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El cuerpo como centro de percepción del mundo

Por: Cesar Augusto Herrera Fonseca


Lic. Filosofía
Universidad pedagógica Nacional
I. introducción

El presente texto tiene el propósito de reconstruir los argumentos del capítulo La síntesis
del propio cuerpo del libro Fenomenología de la percepción de Merleau Ponty. Haré
énfasis en el concepto de percepción, pues de allí se desprende la experiencia como eje
de conocimiento en el cuerpo, ligado a la acción con el objeto en su inmediatez que a la
vez está situada en el espacio. Con esto pretendo dar cuenta del objeto- espacio como una
sola percepción múltiple de la experiencia humana.

II. Reconstrucción argumentativa

Para ver representado el cuerpo como parte de la percepción quisiera primero acotar la
relación de percepción en la perspectiva de Merleau Ponty: " la percepción del objeto por
la percepción del espacio, mientras que la experiencia del propio cuerpo nos enseña a
arraigar el espacio en la existencia. El intelectualismo ve muy bien que el «motivo de la
cosa» y el «motivo del espacio» se entrelazan, pero reduce el primero al segundo. Y
seguida está la experiencia que "revela bajo el espacio objetivo, en el que el cuerpo toma
finalmente asiento, una espacialidad primordial de la que ella no es más que la envoltura
y que se confunde con el ser mismo del cuerpo. " (Ponty, 1945, p,165).
Este término se asocia con la percepción del espacio y la percepción de la cosa, la
espacialidad de la cosa y su ser de cosa, no constituyen dos problemas distintos. La
tradición cartesiana y kantiana nos lo enseñan ya; hace de las determinaciones espaciales
la esencia del objeto, muestra en la existencia partes extra partes, en la dispersión espacial,
el único sentido posible de la existencia en sí. Pero clarifica la percepción del objeto por
la percepción del espacio, mientras que la experiencia del propio cuerpo nos enseña a
arraigar el espacio en la existencia. El intelectualismo ve muy bien que el «motivo de la
cosa» y el «motivo del espacio» se entrelazan, pero reduce el primero al segundo.
Cada uno de estos términos vistos desde el pensamiento de Ponty nos llevan a lo que sería
la experiencia y la relación de la mima con el espacio y con el cuerpo siendo así esta la
que "revela bajo el espacio objetivo, en el que el cuerpo toma finalmente asiento, una
espacialidad primordial de la que ella no es más que la envoltura y que se confunde con
el ser mismo del cuerpo. Ser cuerpo es estar anudado a un cierto mundo, vimos nosotros,
y nuestro cuerpo no está, ante todo, en el espacio: es del espacio. Los anosognósicos que

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hablan de su brazo como de una «serpiente» larga y fría no ignoran, hablando
propiamente, sus contornos objetivos e, incluso cuando el enfermo busca su brazo sin
encontrarlo o lo ata para no perderlo, sabe muy bien dónde está su brazo, ya que es allí
donde lo busca y lo ata. Si, no obstante, los enfermos experimentan el espacio de su brazo.
Puesto que, la percepción es una parte fundamental para la experiencia pues van ligadas
en su inmediatez. Y así el espacio y el objeto están ligados en la percepción, se puede
pensar que es una doble concepción, pero en si las dos están dadas en una sola
espaciosidad, pues el objeto yace y permite que sea una sola percepción ligada a los
sentidos que lo permiten (vista, oído, etc.).
Dicha condición lleva a una espacialidad esta espacialidad hace que el cuerpo tome una
total importancia en cuando a su relación dentro el mundo la cual es "el despliegue de su
ser de cuerpo, la manera como se realiza como cuerpo." (Ponty, 1945, p,166).

"Las diferentes partes de mi cuerpo, sus aspectos visuales, táctiles y motores no están
simplemente coordinados. Si estoy sentado ante mi mesa y quiero coger el teléfono, el
movimiento de la mano hacia el objeto, la erección del tronco, la contracción de los
músculos de las piernas se envuelven unos a otros; quiero cierto resultado, y las tareas se
reparten de por sí mismas entre los segmentos interesados, las combinaciones posibles
viniendo dadas de antemano como equivalentes: puedo quedarme recostado en el sillón,
a condición de extender un poco más el brazo, o inclinarme hacia adelante, o incluso
levantarme un tantico. Todos estos movimientos están a nuestra disposición a partir de su
significación común." (Ponty,1945,p,166) (cuerpo, movimiento y espacio)

Cada uno de nosotros se ve como a través de un ojo interior que, desde algunos metros
de distancia, nos mira de la cabeza a las rodillas. Así la conexión de los segmentos de
nuestro cuerpo y la de nuestra experiencia visual y de nuestra experiencia táctil no se
realizan progresivamente y de manera cumulativa. (---)

toca. El cuerpo es, para utilizar la expresiónde Leibniz, la «ley eficaz» de sus cambios. Si
puede aún hablarse, en la percepción del propio cuerpo, de una interpretación, habrá que
decir que éste se interpreta a sí mismo. (descripción del cuerpo)

Lo que reúne las «sensaciones táctiles» de mi mano y las vincula a las percepciones
visuales de la misma mano como a las percepciones de los demás segmentos del cuerpo,
es un cierto estilo de los gestos de mi mano, que implica cierto estilo de los movimientos

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de mis dedos y contribuye, por otro lado, a una cierta «andadura» de mi cuerpo. No es
con el objeto físico que puede compararse el cuerpo, sino, más bien, con la obra de arte.
En un cuadro o en un fragmento de música, la idea no puede comunicarse más que por el
despliegue de los colores y los sonidos. El análisis de lo obra de Cézanne, si no he visto
sus cuadros, me deja la opción entre varios Cézanne posibles, y es la percepción de los
cuadros lo que me da el único Cézanne existente, es en ella que los análisis toman su
sentido pleno. (Ponty, 1945,p,167)

"la percepción explícita y el movimiento efectivo, en esta función fundamental que


delimita a la vez nuestro campo de visión y nuestro campo de acción." (Ponty, 1945,
p,168)

todo hábito perceptivo es aún un hábito motor y aquí también la captación de una
significación se hace por el cuerpo. Cuando el niño se habitúa a distinguir el azul del rojo,
se constata que el hábito adquirido respecto de este par de colores beneficia a todos los
demás. (Ponty, 1945, p,169)

La mirada obtiene más o menos de las cosas, según como las interrogue, como se deslice
o recueste en ellas. Aprender a ver los colores es adquirir cierto estilo de visión, un nuevo
uso del propio cuerpo, es enriquecer y reorganizar el esquema corpóreo. Sistema de
potencias motrices o de potencias perceptivas, nuestro cuerpo no es objeto para un «yo
pienso»: es un conjunto de significaciones vividas que va hacia su equilibrio. A veces se
forma un nuevo nudo de significaciones: nuestros movimientos antiguos se integran en
una nueva entidad motriz, los primeros datos de la vista en una nueva entidad sensorial,
nuestros poderes naturales alcanzan de pronto una significación más rica que hasta
entonces solamente estaba indicada en nuestro campo perceptivo o práctico, no se
anunciaba en nuestra experiencia más que por una cierta deficiencia, y cuyo advenimiento
reorganiza de pronto nuestro equilibrio y colma
nuestra ciega espera. (Ponty, 1945, p,170)

III. Conclusiones

Despues de ver como el cuerpo representa

Bibliografía

3
Ponty (1945). Fenomenología de la percepción. J Cabanes (trad). Barcelona: Editorial
Planeta.

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