúdica. Se pueden ver canicas, patinetes,
extendidas por la región. A pesar de todo, carritos de juguete, peonzas, cometas, tira
el «Tiempo de Fiesta» apenas está indica- chinas, hula-hoops, caballitos de madera,
do. De cierta forma, es un hecho que esti- indiakas y teléfonos inalámbricos. Juegos de
mula al visitante porque le permite jugar otra época, juegos de niños fabricados y
con la imaginación e intuir lo que algún reciclados por ellos mismos con esa ilusión
día se expondrá en esta área del museo. propia de la infancia. Las primeras palabras
Al fondo, encontramos el «Tiempo de lo que aparecen en el libro de «sugerencias,
Cotidiano», una sala rodeada de ladrillos, de impresiones, ideas y opiniones», a raíz de
cemento batido, tejas, fotografías del inte- una visita realizada el 22 de mayo de 2006,
rior de las casas, en las que vemos a mujeres hacen referencia a este «Tiempo» en concre-
cocinando con sus hijos en el regazo y niños to: «Buenos días. Me llamo Rosi y viví duran-
sentados en la cama. Esto nos crea la ilusión te más de 20 años en Maré. Me gustaría pro-
de poder observar la más profunda intimi- poner que colocaran zancos, juego que
dad del interior de las nuevas casas, aquellas formó parte de mi infancia y la de mucha
casas que sustituyeron a los antiguos palafi- gente. Un beso grande a todos aquellos que
tos, casas hechas con ladrillo, cemento y han tenido la brillante idea de hacerme vol-
11
Tambor brasileño. piedra. Son casas sólidas y en permanente ver en el tiempo. ¡Felicidades! Rosilane».

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9. «Tiempo de Futuro». Maqueta elaborada por estudiantes de Maré, exposición de larga duración.
Foto: Archivo Orosina Vieira, CEASM.

En el recorrido por el museo, encontra- reflexión, seguimos hacia el módulo final: el Bibliografía
mos tablas de madera que nos hacen pisar «Tiempo de Futuro» (figura 9): ¿Cómo será
con fuerza e incluso tropezar. Todo es muy ese tiempo? ¿Qué nuevos inventos surgirán?
inestable, reflejo del balanceo de los puen- ¿Qué novedades nos esperan? ¿Qué quere- CHAGAS, M. S. (Org.)(1998): «Museus em
tes que unían los palafitos y la inestable rea- mos construir como tiempo nuevo? Una Transformação. Rio de Janeiro: Museu da Repú-
lidad de los habitantes de la comunidad de enorme maqueta elaborada por niños y blica,» Cadernos de Memória Cultural, 4.
Maré. De forma intencionada, nos indican el niñas de los colegios de las comunidades
camino hacia un espacio oscuro, cerrado vecinas presenta un proyecto para el Conjun- CHAGAS, V. H. C. de S. (2007): «Museu é como
con las paredes pintadas de negro. Los cas- to Maré, proyecto que incluye plazas, árbo- um lápis. Tácticas de apropiación de la memoria
quillos de balas de distintos calibres recogi- les, lugares apacibles, casas espaciadas unas como una herramienta de comunicación y parti-
dos de las calles de la favela y que han sido de otras, amplias calles y carreteras, campos cipación ciudadana en el Museo Maré@, 31º
colocados en las estanterías. Intuimos que de fútbol, villas olímpicas, pequeñas iglesias, Encuentro anual de ANPOCS, Caxambu.
en sus calles no existe calma ni sosiego. El sueños infantiles de una ciudad posible que
módulo del «Tiempo de Miedo» es una para- aún anhela existir. ¿Y por qué no? OLIVEIRA, A. S. N. De (2003): Cerzindo a Rede
da estratégica. Nos provoca, nos incita, nos Tampoco se trata de una maqueta definiti- da Memória: estudo sobre a construção de
incomoda. En el centro de la sala, son cen- va, aún se encuentra en proceso de cons- identidades no bairro Maré, Tesis de Doctorado,
tenares los casquillos amontonados y recu- trucción. Será rehecha y retocada una y otra PPMS.
biertos por una cúpula de vidrio con la evi- vez. El 25 de mayo de 2005, Vanesa de trece
dente intención de erigir un monumento. años y Lorrayne de once visitaron juntas el SILVA, C. R. R. da. (2006): Maré: a invenção de
¿Monumento al miedo?, ¿a los hombres y museo y escribieron sus propias sugeren- um bairro, Tesis de Doctorado, PPHPBC, FGV.
mujeres asesinados en la guerra cotidiana cias: «En la maqueta faltan la “Vila do Pinhei-
librada en la ciudad de Río de Janeiro? o qui- ro” y el “Brizolao da Baixa” y la “Vila do Pin- VIEIRA, A. C. P. (2006): Da memória ao museu:
zá, ¿un monumento en homenaje a la lucha heiro Gustavo Capanema”». Reivindicaron la a experiência da favela da maré, XII Encuentro
por la transformación de la realidad y la inclusión de sus comunidades y colegios en Regional de Historia ANPUH-RJ.
reprobación del estado ausente, que única- el «Tiempo de Futuro» porque ninguna quie-
mente se hace notar en episodios de violen- re permanecer al margen de este sueño.
cia?, ¿qué ha ocurrido con la ciudad de San El Museo Maré se concibe a partir de
Sebastián de Río de Janeiro que tan bien recuerdos, identidades, sentimientos de per-
ejemplifica el conjunto de comunidades de tenencia y representaciones simbólicas que
Maré?, ¿de dónde proviene tanto tiroteo, dotan de sentido al mapa cultural de la ciu-
tanta violencia y deseo de aterrorizar?, ¿qué dad y dejan patente a otras comunidades
impidió que creciera la hidra de muchas populares que es posible ejercer el derecho a
cabezas, este huevo de serpiente, esta semi- la memoria histórica, al patrimonio y al
lla de la barbarie que se ha banalizado? museo. El ejercicio de estos derechos aquí y
En el marco de una estrategia museológica ahora, es la piedra angular para la construc-
emocionante y conmovedora que induce a la ción de futuros con dignidad social.

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