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Sociología
Quinta edición
UPS
QL033099
-u Alianza Editorial
O
; sQ
1. ¿Qué es La sociología?
A comienzos del siglo xxi, vivimos hoy en un mundo enormemente preocupante, pero lle-
no de las más extraordinarias promesas para el futuro. Es un mundo pictórico de cambios,
marcado por profundos conflictos, tensiones y divisiones sociales, así como por los des-
tructivos ataques de la tecnología moderna al entorno natural. Sin embargo, tenemos posi-
bilidades para controlar nuestro destino y mejorar nuestras vidas, cosa harto inimaginable
para generaciones anteriores.
¿Cómo surgió este mundo? ¿Por qué son nuestras condiciones de vida tan diferentes de
las de nuestros padres y abuelos? ¿Qué direcciones tomará el cambio en el futuro? Estas
cuestiones son la preocupación primordial de la sociología; una disciplina que, por consi-
guiente, tiene que desempeñar un papel fundamental en la cultura intelectual moderna.
La jiociplogía es el^e^tudio_d.e ljjóda_sojiiaLhiiinmia, dejsiis^grupojLy sociedades. Es una
empresa cautivadora y atrayente, al tener como objeto nuestro propio comportamiento
como seres sociales. El ámbito de la sociología es extremadamente amplio, y va desde el
análisis de los encuentros efímeros entre individuos en la calle hasta la investigación de
procesos sociales globales como el aumento del fundamentalismo islámico.
La mayor parte de nosotros contempla el mundo en función de las características que
nos resultan familiares en nuestra propia vida. La sociología nos muestra la necesidad de
adoptar un punto de vista mucho más amplio acerca de por qué somos como somos y por
qué actuamos como lo hacemos. Nos enseña que lo que consideramos natural, inevitable,
bueno o verdadero puede no ser así y que lo «normal» de nuestras vidas está enormemente
influido por fuerzas históricas y sociales. Para obtener una perspectiva sociológica, resulta
fundamental la comprensión de las formas sutiles aunque complejas en que nuestras vidas
individuales reflejan los contextos de nuestra experiencia social.
28 Sociología
i._¿Q
La perspectiva sociológica de la
blancí
Aprender a pensar sociológicamente —en otras palabras, usar un enfoque más amplio— origin
significa cultivar la imaginación. El estudio de la sociología no puede ser un proceso ruti- pansk
nario de adquisición de conocimientos. Un sociólogo es alguien capaz de liberarse de la in- todo e
mediatez de las circunstancias personales para poner las cosas en un contexto más amplio. que fi
El trabajo sociológico depende de lo que el autor americano Wright Mills, en una célebre «natuj
expresión, denominó la imaginación sociológica (Mills, 1970). sarrol
La imaginación sociológica nos pide, sobre todo, que seamos capaces de «pensar distan- En
ciándonos» de las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas para poder verlas como si tualid¡
fueran algo nuevo. Consideremos el simple acto de beber una taza de café. ¿Qué podríamos la des
decir, desde un punto de vista sociológico, de este hecho que parece tener tan poco inte- «etiqu
rés?: muchísimas cosas. café q
En primer lugar, podríamos señalar que el café no es sólo una bebida, ya que tiene un puede
valor simbólico como parte de unas actividades sociales cotidianas. Con frecuencia, el ri- café o
tual al que va unido beber café es mucho más importante que el acto en sí. Para muchos oc- a los ]
cidentales, la taza de café matutina ocupa el centro de una rutina personal. Es un primer mirlo
paso esencial para poder comenzar el día. El café de la mañana suele ir seguido, en otros bebed
momentos del día, por cafés junto a otras personas, siendo así la base de un rito social. Dos los de
personas que quedan para tomarse un café probablemente tienen más interés en encontrarse gos le
y charlar que en lo que van a beber. La bebida y la comida dan lugar en todas las socieda- persor
des a oportunidades para la interacción social y la ejecución de rituales, y éstos constituyen lleva a
un interesantísimo objeto de estudio sociológico.
En segundo lugar, el café es una droga que contiene cafeína, la cual tiene un efecto esti-
mulante en el cerebro. Mucha gente lo toma para tener ese «impulso adicional» que pro- Elest
porciona. Las jornadas de trabajo prolongadas y el estudio hasta altas horas de la noche se
hacen tolerables con intermedios para tomarse un café. Beber esta sustancia es una activi- Laim¡
dad que crea hábito, pero en la cultura occidental la mayoría de las personas no considera parece
que los adictos al café consumím droga. Como el alcohol, el cafó es una droga aceptada so- nerale.
cialmente, mientras que la marihuana, por ejemplo, no lo es. Sin embargo, hay culturas que pasanc
toleran el consumo de marihuana, e incluso el de cocaína, pero fruncen el ceño ante el café la este
y el alcohol. A los sociólogos les interesa saber por qué existen estos contrastes. donde
En tercer lugar, un individuo, al beber una taza de café, forma parte de una serie extrema- existei
damente complicada de relaciones sociales y económicas que se extienden por todo el mun- guien
do. El café es un producto que vincula a personas de algunos de los países más ricos de la de la i
tierra con los de las zonas más empobrecidas del planeta: se consume en grandes cantidades misma
en los países opulentos, pero crece sobre todo en los pobres. Aparte del petróleo, el café es plias ti
la mercancía más valiosa del comercio internacional; para muchos países es la fuente princi- Inte
pal de divisas extranjeras. Los procesos de producción, transporte y distribución de esta sus- Por eje
tancia requieren transacciones continuadas entre personas que se encuentran a miles de kiló- sociok
metros de quien la consume. El estudio de estas transacciones globales constituye una tarea pletar
importante para la sociología, puesto que muchos aspectos de nuestras vidas actuales se ven motiva
afectados por comunicaciones e influencias sociales que tienen lugar a escala mundial. estudií
En cuarto lugar, el acto de beber una taza de café supone que anteriormente se ha pro- ¿Ti<
ducido un proceso de desarrollo social y económico. Junto con otros muchos componentes profes:
•
de la dieta occidental ahora habituales —como el té, los plátanos, las patatas y el azúcar
blanco—, el consumo de café comenzó a extenderse a finales del siglo xix y, aunque se
lio— originó en Oriente Medio, la demanda masiva de este producto data del período de la ex-
ruti- pansión colonial occidental de hace aproximadamente dos siglos. En la actualidad, casi
la in- todo el café que se bebe en los países occidentales proviene de áreas (Sudamérica y África)
iplio. que fueron colonizadas por los europeos, así que de ninguna manera es un componente
lebre «natural» de la dieta occidental. El legado colonial ha tenido un enorme impacto en el de-
sarrollo del comercio mundial de café.
stan- En quinto lugar, el café es un producto situado en el centro de los debates que en la ac-
no si tualidad se ocupan de la globalización, el comercio internacional, los derechos humanos y
irnos la destrucción del medio ambiente. Al aumentar la popularidad del café, éste se ha visto
inte- «etiquetado» y politizado: las decisiones que toman los consumidores en cuanto al tipo de
café que beben y dónde lo compran se han convertido en opciones vitales. Los individuos
le un pueden optar por beber únicamente café orgánico, café descafeinado de forma natural o
el ri- café obtenido mediante un «comercio justo» (en el que se paga el precio total del mercado
soc- a los pequeños productores de los países en vías de desarrollo). Pueden optar por consu-
•imer mirlo en cafeterías «independientes», en vez de en «grandes cadenas» como Starbucks. Los
otros bebedores de café pueden decidir boicotear a ciertos países en los que tanto el respeto por
Dos los derechos humanos como la protección del medio ambiente son escasos. A los sociólo-
rarse gos les interesa comprender cómo la globalización aumenta la conciencia que tienen las
ieda- personas de la existencia de ciertos problemas en rincones lejanos del planeta y cómo les
uyen lleva a actuar en consecuencia dentro de su propia vida.
esti-
pro- EL estudio de la sociología
he se
Dtivi- La imaginación sociológica nos permite darnos cuenta de que muchos acontecimientos que
idera parecen preocupar únicamente al individuo en realidad tienen que ver con asuntos más ge-
a so- nerales. El divorcio, por ejemplo, puede resultar un proceso muy difícil para quien lo está
s que pasando y constituirse en lo que Mills denomina un problema personal. Sin embargo, seña-
café la este autor, también puede ser un asunto público en una sociedad actual como la británica,
donde más de un tercio de los matrimonios se separan durante sus primeros diez años de
ema- existencia. Por poner otro ejemplo, el desempleo puede ser una tragedia individual para al-
tnun- guien que es despedido y no puede encontrar otro trabajo, pero el problema rebasa el nivel
de la de la desesperación personal cuando en una sociedad millones de personas están en esa
íades misma situación, y es entonces cuando se convierte en un asunto público que expresa am-
.fe es plias tendencias sociales.
rinci- Intente aplicar este punto de vista a su propia vida, sin pensar únicamente en problemas.
isus- Por ejemplo, ¿por qué está pasando las páginas de este libro?, ¿por qué ha decidido estudiar
kiló- sociología? Puede que estudie esta materia a regañadientes, porque la necesita para com-
tarea pletar un curso, o puede que esté deseando saber más de ella. Cualesquiera que sean sus
2 ven motivaciones, es muy posible que tenga mucho en común, sin siquiera saberlo, con otros
estudiantes de sociología. Su decisión personal refleja su posición en el contexto social.
pro- ¿Tiene usted las siguientes características?; ¿es joven, blanco, procede de una familia de
entes profesionales liberales o de trabajadores no manuales? ¿Ha trabajado a tiempo parcial, o
"
30 Sociología
i. ¿Q
aún lo hace, para mejorar sus ingresos? ¿Quiere encontrar un buen empleo cuando termine Teorí;
sus estudios pero no está completamente dedicado a ellos? ¿No sabe realmente lo que es la
sociología pero cree que tiene algo que ver con el comportamiento de las personas en gru- Laim
po? De entre ustedes, más del 75% contestarán que sí a estas preguntas. Los estudiantes ejemp
universitarios no son representativos del conjunto de la población, sino que suelen proceder muesi
de los estratos sociales más privilegiados y, en general, sus actitudes reflejan las de sus chos,
amigos y conocidos. El ambiente social del que procedemos tiene mucho que ver con el na toi
tipo de decisiones que creemos apropiadas. Améi
Sin embargo, suponga que responde negativamente a una o más de las preguntas ante- bemo
riores; entonces puede que usted proceda de un grupo minoritario o de un sector desfavore- ción i
cido, o puede que sea de mediana edad o anciano. En cualquier caso, podrían sacarse las si- pero ,
guientes conclusiones: es probable que haya tenido que luchar para llegar donde ha llegado hallai
y superar las reacciones hostiles de sus amigos y de otras personas cuando les dijo que te- qué s
nía intención de ir a la universidad, o puede que esté compaginando la educación superior tos o
con la dedicación total al cuidado de sus hijos. necee
Aunque todos estamos influidos por contextos sociales, nuestro comportamiento no está U
del todo condicionado por ellos. Tenemos nuestra propia individualidad y la creamos. La para'
labor de la sociología es investigar la conexión que existe entre lo que la sociedad hace de zació
nosotros y lo que hacemos de nosotros mismos. Nuestras actividades estructuran —dan los p
forma— al mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por él. tante
El concepto de estructura social es importante para la sociología y se refiere al hecho nunc
de que los contextos sociales de nuestra vida no sólo se componen de una colección aleato- lidos
ria de acontecimientos y acciones, sino que, de diversas maneras, están estructurados o si- déme
guen una pauta. Nuestra forma de comportarnos y las relaciones que mantenemos unos N
con otros presentan regularidades. Sin embargo, la estructura social no tiene el carácter fí- suele
sico, por ejemplo, de un edificio que existe al margen de las acciones humanas. Las socie- te a i
dades humanas están siempre en proceso de estructuración. Sus «componentes básicos» dianl
—seres humanos como usted y como yo— las reconstruyen a cada momento. socií
Como ejemplo, piense de nuevo en el ca^o del cafe. Una taza de esta bebida no llega a rame
sus manos de manera automática. Por ejemplo, usted'elige ir a un determinado local a be- L
ber su taza de café solo, con leche o de cualquier otro modo. Al tomar esta decisión, junto a mi SE
otros millones de personas, usted conforma el mercado del café e influye en la vida de sus absti
productores, que quizá vivan a miles de kilómetros de distancia, al otro lado del mundo. eos.
ría»;
rniní
El desarrollo del pensamiento sociológico direí
la e<
A muchos estudiantes les desconcierta la variedad de enfoques que encuentran la primera vez com
que afrontan el estudio de la sociología. La sociología nunca ha sido una disciplina con un dem
corpus de ideas cuya validez sea aceptada por todos. Con frecuencia, los sociólogos se pelean A
entre sí al plantear cómo debe abordarse el comportamiento humano y cuál es la mejor mane- intei
ra de interpretar los resultados de las investigaciones. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta está soci
estrechamente relacionada con la propia naturaleza de la disciplina. La sociología tiene que choí
ver con nuestra propia vida y nuestro propio comportamiento, de manera que estudiarnos a dos
nosotros mismos es la empresa más compleja y difícil que podemos emprender. No-
•• 1
1. ¿Qué es la sociología? 31
La importancia de las teorías en sociología queda clara cuando intentamos comprender, por
ejemplo, el impacto de la industrialización sobre la sociedad. La investigación empírica
muestra cómo ocurren las cosas, pero la sociología no consiste solamente en constatar he-
chos, por grande que sea la importancia de éstos (por ejemplo, es un hecho que esta maña-
na tomé un café, que pagué por él cierta cantidad de dinero y que sus granos procedían de
América Central, etc.) También queremos saber por qué ocurren las cosas, para lo cual de-
bemos aprender a elaborar teorías explicativas. Por ejemplo, sabemos que la industrializa-
ción ha tenido una influencia fundamental en el nacimiento de las sociedades modernas,
pero ¿cuáles son sus orígenes y las condiciones necesarias para que se produzca? ¿Por qué
hallamos diferencias entre los procesos de industrialización de distintas sociedades? ¿Por
qué se asocia la industrialización a determinados cambios en la forma de castigar los deli-
tos o en los sistemas matrimoniales y familiares? Para responder a todas estas preguntas es
necesario el desarrollo de un pensamiento teórico.
Las teorías implican la elaboración de interpretaciones abstractas que puedan utilizarse
para explicar una amplia variedad de situaciones empíricas. Una teoría sobre la industriali-
zación, por ejemplo, debería identificar las principales características que tienen en común
los procesos de desarrollo industrial e intentar mostrar cuáles de ellas son las más impor-
tantes para explicar dicho desarrollo. Es evidente que la investigación empírica y las teorías
nunca pueden distanciarse por completo. Sólo podremos desarrollar enfoques teóricos vá-
lidos si somos capaces de probarlos mediante la investigación de los hechos que intentan
demostrar.
Necesitamos teorías que nos ayuden a comprender los hechos. Al contrario de lo que
suele decirse, los hechos no hablan por sí mismos. Muchos sociólogos trabajan básicamen-
te a través de la investigación factual pero, a menos que interpreten sus conclusiones me-
diante alguna teoría, es poco probable que su tarea sirva para explicar la complejidad de las
sociedades modernas. Esto es así incluso en aquellos estudios realizados con objetivos pu-
ramente prácticos.
Las «personas prácticas» tienden a desconfiar de los teóricos y tal vez se consideren a sí
mismas demasiado «pegadas a la tierra» como para tener que prestar atención a ideas más
abstractas, aunque todas las decisiones prácticas llevan implícitas ciertos supuestos teóri-
cos. Por ejemplo, puede que un directivo empresarial tenga en escasa consideración la «teo-
ría»; sin embargo, cualquier enfoque de las actividades empresariales implica asumir deter-
minados supuestos, aunque a menudo no se tenga conciencia de ello. De este modo, el
directivo podría asumir que la principal motivación de los empleados para trabajar duro es
la económica, el nivel salarial que reciben. Ésta no es sólo una interpretación teórica del
comportamiento humano, sino que además es una interpretación equivocada, como suelen
demostrar las investigaciones de la sociología industrial.
A falta de un enfoque teórico, desconoceríamos por dónde comenzar un estudio o cómo
interpretar los resultados de una investigación. No obstante, la importancia de las teorías en
sociología no se debe únicamente a su papel fundamental a la hora de interpretar los he-
chos recogidos. El pensamiento teórico debe responder a los problemas generales plantea-
dos por el estudio de la vida social humana, incluyendo asuntos de naturaleza filosófica.
No resulta fácil decidir hasta qué punto la sociología debería moldearse sobre las ciencias
"
32
naturales y de qué manera podríamos conceptuar mejor la conciencia, la acción y las insti- lógk
tuciones humanas. Estos asuntos han sido desarrollados de manera diferente en los diversos obje;
enfoques teóricos surgidos en la disciplina sociológica. que i
tural
meni
Primeros teóricos la se
mar
Nosotros los seres humanos siempre hemos sentido curiosidad por las fuentes de nuestro lahí
propio comportamiento, pero durante miles de años los intentos por comprendernos a no- ajust
sotros mismos se apoyaron en formas de pensar transmitidas de generación en generación com
que, con frecuencia, se expresaban en términos religiosos (por ejemplo, antes del nacimien- P
to de la sociedad moderna muchas personas creían que sucesos naturales como los terre- posi
motos estaban causados por los dioses o por ciertos espíritus). Aunque algunos escritores cied
de periodos anteriores ofrecieron ideas sobre la conducta y la sociedad, el estudio sistemá- que
tico de la sociedad humana es algo relativamente reciente, cuyos orígenes se remontan a fi- estu
nales del siglo xvil y comienzos del xvm. El contexto que dio origen a la sociología fue el ne q
de la serie de cambios fulminantes precipitados por la Revolución Francesa de 1789 y el tida
nacimiento de la Revolución industrial en Europa. La ruptura de los modos de vida tradi- men
cionales propiciada por estos cambios fue la causa de que algunos pensadores intentaran base
desarrollar una nueva comprensión tanto del mundo social como del natural. cabí
Una evolución clave fue la utilización de la ciencia en lugar de la religión para compren- tre :
der el mundo. Las cuestiones a las que estos pensadores decimonónicos intentaron respon- acoi
der -—¿Qué es la naturaleza humana? ¿Qué es lo que explica la estructura actual de la so- futu
ciedad? ¿Cómo y por qué cambian las sociedades?— son las mismas a las que los lesl
sociólogos pretenden contestar hoy en día. Nuestro mundo moderno es radicalmente dife- rimt
rente al del pasado; la sociología tiene como tarea contribuir a la comprensión de este mun- I
do y de lo que probablemente nos depara el futuro. eln
gicc
era
Augusta Comte torn
nati
Es evidente que, por sí solo, ningún individuo puede fundar toda una disciplina, y fue- lile*
ron muchos los autores que participaron en los orígenes del pensamiento sociológico. Sin nan
embargo, se suele conceder una especial importancia al autor francés Auguste Comte que
(1798-1857), aunque sólo sea porque fue él quien acuñó el término «sociología». Inicial- fuei
mente, Comte hablaba de «física social» para referirse al nuevo campo de estudio, pero en I
aquel momento algunos de sus rivales intelectuales también utilizaban este concepto. Com- cibi
te quiso distinguir su perspectiva de la de los demás, de modo que acuñó el término «socio- las
logía» para describir la disciplina que pretendía instaurar. nid;
El pensamiento de Comte reflejaba los turbulentos acontecimientos de su época. La Re- par
volución Francesa había producido cambios sociales notables y el desarrollo industrial es- con
taba alterando la vida tradicional de la población francesa. Comte intentó crear una ciencia pro
de la sociedad que pudiera explicar las leyes del mundo social del mismo modo que las él,;
ciencias naturales explicaban el funcionamiento del físico. Aunque Comte reconocía que dad
cada disciplina científica tiene su propio objeto de estudio, creía que todas comparten una que
•
>d o Logia 33
Los escritos de otro autor francés, Émile Durkheim (1858-1917), han tenido una influencia inv
más duradera en la sociología moderna que los de Auguste Comte. Aunque recogió algunos des
elementos de la obra de éste, Durkheim consideraba que la mayor parte de sus trabajos eran 1ÍZE
demasiado especulativos y vagos y que no había logrado lo que se había propuesto: darle a gio
la sociología una base científica. Para Durkheim, la sociología..era una ciencia nueva que sut
podía utilizarse para dilucidar las tradicionales preguntas filosóficas mediante análisis He fie;
tipo empírico. Al igual que Comte antes que él, Durkheim creía que debíamos estudiar la prc
vida social con la misma objetividad con que los científicos se ocupan de la naturaleza. El eos
primer principio de la sociología para Durkheim era el famoso «¡estudia los hechos socia- ae
les como si frieran cosas\». Con ello lo que quería decir era que la vida social puede ser
analizada con el mismo rigor que los objetos o fenómenos naturales. qut
Los escritos de Durkheim cubrieron un-amplio espectro de temas. Tres de los principa- dac
les que abordó frieron la importancia de la sociología como ciencia empírica, el ascenso del cip
individuo y la formación de un nuevo orden social, y las fuentes y naturaleza de la autori- gn
dad moral en la sociedad. Nos encontraremos de nuevo las ideas de Durkheim al analizar la gra
religión, la desviación y la delincuencia, y el qui
trabajo y la vida económica. nut
Según Durkheim, la principal preocupación coi
intelectual de la sociología es el estudio de los
hechos sociales. En vez de aplicar métodos so-
ciológicos al estudio de los individuos, los so- tra
ciólogos tienen que analizar hechos sociales: as- la:
pectos de la vida social, como la situación de la cía
economía o la influencia de la religión, que con- ca;
forman nuestras acciones como individuos. Durk- Qu
heim creía que las sociedades tienen su propia se
realidad; es decir, que la sociedad no se compo- trií
CO]
ne sólo de las acciones e intereses de cada uno
de sus miembros. Según este autor, los hechos las
sociales son formas de actuar, pensar o sentir un
externas a los individuos y tienen una realidad riz
propia al margen de las vidas y percepciones de ¡as
sus integrantes. Los hechos sociales también se qu
distinguen por su capacidad para ejercer un po- ca<
der coactivo sobre los individuos. Sin embargo, cic
la gente no suele reconocer ese carácter condi- al
cionante de los hechos sociales. Esto se debe a
que, en general, las personas aceptan los hechos
Émile Durkheim (1858-1917) sociales libremente, creyendo que actúan por su
•
1. ¿Qué ss la sodolog^a? 35
•ioíogís
.zacion propia voluntad. En realidad, según Durkheim, es frecuente que la gente no haga más que
seguir las pautas habituales en su sociedad. Los hechos sociales pueden condicionar la ac-
ción humana de diferentes maneras, que van desde un rotundo castigo (en el caso de un de-
lito, por ejemplo) hasta el rechazo social (en el caso de un comportamiento inaceptable),
pasando por un simple malentendido (en el caso de un uso equivocado del idioma).
Durkheim aceptaba que los hechos sociales son difíciles de estudiar, ya que, como son
iuencia invisibles e intangibles, no pueden observarse directamente. En lugar de ello, sus propieda-
Igunos des han de ponerse de manifiesto indirectamente mediante el análisis de sus efectos o ana-
os eran lizando los intentos que se han hecho para expresarlas, como son las leyes, los textos reli-
darle a giosos o las normas de conducta escritas. Al estudiar los hechos sociales, Durkheim
iva que subrayaba lo importante que era abandonar los prejuicios y la ideología. Una actitud cientí-
lisis 3é fica exige una mente abierta a las evidencias sensoriales y libre de ideas preconcebidas
idiar la procedentes del exterior. Durkheim sostenía que sólo se podían generar conceptos científi-
eza. El cos mediante prácticas científicas. Retó a los sociólogos a estudiar las cosas tal como son y
; socia- a elaborar nuevos conceptos que reflejen la verdadera naturaleza de lo social.
ede ser Al igual que otros fundadores de la sociología, a Durkheim le preocupaban los cambios
que en su época estaban transformando la sociedad. Tenía un especial interés en la solidari-
incipa- dad de tipo social y moral, es decir, la que mantiene unida a la sociedad y evita que se pre-
nso del cipite en el caos. La solidaridad se mantiene cuando los individuos consiguen integrarse en
autori- grupos y se rigen por un conjunto de valores y costumbres compartidos. En su primera
ilizar la gran obra, La división del trabajo social, Durkheim presentó un análisis del cambio social
la, y el que propugnaba que el advenimiento de la era industrial comportaba la aparición de un
nuevo tipo de solidaridad (Durkheim, 1984 [1893]). Al plantear este argumento, Durkheim
ipación contraponía dos clases de solidaridad —la mecánica y la orgánica—, relacionándolas con
de los la división del trabajo, el desarrollo de la diferenciación entre diversas ocupaciones.
dos so- Según Durkheim, las culturas tradicionales en las que se da una reducida división del
los so- trabajo se caracterizan por una solidaridad mecánica. Como la mayoría de los miembros de
les: as- la sociedad realizan ocupaciones similares, les unen las experiencias comunes y las creen-
m de la cias compartidas. La fuerza de estas creencias tiene un carácter represivo: la comunidad
ue con- castiga inmediatamente a cualquiera que cuestione las formas de vida convencionales.
i. Durk- Queda poco espacio para el disentimiento individual. Por lo tanto, la solidaridad mecánica
propia se basa en el consenso y en la similitud de creencias. Sin embargo, las fuerzas de la indus-
compo- trialización y de la urbanización han producido una creciente división del trabajo que ha
ida uno contribuido a la quiebra de este tipo de solidaridad. Para Durkheim, la especialización de
hechos las tareas y la creciente diferenciación social en las sociedades avanzadas iban a producir
} sentir un nuevo orden en el que habría una solidaridad orgánica. A las sociedades que se caracte-
•calidad rizan por este tipo de solidaridad las mantienen unidas la interdependencia económica de
ones de las personas y el reconocimiento de la importancia de las aportaciones ajenas. A medida
ibién se que se expande la división del trabajo, la gente depende cada vez más de los demás, porque
• un po- cada persona necesita productos y servicios que le proporcionan los que tienen otras ocupa-
nbargo, ciones. Las relaciones de reciprocidad económica y de dependencia mutua llegan a sustituir
• condi- a las creencias compartidas como fundamento del consenso social.
debe a
hechos
i por su
36 31S
Sin embargo, los procesos de cambio que ocurren en el mundo contemporáneo son tan En
rápidos e intensos que dan lugar a dificultades sociales aún mayores. Pueden tener efectos un acl
perturbadores sobre las formas de vida, la moral, las creencias religiosas y las pautas coti- bargo.
dianas tradicionales, sin proporcionar unos nuevos valores claros. Durkheim vinculaba es- portar
tas inquietantes condiciones a la anomia, la sensación de falta de sentido o de desespera- ñalan,
ción que provoca la vida social moderna. En general, los controles y criterios tradicionales
que solía proporcionar la religión se han visto destruidos por el desarrollo social moderno,
y esto deja a muchos individuos de las sociedades contemporáneas con la sensación de que
su vida cotidiana carece de sentido.
37
Por ejempLo, el escaso número de suicidios entre Los católicos podría explicarse a partir de la ji
fuerza de su comunidad social, mientras que La Libertad personal y moral de los protestantes
uo y La conlleva que «estén solos» ante Dios. EL matrimonio protege deL suicidio al integrar al indi-
1897). viduo en una relación social estable, mientras que Las personas solteras siguen estando más
propia aisladas dentro de La sociedad. Según Durkheim, el menor número de suicidios en tiempo de
:os y la guerra puede interpretarse como un signo de La mayor integración sociaL.
ersonal El suicidio anómfco se produce por La falta de regulación sociaL Con esto, Durkheim se re-
fería a las condiciones sociales de La anomia, situación en la que las personas se quedan
:l suici- «sin normas» debido a un rápido cambio en la sociedad o a La inestabilidad de ésta. La pér-
i Lógica. dida de un punto fijo de referencia para Las normas o deseos —como la que se da en épocas
¡L fenó- de convulsiones económicas o de conflictos íntimos como un divorcio— puede alterar el
5 o me- equilibrio entre las circunstancias de una persona y sus deseos.
is o en EL suicidio altruista tiene lugar cuando un individuo está «demasiado integrado» —los
era un vínculos sociales son demasiado fuertes— y valora más a la sociedad que a sí mismo. En
;ra so Lo este caso, el suicidio se convierte en un sacrificio que se realiza en beneficio de un «bien
ciertas superior». Los kamikazes japoneses o Los «hombres bomba» islámicos son ejemplos de este
tipo de suicidio. Para Durkheim, éste era característico de sociedades tradicionales en las
ciertos que predomina La solidaridad mecánica.
}ue ha- El último tipo de suicidio es Q[ fatalista. Aunque Durkheim lo consideraba de poca impor-
tes que tancia en su época, creía que se origina cuando un individuo está excesivamente regulado
s solte- por La sociedad. La opresión del individuo produce un sentimiento de impotencia ante el
Lían ser destino o La sociedad.
istabili- Los índices de suicidio varían de una sociedad a otra, pero a Lo largo del tiempo presen-
tan pautas regulares dentro de cada una de ellas. Para Durkheim, esto era una prueba de que
lera deL existen fuerzas sociales coherentes que influyen en el número de suicidios. Si se analiza este
j de so- índice, se comprobará que en Las acciones individuales se pueden detectar pautas sociales
zión so- generales.
te esta- Desde la publicación de El suicidio se han hecho muchas objeciones a este estudio, rela-
guLados cionadas sobre todo con el uso que hace Durkheim de las estadísticas oficiales, su rechazo a
usencia las influencias no sociales que afectan aL suicidio y su insistencia en clasificar todas las cla-
ses de suicidio juntas. No obstante, el estudio sigue siendo un clásico y su propuesta funda-
ir cuan- mental se mantiene vigente: incluso un acto que parece tan personal como el suicidio exige
•ompen. una explicación sociológica.
son tan En uno de sus más famosos estudios Durkheim analizó el suicidio, fenómeno que parece
efectos un acto puramente personal, resultado de una profunda infelicidad del individuo. Sin em-
as coti- bargo, Durkheim señala que los factores sociales tienen una influencia decisiva en el com-
.aba es- portamiento suicida, siendo la anomia una de dichas influencias. Las tasas de suicidio se-
;espera- ñalan, año tras año, una pauta regular que ha de explicarse sociológicamente.
;ionales
oderno,
. de que
38
Karl Marx
bajad(
Las ideas de Karl Marx (1818-1883) contrastan ses se
vivamente con las de Comte y Durkheim, pero, trabaj
como ellos, intentó explicar los cambios sociales trabaj
que estaban ocurriendo durante la Revolución curso;
industrial. Cuando era joven, sus actividades po-
líticas le ocasionaron problemas con las autori-
dades alemanas y, después de una breve estancia El car.
en Francia, se exilió definitivamente en Gran
Bretaña. Marx asistió al desarrollo de las fábri- Lape
cas y de la producción industrial, así como al de histoi
valon
las desigualdades que generaba. Su interés en el
cido ]
movimiento sindical y en las ideas socialistas se
puso de manifiesto en sus escritos, que cubren rrollc
diversas áreas. Gran parte de su obra se centra en fiestc
clase
cuestiones económicas, pero, considerando que
y en
siempre trató de conectar los problemas econó-
micos con las instituciones sociales, dicha obra el cu
aotr;
estaba, y está, llena de interesantes observacio-
nes q
nes sociológicas. Incluso sus críticos más seve-
hístó
Karl Marx (1818-1883) ros reconocen que su obra fue importante para el
tores
desarrollo de la sociología.
basal
artes
noblí
El capitalismo y io lucha de ciases
mo r
sería
Aunque escribió sobre distintos períodos históricos, Marx se centró en el cambio en la épo-
V
ca contemporánea. Para él, las transformaciones más importantes de este período están vin- talíst
culadas al desarrollo del capitalismo, sistema de producción que contrasta radicalmente
treri
con los anteriores órdenes económicos de la historia, ya que conlleva la producción de tre li
bienes y servicios para venderlos a una amplia gama de consumidores. Marx identificó dos mon
elementos principales dentro de las empresas capitalistas. La primera es el capital: cual- cían
quier activo, ya sea dinero, máquinas o incluso fábricas, que pueda utilizarse o invertirse mun
para crear otros activos. La acumulación de capital va unida al siguiente elemento, el traba- delf
jo asalariado, formado por el conjunto de trabajadores que no poseen los medios para ga- L
narse la vida y que deben aceptar el empleo que les dan los propietarios del capital. Marx nos
creía que éstos, los capitalistas, constituyen una clase dominante, mientras que el grueso las í
de la población constituye una clase de trabajadores asalariados o clase obrera. Al exten- insp
derse la industrialización, un gran número de campesinos que solía mantenerse con el tra-
bajo agrícola se mudó a las ciudades que estaban en proceso de expansión y ayudó a cons-
tituir una clase obrera urbana. A esta clase obrera también se la denomina proletariado. Max
Según Marx, el capitalismo es inherentemente un sistema clasista en el que las relacio-
nes de clase se caracterizan por el conflicto. Aunque los propietarios del capital y los traba- Al i
jadores dependen los unos de los otros —los capitalistas necesitan mano de obra y los tra- ciól
' ' ; -
i, ¿Qué es la sociología? 39
bajadores un salario—, esta dependencia está muy desequilibrada. La relación entre las cla-
ses se basa en la explotación, ya que los trabajadores tienen poco o ningún control sobre su
trabajo y los empresarios pueden generar ganancias apropiándose de lo que producen los
trabajadores con su trabajo. Marx creía que el conflicto que enfrenta a las clases por los re-
cursos económicos se agravaría con el paso del tiempo.
do en
i Una fundadora olvidada sucaí
tura. :
: Aunque Comte, Marx y Weber son, sin duda, los grandes fundadores de la sociología, tam- cho, 1
.- bien hubo otros pensadores importantes del mismo período cuyas aportaciones también de la
i deben tenerse en cuenta. La sociología, al igual que muchas disciplinas académicas, no centn
:.¡ siempre ha estado a la altura del ideal que propugna que hay que reconocer La importancia y en
;j de cualquier pensador cuya obra haya tenido sus propios méritos. Muy pocas mujeres o modc
•| miembros de minorías étnicas tuvieron la oportunidad de convertirse en sociólogos profe- anter
! sionales durante el período «clásico» del siglo xix y principios del xx. Además, con frecuen- ricos.
'] cia, la disciplina ha desatendido a los pocos a los que se concedió la posibilidad de reali- casfi
zar investigaciones sociológicas trascendentes. Individuos como Harriet Martineau merecen modÉ
la atención de Los sociólogos actuales. ve qi
gosc
Harriet Martineau A
inten
A Harriet Martineau (1802-1876) se La ha Llamado La «primera mujer socióLoga», pero, al del c
igual que ocurre con Marx y Weber, no puede considerarse que su labor se ciñera única- pero
mente a la sociología. Nació y se educó en Inglaterra y fue autora de unos cincuenta Li- princ
bros, así como de numerosos artículos. Ahora se atribuye a Martineau la introducción de La teria
sociología en Gran Bretaña, mediante su traducción al inglés del tratado de Comte que conf
fundó la disciplina, el Curso de filosofía positiva (Rossi, 1973). Además, durante sus pro- que ;
longados viajes por Los Estados Unidos en la década de 1830, Martineau Llevó a cabo un dek
estudio sistemático y de primera mano de La sociedad del país, objeto de su libro Sodety muy
in America (1962 [1837]). Martineau es importante para los sociólogos actuales por diver- giert
sas razones. En primer lugar, señaló que cuando se estudia una sociedad hay que abordar rom
todos sus aspectos, entre ellos Las instituciones sado
políticas, religiosas y sociaLes clave. En segundo la ac
lugar, insistió en que un análisis social también son
debe intentar comprender la vida de las muje- para
res. En tercer lugar, fue La primera en observar actu
con mirada sociológica cuestiones antes desa- estn
tendidas, como el matrimonio, los hijos, la vida ras £
doméstica y religiosa, y las relaciones raciales. ciol<
Como escribió en una ocasión: «EL cuarto de Los P
niños, el tocador y La cocina son escuelas exce- ción
lentes en las que aprendemos la moral y los mo- otra
dales de las personas» (Martineau, 1962 [1837]). esta
Finalmente, apuntó que los sociólogos han de ir siste
más allá de la observación para actuar de forma con'
que se beneficie la sociedad. A consecuencia de tale
ello, Martineau fue una defensora activa tanto can
de los derechos de la mujer como de la emanci- tura
Harriet Martineau (1802-1876) P adón de los esclavos. I
ide¡
1. ¿Qué es la sociología? 41
A los primeros sociólogos les unía el deseo de comprender las cambiantes sociedades en las
que habitaban. Sin embargo, no sólo querían mostrar e interpretar los impetuosos aconteci-
mientos de su época. Lo más importante era su pretensión de desarrollar formas de estudio
del mundo social que pudieran explicar el funcionamiento general de las sociedades y la na-
turaleza del cambio social. Sin embargo, como hemos visto, Durkheim, Marx y Weber utili-
zan enfoques muy diferentes al estudiar el mundo social. Por ejemplo, mientras que Durk-
heim y Marx se centraban en el vigor de las fuerzas externas al individuo, Weber tomó como
punto de partida la capacidad de éste para actuar creativamente sobre el mundo exterior.
Mientras que Marx apuntaba el predominio de las cuestiones económicas, Weber consideraba
la importancia de una gama de factores mucho más amplia. Estas diferencias de enfoque se
han mantenido durante la historia de la sociología. Aunque los sociólogos estén de acuerdo en
su objeto de análisis, con frecuencia lo abordan desde diferentes perspectivas teóricas.
Las tres perspectivas teóricas de los últimos tiempos estudiadas a continuación —el fun-
cionalismo, los enfoques que se basan en el conflicto y el interaccionismo simbólico— en-
troncan directamente con Durkheim, Marx y Weber. A lo largo del libro se encontrarán ar-
gumentos e ideas que parten de esos enfoques teóricos y los ilustran. (En el capítulo 4
retomaremos con más detalle los principales enfoques teóricos de la sociología y examina-
remos algunos de los más recientes desarrollos teóricos del pensamiento sociológico).
El funcionalismo
tencia de un consenso moral entre los miembros de tal sociedad. Por ejemplo, según Durk- re cha;
heim, la religión refuerza la adhesión de las personas a los valores sociales centrales y, por hacen
ello, contribuye al mantenimiento de la cohesión social. cuesti
Probablemente, hasta la década de los sesenta el pensamiento fimcionalista fue la tradi- comp
ción teórica más relevante en sociología, particularmente en los Estados Unidos. Dos de implii
sus partidarios más sobresalientes fueron Talcott Parsons (1902-1979) y Robert K. Merton otros,
(1910-2003), ambos muy influidos por Durkheim. La concepción de Merton del funciona- grupc
lismo ha ejercido una influencia especial. Merton distinguía entre funciones manifiestas y perpe
latentes. Las funciones manifiestas son aquellas que reconocen y pretenden los participan- Ur
tes en determinado tipo de actividad social. Las funciones latentes son aquellas cuyas con- llama
secuencias no son deliberadas por quienes las realizan. Para ilustrar esta diferencia, Merton lizar:
utilizó el ejemplo de la danza de la lluvia que realiza la tribu de los hopi en Arizona y Nue- escue
vo México. Los hopi creen que la ceremonia proporciona la lluvia necesaria para sus cose- das si
chas (función manifiesta). Ésta es la razón por la que la organizan y participan en ella. Pero lógic:
la danza de la lluvia, afirmaba Merton, utilizando la teoría de la religión de Durkheim, tie- tica.!
ne también el efecto de promover la cohesión de la sociedad hopi (función latente). Una Ni
parte fundamental de la teoría sociológica, según Merton, es descubrir las funciones laten- ricos
tes de las actividades y las instituciones sociales. ello <
Merton diferenciaba también entre funciones y disfunciones. La búsqueda de los aspec- Conj
tos disfuncionales del comportamiento social supone centrarse en rasgos de la vida social sólo
que representan un desafío al orden establecido. Por ejemplo, resulta erróneo considerar que vida
la religión es siempre funcional, es decir, que contribuye a la cohesión social. Cuando dos y la i
grupos sostienen religiones diferentes o incluso diferentes versiones de la misma religión, cipal
las consecuencias pueden ser importantes conflictos sociales que provoquen alteraciones esa c
sociales generalizadas. De este modo, con frecuencia se han librado guerras entre comu- textc
nidades religiosas, como pueden ser las luchas entre protestantes y católicos en la historia nen]
europea. gobe
En los últimos años la aceptación del funcionalismo ha comenzado a verse mermada a
medida que se revelaban sus limitaciones. Aunque no es aplicable en el caso de Merton,
muchos pensadores funcionalistas (Talcott Parsons es un ejemplo) hacen un excesivo hin- Elin
capié en los factores que conducen a la cohesión social, a costa de los que producen divi-
siones y conflictos. Centrarse en la estabilidad y el orden supone minimizar las divisiones o La o
desigualdades sociales, que se basan en factores como la clase, la raza y el género. Tampo- pens
co se recalca mucho el papel que tiene la acción social creativa dentro de la sociedad. Mu- nisn
chos críticos comparten la idea de que el análisis funcionalista atribuye a las sociedades el si
cualidades que no poseen. A menudo, los funcionalistas hablan como si éstas tuvieran «ne- deci
cesidades» y «objetivos», aunque estos conceptos sólo tienen sentido cuando se aplican a com
los individuos humanos. repr
tos í
es e
Las perspectivas que se basan en el conflicto gest
algt
Al igual que los funcionalistas, los sociólogos que utilizan las teorías de! conflicto subra- nos
yan la importancia que tienen las estructuras dentro de la sociedad. También proponen un Cor
«modelo» global para explicar su funcionamiento. Sin embargo, los teóricos del conflicto con
' ue 45
Managed Heart. A pesar de que llevó a cabo su investigación en una de las «economías de
servicios» más desarrolladas del mundo —-los Estados Unidos—, las conclusiones de
Hochschüd son aplicables a muchas sociedades en la época actual. Los empleos en el sec-
tor servicios están aumentando muy rápidamente en países de todo el mundo, exigiendo
que más y más personas empleen una «energía emocional» en su lugar de trabajo. En algu-
nas culturas, como la de los inuit de Groenlandia, que no suelen sonreír en público como es
tradición en Europa occidental y Norteamérica, el aprendizaje del trabajo emocional ha re-
sultado una tarea problemática. Los empleados de servicios en estos países a veces son for-
zados a participar en «talleres prácticos de sonrisas», no muy diferentes por otra parte de
aquellos a los que asistían las azafatas de Delta Airlines.
Hasta el momento, en este capítulo nos hemos ocupado de los enfoques teóricos que ha-
cen referencia a las orientaciones generales del contenido de la sociología. No obstante, es
posible hacer una distinción entre los enfoques teóricos tratados anteriormente y las teo-
rías. Las teorías se centran en un campo más concreto y suponen intentos por explicar
condiciones sociales o acontecimientos particulares. Generalmente forman parte del pro-
ceso de la investigación y a su vez sugieren los problemas que deberían investigarse. Un
ejemplo sería la teoría del suicidio de Durkheim a la que hicimos referencia anteriormente
en este capítulo. Se han desarrollado innumerables teorías dentro de los diversos campos
de investigación de los estudios sociológicos. Algunas veces las teorías se exponen de ma-
nera muy precisa, llegando en ocasiones a expresarse en forma matemática, aunque esto
sea más habitual en las otras ciencias sociales (especialmente en economía) que en la pro-
pia sociología.
Ciertas teorías abarcan mucho más que otras. Existen opiniones diversas en cuanto a si
es deseable o resulta de alguna utilidad que los sociólogos se comprometan en proyectos
teóricos de gran alcance. Robert K. Merton (1957), por ejemplo, defiende enérgicamente
que los sociólogos deberían concentrar su atención en lo que denomina teorías de escala
media. En vez de intentar crear grandes propuestas teóricas (al estilo de Marx, por ejem-
plo), deberíamos interesarnos por desarrollar teorías más modestas.
Las teorías de escala media son lo suficientemente específicas como para poderse com-
probar directamente mediante la investigación empírica, aunque lo suficientemente genera-
les para cubrir una gama de fenómenos diferentes. Ése sería el caso de la teoría de la priva-
ción relativa. Esta teoría sostiene que las personas evalúan sus circunstancias en función de
con quién se comparan. De tal modo, los sentimientos de privación no dependen directa-
mente de la pobreza material experimentada. Una familia que habite una pequeña casa de
un barrio pobre, en el que todo el mundo está más o menos en las mismas circunstancias,
probablemente sentirá menos privación que otra que viva en una casa parecida que se en-
cuentre en un vecindario donde la mayoría de los hogares sea mucho mayor y las otras fa-
milias más prósperas.
Si bien es cierto que cuanto más ambiciosa y mayor alcance tiene una teoría, más difícil
es comprobarla empíricamente, no parece haber razones obvias por las que el pensamiento
teórico en sociología deba limitarse a la «escala media».
48 Sociología
Valorar las teorías, y especialmente los enfoques teóricos, en sociología es una tarea for- que
midable que representa todo un desafío. Las discusiones teóricas son, por definición, más la vi
abstractas que las controversias de tipo más empírico. El hecho de que la sociología no esté
dominada por un único enfoque teórico podría parecer un signo de debilidad, pero no se
trata de algo así. La competencia entre distintos enfoques teóricos y teorías es una expre-
sión de la vitalidad de la disciplina sociológica. Cuando estudiamos a los seres humanos
•—nosotros mismos— la variedad teórica nos salva del dogma. El comportamiento humano La
es complicado y polifacético y resulta muy improbable que una única perspectiva teórica C. ^
pueda cubrir todos los aspectos. La diversidad del pensamiento teórico proporciona una mer
gran fuente de ideas que pueden servir para inspirar las investigaciones y estimular la capa- rale
cidad imaginativa tan esencial para avanzar en el trabajo sociológico. si e.
cuá
mai
Niveles de análisis: micros o ció Logia y macrosociología éxil
mir
Una diferencia importante entre las diversas perspectivas teóricas tratadas en este capítulo si r
es el distinto nivel de análisis que utiliza cada uno. Suele denominarse microsociología al ren
estudio del comportamiento cotidiano en situaciones de interacción cara a cara. Por el con-
trario, llamamos macrosociología al análisis de grandes sistemas sociales, como el sistema de
político o el orden económico, o de procesos de cambio a largo plazo, como el desarrollo pus
de la industrialización. Aunque a primera vista da la impresión de que el micro y el macro- cvu
análisis estén alejados el uno del otro, lo cierto es que ambos están íntimamente relaciona- eje
dos (Knorr-Cetina y Cicourel, 1981;Giddens, 1984). de<
El análisis a gran escala es esencial para comprender la base institucional de la vida co- dei
tidiana. La forma de vida de las personas está profundamente influida por el conjunto del mi
marco institucional, como resulta obvio cuando se compara el ciclo cotidiano de las activi- tra
dades de una cultura como la de la época medieval con la vida en un entorno urbano indus- ais
trializado. En las sociedades modernas estamos constantemente en contacto con desconoci- co
dos. Este contacto puede ser indirecto e impersonal. Sin embargo, cualquiera que sea el ad
número de relaciones indirectas que establezcamos hoy en día, la presencia de otras perso-
nas sigue siendo crucial. Aunque decidamos mandarle a un conocido un mensaje electróni-
co por Internet, también podemos optar por viajar miles de kilómetros en avión para pasar trc
el fin de semana con un amigo. ha
A su vez, los estudios a pequeña escala son necesarios para esclarecer cuáles son las de
pautas institucionales generales. Es evidente que la interacción cara a cara es la base princi- m
pal de todas las formas de organización social, independientemente de sus dimensiones. CÍ:
Supongamos que tenemos que estudiar una corporación empresarial. Podríamos entender CV-
bastante bien sus actividades simplemente analizando los comportamientos cara a cara. Po- &
dríamos estudiar, por ejemplo, a los directores cuando se relacionan dentro de la sala de ci
juntas, a los que trabajan en las distintas oficinas o a los obreros de la fábrica. De este lo
modo no lograríamos componer una imagen de toda la corporación, ya que muchos de sus C(
negocios se realizan a través de materiales impresos, cartas y también por teléfono y por
ordenador. Sin embargo, sí podríamos contribuir de un modo significativo a la compren-
sión del funcionamiento de la organización. En capítulos posteriores veremos más ejemplos Cl
rea for- qué manera los sistemas de gran tamaño influyen a su vez en los ámbitos más recónditos de
)n, más la vida social.
no esté
0 no se
1 expre- ¿Cómo puede la sociología ayudarnos en nuestra vida?
urnanos
lumano La sociología tiene diversas consecuencias prácticas en nuestra vida, como recalcó
teórica C. Wright Mills al desarrollar su idea de la imaginación sociológica mencionada anterior-
)na una mente (p. 28). En primer lugar, la sociología nos hace ser conscientes de las diferencias cultu-
la capa- rales, lo que nos permite contemplar el mundo desde muchas perspectivas. Con frecuencia,
si entendemos adecuadamente cómo viven los otros adquirimos una mejor comprensión de
cuáles son sus problemas. Las políticas que no están basadas en una clara conciencia de la
manera de vivir de las personas a quienes afectan cuentan con pocas posibilidades de tener
éxito. Por ejemplo, un trabajador social blanco que desarrolle su labor en un barrio predo-
minantemente latino del sur de Londres no conseguirá ganar la confianza de la comunidad
capítulo si no se muestra sensible a las diferentes experiencias sociales entre los miembros de dife-
logia al rentes grupos en Gran Bretaña.
el con- En segundo lugar, la investigación sociológica proporciona una ayuda práctica a la hora
sistema de evaluar los resultados de las iniciativas políticas. Un programa de reformas prácticas
sarrollo puede no alcanzar los resultados que buscaban sus promotores o puede provocar conse-
macro- cuencias negativas indeseadas. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, por
aciona- ejemplo, se construyeron grandes bloques de viviendas públicas en los centros de las ciuda-
des, con el objetivo de proporcionar alojamiento de alto nivel a grupos de renta baja proce-
/ida co- dentes de los suburbios y ofrecer zonas comerciales y otros servicios cívicos en las proxi-
into del midades. Sin embargo, estudios posteriores mostraron que muchas personas que se habían
5 activi- trasladado desde sus anteriores viviendas a los grandes bloques de apartamentos se sentían
3 indus- aisladas e insatisfechas. A menudo, los bloques de viviendas de cierto nivel y los centros
conoci- comerciales situados en áreas pobres se echaban a perder y proporcionaban un escenario
2 sea el adecuado para atracos y otros tipos de delincuencia violenta.
s perso- En tercer lugar, y en cierta manera ésta puede ser la consecuencia más importante, la so-
ectróni- ciología puede ayudarnos al autoesclarecimiento, damos herramientas para aumentar nues-
ra pasar tro propio conocimiento personal. Cuanto rnás sabemos sobre por qué actuamos como lo
hacemos y sobre el funcionamiento general de nuestra sociedad, más posibilidades tenemos
son las de influir sobre nuestro futuro. No deberíamos considerar que la sociología es una herra-
i princi- mienta para apoyar a los gobernantes —es decir, a los grupos de poder— en la toma de de-
isiones. cisiones. No podemos asumir que quienes detentan el poder vayan siempre a tomar en
•ntender cuenta los intereses de los desposeídos o menos privilegiados cuando desarrollan sus pro-
ara. Pó- gramas públicos. Los grupos con una mayor conciencia pueden aprovechar las investiga-
sala de ciones sociológicas para utilizar la información generada en ellas como respuesta efectiva a
De este los programas públicos o para impulsar iniciativas políticas propias. Grupos de autoayuda
s de sus como Alcohólicos Anónimos o movimientos sociales como los ecologistas son algunos
o y por ejemplos de colectivos que han logrado con cierto éxito promover reformas prácticas.
)mpren- Por último, es necesario mencionar que muchos sociólogos se dedican a asuntos prácti-
jemplos cos como profesionales. Encontramos personas con formación sociológica como asesores
les y de industriales, planificadores urbanos, trabajadores sociales y gestores de personal, así como
r
50 Sor! elogia
carse al objeto de estudio de forma imaginativa y relacionar las ideas y los resultados so-
ciológicos con las situaciones de nuestra propia vida.
Puntos fundamentales
i que 1. La sociología puede definirse como el estudio sistemático de las sociedades humanas
10 ha y presta una especial atención a los modernos sistemas industrializados.
eten- 2. La práctica de la sociología conlleva la capacidad de pensar de forma imaginativa y
e Las de distanciarse de ideas preconcebidas sobre las relaciones sociales.
i que 3. La sociología se concibió como un intento de entender los trascendentales cambios
:ubrir ocurridos en las sociedades humanas en los dos o tres últimos siglos. Estos cambios no
sólo se han producido a gran escala, sino que también han tenido lugar en los ámbitos
Liado más íntimos y personales de la vida de las personas.
des a 4. Entre los fundadores clásicos de la sociología hay cuatro figuras especialmente im-
portantes: Auguste Comte, Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber. Comte y
Marx, que escribían a mediados del siglo XIX, plantearon algunos de los temas funda-
mentales de la disciplina, que fueron desarrollados más tarde por Durkheim y Weber.
Dichos temas se refieren a la naturaleza de la sociología y a las consecuencias del
desarrollo de las sociedades modernas en el mundo social.
5. Diversos enfoques teóricos se dan cita en la sociología. Las disputas teóricas son difí-
ciles de solucionar incluso en las ciencias naturales, y en la sociología nos enfrenta-
mos a unas especiales dificultades por lo complejo que resulta convertir nuestro pro-
arreras pio comportamiento en objeto de estudio.
6. Los principales enfoques teóricos de la sociología son el funcionalismo, las teorías
aito de del conflicto y el interaccionismo simbólico. Entre ellos hay diferencias fundamenta-
i añas a les que tuvieron una gran influencia en el desarrollo de la disciplina después de la Se-
le pre- gunda Guerra Mundial.
ales en 7. La sociología es una disciplina con importantes implicaciones prácticas. Puede con-
soció- tribuir a la crítica social y promover reformas sociales prácticas de diferentes mane-
imente ras. Para empezar, el mejor conocimiento de determinado conjunto de circunstancias
ma so- sociales a menudo nos ofrece mayores oportunidades de controlarlas. Al mismo tiem-
5 en el po, la sociología nos proporciona los medios para incrementar nuestra sensibilidad
ílíticos cultural, permitiendo que las políticas se basen en una conciencia de los valores cul-
hacen, turales divergentes. En términos prácticos, podemos investigar las consecuencias de
.do de- la adopción de determinados programas políticos. Por último, tal vez lo principal sea
ntó las que la sociología facilita el autoconocimiento, ofreciendo a grupos e individuos ma-
10 em- yores oportunidades de cambiar las condiciones de su propia vida.
le tales
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