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LINEA JURISPRUDENCIAL

DERECHO FUNDAMENTAL AL AGUA REFERIDO Y A LA EFECTIVA


PRESTACIÓN DEL MINIMO VITAL EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN EL
ESTADO SOCIAL DE DERECHO COLOMBIANO

PROBLEMA JURÍDICO

Para dar inicio al siguiente desarrollo de la línea jurisprudencial basamos nuestro


problema jurídico en las disputas que se han presentado entre las empresas
prestadoras de servicios públicos y los tomadores de dichos servicios, en el
entendido de cómo se presta efectivamente el servicio y de que inconvenientes son
presentados día a día y por medio de los cuales se restringe el acceso a éste
derecho fundamental (Que solamente ha sido reconocido como fundamental
mediante jurisprudencia) el cual es al agua, además cuales han sido las trabas que
han presentado éstas empresas para negarse a prestar el servicio.

Así mismo nos referimos a como éste derecho es afectado, ya que se encuentra
integrado dentro del mínimo vital del cual debe gozar una persona que se encuentra
en un Estado Social de Derecho, que para el caso es Colombia, la presente línea
jurisprudencial busca entonces demostrar y determinar que decisiones ha tomado
la Corte Constitucional respecto a éstas problemáticas, bajo qué criterios han
tomado las decisiones y mostrar mediante un cuadro conceptual los tipos de
sentencia que forman ésta línea jurisprudencial.

BALANCE CONSTITUCIONAL

El balance constitucional es el precedente jurisprudencial establecido, en virtud del


cual se espera que los jueces resuelvan casos futuros con base en uno ya resuelto,
para nuestro caso se presenta uno de los primeros precedentes constitucionales
que se debatió respecto a la efectiva prestación de los servicios públicos, hay que
aclarar que como tal éste derecho fundamental al agua fue integrado mucho más
adelante en reiteradas sentencias de la Corte Constitucional podríamos hablar que
alrededor de 7 años atrás apenas se empezó a debatir la importancia de éste
derecho, ya que para los años en los que apareció por primera vez ésta Corte este
derecho fundamental al agua solamente se veía integrado en las decisiones de la
Corte pero solamente en conexidad y no se le daba la importancia requerida, que
para el día de hoy tiene, dejando esto claro como precedente tenemos la primera
sentencia de la jurisprudencia constitucional que estudió la protección del derecho
al agua fue la T-406 DE 1992, en la cual se analizó el caso en el que una empresa
de servicios públicos no había concluido la reparación de un alcantarillado, de modo
que, el tutelante y demás habitantes del barrio carecían por completo del servicio.
en esta ocasión, la corte decidió que la empresa accionada había incurrido en “una
clara violación a un derecho fundamental”, puesto que el alcantarillado inconcluso
había ocasionado el desbordamiento de las aguas negras sobre las calles del barrio,
afectando especialmente a personas de escasos recursos. Así pues, la corte
estableció desde entonces, expresamente, que “el derecho al servicio de
alcantarillado” puede “ser protegido por la acción de tutela” en aquellos casos en los
que “afecte de manera evidente derechos y principios constitucionales
fundamentales, como son los consagrados en los Artículos 1 (dignidad humana), 11
(Vida) y 13 (Derechos de los disminuidos)”.

Vemos entonces que uno de los precedentes más fuertes respecto a la construcción
del derecho fundamental al agua viene siendo ésta sentencia, pero como se aclaró
anteriormente no se ve casi rastros del derecho, sino más bien se le da una
importancia mucho más alta a la prestación efectiva de los servicios públicos, que
en ese caso fue el alcantarillado, por último hacer referencia de que la construcción
del derecho fundamental al agua se dio por la conexidad con éste anteriormente
nombrado que es el alcantarillado.

Por otro lado, otra sentencia que fue fundamental para la construcción de ésta línea
jurisprudencial fue la T-431 DE 1994, ésta por otro lado se preocupó por proteger a
quienes veían vulneradas sus garantías fundamentales por la ineficiencia de la
administración para proveer una adecuada gestión del derecho al saneamiento
básico. En esta oportunidad, la Sala Quinta de Revisión conoció un caso en el que,
por la falta de alcantarillado, una población del municipio de Guaduas habitaba en
las cercanías de un foco infeccioso producido por el estancamiento de aguas
servidas y desperdicios, que, al rebosarse, arrojaba su contenido a la vía pública y
generaba permanente contaminación ambiental en el sector, criaderos de moscos,
zancudos y agentes patógenos que causaban a los vecinos toda clase de
enfermedades e infecciones virales, especialmente entre la población infantil.

Al respecto, consideró que en el caso concreto le correspondía “(…) al Alcalde,


como jefe de la administración local y representante legal de aquél (…) la función
de asegurar que los servicios públicos municipales se presten de manera eficiente
e integral. Y determinó que “(…) el tiempo que ha transcurrido sin que el Alcalde se
haya afanado en modo alguno por la extensión del servicio de alcantarillado a la
zona que habita la accionante, pese a reiteradas solicitudes que le han sido
formuladas y al conocimiento que él mismo dice tener de la situación allí existente”.
En el estudio de este caso se logró determinar que la evidente vulneración no
obedeció a la negligencia de la accionante ni del cabildo municipal, sino que las
protuberantes fallas en el sistema tuvieron lugar por la ineficiente gestión del
Alcalde.

En consecuencia, revocó la sentencia revisada que negó los derechos deprecados


por la accionante y, en su lugar, concedió la tutela interpuesta, y dispuso que el
Alcalde debía aplicar las disposiciones legales vigentes, particularmente la del
artículo 57 de la Ley 142 de 1994 en el sentido de realizar las gestiones necesarias
para garantizar la construcción de una red eficiente de alcantarillado.

De nuevo frente a la tan reciente creación de la Corte Constitucional ésta no


profundiza sobre el derecho al agua sino frente a la efectiva prestación del servicio
público, éste de nuevo respecto al alcantarillado.

La misma problemática siguió a lo largo de los años donde en varias sentencias se


discutía la efectiva prestación de servicios públicos, pero no sobre éste clase de
“sub derecho” que para la época no tenía relevancia, no fue sino hasta el año 2010
con la sentencia T-717 DE 2010 con ésta sentencia se crea el verdadero precedente
del Derecho Fundamental al Agua potable en el cual la corte establece que “Toda
persona tiene derecho fundamental prima facie a disponer y acceder a cantidades
suficientes, y de calidad, de agua apta para el consumo humano”

El derecho a disponer y acceder a cantidades suficientes de agua potable supone


tanto obligaciones de respetar como de proteger y de garantizar. Una de las
obligaciones prima facie es la de respetar las instalaciones del servicio de acueducto
que una persona tenga en su domicilio, y la de no racionalizarlo, suspenderlo o
cortarlo por completo. De modo que, sea cual sea el motivo que las anime, las
acciones encaminadas a racionalizar, suspender o desconectar el servicio público
de acueducto a una vivienda suponen una interferencia en los derechos
fundamentales de quienes habitan en ella, pues se supone que es de él –
especialmente en las urbes- de donde se abastecen para alimentarse y asearse con
regularidad. Con todo, las prohibiciones constitucionales, derivadas de los derechos
fundamentales, no son siempre prohibiciones absolutas e incondicionadas de
interferir en ellos, sino normas que prohíben, por ejemplo, hacer algo, de un modo
injustificado o desproporcionado.

La acción de tutela se presenta por parte de Rada Yubey Calle Arenas interpuso
acción de tutela en nombre de sus nietos menores (Ana Sofía Martínez Caicedo y
Miguel Ángel Caicedo Álvarez), de su sobrino también menor (Juan Camilo Calle
Cano) y de su madre de sesenta y ocho (68) años que sufre múltiples quebrantos
de salud (Alicia Arenas de Calle), para que les fueran protegidos sus derechos
fundamentales al agua potable, a la vida, a la salud y a la integridad física. En su
tutela, la peticionaria considera que esas garantías fueron y son actualmente
vulneradas por las Empresas Públicas de Medellín por la suspensión efectiva del
servicio de acueducto, debida a la falta de pago de los servicios públicos en su caso
la accionante Considera que esa suspensión viola los derechos fundamentales de
los niños y del adulto mayor que viven en su casa, porque no tienen dinero para
pagar el monto al cual ascienden los costos totales del servicio de acueducto.

Respecto a la acción instaurada EPM sostuvo que la suspensión de los servicios


por falta de pago es una acción perfectamente ajustada a la Ley, pues los servicios
públicos domiciliarios, entre ellos el de acueducto, son onerosos y es constitucional
que lo sean, razón por la cual la falta de pago debe recibir como respuesta la
desconexión. En ese punto, la entidad cita prolijamente jurisprudencia de la Corte
Constitucional y del Consejo de Estado, además de diversas disposiciones de la
Constitución y de las leyes de la República que, en su concepto, sustentan sus
asertos. (ii) En segundo lugar, las Empresas Públicas aducen que la pobreza no
exime a las personas de sus deberes constitucionales y legales legítimamente
contraídos. De hecho, manifestó que, si la pobreza fuera una causal de justificación
del incumplimiento en el pago de las facturas, en todo caso las accionantes no
allegaron prueba de sus condiciones económicas, y que por ser características
personales deben ser acreditadas por quien las alega. (iii) En tercer lugar,
manifiestan que las peticionarias, pese a habérsele suspendido el servicio de
acueducto, se reconectaron –ambas- a él ilegalmente y que, de cualquier forma, la
Corte ha censurado la reconexión ilegal a los servicios públicos y ha negado el
amparo por ese motivo en específico.

La Corte en las consideraciones de la sentencia determinó que Los derechos


fundamentales son interdependientes e indivisibles. Eso significa que no es viable
materializar siquiera el catálogo de libertades de un proyecto constitucional,
mientras los destinatarios de la Constitución carezcan de las condiciones materiales
que hacen de la suya una existencia verdaderamente digna y humana; teniendo
insatisfechas sus necesidades básicas más elementales. Por eso la Conferencia
Internacional de Derechos Humanos proclamó en Teherán que:

“Como los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles, la


realización de los derechos civiles y políticos sin el goce de los derechos
económicos, sociales y culturales resulta imposible.”

De hecho, la jurisprudencia de la Corte Constitucional indica justamente que sin la


posibilidad de gozar efectivamente del derecho al agua se limita de un modo
indeseable el goce efectivo de otros derechos constitucionales.

Para que pueda decirse que una persona goza efectivamente del derecho al agua
es necesario que se le protejan, respeten y garanticen, al menos, los siguientes tres
derechos fundamentales específicos: (i) el derecho a disponer, y a (ii) acceder a
cantidades suficientes de agua, (iii) que además sea de calidad para usos
personales y domésticos.

En cuanto a la disponibilidad, el Comité de Derechos Económicos Sociales y


Culturales de las Naciones Unidas ha indicado que “el abastecimiento de agua de
cada persona debe ser continuo y suficiente para los usos personales y domésticos;
también es posible que algunos individuos y grupos necesiten recursos de agua
adicionales en razón de la salud, el clima y las condiciones de trabajo”.

En lo que se refiere a la accesibilidad el Comité ha referido que supone el derecho


de toda persona a que “el agua y las instalaciones y servicios de agua sean
accesibles para todos, sin discriminación alguna, dentro de la jurisdicción del
Estado”. En ese sentido, es necesario precisar que la accesibilidad es plena sólo si
es: física (el agua y las instalaciones deben estar al alcance físico de todos los
sectores de la población), económica (los costos deben estar al alcance de todos y
no ser un obstáculo), se garantiza en condiciones de no discriminación (debe ser
accesible a todos de hecho y de derecho, incluso a los sectores más vulnerables y
marginados de la población, sin discriminación alguna por cualquiera de los motivos
prohibidos), y si se predica también de la información pertinente al derecho (la
accesibilidad comprende el derecho a solicitar, recibir y difundir información sobre
las cuestiones del agua).

Finalmente, en lo que atañe a la calidad, ha advertido también el Comité que el agua


necesaria para cada uso personal o doméstico debe ser salubre, y por lo tanto, no
ha de contener microorganismos o sustancias químicas o radiactivas que puedan
constituir una amenaza para la salud de las personas”. En ese sentido, ha señalado
que el agua destinada a usos personales o domésticos debe tener un color, un olor
y un sabor aceptables.

Con todo, las facetas del derecho fundamental al agua, de disponer y acceder a
cantidades suficientes de agua de calidad acarrean para el Estado y los particulares,
según el caso, obligaciones de diversa índole y usualmente clasificadas como: de
respetar, de proteger y de garantizar. Así, por ejemplo, el Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales observa que las obligaciones de respetar implican
abstenerse de injerir directa o indirectamente en el ejercicio del derecho al agua.
Por otra parte, las obligaciones de proteger son órdenes encaminadas a impedir
que terceros menoscaben el disfrute del derecho al agua. Finalmente, las
obligaciones de garantizar (‘de cumplir’) muchas veces implican el deber especial
de asegurar el derecho al agua a quienes no pueden proveérselo autónomamente.
También indica en qué casos se entienden violadas las obligaciones derivadas del
derecho al agua.

También ha señalado la corte que de la garantía eficaz del derecho al agua depende
la vigencia real de otros derechos, tales como (ii) el derecho a la vida, por ejemplo,
y por eso en la sentencia T-413 DE 2003, al conceder una tutela instaurada por
personas pertenecientes a una comunidad que consumía aguas no aptas para el
consumo humano, suministradas por el acueducto público. En esa oportunidad la
Corporación señaló que “el agua potable constituye un derecho constitucional
fundamental cuando está destinada para el consumo humano, pues es
indispensable para la vida”, aun así, aunque se habla de fundamental vemos
claramente que solo es por conexidad.

Dejando las cosas en claro, presentamos como inicia la construcción de éste


derecho, así mismo de cómo es desarrollado, de qué manera se empezó a utilizar
y cuáles son los factores, que, en principio, utilizó la corte para determinar cómo y
de qué manera se debe prestar éste derecho fundamental.
ESCENARIOS CONSTITUCIONALES

Como escenarios constitucionales presentaremos dos, podríamos decir que el


desarrollo del Derecho Fundamental al Agua se desarrolla en 2 momentos, en
primer momento es el desarrollo del derecho en conexidad con otros derechos y en
segundo plano, el cual empezó con la sentencia T-717 DE 2010 con la constitución
del derecho fundamental único e independiente, para plasmar éstos dos escenarios
constitucionales se harán dos gráficas que aterricen las ideas planteadas.

EN PRIMER MOMENTO:

DERECHO
FUNDAMENTAL
AL AGUA (SOLO
POR CONEXIDAD)

NEGACIÓN DE DERECHO A PÉSIMA


LOS SERVICIOS LA EFECTIVA PRESTACIÓN
PÚBLICOS POR PRESTACIÓN DE LOS
CARENCIA DE DE SERVICIOS SERVICIOS
REQUISITOS PÚBLICOS PÚBLICOS

AFECTACIÓN A
LOS
DERECHOS
FUNDAMENTA
LES A LA VIDA,
SALUD, SALUD
PÚBLICA, ETC.
EN SEGUNDO MOMENTO:

FACTORES
DETERMINADOS
POR LA OMS

CONCEPTOS AFECTACIÓN
DEL COMITE AL MÍNIMO
DE LOS DESC VITAL
DERECHO
FUNDAMEN
TAL AL
AGUA

NEGACIÓN DE
LOS
AFECTACIÓN AL
SERVICIOS
DERECHO
PÚBLICOS
FUNDAMENTAL
POR
A LA VIDA
CARENCIA DE
REQUISITOS

Tanto en el primer gráfico como en el segundo siempre se presenta la problemática


entre las empresas prestadoras de servicios públicos, que según las sentencias
estudiadas y que se mostrarán más adelante niegan el servicio de agua debido a
falta de requisitos que tienen en su reglamento interno y razón por la cual niegan
inmediatamente el servicio, así mismo vemos como en el segundo gráfico la Corte
basa sus fundamentaciones en Conceptos ya no solo del Cómite de los DESC sino
también en organizaciones a nivel mundial que manejan de manera mucho más
fuerte el tema de la prestación del agua como derecho, vemos entonces la evolución
de la Corte a lo largo de los años y como ha fortalecido éstos conceptos en su
jurisprudencia.

SENTENCIAS REELEVANTES (HITO)

Como sentencias hito tenemos presentamos las siguientes, que a lo largo del
desarrollo de éste derecho se han visto reiteradamente utilizadas en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional.

DERECHO FUNDAMENTAL AL
AGUA

SENTENCIAS CONSOLIDADORAS SENTENCIAS FUNDADORAS DE SENTENCIAS DOMINANTES:


DE LINEA: LINEA: T-413 DE 2003
T-717 DE 2010 T-406 DE 1992
T-140 DE 2017
T-616 DE 2010 T-431 DE 1994
METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

1. PUNTO ARQUIMÉDICO: Se entiende entonces que el punto arquimédico es


la sentencia con la cual tratamos de dar solución a las relaciones
estructurales entre varias sentencias. Para encontrar la sentencia que nos
sirva de punto arquimédico ésta debe cumplir con dos requisitos:

- Ser lo más reciente posible


- Estar dentro del mismo patrón fáctico o ser cercana a lo que se
quiere investigar

SENTENCIA T-140 DE 2017

HECHOS

Nataly Yesenia Mejía Álvarez es madre cabeza de hogar y habita en una vivienda
ubicada en la carrera 98 No. 63-188, interior 201, del barrio Robledo el Cucaracho
de la ciudad de Medellín, con su núcleo familiar, el cual está conformado por sus
padres, Gerardo Mejía Zapata, de 65 años, Luz Mary Álvarez Rodríguez y sus dos
hijas menores de edad, Juliana Mejía Álvarez, de 11 años, y Melissa Londoño Mejía,
de 17 años de edad.

La vivienda donde residen no cuenta con el servicio de agua potable y alcantarillado.


En razón a lo anterior, el primero (1°) de junio de dos mil dieciséis (2016), su padre
elevó petición a EPM, mediante la cual solicitó la instalación del precitado servicio.
En respuesta a dicho requerimiento, el dos (2) de agosto del mismo año, la entidad
informó que para emitir una respuesta de fondo sobre el asunto, era necesario que
reuniera los siguientes documentos: (i) diligenciar el formato de solicitud de
instalación del servicio; (ii) copia de la cédula de ciudadanía; (iii) carta del propietario
del inmueble dirigida a esa empresa donde autorice al peticionario llevar a cabo
dicho procedimiento; y iv) copia de la licencia de construcción, cédula catastral o
ficha predial, en donde aparezca la dirección donde se va a prestar el servicio de
alcantarillado.

El diecisiete (17) de agosto de dos mil dieciséis (2016), la señora Nataly Yesenia
Mejía Álvarez presentó acción de tutela contra EPM., por considerar que, al no
acceder su grupo familiar al servicio de agua potable, se les están vulnerando sus
derechos fundamentales a la vida digna, a la salud y al agua potable.

Solicitó, en consecuencia, que se ordene a EPM que se “conecte a [su] inmueble el


servicio de agua potable como mínimo vital para una vida digna”.

RESPUESTA DE LA DEMANDANTE ANTE LA SOLICITUD

El veintitrés (23) de agosto de dos mil dieciséis (2016), la apoderada judicial de la


empresa accionada, en primer lugar, sostuvo que no se están violando los derechos
fundamentales invocados, en razón a que la accionante no ha presentado la
solicitud de instalación de los servicios ajustada a los requisitos exigidos por el
artículo 7º del Decreto 302 de 2000, por el cual se reglamenta la Ley 142 de 1994,
en materia de prestación de los servicios públicos domiciliarios de acueducto y
alcantarillado. En dicho artículo se establecen las condiciones de acceso a los
servicios públicos de acueducto y alcantarillado, las que no cumple la peticionaria,
entre ellas la condición 7.2, que exige “Contar con la Licencia de Construcción
cuando se trata de edificaciones por construir o la cédula catastral en el caso de
obras terminadas”.

CONSIDERACIONES Y DECISIONES DE LA CORTE

La Corte Constitucional ha señalado que “a pesar del paso del tiempo, el acceso al
agua potable es una necesidad permanente de los seres humanos, de manera que
la vulneración alegada tiene el carácter de actual, incluso luego de pasados varios
años de haberse cortado el servicio”. En el presente caso, aunque la accionante
manifestó no contar con el servicio desde hace más de un año y que ha suplido el
suministro del líquido con la caridad de sus vecinos, se trata de una necesidad de
carácter permanente que se ha prolongado en el tiempo ocasionándole un perjuicio
actual e inminente debido a que aún no tiene acceso al servicio de acueducto y
alcantarillado en su vivienda.

Aunado a lo anterior, en Colombia fue expedida la Ley 142 de 1994, la cual se ha


encargado de catalogar y proteger los derechos y deberes de los usuarios de los
servicios públicos domiciliarios que deben proveerse de manera eficiente, continua
e ininterrumpida. De conformidad con el artículo 5° de la citada Ley, cada municipio
del país tiene el deber de asegurar a todos sus habitantes la prestación eficiente y
continua de los servicios públicos domiciliarios, tales como acueducto,
alcantarillado, aseo, energía eléctrica, gas combustible y telefonía pública básica
conmutada a través de las empresas de servicios públicos de carácter oficial,
privado o mixto, o directamente por la administración central del respectivo
municipio.

Ahora bien, en cuanto al acceso al mínimo de agua, el artículo 67 de la Resolución


No. 1096 de 17 de noviembre de 2000 expedida por el Ministerio de Desarrollo
Económico indica que la cantidad mínima de agua que debe estar en capacidad de
proveer un acueducto es de 100 a 150 litros por persona al día, dependiendo del
nivel de complejidad del sistema.

Por su parte, la Corte Constitucional ha considerado que el derecho al agua debe


ser objeto de protección mediante la acción de tutela en muchas de sus
dimensiones, en especial cuando está destinada al consumo humano. Esta
protección ha sido ampliamente otorgada por esta Corporación desde sus inicios de
acuerdo con las garantías mínimas de disponibilidad, accesibilidad, calidad y no
discriminación en la distribución

En esta oportunidad, se realizó un juicio de proporcionalidad para determinar si la


condición de aportar la cédula catastral de un inmueble para acceder a la prestación
del servicio público de agua potable perseguía la consecución de un fin
constitucionalmente legítimo. Así, se concluyó que la aplicación objetiva de esta
medida, en ciertos casos, puede afectar desproporcionadamente derechos
fundamentales pues implica la vulneración de derechos como la salud, el medio
ambiente sano, y en el caso de las niñas y niños, su desarrollo armónico e integral.
En consecuencia, se tutelaron los derechos al acceso al agua potable, a la vida
digna y al debido proceso del actor y se ordenó que, mientras se implementaban las
obras requeridas, EPM debía adoptar las medidas adecuadas y necesarias para
asegurar el acceso a un mínimo de agua potable teniendo presente las
recomendaciones de la OMS sobre las cantidades mínimas de agua que garantizan
el cubrimiento de las necesidades de salud (que oscila entre 50 y 100 litros de agua
diarios por persona) y empleando los medios que considerara apropiados para el
efecto.

En consecuencia, revocó la sentencia revisada que negó los derechos deprecados


por la accionante y, en su lugar, concedió la tutela interpuesta, y dispuso que el
Alcalde debía aplicar las disposiciones legales vigentes, particularmente la del
artículo 57 de la Ley 142 de 1994 en el sentido de realizar las gestiones necesarias
para garantizar la construcción de una red eficiente de alcantarillado.

FUNDAMENTACIÓN DE LA CORTE

El derecho al agua potable solo podrá ser considerado como un derecho


fundamental y su protección podrá ser reclamada mediante la acción de tutela (i)
cuando esté destinada al consumo humano; (ii) cuando resulta necesaria para
preservar la vida, la salud o la salubridad de las personas en condiciones dignas o,
(iii) cuando existe la amenaza de consumación de un perjuicio irremediable.

No obstante, la garantía de este derecho no desconoce el deber de los usuarios de


dar cumplimiento a las exigencias legales necesarias para acceder al mismo, de
modo que las empresas de servicios públicos no están obligadas a lo imposible, ni
a subsanar requisitos que no son de su competencia, aun cuando sí deben
abastecer a los usuarios, por lo menos, un mínimo de agua potable, que les permita
satisfacer sus necesidades básicas.

Esta Corporación ha resaltado la importancia de garantizar a todo individuo, el


acceso suficiente al agua necesaria para satisfacer unos niveles mínimos
esenciales encaminados a cubrir las necesidades de consumo y contribuir a
preservar la salud y la salubridad pública. El fundamento constitucional es que
ningún ser humano, de hecho, ningún ser vivo, puede existir o sobrevivir sin agua.
Toda persona, individualmente, tiene derecho a acceder, por lo menos, a la calidad
y cantidad de líquido adecuado y suficiente para poder calmar la sed, asearse y
preparar alimentos. Por ello, a todo ser humano se le debe asegurar su satisfacción
y cuando sus destinatarios son individuos titulares de una protección reforzada
dicho mandato debe asegurarse de forma prioritaria. La ausencia de suministro
constituye una falta grave del Estado a los deberes de garantía especialmente a la
dignidad humana.

En este orden de ideas y atendiendo a esta situación que padece la peticionaria y


su familia, a raíz de la carencia de acceso a un sistema esencial de acueducto y
alcantarillado que los obliga a vivir en circunstancias de habitabilidad difíciles y a
soportar unas condiciones de insalubridad potencialmente lesivas de su salud y de
su vida, la Sala concluye que en aras de garantizar el derecho al agua potable como
parte de las mínimas obligaciones constitucionales del Estado, es necesario que a
esta y a su núcleo familiar, compuesto por sujetos de especial protección
constitucional como lo son los niños, los adultos mayores y las madres cabeza de
hogar, se les garantice el volumen mínimo razonable establecido como parámetro
por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual debe oscilar entre cincuenta
(50) y cien (100) litros de agua por persona por día para asegurar la satisfacción de
todas las necesidades de salud, según el Informe del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En esa medida, el derecho al agua en condiciones aptas para el consumo humano


y en cantidad suficiente para una vida digna debe ser siempre garantizado por parte
de quien presta el servicio de acueducto. En consecuencia, la empresa prestadora,
en este caso EPM deberá asegurar el suministro del líquido a la accionante y a su
familia en la cantidad de cincuenta (50) litros diarios por cada miembro del núcleo
familiar.

CONCLUSIÓN Y DECISIÓN DE LA CORTE

Siendo que el agua potable se considerara como un derecho fundamental,


concretado como la garantía que tienen las personas a disponer de este recurso,
de manera suficiente, aceptable, salubre, accesible y asequible para la satisfacción
de sus necesidades físicas, personales y domésticas, es deber del Estado
garantizar un mínimo vital de agua en condiciones adecuadas de disponibilidad,
regularidad y continuidad y a que, por lo menos, en el evento que un usuario no
acredite el cumplimiento de los requisitos previstos en el artículo 7º del Decreto 302
de 2000, “Por el cual se reglamenta la Ley 142 de 1994, en materia de prestación
de los servicios públicos domiciliarios de acueducto y alcantarillado”, se suministre
el mínimo del líquido que una persona necesita para tener una vida que le asegure
presupuestos de dignidad. Tal suministro deberá realizarse a través de cualquier
medio idóneo como carro tanque, pilas públicas, entre otros.

Sin embargo, la tutela al derecho al suministro de agua potable se otorgará en forma


transitoria, mientras en el término de seis (6) meses la interesada adelanta los
tramites correspondiente para cumplir con los requisitos legales, ello porque la
condición de irregularidad no puede permanecer indefinida en el tiempo.

NICHO CITACIONAL

Sentencia T-974 DE 2012, los habitantes de un barrio de Bucaramanga solicitaron


la conexión del servicio de agua y alcantarillado en sus inmuebles. La entidad
accionada manifestó que no se satisfacían las exigencias jurídicas que consagra el
ordenamiento legal y reglamentario para conectar el servicio de acueducto y
alcantarillado, debido a que los inmuebles no disponían del boletín de nomenclatura,
ni del certificado de estratificación, ni de la licencia de intervención y ocupación del
espacio público, exigidos para la conexión del servicio de acueducto y de
alcantarillado. Sin embargo, la Sala Octava ordenó al Acueducto Metropolitano de
Bucaramanga suministrar un mínimo de agua para la accionante y su familia,
mientras ésta acredita los requisitos para que se le preste el servicio de acueducto.

En sentencia T-946 DE 2013 la Sala Primera de Revisión estudió el caso de un


hombre en condición de discapacidad que solicitó a través de la acción de tutela la
protección de su derecho al acceso al agua potable. La entidad accionada había
negado su requerimiento porque el inmueble no contaba con la cédula catastral y
no estaba conectado a una red de alcantarillado, siendo estos requisitos
indispensables para dar trámite a la solicitud, con base en lo establecido en el
artículo 7 del Decreto 302 de 2000

Sala Octava de Revisión en la sentencia T-016 DE 2014 consideró que la necesidad


de cumplir con determinados requisitos legales para la conexión de un servicio
público de acueducto y alcantarillado no obsta para que el derecho al agua en
condiciones aptas para el consumo humano y en cantidad suficiente para una vida
digna deba ser garantizado por parte de la empresa de acueducto o el municipio
que presta el servicio de acueducto en un determinado territorio. En este sentido
decidió tutelar el derecho fundamental de los accionantes que reclamaban el
suministro del servicio de agua en las viviendas del barrio La Primavera del
municipio de Ibagué que carecían de cédula catastral. En consecuencia, se ordenó
a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado S.A. de Ibagué garantizar el
abastecimiento de, por lo menos, 50 litros de agua apta para el consumo humano a
cada uno de los accionantes, así como a cada uno de los integrantes de su núcleo
familiar.

Por su parte, la Sala Séptima de Revisión en la Sentencia T-439 DE 2015 analizó


si las Empresas Públicas de Medellín- EPM vulneró el derecho fundamental al agua
potable de la accionante -mujer de 58 años de edad, en condición de discapacidad
y a cargo de una menor de edad- al no autorizar la conexión del servicio de
acueducto y alcantarillado en su inmueble por no acreditar los requisitos señalados
en el artículo 7 del Decreto 302 de 2000.

Consideró que, en definitiva, el servicio público de agua potable no es un derecho


ilimitado ni absoluto, y las condiciones para su prestación se encuentran
establecidas en la Ley 142 de 1994, sus leyes modificatorias y decretos
reglamentarios, y concluyó que al no suministrar el servicio de agua potable se
desencadenó una vulneración del derecho fundamental al agua potable de la
tutelante y de su núcleo familiar. Lo anterior, porque (…) (iii) la empresa accionada
o incluso la administración territorial no han buscado alternativas que garanticen la
cantidad mínima esencial de agua que requieren la accionante y su núcleo familiar
para la realización de sus actividades diarias. Finalmente, concedió la protección de
los derechos fundamentales al agua potable, a la salud y a la vida de la actora.

La jurisprudencia constitucional ha fijado cuatro (4) criterios que debe cumplir un


servicio público domiciliario para que pueda entenderse que este garantiza y se
adapta a los fines sociales del Estado. Al respecto, en la sentencia T-197 DE 2014
la Sala Octava de Revisión reiteró lo que en varias oportunidades ya había
determinado esta Corporación acerca de esta dimensión del servicio público de
agua potable y alcantarillado:

“Para que un servicio público garantice los fines sociales previstos anteriormente,
ha dicho la Corte que es necesario que se preste en condiciones de:

1. Eficiencia y calidad, es decir, “que se asegure que las empresas que


proporcionen el servicio lo hagan de manera completa y atendiendo las
necesidades básicas de la población. Para ello, también debe garantizar que
dichas empresas recuperen sus costos y puedan invertir en el mismo sector
con el fin de lograr una mayor competitividad, lo que se traduce en una mejor
prestación del servicio.”
2. Regularidad y continuidad, características que hacen referencia a la
ausencia de interrupciones colectivas o individuales injustificadas, de suerte
que el tiempo en que se presta el servicio sea apto para satisfacer de forma
permanente las necesidades de los usuarios.
3. Solidaridad, que exige la atención prioritaria de las necesidades básicas
insatisfechas de la población más vulnerable
4. Universalidad, que involucra la ampliación permanente de la cobertura del
servicio hasta que llegue a cobijar a todos los habitantes del territorio
nacional”.
GRAFIACIÓN DE LA LINEA JURISPRUDENCIAL

DERECHO A LA EFECTIVA DERECHO


PRESTACIÓN DE FUNDAMENTAL AL
SERVICIOS PÚBLICOS AGUA
SENTENCIAS
EL AGUA ES UN CONSAGRACIÓN
DERECHO QUE SE T-406 DE 1992 COMO DERECHO
HACE VALER POR FUNDAMENTAL AL
T-431 DE 1994
CONEXIDAD AGUA

T-413 DE 2003

T-616 DE 2010
T-717 DE 2010

T-974 DE 2012

T-946 DE 2013

T-439 DE 2015

T-140 DE 2017

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