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Informe Final de la Beca Reynal Otorgada por la


Fundación Vida Silvestre Argentina

Book · July 1998

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Alejandro R. Giraudo
Instituto Nacional de Limnología (INALI)
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Giraudo A. R. y R. R. Abramson 1

USOS DE LA FAUNA SILVESTRE POR LOS POBLADORES RURALES EN LA SELVA PARANAENSE DE


MISIONES: TIPOS DE USO, INFLUENCIA DE LA FRAGMENTACIÓN
Y POSIBILIDADES DE MANEJO SUSTENTABLE

Informe Final de la Beca Reynal


Otorgada por la Fundación Vida Silvestre Argentina

Por Alejandro R. Giraudo 1 y Raúl R. Abramson 2

1
Instituto Nacional de Limnología, CONICET. José Maciá 1933. (3016) Santo Tomé. Santa Fe. Argentina
E-mail: inali@arcride.edu.ar
2
Avda. San Martín 401. (3364) Aristóbulo del Valle. Misiones. Argentina

INTRODUCCIÓN
La fauna silvestre ha sido utilizada desde siempre con diversos propósitos entre los que se
cuentan la alimentación humana, venta o tenencia de animales vivos, cueros y pieles, ornamentos,
medicina, caza comercial y turismo (Bucher, 1989; Emmons, 1987; Redford y Robinson, 1987;
Bodmer, 1994; Silva y Strahl, 1994). Su importancia económica como fuente de proteínas en áreas
rurales de selvas tropicales, y otros usos ha sido señalada por diversos autores (Emmons, 1987;
Bucher, 1989; Robinson y Redford, 1997). Sin embargo, existen pocos estudios acerca del tipo y
magnitud del aprovechamiento de la fauna silvestre en áreas rurales (Cordero Rodríguez, 1990;
Richard, 1993). En la Amazonia y Centroamérica se están realizando estudios para evaluar el
aprovechamiento de la fauna silvestre y la integración de las personas que lo realizan en las
decisiones de manejo y conservación (Ayres y Ayres, 1979; Bodmer, 1994; Silva y Strahl, 1994, 1996;
Rozo et al. (comp.), 1996; Fang et al. (eds.), 1997; Sanvicente, 1996; Towsend, 1996). En Argentina,
son escasos los intentos realizados para evaluar el uso de la fauna por los pobladores rurales, con
algunas excepciones, como Martinez Corvetto (1968) que analiza la alimentación e indica métodos de
captura de fauna de los Mbyá (guaraníes) de Misiones, las menciones de Giai (1976) sobre métodos
de caza utilizados en Misiones, y los análisis sobre uso de fauna de Quintana et al. (1992) para el bajo
delta del Paraná, y de Richard (1993) para ecosistemas chaqueños del noroeste argentino.
El desconocimiento de esta actividad conduce a que no sea considerada como parte del
esquema económico productivo local y regional, ni por los dueños de la tierra, ni por parte de las
instituciones políticas, científicas y tecnológicas (Bucher, 1989). Como consecuencia de tal desinterés
la explotación de la vida silvestre no posee ningún tipo de direccionamiento o planificación, pudiendo
entrar en manos de acopiadores, formándose cadenas que llegan a concentradores o distribuidores
de las grandes ciudades que desconocen las pautas de manejo sustentable llevando casi
inexorablemente a la sobreexplotación del recurso generando las llamadas economías de “auge y
ruina”, en las que un corto período de apogeo es seguido por la destrucción o agotamiento del
recurso y la consecuente miseria para la región (Saravia Toledo, 1984 en Bucher, 1989).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 2

La falta de conocimiento de los aportes que pueden realizar los pueblos indígenas y
pobladores locales o colonos, que vivieron un largo proceso de adaptación a la región, ha provocado
que esta información no haya merecido la suficiente atención por parte de medios académicos,
gubernamentales y otras entidades encargadas de manejo y conservación de recursos. En general la
población rural, en muchos casos ha desarrollado sistemas complejos y eficientes de manejos de
recursos adaptados al medio (Brack Egg, 1997).
El uso de los recursos naturales en un área determinada es el resultado de factores históricos,
sociales, económicos y científicos (Mares, 1986). Sin embargo, existe la concepción de que los
problemas de conservación tienen solo una solución científica. Muchos de ellos son problemas
sociales, culturales y económicos, no científicos. No obstante, se ha esperado tradicionalmente que
los biólogos los resuelvan (Schaller, 1992). La visión de que una sola ciencia o disciplina puede
explicarlo todo es fragmentante y nos aleja de la realidad (Nanzer, 1994), generando dificultades para
abordar los problemas de conservación desde una óptica transdisciplinaria necesaria para resolverlos.
Muchas veces las decisiones de manejo (legislación, creación de áreas protegidas, etc.) son
tomadas sin tener en cuenta la participación, ni las particularidades sociales y/o culturales de los
pobladores involucrados, e incluso se los ha marginado (Ulloa et al., 1996). Tales decisiones si no son
concertadas con los pobladores locales no logran soluciones reales y a largo plazo, y los procesos de
modificación y disminución de la fauna continúan (Ulloa et al., 1996).
Si bien existen pocos datos y evaluaciones, en general se asocia a la cacería (incluso a la de
subsistencia) como un factor primordial en la desaparición de especies. Sin embargo, los modelos
basados en la destrucción y sustitución de los ecosistemas como agricultura intensiva y extensiva,
ganadería, plantaciones comerciales (forestales, cultivos perennes como yerba o té, etc.), represas,
minería, vialidad, urbanización son los que generalmente presentan un impacto ambiental muy intenso
a nivel local y regional (Brack Egg, 1997), provocando la destrucción total de los ecosistemas y la
desaparición de casi todos los elementos faunísticos y florísticos. La cacería, en los casos extremos
puede hacer disminuir o desaparecer algunas especies con valor cinegético. No obstante, existen
medidas poco efectivas y legislaciones precarias para regular el manejo de los recursos por
sustitución de ecosistemas, ya que en general está asociado con el progreso y con intereses
económicos de envergadura, aunque estos esquemas no sean los más adecuados en regiones
tropicales y subtropicales, siendo el factor preponderante de desaparición de las biotas a nivel
mundial. Por el contrario, la cacería, es penada y reprimida por los organismos gubernamentales, no
gubernamentales, y por la sociedad en general, muchas veces sin tenerse en cuenta el verdadero
impacto sobre las especies y ecosistemas, y las necesidades sociales y culturales que muchas veces
la motivan. Las extracciones de madera (forestales), leña, la deforestación para cultivos, ganadería,
etc. son aceptadas como actividades productivas válidas en todos los ecosistemas. La cacería que
puede constituir una fuente de proteínas y dinero para pobladores de escasos recursos, y una opción
productiva para sistemas naturales sin que sean modificados drásticamente, sin embargo, no es
considerada una posibilidad en los esquemas económicos y de desarrollo social en las áreas
neotropicales en general.
La mayor parte de la población rural de Misiones es o fue minifundista, y en mayor o menor
grado viven en relación con ecosistemas selváticos. Debido a que las extensiones de tierras son
pequeñas y a que las explotaciones agropecuarias no son sustentables a largo plazo, su situación
socioeconómica está muy deteriorada y deben utilizar todo tipo de recursos para subsistir, entre ellos
la proteína de animales silvestres (Laclau, 1994). También es conocido que en Misiones, y en gran
parte del norte argentino, muchos pobladores practicaron y practican la caza como una actividad
profundamente arraigada en su cultura (Giai, 1976), ya sea porque son aborígenes cazadores-
recolectores (como los Mbyá), o porque como descendientes de colonizadores aprendieron de sus
padres y/o abuelos lo que fue una práctica frecuente en la colonización de Misiones, contituyendo la
manera de conseguir proteínas y recursos cuando no existían otras formas de aprovisionamiento, en
zonas alejadas.
La selva paranaense pertenece al grupo de las selvas subtropicales húmedas de Sudamérica.
Este ecosistema ocurre principalmente en el nordeste de Argentina, este del Paraguay y sureste de
Brasil. Su extensión se ha reducido enormemente debido a la expansión de la frontera agropecuaria, la
tala de bosques, la construcción de represas y otras modificaciones antrópicas. Los remanentes
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 3

forestales para cada país son diferentes y la Argentina conserva el 45% de su extensión original
(Laclau, 1994). La provincia de Misiones posee algunos de los remanentes más continuos y menos
modificados. Sin embargo, los factores de fragmentación de la selva, el aumento de la población, y
por ende la presión sobre los recursos no han disminuido (Dalmau, 1995). El desarrollo de estrategias
de manejo sustentable de la selva paranaense en Misiones es un problema crítico para la
conservación de este ecosistema sumamente amenazado, que posee la mayor biodiversidad en la
Argentina (Rabinovich y Rapoport, 1975; Cabrera, 1976; Blondel, 1986; Laclau, 1994). Incluso, es
considerada un área de endemismo y de alta diversidad a nivel mundial (ICPB, 1992).
Un ecosistema es un continuo de hábitat para las especies animales y vegetales, presentando
áreas de transición al efectuar contactos con otros ecosistemas. El proceso de fragmentación consiste
esencialmente en una disrupción de la continuidad en un patrón que genera “islas” en medio de un
océano de cultivos, pastos y tierras degradas (Quijano, 1992).
La fragmentación tiene una serie de consecuencias negativas sobre las diferentes especies, ya
que hay una reducción del tamaño del hábitat. Estos efectos tienden a disminuir los tamaños de las
poblaciones, y en muchos casos desaparecen especies, en particular aquellas que son más
propensas a la extinción. De este modo se reduce la diversidad y se altera la composición de las
comunidades (Saunder et al., 1995).
Además de la fragmentación, la mayor parte de las selvas remanentes de Misiones han sufrido
la tala selectiva (o raleo) de unas cuarenta especies maderables (Laclau, 1994). Algunos autores
sostienen que las reservas forestales para extracción llegarán a proporcionar grandes áreas de hábitat
seminatural o natural modificado, cumpliendo un rol importante en la conservación de muchas
especies (Johns, 1985; en Wallace y Painter, 1997). Sin embargo, muchas de las especies forestales
extraídas, pueden ser consideradas “especies claves” en el ecosistema ya que brindan frutos y
alimento en épocas de escasez de recursos, y por lo tanto son claves en la limitación de las
poblaciones animales (Terborgh, 1986). Los frutos son recursos efímeros por naturaleza, distribuidos
en manchones que fluctuan estacionalmente en densidad, y son relativamente escasos respecto a
otros componentes dietéticos (Leigh y Windsor, 1982 y Howe, 1984 en Wallace y Painter, 1997; Placci
et al., 1992). Sin embargo, no existen o son escasos los inventarios de recursos maderables, y se
desconoce que especies y en que cantidad son extraídas en las explotaciones forestales. Tampoco
existen datos en la mayoría de la provincia de Misiones sobre cuales son las especies claves, su
densidad y fenología, a excepción del trabajo de Placci et al. (1992) para el palmital del Parque
Nacional Iguazú, emprendimiento que debería realizarse en áreas selváticas del resto de la provincia.
Otro de los efectos producidos por las explotaciones forestales es la cacería realizada por los
madereros y obrajeros en los “obrajes”. Las condiciones de trabajo de los empleados de estas
explotaciones son penosas e infrahumanas (Laclau, 1994; Giraudo y Abramson obs. pers.), y en
muchos casos se encuentran aislados y sin provisiones, o sus remuneraciones son tan precarias que
deben capturar animales silvestres para tener una alimentación equilibrada en relación con el esfuerzo
físico extremo que se realiza en estas actividades.
Los objetivos de este trabajo fueron: (1) Analizar el uso de la fauna silvestre que se realizan
los pobladores rurales de Misiones, (2) Conocer los métodos de captura y evaluar su selectividad,
ventajas y desventajas, (3) Rescatar los conocimientos y revalorizar pautas culturales que poseen
sobre la fauna silvestre y su uso, en particular aquellos que puedan ser aplicados al manejo
sustentable del recurso, (4) Compilar y evaluar los datos que poseen sobre las tendencias
poblacionales que han seguido los animales a través del tiempo, y el grado de comprensión que tienen
sobre los problemas ambientales de la región, (5) Establecer la importancia que tiene para sectores
de agricultores minifundistas o “chacreros”, obrajeros, asentamientos aborígenes, etc., que en general
poseen bajos ingresos y tienen escasa tecnología para provocar grandes modificaciones en el hábitat
circundante, (6) Analizar las tendencias que sigue la fauna a medida que aumenta la fragmentación de
las selvas, (7) Establecer si existen conflictos entre fauna y pobladores rurales, y las posibilidades de
manejo y solución de estos, (8) Detectar especies claves en la selva paranaense para profundizar
estudios sobre ellas, (9) Sugerir pautas de manejo con la participación y consenso de los pobladores
rurales, e integradas al desarrollo social para que puedan ser aplicadas con efectividad, (10) y por
último, involucrar a los cazadores y pobladores rurales en las investigaciones sobre fauna silvestre y
recursos, y en la conservación.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 4

MÉTODOS
La información presentada proviene de 65 campañas realizadas en la provincia de Misiones y
nordeste de Corrientes por el primero de los autores desde el año 1988 (A. R. Giraudo) (Apéndice 1) y
de la experiencia desarrollada durante toda la vida por el segundo de los autores (R. R. Abramson)
que vivió en áreas rurales de Misiones, realizando trabajos en chacras y obrajes de extracción
maderera. Un total de 16 campañas fueron realizadas en conjunto por ambos autores, en donde se
intercambiaron conocimientos y se corroboraron las observaciones realizadas por ambos. Durante
estos viajes se mantuvieron entrevistas con baquianos y pobladores rurales en las cuales se fueron
compilando los datos aquí presentados. Se realizaron 60 entrevistas no estructuradas con preguntas
sencillas. Sin embargo, fue muy variable la disposición para hablar sobre el tema y la información
brindada, por lo que gran parte de los datos se obtuvieron entrevistando repetidas veces a unos 15
“informantes claves” que demostraron ser muy baquianos en los temas tratados. Se trató de evitar la
inducción de las respuestas. Luego de que se indicaran los animales capturados y vistos se
requirieron descripciones de los animales y posteriormente se le mostraron una serie de láminas con
dibujos de la fauna para que los señalara. En el periodo 97-98 las entrevistas fueron incrementadas en
la zona del centro y sur de Misiones en los departamentos de Cainguás, San Ignacio y General San
Martín, en sitios en donde la fragmentación de la selva es creciente. En el primero de los
departamentos existen áreas de hasta 30.000 hectáreas (ha.) de selva continua, en el segundo de
hasta unas 2000 a 3000 ha., y en el tercero fragmentos del orden de pocos centenares de ha. de
selva. Se realizaron listas faunísticas de los sitios visitados sobre la base de observación directa (de
aves, mamíferos, reptiles y anfibios), registros de vocalizaciones, fotografías y restos de animales
encontrados o cedidos por la gente. Además, mediante registros indirectos (huellas, fecas, senderos,
nidos, cuevas, etc.). Las preguntas que se intentaron responder en las entrevistas son las siguientes:
¿Qué animales silvestres cazan tradicionalmente?, ¿Qué métodos de caza utilizan?, ¿Qué productos
de la fauna utilizan?, ¿Con qué frecuencia se dedican a cazar y qué beneficios le trae la caza en
cuanto a lo económico?, ¿Los animales que capturan han disminuido, y porqué cree que ocurrió?.
Siguiendo este esquema se ha desarrollado el informe.
La población de la provincia de Misiones esta constituida por aportes étnicos de diferentes
orígenes y con distintos idiomas. Por ello, la fauna posee una notable variedad de nombres vulgares,
dificultando esto la interpretación de las encuestas. Los principales idiomas que aportan a los nombres
vernáculos de los animales del área son el Guaraní, el Portugués y el Castellano. Muchas veces, se
realizan traducciones de un idioma a otro de algunos nombres vulgares modificándose el vocablo
original. En muchos casos estos nombres “híbridos” suelen ser los más utilizados para denominar
ciertas especies. La recopilación de nombres vulgares resultó una tarea ardua que exigió de tiempo
adicional en las entrevistas para lograr una comunicación fluida y comprensión de la información
brindada por los encuestados. Durante el desarrollo del informe se indica la primera vez que una
especie es citada el nombre vulgar más frecuentemente utilizado en la zona en mayúscula, seguido
por el nombre científico entre paréntesis (para la nomeclatura se sigue en Mamíferos a Galliari et al.,
1996, en Aves Altman y Swift, 1989, en Reptiles Cei, 1993, y para la vegetación Dimitri, 1974, 1980),
y luego otros nombre regionales y un nombre vulgar clásicamente utilizado en la literatura. En el resto
del texto se respetarán los nombres locales por ser uno de los objetivos de este trabajo el rescatar
conocimientos populares sobre la fauna silvestre.

PERFIL GENERAL DE LOS POBLADORES RURALES DE MISIONES


Misiones es una de las provincias argentinas con una de las mayores densidades
poblacionales por unidad de superficie, en conjunto con Buenos Aires y Tucumán. Según el censo de
1991 tiene 790.325 habitantes y su densidad alcanza a 26,6 habitantes/km 2, cifra superior al doble de
la media del país (11,7 habitantes/km 2). Gran parte de su población se encontraba en áreas rurales
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 5

(un 50 % en 1980). Sin embargo, en la actualidad Misiones siguió la tendencia mundial de crecimiento
urbano y éxodo rural con un 31 % de población rural y un 69 % urbana en 1991 (Margalot, 1994).
Un análisis pormenorizado de las etapas de colonización e históricas culturales de la provincia
se recomienda consultar en Laclau (1994). Por su particular historia de colonización la población de la
Provincia de Misiones constituye un verdadero crisol de razas y culturas. Por esto las pautas
culturales son muy heterogéneas. El 65,8 % de la población rural misionera habla, lee y/o escribe en
otro idioma además del español. Un 34,2 % se maneja solo con el castellano. Pero del primer 65,8 %
solamente el 16,5 % habla, lee y escribe en otro idioma; el resto solo habla o habla y lee en un idioma
extranjero (Margalot, 1994). Se pueden considerar las siguientes grandes corrientes:

 POBLADORES PRECOLOMBINOS o NATIVOS: representados por los Mbyá, grupo étnico


Guaraní de costumbres nómades que realizaban claros en la selva (milpa o rozado) en donde
cultivaban. En los alrededores cazaban y recolectaban frutos y hierbas. Luego de unos pocos años de
residir en un sitio, cuando el suelo y la cacería se agotaban, migraban a otro. Esta modalidad
posiblemente sea una de las prácticas más sustentables en los ecosistemas selváticos, y es utilizada
por la mayoría de los grupos aborígenes de las grandes áreas selváticas sudamericanas. En la
actualidad este tipo de vida no puede ser mantenido y se encuentran en asentamientos permanentes
en áreas rurales con variada superficie selvática y realizan principalmente artesanías, trabajos en
chacras y también cacería para la alimentación y venta de animales silvestres vivos. Hablan
generalmente su idioma nativo y castellano. Muchos de estos grupos están sumidos en una crisis de
identidad y socioeconómica, muy profunda y compleja. En la Figura 1, se observa un niño Mbyá
bañándose en el arroyo Cuña Pirú.

 COLONOS DE ORIGEN EUROPEO: forman un grupo importante numéricamente en Misiones que


incluye inmigrantes de origen polaco, ucraniano, suizos francés, alemán, finlandés, suizo-alemán,
polaco-alemán, sueco, noruego. Muchos de ellos son llegados del Brasil y hablan portugués,
castellano, “portuñol” (una mezcla de los idiomas antes mencionados) y algunos sus idiomas de origen
familiar. Generalmente, se dedican a actividades agrícolas y/o forestales. La mayoría de ellos tienen
propiedades pequeñas y debido al bajo precio de las materias primas que producen (Mandioca, Té,
Yerba, Tabaco, Ganado, etc.) y al aumento del tamaño de los grupos familiares, algunos poseen
profundos problemas económicos. Sus ingresos están en muchos casos por debajo de lo mínimo
indispensable.

 COLONOS DE PAÍSES VECINOS: Provenientes del Paraguay (hablan castellano y guaraní) y del
Brasil (portugués y castellano). También realizan actividades agrícolas y/o forestales, y muchos son
empleados en obrajes y realizan cacería de subsistencia. Muchos de ellos no poseen propiedades o
son muy pequeñas. Su situación económica puede ser precaria y los grupos familiares son numerosos
(Figura 1).

 OTRAS CORRIENTES: compuestas por criollos argentinos, japoneses, italianos (posiblemente


minoritarios).

RESULTADOS
 ¿QUÉ ANIMALES SILVESTRES SE CAZAN TRADICIONALMENTE?

En la Tabla 1 se presenta una lista de los animales que se cazan, principalmente, en el área
de estudio. Además se indica:
A- el motivo por el cual son muertos y/o capturados:
 1- Capturados con fines de alimentación.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 6

 2- Capturados para ser vendidos vivos.


 3- Capturados por su cuero.
 4- Animales muertos por provocar conflictos.
 a- Ataque de animales domésticos.
 b- Temor por diversas causas, peligrosidad potencial para las personas o animales
domésticos.
 c- Pérdidas en cultivos y/o explotaciones forestales.
 5- Capturados por ser considerados raros y/o llamativos para ser mostrados, u otros motivos (uso
medicinal, etc.).
B- Frecuencia relativa de captura de las diferentes especies:
Se establecieron tres rangos:
MC: Muy capturado (más de 50 animales por año)
CC: Comúnmente capturado (entre 20 y 50 animales por año)
PC: Poco capturado (entre 5 y 15 animales por año)
OC: Ocasionalmente capturado (menos de 5 animales por año o menciones históricas de
captura).
La frecuencia de captura depende además, de la disponibilidad y la biología de cada especie. Los
animales sumamente escasos en el área, como el Anta, no son frecuentemente capturados, aunque
se lo intente.
C- Frecuencia relativa de registro de las especies:
Se establecieron los siguientes rangos: MPF: Muy poco frecuente (registrada en menos del 5
% de las campañas, o solo menciones históricas de los pobladores), PF: poco frecuente (registradas
entre un 5% a 10% de las campañas), F: Frecuente (registrada entre un 11 % a 50% de las
campañas), MF: Muy frecuente (registrada en más del 50% de las campañas).
La captura con fines alimenticios, el primer punto de los 5 considerados anteriormente, es
el más importante de todos en cuanto al número y volumen de capturas de animales silvestres,
respecto a los otros items. Los casos de animales capturados para ser vendidos vivos, por su
cuero o usos medicinales, que causan conflictos, o son capturados por otras razones constituyen
más bien hechos aislados y ocasionales. Se discutirán los puntos anteriores en mayor detalle:
1- Animales capturados principalmente con fines de alimentación: Debido a la situación
socioeconómica que viven pequeños chacreros, peones, obrajeros y Mbyás, su subsistencia depende
de todos los aportes posibles. No van a desperdiciar la oportunidad de cazar o pescar como un aporte
alimentario. Los animales más buscados en la selva misionera, con fines de alimentación, son el
JABALÍ (Tayassu pecari, Tayasú, Tanyicatí, Tañicatí, Queixada, Pecarí labiado), el TATETO (Pecari
tajacu, Taitetú, Curé-í, Pecarí de Collar), el PARDO (Mazama americana, Guasú pytá, Venado
Corzuela roja), el POCA (Mazama nana, Pororó, Pororoca, Mobororó, Poquita, Pororó, Guasú pororó,
Venado, Corzuela enana) (Figura 1), el ANTA (Tapirus terrestris, Mboreví, Tapir), la PACA (Agouti
paca), el CUTÍA (Dasyprocta azarae, Acutí, Acutí Saiyú, Agutí de Azara), el MACUCO (Tinamus
solitairus), los NAMBÚ (Crypturellus spp., Tataupá, Nambú tiú para Crypturellus obsoletus), la
YACUTINGA (Aburria jacutinga), el YACU (Penelope supercilliaris, Yacupoi, pava del monte) y el
TATÚ (Dasypus novemcinctus, Tatú hú, Tatú negro, Mulita de nueve bandas). Los animales grandes,
como los 6 primeros mencionados, son los más buscados y preferidos, sin embargo no son fáciles de
capturar y algunos son muy escasos como el Anta.

Los animales más pequeños son más abundantes, por ejemplo las Cutías y los Tatúes pueden
ser capturados con mayor frecuencia. Existe en las comunidades de mamíferos neotropicales una
correlación negativa entre el tamaño y la abundancia (Eisemberg, 1980). Las presas más capturadas
y preferidas en la selva misionera coinciden con las presas más consumidas por lo pobladores rurales
de otras áreas selváticas neotropicales (Ayres y Ayres, 1979; Bodmer, 1994; Silva y Strahl, 1994,
1996; Rozo et al. (comp.), 1996; Bodmer et. al., 1997; Fang et al. (eds.), 1997; Sanvicente, 1996;
Towsend, 1996), y básicamente consiste en 8 Mamíferos: 5 Mamíferos grandes (Artiodactilos (2
Tayassuidae y 2 Cervidae) Perysodactilos (1 Tapiridae)); 2 roedores grandes a medianos (1
Agoutidae, 1 Dasyproctidae); 1 Edentado mediano (1 Dasypodidae); y 6 Aves medianas a grandes
(No passeriformes): 2 Galliformes (2 Cracidae) y 4 Tinamiformes (4 Tinamidae).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 7

Figura 1. Niño Mbyá bañándose en el Arroyo Cuña Pirú (Arriba izquierda). Familia rural del área del Cuña Pirú,
descendientes de brasileños (Arriba derecha). Poca (M. nana) capturada en la década del 60, se observa de izquierda a
derecha un poblador descendiente de Paraguayos, en el centro de criollos y a la derecha de europeos radicados en el
Brasil (Centro derecha). Pitohués rayados (M. maculatus), Saí (C. speciosum) y Korochiré (T. Amaurochalinus)
capturados con honda por un poblador Mbyá (Abajo derecha). Cuero de Yaguareté (P. onca) confiscado por el
Ministerio de Ecología, proveniente de los Cafetales, Campo Grande (Centro izquierda).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 8

TABLA 1. LISTA DE ANIMALES CAPTURADOS O MUERTOS POR POBLADORES DE MISIONES.


Referencias: 1- Capturados para alimentación, 2- Para ser vendidos vivos o como mascotas, 3- Por su cuero, 4- Por provocar
conflictos: a- Ataque de animales domésticos, b- Peligrosos para las personas o sus animales, c- Pérdidas en cultivos, 5- Por
ser considerados raros y/o llamativos para ser mostrados en su comunidad u otras razones. Frecuencia relativa de captura:
OC: muy ocasionalmente capturado, PC: poco capturado, CC: comúnmente capturado, MC: frecuentemente capturado.
Frecuencia relativa de registro: MPF: muy poco frecuente, PF: poco frecuente, F: frecuente, MF: muy frecuente. Las presas
más buscadas para alimentación son subrayadas. NS: especies no selváticas. (1) Myrmecophaga trydactila: No hay datos
actuales de esta especie las áreas recorridas. Un ejemplar fue muerto en la década del 70 en Gobernador Roca, también hay
datos históricos de El Soberbio. (2) Speotos venaticus: Galliari et al. (1996) indican que esta especie ha sido citada en
Argentina en base a un único registro, indicando : “Es posible, incluso, que esta especie este actualmente extinguida en
nuestro país”, sin embargo, el segundo de los autores (A. R. Abramson) observó cuatro ejemplares alimentándose de un Tatú
(Dasypus novemcinctus), los que fueron ubicado por una especie de ladrido muy particular que realizaban. Uno de ellos,
juvenil, se escondió en una cueva y fue muerto accidentalmente por un cazador cuando registro la cueva. (3) Pteronura
brasiliensis: Uno de los encuestados los conocía debido a que trabajaba con cueros. Venían de la zona del Arroyo Uruguaí. No
hay datos actuales de esta especie. (4) Mergus octosetaceus: Un cazador mató un ejemplar hace mucho tiempo (década del 60)
en el área del Arroyo Tigre, afluente del Piray Guazú, lo consideraban raro y ese fue el principal motivo de captura. Conservaba
una foto que se pudo observar y el animal había sido taxidermizado y enviado a Buenos Aires donde fue extraviado.

MOTIVOS
ESPECIES O GRUPOS 1 2 3 4 5
DIDELPHIDAE
1 Didelphis spp. a, MC, MF
2 Chironectes minimus OC, PF
CEBIDAE
3 Cebus apella PC-CC, PF
MYRMECOPHAGIDAE
4 Myrmecophaga trydactila (1) OC, MPF
5 Tamandua tetradactyla OC, PF OC, PC, PF
DASYPODIDAE
7 Dasypus novemcintus MC, MF c, OC, MF
6 Euphractus sexcinctus (NS) OC, F c, OC, F
8 Cabassous tatouay (NS) OC, PF c. OC, PF
CANIDAE
9 Cerdocyon thous a, CC, MF
10 Spheotos venaticus (2) OC, MPF
PROCYONIDAE
11 Procyon cancrivorus a, b, PC, MF
12 Nasua nasua PC-CC, MF a, b, MC, MF MC, MF
MUSTELIDAE
13 Eira barbara OC, F a, b, PC-CC, F
14 Pteronura brasiliensis (3) OC, MPF
15 Lontra longicaudis PC, MF PC, MF
FELIDAE
16 Herpailurus jagouaroundi PC-CC, F a, PC-CC, F PC, F
17 Leopardus pardalis PC, F PC-CC, F a, PC-CC, F PC, F
18 Leopardus tigrinus PC-CC, F a, PC-CC, F PC, F
19 Leopardus wiedii PC-CC, F a, PC-CC, F PC, F
20 Puma concolor PC, MPF a, PC, MPF PC, MPF
21 Panthera onca PC, MPF PC, MPF a, PC, MPF PC, MPF
continúa en página siguiente
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 9

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TAPIRIDAE
22 Tapirus terrestris OC, MPF
TAYASSUIDAE
23 Pecari tajacu MC, F c,CC, F
24 Tayassu pecari CC, PF-F c,CC, F
CERVIDAE
25 Mazama gouazoubyra OC-CC, PF-F OC, PF-F
26 Mazama nana MC, MF OC, MF
27 Mazama americana CC, MPF-PF-F OC, MPF-PF-F
LEPORIDAE
28 Lepus capensis (NS) PC-CC, F CC, F
29 Sylvilagus brasiliensis PC, F
SCIURIDAE
30 Sciurus aestuans OC-F
HYDROCHAERIDAE
31 Hydrochaeris hidrochoerus OC-CC, F OC, F
CAVIIDAE
32 Cavia aperea (NS) OC-CC, F
DASYPROCTIDAE
33 Dasyprocta azarae MC, MF
AGOUTIDAE
34 Agouti paca CC, PF- F
ERETHIZONTIDAE
35 Sphiggurus spinosus b, c, CC, F-MF
TINAMIDAE
36 Tinamus solitarius PC-CC, PF-F
37 Crypturellus obsoletus CC, MF
38 Crypturellus parvirostris CC, F
39 Crypturellus tataupa CC, MF
40 Rhynchotus rufescens (NS) CC, F CC, F
41 Nothura maculosa (NS) CC, F CC, F
ANATIDAE
42 Amazonetta brasiliensis PC, F
43 Cairina moschata PC, F
44 Mergus octosetaceus (4) OC,MPF
ACCIPITRIDAE
45 Aguilas, taguatós, etc. c, CC, F OC, MPF-PF
CRACIDAE
46 Penelope superciliaris CC, F
47 Aburria jacutinga OC, MPF OC, MPF
PHASIANIDAE
48 Odontophorus capueira OC, MF
continúa en página siguiente
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 10

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RALLIDAE
49 Aramides saracura OC-MF
50 Pardirallus nigricans OC-F
PSITTACIDAE
51 Loros en general
COLUMBIDAE
52 Palomas en general MC, MF
RHAMPHASTIDAE
53 Tucanes en general OC-CC, F
54 Aves canoras en general OC, MF OC, MF
55 Aves en general MC, MF
REPTILES
CHELONIA
56 Phrynops williamsi OC, F OC, F
57 Hydromedusa tectifera OC, F OC, F
LACERTILIA
58 Tupinambis teguixin OC, MF OC, MF
SERPENTES
59 Bothrops spp. b, MC, MF
60 Crotalus durisussus b, CC, F
61 Micrurus spp. b, CC, MF
62 Colúbridos en general a,b, CC, MF

La principal diferencia respecto a otros sitios neotropicales es la falta de Primates como item
alimentario en la selva Misionera. Esto podría explicarse por el nivel de desarrollo provincial, ya que
Ayres y Ayres (1979) estudiaron la cacería en una villa aislada del Mato Grosso, y dos años más tarde
repitieron el estudio luego del trazado de una ruta que comunicó al poblado con otras urbanizaciones y
facilitó el movimiento de gente y artículos (Ayres et al., 1991), observando que los primates habían
desaparecido completamente como item alimentario, aunque no se habían extinguido en el área. En
Misiones habitan tres especies de primates el CAI (Cebus apella nigritus, Macaco, Mono capuchino),
el CARAYÁ (Allouata caraya, Macaco o Mono Aullador negro) y el CARAYÁ PYTÁ (Allouata fusca,
Guariba, Macaco o Mono Aullador Rojo) (Zunino et al., 1995). Los Carayás son más escasos en
Misiones respecto al Caí. Una sola tropa de Carayá habitaría en toda el área del Cuñá Pirú con cerca
de 30.000 ha. de selva. El Carayá Pytá es aún más escaso y restringido al noreste de la provincia. El
Caí es capturado como mascota y para venta.
Robinson y Redford (1997) indican que los cazadores en los neotrópicos prefieren animales
grandes (que tienen bastante carne) y sabrosos (frecuentemente especies frugívoras y granívoras),
coincidiendo con las observaciones realizadas en Misiones, ya que los animales enumerados
anteriormente tienen estos hábitos a excepción del Tatú que es Frugívoro-insectívoro (Eisemberg,
1980). Si los pobladores trabajan en chacras u obrajes ocasionalmente capturan alguna presa aunque
sus actividades no les permiten invertir demasiado tiempo. Existen algunas personas adeptas a la
cacería que salen con mayor frecuencia y son los que principalmente realizan capturas de presas
grandes, que generalmente reparten con vecinos y pobladores conocidos. No son muchos los buenos
cazadores que conozcan los secretos del arte y estén dispuestos a someterse a los sacrificios de las
cacerías que implican largas caminatas, esperas, riesgo de picaduras de serpientes, molestias de
insectos, y una gran dosis de paciencia. La captura de presas grandes no es una tarea sencilla.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 11

Los Mbyá, además de las presas mencionadas, se alimentan con un espectro más amplio de
especies, como lo indica Martinez Crovetto (1968), que pueden ser desdeñadas por los colonos de
otro origen. Capturan todo tipo de aves, incluyendo passeriformes pequeños, diariamente para su
alimentación utilizando hondas. Esto es frecuente entre los niños y adolescentes y también adultos.
En la Figura 1 se muestra un KOROCHIRE (Turdus amaurochalinus, Sabiá, Zorzal, Zorzal común),
dos PITOUE RAYADOS (Myiodinastes maculatus, Benteveo rayado, SKLUESH) y un SAI
(Conirostrum speciosum, Saí común), capturados en una dos horas de cacería. Si bien estas aves
pesan unos pocos gramos, pueden capturar unas 20 por día, y son consumidas “sapecadas”,
consistiendo en asarlas a la llama sin quitarles las plumas hasta que estas se queman. Esto brinda
un panorama de las necesidades alimentarias de los Mbyá, las que cubren como pueden. También, se
alimentan con la carne de algunos carnívoros, como los diferentes gatos (Felidae), por ejemplo el
ONZA (Leopardus pardalis, Ocelote) y también consumen CUISES (Cavia aperea) y ANGUYAS
(Muridae, Ratones) y mirmecofágidos (Osos hormigueros) (Martinez Crovetto, 1968), todos estos
animales con carne de menor calidad. Los Mbyá, además de la carne, utilizan de manera más integral
todo el animal, realizando artesanías con huesos y dientes, como se observa en los collares
fotografiados en la Figura 2, con huesos y dientes de Jabalí y Onza.
El hecho de que se capturen presas menos apreciadas como Aves, Roedores, Carnívoros y
otras presas chicas podría coincidir lo que indican Robinson y Redford (1997) sobre la tendencia de
los cazadores neotropicales a cambiar a presas menos preferidas, que en general son más pequeñas,
cuando las poblaciones de los animales grandes más buscados declinan.

2- Animales capturados para ser vendidos vivos: Este tipo de comercio es realizado
principalmente por los asentamientos Mbyá, y ocasionalmente por algún chacrero, quienes capturan
COATÍES (Nasua nasua, Cuatí, Mondeu a los grandes machos solitarios), CAÍES (Cebus apella,
Mono caí), TUCANOS (Rhamphastidae, 4 spp. habitan en el área Rhamphastos toco, R. dicolorus,
Pteroglossus castanotis, Baillonius bailloni) TIRICAS (dos spp. de Felidae son denominadas así
Leopardus wiedii, Tiricón, Margay y L. tigrinus Tirica, Tigrillo, También genéricamente Mbaracayá) u
otros animales y los ofrecen a los pobladores de los alrededores. En apariencia los colonos realizan
este tipo de venta en menor medida. La situación socioeconómica de los Mbyá hace que tengan que
recurrir cualquier medio disponible para obtener dinero. Un Caí fue vendido por 100 $ según
testimonio de un poblador. Este tipo de comercio no alcanza cifras importantes y son más bien casos
aislados.

3- Animales capturados por su cuero: En general no existe una cadena de acopio de cueros
armada y establecida como en otros sitios del país. En otras épocas existe el testimonio de
pobladores que se dedicaban a la venta de cueros principalmente de Felinos y LONTRAS (Lontra
longicaudis, Yaguapé, Lobo pé, Lobito de Río, Nutria). De los animales para la alimentación como
Jabalíes, Tatetos, Pardos, Pocas, PACAS (Agouti paca) Cutías, en general el cuero no es utilizado y
es desechado o guardado por el cazador para usos locales. Algunas veces, también se capturan
TIGRES (Panthera onca, Yaguareté, Yaguar, Jaguar) u Onzas, a veces por encargo y estos cueros
son vendidos, tarea realizada principalmente por los Mbyá. En los últimos 10 años por lo menos tres
Tigres fueron capturados en las inmediaciones de Campo Grande y Aristóbulo del Valle por los Mbyá.
En realidad estos animales caen en la Cimbras su carne es consumida y su cuero es aprovechado.
Dos de ellos fueron confiscados por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables
(Figura 1). La venta de cueros, como se indicó en la venta de animales vivos, son más bien casos
aislados, y no existe una estructura que los comercialice, ni interés especial por parte de los
pobladores por obtenerlos. Los cueros que se le extraen a las presas capturadas para la alimentación,
a veces, son utilizados para darle de comer a los perros. Este indica que no es una actividad de
interés para los pobladores de la región.

4- Animales muertos por provocar conflictos:  a- Ataque de animales domésticos: En casi todas
las encuestas los chacreros que vivían en la periferia de áreas selváticas denunciaron la perdida de
aves de corral por parte de principalmente Tiricas y/o otros gatos de monte como el GATO IRARA
(Herpailurus jagouarundi, Gato moro, Gato eirá, Yaguarundí), ZORROS (Cerdocyon thous, Aguará
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 12

chaí, Zorro de Monte), MAO PELADA (Procyon cancrivorus, Aguará popé, Osito lavador, Mapache
cangrejero) COMADREJAS (Didelphis spp., Mbicuré, Muicuré, Comadreja Overa, Zarigüeya, dos
especie habitan el área D. albiventer y D. aurita) e IRARAS (Eira barbara, Irarás, Eirá, Hurón mayor).
Estas especies fueron las más señaladas por los encuestados.
En algunos casos pueden atacar repetidas veces y provocar la muerte de un porcentaje
importante de gallinas y pollitos, alcanzando a un tercio del total de aves que posee un grupo familiar.
Esto representa graves pérdidas para sus precarias economías de algunos pobladores. En las
encuests indicaron que los ataques son más frecuentes cuando hay “capuera” (selva secundaria o
arbustales originados luego de una tala intensiva), y monte en los alrededores de la vivienda; y que
cuando el sitio era limpiado disminuía la frecuencia de ataques. La presencia de perros puede
prevenirlos y en muchos casos matan a los animales problema. En algunas oportunidades comentaron
que ponían trampas para capturarlos en sitios en donde dejaban sus presas.
En un área más norteña de la Serranía Central ubicada del km. 308 de la ruta 14 hacia el
oeste por un camino hacia Montecarlo se produjo un conflicto bastante grave entre un propietario, de
apellido Staier, que realizaba ganadería extensiva en la selva de su propiedad y los Tigres que
habitaban en el área. Este propietario sostenía que los Tigres le provocaban numerosas pérdidas en
el ganado, por lo cual ofreció una recompensa a sus peones y cazadores de diferentes lugares
(incluso algunos de Aristóbulo del Valle que recibieron la oferta) que pagaba 200 $ por Tigre muerto.
Informaciones recibida por parte de cazadores indicaban que se habían matado unos nueve Tigres
hasta el momento, números por demás significativos para esta especie sumamente amenazada.
Posteriormente, el Ministerio de Ecología encontró por una denuncia restos de tres ejemplares
enterrados en la propiedad. Esto provocó graves problemas entre el Ministerio y el propietario, ya que
el Yaguareté es Monumento Natural Provincial y su caza está prohibida. Este conflicto posee muchas
facetas que deben ser estudiadas y atendidas por los órganos de administración de la fauna y técnicos
especializados. Estos deberían evaluar pérdidas y atender la situación para que los propietarios no
tomen sus propias iniciativas para resolver el problema, que en este caso llevó a la muerte de muchos
ejemplares de una especie con números críticos a nivel nacional. Es esperable que este tipo de
conflictos se intensifiquen a medida que se fragmente más el hábitat y las presas naturales de los
Tigres disminuyan.
A veces se reporta el ataque de gallinas y pollitos por parte de águilas, aguiluchos, y
serpientes (Colúbridos principalmente). Un ejemplar de una rapaz (posiblemente Micrastur
semitorquatus, ya que se trata de un animal sin plumaje adulto) fue herida en un ala porque atacaba
pollitos en los alrededores de Aristóbulo del Valle.
 b- Temor por diversas causas, peligrosidad potencial para las personas o animales
domésticos: Las serpientes son muertas en cantidades importantes por esta causa. Lo mismo ocurre
con otros animales como el TAMANDUÁ (Tamandua tetradactyla, Caaguaré, Oso melero) y
TAMANDUÁ BANDERA (Myrmecophaga tridactyla, Yurumí, Oso hormiguero), los Coatíes, y ERIZOS
(Sphiggurus spinosus, Coendú) que son considerados peligrosos para los perros. Los tres primeros
porque son capaces de matarlos en peleas, y los Erizos porque cuando son atacados por los perros
terminan con espinas clavadas en el hocico y cuello provocándoles heridas, que pueden ser graves.
Los grandes felinos (Tigres y LEONES (Puma concolor, Puma, León bayo, Yaguá Pytá, Acutí Yaguá
según un Mbyá, Leoncito) a veces son muertos por ser considerados peligrosos para las personas, el
ganado y los perros. La mayoría de los cazadores del área han sufrido pérdidas de perros en
cacerías, a causa de los tigres. Un tigre mató nueve perros en una “corrida nocturna” y no pudo ser
visto por el cazador. Muchas veces las desapariciones de perros en el monte son adjudicadas a estos
grandes felinos, aunque el Puma no es mencionado como atacante de Perros a diferencia del Tigre,
que a veces se ceba y llega a realizar excursiones a casas lindantes con la selva para capturar
perros.
 c- Pérdidas en cultivos y/o forestaciones: Un poblador también indicó que un grupo de
Tatetos había atacado sus plantaciones de Mandioca, y los iban a esperar para espantarlos y/o
capturarlos. Según testimonios de otros pobladores habían matado algunos de ellos. En octubre de
1997 un poblador nos indicó que, durante el invierno, había sufrido repetidos ataques de Piaras de
Tatetos en cultivos de Mandioca, y pudimos corroborarlo en el lugar (Figura 2). El problema se produjo
en un área de chacras que limita con selva (Figura 2). Los Tatetos destruyeron casi por completo la
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 13

plantación, volteando las plantas, escarbando y extrayendo las raíces de las mandiocas (Figura 2).
Mayor cantidad de plantas fueron atacadas en sitios cercanos al borde de la selva. Este chacrero
perdió un recurso alimenticio importante para su economía familiar, que fue suplido por la captura de
tres ejemplares de Tateto, que le proporcionaron carne durante buena parte del invierno. Un grupo de
unos 13 Jabalíes atacó, también durante el invierno, un maizal cercano a la ruta 14, y fueron
esperados en varias oportunidades por cazadores y todos fueron capturados.
Un grupo de Tatetos o Jabalíes pueden destruir cultivos pequeños en poco tiempo. Esto se da
principalmente en Chacras que lindan con extensiones considerables de selva (Figura 2). Los Erizos o
Coendúes, en conjunto con loros como el BAITACO (Pionus maximiliani, Loro choclero o Soey),
fueron indicados como frecuentes consumidores en los Maizales.

5- Animales capturados por ser considerados raros y/o llamativos para ser mostrados, o por
otras razones: Muy ocasionalmente algunos pobladores capturan algunos animales por considerarlos
raros o por no conocerlos. Entre estos se encuentra el Tamandua Bandera, grandes águilas como la
ARPÍA (Harpia harpyja, Taguató ruvichá), Spizaetus ornatus o Spizastur melanoleucus suelen ser
capturadas por estas causas. Influye en este caso la fama de rareza que le imprimen los medios de
comunicación y la gente en general a estos animales, por lo que capturarlos para ser mostrados le da
cierto prestigio a su captor. Sin embargo, estos casos son aislados y anecdóticos. Se registraron
animales muy raros y escasos de esta manera.
Se pudo observar la foto de un PATO SERRUCHO (Mergus octosetaceus, Mbigua-í)
capturado en la década del 60 en el arroyo Tigre, afluente del Piray Guazú.
El ZORRO PITOCO (Speotos venaticus, Zorro vinagre, perro vinagre, Cachorro do mato
vinagre o pitoco según Chébez (1994)) es una especie sumamente escasa y rara en Argentina, con un
solo registro documentado para nuestro país en el norte de Misiones (Chébez, 1994; Galliari et al.
1996) fue capturado accidentalmente por cazadores, que registraron un grupo de cuatro ejemplares,
unos de ellos salió repentinamente de una cueva y fue muerto.
Algunos animales pueden ser capturados para uso medicinal de algunas de sus partes, por
ejemplo el TEYU GUAZU (Tupinambis teguixin, Lagarto, Lagarto Overo, Iguana), capturado por las
propiedades terapéuticas de su grasa.
Las TORTUGAS (Hydromedusa tectífera y Phrynops williamsi, Yabotí) son capturadas
accidentalmente mientras se pesca con anzuelos, o se pasan redes de pesca.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 14

Figura 2. Collares realizados por los Mbyá con huesos y dientes de Jabalíes y dientes de Onza (Arriba izquierda).
Cultivo de Maíz y Tabaco al borde de la selva (Arriba derecha). Cultivos de pino y mandioca lindantes a una reserva
provincial que sufrió ataques de Tatetos al mandiocal (Centro izquierda). El encargado de al chacra muestra el carrero
por donde salían los Tatetos (Centro derecha). Raúl Abramson evaluando las pérdidas en las plantas de Mandioca
(Abajo derecha). Area deforestada para cultivos en el norte de Misiones (Abajo izquierda).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 15

 ¿QUÉ MÉTODOS DE CAZA UTILIZAN?

Varía con el origen étnico de los cazadores. Los chacreros y obrajeros descendientes de
europeos, paraguayos y/o brasileños cazan principalmente con “perros”, y a la “espera” (como lo
denomina Giai, 1976) en “cebaderos y saleros” y en “fruteras” utilizando armas de fuego, mientras
que los Mbyá cazan principalmente mediante “trampas” (Martinez Crovetto, 1968). Existen
excepciones y estos métodos no son excluyentes entre sí.
Seguidamente se describirán cada uno de ellos analizándose sus ventajas y desventajas. La
mayoría de los métodos son selectivos y existe una especialización para capturar determinados tipos
de presas, con las diferentes técnicas, y también una preferencia individual de los cazadores en
capturar determinadas presas por ellos apreciadas.

 CACERÍA CON PERROS

Requiere de un plantel de perros especialmente adiestrados para tal fin. Estos cánidos son
típicos en las chacras de la provincia de Misiones y son denominados como “Venaderos”,
genéricamente, aunque puede haber “Jabaliseros”, “Tigreros”, según el tipo de presa para la que
fueron entrenados. Son de color blanco o amarillento, y algunos de mayor porte y de aspecto de
“galgo” suelen ser marrones oscuros con las partes inferiores marrón claro y manchas en la cara
marrón claro (Figura 2).
Los perros son entrenados y llevados al monte desde jóvenes, en donde son enseñados por
sus dueños, y también aprenden imitando a los perros baquianos adultos. En general las jaurías de
perros son adiestradas para perseguir cierto tipo de presas en particular como Venados (así se llama
genéricamente a las especies de Mazama), Tatetos, Jabalíes (o ambos Pecaríes), tatúes, etc. A
veces, individualmente, algunos perros prefieren correr cierto tipo de animales, o pueden perseguir
ocasionalmente animales no deseados (Coatíes, Tigres, Leones).
La cacería comienza cuando los perros se sueltan en algún sitio donde previamente se han
estudiado detenidamente los “carreros” (senderos que utilizan con frecuencia los animales salvajes
para desplazarse) de las especies que van a perseguir. Rápidamente, van detrás del rastro de la
presa mediante su fino olfato hasta que la encuentran. En ese momento comienzan la “corrida”. Los
cazadores conocen por el tipo de ladrido cuando comenzó la “corrida”, y a veces, que animales están
persiguiendo. Los venados, se desplazan rápidamente por carreros y son esperados por los
cazadores a la salida de estos en caminos o arroyos. El o los cazadores van siguiendo auditivamente
la corrida y conocen los posibles sitios en donde puede salir el Venado. En el caso de los Tatetos,
estos pueden “entocar” (meterse en cuevas o troncos huecos que poseen para refugiarse de sus
predadores o perseguidores). Una vez allí los cazadores pueden capturarlos fácilmente. Si los perros
logran alcanzar a las presas ellos mismos pueden matarla, principalmente, si se trata de venados.
Cuando es una jauría bien entrenada acaban con todo tipo de presa. Los Tatetos y Jabalíes
(principalmente estos últimos) brindan una fiera batalla que puede terminar con perros heridos y
muertos. Los cazadores intentan que esto no ocurra. Los Jabalíes difícilmente “entocan”, y a
diferencia del Tateto realiza una formación de defensa a cargo de los machos de la piara los que se
detienen se arrodillan con las patas delanteras, castañean los dientes e intentan rodear a sus
perseguidores realizando corridas intimidatorias. Los cazadores conociendo este comportamiento
llegan al lugar y pueden efectuar varios disparos y matar varios ejemplares. En cambio, en el caso de
los venados y los Tatetos generalmente se captura un animal. En el caso de los Tatetos, si entocaron
varios ejemplares juntos, también es posible capturar más de uno.
Ventajas:
* La cacería se puede realizar de día.
* Se capturan animales grandes fácilmente si los perros están bien entrenados o son “buenos”.
* No demanda demasiado esfuerzo de los cazadores si los perros son baquianos.
* La cantidad de presas que obtienen cazando con perros es importante y generalmente se cazan más
presas que con los otros métodos según los cazadores.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 16

Desventajas:
* Se necesitan de perros entrenados, lo que demanda tiempo, y además deben ser alimentados y
mantenidos.
* Es más fácil de ser detectada una corrida por inspectores de Fauna, y pasa menos desapercibida
para los pobladores en general.
* Requiere llevar los perros al sitio de cacería, lo que a veces puede requerir de un vehículo.
* A veces los perros matan la presa en sitios alejados y resulta difícil recuperarla, o ellos la pueden
consumir en parte hasta que los cazadores lleguen.
* Los perros pueden ser heridos por el disparo si están muy cerca de la presa, o por la presa.
* Los perros pueden correr presas no deseadas, e incluso matar animales inútilmente como Zorros o
Coatíes.
* El disparo es más difícil porque generalmente debe ser realizado con el animal en movimiento.
* Requiere de armas de fuego y dinero para municiones.
* La sustentabilidad de este tipo de cacería es discutible, como veremos más adelante, y
posiblemente sea un método que a largo plazo provoque la disminución poblacional de las presas.

 CACERÍA CON ESPERA

 EN CEBADEROS

Los cebaderos son sitios escogidos por los cazadores en los carreros de los animales o cerca
de sus madrigueras en donde se ponen durante un tiempo determinado una “ceba” constituida por
algún tipo de alimento muy consumido por el animal. Se deja y repone el alimento durante un tiempo
determinado, y el animal se acostumbra a comer allí de manera cada vez más confiada. Después de
un período, que puede oscilar entre una a varias semanas, el cazador determina si es el momento
adecuado para esperarlo y elige un sitio generalmente elevado “sobrado” o “girao” (formado con una
vara transversal en un árbol o en una rama adecuada de un árbol cercano). El momento de espera
varía según los hábitos de las diferentes especies, que son conocidos por los cazadores (la Paca se
espera de noche). Todas las esperas se realizan principalmetne cuando no hay luna en noches
oscuras.
Este debe ser uno de los métodos más utilizados para capturar Pacas, la mejor carne de
monte, como lo afirman la mayoría de las personas encuestadas. Las pacas son cebadas
principalmente con Maíz, y también con Paltas (en el noreste de Corrientes). Un cazador indicó que
capturó una Paca cebándola con Manzana, con una ceba de un día de duración. Otro animal
capturado en cebas es la Cutía. Las cebas con animales vivos (perros, gallinas, cabras) pueden servir
para Tigres, Leones, Tiricas u Onzas.

 EN SALEROS

Los “saleros” son sitios en donde por causas naturales o artificiales, en el caso de que sean
preparados por cazadores, se forma un barro salitroso que es muy buscado, y lamido o ingerido por la
fauna. En general, el sitio queda como un pozo de barro salitroso a donde van los animales. Estos
saleros pueden ser naturales (formados por vertientes salitrosas o cerca de arroyos), o artificiales
(realizados por cazadores por medio de una bolsa o una botella plástica con pequeños agujeros y sal
colgada de un árbol). La sal se humedece y gotea lentamente al piso. Con el tiempo, diversos
animales entran al salero. Los cazadores van controlando las huellas, para luego esperar a su presa
desde un “sobrado” con amplia visibilidad. Los saleros también son ubicados en sitios cercanos a los
“carreros” de los animales que desean capturar, o por ser un área frecuentada por los animales
buscados. Los herbívoros son procuran los barreros como una adaptación para sus deficiencias
nutricionales de ciertos minerales, principalmente Sodio (Weeks y Kirpatrick, 1976 en Ayres y Ayres,
1979).
También se utiliza una variedad de este método para capturar palomas, principalmente la
SALERA (Columba cayennensis, Paloma colorada, Pikasú Pytá), cuyo nombre deriva de su aficción
por la sal. Consiste en machetear caminito estrecho y largo en un área de pastizales de altura
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 17

moderada como para tener visibilidad, allí se deposita sal siguiendo el caminito. El cazador se ubica a
varios metros con escopeta cargada con munición fina, acostado y tapado por los pastos, en línea con
el caminito de sal. Las palomas bajan a alimentarse de la sal y el cazador puede observar sus
cabezas sobresaliendo. Luego de un tiempo, con un solo disparo puede capturar gran cantidad de
ellas, porque están alineadas en el camino realizado alimentándose de la sal.

 EN FRUTERAS

Los fundamentos son similares a las dos esperas antes descripta, pero en este caso el sitio
donde se espera al animal es una planta que brinda frutos consumidos por una especie o varias en
particular. Este método requiere de conocimientos muy precisos sobre la biología alimentaria de las
especies que capturan, y de la fenología de las "fruteras" que se utilizan. Estos conocimientos son
obtienen mirando los rastros de animales que se alimentan en las plantas frutales, en largas horas de
espera en fruteras en donde observan acercarse a los animales y observando los contenidos
estomacales de los animales que se capturan. Los cazadores que practican este método poseen
datos muy precisos sobre los hábitos alimentarios de las especies que capturan. Estos conocimientos
son transmitidos oralmente entre cazadores, y enseñados a sus hijos.
En la Tabla 2 se presenta una compilación de las plantas que se utilizan, en que época y que
animales han observado y capturado en las diferentes fruteras. Se considera que este es uno de los
resultados más significativos de los obtenidos en este trabajo. También se preguntó por animales que
no son de caza que utilizan las fruteras. Unas 44 especies de plantas pueden ser utilizadas como
fruteras. Las siete primeras de la lista fueron utilizadas con mayor frecuencia por los cazadores y
serían las mejores fruteras según los testimonios.
De las 44 especies, 4 son introducidas por el hombre, aunque en general, su existencia está
relacionada con antiguos asentamientos humanos o trazados de rutas, campings, balnearios o
existencia de chacras. La Uvenia (Hovenia dulcis), originaria del Asia, se ha asilvestrado y es
consumida por diversas especies como los monos Caí, Zorros de monte, y aves. En el centro y sur de
Misiones no está tan difundida como lo indican Dimitri et al. (1974) para el Parque Nacional Iguazú.
La disponibilidad de frutos y fenología de la gran variedad de plantas existentes en las selvas
tropicales y subtropicales es clave en su funcionamiento (Terborgh, 1986), y la diversidad en estos
ecosistemas está relacionada con la oferta temporal y disponibilidad a través del año de diferentes
especies de plantas que brindan frutos para la alimentación de muchas especies (Leigh y Windsor,
1982 y Howe, 1984 en Wallace y Painter, 1997; Placci et al., 1992). El Alecrín (Holocalix balansae),
cuya fruta se observa en la Figura 2, es considerada una de las mejores fruteras por la mayor parte de
los cazadores. Fructifica en verano y también invierno (Tabla 3), siendo en esta última estación en
donde existe una marcada escasez de frutos en la selva misionera (Placci et al., 1992), momento en
que la falta de alimento puede ser una limitante para el desarrollo de las poblaciones animales
(Terborgh, 1986). Esto sumado a que es un árbol bastante frecuente en la selva misionera, podría
indicar que se trate de una especie clave en el ecosistema. Los cazadores han percibido esta relación
funcional y la utilizan como medio para capturar presas. El Timbó (Enterolobium contortisiliquum)
(Figura 2), también brinda frutas durante el invierno, y es muy buscado por Pardos y Antas.
En la Tabla 3 se indica la fenología de las fruteras según datos brindados por los cazadores en
comparación con datos tomados de Placci et al (1992) para el Parque Nacional Iguazú. Se observa
que en muchas especies los datos brindados por los informantes coinciden total o parcialmente con
los datos fenológicos de Placci et al. (1992). Las variaciones, mínimas podrían deberse a diferencias
de región ya que los datos de los cazadores corresponden al área de Serranías del centro de
Misiones, o a pequeñas diferencias en la percepción de escalas.
Se indican en la Tabla 3 las especies que son extraídas en las explotaciones madereras, que
alteran la composición de la selva. Son preferidos en las extracciones los árboles de mayor porte,
que lamentablemente, son los que dan mayor cantidad de frutos. Además, para extraer sólo el tronco
se abren caminos y se derrumban muchos árboles de diferentes especies con o sin valor comercial
para poder arrastrar los rollizos con las maquinarias. En algunas ocasiones los cazadores han
observado predadores que también acechan presas en las fruteras como los Tiricas e Irarás .
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 18

Figura 3. Perros entrenados para capturar Tatetos (Arriba izquierda). Trampa de golpe tipo "garrote" armada por los
Mbyá (Arriba derecha). Trampa de golpe tipo "Mondeu" armada por los Mbyá (Centro derecha). Fruto del Alecrín
(Holocalix balansae), valle del Cuña Pirú (Abajo derecha). Ejemplar de Timbó (Enterolobium contortisiliquum) (Abajo
izquierda).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 19

Ventajas:
* Es un método eficaz y selectivo en cuanto a la presa.
* Se pueden capturar animales grandes.
* El tiro es más seguro porque se elige el sitio del sobrado y el animal, en general, no está en
movimiento cuando se dispara.
* No se requiere de perros adiestrados, evitando los problemas de manutención de estos.
* Se realiza de una manera más ignota para inspectores de fauna y pobladores del área.
* No requiere de vehículos para transportar los perros.
* Se realiza individualmente.
* Se puede decidir sobre matar o no la presa en el caso que no sea adecuado hacerlo, o si no es la
presa elegida.
* No se pueden cazar gran cantidad de animales en poco tiempo, por lo que tiene un sistema de
autorregulación intrínsecamente de la cantidad de animales que son posibles de ser capturados,
siendo esto importante para la sustentabilidad del recurso.
Desventajas:
* Se requiere de mucha paciencia en la espera, y de cuidado de no dejar olores o provocar ruidos que
espantarían la presa.
* En el caso de las fruteras solo se puede realizar mientras estas dan frutos en abundancia.
* Las cebas y saleros, requieren que sean realizados con antelación y controlados para reponer el
cebo por lo cual requiere de mayor cantidad de tiempo y salidas al monte.
* Requiere de armas de fuego y dinero para municiones.

 CACERÍA CON TRAMPAS ARTESANALES

La cacería con trampas si bien no es exclusiva de los Mbyá, es más utilizada en la actualidad
por ellos. Las principales trampas de estos son el Mondeu, el Garrote o Rompecabezas, la Cimbra y la
Aripuca. Estas trampas se utilizan generalmente para distintos tipos de presas, debido a las
limitaciones de cada una.

El Mondeu y el Garrote: son trampas de golpe que se basan en un sistema que contiene un palo o
una vara para que golpee al animal. El Mondeu es un palo muy pesado que cae por gravedad sobre
el animal y permite capturar animales chicos y medianos (hasta jabalíes y venados). En el “carrero” o
sendero que frecuenta el animal se coloca un “corral o manga” realizado con varas clavadas en el
suelo, por encima del corral hay un tronco apoyado en un extremo y elevado en el otro, sostenido por
una soga de Cipó de Güembé (son las raíces de Philodendron), que esta sostenido por un sistema de
varas de tal manera que cuando el animal toca una vara cruzada dentro del corral el tronco cae, y el
animal no tiene tiempo de retroceder ni de escapar hacia los costados por las varas del corral. Un
esquema detallado es brindado por Martinez Corvetto (1968) y una foto se observa en la Figura 3. A
veces puede haber un cebo o para atraerlo (Maíz por ejemplo para la Paca). El garrote, como lo llama
Giai (1976) es una vara clavada o sostenida a otra que se flexiona y dar un golpe más rápido, aunque
el tamaño de la rama es menor. Una trampa de estas características fue encontrada y fotografiada en
el Cuña Pirú en Marzo de 1997, puesta allí por los Mbyá (Figura 3). Su tamaño era pequeño y
constaba de un corral circular de palos con una entrada y un palo cruzado en la base de la puerta que
accionaba el garrote. Era usada para Nambúes y/o palomas como las Yerutíes.
Una modificación de esta trampa fue realizada por el hombre blanco con una escopeta,
pistolón, o caño con gatillo, apuntando hacia el sitio de entrada del carril que se dispara sobre el
animal. Esta trampa se denomina “Armadilla”, y en general, es poco usada por su peligrosidad para el
mismo cazador que la activa, como así también para otros que frecuenten el área. Es muy utilizada
para Pacas. Se conoció una persona, que las instalaba en las cercanías de San Ignacio y que, de
noche, cayó en una de sus propias Armadillas. El tiro le provocó un accidente grave, que le provocó
la amputación de la parte inferior de su pierna. El Mondeu y el Garrote son utilizados principalmente
para fauna pequeña a mediana, como Tatúes, Pacas, Cutías, Nambúes, Macucos y, en menor grado,
para animales mayores como Jabalíes, Tatetos y Venados.
TABLA 2. PRINCIPALES PLANTAS UTILIZADAS COMO FRUTERAS Y ANIMALES QUE LAS CONSUMEN.
FRUTERAS / FAUNA Anta Pardo Poca Tateto Jabalí Paca Cutía Tatú Coatí Yacutinga Yacu Macuco Nambú Aves Comadr. Murciel. Cai Otros
1 Alecrín ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ + + + + + (Tiú) T,L +
2 Timbó ++ ++ + + + + +
3 Jaracatiá + ++ ++ + + + + + Zorro
4 Cipó Guayapá ++ ++ + +
5 Higuera + + + + + + + + + + + + + ++ + + Zorro
6 Ombú + + + + + + + + Zorro
7 Sucará + + + + + + + +
8 Persiguero + + + + + + + + + + + +
9 Uvenia * + + + + + + T, L,Z,Tu + + + Zorro ++
10 Laurel Ayuí + + + + + + + + + + + + ++
11 Ayuí + + + + + ++
12 Aguay Guazú + + + + + + + + + + +
13 Aguay + + + + + + + + +
14 Ingá Guazú + + + + + + + + Zorro
15 Ubajay + + + + + + - + + + +
16 Guabiroba + + + + - +
17 Espolón do Galo ++ + +
18 Guabiyú + + + + + + + + T,Tv
19 Yabutí cava + + + + + +
20 Tayubá, Morón + - + + + + + + +,Ch,T + +
21 Pindó + + + + + + L C. Serelepe
22 Ambay + ++ + + Irara
23 Tala - + + + + L +
24 Güembé + + ++ +
25 Ubaia o Ubajay + + + +
26 Mora * + + + + ++ + Zorro
27 Palta* + + + + + + Z,T,B,C + Zorro- Mao Pelada
28 Catiguá + + + + + Tiú Z,T
29 Pacurí** + ++ + +
30 Apepú* - + +
31 Tarumá + + + +
32 Siete capotes + + + + +
33 Cerella o Cereza + ++ + + + +
34 Piatanga + + + + + + + + + +
35 Cacheta +
36 Carne de Vaca PS
37 Fumo bravo +PZ,PS,L
38 Samohú + +
39 Camboatá +Tu,B
40 Yerba +PZ,PS
41 Cocú +
42 Mamica de cadela +PZ,Z
43 Guapority + + + + + + +L + Zorro
44 Curuaí ** +
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 21

TABLA 2. Referencias: Se indica con (++) cuando es preferida por una determinada especie, y es la frutera ideal para
capturarla, (+) cuando es consumida por una especie sin que se haya indicado preferencia, y (-) cuando es menos
frecuentada por una especie. En Aves se indica un signo (+) cuando es consumida por todas frugívoras o frugívoras
facultativas, si se indica T: Tucanes (Rhamphastidae), L: Loros (Psittacidae), Z: Zorzales (Turdidae), Tu: Tuerés
(Tytira), Tv: Tovaca (Chamaeza), Ch: Chiripepé (Pyrrhura), B: Boyeros (Cacicus), C: Choguí (Thraupis sayaca), PZ:
Paloma Picazuro (Columba picazuro), PS: Paloma Salera (Columba cayennensis). La Yacutinga, el Yacupoi, el Macuco y
los Nambúes (Crypturellus spp. , Nambú Tiú es el nombre usado para C. obsoletus, el de mayor tamaño de los tres que
habitan en Misiones) son separados de las aves por su importancia como presas para la alimentación.

TABLA 3. NOMBRE CIENTÍFICO Y FENOLOGÍA DE LAS FRUTERAS INDICADAS EN LA TABLA 2.


Referencias: La fenología proviene de: (1) datos brindados por pobladores u observados por los autores en las campañas, en la
primer columna, y (2) de datos brindados por Placci et al. (1996) y observaciones de Justo Herrera y Mario Di Bitteti (CIES) para
el Parque Nacional Iguazú en la segunda columna, indicandose sólo los meses en donde el indice fenológico brindado por estos
autores fue mayor de 0,9. Las siete primeras especies fueron mencionadas como las mejores fruteras para la espera. Después
de los nombres científicos de las plantas se indica con (+) si es extraida en los obrajes madereros, y (-) si no es extraída.

FRUTERAS FENOLOGIA
Indicada en Entrevistas1 Placci et al. 1996 2 y CIES 3 para Iguazú
1 Alecrín (Holocalix balansae) - Feb-Mar, Oct, Invierno Mar-Jun, Oct
2 Timbó (Enterolobium contortisiliquum) + Invierno Jul-Ago
3 Jaracatiá (Jacaratia dodecaphylla) - Ene-Feb Feb-Mar
4 Cipó Guayapá (Pereskia sp.) - Jul-Ago
5 Higuera (Ficus spp.) + Set-Oct Mar-May, Sep-Nov, Dic-Ene
6 Ombú (Phytolaca dioca) - Ene-Feb
7 Sucará o Espina corona (Gleditsia amorphoides) + May-Set
8 Persiguero (Prunus spp.) - Set-Nov Set-Nov
9 Uvenia * (Hovenia dulcis) + Junio-Julio May.Jun
10 Laurel Ayuí (Ocotea spp.) + Jul-Ago
11 Ayuí (Nectandra spp.) + Jun-Jul-Ago
12 Aguay Guazú (Chrysophyllum gonocarpum) + Mar-Abr, Oct Abr, Ago-Sep
13 Aguay (Pouteria gardneriana) + Ene-Feb
14 Ingá (Inga sp.) - Verano
15 Ubajay (Eugenia piryfolra) - Oct Primavera
16 Guabiroba (Campomanesia xanthocarpa) - Oct Sep-Oct
17 Espolón do Galo (Strychnus brasilianus) -
18 Guabiyú (Myrtacea) (Eugenia pungens) - Oct.
19 Yabutí cava (Myrciaria trunciflora) - Oct-Nov Oct-Nov
20 Tayuba, Morón (Clorophora tinctoria) + Oct
21 Pindó (Syagrus romanzoffianum) - Jun-Jul Mar-Jun, Ene-Feb
22 Ambay (Cecropia adenopus o pachystachia) - Dic-Abr
23 Tala (Celtis sp.) - Esporádica, Fines del verano
24 Güembé (Philodendron bipinnatifidum) - Dic-Feb
25 Ubaia o Ubajay (Hexaclamis edulis) - Oct
26 Mora * (Morus sp.) - Sep-Oct
27 Palta* (Persea americana) -
28 Catiguá (Trichilia catigua) - Ene-Feb Jun
29 Pacurí** (Rhedia brasiliensis) - Ene Feb
30 Apepú* (Citrus auriantum) - Jul-Ago
31 Tarumá (Vitex cimosa) - Feb
32 Siete capotes (Britoa guazumaefolia) - Dic-Feb
33 Cerella o Cereza (Eugenia involucrata) - Ene
34 Piatanga (E. Uniflora y Eugenia moraviana) - Oct Verano
35 Cacheta,Ambay Guazú (Didymopanax morototoni) Sep
+
36 Carne de Vaca (Styrrax leprosus) + Abr
37 Fumo bravo (Solanum verbascifolium) - Feb-May
38 Samuhú (Chorisia speciosa) + Los Venados comen una gelatina de exudado, no el fruto
39 Camboatá (Cupania vernalis) -
40 Yerba (Ilex paraguayensis) - Invierno (Otoño)
41 Cocú (Alophiyllus edulis) -
42 Mamica de cadela (Fagara spp.) -
43 Guapority (Myrciaria ribularis) Oct
44 Curuaí, Curunguaí (Dioclea paraguarensis)** -
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 22

Una modificación de esta trampa fue realizada por el hombre blanco con una escopeta, pistolón, o
caño con gatillo, apuntando hacia el sitio de entrada del carril que se dispara sobre el animal. Esta
trampa se denomina “Armadilla”, y en generales poco usada por su peligrosidad para el mismo cazador
que la activa, y otros que frecuenten el área. No obstante, es muy utilizada para Pacas. Se conoció una
persona, que las instalaba en cercanías de San Ignacio, que de noche cayó en una de sus propias
Armadillas. El tiro le provocó un accidente grave que le provocó la amputación de la parte inferior de su
pierna. El Mondeu y el Garrote son utilizados principalmente para fauna pequeña a mediana como
Tatúes, Pacas, Cutías, Nambúes, Macucos, y en menor grado para animales mayores como Jabalíes,
Tatetos y Venados.

La Cimbra: Es simplemente una trampa de lazo, en donde se dobla un gajo, preexistente o enterrado
para tal fin, del cual cuelga una soga (a veces tejida con Güembé, cuerda o cable) con un lazo que es
activado por el animal cuando pasa por el sitio e introduce su pie dentro de él, como lo esquematiza
Martínez Crovetto (1968). Es utilizada para cazar desde presas chicas como Yerutíes y Nambúes hasta
presas de gran tamaño como Jabalíes, Tigres y Leones, e incluso Antas como lo indica Giai (1976).
Mediante este método fueron capturados los dos Tigres en los Cafetales, antes mencionados, y se habría
capturado otro tigre a mediados de 1997. Para animales grandes se usan cables de acero el cual se pasa
por debajo de algún raigón que sobresalga para que sujete el miembro e impida el movimiento del animal.
La cimbra es colocada generalmente en el carrero del animal, algunas veces a la altura de la cabeza para
capturarlos del cuello. Es uno de los métodos más usado para felinos en general. Uno de los autores
encontró un Ocelote u Onza colgado y muerto hacia ya una o más semanas. No había sido recuperado
por el propietario de las trampas, por lo que estaba en estado de putrefacción.

La Aripuca: Es una simple jaula, armada con tacuaras, que se coloca con un palo que mantiene abiento
un de sus lados. Adentro se ofrece maíz como cebo. Cuando el animal entra la trampa cae y lo deja
encerrado. Se utiliza principalmente para aves como Yerutíes y Nambúes.

Todas estas trampas son más efectivas algunos días después de ser colocadas y deben ser
activadas y disimuladas con detalle. Dependiendo del animal que se quiera capturar debe ser el tipo y
tamaño de la trampa. Pueden pasar varios días, semanas o meses hasta que caiga.
Los Mbyá cazan principalmente con estas artes, ya que no poseen armas de fuego, o tienen
escasos recursos para las municiones. Además, la cacería con espera se realiza principalmente de noche
y ellos por sus costumbres y cultura evitan salir al monte de noche. Por razones culturales el tipo de
cacería preferida por ellos.
Además del Onza mencionado, otros pobladores encuestados refirieron que los Mbyá habían
instalado un Mondeu y capturaron un Tatú el cual se descompuso porque no lo buscaron. Giai (1976) cita
este fenómeno y lo atribuye a los hábitos de caza nómades de los Mbyá, que se marchan de un área de
cacería sin desactivar las trampas.
Ventajas:
* No requiere de la tenencia de armas de fuego, ni gasto adicional en municiones.
* No se requiere de perros adiestrados, evitando los problemas de manutención de estos.
* Se realiza de una manera más ignota para inspectores de fauna y pobladores del área.
* No requiere de vehículos para transportar los perros.
* Se puede realizar individualmente.
* Posiblemente el porcentaje de animales heridos y no recuperados sea menor que en las otras cacerías.
* Dificilmente se puedan capturar gran cantidad de animales si se trata de trampas artesanales, ya que la
inversión de tiempo y trabajo en construirlas limita la cantidad de trampas puestas. Este método puede
ser compatible con el uso sustentable de la fauna.

Desventajas:
* Se requiere de trabajo adicional para la preparar las trampas y elegir el sitio.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 23

* Se puede perder la presa si no se revisan con suficiente frecuencia (comida por otros animales o por
putrefacción).
* Se debe evitar dejar olores, o rastros para no espantar la presa.
* Las trampas pueden ser desactivadas por temporales o animales no deseados.
* No es tan selectivo y pueden caer animales no deseados.
* Requieren de mayor inversión de tiempo en el monte para fabricarlas y controlarlas.

Giai (1976) señala otros métodos como la cacería “patrullando” las picadas y los arroyos, método
poco utilizado en el área de estudio. Esto tal vez se deba a que no hay suficiente abundancia de animales
en el área o estos son muy ariscos y evitan caminos o áreas abiertas. Es poco frecuente que se observen
animales por caminos y/o picadas. Puede ocurrir que durante el desarrollo de una cacería, mientras se
desplazan a los saleros o fruteras con la escopeta maten, casualmente, alguna presa que se cruza en el
camino. Animales como coatíes que son ruidosos y fáciles de detectar cuando se desplazan pueden ser
capturados de esta manera. Algunos cazadores muy experimentados pueden seguir rastros frescos de
grupos de Tatetos o Jabalíes, localizarlos y capturar alguno, pero es una tarea súmamente difícil.
Otro método de caza particular utilizado para algunas aves como los Nambúes, el Macuco y la
Yacutinga consiste en atraerlos imitando sus voces. Resulta más efectivo en épocas reproductivas o en
especies territoriales. Para esto utilizan un pito o silbato común para los Nambúes y uno fabricado de
caña para el Macuco que preparan para imitar su vocalización en forma de silbo corto y grave. También
los pueden imitar vocalmente sin silbatos. La Yacutinga es localizada y buscada por largos y agudos
silbidos que hace a la mañana temprano y un particular ruido que realiza con las patas y el ala.
Ocasionalmente en las chacras o en recorridas pueden matar algún animal, pero no parece ser un
hecho frecuente.

 ¿ QUÉ PRODUCTOS DE LA FAUNA UTILIZAN?

De los animales capturados utilizan principalmente la carne y grasa. Son muy apreciados por su
carne la Paca, los Jabalíes, los Tatetos, La Yacutinga, los Pardos, Pocas y los Cutías. La carne se come
frita, o en guisados, y a veces preparan chorizos (principalmente colonos descendientes de europeos)
para lo cual pueden juntar dos o tres animales (un Pardo, un Poca, y Tatetos o Jabalíes), o llevan
directamente los elementos para realizar los chorizos en el sitio de caza. Cuando persiguen grupos de
Jabalíes pueden matar dos o tres de ellos y hacer los embutidos en el mismo sitio. Martinez Crovetto
(1968) brinda algunas recetas de los Mbyá, .
En el área de Aristóbulo del Valle unas pocas Antas que sobreviven y difícilmente son capturadas.
Algunos cazadores indicaron que no tiene sentido matar o perseguir un Anta ya que es demasiada carne (
más de 100 kilogramos) lo que dificulta su aprovechamiento y transportación por el cazador, motivo
suficiente para que algunos cazadores no las persigan. Cuando se cazan Antas que poseen una cantidad
considerable de carne, difícil de transportar, se establece un campamento en el lugar y se realizan
chorizos.
En la actualidad, solo ocasionalmente se captura un animal para vender su cuero, como en el caso
de dos Yaguaretés confiscados en Campo Grande de la zona de los cafetales (Figura 3). Estos habían
sido capturados por Mbyás con cimbras, por encargo de un propietario para ser vendidos a personas de
Buenos Aires.
Testimonios de un poblador indican que en otras épocas se cazó para la comercialización del
cuero, principalmente Tiricas, Onzas, Lobitos de río, Yaguaretés, Leones. Esta es una actividad
actualmente abandonada.
Los Mbyá realizan un aprovechamiento más integral de lo que capturan. Además de alimentarse
de la carne utilizan casi todas las partes, por ejemplo, dientes y huesos elaborar artesanías, como se
observa en la Figura 2.
Los Mbyás y otros pobladores rurales realizan usos medicinales con elementos como la grasa de
Teyú Guazú, Carpincho y Yacutinga. Del Teyú Guazú se extraen los cuerpos grasos ubicados en dos
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 24

bolsas cerca del vacío y es muy utilizado para heridas y llagas. La grasa del carpincho se usa para
afecciones respiratorias, catarros, etc. La grasa de Yacutinga, se la derrama tibia en el oído para calmar
el dolor en caso de infecciones auditivas. Partes del tubo digestivo de venados como con la garganta, y
las piedras del estómago, también son utilizadas con fines terapéuticos. La cantidad de animales que se
capturan para uso medicinal es menor que para alimentación, y se realiza solo cuando se producen las
afecciones. En general, la grasa de los animales que son utilizados para la alimentación es almacenada y
secundariamente utilizada con estos fines. Muchos pobladores creen que el consumo de la carne, grasa
y/o sangre de ciertos animales le birndará las características y virtudes de estos. Por ejemplo se ha
mencionado que quien bebe sangre de Tigre o come su carne, le transfiere su fortaleza, o quien crece
comiendo cierto tipo de carne (de animales de monte) posee una mayor fortaleza y vigor, o adquiere las
capacidades más notables de la fauna que consumen.

 ¿ CON QUÉ FRECUENCIA SE DEDICAN A CAZAR Y QUÉ BENEFICIOS LE TRAE LA CAZA EN


CUANTO A LO ECONÓMICO?

Este fue un ítem muy difícil de establecer en las entrevistas. Esto se debió principalmente a que
muchos pobladores estaban en un principio muy temerosos de que fuéramos de “Ecología”, como llaman
vulgarmente a los funcionarios del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables. En general
fueron esquivos, y muchos se rehusaron a contestar la cantidad de animales que capturan, con algunas
excepciones. Otros pobladores, que negaron capturar animales y cazar, con el tiempo pudimos
establecer que si lo hacían. Existen profundos problemas económicos en la mayoría de los chacreros y
familias que tienen propiedades pequeñas o viven en áreas donde grandes terratenientes son
propietarios. Sin duda estos problemas económicos están agravados por el bajo valor de las materias que
producen (Mandioca, Yerba, Té, Tabaco, Sandia, Zapallo, Ganado en menor medida) y las pocas
posibilidades de comercializarlas que tienen. La economía de estos grupos, es en muchos casos de
subsistencia, e indudablemente intentan realizar todas las explotaciones posibles que puedan paliar sus
amplias necesidades incluyendo caza, pesca, venta de leña, cría de animales domésticos menores
(gallinas, cerdos, etc.) y cultivos menores de mandioca, maíz, sandia, zapallo, etc.
Los Mbyá, también tienen escasos recursos económicos, y además de alimentarse con la carne
de algunos animales, venden ejemplares vivos como monos Caí, Coatíes, Gatos Tirica, Tucanes, Loros y
otras especies. Pueden conseguir dinero, muy importantes para ellos, de esta manera. En Julio de 1997
en Cuña Pirú un Mbyá pedía 100 $ por un Caí. Al poco tiempo lo había vendido. A veces sufren
decomisos de Ecología. Si bien el comercio ilegal de fauna todavía no está profundamente arraigado en
Misiones, y parece no representar un problema tan grave como en otros sitios (por ejemplo, Chaco,
Formosa, Salta, Santiago del Estero), están instauradas las condiciones socioeconómicas para que, ante
la oferta de dinero por parte de acopiadores y comerciantes ilegales, la gente realice estas actividades.
La carne de animales salvajes es preferida por muchos pobladores de Misiones que están
acostumbrados al sabor y/o palatabilidad de la carne de monte, por lo tanto y constituye un verdadero
manjar acceder a carne de Paca, Tateto, Jabalí y/o Venados, aunque también consumen y tengan la
posibilidad de conseguir carne vacuna y/o porcina.
Probablemente, la fragmentación del hábitat y la escasez de fauna mayor, limite las posibilidades
de conseguir presas con suficiente regularidad. Sin embargo, los grupos familiares de condición más
pobre no desperdician oportunidades para conseguir carne, o dinero a través de la venta de animales
vivos o cueros. Los buenos cazadores de la región son en general apreciados porque ellos consiguen la
mayor cantidad de presas, y las reparten con sus vecinos y conocidos.
Se obtuvieron algunos datos concretos del volumen de carne que se puede extraer, con una
dedicación importante a las actividades de caza, estos datos se indican en la Tabla 4.

TABLA 4. DATOS SOBRE EL VOLUMEN DE CARNE QUE OBTIENEN POBLADORES DE MISIONES DE LA


CACERIA. Referencias: (1 ) El peso fue obtenido de promedios brindados por Redford y Eisemberg (1992), casi
todo el cuerpo de los animales salvajes es generalmente aprovechado por lo cual se considera mínimo el error que
puede introducir algunas vísceras que son descartadas. (2 ) Para calcular un valor económico estimativo se valuó
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 25

cada kg de carne en $ 3, siendo este el precio en el mercado local de Misiones de un kg de carne vacuna de calidad
regular a mala. Cortes vacunos de calidad pueden alcanzar valores de 5 a 6 $. (3) Estas especies fueron cazadas en
tres cimbras de los Mbyá, no se pudo obtener información sobre la cantidad de personas que instalan las cimbras y
aprovechan las presas. (4) Se calculó el total mensual multiplicando los valores por dos ya que generalmente se
cazan aves unas ocho horas diarias según testimonios y se multiplicó por 26 días de cacería efectiva mensuales.

Número de Método de caza Tiempo indicado Especies N° Peso promedio 1 Peso y valor total 2 Peso y valor percapita
Personas indiv. mensual
1 Con perros 4 meses Pecari tajacu 23 20,4 kg 469,2 kg ($1407,6) 117,3 kg ($351,9)
1 Con perros 6 meses Pecari tajacu 13 20,4 kg 265,2 kg ($795,6) 44,2 kg ($132,6)
3 Con perros 12 meses Pecari tajacu 25 20,4 kg 729,8 kg ($2189,4) 20,3 kg ($60,8)
Tayassu pecari 7 31,4 kg
15 Con perros 24 meses Pecari tajacu 50 20,4 kg 1020 kg ($3060) 2,8 kg ($8,5)
4 En fruteras 2 días de espera M. americana 2 28,9 kg 57,8 kg ($173,4) 14,5 kg ($43,4)
1 grupo Con perros 4 meses M. nana 5 15 kg
familiar Agouti paca 1 7,49 kg 153,8 kg ($461,4) 38,5 kg ($38,5)
Dasypus nov. 1 3,91kg
1 Mondeu (Tram.) 1 mes Dasypus nov. 4 3,91kg 15,64 kg ($46,92) 15,64 kg (46,92)
?3 Cimbra (Tram.) 4 meses T. pecari 1 31,4 kg 39,3 kg ($117,9) ?
Leop. pardalis 1 7,9 kg
1 Honda 4 horas T. amauroch. 1 0,04 kg
M. maculatus 2 0,04 kg 0,13 kg ($0,39) 6,24 kg ($18,72) 4
C. speciosum 1 0,01 kg

De los métodos descriptos la cacería con perros es el que mayor cantidad de presas permite
capturar en menor tiempo si los perros están bien entrenados.
En áreas en donde existen grandes áreas selváticas (más de 20.000 hectáreas), un poblador a
dado datos de que se puede llegar a cazar aproximadamente un Tatú por día si se posee la dedicación
necesaria. Dasypus novemcinctus tiene un peso promedio que oscila entre 4,19 a 4,50 kg (Redford y
Eisemberg, 1992), por lo cual puede brindar un aporte proteico diario necesario para una familia. Un
ejemplar de Tatú adulto fue consumido en una oportunidad por 4 personas adultas, que quedaron
saciados, y fue cocinado a la cacerola sólo acompañado con mandioca. Los Cutías, que también pueden
ser capturados con cierta frecuencia, poseen un peso promedio de 2,7 kg (Redford y Eisemberg, 1992).
Los animales mayores o medianos que presentan mayores dificultades de captura y son menos
abundantes, no pueden ser capturados con tanta frecuencia, sin embargo, brindan una mayor cantidad de
carne como se observa en la Tabla 4. La mayor presa es el Anta con 177,2 kg de peso promedio, y un
máximo de 220 kg, no obstante, son escasas en la actualidad en la selva misionera del centro de
Misiones, y no son fáciles de capturar.
Los Mbyá capturan numerosos passeriformes y palomas diariamente (aproximadamente 20
ejemplares, Figura 1), lo que significa unos 200 o 300 gramos de carne diarios para complementar sus
dietas.
En resumen, el aporte alimenticio en cuanto a proteínas puede ser importante en un grupo familiar
con economías muy precarias, dependiendo de la frecuencia con la que cace y de factores azarosos que
determinan cuantas presas capturan en el tiempo. Circunstancialmente, la cacería y la pesca pueden ser
o fue, casi la única fuente de proteínas en muchos habitantes rurales de Misiones, según testimonios.
La frecuencia con la cual se dedican a cazar varía de acuerdo al tipo de actividades que realizan
las personas encuestadas, individualmente, y con la necesidad que poseen de conseguir carne. Varios de
los chacreros o pequeños agricultores indicaron que debido al arduo trabajo que deben realizar en sus
actividades, les quedaba poco tiempo para excursiones de cacería. Otros, a pesar de trabajar en las
chacras, los fines de semana y feriados suelen salir de cacería.
Los Mbyá, pueden trabajar en chacras, y fabricar y vender sus artesanías, por lo que su tiempo
para cazar se ve limitado. Sin embargo, como su principal método de caza lo constituyen diversos tipos
de trampas, estás pueden estar continuamente activadas aunque no salgan al monte con tanta
frecuencia.
Algunas personas son muy aficionadas a la cacería y salen regularmente, o en cada oportunidad
que pueden. En los obrajes madereros, en donde el trabajo lleva muchas horas y cansancio físico, la
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 26

cacería se ve limitada por estos factores. En estos sitios los obrajeros pueden quedar aislados por
crecientes o lluvias que inutilizan o cortan los caminos, y necesitan cazar para conseguir alimento, ya que
no son aprovisionados.
Muchos chacreros o personas y sus familias, que se han mudado desde áreas rurales a los
pueblos del área y tienen trabajo en otras actividades (empleados públicos, comerciantes, etc.),
mantienen la afición de la caza saliendo los fines de semana largos o en las vacaciones a realizar esta
actividad, la que muchas veces representa una de las principales actividades de esparcimiento. El arraigo
del hábito de cazar o "cultura cazadora", aprendida de sus padres, es muy fuerte y no ha dejado de ser
una de las actividades más importantes para la población misionera. Como bien indica Giai (1976) en
Misiones hay cazadores por atavismo. En general, las actividades de la ciudad pueden alejar a estas
personas del hábito de cazar, o disminuir las frecuencias de salida, a los feriados o fines de semana.
Se debe destacar que no todos lo cazadores de Misiones capturan presas por necesidad, ya que
muchas personas que han migrado ciudades y tienen trabajos que le permiten vivir, siguen realizando
excursiones de caza. También pobladores urbanos y cazadores “deportivos” realizan esta actividad. A
diferencia de los cazadores por subsistencia, estas personas pueden realizar excursiones en donde
matan todo tipo de presa que se cruce en su camino (Aguilas, Jotes, etc.), tirando gran cantidad de tiros.
A veces realizan “corridas” o “batidas” con gran cantidad de perros (más de 20) que acaban con
numerosas presas grandes. Este tipo de actividades son, en general, criticadas y rechazadas por los
cazadores de subsistencia, que se quejan de la impunidad que tienen en muchos casos. Sin duda que
estas cacerías no es sustentable y debe ser fuerte y efectivamente penadas por la ley.

 ¿ DETECTÓ SI LOS ANIMALES QUE CAPTURAN HAN DISMINUIDO, Y PORQUÉ CREE QUÉ
OCURRIÓ ?

Todas las personas encuestadas han referido la manera notable en que la mayoría de los
animales de caza han disminuido, y en especial los animales de mediano y gran tamaño. Algunos
pobladores con datos sumamente precisos. En general, se refieren a historias sobre sitios en donde
otrora cazaban Antas, Pardos o había Tigres, y en la actualidad esos animales habían desaparecido o
son muy escasos. Otra forma de comparación que utilizan es respecto a otros sitios que conservan
muchas hectáreas de selvas como el Moconá, Esmeralda, o áreas de Serranías entre Montecarlo y San
Vicente. Algunos cazadores nos mostraron fotos con ejemplares capturados en otras épocas (Figura 1).
Los animales que más han declinado, según las encuestas, son: el Anta, el Jabalí, el Pardo, las
Yacutingas (notablemente testimonios), el Macuco, y los Tigres.
La desaparición y/o disminución de muchas especies fue relacionada con la presión de cacería,
pero más íntimamente con la deforestación de la selva según indicaron varios pobladores, diciendo que
cuando había más monte o el monte es o era grande hay más cantidad de bichos. Además recalcaroon
que en montes grandes poseen más sitios para refugiarse y algunos siempre sobreviven a la cacería.
Un encuestado refirió que la tala selectiva acabó con grandes ejemplares de Timbó, los cuales
daban gran cantidad de frutos en invierno, siendo estos sitios muy buenos para la espera de Pardos.
También relacionó la falta de estos árboles con la escasez de alimento para estos animales. El Timbó da
frutos principalmente durante el invierno por lo cual podría constituir un recurso clave en la alimentación de
muchas especies. La tala selectiva de la cual es, o ha sido, objeto en casi toda la selva misionera ha
eliminado gran cantidad de Timbós, principalmente los de mayor talla que mayor cantidad de frutos
producen. Este testimonio da una idea del nivel de detalle con el cual muchos de los cazadores
comprender el funcionamiento ecológico de la selva y las causas de disminución de las especies, además
del hecho de extraer animales por cacería.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 27

 INFLUENCIA DE LA FRAGMENTACIÓN

En la Tabla 5 se indica la tendencia de algunas especies respecto a la fragmentación sobre la base de


los datos obtenidos en el período 97-98, y datos de 10 años de relajamientos realizados en la provincia de
Misiones y noroeste de Corrientes. En general, se debe tener presente que la mayoría de las especies de
ambientes selváticos disminuyen con el aumento de la fragmentación como consecuencia de la
desaparición de su hábitat, aunque algunas de ellas subsisten en situaciones de fragmentación extremas,
y otras desaparecen o se vuelven súmamente escasas en una fragmentación menos intensa o moderada.
Robinson y Redford (1997) analizan posibles modelos para medir la sustentabilidad de la caza en
áreas neotropicales e indican que la caza disponible para una comunidad local varía con el área de caza
sobre la cual actúan. En las Figuras 4 y 5 tomadas de su trabajo se observa que a medida que disminuye
el área disminuye la máxima cosecha sostenible de las diferentes especies, y dependiendo de parámetros
poblacionales, tamaño y biología de las especies, cada una tiene requerimientos areales diferentes.
Según estos gráficos el Anta, el Jabalí y el Pardo solo pueden ser capturados en bajos números y en
extensas áreas de selva, coincidiendo estas tendencias con lo observado en Misiones. Mientras que otras
especies como el Tateto, el Cutía, y el Tatú pueden ser capturadas en mayores números en superficies
menores.
Sin embargo, para todas las especies se desprende una conclusión obvia: el aumento de la
fragmentación limita las posibilidades de manejo sustentable.

 Especies que generalmente desaparecen o disminuyen notablemente con el aumento de la


fragmentación:

Entre estas se registran principalmente mamíferos grandes, aunque también otros animales
medianos como algunas aves. Mencionaremos algunas de ellas:

Anta (Tapirus terrestris): El mayor mamífero del área se ve muy afectado por la fragmentación y la
cacería. En el año 74, el señor Juaniuck de Posadas, cazó uno de los últimos ejemplares en el nordeste
de Corrientes y límite con Paraguay en la Isla Talavera. En la actualidad hay testimonios que lo indican
para las nacientes del Tabay, en los límites de los Dptos. Cainguás y San Ignacio. En el área del Valle del
Cuña Pirú, habitaban hacia el cerro Moreno, en muy poca cantidad, sin embargo, recientemente pudimos
observar huellas a unos 5 km. en del Balneario del Arroyo Cuñá Pirú en Marzo de 1997, en esa área hacia
cerca de 20 años que se había matado uno de los últimos ejemplares de los que se tuvieron noticias. Las
poblaciones de las nacientes del Tabay, las del Cuña Pirú y las de Cerro Moreno, tienen posibilidades de
contacto entre sí a través de un corredor conformado por la serranía Central de Misiones, que conecta
además con el área de Dos de Mayo, San Vicente y las serranías del este Montecarlo, hasta Pozo Azul y
el parque Provincial Uruguaí. Este corredor está en grave riesgo si se sigue fragmentando el área de la
ruta 7, y otras rutas que unen la 14 con la 12 como las rutas 8, 220, 211, 212, 16, 17, 18, 19 y 1. Políticas
concretas de conservación deben ser tomadas al respecto. Llamativamente Giai (1976) indica que el Anta
es una de las especies más frecuentes en el área del Uruguaí, a mitad de siglo cuando realizó sus
incursiones en el área. Eso ya no es apreciable en la provincia de Misiones, donde las huellas de Antas se
observan en áreas protegidas y/o sitios con grandes áreas de selva, y no puede ser consideradas entre
las especies más frecuentes de la selva. Como indica Eisemberg (1980), el Anta tiene densidades muy
bajas en los biomas neotropicales con valores que van entre 0,53 y 0,6 individuos/km 2 (100 hectáreas).
Si bien no hay datos sobre la densidad en Misiones, extrapolando los datos indicados por Eisemberg
(1980) a manera de ejemplo (lo que tiene grandes limitaciones), en 3.000 hectáreas habitarían 18 Antas y
30.000 hectáreas de selva 180 antas. En 3000 hectáreas los 18 ejemplares tienen una alta probabilidad
de no ser viables genéticamente. Una irremediable extinción es esperable (Senner, 1980). En el caso de
una población de 180 animales en 30.000 hectáreas difícilmente pueda mantenerse a largo plazo, si
aumenta la fragmentación y cacería, considerando el concepto de Mínima Población Viable según lo
analizan Gilpin y Soulé (1986). Por ello en la actualidad consideramos inviable las posibilidades de
cacerías de Antas en Misiones, y debería ser una especie más efectivamente protegida.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 28

Jabalí (Tayassu pecari): Los Jabalíes o Pecaríes labiados parecen presentar un patrón similar al del Anta.
Este Tayasuido es el más escaso en el área de Aristóbulo del Valle, si bien sus tropas son más
numerosas que las de Tateto. Dos o tres piaras viven en el área, y el número total de individuos podría
oscilar entre 100 y 150 en el valle del Cuña Pirú, según testimonios de cazadores que persiguen a dichas
piaras. Estas parecen estar muy localizadas a ciertas áreas y sus movimientos son bastantes predecibles
por parte de los cazadores. Los grupos del área tienen hasta 40 o 50 individuos. En el área de Paraíso,
cerca de Moconá, por la ruta 21 uno de los autores (RRA) observó piaras de unos 100 a 150 animales.
Esto coincide con datos bibliográficos. Giai (1976) indica piaras de más de 200 individuos en el área de
Uruguaí a mediados de siglo. Redford y Eisemberg (1992) indica piaras de más de 250 individuos en
Misiones, de entre 90 y 138 con una media de 106 individuos en Perú y más de 200 en Mato Grosso,
Brasil. Otros pobladores encuestados mencionaron las grandes piaras de Jabalíes que existían al norte
de Misiones en cercanías de San Pedro. Redford y Eisemberg (1992) mencionan que en Perú estos
animales poseen un home range que oscila entre 6000 y 20.000 hectáreas. Estos grupos se desplazan
grandes distancias de acuerdo a la disponibilidad de frutos. Esto es conocido por los cazadores del área,
y en este poder de predicción, se basa el éxito de captura. Los jabalíes son muy buscados por los
cazadores locales, lo que coincide con observaciones realizadas por diversos autores en áreas
neotropicales (Ayres y Ayres, 1979; Redford y Stearman, 1989; Bodmer, 1994; Bodmer et al., 1997; San
Vicente, 1996). Además, debido al particular despliegue defensivo que las piaras realizan es muy probable
que los cazadores con armas de fuego puedan capturar varios ejemplares cuando alcanzan o avistan una
piara. El despliegue defensivo descripto por Giai (1976) coincide con lo indicado por los pobladores del
área.
En síntesis, se puede decir del Jabalí lo siguiente:
* No se encuentra en áreas muy fragmentadas sin selva continua del sur de Misiones.
* En áreas del centro de Misiones ocupa la serranía Central con poblaciones hasta las nacientes del
Tabay. Los grupos de estas áreas con superficies selváticas mayores a 10.000 hectáreas poseen un bajo
número de individuos (entre 20 y 50, según testimonios).
* En áreas del norte y centro de Misiones en donde hay mayores extensiones selváticas existen grupos
con mayor cantidad de individuos.
* La cacería produce un impacto importante sobre esta especie ya que pueden ser capturadas en grandes
cantidades por características de su biología.
* Debido a las características biológicas de esta especie, la fragmentación y la cacería son dos factores
que provocan una disminución acentuada de sus poblaciones. Es difícil opinar sobre cuales de estos
factores son preponderantes sin estudios específicos.
* La cacería del Jabalí en Misiones solo es posible y sería sustentable en grandes áreas selváticas del
norte de Misiones, y basada en detallados estudios biológicos de la especie para establecer números de
cosecha sostenible. Las tendencias actuales de fragmentación posiblemente impidan el manejo de esta
especie.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 29

TABLA 5. PRESENCIA Y AUSENCIA DE ALGUNAS ESPECIES ANIMALES DE CAZA CON EL AUMENTO DE LA


FRAGMENTACIÓN.

Referencias: ++: presente y frecuente, +: presente, 0: ausente o muy escaso

Superficie en hectáreas
ESPECIES O GRUPOS 10.000 a 30.000 1.000 a 3.000 100 a 300

CEBIDAE
Cebus apella ++ + +o0
MYRMECOPHAGIDAE
Tamandua tetradactyla ++ + +
DASYPODIDAE
Dasypus novemcintus ++ ++ +
CANIDAE
Cerdocyon thous ++ ++ ++
PROCYONIDAE
Procyon cancrivorus ++ ++ ++
Nasua nasua ++ ++ +
MUSTELIDAE
Eira barbara ++ + 0
FELIDAE
Herpailurus jagouaroundi ++ ++ ++
Leopardus pardalis ++ ++ +
Leopardus tigrinus ++ + ?
Leopardus wiedii ++ + ?
Puma concolor ++ + +
Panthera onca + 0 0
TAPIRIDAE
Tapirus terrestris + 0 0
TAYASSUIDAE
Pecari tajacu ++ +o0 0
Tayassu pecari + 0 0
CERVIDAE
Mazama gouazoubyra 0 ++ ++
Mazama nana ++ + +o0
Mazama americana + +o0 0
LEPORIDAE
Sylvilagus brasiliensis ++ ++ +
HYDROCHAERIDAE
Hydrochaeris hidrochoerus ++ ++ ++
continúa en la página siguiente
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 30

continuación de la página anterior


DASYPROCTIDAE
Dasyprocta azarae ++ ++ +
AGOUTIDAE
Agouti paca ++ ++ +
ERETHIZONTIDAE
Sphiggurus spinosus ++ ++ ++
TINAMIDAE
Tinamus solitarius + +o0 0
Crypturellus obsoletus ++ + 0
Crypturellus parvirostris ++ ++ +
Crypturellus tataupa ++ ++ ++
CRACIDAE
Penelope superciliaris ++ ++ +
Aburria jacutinga + 0 0
PHASIANIDAE
Odontophorus capueira ++ ++ ++
RALLIDAE
Aramides saracura ++ ++ ++

Tigre (Panthera onca): Su situación es similar a las de las dos especies anteriores, y tal vez más crítica.
En sitios muy fragmentados del sur de Misiones han desaparecido o existen ejemplares aislados. Se
obtuvo un testimonio de un ejemplar del área de Cerro Azul capturado hace unos 7 años atrás, el cual
sería uno de los últimos del sur de Misiones, en donde estaría muy disminuido o habría desaparecido. En
el nordeste de Corrientes fue cazado un ejemplar en Puerto Valle por un poblador llamado Sena en la
década del 50 (Chébez , 1994; obs. pers.). También se habló de un ejemplar en el 70 de la isla Talavera,
aunque no se pudo obtener una confirmación al respecto. Las poblaciones más australes de Misiones
probablemente se encuentren en las nacientes del Tabay y en el área de los cafetales. En el Valle del
Cuña Pirú subsisten algunos ejemplares, rastros de 2 de ellos fueron observados. En la defecación de
uno de ellos se encontraba pezuñas y pelos de Tateto, en otro animal de rastro más pequeño cerca del
Balneario, cuyas fecas fueron colectadas tenía uñas y pelos de Coatí. Obviamente esta es una especies
que no puede ser sujeta a ningún tipo de extracción y la fragmentación de la selva provocará en el futuro
un incremento de los conflictos entre los pobladores y Yaguaretés que generalmente acaban perjudicando
a este último.
En Marzo de 1997 se encontró a unos 500 metros del Balneario un esqueleto completo de un gran
felino del cual se colectaron algunos huesos y el cráneo, aunque parece corresponder a un Puma o León
(Puma concolor). Se desconocen las causas de su muerte.

Pardo (Mazama americana): Esta especie ha disminuido notablemente en áreas selváticas en donde es
perseguida. Los cazadores indican que cada vez hay que ir más lejos para capturar los Pardos. En el
valle del Cuña Pirú, unos pocos ejemplares se refugiaban en el área de Cerro Moreno y otros grandes
cerros. Varios testimonios y fotografías observadas indican que en épocas pasadas era relativamente
sencillo capturar ejemplares de esta especie. En el norte de Misiones en áreas con grandes extensiones
de selva de la ruta 18, en las nacientes del Piray Miní, cuatro cazadores capturaron 2 ejemplares en
fruteras en 2 días de espera. Esto indicaría que todavía es frecuente en las más grandes superficies
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 31

selváticas de Misiones. Las posibilidades de manejo de esta especie están restringidas por el aumento de
la fragmentación y la cacería desmedida de la que ha sido objeto, y debería ser detenidamente estudiada.

Figura 4: Máxima cosecha sostenible para roedores y armadillos.

Figura 4. Máxima cosecha sostenible para roedores y armadillos: línea continua fina representando al Cutía (Dasyprocta
sp.), línea continua gruesa al Tatú (Dasypus sp.), línea interrumpida a la Paca (Agouti paca). Una cosecha que se ubique por
encima de la línea de la especie es insostenible. Sin embargo, no significa que una cosecha por debajo de la línea sea
necesariamente sostenible (Tomado de Robinson y Redford, 1997, quienes realizaron estos cálculos para medir la
sustentabilidad de la fauna neotropical).

Jacutinga (Aburria jacutinga): La Jacutinga sufrió una notable retracción en su distribución debido
principalmente a la desforestación y cacería, por lo que fue considerada en fuerte declinio (Sick y Texeira,
1979; Chébez, 1985). Posiblemente la cacería sea un factor preponderante en este proceso. Esto se
sustenta en el hecho de que se ha convertido en un ave escasa en la mayor parte de Misiones, con
excepción de algunos sitios efectivamente protegidos (Parque Nacional Iguazú) o muy aislados. En 1991
se realizó un recorrido de cerca de 100 Km por los arroyos Yaboty Miní y Pepirí Miní, unos de los
sectores con mayor superficie selvática de Misiones, y se observaron solo tres ejemplares uno muerto por
cazadores, y dos ejemplares vivos (Giraudo, et al., 1993). En un viaje por el mismo sitio en 1995, donde
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 32

se navegaron cerca de 140 km en los mismos arroyos no se observó ningún ejemplar. El Yaboty es un
área en donde muchos cazadores ingresan, principalmente de manera ilegal, desde el Brasil. En el valle
del Cuña Pirú fue registrada en el Arroyo Seco (cerca de Aristóbulo del Valle), el II-1991 (Giraudo et al.,
1993), y unos años atrás en el arroyo Azul, cerro Moreno, fue observada una pareja. En esta área pueden
subsistir unos pocos ejemplares. En la década del 60 habitaba en el noreste de Corrientes en Garabí, en
donde se realizaron numerosos relevamientos entre 1994 y 1995 (Apéndice 1), y donde probablemente
haya desaparecido. Tampoco se conocen registros actuales en el sur de Misiones. Es muy apreciada por
los cazadores por su carne y muchos de ellos indicaron que es la única ave por la cual son capaces de
desperdiciar una “espera” de mamíferos.

Figura 5. Máxima cosecha sostenible para ungulados.

Figura 5. Máxima cosecha sostenible para ungulados: línea continua fina representando al Tateto (Pecari tajacu.), Línea
continua gruesa al Jabalí (Tayassu pecari), línea interrumpida fina al Pardo (Mazama americana), línea interrumpida gruesa
al Anta (Tapirus terrestris). Una cosecha que se ubique por encima de la línea de la especie es insostenible Sin embargo, no
significa que una cosecha por debajo de la línea sea necesariamente sostenible (Tomado de Robinson y Redford, 1997,
quienes realizaron estos cálculos para medir la sustentabilidad de la fauna neotropical).
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 33

La relativa facilidad con que es localizada por su canto característicos podría ser uno de los
motivos por el cual es capturada en números importantes. Sick y Texeira (1979) analizan su drástica
disminución en Brasil, en donde fue vendida incluso en mercados callejeros. La Yacupoí o Yacú
(Penelope superciliaris) subsiste en sitios muy fragmentados como en el área de Yacyretá, Corrientes, y
no parece verse tan afectada como la Yacutinga con la presión antrópica.
La Yacutinga pude ser una especie interesante para realizar Zoocría, pero dificilmente se puedan
manejar las poblaciones naturales, muy disminuidas actualmente, para una cosecha sostenible, sin un
apevía recuperación numérica y estudios sobre la especie.
Ninguna de las especies antes tratadas sobrevive en isletas de selva de menos de 3000
hectáreas del centro y sur de Misiones.

 Especies que subsisten ante una fragmentación moderada:

Tateto (Pecari tajacu): El Pecarí de Collar parece ser más abundante en el área del valle del Cuña Pirú, y
sus piaras son más pequeñas que las del Jabalí. Los datos brindados por Redford y Eisemberg (1992)
indican grupos con valores medios entre 3,3 a 13,6 individuos variando en diferentes áreas geográficas.
La densidad de esta especie es mucho mayor según datos brindados en otras áreas como el Pantanal,
donde presenta una densidad de 14,1 individuos por km 2. El Tateto posee “tocas”, que son cuevas de
Tatúes, o troncos de árboles caídos huecos en donde se refugia. Cuando es perseguido por perros,
generalmente “entoca”, y allí son capturados. Si bien disminuyen con la fragmentación, parece subsistir
con más éxito a las modificaciones y cacería que el Jabalí.
En el área de Aristóbulo del Valle con unas 30.000 hectáreas de selva hace más cincuenta años
que se capturan decenas de Tatetos anualmente, y si bien no se poseen datos poblaciones como para
conocer sus tendencias, todavía son animales frecuentes en el área, a diferencia del Jabalí, el Pardo y el
Anta. Robinson y Redford (1997) muestran que el número de animales que pueden ser capturados por
unidad de superficie es siempre mayor que en las otras especies (Figura 5). En el noreste de Corrientes
estaban presentes incluso en islas como la Yacyretá y Talavera. En esta última habitaban aún en la
década del 80, en isletas de un centenar de hectáreas de selva. En el área de 1000 hectáreas cerca de
San Ignacio, recibimos informaciones contradictorias sobre su presencia, un poblador negó su existencia
y otro dijo que existían, por lo cual se debeía confirmar tal información. De todos modos su disminución
con la fragmentación extrema sumada a la cacería es evidente.

Poca (Mazama nana): La Poca es frecuente y bastante capturada en el área del Cuña Pirú. Sus rastros
son frecuentemente observados. También habita en el área fragmentada de 1000 hectáreas cerca de San
Ignacio. Parece sobrevivir con mayor éxito a la fragmentación y cacería que el Pardo. En un área de unas
100 hectáreas de selva en Gobernador Roca, se han capturado y observado Pocas albinas. Esto podría
indicar que en esos fragmentos las poblaciones son muy pequeñas y como consecuencia de la
endogamia se pueden expresar alelos recesivos, entre los que están los del albinismo. Un desarrollo
detallado de las consecuencias de la endogamia fue realizado por Senner (1980).

 Especies que aparentemente subsisten a una fragmentación intensa:

Paca (Agouti paca): Esta especie subsiste hasta el presente en el nordeste de Corrientes, incluso en
isletas de selva de pocas hectáreas (aproximadamente 10 a 100 hectáreas). A unos 15 km. al sur de
Ituzaingó se cazó un ejemplar en 1997, y se capturaron varios ejemplares en los rescates de Yacyretá. Su
densidad es muy alta en otras áreas de Sudamérica. En Venezuela se ha calculado en hábitats óptimos
entre 84 y 93 individuos por km 2 (Eisemberg, 1980; Redford y Eisemberg, 1992). Existen testimonios de
que se cazaron en algunos años hasta 200 ejemplares de Pacas en un solo sitio en el valle del Cuña Pirú,
en donde siguen existiendo. Muy buscada por los cazadores por ser considerada la carne más sabrosa de
los animales de monte.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 34

Cutía (Dasyprocta azarae): Esta especie en la actualidad subsiste en el noroeste de Corrientes y sur de
Misiones en áreas muy fragmentadas, incluso fueron capturados varios ejemplares en los rescates de
Yacyretá. En la isleta de 1000 hectáreas es capturado aún con fines de alimentación y en el valle del Cuña
Pirú es todavía frecuente.

 POSIBILIDADES DE MANEJO SUSTENTABLE: ANALISIS Y SUGERENCIAS.

Como se indicó en la introducción el problema de la cacería no es estrictamente biológico. Existen


dos componentes fundamentales. Las alternativas para utilización de recursos y manejos sustentable
deberían ser viables desde el punto de vista biológico y sociocultural (Ulloa et al., 1996; Robinson y
Redford, 1997). Si las alternativas fallan en alguno de estos dos aspectos están destinada a un
irremediable fracaso. A continuación se seguirá a Ulloa (1997) para analizar y sugerir las posibilidades de
manejo sustentable :

Conceptos y elementos socioculturales para definir estrategias para el manejo de fauna:

Según Ulloa et al. (1996) para considerar viable una alternativa esta debe partir de estrategias
propias, ser aceptada por la comunidad, no obstruir procesos culturales o económicos y no generar
procesos diferentes que culturalmente no sean posibles de asumir, sea por concepciones o por prácticas
cotidianas. Se observó durante este trabajo que los pobladores misioneros tienen identificados los
problemas de fragmentación de la selva, deforestación, disminución de la fauna, y otros factores, y que
tienen soluciones concretas para proponer, que en general son subestimadas o no tenidas en cuenta por
los organismos administradores y académicos.
En la década de 1980, el Ministerio de Ecología prohibió totalmente la cacería en Misiones. Esta
medida fue social y económicamente inaplicable, principalmente porque parte de la población rural de
Misiones caza por subsistencia o supervivencia y económicamente no poseen otras alternativas para
conseguir carne (Mbyás, obrajeros, pequeños chacreros, jornaleros, etc.). Están inmersos en una crisis
socioeconómica profunda, por lo cual no es económicamente viable. Además, culturalmente, la cacería es
una actividad muy arraigada en Misiones, que tiene una función social importante y muchos la realizan
porque lo aprendieron de sus padres y porque es una de las actividades sociales más importantes para
muchos misioneros. La población no aceptó tal medida gubernamental, que se contrapone a sus pautas
culturales fundamentalmente. Más allá de esta legislación, en muchos sitios de Misiones la cacería no se
modificó, llevando a numerosos conflictos entre la gente y el Ministerio de Ecología. Estos conflictos
abrieron una profunda brecha entre el Ministerio y los pobladores, al punto que escasamente apoyan o
colaboran con las actividad del Ministerio. Esto fue en parte perjudicial porque las reservas provinciales
creadas no han sido aceptadas en todo su contexto por la gente, y son consideradas otra imposición por
muchos pobladores locales. Algunas personas han tomado una actitud más perjudicial y desmedida hacia
la fauna, argumentando que “es lo mismo ir preso por un animal cazado ilegalmente que por varios”, y al
sentirse más presionados tratan de capturar mayor cantidad de animales en el menor tiempo posible.
Muchos pobladores rurales no están dispuestos a colaborar con el Ministerio de Ecología, y en muchos
casos nuestras encuestas fracasaron o nos dieron datos falsos porque creían que pertenecíamos al
citado organismo. Los pobladores nos han argumentado repetidas veces que si quieren conservar la
fauna y la selva no deben permiten a grandes empresas realizar extracción maderera y deforestar
desmedidamente (sustitución y destrucción total del ecosistema) para plantar pinos, etc., mientras
“persiguen a los pobres por haber matado un bicho para comer”. Este punto de vista es muy preciso y
verás, y la tendencia que sigue Misiones es realmente alarmante en relación la sustitución de los
ecosistemas, lo que posiblemente termina con más fauna que los cazadores. Estas diferencias se
agravan ya que el estado ha tomado más acciones de contralor y represión que de educación ambiental,
charlas, concertación, y atención de problemas, por lo cual las referencias y opinión que poseen muchos
pobladores es más de un órgano de castigo que de consulta para recurrir ante problemas de manejo de
recursos, conflictos con fauna, etc.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 35

Sin embargo, existe un grupo de cazadores, tal vez minoritario, que no realiza caza de
subsistencia ya que tienen una posición económica razonable y que practican cacerías con gran cantidad
de perros en donde se mata una gran cantidad de fauna, incluso muchas especies sin valor cinegético,
para probar puntería. Este tipo de cacería debería ser duramente penado. Sin embargo, muchas
personas indican que estos cazadores tienen “contactos” e “influencias” con los órganos de contralor
locales por lo que generalmente no son debidamente penados.
Este distanciamiento ha llevado a la falta de diálogo entre ambas partes, por lo que resulta muy
difícil concertar acciones de manejo. Esta situación no favorece al Ministerio ni a los pobladores rurales.
Existen varias creencias y pautas sociales que regulan la cantidad de animales que pueden
capturar. Por ejemplo los Mbyá no cazan durante la noche ya que no salen a la selva por temor, además,
la cacería con trampas impone limitaciones en la cantidad de presas que pueden capturar. Muchos
pobladores rurales creen en seres sobrenaturales que toman venganza si se exceden en la cantidad de
animales que capturan. Por ejemplo el YACY (Tapera naevia) y el YACYYATERÉ (Dromococcyx sp.), con
su silbido advierten que una tragedia está por ocurrirle al cazador y este concluye la cacería cuando lo
escucha. Algunos le tienen gran temor y otros lo toman como un aliado que les indica el peligro,
dejándole, ofrendas principlamente tabaco. El encontrar serpientes venenosas (también no venenosas)
en el camino es un mal presagio para la cacería y muchas personas prefieren no continuar con la
travesía.
La regulación se puede establecer también favoreciendo aquellos métodos de caza más
sustentables. Entre ellos se encuentran la cacería con trampas artesanales, la cacería en fruteras y otros
tipos de cacería con espera (saleros). La cacería con perros es una práctica cuestionable debido al
notable impacto que tienen sobre las presas y la cantidad de presas que se pueden capturar en un tiempo
corto (Tabla 4).
En el transcurso de este estudio se ha tenido contacto durante años (10) con varios cazadores en
particular, y a través de numerosas charlas de intercambio se ha observado el cambio de actitud hacia el
desarrollo de las cacerías. Se ha logrado disminuir la presión sobre ciertas especies (Antas, Tigres) que
tienen poblaciones muy bajas, lo que ellos advierten perfectamente. Incluso algunos de ellos han actuado
como controles sociales con sus pares. Muchos cazadores manifestaron que si la veda total fuera
levantada y se establecieran temporadas y presas ellos mismos harían respetar tales leyes entre los
cazadores, para evitar ser todos castigados. Para estos es necesario realizar estudios biológicos,
culturales y socioeconómicos. El aumento de la población es un problema mundial grave, en la
planificación de la explotación sustentable de los recursos naturales, y este aspecto no debe ser
descuidado en Misiones. Un aumento excesivo de la población va a repercutir sobre una mayor ocuapción
territorial y necesidades, incrementándose todos los problemas mencionados.
Los siguientes son aspectos generales para evaluar la viabilidad sociocultural de una alternativa
de manejo de fauna (Ulloa et al, 1996):

CONCEPTUALIZACIÓN Y CONOCIMIENTOS DEL UNIVERSO

1. Tiempos que interactuan.

TERRITORIO

1. Capacidad de reproducción cultural.


2. Capacidad de sustentación.
3. Límites.
4. Interacción de espacios de uso.
5. Procesos de usufructo.
6. Regulación y acceso al mismo.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 36

RELACIÓN SER HUMANO-NATURALEZA

1. Entidades que conforman el universo.


2. Control de los seres.
3. Estrategias de uso.
4. Percepciones o valorizaciones sobre la abundancia o escasez.

SOCIALIZACIÓN

ORGANIZACIÓN, COHESIÓN, CONTROL Y REGULACIÓN SOCIAL

INTERRELACIÓN Y CAMBIO CULTURAL

1. En las conceptualizaciones.
2. En la socialización.
3. En la organización, cohesión y control social.
4. En las actividades productivas.

Las posibilidades económicas y de desarrollo de muchos pobladores rurales de Misiones son


escasas y la mayoría de las veces realizan explotaciones marginales o no sustentables relacionadas con
la agricultura y ganadería (sustitución del ecosistema selvático). Para que puedan prescindir de la carne
de monte deberían tener acceso a un desarrollo económico superior. Si la crisis socioeconómica se
profundiza deben paliarla con todo lo que tengan a su alrededor incluso la captura de todo tipo de
especies, venta de cueros y animales vivos, extracción de leña, etc.
Entre las alternativas potenciales para la utilización económica de la selva se cuentan: el
ecoturismo, el mejor aprovechamiento y la revalorización de los productos extraídos de la selva
(orquídeas, plantas ornamentales, elementos de caza, artesanías con productos naturales, frutas, etc.).
El ecoturismo se está desarrollando en buena parte de Misiones, sin embargo, no ha representado
una mejora significativa en la mayoría de los pobladores rurales en donde se realizan estas actividades.
Un ejemplo concreto se observa en Iguazú. Esto ocurre porque el ecoturismo ha sido concentrado por
grandes y medianas empresas de Misiones y del país, y los guías son foráneos o de ciudades, aunque
muchas veces su preparación para transmitir conocimientos y relaciones funcionales sobre la selva sean
inferiores que los que poseen muchos pobladores rurales, y de hecho la calidad de información que
brindan sobre la selva es cuestionable.
El ecoturismo debe ser regulado por el estado para asegurar que se capaciten e incluyan un
porcentaje importante de pobladores locales en sus actividades. Esto, además, provocará una mejora
sustancial en la calidad de oferta del ecoturismo, ya que, las personas tendrán oportunidad de conocer las
características y adaptaciones sociales y culturales de los pobladores misioneros al ecosistema selvático,
algo no contemplado en las ofertas actuales. Los pobladores locales pueden brindar además posibilidades
de alojamiento en chacras, venta de dulces y mieles silvestres, artesanías, ofrecer comidas típicas de
cada grupo social, y además ser guías baquianos en caminatas, cabalgatas o excursiones en la selva.
Esto provocará además mayor integración y aceptación de las áreas naturales protegidas por parte de los
pobladores locales, que en general las ven como áreas intangibles que se oponen a sus intereses
productivos y pocas veces se les ha explicado las posibilidades de integración y desarrollo que podrían
representar tales áreas protegidas.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 37

Conceptos y elementos biológicos para definir estrategias para el manejo de fauna:

Como indica Eisenberg (1980) es fundamental, para maximizar el área disponible para las
poblaciones animales, la existencia de corredores entre las reservas y sectores de selva remanentes, con
el objeto de minimizar la probabilidad de extinción de las especies que se produce como consecuencia de
la fragmentación del hábitat, la disminución de la oferta de hábitat y recursos, la disminución de los
tamaños poblacionales y la pérdida de la variabilidad genética (Franklin, 1980; Soulé, 1980; Terborgh y
Winter, 1980; Wilcox, 1980).
Las siguientes variables deberían ser estudiadas y definidas para realizar alternativas viables
desde el punto de vista biológico para un manejo sustentable de la fauna (Ulloa et al, 1996):

VULNERABILIDAD AUTOECOLOGÍA (HISTORIA NATURAL)


1. Distribución geográfica. 1. Aspectos referentes a la reproducción:
2. Número de poblaciones.  Edad reproductiva.
3. Tamaños poblacionales.  Diferencias físicas por clase de edad.
4. Densidades poblacionales.  Comportamiento, fisiología y época de
5. Área vital. reproducción.
6. Tasa de incremento poblacional. 2. Aspectos referentes a la alimentación:
7. Densidades poblacionales.  Tipo y requerimientos alimenticios.
8. Tamaño corporal.  Converción energética.
9. Movimientos migratorios.  Hábitos.
10. Variabilidad genética. 3. Dimorfismo sexual.
11. Especialistas en hábitat. 4. Aspectos referentes a las relaciones intra e
12. Situación en las cadenas tróficas. interespecíficas:
13. Presión de caza.  Estructura social.
 Competencia.
FACTORES ASOCIADOS A LAS
 Predación.
POBLACIONES
5. Aspectos referentes a la demografía.
1. Tiempo de recuperación de las
 Tasa de crecimeinto promedio del
poblaciones.
individuo.
2. Área mínima para que la población sea
 Tasa de la natalidad y mortalidad promedio
viable.
del individuo.
3. Estado actual.
 Expectativa de vida promedio del
CALIDAD DE HÁBITATS individuo.
1. Disponibilidad de zonas de reproducción,
alimentación, descanso y protección. ASPECTOS ESPECÍFICOS PARA LA CRÍA DE
2. Disponibilidad de zonas de migración ESPECIES MENORES Y/O ZOOCRÍA
estacional para alimentación y 1. Razas.
reproducción. 2. Enfermedades.
3. Disponibilidad de zonas de afluencia de 3. Saneamiento.
fauna.

La disminución de la fragmentación en Misiones depende en gran medida de los grandes


terratenientes, empresas propietarias y del estado provincial, ya que el proceso minifundista original de
Misiones se ha revertido y el 80 % del territorio misionero está en manos de privados que poseen más de
1000 hectáreas (Laclau, 1994). Por lo tanto, depende de las regulaciones del gobierno y de la decisión de
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 38

estos terratenientes y empresas el futuro de los mayores remanentes selváticos. Mejoras en las
legislaciones y el cumplimiento real de estas podrían mejorar esta situación.
Muchas de las variables antes mencionadas son desconocidas para la fauna misionera, desde el
punto de vista académico, y no se están realizando trabajos de investigación importantes que las
esclarezcan a corto, mediano o largo plazo. Sin embargo, una buena parte de esta información es
poseída por los cazadores de subsistencia, como se comprobó en este trabajo. Ellos pueden brindar
datos de densidades poblacionales en base a registros de huellas y avistajes de varios años, (métodos
válidos utilizados para estimar científicamente el número y variación de las poblacionales), también tiene
información precisa sobre las tendencias poblacionales de las especies, tipos de alimentación y hábitos,
edad y época reproductiva, disponibilidad y uso del hábitat, relaciones intra e interespecíficas, tamaño de
grupos, etc. Esta información fue y sigue siendo subestimada por investigadores y manejadores de fauna,
a pesar de que procede de hechos observacionales concretos.
Las posibilidades y estructuras de investigación no facilitarán la realización de estos estudios en
nuestro país, aunque si en estos programas se pide colaboración de los cazadores de subsistencia se
podrá optimizar y mejorar sustancialmetne la cantidad de datos que se pueden obtener con menor
inversión de tiempo y dinero. Los investigadores pueden realizar los diseños y análisis de la información
para que tenga representatividad estadística y concertar metodologías que puedan ser aplicadas por los
pobladores rurales,. Esto requiere que la caza de subsistencia no sea realizada en un marco de ilegalidad
como en la actualidad, y que este tipo de cacería sea blanqueada por los organismos provinciales para su
comprensión, manejo y direccionamiento. Los estudios sobre la función de las especies claves para el
ecosistema también deberían ser realizadas, tanto de las “fruteras claves” (por ejemplo el Alecrín, el
Timbó, el Cipó Gauyapá, y otras indicadas en las Tablas 2 y 3), y especies de vertebrados claves que
indiquen el estado del sistema (por ejemplo el Anta, el Jabalí, grandes carnívoros, frugívoros arborícolas,
pavas de monte, aves frugívoras, etc.). Estudios como el de Placc et al. (1994) en el palmital del Parque
Nacional Iguazú deberían realizarse en otros sitios geográficos y con diferentes condiciones de manejo
(fragmentación, tala selectiva, pastoreo, etc.).
Existen especies que podrían ser explotadas de manera sustentable en el marco de los estudios
mencionados como el Tateto, el Poca, la Cutía, la Paca, y el Tatú, y es posible incluso que se direccione y
oredene la explotación actual que existe sobre todas las especies. Un buen manejo de los sistemas
selváticos evitando al fragmentación podría incluso permitir que las poblaciones de caza se recuperen y
que estas no sean afectadas a mediano plazo en su estabilidad poblacional (Ulloa, et al., 1996).
La Zoocría de especies silvestres es otra de las posibilidades concretas que existen como
alternativas para los pobladores rurales. Especies pequeñas como el Tatú, la Paca, el Cutía y aves como
el Macuco, la Yacutinga, el Yacupoí y los Nambú podrían ser aprovechadas de esta manera e incluso ser
reintroducidas en sitios silvestres en donde desaparecieron.

 CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS FINALES.

El problema es muy complejo de ser abordado y entendido, lo que se puede visualizar a través del
desarrollo de este informe. Sin embargo, urge que se realicen acciones concretas de manejo de los
recursos selváticos en un contexto real, si se quiere conservar por lo menos en parte la selva misionera.
Las conclusiones más importantes que se rescatan son las siguientes:

1. Existe en Misiones un uso de la fauna silvestre para subsistencia principalmente relacionado con fines
alimentarios y con sectores de la población con profundos problemas socioeconómicos. También, en
menor grado, se captura fauna por diferentes tipos de conflictos (ataques a cultivos, animales
domésticos, peligrosidad para las personas, etc.), y para la venta de animales vivos o productos de
estos (cuero) en algunos casos aislados.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 39

2. El desconocimiento de esta actividad conduce a que no sea considerada como parte del esquema
económico productivo local y regional, ni por los dueños de la tierra, ni por parte de las instituciones
políticas, científicas y tecnológicas.

3. Como consecuencia de tal desinterés y de la consideración como actividad ilegal por parte del estado,
la explotación de fauna silvestre no posee ningún tipo de direccionamiento o planificación.

4. El volumen de carne que se obtiene con esta actividad puede ser muy significativo en las economías
locales, en donde existen considerables superficies de selva, fundamentalmente para pobladores de
escasos recursos.

5. Los modelos basados en la destrucción y sustitución de los ecosistemas por agricultura intensiva y
extensiva, ganadería, plantaciones comerciales (forestales, cultivos perennes como yerba, té, tung o
anuales como el tabaco, maíz, etc.), generalmente presentan un impacto ambiental muy intenso a
nivel local y regional, provocando la destrucción total de la selva misionera y la desaparición de casi
todos los elementos faunísticos y florísticos. Sin embargo, están permitidos y son favorecidos
socialmente, y no penados debidamente en su magnitud de perjuicio al ambiente.

6. Este tipo de explotaciones, por sustitución de ecosistemas, constituyen en la actualidad la única


alternativa viable para pobladores rurales de Misiones, lo que podría llevar a la deforestación y
transformación de la selva remanente en la provincia.

7. La población de Misiones es muy heterogénea desde el punto de vista étnico y cultural. Esto
determina la coexistencia de diferentes métodos de caza y usos de la fauna.

8. Algunos de ellos como la cacería con trampas artesanales y en esperas en "saleros" y "fruteras",
tienen sistemas de autorregulación que no permiten obtener una gran cantidad de presas y son
selectivos pudiendo encuadrarse en prácticas sustentables de caza.

9. Otros métodos como la cacería con perros permiten capturar un gran número de animales en corto
tiempo, y son pocos selectivos, por lo que debería ser una práctica no recomendada o prohibida en el
caso que se intente planificar una cosecha sostenible.

10. Existen indicios de que algunas especies podrían soportar una cosecha sostenible. Por ejemplo el
Tateto, el Cutía, el Tatú, el Poca, posiblemente la Paca.

11. Para que dicha explotación sea posible es fundamental minimizar la fragmentación de la selva y crear
corredores para permitir la existencia de poblaciones grandes que sean viables a largo plazo. Esto
solo sería posible en el centro y norte de la provincia donde subsisten fragmentos de más de 10.000
hectáreas.

12. En el diseño de estos corredores resulta fundamental que se tomen medidas inmediatas para
diseñarlos y proteger la serranía central que funciona como una columna vertebral selvática que
permite el intercambio de fauna entre el centro y norte de la provincia, que está siendo amenazado en
su continuidad por la concreción y ampliación de rutas como la 7, 8, 220, 211, 212, 16, 17, 18, 19 y 1,
que unen las rutas 12 y 14 en distintos puntos. Estas rutas deberían ser cuidadosamente
diagramadas, planificadas y estudiadas, en cuanto a su impacto, en este sentido.

13. Otras especies como el Anta, el Jabalí y el Pardo, difícilmente puedan ser capturadas de manera
sostenible ya que sus poblaciones han sido muy afectadas por la fragmentación y la cacería. La
captura de estas especies podría disminuirse si se direcciona la cacería hacia las presas antes
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 40

mencionadas (Tateto, Cutía, Tatú, Poca), para lo que se deberían realizar estudios biológicos y
socioeconómicos de factibilidad a corto, mediano y largo plazo.

14. Los pobladores rurales que realizan caza de subsistencia (Mbyá, chacreros, obrajeros, etc.) poseen
profundos conocimientos sobre la biología de las especies que capturan y sobre relaciones
funcionales de la selva (especies claves, frugivoría) y sobre las tendencias poblacionales que ha
seguido la fauna. Además, han desarrollado sus propias soluciones prácticas de manejo.

15. Los estudios biológicos y socioeconómicos necesarios para implementar un manejo de la selva
misionera, solo pueden ser realizados en colaboración con los pobladores rurales quienes son
capaces de aportar gran cantidad de datos y visiones prácticas sobre los temas. Rutinas de
exámenes de las presas obtenidas planificadas por investigadores y pobladores rurales, brindarían un
gran caudal de información hasta el presente desperdiciada. Esto requiere el "blanqueamiento" de la
caza de subsistencia.

16. La falta de conocimiento de los aportes que pueden realizar los pueblos indígenas y pobladores
locales o colonos, que vivieron un largo proceso de adaptación a la región, ha provocado que esta
información no haya merecido la suficiente atención por parte de medios académicos,
gubernamentales y otras entidades encargadas de manejo y conservación de recursos.

17. Las estrategias de manejo de recursos naturales deben ser planificadas e implementadas de forma
conjunta a partir de las propuestas de manejos tradicionales de los pobladores locales y políticas
provinciales.

18. Se debe favorecer la relación entre el conocimiento local y el occidental (sin prejuicios sobre la
veracidad de diferentes concepciones).

19. En general la población rural, en muchos casos ha desarrollado sistemas complejos y eficientes de
manejos de recursos adaptados al medio.

20. La conservación y manejo de fauna y de la selva misionera es factible a largo plazo si se torna en una
decisión social y no en una imposición estatal.

21. Las estrategias de manejo no pueden ser transferidas ligeramente de una zona a otra.

22. La generación de estrategias de manejo debe realizarse con una visión intercultural y
transdisciplinaria, siendo indispensable que exista una interrelación del conocimiento local con la
investigación antropológica y biológica, y con los organismos estatales, con el fin de generar de
manera conjunta estrategias de manejo viables socioeconómica y biológicamente.

23. Otras alternativas de manejo viables sin grandes modificaciones de las selva misionera como el
ecoturismo, zoocría (roedores medianos, Yacutinga, Yacú, Macuco, etc.), manejo de especies
ornamentales (orquídeas, helechos, etc.), venta de artesanías, mieles y dulces silvestres, deberían
contemplar la integración en sus programas de pobladores rurales de bajos recursos, y brindarles
capacitación al respecto, aprovechando su potencial y conocimientos. Estas explotaciones no
deberían ser monopolizadas por grandes y medianas empresas como ocurre con el ecoturismo que
pocos aportes ha brindado a la conservación de la selva misionera.

24. Las alternativas para utilización de recursos y manejos sustentable deberían ser viables desde el
punto de vista biológico y sociocultural, si fallan en alguno de estos dos aspectos están destinada a un
irremediable fracaso.
Giraudo A. R. y R. R. Abramson 41

AGRADECIMIENTOS
Le extiendo mi mayor reconocimiento a la Fundación Vida Silvestre Argentina por facilitar el
financiamiento de este proyecto y colaborar en todo lo necesario. Especialmente a Claudio Bertonatti,
Alejandro Serret, Anibal Parera y Liliana Rossi por las sugerencias y la correcciones realizadas.
A todas esas personas que forman parte y conviven con la naturaleza por el nordeste argentino,
quienes fueron mi familia y mis amigos incondicionales en numerosas campañas, llenas de cansancio,
mosquitos y momentos incomparables de tranquilidad y aprendizaje acuñados en tantas horas de charlas
compartiendo mates, tererés, historias, vivencias con quienes todo lo brindan sin pedir nada. Por sus
valores éticos, por su humildad, por su sinceridad, por sus enseñanzas y todo lo grandioso que me dieron
mi mayor reconocimiento a: Gringo, Petrona y Guia Abramson de Misiones; don Juan, Teresa, Merci y Ani
Escalante; a don Gutiérrez y a la memoria de doña Juana Basante, Aristóbulo Aguirre y su familia de
Corrientes. A Pinko, Ernesto Krauczuck y Coco Makoviak de Misiones. A don Fermín Duarte y su familia
que perdieron su hogar de la isla Yacyretá. A los integrantes de la Prefectura de Garabí y Garruchos.
A todos los amigos con los que compartimos ilusiones y campañas, e hicieron más fácil todo lo
emprendido. Por su fundamental e incondicional ayuda a mis hermanos: Andrés Bosso, Mariano Ordano,
Rodolfo Miatello, Adolfo Beltzer, Rubén Maletti, Gustavo Marino, Sergio Acosta, Luis y Omar Rosa,
Marcelo y Aurelio Benítez, Pablo Ordano, Raquel Cervantes, María Inés, Melibea, Carlos y Silvana
Saibene, Jorge Baldo y Rafael Lajmanovich.
A todas las personas del CIES que colaboraron con en este trabajo, especialmente a Karina
Schiaffino, Justo Herrera, Mario Di Bitteti, Sandra Chediack y Laura Malmierca que nos dieron gentilmente
datos de fenología de algunas plantas y discutimos ideas sobre el tema.
A todo el personal del INALI que me ayudaron incondicionalmente y me estimularon brindándome
todo lo necesario para realizar este trabajo. Especialmente a los que colaboraron más directamente:
Adolfo Beltzer, Pablo Collins, Mariano Ordano, Rafael Lajmanovich, Graciela Paporello, Liliana Rossi, Tito
y Susana Paggi, Lucrecia Valdeneuv, Olga Oliveros, Cristian De Bonis, Mercedes Merchese, Elly
Cordiviola, Inés Ezcurra de Drago, Jorge Casablanca y Elena Dángelo. Una dedicación especial a mi
compañera Vanesa Arzamendia, que me apoyó en todo momento y entendió mis ausencias. Para finalizar
dedico este trabajo a la exuberante naturaleza que colma toda capacidad de asombro, deseando
profundamente que podamos conservarla para el futuro.

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Giraudo A. R. y R. R. Abramson 45

Apéndice 1. Lista de las campañas realizadas y localidades prospectadas, ordenadas cronologicamente en


la provincia de Misiones y nordeste de Corrientes.

1. 10 al 21 de Enero de 1988: Posadas-Ituzaingó-Posadas, cerca de 350 kilómetros de río recorridos. Localidades


prospectadas: Isla Tatayndí, Puerto Lujan, Isla Mboreví, Isla Talavera, Islas Soto Cué, Ituzaingó, Isla Quilmes,
Vuelta Ombú, Ao. Itaembé (Depto. Capital, Misiones; Dpto. Ituzaingó, Corrientes).

2. 10 al 20 de Enero de 1989: Posadas-Ituzaingó, 140 km de río recorridos. Localidades prospectadas: Isla


Tatayndí, Puerto Luján, Isla Mboreví, Isla Talavera, Islas Soto Cué, Isla Júpiter, Salto 25 de Mayo (Costa),
(Depto. Capital, Misiones; Dpto. Ituzaingó, Corrientes).

3. Enero de 1989: Destacamento Uruzú, Parque Nacional Urugua-í (Dpto. Gral. Belgrano, Misiones).

4. 19 al 26 de Febrero de 1989: Aristóbulo del Valle (Cainguás, Misiones).

5. 3 y 4 de Marzo de 1989: Posadas-Ao. Ñaembeé- Posadas, 80 km de río recorridos. Fueron prospectadas en


esta oportunidad la Isla del Medio, la Isla Tatayndí, la boca del Ao. Itaembé y el Ao. Ñaembeé (Dpto. Capital,
Misiones; Dpto. Ituzaingó, Corrientes).

6. 14 al 27 de Enero de 1990: Aproximadamente 100 km de río recorridos. Localidades prospectadas: Isla del
Medio, Isla Tatayndí, Puerto Itaembé, Puerto Luján, Isla Mboreví, Isla Quilmes, Ao. Curupaity, Islas Durand y
Puerto Valle (Dpto. Capital, Misiones; Dpto. Ituzaingó, Corrientes).

7. 1 al 4 de Febrero de 1990: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

8. Agosto de 1990: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

9. 15 al 29 de Enero de 1991: Salto del Tabay-Corrientes, cerca de 510 Km de río recorridos. Localidades
prospectadas: Arroyo Tabay, Destacamento Polana, Corpus, San Ignacio, Candelaria, Posadas, Ao. Itaembé,
Ao. Ñaembeé, Garapé, Islas Durand, Isla Quilmes, Islas Soto Cué, Isla Talavera, Isla Júpiter, Ituzaingo, Isla
Apipé, Area de Itá Ibaté, Isla Entre Ríos, Yahapé, Isla Caigüé, Puerto Corazón, Itatí e islas adyacentes, Puerto
Gonzáles, Paso de la Patria (Deptos. Gral. San Martín, San ignacio, Candelaria y Capital, Misiones; Dpto.
Ituzaingó, San Miguel, General Paz, Berón de Astrada, San Cosme, Capital, Corrientes).

10. 12 al 25 de febrero de 1991: Se navegó el Arroyo Yabotí Miní (60 Km) y Pepirí Miní (20 Km) abarcando un
recorrido de unos 100 km de extensión terminando el recorrido en los Saltos del Moconá sobre el río Uruguay
distante 7 Km aguas arriba de la desembocadura del arroyo Pepirí Miní (Dpto. San Pedro, Misiones).

11. 26 de Febrero de 1991: Posadas-Ao. Itaembé. Pasando por la Isla del Medio y Tatayndí (Dpto. Capital,
Misiones).

12. 7 al 15 de Junio de 1991: Se navegaron los Arroyos Yabebiry (ca. de 30 km), Santa Ana (ca. de 5 km), Arroyo
San Juan (ca. de 7 Km), Tramo del Río Paraná entre Puerto Chuño y Puerto San Juan (ca. de 30 Km), Boca del
Yabebiry, Peñones del Teyú Cuaré, Puerto San Juan (Dpto. Candelaria y San ignacio, Misiones).

13. 10 al 14 de Enero de 1992: Laguna Iberá, Colonia Carlos Pelegrini (Dpto. Gral. San Martín).

14. 16 al 25 de Enero de 1992: Posadas-Puerto Valle (ca. de 70 Km por río), Pto. San Juan-San Ignacio-Puerto San
Juan (ca. de 60 km por el Paraná), Isla del Medio, Isla Tatayndí, Boca del Arroyo Itaembé, Puerto Luján, Islas
Pucú, Isla Yacyretá, Isla Mboreví, Garapé, Islas Durand, Pueto Valle, Boca del Arroyo Santa Ana, Boca del
Arroyo Yabebirí, Peñones del Teyú Cuaré (Dptos. San Ignacio, Candelaria y Capital Misiones; Dpto. Ituzaingo,
Corrientes).

15. 25 al 27 de Enero de 1992: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

16. 24 y 25 de Mayo de 1992: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).


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17. 31 de Mayo de 1992: Posadas (Dpto. Capital, Misiones).

18. 7 de junio de 1992: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

19. 10 al 12 de Junio de 1992: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

20. Desde Julio de 1992 hasta 1995 se realizaron campañas de cinco días mensuales en los dos primeros años, y
bimensuales en el último año a el área de proyecto de reserva ecológica Granja Yatay (Dpto. Capital,
Corrientes), ubicada a orillas del río Paraná.

21. 26 al 27 de Septiembre de 1992: Posadas-Ao. Itaembé, 20 km del Río Paraná recorridos (Dptos Capital e
Ituzaingó, Misiones y Corrientes respectivamente).

22. 5 al 7 de Noviembre de 1992: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

23. 8 y 9 de Noviembre de 1992: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

24. 20 de Noviembre de 1992: Santa Ana (Dpto. Capital, Corrientes).

25. 8 y 9 de Diciembre de 1992: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

26. 16 al 18 de Febrero de 1993: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

27. 9 al 13 de Agosto de 1993: Reserva Experimental Guaraní, UNAM (Dpto. Guaraní, Misiones).

28. 4 al 8 de Septiembre de 1993: Puerto Valle, Islas Durand (ca. de 10 km de río recorridos) (Dpto. Ituzaingó-
Corrientes).

29. 26 al 30 de Septiembre de 1993: Dos Hermanas, por ruta 14: Piñalito, Tobuna, Reserva Provincial de la
Araucaria, Cruce Caballero (Dptos. Gral. Belgrano y San Pedro, Misiones).

30. 2 de Noviembre de 1993: Aristóbulo del Valle (Dpto. Cainguás, Misiones).

31. 27 y 28 de Noviembre de 1993: Gobernador Roca (Dpto. San Ignacio).

32. 29 y 30 de Noviembre, y 1 de Diciembre de 1993: Santa María (Dpto. Concepción, Misiones).

33. al 14 de Enero de 1994: Parque Nacional Igauzú (Dpto. Iguazú, Misiones).

34. 15 al 25 de Enero de 1994: Curitiba, Morro Anaiangaba, Estrada da Graciosa, Serra da Prata, Isla do Mhel
(Paraná, Brasil).

35. 27 al 31 de Enero de 1994: Aristóbulo del Valle, Reserva Provincial Cuñá Pirú (Dpto. Cainguás, Misiones).

36. 20 al 26 de Febrero de 1994: Una hora de sobrevuelo en avioneta desde Posadas hasta el paredón de la Presa
por la costa e Islas Argentinas de ida. A la vuelta por Isla Yacyretá y Canal de los Jesuitas. Viaje en piragua
desde Posadas hasta Puerto Valle por: Isla del Medio, Isla Tatayndí, Boca del Arroyo Itaembé, Puerto Luján,
Islas Pucú, Isla Yacyretá en Puerto Barranquerita, Vuelta de Ombú, Islas del Canal de los Jesuitas, Isla Talavera,
Islas Solis Cué, Garapé, Islas Durand, Pueto Valle (ca. de 100 Km) (Dptos Capital e Ituzaingó, Misiones y
Corrientes).

37. 23 de Junio de 1994: Arroyo San Juan desde Ruta Nacional 12 (Dpto. Candelaria).

38. 30 de Junio al 1 de Julio de 1994: Puerto Valle (Dpto. Ituzaingó).


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39. 29 de Agosto al 2 de Septiembre de 1994: Posadas-Puerto Valle (ca. 80 Km de navegación). Posadas, Isla
Tatayndí, Boca del Arroyo Itaembé, Ao. Ñaembeé, Puerto Luján, Islas Pucú, Isla Yacyretá en Puerto
Barranquerita, Isla Talavera, Santa Tecla y Puerto Valle (Dptos Capital e Ituzaingó, Misiones y Corrientes).

40. 20 al 24 de Septiembre de 1994: Puerto Valle, Islas Quilmes, Oculto de la Talavera (Ca. de 20 km de
navegación)(Dpto. Ituzaingó).

41. 27 al 30 de Noviembre de 1994: Puerto Valle, Islas Quilmes, Oculto de la Talavera (Ca. de 20 km de
navegación) (Dpto. Ituzaingó).

42. Mayo de 1994: Azara, Virasoro, Garruchos, Garabí (Dptos. Apóstoles, Misiones y Santo Tomé, Corrientes).

43. 11 al 16 de Julio de 1994: Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

44. 21 al 23 de Julio de 1994: Reserva Nacional Estricta San Antonio (Dpto. San Pedro, Misiones).

45. 9 al 13 de Agosto de 1993: Reserva Experimental Guaraní (Dpto. Guaraní, Misiones).

46. 22 al 26 de Agosto de 1994: Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

47. 25 al 28 de Septiembre de 1994: Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

48. 1 al 4 de Noviembre de 1994: Santo Tomé, Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

49. 24 y 25 Noviembre de 1994: 30 Km al este de Cruce Caballero, Proiedad "Las Ratas" cerca del Ao. La Macaca,
a un Km del Arroyo Pepirí Guazú (Dpto. San Pedro, Misiones).

50. Diciembre de 1994: Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

51. 14 y 15 de Enero de 1995: Viaje Corrientes- Aristóbulo del Valle.

52. 21 al 30 de Enero de 1995: Se navegó el Arroyo Yabotí Miní desde la ruta Prov. 16 (100 Km) y Pepirí Miní (20
Km) abarcando un recorrido de unos 120 km de extensión terminando el recorrido en los Saltos del Moconá
sobre el río Uruguay distante 7 Km aguas arriba de la desembocadura del arroyo Pepirí Miní (Dpto. San Pedro,
Misiones).

53. 15 al 18 de Enero de 1995: Garruchos, Garabí (Dpto. Santo Tomé, Corrientes).

54. 14 al 16 de Abril de 1995: Laguna Galarza y Laguna Iberá (Dptos. Ituzaingó y Gral. San Martín, Corrientes).

55. 14 al 18 de Mayo de 1995: Puerto Valle, Islas Quilmes, Oculto de la Talavera (Ca. de 20 km de navegación).

56. 25 al 27 de Julio de 1995: Rincón Ombú (Dpto. Ituzaingo, Corrientes).

57. 30 de Julio al 1 de Agosto de 1995: Parque Nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

58. 21 a 29 de Enero de 1996: Aristóbulo del Valle, Reserva Provincial Cuñá Pirú (Dpto. Cainguás, Misiones).

59. 30 de Enero al 6 de Febrero de 1996: Parque nacional Iguazú (Dpto. Iguazú, Misiones).

60. 7 al 10 de Febrero de 1996: Posadas (Dpto. Capital, Misiones).

61. 1 al 20 de Mayo de 1996: Río Tragadero y Paraná, frente a Corrientes (Dpto. San Fernando, Chaco y Capital,
Corrientes) (ca. de 50 km de navegación), Puerto Valle, Islas Quilmes, Oculto de la Talavera (Ca. de 20 km de
navegación) (Dpto. Ituzaingó, Corrientes). Posadas (Dpto. Capital, Misiones) y Arroyo Garupá.

62. Febrero - Marzo de 1997: Aristóbulo del Valle, Ao. Cuña Pirú y Salto Encantado (Dpto. Cainguás, Misiones)
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63. Julio - Agosto de 1997: Misiones: Posadas, Iguazú, Eldorado. por ruta 17 y 14, San Pedro hasta Aristóbulo del
Valle, Ao. Cuña Pirú y Salto Encantado (Dpto. Cainguás, Misiones)

64. Octubre de 1997: Misiones: Posadas, Aristóbulo del Valle, Ao- Cuña Piru y Salto Encantado, por ruta 14 a San
Pedro.

65. Febrero - Marzo de 1998: Misiones: Aristóbulo del Valle, Ao. Cuña Piru, Salto Encantado, San Ignacio,
Gobernador Roca, Ao. Yabebiry.

Citar como: Giraudo, A. R y R. R. Abramson. 1998. Usos de la fauna silvestre por los pobladores rurales en la
selva paranaense de Misiones: tipos de uso, influencia de la fragmentación y posibilidades de manejo
sustentable. Boletín Técnico de la Fundación Vida Silvestre Argentina (47): 1-48.

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