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SALINIDAD

Introducción: La salinidad del suelo puede ocurrir por efectos naturales, sin
embargo, la principal causa es el mal manejo de la agricultura en cuestiones
como: manejo incorrecto del riego, falta de drenaje en los suelos, aplicación
inadecuada de estiércoles y otros residuos animales, mal manejo de los
fertilizantes y uso de aguas residuales. La salinidad tiene un efecto negativo en el
desarrollo de los cultivos ya que en estas condiciones el potencial osmótico del
suelo supera al del sistema de las plantas limitando así la entrada del agua en la
raíz, además de ello la salinidad trae consigo otros problemas como: Absorción
limitada de los nutrimentos.
Afecta la translocación y el reciclado de iones en la planta.
El exceso de ciertos iones puede provocar toxicidad en las plantas. Acumulación
de Cl, Na y B en distintas partes de las plantas, como las semillas, los tallos y las
hojas.
Se producen una serie de modificaciones debido a las variaciones de pH, que
afectan a la disponibilidad de los nutrimentos.
La presencia en exceso de determinados elementos, provoca antagonismos entre
nitratos-cloruro, potasio-sodio, calcio-sodio. (1)

Varios factores afectan la cantidad y composición de las sales en los suelos:


 El agua de riego - La cantidad total de sales disueltas en el agua de riego, y su
composición, influyen en la salinidad del suelo. Por lo tanto, varios parámetros,
como el CE de la fuente de agua y su contenido de minerales deben ser
probados.
 Abonos - El tipo y la cantidad de fertilizantes aplicados al suelo afectan a su
salinidad. Algunos fertilizantes contienen altos niveles de sales que son
potencialmente perjudiciales, tales como cloruro de potasio o sulfato de amonio.
El mal uso de fertilizantes conduce a la acumulación de sales en el suelo, y debe
ser evitado.
 Régimen y métodos de riego - Para prevenir la acumulación excesiva de las
sales en la zona radical, es necesario aplicar una cantidad extra de agua, la
fracción de lavado, de manera que supere a la necesaria para la
evapotranspiración. Esta fracción de agua debe pasar a través de la zona radical
para desplazar, de este modo, el exceso de sales. La frecuencia y la cantidad de
lavado dependen de la calidad del agua, del clima, del suelo y de la sensibilidad
del cultivo a la salinidad.

Cuando el suelo se seca, la concentración de las sales en la solución del suelo


aumenta. Desde que las sales se mueven en el suelo con la frente mojada, las
sales se acumulan en perfiles específicos según el régimen de riego y el tipo de
equipo de riego utilizado. Por ejemplo, al regar mediante aspersores, el agua y las
sales se mueven más profundamente, según la capacidad de la infiltración del
suelo y la cantidad de agua aplicada, hasta que se paren en una cierta
profundidad. Cuando se utiliza goteos - también hay un movimiento lateral de agua
y sales.
 Las características del campo y su historia agrícola - Un suelo mal drenado,
podría llegar a nivel de salinidad que es perjudicial para las plantas y la cosecha
entera. Un suelo que no fue lavado después de un anterior ciclo de cultivo puede
contener alto nivel de sales acumuladas. (2)

Existen básicamente, tres componentes del estrés salino que afectan a las
plantas: a) efecto osmótico, b) efecto nutricional y c) efecto tóxico. El primero está
generado por un aumento del potencial osmótico del suelo que disminuye la
disponibilidad de agua para la planta. Las alteraciones nutricionales por estrés
salino se producen cuando el vegetal tiene problemas para absorber ciertos iones
esenciales (nutrientes) en presencia de excesivas cantidades de sales solubles en
el suelo. El efecto tóxico está inducido, casi siempre, por cientos iones como Cl y
Na. La toxicidad del Na puede ser directa, como en el caso de especies sensibles
al exceso de este ión o indirecta, cuando se deteriora la estructura del suelo por su
presencia. En este último caso, se origina un descenso en el crecimiento de la
planta como consecuencia de la disminución de los contenidos de oxígeno
necesarios para la respiración de las raíces, así como por el descenso de la
conductividad hidráulica del suelo.

Fig 1. Teoría de la sequedad fisiológica.

Referencias:

1) J.G y J. Z. Castellanos. 1987. Sales solubles. En: Análisis químicos para


evaluar la fertilidad del suelo. Eds. Soc. Mex. Ciencias del Suelo. p. 109-125.
México.
2) Salinidad de los Suelos, Estrés Hídrico y Producción Vegetal, Ibáñez Jose,
México, 2007, revisado el 23/04/2018 disponible en:
http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2007/12/27/81385
Nutrición mineral.
Los nutrientes minerales, como el nitrógeno, fósforo o potasio, son elementos que las
plantas adquieren del suelo en forma de iones inorgánicos. Todos los nutrientes minerales
son reciclados a partir de todos los organismos vivos, pero entran en la biosfera
principalmente gracias al sistema radicular de las plantas, por lo que podríamos decir, en
cierto sentido, que las plantas actúan como los “mineros” de la corteza terrestre (Epstein
1999). Una vez que los elementos minerales son absorbidos por las raíces, éstos son
transportados (translocados) a otras partes de la planta, donde van a ser usados en
diferentes funciones biológicas. Otros organismos, como los hongos micorrícicos y las
bacterias fijadoras de nitrógeno pueden participar con las raíces en la adquisición de
nutrientes minerales. (1)
Denominamos “Nutrición Mineral” a la disciplina que se dedica al estudio de cómo las
plantas obtienen y usan los nutrientes minerales. Esta área de investigación es muy
importante en la agricultura moderna y en la protección medioambiental. Un alto
rendimiento agrícola depende de una adecuada fertilización con nutrientes minerales. De
hecho, el rendimiento de la mayor parte de los cultivos vegetales aumentan de forma
lineal con la cantidad de fertilizantes que pueden absorber (Loomis y Connor 1992)

CRITERIOS DE ESENCIALIDAD

La presencia de elementos nutritivos en las cenizas de una planta, no es indicador de las


necesidades cualitativas y cuantitativas de los distintos elementos químicos para una
planta fotoautótrofa, como ha sido demostrado por Arnon y Stout (1939) utilizando
cultivos hidropónicos, al establecer tres criterios que debe cumplir un elemento para que
pueda ser considerado como esencial. Inclusive si un elemento ayuda a mejorar el
crecimiento o un proceso fundamental, no se considerará como esencial si no cumple con
las tres reglas siguientes:

 Regla 1. Un elemento es esencial si la deficiencia del elemento impide que la


planta complete su ciclo vital. Todos los 17 elementos que aparecen en la tabla Nº
1, cumplen con este criterio y deben ser suministrados a una planta para que
germine, crezca, floree y produzca semillas.
 Regla 2. Para que un elemento sea esencial, este no se puede reemplazar por
otro elemento con propiedades similares. Ej. El sodio que tiene propiedades
similares que el potasio, no puede reemplazar al potasio completamente; ya que
trazas de potasio son esenciales en la solución.
 Regla 3. El último criterio que debe cumplirse es que el elemento debe participar
directamente en el metabolismo de la planta y su beneficio no debe estar
relacionado solamente al hecho de mejorar las características del suelo,
mejorando el crecimiento de la microflora o algún efecto parecido.

Las tres reglas anteriores pueden resumirse diciendo que: Un elemento es esencial si la
planta lo requiere para su desarrollo normal y poder completar así su ciclo vital.La
presencia de un elemento en altas concentraciones en una planta, no es un indicador
seguro de su esencialidad; ya que existen plantas como Astragalus, Stanleya y
Lecythis que son indicadoras de selenio. Estas plantas crecen en suelos con altas
concentraciones de Se y por lo tanto son acumuladoras de éste elemento. Existen
muchas plantas que acumulan sodio (halófitas), como algunas especies de mangles, sin
embargo algunas plantas desérticas requieren sodio. El sodio es esencial para
el Amaranthus tricolor (especie C-4), a bajas concentraciones de CO2.

Las diatomeas necesitan sílice, no solo en su pared celular, sino también como
oligoelemento metabólico, especialmente en la división celular. Ha sido propuesto que
los silicatos presentes en hojas e inflorescencias de gramíneas, impiden la herbivoría
causada por animales e insectos; lo que representa un requerimiento ecológico, más que
una necesidad bioquímica o fisiológica.

El cobalto es esencial para muchas bacterias, incluyendo las algas verde-azules. Es


requerido para la fijación de nitrógeno por las bacterias presentes en los nódulos de las
raíces de las leguminosas; así como por las bacterias de vida libre que fijan nitrógeno.
El cobalto es un componente de la vitamina B12, por lo que los organismos que lo
requieren, incluyendo animales, sintetizan esa vitamina; mientras que en las plantas
superiores y algas carentes de vitaminas B12, el cobalto no es esencial.

En la lista de los 17 elementos esenciales para las plantas superiores (tabla 1), se ha
incluido el níquel (Ni); debido a que Brown (1967), ha demostrado su esencialidad para el
crecimiento de la cebada. El níquel ejerce efectos beneficiosos en el crecimiento del
tomate, avena, trigo; así como en algunas algas. La esencialidad del níquel (Ni2+) está
asociada a la enzima ureasa, que cataliza la hidrólisis de la urea, produciendo CO 2 y
NH4+. (2)
Referencias.
1) Nutrición mineral en plantas, José A. Hernández Cortés, Grupo de Biotecnología de
Frutales, CEBAS-CSIC, Murcia, revisado el 23/04/2018, disponible en:
https://cienciacebas.wordpress.com/2013/09/12/nutricion-mineral-en-plantas-i/

2) Nutrición mineral en plantas, Rubén Hernández Gil, PhD., Facultad de Ciencias


Forestales y Ambientales. Universidad de Los Andes - Mérida – Venezuela, 2001,
revisado el 23/04/2018, disponible en:
http://www.forest.ula.ve/~rubenhg/nutricionmineral/#bibliografía
Resultados.

4.3
𝑅𝑓 𝑑𝑒 𝑝𝑖𝑔𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑜 𝑓𝑜𝑡𝑜𝑠𝑖𝑛𝑡𝑒𝑡𝑖𝑐𝑜𝑠: 8
= 0.5375

2.5
𝑅𝑓 𝑑𝑒 𝑝𝑖𝑔𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑓𝑜𝑡𝑜𝑠𝑖𝑛𝑡𝑒𝑡𝑖𝑐𝑜𝑠: = 0.3125
8

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