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1.

Pragmática

Se entiende por pragmática el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la
comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por
parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte
del destinatario.
La distancia que existe a veces entre lo que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir es un
fenómeno que depende de los datos que aporta la situación comunicativa en que los mensajes son
emitidos. Por ejemplo, con el enunciado “Hace calor” el hablante hace referencia a la temperatura
ambiental, pero puede también estar haciendo una petición indirecta (“Vámonos de aquí”, “Pon el aire
acondicionado”, “Déjame el abanico”, etc.), quejándose (“No me gusta este sitio” o “¿Por qué me has
traído aquí?”), o realizando otra acción, según el contexto en el que tenga lugar el enunciado.
La pragmática es, por tanto, una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que
determinan el uso del lenguaje, precisamente todos aquellos factores a los que no suele hacer referencia
un estudio puramente gramatical: nociones como las de emisor, destinatario, intención comunicativa,
contexto verbal, situación o conocimiento del mundo, resultan de capital importancia.

1.2. La pragmática, como es bien sabido ya, constituye el tercer componente de una tríada, cuyos otros
dos son la sintaxis y la semántica, componentes que son mucho mejor conocidos. El conjunto de estos
tres componentes constituye una teoría lingüística -o desde una perspectiva más general, una teoría
semiótica- del lenguaje. Dado que los lenguajes formales están desvinculados de un contexto pragmático,
y dado que los «enunciados» de un lenguaje lógico solo funcionan como aserciones, podemos decir que la
pragmática trata esencialmente del lenguaje natural. Con el fin de delimitar claramente las diferentes
tareas de la sintaxis, la semántica y la pragmática, podemos servirnos de expresiones, tan repetidas a
causa de su gran simplicidad, según las cuales la sintaxis es el estudio de qué y cómo se dice o expresa
(algo); la semántica, el estudio de qué se quiere decir (al decir algo), y la pragmática, el estudio de qué se
hace (al decir algo). En otras palabras, la pragmática es aquella parte del estudio del lenguaje que centra
su atención en la acción. El término clave, desarrollado principalmente por filósofos como Austin y Searle
en la década de los 60, es el de acto de habla (speech act). Un acto de habla es el acto llevado a cabo
cuando un hablante produce un enunciado en una lengua natural en un tipo específico de situación
comunicativa. Tal situación recibe el nombre de contexto. Ello significa que un acto de habla no es sólo un
acto de «hablar» o de «querer decir», sino además, y de manera decisiva, un acto social, por medio del
cual los miembros de una comunidad hadante entran en interacción mutua. Mientras que una sintaxis
especifica las reglas según las cuales una expresión, por ejemplo, una oración, está «bien formada» y una
semántica especifica las reglas de acuerdo con las cuales dicha expresión es «portadora de significado »,
esto es, interpretable en relación con alguna situación o mundo posible, la pragmática se ocupa de la
formulación de las reglas según las cuales un acto verbal es apropiado (appropriate) en relación con un
contexto. Parte de las condiciones de propiedad (appropriateness conditions) implicadas son idénticas a
aquellas de las que depende que sea Llevada a cabo con éxito una acción en general, y no pertenecen,
por tanto, a las tareas más especificas de la pragmática. No se van a tratar aquí nociones generales
tomadas de la teoría filosófica de la acción. Será suficiente recordar que las acciones son objetos llamados
intencionales, esto es, objetos basados en la asignación de una interpretación a una «expresión »
observable. Lo que en realidad vemos, a saber, movimientos corporales de algún tipo, no son, en cuanto
tales, acciones, sino hechos que nosotros, por convención, interpretamos como acciones. Vemos a alguien
levantar la mano, pero, dependiendo de la situación, comprendemos dicho acto como un saludo, un aviso,
una señal de alto, etc. Es esencial para la acción, después, el hecho de que responda a una intención,
particularmente por parte de la persona que lleve a cabo el hecho. Tal intención implica nociones aún más
oscuras, tales como «conocimiento», «conciencia», «control», «propósito», etc. Todo esto es, asimismo,
válido para las acciones llevadas a cabo mediante la enunciación (= acción) de una oración o discurso en
una lengua natural, esto es, en alguna estructura convencional de sonidos / palabras con una estructura
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sintáctica específica y una interpretación semántica. La pragmática del lenguaje natural, por tanto,
especifica qué propiedades específicas adicionales del contexto deben satisfacerse para que la
enunciación sea considerada como un acto de habla apropiado.

TEUN A. VAN DIJK

2. ¿Qué es la pragmática? Definiciones y antecedentes

Primera definición provisional:

“La pragmática es una su disciplina lingüística, y su objeto [es] el significado del lenguaje en uso”. Reyes
(1995:23).

Antecedentes:

-Se inicia con las conferencias de John Austin (1955) y Paul Grice (1967) en la Universidad de Harvard,
bajo las Williams James Lectures. Surge, por tanto de la filosofía del lenguaje.

-Se afianza a principios de los 70.

-Desde su inicio y hasta la actualidad, los investigadores se preguntan por su esencia (.que es?), aunque
con el paso del tiempo cada vez hay menos dudas sobre su existencia.

-Cuenta con modelos teóricos muy diferentes: la Teoría de los Actos de Habla, la Teoría de la Relevancia,
La Teoría de la Gramaticalización, el Análisis Conversacional, la Teoría de la Argumentación o la Teoría
de la Cortesía Lingüística. Dificultad de una perspectiva única.

-Se propone en la actualidad una metapragmática (Caffi, 1998, Verschueren, 2000, 2002, Reyes, 2002a):
estudio del uso reflexivo del lenguaje que hacen los hablantes.

MARCO CRONOLOGICO DE LA PRAGMATICA: 1955-2003

Estudia EL SIGNIFICADO EN USO.

2.1. Pragmática como componente

-Conexiones: Con la semiótica de Morris y Carnap: pragmática, semántica y sintaxis la pragmática se


dedica a observar el origen, el empleo y los efectos de los signos en todas sus maneras de significación
(Morris, 1938 [1972]) --con la concepción modular de la gramática generativa:

sintaxis→semantica→pragmatica

Ejemplo: La canguro está a punto de llegar

Definición:

“La pragmática tiene como tema principal aquellos aspectos del significado de los enunciados que no
pueden ser explicados mediante una referencia directa a las condiciones veritativas de las oraciones
enunciadas. Dicho crudamente: PRAGMATICA=SIGNIFICADOCONDICIONES

VERITATIVAS”. (Gazdar, 1979:2).

Cuestiones básicas:

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-La pragmática se concibe como “radical”, pues se separa de la semántica y se define por defecto. -La
mayor parte de las teorías pragmáticas actuales parten de una concepción de pragmática como
componente: Grice, relevancia, otras teorías neo-griceanas (Horn, Levinson), gramaticalización, cortesía.

-La pragmática como componente describe hechos lingüísticos que exceden los límites de la semántica o
la sintaxis: el significado, la modalidad, el orden de palabras, la deixis, los marcadores del discurso.

2.2. Pragmática como perspectiva

-Conexiones: --En el nacimiento de la pragmática se ven involucradas diversas tradiciones filosóficas,


sociológicas y lingüísticas: pragmatismo americano, empirismo lógico, filosofia del lenguaje, contribuciones
sociológicas, etc.

Esta interdisciplinariedad contribuirá a su desarrollo.

--La evolución de la pragmática lleva asociada su reafirmación frente a

La semántica y la sintaxis

Definición:

La pragmática es “el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir,
las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante
concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario”, con lo
que se convierte en “una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que
determinan el uso del lenguaje”. (Escandell Vidal, 1996:13-14).

Cuestiones básicas:

-La pragmática se concibe como una perspectiva sobre la que observar el resto de fenómenos. Su
enfoque es más amplio y no depende de otras disciplinas lingüísticas

-Hacer pragmática como perspectiva supone superar las visiones reduccionistas de la pragmática como
componente

-La pragmática como perspectiva explica hechos lingüísticos en toda su complejidad cognitiva, social y
cultural: la metáfora, la ironía, el sujeto discursivo, la representación del discurso.

2.3. Hacia la concepción de una Pragmática Lingüística del Español

PROS Y CONTRAS

Componente Perspectiva

-Mas teorías a las que acogerse -Menos teorías y con menos aplicaciones

-Dependiente de semántica y sintaxis -Independiente e interdisciplinar

-Es una “pragmática del significado” (Eco, 1987) -Es una pragmática de la comunicación”

(Eco, 1987)

-Deudora del generativismo -Deudora de teorías sobre la cognición, lamente o la sociología

-Mas fácil de aplicar a hechos concretos-Mas difícil de aplicar a hechos concretos

-Describe hechos pragmáticos

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-Explica hechos pragmáticos

La pragmática que haremos es una pragmática lingüística (no social o intercultural), concebida como una
perspectiva de análisis sobre la que observar los fenómenos.

VENTAJAS:

- La pragmática como perspectiva integra la pragmática como componente.

- La pragmática como perspectiva no desprecia ningún enfoque por ser anglosajón o europeo, sino que los
integra todos e intenta buscar una explicación para hechos pragmáticos concretos.

- La pragmática como perspectiva supera otros enfoques y aporta una nueva luz sobre la que observar los
fenómenos.

- La pragmática como perspectiva se sitúa en lo propiamente lingüístico (se centra principalmente en


problemas de significado), pero no olvida los asuntos que rodean a la comunicación: procesos
interacciónales entre hablante y oyente, huellas sociales o psicológicas, cuestiones culturales, discurso e
ideología, géneros textuales, etc.

Bibliografía básica:

-Pragmática como componente:

Levinson, S. (1988): Pragmática. Barcelona, Teide, pags. 4-31.

-Pragmática como perspectiva:

Verschueren, J. (2002): Para entender la pragmática. Madrid, Gredos.

Reyes, G. (2002): “Prologo”, en Verschueren, J. (2002): Para entender la pragmática.

Madrid, Gredos. (Resume los contenidos del libro).

3. Comunicación y Pragmática

La Pragmática es el área de la ciencia de la comunicación que se centra en los signos lingüísticos como
expresión del actuar (el término griegopragma significa acción) y por tanto, estudia las “acciones” que
plantea el lenguaje1. El término “pragmática” fue utilizado por primera vez, por dos filósofos del
lenguaje, Morris y Peirce en los años treinta y al inicio de los años cuarenta. Sin embargo, fue el filósofo
británico del lenguaje, J. L. Austin quien - junto con Searley Grince - , descubrió la categoría de los actos
lingüísticos y les confirió una importancia específica dentro del proceso comunicativo. Austin es uno de
los estudiosos que han ejercido mayor influencia en la pragmática moderna.

El objeto de la pragmática: los actos lingüísticos

El supuesto fundamental del cual parte la pragmática es que, dentro de una determinada
situación comunicativa, dos interlocutores no solo formulan frases con una adecuada estructura
morfosintáctica y/o semántica, sino que cumplen también verdaderos y propios “actos” denominados
“actos lingüísticos”(el término técnico inglés es Speech Acts). Éstos constituyen la unidad básica del
estudio de la lingüística pragmática.

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La teoría de los actos lingüísticos de Austin parte de la distinción entreacto locutorio, illocutorio y per
locutorio. Al acto locutorio el filósofo le atribuye la función de “decir algo” o sea, de proferir un enunciado
provisto de estructura morfosintáctica (acto fonético y fáctico) y de sentido (acto rético). El acto illocutorio,
en cambio –considerado como central en la concepción de Austin- tiene la función de “hacer algo” porque
cada vez que se pronuncia algo, se hace con un determinado fin (se quiere amenazar, mandar,
transformar, etc), mientras que el acto per locutorio corresponde a los efectos generados sobre los
receptores.

Aún sin profundizar la teoría austiniana y los sucesivos desarrollos, esta simple referencia a los
principales actos lingüísticos conduce ya a una conclusión importante: en un contexto determinado, la
comunicación está sujeta a variaciones de grado, que no dependen únicamente de los matices del emisor,
sino de la fuerza asertoria de los actos lingüísticos emitidos. Esto significa reconocer que una determinada
comunicación verbal no sólo tiene una función descriptiva del objeto en cuestión (nivel locutorio), sino que
tiene también - por ejemplo una función conativa o imperativa, y así sucesivamente (nivel ilocutorio).
Roman Jakob--son identificaseis características de la comunicación verbal (referen-
cial, expresiva, conativa, poética, fáctica, metalingüística), pero la clasificación más conocida y seguida
es la de Searle, quien distingue cinco posibles tipologías de actos linguísticos:

Representativos o asertivos: Se representa el estado de las cosas (tal como el locutor lo advierte), se
afirma, de alguna manera la verdad.

Expresivos: Se expresa un estado de ánimo, sentimiento, estado psicológico interno (tristeza,


agradecimiento, alegría etc.).

Comisivos: Con este acto uno se compromete a realizar algo en el futuro (con una promesa, una apuesta,
un rechazo, etc.).

Directivos: Se pide o se manda al interlocutor a hacer - o no hacer- determinadas cosas.

Declarativos: Se produce un cambio del estado de las cosas, se modifica la situación en la que vive
una persona (casarse, absolver, condenar, etc.).

Estas cinco tipologías de actos lingüísticos, identificadas por Searle, muestran en el fondo que el lenguaje,
en todas sus posibles manifestaciones, no sólo sirve para expresar “cómo están las cosas” sino también
para “cambiar el estado de las cosas”, sugiriendo dudas, preguntas, respuestas... En resumen, el
lenguaje contiene un carácter “pragmático”

3.1. Estrategia textual y Pragmática

Otro aspecto importante, desde el punto de vista pragmático, es la estrategia comunicativa o sea la
combinación, el orden y la jerarquía de todos los elementos lingüísticos de un enunciado. El éxito de una
comunicación depende a menudo de la estrategia utilizada en el acto de comunicar.
Dos anécdotas pueden aclarar lo que se acaba de enunciar.

En el primero se dice que dos religiosos estaban en un jardín rezando devotamente el breviario,
pero mientras uno estaba atento devotamente a la lectura, el otro, insólitamente rezaba con un cigarrillo en
la boca. Viendo al amigo el primero observa: "Pedí permiso al superior para fumar mientras rezaba y no
me lo concedió. Cómo te lo concedió a ti? ". El amigo le contestó: "Formulaste mal la pregunta. No pedí,
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obviamente, si podía fumar mientras rezaba, sino si podía rezar mientras fumaba. Por supuesto, me fue
concedida, ya que hay que orar en toda circunstancia. La pregunta del segundo religioso había sido un
acierto estratégico y había tenido el efecto deseado.

La segunda anécdota describe un episodio sucedido en el Vaticano antes del encuentro de


oración antirreligiosa, que se celebró en Asís en 1986 en presencia del Papa Juan Pablo II. Se buscaba
un lema para el evento y una de las propuestas fue la siguiente: "En Asís, para rezar juntos" Esta
formulación era insidiosa pues unía estrechamente el verbo “orar” y el adverbio “juntos”, con el peligro de
evocar la idea de sincretismo, una mezcla que la Iglesia no podía aceptar. Todo se resolvió cambiando el
orden de las palabras: "En Asís, juntos, para rezar". El desplazamiento del adverbio fue un acertado
cambio de estrategia.

Lo que se ha dicho hasta ahora demuestra el relevante papel que juega la estrategia de un texto para el
oyente / lector, o sea, el conjunto de elementos fonéticos, lexicales, sintácticos, contextuales y retóricos
que proporcionan las claves para entender no sólo el "sistema" transmisor sino también sus implicaciones
pragmáticas. El aspecto formal de un texto, de hecho, no es nada ajeno a la intencionalidad comunicativa.

Verbos como prometer o absolver tienen implicaciones pragmáticas intrínsecas. Es evidente la


profundidad de un enunciado evangélico como: "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Marcos 2,5). Otros
enunciados adquieren su peso pragmático del contexto, por eso, la simple exclamación ¡qué frío!, en un
determinado contexto situacional, podría corresponder a la orden de cerrar la ventana. En otras palabras,
el significado de un texto no se agota únicamente en lo que se dice sino también en lo que se quiere decir,
o sea en la acción que un determinado enunciado produce en un determinado contexto. Un buen ejemplo
de una acción producida por el contexto comunicativo particular se encuentra en el capítulo sexto de I
Promessi Sposi. Alejandro Manzoni describe así el encuentro entre Don Rodrigo, un gran señor del
pueblo, y Cristoforo, un pobre fraile que defendía una pareja de novios contra los abusos del primero:

"¿En qué puedo obedecerla?", dijo Don Rodrigo,

Plantándose de pie en medio de la sala.

Aunque Manzoni no hubiera explicitado el verdadero significado de estas palabras (y en las líneas
siguientes lo hace), un lector competente habría entendido, de todas maneras la intención pragmática del
texto. La pregunta en sí, es cortés y respetuosa, tanto en la formulación como en el contenido ("¿En qué
puedo obedecerla?", pero la intención pragmática es muy diferente y lo revela la situación comunicativa
precisa que se describe más adelante, cuando el autor presenta a Don Rodrigo: a) plantado b) de pie c) en
medio de la sala. En realidad esa pregunta quería decir: "Fíjate delante de quién estás, sopesa las
palabras y date prisa."

Este ejemplo demuestra, entonces que, para captar el significado de un enunciado, el lector / oyente debe
prestar atención no sólo al contenido de las frases y de los textos, sino a la funcionalidad efectiva
que asume un enunciado en un determinado contexto comunicativo. En situaciones comunicativas
diferentes, un mismo contenido (como, por ejemplo., ("¿En qué puedo obedecerla?", asume funciones
pragmáticas bastante distintas.

3.2. Semántica y Pragmática

Hasta ahora hemos utilizado frecuentemente términos como "significado", "función", etc. Es muy
significativa la división tripartita de la ciencia de los sistemas de signos propuesta por Morris y la
configuración con la que él los delineó en Foundations of the Theory of Signs, distinguiendo tres
categorías: sintáctica, semántica y pragmática. Tal división genera varias dificultades, especialmente en
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cuanto a los límites entre semántica y pragmática: ¿dónde termina la semántica y dónde comienza la
pragmática? El campo de la pragmática, ¿pertenece al estudio del significado de los enunciados y, por
tanto, de la semántica lingüística, o constituye el objeto de una disciplina autónoma?

Estas son preguntas importantes, porque de las respuestas que se den depende la definición de la
pragmática, así como de la semántica. La Encyclopedia of Pragmatics, dentro del apartado relacionado
con la "definición de la pragmática" plantea el mismo problema, destacando que hasta el momento
ninguno ha delineado, de manera convincente, los confines de esta ciencia. Hace algunos años,
Umberto Eco habló de "semántica en camino hacia la pragmática" y observó: "Sería inútil determinar si la
semántica está "devorando" la pragmática o viceversa. Sería una mera cuestión nominalística, que al
máximo puede interesar a las instancias académicas. Estamos ante un nuevo acercamiento semiótico que
unifica la dialéctica entre significado y comunicación.
Los confines poco claros entre las dos disciplinas han llevado a algunos autores, entre ellos a
Geoffrey Leech, a hablar de tres formas posibles de poner en relación semántica y pragmática:

El camino según el cual la Pragmática está inserta en la Semántica (Semanticismo);

El camino según la cual la Semántica está inserta en la Pragmática (Pragmaticismo);

El camino según el cual las dos ciencias se ven como cercanas y complementarias (Complementar ismo).

Esta diversidad de opiniones proviene del hecho de que los contenidos de la pragmática son igualmente
objeto de estudio por parte de otras áreas lingüísticas: La Sociolingüística, por ejemplo, tiene en común
con la pragmática la relación entre estructuras sociales y la selección de elementos lingüísticos. Dado que
la pragmática prevé la inserción de los usuarios, de sus motivaciones y de la situación comunicativa, se
podría pensar en un área independiente de investigación, pero ello supone una concepción más bien
estática del proceso comunicativo, que de hecho es el que prevaleció en los años treinta, cuando escribía
Morris.
La semántica moderna ya no tiene en cuenta el significado como un concepto autónomo, porque decir
que las palabras “tienen un significado, significa sólo decir que ellas son usadas de una manera
determinada en un enunciado”. El significado está siempre en correlación con una determinada
situación: el contexto comunicativo es parte de su significado. Es difícil distinguir, en un determinado
mensaje lo que pertenece al sentido y lo que pertenece más bien a las implicaciones subjetivas de los que
se comunican: Por ello, es impensable que se comprenda primero lo dicho y luego, sobre la base de
informaciones posteriores, lo que ello sugiere. El sentido de un enunciado está compuesto por las palabras
pronunciadas y por lo sugerido precisamente por las palabras. La así llamada "semántica indexical", por
ejemplo, tiene en cuenta los indicios que dan informaciones relativas a los interlocutores, a sus
presupuestos y creencias, a la situación en la que es dado un mensaje etc.

Debido a esto, algunos estudiosos han definido la Pragmática no como componente sino
como perspectiva: el primer término se basa esencialmente sobre una concepción "modular" de la lengua,
por lo que cada módulo (y por tanto también la pragmática) tiene un terreno propio y un método, en cambio
según la visión "prospectico", la pragmática escomo una “sombrilla” que cubre cada área lingüística. De
ello se desprende que la pragmática pertenece al proceso comunicativo completo, como lo señala
U. Echo: "Decir que la pragmática es una dimensión de la semiótica, no significa privarla de un
objeto. Significa, más bien que el acercamiento pragmático tiene que ver con la totalidad de la semiosis, la
cual, para ser plenamente comprendida, debe ser abordada también desde un punto de vista
pragmático. La sintáctica y la semántica, cuando se encuentran en un total aislamiento, se vuelven - como
sugiere Parret - disciplinas "perversas". Un defensor convencido de esta concepción es el belga Jef

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Verschueren, que se expresa como sigue: «[We are dealing with] a radical departure from the established
component view which tries to assign to pragmatics its own set of linguistic features in contradistinction with
phonology, morphology, syntax and semantics». A tendencia a considerar la Pragmática no como un
ámbito, sino como parte integrante de cada etapa de la investigación predomina ahora entre los estudiosos
de lingüística y es, sin ninguna duda, mucho más respetuosa del proceso comunicativo.

Para concluir este aspecto, podemos citar la reflexión de Anna Fumagalli, que, refiriéndose a un estudio
realizado por H. Frankemölle dice: “Si, por lo tanto, la triple división según la cual, la pragmática viene
después de la sintáctica y de la semántica”, continúa siendo para H. Frankemölle un punto de referencia
metodológico confiable, no obstante él afirma la necesidad de que a la “pragmática lingüística” le sea
reconocido su estatuto de teoría global del texto, al que debe subordinarse la sintáctica, la semántica, así
como también los aspectos socio-lingüísticos..

Massimo Grilli

4. El papel de la pragmática en la comunicación en el aula

Siendo la enseñanza una actividad esencialmente comunicativa, es preciso profundizar en la calidad y


eficiencia de la comunicación y el lenguaje. La pragmática devuelve al lenguaje un sentido mucho más
holístico y real al tener presente no sólo el texto, sino también el contexto de la comunicación.

La entrada del nuevo milenio se vislumbra como una etapa definitiva en el devenir del conocimiento
humano en todos los campos de la ciencia y la tecnología. El nuevo siglo ya ha sido denominado como el
tiempo de la comunicación y la globalización. Los países y las fronteras se difuminan, las ideas se
extienden con una rapidez inusitada gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y, sobre todo,
gracias a Internet. Pero comunicarse es una actividad lingüística. De ser una tarea íntima humana con la
voz como medio y en el reducido espacio físico que abarca la transmisión por el aire de las ondas sonoras
emitidas por nuestro aparato fonador, ha pasado a conformarse en un medio universal que, gracias a la
tecnología, puede escucharse simultáneamente por todo el planeta al mismo tiempo.

Durante la segunda mitad de los setenta y en la década de los ochenta del siglo pasado, empezó a tomar
forma un nuevo paradigma lingüístico que iba a mostrar su hegemonía en las siguientes décadas.
Hablamos de la pragmática: un enfoque multidisciplinar del estudio del lenguaje que, inspirado por
filósofos del lenguaje como Peirce, Morris, Austin, Searle, Grice y otros, constituye el fundamento científico
de los estudios sobre comunicación lingüística que se realizan en la actualidad. Se trata de uno de los tres
componentes de la lingüística (gramática, semántica y pragmática), aunque tradicionalmente ha sido
soslayado por los enfoques lingüísticos precedentes a causa de la complejidad y dificultad de su estudio.
Comenzó a despertar el interés de los estudiosos que observaban que ni las investigaciones lingüísticas,
ni los psicológicos y sociológicos de la época, se centraban en la conversación y las reglas que la rigen, a
pesar de que incluye conceptos, hoy en día básicos, como el del contexto (tanto verbal como no verbal),
para explicar el lenguaje en su totalidad, incluido el funcionamiento gramatical de la oración.

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4.1. Fundamentos

Las aportaciones más fructíferas de dichos filósofos podrían resumirse en la elaboración de la teoría de los
actos de habla de Austin y Searle, desarrollada por Hymes, y en la definición del principio de
cooperación y de las máximas conversacionales de Grice. Brevemente, podemos explicar el acto de habla
de la siguiente manera: en cualquier situación de habla que incluya un hablante, un oyente y una elocución
por parte del hablante, encontramos una serie de actos asociados a dicha elocución. El hablante moverá
sus órganos articulatorios y producirá ruidos y sonidos; igualmente, realizará actos que informarán,
emocionarán o aburrirán a sus oyentes; también ofrecerá información del mundo y hablará del tiempo o de
Picasso y realizará otros tipos de actos que incluirán preguntas, afirmaciones, órdenes, etc. Todos esos
actos, lingüísticos y extralingüísticos, son actos de habla. Así pues, vemos que la elocución o discurso se
compone de un haz de actos de habla interrelacionados entre sí que cubren aspectos lingüísticos,
psicológicos, sociales, etc.

Con un ejemplo podremos establecer las diferencias entre clases de actos de una manera más clara. Al
decir: "si no estudias, atente a las consecuencias", estamos ante un acto locutorio que en el plano
ilocutorio podría interpretarse como un aviso o amenaza; y como acto perlocutorio puede producir, entre
otras, la reacción de estímulo o miedo en el oyente.

Por otra parte, Grice elaboró una especie de mandamiento comunicativo llamado principio de cooperación,
en el que primaban aspectos como la solidaridad y la igualdad comunicativa entre hablantes y oyentes.
Fijó en cuatro las máximas que debían observarse para que el proceso comunicativo fuera ortodoxo y
aceptable por todas las partes: cantidad (no decir más de lo que necesita oír el oyente), calidad (no mentir
ni conjeturar sin pruebas), relevancia (decir aquello que más interesa al oyente) y modo (ser claro, breve y
ordenado en el discurso).

Con estos fundamentos ha crecido a lo largo de las últimas décadas una serie, muy fructífera, de
aplicaciones de la pragmática al campo teórico de la lingüística como los siguientes: el análisis del
discurso (Coulthard, Edmonson, Gardner, Leech, Levinson y otros muchos), de naturaleza más
sociolingüística; la lingüística textual (Van Dijk, Petöfi o Danes), más gramatical; o la teoría de la
relevancia (Sperber y Wilson), de vocación cognitiva y lingüística. Todas estas aportaciones y otras más
han configurado el campo de estudio sobre el lenguaje que mayores y mejores frutos está dando en la
actualidad.

En la interacción verbal, hablantes y oyentes están tan pendientes del comportamiento, tanto no verbal
como verbal, para descodificar el sentido exacto de las palabras. Así, en el transcurso de la conversación,
los gestos y signos paralingüísticos (asentimientos, gestos de manos y cabeza de rechazo, expresiones
faciales, etc.), lo social (el contexto, el conocimiento compartido, la presuposición pragmática) y lo ritual (el
turno de palabra, la jerarquía, el poder y rango, etc.) refuerzan el desarrollo de la comunicación en sus
diversas etapas. La pragmática tiene aplicaciones en diversas disciplinas con cierta conexión como la
enseñanza de lenguas -de la que hablaremos con más detalle a continuación-, la creación de lenguajes
artificiales o cibernéticos; e incluso posee aplicaciones médicas o terapéuticas para subsanar afasias,
dislexias, recuperar el habla tras una operación, etc. El mundo multifacético que se manifiesta en las
variadas modalidades comunicativas exige un paradigma completo y complejo que dé cuenta y respuesta
de todas esas formas, tanto de las tradicionales como de las más innovadoras. Para concluir este apartado
introductorio, diremos que estamos ante un paradigma de vocación aplicativa, que trata de dar una
explicación razonable a los diversos procedimientos que activa el ser humano al poner en funcionamiento
la capacidad más consustancial de la especie: el don de comunicarse mediante el lenguaje articulado.

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4.2. Una aplicación de la pragmática: la enseñanza de lenguas

Las aplicaciones de la pragmática a la educación son incontables y la mayoría están por descubrir. Es
preciso tener en cuenta que la enseñanza es una relación comunicativa, en la que cobra especial
importancia el contexto: un hecho que individualiza las situaciones de enseñanza y aprendizaje y cuya
ignorancia es la base de no pocos conflictos de "entendimiento", no sólo de los aspectos académicos, sino
de las relaciones interpersonales en estas microsociedades. La pragmática supone también un poderoso
aliado para la búsqueda de un conocimiento más holístico de la realidad, ya que hace que los elementos
personales del acto educativo sean más conscientes de las perspectivas mutuas, gracias a una mayor
capacidad de comunicación entre los mismos. También contribuye a una visión más holística del mundo,
acercando culturas y comprendiéndolas; un planteamiento de educación global que permite un fácil
desarrollo de estrategias de educación intercultural.

Todo gira ahora en torno a compartir, a saber de manera interdisciplinar. El mundo ya no se compone de
lugares estanco, llamados países o culturas, aisladas o semiaisladas unas de otras. Hoy mismo es, a
menudo, más sencillo comunicarse con una persona en el otro extremo del mundo que con un colega al
final del pasillo. Y esta facilidad de comunicación, de viajar de modo "virtual" por el espacio y la geografía,
ha de modificar de manera profunda los postulados teóricos, metodológicos y, sin duda, los tecnológicos,
de la enseñanza de las lenguas extranjeras. Aplicar los hallazgos en pragmática -sea del análisis del
discurso o de las teorías de los actos de habla y de la relevancia- a la enseñanza de las lenguas
extranjeras es un paso lógico y en la dirección correcta, pues en ambos aspectos el objetivo es
complementario: uno analiza los complejos y varios mecanismos que intervienen en la comunicación
humana y el otro los aplica en situaciones inéditas como es la enseñanza de una segunda lengua. Pese a
algunas, pero no desdeñables, diferencias de carácter idiosincrásico, dichos mecanismos suelen ser
semejantes en cualquier lengua, con lo que su puesta en práctica en el aula de idiomas favorece la
participación y la comprensión, por parte de los alumnos y alumnas, de nuestros propósitos.

4.3. La enseñanza de lenguas extranjeras

En esta ocasión y quizá por primera vez en la historia de la lingüística y de la enseñanza de idiomas, no
estamos ante una situación de dependencia de un modelo teórico. No se da el caso, repetido por enésima
vez, de que un supuesto teórico es, con mayor o menor fortuna, aplicado en el aula, sino que el modelo
teórico surge de una realidad tangible y sencilla: hablar es comunicar y el objetivo final de cualquier
lenguaje es posibilitar la comunicación entre sus usuarios. De igual manera, la práctica en el aula se nutre
de los avances que en esa dirección va obteniendo el marco teórico. Del mismo modo, los teóricos se han
dado cuenta al fin de que la comunicación humana por medio del lenguaje no puede ser usufructo
exclusivo de la ciencia lingüística, sino que se dan, como he comentado con anterioridad, factores
extralingüísticos, psicológicos y sociales tan importantes como los puramente lingüísticos; y su estudio y
conocimiento es esencial para el análisis y comprensión del acto comunicativo del habla.

Estamos, por tanto, ante el reflejo de una realidad largamente sentida por el profesor de idiomas, que ha
considerado siempre su actuación no como la de un mero transmisor de conocimientos lingüísticos y
gramaticales, sino como sabedor de que su labor exigía dotes de comunicador, con lo que ello implica de
saber utilizar recursos paralingüísticos, kinésicos, etc., con el fin de recrear situaciones reales de habla;
era precisamente en esas circunstancias cuando conseguía mayores logros; y no, cuando dedicaba su
tiempo más a hablar sobre la lengua que en la lengua. El alumno se siente más cómodo cuando se
reconstruyen, en la lengua extranjera, situaciones y circunstancias que le son familiares en la suya propia,
es decir, cuando se potencia el perfil comunicativo, cuando se restituye al idioma su característica principal
de vehículo de intercambio social. Por otro lado, se siente inseguro cuando el profesor se adentra en los
terrenos pantanosos de la estructura interna de la lengua y del metalenguaje que la explica.

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Esbocemos ahora las posibles líneas de aplicación de la pragmática a la enseñanza de otras lenguas. Los
estudios teóricos de naturaleza pragmática que pueden ser de interés para el aprendizaje de lenguas
extranjeras siguen una serie de vías encaminadas a un mayor conocimiento de las pautas que facilitan
dicho aprendizaje: en la actualidad se estudian, desde el campo de la psicolingüística, aspectos
relacionados con las creencias y motivación de los alumnos y alumnas y los profesores o profesoras,
actitudes ante el éxito y el fracaso, estrategias cognitivas para el desarrollo del aprendizaje o modelos de
personalidad que influyen en la manera de aprender, entre otros. Trabajos de orientación sociológica se
encargan de estudiar la importancia de las comunidades bilingües, la integración cultural, social y racial de
los estudiantes e incluso las diferencias de género entre los alumnos.

Desde el plano del lenguaje, se analizan las estrategias psicolingüísticas que organizan la adquisición y el
aprendizaje de lenguas, la creación de interlenguajes o las estrategias empleadas por los hablantes de
una lengua extranjera para hacerse entender.

Desde un ámbito más lingüístico, se investiga en el desarrollo fonológico y el cambio de hábitos fonéticos
hacia la nueva lengua, el perfeccionamiento de las habilidades comunicativas y la implementación de
tareas, así como la inclusión de conceptos propios de la pragmática como el reconocimiento de
presuposiciones e implicaturas, el contexto y el conocimiento del mundo o la necesidad comunicativa de
emplear estrategias para y extralingüísticas en la comunicación, como el gesto, la proxémica y todo tipo de
estrategias kinésicas.

Los avances teóricos en el campo gramatical también tienen su aplicación en la metodología de


enseñanza de idiomas. Aunque una vez asentados los modelos estructuralistas y generativistas, el interés
se ha trasladado de la oración al enunciado; de la regla, al uso. Los estudios gramaticales actuales tratan
de enfocar esta cuestión desde una óptica comunicativa, lo cual implica de manera inmediata
contextualizar, es decir, acercar el patrón gramatical al uso real de manera que las oraciones no sean
constructos artificiales sino que estén inmersas en un contexto auténtico.

La concepción de la gramática aplicada a la comunicación surge, a partir de esa concepción del


aprendizaje, como una reacción al estudio descriptivo de la gramática, considerada como una actividad
poco natural, en especial, durante determinadas fases del aprendizaje, como la niñez.

Esta nueva idea de su papel en la enseñanza de idiomas ha promovido un renacimiento del interés por los
estudios gramaticales dentro del sílabo de lenguas extranjeras, aunque desde una perspectiva menos
prescriptiva y más pedagógica. La gramática pedagógica se adivina como una alternativa interesante
puesto que ofrece la enseñanza de una serie de componentes gramaticales en un envoltorio didáctico
atractivo. Por ejemplo, las estructuras gramaticales que presentemos han de emerger de textos auténticos
y graduados en su complejidad, en vez de la práctica tradicional consistente en la presentación de la regla
y su correspondiente ejercitación en contextos creados ad hoc. Por otro lado, se tratan algunos aspectos
con más detalle, como ciertas estructuras idiosincrásicas y su dificultad para trasladarlas a otras lenguas, o
se avanza hacia la comprensión de la gramática universal basada en identificar aquellas pautas
gramaticales comunes a todas las lenguas y que puedan servir para facilitar el aprendizaje de idiomas.

Los avances que se están realizando en la actualidad, especialmente en los ámbitos del conocimiento
cognitivo, es decir, de la organización de la mente y de las estrategias mentales que se utilizan en la
interacción comunicativa, y en los estudios sociales, antropológicos y etnográficos, son mucho más
fructíferos que los puramente gramaticales, además de servirnos para entender mejor la comunicación
humana y para desarrollar técnicas y estrategias que mejoren las habilidades comunicativas de nuestros
alumnos: entender, hablar, leer y escribir.

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Otros estudios recientes de aplicación de la pragmática a la enseñanza de lenguas extranjeras se centran
en cuestiones tales como el habla convencionalizada en determinadas fórmulas lingüísticas (saludos,
presentaciones, etc.). Constatan el hecho de que los hablantes no nativos tienden a fallar en parte porque
utilizan enunciados más largos que los de los propios nativos, ya que vislumbran las ventajas de la
repetición y la redundancia en la aclaración de significados. Se proponen cambios de estrategia docente,
sustituyendo la interacción profesor-alumno por la del trabajo de grupo, pues se considera que el proceso
de negociación de significados que se da en una conversación normal no se suele ocurrir en el aula entre
el profesor y los alumnos, aunque sí entre los miembros de un mismo grupo. Se analizan las estrategias
discursivas de los alumnos en la segunda lengua o, finalmente, se proponen varias vías de aplicación en la
enseñanza de ésta: aculturación, universales lingüísticos, interlengua, discurso, modelos cognoscitivos y
de monitor, etc.

Todo profesor suele ser consciente de la diferencia existente entre el idioma que se enseña y practica en
el aula y el que se habla en la cotidianidad fuera de ella. Estas diferencias no sólo son fonológicas
(dialectos, registros, omisiones de fonemas, etc.) o de estrato social o regional, sino también de número de
participantes, lo que origina constantes interrupciones, cambios del turno de palabra, o de la extensión
misma del discurso, que puede causar cansancio, pérdida de la atención y de información.

Dicha variedad de modos discursivos en el habla real obliga tanto a dominar la estructura gramatical de un
idioma, como a aprender a contextualizar dicha lengua en multitud de situaciones comunicativas concretas
y a que el alumno sepa en qué momento debe utilizar un tipo concreto de discurso.

En esta tarea el profesor debe incluir cuestiones como la explicación y práctica de estructuras y usos
lingüísticos o el análisis de aquellas circunstancias extratextuales y comunicativas cargadas de notas
psicológicas, culturales, sociales o, simplemente, paralingüísticas. Se enseña no sólo la estructura
gramatical del idioma, sino también lo que hay detrás, la intención que se pretende comunicar o los
objetivos que se intentan alcanzar con su uso, imitando siempre o reproduciendo situaciones del mundo
real exterior.

Todos esos factores, que son comunes en la comunicación oral, han de ser previstos en las simulaciones
del aula si queremos ofrecer una enseñanza auténtica de una lengua. En definitiva, es preciso unir texto
con contexto, como de hecho ocurre en el habla cotidiana normal. Por otro lado, los enormes avances
tecnológicos de los últimos años inciden positivamente en el desarrollo de nuevas metodologías docentes,
cuyo futuro es de lo más imprevisible porque ¿quién pensaba en la importancia actual de Internet hace
sólo diez años? Pero eso ya es otra cuestión.

José Mateo Martínez

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CONCLUSIONES:

1. LA PRAGMÁTICA ESTUDIA EL LENGUAJE EN USO Estudia la relación existente entre lo que el


emisor quiere decir y lo que el receptor entiende

Ejemplo

En una conversación familiar uno de los interlocutores expresa:

“Preparas un café exquisito.”

Su significado se puede especificar independientemente de los contextos. Desde el punto de vista


pragmático puede significar:

- “¿Hago un café bueno?”

- “Haces un café exquisito”.

- “¿Soy un buen cocinero?”

- “Haces un café exquisito”.

- Eres un desastre ni eso puedes hacer.

Semántica y Pragmática

“Ya es tarde”

Semánticamente: tiene un sentido claro. Ya es tarde.

Pragmáticamente: tiene otros sentidos:

- “Quiero comer.”

- “No quiero quedarme.

Otro ejemplo: “Hay pescado sobre la mesa”

- Se dañó la refrigeradora

- Come pescado

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