La propia definición de liderazgo enumera ya varias características:
1. Capacidad de comunicarse. La comunicación es en dos sentidos. Debe
expresar claramente sus ideas y sus instrucciones, y lograr que su gente las escuche y las entienda. También debe saber "escuchar" y considerar lo que el grupo al que dirige le expresa. 2. Inteligencia emocional. Salovey y Mayer (1990) definieron inicialmente la Inteligencia Emocional como -la habilidad para manejar los sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción.- Los sentimientos mueven a la gente, sin inteligencia emocional no se puede ser líder. 3. Capacidad de establecer metas y objetivos. Para dirigir un grupo, hay que saber a dónde llevarlo. Sin una meta clara, ningún esfuerzo será suficiente. Las metas deben ser congruentes con las capacidades del grupo. De nada sirve establecer objetivos que no se pueden cumplir. 4. Capacidad de planeación. Una vez establecida la meta, es necesario hacer un plan para llegar a ella. En ese plan se deben definir las acciones que se deben cumplir, el momento en que se deben realizar, las personas encargadas de ellas, los recursos necesarios, etc. 5. Un líder conoce sus fortalezas y las aprovecha al máximo. Por supuesto también sabe cuáles son sus debilidades y busca subsanarlas. 6. Un líder crece y hace crecer a su gente. Para crecer, no se aferra a su puesto y actividades actuales. Siempre ve hacia arriba. Para crecer, enseña a su gente, delega funciones y crea oportunidades para todos. 7. Tiene carisma. Carisma es el don de atraer y caer bien, llamar la atención y ser agradable a los ojos de las personas. Para adquirir carisma, basta con interesarse por la gente y demostrar verdadero interés en ella; en realidad, en el carisma está la excelencia. Se alimenta con excelencia, porque es lo más alejado que hay del egoísmo. Cuando un líder pone toda su atención en practicar los hábitos de la excelencia, el carisma llega y como una avalancha cae un torrente sobre el líder. 8. Es Innovador. Siempre buscará nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. Esta característica es importante ante un mundo que avanza rápidamente, con tecnología cambiante, y ampliamente competido. 9. Un líder es responsable. Sabe que su liderazgo le da poder, y utiliza ese poder en beneficio de todos. 10. Un líder esta informado. Se ha hecho evidente que en ninguna compañía puede sobrevivir sin líderes que entiendan o sepan cómo se maneja la información. Un líder debe saber cómo se procesa la información, interpretarla inteligentemente y utilizarla en la forma más moderna y creativa.
Conoce los estilos de liderazgo más
empleados en el sector empresarial El liderazgo es sinónimo de iniciativa, dirección, emprendimiento, gestión, valoración, implicación, monitorización y consecución de objetivos. Es el acto de orientar algo o a alguien hacia una meta específica. Sin embargo, sería un error hablar de un solo tipo de liderazgo. Lo que hasta hace poco se creía una labor exclusiva de los altos directivos, gerentes, responsables de sección o jefes de equipo, se ha ido modificando al mismo ritmo que los modelos de estructuras empresariales. Si cambian los sistemas, deben cambiar los referentes. De hecho, en la actualidad se habla de que las empresas, sobre todo si tienen un alto número de miembros y una estructura compleja, se sustentan no sólo en un tipo de liderazgo sino en la suma de varios. La cultura del liderazgo organizacional plantea que ahora, sea cual sea la naturaleza de la empresa o su modelo de organización, debe tener más de un liderazgo. El modelo de liderazgo unitario, independiente del estilo, ha demostrado ser eficiente en algunos casos, pero, a la vez, se queda corto en otras situaciones.
Liderazgo empresarial: principales modelos
Eso explica, en parte, que muchas empresas hayan optado por diversificar el liderazgo en más de un cargo. Es decir, funcionan con un sistema descentralizado en el que cada uno de los responsables tiene un cierto nivel de incidencia en las decisiones que afectan a la organización en su conjunto. Este tránsito del liderazgo unitario a los liderazgos simultáneos ha provocado que los expertos en la materia definan nuevos estilos. Por supuesto, no son definitivos. Cada empresa los asume los adapta a sus necesidades. Entre los modelos de liderazgo más destacados podemos mencionar algunos como: a) Autocrático: En este modelo, los líderes tienen el control absoluto de las decisiones. Los miembros de los equipos se limitan a seguir las directrices que les han sido marcados al inicio de los procesos. Tampoco los cargos de staff, aquellos que se adhieren a la organización sin que sean parte de ella, tienen influencia. b) Laissez-faire: En francés, la expresión ‘laissez-faire’ significa «dejar hacer». Este estilo de liderazgo promueve la libertad de los trabajadores. La monitorización de los procesos se realiza de vez en cuando. Es usual en grupos de mucha experiencia. c) Carismático: Los líderes carismáticos basan su función en el entusiasmo, la engería y la proactividad. Son referentes de aquellas personas que tienen a cargo. d) Democrático: A diferencia del liderazgo burocrático, este estilo de liderazgo promueve la interacción y la participación de las personas que conforman los grupos de trabajo. Sus voces tienen importancia y valor a la hora de las decisiones. e) Operativo: El liderazgo operativo se centra en las acciones antes que las personas. Al líder de este tipo le interesan sobre todo los resultados. El personal que tenga a cargo no importa en exceso; importan su desempeño y su productividad. f) Transaccional: En este modelo, los colaboradores y el líder de equipo llegan a un pacto, por lo general de carácter económico, en el que acuerdan el intercambio de un salario o bonificación a cambio de la ejecución de ciertas labores. Lo más importante es el pacto; no importan tanto ni las relaciones ni los niveles de motivación. g) Transformacional: El objetivo de este tipo de liderazgo es influir y transformar positivamente a los grupos de trabajo para la consecución de objetivos. Se basa en la inspiración, la motivación y el entusiasmo. Algunas empresas lo usan como el complemento del estilo de liderazgo transaccional, basado, recordemos, en los resultados.