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TEXTO 1
La tortuga gigante
(Primera parte)
Por Horacio Quiroga
La tortuga quedó arrimada a un rincón, y allí pasó días y días sin moverse.
El hombre la curaba todos los días, y después le daba golpecitos con la mano
sobre el lomo.
La tortuga sanó por fin. Pero entonces fue el hombre quien se enfermó. Tuvo
fiebre, y le dolía todo el cuerpo.
Después no pudo levantarse más. La fiebre aumentaba siempre, y la
garganta le quemaba de tanta sed. El hombre comprendió entonces que estaba
gravemente enfermo, y habló en voz alta, aunque estaba solo, porque tenía
mucha fiebre.
—Voy a morir —dijo el hombre—. Estoy solo, ya no puedo levantarme más, y
no tengo quien me dé agua, siquiera. Voy a morir aquí de hambre y de sed.
Y al poco rato la fiebre subió más aún, y perdió el conocimiento. Pero la
tortuga lo había oído, y entendió lo que el cazador decía. Y ella pensó entonces
—El hombre no me comió la otra vez, aunque tenía mucha hambre, y me
curó. Yo le voy a curar a él ahora. Fue entonces a la laguna, buscó una cáscara
de tortuga chiquita, y después de limpiarla bien con arena y ceniza la llenó de
agua y le dio de beber al hombre, que estaba tendido sobre su manta y se moría
de sed. Se puso a buscar enseguida raíces ricas y yuyitos tiernos, que le llevó al
hombre para que comiera. El hombre comía sin darse cuenta de quién le daba la
comida, porque tenía delirio con la fiebre y no conocía a nadie.
Todas las mañanas, la tortuga recorría el monte buscando raíces cada vez
más ricas para darle al hombre, y sentía no poder subirse a los árboles para
llevarle frutas.
El cazador comió así días y días sin saber quién le daba la comida, y un día
recobró el conocimiento. Miró a todos lados, y vio que estaba solo, pues allí no
había más que él y la tortuga, que era un animal. Y dijo otra vez en voz alta:
—Estoy solo en el bosque, la fiebre va a volver de nuevo, y voy a morir aquí,
porque solamente en Buenos Aires hay remedios para curarme. Pero nunca
podré ir, y voy a morir aquí.
1) ¿Cuáles son las características físicas de la tortuga?
A. Gigante como una silla, amistosa y desconfiada de las personas.
B. Pequeña, lenta y alta como el hombre.
C. Muy grande, pesaba como un hombre y era alta como una silla.
D. Lenta, poco generosa y enfermiza.
2) ¿Cuáles son las características psicológicas de la tortuga?
A. Miedosa y perezosa.
B. Agradecida, compasiva.
C. Grande y muy alta.
D. Trabajadora y grande.
3) ¿Qué consecuencia tienen las acciones que realiza la tortuga?
A. Que el hombre recuperara el conocimiento.
B. Que el tigre haya logrado escapar con vida.
C. Que los animales del monte no la quisieran.
D. Que el hombre en vez de sanar enfermara.
4) ¿Qué sentimientos tenían en común el hombre y la tortuga?
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TEXTO 2
Era un pozo grande que nacía de una vertiente debajo de un viejo boldo.
Mientras sacábamos una especie de telas verdes y algunas plantas que crecían en
la orilla, comencé a observar la enorme vida que
tenía el pozo. Pasó rápidamente una libélula que parecía un pequeño helicóptero;
reconozco que me dio un poco de susto.
Miré unos escarabajos que nadaban felices en el agua como corriendo de un lado
a otro. Había también unas pequeñas ranitas en la orilla, casi no las veo porque eran
del color de la tierra. Un montoncito de abejas se refrescaba las patitas en el agua, igual
que yo, quizás un poco inquietas por tanto movimiento.
Entre tanto observar la gran cantidad de seres que allí vivían, me di cuenta de que
el agua ya no estaba tan verde, sino que de un color café claro por tanto ajetreo.
- Cuidado con el camarón, dijo la abuela, señalándome un rinconcito del pozo.
Rápidamente, saqué los pies del agua por temor a que me mordiera con alguna de sus
tenazas, mientras mi abuela se reía debajo de su chupalla que la protegía del sol.
- No, mi Negrita, el camarón no te va a morder. Él vive aquí y es el encargado de
limpiar el pozo, pero a veces hay que ayudarlo. Él se preocupa de sacar las basuras
que caen del boldo para que no se tape.
Yo no me explicaba cómo un pequeño camarón tenía tanta responsabilidad y que
gracias a él yo podía tomar agua.
- Así es, dijo mi abuela. Él es el señor del pozo. Gracias a que cuida y limpia nuestra
agua, ésta puede llegar hasta la tinaja.
Quedé sorprendida y me dio risa. Quizás el camarón pasó muy cerca de mis pies y
no lo vi, menos ahora con el agua turbia. Imagínense que lo hubiera pisado, no
tendríamos agua limpia; no quería ni imaginármelo.
Habían pasado algunas horas y ya era un poco tarde, por lo que regresamos a la
casa. Vimos que salía fácilmente el agua, pero era de un color como leche con
chocolate. Me dijeron que no me preocupara y que al otro día estaría mejor.
Apenas desperté al día siguiente, fui inmediatamente a ver la tinaja. Ésta brillaba
por la claridad del agua, salía muchísima y estaba muy limpia.
Agradecida partí corriendo a visitar a don Camarón por lo que hizo esa noche al
limpiar el pozo del barro que tenía el agua.
Pasó un buen rato y todavía no podía verlo. De pronto, un chorro de agua pasó
veloz frente a mis ojos; ahí lo conocí, grande y gordo, con dos enormes tenazas y una
cola que movía como escoba: el camarón del pozo ya estaba trabajando para nosotros.
10) ¿Qué acción realizan las protagonistas del texto y cuál es su consecuencia?
A. Van a observar a las criaturas que viven en el lago y éstas huyeron por temor.
B. Fueron a trabajar lejos de donde vivían y con el tiempo extrañaron su hogar.
C. Fueron a buscar camarones a la fuente para cocinarlos pero no encontraron ninguno.
D. Van a limpiar el pozo y se encuentran con una gran cantidad de seres que vivían allí.
11) ¿Cuál es la descripción física del camarón?
A. Pequeño, de color rojizo y sin cola.
B. Poco amistoso y trabajador.
C. Gigante y con varias patitas.
D. Con enormes tenazas, gordo y grande.
12) Según la abuela ¿Qué era lo que siempre hacía el camarón?
A. Limpiar el pozo.
B. Salir en las mañanas.
C. Morder a los intrusos.
D. Cuidar la casa.
13) ¿Cómo era el ambiente donde ocurre la historia?
A. Peligroso y habitado por criaturas.
B. Solitario y helado durante la noche.
C. Caluroso con una casa y un pozo.
D. Hermoso y rodeado de montañas.
14) ¿Qué pasaría si el camarón no estuviera en el pozo?
A. La abuela y la niña vivirían en paz.
B. Del pozo podría salir más agua.
C. El pozo daría agua más cristalina.
D. La familia no tendría agua limpia.
Los araucanos vivían antes en las regiones cálidas, en las cuales no se conocían
la nieve, ni el hielo, ni la oscuridad del invierno, ni la inclemencia de los vientos helados
y las tormentas. Sin embargo, los gobernantes Amancay y Mutaquén decidieron que
debían salir de sus comarcas y buscar otro lugar para vivir. Alzaron sus toldos los
subieron a los lomos de los guanacos, y se fueron para el Sur. Pasó la Luna llena, la
menguante y otra Luna llena, y todavía no habían encontrado un sitio dónde
establecerse.
Por último llegaron a una región montañosa llena de bosques, en los cuales era
muy difícil penetrar. Los troncos inmensos casi no los dejaban pasar, pero al fin
encontraron lagos de agua cristalina y pastos abundantes para los guanacos.
Armaron los toldos, los guerreros salieron de caza, y regresaron con zorros y
nutrias de piel suave y bella, animales distintos de los que estaban acostumbrados a
ver, y también, con el huemul fugaz, que era grande y que hacía que la comida fuera
buena y abundante.
Las mujeres se dedicaron a hilar la lana de los guanacos y a tejer vestidos nuevos.
Todavía no sabían del frío que estaba por venir, pero cuando la nieve y las
tormentas llegaron, supieron cómo abrigarse y cómo guardar comida para los meses de
oscuridad.
Los hombres tenían que enfrentarse al puma, que bajaba de las montañas a
robarse los guanacos, la propiedad más valiosa de los araucanos. Como ellos casi no
podían salir de los toldos durante los meses de invierno, los guanacos les daban leche y
lana; por eso, nunca mataban a ninguno de estos animales, a menos que fuese
absolutamente necesario; además, se consideraba pecado hacerlo.
Los araucanos vivían felices, y así pasaron los años. Ya nadie recordaba el país
de donde habían venido. Sólo en los cuentos se narraba la historia de la gran marcha,
de las comarcas que habían dejado, allá, donde el año pasaba sin sentirse frío.
Los guerreros sabían usar armas, pero no había nadie contra quién pelear. Los
hombres se entrenaban luchando contra el puma y los gatos monteses. La paz reinaba
entre ellos. Se cuenta que fueron dos hermanos, Urutén y Amancá, hijos del gobernante
Amancay, quienes destruyeron la paz entre los araucanos.
Pasaron mucho tiempo buscando las tierras de sus antepasados, pero no pudieron
dar con ellas. Llegaron a lugares desolados y pobres, donde casi no había árboles ni
arbustos. Los animales no encontraban comida y fue necesario matarlos. Sacaron las
carnes de los guanacos y decidieron cruzar las montañas, orientándose por el Sol al
amanecer. Pensaron que no sería difícil llegar al otro lado de los cerros, pero cada
mañana otras montañas se alzaban ante sus ojos.
Ya casi no tenían qué comer, y no había animales para cazar. Las rocas a su
alrededor se hallaban peladas por el viento y la sequía.
Por último encontraron llanuras habitadas, pero los hombres que vivían allí eran
muy pobres y no hablaban el mismo lenguaje de ellos. Siguieron su camino y no
tardaron en llegar a unos ríos de agua limpia. ¿Habría sido aquélla la región de sus
antepasados? Encontraron allí a otros hombres, pero tampoco entendieron su lenguaje.
Los guaraníes, el pueblo que habitaba esas tierras, los recibieron con respeto y
como a huéspedes.
«Vamos a llevarles a los nuestros lo que hay por aquí. Es necesario que sepan
que existe este paraíso al otro lado de las montañas», dijeron.
Fue duro el regreso; allí, en aquellas tierras lejanas, dejaban la mitad de sus
corazones.
Por fin llegaron a su tierra de origen y les contaron a sus familiares lo que les
había sucedido. Nadie, sin embargo, les creía lo que decían, pues era imposible
imaginar una vida sin invierno y sin frío.
«Están mintiendo. No existen pájaros de colores tan vivos ni frutos tan dulces
como ustedes dicen. Son mentiras, mentiras... ».
Las muchachas lloraron de angustia. Los hombres se pusieron pálidos. «No nos
quedaremos. Verán que decimos la verdad». Y empezaron a implorarle al gran Tupá
que les ayudara. Y él, en su inmensa bondad, les ayudó. Transformó a los viajeros en
cotorras. Ahí estaban, ante los ojos asombrados del pueblo, los pájaros de plumaje
verde y rojo; sabían hablar, sabían decir que regresarían al paraíso del Paraná, para
volver, en la época caliente del año, a las tierras araucanas, y contar lo que habían
visto.
Desde entonces, las cotorras se encuentran al lado de los nevados del sur de
Chile. Pasan los meses de verano en las tierras araucanas y luego vuelven al Norte.
Seguramente fueron ellas las que trajeron en su pico una planta de caña. De lo
contrario, ¿cómo se explica que esta planta tropical haya llegado al sur de la cordillera?
El músico prodigioso
-Pues no te será difícil si haces todo lo que yo te diga- le dijo el chico, al que no le
gustó mucho la idea de tener por compañero a un lobo.
El lobo aceptó obedecer al músico en todo lo que este le pidiera. Así, el chico le
indicó que lo siguiera, y, tras andar un rato, llegaron junto a un viejo roble, hueco y
hendido por la mitad.
-Si quieres aprender a tocar el violín, mete las patas delanteras en esta hendidura -le
dijo el chico.
El lobo obedeció el lobo y el chico, cogiendo rápidamente una piedra, la uso para
aprisionar las patas del lobo y lo dejó allí atrapado.
Al cabo de un rato, cuando estaba ya lejos de allí, el músico cogió de nuevo el violín
y se puso a tocar, esperando un compañero. Acudió esta vez una zorra, que le dijo:
-Espérame ahí hasta que regrese -le dijo. Y se puso en camino de nuevo.
Al cabo de un rato volvió a sacar el violín y se puso a tocar. Esta vez fue una liebre
quien se acercó. Pero al músico tampoco le agradaba la idea. Y cuando esta le dijo que
le gustaría aprender a tocar el violín, el músico repitió, una vez más, que debía
obedecer en todo lo que dijera.
La liebre aceptó y juntos caminaron por el bosque. Allí, el músico ató a la liebre a un
árbol y le mandó que diera veinte vueltas corriendo. Cuando acabó, la liebre se había
quedado enroscada al árbol, sin poder soltarse.
Mientras tanto, el lobo había logrado escapar. Irritado y furioso, siguió las huellas
del músico, dispuesto a darle su merecido. La zorra, al verlo pasar la zorra, le pidió
ayuda.
Cuando el lobo escuchó la historia no dudó un segundo en ayudar a la zorra, y
juntos partieron en busca del músico. Por el camino encontraron a la liebre, que se
lamentaba de su mala suerte. Al descubrir su historia, el lobo y la zorra lo soltaron. La
liebre decidió acompañarlos.
En esto el músico había vuelto a probar suerte con su violín. Esta vez fue un leñador
el que, atraído por el violín, se acercó a ver al músico para disfrutar de su bonita
melodía.
-Por fin doy con el compañero que me conviene -pensó el violinista-. Un hombre era
lo que buscaba, y no alimañas salvajes.
Pero entonces vio acercarse al lobo, a la zorra y la liebre, y, por sus caras de pocos
amigos, comprendió que no tenían buenas intenciones. Entonces el leñador,
colocándose delante del músico, dijo:
-Tenga cuidado quien quiera hacerle daño a este chico, pues habrá de entenderlas
conmigo.
Ante esto, los animales, atemorizados, echaron a correr a través del bosque,
mientras el músico, agradecido, obsequiaba al leñador con otra bella melodía.
A. Sincero y prodigioso.
B. Extraño y misterioso.
C. Prodigioso y talentoso.
D. Generoso y honesto.
28) ¿Qué consecuencia tuvo que el músico hubiese engañado a los animales?
A. Que alguien lo descubriera y avisara a los animales de que habían sido engañados.
B. No tuvo ninguna consecuencia negativa, ya que nunca fue descubierto.
C. Que el leñador los haya ayudado para liberarse de donde estaban prisioneros.
D. Que el lobo, la zorra y la liebre se enojaran y unieran para darle una lección.
A. Habían sido invadidos por otros animales y buscaron solucionarlo dándoles un gran
susto.
B. Habían sido engañados por el joven y buscaron solucionarlo uniéndose para ir a
buscarlo.
C. Se habían quedado sin alimento y lo solucionaron pidiendo ayuda a un leñador.
D. No les agradaba la música del joven y lo solucionaron marchándose del bosque.
30) ¿En qué ambiente se desarrolla el cuento?
A. En la ciudad.
B. En la montaña.
C. En el bosque.
D. En una cueva.
A. Despistado.
B. Valiente.
C. Triste.
D. Cobarde.
33) ¿Qué sintió el músico cuando los animales se le acercaban para aprender a tocar el
violín?
A. Orgullo.
B. Felicidad.
C. Desagrado.
D. Entusiasmo.
35) ¿Qué consecuencia tuvo que el lobo, la zorra y la liebre se hayan acercado al
músico?
Nombre alumno(a):
R. U. T :
Curso: Sexo (F/M): Edad:
Establecimiento:
Comuna:
1 A B C D
2 A B C D
3 A B C D
4 A B C D
5 A B C D
6 A B C D
7 A B C D
8 A B C D
9 Responder en la
prueba
10 A B C D
11 A B C D
12 A B C D
13 A B C D
14 A B C D
15 A B C D
16 A B C D
17 A B C D
18 A B C D
19 A B C D
20 A B C D
21 A B C D
22 A B C D
23 A B C D
24 A B C D
25 Responder en la
prueba
26 Responder en la
prueba
27 A B C D
28 A B C D
29 A B C D
30 A B C D
31 A B C D
32 A B C D
33 A B C D
34 A B C D
35 A B C D
PAUTA DE CORRECCIÓN
1 C
2 B
3 A
4 D
5 B
6 A
7 C
8 B
9 Desarrollo
10 D
11 D
12 A
13 C
14 D
15 A
16 B
17 D
18 A
19 B
20 C
21 D
22 C
23 B
24 A
25 Desarrollo
26 Desarrollo
27 C
28 D
29 B
30 C
31 A
32 B
33 C
34 B
35 D
Rúbrica preguntas de desarrollo