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Introducción

En el presente trabajo de investigación, vamos a profundizar en la Biografía de Pablo de


Tarso, discípulo y Apóstol de Jesús resucitado. Él fue, quien dio el impulso misionero a la
Iglesia y buscó por todos los medios posibles que había para ese entonces, propagar la fe
cristiana, defendiendo los valores del Reino de Dios y llevando a todos aquellos que no sabía
ni conocían nada de Jesús de Nazaret el mensaje de salvación.

En un primer momento nos adentramos en los primeros años de su vida, su educación


humana y religiosa, sus orígenes y la importancia del contexto en el que se fue criando, que
dio paso a todo el bagaje cultural que Pablo tenía y que fue capaz de transmitir mediante sus
cartas.

Luego, nos proponemos explicar, la razón por la cual, después de vivir en Jerusalén
y ser educado por Gamaliel, Pablo se convierte en perseguidor de los cristianos, hasta el
punto de hostigarlos y buscarlos en las sinagogas para hacerlos recapacitar de su error.

Llegado el momento de su encuentro con Cristo Resucitado, da comienzo a una nueva


etapa misionera, donde será el punto de inicio y no retorno de la gran empresa evangelizadora
de Pablo por todo el mundo conocido en aquellos días, hasta llegar a dar su vida en Roma,
debido a la persecución contra los cristianos.

Es un hombre que dio su vida por el Evangelio, pionero de la misión cristiana, y fue
así, quien asentó todas las bases de las reflexiones teológicas cristianas con sus cartas y
escritos.

i
BIOGRAFIA DE PABLO DE TARSO

Saulo de Tarso, una figura ciertamente histórica1, y por ello nos parece oportuno
comenzar diciendo que, para reconstruir la vida de este hombre concreto tenemos a nuestra
disposición dos clases de documentos, a los que llamamos fuentes2.

Por una parte tenemos el libro de los Hechos de los Apóstoles3, luego, las notas
autobiográficas esparcidas en las cartas del Apóstol, a quién luego se le llamó Pablo4. Estas
notas son el testimonio más sólido que poseemos sobre su vida, no descartamos toda la
literatura patrística que menciona al apóstol Pablo. Las notas que aparecen en los Hechos de
los Apóstoles deben adecuarse en función de las mismas cartas, ya que poseen ciertas
peculiaridades que el autor lucano pudo haber impreso.

1. LOS PRIMEROS AÑOS DE LA VIDA DE PABLO

Pablo, israelita, del linaje de Abrahán, hijo de padres «hebreos» (es decir, judíos de origen
palestinense y de lengua aramea) y de la tribu de Benjamín, nació en Tarso, capital de la

1
Cfr. BASEVI, Claudio, Introducción a los escritos de San Pablo, su vida y su teología, Ediciones Palabra,
Madrid, 2012, p25.
2
Por ello, las discusiones aún abiertas sobre la vida y las enseñanzas de Pablo dependen principalmente del
valor que se atribuya a las fuentes. GALLART, Miguel, Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial
Herder, Barcelona, 2003, p1143. GNILKA J., Pablo de Tarso apóstol y testigo, Herder, Barcelona, 1998, p19.
3
«Los Hechos de los Apóstoles, obra del evangelista Lucas, son una fuente insustituible para la vida del apóstol
Pablo. Esta obra de Lucas cuenta el relato de la conversión de Pablo camino de Damasco, los primeros
acontecimientos de su nueva vida, su permanencia en Antioquía de Siria, sus viajes misioneros, sus relaciones
con la Iglesia-madre de Jerusalén, su cautividad en Cesarea Marítima, su viaje a Roma y su predicación a los
judíos de la ciudad. La obra de Lucas termina con la prisión y liberación de Pablo (en el año 62), sin darnos a
conocer qué fue de los últimos años del apóstol. Sin embargo, es necesario tener presente que tampoco el
objetivo de los Hechos de los Apóstoles fue ofrecer una biografía completa y crítica del apóstol Pablo, sino
contar –hacia los años 80– cómo el cristianismo, nacido en Jerusalén, llegó hasta Roma, capital del Imperio,
mediante la persona de Pablo de Tarso. Por eso, la obra termina dejando al apóstol en Roma. Por otra parte,
Lucas, como todo historiador antiguo clásico, goza de libertad para modificar y reescribir sus fuentes, y se
permite poner en labios de su héroe discursos que literalmente no fueron pronunciados por él. En definitiva, el
libro de los Hechos de los Apóstoles, siendo una fuente importante e imprescindible para conocer la vida de
Pablo, debe utilizarse con cautela y discreción como fuente para una vida crítica del apóstol». Cfr. CARRILLO
ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2008,
p10-11.
4
«Las cartas de Pablo constituyen la fuente principal y más directa de su vida; sin embargo, no fueron escritas
por el apóstol para narrar su propia historia, sino como intervenciones de circunstancia en momentos
trascendentales de su ministerio apostólico. De las trece epístolas atribuidas al apóstol, las consideradas
auténticas por la mayor parte de los comentaristas son siete: la primera a los Tesalonicenses, a los Filipenses, a
los Gálatas, las dos a los Corintios, a los Romanos y a Filemón. De las otras seis epístolas, son llamadas
«deutero-paulinas»: la segunda a los Tesalonicenses, a los Colosenses y a los Efesios; y «tritopaulinas», las dos
cartas a Timoteo y la carta a Tito. Sin embargo, entre éstas, algunos autores reconocen también con bastante
probabilidad como auténticamente paulinas la segunda a los Tesalonicenses, la Epístola a los Colosenses y la
segunda a Timoteo». Cfr. CARRILLO ALDAY Salvador, ibíd.p10.

2
provincia romana de Cilicia, hacia el año 5 de nuestra era (Hch 21,39; Flp 3,5; 2 Cor 11,22;
Rom 11,1). Si de Pablo se dice que era «ciudadano romano» de nacimiento (Hch 16,37;
22,25-28), se explica porque sus padres debieron ser liberados de la esclavitud o por sus amos
romanos o por los servicios prestados al Imperio, convirtiéndose así en ciudadanos romanos.
En este caso, Pablo heredó automáticamente la ciudadanía romana de sus padres5.

Vivió en Tarso, que estaba asentada a orillas del navegable río Kydnos, estaba en la
llanura fértil de Cilicia, rica en viñas, cereales y lino, con el que se fabricaba la famosa tela
fina de aquella región. Era un centro bien conocido de cultura, filosofía y educación6.

Pablo, circuncidado al octavo día de su nacimiento (Flp 3,5), recibió el nombre hebreo
de Saulo, como el primer rey de Israel, pero, según la costumbre de los judíos de la diáspora,
recibió juntamente un nombre conveniente en griego, Paulos (en latín, Paulus)7.

EDUCACIÓN HUMANA Y RELIGIOSA

Sobre la formación del Apóstol hay dos opiniones:

1. La primera afirma que Pablo, desde su niñez, fue educado en Jerusalén8. Dice Pablo:
«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a
los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la ley de nuestros padres…» (Hch
22,3).
2. La segunda opinión mantiene que la primera formación humana la adquirió en Tarso,
su ciudad natal. Sus padres judíos le enseñaron la lengua aramea y, como tenían una
buena posición económica, hicieron que su hijo, después de la educación primaria,

5
Cfr. CARRILLO ALDAY Salvador, Ibíd.p13.
6
¿Qué era Tarso? Un lugar de antiquísimo tráfico internacional, la línea divisoria entre dos civilizaciones: la
grecorromana del Occidente y la semítico-babilónica del Oriente. Estaba situado al pie de la cordillera del
Tauro, cuyas nevadas cumbres se yerguen hacia dentro de la llanura de Cilicia, como el Líbano hacia
Galilea…La patria del apóstol yacía como en un frutero de oro en la exuberante región de Cilicia, protegida
contra los ásperos vientos del norte y los piratas de levante. HOLZNER, Josef, San Pablo Heraldo de Cristo,
Herder, Barcelona, 2002, p17. Es interesante la descripción de Tarso que hace también Joachim Gnilka. Cfr.
GNILKA J., Pablo de Tarso apóstol y testigo, Herder, Barcelona, 1998, p23-25.
7
Sus dos nombres, Saúl y Pablo, confirman que él perteneció a dos culturas. GNILKA J., ibíd. p26.
8
GNILKA J., ibíd. p29.

3
frecuentara la famosa universidad de cultura helénica clásica de Tarso, émula de las
de Atenas y de Alejandría9.

Así se comprende el dominio que Pablo adquirió de la lengua griega común, las estructuras
retóricas que se manifiestan en sus escritos y el estilo vigoroso de sus cartas. Que será muy
distinto al lenguaje de Jesús en sus parábolas, utilizando términos propiamente de la polis y
de la cultura helénica.

En cuanto a su formación religiosa, Pablo la recibió tanto en el seno familiar como en


la sinagoga del lugar. Una vez terminados sus estudios, Pablo se vio frente a un dilema:
permanecer en Tarso y abrazar la vida común y corriente de los judíos de la diáspora, o
trasladarse a Jerusalén, donde profundizaría en el conocimiento de su fe judía y podría vivirla
con mayor observancia.

Pablo optó por la segunda alternativa y tomó el camino hacia Jerusalén10.


Probablemente, como todo peregrino, recorrió a pie, en unas seis semanas, los 800 kilómetros
que separan Tarso de Jerusalén. Una vez llegado a la Ciudad Santa, se adhirió al grupo de los
fariseos y adquirió del Rabino Gamaliel I una seria formación en las divinas Escrituras, en la
ley oral y en los métodos exegéticos de los rabinos, y se hizo celoso defensor de las
tradiciones de los padres11 (Hch 22,3; Gál 1,14).

Pablo, pues, antes de ser llamado a la fe, se nos presenta equipado con una notable
serie de cualidades humanas y religiosas: era a la vez israelita por su raza, griego por su
cultura y romano por su ciudadanía; era un judío practicante y un fariseo exigente. Dios lo
fue preparando, sin que Pablo se diera cuenta, para una gran misión.

9
Pablo, nació pues, en esta ciudad. Aquí paso su infancia y su adolescencia. Creció en un ambiente urbano.
Como hijo de judíos de la diáspora, no solo tuvo contacto, desde su infancia, con personas de otras razas y
pueblos, sino que, además, pudo experimentar diariamente en esta metrópoli comercial la apertura al mundo.
Personas de otras culturas y mentalidades no eran un fenómeno extraño para él, sino que tuvo contacto con ellas
desde su juventud y pudo observar sus hábitos y costumbres. No es casual que el futuro gran misionero no
proviniera de Palestina, sino de la diáspora…su lenguaje no se compara con el de Jesús, esté creció en un
entorno rural. En Tarso, dos culturas marcaron a Pablo: la judía y la griega. GNILKA J., ibíd. P25.
10
GNILKA J., ibíd. p29.
11
Muy probablemente Pablo frecuentaba en Jerusalén la sinagoga judío-helenística; así se comprende mejor
que, aunque haya aprendido el hebreo, utilice en sus epístolas la Biblia en su traducción griega, de la que hace
unas noventa citas, sin contar innumerables alusiones. CARRILLO ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol de
Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2008, p15.

4
¿HABRÁ CONOCIDO PABLO A JESÚS EN JERUSALÉN12?

Pablo fue a Jerusalén para dedicarse de lleno al estudio y conocimiento de la ley escrita y de
la ley oral, explicaciones de la ley escrita dadas por famosos rabinos. Pues bien, si acaso llegó
a sus oídos alguna noticia acerca de Jesús, ésta no le debió de interesar.

En efecto, Jesús era un galileo y no había frecuentado las escuelas rabínicas de


Jerusalén, pero la gente creía que era el Mesías, y esta creencia era incompatible con la idea
que los sabios judíos tenían sobre el Mesías, el cual, sería una figura del futuro, aparecería
de improviso, sería portador de toda clase de bendiciones de felicidad y de paz definitiva,
liberaría al pueblo de sus pecados e inauguraría una nueva edad en la que ya no sería necesaria
la ley, pues ésta había sido instituida para los impíos y pecadores. Además, hay que excluir
una idea, común pero inexacta: que toda la gente de Jerusalén conocía a Jesús y que supo de
su crucifixión, la víspera del gran día de la Pascua. Esto no podía ser posible.

En efecto, ese día, desde el amanecer, todo mundo estaba atareado en la preparación
de la solemne fiesta; iban y venían por las calles de la ciudad sin saber que, hacia el mediodía,
Pilato había condenado a muerte de cruz a dos malhechores y con ellos también a Jesús, un
judío que venía de Galilea y a quien algunos consideraban el Mesías. Por tanto, es muy
probable que Pablo no conociera en persona directamente a Jesús.

PABLO, PERSEGUIDOR DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS13.

Si Pablo no conoció a Jesús, ¿por qué y cómo comenzó a enfrentarse a sus discípulos14?

1. La experiencia que los discípulos tuvieron de Jesús resucitado causó en ellos una
profunda transformación en su vida y en sus ideas, y a eso se añadió la fuerte
experiencia de la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, con sus carismas en orden
a la evangelización. Esto les permitía confesar con vigor y entusiasmo que Jesús era

12
Nos pareció oportuno desarrollar este pequeño apartado, ya que, muchas veces nos hemos preguntado si
Pablo pudo haber conocido al Jesús histórico, ante lo cual, con la explicación de esté autor nos queda claro que
fue en cierto modo muy difícil que haya ocurrido por todo el contexto en el que Pablo se movía. Cfr.
CARRILLO ALDAY Salvador, ibíd.., p16.
13
BOSCH J., Escritos Paulinos, Verbo Divino, Navarra, 1999, p22.
14
Sobre este apartado, nos ofrece una importante reflexión Joachim Gnilka, al desarrollar todo lo relacionado
con la persecución de Pablo a la comunidad cristiana, a la que esté autor trata de fundamentar el porqué de la
persecución. CARRILLO ALDAY Salvador, p37-42. KUSS O., San Pablo, la aportación del apóstol a la
teología de la Iglesia primitiva, Herder, Barcelona, 1975, p40-42.

5
el Mesías (Hch 2,36), y que sólo en él estaba la salvación (Hch 4,12). Como efecto,
día tras día, nuevos adeptos se adherían al naciente movimiento de Jesús. Y esto llegó
a inquietar a las autoridades de Jerusalén (Hch 3-5).
2. Por otro lado, los discípulos de Jesús se mostraban fervientes fieles del judaísmo: no
abandonaban las prácticas de la ley, frecuentaban el templo y vivían de acuerdo a las
tradiciones recibidas. De allí que los fariseos, convencidos por la autoridad del gran
rabino Gamaliel I, pensaron que la efervescencia del nuevo movimiento pasaría:
«Desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta obra es de los hombres,
se destruirá; pero si es de Dios, no conseguiréis destruirles. No sea que os encontréis
luchando contra Dios» (Hch 5,38-39).
3. Pablo, por su parte, no pensaba así. Él tenía la convicción de que la presente etapa de
la salvación estaba regida por la meticulosa observancia de la ley de Moisés; sólo más
tarde vendría el Mesías y no sería ya necesaria la ley. Los cristianos, en cambio,
inconscientemente admitían la existencia simultánea de la ley y de la adhesión de fe
a Jesús-Mesías.
4. Siendo así, Pablo consideraba que los cristianos estaban en un error, que debía ser
corregido frontalmente, y por eso comenzó a perseguirlos. La persecución a la Iglesia
cristiana es atestiguada directamente por el apóstol (Flp 3,5-6; Gál 1,13-14; 1 Cor
15,9).

Esto significa que Pablo molestaba y acosaba por todas partes a los cristianos, sin dejarlos
tranquilos, haciéndoles la vida imposible15. Como realidad histórica podemos pensar que
Pablo, en las sinagogas16, forzaba a los cristianos a blasfemar contra Jesús y los llevaba a los
tribunales rabínicos para que recibieran los castigos reglamentados, como Jesús mismo

15
En cuanto a la expedición de Pablo a Damasco con cartas del sumo sacerdote a las sinagogas, para
que Pablo llevara presos a hombres y mujeres a Jerusalén (Hch 9,1-2), este dato parece históricamente irreal,
pues la jurisdicción del sumo sacerdote y del Sanedrín se limitaba a la provincia de Judea. Parece, pues, que
Lucas con sus afirmaciones progresivas quiso presentar la actividad persecutoria de Pablo en un crescendo
retórico impresionante para culminar, en forma dramática, en su admirable conversión al Señor. CARRILLO
ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2008,
p42.
16
La intención que llevó a Pablo y a sus acompañantes a actuar en las sinagogas…habría sido la de hacer entrar
en razón a los disidentes, la de moverlos a desistir de su concepción de la Ley que vulneraba la santidad de
Israel. De seguro que no querían limitarse a discutir. Los tribunales de las sinagogas tenían facultades para
imponer penas. Pablo, sufrió en su carne 5 veces los 39 azotes, medida punitiva típica de la sinagoga. GNILKA
J., ibíd. P43.

6
anunció (Mc 13,9; cf. Jn 9,22.34) y Pablo sufrió (2 Cor 11,24). Dios iba forjando en Pablo,
poco a poco a quién sería el Apóstol de los gentiles, el gran evangelizador.

2. ENCUENTRO CON CRISTO RESUCITADO17

En este trabajo de investigación, no hemos querido llamar a este acontecimiento con la el


término «conversión», más bien, lo denominamos «encuentro con Cristo» ya que, marca un
punto intermedio en el que todo lo que Dios había preparado en Pablo desde su infancia,
ahora, tiene plenitud. Pablo, testigo privilegiado del Señor resucitado, mediante este
acontecimiento viene a comenzar una nueva etapa en la tarea evangelizadora de la
comunidad18.

Dos fuentes nos narran el acontecimiento que tuvo lugar en las cercanías de Damasco:
Jesús resucitado se apareció a Pablo cuando menos lo sospechaba y ese encuentro,
instantáneo, inaudito, inesperado y trastornante, le hizo dar un giro de ciento ochenta grados
en su vida y en su actitud hacia Jesús y sus discípulos.

2.1 LOS TEXTOS DE PABLO

PABLO ES TESTIGO DE CRISTO RESUCITADO

Cuando Pablo informa a los corintios sobre las manifestaciones de Jesús resucitado, y se
incluye a sí mismo en ellas:
«Cristo resucitó al tercer día, según las Escrituras; se apareció a Cefas y luego a los
Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos. Luego se apareció a
Santiago; más tarde a todos los apóstoles. Y en último término también a mí, como
a un abortivo» (1 Cor 15,4-8).
Pablo se sitúa entre los testigos oculares de Jesús, pero no del Jesús terrestre, sino del Cristo
resucitado. Podemos suponer que Jesús se le presentó según la imagen que Pablo se había

17
Sobre esta temática recomendamos profundizar en la investigación de Sabugal, en la que desarrolla todo el
fenómeno de la conversión – quizá mal llamada así – haciendo un estudio minucioso de todo lo que aconteció
en la vida de Pablo. SABUGAL S., La Conversión de San Pablo, Damasco: ¿ciudad de Siria o región de
Qumran? Biblioteca Herder, Barcelona, 1976.
18
La conversión de Pablo, denominación tradicional del encuentro de Pablo con Jesús cuando aquél se dirigía
a Damasco, es incierta en cuanto a la fecha: entre el 30 y el 39, seguramente hacia el año 34. GALLART,
Miguel, Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial Herder, Barcelona, 2003, p1145.

7
formado de él, si bien esta imagen fue enormemente superada por la visión que le fue
concedida.
PABLO ES APÓSTOL PORQUE VIO A CRISTO RESUCITADO

Un elemento necesario para ser apóstol es haber sido llamado por Jesús y ser testigo de él
resucitado. Pues bien, escribiendo a los Corintios para defender sus derechos de ser apóstol,
les dice:

«¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿No he visto yo a Jesús, Señor nuestro?» (1
Cor 9,1).

CRISTO MISMO LE CONFIÓ LA MISION

Pablo, escribiendo a los gálatas, dice que él recibió directamente de Dios la revelación de
Jesucristo como su Hijo y, junto con ella, su misión a los gentiles. Se trata de un texto capital:

«Os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de orden


humano, pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo». (Gal 1,11)

2.2 LOS RELATOS DE LUCAS19

Lo que llaman «la conversión de Pablo» es contada tres veces en Hechos de los Apóstoles.
(9,1-19; 22,5-16; 26,12-20) Aunque estos testimonios divergen en sus detalles, están, sin
embargo, concordes en lo principal. Pablo perseguía a los cristianos, cuando, junto a
Damasco por súbita aparición de Cristo se convirtió en discípulo y apóstol de Jesús20.

19
«Pablo sólo por alusiones cuenta su encuentro con Jesús. Lucas, en cambio, ofrece tres relatos diferentes del
acontecimiento de Damasco, subrayando así la importancia y las consecuencias de ese suceso. El primero se
presenta como la narración del hecho (Hch 9, l-19a); el segundo es un discurso de Pablo ante el alborotado
pueblo de Jerusalén (22,1-21); el tercero es una apología personal de Pablo ante el rey Agripa y el procurador
Festo (26,2-23). Estos relatos son la interpretación propia que hace Lucas acerca de lo acontecido. Al leerlos
hay que tener en cuenta que el autor no intenta dar una narración circunstanciada de lo que sucedió, sino
transmitir, en un género literario propio adoptado por él, el contenido doctrinal del encuentro de Pablo con
Cristo. En esta forma, es Lucas quien pone en labios de sus personajes los diálogos de cada relato. La imagen
que Lucas nos comunica de Pablo es la que él tiene del apóstol». CARRILLO ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol
de Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2008, p63. Se ha discutido muchas veces
la historicidad de los Hechos de los Apóstoles con respecto a algunos datos sobre Pablo. GALLART, Miguel,
Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial Herder, Barcelona, 2003, p1143.
20
H. HAAG; A. BORN; DE AUSEJO; Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2011, p1386.

8
Después de esto, Pablo, bajo la impresión de su encuentro con Cristo y la misión
recibida, sin acudir a consejos humanos, ni subir a Jerusalén para entrevistarse con los
apóstoles, se marchó a Arabia a su primera misión evangelizadora, obedeciendo a la palabra
recibida en el momento de su primera visión: «Anunciar a Jesús entre los gentiles».

Después de su corto viaje de evangelización a Arabia21, Pablo regresó a Damasco,


donde permaneció tres años, (Gál 1,18). Damasco, capital de la Decápolis, era una ciudad
hermosa y se preocupaba por diseminar por todas partes la cultura helenista.

Durante tres años, Pablo se dedicó en Damasco a profundizar en el cristianismo; a


predicar, según su misión, a los paganos la noticia del Señor Jesús como el Hijo de Dios y el
Mesías, y a aprender un oficio manual que le permitiera ser económicamente independiente
para poder dedicarse a la predicación sin resultar oneroso para las comunidades que
evangelizaría. Pablo recordará más tarde con satisfacción que se ganó la vida trabajando con
sus manos (1 Tes 2,9; 2 Tes 3,7-9; 1 Cor 4,12). Después de estar en Damasco fue perseguido
por las autoridades del lugar, y como él mismo escribió, pasó quince días junto a Pedro en
Jerusalén, para conocer de un testigo privilegiado la vida de Jesús.

Comenzó la ardua labor de evangelizar a judíos y griegos, tenemos pues los


testimonios de la evangelización que comenzaron los apóstoles, y en este caso, Pablo y
Bernabé, y su gran labor en Antioquia, la primera ciudad donde los denominaron cristianos22.

3. EL PRIMER VIAJE APOSTOLICO23 (Hch 13,1-14,28)

En hechos de los apóstoles se presenta este viaje como un acontecimiento importante24 y


como una empresa de la iglesia de Antioquia25 (Hch 13,2). Bernabé y Pablo, juntamente con

21
BOSCH J., Escritos Paulinos, Verbo Divino, Navarra, 1999, p25.
22
Mientras que a los judíos se les predicaba que Jesús era «El Mesías», a los gentiles se les anunciaba que Jesús
era «el Señor». Para estos últimos, la palabra «Mesías» no significaba gran cosa; en cambio, el título de «Señor»
estaba impregnado de sentido. Al emperador de Roma se le llamaba «el señor» y se le reconocía un poder regio
único, absoluto y universal, casi divino (Hch 25,26). Así pues, anunciando a Jesús como «el Señor», los
discípulos comunicaban a los gentiles su fe en Jesús no sólo como Señor del Imperio, sino como «el Señor
Jesús, exaltado a la diestra de Dios y constituido Soberano del Reino escatológico» (Hch 2,21.36; 7,59-60; 10,
36). CARRILLO ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino,
Navarra, 2008, p65.
23
ROSSANO P, RAVASI G., GIRLANDA A., Nuevo diccionario de Teología bíblica, San Pablo, Madrid,
1990, p1354.
24
H. HAAG; A. BORN; DE AUSEJO; Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2011, p1387.
25
GNILKA J., ibíd. p58.

9
Juan Marcos, se hicieron a la vela en Seleucia rumbo a Chipre, patria de Bernabé, donde
había ya comunidades cristianas.

Predicaron en Salamina y atravesaron toda la Isla hasta Páfos, donde convirtieron al


procónsul Sergio Paulo, y Pablo hirió de ceguera a un mago judío por nombre Baryesús (Hch
13,4-12).

De Pafos navegaron a Perge de Panfilia, donde Marcos se separó de ellos y volvió a Jerusalén.
A través de los puertos del Tauro, Pablo y Bernabé, después de un viaje peligroso (2Cor
11,26), llegaron a Antioquia de Pisidia, donde, con éxito inicial, predicaron en la Sinagoga y
convirtieron a numerosos judíos y temerosos de Dios. Por la oposición de los judíos se
dirigieron a los gentiles y después de algún tiempo se vieron forzados a abandonar la ciudad.

Por las mismas experiencias pasaron en Iconio. Después de largo tiempo se retiraron hacia
el sur, a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia (Hch 14,1-7). Después de la curación de un
cojo en Listra, la población los tuvo por dioses que habían aparecido en forma humana sobre
la tierra. Pocos días después acudieron judíos de Antioquia e Iconio e hicieron cambiar las
disposiciones del pueblo; Pablo fue apedreado y traído como muerto a la ciudad (2Cor 11,25)
al día siguiente emprendió con Bernabé el viaje a Derbe, donde hizo muchos discípulos (Hch
14,8-20). Después de algún tiempo, pasando por Listra, Iconio, Antioquia, Perge y Atalia,
los misioneros regresaron a Antioquia de Siria26.

4. CONCILIO DE LOS APOSTOLES27 (Hch 15; Gal 2,1-10)

La alegría de la Iglesia de Antioquia por la conversión de numerosos gentiles fue pronto


turbada por la llegada de algunos judeocristianos de Jerusalén. Pablo y Bernabé habían
admitido en la Iglesia a los gentiles, sin obligarlos a la circuncisión ni a la guarda de la Ley
mosaica, y en Antioquia estaban todos de acuerdo con ello. Pero en Jerusalén todos los
cristianos observaban celosamente la ley (Hch 21,20) y tenían a los incircuncisos por
impuros. Por consiguiente, exigían que los gentiles convertidos se circuncidaran, ya que,

26
BOSCH J., Escritos Paulinos, Verbo Divino, Navarra, 1999, p28.
27
Para algunos autores, el concilio debería colocarse más bien entre el segundo y el tercer viaje. Ello nos
ayudaría a llenar por lo menos catorce años que median entre las visitas de Pablo a Jerusalén (Gal 2,1). BOSCH
J., ibíd. p34.; GNILKA J., ibíd. p95.

10
según ellos, el que no circuncidara de acuerdo a la ley de Moisés no podía salvarse (Hch
15,1)

Esta afirmación contradecía la doctrina paulina, según la cual el hombre no se justifica por
las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, y hacía problemática la propagación del
cristianismo entre los gentiles. Para resolver esta cuestión fueron enviados a Jerusalén Pablo,
Bernabé y Tito (Gal 2,3) y algunos otros hermanos. El asunto se discutió en el concilio de
los apóstoles y quedó resuelto en favor de Pablo28. Luego de esté concilio, hubo un incidente
entre Pedro y Pablo29, por el cual, parecía que la comunidad se había dividido, sin embargo,
según Gálatas 2,15, fue resuelto en favor de Pablo.

5. SEGUNDO Y TERCER VIAJE APOSTOLICO (Hch 15,36-18,22)

Pablo permaneció solo breve tiempo en Antioquia, pues quería visitar nuevamente las iglesias
fundadas en su primer viaje apostólico. Como Bernabé quería tomar consigo a Juan Marcos,
Pablo se separó de su compañero. Bernabé navego con Marcos hasta Chipre, y Pablo visito
con Silas las iglesias de Siria, Cilicia, Derbe, Listra y Antioquia de Pisidia. En Listra tomó
consigo a Timoteo y, por ser de madre judía, lo hizo circuncidar; Timoteo se convirtió en uno
de los más fieles colaboradores de Pablo (Hch 15,36-16,5).

Luego, Pablo atravesó Frigia y la región de Galacia, pasó junto a Misia y bajo hasta Tróade.
Se encontró con el medico Lucas que se le junto como colaborador, partieron hacia
Macedonia, luego a Filipos donde fundaron una iglesia, compuesta casi solo por gentiles.
Después de una acusación y ser azotados fueron expulsados, y llegaron a Tesalónica, Pablo
predicó durante tres semanas en la sinagoga y convirtió a muchos temerosos de Dios, luego,
por denuncia de los judíos fueron expulsados de la ciudad.

Pablo se trasladó a Atenas, allí predicó en la sinagoga y en el ágora. Su predicación despertó


curiosidad de algunos filósofos, se le invito a exponer su doctrina en el Areópago y predicó
allí al Dios Uno, mas, cuando comenzó hablar del juicio y la resurrección no le prestaron
atención. Después de este triste suceso, se fue a Corinto, donde vivía con Áquila y su mujer

28
H. HAAG; A. BORN; DE AUSEJO; Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2011, p1388.
29
Esté autor hace un buen desarrollo de este incidente ocurrido en Antioquia entre Pedro y Pablo. BOSCH J.,
ibíd. p36-40.¸Hubo quien concibió que Pablo y Pedro se separaron sin llegar a reconciliarse jamás y quien opina
que en la disputa se salvó lo esencial de la unidad de la Iglesia. GNILKA J., ibíd. p102.

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Priscila, judíos conversos del Ponto. Vivió alrededor de 18 meses con ellos, predicaba los
sábados y durante la semana trabajaba. Luego partió nuevamente hacia Antioquia.

Su tercer viaje apostólico (Hch 18,23-21,14), podemos resumirlo en su gran labor de


consolidar las comunidades recién fundadas que comenzaban a tener problemas y muy serios.
Permaneció en Éfeso30 una gran parte de tiempo. Visitó a los Corintios, y desde allí escribió
su carta a los Romanos, preparando su llegada a la ciudad de Roma.

6. CAUTIVIDAD Y MUERTE

Fue capturado en Jerusalén31 (Hch 21, 17-23,32), donde fue puesto en cautividad y llevado a
juicio ante el sanedrín, el cual decidió enviarlo hasta Cesárea. Estando ya en Cesárea (Hch
23,33-26,32) fue acusado ante el procurador como alborotador, sectario y profanador del
templo, así transcurrieron dos años. Los judíos querían que fuera juzgado en Jerusalén, pero
Pablo apelo al derecho de ciudadano romano y apeló al Cesar. Por lo que emprendió el viaje
a Roma y naufragó. Estando en Roma Pablo obtuvo el permiso para alquilar una vivienda y
recibir allí a quien quisiera y llegaban a visitarlo de la mayor parte de iglesias que había
fundado. Su cautiverio que duro dos años en Roma no impidió su actividad apostólica32.

Para los últimos años de la vida de Pablo, fuera de las noticias de Clemente Romano, nos
hallamos reducidos a indicaciones de las cartas pastorales, cuya autenticidad es muy
discutida33. La mayoría de los críticos liberales opinan que Pablo fue ejecutado durante la
persecución de Nerón, en el año 6434. Los autores que admiten la autenticidad de las cartas
pastorales, suponen, un viaje a España y generalmente un viaje a Oriente. Según la tradición
romana, Pablo fue decapitado fuera de la ciudad, probablemente el año 67, y sepultado en un
cementerio privado de la vía Ostiense.

30
Cfr. GNILKA J., ibíd. p107-121.
31
BOSCH J., ibíd. p41.
32
H. HAAG; A. BORN; DE AUSEJO; Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2011, p1394.
33
Los críticos conservadores admiten la autenticidad de trece cartas; pero muchos atribuyen Hebreos a un
discípulo de Pablo. La crítica liberal mantiene, en general, la autenticidad de Rom, 1Cor, 2Cor, Gál, y (con
pocas excepciones) la de 1Tes, Flp, Col, Flm; la mayoría de estos autores rechazan la autenticidad de 2Tes, Ef,
1Tim, 2Tim y Tit, aunque reconocen en estas cartas elementos paulinos. DE AUSEJO, Serafín, Diccionario de
la Biblia, Editorial Herder, Barcelona, 1970, p1383.
34
BOSCH J., ibíd. p43.

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7. CONCLUSION

Después de esta gran empresa por tratar de narrar la vida de un hombre, cuya importancia
dentro del cristianismo denota su gran esfuerzo en los primeros años por consolidar el
mensaje de Cristo Resucitado. Hemos tratado de adentrarnos en la vida de Pablo de Tarso,
quien fue el misionero de los gentiles, hubo quienes lo consideran el más importante entre
todos los apóstoles, hubo quien considera que debería ser él que tuviera el puesto de Pedro,
y así, entre tantas especulaciones al valorar todo el trabajo misionero de este gran Apóstol.

Sin embargo, con este trabajo de investigación nos queda claro que, Pablo fue siempre un
judío piadoso, cumplidor de la ley, hombre recto y de buenas costumbres, educado y formado
en la cultura helénica, que llegó a Jerusalén para conocer más de cerca la Ley y los profetas.

Combatió a los cristianos pensando en corregir un grave error por parte de esta nueva secta,
pero fue allí, donde Cristo se le aparece y sale a su encuentro para darle un nuevo sentido a
la misión que el mismo Dios le había confiado desde el principio, por ello, lo que
normalmente llaman «conversión» hemos querido llamarle «encuentro». Un punto de la vida,
que fue decisivo y cambio la vida de este hombre.

Hemos estudiado brevemente la vida y la misión de Pablo, hay muchos estudios e


investigaciones que dejamos a disposición para poder seguir consultando después.

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Bibliografía

BASEVI, Claudio, Introducción a los escritos de San Pablo, su vida y su teología, Ediciones Palabra, Madrid,
2012.

BOSCH J., Escritos Paulinos, Verbo Divino, Navarra, 1999.


CARRILLO ALDAY Salvador, Pablo, Apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas, Editorial Verbo Divino,
Navarra, 2008.

GALLART, Miguel, Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial Herder, Barcelona, 2003.


GNILKA J., Pablo de Tarso apóstol y testigo, Herder, Barcelona, 1998.
H. HAAG; A. BORN; DE AUSEJO; Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2011.

ROSSANO P, RAVASI G., GIRLANDA A., Nuevo diccionario de Teología bíblica, San Pablo, Madrid,
1990.

SABUGAL S., La Conversión de San Pablo, Damasco: ¿ciudad de Siria o región de Qumran?
Biblioteca Herder, Barcelona, 1976.

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