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SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR

> MONICIÓN DE ENTRADA

En esta solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, los cristianos reconocemos
a Cristo vivo y sacramentado como centro de nuestra vida y de la Iglesia. Con el gozo de
sabernos amados hasta el extremo proclamamos al universo entero; que Cristo es camino,
verdad y vida abundante. En esta verdad se goza nuestro corazón y se alimenta nuestro
espíritu.

Iniciemos este encuentro de hermanos.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Al presentarse como Pan de Vida, Jesús nos señala que establecerá, con nosotros una
relación muy especial. La presencia del Cuerpo y la Sangre de Cristo en nuestro corazón,
hace posible vivir en comunión con El. Escuchemos.

ORACIÓN DE LOS FIELES PRESIDENTE:

Hermanos y hermanas, unidos en la fe, en la esperanza y en la caridad, oremos al Señor,


para que nuestra vida cristiana, tenga en la Eucaristía su fuente, su centro y su cima.
Digamos juntos:

“SEÑOR, DANOS SIEMPRE DE ESTE PAN”

1.- por la Iglesia Para que fiel a su misión y al Evangelio, encuentre en el Santísimo
Sacramento, la fuerza para seguir recorriendo el largo camino de su historia, y así pueda
responder, con prontitud y eficacia, al hambre de Dios de los pueblos. ROGUEMOS AL
SEÑOR

2.- por todos los sacerdotes, para que la celebración de la Eucarística, sea siempre el
centro de su ministerio y de sus vidas; así como la fuente, de la cual beban
perseverantemente, para guiar a la Iglesia en el amor. ROGUEMOS AL SEÑOR

3.- Por Todos Los Pueblos, especialmente por los que viven el drama de las guerras y la
violencia, para que el Señor, que dio su carne para la vida del mundo suscite gobernantes
sabios y responsables, que fomenten el dialogo, para alcanzar la reconciliación y la paz.
ROGUEMOS AL SEÑOR

4.- por quienes tienen hambre y sed de Dios, para que, acercándose a Cristo, encuentren
en su Cuerpo y en su Sangre, el Pan de la verdadera felicidad, y apaguen su sed de
consuelo y ternura, en la fuente del amor eterno, que es el corazón de Jesús nuestro
Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR

5.- por quienes sufren y tienen hambre del pan material Para que, el Señor, que vive en
medio de su pueblo, los ayude a satisfacer sus necesidades más apremiantes, y pueda
encontrar en nosotros, el instrumento que haga posible la ayuda fraterna y solidaria, como
expresión de comunión y amor. ROGUEMOS AL SEÑOR
PRESIDENTE:
¡Oh Dios! que no cesas de alimentar a tu Iglesia, con los misterios del cuerpo y la sangre
de tu Hijo Jesucristo, escucha nuestras oraciones y haz que encontremos siempre nuestro
gozo en la riqueza de tus Dones. Por Jesucristo nuestro Señor. AMEN.

MONICIÓN DE OFRENDAS

Pan y Vino

Señor, llevamos ante tu altar los dones de Pan y Vino, especies que Tu escogiste para
quedarte para siempre con nosotros, pues ellos, por la acción del Espíritu Santo, se
convertirán en tu Cuerpo y en tu Sangre. Te pedimos que transformes nuestra vida, y que
nuestro único alimento seas tú.

MONICIÓN A LA COMUNIÓN:

Como prenda de lo que esperamos recibir un día en la vida eterna dispongámonos ahora
a disfrutar de la amable presencia de Jesús en nuestras almas. Solo unidos a Él podremos
dar fruto abundante.

Sugerencias para la procesión

• Se realiza como de costumbre, es propicio preparar cirios, incienso, palio, los


cantos, así como los altares a donde llegaran las estaciones.
• Después de expuesto e incensado el Santísimo, comienza la procesión hacia el
primer altar.
• Durante la procesión puede realizar cualquier canto eucarístico o alguna suplica o
letanía

COMENTARIO A LA PROCESIÓN

Queridos hermanos, nos reunimos hoy para llevar en procesión el Santísimo Cuerpo y
Sangre del Señor; con este gesto litúrgico prefiguramos el sentido de nuestra fe:
peregrinos y caminantes rumbo a la Patria Celestial somos alimentados y acompañados
por la presencia de Jesús Eucarístico.

La procesión del “Corpus Christi” es para adorar, alabar y dar públicamente las gracias al
Señor, que en el Sacramento eucarístico sigue amándonos “hasta el extremo”. Y es
también para interceder, orar… No es una marcha para hacer oír nuestras voces, para
mostrar cuantos somos, sino que es un caminar con Jesús, por lo que la actitud básica
es el orar e interceder. Te invitamos a orar con todo tu corazón en cada expresión y cada
canto. Nos ponemos en marcha tras Jesús mismo. Lo proclamamos y exponemos
abiertamente, para que cada uno pueda encontrarse con “Jesús que pasa”, como
acontecía en los caminos de Galilea, de Samaria y de Judea; para que cada uno,
recibiéndolo, pueda quedar curado y renovado por la fuerza de su amor. Sí, Jesucristo
está vivo y presente en medio de su pueblo. Hemos salido de nuestros hogares, hemos
abierto las puertas de la Iglesia y esta mañana queremos gritar a los hermanos que Cristo
está vivo, que Cristo está presente, que sólo en Cristo se encuentra la Paz.


 PRIMER ALTAR: Lema: “YO SOY EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO” (Jn 6, 51).

 Lectura de la Carta del Apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-10).

“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la
persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la
persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables
ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos
recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y
prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su
voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el
momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra”. Palabra
de Dios.

 Reflexión

Ciertamente, hay que comenzar advirtiendo que este banquete nupcial apunta al corazón
mismo de la realidad, porque manifiesta y pone en juego todo el misterio de Dios, el
misterio del mundo y el misterio del hombre: “La Eucaristía se celebra, en cierto sentido,
sobre el altar del mundo. Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación.
El Hijo de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un supremo acto
de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada. De este modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote,
entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y
Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y
para gloria de la Santísima Trinidad. Verdaderamente, este es el mysterium fidei que se
realiza en la Eucaristía: el mundo nacido de las manos de Dios creador retorna a Él
redimido por Cristo”.

Oración

Padre amoroso: Tu Hijo ha estado con nosotros en la eucarística como el siervo y servidor
de todos. Que él disponga de nuestros corazones y nos otorgue su fuerza y valor para
entender, comprender y aceptar a los otros, acompañándolos en el camino de la vida,
sufriendo con ellos sus mismas penas, regocijándonos en sus alegrías y llevando los
unos las cargas de los otros, para que el mismo Jesús permanezca con nosotros ahora
y por los siglos de los siglos. Amen.

Canto.
 SEGUNDO ALTAR: Lema: “ESTO ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS” (Lc 22, 19)

 Lectura del Evangelio Según san Lucas (22, 19ss).

Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo, que
se entrega por vosotros. Hagan esto en memoria mía". Después de la cena hizo lo mismo con la
copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por vosotros.
Palabra del Señor.

 Reflexión

La Eucaristía fue instituida por Jesús y sigue siendo presidida y realizada por él. Él es el novio:
“Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero» (Ap 19,9). Por eso la llamamos “cena o
banquete del Señor”. Igualmente, el apóstol San Pablo transmite la tradición de la Eucaristía para
corregir una situación concreta de la comunidad de Corinto: “Ha llegado a mis oídos que, cuando
os reunís en asamblea hay entre vosotros divisiones” (1 Cor 11,18). Y el Apóstol argumenta: “El
cáliz de bendición que bendecimos, ¿no nos hace entrar en comunión con la sangre de Cristo? Y
el pan que partimos, ¿no nos hace entrar en comunión con el cuerpo de Cristo? Pues si el pan es
uno solo y todos participamos de ese único pan, todos formamos un solo cuerpo” (1 Cor 10,16-17).
Es decir, nuestra unión con Cristo, que es don y gracia para cada uno, nos asocia también a su
cuerpo que es la Iglesia: eleva la experiencia de fraternidad y es fuerza generadora de unidad. La
Eucaristía crea la Iglesia como comunión de personas, como imagen y participación de la comunión
trinitaria. En ella, el Padre atiende y realiza el deseo de su Hijo: “Te pido que todos sean uno, Padre,
lo mismo que tú estás en mí y yo en ti, que también ellos estén unidos a nosotros; de este modo,
el mundo podrá creer que tú me has enviado” (Jn 17,21).

Oración

¡Gracias, Jesús Eucaristía, por tu bondad, que


tan generosamente derramas en mi vida!

Gracias, Señor, porque no obstante mis infidelidades,


faltas y pecados, tu amor y misericordia no cesan de
auxiliarme y bendecidme.
Gracias, Señor, es la expresión sincera que brota de
mi ser al experimentar vivamente tu amor vivificando
y colmando mi existencia.

¡Jesús Eucaristía! Sé tú mismo quién dé


gracias por mí, con tu corazón de hombre
perfecto, de supremo adorador del Padre, de
dócil instrumento en la acción santificadora
del Espíritu Santo.

¡Gracias, Jesús Eucaristía! porque tu


misericordia ha colmado de gozo mi
existencia. Amén.

Canto.
 TERCER ALTAR: Lema: “EL QUE COME DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE” (Jn
6,58).

 Lectura del Evangelio Según san Lucas 22,3-14.

Envió a sus criados para llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. De nuevo
envió otros criados..., pero ellos no hicieron caso, y se fueron unos a su campo y otros a su
negocio... Después dijo a sus criados: - Id, pues, a los cruces de los caminos y convidad a
todos los que encontréis. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que
encontraron, buenos y malos; y la sala se llenó de invitados. Al entrar el rey para ver a los
comensales, observó que uno de ellos no llevaba traje de fiesta... Entonces el rey dijo a los
servidores: Atadlo de pies y manos y echadlo fuera a las tinieblas; allí llorará y le
rechinarán los dientes. Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”
palabra del Señor.

 Reflexión

Todos los hombres están destinados a la Eucaristía y todos son invitados a ella de distintas
maneras. La razón es clara: “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento
de la verdad” (1 Tm 2,4). Y esta salvación pasa por Jesús, único “Salvador del mundo” (Jn 4,42).
Por eso, cuando Jesús dice que “si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre,
no tendréis vida en vosotros” (Jn 6,53), está ofreciendo su carne y su sangre a todos los hombres,
ya que dice que “no he bajado del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha
enviado. Y su voluntad es que no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que lo resucite
en el último día” (Jn 6,38-39).

Oración

Señor Dios nuestro, Padre siempre fiel: Tu Hijo Jesucristo mantuvo su paz y libertad
interior aun en el trance terrible de su pasión y muerte, porque fue fiel a su misión de
amor. Que él nos dé en la eucaristía la misma lealtad y amor, para que las dificultades de
la vida no perturben nuestros corazones, sino que nos guarden firmemente anclados en
ti, que eres nuestro Dios y nuestro Padre, por los siglos de los siglos.
 CUARTO ALTAR: Lema: “QUIEN COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE PERMANECE EN
MI Y YO EN ÉL” (Jn 6, 56)

Lectura del Evangelio Según san Juan 6, 55-58.

Mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. El que come mi carne y


bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él. Como el Padre que vive me envió, y Yo vivo
por El, así, quien me come a Mí, tendrá de Mí la vida... El que come este pan vivirá para
siempre”. Palabra del Señor.

 Reflexión

Jesús plantea un misterio. Y no da explicaciones que puedan hacer el misterio más


comprensible. Tal vez porque quienes no creen en El, tampoco aceptarían sus
explicaciones. El Señor quiere nuestra fe. Y la fe la tenemos como un regalo de Él. Sin
embargo, está claro que la fe es un regalo de Dios y que hay que hacerla crecer con
nuestros actos de adhesión a Cristo. Entre éstos, adhesión al misterio del Pan Eucarístico.

Y cabe preguntarnos, entonces, ¿cómo hemos hecho crecer esa fe que hemos recibido
como don gratuito de Dios? ¿La hemos hecho crecer o la hemos hecho fenecer?
Concretamente ¿cómo es nuestra fe con relación a ese Pan misterioso que escandalizó
a los de su época, a tal punto que muchos que antes lo seguían, lo abandonaron a partir
de ese momento? ¿Nos damos cuenta de la grandeza de este misterio? Todo un Dios se
da a nosotros para ser alimento de nuestra vida espiritual. ¿Cómo vemos la Eucaristía los
hombres y mujeres de hoy? Tal vez algunos, la mayoría, la descartamos como innecesaria
o no creíble. Otros la tomamos como un derecho adquirido, sin detenernos a pensar en
su grandeza, en el gran misterio que encierra. Unos y otros estamos en deuda con el
Señor que se da a nosotros con su infinita generosidad para ser nuestro alimento.

Oración

Señor Dios nuestro, Padre amoroso: Te damos gracias por darnos a tu Hijo y nuestra
misión en la vida. Te suplicamos, que a través de nosotros tú estés presente en este
mundo frío y calculador y le regales el calor del amor, de la amistad y la compasión, por
medio de Jesucristo, que vive en nosotros. Ayúdanos a vivir el mismo estilo de vida que
él vivió y que él quiere que nosotros vivamos, una vida de obediencia a tu voluntad y de
entrega y dedicación a los hermanos. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo que vive y
reina por los siglos de los siglos. Amen.

Canto.
 QUINTO ALTAR: Lema: “HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MIA” (1Cor 11,
26)

 Del evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el
labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda,
para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;
permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid,
vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto
recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos”. Palabra
del Señor

 Reflexión

Cuando Jesús, la noche antes de morir, instituyó la Eucaristía y dijo: “Haced esto en
memoria mía”, quiso que recordásemos su muerte y resurrección, y que, a través de este
recuerdo, su sacrificio redentor se hiciera presente entre nosotros para comunicarnos toda
su efica cia salvadora. Pero, como la muerte y la resurrección del Señor son la síntesis y
la culminación de toda su vida y de toda su predicación, hacer memoria de ellos significa
recordar de algún modo todo lo que Jesús hizo y dijo. Sobre todo hay que hacer memoria
de una serie de acontecimientos y alusiones, que encontramos a lo largo de toda la vida
de Jesús, y que preparan y explican la importancia y sentido de esta comida tan especial
que es la Eucaristía.

Oración

Oh Dios, que nos dejaste la memoria de tu Pasión en un Sacramento tan admirable!


haznos la gracia de que veneremos los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de modo que experimentemos continuamente en nuestras almas los frutos de tu
Redención, ¡oh Salvador del mundo! que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición con el santísimo en la custodia.

JACULATORIAS

Bendito sea Dios.


Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea María Santísima, la excelsa Madre de Dios.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción a los Cielos.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

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