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Abstract
Introducción
Partiendo de este punto se cree que las fragancias que emanan de ciertas hierbas
de olor pueden afectar en el actuar de las personas (Damian, P., & Damian, K.
1997) “La reacción olfativa a los olores induce al cerebro, o cuando menos a parte
de éste, a estimular la liberación de hormonas y neuroquímicos que afectan la
fisiología del cuerpo y, en consecuencia, el comportamiento humano” (p. 29)
Desde la antigüedad se ha hecho uso de las esencias las cuales fueron diseñadas
primeramente por los egipcios (Damian, P., & Damian, K. 1997. p. 32) los cuales
eran utilizados para indicar diversas emociones e inspirar pensamientos tanto de
quien los utilizaba así como del admirador.
Esto no solo aplica en fragancias sintetizadas si no que el olor puede generar incluso
moral como lo explican algunos autores (Synnott, A. 2003) “El olor es un
componente importante de nuestra construcción moral de la realidad y es nuestra
construcción de realidad moral. La hipótesis fundamental es sencilla: lo que huele
bien es bueno. Por lo contrario, lo que huele mal es malo.” Partiendo de estas
afirmaciones, se infiere que, esto puede ser utilizado en diversas áreas desde la
convivencia hasta enfoques un poco más específicos como la gastronomía; estos
pueden transportarnos temporal y geográficamente al pasado para poder así
recordar vivencias sin importar que hayan sido agradables o desagradables, lo
realmente importante es que estas marcaron de manera profunda nuestras vidas.
Para concluir podemos decir que la autora del libro muestra una forma más ficticia
en la cual el exceso de especias y olores pueden llevarnos a un desenlace fatal,
finalmente se piensa que si bien los olores pueden relacionarse con los
sentimientos, las emociones e incluso en el actuar de una persona, estos son
incapaces tener un final parecido al del libro.
Synnott, A. (2003). Sociología del olor. Revista mexicana de sociología, 65(2), 431-
464.