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Marly, residencia de
campo del rey de
Francia a principios
del siglo X V i U . - ' W )
La é p o c a barroca
fue fecunda en
Inventos t a m b i é n en
el campo de la
u r b a n í s t i c a . Entre
las creaciones m á s
tipleas e s t á el
Jardín «a la
f r a n c e s a » , dotado
de una serle de
largas avenidas
rectas convergentes
en plazas circulares
y enriquecido por
grandes estanques.
6
"'jiieccura Arquitectura
t.. ' absurdo» e;i Francesco Castelli,
ei Barroco llamado Borromini,
":l Barroco no oratorio de los
reniega de las F Ü i p p i n i , Roma.
[orinas c l á s i c a s " A d e m á s de la
(columnas, arcos, aparente
frontones, frisos), arbitrariedad de los
pero las transforma detalles (en realidad
de manera simplemente
fantasiosa y distintos de los
J .
subjetiva. En tal fijados por la
sentido, nadie ha t r a d i c i ó n ) , la
¡do m á s lejos que fachada del oratorio
Borromini. En esta de los Filippini es
fach.ada, por t í p i c a por su
ejemplo, los andadura movida,
frontones, o sea la c a r a c t e r í s t i c a del
parte superior de Barroco: la parte
las ventanas, de las Inferior sobresale
puertas y del mismo un poco, forma una
edificio, en general panza, por a s í
triangulares o de decirlo, hacia el
r ir n
medio arco, s e exterior, mientras
rompen, como en la que la superior
puerta central,
o bien se hacen
t describe una curva
contraria, entrante.
m i x t l l í n e o s , con El movimiento de
partes rectas, las dos partes se
curvas y anguladas aprovecha para
formando un razonamiento pedante, retorcido y de escaso valor de hacer un balconcito,
en la concepción misma de la obra de arte; el gusto
conjunto. Algunos,
hasta invierten su argumentación. Acabó por convertirse, en casi todas que, junto con otros
detalles, contribuye "por lo teatral, por lo escenográfico, por lo fastuoso; la
propia f u n c i ó n , las lenguas europeas, en un sinónimo de extravagante, a dar Importancia a tendencia a no respetar los confines de las disciplinas,
apareciendo deforme, anormal, inusitado, absurdo, irregular; y en la parte central del es decir, a mezclar arquitectura, escultura y pintura.
« d e n t r o » en lugar de
este sentido fue adoptado por los críticos de pleno siglo edificio. El mismo
efecto que s e ha
Por el lado crítico, esta definición es quizás el mejor
« e n c i m a » de la
abertura de las xvin para indicar el arte del siglo precedente, que buscado en modo de afrontar el problema, porque el Barroco más
ventanas. Este modo parecía tener estas características. Sant'Andrea al que un estilo —en suma, un conjunto coherente de
de proceder Más tarde, en la segunda mitad del siglo pasado, el Qulrlnale, formas— es un gusto, una postura ante la vida y el
p r o c u r a r í a al
Barroco, en el
crítico suizo Heinrich Wolfflin y sus seguidores dieron conseguido a q u í con arte: tanto que podemos hablar de música barroca,
siglo XVIII, la a la palabra un significado más objetivo. Refiriéndose medios muy
de teatro barroco, y hasta de ceremonias y de vestidos
a c u s a c i ó n de siempre al arte del siglo xvn y de principios del xvui, distintos.
barrocos. Será conveniente entonces, mucho más sim-
«licencioso» y definieron como barrocas aquellas obras en las que plemente, preguntarse qué edificios se construyeron
«absurdo».
aparecían determinadas características: la búsqueda en el siglo xvn y de qué forma fueron concebidos por
del movimiento, tanto real (una pared ondulada, una sus constructores.
fuente en la que el agua cae en formas siempre nue- Los edificios típicos de la época barroca, los construi-
vas), como sugerido (un personaje retratado durante dos en mayor número y sobre los que se dirigía la
una acción violenta o un esfuerzo); la tentativa de re- atención de los arquitectos, son dos, la iglesia y el
presentar, o sugerir, el infinito (un camino que se pier- palacio, en sus distintas versiones: iglesia catedral, o
de en el horizonte, un fresco simulando una bóveda parroquial, o conventual, etc.; palacio ciudadano, resi-
celeste, un juego de espejos que altere y haga irre- dencia de campo y sobre todo palacio real, género
conocibles las perspectivas); la importancia dada a la éste característico del tiempo. A tales construcciones,
luz y a los efectos luminosos en la percepción final y hay que añadir las que hoy llamamos urbanísticas: el
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9
Arquitectura Aj-quitcc ira
i—
]
alemanes
-V—
palacio de
Johann Lukas von
Hildebrandt, Schonbrunn, Vlena.
Respecto a
h4 I J J J j
Belvedere superior,
, .ni n.iaaV i
Vlena. Versalles, en el
que se inspira, el
En Austria y en
palacio demuestra
Alemania, el
una mayor
Barroco s e I n s p i r ó
capacidad de
tanto en modelos
c o m p o s i c i ó n : la
franceses como cado reside en la comprensión —que nosotros observa- fachada presenta la
Italianos. El
Belvedere superior,
dores tenemos— de la armonía que une las partes del tiplea a c e n t u a c i ó n superficies, encrespándolas de distinta manera. To-
pabellón para las todo. Estas relaciones son legibles en la materia cons- de la parte central; mando otra vez el ejemplo anterior: transformando
Tiestas del principe truida, en el edificio; y todo lo que se pide a la luz a d e m á s , la a d o p c i ó n
del orden « g i g a n t e »
un muro revestido de mármol o estucado en una pa-
Eugenio de Saboya, es hacerlas ver con claridad. Lo ideal es así una ilu- —de tres pisos de red de gruesas y rudas piedras. Todo ello lleva a un
es claramente
barroco, pero muy
minación monocroma, sin sombras, en un cierto sen- altura en lugar de primer plano la decoración arquitectónica, o sea ese
moderado, con una tido «objetiva»: la que se trata de obtener en casi uno— tiene mayor conjunto de elementos de pequeñas dimensiones, a
distribución todos los edificios de nuestros días. El Barroco sus- consonancia con la
menudo esculpidas, que «dan movimiento» a las su-
equilibrada de tituye la apreciación de la lógica por la búsqueda de masa del edificio.
perficies de una construcción. El Barroco es por ex-
los v o l ú m e n e s .
la sorpresa, del efecto, como se dice en teatro. Preci- celencia la época en la que tal decoración estalla, bu-
samente como en el teatro, esto se facilitará si la luz llendo en cada pared, sobre todo en los ángulos y en
se concentra sobre algunas zonas, mientras otras se los puntos de conjunción. Su función es enmascarar,
dejan en mayor o menor oscuridad. no dejar advertir interrupciones en las superficies de
¿Cómo es posible esto en arquitectura? Es posible la construcción. Y da prueba de una exuberancia y
contraponiendo pronunciados salientes, pronunciados un capricho que son su carácter distintivo.
«vuelos» como dicen los arquitectos, con bruscas y "A los cinco órdenes de la arquitectura tradicional (tos-
amplias entradas. También es posible «troceando» las cano, dórico, jónico, corintio y compuesto) se añade
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Arquitectura Arquitectura
Johann Bernhard
Fischer von Erlach,
iglesia ,de San
Carlos, Viena.
El esquema de la
iglesia con c ú p u l a
central y dos
campanarios
laterales,
introducido ya por
el Barroco italiano,
tuvo una particular
d i f u s i ó n en Austria
y en los p a í s e s de
lengua alemana,
c o n v i r t i é n d o s e casi
en la manera m á s
t í p i c a de concebir
una fachada
e c l e s i á s t i c a . En la
iglesia de San
Carlos, el arquitecto
a ñ a d i ó , entre la
parte central y los
pequeños
campanarios, dos
columnas modeladas
a ejemplo de la
Columna Trajana
de Roma.
Jakob Prandtauer, el «ondulante»','. :qué hemos recordado antes. No es el
Iglesia del convento "ürilco- invento:, 'tiene un gran éxito el orden «gigan-
de Melk, Austria.
La grandeza y te», de dos o tres pisos de altura. Pero también los
complejidad de las tradicionales elementos de los órdenes se enriquecen
El motivo-tipo de
concepciones y se complican: el cornisamiento tiene ángulos más
los campanarios
espaciales barrocas
fuertes y entradas más decididas, los detalles son al-
laterales
son bien evidentes
en Melk, donde la gunas veces de fantasía.
Desde el punto de iglesia, elemento Los arcos que unen las columnas o los pilares ya no
vista funcional, los
dos p e q u e ñ o s
terminal del largo se limitan, como en el pasado, a la forma semicircu-
campanarios
cuerpo del convento
que e s t á d e t r á s ,
lar (medio punto), sino que a menudo se convierten
laterales son tiene delante un en elípticos, ovales, y sobre todo de doble curva: es
totalmente espacio en el que decir, describen una curva no sólo vistos de frente
superfluos.
Pero su presencia
se entra a t r a v é s —y ésta es la particularidad de cada arco—, sino tam-
transforma un
de una gran puerta
en cuya parte
bién vistos desde arriba —y esto sucede casi sólo en
esquema central, superior hay una época barroca—. A veces, son mixtilíneos, con partes
dominado por la
c ú p u l a , en un
terraza (en primer rectas insertadas entre partes curvas: prerrogativa
conjunto en
plano); t a m b i é n
que comparten con los frontones, sean de una puer-
p i r á m i d e , donde las
aquí el esquema de
la fachada se basa ta, de una ventana o de todo un edificio. La forma
cubiertas de los en los dos canónica de los frontones, la fijada por las reglas, era
campanarios
equilibran la de la
campanarios triangular o de medio círculo. En época barroca, se
misma c ú p u l a .
laterales, pero m á s
elevados y p r ó x i m o s .
encuentran fragmentados (es decir, como cortados y
deslizados hacia arriba), mixtilíneos, con curvas y
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Arquitectura Arquitectura
Fernando C a s a s y
Novoa, catedral de
Santiago de
Compostela.
La fachada,
encerrada entre dos
campanarios,
presenta la espesa
decoración
e s c u l t ó r i c a que
constituye el motivo
t í p i c o del Barroco
español.
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Arquitectura Arquitectura
Arquitecturas El arte creado en Francia, con su equilibrio entre ten- S a l ó n del palacio ron en la escuela romana: Johann Bernhard Fischer
pintadas
dencias barrocaá y tradiciones clásicas, es de una se- del Belvedere, von Erlach; el más famoso y quizás el más grande,
Una c a r a c t e r í s t i c a
difundida de los vera grandeza. Y se convertiría, poco después, en. el Viena.
Johann Lukas von Hildebrandt; y Johann Balthasar
palacios barrocos, modelo culturar más avanzado del _coivtinente, en el Gusto por la mezcla
de las diferentes Neumann, seguidor de Hildebrandt y probablemente
en todos los p a í s e s , •que Sé inspirarían las otras naciones. Tanto es así que artes, amor por la incluso más genial que él. A los que hay que añadir
son los salones
pintados con
"Wren, el arquitecto inglés ya nombrado, cuando en la f i c c i ó n , voluntad de Matthaus D. Póppelmann y Francois de Cuvilliés, fran-
escenas segunda mitad del siglo x v n decidió actualizar sus co- sugerir el Infinito:
cés este último, pero que trabajó en Alemania.
arquitectónicas nocimientos, no se acercó, como se hacía entonces, a son aspectos t í p i c o s
del Barroco que El Barroco que crearon —y que también se difundirá
y naturales que Italia, sino a París. Y de marca francesa será también encuentran en las en Polonia, en los estados bálticos, hasta en Rusia—
parezcan la
continuación, el Barroco de Flandes y de los Países Bajos. ... salas pintadas una tiene prácticamente todas las características enume-
hasta e[ Infinito, de Mucho más cercano al modelo italiano es el Barroco realización óptima.
radas antes y que lo_ acercan mucho al Barroco ita-
la arquitectura real. del otro lado de los Alpes, austríaco y alemán. Pero La pintura puede
ser de tipo liano. Añade, además, dos exclusivamente suyas: ma-
Se llega hasta
decirlo así es limitativo. Las influencias barrocas lle- Ilusionista, e s decir yor tendencia a la exuberancia decorativa, sobre todo
resultados como
é s t e , en los que la garon relativamente tarde a los países alemanes, de- simular la realidad, en los interiores; y tendencia a evitar los saltos brus-
arquitectura vastados en la primera mitad del siglo xvn por la o bien decorativa,
abstracta. Pero
cos de luz, en favor de una luminosidad más difundi-
• v e r d a d e r a » es poco -guerra de_ los Treinta Años. Pero, una vez aclimata- siempre condiciona da y serena. ^Son elementos que prefiguran ya el esti-
m á s que una caja,
enriquecida d e s p u é s
das, debían producir un fantástico florecimiento, tan- la p e r c e p c i ó n lo sucesivo, el Rococó, que precisamente en tales paí-
por un universo de to por calidad como por cantidad. Los grandes arqui- conjunta del
""sés, y a menudo por'obra de los mismos arquitectos
arquitecturas tectos de la época florecieron a caballo entre finales espacio.
—como Póppelmann, Neumann, Cuvilliés— encontrará
Ilusionistas y del siglo xvn y principios del xvni, más bien tarde. el mayor campo de aplicación. En el tratamiento de
escenas pintadas.
Pero son numerosos, de excepcional calidad, y encon- los dos temas fundamentales, el palacio y la iglesia, el
traron en la corte imperial y en la multitud de cor- Barroco de los países alemanes se mantiene muy fiel
tes reales, ducales y episcopales de Alemania una en- a algunos esquemas fundamentales, que puede decir-
tusiasta clientela. Todos visitaron Roma y se forma- se típicos de la zona y de la época. De hecho, en la
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Arquitectura Arquitectura
Vas g a l e r í a s iglesia adopta de modo sistemático el motivo de los Jules Hardduin- dición musulmana, todavía viva en la península ibéri-
.Con las escaleras, dos campanaños laterales, experimentado ya por Bo- Mansart, g a l e r í a de
ca, "y la influencia de las artes precolombinas de Amé-
•Ja c r e a c i ó n m á s
c a r a c t e r í s t i c a de la
rromini. A veces, como hizo Fischer von Erlach en la los Espejos en el
rica, con su fantástico universo decorativo, están en-
• arquitectura iglesia de San Carlos de Viena, llegan hasta invertir palacio de V e r s a l l e s . ,
La g a l e r í a no es tre los más importantes. Es un hecho que este parti-
barroca es la la planta del edificio —que es central— con elfinde sólo un local de cular estilo, conocido como churrigueresco (por el
g a l e r í a , amplio insertar los campanarios: que se presentan como es- servicio, sino m á s
nombre de la «dinastía» de arquitectos Churriguera
"corredor cubierto
tructuras independientes, vacías, a los lados del cuer- bien, por lo menos
que estuvo en su centro), dominó durante dos siglos
que abre las salas
y a menudo se po principal de la iglesia. Junto a las dos columnas en un principio, de
representación, España y Portugal, y d i aquí se extendió a las colonias
transforma en un que los acompañan, recuerdo de la Columna Trajana como este c é l e b r e americanas del sur, acentuando aún más, si es posi-
á m b i t o de particular de Roma, constituyen un ejemplo de gran estilo de la ejemplo, obtenido
ble, los aspectos decorativos, que llegaron hasta un
elegancia.
concepción «teatral» del Barroco. En el palacio, el cerrando la
verdadero delirio ornamental. Es un estilo quizá dis-
Generalmente, va
cubierta por una modelo adoptado es Versalles: pero generalmente los primitiva logia que
ocupaba este lugar. cutible, pero de seguro muy reconocible, que lo subor-
b ó v e d a , con una arquitectos alemanes demuestran ser más hábiles en A menudo, las dina todo a la decoración.
zona abierta hacia
l, la articulación de las grandes masas, acentuando el galerías se
El discurso sobre el Barroco no sería completo si no
el exterior y otra cuerpo central de la construcción, y los laterales. utilizaban para
se hiciera alusión a algunos temas específicos, pecu-
adosada a las
habitaciones,
Mientras se difundía más allá de los Alpes, el Barro- exponer cuadros
u otros objetos de liares de este estilo y que frecuentemente se encuen-
enriquecida coitaliano se afirmó también en España y en Portu- arte: de a h í el
tran en sus construcciones. El primero es el modo
frecuentemente gal. Si bien no existieron obstáculos para su difusión, nombre que se dio
con que los arquitectos barrocos afrontaron el orde-
con frescos y se creó una versión totalmente particular. Su carac- d e s p u é s a este tipo
namiento de la ciudad. De hecho, fueron los primeros
cristaleras.
terística más relevante, en realidad la única, es la de colecciones.
en plantearse tal problema con un afán decididamente
exuberancia de la decoración. Parece casi que el edifi- operativo y no sólo de modo teórico; y lo resolvieron
cio, cualquiera que sea su forma, se conciba sólo como
un pretexto para la decoración que se le incorpora.
Muchos factores contribuían a este resultado: la tra-
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Arquitectura Arquitectura
Lo « m a r a v i l l o s o »
El uso de estatuas
de forma femenina
i —las c a r i á t i d e s —
I o masculina — l o s
\— para Johann Lukas von
•—"sostener un techo Hildebrandt, Interior
es antiguo. Pero del palacio del
encuentra un favor Belvedere, Vlena.
particular en la Es t í p i c o del
é p o c a barroca, ya Barroco confiar a la
que se adapta al escultura funciones
gusto por lo arquitectónicas.
I n s ó l i t o , lo A q u í , s e a ñ a d e una
aparentemente. aparente paradoja:
absurdo, lo porque parece
Increíble e
sorprendente,
imposible,
El motivo e s
especialmente f í s i c a m e n t e , que las
frecuente en la estatuas consigan
arquitectura sostener la carga
a u s t r í a c a , a la que que gravita sobre
pertenece este ellas. A la sorpresa
f a m o s í s i m o ejemplo. se mezcla la
maravilla, que' e s
con el uso de la plaza redonda y de la avenida. Esto lo m á s barroco que
es, abriendo en la red ciudadana amplios espacios cir- se pueda Imaginar.
culares, dominados por un monumento (una iglesia, en cambio, interiores al edificio. Se trata de las gran-
un palacio, una fuente); y uniendo después estos pun- des escaleras, imponentes, complicadas, sumamente
tos con una malla de largas y rectas avenidas que te- representativas, que desde el siglo xvn empiezan a apa-
nían como fondo, podría decirse que como meta, es- recer en todas las casas nobles, convirtiéndose a ve-
tos edificios. No era una solución perfecta, pero sin ces en su centro; y de la galería —originariamente un
duda sí genial. De hecho, por primera vez, creaba un amplio corredor ricamente decorado—, que es .en de-
método con el que proyectar (o volver a proyectar) finitiva otra sala de recibimiento (típica es la galería
una ciudad, haciéndola más bella, escenográfica y, so- de los Espejos de Versalles). Con el tiempo, en estas
bre todo, comprensible, porque estaba sometida a una galerías se empezaron a recoger las obras de arte
norma. Precisamente el uso de tales ordenamientos más insignes de ta casa (pintura, esculturas, objetos):
urbanísticos (que forman pareja con los de los jardi- lo que ha acabado por dar al término el significado
nes a la francesa, concebidos según el mismo plantea- actual de «colección de arte». A menudo —mejor di-
miento) determinó el auge de la fuente monumental, cho, normalmente—, tales galerías, como muchos otros
integración de arquitectura, escultura y agua: centró locales barrocos, estaban pintadas con escenas ilusio-
ideal de la plaza y óptima ocasión para imprimir el nistas, que generalmente acaban por predominar so-
gusto barroco a la fusión de todas las artes, a la es- bre la arquitectura, reduciéndola a soporte. Es otro
cenografía y al movimiento. ejemplo del gusto, típico de la época, por la mezcla
Los otros dos temas característicos del Barroco son, de las artes.
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Pintura
Conviene iniciar el discurso sobre la pintura barroca
por el que es su tema preferido: la decoración ilusio-
nista de las paredes de un edificio. Evidentemente, la
idea de utilizar un muro como soporte para una es-
cena pintada es tan vieja como el arte. Pero nuevo
o casi nuevo es el uso que hacen de él los artistas
barrocos; los cuales pintan sobre las paredes, sobre
todo en los techos de las iglesias y de los palacios,
amplias y movidas escenas que tienden a producir la
impresión de que las paredes o bien el techo no exis-
ten, o por lo menos se dilatan de forma impresio-
PersBftctiva..
ilusionista
Andrea Po'zzb,
Glorificación de
San Ignacio; Roma,
Iglesia de San
Ignacio.
Estuvo de moda en
época barroca, e
incluso constituye
uno de sus rasgos
m á s t í p i c o s , el uso
« p e r s p e c t i v o » , como
se d e c í a entonces:
es decir, el empleo
de la pintura
Ilusionista, basada
en la perspectiva,
que llenaba los
techos de las
iglesias y palacios
de Inmensas
arquitecturas y
espacios Infinitos.
Es una tendencia
en la que aparecen
casi todas las
características
distintivas del
Barroco:
grandiosidad,
"movimiento,
habilidad t é c n i c a
e ilusión.
36
Pintura rimú.-
43
Pintura Pintura
años, había dedicado su mayor atención a los pintores bustas figuras que se mueven con exuberancia como
venecianos. De vuelta a su ciudad natal, abrió un taller si estuvieran siempre en un escenario constituyen pre-
que llegó a emplear a doscientos ayudantes, entre ellos cisamente el carácter inmediatamente reconocible de
algunos pintores de primera categoría, cada uno espe- su arte: un arte jocundo, robusto, prolífico hasta lo
cializado en un campo: la representación de animales, inverosímil.
de tejidos, de naturaleza muerta, etc. En cuanto al Toda la pintura flamenca fue influida por este prodi-
propio 'Rubens,. se había especializado en el cuerpo hu- gioso iniciador. Ninguno de sus seguidores estuvo a
mano, que expresaba con opulencia de carnes sonro- la altura, obviamente, del maestro: unos adoptaron
sadas, con movimientos amplios y violentos, con un uno, otros adoptaron otros de los tantos aspectos de
incesante juego de curvas, cada una de las cuales en- su obra. Antonio Van Dyck, el más famoso de los dis-
vía a otra, y cuya suma determina el esquema general cípulos de Rubens, se especializó por ejemplo en re-
del cuadro (un losange, un círculo, una S). Estas ro- tratos, con los que llega a las cotas más altas. Son
44
45
Pintura Pintura
Investigación
psicológica
Rembrandt e s un
pintor de tal
personalidad y valor
que sólo
convencionalmente
puede ser encerrado
en una etiqueta
como « b a r r o c o » . De
todos modos, en
sus pinturas
c o n t i n ú a , y lleva a
las ú l t i m a s
consecuencias, el
m á s barroco de
todos los discursos
p i c t ó r i c o s : el de la
i n v e s t i g a c i ó n de
una s i t u a c i ó n o de
un personaje a
t r a v é s de los
contrastes de luz y
sombra en que e s t á
inmerso; tanto
como el retrato
f í s i c o , le Interesa
el retrato moral
del modelo.
j/alázfluez^ffsffató
de la Infante .
Marosiita; Viena,
Kunsthistorisches
Museum.
¿Qué puede existir
de m á s
evidentemente
barroco que el
amplio, preciosa
-Vestido en el que la
princesa parece
perderse? Esta
grandilocuencia del
modelo e s t á fijada
con otra tanta
grandeza por el
pintor, que no sólo
evidencia con la
i l u m i n a c i ó n los
en minucias. Es la misma técnica que emplearán, en el Florencia, Uffizl. tendencia que aflora Alte Plnakothek.
El tema m á s c l á s i c o
Influidos por el
Barroco. El gusto
siglo xix, los impresionistas franceses. No es una ca- Caravagglo,
Iniciador de la
t a m b i é n en cuadros
aparentemente de naturaleza flamenco se revela
sualidad: también Velázquez, como los pintores de dos pintura barroca dedicados a otros muerta es el del en la prolijidad con
siglos después, parece indiferente a los «contenidos», al como estudioso de temas, pero en los Jarrón con flores. que e s t á n descritas
las flores, cuyos
tema de lo que pinta, en particular a los grandes temas los contrastes
luminosos, la
que el verdadero Iniciadores de este
g é n e r o fueron vivos colores
religiosos que tenían tanta importancia para sus con- representa t a m b i é n
i n t e r é s del artista
es la p l a s m a c l ó n algunos pintores destacan sobre el
temporáneos; toda su atención parece concentrarse en en otro sentido: de la realidad. flamencos, a finales fondo oscuro.
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52
Pintura Pir-tura
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Escultura
Gian Lorenzo
Bernini, baldaquino
de la b a s í l i c a de
San Pedro, Roma.
La obra, que parece
proporcionada en el
inmenso vano del
cual ocupa el
centro, es en
realidad colosal,
como un edificio de
El « l e i t m o t i v » de la nueve pisos.
columna s a l o m ó n i c a A pesar de ello, no
T a m b i é n en este renuncia a ciertos
caso, he a q u í una Juegos t í p i c o s de
escultura que puede los baldaquinos
ser considerada, con procesionales de
cierta r a z ó n , una los que deriva: en
obra de resumidas cuentas,
arquitectura; pero al gusto, totalmente
que sobre todo barroco, por el
presenta muchas « s c h e r z o » . A s í , por
c a r a c t e r í s t i c a s del ejemplo, los
Barroco m á s tipleo: grandes colgantes
ampulosidad, e s t á n ligeramente
fantasía y levantados, como si
teatralidad. Un estuvieran movidos
motivo, a d e m á s , por un soplo de
destinado a tener viento, y grandes
un gran é x i t o e s la abejas —tomadas
columna helicoidal del escudo del papa
o s a l o m ó n i c a —la que e n c a r g ó la
que s e enrolla en obra— « s e p a s e a n »
forma de h é l i c e — , por las columnas.
característica
dominante de este
baldaquino. Se trata en lugar de las columnas, es decir cariátides (figuras disimular junturas y soluciones arquitectónicas de-
de un motivo deco- femeninas) o telamones (figuras masculinas). También fectuosas. Para llegar, finalmente, como sucede en la
rativo que es casi
ésta es una costumbre antigua, que se remonta hasta basílica de San Pedro con el baldaquino en bronce de
un leitmotiv, un
esquema repetido el arte griego clásico, y que vuelve a estar en auge en Bernini, a crear esculturas que parecen, o son, arqui-
continuamente en las obras barrocas austríacas y alemanas. tecturas: confundiendo completamente los papeles de
el Barroco. La tercera y más característica utilización de -la escul- las dos artes, como es peculiar del gusto barroco.
tura acoplada a la arquitectura se encuentra en los Esto en lo que se refiere al empleo de la escultura
adornos, en la abundante inserción de escudos, carte- acoplada a la arquitectura. Desde luego, también en la
las, trofeos y otros elementos de esta clase con figuras época barroca se continúa produciendo las típicas
esculpidas. Se trata de un empleo que hace de la obras que por tradición se confían al escultor: tum-
escultura el «acabado» propiamente dicho de los bas, altares, monumentos conmemorativos y otros pa-
edificios barrocos; y que a veces sirve además para recidos. En general, los esquemas adoptados se acer-
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58
Escnltura
can, hasta se confunden con la escenografía, la puesta
en escena de tipo teatral: no en vano es el tiempo en
que se desarrollan el melodrama y el teatro moder-
no. Bernini llegará a representar, en una capilla, el
éxtasis de una santa como un hecho teatral, con los
comitentes de la estatua asistiendo al acontecimiento,
retratados en tamaño natural y situados en palcos
adecuados al caso, como en el teatro.
La escultura utilizada en estas obras tenía dos carac-
terísticas peculiares. Primero, era técnicamente perfec-
ta. A menudo, la habilidad de los artistas llega a un
virtuosismo en grado sumo: es tal el dominio de la
materia, que en las estatuas realizadas en mármol es
imposible reconstruir, o sólo imaginar, qué forma te-
nía originariamente el bloque. Miguel Ángel decía,
resumiendo los ideales del Renacimiento, que una
estatua debe dar la impresión de que puede rodar por
una colina abajo sin estropearse. Nada parecido para
las estatuas barrocas: éstas tienen una ambición, di-
ríamos hoy, «fotográfica», de fijar el movimiento. Lo
que comporta el uso de esquemas libres, sueltos, e
incluso de proporciones más esbeltas de los cuerpos
humanos respecto a los cánones del Renacimiento.
El movimiento es precisamente la otra característica
relevante del Barroco: la más importante, entre otras
cosas, Las figuras nunca se representan quietas, o en
postura de reposo, sino siempre en movimiento. En Equilibrio inestable cisamente para crear ocasiones para tales juegos, se
ese momento de inestable equilibrio que se verifica Gian Lorenzo escogen a menudo gestos enfáticos y vestiduras anor-
en la culminación de un movimiento: el instante casi Bernini, Apolo y
malmente abundantes.
imperceptible y muy dramático, para entendernos, en
'Dafne; Roma,
G a l e r í a Borghese. Se puede llegar a la exageración, a sugerir más la idea
el que el saltador ya no está subiendo, pero todavía Las esculturas de desorden que de movimiento. A veces, el artista
no ha empezado a descender, y está inmóvil, en ac- barrocas ya no s e está tan complacido por sus efectos, por su habilidad
titud plástica, en el aire. Con esta predilección por el conciben s e g ú n
esquemas
técnica, que pierde de vista la armonía del conjunto.
movimiento se explica el gran éxito que consiguió en g e o m é t r i c o s , sino Pero esto sucede en todos los períodos, cuando se
el siglo xvn la figura «serpentinata», un modo de re- combinando los pasa de la obra de los maestros a la de los escultores
presentar la figura humana formulado ya en la época movimientos, de mero oficio. Otro mérito del Barroco es precisa-
que precede inmediatamente al Barroco, en la segunda sueltos y vivaces.
A q u í , las curvas mente el de haber creado las premisas para insertar
mitad del siglo xvi: se trata del cuerpo humano cap- descritas por los también estas obras de segundo orden dentro de con-
tado mientras realiza un movimiento en espiral, «en cuerpos s e acercan juntos de valor absoluto: las grandes fuentes pobladas
serpentina», consecuencia de una veloz rotación. armoniosamente,
de dioses barbudos, sátiros, ninfas, delfines y mons-
Los ropajes, es decir los vestidos que envuelven a los
sugiriendo el
instante en el que truos varios que adornan las plazas de las ciudades
personajes, se agitan por el movimiento de los cuer- la ninfa, para huir y las avenidas de los jardines, las decoraciones de las
pos. Son anchos, movidos, hinchados y desordenados del dios, s e grandes escalinatas de los palacios, los estucos y pro-
por el viento, acordes con la predilección por los vio- transforma en
laurel.
fusos ornamentos de las galerías, de las salas, de las
lentos juegos de luz y sombra típicos del Barroco. Pre- iglesias, de todo interior.
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