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Era bien sabido entre los dioses, que Prometeo tenía el don de
la clarividencia, y Zeus, que vivía temeroso de ser derrocado
por los seres humanos, como tiempo atrás hicieron los dioses
con los titanes, decidió destruir a los hombres con un gran
diluvio, Prometeo entonces advirtió a su hijo Deucalión, que
hiciera un arca para sobrevivir a la inundación, así tomó
Deucalión a su esposa de nombre Pirra y subieron al arca, Zeus
desató terribles lluvias que azotaron la Helade por nueve días,
hasta que no quedó hombre alguno sobre la tierra, cuando todo
terminó, Deucalión y Pirra sacrificaron un animal como tributo
a Zeus, y esté complacido con ellos les concedió un deseo,
Hermes fue enviado para comunicarlo, y ellos pidieron que la
tierra volviera a ser poblada por los hombres, a lo que Hermes
les dijo que arrojasen los huesos de su madre por encima del
hombro, ambos interpretaron ésto pensando en Gea, la madre
tierra, así que los huesos serían las piedras que arrojaron y
por cada piedra un ser humano aparecía, de ésta manera Prometeo
salvo a la humanidad de su destrucción total.
Mucho tiempo después, Prometeo tuvo una revelación, si Zeus
embarazaba a cierta mujer, éste hijo sería más poderoso que su
padre y Zeus sería destronado por éste, a menos que uno de sus
descendientes liberase a Prometeo de sus cadenas, Zeus,
enterado de ésto, envió a Hermes a que convenciese a Prometeo
de revelar la profecía con claridad, Prometeo se negó, a lo
que Hermes le advirtió el precio de su silencio, un águila
vendrá todos los días a devorar tú hígado, a pesar de ser
advertido, Prometeo prefiere mantuvo su postura, al día
siguiente, tal y como dijo Hermes, el águila se hizo presente
y devoró las entrañas del titán, quien a causa de ser inmortal,
no pudo morir, por ende tendrá que vivir este terrible destino
por toda la eternidad.
Siglos después, los gritos de Prometeo seguían llenando el aire
del Cáucaso, hasta que un día , Heracles, pasó cerca del lugar,
Heracles se encontraba completando las arduas tareas que le
habían sido impuestas, el héroe tuvo compasión de Prometeo,
así que tomo el arco y la flecha y asesino al águila, luego,
subió hasta donde Prometeo y rompió sus cadenas, como
recompensa, el titán le reveló como conseguir las manzanas de
las Hespérides, Heracles se llevó a Prometeo consigo y Zeus,
al ver que su hijo se había llenado de gloría al compadecerse
del titán, vio con buenos ojos su regreso, con una condición,
Hefesto fundió las cadenas de Prometeo, tomó una roca de la
montaña donde estuvo encadenado y las fundió para hacerle un
anillo, así, aunque no estuviera en el fin del mundo, Prometeo
estaría encadenado a la montaña por siempre. Prometeo reveló a
Zeus el nombre de la mujer que daría a luz a su destructor, su
nombre era Tetis, Zeus evito envolverse con esta mujer, y tal
y como predijo Prometeo, el hijo de Tetis fue más grande que
su padre, ese hijo fue Aquiles, quien supero en gloria, en
destreza y en poder a Peleo, su padre. Así fue como lo antes
dicho por Prometeo sucedió, el titán reveló a Zeus su
perdición, debido a que Heracles, descendiente de Zeus, lo
liberó, así es como llegamos al final de éste gran mito, el
del amigo de todos los hombres, el gran Prometeo.
Origen: el origen de este mito es incierto, ya que pertenece a
la tradición oral, sin embargo podemos recuperar parte de su
historia a través de la las transcripciones hechas en la Grecia
clásica, de las cuales la más antigua data del siglo IIV a. C.
escrita por Hesíodo.
Cualidades y atributos: Prometeo es el filántropo por
excelencia, vive preocupado por la Humanidad, Es bastante
astuto y tiene el don de la clarividencia.
Debilidades: Prometeo tiene algunas debilidades, es arrogante,
al creer que puede engañar a Zeus y salirse con la suya, su
gran apreció por la humanidad acaba por condenarlo.
Elementos iconográficos: Lo podemos encontrar en numerosas
pinturas, vasijas y esculturas por toda Europa, se le reconoce
como un hombre, que se encuentra encadenado en una montaña,
mientras un ave devora sus entrañas, también se le reconoce
como un hombre que desciende los cielos con una antorcha en
llamas.
Literatura sobre el personaje: